,AI3R3D ;lU1l^lERt) 22-4w^ E3 NOV'1^?4]^3RE 1945

EL ABORTOEN EL GANADO VACUNO

Por RAFAEL CAMPOS ONETTICel Cuerpo Necional Veterinario.

I tir, ^Luyu2; J,^ ti;^^^ta M;iria d^^l ^'illa

EL ABORTO EN EL GANADO VACUNO

En la e^plotación del ganado ^-acuno e^iste una predispo-sición, por parte de ia mayoría de lus vaqueros, a couformar-se con las pérdidas, apareiitetnente circuilstanciales, que pue-dan recaer en las crías, sin pensar que éstas obedecen siem ^pre a una eausa determinacla y que la casi totalidacl de ellasson fácilmente previsibles, pudiendo llegarse a desterrarlas,lo que permitiría aquilatar el aprovec,haniiento de los pro^duc-tos obtenidos.

Si hacemos una encuesta acerca de los ganaderos dc va-cuno, especialmente de los dedicados a razas de leche, vere -mos una alariiiante proporción de ellos cuyas vacas padecenabortos nl^is o menos frecttentcs, a los que consideran comuine^-itables ; esto se agrava por el hecho de que, muy a me-I1Lid0, el aborto va seguido de anormalidades en la lactación,así como en el celo y preiieces siguientes, e incluso tle esterilidad permanente en otros casos. Estos casos, por su frecuencia y extensión, suman una gran masa de pérdidas para laeconomía nacional qtte es posible y preciso impedir, y a ti,ganadero, principal interesado, van dirigidas las presentes lí-neas, que pretenden ilustrarte sobre este grave mal.

El ganado vacuno padece diversas clases de abortos, peroninguna reviste la importancia de los que son cle naturalezainfectocontagiosa, verdadera calamiclad nacional contra la queel Estado proyecta, en el momento presente, una intensa y am-plia campaña.

Dc esta clase de abortos infecciosos ban de destacarse dosfundamentale^s: el aborto por Braz,celas, o hr^azcelosi^s-tambiénllamado a^borto epi^oótico-, y el producido por parásitos ani-males micr^^scópicos (protozoarios flagelados) del género T^^i-ci^o^ttorouzs.

Aborto epizoó^tico.

F,sta enfermedad es producida por un microbio (13^^2-^cellaabortirs) (r), semejante al que produce la fiebre de Malta de la

(r) Se pronuncia "Brucela".

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cabra, y, como esta enterti}edad, cs taml^i^n transmisible alas personas.

I?ste microbio es de tamaiio tan pequeño que, en el volunien de un catiamón, Podrían caber unos 30.00o millones d.ellos, cahaz cada uno por sí de provocar la enfermedad erttina vaca, ^ inclus^ en la tnujer. Inlagínese cu^_tl ser^l, en pro-porción, la cantidad de brucelas que podría albergar un fet^,^ie vaca abortada teniendo en cuenta que, tanto su cuerpocomo los líquidos dc la purgación, están llenc^^ cle g ĉrmenes :

Fig. i. - EI microbiu cenuante del abvrto epizoótico visti^ al microscopio.(^umentado r•Soo veces.)

y cttál sera el poder difusivo de la enfermedad a la vista deesta aterradora abundancia de agentes infecciosos. Demosgracias a que su resistencia no es mucha, l^ues basta la tem^peratura cle ebullición del agua para matarlos. l:n las secre-ciones clue hayan l^uclido derramarse en el medio ambiente re-sisten también poco : en capas delgadas expuestas al sol, l^^ue ^den destruirse espontáneamente en un día; en cambio, en losabortones no tratados por antisépticos, aunque se entierren,pueden ^^i^^ir hasta tres meses.

No sólo se eliminan brttcelas en el caso de aborto, sino quepuede clarse el de un animal, aparentemente sano, que los eli-mine por la leche y ésta sea portadora de la enfermedad par^ttodo aquel que la consuma cruda.

