el erasmismo español

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HUMANISMO, ERASMISMO Y REFORMA CATÓLICA La reforma del Cardenal Cisneros El posicionamiento de España frente a la reforma protestante va ligado a la figura del Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517) quien domina el panorama religioso español hasta su muerte, escasos días después de que Lutero exponga sus tesis en Wittenberg. Durante más de veinte años es el personaje clave, que hace y deshace en la vida religiosa española. Desde 1495 Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, Inquisidor general, su herencia y doctrina entrarán en liza cuando la reforma protestante estalle, confesor de Isabel la Católica, el reinado de Carlos I de España y su hijo Felipe II son subsidiarios del espíritu religioso del Cardenal. Es la Philosophia Christi 1 que triunfará en la Europa renacentista, impulsada por Erasmo, un espíritu reformador es el que anima al fundador de la Universidad de Alcalá, que chocará con la “aristocracia del clero”, como sucedió con las ordenes mendicantes (franciscanos conventuales, jerónimos y benedictinos 2 ), y realizará la Biblia poliglota. Tras ello hay un afán de mejorar la calidad del clero a través de la renovación de la enseñanza de la teología en España, que tendrá como núcleo a la universidad alcalaína “no fue sino la instalación de un organismo completo de enseñanza eclesiástica: elemental, media y superior (…) Pero en lo que reside la gran originalidad de Alcalá es en la ausencia de facultad de derecho. Salamanca y Valladolid bastaban, y sobraban, para proveer de juristas a toda la monarquía española. Y Cisneros no tiene sino desprecio por los pleitos, hermoso desprecio con que comulgaban por entonces los entusiastas del humanismo profano y los restauradores de la antiguedad sagrada. La teología determinará la orientación toda de su Universidad, será su razón misma de ser”3 Así crea una especie de “aristocracia universitaria” que profesa un humanismo repleto de cristianismo (Cristianocentrismo), primero las enseñanzas de Cristo, solamente, después, clásicos como Terencio o Virgilio. Allí explicará Lebrija la Historia Natural de Plinio, la Moralia de Aristóteles y De doctrina cristiana de San Agustín durante diez años, después de fracasar en su intento de ocupar una cátedra en Salamanca (julio de 1513). Cisneros introduce a Escoto y al nominalismo occamista (con tres cátedras de filosofía, teología y lógica), novedades respecto a otras universidades como Salamanca, donde únicamente se explicaba el tomismo imperante. Bataillon asevera como 1 También la denomina filosofía celeste, filosofía cristiana, filosofía de Cristo y filosofía del Evangelio, en su obra homónima de 1516. 2 Véase Bataillon, M.: Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, FCE, México, 3ª reim., 1986, p. 5 y ss. 3 Bataillon, Ibid., p. 10 y 12-13.

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Page 1: El erasmismo español

HUMANISMO, ERASMISMO Y REFORMA CATÓLICA

La reforma del Cardenal Cisneros

El posicionamiento de España frente a la reforma protestante va ligado a la figura

del Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517) quien domina el

panorama religioso español hasta su muerte, escasos días después de que Lutero

exponga sus tesis en Wittenberg. Durante más de veinte años es el personaje clave, que

hace y deshace en la vida religiosa española. Desde 1495 Arzobispo de Toledo, Primado

de las Españas, Inquisidor general, su herencia y doctrina entrarán en liza cuando la

reforma protestante estalle, confesor de Isabel la Católica, el reinado de Carlos I de

España y su hijo Felipe II son subsidiarios del espíritu religioso del Cardenal.

Es la Philosophia Christi1 que triunfará en la Europa renacentista, impulsada por

Erasmo, un espíritu reformador es el que anima al fundador de la Universidad de Alcalá,

que chocará con la “aristocracia del clero”, como sucedió con las ordenes mendicantes

(franciscanos conventuales, jerónimos y benedictinos2), y realizará la Biblia poliglota.

