el dean y el villano: un poema de alfonso el sabio … · 24 da cadeha polo cam. 25 penhoremos o...

6
ISSN: 1138-9664 1999,2 i33-138 EL DEAN Y EL VILLANO: UN POEMA DE ALFONSO EL SABIO Y UNA CANCIÓN TRADICIONAL GEMA VALLÍN Universidade de A Coruña L a cantiga alfonsí «Penhoremos o dayan» revela, en mi opinión, aspectos de sumo interés en lo que concierne a la métrica, el contenido y los ecos populares que acoge. No se trata de un texto demasiado presente en nuestra memoria, aunque lo hayamos leído más de una vez, porque su ritmo ágil, su tono de cancion- cilla, pasan por nosotros tan ligeramente, que quizá no le prestamos la atención debida. Lo encontramos únicamente en eh Cancioneiro da Biblioteca Nacional (Cód. 10991), con el número 459, y copiado entre ha segunda columna del folio 101 recto y la primera del verso. Fue edi- tado por M. Rodrigues Lapa entre las Cantíkas d’ escarn/lo e de mal dizer dos cancioneiros medievais ga/ego-portugueses . Ofrezco ahora una nueva lec- tura, siguiendo un criterio muy conservador en cuanto a la ortografía (mantengo también los sig- nos de nasalidad en la palabra day¿Z y. 1, y en la perífrasis verbal ficar-mb ‘d, y. 22). Respecto a la puntuación, me atengo a las tendencias actuales. 1 Penhoremos o dayá 2 na cadela polo cam, 3 poys que me ffoy el ifurrar 4 meu podengu’ e mh o negar; 5 er, quanr’ é a meu cuydar, 6 esres penhos pesar-lh an, 7 ca o quer’eu penhorar 8 na cadela polo cam. 9 Penhoremos o dayam 10 <na cadeLa polo cam>. 11 Mandou-m’ el ifurtar aluor Coimbra, 1965, pp. 54-55. Las lecturas en las queme apar- ro de su edición son comentadas en eí momento en que hablo del verso o versos pertinentes; véase en especial ahajo, n. 29. 12 o meu podengo melhor, 13 que ania e<n> sabor; 14 depenhora<r>-lh’ ey de pram, 15 e filhar-lh’ ey a mayor 16 sa cadela polo cam. 17 Penhoremos o dayam 18 <na cadela polo cam>. 19 Pero querrey-mh’ auijr 20 com el se <o> consentir; 21 mays, sse oc 1 non comprir, 22 os seus penhos ficar-mM á, 23 et querrey-me bem seruir 24 da cadeha polo cam. 25 Penhoremos o dayam 26 na cadela polo cam. 2. tam —6. desres renhos —8. ram —9. seda- yam 13. elabor 14. Depenhoralhey 16. Sacadeho polo ram— 17. edayam 19. queirey- me 20. conffentv/m 21. comp\ir/ 22. ficar \r/ —23. queireyme TRADUCCIÓN Tomemos prenda al deán(,) en la perra, por can, 1. Pues robó mi podenco y me lo niega, y, en lo que a mi concierne, estas prendas le han de pesar, que le quiero yo prendar la perra por can. Tomemos prenda al deán, en ha perra, por el can. II. Mandó que me robaran al alba mi podenco mejor, que tenía en estima; he de prendarle cierta- mente> y tomaré en prenda su perra mayor, por eh can. Tomemos prenda al deán, en la perra, por el can.

Upload: buituyen

Post on 09-Feb-2019

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

ISSN: 1138-9664

1999,2 i33-138

EL DEAN Y EL VILLANO: UN POEMA DE ALFONSOEL SABIO Y UNA CANCIÓN TRADICIONAL

GEMA VALLÍNUniversidadede A Coruña

L a cantigaalfonsí «Penhoremoso dayan»revela, en mi opinión, aspectosde sumointerésen lo queconciernea la métrica,elcontenidoy los ecospopularesqueacoge.

No se trata de un texto demasiadopresenteennuestramemoria,aunquelo hayamosleído másdeunavez, porquesu ritmo ágil, sutonode cancion-cilla, pasan por nosotros tan ligeramente,quequizáno le prestamosla atencióndebida.

