el enigma de la derecha radical populista: … radical es altamente improbable. nuestro análisis se...
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EL ENIGMA DE LA DERECHA RADICAL POPULISTA: ÉXITO EUROPEO PERO
FRACASO ESPAÑOL.
Tania Suárez Fernández ([email protected] )
Hans-Peter van den Broek ([email protected])
Resumen: En la última década, los partidos de la derecha radical populista han ganado
mayor apoyo electoral en muchos países de Europa. En algunos países, los partidos de la
extrema derecha tradicional se reinventaron (por ejemplo, en Francia y Austria); en otros
casos, surgieron nuevos partidos de la derecha radical (Países Bajos, Finlandia, etc.). Lo
que la mayoría de estos partidos tiene en común es su nacionalismo, su discurso anti-elite
y una clara postura anti-Islam. Sin embargo, en España – el país europeo con la mayor
entrada de inmigrantes entre 2000 y 2010 – no ha surgido ningún partido relevante en la
franja de la derecha extrema; por otro lado, varios estudios sugieren que los sentimientos
islamófobos en la población no son menores que en otras partes de Europa. Con el fin de
dilucidar esta paradoja, esta comunicación analiza la evolución y los discursos políticos de
varios partidos españoles de la extrema derecha.
Consideramos que esta cuestión se puede explicar solo parcialmente haciendo referencia a
la tradición bipartidista de España o la fragmentación de las organizaciones
ultraderechistas en el país. Otra explicación es que el gran debate político en otros países
europeos sobre integración, Islam e identidad cultural, en España apenas es relevante en
comparación con los debates sobre la crisis económica o la cuestión catalana. Al mismo
tiempo, debido a las posiciones de principios de las organizaciones de extrema derecha
más importantes, que no aceptan renegar de sus raíces falangistas o fascistas para obtener
mejores resultados electorales, la fusión de estos partidos en un partido moderno de
derecha radical es altamente improbable.
Nuestro análisis se basa en el estudio de las trayectorias y los programas políticos de los
partidos de extrema derecha, los discursos en sus páginas web y los blogs de sus militantes
y en entrevistas con sus portavoces nacionales.
Palabras clave: extrema derecha, fragmentación, identidad, islamofobia, elecciones.
Introducción
En la mayoría de los países europeos, los partidos de extrema derecha se han vuelto más y
más exitosos desde el inicio del siglo. Mientras que en las sociedades del norte de Europa
(con la notable excepción de Alemania), nuevos partidos populistas o nativistas han
conseguido un notable seguimiento, atrayendo en muchos casos a un 10 o 15% del
electorado, en Europa central y del este está creciendo una extrema derecha más
tradicional, con una ideología y simbología neofascistas (Hungría, Bulgaria). Y en algunos
de los países del sur existe una tradición de extrema derecha (Liga Norte en Italia) o nueva
(Amanecer Dorado en Grecia). Este auge de la extrema derecha ha cambiado el panorama
político en Europa.
En España, sin embargo, ningún partido de estas características ha logrado acumular el
mismo nivel de poder (tampoco en el caso de Portugal). Pero esto no quiere decir que la
extrema derecha sea algo completamente irrelevante en el país; al contrario, se estima que
existen unos 20 partidos políticos de extrema derecha en España, así como alrededor de 50
grupos y movimientos neonazis. En esta comunicación, se intentará resolver la cuestión de
la ausencia de una extrema derecha fuerte en España. Al preguntar a los españoles por qué
España es uno de los pocos países europeos que no tiene una extrema derecha con
representación parlamentaria, la mayoría de ellos responderán que “la extrema derecha en
España está en el Partido Popular”; la misma idea aparece también en los medios
(Ramoneda, 2011; ver también Casals, 2011). Algunos aventuran explicaciones
complementarias a este fenómeno: en primer lugar, que la extrema derecha está
fuertemente asociada con el período franquista presente en España durante cuarenta años y
es una opción política totalmente irrelevante para la mayoría de los españoles (Fresco,
2013); en segundo lugar, que debido a la tradición bipartidista española es prácticamente
imposible para los partidos minoritarios obtener un número significativo de votos en el
ámbito nacional (la situación es diferente para los partidos a nivel regional). Si la última
explicación es cierta, la reciente aparición en el ámbito nacional de dos partidos en el
escenario político nacional (Podemos y Ciudadanos) parece haber cambiado la situación y
podría favorecer el auge de partidos de extrema derecha.
Xavier Casals (2009) hace hincapié en la fragmentación de la extrema derecha en
numerosos partidos, cada uno con un reducido número de seguidores y votantes, que han
sido incapaces de crear un movimiento cohesionado con una presencia más visible en el
escenario político español. Este mismo autor también ofrece otra explicación (Casals,2011:
82-83): en los primeros años tras la transición democrática, la extrema derecha retornó a los
principios ideológicos anteriores a la Guerra Civil: una firme oposición a la izquierda, una
fuerte adherencia al dogma católico (opuesto al ateísmo socialista y comunista), y la
defensa de una España unida (en oposición a los nacionalismos periféricos). Los
sentimientos racistas o xenófobos no fueron muy relevantes en aquellos tiempos, ya que
existían pocos inmigrantes contra los que dirigir ese tipo de discursos: España aún era un
país emigrante. Cuando, años más tarde, España experimenta una gran afluencia de
inmigrantes, la aparición del discurso xenófobo fue igualmente un fenómeno nuevo. La
ausencia de un líder carismático, capaz de unir a varios grupos en un movimiento o partido
mayor, podría ser otra explicación.
Un reciente estudio de Alonso y Rovira (2015) sobre este tema, titulado “Spain: No
Country for the Populist Radical Right?”, se centra en los factores de oferta y demanda
para analizar la anomalía del caso español. Con respecto a los factores del lado de la
demanda, los autores mencionan el incremento de las actitudes y sentimientos anti-
inmigrantes en España como resultado de la llegada masiva de inmigrantes desde finales de
la década de los noventa; la falta de confianza en las instituciones democráticas, y una
preferencia por cuestiones de ley y orden debido a una creciente preocupación por la
seguridad. Por su parte, los factores del lado de la oferta son: el sistema electoral, que
favorece a los partidos mayoritarios y partidos con un amplio apoyo regional mientras que
los recién llegados a la escena nacional son penalizados; la fragmentación de la extrema
derecha (véase más arriba); la estrategia del Partido Popular que incorpora algunas
demandas de los partidos de extrema derecha, y la estructura de eje del sistema político
español, uno socio-económico (derecha vs. izquierda) y otro nacionalista (centro vs.
periferia). Los autores argumentan que es precisamente este último factor (centro/periferia)
el que ha obstaculizado el auge de la extrema derecha, pues a los partidos de extrema
derecha les resulta prácticamente imposible jugar la carta nativista (¿qué es nativista en esta
situación: estar a favor de la Nación o de la región culturalmente diferenciada?).
