educacion interativa
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resumen de las lecturas educacion interactiva para la electiva medios virtualesTRANSCRIPT
ELKY JAIR PEÑA QUIÑONEZ COD: 2082700
EDUCACIÓN INTERACTIVA
1
EDUCAR EN NUESTRO TIEMPO DIGITAL
La humanidad emigra de la pantalla del televisor a la pantalla del ordenador conectado a
internet. En la televisión la recepción es solitaria contemplativa. En el ordenador personal
la actuación es solitaria y operativa. Podemos observar el pasaje del ordenador apolíneo,
individualista y austero al ordenador dionisíaco, colectivo, efervescente, multiconectado en
red on.line.
Curiosamente disposiciones informativas y comunicativas del ordenador on,line están en
sintonía con los indicadores de calidad en educación. Diálogo, intercambio de
informaciones y de opiniones, participación, intervención, y autoría en colaboración son
principios esenciales en la educación ciudadana.
En nuestro tiempo digital el profesor debe ser consciente de que está históricamente
acostumbrado a la pedagogía de la transmisión. Asimismo, tiene que enfrentar el desafío de
modificar el modelo de comunicación que prevalece en su docencia.
1. La pedagogía de la transmisión.
El educador Paulo Freire llamo la atención sobre el problema. Para el la educación
autentica no se hace de A a B o de A sobre B, sino A con B. El papel del profesor no es
transmitir conocimiento, sino crear las posibilidades para su producción o construcción.
El profesor aun es un ser superior que enseña a ignorantes. Esto forma una coincidencia
“bancaria” (sedentaria-pasiva). El educando recibe pasivamente los conocimientos,
convirtiéndose en un depósito del educador, se educa para archivar lo que se deposita (…)
la conciencia bancaria piensa que cuando más se da más se sabe (1978, pág. 98)
Otro crítico pensador de la pedagogía de la transmisión, el educador brasileño Anisío
Teixeria, también reveló su preocupación por una formación de profesores que se mantiene
aferrada al modelo pedagógico centrado en la consecución de una maestro (guardián y
transmisor de la cultura). Al observar el avance de la comunicación de masas por todo el
planeta, surgió estrategias educacionales que reflejan su tiempo y que eran capaces de
utilizar las tecnologías de información de que disponían para superar la pedagogía de la
transmisión.
En lugar de transmitir paquetes de informaciones en el aula, el profesor que valla a la par
de la dinámica de los medios de comunicación y de conocimiento en permanente expansión
podría “enseñar al joven aprendiz a aprender de los métodos de penar de las ciencias
físico-matemáticas, biológicas y sociales, a fin de habilitarlo para hacer toda una vida de
instrucción y de estudios”. Con las tecnologías de comunicación, maestros y estudiantes
estarían más preocupados en “descubrir, en aumentar el saber, que en el saber existente
propiamente dicho”.
En la concepción de Anísio el profesor haría uso de los recursos tecnológicos de
información y comunicación para la presentación y el estudio de la cultura comunicacional
de su tiempo. Con esas tecnologías, no le sería difícil construir el aprendizaje apoyándose
en la utilización de recursos potenciadores de la expresión democrática entre alumno y
profesor.
Educamos para que nuestros alumnos archiven lo que depositamos en sus mentes.
Cristalizamos así la conciencia “bancaria”, aquella que piensa que cuanto más se distribuye
más hay apropiación del conocimiento. Incluso habiendo una percepción creciente de que
el profesor tiene que invertir en relaciones de reciprocidad para construir conocimiento, son
pocas las modificaciones efectivas que puedan descubrirse en nuestra práctica docente. La
“escuela democrática” de Teixeira y la “pedagogía del oprimido” de Freire lograron una
enorme adhesión, destacando el papel central de la participación y de la relación dialógica
como fundamentos del aprendizaje.
