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EL AUTOCONCEPTO: diferencias entre los alumnos ciegos y los videntes Este trabajo versa sobre el estudio de las características estructurales y funcionales del autoconcepto de los alumnos ciegos/ deficientes visuales comparado con el autoconcepto de los alumnos videntes de nuestro ámbito educativo, y de la relación existente entre autoconcepto y rendimiento académico. ¿Que pretendemos?: Estudiar las características estructurales del autoconcepto de los alumnos ciegos/ deficientes visuales y videntes de nuestro ámbito educativo. Analizar las posibles diferencias en los niveles de las distintas dimensiones del autoconcepto en función de las variables consideradas, en la población vidente y ciega/ deficiente visual. Comprobar la relación existente entre autoconcepto y rendimiento académico de los alumnos con y sin discapacidad. ¿Que motivó este trabajo?: La cercanía y la practica educativa diaria con el alumno ciego/ deficiente visual, nos indujo a la necesidad de abordar un estudio más exhaustivo de la realidad que vive este alumno, en torno a dificultados que encuentra en su medio social, escolar y familiar; el porqué de su fracaso académico y, en definitiva, el por qué del abandono de su escolarización. Con el objetivo de obtener información para orientar de forma más adecuada y realista a padres, profesionales de la educación y al propio alumno. Delimitado el contexto, encontramos que el autoconcepto es una variable psicosocial que puede servirnos de referencia a la hora de analizar como se comporta el alumno ciego/ deficiente visual ante determinadas situaciones.

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EL AUTOCONCEPTO: diferencias entre los

alumnos ciegos y los videntes

Este trabajo versa sobre el estudio de las características estructurales y funcionales

del autoconcepto de los alumnos ciegos/ deficientes visuales comparado con el

autoconcepto de los alumnos videntes de nuestro ámbito educativo, y de la relación

existente entre autoconcepto y rendimiento académico.

¿Que pretendemos?:

• Estudiar las características estructurales del autoconcepto de los alumnos

ciegos/ deficientes visuales y videntes de nuestro ámbito educativo.

• Analizar las posibles diferencias en los niveles de las distintas

dimensiones del autoconcepto en función de las variables consideradas,

en la población vidente y ciega/ deficiente visual.

• Comprobar la relación existente entre autoconcepto y rendimiento

académico de los alumnos con y sin discapacidad.

¿Que motivó este trabajo?:

• La cercanía y la practica educativa diaria con el alumno ciego/ deficiente

visual, nos indujo a la necesidad de abordar un estudio más exhaustivo de

la realidad que vive este alumno, en torno a dificultados que encuentra en

su medio social, escolar y familiar; el porqué de su fracaso académico y,

en definitiva, el por qué del abandono de su escolarización.

• Con el objetivo de obtener información para orientar de forma más

adecuada y realista a padres, profesionales de la educación y al propio

alumno.

Delimitado el contexto, encontramos que el autoconcepto es una variable

psicosocial que puede servirnos de referencia a la hora de analizar como se comporta el

alumno ciego/ deficiente visual ante determinadas situaciones.

De la revisión de la literatura existente sobre el autoconcepto, la mayoría de los

trabajos ponen de relieve la importancia de esta variable en cuanto constructo de gran

relevancia para el funcionamiento de la personalidad de los sujetos; que actúa como una

variable mediadora de la conducta humana.

El autoconcepto es pues un constructo que se haya estrechamente vinculado con las

distintas áreas del desarrollo del individuo a lo largo de su evolución, afectándoles

significativamente, en sus pensamientos, sentimientos y conductas. De tal manera que

las creencias que el individuo tiene de sí mismo, influyen decisivamente en cómo

interpreta la realidad y como responde ante la misma.

Es decir, el sujeto se comporta no como es sino como cree que es (Núñez, 1994).

En la conceptualización del constructo, partimos del modelo propuesto por

Shavelson Hubner y Stanton (1976), por las siguientes consideraciones:

1. Por que nos proporciona una definición, un modelo de trabajo y unos

criterios metodológicos rigurosos necesarios para abordar el estudio del

autoconcepto.

2. Este modelo ha sido concebido desde una perspectiva metodológico-

educacional, al incluir aspectos académicos dentro de la propia estructura

de autoconcepto.

3. Desde este modelo, Marsh y col. diseñaron los SDQ-1,2 y 3, con el

objetivo de probar la validez de dicho modelo y proporcionarnos unos

instrumentos de evaluación de autoconcepto con propiedades

psicométricas adecuadas.

4. Shavelson y col. concibieron el autoconcepto como una estructura

multidimensional y jerárquica desde el que se han elaborado programas

de intervención que arrojan resultados esperanzadores, especialmente

para discapacitados.

5. Cuenta con una fuerte evidencia empírica en trabajos como los de

Shavelson y Bolus (1982),Marsh, Relich y Smith (1983); Marsh y O´Neill

(1984); Marsh, Smith y Barnes (1983); Marsh y Shavelson (1985);

Byrnes (1986), Marsh (1990b) y en nuestro país J.A. González-Pienda y

col.(1990); Núñez (1992); González-Pienda y Núñez (1994); Núñez y col.

(1995); González-Pienda y col. (2000); Elexpuru (1992); González,

Tourón y Gaviria (1994); Martorell y col. (1990),...

Este enfoque se caracteriza por:

• Centrarse en el estudio de las propiedades estructurales del autoconcepto más

que funcionales.

• Estudiar la evolución del autoconcepto y cambio en función de distintas

variables académicas y personales.

• Haberse preocupado especialmente en el estudio metodológicamente riguroso, y

por el desarrollo de instrumentos de medida adecuados.

Shavelson, Hubner y Stanton definen el autoconcepto como: “la percepción de una

persona acerca de sí mismo. Estas percepciones se forman a través de las experiencias

con el medio, y son especialmente influidas por los refuerzos ambientales y los otros

significativos. Consideran el autoconcepto como un constructo importante para

explicar y predecir cómo actúa”.

Shavelson y col. (1976) distinguen 7 rasgos críticos en la definición del constructo:

• Organizado: Las personas organizarían sus experiencias en categorías a partir

de las cuales construyen las percepciones sobre sí mismo.

• Multifacético: El autoconcepto estará compuesto por diferentes dimensiones

correspondientes a esas categorías utilizadas para organizar las experiencias

personales.

• Jerárquico: las diferentes dimensiones se estructuran de forma jerárquica.

• Estable: El autoconcepto es un constructo que tiende a ser estable,

especialmente en los niveles superiores de la jerarquía, siendo las dimensiones

específicas del primer nivel menos estables.

• Evolutivo: El autoconcepto va estructurándose poco a poco, diferenciándose

progresivamente las dimensiones del mismo a medida que aumenta la edad de

los sujetos.

• Evaluativo: El autoconcepto, a parte de tener un valor descriptivo, tendrá un

carácter evaluativo; esto es, el contenido de las autopercepciones será valorado

como positivo o negativo.

• Diferenciable: El autoconcepto será un constructo diferenciable de otros con los

que está íntimamente relacionado, como el rendimiento académico.

Por tanto, creemos que el modelo teórico de Shavelson y sus desarrollos posteriores,

por sus características propias, y de acuerdo al gran número de investigaciones que han

probado las hipótesis fundamentales de éste (Marsh, Relich y Smith, 1983; Marsh y

O´Neill, 1984; Marsh, Smith y Barnes, 1983; Shavelson y Bolus, 1982; Marsh y

Shavelson, 1985; Núñez, 1992; González-Pienda y Núñez, 1992; Elespuru, 1992 a, etc),

han significado la confirmación definitiva de la relevancia del autoconcepto como una

variable fundamental para el estudio del desarrollo psicológico y del comportamiento en

general.

Como señalan Markus y Nurius (1986), dentro de la aproximación cognitiva al

estudio del autoconcepto, éste es visto como “un sistema de estructuras afectivo-

cognitivas (también llamadas teorías o esquemas) sobre el sí mismo, que da estructura y

coherencia a las experiencias auto-relevantes del individuo”.

Así pues las autopercepciones de una persona son elaboración cognitivo-afectivas

dirigidas y coordinadas por los procesos propios del autoconcepto.

De igual modo, concebimos el autoconcepto como una organización cognitivo-

afectiva de gran trascendencia en el comportamiento de los individuos, pues actúa como

filtro o mediador de la información que se recibe del medio. Nos detenemos en el

análisis de las percepciones que lo integran: Imágenes de lo que creemos ser, de lo que

deseamos ser y de lo que presentamos o queremos presentar a los demás.

Por otra parte, además, entendemos que el autoconcepto también puede

proporcionarnos información sobre una de las áreas en las que el alumno con

discapacidad visual encuentra mayores dificultades: Su desenvolvimiento académico.

El análisis del autoconcepto en el ámbito educativo despierta un gran interés por las

implicaciones practicas que tiene en este contexto, dado que es una variable

interviniente en el propio proceso de aprendizaje, y un objetivo educativo en sí mismo.

En las investigaciones actuales, alcanza gran relevancia el análisis de en qué

medida, variables como el autoconcepto, afectan a la enseñanza y por lo tanto al

rendimiento académico de los alumnos.

En nuestro trabajo contemplamos con detenimiento las relaciones entre el

autoconcepto y el rendimiento académico, los factores que pueden incidir en el

desarrollo o debilitamiento del autoconcepto académico, ofreciendo también un análisis

de los cambios desde una perspectiva evolutiva. Nuestro interés estriba, al observar la

conducta académica de nuestros escolares ciegos/ deficientes visuales, en conocer las

imbricaciones del autoconcepto con otras dimensiones del ámbito educativo,

concretamente su importante papel en el rendimiento académico.

Los hallazgos de los diversos trabajos revisados muestran que la motivación de los

estudiantes para implicarse activamente en las tareas de aprendizaje y la calidad de su

rendimiento depende, en gran medida, de las concepciones que tenga de sí mismo como

estudiantes competentes. En el día a día, observamos que el estudiante que el alumno se

halla inmerso en un proceso de percepción de su propia valía, cómo pone a prueba su

competencia y como se esfuerza por aumentarla. Y es en este proceso de percepción de

la propia valía y competencia donde el autoconcepto juega un importante papel, ya que

se haya directamente vinculado con la motivación por la realización de la tarea

(motivación intrínseca) y por lo tanto el rendimiento académico. De ahí que la

promoción del autoconcepto positivo en el aula, ha de ser contemplado en el currículo,

no solo porque este constructo es un objetivo educativo en sí mismo, sino porque

conseguir que el estudiante se sienta competente, es un requisito ineludible para que el

estudiante esté motivado para la tarea y su logro académico.

Nuestro estudio parte de la consideración del autoconcepto como una variable de

vital importancia en el desarrollo personal, que determina y es determinada por las

relaciones con los otros (padres, profesores, iguales); que está presente en el contexto

educativo; que actúa como una importante variable mediadora de la conducta; que

ejerce una gran influencia en la propia competencia del niño; y en definitiva, que debe

afectar al desarrollo escolar, al rendimiento académico. En este sentido, consideramos

de interés estudiar en que medida las dificultades observadas en la construcción del

autoconcepto del alumno con déficit visual, podrían explicar su bajo rendimiento

académico.

En base a estas consideraciones, nos planteamos los siguientes interrogantes:

• ¿Cuáles son las características estructurales del autoconcepto de los alumnos con

déficit visual y videntes?

• ¿Que diferencias hallamos en los niveles de las distintas dimensiones de

autoconcepto en función de las variables consideradas en nuestro trabajo para

los alumnos ciegos/ deficientes visuales y videntes?

• ¿Qué relaciones existen entre el autoconcepto y el rendimiento académico?

Con la realización de este trabajo de investigación, intentamos obtener un

mayor conocimiento acerca del autoconcepto y su relación con otras variables de

relevancia educativa. En este sentido probaremos hipótesis ya establecidas en la

literatura existente; intentaremos validar conocimientos ya existentes para otras

muestras y otras culturas; generar conocimientos nuevos, respecto a la población

ciega/ deficiente visual.

En definitiva, con este trabajo pretendemos obtener información acerca de:

A. Características estructurales y organizativas del autoconcepto.

B. Sus diferencias en función de variables como el sexo, edad,...

C. Su relación específica con el logro académico de los alumnos.

A su vez, este trabajo creemos que puede ofrecer aportaciones de interés al campo

teórico de la práctica educativa:

• Esperamos ofrecer información sobre las características estructurales del

autoconcepto. Pretendemos aportar evidencias empíricas sobre las hipótesis que

definen el autoconcepto como: “un constructo multidimensional y de

organización jerárquica”. De igual modo, observar la permanencia o cambios de

supuestos admitidos para la población con y sin déficit visual.

• Teniendo en cuenta que el autoconcepto influye enormemente en el

procesamiento de la información y en el tipo de conducta por la que el sujeto

opta ante una situación concreta, y puesto que el autoconcepto no funciona de

manera global sino a través de sus dimensiones específicas, consideramos

conveniente conocer qué dimensiones diferencian los alumnos a cada edad (o

curso), y cuales diferencian los alumnos con déficit visual respecto a sus iguales

sin discapacidad.