Aunque estamos de acuerdo con el análisis de estos autores, creemos que se pueden aportar
otros factores a la cuestión. En nuestro análisis haremos énfasis en los recientes
acontecimientos económicos y políticos que han condicionado el margen de maniobra para
la extrema derecha, y subrayaremos el problemático funcionamiento interno de estos
partidos así como las relaciones eventualmente hostiles que mantienen entre ellos.
Posteriormente realizaremos un análisis de los principales partidos de extrema derecha en
España tanto a nivel nacional como regional, diferenciando entre aquellos pertenecientes a
la extrema derecha tradicional, con un origen fascista o falangista, y la nueva extrema
derecha populista. A continuación nos centraremos en analizar el contenido de los
programas electorales de estos partidos y los discursos de sus líderes, estableciendo una
comparación a través de cinco dimensiones que consideramos son centrales en la ideología
de la extrema derecha: patriotismo, xenofobia, antisemitismo, ideología anti-LGBT y
autoritarismo. En este contexto, subrayaremos brevemente las acciones llevadas a cabo por
estos partidos para incrementar su visibilidad en la escena política y lograr seguidores
(manifestaciones, videos, distribución de alimentos e incluso crímenes de odio).
Finalmente, reflexionaremos críticamente sobre algunas hipótesis o conclusiones
mencionadas con anterioridad sobre la razón por la que los partidos de la extrema derecha
no han logrado atraer una audiencia comparable a la de otros países europeos y sugeriremos
algunas explicaciones alternativas.
Algunos de los partidos de extrema derecha han participado en las elecciones europeas de
2014, pero debido a su irrelevancia política los medios españoles apenas han cubierto sus
campañas electorales. Por lo tanto, no somos capaces de proporcionar información
relevante sobre sus estrategias durante la campaña.
La fragmentación de la extrema derecha española.
Evolución de la extrema derecha.
Tras la muerte de Franco en 1975 y la consiguiente Transición Democrática, los grupos de
extrema derecha fueron conscientes de que su aspiración de retomar el anterior sistema
político era una ilusión. No obstante, formaron una coalición con la que participaron en las
primeras elecciones, pero no recibieron suficiente apoyo para entrar en el Parlamento. Esta
situación ha continuado estable hasta la actualidad.
Desde la Transición, la extrema derecha Española ha evolucionado gradualmente de un
discurso tradicionalista, en el que el pasado franquista o falangista se encontraba muy
presente, hacia uno de carácter más “europeo”. De acuerdo con Xavier Casals (2009), la
evolución histórica de la extrema derecha puede dividirse en cuatro etapas. Durante la
primera etapa (década de los 70) la extrema derecha española se caracterizaba por una
polarización de edades de sus miembros (por un lado excombatientes de la Guerra Civil que
se sentían traicionados por el régimen franquista y por el otro jóvenes nacidos en los años
40 y 50 que habían heredado el discurso político de aquellos años de conflicto) y un
activismo beligerante muy común durante los últimos años de la dictadura.
En la segunda etapa (1975-1982), muchas personas jóvenes se unieron a la extrema derecha
y Fuerza Nueva se convirtió en el principal partido de extrema derecha en el escenario
político. Falange Española de las JONS, el partido que se identifica a sí mismo como
heredero legítimo de la Falange de Primo de Rivera, también reapareció en esos años, y se
definió como nacionalsindicalista y republicano. 1
Fuerza Nueva se convirtió en el punto de referencia para los grupos de extrema derecha,
pero falló a la hora de obtener representación parlamentaria. Otros grupos similares
obtuvieron el mismo fracaso. Varias circunstancias fueron las responsables de esta
situación: el golpe de Estado fallido de febrero de 1981, la enorme fragmentación de las
organizaciones de extrema derecha, la desorganización interna de los partidos y la
exclusión de los jóvenes del desempeño de funciones políticas en estos partidos son algunas
de ellas. Finalmente, Fuerza Nueva desaparece en 1982 y la extrema derecha queda
condenada a la marginalidad política.
En la tercera etapa (1982-95), los grupos de extrema derecha se orientan cada vez más a un
discurso europeo, tomando como referencia el partido francés Frente Nacional liderado en
aquel entonces por Jean-Marie Le Pen. Con el alejamiento del discurso franquista, la
extrema derecha parecía estar rompiendo con el pasado franquista. Poco a poco la extrema
1 http://falange.es/contenido/quienes-somos/
derecha, especialmente la generación más joven, empezó a criticar los errores cometidos
en el pasado y a incluir en la agenda política nuevas cuestiones como la ecología, el anti-
clericalismo, la auto-organización o el uso de la violencia contra el Estado. Además, su
estructura organizativa y de marketing político mejoró considerablemente.
En la última etapa (1995-2008), la extrema derecha se renovó de nuevo y consolidó su
discurso europeo, pero la fragmentación anteriormente mencionada hizo imposible la
obtención de representación parlamentaria. A pesar de que sus posiciones ideológicas son a
menudo similares, las diferencias siguen creando brechas insalvables entre estos partidos.
En 1994 se crea Democracia Nacional (DN), un partido que defiende la “Democracia
Nacional” (un tipo de democracia que “no está secuestrada por el poder de las élites
financieras, oligarquías partidistas y […] los medios de comunicación”; DN, n.d:4), un
Estado centralizado, la identidad nacional y un sistema de gobierno republicano. De
acuerdo con el partido, la defensa del Estado-Nación es fundamental: “Solo los verdaderos
Estados-Nación como España tienen una posibilidad en la lucha contra los poderes del
capitalismo.” (íbid.:3). A nivel internacional, Democracia Nacional mantiene relaciones
con el partido griego Amanecer Dorado.
En el mismo año surgió Alianza por la Unidad Nacional, que en 2006 se convirtió en la
actual Alianza Nacional (AN). Se proclama seguidor de movimientos fascistas de los años
30, imitando modelos del fascismo de Mussolini, el nacionalsocialismo de Hitler y el
nacionalsindicalismo de Ramiro Ledesma. El slogan del partido es “Nación, Raza,
Socialismo”. Alianza Nacional también simpatiza a nivel internacional con Amanecer
Dorado.
En 1999 se funda el Movimiento Social Republicano (MSR), cuyos miembros proclaman
que “no somos nazis ni neonazis y compararnos con Franco sería insultante. Somos
fascistas” (García, 2014). En una entrevista, su líder declaró que el partido sigue la línea de
la rama izquierda del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Roncagliolo, 2008).
La ideología del partido se basa en tres principios básicos: la unidad nacional (con respeto a
la diversidad nacional), un sistema de gobierno republicano y la socialización política y
económica. El Movimiento Social Republicano mantiene relaciones con organizaciones
internacionales: forma parte de la Alianza europea de Movimientos Nacionales y mantiene
vínculos con el Partido Nacional Socialista Sirio.2 En el año 2014 el partido cambia su
cúpula dirigente.