Tras ello hay un afán de mejorar la calidad del clero a través de la renovación de la

enseñanza de la teología en España, que tendrá como núcleo a la universidad alcalaína

“no fue sino la instalación de un organismo completo de enseñanza eclesiástica: elemental, media y superior (…) Pero en lo que reside la gran originalidad de Alcalá es en la ausencia de facultad de derecho. Salamanca y Valladolid bastaban, y sobraban, para proveer de juristas a toda la monarquía española. Y Cisneros no tiene sino desprecio por los pleitos, hermoso desprecio con que comulgaban por entonces los entusiastas del humanismo profano y los restauradores de la antiguedad sagrada. La teología determinará la orientación toda de su Universidad, será su razón misma de ser”3

Así crea una especie de “aristocracia universitaria” que profesa un humanismo

repleto de cristianismo (Cristianocentrismo), primero las enseñanzas de Cristo,

solamente, después, clásicos como Terencio o Virgilio. Allí explicará Lebrija la Historia

Natural de Plinio, la Moralia de Aristóteles y De doctrina cristiana de San Agustín

durante diez años, después de fracasar en su intento de ocupar una cátedra en

Salamanca (julio de 1513). Cisneros introduce a Escoto y al nominalismo occamista (con

tres cátedras de filosofía, teología y lógica), novedades respecto a otras universidades

como Salamanca, donde únicamente se explicaba el tomismo imperante. Bataillon

asevera como

1 También la denomina filosofía celeste, filosofía cristiana, filosofía de Cristo y filosofía del Evangelio, en su obra homónima de 1516. 2 Véase Bataillon, M.: Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, FCE, México, 3ª reim., 1986, p. 5 y ss. 3 Bataillon, Ibid., p. 10 y 12-13.

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“Sobre todo, la enseñanza teológica y el sentimiento religioso debieron de verse confirmados por el nominalismo en las tendencias fideístas entonces reinantes. Si es cierto que Lucero fue orientado por el occamismo de Biel hacia su doctrina de la gracia y hacia su concepción de la Biblia, autoridad suprema tocante a las verdades irracionales de la revelación, bien pudo darse en Alcalá sobre no pocos teólogos españoles sospechosos más tarde de tendencias luteranas”4

El afán reformador de Cisneros es clave en lo que se ha llamado Prerreforma,

pero no olvidemos su represión para los disidentes religiosos, sus conversiones a la

fuerza en Granada, todos ellos serán elementos operativos en el siglo XVI en la España

de Carlos V que tienen como fundamento el unitarismo religioso logrado en la España

de los RRCC por los efectos de la política del Cardenal.

La edición de Erasmo del Novum Instrumentum (Nuevo Testamento) le llevará a

Alcalá de Henares en el año de su publicación (1516), con fama de “buen teólogo y de ser

harto doto en lo griego y hebraico y ser elegante latino”, precisamente en esa obra critica

la Vulgata y la necesidad de una buena exégesis basada en traducciones correctas de los

textos sagrados; conocido por el publico universitario por los Adagios(1500), colección

de ochocientos proverbios de la antigüedad clásica, su Enchiridion o Manual del

caballero cristiano (1503) y sus traducciones de Luciano y Eurípides. La fama universal

que le dará el Elogio de la locura (1511) donde flagela irónica y sarcásticamente todo lo

caduco que tiene el catolicismo, le sitúa también entre los que abogan desde el

catolicismo por una renovación del mismo, por una reforma católica; será neutral frente

a Lutero hasta 1524 cuando dedique su Disquisición acerca del libre albedrío (1524) a

criticar la reforma luterana, respondido por Lucero (Sobre el albedrío esclavo) replicará

con su Hyperaspistes (1526).

Hay un enfoque en esta reforma desde el catolicismo que recuerda muchas de las

tesis franciscanas originarias, la philosophia Christi establece la prioridad de los textos

del evangelio y de las epístolas sobre cualquier otro comentario. Oración y ciencia como

instrumentos, entendiendo por ciencia el conocimiento de las escrituras y los Escritos

de los santos Padres. La aversión a lo mundano y seguir la palabra, obra y ejemplo de

Jesucristo es – como en Ockham- el ariete sobre el cual reside este planteamiento que

tiene que afrontar los nuevos tiempos del catolicismo. Los teólogos escolásticos no están

entusiasmados precisamente, ellos comentan y lo que les propone – entre otros Erasmo

