el estado en el siglo xx

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  • 1. EL ESTADO EN EL MUNDODURANTE EL SIGLO XX Claves para entender el mundo del siglo XXIDel auge de la estatalidad, a la crisis yreconversin del EstadoRamn Fernndez DurnMiembro de Ecologistas en Accin La destruccin de Leviatn. Fragmento del Grabado de Gustavo Dor, 1865.

2. NDICE Introduccin (pg. 4) El Estado antes de la Segunda Guerra Mundial en los pases centrales (pg. 5) El Estado del Bienestar en los Treinta Gloriosos (pg. 9) El (nuevo) Estado-nacin en el Sur Global (pg. 11) NNUU: Un parlamento estatal mundial? (pg. 14) Crisis del Estado Social, Contrarrevolucin Neoliberal y endurecimiento del Estado (pg. 17) Terapia de Choque, Dictadura, Democracia y Estados Fallidos en el Sur Global (pg. 21) Crisis, colapso y reconversin brutal del Estado del Socialismo Real (pg. 24) El imperio global del capital y la regionalizacin inter y supraestatal del Estado (pg. 30) Globalizacin, metropolizacin y nueva gobernanza estatal y subestatal (pg. 35) Bibliografa (pg. 41)(*) Este texto forma parte de un libro en elaboracin por el autor que trata sobre la Crisis Globalmultidimensional y el previsible colapso civilizatorio hacia el que caminamos, vistos a partir deuna amplia perspectiva histrica, y en el que se hace una especial reflexin sobre laagudizacin de la crisis energtica mundial. Este trabajo es una pieza ms del anlisis del sigloXX, a la que se dedica una especial atencin debido a la importancia de la evolucin del papeldel Estado en el despliegue del capitalismo global, y viceversa. Como este texto tienecontenido en s mismo, el autor piensa que puede tener inters difundirlo en su actual grado deelaboracin. Slo sealar que el anlisis ms en concreto de los cambios acontecidos tras el11-S, a partir de la irrupcin de la gestin neocon, as como la progresiva agudizacin de lacrisis de los Estados a causa de la Crisis Global, no se ha t ratado en este texto, pues serabordado ms adelante en el futuro libro. Pero en cualquier caso, la evolucin del Estado a lolargo del siglo XX es clave para entender algunas de las caractersticas de la Crisis Globalactual. Agradezco a Jaime Pastor, Luis Gonzlez, Kolya Abramsky, Patric de San Pedro,Gregorio Ballesteros, Ana Hernando y Chusa Lamarca sus comentarios, as como el trabajorealizado por esta ltima para el diseo de este texto. Finalmente, doy las gracias a Ecologistasen Accin y a la editorial Virus por la futura edicin de este libro, as como a la Fundacin DeepEcology por el apoyo recibido.2 3. Braudel vincula la formacin y reproduccin ampliada del capitalismo histrico como sistema -mundo a los procesos de formacin de Estados, por un lado, y a la creacin de mercados, por otro. La opinin convencional en las ciencias sociales, en el discurso poltico y en los mediosde comunicacin de masas es que el capitalismo y la economa de mercado son ms o menosidnticos, y que el poder estatal es antittico a ambos. Braudel contempla el capitalismo comoabsolutamente dependiente del poder del Estado, en su emergencia y expansin y como antittico a la economa de mercado Giovanni Arrighi, El Largo Siglo XX Cuando la explotacin adopta la forma de intercambio, la dictadura adopta la forma de democracia Moore, S.W., La Crtica de la Democracia CapitalistaMientras que el capitalismo no puede coexistir con el Estado del Bienestar, tampoco puedeexistir sin lClaus Offe, Contradicciones del Estado del BienestarFrontispicio de la primera edicin del Leviatn de Thomas Hobbes. 16513 4. Introduccin En el siglo XX, la forma Estado, y muy en concreto el Estado capitalista, se ampliaal mundo entero. Sobre todo en la segunda mitad del siglo cuando irrumpen grannmero de nuevos Estados tras el fin del dominio colonial europeo. A finales del siglo,el sistema- mundo de Estados tiene por tanto una proyeccin planetaria. Un rasgoespecfico del capitalismo global actual, que no se haba dado en sus otras etapashistricas. Pero este sistema- mundo de Estados es un sistema fuertementejerarquizado, aunque en constante movimiento debido a la intensa competencia entreellos, de forma que el Estado que no sube, o logra mantenerse, cae. Si bien enocasiones los Estados cooperan entre s, en grupos (a su vez jerarquizados; la UE,p.e.), para mejor resistir esa competencia y llegar a posicionarse msaventajadamente, juntos, en la jerarqua estatal global. El Estado que va a extendersea escala mundial es el Estado-nacin, que ya empez a desarrollarse como ya vimosen el siglo XIX, pero que culmina su concrecin en las primeras dcadas del siglo XXen los espacios centrales, actuando de agente nacionalizador activo de sussociedades 1, y propagndose ms tarde esta forma de Estado a los territoriosperifricos tras su independencia del yugo colonial. El Estado-nacin, va a ser pues la representacin institucional ms significada delEstado- moderno en esta nueva poca, con nuevas competencias y con una estructuraburocrtica cada vez ms compleja y cambiante a lo largo del siglo, que corre paralelaal creciente consumo energtico que posibilita su despliegue. Pero, eso s, con unasdiferencias abismales entre los Estados centrales y de mayor recorrido histrico, yaquellos perifricos y de ms reciente creacin. Y en todos ellos con dos naciones, larica y la pobre, dentro de unas mismas fronteras estatales, con mayor o menorproporcin de clases medias y de desigualdad social. A lo largo del anlisis de laenorme diversidad de transformaciones del siglo XX, hemos mencionado cambiosacontecidos en las estructuras estatales, pero ahora queremos sistematizar y ampliardicho anlisis, para mejor entender (ms tarde) las caractersticas de la actual CrisisGlobal, y de qu forma va a afectar al Estado la presente crisis sistmica, el futurodeclive energtico y el previsible colapso civilizatorio que se avecina. De cualquier forma, la crisis del Estado ya se viene manifestando desde las ltimasdcadas del siglo pasado, y se est acelerando con la Crisis Global actual. Pero lacrisis del Estado se concreta de una forma diferente en el Centro, o centros, que en laPeriferia, o periferias y semiperiferias, pues el Estado tambin adquiri una mayorinstitucionalizacin y legitimacin, en general, en los primeros espacios que en losltimos. Y porque los Estados centrales disponen de instrumentos monetarios y defuerza poltica y militar, que los Estados perifricos y semiperifricos no tienen, apartede albergar a los principales actores empresariales y financieros mundiales y debeneficiarse de su posicin de dominio. Es por eso por lo que la crisis del Estado afinales del siglo XX va a cristalizar con ms fuerza, como sealaremos, en muchos delos territorios perifricos o semiperifricos. Adems, los Estados perifricos seencuentran subyugados por el tema de la deuda externa (exigible) 2, que quizs seauna de las lneas ms claras de separacin entre Estados centrales y perifricos. Peroa este eje divisorio habra que sumar, o aadir, la posesin o no de combustiblesfsiles, y en concreto de petrleo, pues la disponibilidad y el control de esa energaconcentrada bajo su subsuelo les va a dar un importante poder adicional, cada dams estratgico. Aunque para muchos de ellos, sobre todo para sus poblaciones, esteregalo de la geologa sea ms una maldicin que una bendicin.1 Creando pueblos all donde slo haba multitudes, en palabras de Paolo Virno (2006).2Algunos de los Estados poderosos manifiestan unos elevadsimos niveles de endeudamiento, caso porejemplo de EEUU, pero dicho endeudamiento es en general de carcter no exigible (ver Carpintero,2009), aparte de que por su posicin de dominio mundial las polticas del FMI no se les aplican.4 5. Por otra parte, el Estado es la mxima expresin institucional de las relaciones depoder, incluidas por supuesto las relaciones de poder patriarcal. Y por ello el Estado estambin la cristalizacin del conflicto social, del equilibrio inestable entre interesesconflictivos de clase, gnero, tnicos, etc., y no solo una prolongacin sin ms de losintereses del capital. La misin principal del Estado es garantizar la acumulacin decapital y la reproduccin social, as como lidiar con la relacin conflictiva entre ambaslgicas, pues el mercado no puede funcionar por s solo (Jessop, 2008). El mercadopara su funcionamiento diario depende del Estado y de la sociedad, en especial detodo el trabajo no remunerado que se produce en el mbito domstico, principalmenterealizado por las mujeres; y, por supuesto, de la capacidad de apropiarse y utilizarrecursos y sumideros naturales. De esta forma, y en lo que a la dimensin social serefiere, el Estado (en el mundo dominado por Occidente) ha transitado una especie decurva de Gauss a lo largo del siglo XX, pasando de ser un Estado fuertemente liberalal inicio del siglo, a un Estado social en las dcadas centrales del mismo, sobre todoen los territorios centrales occidentales, para acabar otra vez con un tipo de Estado decorte neoliberal a finales del siglo. Lo cual ha significado el desmantelamiento demuchas de las conquistas polticas y sociales alcanzadas. Esa curva se correspondegrosso modo con la evolucin del conflicto social a lo largo del siglo, como veremosms tarde. En los territorios perifricos el Estado social prcticamente no lleg adespegar, o lo hizo en algunos enclaves mundiales de manera bastante limitada. Y enel Este, el Estado tena ciertas similitudes estructurales con el Estado capitalista,debido a la construccin tambin de la Sociedad Industrial por parte del SocialismoReal, pero con importantes caractersticas propias, antes de su crisis o colapso.Muchas de las cuales ya se han mencionado.Por ltimo, antes de adentrarnos a desbrozar algo ms estas cuestiones, esimportante sealar que las formas de gobierno han cambiado a lo largo del siglopasado de forma significativa, adaptndose a las dinmicas de la evolucin delcapitalismo a escala mundial, y han estado condicionadas indudablemente por lacapacidad de contestacin y rebelin de sus sociedades. En cualquier caso, el sigloXX es un periodo histrico en el que todos estaban seguros de que la Historia estabadel lado del Progreso, y eso daba en general una considerable estabilidad a lassociedades y al Estado, el encargado de impulsarlo, a pesar de las importantesrupturas, guerras y transformaciones polticas habidas (Wallerstein, 2004). Sobre tododespus de la Segunda Guerra Mundial, cuando tanto las sociedades del Centro y laPeriferia capitalista, como las nuevas sociedades llegadas al Socialismo Real,depositan una enorme esperanza de transformacin en el Estado y el Desarrollo, enparalelo a un incremento del consumo energtico sin precedentes, en especial depetrleo. Esa esperanza se deteriora de forma considerable en torno al 68, y la fe en elEstado se empieza a truncar seriamente desde finales del siglo XX, sobre todo en losespacios perifricos. Todo lo cual anuncia tambin una fuerte erosin de la legitimidaddel Estado de cara al futuro. Las nuevas legitimidades como hemos visto se sitan yse sustentan en el mundo de la realidad virtual, y ya no en la esfera de lo poltico de larealidad real (Fdez Durn, 2009). Pero estas nuevas legitimidades basadas en laanestesia social meditica son dbiles, sobre todo ante crisis muy profundas, como lasque se avecinan, debido al previsible declive energtico.El