el consumo de tabaco como problema de salud pública

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MIT Master Interuniversitario en Tabaquismo Módulo 1 - Tema 1 EL CONSUMO DE TABACO COMO PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA F.J. Ayesta, M.D. Galán, F.L. Márquez ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN 2. TOXICIDAD DEL TABACO 3. ADICTIVIDAD DEL TABACO 4. EXTENSIÓN DEL PROBLEMA 5. EVITABILIDAD: IMPORTANCIA DEL CONTROL Y DE LA PREVENCIÓN 6. TABACO Y DESIGUALDADES SOCIALES 7. TABAQUISMO PASIVO 8. PERSPECTIVAS 9. BIBLIOGRAFÍA

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Page 1: El consumo de tabaco como problema de salud pública

MIT

Master Interuniversitario en Tabaquismo

Módulo 1 - Tema 1

EL CONSUMO DE TABACO COMO

PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA

F.J. Ayesta, M.D. Galán, F.L. Márquez

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN

2. TOXICIDAD DEL TABACO

3. ADICTIVIDAD DEL TABACO

4. EXTENSIÓN DEL PROBLEMA

5. EVITABILIDAD: IMPORTANCIA DEL CONTROL Y DE LA PREVENCIÓN

6. TABACO Y DESIGUALDADES SOCIALES

7. TABAQUISMO PASIVO

8. PERSPECTIVAS

9. BIBLIOGRAFÍA

Page 2: El consumo de tabaco como problema de salud pública

1. INTRODUCCIÓN

El consumo de tabaco es un grave factor de riesgo para la salud. De hecho, es la mayor

causa aislada de mortalidad prevenible en el mundo actual, ya que es responsable de unos

5,5 millones muertes anuales; en el 2030 la cifra prevista será de 8 millones al año,

ocurriendo más del 75% de éstas muertes en los países en desarrollo. La OMS considera al

consumo de tabaco una de sus líneas prioritarias de actuación, ya que, si no se consiguen

cambiar las tendencias, a lo largo del siglo XXI el tabaco será responsable de la muerte

prematura de unas 1000 millones de personas (figura 1)1,2. Esto ha hecho que el primer

tratado mundial de salud pública, y hasta la fecha único, haya sido el Convenio Marco sobre

el Control del Tabaco, que entró en vigor en febrero de 2005 de salud público (figura 2).

Figura 1. Portada del plan de medidas para hacer retroceder la epidemia de tabaquismo de la OMS de

2008.

El consumo de tabaco no es primariamente un problema médico: fundamentalmente

es un problema de salud pública. Los problemas de salud pública (como los embarazos

en adolescentes, los malos tratos familiares o el consumo de sustancias adictivas, entre

otros) presentan vertientes o facetas sanitarias, pero no son exclusivamente problemas

médicos; son sobre todo problemas sociales, que requieren un abordaje multidisciplinar.

Un abordaje exclusiva o fundamentalmente sanitario de los problemas de salud

pública dificulta e incluso impide su solución, limitando la eficacia de las

intervenciones.

Page 3: El consumo de tabaco como problema de salud pública

Figura 2. Cabecera de la resolución por la que se aprobó en Convenio Marco de la OMS para el Control de

Tabaco (entró en vigor en febrero de 2005).

Fumar tabaco –consumirlo por vía inhalatoria- presenta una serie de características que si se

dieran aisladas no lo harían especialmente relevante, pero que al darse conjuntamente lo

convierten en un grave problema de salud pública. Estas características son3:

- Fumar presenta una alta toxicidad. Si fumar no fuera tóxico o lo fuera muy poco, sería

irrelevante que fuera adictivo o no. Es relativamente indiferente que algo que apenas

deteriora la salud y que no ocasiona trastornos serios en la personalidad, tenga una

mayor o menor capacidad de generar un trastorno adictivo.

Page 4: El consumo de tabaco como problema de salud pública

- Consumir tabaco, especialmente por vía inhalatoria, presenta una alta adictividad. Si

fumar no fuera tan adictivo, sería relativamente irrelevante que fuera tóxico o no, ya

que cualquiera sería capaz de reducir o eliminar su consumo cuando quisiera, siendo

así realmente libre para fumar o para dejar de hacerlo.