– es que

“La filosofía de Cristo debe ser vivida, no argumentada… lo que hace falta es que las verdades que ellos trajeron al mundo sean recordadas sin cesar por los predicadores en sus sermones, por los maestros en las escuelas, y que inspiren la conducta de los príncipes. Si así fueran las cosas, no se vería sin duda la cristiandad desgarrada por

4 Bataillon, op. cit., p. 18.

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guerras perpetuas, ni los hombres se hallarían lanzados sin reposo y sin escrúpulo en una loca persecución de la riqueza, ni estarían lo profano y lo sagrado entregados a odiosas discusiones: la humanidad sería verdaderamente cristiana”5

Aquí radica el mensaje de la philosophia Christi. Es la dignidad del cristiano, los

teólogos ilustres como San Agustín o Tomás de Aquino no sustituyen con sus obras la

palabra de Cristo, su espíritu reina en los apóstoles (“En San Pablo parece que

Jesucristo renace”). Una nueva espiritualidad, un modo de impulsar el sentimiento del

cristianismo como un diálogo interior, la interioridad y la piedad van a serprimadas

frente a la oración donde ésta se convierte en todo menos eso, oración, orar es hablar

con Dios. Un fervor religioso que no es ajeno a la Moira como el modo de fustigar a

aquellos que convierten el cristianismo en monotonía y donde la liturgia deriva en

letanías y palabrerias carentes de espiritualidad. Cristianismo interior en contra de las

devociones sin alma. En todos estos temas se ha visto la influencia – nunca citada por

Erasmo – de Tomás de Kempis y la devotio moderna, pertenecen a la misma tradición.

La nueva espiritualidad que propugna Erasmo entre otros lemas sigue el

Monachatus non est pietas que por su literalidad le traería problemas con los teólogos y

el alto clero. Su mensaje evangélico tiene a la paz, al amor, la alegría y la salvación por la

fe en Cristo como sus pilares elementales. Es una nueva fe que lleva a que Erasmo sea

un best seller en españa y Vives idolatrado en Brujas. Las sospechas y acusaciones de

alumbrados6, de iluminismo o luteranismo se van a exacerbar con la derrota del

Emperador y la ruptura es total entre católicos y protestantes

“La Inquisición sabe, desde ese momento lo que tiene que hacer. Y lo hace inflexiblemente. Constantino, después de haber sido la gloria del púlpito sevillano, es quemado en efigie como luterano. Bajo la misma inculpación, Carranza, Arzobispo de Toledo, pasa dieciséis años en la cárcel. Fray Luis de Granada tiene que rehacer radicalmente sus manuales de oración para que se puedan escapar a la sospecha de iluminismo, de la cual no se verán libres ni Santa Teresa ni San Juan de la Cruz. Todo aquello que se ha convenido en llamar Contrarreforma en la España de Felipe II saca su vitalidad y su poder de ese impulso iluminista que viene de la España de Cisneros a través de la de Carlos V. Nada tiene de extraño que Erasmo, intérprete de las mejores aspiraciones de la Prerreforma, haya sido adoptado por los alumbrados de Castilla; que el erasmismo haya hecho aquí las veces de Reforma protestante”7

El erasmismo español. Luis Vives.

El erasmismo es uno de los muchos modos en que se podía ser cristiano en el

siglo XVI, aunque serlo en España conllevaba dificultades, una manera distinta de

percibir y vivir el modelo de Jesús y los Evangelios. Jesuitas, franciscanos, iluminados,

inquisidores, escolásticos, escrituarios, etc. abordan y ejercen de distinta forma los

5 Bataillon, op. cit., p. 75. 6 7 Bataillon, Ibid., p. 804, subrayado mío.

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distintos aspectos del cristianismo frente al catolicismo oficial. El riesgo es ser

identificados como miembros “de la secta de Lutero”. Erasmismo entendido como la

influencia que Erasmo ejercitó en su época en España, a las doctrinas de este teólogo y

renovador de la nueva cristiandad en una España donde imperaba una iglesia barroca,

trentina, inquisitorial y contrarreformista. Sus ideas influyeron en España a través de

una minoría selecta, entre la que se contaban los Valdés, J. de Vergara, el Arcediano del

Alcor o A. de Virués. Contra el erasmismo se convocó en 1527 la Junta de Valladolid, sin

que llegara a ningún acuerdo a causa de su disolución por miedo a la peste. El papa

Paulo IV prohibió en 1559 la difusión de la obra erasmista.