Al año siguiente nace España 2000, un partido que se define como social-patriótico y
defensor de la unidad nacional. 3 Su slogan es “Los españoles primero: ni uno más”. Como
otros partidos de extrema derecha (FE de las JONS, MSR), España 2000 distribuye comida
y otros productos a los necesitados, siempre que sean de origen español. La peculiaridad de
este partido es su reivindicación de la autonomía histórica, por lo que no utilizan, al
contrario que la mayoría de partidos de la extrema derecha, simbología con reminiscencias
políticas del pasado.
Plataforma per Cataluña (PxC) es, de lejos, el único partido en España que ha intentado
emular el discurso de la extrema derecha populista europea. Por otro lado, VOX, partido
escindido del Partido Popular, no se pronuncia en términos antiinmigrantes en sus escritos,
pero algunos de sus portavoces mantienen un discurso radical –incluso islamófobo- cuando
hablan en público. La ideología del Partido Popular es conservadora, en la línea de los
partidos demócratas-cristianos, y desde luego no abiertamente xenófoba, pero su rama
catalana ha jugado la carta antiinmigrante en varias ocasiones en los últimos años.
En la siguiente sección nos dedicaremos a analizar en profundidad la participación en las
elecciones europeas de los principales partidos de extrema derecha en el panorama político
español.
Participación de los partidos de extrema derecha en las elecciones europeas de 2014.
Cinco partidos de extrema derecha participaron en las Elecciones al Parlamento Europeo
del año 2014 y obtuvieron un total de 78.009 votos, alrededor del 0,4% del número total de
votos en España.4 Este resultado supone casi 17.000 votos más que los 61.194 que
2 https://misentrevistados.wordpress.com/2014/02/04/jordi-de-la-fuente-la-alternativa-social-
revolucionaria-espanola/ 3 http://espana2000.org/?page_id=32
4 Source: Ministry of the Interior: “Elecciones Europeas, 25 mayo 2014”, URL.
http://elecciones.mir.es/resultados2014/99PE/DPE99999TO.htm
obtuvieron en las elecciones de 2009. El partido más votado fue FE de las JONS, con
21.577 votos (0,13%), seguido de las coaliciones Impulso Social, con 17.774 votos (0,11%)
y La España en Marcha (LEM) con 16.879 votos (0,1%). Impulso Social es una alianza
temporal de tres partidos ultra católicos (pro-familia y antiaborto). LEM es la coalición de
Alianza Nacional, Nudo Patriota Español, La Falange (no confundir con Falange
Española de las JONS)5 y Movimiento Católico Español; en agosto de 2015, Alianza
Nacional abandonó la coalición. Otros dos partidos, Democracia Nacional con 12.904
votos y Movimiento Social Republicano con 8.875, obtuvieron menos del 0,1% del total de
votos. Obviamente, ninguno de estos partidos obtuvo representación en el Parlamento
Europeo (Plataforma per Cataluña no participó).
Varios de estos partidos han intentado en ocasiones establecer alianzas, normalmente con la
finalidad de participar en elecciones locales, regionales o nacionales. En general, no
obstante, estas coaliciones tienen una corta vida y cambian con frecuencia. Por ejemplo,
inicialmente La España en Marcha, comprendía los partidos mencionados anteriormente
junto con Democracia Nacional, pero este último partido abandonó la coalición justo antes
de las elecciones europeas de 2014. Posteriormente, este mismo partido se unió de nuevo a
LEM para participar en las elecciones locales de mayo de 2015. Pero en agosto de 2015, es
Alianza Nacional quien abandonó la coalición, criticando a sus antiguos socios por su falta
de compromiso para crear un nuevo Frente Patriótico.
Crímenes de odio y extrema derecha.
En España, los medios de comunicación (prensa, radio y televisión) difícilmente publican
información sobre los partidos de extrema derecha españoles. Es fácil encontrar artículos
sobre el Frente Nacional francés o el Partido por la Libertad holandés en los periódicos
españoles, pero no ocurre lo mismo con los partidos nacionales. No está claro si este hecho
se debe a una real falta de noticias o a que se ha establecido una suerte de “pacto de
silencio” sobre ellos. Sin embargo, en ocasiones los periódicos y la television sí ofrecen
noticias relacionadas con la extrema derecha, pero exclusivamente centradas en actos de
5 In Spain, there are currently several right-wing parties that consider themselves heirs of the
Falangista tradition of the pre-Civil War era: Falange Española de las JONS, la Falange, Falange
Auténtica, and Movimiento Falangista de España.
violencia en los que se ven involucrados quienes pertenecen a ellos o quienes se cree que
pertenecen.
De acuerdo con el Informe sobre los delitos de odio en España (2014), elaborado por el
Ministerio del Interior, ha habido un incremento del número de delitos cometidos contra
personas a causa de su raza/origen étnico, nacionalidad, religión, orientación sexual, estatus
social o discapacidad –delitos que son definidos como delitos de odio. En 2014, el número
de crímenes de odio registrados en España fue de 1.285, y de ellos solo se resolvieron 843.
Estos delitos comprenden principalmente lesiones hacia las víctimas (13,9%), abusos
sexuales (12,2%) y amenazas (11,3%). Los delitos relacionados con la xenofobia o el
racismo fueron los más numerosos: supusieron el 37% del total de delitos de odio de ese
año. Sin embargo, los delitos que más se han incrementado fueron los de carácter
antisemita, que ascendieron de 3 en 2016 a 24 en el siguiente año (un incremento del
700%). Los delitos relacionados con el antisemitismo, la xenofobia y las creencias
religiosas se dirigen en mayor medida hacia las mujeres que hacia los hombres.
Las víctimas pertenecen principalmente a dos grupos de edad: en primer lugar, personas de
18 a 40 años (40%); y en segundo lugar, menores de 18 años (25%). La mayor parte de las
víctimas de estos delitos (de todas las categrorías) tienen la nacionalidad española: el 72%.
Entre las víctimas de nacionalidad extranjera (28%), la mayoría proceden de Marruecos,
Colombia y Rumanía, algunos de los principales países de origen de los inmigrantes en
España. En cuanto a la nacionalidad de los agresores, la mayor parte de ellos tienen
nacionalidad española (79,1%). Los extranjeros responsables de estos delitos (20,9%)
proceden principalmente de países como Ecuador, República Dominicana, Marruecos,
Senegal o Rumanía.
