el fusil roto: 102

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No 102, Abril del 2015 Boletín de la Internacional de Resistentes a la Guerra En la oficina, las alertas diarias de los medios nos envían noticias sobre objetores de conciencia, niños soldados, activistas de paz y acciones directas no violentas alrededor del mundo. Un día, fue noticia que en Birmingham – la segunda ciudad más grande de Inglaterra – soldados de la “Policía Militar Real” (también llamados boinas rojas) estaban “manteniendo la seguridad en las discotecas” del centro de la ciudad. Esto significa, arrestar a soldados en sus salidas de noche y dar “arresto ciudadano” a civiles que ellos pensaban que estaban violando la ley. El artículo de la policía de West Midlands terminaba así: “Estos se suman a la diversidad de la zona y a la gente les encanta ver a nuestras tropas. Igual que la canción “All nice girls love a sailor” (Todas las chicas guapas aman a un marinero), en este caso ¡todas las chicas guapas aman a un boina roja!”. Nos preguntamos si una acción directa de arrestar estos “boinas rojas”, los cuáles arrestan ciudadanos, sería una noche divertida... Quizás inevitablemente, muchos de los artículos en esta edición son sobre militarización policial. Ya sea en el sur de África (artículos de Laura Pollecut), Gran Bretaña (artículos de Betsy Barkas), Turquía (escritos por un nuevo miembro de WRI´s, Semih Sapmaz) o Estados Unidos (piezas de la liga de resistentes a la guerra Ali Issa and Tara Tabassi), las fuerzas policiales son una forma de control social. Se prestan a ser arrastrados a lo largo de un espectro de violencia y militarización hacia una brutalidad más visible e inmediata, basándose normalmente en sentirse privilegiados de amenazar a otros con su poder. El punto fuerte de las Fuerzas policiales es la coacción (ya sea mediante violencia directa, contención o amenaza de castigo): para mantener a la gente a raya, para bien o para mal. Otros artículos en esta edición del Fusil roto muestran la militarización infiltrada en las funciones de Estado mucho más allá de las Fuerzas Armadas o la policía: tenemos a Cesar Padilla en la militarización de la industria extractiva de América Latina, Prasanna Ratnayake en la militarización en Sri Lanka durante los últimos diez años, y Maren Matovani (de “Stop the Wall”) y Henrique Sanchez (de MOPAT Movimiento Palestina para Tod@s) en los servicios de “seguridad” proporcionados por las compañías israelitas en todo el mundo. Frances Guy comparte experiencias de su trabajo en Irak después de la invasión del 2003, centrándose en las relaciones entre el reparto de asistencia humanitaria (a menudo creado militarmente) después de las crisis y “seguridad” y “defensa”. No se puede poner control a la lógica en la que el militarismo se basa – control mediante la violencia, uniformidad jerárquica, el racismo, patriarcado y nacionalismo que lo hace posible, así como – por supuesto dependencia de las armas. Esto se extiende al sistema educativo, arquitectura y espacios públicos, cultura y entretenimiento, cuidados de la salud (en definitiva a todo), tal y como esta colección de artículos demuestran. Y por supuesto que “mantener el control “del militarismo no es en absoluto el objetivo. La mentira de que la existencia de las Fuerzas Armadas nos protege y nos previene de tener que tomar las armas por nosotros mismos (básicamente limitando el militarismo, confinándolo a un pequeño “grupo de hermanos”, para que el resto podamos ocuparnos de nuestros asuntos no militarizados) es igualmente generalizado y ridículo. En los medios sociales, tratamos de destacar estos casos de militarismo en todo el mundo usando #EverydayMilitarism. Ver algo como cotidiano nos impide percibirlo o rechazarlo. Como pez en el agua, no se siente el peso. Con nuestro trabajo sobre la militarización juvenil estamos cortando las formas de exponer a la gente joven al militarismo desde muy temprano, y haciendo por evitar esto. Visita aquí nuestra página web para conocer más. Hannah Brock Militarismo de Estado: militarización más allá de las FuerzasArmadas Foto: Activistas retan el entrenamiento 'Urban Shield' de la policia. Artículo completo en página 6. Credito a Ramsey ElQare de www.elqarephotography.com"

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El fusil roto: 102 - Militarismo de Estado: militarización más allá de las Fuerzas Armadas. Revista trimestral de la IRG, publicado en Español, Francés, Inglés, y Alemán. Puede suscribirse para recibir El Fusil Roto aquí: http://lists.wri-irg.org/sympa/info/elfusilroto.

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No 102, Abril del 2015

Boletín de la Internacional de Resistentes a la Guerra

En la oficina, las alertas diarias de losmedios nos envían noticias sobre objetoresde conciencia, niños soldados, activistasde paz y acciones directas no violentasalrededor del mundo. Un día, fue noticiaque en Birmingham – la segunda ciudadmás grande de Inglaterra – soldados de la“Policía Militar Real” (también llamadosboinas rojas) estaban “manteniendo laseguridad en las discotecas” del centro dela ciudad. Esto significa, arrestar asoldados en sus salidas de noche y dar“arresto ciudadano” a civiles que ellospensaban que estaban violando la ley.El artículo de la policía de West Midlandsterminaba así: “Estos se suman a ladiversidad de la zona y a la gente lesencanta ver a nuestras tropas. Igual que lacanción “All nice girls love a sailor” (Todaslas chicas guapas aman a un marinero), eneste caso ¡todas las chicas guapas aman aun boina roja!”. Nos preguntamos si unaacción directa de arrestar estos “boinasrojas”, los cuáles arrestan ciudadanos,sería una noche divertida...Quizás inevitablemente, muchos de losartículos en esta edición son sobremilitarización policial. Ya sea en el sur deÁfrica (artículos de Laura Pollecut), GranBretaña (artículos de Betsy Barkas),Turquía (escritos por un nuevo miembro deWRI´s, Semih Sapmaz) o Estados Unidos(piezas de la liga de resistentes a la guerra

Ali Issa and Tara Tabassi), las fuerzaspoliciales son una forma de control social.Se prestan a ser arrastrados a lo largo deun espectro de violencia y militarizaciónhacia una brutalidad más visible einmediata, basándose normalmente ensentirse privilegiados de amenazar a otroscon su poder. El punto fuerte de lasFuerzas policiales es la coacción (ya seamediante violencia directa, contención oamenaza de castigo): para mantener a lagente a raya, para bien o para mal.Otros artículos en esta edición del Fusilroto muestran la militarización infiltrada enlas funciones de Estado mucho más allá delas Fuerzas Armadas o la policía: tenemosa Cesar Padilla en la militarización de laindustria extractiva de América Latina,Prasanna Ratnayake en la militarización enSri Lanka durante los últimos diez años, yMaren Matovani (de “Stop the Wall”) yHenrique Sanchez (de MOPAT­ MovimientoPalestina para Tod@s) en los servicios de“seguridad” proporcionados por lascompañías israelitas en todo el mundo.Frances Guy comparte experiencias de sutrabajo en Irak después de la invasión del2003, centrándose en las relaciones entreel reparto de asistencia humanitaria (amenudo creado militarmente) después delas crisis y “seguridad” y “defensa”.No se puede poner control a la lógica en laque el militarismo se basa – control

mediante la violencia, uniformidadjerárquica, el racismo, patriarcado ynacionalismo que lo hace posible, asícomo – por supuesto ­ dependencia de lasarmas. Esto se extiende al sistemaeducativo, arquitectura y espaciospúblicos, cultura y entretenimiento,cuidados de la salud (en definitiva a todo),tal y como esta colección de artículosdemuestran. Y por supuesto que “mantenerel control “del militarismo no es en absolutoel objetivo. La mentira de que la existenciade las Fuerzas Armadas nos protege y nospreviene de tener que tomar las armas pornosotros mismos (básicamente limitando elmilitarismo, confinándolo a un pequeño“grupo de hermanos”, para que el restopodamos ocuparnos de nuestros asuntosno militarizados) es igualmentegeneralizado y ridículo.En los medios sociales, tratamos dedestacar estos casos de militarismo entodo el mundo usando#EverydayMilitarism. Ver algo comocotidiano nos impide percibirlo orechazarlo. Como pez en el agua, no sesiente el peso. Con nuestro trabajo sobrela militarización juvenil estamos cortandolas formas de exponer a la gente joven almilitarismo desde muy temprano, yhaciendo por evitar esto. Visita aquínuestra página web para conocer más.Hannah Brock

Militarismo de Estado: militarización más allá de lasFuerzasArmadas

Foto: Activistas retan el entrenamiento 'Urban Shield' de la policia. Artículo completo en página 6. Credito aRamsey ElQare de www.elqarephotography.com"

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Militarisacion de Estado

El Fusil Roto No 102, april del 2015

Laura PollecuttEn los años del apartheid, sedesarrollaron debates dentro y fuera delpaís sobre cómo funcionarían lasinstituciones estatales de seguridad en unestado democrático postapartheid. Estosdebates se intensificaron en los últimosaños de dicho régimen.Existía poca diferencia entre el ejército yla policía del apartheid, ya que se usaba aambas fuerzas para que mantengan algobierno minoritario en el poder mediantemedios de represión. De hecho, estas dosinstituciones, con frecuencia, competíanpor ver quién serviría mejor a lasautoridades del Partido Nacional. Lapolicía tenía poderes de amplio alcance ycontaba con un vasto armamento parasofocar la “agitación”.Luego del año 1994, fue importanteasegurar que se realizaran cambios en lafuerza policial y que ésta pudiera realizarsus deberes de manera que brindara unservicio a los ciudadanos. Enconsecuencia, el nombre de PolicíaSudafricana (fuerza) pasó a ser Serviciode la Policía Sudafricana para resaltar elcambio de actitud que se requería.Además, se introdujeron nuevasestructuras jerárquicas dentro la fuerzapolicial para desmilitarizar a la misma.Los niveles de delito en Sudáfrica sonaltos. En consecuencia, los ministros delgabinete policial y los comisariospostapartheid han complacido lasdemandas de más de lo que el gobiernoapartheid habría llamado“Kragdadigheid”1 (que significa fortaleza,puño de hierro) en lo que concierne aldelito. El lenguaje era y aún es “ellenguaje de guerra”. La jerarquía policialpropone más agresión en la persecucióny el arresto de los criminales y habla demanera constante sobre “la guerra contrael delito”. A pesar de ser un acto ilegal, seimpulsa a los oficiales a que “disparenpara matar”. Aquellos que creen que lapolicía debe ejercer el rol de juez yejecutor prefieren asegurar que losdelincuentes tienen más derechos que losciudadanos comunes.Los partidarios de la desmilitarización seopusieron a la remilitarización de losservicios policiales propuesta de maneraregular por los políticos y se manifestaronparticularmente cuando se conoció quelas movilizaciones estaban en marchapara volver a introducir cargos militares. Apesar de esta oposición, los mismos sereintrodujeron en 2010 en los cargos queexistían bajo el régimen apartheid. Elcambio no fue popular, ni siquiera dentrode los servicios policiales.En 2011, el Sindicato de Derechos Civilesde Empleados Policiales y Penitenciarios

(POPCRU, Police and Prisons Civil RightsUnion) trató de que la reintroducción delos cargos militares se declarara ilegalrecordándoles a los sudafricanos que:«Fue precisamente para terminar con elpensamiento de “los soldados en guerra”y para desarrollar un servicio policialdemocrático y responsable que ladesmilitarización de la policía fue unaparte importante de la política delCongreso Nacional Africano (ANC, AfricanNational Congress)».El POPCRU no tuvo éxito. Sin embargo,es probable que la militarización hayaprosperado de verdad en la política deorden público.A principio de la década de los noventa,luego de que se levantara la prohibiciónde los movimientos de liberación, hubodiscusiones entre estos movimientos y elgobierno apartheid. En ese momento elpaís estaba plagado de violencia políticainterna y se establecía una “división en laestabilidad interna”. Luego de laselecciones de 1994, la unidad fuerenombrada Policía Pública enconsonancia con el tratamiento de laspercepciones negativas que se tenían delas fuerzas de seguridad del apartheid.Se adoptaron modelos progresivos devigilancia policial y se hizo un control delorden público más sencillo. Según eltestimonio de Tait y Marks en la ediciónN°38 de la publicación trimestral sobre eldelito en Sudáfrica, You strike a gatheringyou strike a rock2, de diciembre de 2011:«El entrenamiento para la vigilancia delorden público hizo hincapié en cambiar el“control de la multitude” por el “manejo delas mismas”. Se les pidió a los miembrosde la unidad de vigilancia del ordenpúblico que pensaran en formas de vigilara las multitudes que impliquen el usomínimo de fuerza, que negociaran conrepresentantes sindicales y autoridadessobre planes de vigilancia y susresultados, que emplearan tácticas devigilancia que demuestren tolerancia, queutilizaran armas que encajen en el nuevomarco de control de la gente».Creo que es seguro decir que estemodelo se guio por lo que se habíaprevisto en la Ley de Regulación deConcentraciones que se aprobó pocoantes del nuevo sistema. Sin embargo,una ley defectuosa en múltiples formas,se alejó de la vigilancia represiva hacialas concentraciones que llevo a cabo elgobierno apartheid. No obstante, lareestructuración en el paso de los añosinterrumpió el enfoque iniciado y emergió(o, posiblemente, volvió) un enfoque a lavigilancia del orden público de estilo másparamilitar. En un principio, estasunidades eran conocidas como UnidadTáctica de Respuesta (TRUs, TacticsResponse Unity ), pero, más tarde, se las

volvió a llamar Vigilancia de OrdenPúblico.La frustración y la desilusión por el ritmode la ejecución han dado origen aprotestas frecuentes por la prestación delos servicios, muchas vecesacompañadas de confrontaciones con lapolicía y destrucción de propiedades.Estudios han demostrado que estasprotestas se salen realmente de controlsolo cuando las comunidades creen quelos representantes del gobierno no lasescuchan. Desde el año 2004, al menos44 personas han muerto en las protestasen manos de la policía. Esta cifra incluyela masacre en Marikana, donde hubo 34personas muertas y 78, heridas.Sudáfrica espera el resultado de lacomisión de investigación sobre esteincidente horrendo.Debido al entrenamiento ofrecido por lapolicía francesa, el Servicio de Policía deSudáfrica (SAPS, South African PoliceService) ha tenido una tendencia hacia elmodelo de vigilancia del orden públicousado por los franceses. Comoadvertencia con respecto a la aceptaciónde este modelo, Tait y Marks sostienenque las tácticas de la gendarmeríafrancesa son efectivas, pero también selas critica por considerárselasparamilitares y se basan endemostraciones de fuerza.Desafortunadamente, la demostración defuerza se está convirtiendo en unaactividad habitual en la vigilancia delorden público.Tanto la policía como la unidad devigilancia del orden público se vieroninvolucradas en la matanza de Marikana.En ese momento, la Campaña de Cesede Hostilidades expresó su preocupaciónde que antes y durante el incidentepropiamente dicho, a la policía le habíafaltado poner límites en situaciones decontrol de la multitud. El Cese deHostilidades estaba insatisfecho tambiénpor el extenso poder de disparo que semostró (demostración simbólica de poderpor parte de una fuerza paramilitar) antesde que la policía abriera fuego,posiblemente, bajo la creencia errónea deque así detendrían a los manifestantes.La historia nos enseñó que en lugar deatenuar una situación de tensión, lasarmas tienden a agravarla.Hubo una convocatoria para volver acapacitar a la Unidad de Vigilancia delOrden Público y se retomó el modelo quese usó en los primeros años de nuestrademocracia. Jan Burger, del Instituto deEstudios de Seguridad (ISS, Institute forSecurity Studies) llamó la atención sobresecciones del Plan de DesarrolloNacional 2030 de Sudáfrica (NDP,National Development Plan), tituladas

