el catálogo monumental de españa (1900-1961)

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  • 7/29/2019 El catlogo monumental de Espaa (1900-1961)

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    Ministeriode CulturaEl Catlogo Monumental

    de Espaa (1900-1961)

    Investigacin, restauracin y difusin

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    El Catlogo Monumentalde Espaa (1900-1961)

    Investigacin, restauracin y difusin

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    Coordinacin cientcaAmelia Lpez-Yarto ElizaldeWifredo Rincn GarcaMara del Carmen Hidalgo BrinquisMara Domingo Fominaya

    Coordinacin de la publicacinMara Domingoscar Cendn

    www.mcu.esCatlogo de publicaciones de la AGEhttp://publicacionesociales.boe.es/

    NIPO: 551-11-123-X

    De los textos y fotografas: sus autores

    Edita: SECRETARA GENERAL TCNICA

    Subdireccin Generalde Publicaciones, Informacin y Documentacin

    MINISTERIO DE CULTURA

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    ngeles Gonzlez-SindeMinistra de Cultura

    Mercedes E. del Palacio TascnSubsecretaria de Cultura

    ngeles AlbertDirectora General de Bellas Artes y Bienes Culturales

    MINISTERIODE CULTURA

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    Con la edicin de este libro se cierra el proyecto deinvestigacin, conservacin, digitalizacin y diusindel Catlogo Monumental de Espaa (1900-1961),resultado de un convenio frmado por el Ministerio

    de Cultura y el Consejo Superior de InvestigacionesCientfcas el 25 de ebrero de 2008. El objetivo bsicodel proyecto ha sido poner esta importante documen-tacin sobre patrimonio a disposicin de proesiona-les, investigadores y de la sociedad en general.

    El Catlogo Monumental tuvo su origen en el RealDecreto de 1 de junio de 1900, que ordenaba la ca-talogacin completa y ordenada de las riquezas his-tricas o artsticas de la nacin. Por primera vez se

    comenzaba una recogida exhaustiva de inormacinsobre los bienes culturales, con la otograa comoinstrumento de documentacin grfca. De los cua-renta y siete catlogos comenzados, se concluyerontreinta y nueve, pero tan solo diecisiete de ellos ue-ron publicados.

    Los volmenes del Catlogo Monumental de Es-paa contienen una amplia documentacin de graninters, ya que en ellos podemos encontrar descrip-

    ciones y otograas de muchos bienes culturales des-aparecidos o transormados. Pero tambin la ormade recoger la documentacin y la interpretacin quelos autores hacen de los bienes, convierten al Catlo-go Monumental de Espaa en una uente imprescin-dible para investigadores y gestores del patrimoniocultural.

    Los volmenes del Catlogo Monumental de Espa-a presentaban un preocupante estado de deterioro,

    debido principalmente a sus propias caractersticasmateriales, ya que el gran ormato y el peso de susvolmenes difcultaban la manipulacin y consulta delos mismos, pero tambin por la accin de actoresexternos relacionados con los sucesivos traslados yalmacenajes en diversos depsitos.

    El proceso de restauracin ha recuperado la un-cionalidad de los volmenes y garantiza su preser-vacin para el uturo. El tratamiento ha incluido lalimpieza mecnica de las pginas y la eliminacin deelementos externos perjudiciales, as como la reinte-gracin manual de las zonas perdidas. En cuanto a

    las encuadernaciones, los tcnicos se centraron enla limpieza, consolidacin y reintegracin de los ma-teriales de recubrimiento de las tapas, adems de larestauracin de todos los elementos que conorman

    su estructura interna y externa y el reorzamiento dela unin entre el cuerpo y las tapas del libro.

    La digitalizacin del ms de centenar de volme-nes que componen el Catlogo Monumental de Es-paa es una labor undamental tanto para la conser-vacin preventiva de la obra como para su diusin.Esta labor ue realizada por el Instituto de PatrimonioCultural de Espaa mediante un escner diseado es-pecfcamente para el tratamiento de libros y docu-

    mentos. Las imgenes pueden consultarse librementeen Internet en un sitio web que contiene toda la do-cumentacin escrita y grfca.

    Este libro que ahora se publica contiene los es-tudios histricos y descriptivos sobre la obra y es elresultado de la labor de investigacin desarrolladaparalelamente a las labores de restauracin, digita-lizacin y diusin. Su objetivo es dar a conocer lasignifcacin que tuvo la elaboracin de los Catlogos

    Monumentales para la promocin de una poltica dedeensa y revalorizacin del patrimonio cultural, ascomo diundir la complejidad del proceso de restau-racin de unos documentos de singular valor patri-monial.

    Con la publicacin de estos Catlogos Monumen-tales se cierra una empresa comenzada hace ms deun siglo. Aunque hoy ya no es un instrumento vlidopara la proteccin del patrimonio ni para programar

    las intervenciones de conservacin, sigue siendo unacervo de inormacin y de documentacin muy im-portante para la historia de los bienes culturales, paraconocer su evolucin y sus modifcaciones a travsde la historia, para conocer la existencia de monu-mentos desaparecidos y para estudiar la evolucindel concepto y valoracin del patrimonio cultural.

    ngeles Albert de LenDirectora General de Bellas Artes y Bienes Culturales

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    A principios del siglo xxse dise un ambicioso pro-yecto cultural: el Catlogo Monumental de Espaa.Con l se pretenda inventariar y describir el patri-monio histrico-artstico y arqueolgico de cada unade las provincias espaolas con objeto de su publica-

    cin. Tras muchas vicisitudes el proyecto qued sinconcluir y slo ueron publicados algunos de los 39catlogos que se eectuaron entre 1900 y 1961.

    En 1931 los originales del Catlogo Monumentalde Espaa ueron depositados por el Ministerio deInstruccin Pblica y Bellas Artes en el Centro de Es-tudios Histricos como apoyo para el nuevo proyectodel Fichero de Arte. Tras la undacin del ConsejoSuperior de Investigaciones Cientfcas (CSIC), el pro-

    yecto del Catlogo Monumental de Espaa se vinculal nuevo Instituto Diego Velzquez, de Arte y Arqueo-loga, llevndose a cabo la redaccin de algunas nue-vas provincias, como la de Zaragoza, y la publicacinde algunos de los originales que en aquellos momen-tos estaban inditos. Tras la desaparicin del DiegoVelzquez en 1985, los volmenes conservados por elCSIC se vincularon al Departamento de Historia delArte del Instituto de Historia.

    El Instituto de Historia del CSIC, en el marco de sutraslado en el ao 2007 a su nueva sede en el Centrode Ciencias Humanas y Sociales, suscribi con la Di-reccin General de Bellas Artes y Bienes Culturalesdel Ministerio de Cultura a travs del Instituto del Pa-trimonio Cultural de Espaa un convenio especfcode colaboracin para la restauracin, digitalizacin ydiusin de los ejemplares del Catlogo Monumentalde Espaa. Se pretenda con ese acuerdo preservar y

    poner en valor un conjunto de estudios que supusie-ron un hito en el conocimiento del patrimonio cul-tural de diversas partes del territorio de nuestro pas.

    Este convenio de colaboracin ha propiciado di-versas iniciativas. Por una parte, el Instituto del Patri-monio Cultural de Espaa ha restaurado y digitalizadoel centenar y medio de volmenes en los que se ca-talogaron, describindolos, los monumentos artsticosy arqueolgicos ms signifcativos de gran parte delas provincias espaolas. Por otro lado la BibliotecaToms Navarro Toms del Centro de Ciencias Huma-nas y Sociales del CSIC, junto a la Unidad de Recursos

    de Inormacin Cientfca para la Investigacin delCSIC, ha creado el Portal del Catlogo Monumentalde Espaa (1900-1961): http://biblioteca.cchs.csic.es/digitalizacion_tnt/index.html. En l se rene la digi-talizacin de todos los catlogos que se conservan y

    que se custodian actualmente en sus dependencias.La visita a este portal permite acceder a miles de im-genes de monumentos de todo tipo, algunos de ellosya desaparecidos. Les aconsejo a todos los lectoresuna incursin y un largo paseo por esas pginas web.

    La otra gran iniciativa derivada del mencionadoconvenio es el libro que tiene el lector en sus manos.En l se renen un conjunto de estudios signifcativosque iluminan la compleja gestacin y desarrollo del

    Catlogo Monumental de Espaa. Unos explican loscomplejos procesos tcnicos llevados a cabo por losespecialistas del Instituto del Patrimonio Cultural deEspaa para preservar un importante y nico conjun-to documental de textos e imgenes que nos permi-ten enriquecer el conocimiento de nuestra herenciacultural. Otros analizan desde diversas perspectivaslos mltiples signifcados culturales y cientfcos deuna iniciativa que moviliz el quehacer de historia-

    dores del arte y arquelogos tan importantes comoManuel Gmez-Moreno, Jos Ramn Mlida o JuanCabr, entre otros.

    Todo este conjunto de resultados y acciones mues-tran el compromiso e inters de los investigadores delCSIC en el mbito de las ciencias humanas y socialespor aunar una investigacin de calidad con la transe-rencia de los resultados de sus pesquisas al conjuntode la ciudadana. Asimismo, son una prueba palpable

    de la importancia que tiene la colaboracin del CSICcon otros organismos cualifcados de la Administra-cin General del Estado, como el Instituto del Patri-monio Cultural de Espaa de la Direccin Generalde Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio deCultura, a quienes estamos muy agradecidos por sucontinuo apoyo y colaboracin.

    Dr. Raael Rodrigo MonteroPresidente del CSIC

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    EL CATLOGO MONUMENTAL DE ESPAA:

    UN AMBICIOSO PROYECTO CULTURAL DE LARGA DURACIN

    Catlogos e inventarios del patrimonio en Espaa......................................................................................................................15Alonso Muoz Cosme

    Los autores del Catlogo Monumental de Espaa........................................................................................................................39Amelia Lpez-Yarto Elizalde

    El papel de Juan Facundo Riao como inductor del proyecto cultural del Catlogo

    Monumental de Espaa.......................................................................................................................................................................... 51Leoncio Lpez-Ocn Cabrera

    LOS CATLOGOS COMO BIEN CULTURAL ENTRE EL PASADO Y EL FUTURO

    Interpretacin material de los Catlogos Monumentales de Espaa.....................................................................................77Mara del Carmen Hidalgo Brinquis

    La fotografa en el Catlogo Monumental de Espaa: procedimientos y autores...............................................................109Isabel Argerich Fernndez

    Conservacin y restauracin de los originales del Catlogo Monumental de Espaa....................................................127Rebeca Benito Lope

    ESTUDIOS SOBRE LOS CATLOGOS MONUMENTALES

    Los Catlogos Monumentales de Aragn: tres provincias, tres realidades...........................................................................153

    Wiredo Rincn Garca

    El Catlogo Monumental de Espaa y la investigacin sobre el patrimonioartstico desaparecido: el caso de los sepulcros monumentales............................................................................................179lvaro Pascual Chenel

    La visin del arte clsico en el Catlogo Monumental de Espaa.........................................................................................205Jess Bermejo Tirado e Irene Maas Romero

    La importancia del Catlogo Monumental para la investigacin del arte medieval en Espaa...................................225Fernando Villaseor Sebastin

    Las artes decorativas en el Catlogo Monumental de Espaa. Una aproximacin...........................................................251M. Paz Aguil Alonso

    Pg.

