el banquillo y la ciencia del comportamiento el mundo
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EL MUNDO. LUNES 22 DE MARZO DE 2010
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ORFEO SUÁREZ / MadridLa moda española no la marcan só-lo Xavi, Iniesta, Casillas, Villa o Sil-va, autores de un hecho, la victoriaen la Eurocopa, después del cual yanada es igual para nuestro fútbol.En primer lugar, por la autoestimaadquirida, una de las patas sobrelas que sostener el desarrollo de to-das las potencialidades de un juegorico y versátil. Sin creer en las cosasque podemos hacer, nunca podre-mos hacerlas. Eso lo han aprendidomuy bien quienes los dirigen todoslos días, entrenadores de nuevahornada en su mayoría, ex jugado-res que forman la promoción delbanquillo más español de las últi-mas Ligas y que, tras su paso porlos cursos de formación, destacanun bloque de asignaturas llamadociencias del comportamiento.
La temporada empezó en Pri-mera con tres entrenadores ex-tranjeros (Manuel Pellegrini, Mau-
ricio Pochettino y Hugó Sánchez)por 17 españoles, y se mantieneen la misma diferencia numérica,ya que la plaza foránea del desti-tuido Hugo Sánchez la ocupa Nes-tor Gorosito, sustituto del Cuco Zi-ganda en el Xerez. Para encontrarel último precedente hay que re-montarse 10 años, con JuppHeynckes en el Athletic de Bilbao,Bernd Kraus en el Mallorca y JohnBenjamin Toshack en la Real So-ciedad. La siguiente, nada menosque tres décadas atrás, encuentraal desaparecido Ladislao Kubalaen el Barcelona, a Vujadin Boskoven el Real Madrid y a Helmut Se-nekowitsch en el Athletic. Se da lacircunstancia, además de que Po-chettino es, por su formación, tanespañol como el director técnicode la Federación, Fernando Hierro,con el que compartió pupitre enLas Rozas. Fue, además, el núme-ro dos de su promoción.
El técnico del Espanyol es de lamisma generación que Pep Guar-diola, Míchel, Onésimo, Manolo Ji-ménez o Quique Sánchez Flores,ex jugadores de alto nivel que, gra-cias a su experiencia, pudieron ob-tener el título en un módulo especí-fico, un máster en el que, en gene-ral, recibieron las mayoresaportaciones no en los aspectos téc-nicos, físicos o tácticos, sino en ma-teria psicológica. Santiago Coca,profesor de Dirección de grupo, in-tegrada en las Ciencias del Compor-tamiento, lo explica de la siguienteforma: «El futbolista, como eranellos, juega en equipo pero piensaindividualmente la mayor parte deltiempo, porque concentra toda suenergía en mejorar su rendimiento.Piensa, pues, por y para sí mismo y,al pasar al banquillo, hay que ense-ñarle a pensar por los demás».
El cambio no es sencillo y Cocaconfiesa que ha habido casos dealumnos de excelente pasado comojugadores y muy preparados enotras cuestiones que desistían por-que se confesaban incapaces deconducir un grupo humano. «Nadaes simple, y menos la naturalezahumana», añade este seguidor delPensamiento Complejo de EdgarMorin, que organiza las relacionesen torno al orden, el desorden, larelación y la organización. Cocaparticipa en la formación de entre-nadores desde antes de la fórmulaactual, que divide los cursos en tresniveles. Tuvo ya antes como alum-nos a Luis Aragonés, Javier Cle-mente o José Antonio Camacho, exseleccionadores que saben bien loimportante que es cuando se ocupaese puesto tener una Liga con bue-nos técnicos. El seleccionador, co-mo indica el cargo, selecciona loque otros entrenan, por lo que pue-de ser beneficiario o damnificadodel trabajo ajeno. Vicente del Bos-que, otro ex alumno, está de suerte.
Coca también recuerda espe-cialmente a Gregorio Manzano,que hizo el curso con Antonio Ta-pia, Esnaola o Cardeñosa, en los
80. Licenciado en psicología y enmagisterio, era un avanzado en lamateria que, posteriormente, haimpartido clases a otros futurosentrenadores: «Hemos realizadomuchos ejercicios prácticos y conresultados muy sorprendentes. Alprincipio, no voy a negar que po-día resultar chocante eso de la psi-cología, pero en la actualidad to-dos lo consideran una parte funda-mental. Al final de los cursoshacíamos encuestas para saberqué les había resultado más útil ymás del 70% decían que todo elbloque de Ciencias del Comporta-miento». El técnico del Mallorca,que sacó lo mejor de Güiza por-que, según dice el propio jugador,«sabía tenerme en mi sitio», inclu-so requiere la ayuda de PatriciaLópez, psicóloga que imparte cla-ses en la Universidad de Granada,para sesiones con la plantilla.