“Nuestro futuro – hazlo funcionar”. Esteplan contiene varias recomendaciones deamplio alcance, que, según Burger, si seimplementaran, podrían lograr mejorasimpresionantes, no solo en el sector devigilancia sino en todo el gobierno. «ElNDP recomienda firmemente que sedesmilitarice a la SAPS y que esto sehaga lo más pronto posible. Tambiénrecomienda que se revise la culturaorganizacional de la policía a fin deevaluar los efectos de la militarización, ladesmilitarización y la remilitarización y“las reiteradas crisis del cargo superior”.No obstante, Jan Burger sostiene que nohay suficiente contenido en lasrecomendaciones en cuanto a sucomprensión de la militarización y ladesmilitarización, y apoya la opinión deque volver a cargos antiguos que no eranmilitares no puede ser la única forma dedesmilitarizar a la policía. Burger hacereferencia a un seminario llevado a cabopor el ISS el 11 de abril de 2013, al quese tituló: “Comprender la brutalidad de lapolicía de Sudáfrica: desafíos ysoluciones”, en el que declara que sediscutió que: «la policía no se militariza odesmilitariza solo a través de cambios derangos. Por lo contrario, es mediante ellenguaje y el tono de sus líderes políticosy superiores que se contribuye a lacreación de una forma de militarización».Lamentablemente parece haber unabrecha entre lo que el NDP recomienda yla percepción que tienen aquellosinvolucrados en la vigilancia sobre larestitución del estilo paramilitar de lavigilancia del orden público. En la sesióninformativa parlamentaria de septiembrede 2014, no se hizo referencia al NDP yse mostró poca preocupación por elderecho a manifestarse de losciudadanos que resultó ileso. Lapresentación aboga por un incremento derecursos de acuerdo con la naturalezaparamilitar de la unidad. Parecería que seestán tomando medidas para imponer laautoridad del Estado sobre ladisconformidad del liderazgo a través dela vigilancia del orden público hasta laselecciones municipales del próximo año.En la declaración de una campañallamada Derecho a Saber (R2K, Right toKnow) publicada el 21 de Marzo, Día delos Derecho Humanos, la campaña exigeque se respeten los derechos de laspersona a la protesta, la libertad dereunión y la libertad de expresión y queestos sean protegidos por la policía. Enconclusión: ¡la policía debe cambiar!La creciente criminalización de lasprotestas es un ataque a la libertad deexpresión y reunión. El derecho a laprotesta estuvo en el centro de la luchademocrática por la libertad. Movilizar lafuerza bruta contra individuos sin armases un insulto no sólo a la libertad deexpresión y reunión consagrada en laConstitución, es un rechazo al legado delucha que nos dejaron los miles depersonas que pagaron el precio final.

Nuestra policía está militarizada y eso necesita sertratado

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3El Fusil Roto No 102, abril del 2015

Militarisacion de Estado

En un mundo globalizado, cualquieranálisis de la militarización y las ideologías,metodologías y tecnologías represivas hade tener en cuenta la dinámica deimportación y exportación de estosconceptos y herramientas a través de lasfronteras. A nivel mundial, uno de losexportadores más importantes de laideología y la tecnología de la represión es,sin duda, Israel. Con más de sesenta añosde experiencia en la represión del pueblopalestino, así como en la expulsión de sustierras, Israel ofrece con orgullo sus armaspara la guerra y 'antidisturbios' comoproductos "probados en terreno" ­ ya seadurante las agresiones militares a granescala repetidas contra territorio palestino opaíses árabes, o en el sometimientocotidiano de un pueblo bajo ocupación.No sorprende entonces que las empresasisraelíes se encuentren entre losprincipales actores en las licitaciones paralas enormes cantidades que se gastan en"seguridad" durante los llamados megaeventos, tales como las Copas Mundialesde Fútbol y los Juegos Olímpicos. Estoseventos se han convertido en uno de losmedios más eficaces para abrir grandesmercados para mecanismos de control yrepresión, en la medida en que laspreocupaciones sobre la privacidad, lalibertad de expresión y otros derechosbásicos son puestos de lado ante la excusade la 'excepcionalidad' de losacontecimientos. Desafortunadamente, unavez que estos medios represivos están ensu lugar, llegaron para quedarse.La situación de Brasil, anfitrión de la CopaMundial de Fútbol del 2014 y los JuegosOlímpicos del 2016, es ejemplar en estesentido: le ha brindado a las empresasmilitares y de seguridad israelíes unespacio enorme para la penetración en el

ejército, la policía y las institucionespúblicas de Brasil, con efectos negativosduraderos tanto en Palestina como en elpueblo brasileño. Esta cooperación en"seguridad" se suma a los negociosmultimillonarios entre Brasil y los militaresisraelíes que se vienen desarrollando en laúltima década, los que, en claracontradicción con su discurso diplomáticode apoyo a los derechos palestinos, hanconvertido a Brasil en el quinto mayorimportador mundial de armas israelíes.Esto ha creado una creciente oposicióndentro de los movimientos sociales deBrasil, y la Red Nacional de ComitésPopulares de la Copa del Mundo, creadapara defender al pueblo contra lasviolaciones de derechos humanosvinculados al Mundial de Fútbol, no sólo hadenunciado el impacto negativo de lacooperación militar con Israel sobre lapoblación brasileña, sino que ademásconsideró al pueblo palestino como uno delos directamente afectados por la Copa del2014, debido al enorme flujo de caja que elgasto en "seguridad" reportó a la industriamilitar israelí. Los Juegos Olímpicos estánrepitiendo un escenario similar: el casomás ejemplar es la decisión del ComitéOlímpico local de contratar a la empresaisraelí Seguridad Internacional y Sistemasde Defensa (ISDS) para coordinar toda laoperación de seguridad de los Juegos (conun gasto total de 2,2 millones de dólares ),incluida la capacitación de agentes de laPolicía de Brasil y el suministro de equipo.Además, ISDS recibirá espacio publicitariopor valor de 20 millones. ISDS ya hacelebrado varios contratos de "seguridad",incluyendo Atenas (2004), Sudáfrica (2010)y los Juegos Panamericanos (2007). Sinembargo, esta vez la sociedad civil hapuesto en marcha una campaña, “¡No al

El caso de Brasil: la experiencia deIsrael en la represión al pueblopalestino se globaliza

Foto: Activistas retan el entrenamiento 'Urban Shield' de la policia. Artículo completo en página 6. Credito aRamsey ElQare de www.elqarephotography.com"

Laura PollecuttEn los años del apartheid, sedesarrollaron debates dentro y fuera delpaís sobre cómo funcionarían lasinstituciones estatales de seguridad en unestado democrático postapartheid. Estosdebates se intensificaron en los últimosaños de dicho régimen.Existía poca diferencia entre el ejército yla policía del apartheid, ya que se usaba aambas fuerzas para que mantengan algobierno minoritario en el poder mediantemedios de represión. De hecho, estas dosinstituciones, con frecuencia, competíanpor ver quién serviría mejor a lasautoridades del Partido Nacional. Lapolicía tenía poderes de amplio alcance ycontaba con un vasto armamento parasofocar la “agitación”.Luego del año 1994, fue importanteasegurar que se realizaran cambios en lafuerza policial y que ésta pudiera realizarsus deberes de manera que brindara unservicio a los ciudadanos. Enconsecuencia, el nombre de PolicíaSudafricana (fuerza) pasó a ser Serviciode la Policía Sudafricana para resaltar elcambio de actitud que se requería.Además, se introdujeron nuevasestructuras jerárquicas dentro la fuerzapolicial para desmilitarizar a la misma.Los niveles de delito en Sudáfrica sonaltos. En consecuencia, los ministros delgabinete policial y los comisariospostapartheid han complacido lasdemandas de más de lo que el gobiernoapartheid habría llamado“Kragdadigheid”1 (que significa fortaleza,puño de hierro) en lo que concierne aldelito. El lenguaje era y aún es “ellenguaje de guerra”. La jerarquía policialpropone más agresión en la persecucióny el arresto de los criminales y habla demanera constante sobre “la guerra contrael delito”. A pesar de ser un acto ilegal, seimpulsa a los oficiales a que “disparenpara matar”. Aquellos que creen que lapolicía debe ejercer el rol de juez yejecutor prefieren asegurar que losdelincuentes tienen más derechos que losciudadanos comunes.Los partidarios de la desmilitarización seopusieron a la remilitarización de losservicios policiales propuesta de maneraregular por los políticos y se manifestaronparticularmente cuando se conoció quelas movilizaciones estaban en marchapara volver a introducir cargos militares. Apesar de esta oposición, los mismos sereintrodujeron en 2010 en los cargos queexistían bajo el régimen apartheid. Elcambio no fue popular, ni siquiera dentrode los servicios policiales.En 2011, el Sindicato de Derechos Civilesde Empleados Policiales y Penitenciarios

(POPCRU, Police and Prisons Civil RightsUnion) trató de que la reintroducción delos cargos militares se declarara ilegalrecordándoles a los sudafricanos que:«Fue precisamente para terminar con elpensamiento de “los soldados en guerra”y para desarrollar un servicio policialdemocrático y responsable que ladesmilitarización de la policía fue unaparte importante de la política delCongreso Nacional Africano (ANC, AfricanNational Congress)».El POPCRU no tuvo éxito. Sin embargo,es probable que la militarización hayaprosperado de verdad en la política deorden público.A principio de la década de los noventa,luego de que se levantara la prohibiciónde los movimientos de liberación, hubodiscusiones entre estos movimientos y elgobierno apartheid. En ese momento elpaís estaba plagado de violencia políticainterna y se establecía una “división en laestabilidad interna”. Luego de laselecciones de 1994, la unidad fuerenombrada Policía Pública enconsonancia con el tratamiento de laspercepciones negativas que se tenían delas fuerzas de seguridad del apartheid.Se adoptaron modelos progresivos devigilancia policial y se hizo un control delorden público más sencillo. Según eltestimonio de Tait y Marks en la ediciónN°38 de la publicación trimestral sobre eldelito en Sudáfrica, You strike a gatheringyou strike a rock2, de diciembre de 2011:«El entrenamiento para la vigilancia delorden público hizo hincapié en cambiar el“control de la multitude” por el “manejo delas mismas”. Se les pidió a los miembrosde la unidad de vigilancia del ordenpúblico que pensaran en formas de vigilara las multitudes que impliquen el usomínimo de fuerza, que negociaran conrepresentantes sindicales y autoridadessobre planes de vigilancia y susresultados, que emplearan tácticas devigilancia que demuestren tolerancia, queutilizaran armas que encajen en el nuevomarco de control de la gente».Creo que es seguro decir que estemodelo se guio por lo que se habíaprevisto en la Ley de Regulación deConcentraciones que se aprobó pocoantes del nuevo sistema. Sin embargo,una ley defectuosa en múltiples formas,se alejó de la vigilancia represiva hacialas concentraciones que llevo a cabo elgobierno apartheid. No obstante, lareestructuración en el paso de los añosinterrumpió el enfoque iniciado y emergió(o, posiblemente, volvió) un enfoque a lavigilancia del orden público de estilo másparamilitar. En un principio, estasunidades eran conocidas como UnidadTáctica de Respuesta (TRUs, TacticsResponse Unity ), pero, más tarde, se las

volvió a llamar Vigilancia de OrdenPúblico.La frustración y la desilusión por el ritmode la ejecución han dado origen aprotestas frecuentes por la prestación delos servicios, muchas vecesacompañadas de confrontaciones con lapolicía y destrucción de propiedades.Estudios han demostrado que estasprotestas se salen realmente de controlsolo cuando las comunidades creen quelos representantes del gobierno no lasescuchan. Desde el año 2004, al menos44 personas han muerto en las protestasen manos de la policía. Esta cifra incluyela masacre en Marikana, donde hubo 34personas muertas y 78, heridas.Sudáfrica espera el resultado de lacomisión de investigación sobre esteincidente horrendo.Debido al entrenamiento ofrecido por lapolicía francesa, el Servicio de Policía deSudáfrica (SAPS, South African PoliceService) ha tenido una tendencia hacia elmodelo de vigilancia del orden públicousado por los franceses. Comoadvertencia con respecto a la aceptaciónde este modelo, Tait y Marks sostienenque las tácticas de la gendarmeríafrancesa son efectivas, pero también selas critica por considerárselasparamilitares y se basan endemostraciones de fuerza.Desafortunadamente, la demostración defuerza se está convirtiendo en unaactividad habitual en la vigilancia delorden público.Tanto la policía como la unidad devigilancia del orden público se vieroninvolucradas en la matanza de Marikana.En ese momento, la Campaña de Cesede Hostilidades expresó su preocupaciónde que antes y durante el incidentepropiamente dicho, a la policía le habíafaltado poner límites en situaciones decontrol de la multitud. El Cese deHostilidades estaba insatisfecho tambiénpor el extenso poder de disparo que semostró (demostración simbólica de poderpor parte de una fuerza paramilitar) antesde que la policía abriera fuego,posiblemente, bajo la creencia errónea deque así detendrían a los manifestantes.La historia nos enseñó que en lugar deatenuar una situación de tensión, lasarmas tienden a agravarla.Hubo una convocatoria para volver acapacitar a la Unidad de Vigilancia delOrden Público y se retomó el modelo quese usó en los primeros años de nuestrademocracia. Jan Burger, del Instituto deEstudios de Seguridad (ISS, Institute forSecurity Studies) llamó la atención sobresecciones del Plan de DesarrolloNacional 2030 de Sudáfrica (NDP,National Development Plan), tituladas

