el elefante ha ocupado la catedral
DESCRIPTION
Texto de Juan Mayorga Ilustraciones de Daniel Montero GalánTRANSCRIPT
Juan
May
orga
Dan
iel M
onte
ro G
alán
El elefante ha ocupado la catedral
Juan MayorgaDaniel Montero Galán
veintisieteletritas
El e
lefa
nte
ha o
cupa
do la
cat
edra
l
Un grupo de ciudadanos, con su Alcaldesa, su Sargento,
su Fontanero, su Aprendiza, su Organista y sus turistas de paseo
intentan descubrir cómo ha podido un elefante ocupar la catedral. Para ello, y empezando por la trompa, emprenden un fantástico viaje al interior del paquidermo, donde darán con la clave del misterio.
El elefante ha ocupado la catedral_CUBIERTA_octubre2012.indd 1 08/10/12 15:12
© Del texto: Juan Mayorga Ruano© De las ilustraciones: Daniel Montero Galán© De las canciones (letra y música): Pedro Sarmiento© De las biografías: Veintisiete Letras
© Veintisiete Letras, S.L.Julián Camarillo, 4728037 [email protected]
Primera edición: noviembre de 2012
ISBN: 978-84-92720-21-7Depósito legal: M-31320-2012Impreso en España / Printed in SpainGráficas Varona, Salamanca
«Para mí el teatro es reunión», dice Juan Mayorga. Gracias a Francisco Martínez Quirce por reunirnos en torno a este proyecto. Y a Pedro Sarmiento por llenarlo de música.
Todos los derechos reservados
veintisieteletritas
Para Miguel, Beatriz y Raquel Juan Mayorga
Para Eva, Mónica, mis padres y los ElefantesDaniel Montero Galán
El elefante ha ocupado la catedral
Juan MayorgaDaniel Montero Galán
Canciones de Pedro Sarmiento
Elefante
Fontanero
Mariposa
Aprendiza
Alcaldesa
Sargento
Cabo
MonaguillosOrganista
Sacristán
Ciudadanos
Noruegos
Cardenal
Mañas
1 Fuera del elefante
En la Plaza de la Catedral, de noche.
Cabo.- ¿Me permite una pregunta, Sargento?
Sargento.- Adelante, Cabo.
Cabo.- ¿Cómo hace la nube la forma del gato?
Sargento.- ¿Dónde ve usted un gato?
Cabo.- Allí, señor.
Silencio.Sargento.- No es un gato. Es un loro.
Cabo.- Yo veo un gato.
Sargento.- Pues es un loro.
Cabo.- Pues yo veo un gato.
Sargento.- ¡Es un loro! ¡Es una orden!
Cabo.- No hay duda, Sargento, es un loro.
Silencio.
¿Me permite una pregunta, Sargento?
Sargento.- Adelante, Cabo.
Cabo.- ¿Cómo hace la nube la forma del loro?
Silencio. Sargento.- La presión. La presión atmosférica.
La atmósfera tiene una presión. Una densidad. Un espesor, como si dijéramos. Imagínese una plastilina. Pero una plastilina que no tuviese espesor, una plastilina sin esp…
Cabo.- ¿Ha visto lo que yo he visto, Sargento?
Sargento.- Lo he visto, Cabo, pero preferiría no haberlo visto.
Silencio. Hay que avisar a la señora Alcaldesa.
Cabo.- Tiene razón, Sargento, debería avisarla.
Sargento.- Vaya usted. Yo me quedo aquí, vigilando si sale.
Cabo.- Mejor va usted y yo vigilo.
Sargento.- Es una orden, Cabo.
Cabo.- Son las tres de la madrugada. Ya conoce a la señora Alcaldesa. Se enfadará.
Sargento.- No se enfadará. Es una emergencia.
Cabo.- Aunque sea una emergencia, se enfadará.
Sargento.- ¡Es una orden!
El Cabo va a despertar a la alCaldesa. El sargento vigila la puerta de la catedral, pero en seguida su atención se escapa hacia la nube.
Sargento.- (Hablando a la nube.) Lo haces con el espesor, ¿te crees que me chupo el dedo? Si no tuvieses espesor, ¿de dónde ibas
a sacar las formas? Si no tuvieses espesor, no habría ni gato
ni loro ni…
Llegan la AlcAldesA –en pijama y con cara de sueño– y el cAbo. El sArgento se cuadra ante la AlcAldesA.
Alcaldesa.- ¿Qué sucede, Sargento?
Sargento.- Un elefante ha ocupado la catedral. Cinco posibles víctimas: el Cardenal, el Sacristán, la Organista y un par de Monaguillos. No se descartan daños materiales.