Los medios de comunicación tienden a hacerse eco de estos crímenes cuando se producen y
la extrema derecha ha sido relacionada frecuentemente con ellos. Varios actos de violencia
han sido llevados a cabo por simpatizantes de la ideología neonazi y, en algunos casos, los
autores tenían, además, un cargo dentro de algún partido de extrema derecha. Uno de los
delitos que mayor impacto tuvo fue el asesinato de Carlos Palomino en 2007. 6
Este
activista antifascista fue asesinado por un miembro de la extrema derecha cuando se dirigía
6 http://elpais.com/diario/2009/05/10/madrid/1241954654_850215.html
a una manifestación anti-inmigrante organizada por Democracia Nacional. Un caso similar
ocurrió en el año 2012, cuando pocas horas antes de dar comienzo un concierto en Manresa
(Cataluña), se produjo un ataque perpetrado por un grupo de simpatizantes neonazis contra
varios jóvenes antifascistas. Uno de ellos fue herido de gravedad y dieciocho personas
pertenecientes a un grupo neonazi fueron arrestadas. 7
Posteriormente, los medios de
comunicación apuntaron que el líder de este grupo habría sido candidato del Movimiento
Social Republicano en las elecciones autonómicas y que el ataque habría sido una venganza
a causa de una agresión anterior por parte de un grupo antifascista contra un miembro del
MSR. 8
El líder de España 2000, José Luis Roberto, fue acusado de incitar al odio racial tras
participar en confrontaciones verbales durante una manifestación anti-inmigrante
organizada por su partido en 2002. Varias ONG exigieron su entrada en prisión por estos
hechos. 9
Sin embargo, fue absuelto por falta de pruebas; además, la manifestación había
sido convocada de forma legal y de acuerdo con el derecho de libertad de expresión.
En diciembre de 2013, un grupo de personas enmascaradas pertenecientes a Liga Joven, la
organización juvenil del Movimiento Social Republicano, entraron violentamente en la
facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid para protestar contra el
“lavado de cerebro” a los estudiantes y exigir una Universidad no politizada. Una persona
resultó herida como consecuencia de la protesta.
Ese mismo año, un grupo de extrema derecha había reventado la celebración de la Diada
Nacional de Cataluña en la sede de la Generalitat en Madrid. 10
Los asaltantes, que
portaban banderas de Alianza Nacional, Falange and Democracia Nacional, lanzaron gas
lacrimógeno a los asistentes.
7 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/03/26/catalunya/1332759201_121968.html
8 http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/fiscal-acusa-neonazis-caceria-concierto-manresa-
3290647
9 http://www.abc.es/hemeroteca/historico-30-01-2007/abc/Valencia/el-juez-absuelve-al-lider-de-
espa%C3%B1a-2000-por-los-incidentes-en-una-protesta-contra-inmigrantes_1631190904295.html
10 http://politica.elpais.com/politica/2013/09/11/actualidad/1378923656_383702.html
Algunos ataques homófobos también son atribuidos a la extrema derecha, como la agresión
a una pareja gay en 2013, en la que los asaltantes gritaron el slogan franquista “¡Arriba
España!”11
. En agosto de 2015, varios homosexuales fueron atacados por un grupo de
neonazis en un bar de Alcalá de Henares. 12
Estos ataques tienen por lo general un amplio
impacto mediático y generan un fuerte rechazo social. Algunos medios de comunicación
asocian el aumento de este tipo de agresiones a los sucesos violentos relacionados con la
extrema derecha que se están produciendo en otros países, como es el caso de Grecia con
Amanecer Dorado. 13
El Observatorio sobre Antisemitismo denuncia delitos antisemitas que han tenido lugar
dentro del territorio español a través de sus informes anuales. El último de ellos, publicado
en 2015, subraya que los comentarios antisemitas en los sitios web destacan entre las quejas
más frecuentes, seguidos de grafitis e información en los medios de comunicación (prensa,
televisión y telediarios).14
Por el contrario, el informe apunta que los ataques contra
personas o propiedades por razones antisemitas son prácticamente inexistentes en España.
Cinco dimensiones de la ideología de extrema derecha.
Tras la descripción de la evolución y características de la extrema derecha en el panorama
político español, se realiza ahora una aproximación a sus similitudes y diferencias
programáticas. ¿Qué rasgos identifican a la extrema derecha? Las características
definitorias varían de acuerdo con los autores que las proponen y los países en las que se
aplican (ver Mudde, 1995:2002). Nosotros sostenemos que los partidos de extrema derecha
destacan en las siguientes dimensiones: patriotismo/nacionalismo; xenofobia/racismo;
antisemitismo; homofobia o, en términos generales, postura antiLGBT; autoritarismo o
escasa adherencia a algunos principios democráticos. En el caso de la última dimensión,
estos partidos suelen rechazar los principios del juego democrático y defienden un
11
http://www.eldiario.es/sociedad/homofobia-lgtb-discriminacion-neonazi_0_185832199.html
12 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/08/17/madrid/1439801645_166483.html
13 http://www.publico.es/espana/tres-neonazis-golpean-y-graban.html
14 http://observatorioantisemitismo.fcje.org/wp-content/uploads/wpcf7_uploads//2015/09/Informe-
2013-14-online.pdf
liderazgo autoritario, a menudo personificado en un líder absoluto (Duce, Führer, Caudillo,
etc). Además de exponer la mayoría de estos elementos ideológicos, los partidos de
extrema derecha generalmente abrazan valores tradicionales.
Se debe tener en cuenta que la nueva extrema derecha populista ha evolucionado desde un
esquema como el anteriormente comentado, particularmente en lo referido al autoritarismo
y el antisemitismo (Mudde, 2007). En su lugar, estos partidos tienen un fuerte sentimiento
anti musulmán (islamofobia) y algunos de ellos consideran Israel como el último baluarte
contra la amenaza del Islam.
Estos partidos aceptan las reglas de la democracia parlamentaria pero se oponen a la forma
en la que los partidos tradicionales juegan al juego democrático: su objetivo es defender “al
pueblo”, intrínsecamente bueno pero carente de poder, de la élite política corrupta. Es
básicamente este discurso anti-élite lo que define a estos partidos como populistas.
El discurso electoral de la extrema derecha tradicional.
En este apartado analizamos las posiciones de los partidos de lo que denominamos
“extrema derecha tradicional” (p.ej. neofascista o falangista) en relación con las
dimensiones mencionadas anteriormente. A continuación nos ocuparemos de otro tipo de
extrema derecha más “moderna”, Plataforma per Cataluña.