    NDICE

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    El Catlogo Monumental de Espaa:un ambicioso proyecto cultural

    de larga duracin

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    Catlogos e inventarios

    del Patrimonio en Espaa

    Llega ahora a su culminacin una bella empresa dedimensiones titnicas que ue comenzada hace msde un siglo: la de la catalogacin sistemtica de la ri-queza patrimonial de Espaa. Este proyecto idealista

    se propuso recoger y catalogar todos los elementosde valor monumental dispersos por la geograa denuestro pas, para poder protegerlos de una ormaefcaz y coherente. Tambin se propuso publicar losresultados de esta labor, con el fn de omentar la in-vestigacin sobre los bienes patrimoniales, ampliar suconocimiento e incrementar su apreciacin por partede la sociedad.

    Ese ambicioso proyecto qued inconcluso. Fueroniniciados los trabajos de catalogacin de cuarenta ysiete provincias y concluidos los de treinta y nue-ve, pero tan slo los de diecisiete ueron publicados.Ahora, gracias a una labor conjunta del Consejo Su-perior de Investigaciones Cientfcas y el Instituto dePatrimonio Cultural de Espaa, los catlogos han sidorestaurados y, con la ayuda de las nuevas tecnologasde la inormacin y la comunicacin, su contenido hapodido ser digitalizado y podr ser consultado en suintegridad en Internet.

    Se cierra as un ciclo de investigacin, descubri-miento y conocimiento de nuestro patrimonio cultu-

    Alfonso Muoz CosmeInstituto del Patrimonio Cultural de Espaa (IPCE)

    [email protected]

    ral. Por supuesto, estos Catlogos Monumentales tie-nen hoy una utilidad muy distinta de aquella para laque ueron pensados. No constituyen hoy un sistemade proteccin relevante ni aportan datos histricos

    desconocidos, pero ilustran sobre el concepto de pa-trimonio de hace un siglo, muestran muchos elemen-tos desaparecidos o transormados y son una uentemuy importante para la historia de la proteccin yconservacin del patrimonio cultural.

    Desearamos que la publicacin y diusin de losCatlogos Monumentales sea un primer paso en unambicioso camino: el de poner toda la importantedocumentacin sobre patrimonio que se conserva eninventarios, catlogos, proyectos de restauracin yotros archivos, a disposicin de los investigadores, delos proesionales y de la sociedad en general. Un PlanNacional de Documentacin de Patrimonio, cuya ela-boracin ha comenzado recientemente, ser el instru-mento idneo para conjuntar los esuerzos y laboresde diversas instituciones con el fn de conseguir quela enorme documentacin patrimonial que existe ennuestro pas sea accesible, consultada y utilizada paraconocer cada vez mejor, proteger ms efcazmente yconservar en mejores condiciones nuestro patrimoniocultural.

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    El Catlogo Monumental de Espaa (1900-1961)

    Introduccin

    El rico y variado patrimonio cultural de Espaa hasido escasamente conocido e insufcientemente pro-tegido durante la mayor parte del siglo XX. Es dicilentender que un pas europeo con tanto patrimoniohaya sido incapaz de elaborar de una orma sistem-tica los inventarios y catlogos del patrimonio hist-rico, y que cuando al fn los ha conseguido elaborar,slo hayan podido ser el resultado de la suma de in-ventarios y catlogos de mbito regional, elaborados

    con criterios y mtodos muy dierentes.En este artculo deseamos narrar la historia de una

    gran aventura y un amargo racaso: el de la cataloga-cin de la riqueza monumental de Espaa, con el fnde conocer los motivos de su elaboracin, entender lascausas por las que nunca lleg a realizarse plenamentey aprender de los errores cometidos. Para ello, hemosde desentraar las claves de por qu el proceso puestoen marcha mediante el Real Decreto de 1 de junio de

    1900, en el que se ordenaba la catalogacin completay ordenada de las riquezas histricas o artsticas de lanacin nunca lleg a concluirse, nunca sirvi para unaefcaz proteccin del patrimonio y sus resultados ue-ron tan desiguales que ni siquiera sirvieron en muchoscasos para fnes de investigacin. Con este fn estudia-remos los antecedentes de este Catlogo, su desarrollo,sus consecuencias para la proteccin del patrimonioy los intentos posteriores de realizar una catalogacin

    eectiva de los bienes culturales.La compleja y convulsa historia de ese Catlogonunca concluido puede ser resumida en las palabrasque escriba Gratiniano Nieto en 1966 en el prlogoal Catlogo Monumental de Salamanca:

    El 1 de junio de 1900 se dictaba una dispo-sicin que de haberse cumplido con toda suambiciosa amplitud, hubiera tenido como fe-liz resultado el que pudiramos disponer hacetiempo del Catlogo Monumental de Espaa.

    Fue sta una de tantas empresas malogradasen aquellos aos en que, si ciertamente no fal-taron mentes egregias que concibieron gran-des proyectos, sin embargo no encontraron elambiente necesario ni los medios econmicos

    para que pudieran desarrollarse de manerapositiva1.

    La historia de este Catlogo y del resto de inventariosy catlogos del patrimonio es una historia compleja,

    en la que diversos instrumentos de conocimiento yproteccin del patrimonio se han promovido y desa-rrollado, a veces sin una adecuada coordinacin entreellos y sin que generalmente se concluyeran y pudie-ran servir a los fnes que haban originado su reali-zacin. Las razones del racaso de esta empresa y deotras iniciadas posteriormente pueden centrarse entres aspectos complementarios que han evolucionadomuy rpidamente a lo largo del siglo XX: los cambios

    en el concepto de patrimonio cultural, los cambiosen los instrumentos de proteccin del patrimonio ylos cambios en el mtodo propio de elaboracin decatlogos e inventarios. De esta orma, slo se puedeentender este proceso relacionando la elaboracin deinventarios y catlogos con los sistemas de proteccinlegal que se han sucedido en el tiempo, para los queesos instrumentos deban servir de base, y con lastransormaciones de aquello que la sociedad entiende

    por patrimonio a proteger. Estas modifcaciones hanincidido decisivamente en la atencin que se ha pres-tado en cada poca a estos instrumentos, los mediosque se han dispuesto para su realizacin y la utilidadprctica que se les ha dado.

    Con la publicacin de estos Catlogos Monumenta-les se cierra una empresa comenzada hace ms de unsiglo, siempre inconclusa, con resultados parciales decalidad muy desigual y de muy dicil acceso. Hoy ya

    no constituye una base para la proteccin del patrimo-nio ni para orientar las actuaciones de conservacin,como en su origen se pensaba, pero es un acopio deinormacin y de documentacin valiossima para lahistoria de los bienes culturales, para estudiar su evo-lucin material y sus transormaciones en el tiempo,para conocer bienes desaparecidos y para estudiar laevolucin del concepto de patrimonio y su valoracin.

    Sobre el concepto de monumentos,patrimonio y bienes culturales

    Para poder entender la historia inconclusa del Cat-logo Monumental de Espaa, hemos de establecer unprimer marco de reerencia sobre el concepto de pa-trimonio y su evolucin a lo largo de los dos ltimossiglos. Entre el concepto de monumentos antiguos oantigedades que se manejaba a comienzos del sigloXIXy nuestra concepcin actual del patrimonio cultu-ral, hay una enorme dierencia, ya que se ha produci-Nieto Gallo (1967).1

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    do una extensin del concepto en tres mbitos diver-sos: geogrfco, cronolgico y tipolgico. El primer

    mbito de extensin no es especialmente relevantepara la evolucin que estamos analizando y su rela-cin con la elaboracin del Catlogo Monumental2,pero los otros dos han variado notablemente.

    La Instruccin de Carlos IV de 26 de marzo de 1802 esla primera disposicin sobre bienes culturales en nues-tro pas, y en ella se defne el mbito legal, enunciandoestructuras arquitectnicas u objetos arqueolgicos quese describen por su naturaleza o por su antigedad:

    Por monumentos antiguos se deben entenderlas estatuas, bustos y bajorrelieves, de cualquie-ra materias que sean; templos, sepulcros, tea-tros, anteatros, circos, naumaquias, palestras,baos, calzadas, caminos, acueductos, lpidaso inscripciones, mosaicos, monedas de cual-quiera clase, camafeos, trozos de arquitectu-ra, columnas miliarias; instrumentos msicos,

    como sistros, liras, crtalos; sagrados, como pre-ferculos, smpulos, ltuos, cuchillos sacricato-rios, segures, aspersorios, vasos trpodes; armasde todas especies, como arcos, echas, glandes,carcajes, escudos; civiles, como balanzas y sus

    pesas, romanas, relojes solares o maquinales,armilas, collares, coronas, anillos, sellos; toda

    suerte de utensilios, instrumentos de artes libe-rales y mecnicas; y nalmente cualesquiera

    cosas an desconocidas, reputadas por anti-guas, ya sean pnicas, romanas, cristianas, yagodas, rabes y de la baja edad3.

    Se puede interpretar que la intencin del redactor dela ley era defnir los monumentos antiguos como losvestigios de las civilizaciones pasadas, con una claralimitacin cronolgica en el fnal de la Edad Media.De esta orma quedaba fjada en trescientos aos laantigedad que otorgaba la consideracin de monu-mento antiguo a una edifcacin o a un objeto.

    Este concepto de monumentos antiguos estar vi-gente durante todo el sigloXIXy comienzos delXX, y es

    el que condiciona en su origen el trabajo de redaccindel Catlogo Monumental. Nada ms lgico que si laproteccin legal estaba extendida a los bienes arquitec-tnicos y arqueolgicos procedentes de pocas anterio-res al Renacimiento, se elaboraran los correspondientescatlogos para tener documentados esos vestigios legal-mente protegidos. Incluso en la Ley de Excavaciones de7 de julio de 1911 pervive esta limitacin exclusivamen-te cronolgica, al incluir bajo su proteccin

    todas las obras de arte y productos industrialespertenecientes a las edades prehistricas, anti-gua y media. Dichos preceptos se aplicarn deigual modo a las ruinas de edicios antiguosque se descubran; a las hoy existentes que en-traen importancia arqueolgica y a los edi-cios de inters artstico abandonados a los es-tragos del tiempo4.