“Nuestro futuro – hazlo funcionar”. Esteplan contiene varias recomendaciones deamplio alcance, que, según Burger, si seimplementaran, podrían lograr mejorasimpresionantes, no solo en el sector devigilancia sino en todo el gobierno. «ElNDP recomienda firmemente que sedesmilitarice a la SAPS y que esto sehaga lo más pronto posible. Tambiénrecomienda que se revise la culturaorganizacional de la policía a fin deevaluar los efectos de la militarización, ladesmilitarización y la remilitarización y“las reiteradas crisis del cargo superior”.No obstante, Jan Burger sostiene que nohay suficiente contenido en lasrecomendaciones en cuanto a sucomprensión de la militarización y ladesmilitarización, y apoya la opinión deque volver a cargos antiguos que no eranmilitares no puede ser la única forma dedesmilitarizar a la policía. Burger hacereferencia a un seminario llevado a cabopor el ISS el 11 de abril de 2013, al quese tituló: “Comprender la brutalidad de lapolicía de Sudáfrica: desafíos ysoluciones”, en el que declara que sediscutió que: «la policía no se militariza odesmilitariza solo a través de cambios derangos. Por lo contrario, es mediante ellenguaje y el tono de sus líderes políticosy superiores que se contribuye a lacreación de una forma de militarización».Lamentablemente parece haber unabrecha entre lo que el NDP recomienda yla percepción que tienen aquellosinvolucrados en la vigilancia sobre larestitución del estilo paramilitar de lavigilancia del orden público. En la sesióninformativa parlamentaria de septiembrede 2014, no se hizo referencia al NDP yse mostró poca preocupación por elderecho a manifestarse de losciudadanos que resultó ileso. Lapresentación aboga por un incremento derecursos de acuerdo con la naturalezaparamilitar de la unidad. Parecería que seestán tomando medidas para imponer laautoridad del Estado sobre ladisconformidad del liderazgo a través dela vigilancia del orden público hasta laselecciones municipales del próximo año.En la declaración de una campañallamada Derecho a Saber (R2K, Right toKnow) publicada el 21 de Marzo, Día delos Derecho Humanos, la campaña exigeque se respeten los derechos de laspersona a la protesta, la libertad dereunión y la libertad de expresión y queestos sean protegidos por la policía. Enconclusión: ¡la policía debe cambiar!La creciente criminalización de lasprotestas es un ataque a la libertad deexpresión y reunión. El derecho a laprotesta estuvo en el centro de la luchademocrática por la libertad. Movilizar lafuerza bruta contra individuos sin armases un insulto no sólo a la libertad deexpresión y reunión consagrada en laConstitución, es un rechazo al legado delucha que nos dejaron los miles depersonas que pagaron el precio final.

Nuestra policía está militarizada y eso necesita sertratado

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Militarisacion de Estado

El Fusil Roto No 102, april del 2015

viene de página 4Minería, militarización y criminalización de la protestasocial enAmérica LatinaNo es novedad que el extractivismo enAmérica Latina ha ido imponiendo unmodelo de extracción y exportación, cadavez más profundo. La competencia porser destino de inversiones mineras,petroleras, forestales o pesqueras es unacaracterística de la mayoría de los paísesde la región.Sin embargo, el extractivismo recibe cadavez más críticas de amplios sectores dela sociedad incluida la academia y losmovimientos sociales.Entre las críticas más importantes sesitúa aquella que dice que elextractivismo no solo no sacará a lospaíses de la pobreza y la dependencia,sino que los mantendrá en esa condición,que conocemos como “la maldición de laabundancia”1.Nada tiene que ver esta maldición con“vivir sentados en un saco de oro” siendopobres 2. Lo que reina en los programaseconómicos de los gobiernoslatinoamericanos es la profundización delextractivismo para lograr más crecimientoo para pagar deudas sociales a través debonos de diversa índole. Esto último hadevenido en una forma de mantenereternamente en los gobiernos a sectoresprogresistas, que mediante la bonocraciahan capturado la votación mayoritaria,despidiéndose, de esta forma, de apoyosideológicos para hacerse del poderejecutivo. Incluso en ocasiones, hagenerado conflicto con los movimientossociales, como es el caso del gobierno deCorrea en Ecuador, quienes les llevaroninicialmente a gobernar.Esta maldición de la abundancia se hatransformado en la maldición delextractivismo. La imposición de proyectosmineros por ejemplo, ha redundado enuna creciente cantidad de conflictos concomunidades locales, tanto así que hoyen América Latina no se conciben nuevosproyectos mineros sin conflictossocioambientales y resistenciacomunitaria.Se dice que el sector minero afronta tresenfermedades principales: la dificultad deencontrar nuevos yacimientos, elaumento de los costos de producción y lacreciente falta de licencia social y rechazocomunitario.3Las dos primeras enfermedades tienensoluciones técnicas. La tercera ha sidoabordada con diferentes aproximacionestodas ellas sin éxito a la fecha.Inicialmente, el intento fue laResponsabilidad Social Corporativa(RSC) mediante la creación de

fundaciones y dádivas a las comunidadeslocales, convenientemente abandonadaspor los Estados. Luego las políticas de“buen vecino”, acompañadas decooptación, corrupción, división ydescomposición social.El fracaso de esasestrategias llevó finalmente a empresas ygobiernos a imponer proyectosenfrentando la oposición social mediantela criminalización de la protesta.Son en la actualidad constantes lasdenuncias de liderazgos antimineros cono sin fundamento, como fue el caso deJavier Ramírez, Dirigente antiminero de lacomunidad de Intag, al norte de Quito enEcuador. Luego de ser apresadoinjustamente, la comunidad fuemilitarizada, infundiendo mediante lasarmas el miedo. Si bien es cierto no selogró, como en muchos casos, neutralizarlos rechazos comunitarios a la minería, silograron la autosensura y temor aexpresar abiertamente sus opciones aldesarrollo.Pero la militarización no sólo es parte delas políticas de gobiernos progresistassino también a países que se hantransformado en modelos mineros comoel caso de Chile. Aquí, un contingentepolicial ha mantenido virtualmentesecuestrada a la comunidad deCaimanes, al este del puerto de Los Vilos,mientras ésta se movilizaba y tomaba loscaminos de acceso a las instalaciones deminera Pelambres de AntofagastaMinerals, nada más que para exigir unfallo judicial que determinaba larestitución de las aguas intervenidas porla minera para la construcción y operaciónde un traque de relaves. En el últimoperíodo del conflicto, el pueblo deCaimanes se ha mantenido movilizadopor más de 3 meses exigiendo lo que elmáximo tribunal les otorgó y que laempresa se niega a dar cumplimiento.La fuerza pública ha militarizado la zonadesplazando a fuerzas especiales paraimpedir que lacomunidad, mediantela presión social,obtenga finalmente suderecho consagradopor el fallo judicial deúltima instancia.Tristemente célebre estambién el caso deMáxima Acuña en lalocalidad de Celendín,Cajamarca Perú,donde la mineraYanacocha, conocidamundialmente por suatropello a los

derechos humanos y el uso de la fuerzacon su grupo de guardias privados“Forza”, ha logrado burlar fallos judicialesque han sido otorgados en reiteradasoportunidades a la familia de Máximarespecto de la propiedad de sus tierras.A pesar de haberse reconocido a estafamilia derechos sobre terrenosreclamados por Yanacocha paradesarrollar su proyecto Conga, siguen losacosos y atropellos como si la voz de lajusticia se la llevase el viento.Máxima fue criminalizada por la fiscalía, asolicitud de Yanacocha (popiedad de lasempresas Newmont Mining Corporation,el grupo nacional peruano Cía. NacionalBuenaventura y International FinanceCorporation IFC), y condenada enprimera instancia a cárcel y pago de unaindemnización a la minera. Luego, enapelación fue absuelta de todo cargo,reconociendo los derechos sobre sustierras. Al parecer en Perú, esto no essuficiente y como la tendencia lo hamarcado, la criminalización es uno de losúltimos recursos utilizados una vez quehan fallado las otras estrategias dedisuasión y convencimiento.En los casos mencionados y muchosotros, la criminalización mediantejudicialización ha sido una prácticapermanente en países como Perú yEcuador. En Perú, la mayoría de loscasos de criminalización son sobreseídosen instancias superiores, lo que denotauna complicidad entre gobiernos,empresas y parte de jueces locales, encasos que jurídicamente no se sostienen.En Ecuador por el contrario, ladependencia política y el temor infundidoa la justicia por parte del gobierno centralha logrado que se encarcelen a dirigentesinjustamente y que zonas seanmilitarizadas para imponer proyectosextractivos. La falta de dependencia de lajusticia en Ecuador ha logrado un altogrado de auto censura y el incremento de

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5El Fusil Roto No 102, abril del 2015

Militarisacion de Estadoviene de página 4Minería, militarización y criminalización de la protestasocial enAmérica Latina

No es novedad que el extractivismo enAmérica Latina ha ido imponiendo unmodelo de extracción y exportación, cadavez más profundo. La competencia porser destino de inversiones mineras,petroleras, forestales o pesqueras es unacaracterística de la mayoría de los paísesde la región.Sin embargo, el extractivismo recibe cadavez más críticas de amplios sectores dela sociedad incluida la academia y losmovimientos sociales.Entre las críticas más importantes sesitúa aquella que dice que elextractivismo no solo no sacará a lospaíses de la pobreza y la dependencia,sino que los mantendrá en esa condición,que conocemos como “la maldición de laabundancia”1.Nada tiene que ver esta maldición con“vivir sentados en un saco de oro” siendopobres 2. Lo que reina en los programaseconómicos de los gobiernoslatinoamericanos es la profundización delextractivismo para lograr más crecimientoo para pagar deudas sociales a través debonos de diversa índole. Esto último hadevenido en una forma de mantenereternamente en los gobiernos a sectoresprogresistas, que mediante la bonocraciahan capturado la votación mayoritaria,despidiéndose, de esta forma, de apoyosideológicos para hacerse del poderejecutivo. Incluso en ocasiones, hagenerado conflicto con los movimientossociales, como es el caso del gobierno deCorrea en Ecuador, quienes les llevaroninicialmente a gobernar.Esta maldición de la abundancia se hatransformado en la maldición delextractivismo. La imposición de proyectosmineros por ejemplo, ha redundado enuna creciente cantidad de conflictos concomunidades locales, tanto así que hoyen América Latina no se conciben nuevosproyectos mineros sin conflictossocioambientales y resistenciacomunitaria.Se dice que el sector minero afronta tresenfermedades principales: la dificultad deencontrar nuevos yacimientos, elaumento de los costos de producción y lacreciente falta de licencia social y rechazocomunitario.3Las dos primeras enfermedades tienensoluciones técnicas. La tercera ha sidoabordada con diferentes aproximacionestodas ellas sin éxito a la fecha.Inicialmente, el intento fue laResponsabilidad Social Corporativa(RSC) mediante la creación de

fundaciones y dádivas a las comunidadeslocales, convenientemente abandonadaspor los Estados. Luego las políticas de“buen vecino”, acompañadas decooptación, corrupción, división ydescomposición social.El fracaso de esasestrategias llevó finalmente a empresas ygobiernos a imponer proyectosenfrentando la oposición social mediantela criminalización de la protesta.Son en la actualidad constantes lasdenuncias de liderazgos antimineros cono sin fundamento, como fue el caso deJavier Ramírez, Dirigente antiminero de lacomunidad de Intag, al norte de Quito enEcuador. Luego de ser apresadoinjustamente, la comunidad fuemilitarizada, infundiendo mediante lasarmas el miedo. Si bien es cierto no selogró, como en muchos casos, neutralizarlos rechazos comunitarios a la minería, silograron la autosensura y temor aexpresar abiertamente sus opciones aldesarrollo.Pero la militarización no sólo es parte delas políticas de gobiernos progresistassino también a países que se hantransformado en modelos mineros comoel caso de Chile. Aquí, un contingentepolicial ha mantenido virtualmentesecuestrada a la comunidad deCaimanes, al este del puerto de Los Vilos,mientras ésta se movilizaba y tomaba loscaminos de acceso a las instalaciones deminera Pelambres de AntofagastaMinerals, nada más que para exigir unfallo judicial que determinaba larestitución de las aguas intervenidas porla minera para la construcción y operaciónde un traque de relaves. En el últimoperíodo del conflicto, el pueblo deCaimanes se ha mantenido movilizadopor más de 3 meses exigiendo lo que elmáximo tribunal les otorgó y que laempresa se niega a dar cumplimiento.La fuerza pública ha militarizado la zonadesplazando a fuerzas especiales paraimpedir que lacomunidad, mediantela presión social,obtenga finalmente suderecho consagradopor el fallo judicial deúltima instancia.Tristemente célebre estambién el caso deMáxima Acuña en lalocalidad de Celendín,Cajamarca Perú,donde la mineraYanacocha, conocidamundialmente por suatropello a los

derechos humanos y el uso de la fuerzacon su grupo de guardias privados“Forza”, ha logrado burlar fallos judicialesque han sido otorgados en reiteradasoportunidades a la familia de Máximarespecto de la propiedad de sus tierras.A pesar de haberse reconocido a estafamilia derechos sobre terrenosreclamados por Yanacocha paradesarrollar su proyecto Conga, siguen losacosos y atropellos como si la voz de lajusticia se la llevase el viento.Máxima fue criminalizada por la fiscalía, asolicitud de Yanacocha (popiedad de lasempresas Newmont Mining Corporation,el grupo nacional peruano Cía. NacionalBuenaventura y International FinanceCorporation IFC), y condenada enprimera instancia a cárcel y pago de unaindemnización a la minera. Luego, enapelación fue absuelta de todo cargo,reconociendo los derechos sobre sustierras. Al parecer en Perú, esto no essuficiente y como la tendencia lo hamarcado, la criminalización es uno de losúltimos recursos utilizados una vez quehan fallado las otras estrategias dedisuasión y convencimiento.En los casos mencionados y muchosotros, la criminalización mediantejudicialización ha sido una prácticapermanente en países como Perú yEcuador. En Perú, la mayoría de loscasos de criminalización son sobreseídosen instancias superiores, lo que denotauna complicidad entre gobiernos,empresas y parte de jueces locales, encasos que jurídicamente no se sostienen.En Ecuador por el contrario, ladependencia política y el temor infundidoa la justicia por parte del gobierno centralha logrado que se encarcelen a dirigentesinjustamente y que zonas seanmilitarizadas para imponer proyectosextractivos. La falta de dependencia de lajusticia en Ecuador ha logrado un altogrado de auto censura y el incremento de

los riesgos de oponerse al extractivismogeneran mucha incertidumbre y temor enla población.En Bolivia por su parte también hanexistido episodios de criminalización,especialmente en el caso de CancioRojas, dirigente de la comunidad MallkuQota que se opone a un proyecto mineroen Potosí, y que fue encarceladoinjustamente. Pero tal vez lo más graveha sido la estrategia de división por lafuerza de uno de los íconos delmovimiento indígena del altiplanoboliviano, nos referimos al Conamaq. Pormedio de la violencia, y el uso de lafuerza pública provista de armas deservicio, el gobierno decidió quebrar laorganización permitiendo el asalto a susede y la agresión a sus dirigentes.El motivo de estas medidas arbitrarias yantidemocráticas era la no aceptación delmodelo extractivista del gobierno deMorales pues las comunidades afectadasreclamaban la pérdida de derechos frentea los proyectos mineros. Llama laatención que un presidente de origenindígena usase la violencia estatal parareprimir al movimiento indígena y susdemandas.No estamos hablando de países dondelegados de regímenes dictatoriales seanlos que criminalicen y repriman a lapoblación con el uso de la fuerza públicaprovista de armas de fuego como ha sidoel caso de Guatemala y Honduras.Hablamos de gobiernos alternativos,llegados al control del ejecutivo con elapoyo incondicional de los movimientossociales e indígenas y donde sin ellos nohabrían tenido la oportunidad degobernar.Ello nos muestra que el extractivismo seha instalado en América Latina como unacto de fe en mandatarioslatinomericanos. Y como en otras épocas,se impone a sangre y fuego, costando aveces la vida, la libertad y la democraciade nuestros pueblos. No obstante, estono ha mermado la resistencia que semanifiesta cada vez más masiva por ladefensa y la recuperación de derechosimprescindibles para el sostenimiento deproyectos políticos de justicia y equidaden la región.

