meteoritos · el escéptico 20 21 el escéptico el escudo sagrado en tiempos de numa pompilio...

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el escéptico 21 el escéptico 20 EL ESCUDO SAGRADO En tiempos de Numa Pompilio (715-672 a.C.), que fue el segundo monarca de Roma y el primero tras la muerte de Rómulo, a un meteorito metálico se le dio forma de escudo. Se creía que su pose- sión protegía de cualquier desgra- cia a quien lo llevaba, lo que hizo que fuera un objeto muy codiciado. Para evitar que el escudo fuera sustraído, las audaces autoridades romanas hicieron once escudos de hierro exactamente iguales, de esta manera si alguien pensaba en robarlo tendría mucho más trabajo y, posiblemente, nunca sabría cuál era el auténtico. LA BATALLA CONTRA ANÍBAL A finales del s. III a.C. los cartagi- neses, con Aníbal al frente, amena- zaban peligrosamente la República Romana. En este clima de insegu- ridad, en el año 205 a.C., una impresionante bola de fuego cruzó el cielo de Roma. Las autoridades romanas, después de consultar los Libros Sibilinos —una serie de oráculos del destino— concluye- ron que la bola de fuego era una señal divina según la cual Aníbal podía ser vencido si una roca sagrada dedicada a Cibeles, que había caído del cielo hacia el 2000 a.C. en Frigia y que se guardaba en un templo de Pesinonte, en Galacia (actual Turquía), era tras- ladada a Roma. Una delegación de la República Romana se desplazó hasta allí y le pidió al rey Átalo el meteorito, quien, en un principio, no quiso acceder a la petición. Pero, cosas del destino, aquel mismo día tuvo lugar un terremoto cerca de donde estaba el rey y éste, atemorizado, accedió al traslado. El meteorito fue llevado a Roma con toda la pompa, acompañado por una pro- cesión de sacerdotes galos eunu- cos engalanados. Con la moral alta, los romanos expulsaron a Aníbal de la penínsu- la itálica y conquistaron Cartago. Ante los hechos, las autoridades romanas hicieron construir un templo dedicado al meteorito en el monte Palatino, lugar donde, según Tito Livio (59 a.C.-17 d.C.), fue venerado durante varios siglos. LA ADORACIÓN DE HELIOGÁBALO Vario Avito Basiano (218-222 d.C.) fue proclamado emperador a los catorce años gracias a una maniobra organizada por su abue- la. Poco tiempo después adoptó el nombre de Heliogábalo (o Elagábalo), como muestra de su adoración al dios Sol. Heliogábalo fue uno de los empe- radores más depravados y tiranos del imperio romano, entre sus excentricidades más conocidas se incluyen banquetes descomunales, orgías palaciegas, una recompensa para el médico que lo transforma- ra en mujer… y también la venera- ción obsesiva de un meteorito caído en Emesa, Siria. Heliogábalo rendía culto cada día al meteorito, vestido con sedas y con las mejillas pintadas de blanco y rojo, mientras se ofrecían danzas y cantos y se sacrificaban toros y ovejas. También hizo preparar una carroza con oro y piedras precio- sas para transportar cada día el meteorito entre dos templos. Cuatro caballos blancos tiraban de la carroza que sólo Heliogábalo podía conducir. A su paso por la ciudad, todo el mundo tenía que hacer reverencia al emperador y al meteorito. El comportamiento extravagante y negligente de Heliogábalo no duró mucho, ya que apenas cuatro años más tarde de su nombramiento él y su madre fueron asesinados por la guardia pretoriana. Sus cuerpos fueron mutilados y arrastrados por las mismas calles de Roma por donde Heliogábalo paseaba con el meteorito. Hoy en día podemos contemplar en numerosos museos arqueológi- cos las monedas que Heliogábalo hizo acuñar y en donde aparece una cuadriga arrastrando la carro- za con el meteorito. GUERRAS DEL SIGLO XV En 1492, Cristóbal Colón y su tri- pulación vieron una bola de fuego cruzando el cielo en dirección al Viejo Mundo. El meteorito que ocasionó aquel espectáculo (temi- ble para la expedición que se diri- gía al Nuevo Mundo) cayó al mediodía en un campo cercano a la ciudad amurallada de Ensisheim, Alsacia. El ruido del meteorito se Moneda del emperador Heliogábalo (Siglo III d.C.). (Cortesía del autor) SUPERSTICIÓN CIENCIA Y METEORITOS SOBRE L os meteoritos son fragmentos de rocas y/o metal que provienen del espa- cio y alcanzan la superficie de nuestro planeta después de superar la fric- ción con la atmósfera. Durante el episodio de rozamiento con las molécu- las de aire de la atmósfera, la caída de un meteorito adopta el aspecto de una auténtica bola de fuego celeste que, según sea su magnitud, puede llegar a ser muy impresionante. Hoy en día la ciencia sabe muy bien qué son los meteoritos, de dónde vienen y cómo caen, pero hasta hace relativamente poco la caída fortuita e inesperada de un meteorito iba casi siempre acompañada de supersticiones y otras entele- quias ajenas a la razón. Veamos unos ejemplos. L os meteoritos son fragmentos de rocas y/o metal que provienen del espa- cio y alcanzan la superficie de nuestro planeta después de superar la fric- ción con la atmósfera. Durante el episodio de rozamiento con las molécu- las de aire de la atmósfera, la caída de un meteorito adopta el aspecto de una auténtica bola de fuego celeste que, según sea su magnitud, puede llegar a ser muy impresionante. Hoy en día la ciencia sabe muy bien qué son los meteoritos, de dónde vienen y cómo caen, pero hasta hace relativamente poco la caída fortuita e inesperada de un meteorito iba casi siempre acompañada de supersticiones y otras entele- quias ajenas a la razón. Veamos unos ejemplos.

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Page 1: METEORITOS · el escéptico 20 21 el escéptico EL ESCUDO SAGRADO En tiempos de Numa Pompilio (715-672 a.C.), que fue el segundo monarca de Roma y el primero tras la muerte de Rómulo,

el escéptico21el escéptico 20

EL ESCUDO SAGRADOEn tiempos de Numa Pompilio(715-672 a.C.), que fue el segundomonarca de Roma y el primerotras la muerte de Rómulo, a unmeteorito metálico se le dio formade escudo. Se creía que su pose-sión protegía de cualquier desgra-cia a quien lo llevaba, lo que hizoque fuera un objeto muy codiciado.

Para evitar que el escudo fuerasustraído, las audaces autoridadesromanas hicieron once escudos dehierro exactamente iguales, de estamanera si alguien pensaba enrobarlo tendría mucho más trabajoy, posiblemente, nunca sabría cuálera el auténtico.

LA BATALLA CONTRAANÍBALA finales del s. III a.C. los cartagi-neses, con Aníbal al frente, amena-zaban peligrosamente la RepúblicaRomana. En este clima de insegu-ridad, en el año 205 a.C., unaimpresionante bola de fuego cruzóel cielo de Roma. Las autoridadesromanas, después de consultar losLibros Sibilinos —una serie deoráculos del destino— concluye-ron que la bola de fuego era unaseñal divina según la cual Aníbalpodía ser vencido si una rocasagrada dedicada a Cibeles, quehabía caído del cielo hacia el 2000a.C. en Frigia y que se guardaba enun templo de Pesinonte, enGalacia (actual Turquía), era tras-ladada a Roma.

Una delegación de la RepúblicaRomana se desplazó hasta allí y lepidió al rey Átalo el meteorito,quien, en un principio, no quisoacceder a la petición. Pero, cosasdel destino, aquel mismo día tuvolugar un terremoto cerca de dondeestaba el rey y éste, atemorizado,

accedió al traslado. El meteoritofue llevado a Roma con toda lapompa, acompañado por una pro-cesión de sacerdotes galos eunu-cos engalanados.

Con la moral alta, los romanosexpulsaron a Aníbal de la penínsu-la itálica y conquistaron Cartago.Ante los hechos, las autoridadesromanas hicieron construir untemplo dedicado al meteorito en elmonte Palatino, lugar donde,según Tito Livio (59 a.C.-17 d.C.),fue venerado durante varios siglos.

LA ADORACIÓN DEHELIOGÁBALOVario Avito Basiano (218-222d.C.) fue proclamado emperador alos catorce años gracias a unamaniobra organizada por su abue-la. Poco tiempo después adoptó elnombre de Heliogábalo (o Elagábalo),como muestra de su adoración aldios Sol.

Heliogábalo fue uno de los empe-radores más depravados y tiranosdel imperio romano, entre susexcentricidades más conocidas seincluyen banquetes descomunales,orgías palaciegas, una recompensapara el médico que lo transforma-ra en mujer… y también la venera-ción obsesiva de un meteoritocaído en Emesa, Siria.

Heliogábalo rendía culto cada díaal meteorito, vestido con sedas ycon las mejillas pintadas de blancoy rojo, mientras se ofrecían danzas

y cantos y se sacrificaban toros yovejas. También hizo preparar unacarroza con oro y piedras precio-sas para transportar cada día elmeteorito entre dos templos.Cuatro caballos blancos tiraban dela carroza que sólo Heliogábalopodía conducir. A su paso por laciudad, todo el mundo tenía quehacer reverencia al emperador y almeteorito.

El comportamiento extravagante ynegligente de Heliogábalo no durómucho, ya que apenas cuatro añosmás tarde de su nombramiento él ysu madre fueron asesinados por laguardia pretoriana. Sus cuerposfueron mutilados y arrastrados porlas mismas calles de Roma pordonde Heliogábalo paseaba con elmeteorito.

Hoy en día podemos contemplaren numerosos museos arqueológi-cos las monedas que Heliogábalohizo acuñar y en donde apareceuna cuadriga arrastrando la carro-za con el meteorito.

GUERRAS DELSIGLO XVEn 1492, Cristóbal Colón y su tri-pulación vieron una bola de fuegocruzando el cielo en dirección alViejo Mundo. El meteorito queocasionó aquel espectáculo (temi-ble para la expedición que se diri-gía al Nuevo Mundo) cayó almediodía en un campo cercano ala ciudad amurallada de Ensisheim,Alsacia. El ruido del meteorito se

Moneda del emperador Heliogábalo (Siglo III d.C.). (Cortesía del autor)SUPERSTICIÓNCIENCIA Y

METEORITOSSOBRE

Los meteoritos son fragmentos de rocas y/o metal que provienen del espa-cio y alcanzan la superficie de nuestro planeta después de superar la fric-ción con la atmósfera. Durante el episodio de rozamiento con las molécu-

las de aire de la atmósfera, la caída de un meteorito adopta el aspecto de unaauténtica bola de fuego celeste que, según sea su magnitud, puede llegar a sermuy impresionante.

Hoy en día la ciencia sabe muy bien qué son los meteoritos, de dónde vienen ycómo caen, pero hasta hace relativamente poco la caída fortuita e inesperada deun meteorito iba casi siempre acompañada de supersticiones y otras entele-quias ajenas a la razón. Veamos unos ejemplos.

Los meteoritos son fragmentos de rocas y/o metal que provienen del espa-cio y alcanzan la superficie de nuestro planeta después de superar la fric-ción con la atmósfera. Durante el episodio de rozamiento con las molécu-

las de aire de la atmósfera, la caída de un meteorito adopta el aspecto de unaauténtica bola de fuego celeste que, según sea su magnitud, puede llegar a sermuy impresionante.

Hoy en día la ciencia sabe muy bien qué son los meteoritos, de dónde vienen ycómo caen, pero hasta hace relativamente poco la caída fortuita e inesperada deun meteorito iba casi siempre acompañada de supersticiones y otras entele-quias ajenas a la razón. Veamos unos ejemplos.

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ció preludio de felicidades. Losmás reflexivos discurrieron vatici-nio de sangrienta guerra en loslímites de la Corona de Aragón, yen particular en Cataluña, y que laEspaña toda sería sangriento teatrode infelicidades”.

Es decir, una vez más se relacionóla caída de un meteorito con unaguerra y/o intervención divina.Unos meses después de la caídadel meteorito, en verano de 1705,Cataluña proclamó al archiduqueCarlos de Austria como rey deEspaña, quien entró triunfante enBarcelona como rey Carlos III deEspaña a finales del mismo año.De este modo la Guerra deSucesión se convirtió también enuna guerra interna de España.

También hubo quien aprovechó lacaída del meteorito para usos pro-pagandísticos. Un médico deBarcelona, Joan Solar, imprimióun documento en el que defendíacon argumentos astrológicos yextraños que la caída del meteori-to era una señal del cielo a favordel archiduque Carlos: “Digo,pues, que denotan sus influenciasprosperidades, y augmentos áNuestro Rey, y Monarca CARLOStercero (que Dios guarde) aunquela ambicion de algunos Principesde poca lealtad, introducidos desecretas embaxadas, procurarànpara desazer la Cezarea Alianza;Pero no obstante eso, seràn de muypoco provecho; Porque los belli-cos influxos de Marte, con la asis-tencia de otras Constelaciones dela octava Esfera, estorvarán losfunestos accidentes de los contra-rios, y con esto abrá tambien crue-les guerras, derramamientos deSangre, con muerte de Principe, ygente noble, reboluciones de pue-blos con poca fè, y lealtad entrealgunos, mudança de leyes, pues-tos, y otras cosas. Pues que dirè de

aquel prodigiosos señal Celeste,que sucediò el dia 25. DeDeziembre de 1704. Dia de laNavidad de JESV-CHRISTONuestro Señor, que pareciò masmilagroso, que natural, /…/ De lamisma suerte sucederán los aug-mentos y progresos de la Casa deAustria, y en particular favorece-rán dichos Influxos á nuestro Rey,y Monarca CARLOS tercero,como yá tengo dicho…”.

Las predicciones de Joan Solarresultaron totalmente erróneas. Apesar de que la evolución de laguerra hacía pensar en una victoriaclara del archiduque Carlos, unhecho inesperado cambió el cursode la historia. En abril de 1711murió el emperador de Austria,José I, y el archiduque Carlos deAustria, que era su hermano, heredó la corona. Ante la amenazaque suponía una alianza entreEspaña y Austria, más temible aúnque la alianza entre España yFrancia, los países de la GranAlianza negociaron la paz conLuis XIV y reconocieron Felipe Vcomo rey de España mediante eltratado de Utrecht de 1713.

EL USO DE LA RAZÓNFRENTE A LASUPERSTICIÓNMuchas de estas historias pareceque tengan su razón de ser.¿Cómo, si no, se podía explicar lacaída de una piedra del cielo o lavisión de una bola de fuego sur-cando el cielo en aquellos tiem-pos? Pero a pesar de la creenciaextendida de una interacción divi-na directa sobre la caída de losmeteoritos, algunos pensadoresilustres como Anaxágoras (500-428 a.C.) o Aristóteles (384-322a.C.) ya defendieron en sumomento el uso de la razón.

Anaxágoras pensaba que los meteoritos no eran más que frag-mentos expulsados del Sol. Por suparte, Aristóteles se ocupó de losmeteoritos en sus obras De Caeloy Meteorologica. El filósofo divi-día el Universo en dos partes, laesfera perfecta e inalterable de lasestrellas fijas y el mundo sublunar,imperfecto y cambiante al que per-tenecía la Tierra.

Pues bien, justo en la zona inter-media de estas dos, Aristótelespostulaba que había una materiacombustible, caliente y seca que alacercarse a la Tierra sufría unaespecie de exhalación que origina-ba las estrellas fugaces y los meteoritos. Está claro que las ideasde Anaxágoras y Aristóteles esta-ban muy lejos de la realidad, perolo importante fue el esfuerzo queestos dos filósofos realizaron paraencontrar una explicación racionala los hechos.

Es en la Europa del Siglo de lasLuces, o Ilustración, donde encon-tramos una discusión más profun-da entre ciencia y supersticiónsobre meteoritos. La Ilustraciónfue el movimiento intelectual quedominó en el siglo XVIII y secaracterizó por rechazar los funda-mentos teológicos y las tradicio-nes, imponiendo una visión máscrítica y valorando especialmentea la naturaleza, insistiendo en lanecesidad que los seres humanosdescubrieran sus secretos pormedio de la razón. Es en estaépoca cuando el avance del pensa-miento científico dio lugar auna profunda reconstrucciónde la interpretación de la caídade los meteoritos frente a lasuperstición.

Así, Antoine Laurent de Lavoisier(1743-1794), que revolucionó laquímica de la misma manera como

CIENCIA Y SUPERSTICION SOBRE METEORITOS

llegó a oír en los Alpes, a más decien kilómetros de distancia.

El meteorito, de forma triangular yde unos ciento veinte kilogramosde peso, estaba en el fondo de unagujero de un metro de profundi-dad. Todos los vecinos de Ensisheimse encontraron alrededor del agu-jero discutiendo qué es lo quehabía que hacer. En la memoria delos más ancianos no había rastrode ninguna cosa parecida.

Finalmente, sacaron la piedra delagujero y empezaron a arrancarlepedazos para guardarlos comoamuleto. Una cosa tan extraordi-naria que había caído del cielotenía que ser necesariamentebuena. Cuando llegaron las autori-dades, el expolio terminó y elmeteorito se transportó delante dela iglesia, dentro de la ciudad.

Unos días más tarde, el príncipeMaximiliano de Austria, hijo delrey Federico III, fue a Ensisheim aver el meteorito con sus propiosojos. Maximiliano quedó muyimpresionado con el aconteci-miento e hizo venir a sabios y con-sejeros para examinar la piedracaída del cielo. Después de variosdías de deliberación, éstos decidie-ron que Dios había enviado la pie-dra a Maximiliano como una señaldivina para que éste hiciera la gue-rra contra los franceses.

Y así fue. Maximiliano sellevó también dos trozos delmeteorito, uno para él y el otropara su buen amigo Segismundode Austria. Se imprimieronvarios panfletos propagandísti-cos en los que Sebastián Brant,el poeta más conocido de laépoca, recitaba las grandezasdel meteorito y de Maximiliano.

¡Así fue como la caída de un meteorito a finales del siglo XV

fue utilizada como arma propagan-dística! Como es de imaginar, elconsejo de los “sabios” ni fue des-interesado, ni estuvo exento de lapresión de las circunstancias polí-ticas del momento. Austria estabapreocupada por la posición expan-sionista de Francia; además, lamujer de Maximiliano, Ana deBretaña, tuvo que acceder a casar-se con Carlos VIII, rey de Francia,para conservar su potestad sobre laBretaña, de modo queMaximiliano perdía la Bretaña ysu hija Margarita de Austria perdíasu derecho sobre el trono.

Por todo ello no resulta difícil ima-ginar la manipulación a la que sevio sometida la caída del meteori-to. La guerra entre el ImperioAustríaco y Francia se saldó afavor de Maximiliano y, una vezmás, Sebastián Brant celebró eltriunfo escribiendo poemas dondese relacionaba la victoria deMaximiliano con la caída delmeteorito de Ensisheim.

Maximiliano se llegó a creer tantola señal de Dios en forma de mete-orito que incluso empezó a organi-zar una nueva cruzada contra losturcos, en 1503, que nunca llegó arealizarse por falta de aliados enotros reinos.

LA GUERRA DESUCESIÓN ESPAÑOLAEn 1700, el rey de España Carlos IImurió sin dejar descendencia. Doscandidatos pugnaron por la suce-sión, por un lado el archiduqueCarlos de Austria, que era el sobri-no de la reina de España, Marianade Neuburgo, y por el otro elduque Felipe de Anjou, nieto delrey de Francia Luis XIV.

En un principio, el sucesor teníaque ser el archiduque Carlos pero,

en el último momento y en ellecho de muerte, Carlos II designóal duque Felipe de Anjou como susucesor a la corona española. Estono fue bien visto por los otros rei-nos europeos, que veían que unaalianza entre España y Francia ibaa romper el equilibrio de fuerzasexistente entonces en Europa.

Nació así la Gran Alianza entreInglaterra, Países Bajos, algunosestados Germánicos, Portugal ySaboya, a favor del archiduqueCarlos de Austria. La Gran Alianzadeclaró la guerra al rey de Franciay a Felipe de Anjou (entonces elnuevo rey de España, Felipe V) enmayo de 1702. Empezaba laGuerra de Sucesión española. EnCataluña las cosas no funcionaronbien con el nuevo rey absolutista yla oposición a Felipe V fue enaumento.

Y es en este contexto cuando unagran bola de fuego cruzó el cielode una gran parte de Cataluña(desde Girona hasta Barcelona) yun meteorito cayó en Terrassa eldía de Navidad de 1704. ¿Cuál fuela reacción de la gente? ¿Cómo seinterpretó la caída del meteorito,precisamente en un día deNavidad?

Así lo escribió Francesc deCastellví (1682-1757) en susNarraciones Históricas: “Estospresagios dio la naturaleza, ins-truida de la Providencia; y aunquetodos son vulgares fenómenos,amenaza Dios con ellos paracorrer a la enmienda de los vicios.Esto dio asuntos a varias interpre-taciones, según lo vario de losefectos. Difundida la noticia enEuropa, muchos lo consideraronpresagio de lastimosos sucesos. EnEspaña se temió común infortunio;en Cataluña, atemorizó a los más;admiró a todos. A pocos les pare-

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Newton revolucionó la física unosaños antes; Pierre Simon Laplace(1749-1827), conocido sobre todopor sus estudios sobre mecánicaceleste; Jean Baptiste Biot (1774-1862), conocido por sus trabajosde polarización de la luz y electro-magnetismo, y Siméon DenisPoisson (1781-1840), conocidopor aplicar de manera brillante lasmatemáticas a diferentes camposde la física, defendían la idea quelos meteoritos eran producto defenómenos atmosféricos.

Por ejemplo, Lavoisier, después deestudiar en su laboratorio los meteoritos quecayeron en 1768en Lucé, Francia,concluyó que setrataban de piri-ta (un sulfuro dehierro abundan-te en la cortezaterrestre) sacudida por un rayo. Laopinión predominante, no obstan-te, era que los meteoritos se forma-ban en la atmósfera por procesosde coagulación de polvo y despuéscaían a la superficie de la Tierra.Otros científicos argumentabanque los meteoritos eran rocasexpulsadas por los volcanes de laLuna, porque por entonces se pen-saba que los cráteres de la Luna

eran volcanes y no cráteres deimpacto de meteoritos, tal y comoahora sabemos.

Por su parte, Ernst FlorensFriedrich Chladni (1756-1827),quien asentó los principios de laacústica, sostenía que los meteori-tos provenían del espacio. Chladnillegó a esta conclusión después deestudiar con detalle todas las cró-nicas y relatos sobre caídas demeteoritos que encontró en labiblioteca de Göttingen.

Había relatos de épocas muy dis-tintas y de todo tipo de lugares y

c o n d i c i o n e satmosféricas: díasnublados, solea-dos,… Finalmente, ydespués de agriasdiscusiones en diver-sas academias deciencias, se admi-

tió como verdadera la teoría deChladni, publicada por primeravez en Riga en 1794 (Über denUrsprung der von Pallas gefunde-nen und anderer ihr ähnlicherEisenmassen).

Pero lo más importante habíasido el triunfo de la razón porencima de la superstición. Laciencia podía explicar qué eran

los meteoritos y por qué caíansin necesidad de recurrir adivinidades ocultas.

No obstante, las ideas fantasiosasy la superstición prevalecierondurante años. Aún hoy se oyen lasmás extrañas e inverosímilesexplicaciones relacionadas con lacaída de meteoritos. Hace relativa-mente poco, en 1992, cayó una llu-via de meteoritos en Mbale,Uganda. Los habitantes de estalocalidad recogieron los meteori-tos, los trituraron y se los comie-ron porque creían que Dios se loshabía enviado para curarlos deenfermedades. ¡Aunque tambiénhay quien sostiene que son losmeteoritos los que nos traen enfer-medades, como el SARS (síndro-me agudo respiratorio severo)!

Sea como fuere, los meteoritos handejado de estar sujetos a las redesde la superstición para convertirseen auténticas joyas de la ciencia,porque hoy en día sabemos que ensu interior se encuentran las clavesque precisamos para reconstruir yentender mejor, por ejemplo, elorigen y evolución del SistemaSolar.

Jordi LlorcaDepartamento de Química Inorgánica,

Universidad de Barcelona

CIENCIA Y SUPERSTICION SOBRE METEORITOS

Arpón del siglo XIX, fabricado con unapunta de meteorito. (Cortesía del autor)

HUMOR, por Pedro Mirabet

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interrogantes. Los dos científicosencabezan desde 1996 un equipoarqueológico de la FundaciónSuiza Liechtenstein para lasInvestigaciones Arqueológicas enel Exterior.

La primera explicación sobre elsignificado de estos geoglifos seremonta al siglo XVI. Después deque Cieza de León observara«señales» sobre la llanura desérti-

ca, el corregidor Luis Monzónquiso darles un sentido y escribióen 1568 que las líneas eran carre-teras. Paul Kosok, el primero enrealizar una observación aérea yaen el siglo XX, dijo que se tratabade «rutas rituales». Poco a poco,influido por las ideas de la mate-mática alemana Maria Reiche, esteestudioso publicó en la revistaArchaeology que Nazca era ungigantesco calendario astronómico.