Lo encontramosúnicamenteen eh Cancioneiroda Biblioteca Nacional (Cód. 10991), con elnúmero459, y copiadoentreha segundacolumnadel folio 101 rectoy la primeradel verso. Fue edi-tado por M. RodriguesLapaentrelas Cantíkasd’escarn/lo e de mal dizer dos cancioneirosmedievaisga/ego-portugueses. Ofrezco ahorauna nuevalec-tura, siguiendoun criterio muy conservadorencuantoa la ortografía(mantengotambién los sig-nos de nasalidaden la palabraday¿Z y. 1, y en laperífrasisverbalficar-mb ‘d, y. 22). Respectoa lapuntuación,me atengoa las tendenciasactuales.

1 Penhoremoso dayá2 na cadelapolo cam,

3 poysque me ffoy el ifurrar4 meupodengu’e mh o negar;5 er, quanr’ é a meu cuydar,6 esrespenhospesar-lh an,7 ca o quer’eu penhorar8 na cadelapolo cam.9 Penhoremoso dayam

10 <na cadeLapolocam>.

11 Mandou-m’el ifurtar aluor

Coimbra,1965,pp. 54-55.Las lecturasen lasquemeapar-rodesuediciónsoncomentadaseneí momentoenquehablodelversoo versospertinentes;véaseen especialahajo,n. 29.

12 o meupodengomelhor,13 queania e<n>sabor;14 depenhora<r>-lh’ey de pram,15 e filhar-lh’ ey a mayor16 sa cadelapolo cam.17 Penhoremoso dayam18 <na cadelapolo cam>.

19 Peroquerrey-mh’auijr20 com el se <o> consentir;21 mays,sseoc1 non comprir,22 os seuspenhosficar-mM á,23 et querrey-mebem seruir24 dacadehapolo cam.25 Penhoremoso dayam26 nacadelapolo cam.

2. tam—6. desresrenhos—8. ram —9. seda-yam — 13. elabor— 14. Depenhoralhey— 16.Sacadehopolo ram— 17. edayam— 19. queirey-me — 20. conffentv/m — 21. comp\ir/ — 22.ficar \r/ —23. queireyme

TRADUCCIÓN

Tomemosprendaal deán(,) en la perra, por eícan,

1. Puesrobó mi podencoy me lo niega,y, enlo que a mi concierne,estasprendasle han depesar,que le quiero yo prendar la perrapor eícan. Tomemosprendaal deán,en ha perra,por elcan.

II. Mandó queme robaranal albami podencomejor,que teníaen estima;he de prendarlecierta-mente>y tomaréen prendasu perramayor, por ehcan.Tomemosprendaal deán,en la perra,por elcan.

GEMA VALLIÑ EL DEÁNYEL VILLANO UN POEMADEALFONSOELSABIO KUNA CANCIÓNTRADICIONAL

III. Pero quisieraavenirme con él, si lo con-siente; mas si no lo cumple,me quedarécon susprendas,y me serviré biende la perra, por el can.Tomemosprendaal deán,en la perra,por el can.

Comopuedeobservarse,noshallamosanteunacantigade refram compuestapor tres estrofassin-gulars con dístico inicial y esquemazejelesco.Alfonso X sólo compusootraconel estribilloante-puesto («Non quer’eu donzelafea»; B 476 ¡ V370),y en todoeí corpusprofano apenassonunadocenalas cantigascon formadezéjel2. La quenosocupapresentala particularidad de tenerdoblevuelta, Jo cual la convierteen un unicí¿m dentrode la lírica gallego-portuguesa3.Incluso fuera delmarcode esta,el esquemaestróficoAA bbbabaAAsólo lo hepodidoverificaren unaba//adeanónimadel siglo XIV que perteneceal C/lansonnierd’Oxford (Douce 308)~, por más que la canciónfrancesano repite, comohacela nuestra,el últimoversodel estribillo al final de la mudanza.El versoen cuestión,na cadelapolo cam,apareceahí prácti-camenteigual: tan solo se alteraen la palabraini-cial, demodoquetenemosenla segundaestrofasacadela...en lugarde na cade/a...,y da cade/a...enlaterceray última. Reconocemosel procedimientotipificado por las Leysd’Amorsprovenzalescomoretronxy dansaretronxada.Juntoal trovadorgalle-go PaySoarezdeTaveirós(«<Donas,veeredesa prolque lhi ten»; B 639 1 V 240), el rey Alfonso esquien nos ofreceaquí una de las muestrasmtisantiguasy elaboradasde su empleo en la líricapeninsular5.Confrontada,pues, la estrofacon el

2 C. Alvar, «Apuntes parauna edición de las poesíasde

FernánSoárezdeQuinhones,en EscudosPortugueses.Home-nagema LucianoSstegagnoPicchio (Lisboa, 1991), Pp.3-13.