- Su gran difusión: es una conducta muy extendida, especialmente entre los segmentos

sociales más desfavorecidos. Si muy pocas personas fumasen, éste no sería

propiamente un problema de salud pública. Desde el punto de vista social, no presenta

gran relevancia que un colectivo minoritario realice una actividad, por muy de riesgo

que sea.

- Su evitabilidad, ya que actualmente son conocidas las causas que lo originan y las

maneras de combatirlas eficazmente. Si el consumo de tabaco no fuera una conducta

prevenible o evitable (la adicción es una consecuencia del consumo), seguiría siendo

un problema, pero no podría ser considerado propiamente como una responsabilidad

de los profesionales sanitarios.

Adicionalmente, el consumo de tabaco presenta dos problemas con relevancia socio-sanitaria:

- Su alta regresividad: el consumo de tabaco presenta una mayor prevalencia en

los sectores más desfavorecidos de la sociedad (aquellos con menor nivel socio-

educativo y socio-económico y aquellos con un mayor nivel de de disfunción social y

de patología psiquiátrica.

- El problema del tabaquismo pasivo; del hecho de que la exposición involuntaria al aire

contaminado por humo de tabaco ocasione diversas enfermedades, varias de ellas

mortales. La mortalidad absoluta que ocasiona es muy inferior a la que produce al

consumo activo de tabaco, pero tiene una mayor importancia socio-sanitaria, de salud

pública, ya que su toxicidad afecta a terceras personas, éstas son en una gran parte

menores de edad y además es fácilmente evitable.

2. TOXICIDAD DEL TABACO (ver un desarrollo más amplio en módulo 6 y, en

concreto, en M6T1)

Riesgo de mortalidad. El consumo crónico de tabaco, especialmente por vía intrapulmonar

(fumada, inhalada), es altamente tóxico. La figura 3 muestra cuáles son actualmente las

principales causas de mortalidad en el mundo y qué porcentaje de esas muertes son

atribuibles al consumo de tabaco1. Como en las estadísticas de mortalidad figura la

enfermedad, pero no el factor de riesgo responsable de la misma, la población general –y en

Page 5: El consumo de tabaco como problema de salud pública

ocasiones algunos profesionales sanitarios- tiende a infravalorar la importancia de algunos

factores de riesgo, como el consumo de tabaco o la hipertensión (figura 4)4.

Figura 3. Principales causas de mortalidad en el mundo y papel del tabaco como factor de riesgo en cada

una de ellas (tomada del MPOWER de la OMS; datos de 2005)

Figura 4. Mortalidad atribuible a los diversos factores de riesgo de enfermedad según el nivel de desarrollo

de los diversos países (actualizada y modificada de 3).

Page 6: El consumo de tabaco como problema de salud pública

En general, los fumadores de un paquete diario presentan una tasa general de mortalidad

casi el doble que los no fumadores. Este exceso de mortalidad se correlaciona con el

número de cigarrillos, los años de consumo y la profundidad de la inhalación. La tabla I

(tomada de Rodríguez et al., 2010)5 muestra un listado de trastornos estadísticamente

asociados con el consumo de tabaco, separándolos según la causalidad de la relación y

su importancia porcentual.

Tabla I. Enfermedades asociadas con el consumo de tabaco5

1) Se ha establecido firmemente una asociación causal directa y en las cuales fumar es el principal factor responsable del exceso de mortalidad:

- Cáncer de pulmón - E.P.O.C. (incluido enfisema) - Enfermedad vascular periférica - Cáncer de laringe - Cáncer de la cavidad oral - Cáncer de esófago

2) Se ha establecido firmemente una asociación causal directa y en las cuales fumar es uno de los factores responsables del exceso de mortalidad:

- Enfermedad coronaria - Accidente cerebro-vascular - Aneurisma aórtico - Cáncer de vejiga - Cáncer de riñón - Cáncer de páncreas - Cáncer de cuello uterino - Mortalidad perinatal

3) Epidemiológicamente se observa un mayor riesgo, pero la naturaleza exacta de la asociación no está establecida:

