el conocimiento de los metales y su beneficio por los indígenas

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Acta Universitaria ISSN: 0188-6266 [email protected] Universidad de Guanajuato México Zamora Ayala, Verónica de la Cruz El conocimiento de los metales y su beneficio por los indígenas. Acta Universitaria, vol. 13, núm. 1, enero-abril, 2003, pp. 36-48 Universidad de Guanajuato Guanajuato, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=41613105 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Page 1: El conocimiento de los metales y su beneficio por los indígenas

Acta Universitaria

ISSN: 0188-6266

[email protected]

Universidad de Guanajuato

México

Zamora Ayala, Verónica de la Cruz

El conocimiento de los metales y su beneficio por los indígenas.

Acta Universitaria, vol. 13, núm. 1, enero-abril, 2003, pp. 36-48

Universidad de Guanajuato

Guanajuato, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=41613105

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36 VOL. 13 No. 1 ENERO - ABRIL 2003

Guanajuato, Gto., México

RESUMEN / ABSTRACT

La actividad minera y metalúrgica influyó enmúltiples formas, en la evolución culturalmesoamericana e hizo posibles creaciones quehasta el presente son objeto de admiración.Sus primeras manifestaciones se produjeron enla región occidente de Mesoamérica, en dondeadquirió gran presencia por haber sido el áreapuntera de dicha actividad, produciendo bie-nes suntuarios de oro y plata e instrumentosde cobre y otras aleaciones. Estas aplicacionesmetalúrgicas son admirables tanto del puntode vista estético y técnico. Desde esta regiónse difunde hacia el resto de Mesoamérica ad-quiriendo gran importancia a principios delsiglo XVI. A fin de comprender los avancesque alcanzaron la minería y la metalurgia du-rante el periodo prehispánico y lasimplicaciones en el desarrollo de esta actividadpara etapas históricas posteriores, en el territo-rio mexicano y particularmente en elguanajuatense, ofrecemos un panorama globaldel inicio y conformación de las actividadesmineras y metalúrgicas en Mesoamérica, lastécnicas empleadas para la extracción y el be-neficio de los minerales, las creaciones artísti-cas logradas, y la significación de estas activi-dades en el contexto cultural mesoamericano.

El Conocimiento de los Metales ysu Beneficio por los Indígenas.

Verónica de la Cruz Zamora Ayala*.

PALABRAS CLAVE: Trabajos metálicos; Metalúrgico; Actividad minera; Minerales;Extracción; Beneficio.

KEYWORDS: Metalwork; Metallurgical; Mine activity; Minerals; Extract; Benefit.

The Mesoamerican cultural evolution wasinfluenced by the Prehispanic metalwork andmetallurgy in many ways. It made possiblemuch creative work that from that time tothe present has been cause of admiration. Thefirst manifestations were achieved in thewestern region of Mesoamerica where all thisactivity was originated producing sumptuarygoods of gold and silver and copper instrumentsand other alloys. These metallurgicalapplications were wonderful creations from anesthetic and technical point of view. It isfrom this region that it is spread through outthe rest of Mesoamerica achieving greatimportance at the beginning of the XVIcentury. In order to understand the advancesreached by the mining and metallurgyindustries during the prehispanic era and theimplications of the development of this activityon the forthcoming historical eras in theMexican territory and particularly inGuanajuato, the authors offer a global panora-ma from the beginning and the conformationof the mining and metallurgic activities inMesoamerica, the techniques used for theextraction and the processing of the minerals,the achieved artistic creations and thesignificance of such activities within the cul-tural context of Mesoamerica.

* Investigador de la Facultad de Ar-quitectura de la Universidad deGuanajuato. Correo Electrónico:[email protected].

A fin de comprender los avances que alcanzaron la minería yla metalurgia durante el prehispánico y las implicaciones enel desarrollo de esta actividad para etapas históricas poste-

riores, en el territorio mexicano y particularmente en elguanajuatense, presentamos los resultados de la investigación; paraello, ofrecemos un panorama global del inicio y conformación delas actividades mineras en Mesoamérica, las técnicas empleadaspara la extracción y beneficio de los minerales, las creacionesartísticas logradas con los minerales, así como la significación de laminería y la metalurgia en el contexto cultural de Mesoamérica.

La actividad minera prehispánica influyó, en múltiples formas,en la evolución cultural mesoamericana e hizo posibles creacionesque hasta el presente son objeto de admiración. Sus primerasmanifestaciones se producen en la región occidente deMesoamérica, a partir del siglo XVI, y en donde adquirió granpresencia por haber sido el área puntera de esta actividad, produ-ciendo no sólo bienes suntuarios de oro y plata, sino coas,hachas, escoplos y otros instrumentos metálicos de cobre, aplica-ciones metalúrgicas que son admirables no sólo desde el punto devista estético, sino además técnico. Desde esta región se difundeal resto de Mesoamérica, adquiriendo gran importancia a princi-pios del siglo XVI.

El libro tercero de la Historia General de las Cosas de NuevaEspaña (Sahagún: 1985, 64 – 65), nos expresa que: "Quetzalcóatlfue estimado y tenido por dios, y lo adoraban de tiempo antiguo enTula, … Y los vasallos que tenía eran todos oficiales de artes mecáni-cas y diestros para labrar piedras verdes, que se llaman chalchihuites,y también para fundir plata y hacer otras cosas. Y estas artes todashubieron su origen en el dicho Quetzalcóatl. Y tenía unas casashechas de piedras verdes preciosas, que se llaman chalchihuites, yotras casas hechas de plata; y más otras casas hechas de conchacolorada y blanca; y más otras casas hechas todas de tablas; y másotras cosas hechas de turquesas; y más otras casas hechas de plumasricas…."