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^CÓMO ADQUIEREN LAS $EMBRAS LA ENI'ERMEDAll?-El

principal motivo es el contacto con secreciones de otra hem-Lra enferma que haya abortado, pues ya queda señalada lariqueza en microbios, tanto del abortón como de los líquidos^expulsados al tiempo del mal parto. Menos frecuente, aun-due posible, es la transrnisión por medio de los ordeñadores,al cuidar una vaca enferma y hacerlo a continuación a otrassanas, sin desinfectarse las manos convenientemente. Por íil-

Fig. 2.-V^;ca con su feto muerto; el aborto ocurrió durante e] séptimo mesde la gestación. (P'ot. USllA•)

tímo, también pttede darse (aunque, afortunadamente, es muyraro) el que la enfermedad sea transmitida por el toro du-rante el salto, debiendo tener en cuenta que el semental puedeparecer completamente sano y transmitirla, sin embargo, alas hembras que beneficie.

El microbio penetra en los animales por el aparato diges-tivo, por las mamas (ordeño después de haber cuidado otroanimal ya enfermo) e incluso por las vías genitales, cual ocu-rre con el salto-segím hemos didho-o las manipulacionesde reconocimiento en hembras sanas después de haberse con-t^ minado las manos con productos inf ecciosos ; algunos auto-

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res llegan incluso a admitir la infección por la piel, sin pre-vias heridas ; pero esto, que tiene importancia en el hombrei,o la tiene en el ganado vacuno, salvo quizá en los pezonesdonde la piel es sumamente fina.

SírrTOMAS.-Cuando el germen penetra en el organismoe^npieza en seguida a multiplicarse prodigiosamente, invadien-do diversos órganos, aunque sin provocar, generalmente, tras-turnos sensibles, por lo que el mal suele pasar inadvertido.

Unicamente cuando se trata de hembra preñada-bienporque lo estuviera antes de su contagio, bien porque hayasido cubierta después de él-es cuando se presenta el síntom.acaracterístico : el aborto. Por lo común, esto ocurre a los po-cos meses de preñez, siendo absolutamente imposible que elfeto viva; pero cuando el contagio ha ocurrido en la fasefinal de la gestación, puede presentarse tan sólo un parto pre-traturo con feto viable, e incluso un desarrollo normal de lacría y nacimiento a término; aunque, en ambos casos, el re-cién nacido está sentenciado a muerte próxima por llevar con-sigo la enfermedad, provocándole tan graves trastornos quer_o podrá sobrevivir muchos días. Estas crías, en su casi to-t^^lidad, padecen infecciones manifestadas por diarrea, coje-ras con artritis, etc., y que, si no acaban con la vida del nue -^^o ser, hacen de él tm animal raquítico, cuya explotación re-sulta antieconómica.

Es típico, en los partos sucesivos de las hembras enfer-r,:as, cómo se va notando un alargamiento r^tpido del plazo enque el aborto ocurre, de modo que en dos o tres gestaciones,lleya a alcanzar el total de preñez y nace la cría a su fechanormal, aunque también sentenciada a padecer las temiblesenfermedades del recién nacido, que muy fácilmente acaba-rán con su vida.

Tanto en los abortos como en los partos a término, cuan-do se trata de hembras enfermas, es frecuente la retención delas secundinas. Las cubiertas fetales, cuando se expulsan, pre-sentan infiltración gelatinosa, manchas sangttinolentas e in-cluso focos de pus; a veces se desprende fácilmente una capaFbrinosa adherida a su superficie. El feto presenta también,er. sus cavidades, manchas he^morrágicas y copos de fibrina.

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DrAGNÓSTZCO.-A pesar del importante papel que al va-q^lero corresponcle en la luclia contra el aborto infeccioso, enesta enfermedad puede hacer poco sin el auailio del veterina^^río; e incluso éste ha de recurrir al laboratorio para coniir-nŝación del caso.

Es muy importante conocer los antecedentes patulógic^^^(aatayn^^esis ); o sea un resulnen de la historia del suhuesto en -

Fig. 3.-Yara confirmar el diagnóstico ^del aborto epizoótico es necesario tomaruna muestra de sangre y hacer la prueba llamada de aglutinación.

fermo, segítn datos que el propio ganadero puede fácilmentesuministrar. Pero para confirmar el diagnóstico es preciso re-eurrir a un análisis cle la sangre, tomando cle la yugular unoszo centímetros cíibicos, dejándola coagular e investigando eneI suero la presencia cle los anticuerpos, mediante una rear-ción cuya técnica escapa a estas notas divulgadoras, _^^ <<uepermite conocer con certeza si se trata de aborto por Bri.a-cclas.