- Cáncer de estómago - Cáncer de hígado - Úlcera gástrica y duodenal - Neumonía - Depresión y trastorno bipolar - Otros trastornos adictivos - Síndrome de muerte súbita del lactante

4) Se observa exceso de mortalidad en fumadores, pero la asociación se atribuye a factores de confusión

- Cirrosis hepática - Suicidio - Trastorno esquizofrénico

5) Menor mortalidad en fumadores: - Cáncer de endometrio - Colitis ulcerosa - Enfermedad de Parkinson

Page 7: El consumo de tabaco como problema de salud pública

Actualmente se sabe que el patrón de consumo de cigarrillos de las sociedades occidentales

es causa de mortalidad prematura de uno de cada dos adultos fumadores que no

abandonan el consumo. La esperanza de vida de un adulto fumador es 10 años menor que

la de una persona no fumadora en sus mismas circunstancias (figura 5) 6.

Figura 5. Efectos del consumo prolongado de tabaco sobre la supervivencia; estudio realizado en los

médicos británicos mayores de 35 años (tomado de Doll, Peto y col. 1994).

No existe un consumo de tabaco exento de riesgo o seguro: aunque gran parte de la

toxicidad es dosis-dependiente y tiempo-dependiente, niveles bajos de exposición (como

un cigarrillo al día) se asocian a un incremento significativo del riesgo cardiovascular

(figura 6)7.

Figura 6. Riesgo relativo de padecer un evento coronario agudo según el número de cigarrillos fumados

diariamente y según la exposición pasiva.

Page 8: El consumo de tabaco como problema de salud pública

Dejar de fumar disminuye este riesgo: esta disminución se observa ya desde el primer

año; 10 años después del cese, la tasa de mortalidad de ex fumadores y de no fumadores

es prácticamente similar8.

Factores protectores o agravantes. No se ha descubierto la existencia de algún factor,

rasgo o característica que proteja a una persona de padecer toxicidad derivada del consumo

de tabaco. Aunque es lógico que alguien presente una mayor resistencia natural a

desarrollar algún proceso patológico concreto desencadenado por los componentes del

tabaco, sería bastante ilógico pensar en una especie de inmunidad general a todos los

procesos asociados (más de 50) con el consumo de tabaco.

En algunas personas con determinadas enfermedades (como el asma, la diabetes o déficit

de α1-antitripsina, por ejemplo) el riesgo de que el consumo de tabaco origine patología es

mayor. Por este motivo, el consumo de tabaco está especialmente contraindicado en estas

personas6,8.

El periodo de tiempo fumado ocasiona más toxicidad que la cantidad fumada. Así, por

ejemplo, aunque se fume la misma cantidad total, es mucho más grave fumar diez cigarrillos

diarios durante 40 años que fumar un paquete diario durante 20 años y esto a su vez es más

tóxico que fumar dos paquetes diarios durante 10 años6.

Mortalidad prematura. Que alguien muera más allá de los 80 años por una enfermedad

derivada de su consumo de tabaco probablemente no sea algo especialmente

significativo. En cambio, sí es problemático que alrededor del 40% de las muertes

ocasionadas por el tabaco ocurran entre los 35 y los 65 años. Este truncamiento de la

vida en plena madurez, en plena edad productiva, es probablemente la consecuencia más

trágica del tabaquismo9.

Morbilidad. Además, aunque muchas de estas muertes son súbitas, esto no es lo más

frecuente. En el momento presente están ya enfermos la mayor parte de quienes van a

morir a lo largo de este año –y muchos que lo harán en los próximos- por enfermedades

relacionadas con el tabaco. No sólo se pierden años de vida, sino que los que quedan se

viven peor. Este deterioro en la calidad de vida es uno de los efectos más perniciosos y

menos comentados del tabaco9.