MÁS ALLÁ DE ESTEMUNDO...Tras las hipótesis de los científi-cos, más o menos razonables oarriesgadas, llegaron las incursio-nes inevitables de los escritoressensacionalistas. En 1960 la edito-rial francesa Gallimard publicó unlibro cuyo éxito supuso la aperturade la caja de Pandora de la pseudo-ciencia: El retorno de los brujos deL. Pauwels y J. Bergier, obra que

Los arqueólogos han documentado 650 yacimientos de la cultura de Nazca.

CON ESTACAS Y CORDELESEstacas y cordeles. Elementos tan simples comoéstos sirvieron a los antiguos pobladores de Nazcay Palpa para trazar las líneas y dibujos que tacho-nan el desierto. Los que sueñan con tecnologíasdesconocidas, heredadas de misteriosas civilizacio-nes perdidas, suelen sentirse decepcionados con lasexplicaciones de los arqueólogos. Sin embargo, lasencillez del método de elaboración y la espectacu-laridad de los resultados son una muestra admirabledel ingenio humano.

Vistas de cerca, estas líneas se convierten en sim-ples surcos en el suelo: son zanjas que nunca supe-ran los treinta centímetros de profundidad por otrostantos de anchura. Las características geológicas dela pampa propician que no sea necesario muchomás para obtener un resultado visible. La superficieestá compuesta por una capa de guijarros de un

color rojizo oscuro causado por la oxidación, quecubre otra de un color amarillento claro. Los nazcasse limitaron a retirar las piedras superiores siguien-do un trazado que previamente habían señalado conestacas, unidas por cordeles, a partir de un modeloa escala menor. Las piedras eliminadas eran acu-muladas en pequeños túmulos que todavía se con-servan.

Si se tiene en cuenta que los ‘dibujantes’ nuncapudieron observar su obra, que se aprecia sólodesde el aire o parcialmente desde algunas lomas,la perfección del resultado es llamativa. El clima seencargó de las labores de conservación: este desier-to es uno de los lugares más secos del mundo, conun promedio de media hora de precipitaciones cadados años. Los dibujos siempre han estado a salvode ser borrados por lluvias torrenciales.

En Perú, a 450 kilómetros alsur de Lima y cerca del océa-no Pacífico, se encuentran las

pampas de Ingenio, Nazca, Palpa ySocos. Allí, en planicies elevadasentre los 460 y los 670 metros, seextiende un enigma arqueológico queha llamado la atención de los curio-sos desde que fue observado por pri-mera vez por el conquistador españolCieza de León, en 1547: cientos delíneas rectas que a menudo superanun kilómetro de longitud, grandestrapecios, espirales, triángulos, ‘pla-zas’ y dibujos de animales y personasse reparten de forma caótica en eldesierto.

Un colibrí, un cachalote, una araña oun mono —de tales dimensiones quees necesario tomar una avioneta parapoder observarlos— componen uninsólito paisaje arqueológico consi-derado Patrimonio Cultural de laHumanidad por la Unesco. ¿Quiénhizo estos dibujos? ¿Cuándo? ¿Paraqué? Los arqueólogos Johny IslaCuadrado y Markus Reindel hanobtenido las respuestas a estos

ARQUEOLOGIA

EL SIGNIFICADO DELAS LINEAS DE

NAZCAUn equipo de arqueólogos desvela el significado religioso de los dibujosgigantes del desierto peruano. Lejos de ser un testimonio de visitantes extra-terrestres, están relacionados con un culto al agua y la fertilidad.

PSEUDOARQUEOLOGÍA

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disparó, entre otras,la fiebre por losastronautas en laantigüedad, y queconvirtió a Nazca enun misterio popular.

Las líneas y dibujosde la meseta peruanaocupaban un espaciobastante discreto enel libro, pero el cara-melo estaba servidopara tentación de losfabuladores de para-dojas. El estrambóti-co Robert Charroux, un antiguoempleado de correos metido a‘investigador’, hizo suya la idea deNazca como testimonio de la visi-ta de los extraterrestres en el pasa-do y la amplió en sus obras. Lasmismas en las que se ‘inspiró’Erich von Däniken para escribir suclásico del disparate Recuerdos delfuturo (1968).

El hostelero suizo,que llevó la teoríade los visitantes extraterrestres delpasado remoto a millones de lecto-res, acogió el enigma arqueológicode Nazca con entusiasmo y lo con-virtió en patrimonio de los segui-dores de los platillos volantes.Däniken afirmó que las líneas eranun testimonio de sus famososastronautas del pasado y, por lomenos en dos casos, dos pistas de

aterrizaje. Más ade-lante rebajaría eltono de sus afirma-ciones. Según expli-có varias veces,pues el misterio deNazca se convirtióen uno de sus gran-des éxitos, no esque los alienígenastrazaran las líneas,sino que los indí-genas lo hicieron obien con su ayuda,o bien como recor-datorio u homenaje

a los mismos.

Quien no tuvo reparos en hablar depistas de aterrizaje a la hora deescribir sobre Nazca fue JacquesBergier, que recuperó el tema yasin la compañía de Pauwels. Porejemplo, en Los extraterrestres enla Historia —título que no necesi-ta mayor comentario—, Bergier

afirma en el capítulo ‘Los visitan-tes de Nazca’ que “el conjunto (deNazca) sugiere la idea de un cos-módromo, lugar sagrado de home-naje, al propio tiempo, para visi-tantes llegados del espacio y cuyarepresentación formaría parte de laconstrucción del cosmódromo”.

Los difusores del dänikenismo—acertado término utiliza-do por el etnólogo WiktorStoczkowski— convirtie-ron Nazca en uno de susrecursos más celebrados.Peter Kolosimo, otro delos grandes del género,también aportó su granitode arena. En Tierra sintiempo dedicó parte delcapítulo ‘Las astronavesde Tiahuanaco’ a los geo-

glifos y documentó la hipótesis desu relación con los extraterrestresbasándose en leyendas localesrecogidas por él. Aunque no afir-ma directamente que las líneas for-men un aeropuerto, no deja desugerirlo a lo largo del libro, inclu-so en los pies de foto, uno de loscuales dice “...los dibujos del des-ierto de Nazca, que parecen formarparte de algo muy semejante a uncampo de aterrizaje”.

A base de volver una y otra vez altema, los dänikenistas han conse-guido que el público relacioneNazca con los extraterrestres.

ESTUDIOARQUEOLÓGICOAfortunadamente los arqueólogosse han dedicado a poner las cosasen su sitio. Después de cinco tem-poradas de trabajo de campo, elequipo de Reindel e Isla ha aclara-do el misterio de las llanuras de

Nazca. Losarqueólogos

han documentado y excavado másde 650 yacimientos y han conse-guido trazar la historia de la cultu-ra que generó estos dibujos, ade-más de darles un sentido científico.

El área investigada por estosexpertos se extiende por los vallesde Palpa, Viscas y Río Grande, unazona que abarca más de 350 kiló-metros cuadrados, en los que sehan localizado y topografiadocientos de asentamientos de diver-sas épocas. Los expertos afirmanque esta región fue habitada deforma continua por las culturasParacas y Nazca desde el año 800antes de Cristo (a.C.) hasta el finaldel imperio Inca, en el año 1532 denuestra era. Isla y Reindel handeterminado que “las primeraslíneas y figuras se elaboraron al

El Cóndor. Mide 135 metros. Laprincipal divinidad de la cultura enNazca estaba relacionada con este

ave. (Cortesía del autor)

EL SIGNIFICADO DE LAS LÍNEAS DE NAZCA

El Mono (220metros). Dibujado

con un surco conti-nuo, está conectadocon un conjunto delíneas en zig-zag.

(Cortesía del autor)

Las figuras conforman un enorme paisaje ritual

Las líneas más grandes de Nazcason visibles desde la astronaveProba, de la Agencia EspacialEuropea, que se encuentra a 600kilómetros de altura en el espacio.Esas líneas ahora corren el riesgode ser borradas por la acciónhumana y por la erosión, que pare-cen estar incrementándose.Designadas en 1994 como patri-monio de la humanidad, las líneasson una mezcla de figuras geomé-tricas y de animales, distribuidasen un área de unos 70 x 30 kilóme-tros en la planicie de Nazca, entrelos Andes y la costa del Pacífico alsur del Perú. Las más antiguasdatan de cerca del año 200 a.C. yla tradición de trazarlas se prolon-gó durante unos mil años.

La forma de producirlas era muysencilla, pues bastaba con removerlas piedras oscuras de la superficiey dejar expuesta la arena, de colormás claro. Su propósito, sin embargo, continúa sien-do en parte un misterio, quizás ya desvelado por lateoría que acompaña este texto (basada en el resul-tado de excavaciones arqueológicas por la zona).Anteriormente se habían propuesto otras, como queson trayectorias para procesiones religiosas, obser-

vatorios astronómicos o guías parallegar hasta fuentes de agua subterrá-neas.

Las líneas de Nazca han sido preser-vadas hasta ahora por la extremasequedad y falta de erosión del desierto, pero están siendo amenaza-das cada vez más. Se calcula quedurante los últimos treinta años se haproducido más erosión en la zonaque en los últimos mil años.

El instrumento CHRIS (espectróme-tro compacto de alta resolución), abordo de la astronave Proba, obtuvouna imagen de la zona, con una reso-lución de 18,6 metros. Es muy bajapara ver las figuras de los animales,pero suficiente para percibir las líne-as rectas de más longitud. Se observacon claridad la carretera panamerica-na que atraviesa la región de norte asur y que se vecomo una línea oscu-ra de arriba a abajo de la fotografía.

También se observa en la fotografía otra causa deldaño producido a las líneas: los deslizamientos delodo producidos por las lluvias de las montañasandinas. Se cree que estos eventos están conectadoscon el fenómeno de El Niño, del Océano Pacífico,que se está volviendo más frecuente."

LAS LÍNEAS DE NAZCA FOTOGRAFIADAS DESDE LA ÓRBITA TERRESTRE

Esta imagen de la planicie de Nazcaen el sur del Perú fue captada por elespectrómetro de alta resolución abordo de la nave espacial Proba, el26 de septiembre de 2003. Muestra

las carreteras del desierto y los débiles trazos de las mayores de las

líneas de Nazca, dibujadas en eldesierto hace un par de miles de

años. También se ven los canales deagua producidos por derrumbes de

lodo. (ESA)

La carretera panamericana corta las misteriosas figuras y formasgeométricas de las líneas de Nazca en el sur del Perú. La carreterafue construida en 1937, antes de que fueran descubiertas las líneasde esa parte del desierto. (AP Photo/J. Moore)

A. Bernal

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final de la cultura Paracas, hacia el200 a.C.”, tomando como modelolas decoraciones de la cerámica.

Los geoglifos alcanzaron su máxi-mo esplendor cuando los asenta-mientos de la cultura Nazca esta-ban en pleno desarrollo (200 a.C.-650 después de Cristo). La eviden-cia arqueológica indica que losdibujos se dejaron de realizar amedida que surgían conflictosentre grupos de la misma sociedad.

Para Isla y Reindel, el significadode estas figuras está relacionadocon la importancia del agua para lacultura Nazca, que consiguióalcanzar un gran desarrollo en unade las zonas más áridas del plane-ta. En esta sociedad “el agua sedistribuía con sistemas de riegobien organizados sobre toda laparte media y baja de losvalles”, según explican estosexpertos.

PAISAJE RITUALEl agua jugó un importante papel en la religión local. Las excavacio-nes han sacado a la luz pequeñasestructuras situadas en los geogli-fos en las que se han encontradoofrendas de productos agrícolas yanimales, sobre todo marinos.“Entre éstos destacan las conchas

de ‘Spondylus’,que en el área andinahan sido consideradas, desdehace miles de años, como símbo-los de agua y fertilidad”. Los dibu-jos formaban un paisaje ritualcuyo fin debió ser propiciar la pro-visión de agua.

Para confirmar la relación entre lasfiguras y los asentamientos eranecesario encontrar las poblacio-nes más importantes de la culturaNazca. Isla y Reindel han conse-guido localizar el centro adminis-trativo y religioso de esta socie-dad, durante época temprana, enLos Molinos. Otro yacimiento,Los Muños, fue la capital durantela época Nazca Medio (200-400d.C.). Ambos lugares, que descu-brieron a los arqueólogos la exis-tencia de una arquitectura planifi-cada, se encuentran en las cercaní-as de los geoglifos. Tumbas, edifi-cios monumentales, estructurasaterrazadas y ofrendas son los tes-tigos de una sociedad complejamuy humana y nada extraterrestre.

Julio Arrieta

El Cachalote (65metros). Es uno de

los dos cetáceosrepresentados.

(Cortesía del autor)

Para más información:Arqueología del Perú:http://www.antropologia.com.ar/peru/l-nasca.htm

NotaUna primera versión de este artí-culo fue publicado originalmenteen el diario El Correo en su sec-ción Vivir (págs. 66 y 67) el mar-tes 26 de noviembre de 2002. Unaversión digital del mismo se dis-tribuyó con El Escéptico Digital8/2002, que puede ser consultadaen formato PDF, con las ilustra-ciones originales, descargándolodesde http://www.arp-sapc.org/eedigital/Nazca1.pdf yhttp://www.arp-sapc.org/eedigital/Nazca2.pdf.

EL SIGNIFICADO DE LAS LÍNEAS DE NAZCA

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que montan expediciones buscando calamaresgigantes para mayor gloria de ellos mismos y susventas de reportajes, un poquito de historia ymitos... y ya has llenado el programa. Luego,claro, el misterioso ser acaba siendo un fragmentopodrido de ballena, y eso se olvida conveniente-mente, porque nunca es noticia la explicaciónnatural, sino el misterio sobrenatural.

O a uno le cae encima el programa hecho, porquelos militares mexicanos han decidido mandar atomar viento la racionalidad que se les supondría alas instancias públicas y les ha dado por regalar unavistamiento “anómalo” de tal forma que nisiquiera investigaron mínimamente a Jaime

Maussán, un vendedor de platillos extraterrestresque nunca ha tenido el menor empacho en defor-mar la realidad para que no le fastidie una noticiasorprendente, y aprovecha el Sr. Jiménez la oca-sión para, una vez más, largar a los oyentes sudosis de misterios ufológicos.

Por supuesto, en la entrevista que monta conMaussán sólo le hace publicidad, y nunca un oyen-te podrá saber qué catadura moral tiene. De paso,invita a un científico que iba a hablar de otra cosay fuera de contexto consigue unas declaracionesque le vienen estupendamente para cubrirse las

espaldas. Ese tipo de manipulación informativaque haría rasgarse las vestiduras deontológicas acualquier periodista si se hiciera en otros asuntos.Pero el “periodismo” paranormal, tiene patente decorso.

Ahora, de nuevo, una alerta ovni como en los vie-jos tiempos. Por supuesto, miles de personasmiran al cielo esa noche y creen ver las señalesextraterrestres. Aunque nunca pasa nada: en esasalertas en la radio nunca vienen los hermanos delespacio, pero todos acaban contentísimos de la quehan liado. Porque realmente no se hacen para otracosa.

Una pena: unas semanas antes de esa alerta de laSER, en el cielo sí que estaba pasando algo increíble: Venus transitando por delante del discosolar. Algo que no sucedía desde 1882, y que reu-nía a miles de aficionados a la astronomía enmedio mundo. Con mucho esfuerzo, y empleandocasi el boca a boca, los que amamos la astronomíafuimos interesando cada vez a más gente parahablar del tema, y sobre todo para observar el trán-sito y poder medirlo, como se había hecho en lossiglos anteriores para poder conocer la escala delUniverso. Desde luego, se consiguiómucho, y esta vez sí logramos ver unfenómeno inusual en el cielo,un verdadero prodigio extra-terrestre. De esos, sin embar-go, que a los que vendenmisterios en la radio no lesinteresa ni un poquito.

En definitiva, lo que tenemosera ya rancio hace años: unaprogramación de radio, unasrevistas “de misterios” yunas publicaciones que serepiten continuamentefaltas de originalidad.¡Alertas ovnis! Lo quehay que ver en el ter-cer milenio. Qué país...

Imagen de Venus, delante del disco solar el pasado 8 dejunio. (A. López)

Javier Armentia

En 1979 ya me parecía estúpido pensar quepor mucho que una radio convocara a todossus oyentes a mirar el cielo una noche en

busca del “hermano extraterrestre”, justo fueran aaparecer en ese momento, en directo desde sucadena amiga. Las memeces de Antonio-José Alés,en la Cadena SER, eran ya bastante patéticas sinesas demostraciones: esa insaciable búsqueda dela notoriedad que exigía disponer siempre de laexclusiva sobre el misterio insondable que la cien-cia era incapaz de entender (o, peor aún, que ocul-taba maliciosamente) obligaban al refrito, alsesgo, a convertir todo en un burdo misterio. Algusto de la época, por supuesto.

Las alertas ovnis, sin embargo,adquirieron una malsana popu-laridad. Y, posiblemente, seconvirtieron también en uno delos primeros casos de contra-programación entre emisorasrivales. Igual por eso acabarondejándose de hacer, salvo enpequeñas radios locales en lasque ufólogos con afán de noto-riedad y de ir haciéndose unsitio en el mundo de lo para-normal conseguían unas noches de promoción. Yase sabe cómo es esto del “periodismo” paranor-mal: uno tiene que hacer méritos a base de hacer-la más grande, más sorprendente, más bestialmen-te increíble. Porque, desde luego, no es un mundodonde se premie otra cosa que el saber aupartepateando a los de abajo.

Uno se imaginaba a las tropas de la ConfederaciónGaláctica a punto de llegar siempre a la Tierra yteniendo que adecuar las fechas de su largo y com-plejo viaje a los dictados de estos santones de laradio... “Comandante Kirk, me indican que han

cambiado la fecha de la alerta ovni de Mirapufosdel Condadote: lamento informarle de que debere-mos esperar otro mes más escondidos tras laLuna”. Cosas así.

Ahora, de la mano —otra vez— de la cadena deradio más escuchada del país (“la SER informa”,dicen; aunque en este caso podrían poner “la SERdeforma”) tenemos de nuevo la moda de las aler-tas platilleras. Y de la mano del nuevo bastión delas estupideces paranormales radiofónicas: ÍkerJiménez, un conocido periodista de lo paranormalque ha sabido hacerse un hueco bien acogedor en

esa radio, y aprovechando parapublicitar los libros que escribesobre estos insondables miste-rios, perfectamente prescindiblessi no fuera porque, tan llenos defalsedades, son tomados comoreportajes periodísticos pordemasiados lectores.

Con pasmosa impunidad, en suprograma se construye un discur-so delirante, el todo vale paracrear el misterio. Y con la habili-dad de los mercachifles pseudo-

científicos, consigue elaborar un producto aptopara el consumo. Invitas a un científico de vez encuando, y recortas sus declaraciones para dejar loque te interesa. Charlas con un experto en lo quesea, pero no le dejas salirse del tema que a ti teinteresa. Invitas a unos cuantos colegas para irpromocionando de forma cruzada las revistas enlas que te promocionan a ti. ¿El tema? Es lo demenos: un día puede montar una exclusiva conconexiones interatlánticas porque ha aparecidovarado en una playa un extraño ser que la cienciadesconoce, y lo mezclas con un poquito de cripto-zoología, otro poco de promoción a los amiguetes

ALERTADOS

El programa de Íker Jiménez, anunciado en la página web de la Cadena SER.

(Cadena SER)

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una patente en EEUU para su tec-nología HyperSpace™, que alar-deaba de comprimir datos aleato-rios. Premier Research Corporationhizo una aparición estelar con sucompresor Minc, otro que decíapoder comprimir datos aleatorios.Pixelon se aprovechó de la burbu-ja de las puntocom para venderhumo y dilapidar 35 millones dedólares estadounidenses de susinversores, mientras decía haberinventado un compresor de vídeoy audio de propiedades casi mági-cas. Todas estas empresas han des-aparecido.

Para entrar en materia, veamos unmétodo sencillo de compresión. Sisustituimos las repeticiones de unaletra por el número de veces que serepite podríamos comprimir estasecuencia:

AAAAAAAAAAAAAAABAAACDEEEEEECCCCBBBFTTTTWCCAAAAAJJJLLLLL

como:

15AB3ACD6E4C3BF4TW2C5A3J5L

Lo que antes ocupaba 55 caracte-res, ahora ocupa sólo 26: ¡una dis-minución del 53%!

En el ejemplo anterior hemosusado una versión bastante pedes-tre de un algoritmo de codificaciónpor longitud de recorrido (Run-Length Encoding, RLE), pero quemuestra la idea básica: eliminaraquello que se repite.

Los compresores eliminan laredundancia, posibilitando queuna conexión a Internet lenta per-mita transmitir grandes volúmenesde datos, que se puedan realizarllamadas telefónicas y videoconfe-

rencias por Internet, etc. En resu-men: permiten exprimir más nues-tra capacidad de transmisión yalmacenamiento de datos.

CONCEPTOS BÁSICOSDE TEORÍA DE LAINFORMACIÓNLa teoría de la información es larama de la matemática que estudiaqué es la información, cómomedirla, cómo representarla ycómo transmitirla. Este campo esuno de los más jóvenes de lasmatemáticas: su origen es el artí-culo Una teoría matemática de lacomunicación, publicado en 1948por Claude Shannon.Tipos de compresores: lossy ylossless

En compresión de datos se distin-gue entre dos tipos de compreso-res, los compresores sin pérdida(lossless) y los compresores conpérdida (lossy).

La diferencia es evidente:cuando comprimimos un fiche-ro de ordenador con un compre-sor lossless, al descomprimirlo

obtenemos exactamente el mismofichero que teníamos en origen,porque el compresor no producepérdida de información. Con uncompresor lossy, en cambio, esimposible recuperar el fichero tal ycomo era en origen, porque elcompresor ha producido pérdidade información. Como contraparti-da, los compresores lossy alcanzanniveles de compresión muchomayores que los compresores loss-less (a costa de la calidad delfichero obtenido).

Hay aplicaciones en las que esimprescindible usar compresoreslossless, por ejemplo, en un docu-mento de un procesador de texto:si usáramos un compresor lossy,perderíamos información, y aldecomprimirlo, podríamos encon-trarnos con que nos faltan frases,párrafos o imágenes.

En otras aplicaciones, en cambio,se puede usar sin problemas uncompresor lossy. Los ejemplosmás claros son la voz y la imagen.Como ni nuestro oído ni nuestroojo son perfectos, una disminuciónmoderada de la calidad es inapre-ciable. Los conocidos formatosMP3, MPEG, AVI, etc. son forma-tos de compresión lossy: se consi-gue que el audio o el vídeo ocupenpoco espacio a costa de disminuirsu calidad.

Después de ver en qué consiste lacompresión lossy y la compresiónlossless, podemos intuir que:

- La compresión lossless, al ser sinpérdida de información, tiene unlímite máximo de compresión.

- La compresión lossy, al ser conpérdida de información, no tiene

Comprimir consiste en eliminar la redundancia.

Claude E. Shannon, el padre de laTeoría de la Información. (Bell Labs)

Bit, byte, compresión, tipode datos... terminologíaque hace diez años hubiera

dejado boquiabierto al más tem-plado es hoy en día de uso corrien-te. Gracias al avance de laSociedad de la Información, lainformática y su vocabulario sehan expandido como la pólvora, ala par que Internet se introducía enmiles de hogares y empresas.

Además de hacer la declaración dela renta y comprar libros, Internetofrece muchas otras posibilidades.El deseo de transmitir o almacenarcada vez un mayor volumen dedatos sin cambiar el medio (líneatelefónica, tarjeta de memoria,etc.) hace que se trabaje intensa-mente en el campo de la Teoría dela Información, especialmente, enla compresión de datos.

Un compresor es un algoritmo quedisminuye el espacio ocupado porcierta información. Cada añovemos en los medios científicos yespecializados (New Scientist,Nature, Byte, ZDNet, etc.) variosanuncios de empresas que asegu-ran haber superado el límite teóri-co (límite de Shannon) de compre-sión de datos. Generalmente, estosanuncios van asociados a peroratascomo “necesitamos más dinero

para terminar las investigaciones”,“tenemos la tecnología pero hacefalta un socio interesado en comer-cializar la tecnología” (ergo gastardinero en la empresa), etc. ¿Lessuena de algo?

Un estudianteirlandés de 16años consiguióengañar a unjurado de docepersonas y ganóel Premio alJoven Científicodel Año 2002con su “inven-to”, un navega-dor de Internetllamado XWebs,que supuesta-mente multipli-caba por cuatrola velocidad den a v e g a c i ó n .ZeoSync anun-ciaba en su pági-na nada menosque cinco tecnologías relacionadascon la compresión de datos: codifi-cador (BinaryAccelerator™), com-presor (BitPerfect™), secuenciador(Zero Space Tuner™), transforma-dor de dominio (RelationalDifferentiation Encoding™) y el con-junto de todo (TunerAccelerator™).