Es necesario reconocer que en materia de formación de profesores no se hace todo lo que se
debería hacer para preparar a maestros capaces de utilizar en la educación siquiera la
televisión, ese medio masivo que se repite en el mismo paradigma de la pedagogía de la
trasmisión. Por ello mismo parece extraño que muchos profesores aun no incorporen la TV
al aula.
Las tecnologías digitales son un campo de posibilidades para la acción del usuario. En el
ordenador, el palmtop y el teléfono móvil, el usuario interactúa fácilmente con imágenes,
sonidos y textos Dinámicos.
El lenguaje digital es responsable de una revolución tecnológica y cultural sin precedentes.
Es la transformación de átomos en bits, lo cual supone la aparición de la “vida digital”
(Negroponte, 1996). Se trata de una revolución mucho más profunda de lo que fue la
invención de la imprenta o la explosión de los medios de comunicación de masas con sus
instrumentos mecanico-electronicos de producción y transmisión de mensaje. El nuevo
orden económico social y cultural globalizado no sería posible sin la revolución de las
tecnologías digitales con su “lenguaje hipermedia”.
Durante milenios, casi toda la memoria de la humanidad fue de carácter oral. Con la
imprenta del siglo XV se desarrolló la era de la escritura, que se prolongo hasta el siglo
XIX. En el siglo XX asistimos al asenso y caída de la era de los medios de difusión: prensa,
cine, radio y televisión. Y en este nuevo siglo tenemos la expresión “era digital”para referir
nuestra actualidad socio-técnica informativa y comunicacional definida por la codificación
digital.
Lo más revolucionario es la calidad semiótica intrínseca de las tecnologías digitales, la cual
garantiza el carácter plástico, fluido, multidireccionado, interactivo y tratable en tiempo real
del contenido del mensaje.
El texto digitalizado puede ser un hipertexto, es decir, un tejido de conexiones de un texto
con otros innumerables textos. La idea fue enunciada por primera vez Vannerbar Bush en
1945. Este matemático imaginaba un sistema de organización de informaciones que
funcionase de modo semejante al sistema de raciocinio humano.
La arquitectura peculiar de lo digital de acuerdo con el hipertexto permite al usuario hacer
asociaciones no lineales y un elevado número de interferencias y modificaciones en la
pantalla, al hacer clic en los iconos, se puede “saltar” de una ventana a otra y transitar por
fotos y sonidos, videos , textos, gráficos y otras informaciones almacenadas en la memoria
del ordenador. El hipertexto libera al usuario de la lógica de la distribución, propia del
sistema de los medios de comunicación de masas.
En la pantalla digital de la disposición hipertextual permite sobre todo crear, conectar y
modificar a voluntad, como lo demuestra al extremo de la figura del hacker. Pero el
hipertexto no es una disposición exclusiva del ordenador. El profesor debe tener claro en
particular el que actúa en la escuela infopobre.
¿Qué impide al profesor inspirar su docencia en el paradigma digital? La infoexclusión,
ciertamente. Pero , sin embargo, el mayor impedimento es el peso histórico del paradigma
de la transmisión, el cual prevaleció como oráculo en la era de la oralidad, como separación
entre autor y el lector en la era de la escritura y como producción de espectadores en la era
de los medios de difusión.
En esas condiciones, el profesor se acostumbra al trabajo pedagógico con especializaciones
compartimentadas. Se acostumbra a cumplir tareas sobre las cuales no es consultado, se
vuelve incapaz de hacer frente al sistema separa y simplifica de acuerdo con el paradigma
clásico. La llegada de las tecnologías digitales a las aulas tuvo un gran impacto inicial, pues
trajo consigo un promesa de cambio y mucha discusión sobre el papel del profesor. Pero en
muchos casos no hubo una evolución de las prácticas educativas dentro de la escuela
Algunos administradores incluso estimulan al profesor “socio”, “consejero”, “facilitador”,
“colaborador”. Pero profesores y alumnos difícilmente participan efectivamente del cambio
de las estrategias didactas o administrativas, la separación y la inmovilización de los actores
principales comienza aquí, en forma de antieducación.