Los cigarrillos son especialmente tóxicos. Dentro de las diversas labores de tabaco, lo

que constituye propiamente un problema de salud pública es el consumo de cigarrillos. Esto

se debe a que, al presentar los cigarrillos un pH más ácido que los puros y pipas, el humo de

los cigarrillos ha de ser inhalado, y por ello se obtienen niveles de nicotina sanguíneos más

Page 9: El consumo de tabaco como problema de salud pública

rápidos y más elevados: esto es lo que hace que los cigarrillos sean mucho más adictivos y

mucho más tóxicos a nivel sistémico. (ver M1T2, M1T6 y M1T8) Si puros y pipas se fumaran

como los cigarrillos serían igual de tóxicos y de adictivos, pero al fumarse de otra manera –

más pausada, con efectos cerebrales más diferidos- sus efectos perniciosos directos son

menores; no así los derivados de la contaminación ambiental que ocasionan10.

(Además de su desarrollo amplio en el módulo 6, en el apartado Para saber más se ofrece

un resumen de la patología específica derivada del consumo de tabaco).

3. ADICTIVIDAD DEL TABACO10 (ver un desarrollo más amplio en M1T2).

En ocasiones el consumo de tabaco es presentado en algunos medios como una opción

exclusivamente personal. Frente a esto, destacan dos hechos: 1) la mayor parte de las

personas que permanecen en fumando refieren querer dejarlo, especialmente cuando

adquieren conciencia de los riesgos que corren, y encuentran dificultad en conseguirlo; 2) el

porcentaje de consumidores de una población suele estar en proporción a los recursos que

las industria tabaquera invierte en promoción, directa o indirecta, de sus productos,

sirviéndose también de grupos de presión y de profesionales publicistas altamente

cualificados.

La nicotina es el principal ingrediente psicoactivo que buscan los consumidores de tabaco:

los cigarrillos y demás preparados tabáquicos pueden ser considerados como instrumentos

para administrar nicotina. Por ello, lo términos dependencia del tabaco (CIE-10) y

dependencia de la nicotina (DSM-IV) suelen utilizarse indistintamente. Lo mismo suele

ocurrir con los términos dependencia y adicción.

La mayor parte de los consumidores regulares de tabaco presentan un notable grado de

dependencia y encuentran dificultades para abandonar su consumo de tabaco cuando

deciden hacerlo. Lo más característico es la presencia de recaídas, vueltas a los niveles

habituales de consumo; es habitual abandonar el consumo de tabaco tras varios intentos.

La dependencia del tabaco es relativamente fácil de adquirir (no es difícil pasar del consumo

voluntario y controlado a un consumo sistemático y por encima del deseado) y, al igual que

el resto de las dependencias, una vez adquirida, es un trastorno del que cuesta

desprenderse, que llevar tiempo hacerlo y para el cual muchas personas requieren ayuda

profesional.

Que la nicotina sea una sustancia altamente adictiva y que la mayor parte de los fumadores

regulares presenten un trastorno adictivo, no implica que todas las personas que fumen

Page 10: El consumo de tabaco como problema de salud pública

adquieran esta dependencia, independientemente del número de cigarrillos que fumen: de

hecho, un porcentaje no despreciable de las personas que fuman consiguen realizar el

cambio de conducta que supone dejar de fumar sin especiales esfuerzos y/o sin precisar

ayuda profesional: basta con que se planteen realizar un intento de cesación mínimamente

serio.

A que esto ocurra contribuyen la creación de un clima social (medidas de control, ver M8T1)

que ayude a percibir la dimensión real del problema que supone que una persona fume y

que los profesionales sanitarios realicen intervenciones sanitarias breves, pero efectivas,

que ayuden a valorar adecuadamente las ventajas de la cesación (consejo sanitario, ver

M3T3).

Esta es la principal tarea de los profesionales sanitarios al respecto: ayudar a los pacientes a

comprender el factor de riesgo para su salud que supone el consumo de tabaco y facilitar

que se planteen la necesidad de eliminarlo si realmente les preocupa su salud (que suele ser

el principal motivo por el que la población contacta con los profesionales sanitarios)3,5.

La segunda tarea de los profesionales sanitarios respecto al consumo de tabaco es facilitar

el proceso de cesación (aumentar las posibilidades de mantenerse abstinente a largo plazo),

especialmente cuando quien fuma solicita ayuda, lo cual habitualmente ocurre tras uno o

varios intentos en los que no se ha conseguido una cesación mantenida.