Pegasus Technologies afirmaba quepodía guardar 1,28 Gigabytes en undisquete de 3,5” (cuya capacidadnormal es 1,44 Megabytes) gracias asu tecnología HyperDrive™ (de la

que llegaron a obtener una patente—cosa fácil en EEUU, todo seadicho—). Web Technologies nosasombraba con su compresorDataFiles/16™, que comprimíacualquier archivo mayor de 64KBytes a un dieciseisavo de sutamaño. David C. James obtuvo

TEORÍA DE LA INFORMACIÓN(LA IMPOSIBILIDAD DE)

EL COMPRESORI N F I N I T ODesde hace muchos años vemos anuncios de empresas que dicen haber inventadocompresores de propiedades asombrosas: ratios de compresión de 100 a 1, de 1000a 1, etc. ¿Por qué no los usamos si las ventajas son tan evidentes?

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- Los compresores lossless actúaneliminando la redundancia.

Al principio ya vimos una formade eliminar redundancia: los algo-ritmos RLE. Veamos ahora otraforma: los algoritmos de sustitu-ción de códigos (normalmente seusan los dos conjuntamente, elRLE y el de sustitución de códigos).

La sustitución de códigos paracomprimir una cadena C (formadapor varios mensajes enlazados unoa continuación de otro) consiste encambiar la forma en que se repre-senta esa cadena. A la hora dedecidir cómo se hará el cambio, lofundamental es la probabilidadcon que se presenta parte de lacadena (cada mensaje).

Veámoslo con un ejemplo.Imaginemos una fuente que emitecinco mensajes: M1, M2, M3, M4y M5, con probabilidades 35%,25%, 20%, 12% y 8% y longitudes(en caracteres) 10, 7, 6, 4 y 3.

Si dejamos que la fuente emita milmensajes, teniendo en cuenta lasprobabilidades y las longitudes delos mensajes, la cadena emitidaocupará 7.170 caracteres:111111111111111111112222222444455533333311111111111111111

1112222222222222211111111111111111111333333111111111133333322222221111111111111111111155522222223333331111111111444422222223333331111111111222222222222224444444433333322222222222222333333111111111

1555111111111155511111111111111111111333333222222244441111111111....

Como el mensaje M1 (representa-do como 1111111111) aparecemucho (35% de las veces) y esmuy largo (10 caracteres) y elmensaje M5 (representado como555) aparece poco (8% de lasveces) y es corto (3 caracteres) unaforma sencilla de comprimir con-siste en intercambiar las represen-taciones de los mensajes:

Al hacer esta “compresión”, lacadena de mil mensajes tiene unalongitud de 5.280 caracteres(hemos conseguido más de un26% de compresión):

55555522222224444111111111133333355555522222222222222555555333333555333333222222255555511111111112222222333333555444422222223333335552222222222222244444444333333222222222222223333335551111111111555111111111155555533333322222224444555....(ahora los 555 representan a M1,no a M5)

Podemos hacer lo mismo otra vez,intercambiando las representacio-nes de los mensajes M2 y M4:

Tras esta nueva vuelta de tuerca, lacadena de mil mensajes ocupa sólo4.890 caracteres (hemos consegui-do un 32% de compresión respec-to a la cadena original).

El código más conocido, el Morse,es un código de este tipo. La letramás frecuente, la e, se representapor un punto (es decir, la letra másfrecuente es la más corta). Por des-gracia para el español, la e es lamás frecuente en inglés, mientrasque la más frecuente en español esla a. Algo similar ocurre con la W,codificada como “.--" (es decir,relativamente corta, lo que tienesentido en inglés, pero ningún sen-tido en español).

Ahora que ya sabemos “grossomodo” cómo funciona la compre-sión por sustitución de códigos,vemos que unos mensajes dismi-nuyen el espacio que ocupan (M1y M2), otros lo aumentan (M4 yM5) y algunos no lo varían (M3).Como los mensajes que ocupanmás aparecen poco y los que ocu-pan menos aparecen mucho, eltotal del espacio ocupado es menortras la compresión.

Pero ¿qué ocurre cuando ya no sepueden hacer más cambios derepresentación? Dicho de otromodo, ¿qué ocurre si la informa-ción es completamente aleatoria(todos los mensajes tienen exacta-mente la misma probabilidad deaparición)? En este caso, no sepuede comprimir la cadena, por-que al hacer nuestros “intercam-bios de representaciones” no gana-mos nada.

La conclusión obvia es que llegaun momento en que se ha elimina-do toda la redundancia (utilizandoRLE) y ya no se pueden hacerintercambios de representaciones,así que no se puede comprimirmás. Hemos llegado al “límite decompresión”, que viene dado porla entropía de la cadena (o fichero)que deseamos comprimir y cual-quier intento de “recomprimir” la

(LA IMPOSIBILIDAD DE) EL COMPRESOR INFINITO

Msj

un límite máximo de compre-sión: podemos comprimir tantocomo queramos. Obviamente,cuanto más comprimamos,menos información tendremos(es decir, peor será la calidadfinal obtenida). En el caso lími-te, tenemos un 100% de com-presión, o lo que es lo mismo,no tendremos nada de informa-ción.

Por supuesto, siempre que seanuncia uno de estos “compreso-res mágicos” se habla de compre-sores lossless, que son los que pre-sentan mayores dificultades.Conseguir un compresor lossy conun nivel de compresión de 1000 a1 es fácil (eso sí, la calidad seresentirá).

En adelante, hablaremos sólo de

compresión de tipo lossless, que esla que nos interesa en este artículo.

Sustitución de códigosLas ideas básicas que debemostener en mente son las siguientes:

- Queremos conservar toda lainformación.- La compresión lossless es la únicaque conserva toda la información.

La definición formal dice que la “información” deun mensaje es la medida en que dicho mensaje des-peja la incertidumbre sobre algo. Con esta defini-ción estamos suponiendo que la información serefiere a algo que desconocemos, es decir, algo quedesde nuestro punto de vista tiene un componentealeatorio.

En teoría de la información se dice que los mensajesproporcionan la información, así que hablaremosindistintamente de “mensaje” o de “información”,porque ésta última está asociada al primero.También se dice que los mensajes son emitidos poruna fuente de información, que se supone aleatoria(así que no podemos predecir qué mensaje va a salirde la fuente). Debido a que la fuente es aleatoria, laestadística nos permite caracterizarla usando unavariable aleatoria X.

La fuente de información puede ser prácticamentecualquier cosa: una persona dictándonos los núme-ros que salen del “bombo” de la Lotería, alguien dic-tándonos nombres que lee al azar de la guía telefó-nica, un archivo de ordenador, etc. En todos estoscasos, podemos reducir los mensajes a caracteresalfanuméricos (texto y números), que en una com-putadora se codifican como combinaciones de unosy ceros.

Nuestro alfabeto y nuestro sistema numérico tienenun conjunto finito de símbolos (las letras mayúscu-las, las letras minúsculas, los números del 0 al 9,etc.). Pongamos, por ejemplo, que son 500 símbolos(en un caso genérico, hablaríamos de un alfabetoformado por N símbolos). Debido a esto, los valoresde la variable aleatoria X (es decir, los mensajes)son también finitos y son exactamente los mismos

(si los mensajes son de un símbolo, la fuente podráemitir como mucho N = 500 mensajes diferentes).

Matemáticamente, la información de un mensaje xi(donde i es el número entre 1 y el número total demensajes posibles N; en nuestro ejemplo, i varíaentre 1 y 500) se caracteriza con un logaritmo enbase 2 y la probabilidad de que la fuente X emita esemensaje xi:

Debido al signo negativo, cuanto más improbable esun mensaje, más información aporta. Por ejemplo,aporta mucha más información decir “hoy en elEcuador hace frío” que decir “hoy en el Ecuadorhace calor”, porque lo primero es mucho más impro-bable que lo segundo.

Otro concepto de teoría de información que necesi-taremos es la entropía. La idea es muy similar a la dela termodinámica: la entropía mide lo desordenadaque está la energía, en nuestro caso, lo desordenadaque está la información. La función entropía da lacantidad media de información de la fuente de men-sajes modelada por la variable X, es decir, la canti-dad media de información que nos proporciona unmensaje xi sobre X:

Como consecuencia de esta definición, cuantomayor es la entropía de una fuente, más informacióntiene cada mensaje, es decir, más improbable (difícilde predecir) es el mensaje. Así pues, cuanto mayores la entropía de una fuente, más difícil es compri-mir los mensajes que emite.

ANTES QUE NADA ¿QUÉ ES LA INFORMACIÓN?

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el escéptico39el escéptico 38

5.000 dólares estadounidensespara quien consiga comprimirdatos aleatorios, desafiando así elTeorema de la Complejidad deKolmogorov (si se intenta compri-mir un fichero de datos aleatorios,el tamaño del fichero comprimidomás el tamaño del compresorsiempre será mayor que el tamañodel fichero sin comprimir).

REFERENCIASBIBLIOGRÁFICAS1. “Comunicación de datos”, de J.R. Vidal Català, J. MartínezZaldívar (Editorial de laUniversidad Politécnica deValencia, 1995)

2. Comp.compression FAQ, Jean-Luc Gailly (http://www.faqs.org/faqs/compression-faq).

3. There's no magic, CharlesBloom (http://www.cbloom.com/news/nomagic.html)

4. Information content and com-pression limit FAQ, Glyph(http://www.geocities.com/CollegePark/9315/infofaq.htm)

MARCAS CITADAS YEMPRESAS QUE LASHAN REGISTRADO- ZeoSync, BinaryAccelerator,BitPerfect, Zero Space Tuner,Relational DifferentiationEncoding y TunerAccelerator sonmarcas registradas de ZeoSyncCorporation.- Web Technologies yDataFiles/16 son marcas registra-das de Web Technologies - Premier Research Corporationy Minc son marcas registradas dePremier Research Corporation.- Pegasus Technologies yHyperDrive son marcas registra-das de Pegasus Technologies.- HyperSpace es una marca

registrada de David C. James.- Pixelon es una marca registradade Pixelon Corporation.

Pau Garcia i Quiles

(LA IMPOSIBILIDAD DE) EL COMPRESOR INFINITO

Agradecimientos especiales aFélix Ares y Jean René Moreaupor sus valiosos consejos y correc-ciones.

información ya comprimida seráinfructuoso.

Veamos un ejemplo sencillo delímite de compresión, con los mis-mos mensajes que antes, perocambiando la probabilidad de apa-rición: ahora todos los mensajesson equiprobables (aparecen lasmismas veces):

Una cadena formada por mil men-sajes tiene ahora 6.000 caracteres.Intercambiemos las representacio-nes de M1 y M5:

La cadena formada por mil mensa-jes vuelve a tener exactamente6.000 caracteres. No hemos conse-guido nada. El lector puede com-probar que tampoco se gana nadaintercambiando las representacio-nes de M2 y M4, o haciendo cual-quier otro cambio de representa-ción. Lo único que quedaría porhacer es aplicar un algoritmo RLEpara conseguir algo parecido aesto:

Transformaciones

Las matemáticas y la física suelenrecurrir a cambios de dominio (por

ejemplo, pasar de dominio tiempoa dominio frecuencia) para facili-tar determinadas operaciones.

Podríamos preguntarnos si hacien-do algún procesado (tal como unatransformada de Fourier, unatransformada de Haar o cualquierotro procesamiento de señal) a lacadena sin comprimir (preprocesa-do) o a la cadena comprimida(postprocesado) sería posiblealcanzar una mayor compresión.Es decir, ¿cambia el límite de com-presión al cambiar el dominio enque representamos la información?

La respuesta es “no”. La razón esque la teoría de la información sebasa en la probabilidad, y el mode-lo probabilístico ya incluye todaslas posibles transformaciones quese puedan hacer, porque al cam-biar de dominio, lo único que cam-biamos es el modelo probabilísticoque usamos.

Puede verse la demostración for-mal en el recuadro adjunto, aunqueno es necesario entender la demos-tración para seguir leyendo el artí-culo (puede pasarla por alto si lodesea).

CONCLUSIÓNComo hemos visto a lo largo delartículo, llega un momento en queseguir aplicando algoritmos decompresión (RLE, sustitución decódigos, etc.) no disminuye eltamaño final, sino que lo aumenta:hemos llegado al límite de com-presión.

Esto se puede ver incluso de formaintuitiva: si siempre se pudieseseguir comprimiendo, llegaría unmomento en que cualquier cadenaoriginal se reduciría a un únicocarácter. ¿Cómo saber a cuál de lasinfinitas cadenas originales corres-ponde ése carácter? (es decir,cómo se tiene que descomprimirése carácter)

Aunque las tecnologías de com-presión usadas hoy en día no siem-pre son óptimas, cualquier anunciode tecnología de compresión conlímites de compresión muy supe-riores a los actuales es muy proba-blemente falso.

En cualquier caso, si una tecnolo-gía de compresión lossless afirmasuperar el límite de Shannon, nohay duda de que mentirá, así queno vale la pena perder tiempo enella. Ahora ya podemos contestar ala pregunta que se planteaba al ini-cio del artículo: no usamos esoscompresores fantásticos porque noexisten (ni existirán nunca: la ana-logía más clara sería una máquinade movimiento perpetuo).

Aún así, el lector osado puedeaceptar el reto de Mike Goldman:

Dado un modelo probabilístico P y una función reversi-ble M, siempre existe un modelo probabilístico Q tal queQ(M(C)) = P(C), para cualquier cadena C.

Como M es reversible, para cualesquier cadenas C y D(tales que C D), se cumple que M(C) M(D).

Podemos definir Q(C) tal que para cualquier cadena C,Q(M(C)) = P(C), es decir, dos modelos probabilísticosdiferentes (uno en cada dominio) nos dan el mismo resul-tado. Así pues, el cambio de dominio no mejora la entro-pía de la fuente y por tanto, no mejora la compresión.

EL CAMBIO DE DOMINIO NO MEJORA LA COMPRESIÓN

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el escéptico41el escéptico 40

Los chavales asentían con la cabeza.

-¿Pensáis que debería haber sido descrito con grandetalle por todo aquel que tenga unos mínimos pode-res de predecir el futuro?

-¿Sabéis cuántos brujos, astrólogos o videntes habíanpredicho la catástrofe?

-Ninguno.

-¿Eso qué demuestra? Que no hay tales poderes depredecir el futuro. Pero estoy seguro —añadí— deque saldrán algunos diciendo que ya lo habían previs-to. Es muy sencillo hacer predicciones catastrofistasgenéricas y luego decir que se referían a lo ocurrido.El futuro no se puede predecir, pero “a posteriori” esmuy fácil reintrepretar lo que se ha dicho. “Habrá unacatástrofe con muchos muertos en nuestro país”. Conel 11-S hubo muchos que dijeron que Nostradamusya se refería a aquel atentado en una de las cuartetas.Estoy seguro que vosotros mismos, si os tomáis lamolestia de leer a Nostradamus, encontraréis algunacuarteta que se pueda interpretar como una referencia

al atentado del Madrid. Si lo hacéis, por favor, hace-ros preguntas de este tipo: ¿Sería aplicable sólo alatentado de Madrid o también lo sería al de Nueva

York o a la Segunda Guerra Mundial o a la PrimeraGuerra Mundial? ¿O al accidente ferroviario que ocu-rrió en ...? Tened en cuenta que cuando un texto no seinterpreta literalmente, el resultado de la lectura nodependede lo escrito sino de la imaginación y fanta-sía del lector.

Félix Ares de Blas

D E O C A A O C A

Eran las 6,30h de la mañana de Montevideo(Uruguay). A las siete y unos minutos teníaque intervenir en directo en uno de mis progra-

mas semanales de Radio Nacional de España.

Suena el teléfono. Es el productor del programa.

-A pesar de lo que ha pasado hoy, vamos a hacer elprograma.

El productor notó mi silencio de no entender de quéme hablaba.

-¿Te has enterado de lo de los atentados, no?

-Pues la verdad es que no. Estaba durmiendo, mehabía despertado para repasar las notas que os enviédesde un cibercafé anoche. ¿Qué ha pasado?

-Pues es la noticia del día. Un atentado, bueno más deuno. Uno de ellos en la estación de Atocha. Más decien muertos. Se supone que ha sido ETA, aunquetambién se habla en la redacción de Al Qaeda...Bueno, quería decirte que a pesar de ello haremos elprograma, aunque lo más probable es que algo te pre-guntaremos sobre el tema.

Hice el programa. Me preguntaron sobre el atentado,pero mis respuestas fueron las únicas que podía dar:“Me acabo de enterar por vosotros. No sé nada. Estoya diez mil kilómetros de distancia.”

A las ocho bajé a desayunar. Unas quince personas seagolpaban ante el televisor del vestíbulo del hotel,que tenía sintonizada Televisión Española. Todosmiraban lo que ocurría en España. Todos los que nosconocían nos daban el pésame. Al pedir el desayuno,la camarera, por nuestro acento, supo que éramosespañoles y también nos dio el pésame por la catás-trofe.

Me llamaron del planetario de Montevideo, de laEmbajada de España en Montevideo, de laAsociación Astronómica de Uruguay, de una emisorade radio en la que el día anterior había estado hablan-do una media hora... todos se interesaban por mi

estado de ánimo y por si entre los heridos había algu-no de mi familia.

Sin duda en Uruguay fue una conmoción. “Nos haafectado mucho más que lo del 11-S”, fue una fraseque oí varias veces.

En Internet pude verificar que no sólo era una conmo-ción en España y en Uruguay sino en todo el mundo.

Era una gran catástrofe de ámbito universal.

Aquella tarde tenía que dar sendas charlas sobre“Ciencia y Pseudociencia” en dos Liceos de enseñan-za media de Montevideo. No tenía que hablar delatentado; pero el tema casi surgía solo.

Mientras hablaba con aquellos estupendos chavales,se me ocurrió que lo del atentado también era un temainteresante para explicar lo que era la ciencia y lapseudociencia. Les expliqué que en España —y supo-nía que, lamentablemente, también en Uruguay— afin de año, los astrólogos, videntes y diversos futuró-logos hacían las predicciones de lo que iba a ocurriren el año siguiente. Les expliqué que ellos dicen queno aciertan los pequeños acontecimientos, pero quelas grandes catástrofes, las que afectan emotivamen-te a muchas personas sí que las predicen.

-¿Creéis que este ataque terrorista, con más de cientocincuenta muertos —esa era la cifra que se daba enese momento— y con más de mil cuatrocientos heri-dos es importante? ¿Afecta emocionalmente amuchas personas?

11M

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mediante cartas impresas conletras y números, desarrollaba suacto respondiendo preguntas sobregeografía, botánica e historia natu-ral (Christopher, 1962; Jay, 1984;Jay, 1994) .

A través del tiempo se imponíannuevas estrellas con capacidadessimilares. Pero los que sin dudahan marcado una etapa en los ana-les de la ciencia y superando ellímite de lo esperado, fueron elfamoso semental Clever Hans ysus sucesores, los caballos deElberfeld.

“DER KLUGE HANS”(EL INTELIGENTE JUAN)En 1892 un viejo oficial alemán

jubilado, Wilhelm von Osten,adquirió un caballo ruso llamadoHans a quien adiestró de unamanera muy particular. Al cabo dedos años llevó el adiestramientodel animal a tal grado de perfec-cionamiento que no tardó en publi-citarse y pronto pasó a ser el cen-tro de atracción de muchos curio-sos e investigadores de la época2.

Der kluge Hans (el inteligenteJuan) o Clever Hans, según uncódigo preestablecido, golpeaba elsuelo con su pezuña dando la can-tidad de golpes que correspondíana la correcta respuesta de la pre-gunta formulada verbalmente. Deeste modo resolvía cálculos arit-méticos, convertía fracciones ordi-narias en decimales y viceversa.

Por este mismo procedimientotransformaba números en letras(un golpe = A, dos golpes = B,etc.), permitiéndole —incluso—formar palabras en respuesta sobrealguna consulta de algún problemasimple de la vida diaria.

También asombraba con sus cono-cimientos musicales. Por ejemplo,si en el piano se ejecutaba una sép-tima: RE FA LA DO, movía lacabeza para indicar que C (DO)debía eliminarse para conseguiruna cadencia o acorde menor per-fecto (Müller, 1915; Pfungst,1907).

El hecho de que von Osten nointentara lucrarse con las faculta-des de su caballo y permitiera su

Acomienzos del siglo XX,la atención popular y cien-tífica fue capturada por las

increíbles hazañas de ciertos ani-males que, desafiando la inteligen-cia humana, no solamente pusie-ron en tela de juicio sus supuestas“capacidades intelectuales” sinoque plantearon enigmas quemuchos intentaron explicar comofenómenos extrasensoriales.

Si bien este tipo de proezas noeran nuevas, nunca habían desper-tado el interés científico. Ya en elsiglo XVII, las maravillas delcaballo “parlante” (golpeaba con-

tra el suelo el casco de una de suspatas respondiendo preguntas)Morocco y su dueño el mago britá-nico Banks asombraban al públi-co. El impacto fue de tal magnitudque la ignorancia de la época loacusó y condenó por un supuestopacto con el diablo. Un siglo des-pués, Nicholson, James Hazard,Nicholas Hoare y William F.Pinchbeck exhibían sus “sabios”cerdos ante gustosos espectadoresque no dudaban en pagar susentradas para ver tales suertes por-cinas. Precisamente este últimofue el autor del primer libro cono-cido de ilusionismo que se publicó

en EE.UU. bajo el título TheExpositor: or Many MysteriesUnravelled (Boston, 1805).

No menos espectaculares fueronlos gansos presentados en Londresen 1789 con sus usuales númerosde localización de cartas y coloreselegidos, incluso con los ojos ven-dados. Pronto surgieron prodigio-sos perros que superaron a suscompetidores. Entre ellos destaca-ron Don Carlos, un sorprendenteperro de raza spaniel que era anun-ciado como “el perro de doblevista”; por su parte Munito1, bajolas órdenes del Signor Castellini y

PSI ANIMAL

ANIMALES

PRODIGIOSOS“En ningún caso debemos interpretar un caso de conducta animal como conse-

cuencia de las más elevadas facultades mentales, siempre que podamos explicár-nosla por las más simples”. C. Lloyd Morgan (1894)

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hicieran célebres bajo el nombrede la ciudad en que habitaban,Elberfeld.

LOS CABALLOS DEELBERFELDSi bien en el esclarecimiento de lashabilidades de Clever Hans lasobjeciones al loable trabajo dePfungst fueron prácticamentenulas, en el caso de los caballos deElberfeld la polémica no quedóresuelta. Mientras que unos cientí-ficos consideraron que la explica-ción para el caso Hans era tambiénválida para los caballos deElberfeld, otros apuntaron suimposibilidad interpretando lossucesos de manera diferente eincluso algunos postulando lahipótesis telepática como génesisdel enigma4. Antes de analizaresta diversidad de opiniones vea-mos como surge el prodigio deElberfeld.

En 1906, el rico industrial KarlKrall, quien ya era propietario deClever Hans, decidió retomar los

pasos de von Osten y sumó cuatronuevos ejemplares: Muhamed,Zarif, el poney Hanschen y Barto,

un viejo caballo ciego.

En pocos meses Krall consiguióresultados sorprendentes y estosúltimos cuatro caballos no sóloduplicaron las virtudes de su ante-cesor sino que, además y en francasuperación, lograron extraer en

tiempo récord raíces cuadradas,cúbicas y cuartas de números dehasta seis y siete cifras (Krall,1912).

Los argumentos en favor de unacapacidad de cálculo o percep-ción telepática por parte de loscaballos estaban basados funda-mentalmente en los siguientespuntos:1. Imposibilidad de fraude por lademostrada honestidad de Krall.2. Inadmisibilidad de la hipótesisde las señales inconscientes dadaspor los observadores consideran-do que Barto era ciego.3. Aciertos en ausencia del señorKrall y los palafreneros.4. Experiencias en las que se ais-laba al caballo y se le observaba a

través de una mirilla.5. Complejidad de los cálculos aresolver.6. Rapidez en la resolución de lasoperaciones.

Veamos la labilidad de estos argu-mentos cuando realizamos un aná-

ANIMALES PRODIGIOSOS

El gran ilusionista HarryHoudini [1874-1926], quienprácticamente no ha dejadorama del ilusionismo sin abor-dar, durante una de sus giraspor Alemania tuvo la ocasiónde presenciar las actuacionesdel caballo Clever Hans. Susconclusiones no diferían de loshallazgos de Pfungst.

Es más, el propio Houdinientrenó a su perro Bobby parademostraciones de “adivina-ción”, logrando que cogiera elnaipe elegido por un especta-dor. El 31 de mayo de 1918,llevó a cabo una presentación

con su fox terrier en la Societyof American Magicians, dejan-do perplejo a más de uno de losprofesionales de la magia quehabían asistido.

La actuación estaba tan bienlograda que le permitía afirmar:“Yo era capaz de darle a Bobbysu indicio silencioso en cual-quier habitación o incluso enuna oficina periodística, y losespectadores podían observar-me de cerca en todo momentopuesto que nunca hacía unmovimiento que pudieran ver oun sonido que pudieran escu-char”. (Houdini, 1924, p. 260)

HOUDINI Y SUS INDAGACIONES SOBRE ANIMALES INTELIGENTES

Harry Houdini

Portada y primera página del libro de W. F.Pinchbeck (1805) que, entre otras cosas,

revelaba el sistema de entrenamiento de sucerdo sabio. (Christopher Collection)

libre examen por cualquier perso-na interesada y/o la formulaciónde preguntas por desconocidos,hacía parecer poco viable la posi-bilidad de un fraude.