    Pero en la segunda dcada del siglo XX el concep-to haba evolucionado y extendido su signifcacin.Quince aos despus del comienzo de los trabajosdel Catlogo Monumental, cuando se promulg laLey de Conservacin de Monumentos Histrico Ar-tsticos, haba cambiado notablemente el concepto depatrimonio susceptible de proteger, ya que el textolegal renuncia a las limitaciones cronolgicas o esti-

    lsticas, estableciendo que

    se entiende por monumentos arquitectnicosartsticos, a los efectos de esta ley, los de mritohistrico o artstico, cualquiera que sea su es-tilo, que en todo o en parte sean consideradoscomo tales en los respectivos expedientes que seincoarn, a peticin de cualquier corporacino particular, y que habrn de incluirse en elcatlogo que ha de formarse por el Ministeriode Instruccin Pblica y Bellas Artes5.

    Esta nueva visin no era sino un sntoma de unagran extensin conceptual que se estaba produ-ciendo. La renuncia a una limitacin cronolgica yla inclusin de todos los estilos expresa de orma

    Tan slo cabra resear en este mbito la ausencia de declaraciones demonumentos en los territorios de las antiguas colonias y que, aunque seplante en 1913 la redaccin del Catlogo Monumental de Tetun, nunca

    se concluy.Instruccin sobre el modo de recoger y conservar los monumentos. 26 de

    marzo de 1802, confrmada por cdula del Consejo de 6 de julio de 1803,recogida en la Novsima Recopilacin de las Leyes de Espaa. Mandadaformar por el seor don Carlos IV, Madrid, 1805, libro VIII, ttulo XX, ley II.

    2

    3

    Ley de 7 de julio de 1911. Artculo 2..Ley de 5 de marzo de 1915. Artculo 1..

    4

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    Catlogos e inventarios del Patrimonio en Espaa

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    El Catlogo Monumental de Espaa (1900-1961)

    Figura 1. Juan Cabr y Aguil, Catlogo artstico-monumental de la provincia de Teruel. 1909-1911, tomo I, lmina 81, igura 105. Piezas del yacimiento ibricode San Antonio (Calaceite).

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    ntida que las antiguas limitaciones ya no eran con-sideradas vlidas. As, el arquitecto Jeroni Martorell,

    en una conerencia pronunciada en el Ateneo deMadrid y publicada en la revista Arquitectura en1919, dejaba constancia de la ampliacin del campopatrimonial:

    As como ha variado el concepto referente ala propiedad artstica, grande es la evolucinexperimentada respecto a la consideracin delas obras que los Estados deben proteger. Mo-

    numento nacional es declarado casi exclusiva-mente de un modo ocial en Espaa, el edicioo construccin de piedra grandioso: la murallaromana, el monasterio famoso, la catedral. Ymonumento nacional han de ser considerados,amparndolos convenientemente como a tales,los edicios de todo gnero que tengan un valorartstico e histrico, aun cuando fuese modesta

    su construccin, sean de propiedad ocial, co-

    lectiva o particular: casas, castillos, construc-ciones civiles. Monumento nacional es tambin

    el cdice miniado, la arqueta de marl, losretablos trecentistas, las pinturas del siglo XVIII(Martorell, 1919: 150).

    Vemos cmo el campo conceptual de lo que seconsidera monumento ha recibido una decisivaampliacin en la ormulacin expresada por el ar-quitecto cataln, en consonancia con las corrienteseuropeas.

    De esta orma, se ampli en esas primeras dcadasdel siglo XXel inters patrimonial hacia nuevos camposque tradicionalmente estaban alejados de la historiadel arte y de la conservacin del patrimonio, como laarquitectura popular o la ingeniera y la arquitecturacontemporneas. En el primer aspecto, ya se puedenencontrar algunas consideraciones en la ArquitecturaCivil Espaola de Vicente Lamprez y Romea, publi-cada en 19226, pero sobre todo, tenemos el gran estu-

    Figura 2. Antonio Vives Escudero, Inventario de los monumentos artsticos de Espaa. Provincia de Baleares, 1905-1909 , tomo 1 Atlas, otograa 53. Navetade Els Tudons (Ciudadela).

    Catlogos e inventarios del Patrimonio en Espaa

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    dio de conjunto de la arquitectura tradicional espaolaque realiz Leopoldo Torres Balbs en 1923, ganandoel premio Charro Hidalgo del Ateneo de Madrid. Esteestudio se public, tras permanecer una dcada indi-to, en 19337, y sirvi de base para la obra de FernandoGarca Mercadal titulada La casa popular en Espaa8.Aunque tras la guerra hay un parntesis de cuarentaaos en este tipo de estudios, otros tratadistas reto-maron esta materia a partir de los aos setenta, comoLuis Feduchi9 o Carlos Flores10 y en 1987, con motivode las Jornadas sobre Arquitectura Popular en Espaa,organizadas por el Consejo Superior de Investigacio-

    nes Cientfcas, Antonio Fernndez Alba propona lacatalogacin y proteccin de estas arquitecturas:

    Una poltica consciente en el mbito de la in-vestigacin arquitectnica no olvidara el re-descubrir, rescatar, proteger y fomentar la orga-nizacin de unos centros donde fuera posible,al menos, contemplar, enriquecidos a la luz denuevas ciencias, la recuperacin del lugar per-dido que encierran los valiosos documentos deestas arquitecturas(1990: 32).

    La arquitectura industrial, las inraestructuras y laconstruccin contempornea tambin ueron objetode atencin en las primeras dcadas del siglo XX, enconsonancia con la atencin que los grandes creado-res de las vanguardias, como Adol Loos o Le Corbu-

    sier, prestaron a estas materias. Ya en 1919 escribaTorres Balbs:

    Lamprez y Romea (1922).Torres Balbs (1933).

    Garca Mercadal (1930).Feduchi (1974-1984).

    Carlos Flores Lpez (1973-1977).

    6

    7

    8

    9

    10

    Figura 3. Manuel Gonzlez Simancas, Catlogo monumental y artstico de la provincia de Valencia, 1909-1916, tomo 2, parte segunda, otograa 89. Teatroromano de Sagunto.

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    Figura 4. Luis Tramoyeres Blanco, Catlogo monumental de la provincia de Castelln de la Plana, 1912-1919, tomo otograas, pgina 3. Arco romano de Cabanes.

    Figura 5. Adolo Fernndez Casanova, Catlogo monumental de Espaa: provincia de Sevilla, 1907-1910 , tomo 1, lmina 33. Patio antiguo del Alczar de Sevilla.

    Catlogos e inventarios del Patrimonio en Espaa

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    El Catlogo Monumental de Espaa (1900-1961)

    Los futuros historiadores de la arquitecturadebern sealar el comienzo de una nueva

    era en la que mientras agonizan las formastradicionales de una arquitectura basada

    fundamentalmente en principios estticos,surgen esas otras formas de una belleza tanmoderna y tan grande, de la arquitectura delmovimiento, propia de los tiempos presentes. El

    pasado son la piedra y la madera, materialescon los que no tenemos ya nada que decir; el

    porvenir est en el hierro, el cobre y el acero

    (1919: 148).

    Es evidente que la concepcin del patrimonio histricose haba ampliado enormemente en el primer tercio delsigloXX. No obstante, cuando en 1931 se cre el Fiche-ro de Arte Antiguo, encomendando su ormacin a lasSecciones de Arte y Arqueologa del Centro de EstudiosHistricos, se dispuso expresamente que este fcherodeba comprender el inventario de las obras de arte que

    existen en el territorio nacional anteriores a 185011

    . Lalimitacin cronolgica se haba reducido, pues, a ochen-

    ta aos, pero an exista. Tambin en la Ley de 1933 sedefne el Tesoro artstico nacional como el conjunto de

    cuantos inmuebles y objetos muebles de intersartstico, arqueolgico, paleontolgico o histri-co haya en Espaa de antigedad no menor deun siglo; tambin aqullos que sin esta antige-dad tengan un valor artstico o histrico indis-cutible, exceptuando, naturalmente, las obrasde autores contemporneos12.

    Esta limitacin a autores contemporneos perdurarhasta la Ley de 1985, que la reproduce, aunque permi-tiendo la declaracin con el consentimiento del pro-pietario o la adquisicin por la administracin.

    En resumen, podemos apreciar que la labor deelaboracin de los catlogos e inventarios en Espaa

    Figura 6. Cristbal de Castro, Catlogo monumental y artstico de la provincia de Logroo, 1915-1916 , tomo de otograas, pgina 215. San Milln de la Cogolla,Monasterio de Suso.

    11

    12

    Decreto de 13 de julio de 1931, creando el Fichero de Arte Antiguo en el Cen-

    tro de Estudios Histricos (Gaceta de Madrid, 14 de julio de 1931. Artculo 1.).Ley de 13 de mayo de 1933. Artculo 1..

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    se encontr con un campo de actuacin indefnidoy en constante crecimiento, que si a comienzos del

    siglo XX se circunscriba exclusivamente a aquellosbienes tradicionalmente considerados monumentos,dos dcadas ms tarde poda incluir la arquitecturapopular, los edifcios industriales, la creacin con-tempornea, el patrimonio documental y bibliogr-fco, etctera. Aunque durante los cuarenta aos dedictadura se volvi a una concepcin del patrimoniohistrico ms tradicionalista, a partir de los aos se-tenta se volvi a recuperar el inters por estos cam-

    pos patrimoniales, adems de otros nuevos, como loscentros histricos, la vivienda urbana, el paisaje o elpatrimonio inmaterial.

    Esta ha sido, sin duda, una de las grandes difculta-des para la elaboracin de los catlogos e inventariosen nuestro pas. La lentitud en su realizacin ha hechoque los objetivos fjados y el mtodo empleado en unmomento, con una concepcin determinada del pa-trimonio histrico, se hayan revelado inefcaces aos

    despus para un concepto de bienes culturales enconstante expansin.

    Sobre los instrumentos de proteccindel patrimonio

    La proteccin del patrimonio histrico se ha llevado acabo tradicionalmente mediante dos tipos de instrumen-tos legales: la proteccin genrica, que defne los bienesa proteger en uncin de su naturaleza, caractersticas uorigen; y la proteccin concreta, que establece el mbitode proteccin mediante declaraciones expresas e indivi-dualizadas contenidas en la propia ley o en disposicio-nes complementarias, realizadas stas con anterioridad

    o posterioridad a la promulgacin del texto legal. Aun-que podemos pensar que nuestro sistema legal respon-de mayoritariamente a esta segunda concepcin, estono ha sido as siempre ni en todos los casos, dndose lacircunstancia de que el sistema de proteccin mediantedeclaraciones an no tiene un siglo de existencia y haconvivido con el otro sistema de proteccin.

    Desde la llegada del concepto de patrimonio comobien colectivo que debe ser regulado, comienzan las

    disposiciones con el fn de tener conocimiento de lasantigedades y monumentos existentes en el reino.