El erasmismo es un cristianismo crítico, tolerante e intimista que niega y combate

muchas de las prácticas de la jerarquía eclesiástica de su tiempo, especialmente en lo

que concierne a liturgias, ritos, oración oral, devoción a los santos, etc. Es un no al

cristianismo convertido en rutina, tanto Juan como Alfonso Valdés lo han manifestado

palmariamente en sus Diálogos; la oración verbal es una oración mecánica, las

reliquias, la adoración y el culto exagerado a las imágenes, la confesión no se

corresponde con una auténtica contrición, la misa es oída sin devoción... todo ello desde

una concepción paulina del hombre y una crítica despiadada a un clero que no predica

las enseñanzas de Jesús y se dedica – en alto grado – a los placeres de la carne, a la

codicia y al amancebamiento. El erasmismo combate la corrupción, los excesos y el

poder de la Iglesia católica, muy alejada de sus labores pastorales.

Prima en nuestros erasmistas el proceso de interiorización que San Agustín había

desplegado, evidentemente había el peligro, como hemos apuntado, de ser considerados

como partidarios de la Reforma protestante. Su concepción de la Iglesia es muy sencilla:

son hombres y mujeres que participan en la fe de Cristo. Bonilla lo entendió como “un

cierto espíritu de reforma de las instituciones y de la cultura que, a principios del siglo

XVI se extiende por gran parte de Europa”8. La generación de los erasmistas forma

parte del entorno de Carlos V - los Valdés, Vives -, pero Nebrija no. Nebrija bebe en

Lorenzo Valla y Angelo Poliziano y su objetivo es la limpieza de la bárbara lengua latina

medieval. Los erasmistas se preocupan más por la religiosidad de la lectura,

inmersos como están en la aparición del protestantismo.

8 Bonilla y San Martín, A.: “Un antiaristotélico del Renacimiento: Hernando Alonso de Herrera y su <Breve disputa de ocho levadas contra Aristótil y sus secuaces>, Revue Hispanique, nº 4, New York, 1920, p. 2-3. Citado por Abellán en El erasmismo español (Una historia de la otra España), Editorial Gráficas Espejo, Madrid, p. 56-57.

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La propagación de la obra de Erasmo de Rótterdam en España tiene su eclosión

de 1517 a 1566 y se desarrolla con una facilidad enorme, siendo algunas de sus obras

como best-sellers de aquél tiempo (“Quien no lee a Erasmo es un fraile o es un asno”);

contribuyó su estrecha relación con el emperador Carlos V y el inquisidor Alonso

Manrique quienes contribuyen a que su obra se divulgue hasta unos límites

insospechados para la época. Especialmente el Enchiridion o Manual del caballero

cristiano, publicado en Alcalá de henares en 1526, traducido por Arcediano de Alcor.

Posteriormente, Melchor Cano y el inquisidor general, Arzobispo de Sevilla, Fernando

de Valdés iniciarán los procesos del Santo Oficio que acabarán con los erasmistas

españoles (Fray Luis de León, Fray Luis de Granada, los hermanos Valdés) y sus libros

engrosarán el Index.

El erasmismo español es, a la vez, la constatación de la existencia del

renacimiento filosófico español contrariamente a lo afirmado por Ortega y Gasset (“En

España no ha habido de verdad Renacimiento ni, por tanto, subversión”, La idea de

principio en Leibniz, O. C., VIII, p. 356) siguiendo la tesis clásica de Burckhardt. El

impacto del Renacimiento, que en España llega con casi un siglo de retraso (que limita

nuestro Renacimiento al siglo XVI) va a incidir en la aparición de múltiples

movimientos religiosos y espirituales de diverso signo y que se dispararán con la ruptura

de la Iglesia romana.

