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Page 1: Editorial Urbes n1 Wiley Ludena

[�]ur[b]es, Vol. I, Nº 1, Lima, febrero 2002

EN PRO DEL URBANISMO Y EL PAISAJISMO EN EL PERÚPOR UNA REFUNDACIÓN INSTITUCIONAL

ur[b]es es una revista que tiene como objetivo principal contribuir al desarrollo de la investigación peruana en el campo del conocimiento teórico, histórico y crítico de la ciudad, el urbanismo y el paisaje. Y, con ello, queremos coadyuvar al esfuerzo de restituir, reins-titucionalizar y reinventar los dominios disciplinares del urbanismo y el paisajismo, desde hace tiempo trastocados o inexistentes en el Perú.

Esta misión que se propone la revista nace como consecuencia de un reconocimiento de consenso en el Perú sobre algunos hechos que no requieren ya mayor comprobación:

Primero, que la ciudad peruana de hoy registra no sólo una especie de crisis urbana permanente, sino un proceso, que parecería irreversible, de degradación creciente de sus estructuras sociales, económicas y ambientales, que afectan finalmente su propia sosteni-bilidad. A los problemas históricos de descontrol y crecimiento caótico del espacio urbano, de los déficits crónicos en materia de vivienda y servicios urbanos, se suman en la actua-lidad la agudización de los problemas de gobernabilidad y legitimidad institucional. Por otro lado, la ciudad peruana —desde la metrópoli limeña hasta las pequeñas comunidades campesinas, pasando por las ciudades históricas como Cuzco, Arequipa o Ayacucho, entre otras— se debate hoy en un proceso masivo de «barriadización», que atraviesa incluso a sus zonas constituidas y «formales», para uniformizar el paisaje urbano con los signos de la más extendida precariedad edilicia, degradación estética y crisis ambiental. Además, ciudad y pobreza se conjugan para revelar indicadores elocuentes: según el censo de 1993, el último de los realizados, el 37% de las viviendas particulares en el ámbito nacional carece de servicios higiénicos; y sólo el 43% de las viviendas particulares posee conexión de agua potable. El 45,1% de las viviendas carece de electricidad. Y el 30% de las viviendas particulares o son inadecuadas o registran cuadros de hacinamiento. Según estimaciones recientes, las dos terceras partes del área urbana de la ciudad peruana se constituyen de una ciudad barrial, precaria e informal. Sólo el 11% de la población habita en una ciudad consolidada y dotada de servicios más o menos adecuados.

En segundo lugar, que estos problemas y rasgos negativos de la ciudad peruana, acentua-dos de manera acelerada en los últimos 50 años, se han producido a la par de otro fenómeno que ha terminado, paradójicamente, por seguir este mismo camino. Nos referimos a la siste-mática desinstitucionalización o total desaparición de todo el sistema de gestión y producción urbanística creado desde los años veinte del siglo pasado, y también a la progresiva y lenta disolución del campo disciplinar del urbanismo, con todo lo que ello significa en términos de la desaparición o disminución de los medios de enseñanza académica, investigación, canales de difusión pertinentes y las posibilidades de consiguiente profesionalización.

Por ello, tal vez, la historia del urbanismo peruano del último medio siglo ha sido la historia de una especie de obituario permanente sobre la ‘muerte’ y desmontaje sistemático de organismos gubernamentales (Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo ONPU, Corporación Nacional de la Vivienda CNV, entre otros), de instituciones académicas (Insti-tuto de Urbanismo de Lima, la Facultad de Urbanismo de la Universidad Nacional Federico Villareal) o de medios de difusión especializados en el tema urbano (UP, revista del Insti-

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tuto de Urbanismo y Planificación del Perú, Cuadernos Urbanos y Plaza Mayor). La historia se ha repetido también para las normas y reglamentos pertinentes (del «Reglamento de Urbanismo» de la década de los veinte del siglo pasado se tiene hoy un simple reglamento de lotización y subdivisión burocrática de tierras), así como para la suerte del Instituto de Urbanismo y Planificación del Perú, el único organismo gremial de profesionales ocupados en el tema urbano, que hoy pareciera ingresar a una etapa de reactivación.

En este proceso histórico de disolución y desestructuración del campo disciplinar y práctico del urbanismo, tampoco pudo sustraerse el único espacio académico existente en el Perú abocado a la especialización posgradual en el campo del urbanismo y la planificación, como es la hoy denominada Maestría en Planificación y Gestión Urbano-Regional de la Universidad Nacional de Ingeniería. El problema es que, en este caso, la noción de urba-nismo —preeminente en los primeros años de creado el Instituto de Planificación de Lima de la UNI a inicios de los años cincuenta del siglo pasado—, fue en parte reemplazada por la idea de una planificación urbana más vinculada a la dimensión regional de los problemas urbanos, que a la dimensión constructiva de la ciudad misma.