Estado antes de la Segunda Guerra Mundial en los pases centrales El Estado-nacin se fragu lentamente como representante legtimo de la nacin,sustentado en la ficcin del pueblo soberano, una vez que las estructuras de poderdejaban de legitimarse desde el Cielo, y tenan que buscar su legitimidad aqu en laTierra, especialmente desde la Revolucin Francesa. Pero como nos dice Wallerstein(2004) en casi todos los sitios el Estado ha precedido a la nacin, y no a la inversa, apesar del mito contrario () Y a unas sociedades de clases fuertemente divididas5 6. haba que conculcarles un solo sentimiento, una sola lealtad y una sola abnegacin.Una tarea para nada fcil. Y a esa unidad es lo que llamamos identidad nacional. Elgran programa del liberalismo (del siglo XIX y primeras dcadas del XX) era crearnaciones desde los Estados. Algunos de muy reciente creacin entonces, incluso enEuropa, como ya comentamos al abordar el siglo XIX. Pero para lograr tan loable finera preciso dar algo a cambio, sobre todo en un periodo histrico de fuerte turbulenciasocial y lucha de clases. Es por eso por lo que se empieza a construir muy tenuementeun embrin de Estado social, en algunos de los Estados liberales de la poca, paraque los ciudadanos percibieran unos mnimos derechos de ciudadana. As, parte de lariqueza que flua desde las colonias se iba a dedicar a atender estas necesidades,para no grabar con impuestos a las elites. Y eso ayudaba al objetivo de desactivar elconflicto social, al tiempo que se construan en algunos Estados sistemasparlamentarios de partidos polticos, con el fin de canalizar la resolucin de conflictoshacia las instituciones. De esta manera, el pueblo se iba a sentir identificado con elEstado en su expansin y explotacin colonial, pues nacionalismo y racismo iban de lamano, en un momento adems que se le iba a llamar para defenderlo por las armas,pues se estaba fraguando la Primera Guerra Mundial. Pero las democracias parlamentarias a principios del siglo XX podan contarse conlos dedos de las manos. Apenas 15 pases tenan sistemas formalmente democrticos(a comienzos del siglo XIX eran tan slo 3: EEUU, Francia y Suiza). Y despus de laPrimera Guerra Mundial los Estados democrticos saltan a 25, Alemania entre ellos(Taylor, 2008). En general los pases ms ricos de Europa Occidental, aparte deEEUU. La democracia parlamentaria era una forma de aminorar la fuerte confrontacinsocial y la falta de legitimidad de las estructuras de poder poltico, muy clara desde lasegunda mitad del XIX (tras las revoluciones de 1848), pues el voto desactiv lasideas ms radicales sobre la participacin colectiva en la toma de decisiones(Wallerstein, 2004). De esta forma se afianza en el seno de la Segunda Internacionalla va reformista para la toma del poder del Estado de forma parlamentaria. Sin embargo, la inmensa Rusia careca de Parlamento, y la quiebra del Estadoimperial a resultas de la Gran Guerra, pues el poder estaba tirado en las calles(Wallerstein, 2004), orient a los bolcheviques a la toma del poder por la vainsurreccional, dando lugar a la Revolucin de 1917. El conflicto en el movimientoobrero entre Reforma y Revolucin (conflicto Leonard Bernstein- Rosa Luxemburgo)estallara poco despus en el seno de la II Internacional, pues adems sta estabaprofundamente dividida como resultado del apoyo de muchos de los partidossocialistas a sus burguesas para lanzar la escabechina de la Primera Guerra Mundial.Es poco despus cuando se produce la gran divisin en el movimiento obrerointernacional de corte marxista, crendose la III Internacional (Komintern, 1919),impulsada por Lenin tras la revolucin, que denuncia adems la aceptacin deldominio colonial (y de sus beneficios) por parte de la mayora de los partidossocialdemcratas europeos. Lo cual va a posibilitar el acercamiento del Komintern alos Movimientos de Liberacin Nacional en frica y Asia, en esos aos enconsiderable auge. Adems, la nueva Rusia permite la independencia de algunos delos territorios bajo el dominio imperial de los zares, lo que reduce la dimensin de suproyeccin territorial, aunque vuelve a recuperar su hegemona sobre gran parte de losmismos (salvo Finlandia) a travs de la creacin subsiguiente de la URSS (Unin delas Repblicas Socialistas Soviticas). Un nuevo super- Estado.De cualquier forma, la democratizacin del Estado en el mbito occidental era unasolucin mucho ms formal que real, pues una vez logrado (no sin luchas) el sufragiouniversal masculino a finales del XIX y primeros del XX 3, y poco a poco la legalizacin3 El sufragio universal femenino llegara despus, con algunas dcadas de diferencia, y no sin fuertesmovilizaciones de las organizaciones de mujeres, en concreto las sufragistas, como ya hemos sealado. 6 7. de los partidos polticos y sindicatos de izquierdas, lo que se elega de la estructuraestatal era tan solo la superficie o la envoltura del aparato del Estado, y todo ellocondicionado adems por mltiples artificios favorables a las estructuras de poder 4.As, se elega a los parlamentos respectivos, aunque muchas veces no a loscomponentes de las Cmaras Altas, la de los Lores en Gran Bretaa, p.e., que podanparalizar o revocar actos legislativos de la Cmaras Bajas; y en stas a su vez, tenanque formarse las mayoras parlamentarias precisas para garantizar el gobierno delEstado. El gobierno por otro lado elega a los altos cargos del poder ejecutivo. Peroms del 95% del Estado era, y es, una estructura burocrtica que no se elige, y quepermanece inalterada en el tiempo, dando una fuerte continuidad a las polticas que seaplican, haciendo muy difcil cambios sustanciales, salvo en periodos de fuerteconflicto y ruptura social. Perodos por as decir de poder constituyente, donde se poneen cuestin en mayor o menor medida el poder constituido (Negri, 1994). De estaforma, nadie elige por supuesto a un comisario de polica, a un juez y sobre todo a uncoronel o a un general. No en vano el Ejrcito es la columna vertebral fuertementejerarquizada y militarizada del Estado, que garantiza en ltima instancia la adecuacinde las polticas estatales a los intereses dominantes. A travs de un Estado deExcepcin (junto con la Polica) para contener a las clases peligrosas en momentosde fuerte crisis de dominacin, o mediante un Golpe de Estado militar, si es preciso,llegado el caso. Sin embargo, una de las caractersticas de las primeras dcadas delsiglo XX, y en especial del periodo entre guerras, fue la fortaleza del movimientoobrero, que era capaz de establecer organizaciones paralelas al Estado paragarantizar en la medida de lo posible la cobertura de necesidades sociales de susmiembros, ante la extrema debilidad del Estado Social. Estas estructuras autnomaseran un peligro para el propio Estado, y una de las razones de la creacin (ms tarde)de un pujante Estado Soc ial fue desmantelar estas organizaciones paralelas queescapaban a su control, y que eran instrumentos de expansin del movimiento y lacultura e ideologa obrera, al tiempo que desde el Poder se daba respuesta tambin alas demandas obreras. Por otra parte, a finales del siglo XIX y primeras dcadas del siglo XX, sedesarrollan estructuras organizativas fuertemente burocrticas, no slo dentro delpropio Estado, sino asimismo en las grandes empresas de este periodo de progresivopredominio del capitalis mo monopolista y de la lucha interimperialista por el contr ol delos espacios coloniales. Eran, como nos dice Weber, verdaderas Jaulas de Hierro,sumamente estratificadas y jerarquizadas, aunque tambin pudieran llegar a ser unhogar psicolgico, que confera una cierta estabilidad y perspectiva profesional demedio plazo a los trabajadores. La pirmide weberiana se convirti en la realidad quedomin vastas organizaciones hasta el ltimo tercio del siglo XX, necesaria paraprocesar actividades complejas que requeran el manejo de cantidades crecientes deinformacin. Incluso el Estado del Bienestar tambin adoptara, ms tarde, la forma deuna pirmide burocrtica. De esta forma, Weber no se sorprende que en la primeramitad del siglo XX hubiera tanta guerra, pues las organizaciones de corte militar, sevuelven el modelo de la sociedad civil, en la fbrica, la escuela pblica obligatoria (quese empieza a generalizar), la crcel, etc., y por supuesto en el Ejrcito, configurando lallamada sociedad disciplinaria (Sennett, 2006; Weber, 2002; Foucault, 1976). Adems,el moderno sistema educativo estatal que irrumpa en ese periodo, en general gratuitoy universal, era quizs el principal encargado entonces de inculcar el sentimientopatrio. Un servicio estatal donde se preparaba a las generaciones jvenes para lasnecesidades tecnolgicas y organizativas del aparato productivo, pero tambin para lareproduccin y defensa del Estado. Y la defensa exterior del Estado estabagarantizada por el Ejercito, y sujeta a un servicio militar obligatorio, sustentndose en4Distinta valoracin de los votos de las reas rurales y urbanas (ms proclives a los partidos deizquierdas), sobre todo a travs de la definicin de las circunscripciones electorales; necesidad enmuchos casos de registrarse para votar, etc. 7 8. una potente industria armamentista propiedad del Estado. Una caractersticarecurrente desde los inicios del capitalismo industrial, como hemos visto. En esos aos, asimismo, y en paralelo al establec imiento de la documentacinciudadana que acreditaba la pertenencia a un determinado territorio nacional, losEstados delimitan y controlan claramente sus fronteras, unos lmites geogrficos quehaban sido mucho ms permeables a lo largo del siglo XIX. Como nos dice Foucault(1976), asistimos a un creciente control poltico de las poblaciones, una verdaderapoltica de poder del Estado sobre lo social, o biopoltica, que se manifiesta claramenteen las polticas demogrficas. El crecimiento de la poblacin ha sido uno de losobjetivos de los Estados, basados en el poder del nmero de sus habitantes y quevieron en su poblacin la fuente de recursos de su capacidad blica y fiscal, sobretodo porque en el trnsito del siglo XIX al XX se observa en algunos pases centralesun cierto declive de la tasa de expansin demogrfica, aparte de un incremento de lasmigraciones hacia el resto del mundo. El poblacionismo es tpico de los regimenesdictatoriales y totalitarios, fascismo, nazismo, estalinismo, franquis mo, salazarismo,etc., que florecen en el periodo entreguerras, como respuesta a la Rebelin de lasMasas de esos aos, y como razn de Estado (y del capital) tambin para conseguirfuerza de trabajo con el fin de mejor impulsar el industrialismo (Domingo , 2008). Deesta forma, diversas democracias nacientes sucumben en este periodo, lo que suponeigualmente una fuerte regresin androcrtica (Eisler, 2003). Pero tambin laexpansin demogrfica se promueve en algunos Estados democrticos como Francia,ante el peligro de la invasin de pases ms poblados como Alemania y el miedo a lacolonizacin por los inmigrantes extranjeros (Domingo, 2008). El natalismo y laspolticas a favor de la familia estn por tanto muy relacionados con el nacionalismo,con el fin de crear igualmente microespacios de poder patriarcal ligados al Estado.Finalmente, las polticas de poblacin buscaban favorecer la expansin dedeterminadas poblaciones e impedir otras. El nazismo sera el que llevara esta polticams lejos, para mejorar