educacion moral niños revista nuestro tiempo

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http://www.bienvenidosalafiesta.com/ index.php? mod=Indices&acc=Inicio&acc2=Articulos&autId= 000000010K&autLetra=&autPais = EDUCACION MORAL NIÑOS Itinerarios morales difíciles Este artículo fue publicado en la revista NUESTRO TIEMPO en diciembre de 2003. Son muchas las novelas que, directa o indirectamente, muestran las deficiencias que se producen en el desarrollo moral de los niños. Debido a que todas las «buenas educaciones» se parecen y en cambio las «malas educaciones» se diferencian, estas últimas son las que normalmente tratan los novelistas. En esta clase de relatos el punto de vista más habitual es el del niño, el de quien sufre y paga los errores educativos. Y lo que normalmente subrayan es que, cuando son tantos los factores que influyen, para educar hay que dejar abiertos a la comprensión todos los caminos, pues no hay un sistema óptimo universal para dar la formación moral. Ésta es un traje a medida, como muestran las novelas valiosas sobre las dificultades con las que tropieza el niño al crecer, u otras que se detienen en las consecuencias de haber recibido una educación defectuosa. A mi juicio son relatos que hacen pensar, que ayudan a superar las limitaciones que muchas veces los adultos tenemos para ponernos en el lugar de los chicos, y que señalan con claridad que si educar mal se puede hacer de muchos modos, educar bien sólo se puede hacer de una manera. Como no es infrecuente que se intente atribuir a la literatura, y más aún a la Literatura infantil y juvenil (LIJ), una misión formativa que la sobrepasa, es conveniente una precisión. «Socializar» al niño, enseñar historia, dar a conocer el funcionamiento de un reactor, aclarar el sentido de la vida..., no son misiones para las novelas, aunque de todo eso puedan y deban hablar. Ningún relato sustituye las enseñanzas de un padre o un profesor, o las propias de un tratado de fauna o de filosofía. Las ficciones, del tipo que sean, sirven para ver las contradicciones y para contrastar las teorías, para completar conceptos y para gobernar las paradojas de una realidad que tiene muchos matices. Por eso son tan resistentes a entrar en los moldes de quien cree tener seguridades, y por eso, aunque haya que pedirles que se hagan cargo de la seriedad de las preguntas, no hay por qué confiar en que den respuestas, pues pueden no tenerlas. Con frecuencia, las ficciones sólo son capaces de apuntar qué cosas son inaceptables y qué métodos no son válidos o tienen inconvenientes. Y en no pocos casos eso ya es mucho. I - Chicos desconcertados Al crecer, el niño va contrastando lo que ve con lo que oye. Entre las influencias que le llegan no siempre tiene fácil llegar a saber con claridad qué es el bien y qué es el mal, y por qué lo bueno es bueno y lo malo es malo. Con los ejemplos que tiene alrededor, tampoco le resulta siempre sencillo llegar a querer el bien como bien, y no por sus ventajas, y a rechazar el mal por ser mal, y no por sus efectos. E incluso en casos favorables, no siempre tendrá fácil hacer el bien y evitar el mal cuando llega el momento de poner en práctica lo que sabe y lo que quiere. Para mostrar luces y sombras en ese aprendizaje, se podrían citar escenas de sagas tan conocidas y populares como, por ejemplo, las de Guillermo Brown o El pequeño Nicolás ; o tiras cómicas como las de Charlie Brown o Calvin y Hobbes . En ellas veríamos líneas básicas del desarrollo moral de los niños: qué criterios son universales y cuáles circunstanciales, qué pautas y talantes son adecuados, etc. Pero en este artículo usaré otra clase de historias. Nada es normal entre la niebla Una de las mejores novelas acerca de la dificultad de saber qué está bien y qué está mal esLas aventuras de Huckleberry Finn. Huck escapa de su padre, alcohólico y violento, y se une a Jim, un esclavo negro que también se fuga; Huck piensa de continuo que está obrando mal, por huir de su padre y por no denunciar 1

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criterios y aportes de la literatura clásica para la educación moral de los niños

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Universidad Austral Facultad de Comunicacin

http://www.bienvenidosalafiesta.com/index.php?mod=Indices&acc=Inicio&acc2=Articulos&autId=000000010K&autLetra=&autPais=EDUCACION MORAL NIOS

Itinerarios morales difciles

Este artculo fue publicado en la revista NUESTRO TIEMPO en diciembre de 2003.