Recibido: 5 de Marzo de 2002.

Aceptado: 24 de Enero de 2003.

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INICIO DE LAS ACTIVIDADESMINERAS EN MESOAMÉRICA

Distingamos desde un principio, entre mine-ría y metalurgia. La minería implica la realizaciónde trabajos que presuponen conocimientos y téc-nicas para la obtención de minerales metálicos yno metálicos. La metalurgia, más allá de la meraobtención de un metal en estado nativo, es arte yciencia de beneficiar los minerales para extraer deellos los metales y disponerlos con miras a suulterior empleo en la fabricación de instrumen-tos y de objetos de toda índole, suntuarios o deorfebrería; abarca técnicas como la fundición,purificación, aleación, amalgamación y otras, ysólo puede desarrollarse en base a la minería.(León Portilla: 1984, 6).

Así como puede darse el aprovechamiento demetales en estado nativo, en pequeña escala, sinque necesariamente exista una auténtica mine-ría, también se pueden desarrollar actividadesmineras, que, al menos no hayan culminado entrabajos metalúrgicos. En Mesoamérica se desa-rrollaron las actividades mineras, antes de la eracristiana, para la obtención de compuestos, nometálicos, como ciertas sales, óxidos, etc., apartir de los cuales se logró satisfacer requeri-mientos económicos y culturales, en cambio, lametalurgia se inició hacia el siglo VI d. C.

Figura 1. Pictograma de Oztoma, representauna cueva.

Gracias a los informantes de Sahagún cono-cemos una primera forma de testimonio acercade excavaciones de auténticas minas durantelos tiempos prehispánicos. La designación quese daba a éstas en idioma náhuatl era in tepeio,in ostio: lo del monte, lo de la cueva. SegúnAlonso de Molina en su Vocabulario, hacer unamina, se decía tlallan oztolataca, que literal-mente significa excavar cuevas en la tierra.(León Portilla, 1984, 8). En el CódiceMendocino, la cueva queda representada porun pictograma. (figura 1).

Los trabajos indígenas prosiguieron a través devarios siglos, probablemente a partir de los siglosIII o IV. Desde el punto de vista técnico de losquehaceres mineros, para beneficiar las vetas, lospobladores prehispánicos excavaron: socavones,pozos o tiros de comunicación y ventilación(Humboldt, 1991); emplearon la torrefacción,para resquebrajar las rocas; construyeron galeríasestrechas y aun grandes salones, que tuvieroncomo objetivo obtener con instrumentos líticos,minerales no metalíferos: caolín arcilloso, alum-bre, cinabrio (protosulfuro de mercurio) y calcita(carbonato de calcio), en general se trata deexcavaciones realizadas a tajo abierto que conti-núan bajo tierra.

Para la excavación y el tumbe de los minera-les, usaron martillos de piedra, de diorita o deandesita, hechos por el procedimiento delascado, los mangos eran de madera, para des-menuzar los minerales, empleaban diversos ti-pos de morteros de piedra; otros instrumentosestaban hechos de puntas de hueso; tenían tam-bién cucharas y bateas de barro, navajones deobsidiana, cuñas de madera muy dura para que-brar la roca, teas de ocote y fibras vegetalesrecubiertas de resina, empleadas para el alum-brado; canastos y cuerdas para sacar afuera elmineral. (León Portilla: 1984, 9).

Los informantes de Sahagún dan testimoniode los minerales que se trabajaban enMesoamérica a la llegada de los españoles(Sahagún: 1989, 788 – 796):

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Por lo que se refiere a las piedras preciosas,nos señala que …las crían en unas piedras toscas,en diferentes pueblos y las traen de allá. Entreellas menciona las chalchihuites (figura 2), lasdescribe como piedras mezcladas de blanco; lasusan los principales en las muñecas, atadas conun hilo, dando señal de nobleza,… a losmacehuales les estaba prohibido usarlas.

Figura 2. En la lámina correspondiente a la43 r. del Códice Mendocino, sepueden apreciar, el tributo ensartas de jade; su glosa estásemiborrada, pero puede leerse:chalchíhuitl matláctetl omomecexíhuitl, o sea: cuentas de jade:doce al año. En español se inter-pretó como: Doze sartas de pie-dras mui preciosas verdes.

Las turquesas de diversas calidades, recibendiferentes nombres, así nos señala que hay: …la xíhuitl es de baja calidad, porque están hendi-das y manchadas, tienen diversas formas y conellas hacían trabajos de mosaico, desarrollandodiferentes figuras. La Teuxíhuitl, es fina y consi-derada como …de los dioses del sol, fuego yagua, y no se permitía a nadie tenerla o usarla;son raras y se traen de lejos, algunas son redondas,y se llaman xiuhtomolli, son como una avellanacortada por medio, otras son anchas, llanas, oahoyadas, como si estuvieran carcomidas…. LaTlapalteuxíhuitl, es fina y colorada, como rubíesson raras y preciosas (figura 3).

El ámbar fino se llama apozonalli, es amarilloclaro, con una centella de fuego; elquetzalapozonalli, amarillo con una mezcla de ver-de claro; y el iztacapozonalli, amarillo blanqueci-no. El jaspe es una piedra preciosa, que se encuen-tra en Santiago de Tecalco; y de las cuales haygran variedad: una de ellas se llama

Figura 3. En la lámina correspondiente ala 52 r. del Códice Mendo-cino, encontramos el tributoen sartas de jade; además,Centózcatl xiuhtetl, o sea: unagargantilla de turquesas. Y enespañol: una gargantilla de pie-dras finas. Así como, Ontetlxiuhtetl, es decir: dos piedras deturquesa, en español: turquesas…piedras finas.