Esta tarea requiere profundizar en los diversos componentes de las conductas repetitivas y

de los trastornos adictivos (ver M1T2, M4T1 y M4T4) y la utilización de herramientas

terapéuticas específicas (ver módulos 3, 4 y 5): analizar y promover la motivación por el

cambio, realizar un estudio en profundidad de las recaídas, descubrir los estímulos

asociados al consumo y ayudar a enfrentarse a ellos, valorar las posibles funcionalidades de

la conducta y emplear fármacos y otras estrategias útiles.

4. EXTENSIÓN DEL PROBLEMA (ver un desarrollo más amplio en M1T3)

En la actualidad fuma aproximadamente un sexto de la población mundial (ver M1T3).

Dada su toxicidad y extensión, el consumo de tabaco constituye el principal problema de

salud pública de la mayor parte de los países desarrollados y, en un periodo relativamente

corto de tiempo lo va ser en los países actualmente en vías de desarrollo, ya que en éstos

está aumentando número de personas que fuman, en parte por el aumento de la población y

sobre todo por las campañas de comercialización agresiva de la industria tabacalera (ver

M8T1 y M10T4).

Page 11: El consumo de tabaco como problema de salud pública

Una serie de características de la nicotina y de los cigarrillos han contribuido a facilitar la

extensión del consumo de tabaco y a dificultar la percepción de problema:

1) La nicotina presenta efectos psicoactivos (ver M1T8), que la hacen deseable y

que dotan al consumo de una cierta funcionalidad. A diferencia de otras sustancias

adictivas, el consumo de tabaco no produce la alteración de ninguna capacidad

funcional ni tampoco coloca; esto ha dificultado -y aún dificulta- en algunas personas

y colectividades la percepción de la existencia de un trastorno de dependencia.

2) Los cigarrillos reúnen las características de una droga perfecta: son baratos,

asequibles, no necesitan equipo (basta un mechero o cerillas), pueden ser

trasladados, conservados, no necesitan refrigeración, no presentan problemas de

control de calidad y carecen de peligro de sobredosis (ver M1T2).

3) Además, generalmente su toxicidad es muy tardía (ver M6T1). Esto contribuye al

efecto de negación de problema y dificulta la percepción del mismo; en general, los

humanos no somos muy precisos valorando riesgos11.

Aparte de estas características del producto, la difusión del problema a lo largo de los

últimos cien años no sería entendible sin las tácticas de comercialización de las empresas

tabacaleras, que de manera resumida pueden resumirse en dos líneas de actuación (ver

M1T4 y M10T4)12-14:

1) Contribuir a que su producto sea un bien lo más normalizado posible, como si

fuera un bien más de consumo y no como un producto que consumido en la manera

en que se indica ocasiona la muerte de la mitad de sus consumidores. Este proceso

de normalización ha conllevado y conlleva una serie de influencias sistemáticas en la

opinión pública, mediante pagos directos a políticos, a líderes de opinión o a

profesionales de los medios de comunicación social o mediante promoción indirecta

a través de la industria cinematográfica. Todo esto ha desembocado en una

situación en la que, al menos hasta hace poco, en la mayoría de las sociedades el

consumo de tabaco presentara una compatibilidad casi universal con cualquier

actividad, apenas hubiera un control sobre el mismo e incluso fuera un factor de

sociabilidad.

2) Ocultar o sembrar dudas sobre los posibles inconvenientes del producto o las

diversas estrategias comerciales de la industria: la documentación interna de la

industria, que los jueces obligaron a hacer pública, muestra que bastantes años

antes que llegaran a conocimiento de los científicos de fuera, los profesionales de

Page 12: El consumo de tabaco como problema de salud pública

esta industria eran conscientes de la toxicidad de los cigarrillos, de su adictividad y

de que el público diana de sus intervenciones debían ser los niños y adolescentes.

También muestra que, cuando esto se hizo público, realizaron todo tipo de

esfuerzos, legales e ilegales, para negarlo o al menos sembrar dudas al respecto.

