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Editorial

SUMARIO

3 EditorialMario Melgosa

5 ¡Vergüenza! Enrique Ordiales

8 Brasas y cenizas Clemente Sobrado

10 Colores y emociones Esther Marín

12 Catequista Papa Francisco

14 Ay, ay, Hans KüngJ. Sáenz de Buruaga

16 Creo en la vida eternaSanxao

17 Padre ausenteMª Ester Roblero

21 Tú, ¿quién eres? Jesús Prieto

22 El funeral Gema Sáez

24 Viñetas pasionistasZenón Urigüen

25 ¿De quién es la calle?Mari Jose Laña

26 Como el cristalPedro Mª Zalbide

28 El orgullo de ser abuelosAlberto López Echevarrieta

30 GaliciaRosendo Díaz

32 EuskeraJoxemari Arzalluz

33 Martzel Andrinua

34 Virutas

Llorarlosi hemos amado, todas las separaciones nosharán llorar. Estamos hechos para el en-

cuentro. Nos lo grita la sangre desde que na-cemos. Antes de que nos llegara el habla y eluso de razón, hasta que en la inconscienciaúltima, el moribundo alarga sus brazos supli-cando un abrazo vital: ¿a quién?, ¿a las som-bras?, ¿a los que aquí amó y a los aquí leamaron?, ¿a su Creador, su origen y destino?

La sociedad actual, tan locuaz para ha-blar de todo, se vuelve silenciosa hasta la su-perstición con solo nombrar la muerte. Nos lahan pintado tan cruel, guadaña a punto parasegarnos la vida, tan horrible, cadavérica y es-pantosa, que aún en vida espantamos sumención. ¡Palabra tabú!

Si lo del hombre es amar, lo suyo es llo-rar junto a la tumba; y para el creyente, rezar.

EscucharlosLos muertos hablan, nos hablan, y cada unopodemos escucharlos. Difícilmente podrá elhombre saber quién es o descifrar el sentidode su vida, si no integra el dato de la muerte,de la propia muerte. La muerte la vemos enlos demás, pero interiorizarla en la propia vi-da, amasada entre días felices, trabajos ydesgracias, nos situaría ante nuestra verdadde hombres. La muerte está ahí, como el mo-numento levantado ante las gentes de todacondición, para desmentir nuestros endiosa-mientos. El silencio en que se van y en el quenos dejan los muertos, y la palabra que nace

¿Qué hacemos con los muertos?Llorarlos, escucharlos, alegrarnos

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Mario Melgosa

Editorial

Enrique Ordiales

de ese silencio, es una palabra solo a medias, cortada. Unapalabra que se abre en mil preguntas: ¿todo se acabó?, ¿elfin del hombre, de lo que ha amado, sufrido, trabajado yorado, todo, todo acaba en la muerte?, ¿podríamos amar aun Dios que nos manda amarnos para al final arrancarnosde todos los abrazos?, ¿es la muerte la última palabra pa-ra el hombre, o guarda algún misterio que responde leja-namente a lo que el hombre ha sospechado desde siemprey la razón le desborda? No basta la llave de la razón paraadueñarse del misterio; pero, acaso sí, para palparlo.

La palabra ante el sepulcro, el mausoleo o la urna queguarda las cenizas nos susurran la palabra verdadera:“Polvo eres y en polvo te has de convertir”. Pero esa pala-bra no dice toda la verdad, porque el hombre es más quepolvo, el cuerpo muere, como mueren las estrellas, pero yosoy más que mi cuerpo. Cuando acaricio tu rostro enveje-cido, toco algo más que tu cuerpo. No decimos todo cuan-do decimos “polvo eres y en polvo te has de convertir”. Nitodo es “vanidad de vanidades”.

AlegrarnosEl baile y la fiesta, sobreponiéndose a las plañideras, haacompañado muchos rituales mortuorios. Algo ha presenti-do la humanidad en torno al más allá de la muerte: emi-gración de las almas, reencarnación, tránsito…

La muerte es la última puerta que cierra este mundo yque nos abre a la vida. Como la crisálida da paso libre alvuelo de la mariposa. A la noche del Viernes Santo, al sin-sentido de aquella muerte cruel del inocente crucificado, si-gue el alba de la resurrección que ilumina el mundo; a losayes de la tragedia humana, los aleluyas de la Pascua y loscantos de la liturgia. Los primeros cristianos considerabanel día de la muerte como un nacimiento.

Los brazos alargados del niño buscando el encuentrode su madre han cumplido su deseo en el abrazo del hom-bre con su Creador y Padre.

olo me viene la palabra ver-güenza, es una vergüenza»,ha dicho el papa Francisco

sobre la tragedia de los inmigran-tes ahogados en aguas de Lampe-dusa, el pasado 3 de octubre. Noha sido nada nuevo, solo el núme-ro de muertos ha sacudido un po-co nuestras conciencias.

Hace ya muchos años que se hablabade más de 20.000 desaparecidos en el fon-do del mar, en el estrecho de Gibraltar y enlas costas africanas que miran a las islasCanarias. Sangre humana y sangría inhu-mana… Las medidas tomadas por las au-toridades españolas y europeas, movierona las mafias del tráfico de personas haciaTúnez y Libia, para desde allí saltar a Ita-lia. La puerta de Europa se llama ahoraLampedusa, una pequeña isla italiana, deapenas 20 Km² y 5.000 habitantes, a 205Km. de Sicilia y 113 de Túnez.