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Contrato de la Vergüenza!”.El fundador y director ejecutivo de ISDS,Leo Gleser, tiene una larga historia detrabajo con los militares y la inteligenciaisraelíes. Su empresa se levanta sobre suexperiencia con la represión y la masacredel pueblo palestino, que ha volcado encontra de los pueblos de toda AméricaLatina. Según la documentación existente,desde su fundación en 1982, la compañíaha estado involucrado con las dictaduras ygolpes de Estado en Honduras,Guatemala, El Salvador y la formación delos "contras" en Nicaragua. En Guatemala,abiertamente ofreció clases de "terrorselectivo" durante la época del genocidio.En Honduras, entrenó a los militaresdurante la dictadura en los años 80 yproveyó las armas que se utilizaron en elataque a la embajada de Brasil, donde elpresidente Zelaya estaba refugiadodespués de su derrocamiento en 2009. Lacompañía es una parte clave del sistemade intervención militar israelí según haexplicado el periodista israelí YossiMelman: "El Ministerio de Defensa, elMinisterio de Relaciones Exteriores o elMossad reciben una solicitud de asesoríaen seguridad o para entrenar a ejércitos ofuerzas de seguridad del gobernante deun país, por lo general un dictador. Debidoa que las autoridades no pueden, o noquieren, ayudar al gobernantedirectamente ­aunque consideran supetición importante para la promoción desus intereses políticos o de seguridad­ lepiden a una empresa privada que presteel servicio que se solicita”.Por desgracia, este contrato vergonzosoes sólo el punto cúlmine de la penetracióndel complejo militar y de seguridad internaisraelí en Brasil.En noviembre de 2009, un mes despuésde que Brasil fue seleccionado paraacoger la Copa del Mundo y los JuegosOlímpicos, el ex presidente de Israel,Shimon Peres, lideró una delegación deempresarios israelíes, asegurándole aBrasil que "en todo lo que ustedesdeseen, estamos dispuestos a ayudar decualquier manera a nuestro alcance". Tresmeses después, el gobierno de Israelorganizó un seminario sobre seguridadpública exclusivamente para las 8autoridades de los Estados brasileñoselegidos para acoger la Copa Mundial.Los talleres abordaron experiencias ypropuestas israelíes en materia deseguridad en mega eventos, accionesantiterroristas, e introdujeron el conceptode "ciudad segura", basado en lavigilancia israelí de todas las llamadastelefónicas y conexiones web en Gaza.Coincidentemente, fue durante el eventoque los políticos brasileños comenzaron adefender públicamente la aprobación deleyes antiterroristas que podría apoyarlegalmente las acciones de represióndurante los mega eventos.Más tarde ese mismo año, se realizó enTel Aviv la primera ConferenciaInternacional sobre Seguridad Pública, ala que asistieron alrededor de 90autoridades, gerentes de seguridad yempresarios brasileños, entre ellos HilaryMedeiros, gerente general de seguridaddel Comité Organizador Local de la CopaMundial. El paso más peligroso se produjo

días después de este evento cuando elgeneral Jorge Félix, Ministro Jefe delGabinete de Seguridad Institucional de laPresidencia de Brasil, firmó un acuerdo decooperación militar secreta cuyos términosimplicaron "detalles sobre acreditación depersonas, organizaciones y empresaspara enfrentar asuntos confidenciales, ysobre documentos de tránsito bilateralsecreto". Este acuerdo espoleó aún máslos esfuerzos del gobierno y la industriamilitar israelí para adjudicarse máscontratos de inteligencia y de seguridadnacional en Brasil.Entre 2010 y 2013, el consulado israelí enBrasil organizó varias reuniones conautoridades federales y gobiernos localespara presentar métodos y tecnologíasrepresivas, además de proponer trabajosconjuntos en el área de "seguridad". Lasreuniones consolidaron los vínculosinstitucionales y dieron lugar a una seriede cursos de capacitación para la policíacivil y militar. Muchas conferencias,talleres y paneles organizados por lasagencias gubernamentales y losempresarios locales y federales contaroncon destacados expertos en seguridadisraelíes (en la mayoría de los casos exsoldados que se transformaron enempresarios o consultores de seguridad)como sus principales panelistas. Enalgunos estados, la policía militar tenían latarea de reunir a la policía con expertos enseguridad israelíes para impartir cursos.La conexión con Israel sin duda no es laraíz del nivel endémico de abusos contralos derechos humanos cometidos por lapolicía brasileña, en especial contra lospobres y los negros. Sin embargo, cuandoAmnistía Internacional citó la semanapasada, como una de las principalescausas del aumento de la violenciapolicial, la llamada "lógica de laconfrontación con el enemigo" en lapolicía, se hace evidente que la influenciaisraelí sólo ha empeorado la situación.Para las personas en Brasil, elfortalecimiento de las relaciones militaresentre Brasil e Israel es una amenaza seriaporque la alta tecnología militar de Israelse va a utilizar principalmente contra lajuventud negra y pobre y los movimientossociales, y porque los entrenamientos dela policía y la cooperación militarconsolidan un modelo de seguridadpública autoritario, punitivo ­y fallido­ loque contribuye a llevar la violencia estatalexistente a un nivel aún más dramático.La campaña internacional de Boicot,Desinversión y Sanciones (BDS) contraIsrael, puesta en marcha en 2005 por lasociedad civil palestina, ha recibido uncreciente apoyo de los movimientossociales y la sociedad civil y hapresionado con éxito a los gobiernos,instituciones públicas y empresas paradetener su cooperación y complicidad conel apartheid israelí. En Brasil, lascampañas para un embargo militar sobreIsrael ­ que ya llevó a la cancelación de unproyecto del gobierno para apoyar a laempresa militar israelí Elbit Systems en laconstrucción de un parque tecnológicoaeroespacial en el sur de Brasil ­ tambiénfortalece la lucha por la desmilitarizaciónde la policía y por un modelo radicalmentedemocrático de seguridad pública.

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Militarisacion de Estado

El Fusil Roto No 102, april del 2015

Ali Issa y Tara TabassiComo organizadores nacionales de laLiga de Opositores a la Guerra (WRL), ycomo personas que dedicamos nuestravida a rechazar el militarismo en elmundo, son pocas las veces queexperimentamos momentos en quenuestro trabajo une esfuerzos, donde elpoder de la gente es mayor que la gentecon poder. Pero muchos esfuerzos seunieron el 5 de septiembre, y pudimossentir la fuerza de ese poder de la gente.Una congregación de muchascomunidades afuera del Hotel OaklandMarriott en Oakland, California –sede dela exposición de armas para la policíaUrban Shield (Escudo urbano)– fue laculminación de meses de preparativoslocales y nacionales en todo EstadosUnidos. Hacia el final del día, nosemocionamos al escuchar el anuncio: laalcaldesa de Oakland, Jean Quan,prometió que Urban Shield terminaría suserie de ocho años y no se llevaría acabo ahí el próximo año. A la vez que losorganizadores celebrábamos estanovedad, también entendimos que erasolamente el comienzo –no solamente denuestro trabajo contra Urban Shield, sinoen la cimentación de sinergia entremovimientos contra la guerra, elmilitarismo, la violencia policial y a favorde la autodeterminación de todas lascomunidades en todo el mundo. Comodijo la coalición Stop Urban Shield en ladeclaración al día siguiente:Sin embargo, los organizadores hanafirmado que su trabajo está lejos determinar. Aunque Oakland no sea sedede la feria y la capacitación, losorganizadores no han recibido garantíasde que la ciudad retirará su participacióncompletamente, por ejemplo, brindandofinanciamiento de la ciudad, enviandoagencias de la ciudad y ofreciendolugares de la ciudad para futuros UrbanShields. En palabras de Lara Kiswani delCentro Árabe de Recursos yOrganización: “Le decimos no a UrbanShield en cualquier lugar, le decimos no ala militarización en todas partes”.Urban Shield se ha llevado a cabo en treslugares: Boston, Massachusetts y elcentro de Texas, además de Oakland,California. Además, esta expansión sehace evidente en el claro crecimiento delprograma nacional de subvenciones, quebrinda a Urban Shield su financiamiento:la Iniciativa Seguridad de Área Urbana(UASI). El programa del Departamento deSeguridad Nacional ofrece más de 500millones en subvenciones a áreasurbanas de ‘alto riesgo’ en EstadosUnidos, y aumentó en cerca de 30millones solamente el año pasado. UASIofrece equipo como drones y vehículosblindados, pero sobre todo, capacita a losdepartamentos de policía y a los equiposde respuesta de emergencia en tácticasde contraterrorismo. Es decir, Urban

Shield, el ejemplo más claro yespectacular de exposiciones queimpulsan el militarismo dentro denuestras comunidades, tiene programasque funcionan en docenas de ciudadesen todo Estados Unidos (39 el añopasado) al igual que sus primos máscallados y más ubicuos. Además, elalcance de Urban Shield se sienteglobalmente, con vendedores destacadoscomo Safariland. Este fabricante clave dearmas exporta gas lacrimógeno y otrastecnologías represivas a Brasil, Bahréin yCanadá, por nombrar solamente algunos.Al mismo tiempo, los departamentos depolicía de Israel, Grecia y los EmiratosÁrabes Unidos compiten en lascapacitaciones, adquiriendo eimpartiendo estrategias militarizadas. Noes raro que estas reuniones confrecuencia sostengan que la siguienteserá “más internacional que nunca”.Es exactamente por eso que nuestrosesfuerzos de Stop Urban Shield tambiénse han expandido, para concentrarse ensu patrocinador principal –la IniciativaSeguridad de Área Urbana. Es nuestraopinión que en vez de que las coalicionesentre diferentes comunidades tengansuficiente poder para retirar esta fuerzade sus comunidades, se usen estosrecursos para respuesta a la emergenciaque determine la comunidad sin que seamplíe el poder de la policía y el ejército.Esto ha surgido en la zona que recibe elmayor monto de fondos de UASI –laCiudad de Nueva York–178 millonessolamente en 2014. La iniciativa de WRLde “Retirar financiamiento al Ejército de[Comisionado] Bratton” ha recibido unarespuesta entusiasta en la ciudad, puesBratton anunció una nueva unidad decontraterrorismo llamada unidades“unidades de respuesta estratégica” acomienzos de este año. El Departamentode Policía de Nueva York no essolamente una fuerza local. Opera enonce países afuera de Estados Unidos,que incluyen Yemen, Alemania,Afganistán e Israel para coordinarrepresión alrededor del mundo.Como lo dijo Skanda Kadirgamar,integrante de WRL, en una recienteconferencia de prensa de ‘Seguridad másallá de la vigilancia policial’ en la Ciudadde Nueva York:“Así como necesitamos reinvertir los1,300 billones de gasto militar anual deEstados Unidos, la Ciudad de Nueva Yorktiene que asignar recursos para laconstrucción de comunidades, no paraocuparlas. Que las comunidades diganque el Departamento de Policía de NuevaYork ‘ocupa’ sus vecindarios no es unametáfora. Es la experiencia que vivenmiles de neoyorquinos. El anuncio deBratton de comienzos de año sobre elGrupo de Respuesta Estratégica,financiado por el Departamento deSeguridad Nacional, solamente destacaese hecho. Nueva York no necesitaametralladoras ni tácticas contra el

terrorismo, sino colegios y servicios desalud. ¡Inviertan en la vida!”Urban Shield solamente hará másprofunda la crisis de la violencia policial yla represión que nuestras comunidadesenfrentan. En vez de aumentar lacapacidad del Departamento de Policíade Nueva York para penalizar, controlar ymatar gente, necesitamos recursos quemantengan a las comunidades prósperas,enteras y libres para florecer. No nosdetendremos hasta tener eso. Nodetenernos significa que sabemos adónde vamos. Saber qué mundoqueremos, y vivirlo en nuestra práctica deresistencia. Saber que debemostransformar la cultura de represión ymiedo que nos rodea en culturas decuidados, apoyo y solidaridad. Nodetenernos significa iniciar algo radicalque podríamos llamar no violenciarevolucionaria.