Iztacchalchíhuitl, es muy blanca con vetas verdes ode azul claro; son usadas contra las enfermedades.

Las piedras negras usadas para navajas, sondiferentes y variadas, una se llama téutetl, pie-dra de finura y pureza notable en extremo(Siméon: 1984, 490), otra ítztetl, conocidacomo obsidiana o utilizada para cuchillos, nava-jas de afeitar, lancetas, flechas y espejos (Siméon:1984, 210). Con éstas rapan las cabezas y cortancosas que no sean muy duras. El éztetl, que quie-re decir piedra de sangre, es una piedra pardacon gotitas coloradas y verdes; también las hayblanquecinas. Hay unas piedras verdes claras quellaman toltecaitztli. Las piedras con las que ha-cían espejos también son diversas, entre ellasestán: Tezcatl, de muchas figuras: redondos,triangulados.

Las esmeraldas se llaman quetzalitztli, son debuena calidad y preciosas. Quetzalchalchíhuitl, sellama así porque es muy verde y se parece alchalchíhuitl. El quetzalitzepyollotli, es preciosapor la variedad de sus colores con la luz. Eltlilayótic es del género de los chalchihuites, mez-clada de negro y verde. Mixtecátetl, llamadatambién texoxoctli, es una piedra manchada comotigre, es de poco valor; pero se usa para las enfer-medades. Las matlalitztli son de color azul oscu-ro o claro. El Xiuhmatlalitztli, es un zafiro, comogota de agua clara azul. El cristal o beril, se

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llama tehuílotl, y entre éste se encuentran lascamatistas, piedras moradas, claras.

En la orilla del mar encuentran perlas y con-chas blancas y coloradas; el uitzitzíltetl es unapiedra preciosa que se halla en la orilla de losríos en la provincia de Totonacapan. Las perlas sellaman epyllotli, que quiere decir corazón de con-cha, son bien conocidas de todos. Finalmente,menciona que también se encuentra el mármoly le llaman aitztli.

El trabajo de los minerales metalíferos se de-sarrolló en Mesoamérica, entre los años 600 y800 d. C., como consecuencia de una difusión,probablemente por etapas, desde los centros de laalta cultura de América del Sur; introducidas porla costa del Pacífico y por el área Maya (LeónPortilla: 1984, 10; Langenscheit: 1997, 6).

Los mesoamericanos obtuvieron, trabajarony aprovecharon: oro, teocuitlatl, nativo, de pu-reza variable; cobre, teputztli, nativo, de purezavariable; cobre obtenido metalúrgicamente depureza variable; plata, teocuitlatl, nativa, de pu-reza variable; plata obtenida metalúrgicamentede pureza variable; plomo, temetztli, obtenidometalúrgicamente, de metales dóciles de purezavariable; estaño, amóchitl, obtenido metalúrgi-camente; hierro, temetztli, meteórico colectadoen la naturaleza; mercurio nativo (azogue), co-lectado en las menas o destilado metalúrgi-camente.

Tumbaga o aleación de oro y cobre en pro-porción de 82 y 18 por ciento, respectivamente,preparada metalúrgicamente; aleaciones de co-bre y oro en varias proporciones preparadasmetalúrgicamente; aleaciones de plata y cobreen varias proporciones preparadas metalúrgi-camente; aleaciones de cobre y plomo en pro-porciones variables obtenidas de minerales mix-tos por fundición o quizá por fundiciónconjunta de los metales con alguna técnica espe-cial; bronce, tepuztli, arsenical, constituido porcobre y arsénico principalmente, en diversas pro-porciones, obtenido por fundición de mineralesmixtos o mezclados ex profeso; bronce comúno bronce duro, constituido por bronce y estaño

en proporciones variables, obtenido por fundi-ción de minerales mixtos o mezclados ex profe-so; latón constituido por el cobre con el 15 porciento de zinc; cobre y antimonio en diversasproporciones.

Y otras aleaciones de menor importancia has-ta ahora, que por su rareza o carácter mixtoentre las ya mencionadas, se podrían incluir eneste rubro, obtenidas metalúrgicamente a partirde minerales mixtos o mediante fusión, oreciclaje, de objetos producidos en aleacionesdiversas (León Portilla: 1984; Langenscheidt:1997, 7).

El oro, el cobre y la plata encontrados en lanaturaleza fueron más fáciles de obtener, puessólo requieren la utilización del calor para lograrsu fusión (Ortiz: 1984). El oro se obtuvo ytrabajó en múltiples sitios de Oaxaca, Guerrero,Michoacán y la región central y, en menor gra-do también en el ámbito mayense. El cobre,mucho más que en otras áreas de Mesoaméricase tuvo y empleó en lo que hoy es Michoacán.La plata en cambio, se conseguía en menorproporción en algunos sitios de Guerrero e Hi-dalgo (León Portilla: 1984).

Los informantes de Sahagún, dicen que…hay en esta tierra oro, que se cría en minas.Hay señales donde hay minas de oro, porque lamadre se parece sobre la tierra… Hay tambiénplata y cobre y plomo. Críanse en diversas partes,o en barrancas o en riscos. Antes que viniesen losespañoles a esta tierra nadie se curaba de la platani del plomo (Sahagún: 1989, 795 – 796).