En 1904, una prime-ra comisión de estu-dio compuesta poreminentes profesio-nales (zoólogos, psi-cólogos, veterina-rios, hipologistas,etc.) examinó aClever Hans y con-cluyó que el caso noera una supercheríay que merecía seriaatención. Aún así,pronto el misterioquedó resuelto.

Pocas semanas des-pués, una nueva comisión científi-ca presidida por Karl Stumpf[1848–1936] (director del Institutode Psicología de la Universidad deBerlín) y con pruebas concluyen-tes presentadas por el profesorOskar Pfungst [1874–1932], deter-minó que el éxito de Hans era pro-ducto de su notable habilidad paraguiarse por los mínimos indiciossensoriales (visuales y auditivos)que le proporcionaban involunta-riamente su dueño y/o los propiosasistentes. Un leve movimiento oinclinación hacia adelante de lacabeza, un levantamiento de cejaso incluso la dilación de las fosasnasales de los consultantes, eransignos suficientes para que el ani-mal dejara de golpear. Tambiénfue determinante el fracaso delanimal cuando ninguno de los pre-sentes conocía la respuesta o noestaban al alcance de su vista.

El trabajo de Pfungst fue doble-mente meritorio puesto que, nosólo descubrió e identificó el tipode indicios sensoriales que guia-

ban al animal, sino que tambiénreprodujo en su laboratorio lamisma experiencia cumpliendo élmismo el rol de Clever Hans. Para

ello, convo-có a variosparticipantesque debíanhacerle pre-guntas mien-tras estabanconectados aun aparatoque medía larespiración ylos movi-mientos desu cabeza. Elexperimen-tador lesrespondíam e d i a n t egolpes con

su mano. Más del 90% de los suje-tos le proporcionó el mismo tipode indicios sensoriales involunta-rios que había observado durantelas experiencias con Hans y quedeterminaban el momento en quedebía dejar de golpear.

En función de sus observaciones,pudo establecer una especie detipología o características quedebería reunir un comunicadorinvoluntario que quisiera teneréxito (Rosenthal, 1976):

a) Por lo general, que el consultan-te tuviera habilidad y “tacto” en eltrato con animales.b) Que tuviera un aire de autoridadsosegada.c) Que se concentrara en la res-puesta correcta y que se quedaraexpectante y deseoso de ésta.d) Que tuviera facilidad de res-puesta motora o que tuviera ten-dencia a la gesticulación.e) Que estuviera en un relativobuen estado de salud.

Según Pfungst, el caballo habíalogrado un autoaprendizaje de esta“lectura” de signos sin que el pro-pio von Osten se lo hubiera pro-puesto conscientemente. Así seexpresaba Stumpf al respecto: “Elcaballo debía haber aprendido, enel curso de las largas series de lec-ciones de aritmética, a observarmientras golpeaba con la pezuñalos pequeños cambios en la acti-tud, con los que el maestro incons-cientemente acompañaba losresultados de su proceso mental, ya tomarlos como signo para parar-se, aumentando su exactitud con lapráctica. El caballo era inducido ahacerlo lo mejor posible en laforma requerida, dándosele regu-larmente una golosina, consistenteen un trozo de pan o zanahorias.Este inesperado tipo de autoapren-dizaje, y la precisión así adquiridapara percibir ligerísimos movi-mientos, son en sí mismos suficientemente sorprendentes.”(Pfungst, 1907)3

Fue el final de una historia y de laextravagante obsesión de vonOsten por demostrar al mundo sucreencia en la capacidad de cálcu-lo de su mascota. Su mayor decep-ción fue cuando la opinión públicale dio la espalda y “el pobre vonOsten protestó en vano: nadie loescuchó; el veredicto fue dado. Élnunca se recuperó de este golpeoficial; se convirtió en el hazme-rreír de todos aquéllos a quiénes élhabía asombrado en un principio;y se murió, solo y amargado, el 29de junio de 1909, a los 71 años deedad”. (Maeterlinck, 1914)

Cuando el asunto de los animalescalculadores parecía concluido yel interés científico por estas haza-ñas se desvanecía, se reabrió lacuestión con la aparición de cuatronotabilísimos caballos que se

El más famoso de los primeros caballos par-lantes fue Morocco. La ignorancia del siglo

XVII hizo creer a muchos que el animal y sudueño tenían un pacto con el diablo.

(Christopher Collection)

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el escéptico47el escéptico 46

llos no respondían cuandoel número propuesto notenía raíz exacta.A propósito de esto nosrelata González Quevedo(1964): “El filósofo R.Quintón, como consecuen-cia de una acalorada discu-sión a propósito de loscaballos de Elberfeld, des-cubrió este método simpli-ficado al que aludimos. Y,en 1912, él mismo extraíade memoria, en dos segun-dos, las raíces de númerosde muchísimas cifras delan-te de los miembros de laFacultad de Filosofía de París. Lossabios filósofos creían que se tra-taba de un calculador prodigioso,pero el mismo Quintón explicóque se trataba simplemente de unmétodo muy reducido que él solohabía llegado a descubrir en base alo que sabía de los caballos”.

Además, ¿quién podría asegurarque Krall o alguno de los guardia-nes no fuera un calculador prodi-gio?5 Sabemos positivamente quemuchos de los calculadores prodi-gio que han pasado a la historia,resolvían problemas muy comple-jos mediante técnicas de su propiainvención y que (a pesar de ser iletrados6) incluso algunos habíanadquirido el método de cálculo sinproponérselo (Smith, 1983).

Pero la historia recién comienzapuesto que, mientras que en elplano científico todo quedó archi-vado y con denominación propiacomo el efecto Clever Hans, en elterreno pseudocientífico la especu-lación paranormal refloreció comolección nunca aprendida.

Lo que siempre debería haber per-manecido en un plano estrictamen-te teatral o circense (o cuando

mucho ser considerado un casoejemplar en la investigación delcomportamiento animal), siguiócautivando a algunos investigado-res deseosos de querer extendersus creencias paranormales en loshumanos a los animales.

NOTAS

1.- No confundir con el tambiéncélebre perro Monetto que, bajo ladirección de Nicholas Hoare, fueuna imitación posterior de Munito(Jay, 1994).

2.- Durante este período tambiénse destacó Rosa la yegua deBerlín, cuyas proezas deleitaban alpúblico del espectáculo de varie-dades (Pfungst, 1907).

3.- Antiguos y diversos métodosde adiestramiento de caballos paraespectáculos públicos están repro-ducidos con detalle en el excelenteartículo de Thomas Sebeok (1986)y en el libro de Marcel Sire (1954).Ya el propio William F. Pinchbeckhabía revelado el sistema de entre-namiento de su puerco sabio enThe Expositor: or Many MysteriesUnravelled (Boston, 1805). Paraalgo más actualizado —con un

enfoque psicológico delentrenamiento y aprendiza-je— puede consultarse unamuy buena síntesis en:http://www.equiworld.net/uk/training/horse/pschology.htm

4.- Aunque parezca menti-ra, todavía se pueden leeropiniones a favor de esta

hipótesis con las siguientespalabras: “No queda más queuna explicación: la telepa-tía.[...] El cerebro del caballoextraía las respuestas del

cerebro de los asistentes (presenteso ausentes), como si manipulaselas teclas de un ordenador.”(Chauvin, 1991)

5.- Existen métodos especialespara realizar cálculos complejos(extracción de raíces cuadradas,cúbicas, cuartas y quintas denúmeros de varias cifras) y entiempo récord que frecuentementeutilizan los ilusionistas en sus pre-sentaciones de MnemotecniaTeatral y Mentalismo (Oliveira,1940; Aliu, 1952; Gardner, 1956).

6.- El joven pastor italiano, VitoMangiamele, de solo 10 años deedad y sin la más mínima educa-ción, demostró en 1837 —ante losintegrantes de la Academia deCiencia de París— que podíaextraer la raíz cúbica de un núme-ro de siete dígitos en escasos trein-ta segundos (Maeterlinck, 1914).

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ANIMALES PRODIGIOSOS

Oskar Pfungst determinó que el éxito de Clever Hans eraproducto de su notable habilidad para percibir los indiciossensoriales más mínimos (visuales y auditivos) que le pro-

porcionaban involuntariamente su dueño y/o los propiosasistentes.

(http://www.cwu.edu/~warren/Unit2/Cleverhans.html)

lisis más profundo del caso.La posibilidad del fraude nuncafue excluida en su totalidad; sibien Krall siempre mostró buenadisposición para el libre examende los caballos (lo cual tampoco esgarantía), las muchas veces activaparticipaciónde los palafre-neros es unfactor a no des-cuidar. Segúnalgunas acusa-ciones, en cier-tas oportunida-des, el cuida-dor se apartabade los investi-gadores perosin permanecere n t e r a m e n t eoculto a lavisión de losanimales (!!!).

Veamos elcomentario del profesor DavidKatz sobre una carta abierta recibi-da por G. E. Müller, de Edelberg,quien bajo el seudónimo deFaustinus se presentó y describióluego sus experiencias con loscaballos (Müller, 1915):“Faustinus, en su carta, relatabalas experiencias con los tres caba-llos, que se llamaban Muhamed,Hanschen y Barto, este últimociego. Respecto al primero dice:«Muhamed no entiende absoluta-mente nada de lo que se le propo-ne, pero responde a un lenguaje designos que le hace Albert, uno desus guardianes.» Muhamed diocontestaciones correctas mientrasAlbert se hallaba presente, perofallaba cuando Faustinus le pre-guntaba encontrándose solo. Enocasiones en que él pensabaencontrarse solo con Muhamed,Albert se hallaba fuera de la cua-dra y fácilmente podía manejarsepara emplear su método de apren-

dizaje y comunicarse con el caba-llo. Sobre esto escribe Faustinus:«Estudié tan cuidadosamente elsistema de Albert, que yo mismopude emplearlo y obtener las res-puestas que yo deseaba, correctaso equivocadas. El sistema de

Albert consis-tía en haceruna señalimperceptiblecon la cabeza,que indicaba aM u h a m e dcuándo teníaque parar losgolpes.»

El sistema designos que citaFaustinus no

se empleó conHanschen nicon Barto, y,

aunque tenía la creencia de queestos dos caballos también estabandirigidos por Albert en sus contes-taciones, no pudo descubrir elmodo que tenía de comunicarsecon ellos. Lo extraño era que alsometer a las pruebas a Hanschenno era incluso necesario queAlbert se hallase enla cuadra; podíacomunicarse con élfácilmente desdeafuera. El caballofracasaba en cuantono podía seguir aAlbert con la mira-da; no siendo así,dio brillantes resul-tados. Barto, elcaballo ciego, losdio excelentescuando Albert pro-puso que las pre-guntas fueran escri-tas sobre la piel delcaballo o pronun-ciadas en voz alta.Una vez que Albert

tuvo que salir durante la prueba, elcaballo fracasó en las preguntasmás sencillas que le hizoFaustinus.” (Katz, 1937)

Los errores frecuentes que cometí-an los caballos también proporcio-naron una interesante pista que dioorigen a un estudio por parte delpsicólogo suizo Claparède [1873-1940] del porcentaje de respuestascorrectas y erróneas. Según suinforme, obtuvo un 11% de res-puestas exactas para las preguntasfáciles y un 13% para las difíciles;en otra serie, un 7,5% para lasfáciles y un 13% para las difíciles(Claparède, 1912).

Estas reveladoras cifras refuerzanla hipótesis de las señales incons-cientes. Si los animales calculabanrealmente, era lógico esperar quesus aciertos fueran mayores en cálculos simples y no precisamen-te en los más complicados; pero siconsideramos que la solución deun problema complejo implica unamayor tensión y descontrol de lasemociones del observador (hechoya señalado por Pfungst y quedesde ya facilita el mejor desem-

peño del animalpara captar cual-quier mínimoindicio), ello nosda una explicaciónde tan ilógica acti-tud. Esto tambiénse interrelacionacon los puntos 5 y6. La posibilidadde que algúnpalafrenero o elpropio señorKrall conocieranalgún método decálculo rápidotampoco estáexcluida, inclusolos informes indi-can que los caba-

Los puercos sabios de Hazard y Hoare emula-ron con nobleza las proezas de las mascotas

precursoras de Nicholson y Pinchbeck.(Cortesía del autor)

Cartel de la época, anunciado losprodigios del perro llamado Munito en

Londres. (Christopher Collection)

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Sire, M. (1954) La intelligence desanimaux. Ed. Hachette, París.

Smith, S. B. (1983) The great mentalcalculators. Columbia UniversityPress.

Wozniak, R. H. (1999) Classics inPsychology, 1855–1914: HistoricalEssays. Thoemmes Press, TheUniversity of Chicago Press[ h t t p : / / 1 9 5 . 1 2 . 2 6 . 1 2 3 /psych/pfungst.htm].

L. Enrique Márquez

ANIMALES PRODIGIOSOS

No sólo hubo animales maravillosos en otras épocas. Los libros, entre otrosmuchos, de S. Fitzpatrick en el que habla sobre las propiedades paranorma-les de los animales de compañía, y de R. Webster, en el que trata de des-arrollar nuestra capacidad de comunicación por vía psíquica con nuestras

mascotas, demuestra que el tema sigue estando vivo. (Editor)

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En los últimos años se ha avanza-do mucho sobre el conocimientodel cerebro. Hoy en día, y graciasa las neurociencias, sabemos másacerca de su estructura y organiza-ción, de su funcionamiento, y decómo determina nuestra conducta.

El cerebro humano, tal y como loconocemos ahora, es un órganobiológico fruto de miles de años deevolución natural2. Entender estehecho es fundamental por dosrazones: primero, porque implicaque el cerebro, como órgano bioló-gico, es natural (nunca sobrenatu-ral), con características naturales yque, por tanto, obedece a las leyesde la naturaleza; y segundo, por-que implica que el funcionamientodel cerebro humano va en la líneade garantizar la supervivencia dela especie y, por tanto, está mode-lado (por la evolución) para esefin.

Así, la función primordial de nues-tro cerebro, y por extensión la delresto del sistema nervioso, tieneque ver, básicamente, con nuestracapacidad para relacionarnos demanera interactiva con el medioambiente que nos rodea. Para ello,nuestro cerebro, al igual que el delresto de los vertebrados, recibeinformación del medio externomediante los órganos de los senti-dos (tacto, visión, olfato, gusto yoído) y una vez procesada, utilizaesa información para adaptarse almedio externo (físico o social) demanera óptima. Esto es lo quehace continuamente, cada segun-do. Está especializado en ello.

Y precisamente, a causa de esta

especialización, también tiene suslimitaciones. Por ejemplo, el cere-bro humano no puede en ningúncaso obtener información del exte-rior si no es a través de los órganosde los sentidos. De la mismamanera, los pulmones están capa-citados para asimilar oxígeno delaire pero no del agua, por lo queno podemos respirar debajo delagua.

DE LA NEURONA ALCEREBROFue Santiago Ramón y Cajal, pre-mio Nobel de Medicina en 1906,quien postuló por primera vez la“doctrina neuronal”3. Como con-secuencia de su trabajo, hoy sabe-mos que la neurona, célula nervio-sa, es la unidad funcional del siste-ma nervioso.

La propiedad principal de estacélula nerviosa es su capacidad detransmitir impulsos eléctricos, quecodifican y procesan la informa-ción recogida por los órganos delos sentidos. La información ner-viosa se transmite de neurona aneurona por medio de mensajerosquímicos llamados neurotransmi-sores. Las neuronas están conecta-das unas con otras, de manera queuna sola neurona puede estarconectada simultáneamente conmuchas otras neuronas localizadasen distintas áreas de nuestro cerebro.

En el cerebro hay distintos tipos deneuronas que se distribuyen yorganizan de manera específica endistintas regiones cerebrales confi-riendo, a su vez, propiedades fun-cionales específicas4. Así por

ejemplo, en el tronco del encéfalo(está fuera del cerebro propiamen-te dicho), hay grupos de neuronasencargados de funciones básicaspara el mantenimiento de la vida,como el control del ritmo cardiacoy respiratorio, y el control delritmo de actividad sueño-vigilia; eltálamo y el hipotálamo son áreasrelacionadas con el control hormo-nal de todo nuestro organismo ycon la integración de la informa-ción que recibimos del exterior através de los órganos de los senti-dos; los núcleos de la amígdala yel hipocampo, son regiones funda-mentales en los procesos dememoria y en la conducta emocio-nal. Todas estas áreas menciona-das son consideradas “antiguas”desde un punto de vista evolutivo,es decir, son muy parecidas en elcerebro de muchos animales,desde un roedor hasta un humano.

El área más “moderna” y más des-arrollada en el cerebro humano esla corteza cerebral, que es el tejidode neuronas que forma la superfi-cie cerebral. En la corteza cerebralse integra y se procesa toda lainformación que nos llega delexterior, parte de la cual se haceconsciente, y da origen a lo quellamamos funciones superiorescomplejas como el lenguaje, elpensamiento lógico y la atención.A su vez, la corteza cerebral puedesubdividirse en distintas áreas ylóbulos con funciones más omenos bien delimitadas. Todasestas áreas y núcleos cerebralesdescritos de una manera muy sim-plificada están interconectadosentre sí de forma organizada, demanera que incluso para la realiza-

D E S M I T I F I C A N D O E L “ P O D E R D E L A M E N T E ”

EL CEREBRO COMOÓRGANO

BIOLÓGICOLos términos “Poderde la mente” o“Energía psíquica”,aunque muy vagose imprecisos,sugieren que elcerebro humanoes capaz de rea-lizar tareas quedesafían lasleyes de lanaturaleza, quetiene poderes

sobrenaturales.De nuevo el deba-

te entre ciencia ypseudociencia1. Sólo

tenemos que abrir deter-minado tipo de revistas opublicaciones, o escucharlos comentarios de ami-

gos o familiares, para dar-nos cuenta que hay “poderes

mentales” que gozan de uncrédito excelente. La telepatía, la

telequinesia o la percepción extra-sensorial (PES) (ver más abajo) serí-

an buenos ejemplos de ello.

Teniendo en cuenta que no existe ningu-na prueba científica (comprobable, reprodu-

cible) de que el cerebro humano posea caracterís-ticas más allá de las naturales, ¿por qué están tan exten-

didas estas creencias sin fundamento? Los autores del pre-sente artículo pensamos que muchos de los mitos populares

que refieren a los poderes sobrenaturales del cerebro se sustentanen el desconocimiento real de cómo éste se organiza y funciona. El

objetivo de este artículo es, precisamente, tratar de ilustrar dentro delos conocimientos actuales y de la manera más sencilla, aunque rigu-rosa, cómo funciona el cerebro humano y así desmitificar su facetamágica.

¿CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO?

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o los murciélagos, que no soncapaces de ver colores, son capa-ces de escuchar sonidos de altafrecuencia (superiores a 20.000hertzios). Estos mismos argumen-tos se pueden utilizar paradesmentir la PES. No existepercepción más allá denuestros sentidos, la propiadefinición es un error.

De la misma manera que no puedetransmitir pensamientos telepáti-camente, el cerebro humano nopuede mover objetos sólo condesearlo. La telequinesis o psico-cinesis6 se define como “la capaci-dad de mover objetos por mediode ejercicios psíquicos”. Así, elfamoso farsante UriGeller6, explicaba su capa-cidad para doblar cucharaso parar el funcionamientode relojes a distancia. Siesto fuese cierto, demos-traría la existencia de unapresunta “energía psíqui-ca” que, como es lógico,nadie sabe muy bien cómodefinir.

De nuevo, desde el puntode vista neurobiológico, lapregunta es evidente, ¿conqué órgano o estructura yde qué manera el cerebroes capaz de transmitir esafantástica energía paramover o transformar obje-tos? (definir las caracterís-ticas físicas de estasupuesta energía pertene-cería al ámbito de la físi-ca). Nosotros somos capa-ces de mover nuestrasextremidades a voluntadporque existen conexionesfísicas y palpables (ner-vios) que conectan nues-tro cerebro con nuestrasextremidades a través de

la médula espinal. La prueba irre-futable es que cuando por un acci-dente es seccionada la médulaespinal no podemos moverlas.

En algunos casos se ha argumenta-do que esa “energía psíquica”podría tener que ver con las ondascerebrales que se detectan en nues-tro cerebro. Esto carece de todofundamento y quien dice esto des-conoce profundamente el signifi-cado y origen de las ondas cere-

brales. Las ondas cerebrales regis-tran la actividad eléctrica generadapor la actividad simultánea demillones de neuronas de la cortezacerebral4. Esta señal es muy débil.

Para que se hagan una idea,captar las ondas cerebralesque registra un electroencefa-lograma precisa la colocaciónde electrodos muy sensiblesen el cuero cabelludo y de

potentes amplificadores queaumentan la señal registrada.También se pueden detectar loscampos magnéticos que genera laactividad de las neuronas cortica-les gracias a un aparato muy sensi-ble y sofisticado denominadomagnetoencefalógrafo. Esta señal

(eléctrica, magnética)generada por nuestro cere-bro es tan débil que nopuede tener ningún efectoen el exterior. Existenalgunos peces, como eltorpedo, cuyo sistema ner-vioso se ha especializadoen generar descargas eléc-tricas que aturden a suspresas. Los humanos, porsuerte o por desgracia, nodisponemos de dichasespecializaciones.

Cabe mencionar queinvestigaciones recientesestán tratando de conse-guir que un discapacitado(tetrapléjico) pueda moverel cursor en un monitor deordenador enseñándole a“dominar” su actividadcerebral (ondas cerebra-les)7. Para ello hay queconectar electrodos en elcuero cabelludo del sujetoque a su vez van ensam-blados en un dispositivoelectrónico muy comple-jo. Además requiere de unduro entrenamiento por

¿CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO?

Dos células ganglionarias retinales adyacentes espacialmente,con colores diferentes, de las que se hicieron una serie de registros durante el desarrollo del hurón. En el fondo hay

ráfagas intermitentes de potenciales de acción que constituyenla actividad normal de las células ganglionarias

No existe percepción más allá denuestros sentidos, el propio

nombre de ‘percepción extrasensorial’ es un craso error

ción de tareas aparentemente sen-cillas, como mover un brazo oescuchar una conversación, es pre-cisa la actividad coordinada deprácticamente todo el cerebro.

Una manera de ilustrar la organi-zación funcional de nuestro cere-bro es el estudio de pacientes conlesiones en áreas específicas delmismo5. Por ejemplo, hay pacien-tes que a causa de una lesión en ellóbulo temporal del cerebro (hipo-campo) pierden la capacidad dememorizar acontecimientos nue-vos a corto plazo. Estos pacientesno recuerdan lo que hicieron trein-ta segundos antes por lo que suvida diaria cambia dramáticamen-te. Otro caso interesante es el de lallamada “visión ciega”. Esta pato-logía se produce por una lesiónlocalizada en la corteza occipital ydeja ciego al paciente aun cuandosu sistema visual está en perfectascondiciones (no hay patologíaocular). En realidad lo que le ocurre con estos pacientes es queson capaces de ver pero no sonconscientes de ello, por lo que secomportan como si estuviesen ciegos.

Pero sin duda, los casos másespectaculares son los descritos enpacientes que han sufrido lesionesen la corteza prefrontal orbital (elárea de cerebro que se localizaexactamente encima de nuestrasórbitas oculares). Estos pacientessufren cambios dramáticos en suconducta social y moral. No soncapaces de planear el futuro, dedistinguir lo bueno de lo malodesde un punto de vista social, nide predecir las consecuencias de

sus actos. Ni siquiera, son capacesde tener interacciones sociales“normales” (se muestran agresivosy desinhibidos), aun cuando suscapacidades intelectuales se man-tienen intactas.

Estos estudios sugieren que nosólo la capacidad de ver u oírdepende del correcto funciona-miento de nuestro cerebro, sinotambién la capacidad de relacio-narnos socialmente y de interpre-tar el mundo que nos rodea en tér-minos morales. Entre las conduc-tas que podemos considerar “anor-males” o patológicas y la conducta“normal” o fisiológica hay unaestrecha línea divisoria, pero apesar de eso, lo que está claro esque ambas dependen del funciona-miento natural, nunca mágico, denuestro cerebro.

¿TIENE EL CEREBROHUMANO CAPACIDADES SOBRENATURALES?Desde un punto de vista neurofi-siológico, y en base a lo dichoanteriormente en relación con laestructura y organización del cere-bro humano, resulta fácil argu-mentar en contra de la existenciade “poderes mentales” del tipo dela telepatía, la telequinesia o lapercepción extrasensorial (PES).

El argumento consiste en que elfuncionamiento del cerebro depen-de de características neurobiológi-cas adquiridas durante un largoproceso evolutivo (característicasque garantizan la supervivencia dela especie) y dichos poderes men-tales no tienen un substrato bioló-gico sobre el cual la evolución

natural haya actuado o vaya aactuar. Y sin el substrato biológicoadecuado (por ejemplo, un órganocaracterístico) no puede haber unafunción biológica. Como ejemplo,los peces no pueden asimilar oxí-geno del aire a través de las bran-quias (necesitarían pulmones) olos gatos no pueden andar regular-mente apoyándose sobre dos patas(necesitarían un sistema motordiferente).