2. Modificar la comunicación: desafío a la educación.
Es necesario insistir en que los profesores y administradores de la educación tienen que
darse cuenta de la recepción masiva de las emisiones de televisión van siendo seducida por
la participación individual que esta disponible en el ordenador on-line.
Un salto tecnológico fue determinante para que ello ocurriese, los viejos ordenadores
alimentados por complicados lenguajes de programación fueron sustituidos por modelos en
los que se hace clic con un mouse para abrir diversas “ventanas” móviles, de fácil
manipulación en la pantalla del monitor.
Si, presenciamos el surgimiento de un nuevo lector, de uno que ya no sigue las páginas del
libro de modo unitario y continuo, sino que salta de un punto a otro, haciendo de la
conectividad su propia guía de ruta para la lectura. Un nuevo lector que no se somete a las
recetas de la emisión , sino que, no identificándose solo como receptor , interfiere,
manipula, modifica y reinventa el mensaje.
Nuevo lector o nuevo espectador son expresiones provisorias. Con ellas me refiero al
usuario de las tecnologías digitales que transita de la condición de mero receptor a la
interactividad, o a aquel que convive al mismo tiempo con los medios de comunicación de
masas y con las tecnoligias de conexión on-line: ordenador, palmtop, y teléfono móvil
principalmente. Con el uso de l mando a distancia el usuario se va aproximando poco a
poco a una sensación de autonomía frente al mensaje emitido, sobre todo desde que
aprendió a construir su propia programación en medio de diversos canales.
Desde un punto de vista más amplio, la creciente autonomía del nuevo espectador no se da
solamente en la convivencia con la gramática de lo digital. El conocimiento deja de situarse
en el plano de la emisión del saber, para emerger de la actividad conectiva en la base del
y… y. deja, por tanto, de someterse al modelo reduccionista del pensamiento que separa
emisión y recepción, y se abre a la perspectiva del pensamiento en conexión.
El profesor se halla ante el desafío de conocer y adoptar la modalidad comunicacional
interactiva y, al mismo tiempo, no invalidar el paradigma clásico que prevalece en la
escuela y en la universidad. En este sentido, es necesario dejar claro que no debemos dejar
afuera el modelo de la trasmisión, pero si darnos cuenta de que no favorece la educación
autentica.
Aprender con el movimiento de las tecnologías digitales es familiarizarse con la idea de
información abundante y fácilmente manipulable, siendo posible reformularla libremente,
al toque de una tecla, y reconstruirla a voluntad. El usuario de la información digitalizada,
no es el clásico receptor del mensaje fijo, si no el inter-actor que tiene autoría en su propia
experiencia con las informaciones, significando esto que el mensaje puede expresarse como
interactividad.
El profesor puede percibir en esta distinción que experimentar la intervención en el
mensaje es el estilo interactivo de aprendizaje que difiere de la recepción de informaciones.
Al darse cuenta de esto, puede transformar su aula, modificando su modelo
comunicacional. Ello interrumpe (no excluye) el hablar/dictar y dispone al alumno a la
autoría, la participación, la bidireccionalidad y a informaciones que sean lo más variadas
posible, facilitando cambios, asociaciones y modificaciones de contenido.
Aunque no haya tecnologías digitales en el aula, es posible conseguir un aprendizaje
interactivo. Se puede, por ejemplo, invertir en una multiplicidad de nosotros y realizar
conexiones utilizando textos, fragmentos de programación de la tv, filmes, cuadros, diarios,
música, conversaciones, representaciones teatrales, etcétera.