El oro y el estaño, lo extraían de ríos oterrenos poco profundos, mediante procedi-miento sencillo; lo sacaban introduciéndose enel fondo del agua y metían las manos hasta elfondo y las sacaban llenas de arena, para buscarlos granos que se guardaban en la boca. El orolo lavaban colocándolo en jícaras, con suavesmovimientos o tentaduras, quedando los granosde oro (Bargalló: 1969, 109). Buscaban sola-mente el oro en los arroyos, porque de donde correel agua sacábanlo, con xícaras lavando la arena, yansí hallaban granos de oro, unos tan grandes

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como granos de maíz, otros menores, otros comoarena (Sahagún: 1989, 795 – 796).

En cuanto a la plata y el cobre sólo excavaronyacimientos superficiales, con metales dóciles;en cuanto profundizaban y encontraban metalesmás difíciles desistían de la explotación por nosaber fundirlos. El cobre blando lo emplearonpara producir vasijas, lebrillos, etc., y el cobreduro para hachas, cinceles, azadas y otros aperosagrícolas o instrumentos de guerra, como son:las armas, hachas y cuchillos; reemplazaba hastacierto punto el hierro y el acero. Algunos meta-les fueron empleados como moneda, es decir,como signos representativos de las cosas(Humboldt: 1991).

Poco se sabe sobre los métodos de extracciónque practicaban los indígenas; no obstante, al-gunos restos de antiguas excavaciones dan ideadel procedimiento empleado. Una excavaciónde unos cinco metros de diámetro, puede con-templarse en el crestón de la veta madre deGuanajuato, junto al tiro o pozo de Kurtz, ypresenta señales de haber sido abierta a fuego.El método que emplearon fue el de torrefacciónsirviéndose de instrumentos de piedra, cobre obronce; la extracción de la mina se hacía enhombros (Bargalló: 1969, 31 – 32).

A B C

Figura 4. A. Lámina 39 r. del Códice Mendocino, teocuítlatl cústic matlactli, es decir, oroamarillo, diez tabletas, y en español, diez barras de oro. Centecpantli in xalliteocuítlatl cóstic in itlacaláquil, cuya traducción es: Veinte recipientes con arena deoro amarillo. En español: tecomates llenos de oro. B. Lámina 43 r. del CódiceMendocino. teocuítlatl cóstic centecpanxicalli, o sea: oro amarillo, veinte jícaras. Enespañol: jícaras o medidas de oro. C. Lámina 44 r. Códice Mendocino, centecpatli cózticteocuitlacomalli, o sea: 20 comales o discos de oro amarillo. En español, una carga decomales o cazuelas chatas de oro.

TÉCNICAS Y CREACIONES DELA METALURGIA PREHISPÁNICA

A los procesos de extracción de estos minera-les seguían los del beneficio de los metales,fuera ya muchas veces de los recintos de lasminas. Los metales con diferentes grados depureza, y también cuando así se deseaba, enaleación, eran sometidos a diversas formas detrabajo que permitían la elaboración de unagran variedad de objetos.

Los textos indígenas establecen una distin-ción general entre los que trabajan el oro y laplata y los que se valen del cobre. Los oficialesque labran el oro son de dos maneras: uno dellosse llaman martilladores o majadores[Teocuitlatzotzonque], porque éstos labran oro demartillo, majando el oro con piedras o con marti-llos para hacerlo delgado como papel. Otros sellaman tlatlaliani, que quiere decir que asientanel oro, alguna cosa en el oro o en la plata. Estosson verdaderos oficiales, que por otro nombre sellaman Tultécah. Pero están divididos en dospartes, porque labran el oro cada unos de sumanera. (Sahagún: 1989, 576).

Fray Bernardino de Sahagún, presenta la re-lación de los artífices a los que menciona en

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cinco grupos, a saber: los tolteca, labradores; losamanteca, plumarios; los tecuitlahuaque o genteque trata los metales finos de oro y plata; lostlatecque o cortadores de piedras en general; ylos chalchiuhtlatecque o gematistas (Sahagún:1985, 153) (figura 5).

Sahagún nos presenta detalladamente la ma-nera en que hacían su trabajo los teocuitlapitzqueo fundidores de metales preciosos (Sahagún:

A B C D

A B C D

Figura 5. A. Maestro o artesano lapidario. B. Maestro o artesano carpintero. C.Maestro o artesano de la pluma. D. Maestro o artesano platero. En lafila de abajo, los glifos correspondientes a cada uno de los maestros oartesanos: lapidario, carpintero, plumario, platero.

1985, 156 – 158): Señala que primero diseña-ban en la cera; con carbón fundían el metal, conlo que daban principio a su arte. El carbón queles era entregado lo hacían polvo, para mezclar-lo con lodo ollero, de tal manera que se hicierapegajoso, y se endureciera, para luego adelga-zarlo, haciendo laminillas, que tendían al sol,las cuales secaban en dos días, para enseguidagrabar las figuras que deseaban en el carbón conuna navaja de obsidiana (figura 6).

Figura 6. Los informantes de Sahagún, nos muestran el proceso de fabricación de moldes para la fundición deloro.

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Luego hervían la cera mezclada con inciensoblanco de la tierra para endurecerla y la purifica-ban para quitarle la suciedad, con una piedralaja la adelgazaban y la hacían laminilla con unrodillo de madera, poniéndola en el carbón,extendiéndola sobre la superficie, y embutién-dola donde se labró el carbón, enseguida ten-dían polvo de carbón en agua sobre la superficiede la cera. Cuando habían cubierto y revestido,la moldeaban y dejaban secar por dos días, lue-go ponían el tubo de cera para introducir elmetal derretido. Lo volvían a poner al fuegopara que se derritiera la cera y lo dejaban enfriarpara vaciar luego el metal.