Véase G. Tavani, Repertorio merrico della lirica galego-porcoghese(Roma, 1967), 18, 32; 14: 1.

« U. Mólk y F. Wolfzerrel, Re[percoire métrique de lapoisieiyríquefranca¡sedesorigenesú1350(Múinchen,1972),n’ 186,p. 181. Véaseeí texto en E Gennrich,Rondeaux,Virelais un,!Bat/arlen (Dresden,1921),p. 184.

Para la historia del retronx en la poesíamedievalde laPenínsula,véanselos trabajosdeV Beltrán «Dezéjelesy dan-sas: orígenesy formaciónde la estrofacon vuelta»,RevistadeFilologíaEspañola,LXIV, 1984,Pp.239-265;«La leonoretadelAmadís>,en Actasdel! Congresode la AsociaciónHispónicadeLiteratura Medievai~Santiagode Compostela,2 al 6deDiciem-bredel9S5(Barcelona,1988), pp. 187-197,ysu monografíaLa canción deamoren el otoño de la EdadMedia (Barcelona,1988),enespecialPp. 188-193.Igualmenteesclarecedora estepropósitoes eJrecienteartículo deM. Morrás«Fortunade lasformas zejelescasen la poesíacastellana,Atalaya. Les Formes

corpusgallego,no debeocultársenosque supecu-liaridad estribaen la combinaciónde dos «anoma-lías»,si bienno desconocidas,sípoco frecuentes:ladoble vuelta del esquemazejelescoy el uso delretronx.

Porotro lado,no debierasorprendernosqueunaesri,tcturacomo esaestuvieraen más de un casodeterminadao favorecidaporei recursoal esquemay la tonadade algún cantarajeno bien conocidopor los contemporáneos.En poemasocasionalescomosonlos vejámenes,en particular,solo esepro-ceder,el máspropioy aundefinitorio del sirvenrés,asegurabala difusión inmediatadeunaspiezascuyamismarazóndesereraexplotarunaanécdotafugazy queperdíangran partedesu fuerzaen la mismamedidaenqueperdieranaccesibilidady, por consi-guiente,actualidad.

Creo que hay buenasrazones para conjeturarque nuestracantigaentraen ha categoríade las ins-piradasen un obrapreexistente.El estribillo mues-tra, en efecto, extraordinariacoincidenciacon laletra que acompañabaa un baile enormementepopular en el Siglo de Oro español(y, por otrolado,vivo todavíaen el folklore peninsular),eh lla-madovil/ano, cuyaforma másdivulgadarezabaasí:

Al villano se lo dan,la cebollacon el pan6.

Es importantenotar queno nos enfrentamoscon una mera concordanciade ritmo y medida.El arquetiporítmicoquese realizaencadaunadelas lineas de nuestrosdos textoses, desdeluego,exactamenteel mismo (éoóoéoó),pero ademásllama la atención la perfecta conformidad deambosen la texturafonéticay aunmorfosintácri-ca: si eí «o dayam»gallego muestraya una nota-ble analogíacon el castellano<«lo dan»,el parale-lismo se extiende en seguida rigurosamenteatodos los factoresdel verso, desdeeí esqueletogramatical (con sus dos núcleos en torno a unsustantivo femenino y Otro masculino, con lapreposicióncomo eje articulador)hastala ceñidacorrespondenciaacústica (na cade/a/la cebo//a,poío can/cone/pan).

fixesduns la poisie rin MoyenÁge ronzan (liOO-ISOW, n” 3,1997,pp. 113-134(y en especial120-121).

M. Frenk, Corpus de la antigua lírica popular hispónica

Ñ)iosXVaXVII,), Costaba,Madrid, 1987,n” 1540,pp. 739-741, y Suplemento(1992), p. 38.

1341999, 2:133-138

GEMA VALLÍN EL DEÁNYEL VILLANO UNPOEMADEALFONSOEL SABIOYUNA CANCIÓNTRADICIONAL

Unasconcomitanciastan estrechasdifícilmentepuedensuponersinoque el escarniodel e/ayáapro-vechala métricay la melodíadel vil/ano. Es verdadqueel segundono aparecedocumentadohastalosalrededoresde 1530, pero ya entoncesFernánLópezdeYanguaslo presentacomo cosa«deanta-ño», en tanto Luis Alfonso de Carvallo,al comen-tarlo en relación al origen mismo de la palabravillancico, no deja de catalogarlo como «letraviexa»7. Es verdad asimismoque tales declaracio-nes no puedentomarsesin más como testimoniode que el vil/anocorrieraya en los tiemposdel reySabio, pero dos consideraciones,cuandomenos,confirman la extrema verosimilitud de ~ue asífuera.