e impulsar la raza aria, con la esterilizacin forzosa paraprevenir enfermedades hereditarias y degenerativas, hasta acabar en el racismoeugensico de Estado del Holocausto. Por otro lado, el desarrollo del Estado social experiment un cierto salto adelante enel periodo entre guerras, tras la llegada al gobierno en ocasiones de algunos partidossocialistas despus de la Primera Guerra Mundial (en Gran Bretaa, Francia,Alemania, etc.). A lo que contribuy tambin el hecho de que el Estado no estuvierasometido a la feroz disciplina monetaria, una vez que el patrn oro haba quedadotocado de muerte durante la Gran Guerra. De esta forma, la poltica presupuestaria delos gobiernos poda ser ms expansiva en materia social, aparte de que los partidossocialistas forzaron una ampliacin de la presin fiscal sobre los sectores ms ricos dela sociedad. El intento de volver en parte al patrn oro durante los aos 20 y primerosaos 30, cort muchas de estas iniciativas, aparte de las respuestas y el boicoteo delas elites a las mismas, por vas parlamentarias o extraparlamentarias. Quizs dondeel desarrollo del Estado social y, sobre todo, el intervencionismo del Estado en laeconoma, tuvo un papel ms destacado en el periodo entreguerras, fue en EEUU,donde Roosevelt impone el New Deal para luchar contra las consecuencias de todandole de la Gran Depresin. El Estado establece un nuevo pacto con el capital y conel trabajo, reconoce plenamente a los sindicatos y favorece la concertacin de stoscon el capital en el seno de la Gran Fbrica fordista (p.e., en la industria delautomvil), establece una legislacin laboral y social ms proclive a los intereses delos trabajadores, y mete en gran medida en cintura al capital financiero (Washingtonse impone sobre Wall Street) (Arrighi, 1999). En definitiva, un compendio de medidaskeynesianas y sociales que no logra atajar el fuerte paro de la Gran Depresin hastaque finalmente, a finales de la dcada de los 30, estas polticas se acompaan de unafuerte inversin pblica en materia militar, ante el auge de conflictos poltico- militaresprevios a la implicacin de EEUU en la Segunda Guerra Mundial.8 9. Finalmente decir que en la primera mitad del siglo XX asistimos a la creacin de unconsiderable nmero de nuevos Estados, como resultado del fin de la Primera GuerraMundial, de la quiebra subsiguiente de los imperios austro-hngaro y otomano (apartedel ruso, ya comentado), y de la aplicacin del Tratado de Versalles. Por un lado, en laEuropa central y del Este (en los Balcanes) se promueven nuevos Estadosformalmente soberanos, pero con gran debilidad institucional y dbil arraigo ylegitimacin social, aparte de que se plantean sobre realidades socio-culturales ytnicas muy complejas. Y por otro, en Oriente Prximo y Medio se establecen nuevosEstados tambin, pero bajo la supervisin directa (Protectorados) de las grandespotencias coloniales europeas (Gran Bretaa y Francia), de acuerdo con lo establecidoen Versalles y en el marco de la Sociedad de Naciones, con delimitaciones arbitrariasy con el reparto del petrleo de la regin como teln de fondo. En definitiva, Estadostteres en una regin reacia al dominio occidental y potencialmente convulsa. De estaforma, se observa un fuerte reforzamiento de los grandes Estados vencedores en laGran Guerra, que se reparten tambin los restos coloniales del imperio alemn,ampliando su proyeccin mundial. Mientras tanto, Japn e Italia, con regmenesdictatoriales, se expanden militarmente en sus mbitos ms cercanos del Sur Global, yEEUU afianza su presencia en Amrica Latina y especialmente en el Caribe, ademsde en el Pacfico. En definitiva, todos los Estados centrales de la poca se refuerzan,salvo Alemania hasta los aos 30, que recupera rpidamente el tiempo perdidodespus con la llegada de Hitler al poder. Los combustibles fsiles cumplen un papelmuy importante en este reforzamiento estatal, y en su industrializacin, yendo alalimn el carbn y el petrleo. El primero bajando su peso proporcional en la matrizenergtica, y el segundo claramente subiendo.El Estado del Bienestar en los Treinta Gloriosos El Estado Social no se consolidara definitivamente en los Estados centrales hastael fin de la conflagracin mundial. Hizo falta una crisis mayscula mundial, una quiebraprcticamente total de las estructuras de los Estados de Europa occidental, un augesin precedentes de la movilizacin social (incluida las fuerzas armadas populares de laresistencia contra el dominio nazi y fascista), y un avance de la proyeccin de la URSShasta la mitad de Europa, para que las fuerzas de la derecha y el capital se avinieran anegociar con las de la izquierda parlamentaria un nuevo modelo de Estado. Les iba lavida en ello. Los gobiernos socialistas prcticamente coparon el panorama polticoeuropeo occidental durante treinta aos, y en donde no fue as las fuerzas cristiano-demcratas aplicaron polticas parecidas. El Estado, ms que nunca, se convirti en elcampo de cristalizacin institucional (o estatizacin) del conflicto social (Holloway,2002). Se abri pues un nuevo pacto entre el capital y el trabajo, que afect a todo eledificio institucional estatal, pues era el Estado el que lo iba a garantizar. Pero,adems, para hacer posible este nuevo pacto, la muchedumbre, a travs de surepresentacin institucional, fue admitida en el corazn de la creacin del dinero, y losbancos centrales pasaron a nacionalizarse, o estatizarse, en muchos de los pasescentrales; o bien el Estado gan una mayor influencia sobre ellos, aparte de que secrearon muchos bancos estatales. Lo que junto con el fuerte incremento de lafiscalidad sobre los sectores ms favorecidos permiti una ampliacin muy sustancialdel gasto pblico social. El Estado Social cristalizara principalmente en EuropaOccidental, y en especial en los pases nrdicos, el paraso del Estado del Bienestar,mientras que experimentara un menor desarrollo en EEUU y en Japn, en dondefueron las grandes empresas las que principalmente se haran cargo de sustrabajadores (sanidad y pensiones), complementando las menores ayudas del Estado.La esfera pblica en Europa Occidental fue pues bastante ms amplia que en EEUU.Y esa esfera pblica, a travs del salario social, que desvinculaba la renta delempleo, actu como un redistribuidor de la riqueza. 9 10. De esta forma, las polticas keynesianas de fuerte intervencionismo estatal en laeconoma fueron hegemnicas durante todo ese periodo, y el liberalismo econmicopas a mejor vida. Adems, muchos sectores clave de la economa que antes estabanen manos del capital privado pasaron a estatizarse (produccin elctrica, transportesferroviarios y metropolitanos, abastecimiento de agua, telecomunicaciones, etc.), sobretodo en Europa occidental, algo que ya se haba iniciado en el periodo entreguerras.Pero tambin, en menor medida, en otros pases centrales de la rbita occidental. Lasinversiones no resultaban lo suficientemente rentables para el capital en estossectores, y las fuerzas del capital permitan que fuera el Estado el que los tomara a sucargo, para asegurar un mejor aprovisionamiento y cobertura al conjunto de lasactividades empresariales. Y el Estado, a su vez, procuraba garantizar igualmente unacceso social universal a estos servicios pblicos. Pero el intervencionismo estatal nose dio solamente en el campo de los servicios pblicos, y especialmente en laconstruccin de infraestructuras, sino que los Estados intervinieron en muchos casosdirectamente creando fuertes emporios industriales estatales, sobre todo para impulsarla industria bsica, que requera de abundante inversiones (minera, siderurgia, sectornaval, etc.), de las que luego se beneficiara tambin el capital privado. Un casoparadigmtico de intervencionismo estatal en la economa fue Japn, con cuyoconcurso se crearon gigantes industriales. Igualmente los Estados pasaron a fomentarla industrializacin del mundo rural, en beneficio del capital privado. Y un sector defuerte componente social en el que el Estado intervino abiertamente fue el de laproduccin pblica de vivienda, como parte del nuevo pacto social, y como va tambinpara que se consolidara un fuerte sector constructor privado. La inversin y lapromocin era estatal, pero la construccin era en general privada. La vivienda social,y en concreto la vivienda en alquiler, fue uno de los pilares clave del Estado delBienestar. Pero no solo se ampli la proteccin social por parte del Estado, aparte de que stese convirti en el garante de un nuevo marco de regulacin laboral bastante msproclive a los intereses de los trabajadores, con la incorporacin de los sindicatos a laconcertacin social, sino que despus de la Segunda Guerra Mundial se da un avancemuy importante de los derechos polticos junto con el desarrollo de los derechossociales. Se conforma, pues, un considerable Estado de Derecho, sin parangn desdeel inicio del Estado moderno, con el Leviatn de Hobbes. La pena de muerte esabolida en muchos pases, acelerando un proceso que haba empezado muylentamente con el fin del Antiguo Rgimen, y la poltica penitenciaria sufre un giroimportante hacia la rehabilitacin social de los presos. Pero el Estado aparte de estaconsiderable cara blanda desarrollaba en la trastienda su cara dura. Elkeynesianismo social vena acompaado tambin de otra importante dimensin dekeynesianismo militar. Sobre todo en EEUU, que se implica en dos importantesguerras, en Corea y Vietnam, y que impulsa a fondo el gasto militar en el marco de laGuerra Fra en Europa occidental, y el conflicto entre bloques en el Sur Global. Y enmenor medida, tambin, en los grandes Estados europeos, Gran Bretaa y Francia,que se ven obligados a hacer frente a los ltimos coletazos de la revuelta anticolonial,antes de la quiebra final de sus imperios. Sin embargo, fue el desarrollo de ladimensin armamentista nuclear de estos Estados lo que va a determinar elcrecimiento de la parte ms oscura y opaca del nuevo Estado militarizado. Un nuevoEstado Leviatn en la sombra, que apenas se perciba tras las brumas del Estado delBienestar. Un entramado de elites cientficas, altos funcionarios, cuadros militares ygrandes empresas, que van a configurar un estado de emergencia cotidiano en elmbito nuclear, configurando la trama tcnica (Estado, Ejrcito, Ciencia), el embrin,de una potencial sociedad totalitaria (Los Amigos de Ludd, 2007). De cualquier forma, todo lo dicho hasta ahora no hubiera sido factible sin uncreciente y monumental gasto de energa, y sobre todo de consumo de petrleo. El 10 11. Estado del Bienestar no hubiera sido posible sin el oro negro, ni por supuesto elEstado intervencionista, y hasta el militarizado en la sombra hubiera sido inviable sineste potente combustible fsil. La creacin del Estado del Bienestar coincide grossomodo con la etapa de mayor crecimiento del consumo energtico per capita de crudo.Los principales Estados occidentales, como ya hemos sealado, desarrollaron unapotente poltica intervencionista en este terreno, creando sus grandes empresaspetroleras. En EEUU fue el capital privado el que garantiz desde el primer momentola explotacin del crudo, y su manejo junto con el Estado como arma estratgica deprimer orden. La hegemona de EEUU no se puede entender sin el control mundial delpetrleo durante gran parte del siglo XX, y su abundante energa fsil (carbn y gastambin) le