EL ABORTO POR VIOLACIÓN ¿ES MI DECISIÓN?

Una mujer queda embarazada tras una violación. En otro lugar, una niña de 12 años, víctima de

incesto, está embarazada de seis meses. En casos así ¿es necesario o incluso beneficioso el aborto?

Según una encuesta a 192 mujeres que quedaron embarazadas por violación, algunas de las cuales

tuvieron a sus hijos y otras los abortaron. Los resultados de este estudio sugieren que la mayoría de las mujeres que quedan embarazadas por violación ni

siquiera quieren abortar.

Últimamente se ha oído hablar de una propuesta de ley que permite el aborto para las mujeres que han sido violadas. Sin embargo el porcentaje de mujeres

que quedan embarazadas tras una violación es mínimo. Pero más aún, de ese mínimo porcentaje de

violadas que se embarazan, la aplastante mayoría decide tener el bebé, y no aceptan la propuesta del

aborto.

LA HUMANIDAD DEL EMBRIÓN, LA ALTERIDAD DE LOS CUERPOS Y LOS SUPUESTOS CASOS JUSTIFICADOS DE

ABORTO.

Existen tres puntos referentes a estos aspectos cruciales en el asunto;

LA HUMANIDAD DEL EMBRIÓN

Se leen cosas como que un embrión no es un ser humano porque todavía no tiene funciones cerebrales, hay quienes afirman eso, o que “el embrión no es humano, así como la

semilla no es un árbol” (bastante repetido en internet). Este dicho no es coherente ya que semilla no es a árbol lo

que embrión es a humano: ¡semilla es a árbol lo que embrión es a adulto! ¡Semilla es a vegetal lo

que embrión es a humano! La semilla es un vegetal, no es un árbol, pero es un ser vegetal.

Algo engendrado por perros, por más embrionario que sea, ¿podría ser cualquier otra cosa que no sea un ser animal? Más aún, ¿pueden engendrar dos perros algo que no sea perro? Entonces, alguien debería explicar,

¿por qué puede caber la menor duda de que algo engendrado por humanos sea un ser humano? Un

embrión existe y es precisamente lo que les molesta a los abortistas. Algo mineral no puede llegar a ser vegetal, y

algo vegetal no puede tampoco llegar a ser animal.

LA ALTERIDAD DE LOS CUERPOS

Muchos nombraran el derecho sobre el propio cuerpo. Hay quienes se tatúan, se perforan las orejas, la nariz, la ceja, podrán adornarse su cuerpo a su gusto. Si se

inflama el apéndice, se lo sacan; se harán trasplántate de riñón, poner un marcapasos, etc. Pero el embrión (o el feto) que lleva una mujer embarazada dentro de

su cuerpo, no es parte de su cuerpo.

El embrión tiene otro código genético. Si sacamos células de cualquier parte del cuerpo de alguien, en teoría se

podría clonar a esa persona, y si sacara células del embrión que está en el cuerpo de una embarazada, ¿a

quién se clonaría? ¿A la madre o al hijo? Tienen diferente ADN, tienen hasta el tipo de sangre distinto muchas

veces. Está en su cuerpo, definitivamente, y depende de éste, pero no es una parte de su cuerpo. Es un ser, un ser humano, distinto esencialmente de la madre que lo lleva.

¿Qué derecho sí tiene la madre sobre ese “engendro”? Tiene el derecho a darlo en adopción. Eso sí, totalmente. Nadie le exige que lo críe si no lo

quiere. De hecho, si quiere matar a su hijo, no merece tenerlo, y no haría un buen trabajo

criándolo, así que debería darlo en adopción. Aguantar nueve meses medio incómodos es

definitivamente mejor que arriesgar la propia vida y/o quitársela a otro ser humano.

LOS SUPUESTOS CASOS JUSTIFICADOS DE ABORTO.

No hay caso alguno en el que sea justificable el aborto. Si la madre está en peligro de muerte, el médico tiene la

obligación de tratar de salvar a los dos. Si alguno de los dos muere en la intervención, es distinto, pero no se puede buscar directamente la muerte del feto (ser humano), ni

como fin, ni como medio. Si la creatura está defectuosa, la misma naturaleza no le dejará nacer con un defecto

demasiado grave; pero si nace y logra permanecer con vida, la sola existencia de ese pequeño ser humano es ya un bien

en sí mismo.

“¿Y si fuera su mamá o su hermana la que han violado y está embarazada?” Me han preguntado

varias veces, a lo que siempre respondo, sin pensarlo dos veces, “desearía con todo mi corazón

evitarle a mi madre o a mi hermana el trauma, aún mayor, que se llama “síndrome post aborto”,

dice el diácono Ernesto Arosemena.

Las secuelas psicológicas de la violación son mucho más fáciles de superar que este síndrome. Para una mujer que ya de por sí está en crisis por haber sido violada, y ha quedado mentalmente

tan frágil como para dejarse convencer de matar a su hijo, someterla a un aborto sería dejarla en tan deplorable estado mental que la mayor parte del

día pasaría tumbada.

Según informó el diario español La Razón, "se calcula que cerca del 70% de las mujeres violadas no lo notifican y que tan sólo un 1% de ellas quedan

embarazadas.” Médicamente esto tiene su explicación: la adrenalina, sustancia que excretan las

glándulas suprarrenales en situaciones de susto o pánico, cierra el cuello del útero y hace su moco más

espeso, dificultando así el paso de los espermatozoides.

Alentar a la mujer a dar salida a su enojo desplazándolo en venganza contra su hijo,

solamente produce impactos negativos y actitudes autodestructivas en su mente. En el mejor de los casos el aborto sólo oculta uno de los síntomas físicos de la violación, pero en su lugar, la mujer

tendrá que enfrentarse con el recuerdo constante de que ha matado a su hijo, el síndrome post

aborto.

En las víctimas de la violación que quedan embarazadas y que sabiamente eligieron

mantener la vida de su hijo, la elección por el nacimiento es la elección que triunfa sobre la

violación, es la elección del bien sobre el mal, el triunfo del amor sobre la violencia.

Todas las personas que apoyan el aborto están profundamente convencidas de que lo que promueven no es un asesinato. Tampoco

debemos condenar a toda mujer que haya abortado: la desinformación y la desesperación pueden nublar nuestro buen juicio. Obviamente

lo que más necesitan es ayuda.

ENTONCES, ¿ES REALMENTE MI DECISIÓN, EL ABORTO POR VIOLACIÓN?