También pueclen hacerse incíagaciones dc gran valor a par-iir clel feto abortaclo, o cle las envolturas y líquidos que leacompaizan ; pero esto tiene el inconveniente de que sólo esposible cuando se acude en el nlomento del accidente, apart^

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cie que su manejo es sieinpre pelig-rusu, por ser productos ri-cos en gérmenes y tratarse de enfermeda^l transmisible alhombre. Su práctica corresp^nde también elclu^ivamente alveterinario, au^iliado por el laboratorio.

Cuando se trata de un establo con varias vacas es pre-ciso hacer ia toma de sangre en todo el ganado, incluso enlús hembras vacías, pues éstas también pueden estar enfer-r.^as y ser un peligro para las demás. Esta reacción debe prac-ticarse al principio cada seis meses, pero luego no hay incon ^^ eniente en espaciarla de año a año. Un resultado negativo endos pruebas consecutivas permite asegurar que el animal estáe}:ento de "brucelosis", pero conviene seguir examinándol^cada año ante el peligro de un contagio posterior.

Tx^^r^^ziLívi^o.-z Y qué hemos de hacer con los que re-sulten positivos en algím análisis ? Varía según que la hem-bra esté o no prefiada. 5i se trata de ^hembra preiiada y la in-fección ha llegado ya al feto no puede, desgraciadamente, ha -cf:rse nada para impedir el aborto, y lo mejor es procurar queno se contagien las demás. Si la ^vaca ha parido a término, oincluso ha abortado, deberán e^traerse las sectmdinas y la-var la matriz con agua hervida, a la que se han agregado pre-viamente unos nueve gramos (una cucharada sopera sin col-mo) ^le sal de cocina. Este lavado será todo lo amplio que sepudiere para conseguir que el agua salga completamente claray se repetirá diariamente hasta que haya terrninado por com-pleto la purgación. No debe ec^arse nuevamente al toro hastaI^asados tres o cuatro nuevos celos, como mínimo,

^1EDios PRF vL^1 ivos.-En ésta, como en todas las en-fermedades, lo mejor es evitarla, cuidando de no introduciren el establo ganado enfermo y, si e^iste alguno ya, procurarque no contagie a los demás. "1'oda nueva vaca deberá tenersee^z cuarentena antes de unirla a las otras y es niuy convenientehacerle un análisis cie sangre.

To^da vaca abortada será considerada sospechosa y some-t^da a un cuidacíoso reconocimiento y análisis en la forma di-cha, manteniéndose mientras aislada de las demás, limpiandosu plaza enérgicamente con lejía cle sosa hirviendo, al ro por

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ioo. Ayuda a esta práctica el tener en el establo un local es-pecialmente destinado a paridera, donde se llevarán en cuanto^aparezcan los síntomas de parto o aborto. En caso de sospe-cha, deben destruirse por cremación o enterramiento profuri-do los residuos del parto. Toda hembra sospechosa o ciertade padecer la enfermedad debe ser sentenciada para susti-tuirla en la primera ocasión que se presente, repoblando el es-tablo excltisivamente con ganaclo sano.

En el ordeño deberá tenerse la precaución de atender en,úitimo lugar a las vacas sospechosas, y su leche debe impres-cindiblemente ser hervida o pasteuriza^la antes de darse alconsumo. Es asimismo interesante cuidar de que el toro seasano y con éste no debe haber tolerancia, pues si se demues-tra que el análisis es positivo, debe ser inexorablemente eli-minado, ya que todas las vacas a las que beneficie abortaráncon seguridad, y no hay para él tratamiento eficaz.

Cuando el ntzmero de reses enfermas es elevado, debe lle-garse a disponer de cíos establos independientes, alojando lossanos en uno y reservando el otro para los enfermos, que se-rán siempre cuidados en último lugar. El parto se hará tam-bién en locales independientes.

Vacu^ACió^.-Ha sido éste un asunto muy discutido cincluso en riuestros días no se ha llegado a un criterio unáni-me. ^ Es posible inmunizar el ganado por medio de vacunasque, siendo inofensivas, le preserven de los riesgos de un con-tagio eventual? Se han usado vacunas muertas, pero su re-sitltado ha sido poco alentador. En cambio las vacunas vivasse han mostrado más eficaces, pero tienen el inconveniente d:cue pueden transformar a los animales en portadores perma-tientes, que lleven el contagio a ganado sano e incluso al hom-bre; además, si se aplican durante la preñez se corre el ries^;^ac^.e que se produzca el aborto.