    Figura 7. Raael Balsa de la Vega, Catlogo-inventario monumental y artstico: Pontevedra, 1907-1908, letra B, otograa 20. Cabecera y bside de la iglesiallamado el Mosteiro de Cela (Pontevedra).

    Catlogos e inventarios del Patrimonio en Espaa

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    Figura 8. Francisco Rodrguez Marn, Catlogo Monumental de la provincia de Madrid, 1907-1920, tomo IV. Interior de la iglesia del Monasterio de El Paular.

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    La citada Instruccin de Carlos IV plantea una pro-teccin genrica a los bienes que califca como mo-

    numentos antiguos y que defne, como antes hemosapuntado, por enumeracin con una limitacin cro-nolgica, encargando a la Real Academia de la Histo-ria, que haba sido creada por Cdula de 18 de abrilde 1738, la inspeccin de todas las antigedades que

    se descubran en todo el reino, en base a la obligatoriacomunicacin de los particulares y con la coopera-cin de los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos, Abades,Cabildos y dems superiores eclesisticos, as como

    los Magistrados seculares13

    . Asimismo, se encomiendaeste cometido, junto al cuidado de los edifcios anti-guos, a las Justicias de todos los pueblos.

    La Real Orden de 3 de mayo de 1840 establece, porprimera vez, una intencin de elaborar un inventario delos monumentos de la nacin. Aunque es una ley circuns-tancial y no tendr continuacin en la prctica, ordena:

    Todos los jefes polticos remitan a este Ministerio no-

    ticia de los templos de su respectiva provincia en queexistan sepulcros que por serlo de reyes o personajesclebres o por belleza y mrito de su construccin,merezcan conservarse cuidadosamente, enten-dindose lo mismo respecto de cualquier otro mo-numento no cinerario que sea digno de conservar14.

    El sistema de proteccin del patrimonio que enuncila Instruccin de Carlos IV estuvo vigente hasta 1844,dividido en dos vertientes complementarias. Las labo-res de inspeccin e incipiente inventario estaban con-fadas a la Academia de la Historia, mientras el controlde las obras e intervenciones estaba encomendado ala Academia de Bellas Artes de San Fernando.

    La Real Orden de 13 de junio de 1844 cre lasComisiones de Monumentos, determinando que exis-tira una por provincia, ormada por cinco miembros.Entre sus atribuciones se encontraban:

    Adquirir noticias de todos los edicios, monumen-tos y antigedades que existan en su respectiva

    provincia y que merezcan conservarse, as comoformar catlogos, descripciones y dibujos de losmonumentos y antigedades que no sean suscep-

    tibles de traslacin, o que deban quedar dondeexisten, y tambin de las preciosidades artsticas

    que por hallarse en edicios que convenga enaje-nar o que no puedan conservarse, merezcan sertransmitidas de esta forma a la posteridad.

    La Ley de Instruccin Pblica de 1857 suprimi laComisin Central, poniendo las provinciales bajo ladependencia de la Academia de Bellas Artes de SanFernando15. En 1865 el nuevo reglamento hizo depen-der de la Academia de San Fernando todo lo relativo

    a arquitectura, obras de arte y museos, mientras de-penda de la Academia de la Historia el patrimonioarqueolgico, documental y bibliogrfco.

    Este precepto es reiterado en el nuevo reglamen-to de las Comisiones de 1865, en el que entre lostrabajos acadmicos que asigna a las Comisiones Pro-vinciales se encuentran

    la formacin de un catlogo razonado de aque-

    llos edicios que existan en sus respectivas pro-vincias y cuyo mrito artstico o importanciahistrica los hicieren dignos de gurar en la

    Estadstica monumental proyectada por la Co-misin Central de Monumentos, as como la for-macin de un catlogo de los despoblados queen cada provincia existieren, y a la redaccinde memorias o monografas sobre los objetos ar-tsticos y arqueolgicos que se custodiaren en los

    Museos de cada provincia, procurando clasi-carlos y describirlos cientcamente, ilustrndo-los por medio de exactos diseos o fotografas16.

    Como ya hemos comentado en el apartado anterior,la Ley de Conservacin de Monumentos Histrico Ar-tsticos de 4 de marzo de 1915 cambia el sistema deproteccin del patrimonio, estableciendo el mbito deaplicacin de la ley a travs del sistema de declaracinindividual17. De esta orma, esta ley utiliza un mecanis-

    mo que ya exista desde 1844, cuando ue declaradomonumento nacional la catedral de Len18. Despus,

    vendran el convento de San Marcos de Len (1845),

    13

    14

    Instruccin sobre el modo de recoger y conservar los monumentos, 26de marzo de 1802. Recogida en la Novsima Recopilacin. Imprenta Real,Madrid, 1803.

    Real Orden de 5 de mayo de 1840.

    15

    16

    17

    18

    Ley de Instruccin Pblica de 9 de septiembre de 1857, artculo 161.Reglamento de las Comisiones Provinciales de Monumentos histrico yartsticos. 24 de noviembre de 1865, artculo 28.Ley de 5 de marzo de 1915, artculo 1..Real Orden de 28 de agosto de 1844, confrmada por Real Orden de 24de septiembre de 1845.

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    el convento de La Rbida, en Palos de la Frontera,provincia de Huelva (1856), la cartuja de Jerez de la

    Frontera, provincia de Cdiz (1856), la capilla de Santagueda, en Barcelona (1866), la iglesia de San Bartolo-m, en Logroo (1866), el monasterio de San Salvadorde Leyre, Navarra (1867), la cmara de Comptos, enPamplona (1868), la Alhambra de Granada (1870), elmonasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce,Sevilla (1872), las puertas de doa Urraca y San Tor-cuato, con la parte de muralla adyacente, en Zamora(1875), los restos del castillo de San Servando, en Tole-

    do (1874), etctera. Estas declaraciones tenan el obje-tivo de impedir la venta y obligaban al Estado a realizarlas obras de conservacin y restauracin.

    As, la catalogacin del patrimonio en Espaa dis-curri muchos aos escindida entre una catalogacinsistemtica y exhaustiva, nunca concluida ni publi-cada, y un inventario con eectos legales a travs dedeclaraciones ocasionales:

    Durante bastantes aos no ha habido criterioalguno para la declaracin de los edicios tute-lados por el Estado. La declaracin se haca a so-

    licitud de particulares o corporaciones y previofavorable informe de las Academias de la His-

    toria y Bellas Artes. As ocurra que en las listasguraban y guran edicios de muy escasointers, faltando otros capitales en nuestra evo-lucin arquitectnica(Torres Balbs, 1933b).

    Las declaraciones de monumentos ueron escasashasta la proclamacin de la Repblica. Hasta 1910eran noventa y seis. En las dos dcadas siguientes seincrement el ritmo, con sesenta en los aos diez y

    ciento cincuenta y nueve en los veinte, pero llega-mos a los aos treinta con un balance poco alentador:trescientos quince elementos catalogados, con nueveprovincias sin ningn monumento declarado y conlas provincias de Granada con veinticinco y Madrid yOviedo con trece, como las que ms elementos decla-rados tenan. Torres Balbs escriba al respecto:

    Ninguno de los organismos que el Estado uti-

    liza en el servicio de los monumentos tiene fa-cultades para determinar los edicios espaolesque deben ser clasicados como nacionales y

    Figura 9. Cristbal de Castro, Catlogo monumental y artstico de la provincia de Navarra, 1916-1918, volumen 3 de otograas, pgina 377. Palacio Castillode Olite.

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    Figura 10. Jos Ramn Mlida, Catlogo monumental y artstico de la provincia de Cceres, 1914-1918, tomo 2, lminas, lmina 113, igura 205. Monasteriode Guadalupe. Templete central del claustro mudjar.

    Catlogos e inventarios del Patrimonio en Espaa

    El C tl M t l d E (1900 1961)

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    por ello puestos bajo la directa salvaguarda deaqul. Es la iniciativa de corporaciones o parti-

    culares la que solicita al Ministerio de Instruc-cin Pblica y Bellas Artes, la inclusin en esacategora de los que cree interesantes, y ste,

    previo informe favorable de las Reales Acade-mias de San Fernando y de la Historia, as loacuerda mediante Real Orden. Figuran clasi-cados como Monumentos nacionales en 1 de fe-brero de 1919, 128 edicios, partes o conjuntosde ellos. En Francia eran 880 en 1840; 1.534

    en 1882; 1.702 de 1887 a 1900; 3.684 en 1903.En ocho aos, de 1906 a 1913 fueron clasica-dos 1.875 edicios.

    El Decreto de 3 de junio de 1931 trat de remediar estasituacin. A travs de l, la administracin republicanadeclar ms de setecientos edifcios distribuidos portodas las provincias espaolas. Su objetivo era crear unprincipio de catlogo sistemtico sobre el que poderaplicar la proteccin del patrimonio. Aunque la rapi-dez con la que ue elaborado este catlogo hizo quealgunas veces contuviera elecciones dudosas, constitu-y durante mucho tiempo la base del catlogo eectivodel patrimonio. En eecto, si en 1931 fguraban 325monumentos declarados, este decreto triplic el n-mero de bienes culturales protegidos en nuestro pas.

    Como complemento y continuacin de la masivadeclaracin de monumentos eectuada mediante elDecreto de 3 de junio de 1931, un mes despus, el 13de julio de 1931, un nuevo decreto encarg a las sec-ciones de Arte y Arqueologa del Centro de EstudiosHistricos la elaboracin del Fichero de Arte Antiguo,un inventario de los monumentos anteriores a 1850.Este inventario ue publicado el ao siguiente.

    Aunque la proteccin eectiva utilizaba el sistemade la declaracin para la defnicin del mbito legal,pronto estuvo claro que ese sistema era inefcaz para laproteccin de determinados tipos de bienes culturales,

    por lo que se promovieron disposiciones para exten-der una proteccin genrica a determinados tipos debienes culturales. Tal es el caso de los decretos de 22de abril de 1949 sobre proteccin a los castillos, el de14 de marzo de 1963 sobre escudos, emblemas y otraspiezas y el de 22 de ebrero de 1973 sobre hrreos ocabazos. Estas han sido declaraciones o sistemas deproteccin genricos que se han superpuesto al siste-ma ortodoxo de la declaracin individual, conviviendo

    de esta orma en nuestro ordenamiento jurdico ambossistemas de proteccin hasta nuestros das.

    Sobre el mtodo de elaboracinde inventarios y catlogos

    Los conceptos de inventario y catlogo se han usadocon recuencia de orma indistinta para reerirse alregistro de bienes culturales objeto de especial co-nocimiento y proteccin. El Diccionario de la RealAcademia Espaola defne inventario como

    asiento de los bienes y dems cosas pertenecientesa una persona o comunidad, hecho con orden y

    precisin, mientras que el catlogo es la relacinordenada en la que se incluyen o describen deforma individual libros, documentos, personas,objetos, etc., que estn relacionados entre s.