Además de las características del producto y de las presiones de la industria tabaquera,

un tercer factor que ha contribuido y contribuye a la extensión del problema es el hecho

de que, a corto plazo, los gobiernos se benefician directamente por los impuestos

derivados del consumo de tabaco15. Aunque, como ha reseñado el informe del Banco

Mundial de 1999, el consumo de tabaco presenta un balance neto negativo para la

economía mundial (al igual que para la mayoría de los países aislados), los beneficios

económicos de su reducción o eliminación tardarán varios años en manifestarse. Por ello,

el problema de salud pública que representa el consumo de tabaco nunca podrá ser

abordado adecuadamente sin la presencia de gobiernos que sean capaces de mirar por

los intereses de sus ciudadanos con una perspectiva que vaya más allá de unos pocos

años16.

5. EVITABILIDAD: IMPORTANCIA DEL CONTROL Y LA PREVENCIÓN (ver módulos 8,

9 y 10)

Diversas estrategias se han mostrado eficaces en conseguir la reducción del consumo de

tabaco de una población. En su informe mPOWER – Plan de medidas para hacer

retroceder la epidemia de tabaquismo la Organización Mundial de la Salud1 ha resumido

estas estrategias en cinco puntos, formulados de manera general de tal modo que puedan

ser aplicables a las diversas circunstancias en las que se encuentran los diferentes

países:

1) Aumentar los impuestos al tabaco, que incluye: a) el aumento de los tipos

impositivos para los productos del tabaco, ajustándolos periódicamente a la inflación

y aumentándolos más deprisa que el poder adquisitivo medio; y b) el fortalecimiento

de la administración fiscal para reducir el comercio ilícito. La población general no

tiende a valorar esta medida, todos los estudios muestran que es lo más útil para

reducir la prevalencia de consumo de una población. Aunque esta medida sea

aparentemente regresiva (afecta más a las personas económicamente más

desfavorecidas), dado que el que consumo de tabaco se centra en estos colectivos,

globalmente ocurre lo contrario: tiende a disminuir la regresividad que conlleva el

consumo de tabaco.

Page 13: El consumo de tabaco como problema de salud pública

2) Establecer y hacer cumplir las restricciones –prohibiciones- sobre

publicidad, promoción y patrocinio, tanto directo como indirecto, del tabaco. Esta

medida ayuda fundamentalmente a la población más joven, a quienes aún que no se

han iniciado en el consumo y a quienes presentan una dependencia menos

instaurada. La restricción de la publicidad no implica ninguna restricción de la

libertad de información: es un intento de defensa de las poblaciones más débiles y

vulnerables frente a determinados intereses económicos.

3) Proteger a la población del humo ambiental de tabaco, que incluye medidas

destinadas a proteger y hacer cumplir leyes sobre espacios completamente libres de

humos en las instalaciones sanitarias y educativas y en todos los lugares públicos

cerrados (su importancia se comenta en el siguiente apartado).

4) Ofrecer ayuda para el abandono del consumo. Las medidas que aconseja

potenciar podrían resumirse en: a) fortalecer los sistemas sanitarios para que

faciliten asesoramiento sobre el abandono del tabaco en el marco de la atención

primaria de salud; y b) apoyar el establecimiento de líneas telefónicas de ayuda al

abandono del tabaco y otras iniciativas comunitarias, junto con el tratamiento

farmacológico de fácil acceso y bajo costo, cuando sea conveniente. Esta medida en

su conjunto es la más eficaz para disminuir las tasas de morbi-mortalidad a corto

plazo; las otras actúan más a largo plazo.

5) Advertir de peligros del tabaco, mediante un etiquetado que incluye

advertencias eficaces, a poder ser gráficas, realizando campañas de publicidad

antitabáquica y obteniendo la cobertura gratuita de las actividades antitabáquicas en

los medios de comunicación social.

Estas estrategias deben acompañarse de una monitorización que permita la obtención

de datos reales sobre la aplicación de las medidas y sobre sus efectos sobre los

indicadores clave del consumo de tabaco en jóvenes y adultos1,2.

6. TABACO Y DESIGUALDADES SOCIALES16-19 (ver M10T5 y M10T3)

En los países desarrollados de la esfera cultural anglosajona es donde primero se

observó que la prevalencia del consumo de tabaco es mucho mayor en las clases

sociales más desfavorecidas, tanto desde el punto de vista económico como más

importantemente socio-educativo (figura 7). Hoy en día esto se observa en todos los

Page 14: El consumo de tabaco como problema de salud pública

países industrializados, siendo el consumo de tabaco durante el embarazo en donde más

tempranamente pueden distinguirse las diferencias socioculturales (figura 8).

