eisp en rano raraku - rapa nui

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  • 7/27/2019 EISP en Rano Raraku - Rapa Nui

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    Dtd

    moai

    Arqueologa en Rapa Nui

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    Isla de Pascua es un sitio arqueolgico inigua-lable pero quiz uno de sus volcanes ms im-portantes, el Rano Raraku, un vrtice de tierraindmita de cuyas laderas fueron cincelados

    y extrad os los moai, y donde se puede ob-servar el proceso de su tallado en cada una de susetapas, merezca una visita pausada. Es aqu donde

    yacen aproxima damente 400 de las c asi 1.000 es-tatuas que se esculpieron en el pasado, algunas delas cuales han sorprendido especialmente a milesde investigadores y visitantes.Es en este lugar donde se encuentra, por ejemplo, unmonumental moai inacabado, an permanece ado-sado a la roca de la ladera exterior del volcn y dejaperplejo a todo aquel que con su mirada pueda cal-

    cular su tamao y peso; 20 metros de altura y 80 to-neladas. Nadie se explica cmo pensaban moverlolos antiguos rapanui y menos an levantarlo. Es unode los enigmas que atrae a un sinfn de amantes delmisterio, de la historia y la aventura hasta esta remo-ta isla situada en medio del ocano Pacco.Si seguimos caminando por la ladera exterior haciala costa, encontraremos tambin el simptico moai

    Adems de albergar losmoai ms singulares, el RanoRaraku es uno de los lugares

    ms msticos de la isla

    Tuturi, una pequea escultura de formas regorde-tas y en cuclillas que posee un estilo completa-

    mente diferente al resto y que se considera uno delos ms antiguos de la isla.Pero, adems de albergar los moai ms singula-res, el Rano Raraku es uno de los lugares ms msti-cos de isla de Pascua, un espectculo sublime paranuestros sentidos, con un hermoso lago dador devida en su interior y sobre todo, con casi 400 enor-mes cabezas inclinadas, asomando de las entraasde la tierra, vigilando los vientos, saludndonos anuestro paso, sonrindonos y susurrndonos leta-nas que se cantaban en ese centro mgico duran-te extraas ceremonias en un pasado no tan remo-to, algo que las nuevas investigaciones comienzan ademostrar de forma fehaciente.

    Un poco de historiaUna de las primeras preguntas que surgen al ca-minar por sus verdes laderas es por qu todas esasenormes estatuas son slo cabezas o mejor di-cho, por qu todas se hallan semienterradas. De

    hecho, hace poco tiempo se converta en viral laabsurda noticia de que los moai tienen cuerpo! Mu-cha gente pensaba que realmente eran slo cabe-zas, y al ver publicada una vieja fotografa de ThorHeyerdahl, millones de personas se percataronque los moai no eran cabezas, sino cuerpos ente-ros. La foto en cuestin, inmortalizaba el momentoen que Heyerdahl y su equipo se tomaban una fo-tografa, en 1987, junto a un moai que haban exca-vado el ao anterior en la ladera externa del vol-cn Rano Raraku para el cartel de una exposicin enel Museo Kon Tiki (Noruega) inaugurada en 1988. Lasupuesta noticia, no era tal. Pero es que ya en 1955,este aventurero haba excavado otro moai cerca-no, uno muy curioso por cier to, con un extrasimo

    ra interna del Rano Raraku, la increble cantera delos moai. Despus de la seleccin de un rea de 10x 6 metros en la ladera, y de dos moai, basada en uncompleto mapeo y estudio preliminar de la laderadel volcn, desarrollado por el equipo del proyec-to durante cinco aos, el rea a excavar fue dividi-da en cuadrculas para cada una de las dos estatuas.

    Un toki con metalMuy pronto comenzaron a salir a la luz artefactosque anticipaban una campaa llena de hallazgosinquietantes. Durante el proceso de limpieza depastos y vegetacin, y de colocacin de una vallapara impedir el acceso a los caballos que pastan li-bremente por la zona, se encontraron tres toki (ha-

    chas de basalto con las que se esculpan los moai),cuando se excavaban los agujeros para los pos-tes. En pocos das, ya se haban recolectado diezde estos utensilios, y al nal de la primera campa-a 2010, el nmero ascenda a varias docenas, unode ellos desconcertante, con restos de metal, loque an no ha podido ser interpretado satisfacto-riamente, ya que no existen metales en la isla, y losmoai dejaron de esculpirse varios siglos antes de lallegada de los primeros europeos. Si visitas la islaahora, an son visibles estos dos moai cercadospor las vallas de madera, e incluso dependiendo dela poca del ao en que viajes, podremos ver tra-bajar a los arquelogos. Quienes ya habamos es-tado en el sitio antes de 2010, nos sorprendimosal constatar la existencia de un nuevo camino detrnsito fuera del rea de excavaciones para evitarque el viajero pase cerca de las mismas y una enor-me terrera algo alejada del mismo, a pesar de quela tierra es re-utilizada para rellenar las cuadrcu-