La telepatía6 se define literalmentecomo “sentir a distancia”, aunqueel término se suele utilizar parareferirse a la capacidad de comuni-carse mentalmente con el prójimo.Nuestro cerebro, a través de losórganos de los sentidos, nos per-mite ver objetos visibles y oírseñales audibles, pero nunca“detectar” o “percibir” el pensa-miento de otras personas.Igualmente, el cerebro humano noes capaz de transmitir pensamien-tos a otras personas.

Para ser comunicados, los pensa-mientos han de ser transmitidos através del lenguaje (hablado, ges-tual), y siempre, el mensaje ha deser recibido a través de los órganosde los sentidos (oído, visión) de unreceptor (el interlocutor). No tene-mos órganos para “detectar pensa-mientos” en nuestro cerebro. Cabemencionar que nuestros órganosde los sentidos tienen sus limita-ciones por lo que no podemos cap-tar algunas frecuencias auditivas(inferiores a 20 hertzios o superio-res a 20.000 hertzios) o visualesprecisamente porque no estáncapacitados para ello. En cambio,algunos animales como los perros

Todas las áreas y núcleos cerebrales están interconectados entre sí de formaorganizada, de manera que incluso para la realización de tareas aparentemen-te sencillas, como mover un brazo o escuchar una conversación, es precisa laactividad coordinada de prácticamente todo el cerebro.

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DEL CEREBROComo hemos visto, el conocimientocientífico del cerebro ha avanzadomuchísimo en las últimas décadas,permitiéndonos entender mejor elfundamento biológico de nuestraconducta. Aún quedan muchos pro-blemas por resolver, quizás entrelos más inquietantes, las bases neu-robiológicas de la consciencia, y dela conducta social y moral.

Para afrontar estas cuestiones qui-zás se necesiten nuevas revolucio-nes dentro de la disciplina científicade las neurociencias. Pero es muypoco probable (diríamos que impo-sible) que de estos avances se des-cubran nuevas “energías” que justi-fiquen las afirmaciones que algunoshacen acerca de los “poderes de lamente”.

Sin embargo, somos conscientesque la existencia de estos conoci-mientos científicos no desanimará alos muchos charlatanes y farsantesque intentarán sacar tajada de laignorancia de algunos. Pero almenos que no lo hagan en nombrede la ciencia.

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍARECOMENDADA: 1. Carl Sagan El mundo y sus demo-nios, Planeta (1997).

2. Francisco Mora El reloj de lasabiduría, Alianza Editorial (2001).

3. Santiago Ramón y CajalRecuerdos de mi vida: Historia demi labor científica, ColecciónAlianza Universidad, AlianzaEditorial (1984) (Edición original: 1901, 1ª edición).

4. ER Kandel, JH Schwartz, TMJessell (Eds) Principles of NeuralScience, Appleton & Lange (1991).

5. Oliver Sacks Un antropólogo enMarte, Anagrama (1997); AntonioDamasio El error de Descartes,Drakontos Crítica (1996); VSRamachandran y Sandra BlakesleePhamtoms in the brain, QuillWilliam Morral (1998).

6. The Skeptic´s Dictionary,www.skepdic.com

7. AFerdinando, Mussa-Ivaldi, LE Miller,“Brain-machine inter-faces: computationaldemands and clinicalneeds meet basicneuroscience”,TRENDS inNeurosciences 26,329-334 (2003).

8. Nature Neuros-cience (Editorial)6, 99 (2003).

Alberto del Arcoy

Gregorio Segovia(Departamento de

Fisiología, Facultad deMedicina, Universidad

Complutense de Madrid)

Alberto Porras-Chavarino

(Unidad Médica, Pfizer SA,Madrid)

Rodrigo Martínez (Departamento de Neurobiología (BMC),

Universidad de Upsala, Suecia)

¿CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO?

parte del sujeto. Y, por supuesto,todo con cables y conexiones físi-cas, ni trampa ni cartón, y muchomenos, “energía psíquica”.

¿USAMOS SÓLO UNAPEQUEÑA PARTE DENUESTRO CEREBRO?Es otra creencia extendida quesólo usamos un 10% de nuestrocerebro8. Si esto fuese cierto, seríalógico pensar que nuestro cerebroestá infrautilizado y que, por tanto,es en el restante 90% en donde seencuentran los “poderes mentales”y “psíquicos” que nunca nos hanenseñado a utilizar. Esta aserciónno tiene el más mínimo fundamen-to real.

Pero, ¿cuál es el origen de estafalsa creencia? Por una parte, esposible que se deba simplemente ala necesidad humana de sentirsesuperior, de distanciarse del restode los organismos, de quedar fueradel dominio de la biología. Porotra parte, es probable que se debaa la mala interpretación de deter-minados hallazgos científicos.

Por ejemplo, los primeros neurofi-siólogos que estudiaron el funcio-namiento del cerebro denominaron“corteza silente” a aquellas áreasdel cerebro que aparentemente notenían ninguna función sensorial omotora. Hoy en día se sabe quemuchas de estas áreas se corres-ponden con regiones (cortezas deasociación) implicadas en la inte-gración y procesamiento demuchos tipos de información quellega a nuestro cerebro.

También pueden haber contribuido

a este mito las modernas técnicasde imagen cerebral, como laTomografía de Emisión dePositrones (PET)4. Esta técnicapermite estudiar el funcionamientode nuestro cerebro mientras realizatareas cognitivas concretas. Porejemplo, podemos ver qué áreas denuestro cerebro están más activascuando leemos un libro o tratamosde recordar algo que acabamos deaprender. Las imágenes obtenidasmediante el PET nos muestranusualmente en colores vivos,como el rojo, las áreas de nuestrocerebro más activas durante esastareas y en colores apagados,como el azul, las que menos parti-ciparon en los pruebas realizadas.

Pero, y aquí el malentendido, esono significa que sólo las partesmás iluminadas (en rojo) de nues-tro cerebro estén activas. En reali-dad, estas imágenes del PET seobtienen como diferencia entreuna imagen de la actividad delcerebro antes de realizar la tarea yotra durante la realización de latarea. De esta manera los coloresindican una funcionalidad relativa,remarcando las áreas más activasen relación con el resto, que porsupuesto también están activas.

A pesar de que, como se ha men-cionado anteriormente, hay deter-minadas funciones que recaenprincipalmente en áreas específi-cas de nuestro cerebro, es la inter-acción entre distintas áreas delcerebro la responsable, en últimotérmino, de nuestra conducta y denuestras capacidades mentales.

También es cierto que la neuroci-

rugía tiene mucho que ver en lahistoria del mito del 10%. Haycasos de pacientes que han sidocapaces de llevar una vida normalcon un solo hemisferio cerebral.Esto, mal entendido, daría pie almito del 50%, pero… ¿el 10%?

En estos pacientes se pone demanifiesto una cualidad funda-mental de nuestro cerebro que escomún para el resto de nuestro sis-tema nervioso: la plasticidad neu-ronal. Esta cualidad hace referen-cia a cambios adaptativos de nues-tro cerebro muy relacionados concapacidades como la memoria y elaprendizaje. El cerebro reducidode estos pacientes trata de adaptar-se y asumir las funciones de lazona faltante para ocasionar así elmenor perjuicio funcional. Además,aunque estos pacientes pueden lle-var una vida normal, no es ciertoque tengan las mismas capacida-des que una persona sana.

La plasticidad neuronal también sepone de manifiesto en personasque han perdido alguna capacidadconcreta, como por ejemplo, invi-dentes. Estas personas, con eltiempo, desarrollan más otrascapacidades, como quizás el tactoo el oído puesto que, al faltarles lavisión, hacen más uso de estosórganos para suplir, en la medidade lo posible, las carencias de nopoder ver. Esto sugiere que esposible potenciar capacidades quetenemos hasta cierto límite peronunca potenciar o crear capacida-des nuevas, mágicas, en nuestrocerebro.

EL ESTUDIO CIENTÍFICO

Somos conscientes de que la existencia de estos conocimientos científicosno desanimará a los muchos charlatanes y farsantes que intentarán

sacar tajada de la ignorancia de algunos. Pero al menos que no lo hagan en nombre de la ciencia

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el escéptico57el escéptico 56

formularan predicciones definidasque pudieran comprobarse. Sinembargo, con astucia, expresansiempre sus predicciones en térmi-nos tan vagos que puedan aplicar-se a cualquier cosa que ocurra.

Pero el motivo real de que loscientíficos no crean en la astrolo-gía no es la presencia o ausenciade evidencias científicas sobreella, sino que no resulta consisten-te con otras teorías que han sidocomprobadas experimentalmente.Cuando Copérnico y Galileo des-cubrieron que los planetas giranalrededor del Sol y no de la Tierra,y Newton formuló las leyes querigen estos movimientos, la astro-logía se hizo totalmente imposible.¿Por qué deberían las posicionesde los planetas en el firmamentovistas desde la Tierra, tener corre-lación alguna con las macromolé-culas de un planeta menor que seautodenominan vida inteligente?Es esto lo que la astrología nosquisiera hacer creer. Para las másimportantes teorías que describenastrónomos, astrofísicos y cosmó-logos no hay más evidencia expe-rimental que para la astrología,pero creemos en ellas porque sonconsistentes con teorías que hansuperado numerosas pruebas expe-rimentales.

El éxito de las leyes de Newton yde otras teorías físicas condujo a laidea del determinismo científico,que fue expresada por primera veza comienzos del siglo XIX por elfrancés Laplace. Este sugirió quesi conociéramos las posiciones ylas velocidades de todas las partí-culas del universo en un instante,las leyes de la física nos deberíanpermitir la predicción de cuál sería

el estado del Universo en cual-quier otro instante del pasado o delfuturo. El problema radica en quela secuencia de acontecimientosno es repetible.

Así pues, aun cuando en principiolas leyes de la electrodinámica

cuántica nos deberían permitir cal-cular cualquier cosa de la químicay la biología, no hemos logradomucho éxito en la predicción delcomportamiento humano a partirde ecuaciones matemáticas. Pero apesar de estas dificultades prácti-cas, la mayoría de los científicosse han hecho a la idea de que, enprincipio, el futuro es predecible.

EL ESCEPTICISMONECESARIOEl diario La Opinión de Tenerifeviene publicando unas excelentespáginas semanales de divulgaciónde la ciencia y con frecuencia seabordan temas referentes a laspseudociencias. Sus autores sonprofesores e investigadores de laUniversidad de La Laguna, el

Instituto de Astrofísica deCanarias y de otros centros tinerfeños.

Quienes practican las falsas cien-cias, ¿son profetas o cuentistas?,se pregunta Ricardo Campo Pérez.César Esteban López, investigadordel Instituto de Astrofísica deCanarias, habla del “veneno de laastrología”. Lo paranormal no esinofensivo, afirma Carlos J.Alvarez González, profesor dePsicología Cognitiva de laUniversidad de La Laguna. Sehabla también de “utopía esotéri-ca”. En cuanto al vampiro, el pro-fesor Reol recuerda que la literatu-ra ha jugado un papel fundamentalen la consolidación de este mito.

¿Sabe usted que le engañan?, pre-gunta otro de los colaboradores yañade: en España no se protege alas víctimas ni se persigue al esta-fador de esta naturaleza, salvocasos excepcionales. Ante el augede tales prácticas, no hay duda deque las pseudociencias constituyenun lucrativo negocio, basado en laignorancia del público, un proble-ma que afecta directamente a losperiodistas dedicados a informarsobre ciencia y tecnología.

Ante estos hechos, el profesorRicardo Campo afirma que elescepticismo es necesario en lassociedades actuales. La cienciacontemporánea –añade- nos aportaun conocimiento cada vez másexhaustivo de la realidad, almismo tiempo que viejas creenciasreaparecen con nuevos ropajescuando parecía que habían sidodefinitivamente desechadas. Unavisión superficial de este problemalleva a una paradoja: ¿cómo es

En España no se protege a las víctimas de los fraudes paranormales ni se per-sigue al estafador de esta naturaleza, salvo casos excepcionales.

Portada original en inglés del libro ElUniverso en una cáscara de nuez, de

Stephen W. Hawking.

Investigaciones y encuestasrealizadas en Europa yEstados Unidos muestran que

la forma de pensar de la mayoríade los adultos es aún de tipo pre-científico. Entre los alumnos de 14años, el 80% cree en la generaciónespontánea de los microbios ycerca del 100% piensan que el fríoy el calor son sustancias, con fre-cuencia diferentes. El 90% consi-dera como normal la no conserva-ción de la materia o de las espe-cies, sin que se trate de una genialintuición como la de Einstein,cuando desarrolló su teoría de laequivalencia entre energía y mate-ria, o la de Darwin, cuando lanzóla idea de la evolución de las espe-cies. Para algunos de estos alum-nos, el plomo puede transformarsede forma habitual en mercurio, y lamateria en luz por simple “trans-mutación”.

En Francia, más de doce millonesde personas creen en los marcia-nos. Una en-cuesta indica que decada dos franceses uno piensa quela astrología es una ciencia; el23% de los preguntados cree enlos horóscopos y un 18% en labrujería y los encantamientos. En1984 había en el país 50.000 adivi-nadores censados por fisco.

Tomo estos increíbles datos delibro Los orígenes del saber, de

André Giordan y Gerard deVecchi. Los mismos autores afir-man que la ausencia de una curio-sidad real se traduce en una paradade la construcción del pensamien-to. Y se preguntan cómo transfor-mar la capacidad de asombro, quees una cualidad del periodista, encuriosidad.

Los autores de este libro afirmanque algunas concepciones falsaspueden ser útiles, y toman comoejemplo la representación sustan-cialista que poseen los alumnos, ymuchos adultos, en relación con laenergía calorífica. Para ellos, elcalor es esencialmente un fluidoque se propaga de un cuerpocaliente a otro que lo es menos. Unestudio sobre el “calor” podríacomenzar por refutar la idea defluido, seguida por la introducciónde un modelo de agitación mole-cular.

Para la escritora mexicana AnaMaría Sánchez Mora, en su estu-dio Feminismo, ciencia y divulga-ción, la pseudociencia no es lomismo que la ciencia errónea. Laciencia avanza sobre sus errores:se llega a falsas conclusiones unagran parte de las veces, pero estasconclusiones siempre se conside-ran tentativas. Las hipótesis seconstruyen de modo que sea posi-ble refutarlas. Una sucesión de

hipótesis alternativas se confrontamediante experimento y observa-ción. La pseudociencia es loopuesto; a menudo sus hipótesis seconstruyen precisamente parahacerlas invulnerables a cualquierexperimento que ofrezca una posi-bilidad de refutarlas, de modo queen principio no puedan invalidar-se. Sus practicantes suelen estar ala defensiva y son cautelosos obien se oponen al escrutinio escép-tico; cuando los científicos semuestran críticos, deducen conspi-raciones: su máquina del movi-miento perpetuo, o su modelo pla-netario geocéntrico o su cura mag-nética del cáncer, sí funcionan,pero el establishment científico seniega a escucharlos.

HAWKING Y LAASTROLOGÍAEn su reciente libro El universo enuna cáscara de nuez, el destacadocosmólogo Stephen Hawking recuer-da que los humanos siemprehemos querido controlar el futuroo, al menos, predecir lo que va aocurrir. Esto contribuye a explicarel auge de la astrología. Según losastrólogos, lo que pasa en la Tierraestá relacionado con los movi-mientos de los planetas en el fir-mamento. Esta no es una hipótesisque pueda ser sometida a pruebacientíficamente, o lo sería si losastrólogos se comprometieran y

CRÍTICA“Me preocupa, especialmente ahora en que se acerca el final del milenio, que la pseu-dociencia y la superstición se hagan más tentadoras de año en año, el canto de sire-na más sonoro y atractivo de la insensatez”. Carl Sagan

TODAVÍA ABUNDA LOPRECIENTÍFICO

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posible que hoy, cuando la cienciaestá en camino de resolver losprincipales problemas vitales (almenos en el Occi-dente industrializa-do), renazcan irra-cionales y extrava-gantes creenciascomo la astrología,los fenómenos para-normales o la depen-dencia de “seres supe-riores”, ahora conmarchamo tecnoló-gico a bordo denaves interplaneta-rias, puras y simplessupersticiones?

El mismo autor seña-la con agudeza quela desunión entre la ciencia y lasociedad civil hace que ésta recu-rra a las más extravagantes teoríaspara tranquilizar a la gente sencillay crédula.

CONSEJO PARA LAINTEGRIDAD DE LOSMEDIOSLa entidad pionera en el enfrenta-miento con la pseudociencia es elCommittee for the ScientificInvestigation of Claims of theParanormal (CSICOP), es decir,comité para la investigación cien-tífica de las afirmaciones relacio-nadas con lo paranormal. Fue fun-dado en 1976 por el filósofo PaulKurtz, el astrónomo y divulgadorcientífico Carl Sagan y el escritorIsaac Asimov, entre otros. Publicala ya veterana revista SkepticalInquirer. Su localización enInternet es http://www.csicop.org.

Uno de los organismos que inte-gran el CSICOP es el Consejo para

la Integridad de los Medios deComunicación, fundado en 1996durante el primer Congreso

Escéptico Mundial, cele-brado en la Universidadde Búfalo (Nueva York).El Consejo está formadopor una red de destaca-dos profesionales y aca-démicos y también comu-nicadores sensibilizadossobre la necesidad deque los medios ofrezcanuna visión equilibrada dela ciencia. Entre susmiembros se encuentranrelevantes científicos ydivulgadores como E. O.Wilson y Martin Gardner.

El Consejo (Council) esuna especie de puesto de vigilan-cia desde el que se vela por la ade-cuada presentación de la cienciaen los medios de comunicación delescepticismo y lo paranormal. ElConsejo recomienda la presenciade los científicos en los medios,que destaquen la importancia de lacultura científica y la apreciaciónde su método característico y delpensamiento crítico, como herra-mientas para la adquisición deconocimiento.

En España, la ARP-Sociedad parael Avance del Pensamiento Crítico(http://www.arp-sapc.org) desarro-lla una tarea análoga por medio desu publicación El Escéptico, de laque se han editado hasta ahora 18números, contando éste.

NUESTRA ACTITUD ANTE LAS PSEUDOCIENCIASRicardo Campo recuerda que CarlSagan presentaba en su obra Elmundo y sus demonios (Planeta,

1997) un ejemplo muy grafico decuál debía ser nuestra actitud fren-te a las pretensiones de la pseudo-ciencia y sus estafas. Esta actitudno ha de ser otra que la que pone-mos en práctica cuando compra-mos un coche de segunda mano: senos ocurren múltiples preguntas ycomprobaciones para asegurarnosque el estado del automóvil mere-ce nuestro desembolso; nuestramente prevé posibles respuestas yevasivas del vendedor y deseamosconstatar de primera mano el bellopanorama que nos están ofreciendo.

¿Por qué cambia nuestra actitudcuando se acude a un sanador, a untarotista o a un astrólogo televisi-vo, o cuando oímos afirmar que uncuerpo humano permanece inco-rrupto de forma milagrosa o quenos visitan extraterrestres? Haganla prueba la próxima vez que lla-men o escuchen a uno de estosvendedores de esperanza a preciode oro, o cuando alguien trate deconvencerles de cualquier supues-to hecho situado más allá de lalógica habitual y de las leyes cono-cidas de la naturaleza. Sea exigen-te: haga preguntas “incómodas”.Será muy difícil que le engañen.

BIBLIOGRAFÍAStephen Hawking. El Universo enuna cáscara de nuez, 2002.

Manuel Calvo Hernando

TODAVÍA ABUNDA LO PRECIENTÍFICO

La desunión entre la ciencia y la sociedad civil hace que ésta recurra a las másextravagantes teorías para tranquilizar a la gente sencilla y crédula.

Portada de la revistaSkeptical Inquirer Vol. 28,Num. 3 de mayo/junio de

2004. (CSICOP)

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cadas sin pies ni pico, que son alimentadas pormedio de tubos!

No todas estas historias son falsas. Por ejemplo, escierto que en China se han criado perros SanBernardo para consumo humano o que el agua calen-tada en un microondas puede en ocasiones "saltar" derepente a nuestra cara. Un código de colores clasificalas leyendas como verdaderas, falsas, ambiguas o deveracidad indeterminada. Los autores del sitio,Barbara y David P. Mikkelson, investigan concienzu-damente cada una de ellas para establecer su estatusy explicarnos su posible origen, las diferentes versio-nes y variantes, y su evolución histórica.

¿Pero, de todas formas, hasta qué punto hemos defiarnos de este sitio web? La credibilidad deSnopes.com siempre ha gozado de muy buena salud,pero a raíz de los atentados del 11-S sufrió algún alti-bajo. Dos días después de los atentados, variosparientes de Bin Laden obtuvieron un permiso espe-cial del presidente Bush para salir secretamenteEstados Unidos en avión y sin contar con el FBI. Elrumor resultó ser esencialmente cierto, pero los auto-res de Snopes, tras clasificarlo como falso, arremetie-ron contra el director de cine Michael Moore pordivulgarlo, motivado por sus convicciones políticas.Hoy puede verse que los Mikkelson han pedido dis-culpas por su crítica a Moore, rectificando en parte suanálisis y otorgando al rumor un estatus “múltiple”(en parte verdadero, en parte falso).

Una de las cosas que se aprenden visitandoSnopes.com es que las leyendas y los rumores no sonsiempre inofensivos. Muchas crean falsas alarmasacerca de enfermedades, alimentos, contaminación,etc., con consecuencias psicológicas no desdeñables.Una buena parte explota y afianza un miedo injustifi-

cado a la ciencia y la tecnología. Lo más grave es quealgunas contribuyen a perpetuar prejuicios xenófo-bos, homófobos o machistas.

Snopes.com se actualiza muy frecuentemente, aña-diendo rumores recientes y afirmaciones dudosas queaparecen en todo tipo de medios. Las novedades secomentan en activos foros de discusión alojados en elsitio, que cuenta además con un útil buscador porpalabras clave.

¿De repente todo el mundo cuenta que alguien encon-tró nosequé en una lata de la marca X? ¿Aparece unanimal gigantesco en algún lugar del mundo?¿Nostradamus reaparece en los periódicos? A menosque se trate de un suceso de alcance local, es proba-ble que encontremos rápidamente una respuestaescéptica en Snopes.com

Ernesto J. Carmena

Recursos: 9 Enlaces:7 Presentación: 6Velocidad de carga: alta

RompecadenasSitio argentino dedicado a los engaños propagados mediantecadenas de correo electrónico, las falsas alarmas de virus, ylas leyendas urbanas:http://www.rompecadenas.com.ar/leyendas.htm

Foro de discusión sobre leyendas urbanas: http://www.leyendasurbanas.com/foro

Lista de correo “Escépticos”: En esta lista de escepticismo en general a menudo se resuel-ven eficazmente cuestiones sobre leyendas urbanas:http://www.arp-sapc.org/listas/index.html

EN ESPAÑOL

Las leyendas urbanas son fascinantes, escabrosas,terroríficas, hilarantes, improbables, casi surrealis-tas... pero creíbles. Efectivamente, la gente suele creérselas; quizá por las reacciones que provocan(especialmente el miedo, el asco o la indignación),más que por su verosimilitud.

Quien cuenta leyendas urbanas en el bar o en cual-quier reunión de amigos se convierte fácilmente en elcentro de atención. El que se dedique a analizarlasescépticamente y a poner en duda su veracidad searriesga a aparecer ante los demás como un listilloaguafiestas.

Snopes.com (www.snopes.com) ha sido creada preci-samente para ayudarnos a nosotros, los listillos agua-fiestas. Es seguramente el sitio de referencia másimportante sobre leyendas urbanas, pero tambiénsobre rumores de todo tipo, noticias dudosas, o falsasalarmas propagadas por Internet y otros medios decomunicación.

La organización del contenido es temática. Entre suscuarenta secciones tenemos, por ejemplo, la titulada

Cokelore, en la que se clasifican todas las leyendassobre la Coca Cola. Ya sabéis: esa famosa bebida demisteriosa fórmula y peligroso poder corrosivo, encuyo logotipo se leen mensajes perniciosos, y cuyapublicidad creó la moderna imagen de Papá Noel.

El reino animal también tienen su apartado. Los ele-fantes, como todo el mundo sabe, temen a los ratones.Los pájaros explotan al comerse el arroz esparcido enbodas. En los restaurantes chinos hay que tener cui-dado de que no te sirvan a tu propio perro... Y todosrecordamos a aquella anciana imprudente que mató asu mascota al pretender secarla en el horno microondas.