Una vez fundido, lo pulían con un pedrus-co y le daban un baño de alumbre molido enun cazo de cobre, con el que se restregaba. Siel objeto estaba roto o dañado, era el momen-to de remediarlo pegándolo con soldadura yluego lo raspaban con una azuelilla, puliendoel objeto y volviéndolo a poner al fuego, y abañarlo y restregarlo con el remedio del oro,teocuitlapatli, es decir, una tierra amarilla quese mezclaba con un poco de sal con la quepulían el oro (figura 7).

A su vez, el experto en el trabajo del cobrerealizaba con dicho metal tareas como las si-guientes: "lo martillea con la piedra, funde elcobre, lo corta, lo corta en tiras, coloca y calientael carbón en los moldes".

Otra distinción que se puede dar entre quie-nes trabajan el oro, plata o cobre o inclusoaleaciones, como las de estaño y cobre, y de oroy cobre, es decir, al modo de actuar sobre elmetal es: en frío o caliente.

Los indígenas empleaban hornos u hornillasde barro, en los que se mezclaban los trozos demineral metalífero con carbón. Encendido elhorno y avivado el fuego, gracias al aire sopladopor medio de canutos o tubos que se introdu-cían por los orificios, se lograba la separacióndel metal que recogían en el fondo del horno.En las antiguas minas de cobre, para beneficiarel metal, lo purificaban por sucesivas fusiones,en ocasiones hasta tres, empleando canutos otubos.

Los indígenas aprovechaban principalmenteel oro o genuina excrescencia amarilla, casi nohabía plata, o genuina excrescencia blanca, aun-que existía, ya que requiere ser beneficiada. Alrespecto Sahagún (Sahagún: 1985, 157 – 158)menciona que "…antaño solamente andaba eloro, y de él disfrutaban. Lo fundían los aurífices yhacían collares con él. No había aún plata. Raravez se hallaba, solamente aquí o allá se dejabaver, con lo cual era muy apreciada. Pero ahora,todo es plata, quieren el oro, y es muy tenido enprecio. …Los plateros, lo mismo los de fundiciónque los batihojas, ahora, al hacer algo de plata,requieren de un metal rojo, aunque solamente

Figura 7. A. La pieza es frotada con una sustancia que hace más amarillo el oro. B. Bruñido de la piezavaciada. C. Cincelado de la pieza.

A B C

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para que sirva de base a la plata, … con ellochapean y emplastan. Ya que si sola la plata sefunde y se usa, no más se hace pedazos el artefac-to al lavarlo. No es consistente en todas sus par-tes, ni se compagina en donde están colocadas lasaplicaciones".

A los que trabajaban el metal en frío se lesllamaba martilladores de metal o batihojas, quie-nes desarrollaron varias formas de producción,entre las que se encuentran los objetos de oro,cobre o plata laminados: diademas, piezas decobre a modo de hachuelas usadas como mone-das. Por su parte los batihojas …lo laminaban yadelgazaban, se empleaba para las insignias mili-tares (Sahagún: 1985, 157).

El repujado, o sea el trabajo de labrar conmartillo las láminas de metal para hacer figurasen una de sus caras, también se practicó en elMéxico Antiguo. Otro tanto puede afirmarsedel engastado en metales de distintas piedrascomo obsidiana y jadeitas. El pulido para lograracabados mejores; las técnicas del forrado deobjetos con láminas de metal, así como el tem-plado para dar dureza y elasticidad convenientesa objetos como hachas y coas, fueron otrostantos tipos de trabajo practicado en frío. …An-taño los batihojas solamente se dedicaban a batirel metal fino. Lo hacían maleable. Lo adelgaza-ban muy bien y lo pintaban con rayas negras. Enprimer lugar les escribían el objeto los trabajado-res de la pluma, luego ellos lo dibujaban con un

pedernal. Iban siguiendo el contorno de la líneanegra, de modo que quedara escrito y dibujadocon el pedernal. Le hacen realces, le van hacien-do lentamente los realces, para que quede talcomo es el modelo (Sahagún: 1985, 158).

De los oficiales plateros, los informantes deSahagún, señalan como cualidades (Sahagún:1989, 595; Sahagún: 1985, 196) que: "el oficialde cualquier oficio mecánico primero es aprendizy después es maestro de muchos oficios, y de tantosque de él se puede decir que es omnis homo. Elbuen oficial mecánico es de estas condiciones: quea él se le entiende bien el oficio, en fabricar eimaginar cualquier obra, la cual hace después confacilidad y sin pesadumbre. Al fin, él es muy aptoy diestro para trazar, componer, ordenar, aplicary cada cosa por sí, a propósito. … El platero esconocedor del buen metal y de él hace cualquierobra sutil y artificiosamente. El buen platero tie-ne buena mano, y todo lo que hace lo hace conmedida y compás, y sabe apurar bien cualquiermetal, y de lo fundido hacer planchuelas o tejuelosde oro o de plata; también sabe hacer moldes decarbón y echar metal en el fuego para fundirlo.…El que vende cuentas de oro, plata o cobre, otrata en cadenas o collares de oro y en sartales delas muñecas de las manos, el que es de este oficiosuele ser platero. Si es buen oficial, con temor ybuena conciencia las vende, según que cada unapueda valer, moderando su precio. A él le convie-ne también hacer y vender piezas de oro anchas yredondas, y hacer camarones de oro".