Para ur[b]es el tema del paisaje es otro objeto esencial de su interés. En este caso, a diferencia de lo acontecido con el urbanismo, el llamado «paisajismo» en sus dimensiones de «arquitectura del paisaje» o «planificación del paisaje», no ha podido hasta el momento constituirse como un campo disciplinar e institucional reconocido social y gremialmente. Salvo contadas iniciativas como las registradas en el proyecto urbano del primer siglo de nuestra naciente república, el paisajismo no constituye en el Perú todavía un tema de la agenda social, política, normativa, institucional y académica. En este caso, debemos partir desde cero. Se trata de crear en el país, desde sus fundamentos teóricos y prácticos, un campo disciplinar pertinente que desafortunadamente —a juzgar por algunas recientes iniciati-vas— pretende ser desarrollado sólo como problema de «jardinería urbana» a ser valorado de manera excluyente en ciertos contextos de la ciudad. El paisajismo es mucho más que ello y mucho más que una mirada estetizante del paisaje estrictamente urbano.

ur[b]es aspira a contribuir desde sus propios límites a modificar esta situación que aqueja a los dominios del urbanismo y el paisaje peruanos. Para ello nos hemos propuesto algunas líneas básicas de trabajo que deberán expresarse en ciertos énfasis en la vocación temática de la revista.

Un primer objeto de trabajo que desearíamos abordar de manera especial es el tema de la ciudad, tratada en sus múltiples dimensiones. Por ese motivo, la aspiración de ser una revista de «ciudad, urbanismo y paisaje» se dirige —a través de esta distinción explícita entre ciudad y urbanismo— precisamente en este propósito: afirmar y reivindicar la esencia del espacio y la cultura urbanos en todas sus dimensiones de existencia.

Ésta es una elección y distinción consciente debido a que creemos que no es posible concretar cualquier esfuerzo de relanzamiento o reinvención del urbanismo y el paisaje en el Perú si continua aún vigente esa especie de aversión o enajenamiento cultural que registra históricamente la sociedad peruana respecto a esa realidad que denominamos ciudad. Los peruanos hemos hecho ciudad en medio de una actitud ambivalente: odiando y amando la ciudad y el campo al mismo tiempo. La ciudad sin ciudad y el campo sin futuro. El resul-tado: una ciudad culposa y culpabilizada de las múltiples tragedias individuales, familiares y nacionales. Y el campo: un referente de evocaciones sin salida. El imaginario rural en el sentido tradicional no ha desaparecido en el Perú, y ha terminado por imponer su vigencia vía procesos como el de la actual «ruralización» cultural (no espacial) de nuestras ciudades.

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La razón: que este imaginario no pudo ser destruido en razón de una urbanización indus-trializada que jamás llegó al campo, ni tampoco en virtud que las ideologías de lo urbano jamás se convirtieron en el Perú en ideologías preeminentes.

ur[b]es aspira a contribuir en el propósito de ‘reivindicar’ la ciudad, seguramente a pesar de ella misma y sus problemas. Y esta actitud tiene que ver no sólo con una cons-tatación obvia: que el Perú es hoy un país esencialmente urbano (el 70% de la población vive en ciudades de diverso tamaño y formato), sino con el reconocimiento que la ciudad es, por esencia, el espacio histórico de construcción de ciudadanía, democracia, diversidad y tolerancia en todos los sentidos.

La revista aspira a tematizar la ciudad a través de diversas lecturas de ella, en el entendi-do que los dominios de la ciudad sobrepasan la especificidad de lo urbanístico. El abordaje de la ciudad como objeto de indagación política, antropológica, artística o filosófica, para mencionar sólo a algunas posibles lecturas, será un objetivo permanente. Estamos seguros que únicamente esta diversidad de enfoques o lecturas y el desarrollo de nuevas interpre-taciones de la ciudad pueden generar, por consiguiente, la aparición de nuevos enfoques y lecturas desde el punto de vista urbanístico o paisajístico. En este propósito debe ser ubicado el artículo de Ignacio López Soria, «Para una filosofía de la ciudad», que encabeza los artículos de este primer número de la revista.