Figura 7. Relación entre consumo de tabaco y clase social en el Reino Unido en 1998: a) prevalencia según

clase social; b) motivación referida para dejar de fumar; c) porcentaje de población ex-fumadora (comparada

con 25 años antes)

Además, en la actualidad el consumo de tabaco es considerado como un marcador -en

ocasiones predictor- de patología psiquiátrica y de disfunción social. Marcador no implica

relación causal, pero sí una asociación estadística (ver M5T5 y M6T5).

0

10

20

30

40

% prevalence of cigarette smoking

I-II III IV-V

Prevalence of smoking by social class

I-II III IV-V1973

1998

0

10

20

30

40

50

60

% quit

Smoking cessation by social class (in 1973 & 1998)

0

20

40

60

80

% want to quit

I-II III IV-V

Motivation to quit by socioeconomic group

Page 15: El consumo de tabaco como problema de salud pública

6,6

24,2

0

10

20

30

40

50

Con título

Sin título

Figura 8. Porcentaje de mujeres que llegan fumando al parto, según si poseen o no título universitario

(estudio de H. Bello, realizado en Galicia en 2004)

En nuestro medio las campañas de prevención o concienciación llegan con más facilidad

–o más profundidad- a las personas con un mayor nivel socioeducativo, encontrando una

mayor impermeabilidad en los otros estratos sociales. De esta mayor impermeabilidad

pueden ser responsables tanto una inadecuada orientación de los mensajes a transmitir o

de los cambios de actitudes a generar como una radical polarización de la industria

tabaquera hacia aquellas personas con una personalidad menos secundaria y con unos

intereses vitales más centrados en el corto plazo.

A diferencia de lo que ocurrió originalmente en los países más desarrollados

económicamente, y de manera similar a lo que se observa actualmente, en los países en

vías de desarrollo el consumo de tabaco también presenta habitualmente un claro

gradiente social, afectando también de manera más intensa a los sectores más

desfavorecidos (figura 9).

Figura 9. Porcentaje de fumadores según ingresos mensuales (datos de India, elaborados a partir de 16)

20

30

40

50

60

70

< 24 24-30 30-35 35-47 47-59 59-71 71-94 94-118 > 118

Page 16: El consumo de tabaco como problema de salud pública

7. TABAQUISMO PASIVO20-22(ver M6T8)

Los anteriores aspectos (toxicidad, adictividad, extensión y evitabilidad) hacían relación al

consumo activo de tabaco. En el caso del tabaquismo pasivo su importancia para la salud

pública radica en su toxicidad es cada vez más manifiesta (se le atribuyen un 10% de la

mortalidad total del tabaco), en su gran extensión (mayor incluso que la del consumo

activo) y en su evitabilidad.

Se denomina tabaquismo pasivo a la exposición involuntaria al aire contaminado por el

humo de tabaco, al hecho de que una persona se vea involuntariamente expuesta al

humo ambiental de tabaco o humo de segunda mano. En ocasiones se le denomina

también tabaquismo involuntario, aunque hay quien evita este término, porque puede dar

a entender que el consumo activo es voluntario, lo cual sólo es cierto de manera parcial.

La evidencia científica sobre las consecuencias sobre la salud de la exposición

involuntaria el humo ambiental de tabaco muestra inequívocamente que20:

1) Causa muerte prematura y enfermedad tanto en niños como en adultos.

2) En niños aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante, infecciones respiratorias

agudas, problemas del oído medio, agravamiento de asma, además de ocasionar

síntomas respiratorios y enlentecer el desarrollo pulmonar.

3) En adultos ocasiona efectos cardiovasculares inmediatos, originando enfermedad

coronaria (figura 5); así mismo, es causa de cáncer de pulmón.