    Podramos, de esta orma, deducir que lo que die-rencia un inventario de un catlogo es que, mien-tras el primero es un registro que cuenta slo conlos datos bsicos del bien (naturaleza, datacin,situacin, propiedad, grado de proteccin), el se-gundo incluye aspectos descriptivos que amplan elconocimiento.

    El fn de ambos instrumentos es similar, puestoque ambos pretenden establecer un conocimientosistemtico que permita una adecuada proteccin.Pero sus objetivos especfcos y su mtodo de ela-boracin diferen notablemente, ya que los catlogossirven tambin para la investigacin, la docencia y ladiusin, y suponen un trabajo mucho ms proundoque el que se realiza para los inventarios.

    En nuestro pas se han superpuesto, a lo largo dedos siglos, ambos instrumentos de conocimiento delpatrimonio, en una lenta elaboracin que no siempreha servido de orma adecuada a los fnes de protec-cin. Revisar esta evolucin con motivo de la publica-cin digital de los Catlogos Monumentales nos permi-te entenderlos en el contexto en el que se elaborarony comprender su aportacin para la proteccin, el co-

    nocimiento y la diusin del patrimonio cultural.El Real Decreto de 1 de junio de 1900, que orden

    la catalogacin completa y ordenada de las riquezashistricas o artsticas de la nacin, estableca que serealizar por provincias, no pasando de una a otra

    sin que est completamente terminado el catlogo his-trico y artstico de aquella en que se haya comenza-

    19 Real Decreto de 1 de junio de 1900, artculo 2..

    Catlogos e inventarios del Patrimonio en Espaa

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    do la investigacin19. El Real Decreto de 14 de ebrerode 1902 determin que continuara la elaboracin del

    catlogo y la Real Orden de 20 de marzo de 1911 re-gul su publicacin por provincias20.La iniciativa se debi a Juan Facundo Riao, hombre

    de prounda cultura, que eligi para este trabajo al jovenManuel Gmez-Moreno, el cual comenz con la provin-cia de vila, para redactar posteriormente los Catlogosde Len, Zamora y Salamanca (Gmez Moreno, 1991).

    Habida cuenta la lentitud del trabajo de cata-

    logacin y las crticas que se haban produci-do por habrselo encomendado en exclusiva aGmez-Moreno, se decidi dividir el encargoentre diversos profesionales. Con ello se ganen celeridad lo que se perda en rigor. De he-cho, la dispersin llev aparejada una tremen-da desigualdad de criterios en la recopilacinde datos, producto de la dispar cualicacin einters por el tema de las personas a quienes seencomend (Morales, 1996: 43).

    El Catlogo Monumental de Espaa debi constituiren su poca una empresa revolucionaria. Es el pri-mer intento de creacin de un instrumento sistemti-co de conocimiento de la riqueza histrica y artsticade la nacin que tuviera una relacin directa con laslabores de proteccin y conservacin. Anteriormen-te slo haban existido relaciones de viajes, comolas de Antonio Ponz (1772-1794) o recopilacionesde vistas y descripciones comoRecuerdos y Bellezasde Espaa o la serieMonumentos Arquitectnicos de

    Espaa, caracterizadas por su carcter asistemticoy pintoresco.

    Por primera vez se estableca un criterio de recogidaexhaustiva de inormacin y se utilizaba la otograa comoinstrumento undamental de documentacin grfca.

    Varios proyectos de la poca contribuyeron, en

    gran medida, a instaurar y aanzar la utilizacinde la fotografa. Su carcter ocial propici que seconvirtieran en modelos e inspiradores de actua-ciones semejantes. Entre ellos, sin duda debemosmencionar, en el primer tercio del sigloXX, el Cat-logo Monumental de Espaa y el Corpus Vasorum

    Antiquorum (Gonzlez Reyero, 2007: 218).

    Pero si los objetivos del Catlogo Monumental eran ad-mirables, el procedimiento se revel poco operativo. Ex-

    tremadamente lento en su realizacin, carente de crite-rios generales, sin mtodo unifcado, con autores de muydesigual vala y en su mayor parte indito, nunca sirvipara los fnes que le estaban encomendados:El proyectode Catlogo Monumental de Espaa, que surgi con tanbuenas y progresistas intenciones, result fallido en buena

    parte. No se catalogaron todas las provincias, los resulta-dos son muy desiguales y no se llegaron a publicar muchosde ellos como estaba legislado(Lpez-Yarto, 2010: 68).

    En eecto, el resultado de los trabajos ue poco alenta-dor. Diez aos despus de iniciados, slo se haban con-cluido doce catlogos y no se haba publicado ninguno.En 1913 se public el primero, el de lava, y su escasacalidad suscit aceradas crticas. La dierencia de mtodoy de concepto entre unos catlogos y otros hizo que eltipo de bienes culturales recogidos uera muy dierenteentre ellos, as como su descripcin y tratamiento.

    Estas difcultades en la realizacin del CatlogoMonumental ya deban ser evidentes en 1907, cuan-do Vicente Lamprez y Romea escribi, como contri-bucin al IV Congreso Nacional de Arquitectos, unaponencia sobre el tema Bases y medios prcticospara hacer el inventario de los monumentos arqui-tectnicos de Espaa en la que el ilustre arquitecto yproesor llega a las siguientes conclusiones:

    1. El inventario de los monumentos arquitec-tnicos de Espaa debe constar de dos partes:a) Una lista, conteniendo todos los monu-mentos que existan, acompaada de pocos,

    pero precisos datos de clasicacin, descrip-cin tcnica, historia y emplazamiento decada monumento. b) El estudio detallado conabundancia de datos grcos de los mismos.2. Para obtener el inventario de un modo

    prctico y econmico slo debe acometerse porel pronto la ejecucin de la lista mencionada.

    3. Son los arquitectos provinciales y diocesa-

    nos los llamados a ejecutar este trabajo.4. Para hacer esta lista se partir de la basede las noticias previas que se obtengan.

    5. Al nalizar cada ao se deber formar unestado resumen.6. Este estado deber revisarse, ampliarse o co-rregirse por las Comisiones Provinciales de Monu-mentos.7. Agotado o concluido el inventario de la

    provincia o dicesis, debern publicarlo lasDiputaciones o Prelados.

    20Sobre el desarrollo y las vicisitudes para la elaboracin prctica del Ca-tlogo Monumental de Espaa, ver: Morales (1996) y Lpez-Yarto (2010).

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    Figura 11. Cristbal de Castro, Catlogo monumental y artstico de la provincia de Cuenca, tomo otograas, s/n. Catedral de Cuenca. Andamiaje parademoler la achada que ya no existe.

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    8. Todos estos inventarios parciales debe-rn remitirse a la Comisin General de Mo-

    numentos, a n de que sta gestione del Go-bierno la formacin de la segunda parte deltrabajo, o sea el estudio monogrco de losmonumentos que lo merezcan por su impor-tancia y valor histrico artstico (Lamprez yRomea, 1907).

    Aunque el debate que se produjo en el Congresode Arquitectos modifc en parte la redaccin de es-

    tas conclusiones, quedaba claro que se necesitabandos instrumentos complementarios: un inventarioen orma de listado, con pocos pero precisos datos,y un catlogo con abundancia de datos escritos ygrfcos.

    Jeroni Martorell declaraba en su conerencia pro-nunciada en el Ateneo de Madrid en el ao 1909:

    La orientacin dominante en la elaboracinde estos catlogos es, en general, equivocada.

    Los hay, en verdad, bien entendidos, valiosos,nutridos de ejemplares de todo gnero de arte,

    perfectamente ilustrados y documentados. Tales

    son los de Salamanca, Len, vila, Jan, Cdiz,Cceres, Teruel. En general, los catlogos hasta

    ahora elaborados, ms que una serie de chascon reproducciones documentadas, constitu-yendo el inventario de la riqueza artstica delpas, son un libro de historia dedicado con pre-ferencia a la especialidad predilecta del autor(Martorell, 1919: 155).

    Torres Balbs (1919) tambin expresaba su desacuer-do con el mtodo con el que se estaba coneccionan-

    do el catlogo de la riqueza artstica:

    Muy otro es el concepto de catlogo monumen-tal, serie de chas o papeletas con la mayordocumentacin grca posible, en constante

    formacin y recticacin. En efecto, es absurdopretender inventariar totalmente el arte anti-guo de una regin o provincia; a la personaque con mejor voluntad quiera hacerlo y em-

    plee en ello una ciencia slida y mucho tiempo,seguramente se le pasarn por alto bastantesobras de arte. Imposible ser tambin agotar ladocumentacin que a ellas se reere.

    Figura 12. Rodrigo Amador de los Ros, Catlogo de los monumentos histricos y artsticos de la provincia de Barcelona, 1913-1915, tomo 2 de otograas.El Dragn y los Gigantones ante la portada de la iglesia de San Juan de Villaranca del Peneds.

    g

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    AUTOR INICIO TRMINO PUBLICACIN

    Lrida Luis Prez BuenoSantiago Vinardell i Palau 27-1-1916

    Logroo Cristbal de Castro 1-2-1915 24-2-1916

    Lugo Raael Balsa de la Vega 26-12-1910 17-4-1913

    Madrid Francisco Rodrguez Marn 7-5-1907 20-5-1920

    MlagaRodrigo Amador de losRos

    22-1-1907 7-10-1908

    MurciaManuel GonzlezSimancas

    30-3-1905 13-7-19071997. Colegio Ofcial de Arquitectos deMurcia.

    Navarra Cristbal de Castro 1-3-1916 13-3-1918

    Orense Cristbal de Castro 30-4-1913 15-4-1915

    OviedoGustavo FernndezBalbuena

    13-2-1917 1919

    Palencia Bernardino Martn Mnguez 22-1-1907 1-6-1904

    Pontevedra Raael Balsa de la Vega 21-1-1907 30-6-1908

    Salamanca Manuel Gmez Moreno 1-8-1901 16-7-19031967. Servicio Nacional de InormacinArtstica.2003. Caja Duero

    Santander Cristbal de Castro 15-3-1913 1918?

    Segovia Francisco Rodrguez Marn 18-7-1908 4-6-1923

    Sevilla Adolo FernndezCasanova

    21-6-1907 5-4-1910

    Soria Juan Cabr Aguil 21-6-1911 13-3-1917

    Tarragona Raael Domnech 29-5-1909 6-7-1918

    Teruel Juan Cabr Aguil 8-7-1909 15-6-1911

    Tetun Isaac Muoz 8-4-1913

    Toledo Conde de Cedillo 13-3-1904 1959. Instituto Diego Velzquez. CSIC.

    ValenciaManuel GonzlezSimancas

    1-4-1909 1921?

    Valladolid Francisco Antn Casaseca 10-7-1916

    Vizcaya Javier Ibarra y Berg 1946 1951 1958. Diputacin Provincial de Vizcaya.