¿Cuáles son las características propias de ese renacimiento hispano? José Luis

Abellán9 recoge las que Menéndez Pelayo había señalado:

• Reacción contra el escolasticismo

• Estudio y difusión de las lenguas antiguas

• Búsqueda de la inspiración filosófica en fuentes originales, alejándose de las

interpretaciones tradicionales

• Florecimientos de trabajos filosóficos con apoyo de hermenéutica filológica

• Dejamiento de las sutilezas y sofistiquerías de la última escolástica medieval

• Importancia de los métodos de observación, eso sí, procurando que la razón

no se disocie de la experiencia natural

De este modo, el hombre vuelve a indagar y a examinarse a sí mismo, sin

mediaciones de ningún tipo, de ahí que “El Renacimiento se interpreta como el

9 Abellán, J. L.: El erasmismo español (Una historia de la otra España), Editorial Gráficas Espejo, Madrid, 1976, p. 24.

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nacimiento del hombre a una vida verdaderamente humana, que se busca mediante un

regreso del hombre a sí mismo: el regreso a los origenes, a lo natural, donde el hombre

toma pie para desarrollar sus potencialidades”10.

Asimismo, ha indicado las características del erasmismo español, sus señas de

identidad, siguiendo a Marcel Bataillon quien sostiene que la reforma de Erasmo es más

“una reforma mental” que una “reforma de las costumbres”; destacaremos las que

exponemos a continuación:

1. Reacción contra la inmoralidad y paganización de la cristiandad

El ideal del caballero cristiano se enfrenta al juicio de la gente desde el juicio

propio, teniendo a Cristo como modelo y arquetipo de lo que el hombre puede alcanzar;

hay que dejar atrás el conocimiento de la ley divina basándose – exclusivamente – en los

textos sagrados y la oración ha de ser interior, el diálogo del hombre con Dios como

cima espiritual. En estas tareas de combatir la creciente paganización de la Iglesia y de

reconducirla a sus tareas espirituales, los erasmistas coinciden con parte de la reforma

del Cardenal Cisneros.

2. Ideal cristiano de paz y concordia entre los hombres

Los excesos del papado, especialmente el del Papa guerrero por excelencia – Julio

II – habían menoscabado los ideales mismos, el mensaje de los Evangelios; de ahí que

siempre sea preferible una “desigual paz, que muy justa guerra”. La guerra sólo tiene

una justificación: combatir contra los turcos para convertirlos a la verdadera fe.

3. Cristianismo interior como negación de los convencionalismos y tradiciones

de la Iglesia Católica

La Gracia es culmen y símbolo de la perfección cristiana frente a lam pompa y

laceremonia. Los valores son la paz, concordia, amor, caridad, recogimiento y

glorificación de la humildad. En definitiva, la exaltación del varón espiritual que es

quien puede alcanzar el verdadero sentido espiritual del cristianismo.

4. La “Philosophia Cristi” o la idea del Cuerpo Místico

“La filosofía de Cristo debe ser vivida no argumentada” indica Bataillon, así se

desterrarían las guerras de la cristiandad. La Philosohia Christi va unida a la idea de

perfección cristiana, que tanto en Valdés como en Erasmo es un sustitutivo de la Gracia.

Es una actualización del mensaje paulino, donde la concordia entre cristianos debe

seguir el modelo de armonía entre las distintas partes del cuerpo; estas cuestiones las

10 Abellán, J.L.: Ibid., p. 25

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desarrolla Maravall en su libro sobre Carlos V y la idea del cuerpo místico, el hombre

gracias a su libertad – don sobrevenido por la gracia de Dios – debe regirse por la

solidaridad y el universalismo.

La dimensión política del erasmismo

Está regida por esos dos principios citados: universalidad y solidaridad que

tienen como finalidad evitar la ruptura de la unidad espiritual cristiana, oponiéndose al

maquiavelismo y sus derivados, pues

“El arte de reinar se resuelve en definitiva en el arte de mantener la justicia en el interior del reino, y de conservar la paz con las demás naciones”11

El imperio es la unidad espiritual cristiana, equidistante tanto de la concepción

clásica del imperio como de la monarquía universal. Es la concepción de Erasmo junto a

Carlos V y sus consejeros, ideas políticas ajenas a la tradición española que podemos

resumir en un desprecio hacia la escolástica y la teología, el hombre es el centro de la

creción (en el sentido de ese individualismo espiritual tan caro a la filosofía erasmista),

valoración de la experiencia y la libertada ya citada. Todos elementos que suponen un

cambio de paradigma con la concepción teocrática-escolástica.