Xenofobia/racismo
Los programas electorales de la mayoría de estos partidos hacen, en mayor o menor
medida, énfasis en la necesidad de control de la inmigración masiva en Europa y, más
concretamente, en España. Esta inmigración es considerada una amenaza para la identidad
y soberanía española. Cuantos más inmigrantes reciba Europa, más se verán amenazados
sus valores, cultura y tradiciones puesto que más culturas paralelas se establecerán, sin
integrarse, dentro del país. Al mismo tiempo, algunos programas electorales establecen una
relación entre la inmigración masiva y el declive económico; la idea es que “somos
demasiados”. Los partidos de extrema derecha están, por tanto, a favor de establecer un
estricto control de la inmigración, del endurecimiento de la Ley de Inmigración
(Movimiento Social Republiano, FE-JONS), y de la imposición del principio del ius
sanguinis (derecho de sangre) para la obtención de la nacionalidad española, con la
finalidad de limitar la concesión de la ciudadanía a los descendientes de españoles. En
algunos programas se destaca que se debe dar prioridad a la inmigración procedente de
Europa debido a la mayor proximidad cultural (Alianza Nacional), y que la residencia debe
estar condicionada al empleo estable. Es decir, los partidos de extrema derecha entienden
que la afluencia de inmigrantes debe regularse en función de las necesidades económicas de
cada momento además de estar fuertemente controlada por el Estado. Además, los
ciudadanos españoles deben tener prioridad sobre los extranjeros en el acceso a los
servicios públicos (p. ej. sanidad o educación).
Para estos partidos, el rechazo a la inmigración masiva se encuentra íntimamente
relacionado con su rechazo al sistema capitalista. La razón es la siguiente: el capitalismo
produce enormes desigualdades entre países, lo que motiva grandes desplazamientos
poblacionales desde los países subdesarrollados o en vías de desarrollo hacia Europa, y
debido a esta afluencia de extranjeros nuestra cultura y valores europeos se encuentra bajo
amenaza. Hay que tener en cuenta que una de las características del discurso de la extrema
derecha en relación con la inmigración es la distinción que establece entre la inmigración
como fenómeno (que es criticado por ser una consecuencia del capitalismo) y el inmigrante
como tal, que es visto como un individuo explotado y forzado al desplazamiento por este
sistema económico.
Así, estos partidos justifican su oposición a la inmigración como consecuencia del sistema
capitalista al que también se oponen, y colocan al inmigrante en la posición de víctima de la
situación. En la misma línea, estos partidos ofrecen en sus programas electorales medidas
para contribuir al desarrollo de los países del Tercer Mundo como modo de evitar la
inmigración masiva hacia Europa.
En resumen, la extrema derecha española no tiene en sus programas electorales un discurso
abiertamente racista, sino que justifica el rechazo a los extranjeros debido a cuestiones
económicas, diferencias culturales y, a gran escala, a la tiranía del capitalismo y el
mercantilismo. En la medida en que se opone a estos sistemas, se opone también a la
inmigración. No obstante, algunos de los partidos analizados tienen ideas más radicales
sobre la inmigración y lo reflejan en sus programas electorales con un lenguaje más duro a
la hora de hablar del fenómeno. En la página web de Democracia Nacional pueden
encontrarse artículos donde los inmigrantes son descritos como “moros” (en referencia a los
magrebíes) o “ilegales”. Otros partidos hablan de “discriminación anti-blancos” (AN) o
“racismo antiespañol” (MSR), en respuesta al discurso pro inmigración de los grupos de
izquierda.
El programa de España 2000 es uno de los más explícitos en cuanto al tema de la
inmigración. Gran parte de su discurso se centra en los inmigrantes musulmanes, que son
percibidos como la mayor amenaza para la cultura europea y para la identidad española. El
partido considera que la brecha cultural entre estos inmigrantes y la sociedad española hace
prácticamente imposible su integración plena (la integración es entendida por la extrema
derecha como asimilación cultural). Su discurso refuerza la incompatibilidad entre las
creencias religiosas islámicas y el sistema legal nacional, argumentando que los
musulmanes no serán capaces de respetar valores propios de las democracias europeas,
como la libertad individual o la igualdad de género, cuando estos entren en contradicción
con sus principios culturales o religiosos.
Antisemitismo
La ideología antisemita de la extrema derecha se refleja principalmente en sus intentos
retóricos por destacar los numerosos conflictos nacionales e internacionales con
conspiraciones sionistas. Entre otras cosas, estos partidos proponen romper las relaciones
diplomáticas entre España e Israel. Alianza Nacional sugiere, además, que la incorporación
de Israel a la Unión Europea debe estar prohibida debido a las diferencias culturales. La
extrema derecha identifica el sionismo con el capitalismo, el imperialismo y el
mercantilismo; su rechazo a Israel se encuentra, pues, en consonancia con sus valores
nacional-revolucionarios.
AntiLGBT
Las referencias al colectivo LGBT son escasas en los programas electorales de la extrema
derecho (algunos de ellos ni siquiera hacen referencia al tema), aunque muestran un
discurso conservador sobre los temas sexuales y reproductivos. Una cuestión de relevancia
para la mayoría de estos partidos es la defensa de los valores familiares tradicionales, por
tanto, tienden a oponerse al matrimonio homosexual así como a las operaciones de cambio
de sexo, que consideran antinaturales y opuestas a la moral y el modo de vida tradicional.
Nacionalismo/ Patriotismo
En los programas electorales, la extrema derecha defiende una política fuertemente
centralizada: el Estado debe ostentar todas o la gran mayoría de las competencias
administrativas; el poder y las competencias políticas de las Comunidades Autónomas debe
ser muy restringido. Alianza Nacional, España 2000 y FE de las JONS apuntan a la total
abolición del Estado de las Autonomías. El separatismo y los movimientos a favor del
independentismo son considerados serias ofensas contra la unidad nacional.
Al mismo tiempo, estos partidos reconocen la importancia de los niveles local y regional y
defienden el mantenimiento y la preservación de las diferentes culturas, identidades y
tradiciones de las distintas regiones de España. Por ello defienden el apoyo a las lenguas,
tradiciones, cultura y herencia histórica de todas las regiones, como elementos que aportan
riqueza a la nación española.
Alianza Nacional va más allá en la exaltación del patriotismo, defendiendo la
reintroducción del servicio militar obligatorio y la creación de campamentos juveniles
obligatorios con la finalidad de adquirir valores como la disciplina, la camaradería o la
austeridad. También apoya la difusión de propaganda “ultranacionalista y ultra social” y la
interferencia en los medios de comunicación para exaltar los valores nacionales.
Algo en lo que todos los programas electorales analizados coinciden es en la educación
como mecanismo de transmisión de las ideas y valores nacionalistas. Estos partidos
defienden la educación pública e incluso algunos de ellos optan por abolir el sistema
privado y concertado de enseñanza.
En la misma línea, su discurso en defensa del medio ambiente se relaciona con el principio
de defensa de la identidad nacional. En los programas electorales aparecen importantes
medidas para la protección medioambiental, que se asocia a la necesidad de preservar los
recursos y la herencia histórica y cultural del pueblo español. Algunos partidos (DN, MSR)
defienden también el fin de la crueldad hacia los animales, tanto en el ámbito de la
experimentación científica como en todo tipo de festejos culturales, aún en el caso de que
esas festividades formen parte de una tradición cultural.