A B C

Figura 8. A. Enfriamiento del molde y fundición del metal. B. El molde se calienta para que se pierda elmodelo de cera. C. Calentamiento del molde después de colado el oro.

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Los oficiales del oro y la plata, en cuanto agremio, tenían por dios a Tótec: Nuestro Señor,Xipe: el desollado, a quien le hacían una fiestacada año en el Cu, que se llamaba Yopico, en elmes llamado Tlacaxipehualitztli. Para realizar lafiesta un hombre se vestía con un pellejo deesclavo (Sahagún: 1985, 154), con plumaje dequechol fino rojo en la cabeza, llamadoiteuquecholtzon o itlauhquecholtzcon. En la manoizquierda una rodela de oro y en la derecha supalo de sonajas, que hacía resonar al golpearlacontra el suelo. Además, unas cótoras bermejas ysu luneta de la nariz y orejeras de oro. Enaguasllamadas Tzapuccuétitl, hechas de pluma rica,chilchótic y quetzalhhuitztli; con sandalias rojascon un adorno de codorniz; en la espalda lecolocaban tres banderas que llevaba a cuestas, y

Figura 9. Xipe Tótec, dios de los orfebres.Los oficiales del oro tenían pordios a Xipe Tótec, al que le ha-cían una fiesta cada año llama-da Tlacaxipehualitztli, quequiere decir desollamiento depersonas. Un sátrapa se vestíacon el pellejo de uno de losdesollados, representando aTótec; se ponía además una co-rona de plumas; en las naricesse le colocaba una media lunay orejeras, ambas de oro. En lamano derecha portaba un bá-culo a manera de sonaja, en laizquierda una rodela de oro;también traía cótaras bermejas;en la espalda le colocaban tresbanderillas de papel; con naoasde plumas; y en el cuello unjuel de oro.

resonaban como papel. Le ponían una silla demadera de zapote, llamada tzapoicpalli. Le ofre-cían ofrendas, entre ellas unas tortas llamadashuilocpalli de maíz molido, sin cocer; así comomanojos de mazorcas, frutos y flores (Sahagún:1989, 576 – 577; Sahagún: 1985, 154). Lehacían escaramuzas de batallas, divirtiéndolo ylo acompañaban a Totecco, en nuestro señor, ylo festejaban. Son las ceremonias que se hacíanen esta fiesta, llamada tozoztontli (Sahagún:1989, 577).

SIGNIFICACIÓN DE LAMINERÍA Y LA METALURGIA ENEL CONTEXTO CULTURAL DE

MESOAMÉRICA.

Los mercaderes o pochtecatl emprendían lar-gos viajes a las llanuras, de donde traían plumas,cacao, algodón, oro, plata, jade, colorantes yotros productos. No eran negociantes en tantoque, no intercambiaban regateando y trafican-do, sino regalando. Los objetos de canje losrecibían del soberano, que se los ofrecía a otrosoberano, quien a su vez le enviaba lacontraprestación a través de sus comerciantes.

El libro IX de los informantes de Sahagún,se ocupa de dos cuestiones fundamentales y degran interés relacionadas con los mercaderes ylos orfebres, gematistas y plumistas (Sahagún:1985, 143); en él consigna lo siguiente: "lamercadería… eran… plumas de papagayos, unascoloradas que se llamaban cuetzalli; otras asules,que se llamaban cuitlatexotli y otras coloradascomo grana, que se llamaban chamulli. Estas trescosas eran todo su trato. Después… se comenza-ron a vender y a comprar las plumas, que sellaman quetzalli itztli. Y las piedras verdes, quese llaman chalchihuitl, y también las mantas dealgodón y maxtles de algodón… se comenzaron acomprar y vender barbotes de oro y anillos de oro,y cuentas de oro y piedras azules labradas comocuentas, que se llaman teuxíhuitl, y grandeschalchihuites, y grandes quetzales, y pellejos la-brados de animales fieros, y otras plumas ricas dediversas maneras y colores" (figura 10).

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Los conocimientos alcanzados por el hombreprehispánico tanto para la localización de mine-rales metalíferos o no, como para la ulterioraplicación de técnicas, teniendo presente el be-neficio y luego el trabajo de los metales, presu-ponen procesos, no interrumpidos, de conside-rable desarrollo cultural.

El oro fue el metal que comenzó a trabajarseen primer lugar; entre los principales objetosfabricados en oro y plata, se tienen pectorales,anillos, ornamentos, collares, pinzas para depi-lar, láminas con diseño de mariposas; orejeras,narigueras, máscaras, brazaletes, coronas, placascon jeroglíficos, mangos de abanicos (León Por-tilla: 1984).

El cobre llegó a tener gran importancia y fueel que más se aprovechó, especialmente a favordel desarrollo técnico. Entre los objetos y uten-silios de cobre se conocen: hachas, azadas, coas,azuelas, punzones, cinceles, sopletes, alambres,

anzuelos, alfileres, agujas, especie de monedas,puntas de lanza y flecha, broches, bastones, man-gos, cascos, escudos, cascabeles (León Portilla:1984, 19).