    las despus de cada campaa de excavacin. Peroel gran espectculo consiste, en realidad, en poderpresenciar la supercie de esos dos moai tal comoera antiguamente: mucho ms lisa, oscura y librede lquenes y hongos, por haberse mantenido bajotierra, a salvo de los agentes atmosfricos, duran-te quin sabe cuntos centenares de aos. Y lo ms

    increble: unos im-presionantes petro-glifos en sus espalda

    y brazos, con extra-os smbolos quean no han podidointerpretarse com-pletamente.

    petroglifo grabado en el torso, que representa unbarco de tres mstiles (como lo europeos, que lle-

    garon por primera vez a la isla en siglo XVIII). Por sifuera poco, a principios del siglo XX, en 1914, la ar-queloga britnica Katherine Routledge haba ex-cavado ya un moai en este mismo sitio, descubrien-do el resto de su cuerpo ptreo, que se encontraba,como los otros, enterrado por el paso del tiempo,la lluvia y los tsunamis. El misterio de las cabezaspues, ya estaba desentraado haca mucho tiempo.

    Desenterrando los moaiMs tarde, fue Jo Anne van Tilburg (EISP), junto aCristin Arvalo Pakarati (co-director del proyec-to) quienes, en 2010, comenzaban a excavar dosmoai del mismo sitio, pero en la ladera interna delvolcn. Un trabajo interesantsimo que arroj da-tos reveladores para la reconstruccin de la vidade los artesanos que trabajaban en las canteras delos moai. Una vida, que sorprendentemente, no sereduca, ni mucho menos, a picar piedra volcnica

    y c incelar pesadas estatuas . El EISP ( Easter Island

    Statue Project) posee una historia que se remon-ta a veinte aos de trabajos arqueolgicos en RapaNui, con el principal objetivo de crear un completoinventario de los moai de la isla, y compilar todoslos registros fotogrcos histricos existentes decada uno de ellos. Slo uno de los ms de 46 queexisten en el interior del volcn, haba sido expues-to a excavaciones no cien-tcas ni documentadas enel pasado. Con la campa-a iniciada en el ao 2010,por primera vez se lleva-ban a cabo excavacionesarqueolgicas controla-das y cientcas en la lade-

    Moai TuTuri, pequeo, regordete y acuclillado, de un estilo completamente distintoal resto de los casi 1000 moai de Isla de Pascua y uno de los ms antiguos. Al fondo, sedistingue el ahu Tongariki, con 15 estatuas monumentales que dan la espalda al mar.

    los Dos Moai a excavarantes del inicio de lacampaa en la laderainterior del volcn RanoRaraku (en el centro).

    algunos De los Toki

    (hachas de basalto paraesculpir los moai) extraddel rea de excavacinson inventariados por losinvestigadores. (sobre estalneas).

    Situada en medio del ocano Pacfco, Isla de Pascua

    es uno de los lugares ms evocadores y misteriosos del

    planeta. Sus icnicos moai siguen desafando a la cien-

    cia que trata de desvelar la respuesta defnitiva.

    tto A G foto A G y Jo Ann vn Tibg

    en portada

    Rano Raraku:desenterrando los moai

    Alex Guerra Terraes arquela aura de la ela"Rr".

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    El Rano Raraku podra habersido, adems de la canterade los moai, un importantecentro ceremonial

    Enigmticos petroglifosEn la segunda campaa, Jo Anne van Tilburg yCristin Arvalo Pakarati establecieron un reamayor detrs de uno de los moai grabados conpetroglifos para crear un espacio seguro dondetrabajar, limpiarlos y documentarlos. Entre losmotivos, destacan una representacin muy visi-ble de Makemake (antiguo dios rapanui), y otrosde sus diseos, son frecuentemente variacio-nes de una estrecha gama de elementos, conoci-dos en la iconografa rapanui unos, poco usualesotros, y que estn mezclados en interesantsi-mas y originales composiciones. Muchos se re-fieren a vaka (canoas), o quiz reimiro (adornospectorales con forma de una canoa), que han sidocuidadosamente medidos y dibujados por el di-bujante rapanui Cristin Arvalo Pakarati. Deba-