Son muchas las novelas que, directa o indirectamente, muestran las deficiencias que se producen en el desarrollo moral de los nios. Debido a que todas las buenas educaciones se parecen y en cambio las malas educaciones se diferencian, estas ltimas son las que normalmente tratan los novelistas. En esta clase de relatos el punto de vista ms habitual es el del nio, el de quien sufre y paga los errores educativos. Y lo que normalmente subrayan es que, cuando son tantos los factores que influyen, para educar hay que dejar abiertos a la comprensin todos los caminos, pues no hay un sistema ptimo universal para dar la formacin moral. sta es un traje a medida, como muestran las novelas valiosas sobre las dificultades con las que tropieza el nio al crecer, u otras que se detienen en las consecuencias de haber recibido una educacin defectuosa. A mi juicio son relatos que hacen pensar, que ayudan a superar las limitaciones que muchas veces los adultos tenemos para ponernos en el lugar de los chicos, y que sealan con claridad que si educar mal se puede hacer de muchos modos, educar bien slo se puede hacer de una manera.

Como no es infrecuente que se intente atribuir a la literatura, y ms an a la Literatura infantil y juvenil (LIJ), una misin formativa que la sobrepasa, es conveniente una precisin. Socializar al nio, ensear historia, dar a conocer el funcionamiento de un reactor, aclarar el sentido de la vida..., no son misiones para las novelas, aunque de todo eso puedan y deban hablar. Ningn relato sustituye las enseanzas de un padre o un profesor, o las propias de un tratado de fauna o de filosofa. Las ficciones, del tipo que sean, sirven para ver las contradicciones y para contrastar las teoras, para completar conceptos y para gobernar las paradojas de una realidad que tiene muchos matices. Por eso son tan resistentes a entrar en los moldes de quien cree tener seguridades, y por eso, aunque haya que pedirles que se hagan cargo de la seriedad de las preguntas, no hay por qu confiar en que den respuestas, pues pueden no tenerlas. Con frecuencia, las ficciones slo son capaces de apuntar qu cosas son inaceptables y qu mtodos no son vlidos o tienen inconvenientes. Y en no pocos casos eso ya es mucho.

I - Chicos desconcertados

Al crecer, el nio va contrastando lo que ve con lo que oye. Entre las influencias que le llegan no siempre tiene fcil llegar a saber con claridad qu es el bien y qu es el mal, y por qu lo bueno es bueno y lo malo es malo. Con los ejemplos que tiene alrededor, tampoco le resulta siempre sencillo llegar a querer el bien como bien, y no por sus ventajas, y a rechazar el mal por ser mal, y no por sus efectos. E incluso en casos favorables, no siempre tendr fcil hacer el bien y evitar el mal cuando llega el momento de poner en prctica lo que sabe y lo que quiere. Para mostrar luces y sombras en ese aprendizaje, se podran citar escenas de sagas tan conocidas y populares como, por ejemplo, las deGuillermo BrownoEl pequeo Nicols;o tiras cmicas como las deCharlie BrownoCalvin y Hobbes.En ellas veramos lneas bsicas del desarrollo moral de los nios: qu criterios son universales y cules circunstanciales, qu pautas y talantes son adecuados, etc. Pero en este artculo usar otra clase de historias.

Nada es normal entre la niebla

Una de las mejores novelas acerca de la dificultad de saber qu est bien y qu est mal esLas aventuras de Huckleberry Finn.Huck escapa de su padre, alcohlico y violento, y se une a Jim, un esclavo negro que tambin se fuga; Huck piensa de continuo que est obrando mal, por huir de su padre y por no denunciar a Jim, y en su mente combaten argumentos irreconciliables. Mark Twain muestra la presencia en el interior del nio de las preguntas clave, hace ver las consecuencias de una enseanza religiosa que usa razones equivocadas para ensear el bien, seala con agudeza cmo influyen las convenciones sociales en la formacin de los criterios morales. Todo el debate interior de Huck, cuando entiende lo malo como bueno al aceptar el racismo, o cuando entiende lo bueno como malo al verse culpable por no denunciar a Jim, es una magistral exposicin de cmo recibimos la educacin moral dentro de la cultura en la que nos movemos, cmo el juicio de la conciencia est mediatizado por una presin social inconsciente y depende muchsimo de la educacin y de la experiencia.