Entre las leyendas que más parecen llamar laatención están las relacionados con la presenciade objetos o ingredientes extraños en la comi-da. Se dice de las hamburguesas de una conoci-da marca de comida rápida que contienen ojosde vaca, gusanos y otras porquerías variadas.Por no hablar de la compañía estadounidenselíder en el negocio del pollo frito: ¡no utilizanya pollos, sino criaturas genéticamente modifi-

GUÍA DIGITAL

SNOPES.COM

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ta en una mano y papelote en laotra, Luis Díaz introdujo el primerprincipio de la Homeopatía, elPRINCIPIA SIMILIA. Siendode un tal Hipócrates, consiste encreerse uno que lo similar cura losimilar, y es el principio funda-mental de la FarmacopeaHomeopática, la química especialde la Homeopatía. Ésta, además,se interesa por los síntomas produ-cidos por las sustancias que estu-dia. No se interesa por las causasde la enfermedad. Podríamosponer como ejemplo la “eyacula-ción precoz”. Si la tabaiba (plantacomún en Canarias con una saviaespesa y blanca) echa leche nadamás rozarla, la eyaculación precozdebería curarse con extracto detabaiba. El café curaría el insom-nio. El hígado o el corazón depato, oscillococcinum, curaría lagripe (como todo el mundo sabe,la gripe viene de esos animalejos).Introdujo también el Principio delos Infinitesimales atribuido aHanneman. Contó la historia de laCondesa de Chinchón y su cura-ción gracias a la corteza de laQuina en Perú, y cómo Samuelmezcla ambos principios y la téc-nica de la dinamización (prácticapoco recomendable para el malque usó como ejemplo). Una vezintroducido el campo de laHomeopatía, narró el montaje ydesmontaje de Benveniste y lacomisión de Nature (respectiva-mente), para terminar opinandoque no hubiera hecho falta: Si elagua tuviese memoria, cómo esta-ríamos los que hemos bebidoAGUA DE DEPURADORA.

Clarividencias sobre la Era deAcuario,por Carlos J. Álvarez González,Profesor del Departamento dePsicología Cognitiva, Social yOrganizacional de la ULL.Carlos J. Álvarez, con un vaso de

ron en la mano y haciendo gala deunas dotes parapsicológicas yfutorológicas sin parangón, nostrasmitió su visión clarividente delo qué ocurrirá cuando la esperadaEra de Acuario se abata sobre lahumanidad, empezando así unaépoca de armonía, paz y amor (conun preámbulo de la famosa can-ción en versión Raphael y suinglés de Oxford). Pero sobretodo, será el esperado momentodonde todas las capacidades ypotencialidades del ser humano,todo lo oculto, por fin saldrá a la

luz. La pregunta es ¿habrá sitiopara todo? Imaginemos ver juntosa los espectros, los fantasmas, lasauras, el ki, el chi, el kundalini, loschakras, las energías telúricas delfeng shui, los poderes telepáticos,psicoquinéticos y extrasensoriales,las energías positivas y negativas,las almas, las psiques griegas, losmagnetismos no mensurables físi-camente, la memoria del agua dela homeopatía, las energías deldestino leídas por los videntes, losectoplasmas, las energías mentalesde los extraterrestres y un largoetcétera. Una de dos, o nos desdo-blamos en cientos de universosparalelos o a ver cómo respiramoscon tal atasco de energías "alter-nativas".

Canarias reclama su propiocriptobicho, por Francisco Javier CorzoVarillas, Profesor delDepartamento de Bioquímica yBiología Molecular de la ULL.La criptozoología es lo que estudialos animales que no se han encon-trado, desde el Monstruo del LagoNess hasta el Yeti, pasando por elChupacabras. Dado que, ademásde ser imaginarios, esos bichos tie-nen un innegable atractivo popular(véase Nessie), propongo elhallazgo de un monstruo canario,peludo y grande o bien viscoso yreptante –la Babosa Gigante deFuerteventura quedaría bien- quesirviera para diversificar la ofertaturística del Archipiélago, particu-larmente en aquellas zonas que seencuentran en cierta decadencia.Además, el monstruo debería seracuático y costero, lo que permiti-ría revalorizar las plazas hotelerascon vistas al mar gracias a la pre-sencia del animalejo. Para estatarea no han de faltar a buen segu-ro generosas subvenciones deaquellas instituciones, tanto públi-cas como privadas, interesadascon el desarrollo turístico y tampo-co será desdeñable el apoyo entu-siasta de los medios de comunica-ción, cámaras de comercio y par-ques temáticos.

Tanto los participantes como losasistentes confían en que esta ini-ciativa se repita en otras fechas designificación similar para el magu-ferío patrio, con lo que los organi-zadores se encomiendan a SanChó para que les asista en la tareade seguir adelante con el evento.

NOTAS1. N. del. A. “Cho” es una expresión típi-ca de las islas Canarias que viene a signi-ficar “señor o “don”.

Luis Javier Capote Pérez

Divulgar divirtiendo. Asípodría definirse el eventoque la pasada noche de

San Juan se llevó a cabo en elBlues Bar de La Laguna (Tenerife)y que llevó por nombre PrimeraCelebración Ancestral de SanChó1 Panza. Esta peculiar fiestade bienvenida al estío consistió enuna serie de monólogos centradosen el análisis y explicación, deforma en ocasiones seria, en oca-siones chistosa pero siempre iróni-ca, de algunas de las historias másconocidas del mundo de lo para-normal.

La iniciativa, orquestada por loscomponentes de la lista de correoEsceptican (un nutrido grupo depersonas preocupadas por la divul-gación científica y la lucha contralas pseudociencias, muchas de lascuales están vinculadas al mundouniversitario) intentó dar un alter-nativa a otro tipo de actividadesque suelen celebrarse en la Nochede San Juan, y que se escudan enla tradición “mágica” de la fechapara intentar vender todo tipo desupercherías. En la realización delevento colaboraron los responsa-bles del Blues Bar y la emisora dela Universidad de La Laguna,Radio Campus.

El prólogo de esta peculiar fiestadel solsticio, vino de la mano delnovelista y profesor de PsicologíaCarlos Santamaría, que evocó lafigura de San Chó Panza, el primersanto escéptico y consecuente-

mente, patrón del evento. Tras él yprecedidos por temas musicalesalusivos al objeto de sus monólo-gos, entraron los distintos intervi-nientes en el evento, que al máspuro estilo del Club de laComedia, se enfrentaron a la dis-tinguida y afortunadamente abun-dante concurrencia, que no tuvoinconveniente en hacer todo tipode comentarios o preguntas

MONÓLOGOS

Laudatio de San Chó Panza, por Carlos Santamaría Moreno,Profesor del Departamento dePsicología Cognitiva, Social yOrganizacional de la ULL yescritor.¿Qué decir de San Chó Panza? Unhombre querido por todos los quele persiguieron y olvidado porcuantos hoy le recuerdan. Suenhiesta figura nos presenta a unhombre a quien siempre fue másfácil saltarlo que darle la vuelta.Condición la cual compartió conotros grandes personajes comoSidharta Gautama, llamado elBuda, y el inolvidable Torrebruno.Dos palabras, dos sustantivos, dosadjetivos, dos epítetos…, doscosas al fin y al cabo, podemosdecir sobre el santo Chó Panza:CANARIO y ESCÉPTICO.

Bienvenidos a Ovnilandia, por Ricardo Campo Pérez,Licenciado en Filosofía y Letras ymiembro del patronato de laFundación Anomalía.

El que para algunos es el enigmanúmero uno de la ciencia contem-poránea tiene realmente muchasfacetas que provocan la risa des-aforada. Es que hay que ser tontospara creerse algunas de las cosasque circulan por "ovnilandia". Porejemplo, la historia de Roswell, ellugar de Nuevo México donde en1947 cayó un platillo volante tri-pulado, ha sido refutada decenasde veces, pero ahí sigue viva en elcoco de miles de creyentes quepiensan que el escepticismo es uncontubernio entre los científicos ylos gobiernos.

Amores Horoscopales,por Inés Rodríguez Hidalgo,Profesora del Instituto Astrofísicode Canarias.Las tribulaciones de una tauro queintenta encontrar el amor siguien-do al pie de la letra las indicacio-nes astrológicas en torno a los sig-nos y su compatibilidad. De cómola eclíptica terrestre influye en losasuntos del corazón y las constela-ciones del Zodíaco rigen nuestrosamoríos (monólogo al completodisponible en la página:http://www.caosyciencia.com/anim/monologo_b.mpg)

SIMILIA SIMILIBUS CUREN-TUR (O CURANTUR, quetanto da),por Luis Díaz Vilela, Profesor delDepartamento de PsicologíaCognitiva, Social yOrganizacional de la ULL.Armado hasta los dientes, cerveci-

DIVULGACIÓN

PRIMERA CELEBRACIÓNANCESTRAL DESAN CHÓ PANZA

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Así, en ese momento, el casqueteÁrtico se desplaza hacia el norte,hecho que favorecerá que losvikingos lleguen hasta Groenlandia(Greenland, ¡¡país Verde!!) y queestablezcan allí colonias estables,con la posibilidad de realizar hastados cosechas anuales. En Europa,por otra parte, las plantaciones devid se desplazarán hacia el nortehasta 5º de latitud con respecto alas actuales (de clima eminente-mente mediterráneo, la vid se llegóa cultivar en el sur de Inglaterra) yse explotarán minas de oro en losAlpes, como la de Höhe Tauern,situadas a gran altitud. Estas minastendrían que ser abandonadas apartir del siglo XIII, como conse-cuencia del inicio de una época deadversidad meteorológica, al estarese siglo en las puertas de unnuevo cambio en el clima planeta-rio.

LA PEQUEÑA EDAD DEHIELO Efectivamente, el periodo com-prendido desde el siglo XIV hastamediados del XIX se denominacomo la pequeña edad de hielo.Las temperaturas comienzan enesa época a presentar una impor-tante disminución, que se estimade hasta 3º C de promedio.

Ello tiene diversas consecuencias.En el año 1340, la ruta vikingaentre Islandia y Groenlandia setiene que modificar por el incre-mento de los problemas meteoro-lógicos y por el avance del hielopolar. En 1347 se abandona defini-tivamente dicha ruta comercial,por la imposibilidad de navegar. En la Europa septentrional, elhambre y el desorden social son

acusados. Entre los años 1314 y1317 los inviernos son muy duros,los veranos cortos y las cosechasprácticamente nulas. Está docu-mentado cómo bandas de loboshambrientos atraviesan el Bálticohelado entre Noruega y Dinamarca.En diversas ocasiones se hielan elTámesis y el Ródano.

En 1348 aparece la peste negra,que mata a una tercera parte de lapoblación europea. Esta epidemiase produce como consecuencia deveranos muy húmedos y no muycálidos, puesto que la pulga porta-dora de la enfermedad vive conhumedades del 90% y temperatu-ras de entre 15 y 20º C.

Los glaciares alpinos se extienden,y las granjas y explotaciones agrí-colas se abandonan ante la imposi-bilidad de hacer frente al avancede las lenguas de hielo. Entre 1570y 1574, los inviernos son muyfríos en Europa, y los veranos casiinexistentes y lluviosos. El 12 dediciembre de 1507 se hiela el Ebroa su paso por Tortosa, y en el año1617, conocido en Cataluña comol'any de lo diluvi (el año del dilu-vio) se vuelve a helar el Ebro (loque volverá a pasar en los añossiguientes hasta siete veces).

Durante el siglo XVI se difundepor la zona sur del País Valencianola costumbre de construir pozos dehielo, para conservar en verano lacarne, bebidas, etc. Esta nieve secomercializa en ciudades comoElche, Alicante, Jijona, Ibi,...Estos pozos, de los que se hancatalogado hasta 298, se sitúan auna altura de entre 600 y 1400metros sobre el nivel del mar y son

un testimonio de la muy diferentesituación climática de la zona conrespecto a la actual. ¡Quién sabe sila fama de los helados de Jijona esuna consecuencia de aquellaépoca!

El periodo comprendido entre elaño 1810 y 1819 fue el más frío dela pequeña edad de hielo. El año1816 es conocido como el año sinverano. De este periodo es laderrota rusa de Napoleón.

LA ÉPOCA ACTUALA partir del año 1840, la tendenciaen la temperatura sufre un nuevocambio. El planeta empieza acalentarse de nuevo. Es en estaépoca en la que justamente apare-cen los registros instrumentales.Este aumento de la temperatura noha sido uniforme, sino que se harealizado en diversas fases.

La primera empieza a partir delaño 1840 y dura hasta el año 1940,aproximadamente. Se calcula unincremento en estos años de entre0,4 y 0,6º C.

Entre el año 1940 y el año 1975,en cambio, la temperatura descen-dió ligeramente. Adviértase que eneste periodo la temperatura dismi-nuye ligeramente a escala planeta-ria, mientras que las emisiones deCO2 aumentan de manera incon-trolada.

Desde el año 1975 hasta la actuali-dad, el incremento de la tempera-tura ha sido muy acusado, de hasta0,3º C en el litoral mediterráneo.Este aumento es el que se vinculatradicionalmente con el popularcambio climático antropogénico.

¿Puede el ser humano modificar el clima del planeta de forma tan drásticacomo parece? ¿Son realmente los gases emitidos por la actividad antropogé-nica los responsables del cambio climático?

Sabido es por todo el mundoque, según parece, el climadel planeta ha cambiado, y

está cambiando, tendiendo haciaun calentamiento global. Losmedios de comunicación, gruposecologistas, científicos... haceaños que anuncian las causas dedicho aumento de temperaturas,así como sus consecuencias sobreel medio ambiente, la economíaglobal y local, así como sobre lasociedad en general.

Todos ellos atribuyen la responsa-bilidad de dicho cambio climático,sin dudarlo, a determinadas activi-dades antropogénicas; principal-mente, al masivo consumo decombustibles fósiles, y a la emi-sión a la atmósfera de gases comoel CO2 o el metano.

Pero ahora bien ¿puede el serhumano modificar el clima delplaneta de forma tan drástica comoparece? ¿Son realmente los gasesemitidos por la actividad antropo-génica los responsables de estecambio climático? Sea como sea,tanto si son nuestras actividadeslas responsables de este cambioclimático como si no lo son, hayuna cosa que querría transmitir allector antes de continuar. Es nece-sario e imprescindible para el sus-tento del mundo occidental el bus-car fuentes de energía renovables,

más sostenibles que las actuales,así como menos contaminantes.La economía y la técnica (no latecnología) no pueden sustentarseen el uso de los actuales combusti-bles fósiles. Así pues, indepen-dientemente de que el cambio cli-mático actual sea natural o antro-pogénico, es necesario buscarfuentes de energía más limpias,baratas y sostenibles.

Dicho esto, y antes de analizar lasituación actual, una mirada alpasado nos puede ayudar a enten-der el presente, y prevenir el futu-ro.

EL PEQUEÑO ÓPTIMOCLIMÁTICOEl clima de la Tierra nunca ha sidoestable. Sus cambios han sido latónica dominante desde siempreen nuestro planeta. En algunasépocas, sus variaciones han provo-cado glaciaciones, mientras que enotras (como los periodos intergla-ciares) han generado climas máscálidos.

Lo realmente curioso es que inclu-so en estos periodos interglaciares,el clima nunca ha permanecidoestable y la actividad antropogéni-ca no ha podido ser la responsable,especialmente cuanto más nosadentramos en el pasado. Si repa-samos de forma rápida la historia

de los últimos 3.000 años, nosdaremos cuenta de cómo el climaterrestre ha ido cambiando.

Así pues, hace unos 3.000 años, enun periodo denominado Subatlántico,la tónica climática fue la de unenfriamiento global. El mismollegó tras otra larga época de másde 3.000 años (o sea, iniciada haceunos 6.000 años) de calentamientoglobal, llamada periodo Atlántico,en el cual apareció el clima medi-terráneo, el desierto del Sáhara, elpopular anticiclón de las Azores y,según algunos autores, fue estaépoca cálida la responsable de laaparición de la cultura egipcia.

El enfriamiento de hace 3.000años provocó que los glaciaresalpinos se desarrollaran, siendomáxima su extensión entre losaños 900 y 350 a.C. A partir deesta fecha empezaron a retroceder,como consecuencia de un nuevoaumento de la temperatura, lo quepermitió a Aníbal, a finales delsiglo III a.C., atravesar los Alpescamino de Roma.

A partir del año 250 a.C. y hasta elsiglo XIII de nuestra era, el climaplanetario vuelve a hacerse máscálido. Las temperaturas aumen-tan, y entre los siglos VIII y XIIIse habla del pequeño óptimo cli-mático de la Edad Media.

CAMBIO CLIMÁTICO

EL CAMBIO CLIMÁTICO¿ORIGEN NATURAL O

ANTRÓPICO?

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regañadientes y seriamente que elSol es un factor en el cambio cli-mático. Han incluido la variabili-dad del Sol en los cálculos de sussimulaciones del calentamiento delos últimos cien años. Y el Solparece haber jugado un rol funda-mental en el desencadenamientode sequías y eventos de fríos.”

El juicio del IPCC sobre que elfactor solar es despreciable, sebasa en las observaciones de saté-lite disponibles desde 1979, quemuestran que la radiación total delSol, aunque no es constante, cam-bia solamente en un 0,1% duranteel curso del ciclo de once años delas manchas solares.

Este argumento, sinembargo, no tieneen cuenta que laactividad eruptivadel Sol (fulguracio-nes energéticas,eyecciones de masade la corona y pro-minencias eruptivas,así como tambiénlas más suaves con-tribuciones de losagujeros en la coro-na) afecta fuerte-mente al vientosolar, lo cual tienesobre el clima glo-bal un efecto muchomayor que la radia-ción total. El flujomagnético total queparte del Sol, arras-trado por el vientosolar, se ha incre-mentado por un factor de 2,3 desde1901, mientras quela temperatura global de la Tierrase ha incrementado 0,5° C. Por loque parece, el ozono situado en laestratosfera es el que absorbe esteexceso de energía, lo que causa un

calentamiento local y perturbacio-nes en la circulación.

Los modelos de circulación gene-ral desarrollados por Haigh(1966), Shindell et al., (1999), yBalachadran et al., (1999), confir-man que los cambios de circula-ción, inicialmente inducidos en laestratosfera, pueden penetrar en latroposfera e influenciar a la tempe-ratura, presión del aire, circulaciónde Hadley y a la ruta de las tor-mentas, al cambiar la distribuciónde grandes cantidades de energíaque ya estaban presentes en laatmósfera.

Las contribuciones más fuertes ala intensidad del viento solar son

las erupciones solares que creanlas mayores velocidades del vientosolar y ondas de choque, las cualescomprimen e intensifican los cam-pos magnéticos en el plasma del

viento solar. Parece ser que existeuna clara conexión entre las erup-ciones solares y una fuerte subidade la temperatura, así como con lascaídas en la presión atmosférica.

También existen pruebas convin-centes acerca de que la actividaderuptiva del Sol tiene un fuerteefecto en los trópicos. Parece sertambién que existe una fuertecorrelación entre las erupcionesque generan el viento solar, y lacirculación atmosférica y las lluvias.

Una mirada más atenta revela quecasi todos los mínimos deGleissberg desde el año 300 d.C.,como por ejemplo el que tuvolugar cerca del año 1670 (Mínimo

de Maunder), 1810 (Mínimo deDalton) y 1895, coinciden con cli-mas muy fríos en el hemisferionorte, mientras que los máximosde Gleissberg se asocian a climas

EL CAMBIO CLIMÁTICO: ¿ORIGEN NATURAL O ANTRÓPICO?

La línea delgada muestra la actividad solar, que por lo general se ha ido incrementando en el intervalode los últimos cien años, a pesar de que la longitud de los ciclos ha disminuido de una media de 11,5

años a menos de 10 años. En el mismo intervalo de tiempo, la temperatura media terrestre, tal como seindica en la línea gruesa, se ha incrementado 0,7 grados aproximadamente. Como se puede observar,las dos curvas, hasta en sus estructuras más finas, tienen una gran semejanza. (Friis-Christensen, E. y

K. Lassen, 1991)

Se estima que durante el siglo XXla temperatura ha aumentado, demedia, unos 0,5º C.

LA IMPORTANCIA DE LAACTIVIDAD SOLARSin embargo, ese calentamiento talvez no sea cierto. Según un análi-sis de la variabilidad en la activi-dad solar de los últimos dos milaños, nos espera a partir de ahoraun largo período de clima frío conun pico hacia el año 2030, lo quecontradice las especulaciones delPanel Intergubernamental sobre el Cambio Climático [IPCC,Intergovernmental Panel onClimate Change, establecido porlas Naciones Unidas y laOrganización MeteorológicaMundial (OMM)] acerca de uncalentamiento global inducido porel hombre de 5,8° C en los próxi-mos cien años.

Según investigaciones deLandscheidt1, se prevé ese año de2030 un mínimo en el ciclo de 80a 90 años, conocido como ‘ciclode Gleissberg’ de la actividadsolar, lo cual siempre ha coincidi-do con periodos de climas fríos enla Tierra, que están ligados demanera consistente con un ciclo de83 años en el cambio de la fuerzagiratoria que impulsa el movi-miento de rotación del Sol alrede-dor del centro de masas delSistema Solar.

Dado que el curso futuro de esteciclo, así como sus amplitudes,pueden ser computadas, Landscheidtha podido ver que el mínimo deGleissberg del año 2030 y otrosimilar alrededor del año 2200,serán del tipo del Mínimo deMaunder, aparecido entre 1645 y1715 aproximadamente —durantela pequeña edad de hielo—, y, portanto, irán acompañados por un

severo enfriamiento de la Tierra.Según Landscheidt, este pronósti-co puede ser acertado ya que otrospronósticos a largo plazo del fenó-meno climático, basados en elmovimiento orbital cíclico del Sol,han resultado ser correctos, comopor ejemplo la predicción de losúltimos tres eventos de El Niño,años antes de su ocurrencia.

Curiosamente, el IPCC no tiene encuenta la actividad solar como fac-tor determinante en el clima delplaneta, ya que se basan solamen-te en balances radiativos de losgases presentes en la atmósfera. Yano publican sus “proyecciones demejor estimación” del aumento detemperatura para el año 2100 cau-

sado por el aumento de la acumu-lación de los gases de invernaderoen la atmósfera, sino que publicanresultados para la prensa y paraespecular sobre un calentamientode hasta 5,8° C hasta el 2100.

En los editoriales de la revistaScience (2002), sin embargo, secomentaba el incremento en elnúmero de publicaciones queapuntan a la variada actividadsolar como un factor con un pesomuy fuerte en los procesos decambio climático: “A medida queen los registros del clima pasadoaparecen más y más contoneos quecoinciden con los aumentos y dis-minuciones del brillo del Sol, losinvestigadores están aceptando a

La oscilación irregular del Sol alrededor del centro de masas del sistema solar enuna perspectiva heliocéntrica. La masa del Sol está marcada por una circunferencia

gruesa. La posición del centro de masas relativa al centro del Sol (+) en los años respectivos, está marcada por círculos pequeños. Las fuertes variaciones en las

cantidades físicas que miden el movimiento orbital del Sol forman ciclos de diferenteslargos, pero de funciones similares en las relaciones Solares-terrestres.

(Th. Landscheidt)

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través de cálculos paso a paso enlos modelos de circulación, niahora ni tampoco en el futuro. Sinembargo existe la posibilidad deuna predicción condicional. Lacondición es que un factor especialdentro de la compleja relacióncausa-efecto sea tan fuerte que cla-ramente domine a todos los otrosfactores. Además, el comporta-miento de ese único y dominantefactor causal tendría que ser prede-cible con certeza, o a un alto gradode probabilidad.”

Una mirada a laliteratura muestraque estas condicio-nes no se cumplen.Más aún, existendificultades técni-cas y matemáticas.Peixoto y Oort(1992) comentanapropiadamente:“La integración deun modelo totalmente acopladoque incluya a la atmósfera, océa-no, tierras y criosfera con escalasde tiempo internos muy diferentesimponen dificultades casi insupe-rables para alcanzar la soluciónfinal, aún cuando todos los proce-sos fuesen completamente com-prendidos.”

De manera que no resulta sorpren-dente que los pronósticos válidosde MCG sean una especie rara.Las hipótesis del IPCC sobre elcalentamiento global requierenque la radiación de onda larga alespacio se reduzca a causa de laacumulación de gases de inverna-dero. En realidad, los satélites hanobservado una tendencia al incre-mento de la radiación de ondalarga en los trópicos durante lasúltimas dos décadas. Los MCGpredicen mayores aumentos detemperatura con el aumento de ladistancia desde el Ecuador, pero

las observaciones no muestran uncambio neto en las regiones pola-res durante las últimas cuatrodécadas. De acuerdo a los datosmás recientes, la Antártida se haenfriado de manera considerable(Doran et al., 2002) en vez dehaberse calentado.

De fundamental importancia es ladiscrepancia entre los pronósticosde los MCG y observaciones comola evaporación. Aun si las conside-

raciones teóri-cas del IPCCfuesen correc-tas, el CO2podría manejarsólo 0,88° C decalentamientopara dentro demás de un siglo.Esta pequeñacantidad decalentamiento,sin embargo,

aumentaría la evaporación en lasuperficie y elevaría la concentra-ción de vapor de agua, que es elmás poderoso gas de invernaderoen la atmósfera, de lejos.

De acuerdo a los modelos climáti-cos, esta realimentación positivacausaría un calentamiento muchomás grande que el provocado sólopor el CO2 y otros débiles gasesde invernadero. De manera que escrucial para las hipótesis de calen-tamiento del IPCC que la observa-ción muestre una disminución dela evaporación en el hemisferionorte durante los últimos cincuen-ta años, en lugar de su pronostica-do aumento (Roderick y Farquhar,2002). Hay muchos otros puntos,pero irían mucho más allá delmarco de este estudio.