• Nuestra investigación aportará la posibilidad de disponer de un instrumento de

evaluación del autoconcepto adaptado a nuestra población ( SDQ 1 y 2),

contando con la evidencia de estudios precios que han probado que este

cuestionario resulta se una escala teóricamente coherente y estadísticamente

fiable y válida. Creemos que puede ser una aportación útil para la

Psicopedagogía.

• Un objetivo fundamental es conocer las características del autoconcepto en la

población con déficit visual, en comparación con los alumnos sin déficit, de

acuerdo a los efectos que ejercen las variables seleccionadas en nuestro estudio.

Existen grandes controversias al respecto de las características del autoconcepto

del alumno con déficit visual, ya que la mayor parte de los estudios existentes

han sido realizados con dudoso rigor metodológico, a falta de un marco teórico

de referencia y la utilización de instrumento de evaluación del autoconcepto

monofactoriales, o bien multifactoriales pero con propiedades psicométricas

poco rigurosos por falta de fiabilidad y validez.

• Es un objetivo también de este trabajo, el conocer la relación entre autoconcepto

y rendimiento académico. Al entender el autoconcepto dentro del contexto

escolar, como un objetivo educativo en sí mismo y como una variable mediadora

del rendimiento académica, consideramos de interés conocer, de cara a la

intervención psicopedagógica, que tipo de relación existe entre estas dos

variables, puesto que nos aporta información sobre las estrategias a seguir en

dicha intervención, pudiendo orientar hacia una práctica educativa más próxima

a la realidad del alumno ciego.

• Finalmente pensamos que nuestro trabajo satisface sobradamente uno de los

objetivos prioritarios de toda investigación: generar nuevos interrogantes para

que avance el conocimiento.

Estos interrogantes han dado lugar a cada uno de los tres estudios empíricos en

que estructuramos este trabajo, y que a continuación sintetizamos su metodología.

ESTUDIO I

METODOLOGÍA

Con el Estudio I, sobre las características estructurales del autoconcepto pretendemos:

1. Probar la estructura externa e interna de autoconcepto de acuerdo al modelo de

original de Shavelson y col. (1976).

2. Comprobar la adecuación de este modelo original a las características

estructurales del autoconcepto de los alumnos de nuestro ámbito educativo.

3. Realizar las adaptaciones de los cuestionarios SDQ- 1 y 2 de Marsh y col. de

acuerdo a las características lingüísticas y socioculturales de nuestros alumnos,

así como aquellas adaptaciones de formato y acceso necesarias para los alumnos

ciegos/ deficientes visuales.

4. Verificar las propiedades psicométricas en cuanto a fiabilidad y validez de

nuestros cuestionarios adaptados.

En base a ello hemos formulado una serie de objetivos específicos con la intención

de analizar la validez de constructo y predictiva de nuestros cuestionarios adaptados.

Para la formulación de dichos objetivos específicos, dividimos este estudio en dos

bloques.

El primer bloque hace referencia a las características estructurales del

autoconcepto. Desde el modelo teórico de Shavelson y col. (1976) el autoconcepto ha

sido considerado como un constructo con una serie de características estructurales

(multidimensionalidad, estructura jerárquica, diferenciación de las facetas con la

edad,...) que han sido probadas en multitud de estudios (Shavelson y Bolus, 1982;

Marsh, Parker y Barnes, 1985; Marsh y Shavelson, 1985; Núñez, 1992).

Pretendemos verificar estos rasgos atribuidos al autoconcepto, en la población de

nuestro ámbito educativo con y sin deficiencia visual.

Objetivos específicos (BLOQUE I).

Objetivo 1.1 Determinar si el autoconcepto es unidimensional o multidimensional,

estudiando su estructura factorial e indagando sobre la correspondencia con el modelo

teórico de referencia.

Objetivo 1.2 Determinar si la estructura del autoconcepto está jerárquicamente

organizada.

Objetivo 1.3 Estudiar los cambios en la estructura del autoconcepto en función de la

edad.

Objetivo 1.4 Estudiar las diferencias en la estructura del autoconcepto en función del

sexo.

Objetivo 1.5 Estudiar las diferencias en la estructura del autoconcepto en función del

variable “zona de residencia”.

Objetivo 1.6 Comprobar que el autoconcepto es un constructo diferenciable de otros

como el rendimiento académico.

El segundo bloque se refiere a la adaptación de los SDQ-1 y 2 según las

características de la población considerada. Pretendemos hacer un análisis de la

propiedades psicométricas (fiabilidad y validad predictiva) de las adaptaciones

realizadas de los SDQ-1 y 2 con la intención de garantizar que contamos con

instrumentos al menos tan válidos y fiables como los originales de Marsh y

colaboradores.

Los objetivos específicos (BLOQUE II )

Objetivo 1.7 Adaptación del SDQ-1 y 2 según las características lingüísticas y

socioculturales de la población considerada, realizando las adaptaciones de formato y

acceso requeridas para la población ciega / deficiente visual.

Objetivo 1.8 Análisis de la validez predictiva de los SDQ-1 y 2.

Objetivo 1.9 Analizar la fiabilidad de los SDQ –1 y 2.

Objetivo 1.10 Baremación de los cuestionarios.

Para dar cuenta de estos objetivos hemos enunciados ocho HIPÓTESIS de trabajo

partiendo del modelo original de Shavelson y col. (1976) y tomando como referencia

los trabajos de Shavelson y Bolus (1982), Marsh y col. (1983,1984 y 1985), Shavelson

y Marsh (1985), Marsh (1990 b) y González-Pienda y Núñez (1992, 1994), con la

intención de verificar la validez de constructo y predictiva de nuestros cuestionarios

adaptados.

Las hipótesis han sido enunciadas para los dos bloques considerados.

En el Primer bloque, respecto a las características estructurales del autoconcepto,

con las 6 hipótesis establecidas pretendemos verificar la validez de constructo del

autoconcepto de acuerdo a nuestro modelo teórico de referencia (Shavelson y col.

1976), medido por los SDQ.

Hipótesis 1.1 Basándonos en diversos estudios (Shavelson y Bolus, 1982;

Marsh, Parker y Barnes, 1985; Marsh y Shavelson, 1985; entre otros) esperamos

comprobar que el autoconcepto de los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato,

tanto ciegos /deficientes visuales como videntes, tendrá una estructura

multidimensional.

Esperamos observar, al aplicar un análisis factorial, que los ítems diseñados para medir

cada una de las dimensiones de autoconcepto (8 dimensiones en el SDQ-1 y SDQ-2)

saturan específicamente en sus dimensiones correspondientes más que en otras.

Hipótesis 1.2 El autoconcepto de los alumnos de primaria, secundaria y

bachillerato, tanto ciegos /deficientes visuales como con videntes, estará organizado

jerárquicamente.

Tal y como propusieron Shavelson y col. (1976) y verificaron muchos autores

(Shavelson y Bolus, 1982; Elespuru, 1992ª; Núñez 1992) esperamos comprobar que el

autoconcepto está jerárquicamente organizado; esto es, que las dimensiones específicas

de autoconcepto correspondientes al primer nivel de la jerarquía están relacionadas

entré sí de forma que se observen dimensiones de autoconcepto en un orden superior.

Esperamos encontrar una estructura similar a la propuesto en el modelo de autoconcepto

de Shavelson y col. (1976) (establece la existencia de dos factores de segundo orden; o

bien, la estructura hallada por Marsh y Shavelson (1985) en su revisión del modelo

original (tres factores de segundo orden).

Hipótesis 1.3 Basándonos en estudios como los de Marsh, Barnes, Cairns y

Tidman, (1983); Marsh y col. (1984); Marsh y Shavelson, (1985); Marsh y Hocevar

(1985); González-Pienda y Núñez, (1992), esperamos que se observe que la estructura

del autoconcepto a nivel de sus dimensiones específicas no cambiará con la edad, si

bien se observará una progresiva estructuración y diferenciación de las dimensiones a

medida que aumente la edad de los sujetos.

La estructura del autoconcepto es de carácter evolutivo y se va desarrollando a lo largo

del tiempo .Esperamos comprobar que en general las dimensiones halladas serán las

mismas para todas las edades. Observaremos diferencias en las soluciones factoriales de

los alumnos en función de la edad, existiendo una menor diferenciación en los alumnos

mas pequeños y mayor en los cursos superiores.

Hipótesis 1.4 Siguiendo los trabajos de Marsh y colaboradores (1984, 1985)

creemos que no se encontrarán diferencias en la estructura del autoconcepto en función

del sexo en cuanto al número y naturaleza de dimensiones específicas ni en la estructura

jerárquica; es decir, pretendemos comprobar que en las muestras de chicos y chicas se

encontrarán las mismas dimensiones de autoconcepto, y patrones de relación entre las

dimensiones que establezcan una misma estructura de orden superior.

Hipótesis 1.5 No se encontrarán diferencias en la estructura del autoconcepto

entre la población de alumnos de zonas rurales y zonas urbanas ni en el número y

naturaleza de dimensiones específicas ni en la estructura jerárquica.

A pesar de no contar con evidencia empírica al respecto, suponemos que la variable

zona de residencia no tendrá el peso suficiente como para determinar que la estructura

del autoconcepto sea diferente para los alumnos de zonas rurales y zonas urbanas.

Hipótesis 1.6 El autoconcepto es un constructo diferenciable del rendimiento

académico. Esta diferenciación fue establecida por Shavelson y col. (1976),. El estudio

de la estructura externa del autoconcepto requiere ver el vínculo y diferenciación de este

constructo con otros cercanos como el rendimiento académico. Para verificar la validez

del constructo se hace necesario comprobar tanto la cercanía entre principalmente

autoconcepto académico y rendimiento académico, así como la diferenciación entre las

medidas de autoconcepto académico y rendimiento académico.

Tomamos como referencia los trabajos de González-Pienda y Núñez, 1992; Núñez,

1992; en los que se pone de manifiesto que el autoconcepto es un constructo con entidad

propia y diferenciable de otros con él vinculados.

En el Segundo Bloque, sobre la adaptación del SDQ-1 y SDQ-2, se han

propuesto dos hipótesis referidas al objetivo 1.8 sobre el estudio de la validez predictiva

de dichos cuestionarios. Para el estudio de la validez predictiva se analizará, en primer

lugar, la pauta de correlaciones entre las dimensiones de autoconcepto y las

puntuaciones de autoconcepto inferido por sus profesores en estas mismas dimensiones;

y en segundo lugar, se analizará la correlación entre las dimensiones de autoconcepto y

los indicadores de rendimiento académico. Apoyándonos en los resultados de Marsh,

Parker y Smith (1983), proponemos las siguientes hipótesis de trabajo:

Hipótesis 1.7 La correlación entre las dimensiones académicas de autoconcepto

y el rendimiento académico será mayor que la correlación entre las dimensiones no

académicas de autoconcepto y el rendimiento; además, la correlación entre el

autoconcepto académico en una asignatura y el rendimiento en dicha asignatura será

mayor que la correlación entre este autoconcepto académico y el rendimiento en otra

asignatura.

Hipótesis 1.8 Habrá correlación entre las autopercepciones de los alumnos y la

estimación del autoconcepto por parte del profesor, siendo mayor la correlación entre

las estimaciones de alumnos y profesores referidas a las mismas dimensiones de

autoconcepto.

MUESTRA

Hemos considerado las muestras globales de alumnos ciegos/ deficientes

visuales, las muestras globales de alumnos videntes y las submuestras de alumnos

videntes en función de la edad, sexo y zona de residencia ( que por limitaciones en el

tamaño muestral no se han podido considerar en la población de ciegos/ deficientes

visuales). En todos los casos se han considerado las muestras de alumnos que

respondieron al SDQ-1 y 2 adaptados.

Para la comprobación de las hipótesis, en el estudio I, todos los análisis

(factoriales, correlacionales y de fiabilidad) se realizarán de forma independiente para la

muestra 1 y la muestra 2. La muestra 1 esta formada por los alumnos ciegos /deficientes

visuales y videntes que respondieron al SDQ-1 ( alumnos de 2º primaria a lº de ESO).

La muestra 2 la forman los alumnos ciegos /deficientes visuales que respondieron al

SDQ-2 (alumnos de 2º de ESO a 2º de bachillerato).

Los análisis se realizarán separadamente para el total de alumnos ciegos

/deficientes visuales, el total de alumnos videntes, y dentro de la muestra de alumnos

videntes, para cada uno de los cursos, por sexos y por zona de residencia.