dio asimismo una gran capacidad para contener internamente la lucha declases a travs de la automatizacin y el consumo. Igualmente, la configuracin de losprincipales Estados occidentales no se puede comprender tampoco sin analizar losintereses de la industria del petrleo, en un primer momento estatal y que pasara mstarde, poco a poco, a manos del gran capital privado. En definitiva, la configuracin del Estado del Bienestar garantiz un periodo detranquilidad y prosperidad social sin precedentes, eso s, en base a un crecienteconsumo de recursos e impacto ambiental, y de una forma indita en la historia hizoque todos los ciudadanos, en mayor o menor medida, se sintieran parte del Estado. Seestableca un marco social dominado por el Estado, que era aceptado en principiomasivamente por la sociedad, debido tambin a los beneficios que le proporcionaba.Pero indudablemente estos beneficios eran bastante ms manifiestos para eltrabajador masculino (y en general blanco), que para su compaera ama de casa.As, p.e., cuando el trabajo realizado a lo largo de la vida haba sido no salarial, esdecir, no remunerado, no reconocido por tanto socialmente, la pensin del Estado quecorresponda era de carcter meramente caritativo. El Estado del Bienestar estababasado pues en una estructura claramente patriarcal en el mbito domstico, queaunque en crisis funcionaba para garantizar la reproduccin social, mientras el varntrabajaba en la Gran Fbrica fordista. Pero el 68 vino a alterar todo este estado decosas. Se dej de creer en el Estado como mecanismo de transformacin. Y la idea deque las necesidades de las mujeres, de las minoras y del medio ambiente eransecundarias y deban ser abordadas despus de la revolucin, pas a mejor vida.Asimismo, se cuestion muy seriamente el funcionamiento de las estructuraspiramidales y burocrticas. Es decir, las bases mismas de la estructura del poderestatal y empresarial: la Jaula de Hierro weberiana. Y a ello contribuyindudablemente la ampliacin del sistema educativo estatal, es decir, la extensinprevia de la enseanza secundaria y la masificacin creciente de las universidadespblicas, que hicieron que los estudiantes fueran realistas, y que pidieran loimposible.El (nuevo) Estado-nacin en el Sur Global En la primera mitad del siglo XX se va a afianzar la dimensin nacional de muchosde los Estados en Amrica Latina, a travs de procesos revolucionarios, casos deMxico (1910) o Bolivia (1952), o bien a travs de fuertes movilizaciones y rupturasinstitucionales, caso de Pern en Argentina (1945). En todos estos casos, losmovimientos diversos 5 que los impulsaron buscaban una mayor independencia de lospases centrales, y en concreto de EEUU, como nueva potencia neocolonial al Sur delRo Grande (Mxico), un mejoramiento de las condiciones de vida, un reforzamientocomo Estado-nacin y una modernizacin de sus sociedades. Incluso en Mxico,cuya revolucin fue pilotada por los movimientos campesinos y por el acceso a la5En Mxico movimientos campesinos principalmente, en Bolivia mineros y en Argentina obreros, pero entodos los casos con fuerte componente popular contra las oligarquas, fundamentalmente agrarias. 11 12. propiedad de la tierra, en paralelo a la reforma agraria se acomete una fuerteindustrializacin. Sin embargo, en ningn pas de Amrica Latina es posible encontraruna nacionaliz acin total de su sociedad (Quijano, 2000), en la que sus habitantes sepuedan sentir miembros plenos de una comunidad nacional y ciudadanos de unEstado, y eso a pesar de sus casi doscientos aos de existencia desde suindependencia colonial, y del sentimiento nacionalista que haya ido arraigando endicho periodo. El hecho de su origen criollo, la nueva y abundante poblacin europeade aluvin en la primera mitad del siglo tambin, y de que grandes sectores de suspoblaciones, en especial comunidades indgenas y campesinas, estn al margen delEstado, y es ms, que sus propias formas de vida sean atacadas desde el mismo,hace que no haya sido posible completar el proceso de nacionalizacin. Lo cual esespecialmente cierto all donde conviven importantes comunidades indgenas ycampesinas, sobre todo en el mundo andino y en algunos de los territorioscentroamericanos. Es precisamente en esos territorios donde la colonialidad criolla yblanca del poder, que todava ejerce su dominio, est siendo cuestionada muyseriamente en los ltimos aos (Bolivia, Ecuador, Mxico, Per, etc.). El proceso denacionalizacin y modernizacin ha sido ms profundo all donde el exterminio desus comunidades originarias fue mayor (Argentina, Chile). Otros tienen ademsimportantes comunidades afroamericanas soportando condiciones de fuertemarginacin y explotacin (Brasil y Colombia, principalmente), lo que complejiza surealidad multicultural. Pero en cualquier caso, los procesos de modernizacin hanafectado solo a parte de sus sociedades, quedando amplios sectores de poblacin almargen de los mismos, o directamente excluidos debido a ellos en las metrpolis. Porotro lado, otro rasgo diferenciador de los Estados es el tamao del territorio sobre elque se proyectan. No es lo mismo Brasil (un gigante continental), Argentina o Mxico,por poner los casos ms significados, que los pequeos Estados centroamericanos,que se crearon especficamente as bajo la tutela de EEUU por la importanciaestratgica del Istmo centroamericano. Panam es el caso ms manifiesto pues secre ex novo en 1903, a resultas de la construccin del Canal de Panam. De ah elcalificativo que se aplic a muchos de ellos: Repblicas Bananeras 6, pues eranEstados en manos de las transnacionales plataneras estadounidenses. Por otra parte, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial asistimos a un auge sinprecedentes de los Movimientos de Liberacin Nacional en frica, Asia, Caribe yPacfico, lo que va a poner en cuestin definitivamente en esos territorios el antiguodominio colonial europeo occidental. La contestacin antiimperialista se vea tambinauspiciada por la extrema debilidad de sus antiguos amos, que tenan quereconstruirse tras la invasin nazi y la guerra, y que cada da eran ms incapaces demantener sus imperios coloniales. De esta forma, desde finales de los 40, con laindependencia de India en 1947, hasta los aos 70, tras la implosin del imperioportugus, vamos a ver la creacin de un gran nmero de nuevos Estados, en torno alcentenar, que toman igualmente como modelo a imitar el Estado-nacin occidental.Pero tambin porque las potencias coloniales propiciaron al abandonar sus dominiosuna solucin de esa naturaleza, con el fin de seguir conservando alguna forma derelacin con sus antiguas posesiones, a travs de las nuevas elites. Es ms, enocasiones las potencias coloniales promovieron la divisin de sus amplios dominios deultramar de acuerdo con bases tnicas o religiosas, para debilitar y confrontar entre stambin a los nuevos Estados. El caso la divisin de India y Pakistn, fue un ejemplosangrante, como ya vimos. Pero, en general, los lmites de los nuevos Estados secorrespondan con las propias divisiones territoriales y administrativas que laspotencias coloniales haban realizado para mejor gestionar sus espacios dominados.Incluso la creacin de nuevos Estados comunistas (China, Corea del Norte, Vietnam,Camboya, Cuba), estuvo en gran medida relacionada con los lmites previos deantiguos imperios que se intentaban recomponer (caso de China), expulsando a la6Por la fuerte presencia en ellos de empresas transnacionales de EEUU dedicadas al cultivo del banano. 12 13. potencia ocupante (Japn), o con los lmites administrativos del dominio colonial, que asu vez estaban relacionados en algunos casos con los restos de estructuras estatalesprevias (Estados tributarios del antiguo imperio Chino, p.e.). Sin embargo, en todos ellos se apelaba tambin a la Nacin como instrumento decohesin y movilizacin social contra el dominio externo. Nacin (o Estado) que luegose intentara reforzar, mucho ms, una vez alcanzada la independencia. De estaforma, la Nacin intentaba legitimar al Estado, y el Estado a la Nacin. Sin saber muybien cual era el huevo y cual la gallina. En cualquier caso, esa tarea de legitimacin dela nueva estructura de poder estatal fue en general ardua de realizar, sobre todo por lacomplejidad comunitaria, tnica, religiosa y cultural sobre la que asentaronartificialmente la gran mayora de esos nuevos Estados. Especialmente las nuevascreaciones estatales en espacios como el frica Subsahariana, donde la herenciacolonial dej marcados unos lmites estatales absolutamente al margen de lasrealidades sociales sobre las que se imponan. Posteriormente, los partidos quedirigen los movimientos de liberacin nacional crean Estados de Partido nico a partirde la carcasa administrativa, de corte fuertemente militarizado, que haban dejado lasmetrpolis respectivas. Y el resultado fue unos Estados poco arraigados y autoritariosdesde el principio. Por otro lado, cabra apuntar la especifidad de la creacin de los mini- Estados enOriente Medio en los sesenta y primeros de los setenta, en los territorios bajoprotectorado britnico (Kuwait, Emiratos rabes Unidos, Bahrein, Oman), una vezcreada la OPEP (en 1960) por los grandes Estados de la regin y Venezuela. Estosnuevos Estados se crean a partir de realidades sociales que poco tenan que ver conla idea de nacin, y que respondan a estructuras de gobierno local de monarquasabsolutas, estando auspiciada muy probablemente su independencia, y su nointegracin en realidades estatales ms amplias (en Arabia Saud, p.e., cuyaindependencia es de los aos 20, y cuya reunificacin se alcanza en los aos 30; o deKuwait en Irak, una demanda iraqu planteada en esos aos) debido a los interesesgeopolticos de los grandes Estados occidentales . En concreto, por el inters de GranBretaa, y de EEUU, de erosionar el peso de los grandes Estados de la regin dentrode la OPEP, ya que estos pequeos Estados eran mucho ms influenciables. Eldescubrimiento de importantes yacimientos de petrleo antes de la Segunda GuerraMundial en esta regin, haca que toda el rea tuviera un alto valor estratgico. Dehecho, estos pequeos Estados buscaron desde el principio la proteccin deOccidente para garantizar su subsistencia, aunque luego primaran tambin susintereses propios y no se desmarcaran en demasa de las dinmicas generales de laregin en que se hallan incrustados. En este caso, sin duda, la creacin delsentimiento artificial nacional la va a posibilitar el reparto de la importante rentapetrolera, que en estos territorios s va a alcanzar a gran parte de sus limitadaspoblaciones autctonas. Y por supuesto no a la importante poblacin inmigrante queva a hacer factible la extraccin del crudo. Todo ello con la ayuda tecnolgica einversora de las Majors anglosajonas del crudo. En este sentido, conviene recalcar que la nacionalizacin de las poblacionesrequiere un poder poltico estable y centralizado operando durante largos lapsos detiempo, y eso ha sido posible solo, y con muchas limitaciones tambin bien conocidas(casos de Espaa, Gran Bretaa y Blgica, p.e.), en el espacio europeo occidental,principalmente, y como mucho, en el mundo de identidad europea (Australia, NuevaZelanda y en menor medida Canad, debido al caso de Quebec) y en el caso deJapn. En el resto, sobre todo all donde no se parta de estructuras estatales previas,ms o