Miguel Ángel Lotina ha hecho, asi-mismo, esfuerzos por actualizarse enlos últimos tiempos: «Antes yo erasólamente Lotina, ahora soy la cabe-za de un equipo». Entre sus colabo-radores se cuentan dos psicólogos,
El banquillo yla ‘ciencia del
comportamiento’
La Liga tiene 17 técnicos nacionales ysólo tres extranjeros. Hay que remontarse10 años para encontrar un precedente yotros 30 hasta el siguiente. Muy preparadostécnicamente, creen clave la formaciónpsicológica y se asesoran con profesionales
PROMOCIÓN ESPAÑOLA
Guardiola y Míchel se saludan poco antes del partido que disputaron Barcelona y Getafe, en el Camp Nou. / ANTONIO MORENO
uno que trabaja con el equipo y otrocon él personalmente. Le ayuda nosólo con el autocontrol, sino con suexposición pública, con la forma deafrontar el contacto con los mediosde comunicación, algo que se empe-zará a enseñar en próximos cursos.No es el único. Míchel, que recibe es-ta semana al Madrid, también hacontratado un profesional externo ala estructura del Getafe.
En excelente sintonía con Míchel,Guardiola sabía muy bien lo que de-cía cuando declaró que el técnico delGetafe está muy preparado y ve mi-llones de partidos, porque su capaci-dad de trabajo va en paralelo a suvocación. «Creo que nosotros éra-mos entrenadores ya cuando éra-mos futbolistas», asegura Míchel,algo que Lotina subraya al recordarcómo Guardiola le preguntaba so-bre sus decisiones en el campo des-pués de los partidos en los que seenfrentaba al dream team. «Tantoen mi caso como en el de Pep, creoque ha sido muy positivo estar untiempo alejado de la disciplina deun club y también pasar por un fi-lial, porque sólo de esa forma cono-ces las posibilidades reales de losmás jóvenes. Yo no he hecho esatransición en el mismo club, pero esun hecho que supone una tenden-cia, y lo prueban los casos del pro-pio Pep, de Onésimo (Valladolid),Gay (Zaragoza), Garrido (Villa-rreal) o Jiménez (Sevilla)». Onési-mo compartió curso con Míchel yotros técnicos, como es el caso deJosé Marí Bakero, que ahora entre-na en la liga polaca.
Trabajo colectivoQuique Sánchez Flores va un pocomás allá que Míchel cuando dice:«Disfruto más de esta profesión co-mo técnico que como futbolista,porque me permite vivirla en su to-talidad. Cuando eres futbolista, todogira en torno a ti; ahora, en torno aun colectivo». Una declaración quecoincide con los principios del pro-fesor Coca. Quique, muy metódico,ha conocido ya en un banquillo si-tuaciones de alta presión, en volca-nes como Mestalla y el Calderón,por lo que considera clave descar-gar a los futbolistas. «Es imposiblecrear desde el ahogo», asegura. Ensu búsqueda de técnicas de motiva-ción, explica haber encontrado mu-cha ciencia en Phil Jackson, entre-nador de los Lakers y autor del libroCanastas Sagradas.
Manolo Jiménez, que atraviesapor situaciones bien conocidas porQuique, lo tiene claro: «Un ambien-te enrarecido, con pitos continuos,impide al jugador probar todas lascosas que tiene en la cabeza». El Se-villa es un club avanzado en la in-corporación de profesionales de lapsicología. El tratamiento realizadoa Jesús Navas por su ansiedad ha si-do un ejemplo. La especialidad llegapoco a poco a todos los clubes, lejosya aquellos tiempos en los que Mí-chel y otros de sus compañeros noentendían las simulaciones que lesproponía el primer psicólogo quellegó con Benito Floro. El Madridtiene ahora como psicólogo, aunqueno trate habitualmente al primerequipo, al ex jugador de baloncestoJosé Manuel Beirán. De todos lostécnicos, es el más joven, UnayEmery, el que acerca más su figuraa la de estos profesionales: «Los en-trenadores, más que técnicos, so-mos generadores de confianza».
Lotina y Míchel trabajancon psicólogos personalessu autocontrol y sudimensión pública
Quique se inspira en lastesis de Phil Jackson yuna psicóloga ayuda aManzano en el Mallorca
«Tras pensar tanto enellos, les enseñamos apensar por los demás»,dice el profesor Coca