Entre los pobladores prehispánicos había al-gunos que sabían localizar yacimientos, excavary trabajar las minas. Si sus conocimientos fue-ron ciertamente usados por los españoles, cons-tituyeron una fuente que hizo posible la im-plantación y desarrollo de otras técnicas minerasque alcanzarían suma importancia en la NuevaEspaña (León Portilla: 1984, 25). "Hay personasque conocen dónde se crían las piedras preciosas, yes que, dondequiera que está, … echa de por sívapor o exhalación como un humo delicado.… seaparece … a la salida del sol. Y a los que lasbuscan y conocen esto, pónense en lugar conve-niente…, y miran hacia donde sale el sol, ydonde ven salir un humito delicado… conocenque allí hay piedra preciosa, … y quiébranla parabuscarla. Y si no hay piedra donde sale aquel

A B

C D

Figura 10. Los Mercaderes o Pochtecatl, eran especie de embajadores queemprendían largos viajes a las llanuras, de donde traían diferen-tes mercancías. El transporte se hacía por medio de tamame ocargadores, quienes tenían sus propias normas acerca de lasdistancias que debían andar y el peso máximo que debíancargar. La distribución de la mercancía era concertada por losgrandes mercaderes, atendiendo a la ley de la oferta y lademanda y a las disposiciones de los gobernantes. Los tamemese encontraban a las órdenes de los pochteca y su función eradistribuir la riqueza por todo el territorio mesoamericano.A. Mercaderes con plumas de papagayos. B. Con joyas de oro,piedras, plumas ricas y pieles. C. Con plumas de quetzal y conmantos. D. Con mantas ricas.

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humito, cavan en la tierra, y hallan alguna caxade piedra donde están algunas piedras preciosasescondidas, …. Cuando los que conocen las pie-dras hallan alguna piedra preciosa dentro en ella,primeramente la quiebran y sacan la piedra pre-ciosa de donde están, y luego la desbastan, ydespués la raspan, y después lapiden para resplan-dezcan, y después la esmeran sobre una cañamaciza" (Sahagún: 1989, 788 – 789).

Téngase en cuenta que en realidad el oro noera considerado en sí un elemento comercial-mente valioso, sino que, este metal tenía unaascendencia divina, por lo que únicamente po-dían elaborarse objetos del ritual, ornatos dis-tinguidos o amuletos funerarios. En la orfebre-ría se encuentran símbolos relacionadosdirectamente con la religión, saturada desimbolismo (Servín Palencia: 1988, 399).

Aunque los metales preciosos eran conoci-dos y utilizados entre muchos de los pueblosindígenas, no habían pasado de la categoría dematerias primas en la joyería, en el adornoindividual, el ornato de los palacios o en elculto religioso, sin que su uso se hubiera gene-ralizado entre la masa de la población, bienpor su rareza, bien por prohibirlo las prácticassuntuarias. Las piedras verdes o azules, jades,dioritas, turquesas, la obsidiana, el cristal deroca y las plumas ricas de diversas aves de vivoscolores, se tenían en más estima que elteocuícatl, excremento de los dioses, el oro(Mendizábal: 1980, 16).

La plumaria, la orfebrería y los mosaicos al-canzaron un gran desarrollo, no obstante queexistieron para el uso de este tipo de joyas, yaque no podían ser usadas más que por individuosde determinadas jerarquías gobernantes, sacerdo-tes, guerreros y nobles. La limitación en el uso delas joyas en el México Prehispánico es explicable,ya que se trataba de una sociedad teocrática quereclamaba preseas, distintivos y atributos que se-ñalaran la jerarquía de las diversas posiciones so-ciales (Servín Palencia: 1988, 382).

El jade era el elemento valioso con el que seenjoyó a las deidades; el oro era el excremento

o escoria divina, el trasudor del sol; mientraslas plumas ricas, conformaban los complicadostocados de las deidades del panteón indígena.Con lo anterior, se establece el caráctersemidivino del que participaban las joyas y larazón de que hayan sido los nobles los únicosque podían usarlas.

El uso y consumo de artículos de orfebrería,plumarios o de mosaico era extenso, pues elgran ceremonial y el atuendo de gobernantes,sacerdotes, guerreros y grandes dignatarios, re-quería de las pideras, plumas o metales, que enmanos de lapidarios artistas de la pluma uorfebres, habrían de transformarse en los res-plandecientes pectorales, orejeras, anillos o poli-cromos mosaicos plúmeos.

A través de la Matrícula de Tributos y elCódice Mendocino, podemos determinar y es-tablecer que los metales preciosos que pródiga-mente aportaban las zonas auríferas, procedíande sitios que todavía en la actualidad son consi-derados ricos. Más aún Bernal Díaz (Díaz delCastillo: 1994, 198 – 199), relata que al serinterrogado al respecto: "…Montezuma dijo quede tres partes, y que de donde más oro le solíantraer que era de una provincia que se diceZacatula, que es a la banda sur y que está deaquella ciudad andadura de diez o doce días, yque lo cogían en unas xicales, y que lavan latierra para que allí queden unos granos menudosdespués de lavado; y que ahora al presente que selo traen de otra provincia que se dice Tustepeque,cerca de donde desembarcamos, que es en la ban-da del Norte, y que lo cogen de dos ríos, y quecerca de aquella provincia hay otras buenas minasen parte que no son sus sujetos, que se dicen loschinantecas y zapoteca, y que no le obedecen, yque si quiere enviar sus soldados, que él daráprincipales para que vayan con ellos".