menos consolidadas, que ya haban nacionalizado a sus poblaciones, la tarease demostr ingente en muchos casos. Sin embargo, el Nuevo Nacionalismo paralegitimarse, es decir, el nuevo Estado y sus nuevas elites para afianzarse, utilizaronalgunos seuelos como forma de legitimarse, y estos fueron claramente la 13 14. nacionalizacin de sus recursos y la persecucin del Desarrollo y la Industrializacin.En definitiva, las ideas de la fe en el Progreso, producto de la Modernidad occidental.La industrializacin fue uno de los objetivos ms claros de los grandes Estados denueva creacin, y a ello se supeditaron considerables recursos pblicos. Y elcrecimiento econmico se convirti en la ideologa insoslayable del nuevo Estado pordoquier. La aceleracin de la produccin industrial y el crecimiento econmicoparecan ser el nico camino para colmar la fuerte brecha entre el Centro y la Periferia.Sin embargo, la creacin de los nuevos Estados perifricos conllev grandes gastosinstitucionales y una gran sangra de recursos para impulsar el Desarrollo, que prontodemostr ser una enorme trampa. El endeudamiento externo al que tuvieron querecurrir para impulsar la industrializacin, importando bienes de equipo de los pasescentrales (pagados en dlares), y dedicando ingentes sumas a fomentar lasinfraestructuras (de carreteras, hidrulicas, de produccin de energa elctrica, detelecomunicaciones) y grandes empresas estatales para hacerla viable, acabdebilitando sus nuevas monedas, lo que les fue dejando cada vez ms al albur de lalgica perversa del mercado mundial. Este ciclo se termin de cerrar de forma siniestraa finales de los 70, primeros de los ochenta, tras la dcada de crisis, con el estallidodel problema de la Deuda Externa, auspiciada por la gran banca internacional, conla aquiescencia de las elites de los Estados perifricos, siendo gestionada la crisisposteriormente por las polticas del FMI y BM, como ya hemos comentadoanteriormente. En definitiva, a lo largo del siglo XX el Estado- nacin hijo de la RevolucinFrancesa, y una expresin ms del Estado moderno, termin de viajar por el mundoentero. Pero el nuevo Estado-nacin que la poblacin haba saludado como unainstitucin para protegerle de sus antiguos amos, se acab convirtiendo en la granmayora de los casos en una amenaza permanente para los muchos, salvo porsupuesto para las elites y para unas limitadas clases medias, all donde los procesosde industrializacin propios haban llegado a tener un mayor recorrido, antes de lallegada de la globalizacin de las dos o tres ltimas dcadas del siglo XX. Eran entodo caso estas poblaciones las que pudieron sentirse ms identificadas con el Estadocomo tal, porque les pudieran alcanzar unos mn imos beneficios de ciudadana. Elresto de la poblacin, en general, no, sobre todo en los Estados de menor trayectoriahistrica, y muy en especial en frica subsahariana. De esta forma, a esta nuevaoleada de Estados-nacin de muy complejos orgenes les fue muy difcil ganar enlegitimidad y empezaron a entrar en crisis ya antes del despliegue del nuevocapitalismo global de las ltimas dcadas. Si bien algunos de ellos, pocos y en generallos ms grandes, lograran solventar en parte esa crisis y resurgiran con fuerzaposteriormente como nuevos Estados Emergentes en el nuevo marco de laglobalizacin.NNUU: Un parlamento estatal mundial? La Organizacin de Naciones Unidas surge en 1945, en San Francisco, comoproducto del clima mundial postblico, y se puede considerar como una especie denuevo Tratado de Westfalia 7 global. EEUU era quizs el primer interesado en que estenuevo organismo mundial fuera una plataforma mundial de todos los Estadossoberanos del planeta. Se vislumbraba ya un futuro postcolonial, y Washington queraque los nuevos Estados que iban a surgir ingresaran en NNUU, una organizacin enprincipio sin derecho de admisin. Todos los nuevos Estados seran bienvenidos, deacuerdo con su carta de creacin. Algo muy distinto a la Sociedad de Naciones delperiodo entreguerras, un coto cerrado de las potencias coloniales europeas, en el que7 En el Tratado de Westfalia de 1648, con el que acaban formalmente las Guerras de Religin en territorioeuropeo occidental, surge el Estado moderno soberano de corte capitalista.14 15. EEUU haba decidido no participar, y en el que otros Estados del mundo erandeclarados miembros non-gratos. Adems, EEUU iba a ayudar a impulsardecisivamente el proceso de descolonizacin a travs de las NNUU, como va paradesplazar la presencia de las potencias europeas en frica, Asia, Pacfico y Caribe. Unmecanismo ms de poder blando, que iba a saber jugar muy inteligentemente. NNUUincluye desde el primer momento a la URSS, pues todava se respiraba la atmsferafavorable del reparto sereno del poder mundial de Yalta y Postdam, cuando lasgrandes potencias hegemnicas, EEUU y la URSS, con la presencia de la potenciadeclinante, Gran Bretaa, delimitan sus respectivas esferas de influencia, antes delestallido formal de la Guerra Fra (1948). Pero an despus del inicio de la GuerraFra, NNUU sigue jugando un papel muy considerable en la escena internacional, porel papel que desempea su Consejo de Seguridad. ste es el Sancta Santorum deNNUU, donde reside el poder en ltima instancia, y donde otra vez los grandes delmundo, en este caso los cinc o miembros permanentes (EEUU, URSS, Gran Bretaa,Francia y China 8), con derecho a veto, hacen y deshacen a su antojo. A nadie leinteresaba, en principio, incluso a la URSS, hacer saltar por los aires este nuevoorganismo internacional, aunque su sede estuviera en Nueva York. Pues en un mundotan complejo como el de la Guerra Fra era conveniente tener un espacio deconvergencia, en el que los amos del mundo se pudieran medir y negociar sustensiones, sin recurrir al enfrentamiento armado. Algo que expresamente prohiba elcaptulo 2 de la Carta de NNUU. Un aspecto formal positivo de la Carta, que reflejabatambin la fuerte conciencia mundial contra la guerra al terminar la conflagracinmundial. Sin embargo, la irrupcin de NNUU en el panorama poltico global, un espacioinstitucional en el que por primera vez en la Historia estaban representados todos losEstados, posibilit la audicin de las voces de los actores estatales excluidos delncleo de los poder es mundial es. La Asamblea General de NNUU, que funciona bajoel criterio de un Estado, un voto, independientemente de su poblacin y su poder,empez a revelarse como una instancia fuera del control de los poderosos, y como unaltavoz de las reivindicaciones globales de los ms dbiles y marginados. Caso porejemplo de Palestina. La Asamblea General ha llegado a declarar a Israel enemigo dela Humanidad, contra el parecer de los Estados occidentales, y muy en concreto deEEUU. Algo que no ocurre en el Consejo de Seguridad, donde EEUU vetasistemticamente cualquier resolucin de condena a Israel. Pero NNUU demostrtambin en sus primeros aos de funcionamiento que era capaz de llegar a acuerdospolticos de enorme trascendencia internacional, como fue el caso de la Declaracinsobre Derechos Humanos, de 1948, que ha tenido una gran relevancia histrica.Declaracin que fue posible tambin por el clima postblico mundial. Por primera vezse recogan los derechos de los otros, los olvidados del mundo, y aunque estadeclaracin sea fundamentalmente retrica y tenga un sesgo occidental, y en claveindividual, qu duda cabe de que ha servido a lo largo de estas seis dcadas parareivindicar los derechos polticos de los ms dbiles y denunciar su conculcacin.Aparte de que fue complementada ms tarde, en los sesenta, con la Declaracin deDerechos Sociales, y por el Convenio contra la Tortura. Igualmente, NNUU tambinposibilit el intento de impulsar desde su seno un Nuevo Orden EconmicoInternacional, por parte del Movimiento de los No Alineados. Y hasta se inici en lossetenta una Comisin para imponer un cdigo de conducta a las empresastransnacionales, tras la fuerte animadversin en muchos pases del Sur Global almodus operandi de estos gigantes empresariales, en plena expansin entonces; sobretodo tras el Golpe de Estado en Chile, en el que ITT particip activamente. Estas dosltimas iniciativas fueron posteriormente abortadas por los principales poderesestatales occidentales.8China continental no ingresara en el Consejo de Seguridad hasta 1971, tras el reconocimiento delrgimen comunista por parte de Nixon.15 16. Adems, los grandes actores estatales occidentales, y muy en concreto EEUU,impulsaron nuevas instituciones multilaterales, en el mbito monetario y financierointernacional: FMI y BM, al margen de NNUU, para gobernar de acuerdo con susintereses la economa mundial. De hecho, se establecieron un ao antes (1944), enBretton Woods. Por primera vez en la Historia tambin existan institucionessupraestatales para regir el mbito de lo econmico, en el que participabanformalmente los diferentes Estados del mundo, en este caso de la rbita occidental, almenos durante las pr imeras dcadas, una vez que la URSS decide abandonar lasinstituciones de Bretton Woods al poco tiempo de su creacin (aunque nunca lleg asuscribir sus acuerdos). Sin embargo, esas instituciones estaban controladas por lospases centrales occidentales, y muy especialmente por EEUU, que tena derecho deveto respecto de cualquier decisin. El poder de voto de los Estados perifricos en elFMI y BM era residual, y nula su capacidad conjunta para defender sus intereses. Decualquier forma, en la primera etapa de estas instituciones, hasta los setenta, grossomodo, estas organizaciones responden tambin al espritu de la poca, de auge de laestatalidad, y permiten el establecimiento de controles a la libre movilidad de capitalesmundial por parte de los Estados. En el mbito del comercio mundial se establecera elGATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), sin status jurdico internacionalpropio (por la posicin contraria de EEUU al respecto), y en el que la participacin delos Estados perifricos en las primeras dcadas de su existencia sera residual, comoya vimos en su momento. Los nuevos (y antiguos) Estados perifricos no estabaninteresados en participar en este Acuerdo General, en un momento en queintentaban abrir vas de industrializacin propias, y defender sus mercados y susrecursos de la lgica perversa del mercado mundial. Pero, al margen de las instituciones de Bretton Woods, que tenan solo vnculosformales con NNUU, pero que operaban sin ningn control por parte de la misma,EEUU s mostr inters en que NNUU fuera una institucin importante en el impulsodel Desarrollo a nivel mundial. Al menos como marco sobre todo ideolgico y deestablecimiento de las misiones de Desarrollo y apoyo tecno- burocrtico al respecto.Esta poltica formaba parte del pulso ideolgico de la Guerra Fra, aparte de vehicularintereses econmicos muy concretos, y la URSS y China, no pudieron sustraerse aeste reto, y aceptaron, o dejaron hacer, a NNUU en este terreno. Esto ya lo hemosvisto ms en detalle en el apartado anterior: El mito del Desarrollo, y no vamos aincidir ms en ello aqu. Tan solo recalcar que era un marco ms de colaboracinjerarquizada supraestatal de considerable trascendencia, donde se fijaban marcoscomunes de reflexin y de actuacin, con el fin de impulsar los procesos demodernizacin e industrializacin. Es en NNUU desde donde se alienta decisivamenteel marco