Actualmente se está aplicando mucho, al parecer con éxi-tc, una vacuna muerta "lanolinada" que, siendo inofensivafprotluce inmunidad apreciable.

Pero la vacuna más empleada en los países adelantados yc!e la que ya se empieza a hlcer uso en España es la prepa-rada con la cepa B i9, qtte, siendo vacuna viva, es inofensi-

ti-a, reuniendo las ventajas de las vacunas vivas sin sus in-convenientes. Lsta vacuna debe emplearse en terneras de cin-co a siete meses.

De todos modos no debemos olvidar que, sea cualquieral;i vacuna empleada, no por eso quedamos libres de aplicarlas medidas higiénicas generales : aislamiento, desinfección,eliminación pattlatina de las hembras enfermas, etc.

Aborto por trLC^omoniasis.

Esta enfermedad, relativamente nueva en Lspaña, se pre-senta sobre todo en la montaña cantábrica, siendo las provin-cias de Santander y Asturias las que van a la cabeza. Peru,t^recisamente por ser reciente, es poco conocida aún de nues-tros ganaderos y Pn muchos casos pasa inadvertida, atribu-yéndose sus perjuicios a diversas causas no contagiosas. Noobstante, la alarmante extensión que va adquirientlo de unniudo progresivo ha obligado a colocarla entre aquéllas cuyaextinción es urgente, y en estos momentos se estudia por lasjerarquías oficiales superiores un amplio plan de lucha qucpermita su radicación y libre a la ganadería vacuna del paítide los cuantiosos perjuicios que ocasiona.

El agente causante de este proceso-Tric^lao>?ioraas f oe-tres ( i) es un parásito alargado de tamaño bastante mayorque las Brucelas, pues su longitud es veinte veces mayor quela de éstas, siendo cinco veces más grande el diámetro trans-versal; no obstante, e^ también invisible a simple vista y úni-camente puede observarse al microscopio ; para medirle he-r;os cíe usar la "micra", es decir, la milésima parte del milí-metro, siendo de unas 25 por i4 micras su tamaño medio.

Tiene el T^^ico^yrtioyi^zs forma ligeramente ovalada; de unocie sus eYtremos parten tres flagelos o filamentos ; del otroaxranca un cuarto flagelo del que se vale como medio de pro-pulsi.ón para moverse en el líquido donde reside. I^TO se en-cuentra más que en el e^udado vaginal o uretral y, a diferen-cia de las Brucelas, no pasa a otros órganos, ni a la sangre,r,iotivo por el que las secreciones, cual la leche, no son peli-

(i) Pronúnciase "Tricomonas".

grosas, ni aun procediendo de hembras claramente enfermas.El único medio de contagio es el coito y, por esta causa, tienesuma importancia en su difusión el toro semental.

Esta en.fermedad sólo afecta al ganado vacuno.La aparición inicial en un establo se debe, generalmente.

a la cubrición por un toro enfermo, no siendo posible en la:s:condiciones naturales el contagio directo de hembra a hembra.

SírrTOMAS.-Varían según se trate de machos o de hem-bras. En el `toro se aprecia al principio tma. inflamación del

Fig. 4.-Exudado purulento vaginal de una vaca, con Tricboyn^onas (esquemático)-A la derecha, Tricho^nonus foetus visto con mayor aumento. (Aproximadamen-

te, Looo diámetros.)

prepucio con abundante exudado mucopurulento ; la mucosadel pene está inflamada y ofrece formaciones nodulares deitamaño de un grano de mijo. El animal pa^lece grandes mo-lestias y rehusa realizar el salto ; también es molesto el actade orinar. Es frecuente que estos síntomas vayan cediendaprogresivamente y el semental quede casi curado en aparien-cia; pero esto ofrece aítn más peligro pues, a pesar de estar:^ejoría, continúa eliminando tricomonas y contagiando a lasvacas que monta.

En las vacas se inicia por una inflamación de la ma-t^-iz, al principio sin trastornos muy alarmantes : exuda-do mucapttrulento, hinchazón de los labios de la vulva, en-rojecimiento de la mucosa y pequeños nódulos del tamañade los del pene del toro; es decir, como un grano de mijo.En esta f ase puedé ser cubierta la hembra con éxito ; pero,

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como el proceso avanza, alcanzará pronto al teto }- se pro-clucirá el aborto, a veces en plazo tan br^ve que pasa inad-vertido al ganadero.