Otro objeto de atención de ur[b]es, y que probablemente se constituya en una de las líneas de trabajo más importantes en la revista, es el de la investigación histórica. El ur-banismo peruano en general carece aún de una historia escrita sobre su propio devenir en todas sus etapas. No contamos con una tradición historiográfica consistente ni sistemática. Por ello, como uno de sus primeros objetivos, la revista aspira a ampliar el conocimiento histórico y a fomentar nuevas relecturas respecto a la historia del urbanismo peruano de los períodos preinca, inca y colonial. En esta oportunidad, José Canziani Amico se encarga de develarnos el surgimiento de los primeros asentamientos en el territorio andino peruano con su artículo «Inicios del urbanismo peruano en el territorio andino. Neolitización, primeros asentamientos aldeanos y arquitectura pública».

Desafortunadamente, a diferencia de las contadas historias escritas sobre el urbanismo preinca, inca y colonial, el urbanismo peruano carece de una historia escrita del urbanismo republicano o contemporáneo. Aparte de un interés especial por el estudio del urbanismo peruano del siglo XIX, nos interesa revisar los orígenes del urbanismo moderno peruano a partir de la incorporación del tema de los primeros company towns formados en el Perú entre mediados del siglo XIX e inicios del XX, fenómeno sobre el cual no se ha escrito aún página alguna, más allá de menciones genéricas. Éste es el marco que da contexto a los artículos de Emilia Aragón Sánchez, Edith Aranda Dioses, Wendy Lagos Cabrera y Ruth Suica Delgado, sobre los company towns de Casa Grande, Talara y la ciudad-balneario de Chosica, respectivamente. En este esfuerzo de escritura inicial de algunos capítulos del urbanismo moderno peruano, Wiley Ludeña Urquizo, escribe sobre el aporte de la llamada Agrupación Espacio, un grupo esencial para explicar el discurso de lo moderno en la cultura peruana de la segunda mitad del siglo XX.

Otra línea de trabajo de la revista, con igual importancia que la de la historia, es la del fomento de la investigación teórica. Por desgracia, el Perú, luego de los aportes de Fernando Belaunde, con su teoría del «Ayllu Urbano», José Mattos Mar, Aníbal Quijano y Carlos

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Delgado, no ha producido más teoría e interpretaciones nuevas a fenómenos propios y ajenos de la ciudad. Ur[b]es desea contribuir en esta línea a través del fomento a la re-flexión teórica sobre nuestros problemas urbanos desde la perspectiva de nuestros propios condicionamientos histórico-sociales. En esta perspectiva de búsquedas teóricas se publica en esta ocasión el artículo de Benito Juárez Vélez, «Leticia, urbanismo y teoría del caos. Fragmentos y poética», cuyo objetivo resuelto aún de modo preliminar es el de buscar nuevas interpretaciones teóricas de la estructura morfológica del urbanismo barrial.

Estos mismos propósitos, en términos de investigación teórica, histórica y crítica, son los que nos proponemos a desarrollar en relación al paisaje y su diseño y planificación como un campo disciplinar y operativo que ya debería ser reconocido como tal en el Perú. Que-remos contribuir a escribir una historia del paisaje y el paisajismo peruano desde el aporte de los primeros peruanos, hasta el paisajismo contemporáneo, pasando por el paisajismo colonial y republicano. Asimismo, aspiramos a descubrir o redescubrir nuevas dimensiones de existencia del paisaje, incorporando, entre otras manifestaciones, aquello que hemos denominado en alguna ocasión el «paisajismo popular» peruano como expresión de una especie de ecología de los pobres. Precisamente éste es el objetivo del artículo de Marcia Canales y David Rohr sobre la realidad de los jardines populares de la barriada limeña: «El jardín doméstico popular en Villa El Salvador. Encuesta y testimonios».

ur[b]es no pretende ser una revista acotada exclusivamente a la realidad peruana. Habrá siempre espacio para difundir y compartir la experiencia urbanística y paisajística de otros lugares del planeta. A veces miradas proyectadas desde fuera o acercamientos a problemas semejantes de otras realidades, nos permiten nuevas y originales interpretaciones sobre nuestra propia situación. Éste es el objetivo del artículo de Lilian Fessler Vaz y Paola Berenstein Jacques, «Formas urbanas nas favelas do Rio de Janeiro. O Complexo da Maré». También es el propósito del artículo de Marco de la Torre sobre las particularidades de la cultura percepetual urbana en comunidades de distintas ciudades del orbe.

Con independencia de los puntos de vista particulares de quienes producimos la revista, ur[b]es aspira a ser un espacio de encuentro plural y tolerante. En sus páginas serán acogidos y difundidos artículos que incluso puedan expresar diversas posturas filosóficas, políticas o doctrinarias sobre la ciudad, el urbanismo y el paisaje. En este caso, el único requisito que se antepone es el de la originalidad, profundidad de análisis y calidad científica de las contribuciones.

Wiley Ludeña Urquizo