Resistiendo la militarización de la policíaLa reciente ola de oposición a la violenciapolicial en los Estados Unidos bajo el lema#BlackLivesMatter ha alertado al mundo delpreocupante uso de fuerza letal por variasfuerzas policiales de los Estados Unidoscontra las comunidades negras. Sinembargo, mirando más de cerca a algunasde las tendencias en la policía británicaindican que el público británico no deberíaser complaciente con su propia situación.El concepto de “actividad policial porconsentimiento” hace tiempo que ocupa unlugar especial en el discurso público sobre laactividad policial en el Reino Unido.Elaborado por el primer Director General dela Policía Metropolitana (el jefe de la policíalondinense) a principios del siglo XIX, lasprescripciones clave de la “actividad policialpor consentimiento” son el uso mínimo de lafuerza, el reconocimiento de que el poderpolicial se deriva de la aprobación del públicoy la idea de que la policía cuenta con la“cooperación voluntaria”.¿Pero son estos principios algo más que unabonita idea? Por lo menos en parte, fueroncreados para ganarse al público que estabareceloso y alarmado con los esfuerzos delgobierno para establecer la policíametropolitana en primer lugar. Una opiniónextendida en aquella época era que lasfuerzas policiales deberían estar bajo elcontrol local, en vez del control del gobiernonacional. Este es uno de los motivos por losque hasta el día de hoy, el Reino Unido notiene una fuerza policial nacional a diferenciade muchos otros países.Pero las comunidades negras y deemigrantes británicas siempre han sufridouna vigilancia policialdesproporcionadamente fuerte, así que “laactividad policial por consentimiento” nuncaha sido universal, si alguna vez existió. Dehecho, hay una larga y vergonzosa historiadel uso de la fuerza letal por parte de lospolicías británicos –y una falta de rendiciónde cuentas básica para las familias de lasvíctimas­. Acontecimientos recientes en eluso de armas y una desdibujada fronteraentre el ejército y la policía ofrecen másmotivos para la preocupación.ArsenalLa controvertida compra de tres cañones deagua en 2014 suscitó la preocupaciónpública de que el ideal de una fuerza policialdesarmada estaba bajo amenaza. El usopotencial de este tipo de arsenal, junto con lareducción de las libertades de manifestacióny reunión, plantearon serias dudas sobre lacapacidad de los ciudadanos británicos paraejercer sus libertades democráticas. Aprincipios de este mes, la Secretaria deInterior parecía titubear sobre este asuntocuando anunció que el uso de los cañonesde agua no sería aprobado hasta despuésde las elecciones generales del Reino Unidoen mayo.Quizás, incluso más preocupante, es el usorutinario de Tasers (pistolas deelectrochoque manufacturadas por unaempresa llamada Taser International).Introducidas en un principio para ser usadaspor oficiales especializados, las Tasers son

ahora distribuidas apolicías de a pie.Aunque catalogadascomo “menos letales”,Amnistía informa que enlos Estados Unidos,desde 2001, ha habidomás de 500 muertesdespués de descargascon Tasers bien duranteel arresto o mientras enla cárcel. En el ReinoUnido, los casosindividuales del uso deTaser han aumentadoabruptamente en losúltimos años y ahoraestá en los miles cada año. Recientementehan salido unas cifras mostrando que lasTasers eran usadas desproporcionadamenteen las comunidades negras en Londres yque, niños de tan solo 11 años, estabansiendo sometidos a las Tasers. La Secretariade Interior ha pedido una revisión de su uso.El brazo largo de la leySin embargo, estos últimos debates públicossobre el nuevo arsenal no deberíandistraernos de la preocupante larga historiadel uso de la fuerza, a veces letal, por lasfuerzas policiales británicas.La política sobre armas de fuego del ReinoUnido es rara entre las fuerzas armadas anivel global, en que los oficiales no vanarmadas “rutinariamente”. Sin embargo,unidades armadas existen para apoyar a lasfuerzas individuales. Parte de su papel esresponder reactivamente a incidentesrelacionados con armas. Pero las unidadesarmadas también son usadas“proactivamente” en operaciones policialesrelacionadas con la droga, las armas defuego y el contraterrorismo. Estasoperaciones “proactivas” se basanfuertemente en el manual militar, usandoredadas al alba y dependiendo de losmétodos de recogida de información queestán exentos del escrutinio público ya quese mantienen secretos en subsiguientesprocesos judiciales. Otra tácticaparticularmente polémica usada por lasunidades armadas es la “parada dura”:agentes en coches de policía, armados, enropa de calle, interceptan otro vehículo paraconfrontar a los sospechosos usando unaagresión física extrema diseñada para dar“conmoción y pavor” a los sujetos para quese rindan.Las trágicas muertes de Azelle Rodney en2005 y Mark Duggan en 2011 a manos deagentes armado después de dos de estasoperaciones “paradas duras” preparadas deantemano, demostraron un número desimilitudes. A través de los procesos deinvestigación y consulta, se ha establecidoque no hubo una planificación suficiente,inteligencia limitada y alguien que noconstituía una amenaza inminente y niportaba ningún arma fue matado a tiros.Otras muertes por disparos de la policía queno incluían una “parada dura”, como AnthonyGrainger en 2012, Jean Charles de Menezesen 2005 y Harry Stanley en 1999 tambiéndemuestran la trágicas consecuencias de

combinar la fuerza letal con estereotipo,conjetura e inteligencia limitada.El tirador de la policía que disparó a AzelleRodney ocho veces en la cabeza y el cuerpoahora se enfrenta a un cargo de asesinato.Sin embargo, las tragedias que resultan deluso de fuerza letal por parte de la policía, engeneral, no atraen diligencias penales,incluso en las raras ocasiones en que lasinvestigaciones declaran un veredicto de“asesinato ilegal”. De hecho, no ha habido unenjuiciamiento por homicidio exitoso de unpolicía por una muerte bajo custodia en losúltimos 30 años. Las rutas legales vitalespara impugnar estas tácticas policialessiguen estando, en gran parte, fuera delalcance de las familias y del público engeneral.El Contraterrorismo: el campo de batalleviene a casaEstá especialmente claro lo difuminado quela policía y el ejército se han convertido en elámbito del contraterrorismo. La polémicasobre la manera en la que estas operacionesestaban siendo dirigidas salió a la luz porprimera vez después de la muerte delelectricista brasileño Jean Charles deMenezes, muerto a tiros en su camino altrabajo en un vagón del metro por agentesejecutando una operación decontraterrorismo chapucera a raíz de losatentados de Londres del 7/7 en 2005.Posteriormente se supo que había habidouna serie de fallos en la comunicación yestrategia dentro de la operación policial. Almenos parte de la confusión surgió de la ley“Kratos” –una serie de protocoloscontraterroristas que habían sidodesarrollados después del 11/9 después deconsultar con una variedad de fuerzaspoliciales nacionales, incluidas las de Israel ySri Lanka.Lo que sorprendió a mucha gente en elperiodo posterior fue que la ley Kratosrecomendaba múltiples disparos en lacabeza: de Menezes fue disparado en lacabeza siete veces. Lo que no fue tanseñalado fue que la justificación legalhabitual para el uso de la fuerza fueneutralizada por el nuevo protocolo. Ladirectriz convencional para armas de fuegonon­Kratos dicta que los agentes solo debendisparar cuando hay una amenaza inmediatay que este criterio jurídico se aplica a cadadisparo individual. En su lugar, Kratos

¿Se está pareciendo la policía británica cada vez másal ejército?

substituyó una estructura de mando basadaen un supuesto de que un comandantetendría acceso a inteligencia que los agentessobre el terreno no tendrían –aumentando laposibilidad de que eficazmente, los agentesrecibirían órdenes para disparar a matar,aunque los agentes nunca han admitido queKratos llegase a ser así.Más recientemente, las iniciativas decontraterrorismo han invitado a laparticipación del ejército en funcionespoliciales. Después de Charlie Hebdo y lasmatanzas en el supermercado judío de París,unidades del Servicio Aéreo Especial (SAS,por sus siglas en inglés, parte del ejércitobritánico), después de ser destinados a Irak,Afganistán y Libia, fueron destinados a lascalles del Reino Unido a trabajar con lapolicía en el mayor despliegue militardoméstico desde las Olimpiadas de Londresde 2012. El SAS está, aparentemente,trabajando junto a las unidades “Humint”–servicios de inteligencia encubierto usadosen Afganistán e Irak, ahora destinados en lasciudades del Reino Unido­. Es difícil de vercómo estas operaciones pueden serllamadas a rendir cuentas; no hay casininguna información en el dominio públicosobre estas unidades encubiertas o el SAS.Un debate urgenteEl espectáculo de las Fuerzas Especiales enlas calles de París después de los asesinatosde enero es algo que, en otro momento, sehubiera considerado chocante –loscomentaristas casi ni lo mencionaron­.¿Refleja esto la aceptación tácita del borrosolímite entre el ejército y la policía? Unambiente de miedo generalizado pareceestar reforzando la posición de aquellos queargumentan que una fuerza policial másmilitarizada es la única manera de manteneral público a salvo; en enero, la amenaza deunos ataques similares en el Reino Unido seusó como una justificación para mantener a25 agentes armados en Manchester, queiban a ser jubilados.Pero es justamente es estas ocasiones,cuanto el estado ve al sus propiosciudadanos como el “enemigo interior” quecuestionarse el uso de la fuerza dentro de lapolicía es incluso más importante. En suconjunto, estas tendencias hacia lamilitarización de la policía necesitan undebate urgente y mucho más amplio.

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Militarisacion de EstadoResistiendo la militarización de la policíaLa reciente ola de oposición a la violenciapolicial en los Estados Unidos bajo el lema#BlackLivesMatter ha alertado al mundo delpreocupante uso de fuerza letal por variasfuerzas policiales de los Estados Unidoscontra las comunidades negras. Sinembargo, mirando más de cerca a algunasde las tendencias en la policía británicaindican que el público británico no deberíaser complaciente con su propia situación.El concepto de “actividad policial porconsentimiento” hace tiempo que ocupa unlugar especial en el discurso público sobre laactividad policial en el Reino Unido.Elaborado por el primer Director General dela Policía Metropolitana (el jefe de la policíalondinense) a principios del siglo XIX, lasprescripciones clave de la “actividad policialpor consentimiento” son el uso mínimo de lafuerza, el reconocimiento de que el poderpolicial se deriva de la aprobación del públicoy la idea de que la policía cuenta con la“cooperación voluntaria”.¿Pero son estos principios algo más que unabonita idea? Por lo menos en parte, fueroncreados para ganarse al público que estabareceloso y alarmado con los esfuerzos delgobierno para establecer la policíametropolitana en primer lugar. Una opiniónextendida en aquella época era que lasfuerzas policiales deberían estar bajo elcontrol local, en vez del control del gobiernonacional. Este es uno de los motivos por losque hasta el día de hoy, el Reino Unido notiene una fuerza policial nacional a diferenciade muchos otros países.Pero las comunidades negras y deemigrantes británicas siempre han sufridouna vigilancia policialdesproporcionadamente fuerte, así que “laactividad policial por consentimiento” nuncaha sido universal, si alguna vez existió. Dehecho, hay una larga y vergonzosa historiadel uso de la fuerza letal por parte de lospolicías británicos –y una falta de rendiciónde cuentas básica para las familias de lasvíctimas­. Acontecimientos recientes en eluso de armas y una desdibujada fronteraentre el ejército y la policía ofrecen másmotivos para la preocupación.ArsenalLa controvertida compra de tres cañones deagua en 2014 suscitó la preocupaciónpública de que el ideal de una fuerza policialdesarmada estaba bajo amenaza. El usopotencial de este tipo de arsenal, junto con lareducción de las libertades de manifestacióny reunión, plantearon serias dudas sobre lacapacidad de los ciudadanos británicos paraejercer sus libertades democráticas. Aprincipios de este mes, la Secretaria deInterior parecía titubear sobre este asuntocuando anunció que el uso de los cañonesde agua no sería aprobado hasta despuésde las elecciones generales del Reino Unidoen mayo.Quizás, incluso más preocupante, es el usorutinario de Tasers (pistolas deelectrochoque manufacturadas por unaempresa llamada Taser International).Introducidas en un principio para ser usadaspor oficiales especializados, las Tasers son

ahora distribuidas apolicías de a pie.Aunque catalogadascomo “menos letales”,Amnistía informa que enlos Estados Unidos,desde 2001, ha habidomás de 500 muertesdespués de descargascon Tasers bien duranteel arresto o mientras enla cárcel. En el ReinoUnido, los casosindividuales del uso deTaser han aumentadoabruptamente en losúltimos años y ahoraestá en los miles cada año. Recientementehan salido unas cifras mostrando que lasTasers eran usadas desproporcionadamenteen las comunidades negras en Londres yque, niños de tan solo 11 años, estabansiendo sometidos a las Tasers. La Secretariade Interior ha pedido una revisión de su uso.El brazo largo de la leySin embargo, estos últimos debates públicossobre el nuevo arsenal no deberíandistraernos de la preocupante larga historiadel uso de la fuerza, a veces letal, por lasfuerzas policiales británicas.La política sobre armas de fuego del ReinoUnido es rara entre las fuerzas armadas anivel global, en que los oficiales no vanarmadas “rutinariamente”. Sin embargo,unidades armadas existen para apoyar a lasfuerzas individuales. Parte de su papel esresponder reactivamente a incidentesrelacionados con armas. Pero las unidadesarmadas también son usadas“proactivamente” en operaciones policialesrelacionadas con la droga, las armas defuego y el contraterrorismo. Estasoperaciones “proactivas” se basanfuertemente en el manual militar, usandoredadas al alba y dependiendo de losmétodos de recogida de información queestán exentos del escrutinio público ya quese mantienen secretos en subsiguientesprocesos judiciales. Otra tácticaparticularmente polémica usada por lasunidades armadas es la “parada dura”:agentes en coches de policía, armados, enropa de calle, interceptan otro vehículo paraconfrontar a los sospechosos usando unaagresión física extrema diseñada para dar“conmoción y pavor” a los sujetos para quese rindan.Las trágicas muertes de Azelle Rodney en2005 y Mark Duggan en 2011 a manos deagentes armado después de dos de estasoperaciones “paradas duras” preparadas deantemano, demostraron un número desimilitudes. A través de los procesos deinvestigación y consulta, se ha establecidoque no hubo una planificación suficiente,inteligencia limitada y alguien que noconstituía una amenaza inminente y niportaba ningún arma fue matado a tiros.Otras muertes por disparos de la policía queno incluían una “parada dura”, como AnthonyGrainger en 2012, Jean Charles de Menezesen 2005 y Harry Stanley en 1999 tambiéndemuestran la trágicas consecuencias de

combinar la fuerza letal con estereotipo,conjetura e inteligencia limitada.El tirador de la policía que disparó a AzelleRodney ocho veces en la cabeza y el cuerpoahora se enfrenta a un cargo de asesinato.Sin embargo, las tragedias que resultan deluso de fuerza letal por parte de la policía, engeneral, no atraen diligencias penales,incluso en las raras ocasiones en que lasinvestigaciones declaran un veredicto de“asesinato ilegal”. De hecho, no ha habido unenjuiciamiento por homicidio exitoso de unpolicía por una muerte bajo custodia en losúltimos 30 años. Las rutas legales vitalespara impugnar estas tácticas policialessiguen estando, en gran parte, fuera delalcance de las familias y del público engeneral.El Contraterrorismo: el campo de batalleviene a casaEstá especialmente claro lo difuminado quela policía y el ejército se han convertido en elámbito del contraterrorismo. La polémicasobre la manera en la que estas operacionesestaban siendo dirigidas salió a la luz porprimera vez después de la muerte delelectricista brasileño Jean Charles deMenezes, muerto a tiros en su camino altrabajo en un vagón del metro por agentesejecutando una operación decontraterrorismo chapucera a raíz de losatentados de Londres del 7/7 en 2005.Posteriormente se supo que había habidouna serie de fallos en la comunicación yestrategia dentro de la operación policial. Almenos parte de la confusión surgió de la ley“Kratos” –una serie de protocoloscontraterroristas que habían sidodesarrollados después del 11/9 después deconsultar con una variedad de fuerzaspoliciales nacionales, incluidas las de Israel ySri Lanka.Lo que sorprendió a mucha gente en elperiodo posterior fue que la ley Kratosrecomendaba múltiples disparos en lacabeza: de Menezes fue disparado en lacabeza siete veces. Lo que no fue tanseñalado fue que la justificación legalhabitual para el uso de la fuerza fueneutralizada por el nuevo protocolo. Ladirectriz convencional para armas de fuegonon­Kratos dicta que los agentes solo debendisparar cuando hay una amenaza inmediatay que este criterio jurídico se aplica a cadadisparo individual. En su lugar, Kratos