ideolgico del Desarrollo, con el apoyo en la sombra, y no tan en la sombra,del BM, y donde se contribuye asimismo de forma expresa a potenciar el mito delCrecimiento, para salir del Subdesarrollo. Igualmente, NNUU se convertira en un espacio supraestatal para promover nuevaspolticas demogrficas mundiales, algo que fue especialmente apoyado desde EEUU,con la contribucin decisiva de la Fundacin Rockefeller. Sin embargo, estas polticassuscitaban bastante menos consenso global. La razn de la incursin de Washingtonen este resbaladizo terreno era el miedo al triunfo de los procesos revolucionarios enel Sur Global, como resultado del fuerte proceso de crecimiento poblacional queexperimentaba. La Revolucin China, y otras en el Sudeste asitico, las entendancomo un fuerte toque de atencin al respecto. De esta forma, EEUU promuevepolticas de planificacin familiar en el as llamado entonces Tercer Mundo, con elobjetivo de contener la fuerte expansin demogrfica. No en vano el periodo 1950-1970 sera el de mximo crecimiento de la poblacin mundial, con una tasa decrecimiento del 2,1% anual, en paralelo con el mayor incremento del consumoenergtico per capita global. Las polticas demogrficas se incorporaban a los 16 17. paquetes de Desarrollo de NNUU, y se imponan tambin como condicionalidades enlos crditos del BM. Adems, EEUU ejerce tambin una fuerte presin sobre lospases perifricos para que apliquen polticas de desarrollo agrcola industrializado,ofreciendo su tecnologa y savoir faire, pero si al mismo tiempo se incluan polticasde control de poblacin. De esta forma, muchos pases perifricos iban a desanimar lareproduccin, legislando sobre el aborto y la promocin de la educacin sexual en lasescuelas, y en diversas ocasiones acometieron programas masivos de esterilizacin, atravs de pequeos incentivos pecuniarios y mucha desinformacin. La Iglesia catlicasera un escollo en este camino, que fue sorteado sin excesivos conflictos y renuncias,al menos en un primer momento, pues adems eran los tiempos de la renovacin delConcilio Vaticano II. Las polticas demogrficas permitieron pasar tambin del controlde la natalidad al control de las mujeres, un objetivo importante tambin en el nuevomarco del capitalismo global en gestacin, dentro de la matriz de dominio patriarcaltranshistrico. India sera uno de los grandes pases del Sur Global que aplicara mstempranamente las polticas demogrficas (Nehru, en 1952), como parte de esteimpulso promovido desde NNUU, y como reflejo tambin del miedo de sus nuevaselites a la explosin poblacional. Y algo ms tarde lo hara China, pero como polticapropia, autnoma y estricta del Partido Comunista Chino, ante el temor tambin de queel descontrol demogrfico pudiera poner en peligro las nuevas estructuras de poder,los logros de la revolucin y la viabilidad del nuevo modelo. Finalmente decir que entorno a las polticas de control de poblacin en el entonces llamado Tercer Mundohubo un acalorado debate entre malthusianos y desarrollistas. Los primerospensaban que intervenir sobre la poblacin era un paso previo o una condicin para elDesarrollo, y los segundos lo contrario (Domingo, 2008).Crisis del Estado Social, Contrarrevolucin Neoliberal y endurecimiento delEstado En los aos setenta del siglo XX, la doble crisis energtica y econmica 9 pusocontra las cuerdas al Estado del Bienestar, que vena arrastrando una crisis latentedesde finales de los sesenta. Sin crecimiento econmico, y con unos precios delpetrleo y la energa por las nubes, el Estado providencia no poda hacer frente a lasresponsabilidades y compromisos sociales adquiridos, mxime cuando stos sehaban visto elevados como resultado del ciclo de luchas sociales de finales de lossesenta y primeros setenta, con el fin de garantizar paz social. El Estado tal y como loconocemos necesita del crecimiento econmico para cuadrar sus cuentas, y cuando elcrecimiento cay y los costes se dispararon, los Estados centrales entraron en unafuerte crisis fiscal, que fue particularmente aguda en EEUU, y en concreto en algunode sus enclaves metropolitanos ms significados: p.e., Nueva York. James OConnor(1981) calific en su da esta difcil coyuntura como La crisis fiscal del Estado. En unprincipio, la salida que impuls el Estado, que dominaba los resortes monetarios, fue lade una huda hacia adelante, dndole a la mquina de imprimir dinero, lo que generuna enorme inflacin, pues a la subida de precios debido al alza del petrleo, se sumesta nueva causa de aumento de los mismos. El resultado de todo ello fue unincremento tambin de las luchas de los trabajadores para no perder poder adquisitivo,lo que amenazaba con disparar la espiral inflacionaria mucho ms y desarticular elorden social y los procesos de acumulacin de capital. El desafo era maysculo. Y larespuesta a este enorme reto tambin lo fue. Es lo que se denomin laContrarrevolucin Neoliberal del capitalismo, y como parte de sta se acometitambin una profundizacin en los procesos de mundializacin y financiarizacin de9Aunque cabra hablar tambin de una crisis multidimensional, pues a la crisis energtica y econmica sesumaba la erosin de la hegemona de EEUU y el fin del sistema monetario establecido en BrettonWoods, aparte de que la crisis energtica hizo hablar por primera vez de la finitud de los recursos norenovables y de Los Lmites del Crecimiento (Meadows et al, 1972).17 18. los mercados. En definitiva, un nuevo capitalismo global que tuvo considerablesrepercusiones sobre la forma Estado, y sobre la sociedad. Pero para que esta Rebelin de las Elites (Lasch, 1996) pudiera llevarse a efectoera preciso antes quebrar la columna vertebral del movimiento obrero, los sindicatos,pues todava no haba empezado a dar todos sus frutos el avance de la Sociedad de laImagen y el Entretenimiento, y la conquista del alma y la desarticulacin socialconsiguiente (Fdez Durn, 2009). Haba pues que forzar la mquina, no haba tiempoque perder, para recuperar el crecimiento y la acumulacin de capital, y por tanto elabaratamiento del coste de la fuerza de trabajo era uno de los objetivos principales. Ycomo parte de ello, igualmente, el levantamiento del marco legal protector del trabajo,que fomentara su precarizacin. La otra condicin sine qua non fue el abaratamientodel coste de la energa, y en concreto del petrleo, que se empez a producir desdeprimeros de los ochenta, como ya vimos, y que permiti sustituir fuerza de trabajo(cara) por una nueva ola de maquinizacin-robotizacin, incrementando laproductividad. Al mismo tiempo, se acometan tambin las importantes reformasmonetarias y financieras que ya hemos abordado en otros apartados del anlisis delsiglo XX, que suponan que el capital se iba a quitar la camisa de fuerza que le habaimpuesto el Estado durante casi 50 aos (desde el New Deal, principalmente), y sobrelas que no vamos a volver a incidir ahora. Aqu nos centraremos principalmente en lastransformaciones que supuso para el Estado la Contrarreforma Neoliberal. Pero comodecimos, un elemento central para abordarla fue la derrota del movimiento obrero y ladesarticulacin de sus organizaciones, aunque estuviese tambin azuzada por lastremendas fuerzas que iban a desatar los procesos de privatizacin, desregulacin ymundializacin del capital. As, como nos dice Harvey (2007), fue fundamental que en EEUU y en GranBretaa, los dos polos centrales de la Contrarrevolucin Neoliberal, Reagan yThatcher pusieran de rodillas al movimiento sindical. En el caso de EEUU fue laderrota de la dura huelga de los controladores areos, y en el caso de Gran Bretaa lade la tenaz huelga de los mineros. Dos rudos tour de force que forz y gan el Estado,y que abrieron una nueva era para unas nuevas relaciones Capital- Trabajo y para eldescompromiso social del nuevo Estado neoliberal. Esta iba a ser la va principal, enun primer momento, para imponer el No Hay Alternativa (There is No Alternative,TINA) Thatcheriano, pues de esta forma se acababa con la sociedad civil organizada,y muy en concreto con la fuerza de la clase trabajadora, pasando a un nuevo paisajesocial en el que solo existiran los individuos y las familias (segn las propias palabrasde Mrs Margaret), sin capacidad para oponerse a las reformas de la ContrarrevolucinNeoliberal. Indudablemente, la batalla ideolgica era tambin de extrema importancia,y corra en paralelo, como hemos resaltado en el apartado anterior. De esta forma, asistimos a un ataque en toda regla contra el Estado Social, que sehace an ms obligado como resultado de la Contrarreforma Fiscal y Monetaria. Labrusca bajada de impuestos para los sectores ms ricos de la sociedad y para lasgrandes empresas que supusieron las polticas neoliberales, ms el hecho de quitarleal Estado, de un plumazo, su capacidad para intervenir en la creacin del dinero (estoes, la privatizacin, otra vez, de los Bancos Centrales, o el incremento de suautonoma respecto del poder poltico), quit toda posibilidad de que el Estado pudierafinanciar generosos programas sociales. El triunfo de los monetaristas para yugular lainflacin tuvo lugar pues con un gran coste y regresin social. La redistribucin de lariqueza monetaria creada se haca ahora al revs, de los pobres y clases medias a losricos, y en todo caso se da una cierta redistribucin de la riqueza de las clases mediasa los ms pobres, quedando los ricos y las grandes empresas cada vez ms al margende esa tarea tan engorrosa. Gracias sobre todo a la nueva actuacin de Pap Estado ya la proliferacin de Parasos Fiscales. Es decir, las grandes fortunas y las empresastransnacionalizadas se desentienden del mantenimiento econmico del Estado-nacin, 18 19. pero se siguen beneficiando de su existencia. Y, al mismo tiempo, se permite y sealienta una creciente expansin del crdito (al consumo, hipotecario y para hacerfrente a la creciente coste de los servicios pblicos debido a su privatizacin), lo quepermite que la cada de la demanda de los sectores populares no fuera tan brusca,pero que provoca un creciente endeudamiento de los mismos. Un factor ms dedisciplinamiento y adormecimiento social.Por otra parte, se va a pasar del Welfare al Workfare. Esto es, se va a eliminar elderecho a recibir una ayuda social sin contraprestacin, lo cual va a significar tambinuna coaccin laboral y un abaratamiento adicional de la fuerza de trabajo, aparte deuna degradacin de las condiciones de la reproduccin social. Pero, adems, elEstado va a llevar a cabo tambin un contraataque hacia dentro de su dimensinsocial, permitiendo la entrada de la lgica del mercado y la acumulacin de capital eneste terreno. De esta forma, asistimos a una creciente privatizacin de la SeguridadSocial (incluido las Pensiones), la Sanidad, el Sistema Educativo, la Poltica deVivienda, etc., lo que va a generar unas desigualdades crecientes en el acceso a estosservicios y bienes pblicos. Y lo que es ms significativo tambin se va a descargarsobre las familias, y en concreto sobre las mujeres, parte de las tareas dereproduccin social que haba llegado a cubrir el Estado del Bienestar. Lo cual va agenerar la actual crisis de los cuidados, pues este proceso se da en un contexto decreciente participacin femenina en el mercado laboral. Igualmente, el Estado se va air retirando de aquellos sectores de la economa en donde haba llegado a adquirir unprotagonismo