13n las hembras en que la infección es más antigua lo>síntomas predominantes son la presencia de "piómetra" y laesterilidad. El primero consiste en el acínnulo, en la cavidadmaternal, de gran cantidad de pus que puede llegar en caso=,excepcionales ^hasta los ioo litros. Este líquido, muv abun-dante en tricomonas, es e^pulsaclo periódicamente al e^teriorcacla vez que su volumen rebasa la capaciclacl tnátima tole-ra^cla por la rnatriz. Las hembras en estas rondiciones no que-dan cubiertas; el celo es frecuentemente an^rmal, y todo ellose agrava por el hecho de qtte, al scr cubiertas por ut: mach^s^no, le conta^ian y hacen qtte éste, a su ^-ez, inocule a la5vacas que sucesivamente vaya cubriendo.

D1.^c^úsrrco.--La "piónietra"-es decir, el acíunulo depus en la matriz-, la esterilidad o abortos prematttros, se-gím los casos, y el celo alterado, son sig^nos más que sufi--cientes para sospechar de tricomoniasis ; pero el diagnósticc^def nitivo corresponcíe, también en este caso, al veterinario.

Se lle^-a a cabo mediante el eYamen al microscopio de eYU^-dado vaginal fresco, sin teñir con colorante alguno; es fáci:verlos mcwerse, cruzando el campo visual con rapidez me-tliante el fla^elo que les sirve de órgano de l^comoción. Tam-bién puede hacerse la observación a partir de los líquid^s ex-pulsados en el aborto, envolturas fetales, etc. En el toro serecurre al exudado qtte tapiza la mucosa peniana.

Trz:^^r^^^^trr^TO.-Desgraciadamente, el tínico remedio degarantía es el preventivo, evitando el contacto de una hem-bra sana con macho enfermo, o viceversa. Se han recomendado muchos medicantcntos, pero con frecttencia fi-acasan.Puede intentarse, en el toro, el lavar el pene, antes de dar elsalto, con nermang-anato, solución de Lugol o Entozón ala^ nor I.ooo. Los mismos lavados, usando gran cantidad delíquido hasta que sal^=a limpio, pueden emplearse en las hem-bras, pero, segítn queda dicho, se fracasa muv a menudo.

Lo rnás práctico es cerciorarse de que el semental está

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sano y, por otro lado, el paradista se asegurará de que su torono cubra a hembra enferma. Teniendo en cuenta que el úni-co medio de transmisión es el coito, suspenderemos el pro -greso de la enfermedad en cuanto se cuide de que ambos ani-males están libres de ella.

Otros abortas.

No cabe, en los límites de esta divulgación, el tratar deotras causas de aborto distintas a las dos descritas, únicasque por sti frecuencia alcanzan el grado de verdadera calanlidad.

Repasemos brevemente algunos de estos abortos.A) A^ox ro Pox I^ibyio f oet.us. - No tiene importan -

eia alguna, aparte de su escasa o nula presentación en España, porque generalmente queda reducido a una sola vez, demodo que la ^hembra suele parir a término en la gestación su-cesiva. Su transmisión se efectúa por el coito. Los síntomassuelen ser muy poco aparentes, y sólo un análisis microscópi-co permite el diagnóstico exacto.

B) AsoRTOS MlcxoBlANOS I^zlxTOS.-Además de los mi-crobios señalados anteriormente, hay una flora diversa que,de un modo aislado, o en combinación varios de ellos, son ca-paces de provocar el trastorno que nos ocupa. Este obedecegeneralmente a manipulaciones imprudentes (reconocimiento por vaqueros con las manos sucias, saltos a destiempo, etc.)que llevan los gérmenes ^al interior de la matriz y provocanuna infección que acaba con el nuevo ser. Las hembras enestas condiciones serán lavadas con soluciones antiséptica^(cloramina, permanganato potásico, sulfamidas, etc.), y noserán cubiertas hasta que desaparezcan los signos de la "me-tritis" consecutiva al aborto. Generalmente no tiene conse-cuencia en gestaciones sucesivas.

C) CAUSAS ALIMI:NTICIAS. - Uri régimen de alimenta ^ción deficiente, en cantidad y calidad, especialmente si es po-bre en sales de calcio y fósforo, puede acarrear el aborto _v,con frecuencia, la esterilidad.

GRAFICAS ^UGUINA ^ MELENDEZ VAI_UES, ^- MADRIll