¿Se está pareciendo la policía británica cada vez másal ejército?

substituyó una estructura de mando basadaen un supuesto de que un comandantetendría acceso a inteligencia que los agentessobre el terreno no tendrían –aumentando laposibilidad de que eficazmente, los agentesrecibirían órdenes para disparar a matar,aunque los agentes nunca han admitido queKratos llegase a ser así.Más recientemente, las iniciativas decontraterrorismo han invitado a laparticipación del ejército en funcionespoliciales. Después de Charlie Hebdo y lasmatanzas en el supermercado judío de París,unidades del Servicio Aéreo Especial (SAS,por sus siglas en inglés, parte del ejércitobritánico), después de ser destinados a Irak,Afganistán y Libia, fueron destinados a lascalles del Reino Unido a trabajar con lapolicía en el mayor despliegue militardoméstico desde las Olimpiadas de Londresde 2012. El SAS está, aparentemente,trabajando junto a las unidades “Humint”–servicios de inteligencia encubierto usadosen Afganistán e Irak, ahora destinados en lasciudades del Reino Unido­. Es difícil de vercómo estas operaciones pueden serllamadas a rendir cuentas; no hay casininguna información en el dominio públicosobre estas unidades encubiertas o el SAS.Un debate urgenteEl espectáculo de las Fuerzas Especiales enlas calles de París después de los asesinatosde enero es algo que, en otro momento, sehubiera considerado chocante –loscomentaristas casi ni lo mencionaron­.¿Refleja esto la aceptación tácita del borrosolímite entre el ejército y la policía? Unambiente de miedo generalizado pareceestar reforzando la posición de aquellos queargumentan que una fuerza policial másmilitarizada es la única manera de manteneral público a salvo; en enero, la amenaza deunos ataques similares en el Reino Unido seusó como una justificación para mantener a25 agentes armados en Manchester, queiban a ser jubilados.Pero es justamente es estas ocasiones,cuanto el estado ve al sus propiosciudadanos como el “enemigo interior” quecuestionarse el uso de la fuerza dentro de lapolicía es incluso más importante. En suconjunto, estas tendencias hacia lamilitarización de la policía necesitan undebate urgente y mucho más amplio. Sigue en página page 6...

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Militarisacion de Estado

El Fusil Roto No 102, april del 2015

Es posible que la situación sea peor en Irak,donde las agencias de la ONU dependíande la protección de los soldadosestadounidenses hasta la partida oficial deIrak, en 2011, del ejército norteamericano.Esto significa que, cada vez que cualquieroficial de la ONU se desplazaba porBagdad y otras áreas fuera del Kurdistániraquí, solo lo hacía con la escolta de lastropas de EE. UU. Cualquier visita aciudadanos locales, cualquier entrega desuministros eran “facilitadas” por las tropasestadounidenses. Está claro que, despuésde la casi guerra civil de 2006­2007 enciertas partes de Irak, se necesitó algún tipode protección para las agenciashumanitarias, pero para ese entonces EE.UU. se había convertido en ocupante y así,por extensión, la prestación de ayuda sepercibió como una ocupación. Después deque las tropas partieran, la ONUproporcionó su propia seguridad para lasmisiones, pero mientras, las diferentesnacionalidades de la ONU y la postura noagresiva de los soldados de la ONU quebrindan protección podrían pensar distintode los miembros del personal de dichaorganización. Ponte en el lugar de unciudadano de Faluya o Ramadi que vellegar un convoy blindado; los logos podríanser diferentes, pero los soldados todavíaestán allí. Es bastante difícil que se sientaneutral o imparcial. Y ahora la ONU estáatascada: la protección se ha convertido enuna necesidad que se autoperpetúa.Cuanto más te desplaces en convoyesfuertemente armados, más vas a necesitarhacerlo, en parte, porque te convertirás enun blanco fácil de identificar. La ONU tieneuna historia peculiar en Irak, rechazada anivel mundial, que se relaciona con lassanciones por corrupción y falta decombustible para alimentos durante losnoventa. Pero la forma de ganarse laconfianza fue, podría decirse, no terminardisfrazados de ejército estadounidense:mientras que el Programa Mundial deAlimentos (PMA) y UNICEF son unas de laspocas entidades internacionales que en laactualidad se las arreglan para conseguirasistencia para los necesitados de Ambar,es a través de ese prisma de ocupación porel que ellas serán vistas. Las ONGinternacionales entraron en Irak, en granmedida, debido a la invasiónnorteamericana y, aunque muchas seesfuerzan por cumplir con los principioshumanitarios y trasladarse sin la protecciónarmada que las agencias de la ONU exigen,necesitan trabajar de manera ardua paraevitar que las asocien con la ocupación.de un ciudadano de Faluya o Ramadi queve llegar un convoy blindado; los logospodrían ser diferentes, pero los soldadostodavía están allí. Es bastante difícil que sesienta neutral o imparcial. Y ahora la ONUestá atascada: la protección se haconvertido en una necesidad que seautoperpetúa. Cuanto más te desplaces enconvoyes fuertemente armados, más vas anecesitar hacerlo, en parte, porque teconvertirás en un blanco fácil de identificar.La ONU tiene una historia peculiar en Irak,rechazada a nivel mundial, que se relacionacon las sanciones por corrupción y falta de

combustible para alimentos durante losnoventa. Pero la forma de ganarse laconfianza fue, podría decirse, no terminardisfrazados de ejército estadounidense:mientras que el Programa Mundial deAlimentos (PMA) y UNICEF son unas de laspocas entidades internacionales que en laactualidad se las arreglan para conseguirasistencia para los necesitados de Ambar,es a través de ese prisma de ocupación porel que ellas serán vistas. Las ONGinternacionales entraron en Irak, en granmedida, debido a la invasiónnorteamericana y, aunque muchas seesfuerzan por cumplir con los principioshumanitarios y trasladarse sin la protecciónarmada que las agencias de la ONU exigen,necesitan trabajar de manera ardua paraevitar que las asocien con la ocupación.También existe una pregunta legítima sobresi la ayuda se puede proporcionar de formaneutral en un conflicto donde, comomínimo, las agencias humanitarias tendránque negociar con muchas faccionesdiferentes para poder prestar asistencia. ElComité Internacional de la Cruz roja (CICR)y, de hecho, la misma OCAH utilizanejemplos de múltiples negociaciones parademostrar su neutralidad, pero son pocaslas organizaciones con semejantecapacidad.4 Durante muchas décadas, losagentes humanitarios tomaron parte yfallaron en esa prueba implícita deneutralidad, con frecuencia, por una buenarazón (un buen ejemplo es la asistencia alos rebeldes de Eritrea y Tigray a lo largo dela guerra civil etíope). No obstante, doscosas cambiaron de manera explícita desdelas invasiones a Afganistán e Irak: elsuministro directo de ayuda por parte delejército ha llevado al beneficiario a unarelación tipo colonial y la constantetitulización de asistencia limita tanto elacceso como la eficacia.En Afganistán e Irak, las justificaciones dela invasión y los testimonios de los soldadosparticipantes dejan en claro que lasmisiones rápidamente cambiaron asituaciones donde los soldados creían queestaban en una misión humanitaria, en elcaso de Afganistán, para contribuir con elimpulso del desarrollo económico y, encuanto a Irak, para ayudar a traer lademocracia. Otros aducen que la creaciónde equipos de reconstrucción en Afganistándejó poco legado y fracasó en no darlesespacio a las agencias de desarrollo nomilitares para crear relaciones y proveer uncompromiso a más largo plazo.5 Losequipos de reconstrucción se asociaron conlos objetivos políticos y militares de losocupantes y no con los de las agencias dedesarrollo neutrales o imparciales.Es posible que la situación sea peor en Irak,donde las agencias de la ONU dependíande la protección de los soldadosestadounidenses hasta la partida oficial deIrak, en 2011, del ejército norteamericano.Esto significa que, cada vez que cualquieroficial de la ONU se desplazaba porBagdad y otras áreas fuera del Kurdistániraquí, solo lo hacía con la escolta de las

tropas de EE. UU. Cualquier visita aciudadanos locales, cualquier entrega desuministros eran “facilitadas” por las tropasestadounidenses. Está claro que, despuésde la casi guerra civil de 2006­2007 enciertas partes de Irak, se necesitó algún tipode protección para las agenciashumanitarias, pero para ese entonces EE.UU. se había convertido en ocupante y así,por extensión, la prestación de ayuda sepercibió como una ocupación. Después deque las tropas partieran, la ONUproporcionó su propia seguridad para lasmisiones, pero mientras, las diferentesnacionalidades de la ONU y la postura noagresiva de los soldados de la ONU quebrindan protección podrían pensar distintode los miembros del personal de dichaorganización. Ponte en el lugar de unciudadano de Faluya o Ramadi que vellegar un convoy blindado; los logos podríanser diferentes, pero los soldados todavíaestán allí. Es bastante difícil que se sientaneutral o imparcial. Y ahora la ONU estáatascada: la protección se ha convertido enuna necesidad que se autoperpetúa.Cuanto más te desplaces en convoyesfuertemente armados, más vas a necesitarhacerlo, en parte, porque te convertirás enun blanco fácil de identificar. La ONU tieneuna historia peculiar en Irak, rechazada anivel mundial, que se relaciona con lassanciones por corrupción y falta decombustible para alimentos durante losnoventa. Pero la forma de ganarse laconfianza fue, podría decirse, no terminardisfrazados de ejército estadounidense:mientras que el Programa Mundial deAlimentos (PMA) y UNICEF son unas de laspocas entidades internacionales que en laactualidad se las arreglan para conseguirasistencia para los necesitados de Ambar,es a través de ese prisma de ocupación porel que ellas serán vistas. Las ONGinternacionales entraron en Irak, en granmedida, debido a la invasiónnorteamericana y, aunque muchas seesfuerzan por cumplir con los principioshumanitarios y trasladarse sin la protecciónarmada que las agencias de la ONU exigen,necesitan trabajar de manera ardua paraevitar que las asocien con la ocupación.La situación de Kurdistán es diferente, encierta medida, por la relativa estabilidad enese lugar, lo que significa que la ONU yotras agencias internacionales han resistidomejor la lenta y progresiva titulización de laayuda. Es posible que las agencias de laONU viajen por Kurdistán sin protección.Las consecuencias son que casi toda laasistencia prestada hoy por hoy a losiraquíes desplazados como resultado delcrecimiento del llamado Estado Islámico seda en el Kurdistán iraquí. Las últimas cifrasde la ONU sugieren que más de 2.6millones de personas han sido desplazadasde Irak. Solo alrededor de la mitad de estasse encuentra en Kurdistán. Hay personasnecesitadas en áreas de conflicto en Ambar,Nínive y Diala. ¿Dónde está la ayudaimparcial que les llega? Diría que ningunaentidad internacional sobre el terreno iraquí

La titulizacion de ayuda en Irak y el guiado por lahumanidad, la neutralidad y la imparcialidad

Sigue en página 9...

viene de página 8se atreve a negociar el acceso con lasfuerzas insurgentes o incluso con los líderestribales porque los trabajadoreshumanitarios se identifican ahora de formatotal con uno de los lados del conflicto y la“protección” necesaria para operar en zonasde conflicto acentúa la asociación con unlado.En Siria, es posible argumentar que lasONG internacionales se empeñan en serimparciales: trabajan con una variedad deentidades, tanto en el Gobierno como en laszonas controladas por los rebeldes, y estándispuestas a conseguir ayuda para aquellasáreas controladas por toda clase de grupos.Sin embargo, la cantidad de asistencia quese obtiene es muy limitada y las grandesagencias de la ONU se sienten frustradaspor las restricciones de trabajar dentro delos límites de un sistema que exige laaprobación del Gobierno y, con frecuencia,seguridad gubernamental.ConclusiónLa militarización y subsecuente titulizaciónde la prestación de asistencia tantohumanitaria como para el desarrollo en Irakhan limitado de manera grave la habilidadde la ONU de proporcionar ayuda aaquellos que más lo necesitan y handebilitado el compromiso mundial para unaasistencia imparcial, brindada de formaindependiente. En Siria, tampoco es posibleproporcionar ayuda independiente, peromediante el trabajo con una amplia variedadde grupos, las ONG internacionales handemostrado que todavía se puede serimparcial y, así, intentar llegar a aquellosque más lo necesitan. A pesar de lasdificultades, se está más cerca deimplementar la visión de la ONU de brindarasistencia de forma independiente y guiadapor la humanidad, la neutralidad y laimparcialidad que de la propia ONU.También demuestra positivamente quemediante el trabajo con entidades localestodavía es posible fomentar y adherirse alos principios humanitarios. Todas lasorganizaciones humanitarias deberíancontinuar resistiendo la titulización deasistencia de ser posible.

9El Fusil Roto No 102, abril del 2015

Militarisacion de Estado

Prasanna RatnayakeSri Lanka tiene una larga historia deviolencia armada y masacres desde quese independizó de Gran Bretaña en 1948.Hubo disturbios étnicos en 1953, ‘58, ‘77,’83 y ’87; dos levantamientos en 1971 y1986­90; y 30 años de guerra civil entrelos Tigres de Liberación del Ealam Tamil(LTTE, por la sigla en inglés, o tigrestamiles) del Norte y el Este y losnacionalistas cingaleses del Sur. Laguerra finalizó el 19 de mayo de 2009 conla masacre de decenas de miles de civilestamiles. Para ese entonces, más de300.000 personas se habían convertidoen desplazados internos.Los puntos de este texto abordan los 10años desde que Mahinda Rajapaksa,exabogado especialista en derechoshumanos, asumió el poder en noviembrede 2005 hasta la caída de su régimen, el9 de enero de 2015. Una combinación departidos políticos —ultranacionalistasbudistas cingaleses, socialistas, marxistasy el partido de los monjes budistas—había apoyado la candidatura deRajapaksa. Desde el momento en que seconvirtió en presidente, prácticamente dela noche a la mañana, ingresamos en elperíodo de lo que se convertiría en unestado militarizado por completo. Unamañana, nos despertamos y encontramospuntos de control del ejército, vehículosmilitares, policías y soldados por todaspartes. Cynthia Enloe lo describió muybien: ““La militarización es el procesopaulatino por el cual algo pasa a sercontrolado por, depende de o deriva suvalor del ejército como institución o decriterios militaristas” (Maneuvers: TheInternational Politics of MilitarizingWomen's Lives, University of CaliforniaPress, Berkeley, 2000).