Desde Huck Finn son muchos los libros que tratan sobre chicos desamparados y perdidos que, como Huck cuando se separa de Jim y est desorientado en una balsa en medio del ro, manifiestan con desaliento que no se pueden entender las voces en medio de la niebla, porque nada se ve normal, ni se oye normal entre la niebla. El problema bsico para el nio, ayer y hoy, se plantea cuando los adultos que lo rodean no saben qu est bien y qu est mal. O no quieren preguntrselo a s mismos porque prefieren su comodidad actual, por lo que acaban empleando argumentos inconsistentes para justificar lo bueno o atacar lo malo. Es lo que sucede cuando se recurre a simplificaciones como sealar que actuar bien es conveniente por el premio, y actuar mal es estpido por el castigo, posible o inevitable. No hace falta mucha experiencia de la vida para saber que, al menos a simple vista, no pocas veces actuar mal tiene premio y actuar bien parece causar desgracias. De ah que, cargando un poco la mano, Twain escribiese un irnico cuento, completamente lineal, con el expresivo ttuloHistoria del nio malo que no tuvo contratiempos.

Ignorancia e inocencia

Son distintos los problemas que se presentan al nio cuando tiene claro qu debe hacer pero los deseos tiran en direccin opuesta. En una novela deudora de Huck Finn, una ms,Los rateros,premio Pulitzer ganado pstumamente por William Faulkner y tambin traducida con el ttuloLa escapada,la conciencia del protagonista trabaja sin descanso. A sus once aos, Lucius Priest se deja convencer por dos empleados de su abuelo para, en su ausencia, realizar con su coche un viaje que tendr episodios realmente cmicos, dentro del mundo algo alucinado de tantas novelas sureas estadounidenses. Igual que Huck, Lucius se plantea continuamente la moralidad de lo que hace, pero adems, como los sucesos son narrados muchos aos despus a su hijo, abundan reflexiones con un explcito propsito formativo. Frente a visiones angelicales del nio, tan frecuentes en la LIJ, Faulkner se alinea con San Agustn al afirmar que cuando la gente mayor habla de la inocencia de los nios no saben lo que dicen. Si se les demuestra que no hay tal inocencia, sustituirn la palabra por el trmino ignorancia. No, el nio tampoco es un ignorante. No hay crimen que un nio de once aos no haya podido prever. Su nica inocencia consiste en ser demasiado joven para desear sus frutos, lo cual constituye ms bien cuestin de apetito y no de inocencia; su ignorancia radica en el hecho de no saber cmo perpetrarlo, lo cual no es ignorancia, sino mera carencia de proporciones fsicas adecuadas.

La formacin moral no puede ignorar esa raz interior del mal y, a la claridad en los argumentos, ha de sumar ejemplos adultos que conduzcan a que lo bueno atraiga y lo malo repela, en cierto modo igual que lo hacen las obras de arte valiosas y las psimas. Un educador puede saber qu est bien y qu est mal, pero puede no ensearlo o ensearlo mal, como sucede por ejemplo en casos de dejacin o de abuso de autoridad. Puede ensearlo bien, pero ser patentes las diferencias entre lo que dice que se debe hacer y lo que hace o desea. Tarde o temprano, el nio acaba percibiendo la diferente vara de medir que a veces usan los adultos, y notando si buscan el bien por inters o no hacen el mal slo por miedo.