El aula inforrica puede tener ordenadores conectados a internet y ofrecer a cada alumno una
dirección electrónica personal, pero no será interactiva en la medida que prevalezca el
hablar/dictar o incluso el profesor sea un mero “socio”, “consejero” o “facilitador”. Eso sin
hablar de los sofwares “educativos” concebido para potenciar el aprendizaje y el trabajo del
profesor, pero poseen metodologías cerradas que no permiten la participación directa del
profesor y de los alumnos. Por otra parte, los sofwares que contiene clases preparadas
(paquetes instrucionales) sin posibilidad de personalización, de modificación de sus
contenidos porque son estáticos, fijos, con links arborescentes limitados, son los que más
abundan en el mercado.
El soporte digital “permite que a través de los links el lector se introduzca y construya sus
propios caminos de lectura sin estar aprisionado por la linealidad de las páginas y el
documento con inicio, medio y fin, por los límites de los márgenes o las notas a pie de
página”
El profesor puede abrirse a ese modelo de aula y buscar superar en sí mismo los resabios de
guardián y transmisor del saber. Puede la participación de los discentes como coautores de
la comunicación y del aprendizaje.
Al generar un protocolo de comunicación en el aula, el profesor convoca a los alumnos a
salir de la pasividad de receptores y a iniciarse con él en una confección compleja del
conocimiento vivo. Ese tejer juntos implica aprender la tolerancia a lo diferente. Unir a lo
que está separado: emisión y recepción. Aprender a lidiar con las múltiples informaciones,
es decir, a no ser tragado por ellas y a convertirlas en conocimiento.
2
Los desafíos de la era digital: infoexclusión y analfabetismo digital
La educación interactiva no depende de las tecnologías digitales, dado que la interactividad
no es un concepto informático y sí de comunicación. Esto quiere decir que incluso en el
aula infopobre puede haber educación interactiva. Quiere también que, en rigor, la
educación interactiva no depende de la inclusión digital.
La educación interactiva tendrá que presentarse como oportunidad de formación de un
sujeto cada vez más inmerso en la subjetividad de sus escuelas y navegación a través de los
latifundios de la conectividad.
1. La sociedad de la información y la cibercultura
Entre los primeros autores y principales divulgadores de la idea de “sociedad de la
información” están Daniel Bell y Alvin Toffler. Ambos describieron el cambio por el cual
pasarían las sociedades modernas, que están abandonando la esfera de la fabrica, de la
producción en serie, para comenzar a utilizar nuevas técnicas, nuevos tipos de energía,
nuevas formas y fuerzas de producción.
A partir de la década de 1990, diversos países vienen formulando programas titulados
“sociedad de la información”. La motivación de cada país es garantizar su soberanía en la
era digital. Formulada como política pública oficial del estado. Aporta una visión
estratégica que abarca directamente las esferas tecnológicas y sociales, beneficiando todo el
mercado.
Hay una creciente movilización mundial en torno de la sociedad de la información
entendida como política pública, incluso fue creada la Cumbre Mundial sobre la Sociedad
de la Información que bajo los auspicios de la ONU, incluye a diversos países que se
reúnen para debatir acerca de sus realidades y sus políticas particulares y buscar
asociaciones e implementaciones transnacionales.
Resguardada más o menos ponderada de la expresión “sociedad de la información”
entendida como política pública, hay que poner en el centro de la atención de la acepción
que expresa el ambiente socio-técnico, cultural y mercadológico.
Según levy, la cyber cultura “es el conjunto de técnicas (materiales e intelectuales), de
prácticas, de actitudes, de modos de pensamiento y de valores que se desarrollan junto con
el crecimiento del ciberespacio”. El termino del cyberspace aparece en la novela
neuromante (1984), de William Gibson, para definir una red futurista de ordenadores que
las personas usan conectando sus cerebros a ella. Hoy, ciberespacio quiere decir “nuevo
medio de comunicación que surge con la interconexión mundial de ordenadores”
Según Lemos “podemos entender la cybercultura como la forma socio cultural que emerge
de la relación simbólica entre sociedad, la cultura y las nuevas tecnologías de base
microelectrónica que surgieron en la convergencia de las telecomunicaciones con la
informática en la década de 1970” (Lemos, 2003. Pag. 12)
El ordenador on-line (y aquí en adelante también el teléfono móvil) ocupa una posición
central en la constitución de la sociedad de la información o de la cibercultura. A partir de
mediados de la década de 1980, el ordenador dejo de ser una maquina rigida y restrictiva
para presentarse aal usuario como un sistema “conversacional” a partir de iconos e
interfaces en la pantalla del monitor.