Las medidas en relación con la política exterior de estos partidos se desprenden igualmente
de la defensa del nacionalismo: el principio básico es la defensa de la autonomía y
soberanía del gobierno español. Estos partidos están a favor del debilitamiento o la ruptura
de las relaciones con países considerados capitalistas o mercantilistas (especialmente
EEUU o Israel), debido a su rechazo del modo de vida individualista y consumista. Por el
contrario, defienden las alianzas con aquellos países con los que comparten un pasado o
características comunes (países del sur de Europa, Latinoamérica) o políticas (Rusia).
Al mismo tiempo, hay un rechazo fuerte hacia la globalización y todo lo que esta implica
para la economía española: la huida de empresas nacionales a países menos desarrollados y
la afluencia masiva de mano de obra barata. Se identifican como culpables de la
destrucción de la economía nacional a la derecha liberal y a los partidos socialdemócratas.
Los programas electorales de la extrema derecha contienen también declaraciones sobre la
situación de Ceuta y Melilla; las propuestas más extremas (AN) apuntan a la necesidad de
fortificar estos territorios para defenderlos de la entrada de inmigrantes así como de una
posible invasión de Marruecos.
Por otra parte, la extrema derecha es una firme defensora de la soberanía española en
Gibraltar. Algunos de los partidos (MSR, FE de las JONS) también sugieren mantener
relaciones diplomáticas con Sáhara Occidental.
Todos estos partidos se muestran muy críticos con la Unión Europea, pero la mayoría de
ellos no proponen la salida directa de España. En general defienden una revisión o
reorganización de la UE en aras de lograr mayores cotas de soberanía dentro de ella. La
idea subyacente es que las políticas de la UE responden a intereses capitalistas, pero no hay
un discurso anti UE explícito en la mayoría de los casos.
Partidos como Democracia Nacional y España 2000, sí se oponen a la permanencia de
España en la UE y defienden su desaparición y su sustitución por una Confederación de
Estados Europeos con un mayor grado de soberanía para los países miembros.
Intervencionismo/Autoritarismo.
Los partidos de la extrema derecha española no defienden un Estado autoritario conducido
por un líder absoluto, pero sí se oponen a las actuales formas de democracia liberal o
partidocracia, en la que los partidos políticos funcionan al servicio de la oligarquía
económica (MSR, FE de las JONS, AN). La democracia, desde su punto de vista, solo ha
traído “el control de los bancos, la degeneración y la multiculturalidad”. En lugar de este
sistema, defienden la implantación de una versión de la democracia basada en la
participación directa, a través de instrumentos como los referéndums.
Estos partidos también apoyan una fuerte redistribución de la riqueza con la finalidad de
crear una sociedad donde las diferencias de clase prácticamente desaparezcan. Esto puede
parecer una demanda populista, pero obedece a la ideología anticapitalista y socialista de
muchos de estos grupos. Entre sus propuestas se encuentran la eliminación de todos los
privilegios de las élites, lo que incluye a los ricos, los empresarios y los políticos. Existe la
percepción general de que los males sociales de España son resultado de la incompetencia,
la corrupción y la falta de dignidad de la élite política, que se ha vuelto esclava del
capitalismo y de las grandes fortunas económicas y financieras. El nuevo sistema político
que la extrema derecha propone acabará con estas prácticas dañinas.
Asimismo, defienden la implementación de políticas sociales para dar asistencia a los
grupos sociales más desaventajados. Estas políticas incluyen prestaciones para el acceso a
la vivienda, desarrollo del sistema de pensiones contributivo y no contributivo, y
prohibición de los desahucios.
El populismo de extrema derecha de Plataforma per Cataluña.
Plataforma per Cataluña es el único partido de España cuya ideología recuerda a la de
otros partidos de extrema derecha europeos. En este apartado exploramos el discurso de
este partido a través de sus documentos fundacionales –Decálogo y Declaración
Programática- y los programas electorales de las elecciones de 2007, 2010, 2011 y 2012.
En su decálogo, PxC comienza con una explicación de “la Cataluña que queremos”. Se
define como un partido que no es de izquierdas ni de derechas, sino una plataforma para
todos aquellos ciudadanos “que no se sienten representados por los partidos actuales en
asuntos tan importantes como la inmigración ilegal, la delincuencia, el desempleo y la
degradación social”. Y, de acuerdo con la Declaración Programática, es un partido no
confesional pero inspirado “por principios del humanismo cristiano y la Ilustración”.
Inmigración y xenofobia.
El partido tiene una visión altamente negativa de la inmigración. PxC denuncia los efectos
negativos que ha tenido la política inmigratoria española en “nuestra identidad, nuestro
estilo de vida, nuestra manera de querer, de sentir, de trabajar y de vivir, es decir, en
nuestra cultura y nuestra civilización occidental” (Programa Electoral, 2010:8). El partido
sostiene que, debido a las tendencias demográficas, Cataluña tendrá una mayoría de
población musulmana, latinoamericana y asiática y “nuestros hijos estarán condenados a
vivir en una sociedad en la que serán minoría” (PE, 2011:2).
Como solución al problema de la inmigración, PxC propone expulsar o repatriar
inmigrantes; en primer lugar, aquellos que hayan cometido delitos en España; luego,
aquellos que hayan entrado de forma ilegal en el país, y finalmente los inmigrantes
desempleados de larga duración (PE, 2010: 12). De la mima manera, PxC pretende hacer
legalmente posible la repatriación de inmigrantes musulmanes (DP).
A pesar de estas medidas antiinmigrantes, PxC no se declara xenófobo (PxC, 2010:11),
sino que cree que el futuro para Cataluña pasa por el mantenimiento de la identidad
catalana.
Islamofobia.
El discurso de PxC (al igual que el de muchos otros partidos de extrema derecha en
Europa), está fuertemente centrado en los musulmanes. Son los musulmanes y su afluencia
a Cataluña quienes más contribuyen a la pérdida de identidad catalana, así como a la
libertad personal, la democracia, la religión cristiana y las tradiciones (PxC, 2010: 10). Para
evitarlo, PxC propone incluir modificaciones en la Constitución que hagan posible repatriar
a los musulmanes a sus países de origen.
PxC acusa a los partidos CiU y ERC de haber permitido la afluencia masiva de
musulmanes. Estos partidos, desde su punto de vista, han favorecido la inmigración de
marroquíes sobre la de latinoamericanos.
Género y e ideología LGBT.