CONCLUSIÓNNuestro planeta ha estado siempresometido a cambios climáticos a lo

largo de su historia. En la historiareciente de la humanidad ha habi-do multitud de alteraciones climá-ticas, sin que sea el factor determi-nante la emisión de gases de efec-to invernadero.

Los datos instrumentales pareceser que, en una primera aproxima-ción, muestran un claro aumentode la temperatura. No obstante,hay que tener en cuenta que lasseries climáticas más extensassuperan con dificultad los cienaños, una ridiculez desde el puntode vista climático. Y además,muchos de los instrumentos demedición, que en un principioestaban lejos de las ciudades, enlos últimos 50 años se han vistorodeados por el enorme crecimien-to de las urbes, captando en lamedición de la temperatura lo quese conoce como el efecto de la islade calor, un incremento más queconsiderable debido a la actividadhumana en las ciudades, creándoseun microclima.

El final de la pequeña edad dehielo coincide con el inicio de larevolución industrial y la emisiónmasiva de gases resultantes de lacombustión de combustibles fósi-les. Este segundo hecho es uno delos principales argumentos paraculpabilizar al aumento de las tem-peraturas globales. Pero una visiónmás detallada nos revelará queentre los años 1940 y 1975, cuan-do las emisiones de gases de efec-to invernadero eran muy elevadas,la temperatura planetaria disminu-yó ligeramente. De 1975 al 2004parece ser que han continuadosubiendo las temperaturas. Laspróximas décadas nos revelarán sila actividad solar juega el principalpapel en al clima global, y losgases antropogénicos un papelmodesto y secundario, de matizsimplemente.

EL CAMBIO CLIMÁTICO: ¿ORIGEN NATURAL O ANTRÓPICO?

Es crucial para las hipó-tesis de calentamiento

del IPCC que la observa-ción muestre una dismi-

nución de la evapora-ción en el hemisferionorte durante los últi-

mos cincuenta años, enlugar de su pronostica-

do aumento

cálidos, por ejemplohacia 1130 (ÓptimoClimático Medieval).

El grado de cambio delas temperaturas es pro-porcional con las ampli-tudes del ciclo deGleissberg. Durante elMínimo de Maunder laactividad solar fue míni-ma, y durante el ÓptimoClimático Medieval laactividad fue muy eleva-da, probablemente másque en las seis décadasde intensa actividad solarantes de 1996.

Consecuentemente, Friis-Christenseny Lassen (1995) demostraron que laconexión entre las temperaturasdel aire en superficie del hemisfe-rio norte y la variabilidad en laactividad solar se extiende comomínimo hasta el siglo XVI.

Dado que el próximo mínimo deGleissberg debe ocurrir hacia el2030, y los siguientes mínimosseculares se esperan para el 2122 yel 2201, esas podrían ser buenasfechas para épocas con un fríoespecial.

PRONÓSTICO DEMÍNIMOS DE GLEISS-BERG Y CLIMA FRÍOALREDEDOR DEL 2030Y EL 2200Una pregunta aún más difícil decontestar es si los futuros mínimosde Gleissberg serán del tipo regu-lar con actividad solar moderada-mente reducida como en 1895, odel tipo de muy baja actividadcomo el mínimo de Dalton hacia1810, o del tipo de gran mínimoque casi extinguió toda actividadsolar, como durante el nadir delmínimo de Maunder hacia 1670, el

mínimo de Spoerer hacia el 1490,el mínimo de Wolf hacia el 1320, yel mínimo de Norman hacia el1010 (Stuiver y Quay, 1981).

La figura adjunta ofrece una solu-ción heurística. Muestra a la seriede tiempo de extremos dT/dt sinsuavizado para el intervalo 1000 -2250. La consistente regularidadatrae nuestra atención. Se observaque cada vez que la amplitud de unextremo negativo pasa por debajode un umbral bajo, indicado por lalínea de rayas horizontal, estocoincide con un período de activi-dad solar excepcionalmente débil.

Se ha demostrado que existe unaestrecha relación entre los profun-dos Mínimos de Gleissberg y elclima frío. De manera que la pro-babilidad es muy elevada de quelos Mínimos de Gleissberg de2030 y 2201 vayan acompañadosde períodos de clima frío compara-bles al nadir de la Pequeña Edadde Hielo. En cuanto al mínimo del2030, hay indicaciones adicionalesde que se espera un enfriamientoglobal en vez de un calentamientoglobal. La Oscilación Decadal delPacífico (ODP) mostrará valoresnegativos hasta quizás el 2016

(Landscheidt, 2001) ylos episodios de LaNiña serán más fre-cuentes y fuertes quelos de El Niño hasta el2018 (Landscheidt,2000).

Según Landscheidt, nose espera que los efec-tos de los gases deinvernaderos antropo-génicos eliminen la pre-dominancia del Sol. Siesos efectos fuesen tanfuertes como predice elIPCC, los diversos pro-nósticos realizados por

Landscheidt, basados exclusiva-mente en la actividad solar, nohabrían tenido ninguna probabili-dad de tener resultado correctos.

Los resultados del IPCC, lejos delas predicciones que se practicanen otros campos de la ciencia, seapoyan casi exclusivamente en losmodelos de circulación general(MCG), que están basados en elmismo tipo de ecuaciones diferen-ciales no lineales que llevó aLorenz a reconocer en 1961 quelas predicciones del tiempo a largoplazo son imposibles por la extre-mada sensibilidad de la atmósferaa las condiciones iniciales. No esconcebible que el “Efecto Mariposa”deba desaparecer cuando el rangode la predicción de unos pocosdías es extendida a décadas ysiglos.

Algunos climatólogos concedenque hay un problema. Schönwiesehace notar: “Consecuentemente,deberíamos llegar a la conclusiónde que el cambio climático nopuede ser predicho (por los MCG).Es correcto que los variados ycomplejos procesos en la atmósfe-ra no pueden ser predichos másallá del límite teórico de un mes a

Serie de tiempo de extremos dT/dt, sin suavizado, para el intervalode años que van desde el 1000 al 2250. (Cortesía del autor)

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EL CAMBIO CLIMÁTICO: ¿ORIGEN NATURAL O ANTRÓPICO?

HUMOR, por Ernesto J. Carmena

Jordi Mazón Bueso

La difusión por parte de algunosmedios de comunicación de unseguro cambio climático antropo-génico no muestra sino una infor-mación sesgada, sensacionalista.Con todo, repetimos lo que decía-mos al inicio, hace falta buscarrecursos energéticos limpios, sos-tenibles y dejar de depender de loscombustibles fósiles.

NOTA1. ¿Pequeña edad de hielo en vezde calentamiento global? deTheodor Landscheidt, SchroeterInstitute for Research in Cycles ofSolar Activity, en http://mitosyfraudes.8k.com/Calen/LandsEspa.htm

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El poderoso supertifón Bilis golpeó Taiwan con sus vientos de 260 km/h el 22 deagosto del 2000. (NASA)

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contestar, pero debemos recordarque en la ciencia cada respuestanos conduce a una nueva pregunta,o mejor todavía, que la realidadtiene todas las respuestas y sóloespera que hagamos las preguntasadecuadas, ya sea por juego o porsupervivencia.

En general las explicaciones dellibro son breves, sencillas, cotidia-nas, y nos ayudarán a conocermejor nuestro mundo. Por supues-to, el profesor Wolke no es infali-ble y puede ser que alguna de susrespuestas no acabe de convencer-nos, como es más probable queocurra cuando la cuestión es físicaantes que química.

Pese a la aparentemente cuidada ysupervisada traducción, podemos,por ejemplo, encontrar algunasafirmaciones extrañas en cuanto ala aceleración, o la adopción dealgunas unidades confusas y unpar de errores sólo achacables alautor: por un lado, insiste enhablar de la ficticia fuerza centrí-fuga, calificando a la real fuerzacentrípeta de innecesaria y confu-sa; en otra ocasión, afirma que lateoría de Einstein es cierta, granpecado para un científico escrupu-loso.

Pecado del que inmediatamente leabsolvemos en agradecimiento alas fascinantes horas de enriquece-dor entretenimiento que puedebrindar a los lectores de casi cual-quier nivel educativo. Un granlibro, que incluso nos ofrece laposibilidad de enviar esas pregun-tas tan triviales que nunca supimosresponder a la dirección electróni-ca del autor, [email protected], yser protagonistas de futuras ediciones.

Juan Carlos Aguado

LA TABLA RASA. LA NEGACIÓN MODERNA DE LANATURALEZA HUMANA

Steven PinkerTraducción Roc Filella Escolà Ediciones Paidós, 2004

La concepción que podamos tenerde la naturaleza humana afecta atodos los aspectos de nuestra vida,desde la forma en que educamos anuestros hijos hasta las ideas polí-ticas que defendemos. Sin embar-go, en un momento en que la cien-cia está avanzando espectacular-mente en estos temas, muchas per-sonas se muestran hostiles al res-pecto. Temen que los descubri-mientos sobre los patrones innatosdel pensar y el sentir se puedanemplear para justificar la desigual-dad, subvertir el orden social, anu-lar la responsabilidad personal yconfundir el sentido y el propósitode la vida.

Según palabras de RichardDawkins: “Si criaturas superioresdel espacio exterior visitaran laTierra, la primera pregunta queharían, en orden a evaluar el nivelde nuestra civilización, sería:

¿Han descubierto ya la evolu-ción?”. Parece obvio que la res-puesta sería: “Sí, por supuesto,hace tiempo”. Al menos eso pensa-ríamos la mayoría de personas quehemos tenido una formación cien-tífica.... ¿todos? Steven Pinker, cate-drático de psicología y director delCentro para la NeurocienciaCognitiva en el Instituto Tecnológicode Massachussets, nos aporta algúndato estadístico en su libro: el 76%de los estadounidenses cree en laversión bíblica de la creación.¿Significa esto que este 76% no harecibido formación científica enabsoluto? Aunque cueste creerlo,hay escuelas norteamericanas quedan el calificativo de teoría no pro-bada al evolucionismo y afirmanque hay que enseñar en el mismonivel de credibilidad el creacionis-mo.

Podemos pensar que este encona-miento ideológico es únicamentefruto del fanatismo religioso, perono es cierto. Lo que aporta estelibro es un profundo debate, unagran puesta en escena de cómo sepuede utilizar la ciencia para san-cionar una serie de propuestas ide-ológicas.

Este libro es una defensa a ultran-za de la sociobiología, cierto, pero,además y sobre todo, de que laciencia debe tener como objetivoexplicar el mundo como es, y nointentar adaptar nuestros conoci-mientos científicos a nuestra ideo-logía política.

En sus páginas el debate bioéticocobra una gran fuerza y demuestraque filosofía, ética, política y cien-cia no son en absoluto territoriosaislados los unos de los otros.

Si alguien tiene curiosidad ensaber cómo la sociobiología seconvirtió en enemiga tanto para

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E L S I L L Ó N E S C É P T I C OLO QUE EINSTEIN NOSABÍARobert L. WolkeEditorial Ma Non TroppoRobinbook. Barcelona, 2002

La editorial Robinbook, más queninguna otra, debería ser capaz desuscitar oleadas de amor y odio enel seno de nuestra comunidadescéptica. Afortunadamente, másdel primer sentimiento que delsegundo. La peculiar razón es quenació en 1990 para publicar libros“de salud natural, medicinas com-plementarias, psicología práctica,autoayuda y espiritualidad”. Elnegocio fue bien y en 1997 fundóun segundo sello, Víctor, funda-mentalmente para dedicarlo aguías prácticas. De nuevo huboprosperidad y la editorial cayóhasta lo más bajo según nuestraopinión, creando en 1999 el selloHermética para “temas relaciona-dos con el esoterismo y el ocultis-mo, así como con los misterios yenigmas de la historia vinculadoscon lo esotérico”.

Pero tras tocar fondo sólo se puedeir hacia arriba, y en el año 2000apareció el sello Ma Non Troppo,

con cuatro colecciones, la primerade las cuales consiste en unos deli-ciosos libros de divulgación cientí-fica, como el que intentaré comen-tar más abajo. Las otras tres colec-ciones se centran en la música, enla literatura actual y en edicionesde calidad sobre temas “política-mente incorrectos”. Como diríaQuevedo, todos los temas delmundo y muchísimos otros más,pero hemos de reconocer quecomo mínimo la tendencia actualde esta editorial es esperanzadora.

El libro que nos ocupa hoy, Lo queEinstein no sabía, obra de RobertL. Wolke, profesor emérito deQuímica de la Universidad dePittsburg, constituyó un éxito tanmultitudinario como puede caberen el reducido mundo de la divul-gación científica, razón por la cualse pueden encontrar ya dos secue-las en España. Es curioso que sustítulos, tras el renombre del prime-ro, hayan adquirido una bienveni-da humildad en su referencia alcientífico icono del siglo XX, yahora se lea Lo que Einstein contóa su barbero, y Lo que Einsteincontó a su cocinero.

El primero de la serie contienetodo tipo de curiosidades, sin queasignemos ningún color despecti-vo a este término. Sin duda, pode-mos discutir si la paciencia o laexperiencia son la madre de laciencia, pero la curiosidad tienetodos los números para ser elpadre. Lo cierto es que podemosaprender hechos aparentementetriviales como que las langostastienen sangre azul, o que una mez-cla de alcohol y agua ocupa menosvolumen que la suma de ambospor separado, o que podemos obte-ner increíbles colores arrojando alfuego pizcas de ciertas salescomunes en nuestra casa. Pero esuna empresa sin esperanza colocar

la frontera entre lo útil y lo inútil,de modo que nos encontraremoscon multitud de consejos paracomprar los mejores alimentos,impedir que nos engañen timado-res de todo pelaje (desde pescade-ros a brujos) y comprender contotal claridad cómo se comporta-rán los objetos cálidos y los fríos.

El (suponemos que anciano) pro-fesor Wolke insiste en que paracomprender sus explicaciones sólonecesitamos aceptar que existenunas partículas ligeras llamadaselectrones, todas iguales, que seencuentran alrededor de un centrocon cierto peso llamado núcleo.Diferentes núcleos y un diferentenúmero de electrones dan lugar adiferentes elementos químicos quese agrupan en unas unidades ele-mentales llamadas moléculas. Latemperatura es simplemente elmovimiento de esas moléculas.Eso es todo.

Con ligereza y buen humor, elautor nos lleva de lo trivial (dife-rencias entre las proletarias burbu-jas de cerveza y las del aristocráti-co champagne, por ejemplo) hastalo trascendente (¿se puede o no sepuede recomponer una cerilla que-mada?). Tras leer el libro, que nosinforma de cómo se hacen las sar-tenes antiadherentes, de la vida ymuerte de los peces, de las fractu-ras en los parabrisas del coche, lossecretos íntimos de los cubitos dehielo, la pérdida de sabor de laCoca-Cola estadounidense des-pués de 1980, las (evidentes paranosotros) ventajas del sistemamétrico decimal, el comporta-miento de un objeto que cae desdeun piso alto, o el destino contrariode un globo de helio que asciendehasta perderse de vista… nospuede parecer por un momentoque apenas quedan preguntas por

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larizó en El último recurso (Ed.Dossat, 1996) tesis similares quehablan de progreso en vez de ame-nazas.

Lo cierto es que Lomborg no es unexperto en el tema, aunque lapublicación del libro le ha llevadoa la dirección de un Instituto deAsesoría Ambiental muy impor-tante en su país. Los datos sobredeforestación, extinciones, estadode los océanos y crecimiento de lapoblación humana se adecuan mása las visiones claramente pesimis-tas que mantienen las publicacio-nes científicas que al optimismode las grandes empresas y de loseconomistas de la globalización.El daño que las opiniones eco-escépticas pueden tener a la horade tomar decisiones y regulacionesa tiempo es importante: no olvide-mos que aún se está lejos de obte-ner un consenso sobre protocolosaprobados hace varios años comoel de Kyoto, y este tipo de publica-ciones no hace sino echar más leñaal fuego.

En revistas de comunicación cien-tífica como Scientific American(publicada en España comoInvestigación y Ciencia) expertosambientales de primer ordenexpresaron sus críticas a Lomborg,quien a su vez criticó a sus críti-cos, disparando una larga polémi-ca que finalmente llegó al Comitéde Fraudes Científicos de laAgencia Danesa de la Ciencia, apartir de varias denuncias de cien-tíficos daneses. El pasado 7 deenero, tras revisar las razones deunos y otros, el comité concluía:“hablando objetivamente, conside-ramos que la publicación del tra-bajo en consideración cae dentrodel concepto de fraude científico”.Considerando el trabajo deLomborg contrario a los estánda-

res de la buena práctica científica,sin embargo, no pensaban que ellofuera muestra de negligencia porparte de Lomborg.

La resolución ha generado unanueva polémica en Dinamarca, enla que se mezclan ya directamentelas adscripciones políticas:Lomborg y sus defensores, aliadoscon los conservadores, consideranque ha sido la izquierda la que hainstigado este ataque contra quienpone en duda sus postulados.

Sin embargo, y aunque sea difícilmantener el debate fuera de lasopiniones políticas, lo cierto esque si los datos utilizados estánsesgados, si se mezclan los con-ceptos o se realizan ataques perso-nales, uno debería sospechar, sermuy escéptico, de este nuevo eco-escepticismo.

MANIPULACIONES PSEU-DOECOLOGISTAS¿Hay realmente un debate científi-co en torno al estado de nuestroplaneta? La respuesta es: rotunda-mente sí. Siempre lo ha habido, yen ciencia es además necesarioque las diferentes opiniones ymodelos se sustenten utilizandodatos adecuados, comprobables yrepetibles por cualquier investiga-dor. De hecho, a menudo se haacusado a los científicos (comoclase) de ser muy lentos dandoexplicaciones a los problemas quealcanzan dimensión de alarmasocial. En los últimos años, dentrodel debate ambiental, la ciencia haido estableciendo claramente queexiste un cambio climático rela-cionado con las actividades huma-nas —especialmente la emisión degases que propician el “efectoinvernadero”—. Los modelos queestablecen cómo se desarrollará,cómo afectarán las medidas

correctoras propuestas, qué habríaque hacer, son aún motivo de aná-lisis: lo cierto es que no sabemosexactamente, ni podemos predecira medio plazo siquiera, cómo evo-luciona un sistema complejo comoel clima de nuestro planeta. Pero elconsenso, conseguido no tanto porposicionamientos ideológicos sinopor acumulación de evidencias, esel que en las diferentes cumbresclimáticas se ha ido mostrando:hay que actuar, cuanto antes, yfavorecer el cumplimiento de losprotocolos de Kyoto, no como lapanacea, sino como una primeramedida mientras se consigue ade-cuar el deseable desarrollo de losdiferentes países a la sostenibili-dad.

Es cierto, sin embargo, siendocomo es una actividad humana, ymás por tener la importante inci-dencia socioeconómica que tienenestos temas, la ecología ha sufrido,y sufrirá, el abuso de sectores queintentan manipularla desde las ide-ologías. Posiblemente el más flacofavor se lo han hecho, precisamen-te, quienes más dicen defender unecologismo pero que utilizan lamanipulación o la falsedad en suscampañas. Recordemos cómohace un par de meses un grupoecologista español lanzó a losmedios de comunicación una falsanoticia, presuntamente publicadaen una revista científica interna-cional de primer orden, sobremutaciones de peces en el Ebro,cerca de una central nuclear. Laconfusión creada, las excusas pos-teriores bastante confusas, pusie-ron de manifiesto la escasa credi-bilidad de quienes deberían tenerlapor encima de todo.

Javier Armentia(Publicado en “Territorios, Ciencia-Futuro”,El Correo, miércoles 5 de febrero de 2003)

Stephen Jay Gould (reconocidocientífico evolucionista y grandivulgador científico, muerto haceya dos años) y los neoconservado-res estadounidenses debe leer sinfalta este libro.

Y para concluir, un párrafo quenos aporta el autor, procedente deun conocido neoconservador nor-teamericano: “Hay distintas clasesde verdad para los diferentes tiposde personas. Hay verdades apro-piadas para los niños; verdadesque son adecuadas para los estu-diantes; verdades apropiadas parapersonas mayores y con estudios;y verdades que son apropiadaspara mayores muy bien formados,y la idea de que debería haber unconjunto de verdades al alcance detodos es una falacia democrática.No funciona”. ¿La verdad nos harálibres?

Eduardo Culla Segura

EL ECOLOGISTAESCÉPTICO Bjorn Lomborg Editorial Espasa Calpe.Barcelona, 2003

¿ESCEPTICISMO O GUERRAAMBIENTAL?A finales de 2001 se publicaba unlibro titulado The Skeptical

Environmentalist (El EcologistaEscéptico, ahora traducido al espa-ñol), escrito por un danés, profesorde estadística, llamado BjørnLomborg. La tesis de Lomborg esque la información que se ha veni-do presentando en los últimos añossobre la existencia de un cambioclimático originado por la acciónhumana, que tendría en el futuroconsecuencias devastadoras si nose toman medidas inmediatas, esincorrecta. Con ello, políticascomo las que se derivan del proto-colo de Kyoto son gastos innece-sarios: sería mejor invertir esedinero en el desarrollo de los paí-ses del tercer mundo, porque dehecho la situación mundial estárealmente mejorando. ParaLomborg, las asociaciones ecolo-gistas, muchos científicos y losmedios de comunicación han con-seguido crear un fantasma querealmente no existe. Así, ni losbosques están desapareciendo, nilas especies se extinguen como sedice, y si hay un cambio climático,no merece la pena atacarlo, porqueservirá para mejorar las condicio-nes de vida de mucha gente en elmundo.

El libro, cuya lectura resulta apa-bullante, con profusión de datos,citas y notas a pie de página, tieneademás un lenguaje fluido y suge-rente: cuando uno lee las argumen-taciones de Lomborg se ve casiobligado a creer que ciertamente,nos están engañando por completocon esa —como él la denomina—“letanía” de los ecologistas: que laTierra está enferma, cada vez máscontaminación, especies y bosquesdesapareciendo a un ritmo cadavez más acelerado, y el calenta-miento que ya está produciendodaños globales, como la desapari-ción del coral o el futuro deshielode los polos...

En Dinamarca, el libro fue unéxito nada más publicarse, y laversión inglesa —publicada en2002— arrasó en las librerías enGran Bretaña y en los EstadosUnidos. Rápidamente, los mediosde comunicación recogieron elescepticismo de Lomborg, espe-cialmente la prensa económica ytambién especialmente los mediosestadounidenses. Al fin y al cabo,la política de los EEUU contraria asuscribir el protocolo de Kyotorecibía un espaldarazo con estastesis, y por otro lado, el mundoeconómico siempre ha visto quefrente a sus planes de expansióndentro de la globalización siemprehan sido los grupos de defensaambiental los que más daño hanhecho a su imagen pública.

Sin embargo, la comunidad cientí-fica no se entusiasmó. Desde elprincipio, las críticas pusieron demanifiesto que la selección dedatos y de citas de Lomborg eramuy sesgada. De los posibles indi-cadores estadísticos, sólo elegíaaquellos que eran favorables a sutesis. Los expertos en investiga-ción ambiental y ecólogos llevanmucho tiempo intentando estable-cer qué variables son las adecua-das para indicar el estado de nues-tro planeta. A lo largo de variosdecenios, instituciones como elWorldWatch Institute plasmanestos indicadores a modo de “ter-mómetro” global. En las revistascientíficas, que cuentan con siste-mas de arbitraje y revisión, lasinvestigaciones no apoyan enabsoluto las tesis optimistas deLomborg. Por otro lado, hay quereconocer que el danés tampoco esel primer eco-escéptico, debiendomucho su posición a otros queantes lo intentaron, de los cuales elmás famoso fue Julian Simon, eco-nomista estadounidense que popu-

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conocer qué es la teoría de la evo-lución y cuáles son las corrientesactuales que explican los mecanis-mos por los que se produce la evo-lución de las especies. En este sen-tido, al contrario de los creacionis-tas, ningún científico serio dudaya del hecho de la evolución de lasespecies, si bien se continúan dis-cutiendo detalles del proceso evo-lutivo.

A pesar de todo, las teorías pseu-docientíficas siguen teniendomuchos adeptos, y cuando algunode éstos alcanza el poder, las con-secuencias para la educación sue-len ser desastrosas. Así, hacepoco, vimos la intención delgobierno de Berlusconi, en Italia,de eliminar la enseñanza de la evo-lución en las escuelas italianas,ahora debemos hacernos eco delllamamiento de científicos brasile-ños contra la intención del gobier-no de su país de imponer la ense-ñanza del creacionismo en lasescuelas.

J. Vicente Prieto González

BUENOS DÍAS,SÓCRATES (REFLEXIO-NES DE UN FILÓSOFOSIN ESTUDIOS)Juan Carlos OrtegaEditorial Aguilar. SantillanaEdiciones Generales. Madrid, 2004El autor de este libro es un perso-naje peculiar. Juan Carlos Ortegaes un conocido humorista radiofó-nico, que también colabora habi-tualmente en televisión en el pro-grama Crónicas Marcianas. A élse debe que entre el mes de sep-tiembre de 2003 y julio de 2004haya habido un espacio escépticoen el programa magazine de PepaFernández del sábado por la maña-na de Radio Nacional de España.