    jo de los ni veles y a exc avado s ant erio rment e, losinvestigadores encontraron algunos elementosde gran inters para la reconstruccin de la fun-cionalidad, cronologa y significado del moai, in-cluyendo carbn, coral, pigmentos usados parafines rituales y fragmentos de huesos humanos,stos ltimos dejados en su sitio despus de sucompleta documentacin in situ, debido al pro-tocolo respecto al patrimonio cultural de RapaNui, donde los descendientes an viven con susrecuerdos. En niveles inferiores, se registr mscarbn (lo que siempre es til para las datacio-nes), huesos de rata polinsica y una gran canti-dad de ms herramientas: los toki. En realidad, nohay lugar a dudas sobre la manera en que fueronesculpidas estas enormes moles. Lo que supone

    un interesante aporte, son los complejos graba-dos de ambos moai excavados, que los hace ni-cos en la isla y tal vez portadores de nuevas in-formaciones que podrn conocerse cuando lossmbolos terminen de ser analizados.

    Un centro ceremonialOtro de los elementos inquietantes hallado en lasexcavaciones fue una masa con la forma y tama-o de un huevo, constituida por un concentrado ypuro kie'a, un pigmento rojizo que se usaba en ri-tos y ceremonias, cuya fuente se encuentra muyalejada del volcn. Esto revelara algo ms acercade la vida de los artesanos escultores, sugiriendoque el Rano Raraku podra haber sido, adems dela cantera de los moai, un importante centro ce-remonial, idea apoyada por la presencia de cami-nos que salen en todas direcciones desde el vol-cn y que se cree eran los ana o te moai (caminosceremoniales), a travs de los cuales trasladabanlos moai. De hecho, las leyendas cuentan algunashistorias sobre la importancia sagrada de este sitio

    y los e spri tus que lo r ondan . Po r s upuest o, p re-gunt a un buen amigo rapanui sobre este hecho,

    y la respue sta fue contund ente: ellos no tiene nninguna duda, los aku aku o varua, estn muy pre-sentes en todas sus leyendas y tradiciones orales,

    y e l t ema es muy intens amente vivid o, e n m ayoro menor medida, por los habitantes originarios dela isla. Y el volcn que nos ocupa, es ciertamen-te, un lugar muy especial en este sentido ya que enel pasado se sospechaba -y ahora se conrma-, eraun centro mgico-religioso.

    La casa del arikiPero no slo de magia vive el hombre. Si observa-mos con atencin el suelo durante nuestro reco-rrido, encontraremos algunas estructuras de pie-dra que hablan por s solas. Al Rano Raraku, nose acuda durante el da para realizar un trabajo yvolver al da siguiente sino que era un lugar don-de se desarrollaban mltiples actividades, ademsde las ritualsticas, que se reejan en una enor-me cantidad de estructuras domsticas que se ha-llan en sus alrededores, como casas (hare paenga),hornos para cocinar (umu pae), gallineros (haremoa) e invernaderos (manavai). Durante las ex-cavaciones dirigidas por van Tilburg, fue excava-do un hare paenga (casa-bote) en muy buen es-tado de conservacin, compuesto de 17 grandespaenga (piedras de basalto alargadas, con aguje-ros donde se encajaban las varas que sostenan eltecho vegetal) y un taupea (pavimento-terraza deporo o piedras redondeadas por la erosin). Se-gn una anciana rapanui, esta casa se llama HareKai Nga Poki, y en ella moraba probablemente unrey o ariki.

    excavacin de pequeosfragmentos de huesoshumanos en la laderainterior del volcn RanoRaraku.

    en el coMplejo Tahailejos del volcn, se erige elahu Ko Te Riku (pginasiguiente), donde unmoai pierde su mirada alatardecer.

    en portada Rano Raraku

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    Es imposible pasar unas horas en este mgico lugar, rodeados decientos de pesados moai, sin pensar en el eterno enigma de su trasladodesde la cantera hasta la costa

    sabas que...

    Los Aku-akuson espritus?

    La poblacinactual rapanui est dividida entre los que real-mente creen, y los que ven los esprit us como an-tiguas historias. Muchos estn tan occidentaliza-dos como nosotros y no les agrada dema siado quese les mire como creyentes en cosas del ms all(po o mundo de los espritu s), que estn ms cer-canas a su historia lejana, y sobre todo a la his-toria oral, que a su cotidiano (kainga o tierra omundo real). Pero una cosa es ciert a: el puebloantiguo rapanui, tanto como la mayora de anti-guas comunidades, integraba a su vida cotidianaritos mgicos durante los cuales se comunicabancon sus dioses y seres del ms all.