PxC defiende firmemente la familia como una de las instituciones sociales básicas. “Una
sociedad fuerte necesita familias fuertes” (PxC, 2010:17). El partido propone diseñar un
plan para incrementar de nuevo la tasa de natalidad (íbid:18). El papel de la familia es
crucial en este sentido. Al mismo tiempo, el partido desea crear una Agencia Nacional de
Adopción con el objetivo de fomentar la adopción nacional como alternativa al aborto. No
obstante, no se pronuncia abiertamente en contra del aborto.
PxC alaba que las mujeres compatibilicen su participación en el mercado de trabajo con su
rol como madres y critica el hecho de que la actual brecha salarial de género está
perjudicando a las mujeres por su esfuerzo. El partido sostiene también que la sociedad
debería facilitar la reincorporación de al mercado de trabajo tras la maternidad.
Nacionalismo/Patriotismo
PxC no tiene un programa en el que se exalte en exceso el sentimiento patriótico. A pesar
de situarse en un territorio donde hay sentimientos nacionalistas conflictivos, ha conseguido
mantenerse en una posición intermedia con respecto a esta cuestión y ha recibido apoyo
tanto de personas a favor de la independencia como de la unidad de España.
Al contrario que la extrema derecha europea, PxC no se muestra en contra de la UE;
incluso se presenta como un partido “con vocación europea” (DP). Aunque, en la línea de
su rechazo a influencias culturales extranjeras, se muestra en contra de la entrada de
Turquía en la UE.
Ideología anti élite.
En la línea similar de otros partidos europeos, ofrece una visión negativa de la
globalización, las multinacionales y el capitalismo transnacional que, en su opinión,
manipulan a su antojo a las democracias nacionales. Años antes de que Podemos
popularizase el ´termino “casta”, PxC ya había denunciado la corrupción de la “casta
política”. Seis de las páginas de su programa electoral de su programa electoral de 2010
están dedicadas a describir y criticar la corrupción de otros partidos catalanes y subrayar la
necesidad de una regeneración política (PxC, 2010: 61-66).
Cuestiones de género.
Las posturas relacionadas con el género son diversas en este partido. En primer lugar,
sugieren una voluntad de restringir la libertad sexual y reproductiva. Varios partidos se
pronuncian en contra de matrimonios entre personas del mismo sexo, así como al aborto y
a la utilización de píldoras anticonceptivas (FE de las JONS) a las que ven como un método
abortivo.
En relación con la igualdad de género como valor institucional, estos partidos mantienen
posiciones ambiguas. Algunos no se refieren directamente a esta cuestión, mientras que
otros presentan notorias diferencias con respecto a ella. El MSR defiende la
implementación de políticas y medidas a favor de la igualdad de género en todos los
niveles. FE de las JONS y Democracia Nacional, por su parte, mantienen la necesidad de
revocar las medidas de discriminación positiva, pues desde su punto de vista España ya ha
alcanzado una situación de completa igualdad entre los dos sexos y, al mantener estas
medidas en la actualidad, se está generando más desigualdad en el mercado laboral. Alianza
Nacional tiene su propia organización femenina, llamada Genus, que defiende la visión del
partido en el ámbito del género. Esta sección femenina enfatiza los valores de la mujer
tradicional como parte de la familia tradicional. El partido apoya la idea de que existe una
diferencia entre hombres y mujeres que no es solamente biológica, sino también
psicológica y social, y trata de llevar esta distinción a la práctica a través de Genus.
¿Cuál es la razón del enigma español?
La anterior descripción de la situación de la extrema derecha en el espectro político español
y el análisis de los discursos de los partidos –reflejado en sus programas electorales y
entrevistas y conferencias de sus líderes- nos provee de una serie de elementos para
hipotetizar que, al contrario de lo que ocurre en el resto de Europa, no ha surgido en España
un partido de extrema derecha exitoso.
Los sentimientos anti-inmigrantes no son menores en España que en otros países europeos;
estos sentimientos incluyen opiniones negativas y actitudes en contra de los inmigrantes de
origen musulmán (Mijares & Ramírez, 2008; Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia,
2015). De hecho, parte de la literatura (EUMC, 2006; PEW, 2008) apunta que los
sentimientos anti-musulmanes son incluso más fuertes en España que en cualquier otra
parte de Europa.
Al mismo tiempo, debido a los numerosos casos de corrupción en los que tanto políticos
como partidos políticos españoles se han visto envueltos, la confianza ciudadana en la
política y sus instituciones se ha desplomado; del mismo modo también lo ha hecho la
confianza en las instituciones y políticas europeas (Castedo, 2014). Situaciones similares en
otros países de Europa han servido de base para el auge de partidos de extrema derecha.
¿Por qué ninguno de estos partidos ha sido capaz de seguir el ejemplo europeo en España?
Como hemos visto con anterioridad, la literatura ofrece algunas explicaciones plausibles: el
tradicional sistema bipartidista español, que dificulta el crecimiento parlamentario de
nuevos partidos; la fragmentación de los propios partidos de extrema derecha; la falta de
líderes verdaderamente carismáticos, y quizás el hecho de que el Partido Popular en
ocasiones se ha ocupado de cuestiones que los votantes de extrema derecha consideran
importantes (Alonso and Rovira, 2015; Casals, 2009, 2011; Fresco, 2013).
Nuestro análisis de las trayectorias y discursos de la extrema derecha apoya la mayoría de
estas teorías. No obstante, creemos que la explicación es más compleja. Por un lado se
encuentra la crisis financiera, que ha provocado severos contratiempos en la economía
nacional y ha ejercido una notable influencia. España ha vivido un largo periodo de declive
económico y aún en la actualidad presenta una de las mayores tasas de desempleo de la
Unión Europea; el desempleo juvenil ronda el 50% y hay más de un millón y medio de
hogares con todos sus miembros en situación de desempleo. Alonso y Rovira (2015: 31)
mencionan que, en 2006, casi un 60% de la población española veía la inmigración como el
principal problema del país; sin embargo, desde el inicio de la crisis, en 2008, este
porcentaje ha disminuido hasta representar solo el 1,5% en 2013. Pero esto no significa
necesariamente que la población haya dejado de preocuparse por la inmigración:
simplemente esta cuestión ha pasado a un segundo plano debido a la rápida pérdida de
empleo y la reducción de los ingresos de las familias. En esta situación, las personas han
comenzado a sentirse más interesadas por las propuestas centradas en superar la crisis
económica y reducir el desempleo que en los discursos sobre los problemas de identidad.
Los partidos de extrema derecha –a pesar de que abordan todo tipo de cuestiones en sus
programas- tienden a incidir sobre los discursos de “culpa”, es decir, discursos que
identifican categorías de personas –normalmente, grupos marginados o elitistas- como
culpables de los problemas del país. Pero estos discursos rara vez son convincentes.