La enorme importancia económica que seconcedía a los minerales metalíferos y nometalíferos, queda plasmado, tanto en La Ma-trícula de Tributos como en el CódiceMendocino, el registro cualitativo y cuantitati-vo de los productos que como tributo, se ha-cían llegar a Tenochtitlan, en tiempos del es-

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plendor mexica. En estos documentos, estánplasmados los pueblos que entregaban tributo,la cantidad y productos: sacos de cuero, canasti-llos de junco muy delgados, o jícaras llenas deoro en polvo, pepitas, granos, tabletas y tejuelosde oro fino o de oro bajo, discos de oro, odiversas joyas u objetos de oro y cobre, comoson: los apretadores para el pelo, cuentas, diade-mas, rodelas y engastes (Mendizábal: 1980, 17;Humboldt: 1991, 321 – 322) (figura 11).

Gracias a la metalurgia, y de modo generalcomo consecuencia de las actividades mineras,hubo notorias transformaciones en la economía,el arte y, en la cultura Mesoamericana.

CONCLUSIONES

El hombre prehispánico desarrolló conoci-mientos suficientes para la localización, excava-ción, extracción y beneficio de los mineralesmetálicos y no metálicos.

ESCUDO

BEZOTES DE

BEZOTES DE AMBAR ENGASTADOS EN

ORO

GARGANTILLAS DE JADE

VESTIDURA CON SU RODELA

CUENTAS Y BRAZALETES DE JADE

DIADEMA Y BANDA PARA LA CABEZA

COLLARES Y PULSERAS DE ORO

Figura 11. Lámina 46 r. del Códice Mendocino. Es la más rica, ya que en ella se exige grancantidad de oro.

Los prehispánicos trabajaron el oro, el cualtenía una implicación divina y ritual, y su usose limitaba a determinadas jerarquías de la es-tructura social; además, trabajaron el cobre, laplata, el estaño, el plomo y el mercurio.

Fabricaron gran cantidad de objetos y utensi-lios, por parte de plumarios, orfebres, lapida-rios, trabajadores especializados en este campo.

La Matrícula de Tributos y el CódiceMendocino, determinan y establecen los lugareso sitios de los que procedían los diferentes mi-nerales, productos, y cantidades que como tri-buto se hacían llegar a Tenochtitlan, en tiemposdel esplendor mexica.

La minería y la metalurgia, en cuanto activi-dades produjeron transformaciones en la culturamesoamericana.

En torno a los yacimientos y tomando comoactividad la minería se produjeron asentamientoshumanos que, si bien empezaron por ser peque-

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ños, en algunos casos se llegaron a convertir engrandes poblaciones; la riqueza minera estructu-ra el poblamiento y la integración territorial yeconómica.

Los conocimientos mineros, metalúrgicos yde producción de objetos y utensilios, constitu-yeron la base para la implantación y desarrollode la minería novohispana (figura 12).

Sahagún, Bernardino fray (1985). Hablan los Aztecas. His-toria general de las cosas de Nueva España. España.Claus Litterscheid, editor, Tusquets editores.

Sahagún, Bernardino fray (1989). Historia general de lascosas de Nueva España. Introducción y notas deJosefina García Quintana y Alfredo López Austin 2ªed. México. CONACULTA.

Servín Palencia, José, (1988). Las artes menores. En JorgeR. Acosta y Otros. Esplendor del México Antiguo. 6ªed., Tomo I. México. Centro de Investigaciones An-tro-pológicas, EVM.

Siméon, Remi, (1984). Diccionario de la lengua Náhuatl omexicana. 2ª ed. México. Siglo veintiuno editores.

REFERENCIAS DE FIGURAS

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Figura 2. Ross, Kurt, (1985). El códice Mendoza. Un inesti-mable manuscrito azteca, p. 58.

Figura 3. Ross, Kurt, (1985). El códice Mendoza. Un inesti-mable manuscrito azteca, p. 62.

Figura 4. Ross, Kurt, (1985). El códice Mendoza. Un inesti-mable manuscrito azteca, pp. 52 y 58.

Figura 5. Ross, Kurt, (1985). El códice Mendoza. Un inesti-mable manuscrito azteca, pp. 114 – 115.

Figura 6. Sahagún, Bernardino, fray (1985). Hablan losAztecas. Historia general de las cosas de Nueva España,p. 161.

Figura 7. Sahagún, Bernardino, fray (1985). Hablan losAztecas. Historia general de las cosas de Nueva España,p. 164.

Figura 8. Sahagún, Bernardino, fray (1985). Hablan losAztecas. Historia general de las cosas de Nueva España,p. 160.

Figura 9. Sahagún, Bernardino, fray (1985). Hablan losAztecas. Historia general de las cosas de Nueva España,p. 22.

Figura 10. Sahagún, Bernardino, fray (1985). Hablan losAztecas. Historia general de las cosas de Nueva España,p. 167.

Figura 11. Ross, Kurt, (1985). El códice Mendoza. Uninestimable manuscrito azteca, p. 59.

Figura 12. Sahagún, Bernardino, fray (1985). Hablan losAztecas. Historia general de las cosas de Nueva España,p. 245.

Figura 12. Comenzaron a quitar el oro de las plumas y de lasrodelas, y de los otros atavíos del areito que allíestaban, y por quitar el oro destruyeron todos losplumajes y joyas ricas. Y el oro fundiéronlo ehiciéronlo barretas. Y las piedras que les parecie-ron bien tomáronlas.

REFERENCIAS

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Mendizábal, Miguel Othón de, (1980). La minería y lametalurgia mexicana (1520 – 1943). México.CEHMOM.

Ortíz, Enrique, (1942). Aspectos técnicos y económicos dela Minería. Revista de Investigación económica, TomoII, N° 3, tercer trimestre, México.

Ross, Kurt, (1985). El códice Mendoza. Un inestimablemanuscrito azteca. España. Círculo de Lectores.