Alcaldesa.- No estoy para bromas, Sargento. Los alcaldes no estamos para bromas, y menos a las tres de la madrugada. No hay elefantes en esta ciudad, y si los hubiera, el último lugar donde se meterían es nuestra catedral gótica.
De la catedral sale la trompa del elefante.
Pero esto es ¡una catástrofe! ¡Un elefante en nuestra catedral gótica! ¡Y al amanecer llegan los turistas noruegos! Sargento, ¡sáqueme a ese elefante de ahí!
Sargento.- Cabo, ¡sáqueme a ese elefante de ahí!
Cabo.- A la orden, Sargento.
El Cabo estudia la situación.
Cabo.- Sargento, no sé cómo hacerlo.
Sargento.- No sabemos cómo hacerlo, señora Alcaldesa. En la academia no nos enseñaron a sacar elefantes de catedrales góticas.
Alcaldesa.- Pues improvisen. ¡Al amanecer llegan los noruegos! ¡Saquen de ahí a ese bicho!
La trompa del elefante se levanta y muge. El sargento estudia la situación.
Sargento.- Está atascado. Se conoce que entró a buscar algo y ahora no puede salir. Es un atasco. Necesitamos un fontanero.
Alcaldesa.- Bien razonado. Tráiganlo, al Fontanero.
Cabo.- Se jubiló el jueves.
Alcaldesa.- ¿Qué?
Cabo.- Menudo homenaje le dieron. Él, emocionado, hizo un discurso: «Estoy hasta el casco de cañerías atascadas. Desde hoy, las cañerías atascadas que las desatasque Rita». Así dijo.
Alcaldesa.- Esto no es una cañería atascada. ¡Es una catedral gótica atascada! Vaya por él, Sargento.
Sargento.- Vaya por él, Cabo.
Cabo.- ¿Y si se resiste?
Sargento.- ¿Y si se resiste?
Alcaldesa.- Si se resiste, lo arrestan.
Sargento.- Ya ha oído, Cabo. Que se resiste, pues lo arresta.
No muy convencido, el Cabo va a buscar al fontanero.
Alcaldesa.- Menudo contratiempo. Los noruegos a punto de llegar y un elefante nos atasca la catedral gótica ¡justo cuando el último fontanero de la ciudad acaba de jubilarse! ¿Qué otra catástrofe puede suceder todavía?
La trompa le echa encima un chorro de agua, empapándola.
2 En la trompa
El fontanero y la aprendiza avanzan por la trompa, inesperadamente larga. Al principio tendrán que reptar, luego podrán ir en cuclillas y a partir de un cierto punto se pondrán en pie.
Fontanero.- Una de dos: o tú y yo nos estamos reduciendo o la trompa se va amplificando.
Aprendiza.- ¿Por qué no apaga la linterna, maestro? Hay luz de sobra. Luz de vidriera.
Fontanero.- Tienes razón. ¡Luz de vidriera!
En efecto, es esa luz fragmentada en colores propia de las catedrales góticas. El fontanero apaga la linterna. Los exploradores continúan avanzando por la trompa, que sube y baja y serpentea y hace bucles.
&
?
44
44
jœDe
‰
œ œ œ œ œ œ œjad que me pre sen te
co
œœb
Œ
œœ
Œ
œ œ œ œ œ œ œnoz co bien mi o fi cio soy
œœ#Œ
œœnb Œ
œ œ œ œ œ œ œ œhá bil, e fi cien te y a de
œœ#Œ
œœnb Œ
- - -
- - - - - - - - - -
&
?
4
.˙ ‰ jœmás… en
˙˙˙ ˙̇̇
œ œ œ œb œun pis pas te re
∑
E b B b
œ œ œ œ œ œsuel vo u na cis ter na.
∑
D G
wU
∑
- - - - -
Dejad que me presente
Dejad que me presenteconozco bien mi oficiosoy hábil, eficientey además...en un pis pas te resuelvo una cisterna Sueños embotellados
&
&
44
44
Œ œ œ œ
Se la tra
œ œ œ œ œ œ œ œ
w
gó
simile
D- / C
Œ œ œ œ
y em pe zó a hin
G 7 / B
˙ ˙
char se
C
Œ œ œ œ
a ca da
A- / C
- - - - - -
&6
˙ ˙
vuel ta
D / C
Œ œ œ œse da un im
G / B
˙ ˙
pul so
C / B
Œ œ œ œ
y no des
A- 7 ˙ ˙
can sa.