incontestable (transporte, energa, telecomunicaciones, abastecimientode agua, tratamiento de residuos, etc.), lo que va a posibilitar la creacin de nuevosgigantes empresariales privados en estos sectores, que en poco tiempo se van atransnacionalizar, como ya vimos. Por ltimo, una de las tareas ms importantes delEstado, la creacin de infraestructuras, se va a privatizar en parte, como resultado delos procesos de financiarizacin del capital. Importantes volmenes de capital privadovan a ayudar a que el Estado no decaiga en su labor de construccin deinfraestructuras, ejecutndolas ellos directamente (eso s, con el aval del Estado, por siacaso), o bien animando al Estado a endeudarse para realizarlas. Todas estasreformas del Estado van a suponer nuevos e importantes campos de crecimiento yacumulacin de capital, que se dan en paralelo a un incremento imparable de la deudaestatal. Si bien la venta de activos estatales (las Joyas de la Corona, las grandesempresas pblicas e importantes patrimonios de suelo e inmobiliarios, incluida lavivienda social) permiti enjugar en un primer momento gran parte de esa deuda(Roth, 2007). Pero indudablemente todas estas reformas del Estado que se llevan a cabo condiferentes ritmos e intensidades en todos los pases centrales, partiendo de ladinmica iniciada en los ochenta en EEUU y Gran Bretaa, no se podan hacer sin elconcurso de los diferentes poderes Ejecutivos que eran los que las impulsaban. Y lamodulacin de las mismas iba a estar condicionada tambin por las resistenciassociales que se encontraban en el camino. En cualquier caso, esta tarea de bricolajepoltico llev su tiempo (y en algunos Estados an no se ha completado,especialmente en Europa occidental), y no fue para nada una labor fcil. As, primerohubo que vaciar de poder poltico las instituciones ms representativas, losparlamentos nacionales, al tiempo que se reforzaba el poder ejecutivo. Un poderejecutivo de nuevo cuo, porque se iba a acometer en paralelo una progresiva reformade la financiacin de los partidos polticos, para que stos fueran ms dependientes delos intereses del capital privado (sobre todo en EEUU), lo que iba a poner cada vezms el poder del Estado en manos del poder corporativo. Incluso el marco legal yjudicial se reforma para adaptarlo a las nuevas circunstancias. Adems, la brechaentre las polticas de derechas y de izquierda se fue estrechando igualmente parapoder captar el llamado voto de centro. Un centro de la nueva sociedad de masasmuy modelado ya por los mass media y crecientemente conservador. Y, al mismo 19 20. tiempo, los partidos se convierte en mquinas absolutamente jerarquizadas yburocrticas, sin la ms mnima democracia interna, que votan en bloque en unosparlamentos que caminan hacia un paisaje bi o tripartidista, sin diferenciassustanciales entre los grandes partidos, y con mecanismos de relacin con la sociedadpuramente mediticos. El resto de los partidos va quedando progresivamentemarginados, sobre todo los de una izquierda ms consecuente, aparte de que elestablecimiento de cuotas mnimas de voto para su presencia parlamentaria, juegaclaramente en su contra. De esta forma, aunque la primera oleada de reformas en los ochenta las acometenlos partidos conservadores, especialmente en EEUU y Gran Bretaa, en los noventason la Tercera Va de Blair y los Nuevos Demcratas presididos por Clinton, los quelas llevan a efecto. Como muy bien dira El Roto en una vieta: Todas las TerecerasVas conducen a Wall Street. Algo parecido ocurri en la mayora de los pasescentrales. Las polticas ya no eran de izquierdas o de derechas, se nos deca atravs del mensaje meditico, pues estbamos ya en la poca del fin de las ideologas,sobre todo tras la Cada del Muro de Berln. Hasta algn optimista lleg a hablar delFin de la Historia (Fukuyama, 1992). Las nuevas polticas haba que clasificarlas,pues, aspticamente, entre las que funcionaban y las que no funcionaban. Aparte deque el Estado que se apartaba de este camino, era ferozmente castigado por losmercados financieros. La poblacin vota cada cuatro aos, pero los mercados votantodos los das, nos deca en los noventa Luis ngel Rojo, gobernador del Banco deEspaa. Y en esta deriva crecientemente conservadora, desdemocratizadora y deprogresivo desmantelamiento del Estado Social, los sectores ms precarios ydesprotegidos de la sociedad dejaron de votar. Para qu iban a participar en la farsaelectoral, cuando el Estado les dejaba tirados en la cuneta. Lo que a su vez reforzabael camino hacia el centro social de los votantes, un centro situado cada da ms a laderecha, gracias a la labor de los mass media. El sufragio universal, una demandarupturista a finales del siglo XIX y principios del XX, y que cost sangre, se convertaen una conquista vaca, pues la nueva Sociedad de Masas se alejaba cada vez msde lo poltico, en esta nueva y an ms falsa democracia mediatizada. Lo polticoha vuelto a ser otra vez en muy gran medida canibalizado por los intereses del capital. Pero el Estado sufre igualmente otra contrarreforma importante, que tiene que vercon el progresivo endurecimiento del mismo. La cara dura se impone cada vez msclaramente sobre su cara blanda. El Estado Social y de Derecho se transforma en unnuevo Estado crecientemente autoritario, en el que las dimensiones penal y securitariase disparan, al tiempo que se produce una fuerte regresin de los derechos ylibertades (Pastor, 2007 a ). EEUU supera con creces los dos millones de presos aprincipios de este nuevo siglo, doblando la poblacin carcelaria en veinte aos, y ochomillones ms se encuentran bajo vigilancia policial. Un nuevo Gulag, basado en la Leyy el Orden, en donde pasa a mejor vida la rehabilitacin de los presos (Roth, 2007;Wacquant, 1998). El pobre, el preso y el inmigrante son el nuevo enemigo interior. Deesta forma, la derrota del movimiento obrero y la derechizacin y desarticulacin de lassociedades implican el fin de la alianza de los Treinta Gloriosos entre Estado delBienestar, capitalismo y democracia. Al mismo tiempo, la seguridad interior confluyecada vez ms con la seguridad exterior, y lo policial con lo militar, siendo difcilestablecer lmites ntidos al respecto, lo que tiene fuertes implicaciones de prdida dederechos democrticos. El cascarn democrtico del Estado se vaca an ms decontenido real, quedando como una fachada en gran medida meditica. Y eso por nohablar de dos de las instituciones principales de las llamadas sociedadesdemocrticas, los Partidos (como hemos comentado) y las Empresas (Naredo, 2001),sobre todo cuando stas ltimas adquieren un tamao y una estructura cada vez mscentralizada y coercitiva, a pesar de su aparente descentralizacin. Pero, es ms, sefomenta una nueva gobernanza para intentar organizar a la llamada sociedad civil deacuerdo con los nuevos intereses del capital y del Estado, en la que se implica gran 20 21. parte del mundo de las ONGs, que proliferan en este periodo. Una nueva paz socialque se consigue a base de dinero y de traspasar ciertas responsabilidades socialesdel Estado a esta constelacin de organizaciones, que operan de forma ms barata,ms precaria y clientelar (Pastor, 2009 b; Garca, 2009). En definitiva, la Contrarrevolucin Neoliberal significa la Crisis del Estado Social yde Derecho, por ms que la nueva propaganda poltica incida en los derechos ylibertades (eso s, del capital). Pero el Estado-nacin como tal no entra en crisisdirecta, en todo caso pierde centralidad, y es ms se refuerza y se va transformandopoco a poco en un nuevo Leviatn, cada da ms policializado y militarizado, con unaprogresiva dimensin ar mamentista, que intenta basar su legitimidad en un renovadonacionalismo (a pesar de su creciente transnacionalizacin) y en la creacin deseguridad, para los que votan. El nacionalismo se cultiva mediante el DeporteEspectculo global, casi lo nico que suscita ya emociones patrias, pues estamos enuna etapa histrica post-heroica en lo militar. Y el mensaje de seguridad se refuerzacon las polticas de Tolerancia Cero contra el delito protagonizado por la periferia delo social, y contra el otro, pero en absoluto contra la corrupcin, abuso yespeculacin de las estructuras de poder. Al tiempo que el Sancta Santorum delEstado, el monopolio de la violencia, pasa a ser tambin cada da ms privatizado. Ytodo ello se da en plena poca de la globalizacin feliz, en los noventa,principalmente; es decir, antes del 11-S, cuando esta deriva se va a intensificar anmucho ms, como veremos ms tarde. Caen pues el Muro de Berln y el Apartheid enSudfrica, pero se levantan a su vez mltiples muros por doquier, sobre todo en losEstados centrales para intentar contener las fuertes corrientes migratorias estimuladaspor el nuevo capitalismo global. Adems, la lucha contra la inmigracin es una excusaperfecta para justificar el endurecimiento del Estado y vigilar a unas sociedades cadavez ms multiculturales. En suma, una especie de neofascismo postmoderno que nose construye ya contra la democracia, como en los aos treinta, sino a partir de lamisma, desnaturalizndola an ms si cabe (Lpez Petit, 2001).Terapia de Choque, Dictadura, Democracia y Estados Fallidos en el Sur Global En el Sur Global, sin embargo, la Contrarreforma Neoliberal va a adquirir uncarcter mucho ms duro, pues se va a aplicar en general mediante Terapia deChoque (Klein, 2007), y adems va a empezar en algunos casos antes que en losEstados centrales. El ciclo de dictaduras que asol gran parte de Amrica Latina enlos sesenta y sobre todo setenta as lo atestigua (Brasil, Chile, Argentina, Uruguay,etc.), al igual que en diversos pases del Sudeste Asitico (Indonesia, Filipinas, etc.), sibien los Golpes de Estado militares se llevaron a cabo tambin por temor al ascensodel comunismo en esos territorios, y fueron instigados directa o indirectamente porWashington. Pero, como ya vimos, aprovechando que el Pisuerga pasa porValladolid, se utilizaron estas dictaduras para ir ensayando las caractersticas de unnuevo modelo de Estado en la Periferia acorde con el capitalismo crecientementeglobalizado que se estaba gestando. El caso ms paradigmtico fue el de Chile(1973), donde los Chicago Boys de Milton Friedman impusieron sus nuevas polticasa travs de la mano inflexible de Pinochet. Chile se convirti en un verdaderolaboratorio de la Contrarreforma Neoliberal en el Sur Global. Se suspendan las reglasdel juego democrtico y se practicaba una feroz represin, ya que esta era la nicaforma de imponer unas polticas favorables a la renovada mundializacin del capitalque se estaba operando desde los Estados centrales.En los ochenta, la terapia de choque se dulcifica algo pues la ContrarreformaNeoliberal (ya claramente definidos los nuevos objetivos de la misma) se prctica apartir de Planes de Ajuste Estructural (PAEs) del FMI y el BM, que los posibilita elestallido y tratamiento del problema de la deuda externa de los pases del Sur. La21 22. dulcificacin de la terapia es solo en la forma, pero no en el contenido de la misma,que sigue teniendo los mismos efectos devastadores en trminos polticos, sociales yambientales. Ya no se recurre tanto a Golpes Militares, es ms, retorna muydevaluada la democracia a muchas de las anteriores dictaduras (Chile, Argentina,Brasil, Uruguay, etc.), pues desde las principales instancias