En este estudio I, dentro de la muestra de alumnos videntes serán aplicados los

análisis separadamente en función del sexo, la edad y la zona de residencia, dentro de la

muestra de alumnos ciegos / deficientes visuales no se ha distinguido por edades, sexo,

zona de residencia, grado de deficiencia visual, etc, puesto que el tamaño muestral ( 107

alumnos ciegos/ deficientes visuales dentro de la muestra 1 y 154 dentro de la muestra

2) no era suficiente para aplicar las técnicas de análisis de datos. De este modo las

muestras de ciegos/ deficientes visuales en el Estudio I se considerarán de forma global.

Tabla nº 1. Muestra 1 (Estudio I)

MUESTRAS N

Total de alumnos ciegos/ deficientes

visuales

107

Total de alumnos videntes 1426

Alumnos de 2º primaria (videntes) 211

Alumnos de 3º primaria (videntes) 256

Alumnos de 4º primaria (videntes) 313

Alumnos de 5º primaria (videntes) 230

Alumnos de 6º primaria (videntes) 237

Alumnos de 1º ESO (videntes) 179

Alumnos Varones (videntes) 748

Alumnas Mujeres (videntes) 677

Alumnos residentes en zonas rurales

(videntes)

1009

Alumnos residentes en zonas

urbanas (videntes)

417

Tabla nº 2. Muestra 2 (Estudio I)

MUESTRAS N

Total de alumnos ciegos/deficientes

visuales

154

Total de alumnos videntes 1248

Alumnos de 2º de ESO (videntes) 224

Alumnos de 3º de ESO (videntes) 190

Alumnos de 4º de ESO (videntes) 263

Alumnos de 1º de Bachillerato

(videntes)

303

Alumnos de 2º de Bachillerato

(videntes)

268

Alumnos Varones (videntes) 541

Alumnas Mujeres (videntes) 705

Alumnos residentes en zonas rurales

(videntes)

526

Alumnos residentes en zonas urbanas

(videntes)

722

VARIABLES E INSTRUMENTOS

Para la verificación de las distintas hipótesis del estudio I consideraremos las

siguientes variables: autoconcepto, autoconcepto inferido por el profesor, rendimiento

académico, edad, sexo, zona de residencia y presencia o no de déficit visual.

El autoconcepto será evaluado utilizando las adaptaciones realizadas del SDQ-1

y SDQ-2.

El rendimiento académico se estimará a partir de las calificaciones escolares y,

en el caso de los alumnos de primaria, a través de una escala de habilidad académica

proporcionada por los profesores. La información académica se resumirá en tres

indicadores de rendimiento académica: Rendimiento en Lengua, Rendimiento en

Matemáticas y Rendimiento Global.

El autoconcepto inferido será evaluado mediante una escala suministrada a los

profesores en la que se puntúa a cada alumno en todas las dimensiones de autoconcepto

que aparecen en los SDQ-1 y 2.

Las variables consideradas para las distintas hipótesis son: Hipótesis de 1-5,

autoconcepto; hipótesis 6 y 7 : autoconcepto y rendimiento académico; hipótesis 8:

autoconcepto y autoconcepto inferido.

En función de las variables (Deficiencia visual , sexo, edad y zona de residencia)

se considerarán los criterios de selección de las diferentes submuestras, ya que se

realizarán los análisis de forma independiente para las muestras de alumnos deficientes

visuales y videntes, y dentro de los alumnos videntes, para chicos y chicas, para cada

uno de los cursos y para los alumnos residentes en zonas rurales y zonas urbanas.

PROCEDIMIENTOS

Se han aplicado análisis confirmatorios y exploratorios, o ambos a la vez en

función de las hipótesis enunciadas (1-6); análisis de las correlaciones entre las

dimensiones de autoconcepto, los indicadores de rendimiento y las estimaciones de los

profesores para la verificación de las hipótesis 7 y 8; y se ha calculado el coeficiente de

consistencia interna (Alfa de Crombach) para probar la fiabilidad, finalmente para la

baremación de los cuestionarios se han realizado análisis estadísticos descriptivos de

tendencia central, media, mediana, asimetría, desviación típica y percentiles.

Se trata de exponer los procedimientos que se llevarán a cabo para la verificación de

cada una de las hipótesis del Estudio I.

En primer lugar, respecto a la multidimensionalidad del autoconcepto (hipótesis

1.1), se recurrirá al análisis factorial exploratorio de las respuestas de los SDQ.

Siguiendo los criterios de Marsh (1990b), las especificaciones para el análisis factorial

son: Método de Extracción Ejes principales, Rotación oblicua al criterio Oblimin (Delta

= -1).

Para demostrar la multidimensionalidad del autoconcepto, ha de comprobarse

que al aplicar el análisis factorial exploratorio los ítems que componen los SDQ-1 y

SDQ-2 se agrupen respectivamente en los 8 y 11 factores que han de corresponderse

con cada una de las dimensiones específicas que evalúan estos dos instrumentos.

Estos análisis se llevarán a cabo con las muestras totales de alumnos ciegos/

deficientes visuales y alumnos videntes.

En segundo lugar, para el estudio de la estructura jerárquica del autoconcepto

(hipótesis 1.2), se llevará a cabo un análisis factorial de segundo orden con las

puntuaciones obtenidas por los alumnos en las distintas dimensiones de autoconcepto

(tanto exploratorio como confirmatorio). Este análisis nos dirá cómo se organizan estas

dimensiones específicas entre sí y si existen o no dimensiones de segundo orden que las

agrupan. Como en el caso anterior, se realizarán análisis factoriales para la muestras

totales de alumnos ciegos/ deficientes visuales y alumnos videntes.

En tercer lugar, para las hipótesis 1.3, 1.4 y 1.5, de cara al estudio de las

diferencias en la estructura del autoconcepto en función de la edad, el sexo y la zona de

residencia respectivamente, se hará un análisis de las soluciones factoriales obtenidas en

las distintas submuestras de alumnos videntes (la muestra total de alumnos deficientes

visuales no era suficientemente amplia para hacer análisis factoriales independientes en

función de estas variables). Así, se compararán los resultados de los alumnos videntes

de los distintos cursos, entre los alumnos videntes varones y mujeres, y finalmente,

entre alumnos videntes de zonas rurales y urbanas. En cada comparación se analizará si

hay diferencias respecto al número de factores extraídos en los análisis factoriales

exploratorios realizados; igualmente, se analizará si hay diferencias respecto al grado de

asociación entre dichos factores.

En cuarto lugar, de cara al estudio de la diferenciación entre autoconcepto y

rendimiento académico (hipótesis 1.6) se aplicará un nuevo análisis factorial, en este

caso tomando como variables de medida las puntuaciones obtenidas en las tres

dimensiones académicas de autoconcepto y los tres indicadores de rendimiento

académico. Para comprobar que autoconcepto y rendimiento son diferenciables, debe

suceder que, a pesar de la cercanía lógica que hay entre las dimensiones académicas y

los rendimientos académicos, éstos se agrupen por separado formando dos factores

diferentes. Esto es, se espera que los resultados del análisis factorial muestren que las

dimensiones académicas de autoconcepto se agrupan en un factor y que los tres

indicadores de rendimiento utilizados se agrupan en otro factor distinto. Para verificar

los resultados en este sentido se aplicará también un análisis factorial confirmatorio.

En quinto lugar, para las hipótesis 1.7 y 1.8 referidas al estudio de la validez

predictiva de los SDQ, se estudiarán las pautas de correlación existentes entre las

dimensiones de autoconcepto y los indicadores de rendimiento académico (hipótesis

1.7) y entre las dimensiones de autoconcepto de los SDQ y las estimaciones hechas por

los profesores en estas mismas dimensiones (hipótesis 1.8). Con ello podremos

establecer la capacidad que tienen los SDQ para predecir las puntuaciones en los

autoconceptos inferidos por los profesores, y a su vez el nivel de rendimiento

académico.

Para el estudio de la fiabilidad de los SDQ-1 y 2 se calcularán los coeficientes de

consistencia interna (alpha de Crombach) para todas las subescalas de los cuestionarios

y para los dos cuestionarios totales. Del mismo modo, se calcularán estos índices de

forma independiente para cada una de las submuestras consideradas.

Finalmente, también se harán análisis descriptivos de cara a la baremación, en

los que se podrán ver los estadísticos descriptivos y de tendencia central (media,

mediana, desviación típica, asimetría, percentiles) para cada muestra establecida en

función de las variables consideradas (para ciegos y videntes, y dentro de la muestra de

videntes por cursos, sexo y zona de residencia)

ESTUDIO II

ESTUDIO DE LAS DIFERENCIAS EN EL NIVEL DE AUTOCONCEPTO EN

TODAS SUS DIMENSIONES EN FUNCIÓN DE LAS DISTINTAS VARIABLES

CONSIDERADAS.

El objetivo general del Estudio II es indagar acerca de las posibles diferencias

en las puntuaciones de autoconcepto en función de las variables que hemos considerado

en este trabajo. Con esta finalidad se han realizado comparaciones de las medias en las

distintas dimensiones de autoconcepto entre las submuestras consideradas a través de

diferentes análisis de varianza.

En total, tanto para los datos del SDQ-1 como del SDQ-2, se han realizado

cuatro contrastes en los que se ha estudiado el efecto de distintas variables: para la

muestra de alumnos videntes, la muestra de ciegos y deficientes visuales, la muestra de

alumnos ciegos y deficientes visuales escolarizados en centros ordinarios y también

para la muestra total.

En este sentido, se han formulado cuatro objetivos específicos que se

corresponden con dichos contrastes:

Objetivo 2.1. Estudiar las diferencias en las distintas dimensiones del autoconcepto en

función de las variables Sexo, Edad, y Zona de Residencia en la muestra de alumnos

videntes.

Objetivo 2.2 Estudiar las diferencias en las distintas dimensiones del autoconcepto en

los alumnos ciegos / deficientes visuales en función de las variables: modalidad de

escolarización, grado de deficiencia visual, Sexo, Edad y Zona de Residencia.

Objetivo 2.3 Estudiar las diferencias en las distintas dimensiones del autoconcepto en

los alumnos ciegos / deficientes visuales escolarizados en centros ordinarios en función

de la variable “tipo de apoyo educativo”.

Objetivo 2.4 Estudiar las diferencias en las distintas dimensiones del autoconcepto

entre los alumnos ciegos / deficientes visuales y alumnos videntes.

Hipótesis

Se han clasificado las hipótesis del Estudio II en cuatro grupos, para cada

uno de los contrastes:

A) Hipótesis acerca de la influencia de la Edad, el Sexo y la Zona de Residencia en

la muestra de alumnos videntes:

Hipótesis 2.1: de acuerdo a la hipótesis de los estereotipos sexuales (Byrne y

Shavelson, 1986; Marsh 1990b) y apoyándonos en los resultados de numerosos estudios

(Marsh, Byrne y Shavelson, 1988; Marsh, Relich y Smith, 1983; Stevenson y Newman,

1986; Meece et al, 1982; Fleming y Courtney , 1984; Cornell et al., 1990; Núñez, 1992)

postulamos que existirán diferencias significativas en las dimensiones del autoconcepto

de los alumnos videntes en función de la variable Sexo, a favor de los alumnos varones

en las dimensiones matemática y física, y favor de las alumnas en la dimensión verbal.

Hipótesis 2.2: Existirán diferencias significativas en las distintas dimensiones del

autoconcepto de los alumnos videntes en función de la variable Edad, confirmando que

se produce un descenso progresivo en los niveles de autoconcepto con el paso de los

años. De acuerdo a los resultados de Marsh et al. (1984), Marsh (1989) o Núñez (1992)

pensamos que las dimensiones de autoconcepto son afectadas significativamente por la

edad en el sentido de que se observaría un declive progresivo en el nivel de

autoconcepto; por este motivo, esperamos comprobar que, en general, se dan mayores

puntuaciones en las dimensiones de autoconcepto en los primeros cursos, que en los

cursos más altos.

Hipótesis 2.3: Existirán diferencias significativas en las distintas dimensiones

del autoconcepto de los alumnos videntes en función de la variable Zona de Residencia,

a favor de los alumnos residentes en zona urbana.

A pesar de no contar con evidencia empírica que respalde de esta hipótesis, dadas las

diferencias que se pueden observar entre el entorno rural y urbano a nivel educativo,

socioeconómico y cultural, pensamos que pueden producirse diferencias significativas

en el nivel autoconcepto, al menos en algunas dimensiones específicas, a favor de los

alumnos videntes residentes en medios urbanos.

B) Hipótesis a cerca de la influencia del grado de deficiencia visual, la

modalidad de escolarización, la Edad, el Sexo y la Zona de Residencia en la muestra de

alumnos con déficit visual:

Hipótesis 2.4: Existirán diferencias significativas en las distintas dimensiones

del autoconcepto entre los alumnos ciegos y deficientes visuales escolarizados en

centros ordinarios y aquellos que estén en centros específicos, a favor de los

últimos.