Mientras a nivel nacional las confrontaciones políticas sobre cómo gestionar la crisis
económica han eclipsado prácticamente todos los otros debates, en Cataluña ha sido la
reciente radicalización de las demandas por la independencia (y las confrontaciones
políticas entre la Comunidad Autónoma y el gobierno español) la que ha relegado otros
asuntos económicos y políticos de relevancia. Cataluña es la única región donde un partido
de extrema derecha, Plataforma per Cataluña, ha ganado terreno. Durante muchos años,
PxC ha intentado emular el éxito de la extrema derecha populista en otras partes de Europa,
copiando gran parte de su discurso islamófobo. En la cuestión nacionalista, el partido ha
logrado mantener una posición intermedia que le ha permitido crecer continuamente
durante aproximadamente una década. Sin embargo, finalmente la radicalización de la
cuestión nacionalista dio lugar a un conflicto dentro del partido; esto, junto con el creciente
desencanto con el desempeño de su fundador y líder, Josep Anglada, motivó la expulsión
de este a principios de 2014. El consiguiente resultado fue el declive total en las elecciones
municipales de 2015, donde el partido perdió aproximadamente el 90% de su apoyo.
Otro factor que puede haber impedido el progreso de PxC como partido de extrema derecha
de referencia es su propia ideología: a pesar de sus intentos por copiar a la extrema derecha
europea -el discurso anti-Islam-, el partido no se ha distanciado lo suficiente de la
tradicional extrema derecha española como para volverse atractivo para una audiencia
amplia. Cuando se leen sus programas electorales o se escucha hablar a sus líderes (no hay
mujeres en la cúpula del partido) se aprecia que su versión de la xenofobia (endogrupo-
exogrupo, chivo expiatorio) aún tiene más aspectos en común con la extrema derecha
tradicional que con la derecha populista europea, más “sofisticada” en su discurso anti-
musulmán (con una diferenciación entre el discurso culturalista y el discurso racista).
Los partidos de extrema derecha españoles no tienen líderes con un gran carisma y un
discurso moderno. La mayor parte de estos líderes son hombres de mediana edad y varios
de ellos tienen un pasado franquista o han ido pasando de un grupo extremista a otro hasta
encontrar uno en el que pudieron obtener algo de poder. Esta idea es aplicable al caso de
Josep Anglada: su militancia en Fuerza Nueva y Frente Nacional en un intento de emular
el discurso moderno de la extrema derecha europea resultó poco convincente. Los líderes
de Falange Española de las JONS y Movimiento Social Republicano son hombres jóvenes,
pero el portavoz del primer partido mantiene una ideología y retórica que a mucha gente
recuerda al período franquista. El líder de MSR, por otro lado, parece estar encaminando el
tradicional discurso fascista de su partido hacia uno de carácter identitario más moderno.
Con sus contribuciones en los medios de comunicación, en las que aborda numerosos temas
de actualidad, parece estar ajustando su mensaje a una audiencia más joven.
Anteriormente hemos subrayado la enorme fragmentación de la extrema derecha española.
Esta extrema derecha tendría, a nuestro modo de ver, dos posibilidades para volverse una
opción política a tener en cuenta dentro del sistema político español: la primera, que uno de
estos partidos domine y absorba a los otros; la segunda, que varios partidos y movimientos
se unan para formar un partido más grande. No obstante, la mayoría de las organizaciones
de extrema derecha tienden a mantener con firmeza sus principios ideológicos y símbolos;
así, suponemos que rechazarán renegar de sus raíces fascistas o franquistas solo para
obtener un número mayor de votos. Ya que los líderes prefieren defender sus pequeñas
parcelas políticas, la fusión de estos partidos en uno ideológicamente actualizado no es
deseable.
Finalmente, otro factor relevante que consideramos que impide el crecimiento de la
extrema derecha en España es la falta de información en los medios de comunicación sobre
esta ideología. En el caso de que los medios informen sobre la extrema derecha, lo hacen
con una visión sesgada a través de noticias relacionadas con actos de violencia contra las
minorías. Por tanto, el ciudadano promedio difícilmente obtendrá un conocimiento
profundo y objetivo sobre las pretensiones de estos partidos políticos. Y prácticamente todo
lo que saben sobre ellos tiene connotaciones negativas.
Conclusiones.
En los últimos diez años, la extrema derecho populista ha incrementado su popularidad en
muchos países europeos. En algunos de ellos, los tradicionales partidos de extrema derecha
se han reinventado (Francia, Austria); en otros casos han surgido nuevos partidos (Holanda,
Finlandia). Lo que la mayoría de ellos tienen en común es su defensa del nacionalismo, un
discurso en contra de las élites y una fuerte postura anti-musulmana. No obstante, en
España –el país de la UE con más afluencia de inmigrantes entre 2000 y 2010- ninguno de
estos partidos ha logrado crecer, a pesar de los sentimientos islamófobos de la sociedad
española. Con la intención de dar respuesta a este hecho paradójico, esta comunicación
analiza la evolución y los discursos políticos de la mayoría de los partidos de extrema
derecha españoles.
Nuestra hipótesis es que en esta cuestión no intervienen tan solo uno o dos factores, sino
que es la interrelación de varios de ellos la que explica el enigma español: la tradición
bipartidista española, la fragmentación de la extrema derecha, el predominio de los
discursos y debates sobre la gestión de la crisis económica y la cuestión catalana, las
reminiscencias del período franquista en su ideario, la falta de líderes carismáticos y el
cordón sanitario impuesto de los medios de comunicación.
La reciente aparición de dos nuevos partidos en el escenario político, el partido de centro
Ciudadanos y el partido de extrema izquierda Podemos, parece haber anunciado el fin del
sistema bipartidista; si ese es el caso, significaría que los partidos de extrema derecha
tendrían también posibilidades de éxito. Pero para que eso suceda sería absolutamente
necesario para ellos una unión, con la finalidad de formar un partido mayor que aglutine a
las decenas de pequeños partidos y movimientos que existen en la actualidad. Hasta el
momento, con los partidos de extrema derecha apegados a sus principios, eslóganes y
banderas, y la reticencia de sus líderes a ceder protagonismo, esto parece aún una realidad
muy lejana.
De todas formas, el principal obstáculo de estos partidos para convertirse en exitosos es su
propia ideología: en España demuestran unos principios abiertamente anti-extranjeros,
doctrina que se ha vuelto obsoleta y cuyo discurso no convence a un gran número de
personas. Por el contrario, los partidos de extrema derecha populista en el norte de Europa,
que emplean un lenguaje nativista y culturalista, son capaces de convencer a sus seguidores
de que con la oposición a determinados grupos –particularmente los musulmanes- están
defendiendo nuestra cultura occidental y sus valores de la amenaza de la invasión por parte
de culturas no occidentales (o incluso de las de Europa del sur o Europa del Este). Este es
un tipo de xenofobia que la mayoría de los partidos de extrema derecha populista sostiene.
Pero todavía en España no ha surgido uno capaz de transmitir ese mensaje.
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