    Zamora Manuel Gmez Moreno 21-10-1903 10-4-19061927. Ministerio de Instruccin Pblica yBellas Artes1980. Nebrija.

    Zaragoza Francisco Abbad Ros 1941 1947 1958. Instituto Diego Velzquez. CSIC.

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    En el ao 1919, Leopoldo Torres Balbs escriba sobreel Catlogo de Monumentos:

    Se ha hecho as (el Catlogo) sin conexin nin-guna con los dems servicios de los monumen-tos en completa independencia de ellos, conuna orientacin equivocada. Si el concepto y laorganizacin por el Estado de esa catalogacin

    fueron completamente equivocados, la realiza-cin lo fue an ms. Concedidos los de las 49

    provincias espaolas y entregados casi todos, al

    lado de unos cuantos hechos por personas com-petentes, la mayora son obra de periodistas yamigos de polticos desconocedores en absolutode nuestro arte antiguo, a los que se les conce-di el favor ocial con la complicidad de unacomisin que piadosamente deseamos creer in-competente(Torres Balbs, 1919).

    Esta crtica, ormulada por el ms importante arqui-tecto conservador espaol del siglo XX, pona enevidencia las carencias del primer intento de unacatalogacin sistemtica de la riqueza patrimonial

    en nuestro pas. La nueva orma de actuacin de laadministracin republicana, que pretenda extender

    la proteccin legal hacia todos los elementos de in-ters, gener el Decreto de 13 de julio de 1931, porel que se creaba el Fichero de Arte Antiguo, enco-mendando su ormacin a las Secciones de Arte yArqueologa del Centro de Estudios Histricos. Estefchero deba

    comprender el inventario de las obras de arteque existen en el territorio nacional anteriores

    a 1850

    21

    . Cada cha constar de la fotografadel Monumento u objeto y de cuantos datos so-bre el vendedor, intermediarios, precio o pre-cios sucesivos alcanzados, circunstancias de ladestruccin o de la enajenacin, etc., ademsdel resumen histrico y de la clasicacin22.

    Decreto de 13 de julio de 1931 creando el Fichero de Arte Antiguo en el

    Centro de Estudios Histricos. (Gaceta de Madrid, 14 de julio de 1931,artculo 1..Ibd, artculo 4..

    21

    22

    Iniciados Terminados Publicados

    1900-1904 6 3 0

    1905-1909 18 9 0

    1910-1914 15 8 0

    1915-1919 6 12 1

    1920-1924 1 4 2

    1925-1930 0 0 3

    Despus de 1930 2 2 11+5 reediciones

    TOTAL 47 39 17 +5 reediciones

    Tabla 2Nmero de Catlogos Monumentales iniciados, concluidos y publicados

    Catlogos e inventarios del Patrimonio en Espaa

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    Decreto de 9 de marzo de 1940, artculo 5..23

    En el Decreto de 9 de marzo de 1940, tras indicarque han aparecido los catlogos de tan slo seis pro-

    vincias, se encarga la catalogacin al Instituto DiegoVelzquez, con lo que se separa de los organismosencargados de la proteccin del patrimonio, si biense dice que la organizacin del Catlogo Monumen-tal de Espaa mantendr las debidas relaciones conel Servicio de Defensa del Patrimonio Artstico Nacio-nal23. En el mismo sentido se expresa el Decreto 19de abril de 1941.

    En el ao de 1953 se publica por el Instituto Die-go Velzquez el Fichero de Arte Antiguo, revisado yampliado por Jos Mara de Azcrate. Ese mismo ao,las tareas de coneccin del inventario son confadasal Ministerio de Educacin Nacional.

    Finalmente, en 1961 se crea el Centro Nacional deInormacin Artstica, Arqueolgica y Etnolgica, en-tre cuyos cometidos se encuentra constituir el Inven-tario del tesoro artstico-arqueolgico de la nacin. Elnuevo Centro impulsa la creacin de seis nuevos in-ventarios desde la Direccin General de Bellas Artes:

    1. El denominado Histrico-Artstico o del Te-soro Artstico Espaol, realizado por la Subdirec-cin General de Proteccin del Patrimonio Arts-tico, en el que recoge el patrimonio inmobiliariocon su contenido mueble de carcter histricoartstico2. El denominado Inventario Arquitectnico,realizado tambin por la Subdireccin Generalde Proteccin del Patrimonio, en el que recoge

    el patrimonio inmobiliario de valor histrico-ar-tstico.3. El Inventario Arqueolgico, realizado por laSubdireccin General de Arqueologa, en el quese recoge la inormacin sobre los yacimientosexcavados.4. El Censo de Archivos Espaoles, realizadopor la Subdireccin General de Archivos.5. El Inventario de Museos, realizado por la

    Subdireccin de Museos.6. El Censo de Bibliotecas (Pereda Alonso,1981: 29).

    De estos inventarios, los tres primeros se superponantemticamente al Catlogo Monumental de Espaa yal Fichero de Arte Antiguo, los dos instrumentos des-

    criptivos utilizados hasta entonces por la administra-cin. Por esta razn, vamos a reejar su contenido.

    En lo que respecta al primero de ellos, los trabajosconsistieron en

    recoger en chas normalizadas las construc-ciones y objetos muebles de ms de cien aosde antigedad, que tengan un mnimo intersartstico o histrico, existentes en todas y cadauna de las localidades del pas. Tambin se re-cogen aquellos bienes de antigedad menor aun siglo que tengan un marcado valor hist-rico-artstico, excluyendo las obras de autoresvivos. Deben tambin levantarse los planos ocroquis oportunos y obtener las fotografas ne-cesarias para la identicacin y localizacinde cuantos conjuntos, sitios, edicios aislados yobjetos muebles tengan inters histrico o arts-tico. Se excluyen de este inventario la riquezabibliogrca y documental y las obras deposita-das en los Museos. Se recoge muy someramenteinformacin sobre los yacimientos arqueolgi-cos sobre todo desde que en 1980 se inicia elregistro del patrimonio arqueolgico por partede la Subdireccin General de Arqueologa, yla existencia de archivos sobre el bien inventa-riado (Pereda Alonso, 1981: 30).

    El Inventario Arquitectnico tena como objetivo

    recoger en chas normalizadas todos los con-juntos urbanos y los elementos arquitectnicosde valor histrico, artstico o cultural que cons-tituyen el Patrimonio inmobiliario espaol. Elobjetivo que se pretende es el de disponer de unainformacin urgente sobre el mismo que nos

    permita conocer su nmero, calidad, tipologa,estado de conservacin, proteccin y revitaliza-cin del Patrimonio Monumental(1981: 31).

    Finalmente, el Inventario Arqueolgico tena comoobjetivo el conocer de forma rpida y concisa cul esla riqueza arqueolgica del pas, cules son sus carac-tersticas y cul su estado de conservacin (1981: 34).

    Estos inventarios consiguieron obtener en un cortoperiodo una gran inormacin sobre los bienes cultu-rales y en muchos casos tuvieron un eecto benefcio-so sobre la proteccin del patrimonio. No obstante,

    la alta de criterios comunes de elaboracin, la pre-mura temporal y la duplicacin de contenidos, hicie-

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    ron que sus resultados no cumplieran totalmente susobjetivos. Los Inventarios Histrico-Artsticos ueron

    publicados por provincias, con textos acompaadospor dibujos esquemticos de plantas de los edifciosy otograas de los bienes muebles. Los otros uerondiundidos por medios inormticos.

    Conclusin

    La empresa que comenz en 1900 para la elabora-cin del Catlogo Monumental de Espaa racas encuanto a los objetivos que se marc. Este racaso sedebi no slo a razones de tipo organizativo y me-todolgico, sino tambin de carcter instrumental yconceptual.

    La alta de criterios claros y explcitos y de unmtodo especfco ue una de las principales causasde este racaso. En la propuesta inicial, cuando seprevea que todos los catlogos los hiciera la mismapersona, pasando de una provincia a otra, ese allono hubiera existido, pero cuando se comprendi queesa pretensin era irrealizable, se debieron estableceruna serie de normas y reglas metodolgicas que evi-taran las dierencias de calidad y la excesiva hetero-geneidad de resultados.

    Pero la utilidad del Catlogo Monumental y su pa-pel en la proteccin patrimonial est tambin en elorigen del racaso de la empresa. A partir de 1915,cuando el sistema legal pas de la proteccin gen-

    rica, en manos de las Comisiones de Monumentos, alsistema de proteccin mediante declaraciones indivi-dualizadas, el instrumento del Catlogo dej de serdeterminante para la proteccin, siendo mucho msrelevante un inventario como el del Fichero de ArteAntiguo, al que se le prestaba ms atencin a partirde los aos treinta.

    En eecto, si contemplamos el ritmo de los traba-jos del Catlogo Monumental de Espaa, vemos que

    hasta 1915 se haban comenzado 39 catlogos y sehaban concluido 20. De haber seguido a ese ritmo,en 1920 habran estado todos iniciados y en 1940,todos concluidos. Sin embargo, a partir de 1915 se ra-lentizaron notablemente los trabajos, y en los quinceaos siguientes se iniciaron slo siete y se concluye-ron diecisis. De esta orma, en 1940 el balance eramuy poco alentador: cuarenta y seis iniciados, treintay seis concluidos, slo seis publicados.

    Pero el mayor racaso lo constituy la circunstanciade que esos catlogos ya no servan para el fn para elque haban sido redactados. Con unos instrumentos deproteccin dierentes y una concepcin del patrimoniomucho ms amplia de la que tuvieron los especialistasque realizaron los trabajos, el catlogo ha permanecidocomo una rareza documental, en ocasiones consultadapor especialistas e investigadores, pero nunca ha consti-tuido el instrumento undamental de proteccin del pa-trimonio que pretendi ser en su origen.

    Sin embargo, la enorme documentacin que contie-nen los volmenes realizados del Catlogo Monumentalde Espaa, las descripciones y otograas de muchosinmuebles y objetos posteriormente alterados o des-aparecidos, la interpretacin que sobre ellos hacen losautores y la orma de recoger, elaborar y transmitir lainormacin hacen del Catlogo Monumental de Espaauna gran uente de documentacin para investigadores yproesionales que trabajen sobre el patrimonio cultural y

    sobre la historia de las ciencias sociales en nuestro pas.Por esta razn es muy oportuna la publicacin de los vo-lmenes existentes del Catlogo Monumental de Espaa,para que esta documentacin se diunda y se ponga adisposicin de la sociedad y que, ya que no pudo servira su objetivo principal, pueda ahora servir para ampliarnuestro conocimiento sobre el patrimonio cultural.