    Los moai y las leyendasEs imposible pasar unas horas en este mgico lugar,rodeados de cientos de pesados moai, tan cerca,tan imponentes al lado de nuestra humilde presen-cia, sin pensar en el eterno enigma de su trasladodesde la cantera hasta la costa, donde eran erigi-dos encima de sus plataformas o ahu. A pesar de los

    experimentos realizados, es una problemtica quecontina siendo motivo de discusiones entre losinvestigadores, a veces encarnizadas. Algunas le-

    yendas, no ob stante, describ en c mo los antiguosrealizaban esta ardua tarea: Para arrastrar un moaia la costa, al ahu Tongariki, colocaban un troncode un rbol en un hoyo; a este tronco lo llamabantuu. Lo amarraban con sogas, haciendo triple ama-rra para sujetarlo bien. Al estar rme el tuu, ama-rraban a media altura el tonga, palo transversalLevantaban entonces el moai y lo ataban con sogaen el tonga. Esto fue referido por Santiago Paka-rati al Padre Sebastin Englert (1888-1969), que lopublic en Leyendas de Isla de Pascua. Sobre lacolocacin del pukao o moo encima de la cabe-za del moai, el sacerdote recogi algunos testimo-nios que decan recordar las leyendas: Para colocarel pukao sobre un moai, tuvieron que amontonarpiedras; volteaban entonces el pukao sobre s-tas hasta llegar arriba, a la cabeza del moai. Usan-

    do una angarilla hecha de gruesos palos, lo hacanentrar en la cabeza. Despus deshacan el amonto-namiento, sacaban las piedras y las dejaban para elahu. Este, fue contado por Carlos Teao Tori y pu-blicado tambin en Leyendas de Isla de Pascua.

    Moai que caminanDesde que Von Dniken asegurara que cosmonau-tas haban ayudado al antiguo pueblo rapanui en eltraslado de los moai, mucho agua ha corrido en tor-no al tema. En los aos '50 y '60, fueron Thor He-

    en portada Rano Raraku

    panorMica de los moaisemienterrados de la laderaexterior del volcn RanoRaraku.

    el equipo de especialistasse prepara la excavacin deuno de los moai (pginasiguiente, arriba).

    la hare kai nga poki,hare paenga (casa) excavadapor el equipo de Jo Annevan Tilburg en la laderainterior del volcn RanoRaraku (debajo a laizquierda).

    jo anne van Tilburg(al fondo) trabaja consu equipo en la criba detierra removida (Inferiorderecha).

    Captura el cDigo qrpara acceder al contenidoadicional: Moai quecaminan.

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    El ltimo trabajo de Terry Hunt y Carl Lipo demuestra la relativa facilidadde mover un moai con un simple sistema de cuerdas y fuerza humana

    Todos los experimentos queintentan recrear las tcnicasreferidas en la tradicinoral han sido realizados conmoai de apenas 5 toneladasmientras que los del ahuTongariki, pesan ms de 20

    Conocido antiguamente como Maunga Eo, el RanoRaraku contiene, como el volcn Rano Kau,una laguna en su inter ior, de tres metros de profundidad en su parte mshonda, siendo una de las pocas fuentes naturales de agua dulce de l a isla.En sus mrgenes crece abundante vegetacin, principal mente juncos detotora. El sendero que lleva a esta laguna es independiente del que recorrelas laderas donde se encuentran los moai, por lo que el visitante debe po-ner atencin en no perderse esta belleza escondida en lo profundo del cr-ter, y encontrar el camino cierto.

    la laguna delMaunga eo

    Viit Rno RkEs u crer lcc rmad dela ceza csldada, al ese dela sla de Pascua, ere el Pe, elHu I el Pu.

    cm

    Rapa Nu ( Isla de Pascua) rmapare de Chle.Desde el aerpuer de Madrd-Barajas ha uels dars drecsa Saa de Chle c LAN, uaez all, ds eces pr semaa lamsma cmpaa uela hasa RapaNu, e u raec que dura cchras.La sla carece de raspre plcper sempre puedes alqular ucche, mcclea ureaursca para llear al lc desdeHaa Ra.Oj: Aes era ua sa de pa,per desde el 2012 las eradaspara acceder al Ra Rarau slse ede e el aerpuer ela CONAF, pr l que deemsadqurrlas al llear a la sla.

    y

    Aer aprxmadamee de 9:00 a19:00 depeded de la pca dela, la erada cjua para elRa Rarau Or (ds cs

    ss arquelcs de la sla parals que se paa ua asa) cuesa30.000 pess chles (us 45eurs) para ls exrajers.