Debido a las menores temperaturas en el cono ardiente del cigarrillo cuando se produce la

corriente lateral (principal componente del humo ambiental de tabaco), ésta contiene más

productos derivados de pirólisis parcial y, por ello, presenta mayores concentraciones de

algunas sustancias tóxicas y carcinogénicas que la corriente principal, que es la que

inhala fundamentalmente la persona fumadora (ver M1T7). Aunque la dilución en el aire

ambiental reduce las concentraciones inhaladas por los fumadores pasivos, en las

personas involuntariamente expuestas al humo ambiental de tabaco –sobre todo, tras

exposiciones en ambientes cerrados- se detectan aumentos en los niveles de partículas

respirables, nicotina, hidrocarburos aromáticos policíclicos, monóxido de carbono (CO),

acroleína, dióxido de nitrógeno (NO2) y otras sustancias; así mismo, en su orina se han

detectado la presencia de carcinógenos específicos del tabaco20,21.

El desarrollo de las patologías asociadas a la exposición involuntaria del humo ambiental

de tabaco no presenta un nivel de exposición que pueda considerarse libre de

Page 17: El consumo de tabaco como problema de salud pública

riesgo. Esto es especialmente relevante en el caso de los parámetros cardiovasculares

que se ven alterados rápidamente incluso tras exposiciones breves21.

Los estudios realizados muestran de manera uniforme que, mientras la eliminación del

consumo en los lugares cerrados protege a la población del riesgo de exposición

involuntaria, este riesgo persiste con otras medidas como creación de espacios para

fumadores, limpieza del aire y mayor ventilación de los edificios. Por este motivo, todos

los informes técnicos concluyen que la restricción total del consumo en los espacios

cerrados es, en la práctica, la única manera realmente eficaz de proteger a la población

de la exposición involuntaria al humo ambiental de tabaco20,22.

En estos hechos se basan todas las medidas que los diversos países están tomando al

respecto para proteger a su población. Dado el nivel de conocimiento actual sobre el tema

y las escalas de valores vigentes en nuestras sociedades, en la actualidad carece de

sentido que no se regule de manera restrictiva la exposición de la población al humo

ambiental de tabaco en todo tipo de espacios públicos, especialmente los cerrados.

“En el futuro nadie se creerá que se prohibió fumar antes en

los pubs irlandeses que en los hospitales ingleses”

Graffiti en Londres, 2003

8. PERSPECTIVAS

Es sorprendente que más de 50 años después de que los efectos del consumo de tabaco

sobre la salud quedaran demostrados y más de 20 años después de confirmarse los

riesgos derivados de la exposición involuntaria al humo ambiental de tabaco, son muy

pocos los países que han conseguido aplicar estrategias eficaces y reconocidas como

tales para disminuir la prevalencia de consumo de sus poblaciones2.

Aún así, las circunstancias han cambiado notablemente desde la entrada en vigor (27 de

febrero de 2005) de lo que puede ser considerado el primer tratado de salud pública

mundial, el Convenio Marco del Control del Tabaco, que es claramente el punto de

inflexión en el control del tabaco (ver M1T4).

Si el punto de inflexión clave de la historia del tabaco se da con la invención de la máquina de

hacer cigarrillos y marca todo el siglo XX, el punto de inflexión clave de la historia del movimiento

de control es el Convenio Marco y que va a marcar la primera mitad del siglo XXI. La proximidad

a este evento impide a una gran parte de la población –entre quienes se encuentran muchos de

Page 18: El consumo de tabaco como problema de salud pública

quienes trabajan en el campo y la mayor parte de los responsables políticos- percibir con una

perspectiva adecuada cómo han cambiado las circunstancias y cómo tabaco –sobre todo, los

cigarrillos- es algo que perteneció propiamente al siglo XX y a los modelos de sociedad de

consumo que durante el mismo se desarrollaron.

Mediante el apoyo a las medidas de control y la aplicación de abordajes y terapias eficaces, los

profesionales sanitarios podemos contribuir a disminuir drásticamente la carga de mortalidad y

morbilidad derivada del consumo de tabaco en nuestros países. Así mismo, indirectamente está

en nuestras manos facilitar que se den los pasos que impidan la adquisición y permitan la

extinción de los patrones poblacionales de consumo que las transnacionales del tabaco intentan

imponer en los países en vías de desarrollo (ver M10T4).

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