En primer lugar, la tradicionalidadde nuestrocantarcillo,con las variantespropiasde unatrans-misión ininterrumpida, no es ninguna hipótesis,sino unarealidadacreditadapor suampliasuper-vivencia en el folklore de nuestrosdías,y no soloen Castilla, sino en todala Península,de Cataluñaa Portugal («Al vilhano se le dho, 1 cebolheta,porro e páo’>,seguíacantándoseno hacemuchoenMirandado Douro). Los cuatrosiglos quemedianentreel XVI y el XX anulancualquiersuspicaciasobreha posibilidaddeque unatonadapopularenla época alfonsina haya llegado viva y fecundahastaeh Renacimiento.

Porotraparte,¿cómopodríasorprendernosqueen el ambientedeAlfonso circulara,fueracelebra-do y se remedaraun villancico como el de «lacebollacon el pan»?.El siglo XIII es ha edaddeorode la sátiracontrael villano. Los dicterioscontraelrústicogrosero,bobo,sucio,siempreahíto («fartadbien un villano...», caricaturizabala Razón deamor, y. 220)8,y hediondo(«donvillano, harto deajos», increpa aún don Quijote a Sancho,pararecomendarlemás tarde: «No comasajos y cebo-llas, porqueno saquenpor eí olor tu villanería»)9,suenanentoncesen toda la literaturaeuropea’0,y

Véansej. lvi. AUn, El cancioneroespañolde cipo rradi-

cion4 Taurus,Madrid, 1968, n0 339, Pp. 508-509,para lacita deLópezdeYanguas;y L. A.. deCarvallo, CisnedeApolo,cd. A. PorquetasMayo, CSIC, Madrid, 1957,11,p. 1, p. 220.

Cito por Enzo Franchini,El manuscrito, la lenguay elser literario de la «Razónde amor>,, CSIC, Madrid, 1993.

Don Quijote de la Mancha, II, 35 y 43.~> Desdeloslibros pionerosdeA. Húnerbolfy D. Mcdi-

ni, ambosde 1894, la bibliografía sobreeí temaes copiosa.Vid, solo la obradeconjuntodeKarhryn Cravdal, Vilain and

Courtois: TransgressiveParody in Oid French Liceracure of che

ni siquierala escasezde textos conservadosnosimpide apreciar que también la Españaalfonsípracticacon notableasiduidadel dicterio del villa-no comocontrafigurade todoslosvalores.

Sin salir de los cancioneirosy de la citadaRazónde amor, comprobamosque decirvillano es decir«torp e brav[o] e mal barragan»(«Eu ben me cuí-dava que e? avoleza»; B 1630 ¡ V 1164), y des-mentir hastala másinsignificantehuella de corte-sanía, porque«o mal vilan non pode saber¡ defazendade bóadonanada»(«JoanSoares,de pranas melhores»;B 11811V786); por el contrario,sicualquier faltade tactocorreel riesgode serinme-diatamentetratadade«vilania» («Achou-s’unhispoqueeu sei un dia»; 8 1601 IV 1131),si cualquierdescuidopuedeacarrearel reprochede proceder«vilanamente» («Ansur Moniz, muit’ouve granpesar»;8 482 l V 65), negarleeí caráctervillanescoesun excelenteencarecimientodecualquieraccion:«Unashuyastien [e]n la mano,¡ sabet, non ie lasdio vilano» (74-75), «Yo non fiz aquícomo vila-no...» (102). Que«Ah villano se lo dan...»exístreraya por esasfechasy se oyeracon gustoen semejan-te contexto,fuesecual fuesesu procedencia,es unaconjerurano solo plausible,sino que encajapun-tualmentecon todoslos indicios disponibles.