    Ms inForMacin

    www.sladepascua.cmwww.pralrapau.clwww.uadesladepascua.cl

    libro recoMenDaDoDesas a la Hsra,Lrez Ferdez BueLrs Cpula (2010)

    .

    viajar a rapa nui

    yerdahl y William Mulloy quienes demostra ronque era posible trasladar estas estatuas (de 5 to-neladas) con la ayuda de sogas y troncos, ya fue-ra en forma de horquilla o de rieles. Ms tarde, enlos aos '80, Charles Love y Pavel Pavel realiza-ron experimentos con reproducciones en cemen-to que demostraban lo mismo. El ltimo trabajo alrespecto, desarrollado por Terry Hunt y Carl Lipo,tambin demuestra claramente la relativa facilidadde mover un moai con un simple sistema de cuer-das y fuerza humana, sin utilizar ni siquiera troncos,sino balanceando el moai de pie, usando su centrode gravedad. No obstante, todos los experimentosque intentan recrear las tcnicas referidas en la tra -dicin oral, han sido realizados con moai de apenas5 toneladas, mientras que algunos de los que es-tn erigidos en sus plataformas, como uno de losdel ahu Tongariki, pesan ms de 20. La pregunta esevidente: Por qu realizan los experimentos conmoai tan pequeos? Una cosa es mover 5 tonela-das, y otra cosa es mover 20. Los isleos, hablan demana.

    El mana sagradoLos moai no son simples estatuas de piedra, son se-res vivos, imgenes de los antepasados o tupuna,imgenes cargadas de espiritualidad, de mana. Losahu sobre los que se erigen, antes eran lugares sa-grados donde se enterraban los cuerpos de los fa-llecidos de alto rango en pequeos compartimen-tos, con aire y espacio que dejaba circular el mana.

    Se haca siguiendo una tradicin, y por razones muyespeccas, segn las creencias religiosas. Ahoralos cuerpos se apilan en dos pequeos cemente-rios catlicos que distan mucho de la esencia rapa-nui y su idiosincrasia. Es posible que los moai ca -minaran? Es posible, con ingenio, sogas, troncos yfuerza humana. Y mana. Ellos as lo ven, y obser-van como muchos de los enigmas que an quedanpor resolver no son tales pues, la verdad est ahante nuestros ojos, bella, interesante, apasionante,ms que las fantasas que por dcadas hemos tejidodesde nuestras mentalidades cientcas.Qu es exactamente el mana? Para los rapanui esuna energa pura, presente en todos los seres vi-vos, entre ellos las rocas y sobre todo los moai, ypor supuesto el hombre, que tiene mana por na-turaleza y puede utilizarlo cuando ha aprendido.Los antiguos rapanui lo saban. Pero la prdida del

    sentido espiritual de la vida no les deja desarro-llar ese dote actualmente. Antiguamente, al man-tener los huesos de los difuntos sobre la super-cie se estaban conectando con la tierra, con todasu energa, que iba constantemente renovndo-se de nuevos espritus o varua, por cada genera-cin que deba recargarse, a su vez, de esta ener-ga para subsistir. Segn ellos, est escrito en loskohau rongorongo: mantengan sus huesos en losahu o perdern el contacto con el ancestro parapoder guiarlos. Se dice que el rapa nui slo vive elda a da, que no se proyecta, y es cierto, porque lconsidera que no es necesario planicar un futurocuando se vive con el espritu libre y se est carga-do de mana.

    Iorana Rano RarakuIorana es una expresin rapanui que, como elaloha hawaiano, se utiliza tanto para recibir comopara despedir. No es fcil decir adis a uno de loslugares ms msticos del mundo, un lugar queguarda an tantos enigmas sin resolver, y queemana una fuerza espiritual tan vigorosa. Seresta fuerza el mana de los antepasados que allse encuentran enterrados? Sabremos algn dacmo, exactamente, se trasladaban los moai mspesados por kilmetros y kilmetros sobre es-carpados terrenos?Antes de alejarme echo un ltimo vistazo gene-ral al volcn que se ve de lejos como un mantoverde salpicado de manchas de ceniza oscura.Suspiro profundamente y pienso que jams po-dr quitarme de mi olvidadiza retina aquel pai-saje nico en el mundo. No, definitivamente haylugares que no pueden ser olvidados.

    en portada Rano Raraku