En 2005, tuvo lugar el tercer año del ceseal fuego de la guerra civil, mediado ymonitoreado por los noruegos. Habíahabido algunas rondas de conversacionesde paz, pero se había avanzado poco y sesabía que la interrupción de losenfrentamientos había sido usada por losdos bandos como preparación para elpróximo asalto.En el Sur, con la llegada de losRajapaksa, la militarización no se vio soloen las calles. Todos los medios decomunicación masiva habían cambiado detono: la militarización se volviópredominante y la cultura popular seconvirtió en cultura militar. En lugar de darnoticias sobre las conversaciones de pazy los dividendos de la paz, los artistas, loscantantes, los actores y los modelos dealta costura pintaban, cantaban, bailaban,desfilaban y hacían anuncios patrióticos.Se emitían una y otra vez videoclips depelículas sobre las atrocidades cometidascon anterioridad por los tigres tamiles—por ejemplo, la explosión de una bombaen 1987— para aumentar el temor, el odioy la inseguridad entre los cingaleses yprepararlos para el regreso a la guerra.Se diseñó un concurso para el personalmilitar basado en American Idol: ¿quiénpodría cantar mejor una canciónpatriótica? Un anuncio publicitariomostraba a una mujer con varios mesesde embarazo que le cedía su asiento en elautobús a un soldado. Los bebés y losniños tenían vestimenta con camuflaje ylas mujeres usaban bufandas conestampado camuflado. Los individuos ylas empresas juntaban cantidadesenormes de dinero para garantizar elbienestar de los soldados. Elreclutamiento se disparó. Se mostraba alos líderes religiosos en los noticieros detelevisión mientras bendecían a nuevoscontingentes armados. Las fuerzas civilesde defensa se instalaron en templosbudistas y las escuelas montessori seconvirtieron en centros de coordinaciónpara los programas de “fortalezanacional”.Al mismo tiempo, los tigres tamilescontinuaron con su gobierno militar ya depor sí severo: reclutaron niños para sersoldados, monitorearon toda la actividadcivil, controlaron los bancos, los serviciospostales, el transporte, las escuelas, supropio sistema jurídico, compraron másequipamiento militar y enviaron atacantessuicidas al Sur.En menos de un año, se reanudó laguerra. Las fuerzas cingalesas tardarontres años para aplastar definitivamente alos tigres tamiles. El presidente Mahindadescribió esa masacre como una“operación humanitaria” en la que no huboninguna víctima civil: “Nuestras tropasllevaban un arma en una mano y una

Es posible que la situación sea peor en Irak,donde las agencias de la ONU dependíande la protección de los soldadosestadounidenses hasta la partida oficial deIrak, en 2011, del ejército norteamericano.Esto significa que, cada vez que cualquieroficial de la ONU se desplazaba porBagdad y otras áreas fuera del Kurdistániraquí, solo lo hacía con la escolta de lastropas de EE. UU. Cualquier visita aciudadanos locales, cualquier entrega desuministros eran “facilitadas” por las tropasestadounidenses. Está claro que, despuésde la casi guerra civil de 2006­2007 enciertas partes de Irak, se necesitó algún tipode protección para las agenciashumanitarias, pero para ese entonces EE.UU. se había convertido en ocupante y así,por extensión, la prestación de ayuda sepercibió como una ocupación. Después deque las tropas partieran, la ONUproporcionó su propia seguridad para lasmisiones, pero mientras, las diferentesnacionalidades de la ONU y la postura noagresiva de los soldados de la ONU quebrindan protección podrían pensar distintode los miembros del personal de dichaorganización. Ponte en el lugar de unciudadano de Faluya o Ramadi que vellegar un convoy blindado; los logos podríanser diferentes, pero los soldados todavíaestán allí. Es bastante difícil que se sientaneutral o imparcial. Y ahora la ONU estáatascada: la protección se ha convertido enuna necesidad que se autoperpetúa.Cuanto más te desplaces en convoyesfuertemente armados, más vas a necesitarhacerlo, en parte, porque te convertirás enun blanco fácil de identificar. La ONU tieneuna historia peculiar en Irak, rechazada anivel mundial, que se relaciona con lassanciones por corrupción y falta decombustible para alimentos durante losnoventa. Pero la forma de ganarse laconfianza fue, podría decirse, no terminardisfrazados de ejército estadounidense:mientras que el Programa Mundial deAlimentos (PMA) y UNICEF son unas de laspocas entidades internacionales que en laactualidad se las arreglan para conseguirasistencia para los necesitados de Ambar,es a través de ese prisma de ocupación porel que ellas serán vistas. Las ONGinternacionales entraron en Irak, en granmedida, debido a la invasiónnorteamericana y, aunque muchas seesfuerzan por cumplir con los principioshumanitarios y trasladarse sin la protecciónarmada que las agencias de la ONU exigen,necesitan trabajar de manera ardua paraevitar que las asocien con la ocupación.de un ciudadano de Faluya o Ramadi queve llegar un convoy blindado; los logospodrían ser diferentes, pero los soldadostodavía están allí. Es bastante difícil que sesienta neutral o imparcial. Y ahora la ONUestá atascada: la protección se haconvertido en una necesidad que seautoperpetúa. Cuanto más te desplaces enconvoyes fuertemente armados, más vas anecesitar hacerlo, en parte, porque teconvertirás en un blanco fácil de identificar.La ONU tiene una historia peculiar en Irak,rechazada a nivel mundial, que se relacionacon las sanciones por corrupción y falta de

combustible para alimentos durante losnoventa. Pero la forma de ganarse laconfianza fue, podría decirse, no terminardisfrazados de ejército estadounidense:mientras que el Programa Mundial deAlimentos (PMA) y UNICEF son unas de laspocas entidades internacionales que en laactualidad se las arreglan para conseguirasistencia para los necesitados de Ambar,es a través de ese prisma de ocupación porel que ellas serán vistas. Las ONGinternacionales entraron en Irak, en granmedida, debido a la invasiónnorteamericana y, aunque muchas seesfuerzan por cumplir con los principioshumanitarios y trasladarse sin la protecciónarmada que las agencias de la ONU exigen,necesitan trabajar de manera ardua paraevitar que las asocien con la ocupación.También existe una pregunta legítima sobresi la ayuda se puede proporcionar de formaneutral en un conflicto donde, comomínimo, las agencias humanitarias tendránque negociar con muchas faccionesdiferentes para poder prestar asistencia. ElComité Internacional de la Cruz roja (CICR)y, de hecho, la misma OCAH utilizanejemplos de múltiples negociaciones parademostrar su neutralidad, pero son pocaslas organizaciones con semejantecapacidad.4 Durante muchas décadas, losagentes humanitarios tomaron parte yfallaron en esa prueba implícita deneutralidad, con frecuencia, por una buenarazón (un buen ejemplo es la asistencia alos rebeldes de Eritrea y Tigray a lo largo dela guerra civil etíope). No obstante, doscosas cambiaron de manera explícita desdelas invasiones a Afganistán e Irak: elsuministro directo de ayuda por parte delejército ha llevado al beneficiario a unarelación tipo colonial y la constantetitulización de asistencia limita tanto elacceso como la eficacia.En Afganistán e Irak, las justificaciones dela invasión y los testimonios de los soldadosparticipantes dejan en claro que lasmisiones rápidamente cambiaron asituaciones donde los soldados creían queestaban en una misión humanitaria, en elcaso de Afganistán, para contribuir con elimpulso del desarrollo económico y, encuanto a Irak, para ayudar a traer lademocracia. Otros aducen que la creaciónde equipos de reconstrucción en Afganistándejó poco legado y fracasó en no darlesespacio a las agencias de desarrollo nomilitares para crear relaciones y proveer uncompromiso a más largo plazo.5 Losequipos de reconstrucción se asociaron conlos objetivos políticos y militares de losocupantes y no con los de las agencias dedesarrollo neutrales o imparciales.Es posible que la situación sea peor en Irak,donde las agencias de la ONU dependíande la protección de los soldadosestadounidenses hasta la partida oficial deIrak, en 2011, del ejército norteamericano.Esto significa que, cada vez que cualquieroficial de la ONU se desplazaba porBagdad y otras áreas fuera del Kurdistániraquí, solo lo hacía con la escolta de las

tropas de EE. UU. Cualquier visita aciudadanos locales, cualquier entrega desuministros eran “facilitadas” por las tropasestadounidenses. Está claro que, despuésde la casi guerra civil de 2006­2007 enciertas partes de Irak, se necesitó algún tipode protección para las agenciashumanitarias, pero para ese entonces EE.UU. se había convertido en ocupante y así,por extensión, la prestación de ayuda sepercibió como una ocupación. Después deque las tropas partieran, la ONUproporcionó su propia seguridad para lasmisiones, pero mientras, las diferentesnacionalidades de la ONU y la postura noagresiva de los soldados de la ONU quebrindan protección podrían pensar distintode los miembros del personal de dichaorganización. Ponte en el lugar de unciudadano de Faluya o Ramadi que vellegar un convoy blindado; los logos podríanser diferentes, pero los soldados todavíaestán allí. Es bastante difícil que se sientaneutral o imparcial. Y ahora la ONU estáatascada: la protección se ha convertido enuna necesidad que se autoperpetúa.Cuanto más te desplaces en convoyesfuertemente armados, más vas a necesitarhacerlo, en parte, porque te convertirás enun blanco fácil de identificar. La ONU tieneuna historia peculiar en Irak, rechazada anivel mundial, que se relaciona con lassanciones por corrupción y falta decombustible para alimentos durante losnoventa. Pero la forma de ganarse laconfianza fue, podría decirse, no terminardisfrazados de ejército estadounidense:mientras que el Programa Mundial deAlimentos (PMA) y UNICEF son unas de laspocas entidades internacionales que en laactualidad se las arreglan para conseguirasistencia para los necesitados de Ambar,es a través de ese prisma de ocupación porel que ellas serán vistas. Las ONGinternacionales entraron en Irak, en granmedida, debido a la invasiónnorteamericana y, aunque muchas seesfuerzan por cumplir con los principioshumanitarios y trasladarse sin la protecciónarmada que las agencias de la ONU exigen,necesitan trabajar de manera ardua paraevitar que las asocien con la ocupación.La situación de Kurdistán es diferente, encierta medida, por la relativa estabilidad enese lugar, lo que significa que la ONU yotras agencias internacionales han resistidomejor la lenta y progresiva titulización de laayuda. Es posible que las agencias de laONU viajen por Kurdistán sin protección.Las consecuencias son que casi toda laasistencia prestada hoy por hoy a losiraquíes desplazados como resultado delcrecimiento del llamado Estado Islámico seda en el Kurdistán iraquí. Las últimas cifrasde la ONU sugieren que más de 2.6millones de personas han sido desplazadasde Irak. Solo alrededor de la mitad de estasse encuentra en Kurdistán. Hay personasnecesitadas en áreas de conflicto en Ambar,Nínive y Diala. ¿Dónde está la ayudaimparcial que les llega? Diría que ningunaentidad internacional sobre el terreno iraquí

“Vigilen sus espaldas”–Comentarios sobre la militarizaciónde Sri LankaLa titulizacion de ayuda en Irak y el guiado por lahumanidad, la neutralidad y la imparcialidad

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viene de página 8se atreve a negociar el acceso con lasfuerzas insurgentes o incluso con los líderestribales porque los trabajadoreshumanitarios se identifican ahora de formatotal con uno de los lados del conflicto y la“protección” necesaria para operar en zonasde conflicto acentúa la asociación con unlado.En Siria, es posible argumentar que lasONG internacionales se empeñan en serimparciales: trabajan con una variedad deentidades, tanto en el Gobierno como en laszonas controladas por los rebeldes, y estándispuestas a conseguir ayuda para aquellasáreas controladas por toda clase de grupos.Sin embargo, la cantidad de asistencia quese obtiene es muy limitada y las grandesagencias de la ONU se sienten frustradaspor las restricciones de trabajar dentro delos límites de un sistema que exige laaprobación del Gobierno y, con frecuencia,seguridad gubernamental.ConclusiónLa militarización y subsecuente titulizaciónde la prestación de asistencia tantohumanitaria como para el desarrollo en Irakhan limitado de manera grave la habilidadde la ONU de proporcionar ayuda aaquellos que más lo necesitan y handebilitado el compromiso mundial para unaasistencia imparcial, brindada de formaindependiente. En Siria, tampoco es posibleproporcionar ayuda independiente, peromediante el trabajo con una amplia variedadde grupos, las ONG internacionales handemostrado que todavía se puede serimparcial y, así, intentar llegar a aquellosque más lo necesitan. A pesar de lasdificultades, se está más cerca deimplementar la visión de la ONU de brindarasistencia de forma independiente y guiadapor la humanidad, la neutralidad y laimparcialidad que de la propia ONU.También demuestra positivamente quemediante el trabajo con entidades localestodavía es posible fomentar y adherirse alos principios humanitarios. Todas lasorganizaciones humanitarias deberíancontinuar resistiendo la titulización deasistencia de ser posible.