D 7
∑G
∑U
C
- - - - -
Se la tragó
Se la tragó y empezó a hincharsea cada vuelta se da un impulsoy no descansa
& 44 ..œ œ œ œ œ œ œb
Sue ños em bo te
C G b
œ œ œ ˙lla dos.
x4 C
- - - - -
& 44 œ .œ œ œ# .œ œ
IntroG
œn .œ œ œ œ œ œ#3
œ .œ œ œ# .œ œG
œn .œ œ œ ‰ . rœ
SiBus-
& ..5
.œ œ .œ œ œ œ
vesca a
unla
ema
leri
fanpo
te ensa
C.œ œ .œ œ .œ œ .œ œ
trarque
enno
upa
nara
cade
tevo
drallar
nocan
D
.œ œ .œ œ œ œ
detan
besdo
exme
tralo di
ñar teas
C
- - - - - - - - - --- - - - - - - -
& ..8 .œ œ .œ œ œ ‰ . r
œpronla
tocon
se hinven
chace
rárás
a
D G
œ .œ œ œb œ
vi sa a la po li
F 7
œ ˙ .œ œcí a po li
B bœ .œ œ œ# œcí a mu ni ci
A 7
wpal.
D
- - - - - - - - - - - - - -- - -
Si ves a un elefante
Si ves a un elefante entrar en una catedralno debes extrañarte, pronto se hincharábusca la mariposa que no para de volarcantando melodías la convencerásavisa a la policíapolicía municipal
Juan Mayorga nació en Madrid no hace mucho. La primera obra que vio representada en un escenario fue Doña Rosita la soltera, de Federico García Lorca. Tenía dieciséis años y se enamoró del teatro para siempre.
No sabría decir si prefiere las letras o los números. Cree que que los números, sobre todo los imaginarios, nos ayudan a vivir, pero para decir a una persona lo mucho que la quiere le resultan más útiles las palabras. Ha escrito decenas de obras de teatro y es profesor de matemáticas y filosofía.
Lo que más le gusta en el mundo es ver reír a sus hijos y, después, el cocido madrileño, nadar, caminar por el campo, el regaliz y las películas en blanco y negro. Y el teatro, le gusta mucho el teatro...
Tiene tantos premios que no cabrían en este escenario. Su obra ha sido traducida a un montón de idiomas, algunos tan raros como el esperanto.
De pequeño, su animal preferido era el elefante Perico de la Casa de Fieras del Retiro, quizá porque, como él, tenía las orejas grandes. Juan ha tenido tortugas, un conejo y un gato llamado Tormenta. Pero él querría ser
una bandada completa de murciélagos para ver el mundo con muchos ojos y boca abajo.
Daniel Montero Galán nació también en Madrid, pero hace mucho menos. Dice que comenzó a dibujar porque le costaba expresarse con palabras. Sin embargo, es autor de libros en los que pinta y escribe igual de bien. Buscad su Zooilógico y veréis...
Define su estilo como «rectiforme espiraloide con manchitas» y procura ir perfeccionándolo día a día y alguna que otra noche. Protagonista indiscutible es la acuarela. Junto a ella, rotuladores, lapiceros, anilinas, tinta china, lejía y las huellas de su gata Canica, que siempre le echa una mano, o mejor dicho, una pata, mientras trabaja.
Se apasiona con un libro de Michael Ende o con los cómics de Quino. Le gusta sacarse Pajarracos de la cabeza e inventarse tonterías y locurrencias. Y echarse la siesta. No puede vivir sin el café, el sushi y, claro, la acuarela. Prefiere cualquier epoca del año al verano, pero sobre todo la primavera. Cada vez le gusta más el campo y menos la ciudad. Le aterra el papeleo y un poquito hablar en público.
Su truco para inventar una historia: dejarse llevar, no ponerse límites... Y una manía al pintar: meter los pinceles en el café y beberse
el agua del aclarado.
Juan
May
orga
Dan
iel M
onte
ro G
alán
El elefante ha ocupado la catedral
Juan MayorgaDaniel Montero Galán
veintisieteletritas
El e
lefa
nte
ha o
cupa
do la
cat
edra
l
Un grupo de ciudadanos, con su Alcaldesa, su Sargento,
su Fontanero, su Aprendiza, su Organista y sus turistas de paseo
intentan descubrir cómo ha podido un elefante ocupar la catedral. Para ello, y empezando por la trompa, emprenden un fantástico viaje al interior del paquidermo, donde darán con la clave del misterio.
El elefante ha ocupado la catedral_CUBIERTA_octubre2012.indd 1 08/10/12 15:12