La red mundial de ordenadores, internet, amplia el sector de servicios (terciario) , de tal
forma que hoy se habla de “sector cuaternario”. Los servicios se han intensificado de tal
forma que volvió necesario inventar la expresión sector cuaternario par diferenciarlo del
sector terciario. En el sector cuaternario se incluye todo lo nuevo que trajo internet: por
ejemplo, la libertad de los usuarios para intercambiar, ejecutar, copiar, distribuir o
modificar un producto.
Al mismo tiempo, observamos otros fenómenos: hay un aumento de la segmentación social
en expresiones culturales, raciales, sexuales, de consumo y religiosas conflictivas y/o
asociativas a la persecución de sus intereses. Es un cuadro muy complejo que no permite
decir que internet sea un instrumentó de homogenización cultural o meramente consumista.
2. Infoexclusion y analfabetismo digital
Más allá del encantamiento del mundo con las tecnologías digitales, hay aspectos
altamente inquietantes que se ven agravados con la sociedad de la información, la
cibercultura o la era digital. Junto con la infoexclusión se deben destacar otros dos
elementos.
Este hecho crea un nuevo analfabeto: el info-analfabeto. Este es el excluido del mercado de
trabajo on-line y off-line, identificado como “sector cuaternario”. Es el excluido de las
nuevas formas de comunicación y de la interactividad de las redes.
Las tecnologias digitales on-line traen en su “naturaleza” esta dimensión comunicacional
que permite al espectador clásico actuar también como emisor, como colaborador y como
cocreador. Cuando son subutilizadas en esa que es su peculiaridad esencial, refuerzan
paradójicamente la infoexclusión de los propios usuarios. O sea, cada usuario tiene que
estar a la altura de las posibilidades reales de participación on-line, más allá de la
recepción a la que se encuentra tradicionalmente acostumbrado en el universo de los
medios de comunicación de masas.
Si no hay inversión en la formación de los usuarios, no habar inclusión digital e internet
perderá la perspectiva democratizadora que tuvo un papel importante en su desarrollo
mundial, más allá del uso meramente instrumental. Es decir, internet serviría solo para
realizar a distancia las tareas rutinarias que antes se realizaban únicamente en la
proximidad física. En este sentido, crece el número de investigaciones que revelan la
decepción con respecto a internet, pero los investigadores no siempre se dan cuenta de que
su uso instrumental está asociado al concepto más amplio de la exclusión social.
En resumen, internet estaría perdiendo la movilización en torno al sueño de una inteligencia
colectiva libre y plural ante el predominio del uso instrumental: intercambio de e-mails,
búsqueda de oportunidades de trabajo, compra y venta, trabajos escolares, control de la
cuenta del banco; lectura de noticias o actividades vinculadas al trabajo.
La formación del usuario en las tecnologías digitales e internet tendrá que tener en cuenta
las demandas de la ciberciudadania, deberá prepararlo para actuar en el espacio y en la
ciberciudad. La accesibilidad meramente tecnológica no sustenta la ciberciudadania.
Los profesores tendrán que formarse en estos términos para superar la utilización
instrumental del ordenador y de internet, dando un ejemplo elocuente en el aula presencial
y on-line del sentido más amplio de la accesibilidad digital o de la alfabetización digital.
Sin embargo, estudiosos de la Unesco muestran que el uso del ordenador y de internet entre
profesores de las redes públicas y privadas aún es bajo.