Johannes Huizinga en su Erasmo12 traza una semblanza nada complaciente de su

compatriota humanista, pienso – y es arriesgado – que debido a su protestantismo,

aunque destaca como su pensamiento “Ilustra un siglo y transforma su espíritu”13.

Destaca posturas que resaltan la ambivalencia, la endeblez y la falta de decisión de

Erasmo de Rótterdam. De este modo infravalora el Enchyridion respecto de la

Imitación de Cristo de Kemphis (que le precede en sesenta años). El erasmismo obedece

a una noción de la vida cristiana lejos de prácticas y ceremonias (formales, vacías,

hueras y retóricas, “ritualismo judaico”), donde la influencia de Juan Vitrier se hace

presente en el Enchyridion militis christiani (Amberes 1504).

El puñal y manual del cristiano militante es en sí mismo una alternativa frente al

modo de vivir el cristianismo de su tiempo, este manual está destinado para que

cualquier mortal pueda imitar la espiritualidad de Cristo; para ello el cristiano debe de

estar en guardia y tiene en las Escritura, Platón, Padres de la Iglesia, San Jerónimo, San

Ambrosio y San Agustín los guías para su peregrinar.

11 Bataillon, Ibid., p. 80 12 Huizinga, J.: Erasmo, Ediciones del Zodiaco, Barcelona, 1946, 324 páginas. También en Salvat, Barcelona, 1987. 13 Huizinga, op. cit., p. 266.

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La oposición al culto es que éste no consiste sólo en prácticas, en ceremonias,

apunta Huizinga como esta actitud de Erasmo conduce a preparar ese clima de libertad

cristiana que la Reforma enarbolará frente a los dogmas de la Iglesia Católica

“lamenta los excesos del orgullo de clase, hostilidad nacional, de envidia profesional y rivalidad entre las órdenes religiosas de su tiempo que mantienen separados a los hombres”14

En su Carta a Colet, en la edición de las Lucubraciones, confiesa “Yo no escribí el

Enchyridion para hacer ostentación de elocuencia, sino sólo para poder corregir el error

de aquellos cuya religión está compuesta usualmente de ceremonias más que judaicas y

observancias de orden material; y que descuidan las cosas que conducen a la piedad”.

Erasmo de Rótterdam como un precursor del pensamiento moderno de Rousseau,

Herder y Pestalozzi, pues la obra del humanista holandés

“anuncia realmente una edad posterior. En los siglos XVI y XVII estos pensamientos quedaron como una corriente subterránea: en el siglo XVIII el mensaje liberador de Erasmo dio su fruto”15

La filosofía de Erasmo de Rótterdam gira en torno al humanismo, pacifismo y

compromiso cristiano. Su humanismo se caracteriza por

“la subjetividad, la creencia en que ha sido elegido de manera que su perspectiva, sus intuiciones o sentimientos son los correctos y deben imponerse como norma general. Este profetismo es un signo de los tiempos y lleva a imponer también la propia persona sobre las demás, como medio –se dice- de que la doctrina, a la que el hombre concreto sirve de instrumento o de vehículo, pueda triunfar. La excusa no encubre la realidad de un protagonismo desatado, ni la incapacidad para lograr un pensamiento objetivo”16

Mucho se ha escrito y es lugar común en los estudios sobre el teólogo holandés su

Non placet Hispania (España no me seduce), así traduce Bataillon, pero es claro que es

que no le gusta, que no le agrada. ¿Por qué? Sólo caben conjeturas, el continuo

requerirle por parte de la Corte de un país donde judíos conviven con la cristiandad

(“Parece casi como si hubiera, en este ciudadano del mundo, un secreto

antisemitismo”).

14 Huizinga, Ibid., p. 79. 15 Huizinga, Ibid., p. 267. 16 Yndurain, D.: Humanismo y Renacimiento en España, Cátedra, Madrid, 1994, p. 451.