La literatura sobre el tema no refleja resultados claros respecto al peso de la

variable modalidad de escolarización (integración Vs. Centro específico) sobre el

autoconcepto de los alumnos con déficit visual. Algunos autores (Meighan, 1971;

Head ,1979; Coker, 1979) mostraron que no habría diferencias significativas y

otros (McGuiness, 1970; Díaz-Aguado et al., 1994) encontraron dichas diferencias

a favor de los alumnos de integración. Pensamos que , pese a los elementos

positivos de la integración- que nadie pone en duda- en centros ordinarios, aún

hasta el momento presente, es más probable que el centro específico provea al

alumno ciego de un entorno más positivo a partir del cual construir su

autoconcepto, debido a que cuenta con un grupo de iguales con los que

identificarse, un conjunto de profesionales especializados en la atención de

alumnos con déficit visual, objetivos específicos, formación y actividades

específicas, medios,... Por ello, esperamos encontrar mayores niveles de

autoconcepto, al menos en algunas dimensiones, en los alumnos de estos centros

específicos.

Hipótesis 2.5: Existirán diferencias significativas en las distintas dimensiones

del autoconcepto de los alumnos/as con ceguera y deficiencia visual en función del

grado de deficiencia visual a favor de aquellos alumnos con menor grado de

discapacidad.

Debido a que el grado de deficiencia visual con el que cuente el alumno con

déficit condiciona enormemente su actividad escolar y social, y ya que ello debe afectar

a las diferentes áreas en las que el sujeto se percibe a sí mismo, creemos que podrían

darse diferencias en algunas de las dimensiones específicas de autoconcepto a favor de

los alumnos con menor grado de déficit visual.

Por las mismas razones que se esperan diferencias significativas en algunas

dimensiones del autoconcepto en función de la Edad, el Sexo y la Zona de

Residencia para los alumnos videntes, ahora, en cuanto a los alumnos con déficit

visual, proponemos igualmente las siguientes hipótesis :

Hipótesis 2.6: Existirán diferencias significativas en las distintas dimensiones

de autoconcepto de los alumnos ciegos y deficientes visuales en función de la variable

Sexo, a favor de los alumnos varones en las dimensiones matemática y física, y a favor

de las alumnas en la dimensión verbal.

Hipótesis 2.7: Existirán diferencias significativas en las distintas dimensiones

de autoconcepto de los alumnos ciegos y deficientes visuales en función de la variable

Edad, confirmando que se produce un descenso progresivo en los niveles de

autoconcepto con el paso de los años.

Hipótesis 2.8: Existirán diferencias significativas en las distintas dimensiones

de autoconcepto de los alumnos ciegos y deficientes visuales en función de la variable

Zona de Residencia, a favor de los alumnos residentes en zona urbana.

C) Hipótesis acerca de la influencia del tipo de apoyo educativo en la muestra de

alumnos ciegos o deficientes visuales escolarizados en centros ordinarios

Hipótesis 2.9: Como se comentó en el tema 9, creemos que el tipo de apoyo educativo

que reciba el alumno con déficit visual en integración (apoyo directo vs. seguimiento)

no tendrá suficiente peso como para producir efectos diferentes en las dimensiones de

autoconcepto en los alumnos que reciban un tipo u otro de apoyo. En este sentido,

García Gómez (1997), no encontró diferencias significativas en los niveles de

autoconcepto entre grupos de alumnos con NEE con diferentes modalidades de apoyo

educativo en un grupo. Por todo ello, proponemos que no existirán diferencias

significativas en las distintas dimensiones de autoconcepto de los alumnos con ceguera

y deficiencia visual escolarizados en centros ordinarios en función del tipo de apoyo

educativo.

D) Hipótesis a cerca de la influencia de la presencia o no de deficiencia visual en

la muestra total de alumnos.

Hipótesis 2.10 Existirán diferencias significativas en las distintas dimensiones del

autoconcepto de los alumnos con ceguera / deficiencia visual y aquellos con visión

normal, a favor de los alumnos videntes.

Basándonos en los resultados de Meighan (1971), Beaty (1991), Díaz-Aguado et al

(1994) o López y col. (2000), y en la observación de la realidad de las condiciones

educativas, personales y sociales del alumno con déficit visual en comparación con las

de los alumnos videntes, esperamos encontrar que éstos últimos tendrán un

autoconcepto significativamente más alto que los alumnos con déficit visual.

Muestra

Se han considerado muestras globales de alumnos ciegos/ deficientes visuales,

muestras globales de alumnos videntes, muestras globales de alumnos ciegos/

deficientes visuales escolarizados en centros ordinarios y muestras totales de ciegos/

deficientes visuales y videntes, y en todos los casos las muestras que respondieron al

SDQ-1 y 2 adaptados.

En el siguiente cuadro se resume el contenido de dichas muestras.

Tabla nº3. Muestras 1 y 2 (Estudio II)

Tabla nº4. Muestra de alumnos ciegos / deficientes visuales y videntes por cursos.

CURSOALUMNOS

VIDENTES

ALUMNOS DEFICIENTES

VISUALESTOTAL

2º primaria 211 13 2243º primaria 256 7 2634º primaria 313 11 324

5º primaria 230 19 249

6º primaria 237 20 257

1º ESO 179 37 216

MUESTRA

1

Total Muestra

1

1426 107 1533

2º ESO 224 59 283

3º ESO 190 39 229

4º ESO 263 25 288

Bachillerato

303 16 319

Bachillerato

268 15 283

MUESTRA

2

Total Muestra

2

1248 154 1402

MUESTRA TOTAL 2674 261 2935

Submuestra N

Videntes 1425

Ciegos / deficientes visuales 107

Ciegos / deficientes visuales Integrados en

centro Ordinarios55

Muestra 1

(SDQ-1)

Muestra Total 1532

Videntes 1246

Ciegos / deficientes visuales 154

Ciegos / deficientes visuales Integrados en

centro Ordinarios76

Muestra 2

(SDQ-2)

Muestra Total 1400

Tabla nº 5. Muestra de alumnos ciegos / deficientes visuales y videntes según sexo.

Alumnos Deficientes Visuales Alumnos Videntes

SexoMuestra 1 Muestra 2

Total

(%)Muestra 1 Muestra 2

Total

(%)

TOTAL

(%)

Hombre69 82 151

(57.85)

748 541 1289

(48.16)

1440

(49.11)

Mujer38 72 110

(42.15)

677 705 1382

(51.74)

1492

(50.89)

Tabla nº6 . Muestra de alumnos ciegos / deficientes visuales y videntes según zona de

residencia.

Alumnos Deficientes

VisualesAlumnos Videntes

Zona de

Residencia Muestra

1

Muestra

2

Total

(%)

Muestra

1

Muestra

2

Total

(%)

TOTAL

(%)

Rural42 34 76

(29.11%)

1009 526 1535

(57,40%)

1611

(54.89%)

Urbana65 120 185

(70.88%)

417 722 1139

(42,60%)

1324

(45.11%)

Tabla nº 7. Muestra de alumnos ciegos / deficientes según el grado de deficiencia visual.

TOTALGrado Deficiencia Visual

MUESTRA

1

MUESTRA

2 n %

Deficiencia Visual Moderada 65 83 148 56.70%

Deficiencia Visual Severa 22 36 58 22.22%

Ceguera Parcial 6 11 17 6.52%

Ceguera Total 14 24 38 14.56%

Total 107 154 261 100%

Tabla nº8. Muestra de alumnos ciegos / deficientes según la modalidad de

escolarización.

TOTALModalidad Escolarización

MUESTRA

1

MUESTRA

2 n %

Integración Centro Ordinario 55 76 131 50.19%

Centro Específico 52 78 130 49.81%

Total 107 154 261 100%

Tabla nº 9. Muestra de alumnos ciegos / deficientes visuales integrados en centros

ordinarios según el tipo de apoyo educativo.

TOTALTipo de Apoyo

Educativo (Alumnos de

Integración)

MUESTRA

1

MUESTRA

2 n %

Seguimiento 21 54 75 57.25%

Apoyo Directo 34 22 56 42.75%

Total 55 76 131 100%

Variables e Instrumentos

En este estudio, la variable dependiente es el autoconcepto; sin embargo, dado

que estudiamos el autoconcepto multidimensionalmente, contamos con distintas

variables dependientes referidas a cada una de las dimensiones de autoconcepto

evaluadas por el SDQ-1 y el SDQ-2.

En este sentido, las variables independientes o factores, sobre los que se indaga si

afectan o no a las mencionadas variables dependientes son varias, cada una de las cuales

cuenta con distintos valores:

- SEXO: hombre / mujer

- EDAD: 2º / 3º / 4º/ 5º/ 6º primaria /1º ESO (Muestra 1)

2ºES0 / 3ºES0 / 4ºES0 / 1º Bachillerato /2º Bachillerato(Muestra 2)

- ZONA DE RESIDENCIA: Zona Rural / Zona Urbana

- GRADO DE DEFICIENCIA VISUAL: Deficiencia Visual Moderada/ Deficiencia

Visual Severa / Ceguera Parcial / Ceguera Total

- MODALIDAD DE ESCOLARIZACIÓN: Integración / Centro Específico

- TIPO DE APOYO EDUCATIVO: Apoyo Directo / Seguimiento

- DEFICIENCIA VISUAL: Deficiente Visual / Vidente

Procedimientos de análisis de datos

Para estudiar los efectos de las mencionadas variables independientes sobre los

niveles de autoconcepto en todas sus dimensiones, se ha recurrido al Análisis de

Varianza (ANOVA).

Esta técnica, nos permitirá conocer si son estadísticamente significativas las

diferencias observadas en las puntuaciones de autoconcepto entre chicos y chicas, entre

los alumnos de zona rural y urbana, entre los alumnos de distintos cursos, entre los

alumnos videntes y deficientes visuales, y dentro de estos últimos, entre los alumnos con

distinto grado de deficiencia visual, con modalidades de escolarización y tipo de apoyo

diferentes. Así mismo, podremos saber si los efectos de la interacción entre estas

variables (Sexo y curso, tipo de apoyo y Sexo, etc) son significativos o no.

Como se ha dicho, en este estudio se realizarán cuatro contrastes (ANOVA) para

la muestra 1 y otros cuatro para la muestra 2. Para ambas muestras los contrastes a

realizar son los siguientes:

ANOVA para ver los efectos del Sexo, Edad y Zona de Residencia sobre las

dimensiones de autoconcepto en la muestra de alumnos videntes.

ANOVA para ver los efectos del grado de deficiencia visual, tipo de

escolarización, Sexo, Edad y Zona de Residencia sobre las dimensiones de

autoconcepto en la muestra de alumnos ciegos / deficientes visuales.

ANOVA para ver los efectos del tipo de apoyo educativo sobre las dimensiones

de autoconcepto en la muestra de alumnos ciegos / deficientes visuales integrados

en centros de enseñanza ordinarios.

ANOVA para ver los efectos de la presencia o no de deficiencia visual sobre las

dimensiones de autoconcepto en la muestra total.

ESTUDIO III

ESTUDIO DE LAS RELACIONES ESPECÍFICAS ENTRE

AUTOCONCEPTO Y RENDIMIENTO ACADÉMICO.

En este estudio partimos de la consideración de que el autoconcepto es un

constructo responsable del desenvolvimiento académico de los alumnos, que está

presente en el contexto educativo y que ejerce gran influencia sobre el sentimiento de

competencia y valía del alumno. De igual modo, consideramos que el autoconcepto está

determinado por la influencia de las relaciones con los otros significativos entre los

cuales los profesores alcanzan un papel relevante. En base a ello hemos formulado dos

objetivos específicos:

En el Estudio I pudimos comprobar que el autoconcepto es un constructo

estrechamente vinculado al rendimiento, que contiene además facetas o dimensiones

que tienen que ver directamente con los contenidos académicos, y por tanto parece que

el autoconcepto ha de tener un papel muy relevante en el desempeño académico de los

alumnos. La mayoría de definiciones sobre el autoconcepto ponen en relación a este

constructo con el rendimiento académico. Así mismo, la mejora del autoconcepto de los

estudiantes parece ser valorado como un resultado educativo positivo por sí mismo,

especialmente en el diseño de programas para discapacitados (Shavelson et al., 1976).

Dado este vínculo tan estrecho, creemos necesario estudiar la relación específica entre

autoconcepto y el rendimiento académico dentro de nuestro entorno educativo y con

alumnos ciegos y deficientes visuales; especialmente si tenemos en cuenta que los

estudios que se pueden encontrar sobre el tema no arrojan un resultado claro respecto a

la dirección de la relación causal entre estas dos variables (Byrne, 1986; Shavelson y

Bolus, 1982; Marsh, 1990f; Bachman y O’Malley, 1986; Skaalvik y Hagtvet, 1990;

Newman, 1984). Sin duda, el conocimiento acerca de la relación entre el autoconcepto y

el rendimiento es necesario para plantear intervenciones de cara a la mejora del

autoconcepto en el entorno educativo.