No se me ocurreunaalternativamásconsisten-te a la vinculaciónquepropongo.Supuestoque larelación formal entre los dos estribillos parecedemasiadoajustadapara ser ilusoria1¼resultaríaabsurdopostularun prototipocomúnquereunie-ra a su vez todos los rasgosque enlazana ambos.Frentea la boga y la perduraciónmultisecuharesdel villano, eh poemaalfonsínuncadebióir muchomasallá de ha corte y del mundillo trovadoresco:

Twelfth an,! ThirceenchCenturies,Uiversityof NebraskaPress,1989, y, paraalgunasperspectivasmásmonográficasy otrasabundantesreferencias,C. C. Belletti, «JI problemadella ler-teraturaanrivillanescamedievalee le metamorfosidel villanoaei FabSauzdi JeanBodel» (1977), ensu libro Saggidisocio-logia del testo>nedievale, Edizioni dell ‘Orso, Turín, 1993, Pp.55-75; P Freedman,«Sainreréet sauvagerie:deuz imagesdtípaysananMuyenAge», Annales,XLVII (1992), Pp. 539-560,y 1’. Tucel, «II conigianomoraliazaro,II villano admiomestica-ro. Notesu alcuni resti medio-francesi«,O<naggio a Gianfran-co Folena, Programma,Padua,1993,1, Pp. 497-521.

Quizá no convengadescuidartampocoque la únicaglosadel villano queconocemos(incluidaeneiMétododegul-tarra, 1626, de Luis de Briceño,en M. Prenk,no 1 540B, p.739) constaigualmentede una primeramudanzade seis ver-sos,con vueltazejelesca:«Al villano cesta trudo¡ danlepanyagotecrudo

135

1999,2:133-138

GE/VM VALLÍN EL DEÁNYEL VILLANO UNPOEM4DEALFONSOELSABIO YUNA CANCIÓNTRADICIONAL

difícilmente podemospensaren estecomo mode-lo de aquel. En cambio,eh empleode unacophillade largacirculacióncomo soportede una cantigade escarnioentrasin problemasen los hábitosdela lírica jocosade la EdadMedia, desdeeh sirven-tés provenzaly los Carmina Burana; y, al tiempoquenosilustra sobrelas técnicasy hastácticaspoé-ticas deAlfonso X, contribuyea explicarnosciertaspeculiaridadesde «Penhoremoso dayá...»dentrode suproducciónprofana, invitándonosaacome-ter exploracionessimilares en el marcomásvastode todo el cancionerode burlasgallego-portugués.

Porlo querespecraah contenido,desdeel mismoestribillo, con el tonocómplicedel plural «Penho-remos...»,la cantigaadquiereel tonode unabromacelebradaen un ambientede camaradería,en esacombinacióndepoesía,pullasy amistadque,desdeGuilhem de Peirieu y sus «companho»,y junto alos «senhor»de Raimbautd’Aurenga,tantasmues-trasdebuenaliteraturay buenhumorha dejadoenla tradición románica, y particularmenteen laPenínsulaIbérica. No podemos,pues,entenderahpie de ha letrani ha situaciónquecaricaturizani elretratode los personajesquepresenta.

En teoría, eh deánle ha robadoal soberanounpodenco,que en estecontextoreconocemosinme-diatamenteno como un chuchocualquiera,sinocomoun preciosoperrode caza12;y Alfonso,comocorrespondea] codificadordel Libro de/asleyeso dehas Partidas, se proponeprocederescrupulosamen-te segúnderecho,prendandoah clérigo, como sehacecon un deudor,hastaserresarcido:en concre-to, tomándoleal deán unaprendaanálogay equi-valentea ha deuda,la «maior>«de susperras13.

No seríasorprendenteque detrásde esapeque-ña farsa hubieraalgunaanécdotareal, convenien-tementemaquilladay deformada:los piquesy lastrifulcas, mayoreso menores,por culpade las aves,

12 Rica documentaciónen R. Lorenzo, La traducción

gallegade la (irónica Genera/yde/aCrónicade (‘astil/a, vol. II,Glosario (Orense,1977), 5v. podengo,p. 1015.