    Catlogos e inventarios del Patrimonio en Espaa

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    39de Bellas Artes, todas en la universidad de Madrid, en1953 gan por oposicin la ctedra de Historia delArte, puesto que desempe en las universidades deOviedo (1953-1958) y Zaragoza (1958-1972). Nombra-do para la de Madrid a comienzos de 1972, alleci esemismo ao. Dej una amplia produccin de mono-

    graas y artculos de investigacin en Historia del Artesobre muy variados temas, pero la mayora sobre artearagons y, muy especialmente, sobre la provincia deZaragoza. En sus aos de proesor en la universidadmadrilea, colabor, como tantos otros proesores dela poca, con el Instituto Diego Velzquez del ConsejoSuperior de Investigaciones Cientfcas, como respon-sable del Fichero de Arte Espaol. Le encargaron elCatlogo de la provincia de Zaragoza (1941).

    Joan Ainaud de Lasarte(Barcelona, 1919 - Barcelona, 1995)

    Estudi Filosoa y Letras en la Universidad de Barce-lona y se doctor en Historia en la de Madrid (1955).Complet su ormacin estudiando Historia del Arteen los Estudios Universitarios Catalanes con Agust

    Duran i Sanpere y Ferran Soldevila. Fue proesor dela Universidad Autnoma de Barcelona (1968-1978),

    El proyecto del Catlogo Monumental de Espaa sedilat muchos aos ms de lo que sus promotorescalcularon en principio. Las causas ueron muchas,aunque no estn estudiadas a ondo. Una de las con-secuencias de esto ue la relajacin en la exigenciade conocimientos en Historia del Arte a la hora de

    proponer a los catalogadores. As, junto a catedrticose investigadores de prestigio internacional, encontra-mos a eruditos locales e incluso a personas que jams,en lo que sabemos hasta ahora, haban escrito unasola lnea sobre Historia del Arte. En este estudio sehace una aproximacin a las biograas proesionalesde los catalogadores que nos da una visin generalsobre el tema, sin entrar, por alta de espacio, en lascircunstancias en las que cada uno era seleccionado.

    Francisco Abbad Ros(Zaragoza, 1910 - Madrid, 1972)

    Se licenci en Filosoa y Letras (1930) y en Derecho(1931) en la Universidad de Zaragoza, y obtuvo el ttu-lo de doctor en la Universidad de Madrid (1935). Des-pus de pasar por las categoras de proesor ayudante

    y proesor adjunto de la Facultad de Filosoa y Letrasy proesor auxiliar numerario de la Escuela Superior

    Los autores del Catlogo

    Monumental de EspaaAmelia Lpez-Yarto ElizaldeInstituto de Historia, Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS)

    Consejo Superior de Investigaciones Cientfcas (CSIC)

    [email protected]

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    Una de sus principales preocupaciones ue laconservacin de los monumentos histricos siendo

    erozmente crtico con los que los destruyen o ven-den, pero tambin con aquellos que, pudiendo im-pedirlo, permanecen impasibles. Desde la Academiade San Fernando hizo or su voz y escribi numero-sos artculos sobre ello. Consciente de lo necesarioque es conocer el patrimonio de un estado para suconservacin, particip en el proyecto de Jos Ma-ra Quadrado Espaa: sus monumentos y sus artes.Su naturaleza e historia, redactando los volmenescorrespondientes a Burgos, Murcia y Albacete, Huel-va y Santander. La Comisin Mixta le propuso paraque hiciese los Catlogos de las provincias de Mlaga(22 de enero de 1907), Huelva (23 de noviembre de1908), Albacete (31 de marzo de 1911) y Barcelona(30 de abril de 1913) para el Catlogo Monumental deEspaa. Tambin ue propuesto para el de Santander,que no lleg a empezar.

    Francisco Antn Casaseca(Corrales del Vino, Zamora, 1880 - Valladolid, 1970)

    Estudi Derecho en la Universidad de Salamanca eHistoria en la Central de Madrid, pero tena una uertevocacin de periodista, lo que le llev a trabajar enEl Correo de Zamora y, sobre todo, en El LiberalyElImparcial, de Madrid, donde se haba trasladado avivir. Conoci a numerosos artistas y literatos del mo-

    mento, aunque con el que mantuvo una amistad msprolongada, que se proyect en una correspondenciarecuente, ue con Unamuno, entre 1904 y 1923.

    Aunque ue esencialmente periodista y escritor denovelas y poesa, tena otras afciones, entre las quesobresala la investigacin del arte castellano. Escri-bi numerosos artculos en los peridicos vallisoleta-nos en los que trabaj, deendiendo la conservacindel patrimonio artstico de Valladolid, as como va-

    rios libros y colaboraciones en revistas locales sobremonumentos artsticos. Form parte de la ComisinProvincial de Monumentos de Valladolid, de la quelleg a ser presidente. Tambin presidi el Patronatodel Museo Nacional de Escultura. Acadmico de n-mero de las de la Pursima Concepcin de Valladolidy correspondiente de la de Bellas Artes de San Fer-nando de Madrid y la de San Luis de Zaragoza. Otraconexin importante ue con la Universidad, ya que

    orm parte del Seminario de Arte y Arqueologa dela Universidad de Valladolid junto a Saturnino Calleja

    en la que, con otros proesores, puso en marcha eldepartamento de Historia del Arte. Especialista en

    arte medieval, undamentalmente del cataln, escri-bi numerosos estudios sobre el tema y ue el comi-sario de varias exposiciones entre las que habra quedestacar la de Arte Romnico que tuvo lugar en elPalacio Nacional de Montjuc (1961), patrocinada porel Consejo de Europa, cuyo catlogo se convirti enlibro de reerencia.

    Fue director de los Museos de Arte de Barcelona(1948-1985) y del Museo Nacional de Arte de Catalua,presidente del Instituto de Estudios Catalanes (1978-1982), miembro de la Real Academia Bellas Artes SantJordi, de la Real Academia de las Buenas Letras deBarcelona, correspondiente de la Real Academia deBellas Artes de San Fernando y de la Real Academiade la Historia, miembro de la Junta Consultora de m-nium Cultural, de la Acadmie de Beaux Arts belga,del Consejo Internacional de Museos (ICOM) y pre-sidente del patronato del Instituto Amatller de ArteHispnico. Le encargaron, junto a Jos Gudiol y Fede-

    rico Pablo Verri un nuevo Catlogo de la ciudad deBarcelona (ca. 3 de marzo de 1943).

    Rodrigo Amador de los Ros(Madrid, 1843 - Madrid, 1917)

    Formaba parte de una amilia de historiadores, ar-quelogos y artistas que determinaron su vocacin

    por estas actividades. Aunque su curiosidad le lleva estudiar diversos temas, se decant undamental-mente por la arqueologa romana y, sobre todo, porla epigraa y el arte islmico de los que publicnumerosos trabajos. Realiz los estudios primariosen el Instituto de San Isidro de Madrid y los de ba-chillerato en Granada y, en esta misma ciudad, se li-cenci en Filosoa y Letras y Derecho. Ingres en elCuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arquelogos,

    siendo destinado al Museo Arqueolgico Nacionalen el que se encarg de las antigedades rabes ymudjares. En 1911 ue nombrado director, cargo enel que estuvo hasta su jubilacin en 1916. Entonces,ue designado director del Museo de Reproduccio-nes Artsticas, alleciendo al ao siguiente. Fue, asi-mismo, proesor auxiliar en la Universidad Central,impartiendo la asignatura de la Historia Crtica dela Literatura Espaola, Acadmico de nmero de la

    Real de San Fernando y de la de Jurisprudencia yLegislacin.

    Los autores del Catlogo Monumental de Espaa

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    y Cayetano de Mergelina, proesores stos dos de laFacultad de Filosoa y Letras. Le encargaron el Cat-

    logo de Valladolid (11 de julio de 1916).

    Ricardo del Arco Garay(Granada, 1888 - Huesca, 1955)

    Su padre, ngel del Arco, ue nombrado director delMuseo de Tarragona en 1893 y all pas su inancia. Selicenci en Filosoa y Letras en la Universidad de Valen-cia en 1907 y casi inmediatamente despus ingres enel Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arquelogos,siendo destinado al Archivo de Hacienda de Huesca,donde pasar el resto de su vida. Se interes de inme-diato por la cultura de la provincia, llegando a ser un au-tntico especialista. Escribi un nmero considerable deestudios, tanto de historia como de arte de Aragn engeneral, y de Huesca, primero, y Zaragoza, despus, enparticular, apoyados siempre en una slida base docu-mental. Su alta calidad hizo que uera reconocido desde

    muy pronto. Le encargaron la Secretara de la Comi-sin Provincial de Monumentos Histricos y Artsticosde Huesca en 1911 y ue nombrado cronista de la ciu-dad en 1912. Ms adelante llegaran la direccin de laBiblioteca Pblica y la del Museo Provincial, en 1915, yel nombramiento de delegado provincial de Bellas Artesy Excavaciones, en 1919. Fue, adems, miembro corres-pondiente de las Academias de la Historia en 1910, delas de Bellas Artes de Mlaga (1911), Zaragoza (1913),

    San Fernando (1914), Barcelona (1916) y de la de laLengua (1946). Particip en la undacin del Instituto deEstudios Oscenses y ue su vicepresidente (1949). Apa-sionado por el mundo de la enseanza, en 1914 solicity obtuvo una plaza de proesor en el Instituto, instaladoen la antigua Universidad Sertoriana, actividad a la quecada vez dedic ms tiempo conorme se ue desen-cantando del mundo ofcial y se vincul a los cursospara extranjeros que puso en marcha la Universidad de

    Verano en la ciudad de Jaca desde 1928. Le encargaronel Catlogo de la provincia de Huesca (1 de agosto de1920).

    Rafael Balsa de la Vega(Galicia, 1859 - Madrid, 1913)

    Fue un ilustrado y crtico de arte al que se considera-

    ba uno de los intelectuales de su poca. Public suscrticas en los ms importantes peridicos y revistas

    del momento, undamentalmente enEl Liberaly jugtambin un papel importante en La ilustracin espa-

    ola y americana. Fue uno de los 173 socios unda-dores de la Asociacin de la Prensa de Madrid (1895),entre los que fguraban los directores de los peridicos

    y, sin la menor duda, lo ms orido de la profesinperiodstica del momento, segn un historiador dela Asociacin. Experto en teora del arte, estudi lasobras de algunos pintores espaoles, pero tambinrealiz trabajos sobre escultura y artes decorativas,concretamente sobre plata. Asimismo, ue artista y sele atribuyen los diseos del pazo o Torres de Meirs,aunque tambin se supone que pudo hacerlos Vicen-te Lamprez. Le encargaron los Catlogos de Ponteve-dra (24 de enero de 1907), La Corua (18 de julio de1908) y Lugo (21 de junio de 1911).