Creemos que otra variable fundamental dentro del medio escolar es la

percepción que tiene el profesor acerca del alumno, y más específicamente la

percepción respecto al autoconcepto del mismo. Estimamos que dichas percepciones

van a generar expectativas y en consecuencia actitudes que condicionen tanto el

autoconcepto como el rendimiento de sus alumnos. Como indicaron los autores del

interaccionismo simbólico (Cooley, Mead, Kinch), y de acuerdo a las concepciones más

actuales de autoconcepto, esta variable está altamente determinada por las percepciones

de los demás sobre nosotros mismos, y sin duda los profesores son unos de los “otros

significativos” más influyentes a ciertas edades.

Nuestra intención es aportar datos acerca de cómo se relacionan el autoconcepto

de los alumnos, el rendimiento y las percepciones del profesor sobre éstos, tanto en la

población de alumnos con déficit visual como vidente. Se llevará a cabo esta propuesta

a través de un análisis de estructuras de covarianza, técnica que permite proponer un

modelo teórico en el que se especifican las relaciones entre las variables que lo forman

y comprobar su ajuste a los datos de los que se dispone. Ello nos posibilitará conocer

mejor las circunstancias que se dan en el contexto escolar; contexto de gran

importancia en el desarrollo integral del niño.

Por tanto, dentro del tercer objetivo del presente trabajo relativo al estudio de las

relaciones entre autoconcepto y rendimiento, podemos incluir dos objetivos más

específicos:

Objetivo 3.1. Estudiar las relaciones específicas existentes entre autoconcepto y

rendimiento académico, tanto en la población con déficit visual como vidente.

Objetivo 3.2. Estudiar las relaciones entre las percepciones del profesor acerca

del alumno y el autoconcepto y rendimiento de este, tanto en la población con déficit

visual como vidente.

Hipótesis

En base a estos objetivos se han enunciado 3 hipótesis de trabajo tomando como

referencia los estudios de Shavelson y Bolus (1982) y Marsh (1990f) y González-Pienda

y Núñez (1992).

Los estudios de Byrne (1986) quien no encuentra una relación clara entre

autoconcepto y rendimiento, concluyendo que la relación es recíproca; Shavelson y

Bolus (1982) y Marsh (1990f), hallaron que el autoconcepto es causa del rendimiento y

no al contrario; finalmente, Newman (1984), Bachman y O’Malley (1986) y Skaalvik y

Hagtvet (1990) encontraron que el rendimiento es causalmente predominante sobre el

autoconcepto.

En nuestro caso atendemos a las investigaciones de Shavelson y Bolus (1982) y

especialmente, por ser metodológicamente más rigurosa, la de Marsh (1990f) como base

a partir de la cual consideramos que el autoconcepto determinará causalmente el

rendimiento académico.

Así mismo, consideramos que las percepciones que tenga el profesor acerca del

autoconcepto de sus alumnos pueden determinar también tanto el propio autoconcepto

de éstos como su rendimiento académico.

Por último, para la formulación de hipótesis partimos de que el autoconcepto se ve

afectado por la edad del alumno, su sexo y la zona donde resida. Como vimos, en el

Estudio II se comprobó la influencia de estas tres variables sobre los niveles en las

distintas dimensiones de autoconcepto (sobre todo de la variable edad), y especialmente

en el caso de los alumnos videntes.

Proponemos las siguientes hipótesis de trabajo, comunes para la muestra de alumnos

ciegos/ deficientes visuales y videntes:

Hipótesis 3.1. El autoconcepto del alumno determinará significativamente el

nivel de rendimiento académico.

Hipótesis 3.2. La percepción que tenga el profesor sobre cómo se ve el alumno a

sí mismo (el autoconcepto del alumno inferido por el profesor) determinará

significativamente tanto el autoconcepto como el rendimiento de éste.

Hipótesis 3.3 Las variables Edad, Sexo y Zona de Residencia influirán

significativamente sobre el autoconcepto del alumno.

Muestra

Se han considerado las muestras globales de ciegos/ deficientes visuales, las

muestras globales de alumnos videntes y las submuestras de alumnos videntes en

función de la edad o cursos, desde 2º de primaria- 2º bachillerato.

Para la realización de este tercer estudio se contará con la muestra total, si bien ésta

se dividirá en diferentes grupos para los que se comprobará el ajuste del modelo teórico

que proponemos.

Tal y como vimos en el Estudio II, de todas las variables que se estudiaron para ver

su efecto sobre los niveles de autoconcepto, pudimos comprobar que las variables más

influyentes eran la edad (curso académico) y la presencia o no de deficiencia visual. De

esta manera, observamos diferencias significativas en los niveles de autoconcepto entre

los diferentes cursos estudiados, a favor de los alumnos más pequeños, si bien este

fenómeno se daba sólo en el caso de los alumnos videntes; entre los alumnos con déficit

visual no se encontraron diferencias significativas en función de la edad.

Por otro lado, también se detectaron diferencias significativas entre los alumnos con

déficit visual y videntes a favor de los últimos. Sin embargo, se comprobó que el sexo y

la zona de residencia tenían efectos más limitados, y las variables específicas de la

población ciega /deficiente visual (Modalidad de escolarización, Grado de deficiencia

visual y Tipo de Apoyo) apenas eran determinantes de los niveles de autoconcepto. Así,

dado que las variables más determinantes son la deficiencia visual y la edad, en primer

lugar el modelo propuesto se estudiará de forma independiente para los alumnos con

déficit visual y videntes; en segundo lugar, dado que la edad afectaba significativamente

al autoconcepto de los alumnos videntes, se estudiará el modelo propuesto para cada

uno de los cursos de la muestra de estos alumnos. Por último, como venimos haciendo

en todos los estudios, se realizarán análisis independientes para las respuestas de los

alumnos más pequeños (2º primaria-1º ESO) a los que se les aplicó el SDQ-1

(muestra1) y los alumnos mayores (2º ESO- 2º Bachillerato) que contestaron al SDQ-2

(muestra 2).

Tabla nº 10. Muestras 1 y 2 (Estudio III)

VidentesDeficientes Visuales

(Total) Total Por cursos Curso

211 2º primaria

256 3º primaria

313 4º primaria

230 5º primaria

237 6º primaria

Muestra 1 107 1426

179 1º ESO

224 2º ESO

190 3º ESO

263 4º ESO

303 1º Bachillerato

Muestra 2 154 1248

268 2º Bachillerato

Variables e Instrumentos

Las variables utilizadas en este estudio son seis. Como se ha comentado en el

apartado anterior, no se tendrán en cuenta variables como el grado de deficiencia visual,

la modalidad de escolarización o el tipo de apoyo educativo de los alumnos con déficit

visual, que demostraron no afectar significativamente al autoconcepto de los alumnos.

Por el contrario se tendrán en cuenta las siguientes variables:

En primer lugar, el autoconcepto será evaluado a partir de las medidas globales de

autoconcepto no académico (media de las puntuaciones en todas las dimensiones no

académicas), de autoconcepto académico (media de las puntuaciones en todas las

dimensiones académicas) y de la puntuación en la dimensión Autoconcepto General.

En segundo lugar, el rendimiento académico se evalúa a través de tres indicadores:

rendimiento en lengua, rendimiento en matemáticas y rendimiento global. estos

indicadores se conseguían después de transformar las calificaciones académicas de los

alumnos (y una escala de habilidad académica en el caso de los alumnos de primaria) a

una escala con cuatro valores: rendimiento académico bajo, medio, alto y muy alto.

En tercer lugar, el autoconcepto inferido por el profesor será evaluado a partir de las

puntuaciones en las dimensiones de Asignaturas en General y de Autoconcepto General

de la escala de autoconcepto inferido realizada por los profesores.

Por último, también se considerarán las variables Edad (cursos), Sexo (mujer/ varón) y

Zona de Residencia (rural/ urbana).

Procedimientos de análisis de datos

En este estudio de ha utilizado la técnica de análisis causal o análisis de

estructuras de covarianza, con la intención de formular un modelo de trabajo en el que

se especifique la direccionalidad de las relaciones causales entre las variables

consideradas, con el objetivo de obtener el valor de los parámetros y su significación, y

los índices de ajuste de bondad del modelo a los datos del que se dispone; índices que

nos informaran de la viabilidad de dicho modelo.

Nuestro objetivo no es tanto ver si el modelo que proponemos es el modelo que

mejor explica la relación entre autoconcepto y rendimiento, sino más bien comprobar si

las relaciones específicas que nosotros planteamos entre las variables que hemos

considerado son significativas, y si éstas cambian en función de si el alumno tiene

deficiencia visual o no y en función de la edad.

Por este motivo, a pesar de que se considerará el ajuste global del modelo,

centraremos más nuestra atención en los resultados referidos al valor de los parámetros

y su significación, para ver si las relaciones de causalidad que hipotetizamos son

significativas.

Especificación del modelo

Proponemos un modelo cuyas especificaciones son las siguientes:

1. Existen tres variables latentes, dos de ellas dependientes (Autoconcepto y

Rendimiento Académico) y una independiente (Autoconcepto del alumno inferido

por el profesor).

2. Cada una de las variables latentes afecta a 2 ó 3 variables de medida de la siguiente

manera:

- El Autoconcepto explica al autoconcepto académico (acad), autoconcepto no

académico (acna) y autoconcepto general (ag)

- El Rendimiento Académico explica al rendimiento en lengua (rl),

rendimiento en matemáticas (rm) y rendimiento general (rg)

- El Autoconcepto inferido por el profesor explica el autoconcepto inferido en

las dimensiones de Asignaturas en General (p_as) y Autoconcepto General

(p_ag).

3. Existen errores de medida para cada una de las 8 variables de medida, los cuales no

se encuentran correlacionados.

4. Existen tres variables observadas independientes: la edad, el sexo y la zona de

residencia.

5. El Rendimiento se encuentra directamente explicado por la influencia del

Autoconcepto del alumno y por el autoconcepto del alumno inferido por el profesor.

6. EL autoconcepto del alumno se encuentra explicado por la influencia del

autoconcepto del alumno inferido por el profesor y las variables “Edad”, “Sexo” y

“Zona de Residencia”.

En el diagrama de paso se especifican las relaciones causales entre las variables

consideradas en el modelo.

Figura nº 1. Diagrama de paso del modelo causal.

A continuación extraemos una síntesis de los resultados más sobresalientes de cada uno

de los tres estudios empíricos.

De los resultados del Estudio I sobre las características estructurales del

autoconcepto y las adaptaciones de los cuestionarios de los SDQ-1 y 2 de Marsh y col.,

extraemos que:

1. El autoconcepto de los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato,

tengan o no discapacidad visual, tienen una estructura multidimensional.

Hallamos que todos los alumnos organizan sus percepciones en distintas

facetas o dimensiones específicas, de acuerdo con las dimensiones que

evalúan los SDQ-1 y 2 de Marsh y col. De este modo los alumnos de

primaria y 1º de ESO organizan sus percepciones en las dimensiones de:

habilidad física, apariencia física, relaciones con los compañeros, relaciones

con los padres, autoconcepto en matemáticas, autoconcepto en lengua,

asignatura general y autoconcepto general. Por su parte, los alumnos de

secundaria y bachillerato organizan sus percepciones en estas mismas

dimensiones específicas más estabilidad emocional, honestidad-veracidad, y

con la peculiaridad que relaciones con los compañeros se subdivide en

relaciones con los compañeros del mismo sexo y relaciones con los

compañeros del sexo opuesto. En conclusión independientemente de que

nuestros alumnos se formen una imagen global de sí mismo, estos organizan

sus percepciones en distintas dimensiones específicas o primarias, unas de

carácter académico y otras de carácter no académico, personales y sociales.

2. El autoconcepto de los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato tengan

o no deficiencia visual, está organizado jerárquicamente. Hallamos que todos

los alumnos además de organizar sus percepciones en dimensiones

primarias, organizan estas dimensiones en otras dimensiones o factores de

segundo orden o de un orden superior. Los alumnos ciegos/ deficientes

visuales obtienen una estructura de segundo orden idéntica para todos los

cursos, formadas por tres factores, un factor no académico y dos factores

académicos (verbal y matemático) de acuerdo al modelo revisado de

Shavelson y Marsh (1985), con la peculiaridad de que el factor de

autoconcepto en matemáticas se halla influenciado por la asociación de las

dimensiones autoconcepto en matemáticas y relaciones con los padres, lo

que nos puede estar indicando la importancia de los padres en las

autopercepciones que el alumno tiene sobre esta asignatura. En los alumnos

videntes encontramos una estructura de segundo orden diferente entre los

cursos superiores e inferiores. Para los alumnos de primaria y 1º de ESO,

hallamos una estructura de segundo orden formada por dos factores, un

factor no académico y un factor académico, de acuerdo al modelo original de

Shavelson y col. (1976).Para los alumnos videntes de secundaria y

bachillerato hallamos una estructura de segundo orden formada por tres

factores, idéntica a la hallada en sus compañeros ciegos/ deficientes visuales,

y de acuerdo al modelo revisado de Shavelson y Marsh (1985). En

conclusión hallamos que la estructura de segundo orden de los alumnos

ciegos/ deficientes visuales no varia en función de los cursos, mientras que

esta estructura en los alumnos videntes está determinada por la edad.