de los poderesoccidentales se considera que la forma Estado democrtico puede tener una mayorlegitimidad social y estabilidad a medio plazo. Eso s, una vez obtenidos los objetivosque persegua la Contrarreforma Neoliberal global. No antes. Pero, como decimos, enlos ochenta se descubre el tremendo poder que tiene el dinero para lograr losobjetivos de la Contrarreforma Neoliberal del nuevo capitalismo global sin tener querecurrir a la bota militar. En todo caso, se apela de forma activa al poder policial, conapoyos puntuales del Ejrcito, para sofocar duramente las llamadas revueltas delhambre que provocan los PAEs. Eso es as, en esos aos, en gran nmero deEstados altamente endeudados de Amrica Latina y frica, y en menor medida deAsia. Los nuevos crditos del FMI y del BM, como ya vimos, se utilizan no slo parapromover las privatizaciones de las empresas estatales, industriales y de servicios, laapertura a la lgica del mercado mundial de sus economas, la reduccin del gastosocial de los Estados para dedicarlo al pago de la deuda externa, la privatizacin desus recursos y la devaluacin de sus divisas para abaratar su fuerza de trabajo y elvalor de sus activos, que pasan a ser apropiados por el capital transnacional; sino quese utilizan igualmente para exigir una completa remodelacin del marco legal einstitucional del Estado, con el fin de que el nuevo Estado sea funcional a los interesesdel nuevo capitalismo global, as como para promover infraestructuras energticas yde transporte imprescindibles para la globalizacin. Pero la globalizacin impulsatanto la bajada de aranceles externos, una de las principales fuentes de ingresos delos Estados perifricos, como la proliferacin de Zonas Francas, espacios de bajosimpuestos al margen del marco legal estatal (y sindical) en beneficio del capitaltransnacional, y ello deriva en una fuerte crisis fiscal de los Estados, lo que acentaan ms su dependencia de los capitales externos y su fragilidad institucional. Sin embargo, para llevar a cabo la Contrarreforma Neoliberal en el Sudeste Asitico,donde se afianzaba rpidamente la Fbrica Global, habra que esperar casi hastafinales de los noventa, y se tendra que recurrir al poder demoledor de los mercadosfinancieros para imponerla. La razn es que estos Estados (Corea del Sur, Tailandia,Indonesia, etc.) tenan en general una mucho mayor solidez institucional, no en vanoalgunos de ellos tienen (aunque con rupturas) un recorrido histrico de siglos, unamucha mayor capacidad productiva e importancia global, aparte de petrleo (algunosde ellos), y sobre todo un mucho menor grado de endeudamiento externo, por lo quepodan sustraerse en gran medida a las polticas de ajuste del FMI y el BM. Y no fuehasta que abrieron sus mercados de capitales, a instancias del FMI, por cierto, que sevieron sometidos a las fuerzas especulativas de los mercados financieros globales. Auna fuerte entrada de capitales externos, primero, a un auge artificial en gran medidaespeculativo, despus, y a una salida en tromba posterior de los mismos, queprovocaron crisis monetarias y financieras que acabaron afectando a toda la regin en1997 y 1998. Y entonces s, los paquetes de ayuda que se arbitraron desde el FMI yel BM, en beneficio de los especuladores de Wall Street y la City de Londres, hicieronposible aplicar, por fin, la misma medicina, lo que provoc tambin un tremendodesastre poltico, social y ambiental, y especialmente una redistribucin de lapropiedad de su importante aparato productivo y de gran parte de sus recursos enbeneficio del capital occidental (Gowan, 2002). Finalmente, decir, que en el ciclo neoliberal que se abre en los ochenta, con larevolucin conservadora, llega al Sur Global una nueva forma de regulacindemogrfica, ya no tan descarada y autoritaria, pero igualmente con grave repercusin 22 23. social. Mientras tanto, el crecimiento demogrfico autctono desciende bruscamenteen el Centro, por la fuerte reduccin de la tasa de natalidad. De esta forma, conRonald Reagan llega la demografa de libre mercado, en el sentido de que aplicar ladureza de la lgica del mercado mundial era la mejor forma de luchar contra elcrecimiento demogrfico en la Periferia. Es ms, se asiste a un recorte alfinanciamiento de los programas de poblacin de NNUU (Domingo, 2008). Si bienestas polticas se modulan en parte con Clinton. Adems, este cambio de orientacincoincide con el inicio de una importante involucin de la Iglesia Catlica, un crecienteauge del fundamentalismo islmico y, en el extremo contrario, un importanteincremento de la organizacin y concienciacin de las mujeres en los Pases del SurGlobal. Ya no era posible, sencillamente, aplicar las mismas polticas que en lasdcadas posteriores a la posguerra mundial. Salvo en China, donde adoptan uncomponente fuertemente autoritario. Pero ese era un caso aparte, pues el giganteasitico no se puede considerar, para nada, que forma parte del Sur Global. Era yatoda una potencia emergente a finales del siglo XX, aunque tuviera en su interior unimportante mundo rural, semejante a muchos del Sur Global. De esta forma, laregulacin demogrfica de libre mercado acta en muchos territorios de formaimplacable, y nos alerta de lo que puede ocurrir en futuros escenarios del siglo XXI. Elincremento de la mortalidad por el hambre, por pandemias como el SIDA, o por lasguerras que asolan muchos territorios del Sur Global, todo ello especialmente grave enfrica, donde se estn dando verdaderos genocidios, que estn sirviendo como unregulador demogrfico brutal. En definitiva, como nos dice Wallerstein (2004), al arribar el nuevo mileniopodemos decir que en el Sur Global se ha perdido en general la fe en sus actualesEstados como agentes de una modernidad de liberacin, aunque para nada se haperdido el deseo de liberacin, sino solo la fe en la vieja estrategia para alcanzarlo.Pero tambin nos alerta de que hay un Espectro de desintegracin de las estructurasestatales en las que el pueblo (los pueblos) no confan, al tiempo que subsiste en granmedida la exigencia de una verdadera democratizacin y de un sistema de distribucinradicalmente diferente. Eso a pesar de que con el cambio de siglo ya existan, enteora, unos 120 Estados formalmente democrticos en el mundo (de un total en tornoa 190), la mayora en el Sur Global (pero la totalidad de la OCDE), frente a los 16 acomienzos del siglo XX, en los pases centrales (Taylor, 2008). Pero a pesar de todo,tambin, ese dato indica algo, y es que existe un ansia de democracia y libertad entodo el planeta, que las estructuras de poder (por ahora) no pueden obviar, paragarantizar una mnima legitimidad, aunque luego la desnaturalicen abiertamente.Asimismo, a principios del siglo XXI ya existen diversos Estados del Sur Global que seestn dando como Estados Fallidos, al perder el control sobre gran parte de susterritorios, de los que se van apoderando en muchos casos los seores de la guerra.Hasta ahora principalmente en frica Subsahariana (Somalia, Congo, etc.). All, elacceso al botn lo garantizan ms que en ning n otra parte del Sur Global los clanessociales de poder que se reparten el Estado, de muy dbil poder institucional,pelendose abiertamente las elites entre s por el reparto del petrleo o los minerales,azuzadas, eso s, por las empresas transnacionales respectivas. Pero en AmricaLatina, donde los Estados tienen mucho mayor recorrido institucional, aunque contodas las debilidades apuntadas, ya son el clamor del Que se Vayan Todos (contratoda la clase poltica) en la crisis mayscula que asol Argentina, en 2001; resultadodirecto de la Contrarreforma Neoliberal y de las dinmicas brutales del nuevocapitalismo financiero global. El nuevo Estado resultante tras la Contrarreforma en el Sur Global se sustenta engeneral sobre dbiles mimbres, en general mediticos, pues ni siquiera sus reducidasclases medias, duramente castigadas por la globalizacin en muchos casos, sesienten ya identificadas con l. El nuevo Estado tan solo defiende los intereses de unaoligarqua (aparte, eso s, de los del capital global) que, adems, no se identifica con23 24. su territorio y que tiene la mayor parte de sus bienes fuer a, a buen recaudo. Y elrecurso al sentimiento nacional, difcil de suscitar en estas circunstancias, logra aduras penas mantener una mnima cohesin social en muchos casos. Lo que haceque primen las fuerzas sociales centrfugas, haciendo asomar todas las grietas sobrela que se sustentaba un dbil Estado- nacin. Salvo en unos pocos Estadosemergentes en el nuevo capitalismo global, que al ir escalando posiciones dentro dela Economa Mundo logran reforzarse institucionalmente, en parte, al beneficiarse desu lugar sub- imperialista (China, India, Brasil, Sudfrica, etc.), aunque manifiestanunas diferencias sociales abismales. As, salvo en estos Estados emergentes, losEstados perifricos y hasta muchos de los semiperifricos pierden claramente, engeneral, soberana estatal, a causa de las dinmicas del nuevo capitalismo global. Porotro lado, incluso el Deporte Espectculo mundial tiene una endeble capacidad paraanimar emociones patrias en muchos de estos territorios, pues sus principales dolosemigran al calor del dinero forneo, aunque sigan siendo en muchos casos potentesiconos nacionales. Pero este estado de cosas no poda durar as mucho tiempo. Deesta forma, por un lado, en algunos Estados de Amrica Latina, principalmente, seestn abriendo importantes rupturas institucionales, verdaderos procesosconstituyentes, alumbrando nuevas formas de Estado (en algunos casosplurinacionales) como resultado de un auge sin precedentes de una muy pluralmovilizacin social (Venezuela, Bolivia, Ecuador). Procesos rupturistas con nuevasluces democrticas, pero tambin con muchas sombras, sobre todo cuando seasientan (caso de Hugo Chvez). Pero, tambin, por otra parte, con la llegada de laactual Crisis Global, el nmero de Estados Fallidos, o potencialmente fallidos, estcreciendo en el Sur Global, y probablemente se incremente ms cuando se profundicesta. Sobre todo ello hablaremos algo ms en detalle ms adelante en el libro.Crisis, colapso y reconversin brutal del Estado del Socialismo Real La crisis del Estado del Bienestar en Occidente, y la del Estado- Partido en lospases de Socialismo Real, coincide grosso modo en el tiempo. Curiosamente, comonos dice Postone (2007), hay un paralelismo temporal entre el nacimiento y colapsodel sistema sovitico y el nacimiento y crisis del capitalis mo intervencionista deEstado. Y nos sigue diciendo, citando a Bell (2006), que el capitalismo occidental y elsistema sovitico compartan patrones fundamentales, variantes de la SociedadIndustrial, lo que a su vez se refleja en parte en la forma Estado, pues la sociedadmoderna se encuentra moldeada por imperativos de la racionalidad funcional industrialy urbano- metropolitana. De esta forma, la racionalizacin de todos los mbitos y laburocratizacin de las instituciones es un rasgo fundamental de todas las sociedadesindustriales modernas, sean capitalistas o socialistas. En definitiva, son dos sistemascorriendo histricamente en paralelo, en los que resalta la importancia comn del ejetecnolgico (y sobre todo del crecimiento), pero que a su vez manifiestan tambinprofundas diferencias en la forma Estado, por sus orgenes histricos y las diferentesfor