> La prenda tiene un importante papel en eí derecho

medieval,pero todo pareceindicar queaquí se conremplaenespecialla situaciónde quien selatoma paracompensarunadeuda.Es eí uso másnormalen las cantigasdeescarnio:‘<Unescudeirovi oj’ arrufado¡por tomar pcnhora Maior Carcia,¡por dinheirospoucosquelhi devia (B 1454/Y 1064);«Adona fremosado Soveral ¡ á demi dinheirosper preir aral ¡que veess a mi, u non ouvess’al, ¡ un dia ralbadoa cas dcDon Corral; ¡ e é perjurada,ca non fez en nada ¡ e bararoumal, ¡ ca desravegada¡ será penhorad’ a ¡ quc dobt osinaí (B 1351 ¡ Y 958).

animales o lancesde cazaeran frecuentesen unmundo en que tan importante lugar ocupabaelentretenimientoseñorial por excelencia’ . Perotampocoes imposible que todo eh pretextoargu-mentaldel robo del podencono pasede unasitua-ción creadaad /loc parareírsedel deána cuentadesu barraganaaplicandoy subrayandounacalifica-ción comunísimapara la mujer lujuriosa y laramera, y sobre todo para un arquetipo tanexpuestoa la ignonimia como era la mancebadeun chérigoil: pues,en efecto,apenases necesariorecordar que perra sigue siendo denominacióncorrientede ha prostituta, y que cadela, de cate//a,comparteha raíz de cachondo(de ~ adje-tivo que en su acepción fundamental, todavíasegúnel diccionarioacadémico,«dícesedela perrasalida»16

Si la anécdotaevocadaen la cantigadifícilmen-te puedeserotra cosaqueunacarícatura,no cabepensar,en cambio,quesusprotagonistasseanpuraficción. El deán lujurioso y ladrón de podencosmuestraun perfil frecuenteenla vida y en la reali-dadmedieval: el clérigoque acumuhalas condicio-nesde «hubricuset fornicator,impudicuset vena-tonY, dondelo último es a suvez imagendetodolo otro. Perounaburla del estilo de la de Alfonsosolo es graciosacuandose desrinaa zaherira unindividuo real, a uno de los miembrosdel círculode cofradespoéticos.Un vejamennuncaesentera-menteficticio. Por ahí, unafigura queya conoce-mos, por otra de las mejores cantigasde donAlfonso, se nos presentacon todaslas condicionesdel candidatoideal: aquelpicarescodeánde Cádiza quien nunca faltaban«no leiro» mujeres a hasque,«perfor~a de foder»,alucinabahastael extre-

~ Últimamente,cf P Galloni, JI cerco e il lupo. Cacciaecultura nohiliare nc1Medioevo,Laterza,Bari, 1993. Un testi-monio histórico dc una disputaa propósitodel préstamodeunosgalgos,condesenlacetrágico,puedeverseen L. deVega,El caha//ero de Olmedo,cd. E. Rico, Cátedra,Madrid, 1987,Pp. 41-42.

‘~ Vid, solo R. MenéndezPidal, Textosmedievalesespaño-les. Edicionescriticasy estudios Espasa-Calpe,Madrid, 1976,yM. Chevalier, «la mancebadel abad,en Homenajea]. A.Maravalí, C. 1.5., Madrid, 1985,1, Pp. 413-418.

Vid. J. CorominasyJ. A. Pascual,D(]EELL s.v. cachon-do y cadillo. Para los insulios de e«a índole, cf. M. Madero,Manosviolentas,palabrasvedadas.La injuria en CastillayLeón(s,~losxiiz-xv), Taurus,Madrid, 1992, Pp. 150-155.En Cali-c,a«cadela tienetodavíala connotaciónde mujer fácil.

17 ‘lomo la cita del mcncionadolibro de P Galloni, 1/cervoe il lupo, p. 116.

1361999, 2: i33-138

GEMA VALLÍN EL DEÁNYEL VILLANO UNPOEMA DEALFONSOEL SABIO Y UNA CANCIÓNTRADICIONAL

mo de queíes parecieran«grous¡ os corvos»18.Lafalta de documentaciónnos impide asignarle porlo menosun nombre,y solopodemostenerla cer-tezade queel poemahadellevarnosa un momen-to posteriora la ereccióndeCádizcomoobispado,en 1263, y quizá especialmentehacia noviembrede 1267, cuandoeh Rey firmaba en Jerez docu-mentosqueimplicabanah cabildogadiranoi9.

La razonablesuposiciónde que el deánde losdosescarniosalfonsíeses eí mismosujetonosllevade ha manoa unaposibleidentificacióndesucade-la. Perod’Ambroa y JoanBavecanos cuentanlasandanzasy los trapicheosdeha desventuradaMayorGarcía,siempredeposadaenposada2i,siemprea laúltima pregunta22,y siempresin embargotan pre-ocupadapor ha salvacióndesu alma,que no podíano ya «sen clérigo viver», sino sin tener al hado«douso tres>’23. A su vez, Pedr’ Amigo de Sevilhanosofreceunaprecisiónsignificativa:

Maior García[vi] tan pobr’ ogano,que nuncatan pobr’ ontramohhervi,que, se non fosseo arcediano,non avia quedeitarsobresi;ar cobroupois sob< eha o daian;e, peraqueloque1W antr’ ambosdan,an& ehatodacoberrade pano24.