Y además, es un escéptico de pro(en un medio poco dado a ello)que cuando tiene tiempo, trata deponer por escrito sus reflexionesacerca del mundo de lo cotidianoque nos rodea, tratándolo de rela-cionar con alguna frase de algúnpersonaje encumbrado por su sabi-duría.

Y es precisamente de ello de loque trata Ortega en este libro, conun sano y divertido espíritu escép-tico, con el que echa por tierraalgunos de los principales tópicosque todos escuchamos a diario,tanto en boca de nuestros amigoscomo en los diferentes medios decomunicación más o menos serios,relacionándolos, de alguna maneracon la obra o ideas de algún pensa-dor ilustre (como Einstein o SanAgustín) o de algún otro humoris-ta (como Woody Allen).

Tras leerlo, gana fuerza en nues-tras mentes la idea de que vivimosen un Universo de frases sin senti-do real, que vemos que suelenganar autoridad en la medida enque las mismas se repiten hasta lasaciedad. Pero no sólo eso,

muchas de nuestras costumbres,que creemos modernas o rupturis-tas, podemos observar cómo fre-cuentemente no son fruto de lainnovación sino del vacío intelec-tual más profundo.

Fuertemente basado en ese rarosentido llamado, curiosamente,común (pese a no serlo en absolu-to) y sin ser un sesudo libro deaspiración científica ni académica(el autor recalca su condición de“sin estudios” en el subtítulo),podemos ver en sus páginas cómose denuncia, tratando de utilizar elel humor y, cuando se puede, elmétodo científico, todos losembustes y tópicos que suelendecirse en la vida cotidiana y enlos medios de comunicación.

Los textos incluidos en el volu-men, estructurados en diferentesapartados, que parecen una reu-nión de artículos diversos (algunode ellos publicado en esta revista),se sirven de los grandes geniosadmirados por el autor para despe-dazar los tópicos y frases hechasque utilizamos para describir elmundo sin pensar demasiado.

Como afirma Juan Carlos Ortega:"La decepción no surge cuandoconstatamos que el mundo es dis-tinto al que siempre hemos imagi-nado. La verdadera decepciónsería descubrir que la realidad estal como nos la han explicado. Y,afortunadamente, las cosas siem-pre son de otra manera”.

Títulos de algunos capítulos, quedan cuenta del tono en general,son “Galileo y los mensajes almóvil”, “Newton y la gente sim-pática”, “Carl Sagan y el pene”,“Aristarco de Samos y las miradasinocentes”, “Einstein y el teledia-rio”...

Alfonso López Borgoñoz

DESARROLLOHISTÓRICO DE LASIDEAS Y TEORIAS EVOLUCIONISTASAlberto A. MakinistianColección El AlephEditorial Prensas Universitariasde Zaragoza. Zaragoza, 2004

Con este título, la editorial PrensasUniversitarias de Zaragoza, dentrode la colección El Aleph, publicaun interesantísimo libro cuyo autores el antropólogo argentinoAlberto A. Makinistian, que vienecomo anillo al dedo para aportaralgo de luz en el sombrío panora-ma que se le presenta a los profe-sores de ciencias naturales enmuchos lugares del mundo. Ya sonmuchas las veces que hemosdenunciado el avance del creacio-nismo en países como EE UU,Brasil, Italia, etc.

El profesor Eustoquio Molina, delDepartamento de Ciencias de laTierra de la Universidad deZaragoza, afirma en el prólogo queel autor, con buen criterio, ha evi-tado el análisis de las implicacio-nes pseudocientíficas del mal lla-mado creacionismo “científico”:

“Lamentablemente, en los últimosveinte años se han reactivado lasmás diversas corrientes fundamen-talistas y pseudocientíficas, entrelas cuales destaca el autodenomi-nado creacionismo científicoexpresión contradictoria y absurdaque confunde creencia con cienciay cuyos defensores pretenden,irracionalmente, que la interpreta-ción literal del Génesis tenga vali-dez científica en lugar de conside-rar a la Biblia como alegórica ysimbólica.”

El gran acierto del profesorMakinistian es haber logrado sin-tetizar en menos de 300 páginaslos episodios más importantes dela historia de las teorías evolucio-nistas, desde el siglo VI a.C. hastala actualidad y hacerlo además deuna manera amena y rigurosa.Desde los filósofos de Miletohasta las modernas teorías evoluti-vas (puntuacionismo, sintetismo,neutralismo, sociobiología) elautor nos va presentando las dis-tintas ideas y teorías que conduje-ron a lo que hoy conocemos como“Teoría de la evolución”, enmar-cándolas en el momento históricoen que fueron formuladas y anali-zando las consecuencias que aca-rrearon a su autor y el impacto quetuvieron en la sociedad de suépoca: ”Pero como los adelantosde la ciencia no se producen en elvacío, sino en relación con laatmósfera intelectual de la época,es natural que la aceptación o elrechazo de las ideas, dependa, engran medida del momento históri-co en que fueron formuladas”

Los grandes nombres comoDarwin, Lamarck, Cuvier, Lyell,etc. se mezclan con los de unamultitud de autores que no hanlogrado tanto reconocimiento yfama, pero que también han pues-to su granito de arena y, en muchos

casos, han sido injustamente eclip-sados. El ejemplo más notorio esel de Wallace, que había descu-bierto por su cuenta la selecciónnatural y escribió a Darwin en1858 para pedirle opinión sobre sudescubrimiento. Con una honesti-dad fuera de lo común, y tras verlos trabajos que presentó Darwinel 1 de julio de ese año en la RoyalSociety londinense, Wallace noreclamó nunca su prioridad y nodejó de alabar el extraordinariotrabajo de Darwin.

En el polo opuesto tenemos el casode Lysenko y su “DarwinismoMichurinista”, que intentó que lanaturaleza se adecuará a la políticadel Partido Comunista Soviético:“Es evidente, entonces, que paraLysenko y sus partidarios lo verda-deramente importante era que lateoría concordase con los esque-mas ideológicos del partido.”Como sus teorías no se veíanrefrendadas por los experimentos,hizo lo que cualquier pseudocien-tífico que se precie haría, falsificarlos datos. El disfrutar del favor deun dictador como Stalin le permi-tió amenazar a los directores de las“granjas modelo” que utilizabansus delirantes métodos agrícolaspara que falsificaran sus resultadosy condenó al ostracismo (en elmejor de los casos) a los científi-cos que se oponían a sus teorías.En otros casos, incluso empleómétodos más contundentes comodeportarlos.

Aunque el autor manifiesta que esun libro especialmente dirigido aestudiantes y docentes, la claridadcon que se explican las diferentesteorías y lo amena que resulta sulectura, me permiten recomendár-selo a todos los lectores interesa-dos en la historia de la ciencia. Yespecialmente a aquellos que deseen

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tas nos presenta a un típico insec-toide de grandes ojos negros, sinnariz ni boca, del tamaño de unniño pequeño y vestido con untraje enterizo en el que ni siquierafalta el detalle de un emblemasobre el pecho. Quizá la únicadiferencia sustancial sea que pre-senta un par de antenas, quizácomo una alegoría a su lenguajetelepático, aunque tampoco faltancasos de abducción por parte dealienígenas provistos de antenas,como el del policía americanoSchirmer allá por 1968.

Siguiendo con dibujos infantiles,podríamos considerar que elsiguiente sello emitido porFinlandia el año 2000 deberíaverse como otra alegoría, en estecaso de una abducción, donde lavíctima se ve alzada en el aire yatraída por una fuerte campo elec-tromagnético (representado por elimán) hacia un típico alienígenaverdoso.

Algo más antiguo, de la Navidadde 1990, es el sello de Chile, ilus-trado por un dibujo de la niña de 7años Carla Levill, donde podemosver la imagen de un típico platillovolante con cúpula.

Es de todos conocido que loshumoristas gráficos tambiénemplean a menudo la iconografíaalienígena, pero que sepamos estesello de la república ex-soviéticade Kirgizistán es el primero enrecoger uno de tales ejemplos.Dentro de una hojita bloque denueve valores dedicados a chistessobre las elecciones norteamerica-nas del año 2000, que ganó GeorgeBush tras múltiples recuentos,podemos ver uno donde el tópicomarcianito verde exige a su inter-locutor que lo conduzca ante sulíder. Tres horas después, se mues-tra totalmente arrepentido de talorden, mientras el terráqueo leexplica las dificultades del recuento.

En la misma línea, terminaremoseste primer comentario hablandode las tarjetas telefónicas, que sehan convertido (especialmente enJapón y Estados Unidos) en unverdadero escaparate de iconogra-fía ufológica. Sin embargo, he pre-

ferido mostrar ejemplos más cer-canos como Italia y Francia.

En Estados Unidos se ha emitidoincluso toda una serie de tarjetasreproduciendo algunas de las foto-grafías ovni menos conocidas,procedentes de todos los rinconesdel mundo, incluyendo España.Nuestro país está representado poruna tomada en 1978 (aunque exis-ten dudas sobre la fecha) enBarcelona por la Sra. MontserratBatllori, ama de casa, mientrasobservaba una bella puesta de soldesde su ventana. Decidió tomaralgunas fotos y en una de ellasaparecen esos tres objetos volado-res dorados flotando sobre los edi-ficios que ella no vio, lo que pare-ce apuntar a algún reflejo o fallode revelado.

No merece la pena reproducir yanalizar cada una de las imágenesreproducidas en las tarjetas, peropermítanme comentar un par deellas, pertenecientes a una serie (acontinuación la presento comple-ta) que allá por mi juventud estuvoa punto de convencerme de que losovnis eran verdaderas naves extra-terrestres. Fue tomada en 1963 y J.J. Benítez en Los visitantes (1982)las describe como “una de lassecuencias fotográficas más her-

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82 ERÍDANOLuis Ruiz de GopeguiColección Transversal. EquipoSirius. Madrid, 2003

LA DANZA DEL TIGRE Björn Kurten Edición y prólogo a cargo deJuan Luis ArsuagaEdiciones Plot. Madrid, 2001

No solemos tratar en esta secciónlibros de ficción científica.Bastante tenemos (por regla gene-ral) con los otros, los que son deficción paracientífica. Sin embar-go, en esta ocasión haremos unacorta (por razón del pequeño espa-cio que tenemos, que no por elinterés de las obras reseñadas)excepción con estos dos volúme-nes, que llegan de la mano de dosautores con una larga trayectoriaen el mundo de la ciencia comoson el físico e ingeniero Luis Ruizde Gopegui y el paleontólogo, yafallecido, Björn Kurten.

Novelas en apariencia —cuya cali-dad como tales no juzgamos—, enrealidad se esconde tras ellas, dealguna manera, dos ensayos (comosólo al final descubre el lector)cómodos y fáciles de leer, sobre elestado de nuestros conocimientosen dos materias tan diferentescomo pueden ser, en el caso delprimer libro, la vida extraterrestrey las posibilidades de contactohumano con ella (escrito por unescéptico radical en este campocomo es Ruiz de Gopegui) y, en elcaso del segundo libro, el encuen-tro en el norte de Europa de pobla-ciones de neanderthales y de cro-mañones hace unos cuarenta milaños. Como se ve, ambas tratan delas dificultades de la comunica-ción, una entre especies de homo yla otra entre entidades biológicasde planetas diferentes.

En los dos libros hay una estructu-ra general de novela, que al final(mejor dicho, tras el final) esexplicada por el propio autor, rela-cionándola con lo que se sabe quepasó o se puede llegar a pensar quepodría pasar (sin perder de vista laracionalidad) en el supuesto deambos casos. Incluso se justificanlas ideas meramente novelescasindicando que lo son. Se trata dedivulgar, de una nueva manera,muy amena, que facilita la intro-ducción del lector en ciertas temá-ticas.

Ambos textos son muy recomen-dables, siendo de agradecer elesfuerzo hecho por las dos edito-riales, pequeñas, en poner a dispo-sición del público estas dos obras,que permiten al lector, casi, discu-tir con el autor los planteamientosde la obra, al conocer el por quécientífico de muchas de sus deci-siones argumentales.

Alfonso López Borgoñoz

La nueva edición del PHILCAT(catálogo de sellos, tarjetas telefó-nicas y monedas de contenido ufo-lógico) elaborado por el estudiosoitaliano Giancarlo d’Alessandroincluye abundantes novedades,algunas de las cuales comentare-mos a continuación. En esta oca-sión, el autor ha añadido al mismouna bibliografía ufofilatélicadonde aparece en lugar destacadola primera serie de artículos quetuve el honor de publicar aquí apartir del número diez. Pero bastade autorreferenciarse, pasemos ala filatelia.

En 1992, Linda Kerth yRichard F. Haines1 analiza-ron los dibujos que 347

niños suizos realizaron sobre lasimbología ovni y humanoide. Enla prueba se había separado a losniños en dos grupos: los que habí-an sido testigos del fenómeno y losque no. Resultó que las representa-ciones de los objetos volantes ima-ginarios eran mucho más elabora-das que las descripciones típicasde los ovnis denunciadas por lostestigos. De ello, los autores con-cluyeron que hay una gran diferen-cia entre el contenido imaginariode los ovnis representados en lamuestra y los informes reales.Además, se señala explícitamenteque los seres dibujados (por logeneral según el estereotipo del“pequeño hombrecillo verde”) nose corresponden con los Grises dela casuística ovni reciente. Dejandoa un lado las merecidas críticasque recibió tal trabajo, si hemos dejuzgar por los resultados de unconcurso de diseño gráfico realiza-do en 2000 y que sirvió para ilus-trar una serie de cuatro valoresemitidos por el servicio de correossuizo, la situación ya se ha “nor-malizado”: una de las cuatro viñe-

LA UFOLOGÍA Y EL COLECCIONISMO DE SELLOS: 1ª ADDENDA

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i. Que “Cualquier Dios que juegue un papel importante en eluniverso debería producir efectos observables” no es una propo-sición biológica, supongo, pues no trata de organismos biológi-cos, sino de Dios. Así que debe de tratarse de una proposiciónteológica (al menos, de teología filosófica). Que “eso caería enel dominio de la ciencia” tampoco es una proposición científica(de “ciencia natural”, entiendo), pues sería autoreferencial. Asíque debe de ser una proposición epistemológica. Ambas unidasrepresentan aquella postura denominada comúnmente positivis-mo, de la que existen numerosas variantes en la historia de lafilosofía, todas caracterizadas por llevar a conclusiones absurdas(de tal modo que ya no profesa el positivismo ningún epistemó-logo; sólo algunos científicos y no pocos diletantes, que no estánmuy informados de la cuestión). Refutar el teísmo con argumen-tos biológicos es como refutar el último teorema de Fermat conargumentos psicológicos. Se precisan argumentos filosóficos. j. Quizá el teísmo es lógicamente insostenible. Pero si se quie-

re refutar, ruego téngase la cortesía de hacerlo reduciendo alabsurdo sus verdaderos argumentos, no argumentos que se leatribuyen y que el teísmo no profesa (salvo raras y excéntricasexcepciones), y que sólo sirven para que el ateísmo dé la impre-sión de haber obtenido no sé qué ilusoria victoria dialéctica.

Juan Enrique de la Rica [email protected]

Nota de redacciónNos ha llegado este nuevo escrito, sobre el tema dePanespermia, en respuesta a un escrito anterior publicado en unnúmero anterior, dado el interés del texto, creemos de interés supublicación íntegra.

DINOSAURIOS DE VENUS Y MICROBIOS DE MARTEJordi L. Gutiérrez

Departament d’Astronomia i Meteorologia, Universidad deBarcelona y Departament de Física Aplicada, Universidad

Politécnica de Cataluña

A vueltas con la panspermia.

Ante todo, deseo agradecer el implícito cumplido del Sr.Richfield sobre mi aparente preeminencia en los estándares dediscusión sobre la plausibilidad de la panspermia1. Y tambiéndebo señalar que se trata de una deferencia poco merecida: exis-ten personas mucho más capaces que yo para entablar unacorrespondencia estimulante sobre la panspermia. Igualmente,le agradezco todos esos puntos en los que estamos de acuerdo.

Creo, de todas formas, que no deberíamos dirimir nuestras dife-rencias en las páginas de El Escéptico; después de todo, sus lec-tores probablemente no estén interesados en nuestras lides dia-lécticas1,2,3. De manera que ésta es mi última respuesta en larevista al Sr. Richfield, y no pretendo ser exhaustivo, sino sóloresponder a sus afirmaciones más importantes (de todos modos,muchos de sus asertos se basan en una lectura poco atenta, o ses-gada, de mi primera réplica).

Le concedo completamente el punto sobre “los hechos que sonciertos”; debería haber sido más cuidadoso y hablar de hechosobjetivos, que son, efectivamente, aquellos de los que se ocupala ciencia. No me creo capacitado para discutir si la ciencia es

una argumentación por analogía o se trata de un razonamientopor substitución simbólica. Mis conocimientos de filosofía de laciencia son descorazonadoramente escasos.

En lo que discrepo es en su analogía sobre los —ya manidos—monos escritores. Sin duda, el Sr. Richfield sabrá que la esenciade la vida es la evolución (asociada a la selección), e indudable-mente esta evolución se remonta a sus más remotos orígenes,cuando incluso las moléculas entablaron una sutil competenciaen la que acabaron preponderando las que mejor se replicaban.

Por el contrario, uno de sus monos mecanógrafos podría teclearuna versión completa de las obras de Shakespeare —e inclusomejorarlas—; no obstante, al volver a cargar su máquina deescribir, proseguiría su perpetuo y ciego teclear sin sentido(¡aunque podría engendrar la portentosa Biblioteca de Babelimaginada por nuestro admirado Jorge Luís Borges!). A pesar dela ceguera de las reacciones químicas, el origen y desarrollo dela vida tienen mucho que ver con la evolución, la competición y,quién sabe, con la simbiosis. Tal vez, como en Borges, la cegue-ra ocultaba un insondable trasfondo.

El Sr. Richfield está conmigo en que las teorías de Hoyle yWickramasinghe son poco realistas, por razones que apunta yque comparten todos los especialistas: ni la distribución de lasepidemias, ni la delicada sintonía entre virus y patógenos micro-bianos con la bioquímica terrestre sugieren un origen extrate-rrestre. Por ello me hace una cierta gracia que me recuerde quela inmensa mayoría de los patógenos son mesófilos, como si yosuscribiera otra hipótesis.

De todos modos, y a riesgo de reiterarme en algo que ya afirméen mi respuesta original, sí disponemos de muestras de polvointerestelar: son, entre otros compuestos, pequeños diamantes ygránulos de carbono hallados en el interior de meteoritos indife-renciados —condritas carbonáceas— que los geoquímicos lle-van estudiando ya algunas décadas (unos pocos trabajos clásicosse listan en la bibliografía4,5,6). Cuando menos, ponen una cotasuperior a la abundancia de los microorganismos interestelaresde Hoyle y Wickramasinghe; y si los supuestos microorganis-mos son tan escasos, las características del polvo interestelar nodeberían manifestar sus peculiaridades, como afirman dichosautores. Las pruebas científicas rara vez son inmediatas, pero eneste caso su dificultad no es insuperable como parece asumir elSr. Richfield. Por otra parte, la sonda Stardust enviará a la Tierramuestras de polvo cometario e interestelar en una fecha tan cer-cana como el 2006; la nave ya está en plena recolección demuestras. En otro frente, la recolección de polvo en la estratos-fera terrestre ha proporcionado abundantes muestras de polvointerplanetario y, tal vez, interestelar.

La astrobiología es una ciencia todavía en construcción. Nadiepuede demostrar, que yo sepa, que la vida es imposible en lasuperficie de estrellas de neutrones, en el núcleo de planetas detipo terrestre, o como formas organizadas de ondas de plasma.Claro, que lo que da para un entretenido cuento de ciencia-ficción sólo aporta una cantidad muy limitada de cien-cia. En consecuencia, los astrobiólogos han optado por unaapuesta segura: estudiar la capacidad de la vida terrestre paraadaptarse a entornos distintos a los conocidos. Aquí los

mosas del mundo. Por primeravez, una de estas naves era captadacon toda nitidez, a corta distan-cia..., ¡y en color!”.

Por una vez, y sin que sirva de pre-cedente, estoy de acuerdo con él.

Tal como Benítez la contaba, lahistoria parecía plausible: “El ciu-dadano Paul Vila, que viajaba ensu camioneta, se vio sorprendidoel 16 de junio de 1963 cerca deAlbuquerque (Nuevo México) porun objeto claramente metálico ydiscoidal, que brillaba al sol. Tomóuna cámara Kodak –tipo cajón- ycomenzó a disparar frenéticamen-te, hasta seis veces (...) Según losexpertos en fotografía, el trucajeparece descartado”.

Años después, pude enterarme dela verdadera historia2. En ella,Apolinar A. Vila Jr. era efectiva-mente un mecánico deAlbuquerque, pero esos son losúnicos datos ciertos de toda la ver-sión de Benítez. En realidad, Vilaaseguraba que desde los cincoaños de edad había estado en con-tacto telepático con inteligenciasextraterrestres, y aunque nuncacompletó sus estudios se le dabamuy bien la mecánica. Para estaprimera serie de fotografías (a la

que siguieron otras), sus amigosdel espacio le comunicaron telepá-ticamente que se dirigiese solo allugar de encuentro. Allí vio aterri-zar un platillo volante de unosveinte metros de diámetro del quedesembarcaron cuatro hombres ycinco mujeres. De más de dosmetros de altura, todos eran bienproporcionados, algunos rubios,otros pelirrojos y también de pelonegro. Le contaron que procedíande la galaxia de Coma Berenices yle permitieron tomar diversas fotosde su nave. Para ello empleó unacámara japonesa Rokuoh-Sha conuna lente de 75 mm y cargada conpelícula Kodak 120. Dos de lasfotos muestran la nave en posiciónvertical, para indicar cómo nues-tros Hermanos del Espacio soncapaces de generar una gravedadartificial a bordo.

Es decir, se trata de un contactadoamericano tardío, pero que almenos sabía trabajar sus modelos.Incluso sospecho que pudo servirde inspiración a Jordán Peña parasu serie de fotos de una naveummita sobre San José deValderas en 1967, pues Peña noolvidó incluir una instantánea conla nave en posición vertical.

NOTAS1.-“How Children Portray UFOs”,Journal of UFO Studies NewSeries, Vol. 4, 1992)

2.-http: / /home.earthlink.net/~dexxxaa/_wsn/page2.html

Luis R. González Manso

UN MARCIANO EN MI BUZÓN

Sr. Director:Solamente quería felicitar a la revista y aJesús Cancillo por su artículo “Algunosaún siguen en la luna” publicado en elnúmero 16 de El Escéptico. Ojalá se pudieran rebatir siempre deforma tan contundente, exhaustiva, inape-lable y clara, todas las majaderías con quenos bombardean continuamente.Enhorabuena y un cordial saludo.

Enrique FernándezMurcia (España)[email protected]

Sr. Director:Como creo que su página [www.arp-sapc.org] está guiada por un sincerodeseo de llevar a cabo un diálogo racio-nal, y no de combatir fantasmas, me per-mito hacerle las siguientes observaciones,para que las tenga en cuenta en el futuro:a. Yo soy teísta.b. Yo jamás he sostenido ni sostendría niuno sólo de los argumentos que ustedpone en boca de los que llama “teístas”.c. Yo sostengo la mayor parte de las obje-ciones que usted pone en boca del “ateo”;sólo no acepto algunas, sobre todo la últi-ma, en la que bajo el nombre de “teolo-gía” se colocan tesis que, salvo algunosintegristas, preferentemente americanos,los teólogos católicos no sostienen enabsoluto desde, al menos, hace 50 años (ytampoco antes estaban generalizadas).d. La mayoría de los teístas que conozcosuscribirían b y c; el porcentaje aumentacuanto mayor es su conocimiento de lateología y de la doctrina oficial de laIglesia.e. Me consta que en las clases de lasfacultades de teología católicas se sostie-ne lo mismo que yo expongo en b y c.f. Dejando aparte cuestiones teológicas oreligiosas, el concepto filosófico de fina-lidad que se usa en el texto es bastantetosco, e indica que el autor no se ha toma-do la molestia de reflexionar detenida-mente sobre el tema.h. Dígase lo mismo sobre el concepto de“intervención divina”. Que Dios hayaintervenido directamente, digamos, en lacreación del hombre es, en realidad, loque sería más difícil de compatibilizarcon el teísmo. Y esto no es una ideanueva, sino que puede encontrarse perfec-tamente formulada en Leibniz, e inclusoen Tomás de Aquino o en Aristóteles. Unpoco de erudición filosófica no hace dañoa nadie.

El autor desea agradecer la colaboración de Giancarlo D'Alessandro, ufólogo italia-no editor del “PHILCAT. Catalogo di UFOfilatelia” disponible en la red:http://web.tiscalinet.it/Giada/

Asimismo, agradecería la colaboración de los lectores, para ampliar la casuísticafilatélico-ufológica.

AGRADECIMIENTOS

PRIMER CONTACTOCARTAS AL DIRECTOR