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copia de la carta delos derechoshumanos en la otra”.El hecho de que estaoperación conllevómentiras,ejecucionesextrajudiciales,masacres y unacantidad incontablede delitos contra lahumanidad haquedado biendocumentado en lacobertura de laprensa extranjera yen un informe de lasNaciones Unidas queafirmaba que almenos 40.000 civilesfueron asesinados enla batalla final. Otros organismosaseveraron que el total de víctimas fuemucho más grande. Esas denunciasdieron lugar a demandas reiteradas paraque Sri Lanka se presentase ante untribunal internacional de crímenes deguerra.La militarización no terminó con la victoriafinal. Pocos meses después de habercomenzado el 2010, el héroe de guerra ypresidente Rajapaksa convocó aelecciones y ganó con facilidad susegundo mandato. Hizo importantesreestructuraciones del gabinete. Suhermano Gotabaya, uno de los ideólogosde la guerra, continuó como Secretario deDefensa y el Ministerio de Defensa sehizo cargo de la cartera de la Dirección deDesarrollo Urbano.La Dirección de Desarrollo Urbanoempleó soldados para trabajar en elnuevo Proyecto de Embellecimiento de laCiudad, lo cual implicó despejar losbarrios marginales para poder vender losterrenos a inversionistas chinos e indios,crear y administrar parques públicos,áreas de juego, centros comerciales,hoteles para turistas, restaurantes,salones de belleza y otras mejoras.Por orden del presidente ejecutivo,Mahinda Rajapaksa, a todos losestudiantes universitarios se les exigióhacer un curso de disciplina militar y atodos los directores de escuelas se lesexigió recibir entrenamiento militar, dondefueron convertidos en coroneles.Los exmilitares tomaron el control de losservicios civiles y extranjeros, y en lasciudades los hombres merodeaban porlas calles cada 100 metros monitoreandoquién pasaba y qué ocurría. Usabanvestimenta civil pero aún tenían sus botasmilitares. Los “secuestros en camionetasblancas”, que habían comenzado en2005, se apoderaron de cada vez máscantidad de personas, donde losperiodistas eran un blanco en particular.Algunos simplemente desaparecieron,otros fueron encontrados muertosalgunos días después con marcas dehaber sido torturados. La violenciaextrema se volvió normal y el régimen nosmantuvo bajo las riendas de su terrorismode estado. Cientos de periodistas yactivistas de los derechos humanoshuyeron del país. El presupuesto de

defensa nacional fue más elevado quedurante la guerra.En las regiones tamiles del Norte y el Esteque habían sido conquistadas, el personalmilitar cingalés reemplazó a todos losgobernadores, los administradores localesy los policías. En Jaffna, había un soldadocada diez habitantes del lugar y lademografía se encontraba en cambio. Elgobierno organizaba viajes de turismo deguerra destinados a los sureños, para quevieran el monumento a la victoria, elterritorio conquistado y las personastraumatizadas.El 9 de enero de este año, casi pormilagro, el régimen de Rajapaksa perdiólas elecciones. El nuevo gobierno se hamovido con cuidado y cautela paracomenzar el proceso complejo de traercordura a un país frágil, acobardado yexhausto. El objetivo es reinstaurar la leyy el orden, sanar el vínculo roto entre lascomunidades étnicas y religiosas, crearconfianza en el gobierno y en la sociedadcivil desde la base y recuperarse deltsunami de injusticia y crueldad.En los últimos tres meses, se hanrealizado movimientos sensatos yalentadores. Quiero creer que la cantidadenorme de trabajo necesario para latransformación continuará; que podemostener un futuro en paz, reconciliación yunión. A decir verdad, después de todauna vida de brutalidad y horror, aunquesiempre creí en la resistencia y lacreatividad de mi pueblo, tengo miedo desentir demasiada confianza. No quieroterminar así, pero una vez más CynthiaEnloe lo expresó bien: “Lo que se hamilitarizado se puede desmilitarizar. Loque se ha desmilitarizado se puederemilitarizar”.

Foto: Universidad de Colombia, 2012

viene de página 9. La Nueva Ley de Seguridad y los Valores Militares dela Policía en Turquíacelebrar la victoria de la democracia ylibertades individuales en el país, comomuchos conservadores y liberales hanestado reclamando. ¿Podemos realmenteconcluir que el retiro de las fuerzas armadascomo una institución de la esfera política hacreado una zona “libre de militarismo” noviolenta para la política? El infame récord enderechos humanos de los 13 años degobierno AKP da pocos motivos para eloptimismo en este sentido. Durante superiodo en el poder, el AKP ha llevado a caboalgunos cambios profundos en la ley,expandiendo el poder extrajudicial de lapolicía, relajando los controles sobre su usode la fuerza y haciéndola menos responsableante el escrutinio judicial. Inició la Ley deDelitos Menores en 2004, que incremento lospoderes policiales de intervención en la vidadiaria de los ciudadanos a través de ciertasmedidas de “prevención criminal”. En 2006,hizo importantes cambios a la LeyAntiterroristas que dio a las autoridadesestatales más derechos que llevó aviolaciones y restricciones en las libertades.Finalmente, promulgó la nueva Ley deSeguridad Interna que expandió,significativamente, los poderes extrajudicialesde la policía, por medio de legislación másconsistente con un régimen militar autoritario.Dado todos los cambios introducidos por estegobierno entonces, ¿qué puede uno concluirsobre el llamado éxito del AKP en términosde desmilitarización de la política turca?Argumentaría que no ha habido unadesmilitarización, simplemente otra forma demilitarización disfrazada de un juego depoder institucional entre las élites militares deun lado y un gobierno conservador­neoliberallisto para incautar el legado del golpe deEstado militar, concretamente la fuerzapolicial, en el otro. El último ha ganado eljuego, a menos de momento. Parece queahora es el turno del AKP de crear su propio“estado de seguridad nacional” que estáconsiguiendo usando la policía cuyos valoresy estructura organizacional es heredada delgolpe de Estado militar de 1980. Teniendoesto presente, el ganador último, desde mipunto de vista, no ha sido un grupo particularo partido político pero –quizás con máspesimismo­ la mentalidad traída por el golpede Estado militar de 1980.

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Militarisacion de Estado

Semih SapmazUna nueva ley de seguridad interna que dapoderes draconianos a la policía ha entradoen vigor recientemente en Turquía. Expandeenormemente el poder de la policía y leotorga alguna autoridad extrajudicial, la ley noconcede medidas apropiadas a losciudadanos con las que protegerse del abusode este poder. Ampliamente criticado por laoposición, tanto dentro como fuera delparlamento, la nueva ley otorga unospoderes de búsqueda a la policía másamplios, les da autoridad extrajudicial paradetener y expande su control sobre el uso dearmas de fuego, mientras define nuevoscrímenes para los manifestantes comocubrirse la cara o usar hondas –concondenas de prisión de hasta 4 años­.1Mientras, como era de esperar, el gobiernodefendió la ley como una garantía paramantener el orden público, la oposición ladeclaró una manifestación del “estadopolicial” del partido gobernante. Argumentaríaaquí que mientras que el contenido de la leypuede ser nuevo, los valores en los que sebasa llevan mucho tiempo establecidos en lapolítica turca; que son los “valores militares”.Más aún, sostendría que todas y cada una delas piezas de la legislación que incrementanlos poderes de la policía debería entendersecomo otra forma de militarización quecaracteriza al gobierno de AKP, lamilitarización de la policía. Para aclarar estepunto, empezaré con una descripción brevede la relación entre estos términos.La Militarización de la PolicíaEl militarismo, para usar brevemente lostérminos de Enloe, se trata de “ver al mundocomo un lugar peligroso al que es mejoracercarse con actitudes militaristas”, que sebasa en la creencia de una jerarquía,obediencia y el uso de la fuerza.2 Aunque lasfuerzas armadas, como institución, juega unpapel central en este proceso, losinstrumentos estatales reproduciendo estamentalidad se extienden mucho más allá delos cuarteles. La policía, como una instituciónestatal no militar con la capacidad de usar lafuerza física en la regulación de lasrelaciones interpersonales en el día a día, seconvierte en altamente instrumental en esteproceso. Esto es especialmente así en elcontexto de los estados democráticosliberales donde la capacidad de las fuerzasarmadas para intervenir en el día a día de losciudadanos está excepcionalmenterestringida y, por lo tanto, el valor instrumentalde la policía en la normalización de los“valores militares”más allá del cuartel semerece una atención especial. Lamilitarización de la policía en este contextotiene grandes implicaciones para lamilitarización de la sociedad en general.¿Qué quiere decir exactamente el término“militarización de la policía”? Según Costa yMedeiros, tiene dos modalidades: lamilitarización interna y externa. Mientras laprimera se refiere a “el grado de ideologíamilitar y estructura organizacional que adoptauna fuerza policial”, la segunda se refiere a“la medida en la que las fuerzas armadas

ejerce una influencia sobre lasorganizacionespoliciales”.3 Además, lamilitarización de la policíatambién se refiere a laadopción de unos “valoresmilitares” en sus operaciones.El término connote la crecientedependencia de la policía en“eficacia” y “rendimiento” envez de “proporcionalidad” en eluso de la fuerza.4 Con laflexibilización de los controlessobre las operaciones policialesjunto con la ampliación de lospoderes policiales sobre el usode la fuerza, el caso turcoproporciona un buen ejemplode este proceso. Habiendoestablecido este marco, ahorapodemos centrarnos en el casoturco en la práctica.La Militarización de la Policíaen TurquíaUna reciente investigación en lasubcultura de la policía turcarevela que “elconservacionismo­nacionalista”, que equivale a“un apoyo ferviente de laidentidad turca y al islam suní”,es la orientación políticadominante entre los miembrosde la organización.5 Es enrelación a esta afiliaciónideológica que muchos segmentos de lasociedad, como la Izquierda, los Kurdos y losAlevíes, están “enemistados” con la prácticapolicial y su discurso.6 Los disidentes sonreducidos a “enemigos internos”confabulando contra el estado y se lesconsidera indignos de los derechos quedisfrutan los “ciudadanos correctos”. Elinfame récord de la policía turca en el usodesproporcionado de la fuerza es unamanifestación de esta situación donde losmanifestantes pueden ser privados de susderechos más básicos –incluso su derecho ala vida­7 en el interés de proteger el ordenpúblico. Esto “deshumaniza” a los sujetosdisidentes, reduciéndoles a enemigos quetienen que ser derrotados, parecido a unambiente de campo de batalla donde losderechos constitucionales de uno dejan detener validad.Junto a este trasfondo ideológico, la prácticade valores militares también puede serdetectada en la estructura organizacional dela policía turca. Las Unidades de AcciónRápida (RAU, por sus siglas en inglés ­ÇevikKuvvet­) y los Equipos de OperacionesEspeciales (SOTs, por sus siglas en inglés–Özel Harekat Timleri­) son dos de losejemplos más obvios de esta militarizaciónorganizacional. Establecidos por el gobiernomilitar después del golpe de Estado de 1980,a las RAU se le dio poderes legales paratomar medidas reactivas y proactivas enrespuesta a las demostraciones y actosilegales en los espacios públicos; estánequipadas con armamento avanzado comolas bombas de gas lacrimógeno,

ametralladoras y cañones de agua y tienenciertos poderes discriminatorios sobre el usode la fuerza, los cuales fueron ampliados aúnmás con la nueva ley de seguridad.8 LosSOTs ­equipados con armamento pesado yactuando en colaboración con las fuerzasarmadas­ fueron establecidos por el mismogobierno de 1980, con el objetivo específicode luchar contra los rebeldes kurdos en lasprovincias del sureste.Como muestra la formación de estas dosnuevas unidades, los “valores” de la policíaen Turquía está orgánicamente relacionada ala influencia militar. De hecho, según BirizBerksoy, fue después del golpe de Estado de1980 que;la policía entró una fase de expansión ymilitarización, durante la cual fue estructural ylegalmente fortalecida con la ayuda de lasfuerzas armadas y empezó a aplicar laviolencia con más frecuencia e intensidad através de unidades paramilitares de nuevacreación.Argumentaría que destacando estasrelaciones orgánicas arraigadas entre lasfuerzas armadas y la policía, también estoyrevelando el estado actual de militarizaciónen el país. Después de más de una décadade gobierno del Partido de Justicia yDesarrollo (AKP, por sus siglas en turco) enTurquía, uno difícilmente puede negar elhecho de que el poder de la élite militar sobreel parlamento y la burocracia civil ha sidoeliminado. Sin embargo, esto no significa,necesariamente, que podamos ahora

La Nueva Ley de Seguridad y los Valores Militares dela Policía en Turquíacelebrar la victoria de la democracia ylibertades individuales en el país, comomuchos conservadores y liberales hanestado reclamando. ¿Podemos realmenteconcluir que el retiro de las fuerzas armadascomo una institución de la esfera política hacreado una zona “libre de militarismo” noviolenta para la política? El infame récord enderechos humanos de los 13 años degobierno AKP da pocos motivos para eloptimismo en este sentido. Durante superiodo en el poder, el AKP ha llevado a caboalgunos cambios profundos en la ley,expandiendo el poder extrajudicial de lapolicía, relajando los controles sobre su usode la fuerza y haciéndola menos responsableante el escrutinio judicial. Inició la Ley deDelitos Menores en 2004, que incremento lospoderes policiales de intervención en la vidadiaria de los ciudadanos a través de ciertasmedidas de “prevención criminal”. En 2006,hizo importantes cambios a la LeyAntiterroristas que dio a las autoridadesestatales más derechos que llevó aviolaciones y restricciones en las libertades.Finalmente, promulgó la nueva Ley deSeguridad Interna que expandió,significativamente, los poderes extrajudicialesde la policía, por medio de legislación másconsistente con un régimen militar autoritario.Dado todos los cambios introducidos por estegobierno entonces, ¿qué puede uno concluirsobre el llamado éxito del AKP en términosde desmilitarización de la política turca?Argumentaría que no ha habido unadesmilitarización, simplemente otra forma demilitarización disfrazada de un juego depoder institucional entre las élites militares deun lado y un gobierno conservador­neoliberallisto para incautar el legado del golpe deEstado militar, concretamente la fuerzapolicial, en el otro. El último ha ganado eljuego, a menos de momento. Parece queahora es el turno del AKP de crear su propio“estado de seguridad nacional” que estáconsiguiendo usando la policía cuyos valoresy estructura organizacional es heredada delgolpe de Estado militar de 1980. Teniendoesto presente, el ganador último, desde mipunto de vista, no ha sido un grupo particularo partido político pero –quizás con máspesimismo­ la mentalidad traída por el golpede Estado militar de 1980.

Un cartel de la policía en Turquía. El texto dice “Estoycon la corrección, la legalidad, la misericordia: Estoycontigo.”

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El Fusil Roto No 102, april del 2015

El Fusil RotoEl Fusil Roto es el boletínde la Internacional deResistentes a la Guerra y espublicado en inglés, castellano,francés y alemán. Esta es laedición 102, de abril 2015.Este número de El Fusil Rotofue producido por Andrew Dey,Hannah Brock y SemihSapmaz. Nuestro especialagradecimiento a LauraPollecutt, Betsy Barker, CesarPadilla, Ali Issa, Tara Tabassi,Maren Mantovani, HenriqueSanchez, Frances Guy,Prasanna Ratnayake andSemih Sapmaz. Tambiénmuchas gracias al equipo detraducción: OscarHuenchunao, Lydia Saiz,Yolanda Alvarez, MabelPedemonte, Carolina Olivero,Gabriela Calderon, y MayraCavilla. Si quieres copiasextras de esta edición, porfavor contacta la oficina de laIRG o bájalo de nuestra páginaweb.

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En su nuevo libro"Antimilitarism: Political andGender Dynamics of PeaceMovements", CynthiaCockburn presenta estudiosde casos de movimientospacifistas, antiguerra yantimilitaristas en Japón,Corea del Sur, España,Uganda y Reino Unido, deredes internacionales contral a conscripción militar y laproliferación de armas ligeras, y de campañasparticulares de respuesta a la agresión contraPalestina.Cynthia Cockburn vive en Londres, donde participaen Mujeres de Negro contra la Guerra, y LigaInternacional de la Mujeres para Paz y Libertad."Escritora: Cynthia CockburnPublicado por Palgrave MacmillanISBN: 978­0230359741Fecha de Publicación: 2012

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