3. El autoconcepto de los alumnos de nuestro ámbito educativo, va

estructurando y diferenciando sus facetas o dimensiones a medida que

avanza la edad de los alumnos. En general hallamos que la estructura

primaria del autoconcepto no varía en función de la edad, sexo y la zona de

residencia, mientras que la estructura de segundo orden varía en función de

estas variables, especialmente a partir de la adolescencia y en el caso de los

alumnos videntes, quizás como consecuencia del desarrollo cognitivo que se

produce a estas edades.

4. El autoconcepto de nuestros alumnos es un constructo con entidad propia y

diferenciable de otros como el rendimiento académico. Hallamos que las

dimensiones de autoconcepto académico y los indicares de rendimiento se

agrupan entre sí formando dos factores claramente diferenciados, un factor

de autoconcepto académico y un factor de rendimiento académico. En

conclusión hallamos que nuestros alumnos distinguen perfectamente entre su

actuación académica y las percepciones que tienen sobre la misma.

5. Aportamos datos a favor de la validez de constructo y predictiva de nuestros

cuestionarios adaptados. Hallamos que las correlaciones entre las

dimensiones de autoconcepto y los indicadores de rendimiento son mayores

cuando las dimensiones de autoconcepto son académicas. Así mismo las

correlaciones entre las dimensiones de autoconcepto académico en una

asignatura y el rendimiento en dicha asignatura son mayores cuando ambos

constructos se refieren a la misma asignatura. Al tiempo hallamos que la

correlaciones entre las percepciones de los alumnos en sus distintas

dimensiones y las estimaciones de los profesores son mayores cuando dichas

estimaciones se refieren a las mismas dimensiones académicas. En

conclusión, demostramos la capacidad de nuestros cuestionarios adaptados

para predecir las puntuaciones de las estimaciones de los profesores y los

niveles de rendimiento de los alumnos.

6. Demostramos que nuestros cuestionarios adaptados son instrumentos de

evaluación de autoconcepto altamente fiables.

En conclusión con este estudio comprobamos la adecuación del modelo original

de Shavelson y col. a las características estructurales del autoconcepto de los alumnos

de nuestro ámbito educativo con y sin discapacidad visual. Igualmente hallamos que

nuestros cuestionarios adaptados son instrumentos de evaluación de autoconcepto con

propiedades psicométricas tan validas y fiables como las de los originales de Marsh y

col.

Tabla nº 11. Resultados de los análisis factoriales exploratorios del SDQ-1(multidimensionalidad)

CIEGOS VIDENTESVARIANZA TOTAL EXPLICADA 63,55% 59,22%FACTOR DE MAYOR VARIANZAEXPLICADA

AS (22,75%) AS (28,25%)

MEDIA DE SATURACIONES 0,68 0,65SATURACIÓN MAS ALTA AL (0,90) AL (0,85)

AS-AM 0,30 0,47AS-AL 0,28 0,41RC-AF -0,29 -0,31CORRELACIONES

AG- AF (0,32)RC (-0,26)

RC (0,38)AS (0,32)

Tabla nº 12. Resultados de los análisis factoriales exploratorios del SDQ-2(multidimensionalidad)

CIEGOS VIDENTESVARIANZA TOTAL EXPLICADA 65,13% 64,29%FACTOR DE MAYOR VARIANZAEXPLICADA

AS (20,10%) AG (18,47%)

MEDIA DE SATURACIONES 0,67 0,71SATURACIÓN MAS ALTA AM (-0,82) AM (0,83)

AS-AM -0,19 0,31AS-AL -0,32 -0,39RS-RO 0,34 -0,47AF-RO 0,26 -0,30AG-AS -0,28 0,34

CORRELACIONES

AG-AF -0,24 -0,39

En el Estudio II sobre las diferencias en los niveles de las distintas dimensiones de

autoconcepto en función de las variables consideradas, obtenemos que:

1. El sexo es una variable determinante de los niveles de autoconcepto de todos los

alumnos con y sin deficiencia visual. No obstante hallamos mayores diferencias

significativas en los niveles de autoconcepto a favor de los alumnos videntes;

mayores diferencias en los niveles de autoconcepto en los chicos respecto a las

chicas y en las chicas videntes respecto a las chicas ciegas. Esto nos induce a

pensar que las chicas ciegas tienen un autoconcepto mas bajo que sus

compañeros con y sin deficiencia visual y que sus compañeras sin deficiencia

visual. Se hace necesario intervenir en el aula a fin de mejorar o elevar los

niveles de autoconcepto de las alumnas ciegas.

Confirmamos parcialmente la hipótesis de los estereotipos sexuales propuesta por

Shavelson y Byrnes (1986) y Marsh (1990 b), quienes indicaron que existirán

diferencias significativas en los niveles de autoconcepto a favor de los chicos en

las dimensiones físicas de autoconcepto y en la dimensión autoconcepto en

matemáticas, y a favor de las chicas en la dimensión de autoconcepto verbal.

Nosotros hallamos diferencias significativas en las dimensiones físicas y a favor

de las chicas en la dimensión verbal, pero en ningún caso hallamos diferencias

significativas a favor de los chicos en la dimensión de autoconcepto en

matemáticas. Nuestros resultados están en consonancia con los de Marsh y col.

(1984) y Marsh (1989, 1990 b), Shavelson, Marsh y Byrne (1988), Cornell

(1990), Stevenson y Newman (1986).

Tampoco González-Pienda y Núñez (1992, 1994) confirmaron la hipótesis de los

estereotipos sexuales en su totalidad, ya que si bien hallaron diferencias

significativas en los niveles de autoconcepto a favor de los chicos en las

dimensiones físicas de autoconcpo1y autoconcepto en matemáticas, no hallaron

diferencias significativas a favor de las chicas en la dimensión autoconcepto

verbal. En muestras de alumnos ciegos/ deficientes visuales, Rasonabe (1995)

encontró diferencias significativas en los niveles de autoconcepto a favor de las

chicas en un mayor número de dimensiones. Sin embargo estas dimensiones no se

corresponde con las nuestras, ya que utilizó el cuestionario TSCS de Fitts, en vez

de, los cuestionarios SDQ de Marsh y col. Halló diferencias significativas a favor

de las chicas en sí mismo físico, sí mismo social y sí mismo familiar, e identidad;

y a favor de los chicos en las dimensiones sí mismo ético-moral y

autosatisfacción.

Venkatesk Kumar y Meena (1997) hallaron diferencias significativas intersexo a

favor de los chicos utilizando el cuestionario Self-concept Scale for Children

(Sight y Sight, 1986), por su parte Meighan (1971) no halló diferencias

significativas intersexo en alumnos ciegos y deficientes visuales, utilizando el

cuestionario TSCS de Fitts (1965).

2. La edad se muestra como un factor determinante de los niveles de autoconcepto

en los chicos videntes de todos los cursos, pero no en los alumnos ciegos/

deficientes visuales de primaria, secundaria y bachillerato.

Respecto a los alumnos videntes hallamos diferencias significativas en los niveles

de todas las dimensiones de autoconcepto en los alumnos de primaria y 1º ESO y

en algunas dimensiones en los alumnos de secundaria y bachillerato, por lo que

hallamos niveles más elevados de autoconcepto a favor de los alumnos de los

primeros cursos, niveles que irán decreciendo progresivamente a medida que

avanza la edad de los alumnos, estabilizándose a partir de la adolescencia. Estos

resultados están en consonancia con los hallados por Marsh y col. (1984), Marsh

(1989, 1990 b) y González-Pienda y Núñez (1992, 1994), para quienes este

descenso progresivo y estabilidad en la adolescencia se debía a que en estas

edades los alumnos alcanzan un mayor desarrollo de las capacidades cognitivas de

razonamiento y análisis, mayor concretud de las experiencias y mayor precisión

en las evaluaciones de los otros significativos, entre los cuales los compañeros

alcanzan mayor preponderancia en su búsqueda hacia la identidad realizando el

alumno autoevaluaciones más realista, fruto de cierta madurez cognitiva.

Confirmamos totalmente la hipótesis de partida en la muestra de alumnos

videntes; sin embargo rechazamos nuestra hipótesis en el caso de los alumnos

ciegos y deficientes visuales, ya que la edad no se muestra determinante de los

niveles de autoconcepto para los alumnos de cursos inferiores y superiores.

Estos resultados están en consonancia con los resultados hallados por Obiakor y

Stile (1989, 1991) quienes tampoco hallaron diferencias significativas en los

niveles de autoconcepto en función de la edad en muestra de alumnos con déficit

visual, utilizando los cuestionarios Student Self-Assessment Inventory (Muller y

col. 1984, 1986).

En conclusión el autoconcepto de los alumnos ciegos y deficientes visuales de

cursos inferiores y superiores presenta un perfil de autoconcepto bastante

homogéneo respecto a los niveles de autoconcepto de sus compañeros videntes.

3. La variable zona de residencia se muestra como un factor determinante de los

niveles de autoconcepto de los alumnos videntes pero no de los alumnos ciegos

y deficientes visuales. Hallamos diferencias significativas en los niveles de

autoconcepto a favor de los alumnos videntes escolarizados en zonas rurales y

no de zonas urbanas como proponíamos en nuestra hipótesis de partida, es decir,

las diferencias se producen a favor de los alumnos de zonas rurales de todos los

cursos, primaria, secundaria y bachillerato. Destacar el hecho que en todos los

casos los alumnos videntes de zonas rurales puntúan más alto en la dimensión

relaciones con los padres, lo que nos puede estar indicando las relaciones

paterno-filiales en la construcción de autoconcepto más positivo en los alumnos

de zonas rurales. El que esto no ocurra en los alumnos videntes de zonas urbanas

y en los ciegos deficientes visuales de cualquier zona, nos llevan a inferir la

necesidad de la puesta en marcha de programas de intervención con padres

desde las tutorías y la escuela de padres, a fin de, conseguir un mayor

acercamiento de los padres al centro escolar, e involucrarles en la mejora de

autoconcepto más positivo de sus hijos.

Por su parte el que esta variable no se muestre significativa de los niveles de

autoconcepto de los alumnos con déficit visual nos indica que el hecho de que el

alumno resida en una zona rural o urbana no es determinante para la

construcción de su autoconcepto. Es posible que esta falta de diferenciación se

deba a la labor que vienen desempeñando los equipos de orientación,

especialmente los equipos específicos, quienes se acercan a cualquier punto

donde se halle escolarizado un niño ciego/ deficiente visual, contribuyendo a

apaliar las posibles diferencias socioculturales y educativas existentes entre

ambos medios. Igualmente, la enseñanza integrada basada en valores y aspectos

dinámicos de la personalidad del alumno, aportan un horizonte más amplio tanto

a los profesores como a los alumnos, (solamente hallamos diferencias

significativas en la dimensión habilidad física a favor de los alumnos de zonas

rurales de cursos inferiores).

4. La modalidad de escolarización, el tipo de apoyo educativo y el grado de

deficiencia visual, no se muestran como factores determinantes de los niveles de

autoconcepto de los alumnos con déficit visual, en ninguno de los cursos.

El que la modalidad de escolarización no se muestre determinante del

autoconcepto de los alumnos ciegos/ deficientes visuales nos indica que el hecho

de que el alumno esté escolarizado en un centro específico o en un centro

ordinario no influye en la construcción de autoconcepto más positivo en estos

alumnos. Por lo tanto, la supuesta ventaja de un centro especifico (iguales con

discapacidad con quien compararse, formación especifica, recursos materiales y

humanos especializados,...), no contribuyen a fomentar un autoconcepto positivo

en el alumno ciego y deficiente visual. Tampoco la enseñanza integrada parece

estar cumpliendo los objetivos para la que fue creada, ya que, como indicaba

Gresham (1987) lejos de propiciar una plena integración del alumno

discapacitado, a nivel personal, social y físico, se reduce en la mayoría de las

ocasiones a una mera integración física, no favoreciendo la construcción de un

autoconcepto positivo en el alumno ciego y deficiente visual. Estos resultados

están en consonancia con los hallados por Meigham (1971), Head (1979) y

Coker (1979), quienes no hallaron diferencias significativas en los niveles de

autoconcepto en función de la modalidad de escolarización; y en contraposición

con los resultados de McGuiness (1970) y Díaz-Aguado y col. (1994), quienes

hallaron diferencias significativas a favor de los alumnos de integración, ( Díaz–

Aguado, Royo García y Baraja (1994) desarrollaron una investigación para

evaluar la mejora del autoconcepto en alumnos invidentes del ciclo medio (3º y

5º EGB) a través de programas de intervención. Los resultados mostraron que el

autoconcepto, en sus ámbitos de popularidad y felicidad–satisfacción, aumentan

significativamente con la aplicación de los programas de integración escolar).