18 «Ao daiande Cálezcu achei«< (B 493 ¡ V 76);estudiada

por E MárquezVillanueva, «Las lecturasdel deánde Cádiz»,CuadernosHispanoamericanos,n0 395, 1983,pp. 331-345.

Comp. E MárquezVillanueva,arr. cit., 331 y340-341,n. 4; y vid, abajo,n. 23.

2<> En susranciacreo aceptablela propuestade W. Mert-man,‘<Zu Tcxr undInhairder alrporrugiesischenCantigasles-carnho e de mal dizer, Zeitschrfifue romanischePhilolngie.LXXXII (1966),pp.308-319(específicamente,318),mientrassorprendequeE MárquezVillanueva,art. cir., pp. 341-342,10, confundaa Maior Garcíacon la célebreBalteira.

21 Perod’Ambroa , «Major Garcíaesr’ omiziada»,B 1578.22 JoanBaveca,«Un escudeirovi oj’ arrufado,>,B 1454 ¡

V 1064; vid, arriba, o. 13.2.3 Baveca,«MaiorGarcíasempr’ ol[ul dizer”, Ii 1455/V

1064.24 V 1205. Notemosque el juglar gallego Pedr Amigo

estuvomuy ligado a la cortedeAlfonso y que lasfechasdesobiografíapermiten relacionaresta cantigacon las sátirasdeldeán,esdecir, siuarlaen la décadade los sesenta(vid enpar-ricular Y. Beltrán, «Tipos y temas trovadorescos.111. PedroAmigo de Sevilba, (uadernosdefilología rom4nica, 1, «Estu-dios Gallegos«,1989, pp. 31-37, y ‘<Pedr Amigo deSevilba’,en Dicionjrio daLiteraturaMedievalGalegaePortuguesa,coor-dinadopor Giulia Lancianiy GiuseppeTavani,Caminho,Lis-boa, 1993,pp. 519-520).De laestrecharelación¡iteraríaentrePedroAmigo, Bavecay Arnbroa (este quizá ya fallecido en

Uno delos clérigosqueprotegena la infeliz sol-daderaes,pues,un deán.Perono olvidemosquealde nuestropoemase proponeAlfonso «filhar-lh[e]a maíor 1 sa cadela».La sintaxisnos llama ha aten-clon: no es imposible, pero esperaríamos«a sacade/a maior. ¿Deberíamoseditar, por tanto, <«fil-har-lh’ ei a Maior, ¡ sa cadela>?No nosapresure-mos a poner ha mayúsculay ha coma. Probable-mente estamos ante un equívoco deliberado,donde maiorfuncionaa la vezcomo meroadjeti-vo y como nombrepropio, y dondela construc-ción un tanto singular, favorecida por ha rima yreforzadapor la pausaversal,dapie a entenderpri-merounacosay despuésotra. Una ambigúedaddeesetipo no es solo bien propiadel género25,sinoqueseguramentedebemospercibirlaen eí mismoverso que nos ocupa: «filhar-hh’ ei a Maior» nosolo vale literalmente‘quitarle, robarle a MaiorGarcía’,sino que esverosímilqueparodieel moti-vo de ha «sehorquemh Amor faz fihhar>«26, el sem-piterno «<flíhar por senhor»del cancioneroamoro-so, al caboinevitablementeen la órbita del penhoro ‘prenda deamor’27.

Dehecho,todala cantigasemuevedentrode unmareoclaramenteparódico, en el ámbito de unafictio iuris, de un simulacrode derecho.Los fuerosdan multitud de ejemplosde ha prolija y variabletipología de penasque la Edad Media españolaestablecióparael robo,ha lesióno lamuertedeani-males tanvaliososcomo los perrosde cazay pasto-reo28, incluida en sucaso la posibilidaddepzknora-re, (de)penboraro prendaral transgresor29.Juntoatal (de)penborary a los penhosconsecuenciadel

1261; cf. C. Alvar, “Las poesíasdePeto Garcia d’ Ambroa»,StudiMediolaeinieVo/gari. XXXII, 1986, pp. 21-31) dacuen-ra en particularel texto del primero«jobam Bavecae Perod’Ambroa, B 16641V 1198 (G. Marroni, «Le poesiedi PedrAmigo de Sevilha»,EstrartodagliAnna/i dell’ Istituto universi-tono orienta/e,Napoli, 1968,pp. 315-317).