Salir de la manada

Puede ocurrir que un chico sepa lo que debe hacer y quiera llevarlo a cabo, pero no pueda. As pasa en una novela escolar completamente distinta de cualquiera de nuestro entorno:Nuestro frustrado hroe,del coreanoMun-Yol Yi. Con doce aos, Pyong-The, se incorpora a una escuela de provincias, a una clase dominada por un chico con unas extraordinarias dotes para un liderazgo basado en la manipulacin. Los intentos de Pyong-The de rebelarse son infructuosos y le llevan a sufrir un aislamiento cada vez mayor, hasta que capitula y, entonces, empiezan a lloverle los favores... Esta historia sugiere al lector que se pregunte si aceptara el castigo corporal en la escuela si se fuera el camino para evitar que los chicos sean manejados por un tirano; le hace interrogarse sobre qu medios son legtimos para formar futuros ciudadanos libres, personas capaces de defender la convivencia democrtica; le hace notar cmo educar para la libertad es distinto a educar por medio de la libertad... Pero, en lo que nos ocupa, toda ella es la lucha interior y exterior de un chico que no puede con la presin de su entorno de compaeros. Es muy difcil para el nio o el adolescente chocar dentro de su propio grupo, y ms an cuando sus padres y profesores no entienden nada del ambiente interno de los chicos: perd todas las ganas de hablarle de nuevo de mis problemas personales, se lamenta Pyong-The de su padre.

Que un chico llegue a tener una personalidad formada que le permita no ser fcilmente manipulable, depende de que posea unas referencias externas firmes: padres, profesores, amigos... Cuando Alex, el protagonista de la novela de Enrico BrizziJack Frusciante ha dejado el grupo,se enamora y elige un comportamiento distinto al de sus compaeros se pregunta: estoy loco? estoy al principio de un camino que no lleva a ninguna parte? Estoy al principio de un camino que lleva hacia arriba? Estoy en el grupo? Estoy fuera del grupo?.... En su caso, aunque ninguno de los adultos tan mediocres que le rodean puede ayudarle, el amor permite a Alex salirse de la manada. Las situaciones de Pyong-The y de Alex, tan distintas, muestran cmo el objetivo final de la formacin moral es que un chico llegue a valorar como lo mejor para l aquello que verdaderamente le conviene, y tenga mpetu interior para realizarlo a pesar de las dificultades. Pero a veces esto no se consigue sin una ayuda externa: Alex la encuentra en su novia, Pyong-The no la encuentra en sus padres y profesores.

II - Chicos desequilibrados

Otro modo literario de revelar los fallos en la educacin moral es hacer notar las consecuencias de no armonizar inteligencia, voluntad y afectos. Est de acuerdo con la lgica del planteamiento que las novelas que lo cuentan estn narradas por personajes algo fuera de sus casillas: es un modo inteligente de sealar a dnde conduce no hacer las cosas bien y de subrayar la importancia de saber escuchar a quien normalmente no tiene voz.

Habra que remontarse a tiempos ilustrados o a tiempos enrgicos, pre o post-blicos, para encontrar relatos en los que se d preponderancia a la inteligencia o a la voluntad. Si en algo insisten hoy las ficciones es en el carcter decisivo de los sentimientos, si algo abunda en un mundo saturado de imgenes son los estmulos dirigidos al estmago y a las emociones. El pendulazo se nota, tambin, en que muchas construyen un clich de los modos de reaccionar muy cerebrales o poco afectuosos, para poder despacharse a gusto y resaltar la importancia del corazn.

Inteligencia sin conciencia

Personas y enfoques que sobrevaloran la inteligencia se ven enFlores para Algernon,de Daniel Keyes, una novela con un planteamiento inicial de ciencia-ficcin en la que se alcanza una fortsima tensin emocional. Despus de que se ha probado la eficacia de un tratamiento para aumentar la inteligencia en una rata de nombre Algernon, unos cientficos hacen lo mismo con un chico subnormal llamado Charlie; l mismo es quien cuenta la historia por medio de unos informes que le mandan escribir acerca de sus progresos y que reflejan la evolucin de su mundo interior; el experimento es un xito pero, segn avanza el tratamiento, Charlie enjuicia sus recuerdos de modo muy distinto a como los vivi en su momento y cuando alcanza una inteligencia cumbre... se da cuenta de que su nuevo estado es pasajero. Todo el relato es una llamada de atencin sobre la insuficiencia del nivel intelectual para medir a las personas: Charlie ver que su desarrollo intelectual subraya las ineptitudes de los otros y, por tanto, ahonda las diferencias con quienes conoca y quera; descubre la falta de solvencia moral de quienes han experimentado con l sin considerarlo como una persona de igual dignidad que los dems; aprende que cuando la inteligencia y el saber se convierten en dolos que pasan por encima del corazn dejan de tener verdadero valor.