El grado de deficiencia visual tampoco produce diferencia significativa en los

alumnos con déficit visual. Aunque solo hallamos diferencias en la dimensión

habilidad física a favor de los alumnos con menor grado de deficiencia visual en

los cursos de primaria y 1º ESO, en consonancia con lo que proponíamos en

nuestra hipótesis de partida, rechazamos nuestra hipótesis por considerar que

estas diferencias son mínimas respecto a la totalidad de los alumnos y a la

totalidad de las dimensiones de autoconcepto.

Estos resultados están en consonancia con los de Meighan (1971) que no halló

diferencias significativas en los niveles de autoconcepto entre los alumnos

ciegos y deficientes visuales, utilizando el cuestionario TSCS de Fitts (1965).

Respecto al tipo de apoyo educativo, el hecho de que el alumno reciba apoyo

directo o seguimiento no es significativo a la hora de construir su autoconcepto.

Verificamos plenamente nuestra hipótesis de partida. Estos resultados están en

consonancia con los de Gómez (1997) que no halló diferencias significativas en

los niveles de autoconcepto en grupos de alumnos con necesidades educativa

especiales que recibían distintos tipos de apoyo educativo.

5. La variable presencia o no de deficiencia visual se muestra como un factor

determinante de los niveles de autoconcepto de los alumnos de nuestro ámbito

educativo. Hallamos diferencias significativas en los niveles de todas las

dimensiones de autoconcepto a favor de los alumnos videntes de primaria y 1º

ESO, y en algunas dimensiones de autoconcepto a favor de alumnos videntes de

secundaria y bachillerato. Confirmamos nuestra hipótesis de partida en el caso

de alumnos de cursos inferiores y parcialmente en el caso de alumnos de cursos

superiores. Nuestros resultados nos indican que los alumnos sin déficit visual

tienen un autoconcepto más elevado que los alumnos ciegos y deficientes

visuales.

El que los alumnos con déficit visual de los primeros cursos alcancen

puntuaciones mas bajas en todas las dimensiones de autoconcepto respecto a sus

compañeros videntes nos indican que la fase de sobrevaloración propias de estas

edades no se producen en los alumnos con déficit visual. Urge pues la puesta en

marcha de programas de intervención desde el aula a fin de aumentar los niveles

de autoconcepto a los alumnos de primaria y 1º de ESO, con el objetivo de

equiparar los niveles de sus autopercepciones a la de sus compañeros sin

discapacidad.

Por su parte el que los alumnos ciegos y deficientes visuales de secundaria y

bachillerato se perciban de forma significativamente mas baja que sus

compañeros videntes en las dimensiones de autoconcepto sociales y físicas, y en

autoconcepto en matemáticas nos puede estar indicando que la deprivación

visual conduce con frecuencia a una deprivación social puesta de manifiesto en

las dificultades que el alumno ciego y deficiente visual encuentra a la hora de

relacionarse con sus iguales sin discapacidad, del mismo sexo y del sexo

opuesto, especialmente fuera del aula. Igualmente la deprivación visual conlleva

ciertas adaptaciones tiflotécnicas tumultuosas, patologías oculares evidentes

(nistagmus, glaucoma), falta de movilidad, rigidez, ciegismos,.. que junto al

juego ambivalente sobreprotección-dependencia paterna, conducen a un

alejamiento del patrón normalizado que para el alumno ciego y deficiente visual

representa en sus compañeros sin discapacidad, contribuyendo a una percepción

de sí mismo bastante negativa respecto a su aspecto físico y destreza física.

En cuanto a que los alumnos ciegos y deficientes visuales puntúen mas bajo en

la dimensión autoconcepto en matemáticas, nos pone de manifiesto una vez más

las dificultades que este alumno tiene en esta asignatura que se pueden observar

en los bajos resultados académicos que obtiene en la misma.

En definitiva podemos decir que el déficit visual determina significativamente el

autoconcepto de los alumnos ciegos y deficientes visuales, ya que las

dificultades que este alumno encuentra en su medio social, familiar y escolar,

que conllevan déficit visual, influyen decisivamente en la construcción de un

autoconcepto más negativo que le de sus iguales sin discapacidad.

Estos resultados están en consonancia por los hallados en Meigham (1971),

Beaty (1991), Díaz-Aguado y col. (1994), López y col. (2000), quienes hallaron

niveles de autoconcepto significativamente mas bajo en los alumnos ciegos y

deficientes visuales respecto a sus compañeros videntes.

Nuestros resultados se oponen a los resultados de Venkatesk Kumar y Meena

(1997) quienes no hallaron diferencias significativas en los niveles de

autoconcepto entre los alumnos ciegos y deficientes visuales y videntes,

utilizando el cuestionario Self-concept Scale for Children (Sight y Sight, 1986).

Por su parte Obiakor y Stile (1989, 1991) hallaron diferencias significativas en

los niveles de algunas dimensiones de autoconcepto a favor de los alumnos

ciegos y deficientes visuales, utilizando el cuestionario Student Self-Assessment

Inventory (Muller y col. 1984, 1986).

Por ultimo Beaty (1991) desarrolló una investigación para conocer si el

autoconcepto de los adolescentes ciegos difiere del de los videntes. Para la

recogida de datos utilizó el TSCS de Fitts (1965). Los resultados demostraron

que los alumnos ciegos poseen un autoconcepto más bajo, concretamente en los

ámbitos de sí mismo moral/ ético y sí mismo familiar. En los ámbitos físico,

personal y social no demostraron diferencias significativas entre unos y otros.

Figura nº 2. Representación gráfica de los niveles de autoconcepto alcanzados en

las distintas dimensiones por los alumnos videntes y los alumnos con déficit visual

(muestra 1)

HF AF RC RP AL AM AS AG

VidentesDeficientes Visuales

6. Hallamos que las interacciones entre las variables consideradas en este estudio,

producen efectos limitados en todas las muestras. La mayoría de las

interacciones se producen efectos estadísticamente significativos sobre las

dimensiones académicas de autoconcepto, concretamente autoconcepto en

lengua y autoconcepto en matemáticas, y en menor medida en las dimensiones

físicas de autoconcepto, relaciones con los compañeros y en último lugar

relaciones con los padres. La mayoría de estas interacciones, estadísticamente

significativas, las hallamos en alumnos de los primeros cursos, tanto ciegos/

deficientes visuales como videntes; no hallamos efectos significativos sobre

ninguna dimensión de autoconcepto en las interacciones entre variables de los

alumnos ciegos/ deficientes visuales de cursos superiores.

A modo de ejemplo, como se visualiza en la gráfica, la interacción entre las

variables modalidad de escolarización y edad, producen efectos significativos

sobre la dimensión autoconcepto en lengua, en los alumnos ciegos y deficientes

visuales de primaria y 1º de ESO, siendo las mayores puntuaciones a favor de

los alumnos de 4º de primaria escolarizados en centros específicos y de 2º y 3º

de primaria escolarizados en centros ordinarios.

Figura nº 3. Representación gráfica del efecto de las variables Edad y Modalidad

de escolarización sobre la dimensión Autoconcepto en Lengua, muestra de alumnos

deficientes visuales (Muestra 1):

Curso

1º ESO6º primaria

5º primaria4º primaria

3º primaria2º primaria

Med

ias

mar

gina

les

estim

adas

32

30

28

26

24

22

20

18

16

14

Modalidad Educativa

Intregración Centro

Ordinario

Centro Específico

En conclusión dado que la mayor parte de las variables consideradas en este

estudio no se muestran determinantes de los niveles de autoconcepto de los alumnos

ciegos y deficientes visuales, podemos inferir junto a Meigham (1971) que la gran

homogeneidad en las respuestas de los alumnos con ceguera/ deficiencia visual, además

del alejamiento y diferenciación que hemos hallado en los niveles de autoconcepto entre

los alumnos ciegos/ deficientes visuales y los alumnos normovidentes, bien pudiera

estar informándonos de la existencia de un perfil de autoconcepto universal y único para

la población de deficientes visuales.

Por su parte, respecto a población sin déficit visual, concluimos que los niveles

de autoconcepto de los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato, están

determinados por la influencia de las variables sexo, zona de residencia y

fundamentalmente la edad.

Por último, hallamos que el déficit visual se muestra como un factor

determinante de los niveles de autoconcepto de los alumnos de nuestro ámbito

educativo.

De los resultados del Estudio III, acerca de las relaciones causales entre

autoconcepto y rendimiento, extraemos que:

1. El autoconcepto inferido por el profesor determina significativamente el

rendimiento académico de los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato de

nuestro ámbito educativo, con y sin deficiencia visual. Estos resultados ponen de

manifiesto una vez más el papel relevante de los profesores en el

desenvolvimiento académico de sus alumnos.

2. El autoconcepto inferido por el profesor determina significativamente el

autoconcepto de todos los alumnos videntes, desde 2º de primaria hasta 2º de

bachillerato, y el autoconcepto de los alumnos ciegos/ deficientes visuales de

secundaria y bachillerato, pero no determina significativamente el autoconcepto

de los alumnos ciegos/ deficientes visuales de primaria y 1º de ESO.

En general, estos resultados corroboran los supuestos de Brookover (1962) para

quien existía una cierta asociación entre las percepciones de los profesores y las

percepciones de sus alumnos, igualmente corroboran los hallazgos de Weinstein

(1984) y Valle y Núñez (1989, 1990, 1991) para quienes las expectativas de los

profesores influían decisivamente sobre el autoconcepto de los alumnos.

Llama la atención que el autoconcepto inferido por los profesores no influya

significativamente sobre el autoconcepto de los alumnos ciegos/ deficientes

visuales de cursos inferiores, precisamente en los momentos en los que los

alumnos precisan mayor apoyo de sus profesores, máxime en el caso de los

alumnos con déficit visual más pequeños en los que hemos hallado un

autoconcepto significativamente mas bajo que el de sus compañeros sin

discapacidad, además de la ausencia de la fase de sobrevaloración propia de los

alumnos de estas edades. Ello nos podría estar indicando, por una parte, que la

fuerte dependencia-sobreprotección de este alumno ciego respecto a sus

progenitores, dificulta o relentiza el abandono progresivo de la figura paterna, en

cuanto otro significativo de gran relevancia para el alumno, a favor de sus

profesores, quienes alcanzan un papel preponderante en las percepciones y

evaluaciones de los alumnos normovidentes de estas edades, probablemente por

el fuerte apego que el alumno ciego siente hacia sus padres, que impide o

dificulta, en buena medida, que se produzca una interrelación y comunicación

más fluida entre profesor y alumno.

Por otra parte, este hecho pudiera ser debido a cierta indiferencia o rechazo del

profesor ante la inclusión en su aula de un alumno ciego/ deficiente visual, como

consecuencia de la angustia que le produce la llegada de este alumno a su clase;

sentimientos que el profesor pone de manifiesto a través de sus quejas que, como

ya indicaron Verdugo y col.(1990, 1991, 1992) y Marchesi (1990), giran en

torno de la falta de formación específica, la escasez de recursos humanos y

materiales para la atención del alumno discapacitado, la falta de tiempo para

atender a este alumno y a su vez la necesidad de invertir mayores esfuerzos en su

atención en detrimento del grupo clase, el no contar con el profesorado a la hora

de elaborar una política y unos programas de integración,... entre otras razones,

no exentas en muchas ocasiones de fundamentos.

En definitiva, sea cual fuere la causa, urge la puesta en marcha de programas de

intervención en el aula; programas ecológicos en los que intervengan los agentes

educativos más significativos, para el alumno ciego y deficiente visual (padres,

profesores y compañeros), con el objetivo de propiciar una mayor interrelación y

comunicación entre los mismos que permita el desarrollo de autoconceptos

positivos en todos los alumnos con y sin discapacidad, especialmente en el

alumno discapacitado de cursos inferiores.

3. El autoconcepto del alumno determina significativamente el rendimiento

académico de los alumnos videntes de secundaria y bachillerato, pero no

determina el rendimiento académico de los alumnos videntes de primaria y 1º de

ESO, ni el de los alumnos ciegos y deficientes visuales de primaria, secundaria y

bachillerato.

En el caso de los alumnos videntes, nuestros resultados están en consonancia con

los hallados por González-Pienda y Núñez (1992, 1994), aunque únicamente

bajo un diseño transversal. Estos autores analizan las relaciones causales entre

autoconcepto y rendimiento bajo un diseño transversal y longitudinal; desde una

perspectiva longitudinal hallan que el autoconcepto es causalmente determinante

del rendimiento académico de los alumnos de todos los cursos analizados. Sin

embargo, desde una perspectiva transversal encuentran que el rendimiento es

causa del autoconcepto en los primeros cursos; influencia que va debilitándose

progresivamente, y a partir de los doce años el autoconcepto determina

significativamente el rendimiento de los alumnos, probablemente debido al

desarrollo de las capacidades cognitivas de razonamiento y análisis propias de la

adolescencia.