    Juan Cabr Aguil(Calaceite, Teruel, 1882 - Madrid, 1947)

    Despus de realizar sus estudios de primaria y bachi-llerato entre Tarazona y Zaragoza, se matricul en laEscuela de Artes y Ofcios de esta ltima ciudad, dadasu afcin y habilidad para el dibujo. Tuvo la oportu-nidad de conocer al coleccionista Sebastin Montse-rrat quien, sin duda, le despert la curiosidad por laArqueologa. Con 19 aos march a Madrid becadopor la Diputacin de Teruel para estudiar en la RealAcademia de Bellas Artes de San Fernando. Aqu se

    acrecent su afcin a la arqueologa. En 1903 ini-ci las actividades arqueolgicas en los alrededoresde Calaceite, donde, en el primer ao, descubri laspinturas rupestres de la Roca dels Moros en Calapat(Teruel), las primeras conocidas del arte levantino,que public poco despus. La repercusin de estehallazgo ue enorme e hizo que ueran a visitarlas nu-merosos especialistas. Entre ellos, uno de los ms im-portantes prehistoriadores del momento, Henri Breuil,

    con el que entabl una colaboracin cientfca que lepuso en contacto con las corrientes tericas ms mo-dernas. A raz de este descubrimiento, le nombraronacadmico correspondiente de la Real Academia de laHistoria y de la de Buenas Letras de Barcelona (1908).Fue tambin miembro correspondiente de la HispanicSociety o America de Nueva York.

    A principios de siglo conoci al Marqus de Ce-rralbo a travs de Montserrat. Esto ue undamental

    para su uturo como arquelogo pues pudo hacer nu-merosas excavaciones gracias al mecenazgo del Mar-

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    consideracin de periodista y escritor brillante. Esuno de los pioneros en tratar el eminismo y el papelde la mujer en la sociedad. Tuvo una vida muy acti-va en los cenculos literarios del momento y cono-ca a un nmero considerable de personas. Fund laAsociacin de publicistas espaoles y americanos dela que ue presidente, as como acadmico undadorde la de Poesa Espaola. Fue acadmico de la RealAcademia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artesde Crdoba y de la Academia Hispanoamericana deCdiz. Le encargaron los Catlogos de lava (31 ju-lio 1912), Orense (2 de enero de 1914), Logroo (1de ebrero de 1915), Navarra (1 de marzo de 1916),Santander (entre 1917 y 1918), Cuenca (ca. 1920) yCanarias (18 de junio de 1921).

    Juan Catalina Garca(Salmeroncillo de Abajo, Cuenca, o Salmern,Guadalajara, 1845 - Madrid, 1911)

    Estudi Filosoa y Letras y Derecho, ue alumno dela Real Academia de Arqueologa y Geograa delPrncipe Alonso y se titul en la Escuela de Diplo-mtica. Aunque buena parte de sus investigacionesestuvieron orientadas a la prehistoria y Edad Anti-gua, participando en diversas excavaciones, recuen-t mucho los archivos por lo que tambin escribinumerosos libros y artculos en peridicos y revistassobre temas de bibliograa, historia y arte, dedican-

    do especial atencin a la provincia de Guadalajaraen todos los campos. A travs de muchos de ellosmostr su preocupacin por la conservacin del pa-trimonio y, gracias a los cargos que tuvo, puso desu parte todo lo que pudo para conseguirlo. Fuenombrado cronista ofcial de la provincia de Gua-dalajara. Fue tambin acadmico correspondientede la Real Academia de la Historia por Guadalaja-ra en 1870 y numerario en 1894. Su relacin con

    esta institucin se ue haciendo ms estrecha y ueelegido anticuario en 1901 y secretario perpetuo en1908. En 1893 se le concedi la Gran Cruz de Isa-bel la Catlica. Paralelamente, obtuvo la ctedra deArqueologa y Ordenacin de Museos de la Escuelade Diplomtica e ingres en el Cuerpo acultativo deArchiveros, Bibliotecarios y Arquelogos en 1885.En 1900, al extinguirse la Escuela de Diplomticay al ser trasladados sus proesores a la Universidad

    de Madrid, ocup la ctedra de Arqueologa, Numis-mtica y Epigraa desde 1908 hasta su muerte. Fue

    qus, adems de estudios en su magnfca bibliotecaque completaron la ormacin cientfca de Cabr.En su casa conoci a importantes historiadores delmomento espaoles y extranjeros. Esta amistad durhasta la muerte del Marqus en 1922.

    En 1912 entr a ormar parte de la Comisin deinvestigaciones Paleontolgicas y Prehistricas de laque el Marqus era director y que dependa de laJunta de Ampliacin de Estudios. Lo dej en 1917y entr como colaborador en el Centro de EstudiosHistricos de dicha Junta en el que estuvo hasta 1936.Trabaj en las excavaciones que promova el Centroy viaj al extranjero mediante becas concedidas poresta institucin, y public numerosos artculos en larevistaArchivo Espaol de Arte y Arqueologa, unda-da en 1925 en el CEH.

    En 1925 gan por concurso de mritos una plazade colector en el Museo de Antropologa, Etnograa yPrehistoria, y en 1942 la de conservador en el MuseoArqueolgico Nacional. Fue director del Museo Ce-rralbo de Madrid (1922-1939) y, desde 1940, jee de la

    Seccin de Prehistoria del Instituto Diego Velzquezde Arte y Arqueologa del CSIC. En 1945 le concedie-ron el ingreso en la Orden de Alonso X el Sabio conla categora de Encomienda.

    Y tantos logros proesionales y tantos reconoci-mientos merecidos los consigui siendo casi auto-didacta, en palabras de Juan de M. Carriazo. Pese aello, ue un pionero en muchas cosas y uno de losmejores arquelogos que ha tenido Espaa. Gracias

    a su ormacin en Bellas Artes, saba dibujar con pre-cisin lo que crea de inters, y, adems incorpor latcnica otogrfca a sus trabajos. Le encargaron losCatlogos de Teruel (27 de mayo de 1909) y Soria (21de junio de 1911).

    Cristbal de Castro Gutirrez(Iznjar, Crdoba, 1874 - Madrid, 1953)

    Curs las carreras de Derecho y Medicina, aunqueparece ser que no termin ninguna de las dos, yaque se decant muy pronto por el periodismo. Fueredactor en La poca, El Globo yEl Heraldo de Ma-drid, aunque escribi en muchos otros y en numero-sas revistas comoBlanco y Negro, tratando todo tipode temas, incluidos algunos de Arte. Fue, asimismo,escritor de novelas, poesa y obras de teatro y tradujo

    y adapt al castellano obras de autores extranjeros,alcanzando el xito durante su vida y mereciendo la

    Los autores del Catlogo Monumental de Espaa

  • 7/29/2019 El catlogo monumental de Espaa (1900-1961)

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    tambin Director del Museo Arqueolgico Nacionaldesde 1900 hasta 1911. Le ue encargado el Catlogode Guadalajara (1 de ebrero de 1902).

    Conde de Cedillo(Toledo, 1862 - Roma, 1934)

    Jernimo Lpez de Ayala-lvarez de Toledo, XV Condede Cedillo, proceda de una amilia con antepasadosdedicados a la literatura y a la historia y promoto-res de empresas artsticas. Despus de racasar ensu intento de ingresar en la Escuela de Ingenierosde Caminos y de abandonar la preparacin para suingreso en la Academia de Caballera, probablemen-te ambas pruebas realizadas por deseo de su padre,se dedic a las letras, que eran su inclinacin desdenio. As pues, estudi en la Escuela de Diplomtica(1880-1882) y curs la carrera de Filosoa y Letras(1882 y 1885), obteniendo el ttulo de doctor en 1886.Poco despus ingres por oposicin nmero uno

    de su promocin en el cuerpo de Archiveros, Bi-bliotecarios y Arquelogos. Dio clases en la Escuelade Diplomtica y en la Escuela Superior de Magiste-rio de Madrid, no consiguiendo quedarse defnitiva-mente en ninguna de ellas. Fund, junto a EnriqueSerrano Fatigati y Elas Tormo, la Sociedad Espaolade Excursiones, de la que ue presidente, y tambinsu complemento, el Boletn, en el que aparecieronnumerosos artculos suyos. Dej escrita una ecunda

    produccin, tanto de Historia como de Arte, basadaen la documentacin que buscaba inatigablementeen los archivos. Gran parte de ella est dedicada aToledo, por lo que le nombraron cronista ofcialde esta ciudad. Fue acadmico de la de la Historia(1901), en la que orm parte de numerosas comisio-nes y de la que ue bibliotecario, as como miembrocorrespondiente de diversas academias espaolas yextranjeras. Le encargaron el Catlogo monumental

    de Toledo (probablemente en 1904).

    Rafael Domenech Galliss(Tivisa, Tarragona, 1874 - Madrid, 1929)

    Doctor en Derecho por la Universidad de Valencia,tambin curs los estudios de la Escuela de Bellas Ar-tes de la misma ciudad. En 1898 gan la ctedra de

    Teora e Historia del Arte en esta escuela, y en 1903pas como proesor numerario a la ctedra de la misma

    asignatura en la Escuela Especial de Escultura, Pinturay Grabado de Madrid, centro del que acabar siendodirector. En 1910, la Junta de Ampliacin de Estudiosle concedi una pensin para ir a hacer estudios sobrela organizacin y funcionamiento de las Escuelas de

    Artes Industriales y medios prcticos para establecersus enseanzas en Espaa por todo el Continente ypor el Reino Unido, as como para visitar los Museosde esta especialidad que se haban undado por todaEuropa. Tuvo que renunciar a ella por circunstanciasimportantes. La volvi a pedir en 1914, cuando yaera director del Museo Nacional de Artes Industrialesy Decorativas de Madrid, sindole concedida en estaocasin. Empez el viaje, pero no pudo cumplir todoel programa por el comienzo de la primera guerramundial. Fue un hombre de cultura vastsima. Escribivarios libros de arte y numerosos artculos en revistasespecializadas. Fue acadmico de nmero de la Realde Bellas Artes de San Fernando. Ejerci como crticode Arte en los principales peridicos de toda Espaa,por lo que ue miembro de la Asociacin de la Prensa

    de Madrid desde 1905. Le encargaron el Catlogo deTarragona (29 de mayo de 1909).

    Gustavo Fernndez Balbuena(Ribadavia, 1888 - Mar Mediterrneo, 1931)

    Arquitecto, nmero uno de su promocin, tena au-tntica pasin por su carrera, llegando a ser miembro

    del GATEPC y undador de la revista Arquitectura,de la que ue su primer director. En ella se publica-ban proyectos de los arquitectos ms importantes delmomento, pero tambin artculos de historia de laarquitectura. El propio Fernndez Balbuena escribisobre arquitectura popular, urbanismo y sobre algu-nos monumentos arquitectnicos. Adems intervinoen la conservacin y tambin en la demolicin dealgunos monumentos. Le encargaron el Catlogo de

    Asturias (ebrero 1917).

    Adolfo Fernndez Casanova(Pamplona, 1843 - Madrid, 1915)

    Estudi en Valladolid, simultaneando los estudios debachillerato con los de Maestro de Obras, Agrimensory Aorador, consiguiendo ambos ttulos en 1861