En mundos como los de la ciencia y de la economa existe una racionalidad dominante que deja de lado consideraciones ticas y reclama una libertad no limitada por normas morales. Intentar reflejar esto literariamente conduce a mostrar los choques que se producen cuando esa mentalidad de dominio afecta a las personas concretas. Una breve pincelada acerca de lo mismo la encontramos enHarry Potter y la piedra filosofal,cuando Hermione dice a Harry que la amistad y la valenta son ms importantes que los libros y la inteligencia. Pero es conveniente advertir que dar relevancia a lo sentimental en la esfera privada y a lo racional en la esfera pblica tiene la misma base: sustituir los fines por los medios, hacer en cada momento no lo que conviene de verdad a las personas y a la sociedad sino lo que me interesa a m aqu y ahora.

Demasiada voluntad

Dar a la voluntad un papel dominante ser criticado tambin hoy, precisamente atendiendo a tiempos, lugares y personas donde se plante as la educacin. EnLeccin de alemn,Siegfried Lenz pone voz a un desmadejado narrador de nombre Siggi que intenta, en el reformatorio en el que est ingresado, colocar en orden sus recuerdos de los aos 1940-1945. De ellos va surgiendo, poco a poco, la figura dominante de su padre, un funcionario de polica con un obsesivo e inmoral sentido del deber. Las conclusiones se imponen: no slo no se puede aceptar el deber como norma absoluta, sino que el deber es slo una ciega arrogancia. Al interrogante implcito sobre los cimientos de una educacin moral correcta de los chicos, se aaden los que se hace Siggi expresamente al final de su redaccin: Pero yo quiero preguntar algo: Por qu no hay (reformatorios como ste) para ancianos difcilmente educables? Es que acaso ellos no lo necesitan? (...) Cundo termina el proceso educativo, es lo que quisiera preguntar?.

La versin casera de querer apoyar la moralidad en el deber es la educacin formalista, del pasado y de ahora, que pide a los nios que acten de un determinado modo sin saber darles los motivos. Es uno de los terrenos preferidos de la LIJ, en la que proliferan desde hace dcadas los chicos y chicas rompedores de moldes: cuando la profesora tiene una conversacin conPippi Langstrumppreguntndole si no quiere ser una seora cuando sea mayor, de las que siempre saben cmo comportarse y nunca dejan de ser correctas y bien educadas, ella zanja la cuestin dicindole que quiere ser pirata. En el origen de tantas educaciones fallidas estn unas convicciones firmes pero falsas, unas razones o formas equivocadas para mandar lo correcto, la incapacidad de razonar los fundamentos de lo que se manda y, por tanto, de jerarquizarlo. Tiene su lgica que se produzcan actitudes de rechazo y que se obtengan personalidades reprimidas.

Corazn descontrolado

Son multitud las ficciones que conceden a los sentimientos la primaca en las relaciones humanas. Ms arriba he citadoAlex Frusciante ha dejado el grupo,un relato relativamente bien centrado, en el que su protagonista dice al lector que quiere huir de un hedonismo aburrido y discotequero apoyndose en la importancia fundamental de los sentimientos. Pero creo que hay que romper la identificacin sentimentalismo-blandura y salirse de cualquier tono rosa para mostrar con ms claridad a dnde puede conducir una formacin que da una importancia mxima a los afectos y minusvalora el papel de la razn y del esfuerzo.

La soledad del corredor de fondo,de Alan Sillitoe, es un relato contado por un chico de diecisiete aos, interno en una prisin juvenil a consecuencia de un robo. Por sus condiciones para correr, el director le deja tiempo para que pueda entrenar. Su propsito es que gane una prxima carrera nacional en la que ser representante del reformatorio. Con gran acritud, el joven narrador se rebela contra la hipocresa de quienes intentan reconducirle a la vida social normal, seores de cara de cerdo y narices llenas de mocos que vienen y nos sueltan discursos sobre que los deportes son lo adecuado para que empecemos a llevar una vida honrada y mantengamos las puntas de los dedos lejos de las cerraduras de las tiendas y las cajas de caudales, y de las horquillas de abrir contadores de gas. El relato de Sillitoe es una feroz llamada a la rectitud sin fisuras de los educadores, nico resquicio que, incluso sin saberlo, algunos tienen para la esperanza.