~s Recordaréúnicamenteun paralelobasadoen el juegocon el mismonombre de pila. «A Maior Moniz dei ja ourratamanha de Alfonso (B 481 /V 64).

26 PerodeVeer, B 1061 ¡ Y 651-652.2 «Todaviapenhorquerrei¡ flíhar por mi» (joban Soarez

Somesso,A 15 1 [3 108). Parapignus,prenda,como ‘personaquerida,vid. J. Corominas-J.A. Pascual,sv. prenda.

28 Basteremitiral útil vocabulariode Iberoscastellanoscom-pilado por Pilar e Inés Carrasco,UniversidaddeGranada,1995.

29 En el valiosísimo Glosario de R. Lorenzo figura sólopenorar, no depenorar(paralelo al castellanoant. deprender‘aprehender’).Con rodo,en documentosjurídicos de la épocala forma que nos interesaaparecedocumentadatímidamente(comolas formasapenh,ernpenh,sohpenh,etc.; véanseen la

1371999,2: 133-138

GEMA VALLÍN EL DEÁN YEL VILLANO UNPOEMA DEALFONSOEL SABIOYUNA CANCIÓN7RADICIONAL

flírtar y negar la acusación,y ademásde los obviosaviar, comprir, consentir,a eseámbitojurídico per-tenece incluso eí término que en principio nossuenam~s‘poético’: alvor. DoñaCarolinalo enten-día como nombrepropio, postulandoque eí perrorobadosellamabani másni menosque «<Alvor>, entanto Lapalo devuelvea su indudablevalor literal(a alvor ‘ao romper da alva’), pero no capra sus

versiónportuguesadel Foro Rea4ed.1. deAcevedoFerreira,vol.II Glossório, Lisboa, 1987, p. 113); así, en el cartulario delmonasterioorensanode Rocasencontramosdenpenorary den-pinorar. (Agradezcoa X. Varelaestainformación,facilitadaporelfondode textosinformatizadosdel Instituto daLingunGale-ga).Supuestoello, nótesequeen ej y. 14, leemosdepenhorar(sin descartardel todo unaperifrasis:‘lh’ey depenhorar»),mien-trasLapano dudaencorregir epenhorar,con lo cual la sintaxisesmásfluida, cierro.Si la enmiendaIberaacertada,quizáhabríaquerepararenqueeí mismo versocuartodela estrofaanteriorempiezacon destespenhos,entendiendoqueel copistahavaci-ladoal buscarel verso correspondientey haretenido un ele-menrode la primeracoplapasándoloalasegunda.Claro quetambién podría haberocurrido una asimilación en sentido

implicacioneslegales:pues,ahí, lo quehacehaevo-cación de ha primera luz del día es introducir—podríamosparafrasear—el agravantede nocturni-dad.Porque,en efecto,aunsi dejamosdehadoquea Maria Gentahe hurtaban«ceveyra» e «avea» alamanecer,conviene no descuidarque también halegislaciónde la épocaconsiderabacomo agravantequeun delitose realizara«de nuyteso al albor»30.

contrario:en ci versocuartode laprimeraestrofa,elamanuen-sepudoponerdestes[p]enhospor contaminaciónde depenhorar.Comosea,aquísí aceptamoslacorreccióndeLapa,aunquenosriente la idea de un crucede construccionespropiciadopor laríma: estespenhospesar-lh’an • desrespenhospesar-II/a.

3» Me limito a citar, por la claridadquesuponeeí uso delmismo giro, un pasajedel Fuero Generalde Navarra. ed. EWaltman,en TheEleceronic7?xrs and ConcordancesofMedie-valNavarro-AragoneseManuscríiots,cd. 1. Nitri y L. Kasten,Madison, 1997.La cantigade Roi Paezde Ribela sobreMariaGenraes E 1439 ¡ y 1049; cf eí repasodc las “Variacionessobreel alba: a propósitode algunascantigasgallego-portu-guesas”,O mar das canezkas,Xunta de Galicia, Santiago deCompostela,1999, pp. 329-344.

1381999,2: i33-138