En este sentido, sería conveniente replicar este estudio bajo un diseño

longitudinal con dos o más momentos de evaluación, con un intervalo temporal

de al menos un año. Respecto a los alumnos ciegos y deficientes visuales,

indicar que no se replica este mismo patrón de relación causal entre

autoconcepto y rendimiento, hallado en las muestras de alumnos videntes y que

como hemos dicho encuentran González-Pienda y Núñez (1992, 1994) bajo un

diseño transversal, probablemente por que en la relación entre autoconcepto y

rendimiento median terceras variables no consideradas en nuestro modelo. De

acuerdo con el modelo explicativo de las relaciones causales entre autoconcepto

y rendimiento propuesto por Maruyama (1981), quien indicó que ni el

autoconcepto era causa del rendimiento ni el rendimiento era causa del

autoconcepto, sino que terceras variables, personales o sociales, intervenían o

mediaban en esta relación, proponemos nuevas investigaciones desde una

perspectiva longitudinal en las que, a través de técnicas causales potentes, se

proponga un modelo en el que se consideren aquellas variables mediadoras en la

relación entre autoconcepto y rendimiento (como la expectativa del profesor, la

motivación, las atribuciones, capacidad cognitiva,...), mas relevantes tras unos

análisis exploratorios o discriminantes previos, a fin de obtener un modelo

causal lo mas parsimonioso y completo posible, con muestras de alumnos ciegos

y deficientes visuales más amplias. En nuestro trabajo hemos considerado como

variables relevantes, la influencia del autoconcepto inferido por el profesor,

aunque si bien considerada como variable latente independiente y no como

variable mediadora.

4. La edad, el sexo y la zona de residencia determinan significativamente el

autoconcepto de los alumnos videntes de todos los cursos, pero no el

autoconcepto de los alumnos ciegos y deficientes visuales, a excepción de la

edad en el caso de los alumnos con déficit visual de cursos inferiores.

Respecto a los alumnos videntes, se verifican los resultados ya hallados en el

Estudio II, siendo la edad, un factor especialmente determinante del

autoconcepto de estos alumnos, lo que pone de manifiesto, una vez mas, el

carácter evolutivo del autoconcepto y la importancia de considerar la variable

edad, a la hora de abordar cualquier estudio sobre este constructo.

Por su parte, en cuanto a la población con déficit visual, de nuevo observamos la

escasa influencia de estas variables sobre el autoconcepto de los alumnos, tal y

como se constata en el Estudio II. Sin embargo, en este Estudio III, hallamos que

la variable edad determina significativamente el autoconcepto de los alumnos de

primaria y 1º de ESO, al contrario de lo que hemos hallado en el Estudio II,

probablemente, por que la técnica de análisis de estructura de covarianza,

utilizada en este Estudio III, es mucho más potente que las técnicas de análisis

de varianzas o anovas empleadas en el Estudio II. Como ya hemos dicho, sería

conveniente replicar estos análisis considerando la variable edad, entre otras,

desde una perspectiva longitudinal y con muestras de alumnos ciegos/

deficientes visuales más amplias.

De interés resaltar que en los alumnos ciegos y deficientes visuales de

secundaria y bachillerato, la edad se muestra determinante del rendimiento

académico de estos alumnos, y lo hace en un sentido inverso; es decir, a más

edad menor rendimiento académico, influencia que se evidencia en la

experiencia real del alumno ciego y deficiente visual adolescente, quien va

experimentando un descenso en su logro académico, a partir de la secundaria,

propiciando con frecuencia su fracaso académico y el abandono de su

escolarización.

Figura nº 4. Representación gráfica del modelo causal con los parámetros

estimados para la muestra de alumnos con déficit visual (muestra 1)

Figura nº 5. Representación gráfica del modelo causal con los parámetros

estimados para la muestra de alumnos videntes (muestra 1)

Figura nº 6. Representación gráfica del modelo causal con los parámetros estimados

para la muestra de alumnos con déficit visual (muestra 2)

Figura nº 7. Representación gráfica del modelo causal con los parámetros

estimados para la muestra de alumnos videntes (muestra 2)

5. Finalmente, en relación a los índices de bondad de ajuste del modelo propuesto

a los datos de que disponemos para cada una de las muestras en las que se ha

contrastado dicho modelo, hallamos que, en general, el modelo ofrece un ajuste

aceptable a los datos. En concreto, obtenemos que para todas las muestra el

índice CFI supera en todos los casos 0.90 y el PCFI 0.50. En dos de las muestras

(la de alumnos ciegos mayores y la de alumnos videntes de 3º de primaria) se

obtienen índices de ajuste adecuados en todos los casos. En el resto de muestras

y submuestras, no todos los índices están dentro de los límites; sin embargo,

podemos decir que, en general, el modelo indica un ajuste adecuado, por lo que

se pone de manifiesto que no hay efectos no contemplados que sean

significativos. Sin embargo el índice RMSEA, sobrepasa el valor considerado

como adecuado para un buen ajuste (0.06) en todas las muestras, lo cual nos está

indicando que el modelo propuesto es incompleto; esto es, que faltan variables

que deben estar interviniendo o mediando entre aquellas que nosotros hemos

incluido.

En la tabla se recogen los índices de bondad de ajuste más importantes, tanto

para las cuatro muestras globales como para las muestras por cursos de los

alumnos videntes.

En cualquier caso, como ya comentamos nuestro objetivo prioritario era estudiar

las relaciones establecidas entre las variables consideradas en la presente

investigación, especialmente entre el autoconcepto, el rendimiento y la

percepción del profesor sobre el autoconcepto de sus alumnos, y no tanto evaluar

el ajuste global de un modelo en el que sería necesario haber incluido otras

variables relevantes.

Tabla nº 13. Índices de bondad de ajuste del modelo para cada muestra

Muestra 2 gl P 2 / gl CFI PCFI RMSEA

Deficientes

Visuales (muestra

1)

85.11 35 0.00 2.43 0.91 0.58 0.12

Videntes

(muestra 1)

615.67 35 0.00 17.59 0.99 0.53 0.11

Deficientes

Visuales (muestra

2)

59.88 32 0.00 1.87 0.95 0.55 0.08

Videntes

(muestra 2)

774.57 35 0.00 22.13 0.98 0.52 0.13

2º primaria 103.28 35 0.00 2.95 0.99 0.53 0.10

3º primaria 55.04 35 0.02 1.57 0.99 0.53 0.05

4º primaria 147.71 35 0.00 4.51 0.99 0.53 0.11

5º primaria 124.01 35 0.00 3.54 0.99 0.53 0.11

6º primaria -- -- -- -- -- -- --

1º ESO 187.47 35 0.00 5.36 0.98 0.52 0.16

2º ESO 216.10 35 0.00 6.17 0.98 0.52 0.15

3º ESO 211.66 35 0.00 6.05 0.97 0.52 0.16

4º ESO 190.71 35 0.00 5.45 0.98 0.52 0.13

1º Bachillerato 252.62 35 0.00 7.22 0.98 0.52 0.14

2º Bachillerato 173.74 35 0.00 4.96 0.96 0.52 0.12

En conclusión en este Estudio III, hallamos que la influencia del profesor es

significativamente determinante del autoconcepto y del rendimiento de los alumnos de

nuestro ámbito educativo, alcanzando un papel, especialmente relevante, en el

desenvolvimiento académico de sus alumnos con y sin discapacidad, y en menor

medida, pero de forma significativa, en las autopercepciones de los mismos, igualmente

con y sin discapacidad, a excepción de los alumnos ciegos y deficientes visuales de

primaria y 1º de ESO.

Respecto a la relación causal entre autoconcepto y rendimiento, hallamos que,

bajo un diseño trasversal, el autoconcepto es causa del rendimiento en los alumnos sin

déficit visual, a partir de la adolescencia, no ocurriendo lo mismo en el caso de los

alumnos ciegos y deficientes visuales, en cualquiera de los cursos, quizás debido a la

influencia de terceras variables que medien en dicha relación causal entre autoconcepto

y rendimiento, y que no han sido consideradas en nuestro modelo de trabajo.

Por último, la edad, el sexo y la zona de residencia, se muestran determinantes

del autoconcepto de los alumnos videntes, pero no del autoconcepto de los alumnos

ciegos y deficientes visuales, lo cual nos puede estar indicando, de nuevo, un perfil de

autoconcepto más homogéneo y universal para todos los alumnos con déficit visual,

frente a un autoconcepto más determinado por los efectos de distintas variables,

especialmente la edad, en el caso de los alumnos sin discapacidad visual.

CONCLUSIONES MÁS RELEVANTES

1. Hemos demostrado la adecuación del modelo original de Shavelson y col. a las

características estructurales del autoconcepto de los alumnos de nuestro ámbito

educativo con y sin discapacidad visual.

2. Hallamos que nuestros cuestionarios adaptados son instrumentos de evaluación

de autoconcepto con propiedades psicométricas tan validas y fiables como las de

los originales de Marsh y col.

3. Proporcionamos a los profesionales de la educación un instrumento de

evaluación de autoconcepto destinado a un amplio abanico de alumnos o cursos,

desde 2º de primaria hasta 2º de bachillerato, con y sin discapacidad visual.

4. Hallamos que en la población sin déficit visual, los niveles de autoconcepto de

los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato, están determinados por la

influencia de las variables sexo, zona de residencia y fundamentalmente, la edad,

con lo que se demuestra, una vez más, el carácter evolutivo del autoconcepto y

la importancia de analizar la influencia de la edad, al abordar cualquier estudio

sobre esta variable psicosocial.

5. Dado que la mayor parte de las variables consideradas en este estudio no se

muestran determinantes de los niveles de autoconcepto de los alumnos ciegos y

deficientes visuales, podemos inferir junto a Meigham (1971), que la gran

homogeneidad en las respuestas de los alumnos con ceguera/ deficiencia visual,

además del alejamiento y diferenciación que hemos hallado en los niveles de

autoconcepto entre los alumnos ciegos/ deficientes visuales y los alumnos

normovidentes, bien pudiera estar informándonos de la existencia de un perfil de

autoconcepto universal y único para la población de deficientes visuales.

6. Respecto al funcionamiento del autoconcepto, aportamos conocimientos

nuevos, no solo en cuanto a lo que se refiere a la población de nuestro ámbito

educativo en general (con y sin discapacidad), si no y fundamentalmente, a lo

que se refiere al alumnado ciego y deficiente visual, y a la propia esencia del

estudio en el que se realiza una comparación entre las características funcionales

existentes, y las posibles diferencias entre ambas poblaciones, en función de

unas variables comunes a todos los alumnos y otras específicas para los alumnos

con déficit visual, con el interés añadido de haber utilizado unos instrumentos de

evaluación de autoconcepto con propiedades psicométricas rigurosas en cuanto a

fiabilidad y validez.

7. Encontramos que el autoconcepto de los alumnos ciegos y deficientes visuales,

de todos los cursos, especialmente los cursos inferiores, es significativamente

más bajo que el autoconcepto de los alumnos sin déficit visual, con lo que

verificamos que la discapacidad visual es un factor determinante del

autoconcepto de los alumnos de nuestro ámbito educativo.

8. Hallamos que la influencia del profesor es significativamente determinante del

autoconcepto y del rendimiento de los alumnos de nuestro ámbito educativo,

alcanzando un papel, especialmente relevante, en el desenvolvimiento

académico de sus alumnos con y sin discapacidad, y en menor medida, pero de

forma significativa, en las autopercepciones de los mismos, igualmente con y sin

discapacidad, a excepción de los alumnos ciegos y deficientes visuales de

primaria y 1º de ESO.

9. Respecto a la relación causal entre autoconcepto y rendimiento, hallamos que,

bajo un diseño trasversal, el autoconcepto es causa del rendimiento en los

alumnos sin déficit visual, a partir de la adolescencia, no ocurriendo lo mismo en

el caso de los alumnos ciegos y deficientes visuales, en cualquiera de los cursos,

quizás debido a la influencia de terceras variables que medien en dicha relación

causal entre autoconcepto y rendimiento, y que no han sido consideradas en

nuestro modelo de trabajo.

10. Consideramos de interés relevante en nuestro trabajo, el gran número de nuevos

interrogantes que se plantean, las puertas que se abren de cara a futuras

investigaciones para que avance el conocimiento, con la aplicación de técnicas

de análisis causales bajo un diseño longitudinal y con muestras de alumnos

ciegos y deficientes visuales más amplias.

11. Así mismo, ponemos de relieve la urgente necesidad de poner en marcha

programas de intervención, desde una perspectiva multidimensional y de

carácter ecológico, en el que se impliquen, al menos, los agentes educativos

fundamentales (padres, profesores y compañeros), con el objetivo de mejorar el

autoconcepto de los alumnos ciegos y deficientes visuales, en el ámbito familiar

y escolar, y desde las edades más tempranas, debiéndose incluir en el currículo

la promoción de autoconceptos positivos en el aula.