El joven corredor no quiere ganar la carrera a pesar de sus ventajas, por mantener una cierta honradez consigo mismo que su mente ve compatible con el rencor: y el planteamiento de la novela nos lo presenta como justificado por los ejemplos que ha recibido. Esto no es muy distinto, pongamos por caso, a la chica que renuncia a ciertas ventajas materiales por firmeza en su amor por un hombre casado y de paso llevar la contraria a quienes se oponen a su relacin: actitudes que tambin se nos pueden presentar como comprensibles segn lo que haya visto a su alrededor. Es decir, no es sentimental quien cambia con facilidad de estados de nimo sino quien renuncia a introducir racionalidad para enjuiciar y ordenar sentimientos contrapuestos, quien no pone voluntad para gobernarlos en la mejor direccin. Obviamente, no es fcil esto cuando durante mucho tiempo han faltado alrededor argumentos y ejemplos de sensatez afectuosa, pues entonces el mundo interior se construye a base de sentimientos de afinidad o de rechazo. Las condiciones de vida muy duras, y las muy blandas, propician que el corazn termine ocupando el sitio de la razn. Al faltar el contrapeso de personas que tienen otros sentimientos y que ven las cosas desde otras perspectivas, es costossimo llegar a verse uno a s mismo y a la vida con una mnima objetividad.

III - Chicos perspicaces

Las novelas citadas dan por supuesto que los chicos tienen un cierto conocimiento espontneo de lo que est bien y lo que est mal. Y cada una subraya cmo ese conocimiento y el comportamiento posterior puede verse deformado por distintas razones. Huck est prisionero de las convenciones morales de su entorno. Lucius experimenta cmo ninguna mentira es inocente y cmo el sentido moral puede cambiarse cuando uno disfraza sus acciones. Pyong-The averigua que una vida se mide por esos momentos donde primero se valora lo que hay que hacer y despus se decide, y cmo las percepciones morales pueden alterarse cuando uno cede. Charlie comprueba que las normas morales no son clculos de utilidad o de eficacia, que las cosas no son buenas o malas porque alguien lo diga, que nada justifica pasar por encima del respeto a las personas pues sea cul sea su vala segn criterios cientificistas todas tienen igual dignidad. Y tanto el trato cruel que sufre Siggi por parte de unos padres seguros de cumplir con su deber, como el trato de favor dado al joven corredor para que gane la competicin, sealan la falsedad de una tica entendida como un sistema de reglas o un juego de premios y castigos. A todos ellos, las leyes de la realidad les han enseado que un comportamiento tico universalmente vlido se tiene que apoyar en cimientos ms slidos que cualquier clase de opinin o convencin.

Desde otro punto de vista, esas novelas tienen en comn que no contienen personajes adultos que puedan servir de referencia para unos chicos con problemas. En un momento de su escapada, un desalentado Huck Finn dice que no importa si haces bien o mal, la conciencia de uno no tiene sentido comn, y se lanza contra uno en todo caso. (...) La conciencia ocupa ms sitio que todo el resto de las entraas de uno, y adems no vale para nada. Tom Sawyer es de la misma opinin. A m me parece importante decirles, a Huck y a sus compaeros, que su conciencia es la que les hace tan perspicaces, y que todos los preferimos as. Sus historias nos ensean que los itinerarios morales de los chicos dependen de quienes tienen alrededor, y en particular de sus educadores. Si stos manejan unos conceptos morales difusos, la educacin que dan no sabe a dnde va, y cuando cree saberlo, no sabe cmo ir o llega a dnde no espera. Y cuando el comportamiento adulto no tiene coherencia y rectitud, en la conciencia de los chicos difcilmente coincidirn lo que se quiere hacer con lo que se tiene que hacer, que al fin es el nico modo de saber de verdad lo que se hace.

NOTAS

Todas las novelas citadas estn o estarn reseadas en el diccionario de la pgina web. Adems, el relato citado de Mark Twain,Historia del nio malo que no tuvo contratiempos,est contenido enAntologa de cuentos de la Literatura universal(1953); Barcelona: Labor, 1969, 3 ed., 2 reimpr.; estudio preliminar de Ramn Menndez Pidal; seleccin y notas por Gonzalo Menndez Pidal y Elisa Bernis.

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