El acceso a la tecnologías digitales será lo menos problemático comparado con el desafío
que significa llegar al conocimiento y a la participación a partir de múltiples enlaces. En el
siglo XXI, la geoestratégia de los nuevos señores mediáticos avanza más allá del espacio
telecomunicacional de los medios tradicionales basados en la emisión masiva y en la
uniformización de flujos. En nuevas o viejas fusiones, intentaran colonizar el ciberespacio.
Es la amenaza de los nuevos y potentísimos oligopolios multimediaticos.
Los gestores de las nuevas empresas mediáticas saben, incluso, que pueden hacer de la
interactividad solo un discurso comercial, o bien la estrategia para adaptar sus productos y
servicios al interés de un consumidor que ya no se siente atraído por productos diseñados
para la generalidad.
En la sociedad de la información estamos superando rápidamente la tradicional producción
en masa y avanzando en dirección a una mezcla de productos masivos y productos
desmasificados abiertos a la actuación de los usuarios.
Los profesores atentos al nuevo ambiente socio-tecnico podrán garantizar la realización de
la función social de la escuela en la sociedad de la información, si la principal función
social de la educación es la formación para la ciudadanía, los profesores tendrán que
trabajar en pro de una ciudadanía en el ciberespacio. Internet no es un medio masivo, es una
infra estructura de la colectividad y los profesores pueden hacer uso de sus potencialidades
para abrir nuevos espacios de participación ciudadana.
3. La disolución del sujeto en el ciberespacio
Una postura crítica ve un agravamiento de la disolución del sujeto en es hipertexto
ciberespacial interactivo. Esa postura crítica no comparte la idea de que internet y lo digital
sean tecnologías de la libertad y de democratización que favorecen a los individuos y a las
sociedades.
La comunicación, moldeada por las nuevas tecnologías se caracteriza por la
“profundización” en esta “disolución del sujeto”, el cual “se desvanece, se vuelve
indiferenciado, se objetiva incluso en el lenguaje que se automatiza y nos silencia”.
Estaríamos viviendo la “profundización” de la “disolución del sujeto” por el desarrollo de
la segunda “postura”, lo cual sería causado particularmente por la interactividad disponible
gracias a las nuevas tecnologías, que no pasaría de ser un conjunto de “comunicaciones
artificiales y asistidas”.
El término “alienación” se diluye cada vez más y el sujeto está cada vez menos interesado
en referencias socio-históricas capaces de dar sustento a la inquietud por su condición
existencial. Por eso no se siente aturdido propiamente sino que, sobre todo, desea ser libre
para hacer de si lo que quiera, para actuar por sí mismo y que ninguna autoridad o
referencia trascendente pueda imponerle normas.
Gracias a la “facilidad del juego de la mediación”, que lo libera de “cercenamientos y
convenciones que encuadran la comunicación natural y abren nuevas posibilidades”, el
sujeto desaparece. En ese ambiente predispuesto a la interactividad, a la intercomunicación,
el sujeto está libre de la obligación de discernir lo que es real de lo que no lo es, es libre de
no revelar su identidad o de forjar cuantas quiera,
La disolución del sujeto está asociada a la obligación de la palabra intersubjetividad, de la
comunicación en general, solo resta un paso para sostener que el plus comunicacional que
ofrecen las tecnologías hipertextuales, la interactividad es la causa de la profundización de
la disolución del sujeto en nuestro tiempo.
La alfabetización digital necesita aprender de todo ello y presentarse como una oportunidad
para la formación de un sujeto cada vez más inmerso en la subjetividad de sus elecciones y
navegaciones por los latifundios de la conectividad, en la escuela y en la universidad
presencial y on-line, la alfabetización digital tendrá que confrontar el hágalo usted mismo
con el hacer colectivo para promover la construcción de la participación y del
conocimiento. Atender la interactividad puede potenciar esta confrontación puede crear un
ambiente comunicacional capaz de acoger al nuevo espectador de la generación digital y
prepararlo para enfrentarse con la referencia colectiva y el exceso de información.