Ante la entrada masiva de inmigrantes,Italia ha reaccionado con leyes que igno-ran los derechos del hombre: castiga comodelito penal a cualquiera que ayude a uninmigrante irregular, incluso si se trata desalvarle la vida. Sólo las grandes asocia-ciones eclesiales y la Cruz Roja han igno-

rado sistemáticamente estas leyesxenófobas, pero si un pesquero so-corre en el mar a un náufrago sinpapeles, puede ser multado y con-denado su patrón a penas de cárcel. Quizás por eso, por su apuesta

decidida por los más pobres, el pa-pa Francisco decidió que su primerviaje oficial fuese a la isla de Lam-

pedusa. Fue en julio, casi sin previo aviso.Al párroco y a la alcaldesa no les dio tiem-po nada más que para poner unos ramosde flores por aquí y por allá…

Toda la prensa se hizo eco de su via-je en un vuelo regular, de su recorrido enun viejo y destartalado Jeep; pero pocosmedios profundizaron en su encuentro,cuerpo a cuerpo, con los inmigrantes, ensus duras palabras contra un sistema eco-nómico que nos esclaviza, y en su llamadaa nuestras propias conciencias: «¿Quién es el responsable de la sangre deestos hermanos? Ninguno. Todos respon-demos: ‘yo no he sido, serán otros’.¿Quién de nosotros ha llorado por la muer-te de estos hermanos y hermanas, de to-dos aquellos que viajaban sobre las bar-cas, por las jóvenes madres que llevabana sus hijos, por estos hombres que busca-

¡VERGÜENZA!

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ban cualquier cosa para mantener a sus fa-milias? Somos una sociedad que ha olvida-do la experiencia del llanto... La ilusión porlo insignificante, por lo provisional, nos lle-va hacia la indiferencia hacia los otros, noslleva a la globalización de la indiferencia».

Recuerdo que cuando leí esas frases seme saltaron las lágrimas. ¡Cuántas vecesno he podido retenerlas oyendo relatos deprimera mano sobre los que quedaron en elcamino: hijos, hermanos o amigos perdidosen el desierto o ahogados en el mar! Aho-ra, con la crisis, se está corriendo la voz deque los inmigrantes tienen más ayudas quelos nacionales, que copan las listas de es-pera de sanidad, que invaden nuestras es-cuelas… Lo he dicho más de una vez y lovuelvo a repetir: ¡No es verdad!

En primer lugar, si no están documen-tados (pasaporte en regla) ni siquiera exis-ten para las autoridades: no tienen derechoa estar registrados en sus embajadas oempadronados en el ayuntamiento en elque residen. En Bilbao, se les permite unasola comida diaria en los comedores socia-les, no vaya a ser que si comen y cenan,sin estar acostumbrados, mueran de “so-bredosis”.

En segundo lugar, aun teniendo pasa-porte en regla, si no tienen para pagarseuna habitación, no pueden empadronarse,y si no están empadronados no tienen nin-gún otro derecho. Ni siquiera “salen” en lasestadísticas de inmigración. Son carne fá-cil para el submundo de la droga o de laprostitución.

Y en tercer lugar, incluso empadrona-dos, no tienen las mismas oportunidadesque los españoles, porque carecen de lasredes familiares y sociales que los apoyen.Uno de “aquí”, no tiene necesidad de es-perar tres años de empadronamiento paraacceder a las ayudas, pues normalmenteestá empadronado, desde pequeño, en ca-sa de sus padres o familiares.

Son bulos, y contra estos bulos nadamejor que conocer la realidad de primeramano. Conocer a las gentes, saber sunombre y su pequeña, y siempre trágica,historia. Las palabras del Papa en Lampe-dusa van dirigidas en ese sentido a todos ycada uno de nosotros.

El balance definitivo del naufragio delpasado 3 de octubre es de 339 cadáve-res recuperados y 80 desaparecidos…Más de 400 vidas segadas en unos mi-nutos, a las puertas de la opulencia. Vi-das como las nuestras, con sus familias,su historia, sus sueños e ilusiones… Mu-chas eran la última esperanza para sal-var a los suyos de una muerte lenta porinanición. ¿Somos capaces de imaginar-lo? ¿No se nos rompe el corazón?

Las palabras del Papa han animado a laalcaldesa de Lampedusa, harta de tantamuerte, a levantar también su voz y escri-bir al primer ministro Enrico Letta: “El marestá lleno de muertos. Venga aquí a mirarel horror a la cara. Venga a contar losmuertos conmigo”. También ella se ha al-zado contra la ley aprobada en 2008 por elGobierno de Silvio Berlusconi bajo la inspi-ración de su entonces ministro del Interior,Roberto Maroni, de la xenófoba Liga Norte.“Los pescadores no han auxiliado a losnáufragos porque nuestro país ha procesa-do a pescadores y armadores que han sal-vado vidas humanas por complicidad conla inmigración clandestina. Por eso, lo queel Gobierno tiene que hacer hoy mismo escancelar este delito, cambiar la norma”.

En este mes de noviembre en el que recor-damos especialmente a nuestros difuntos,quiero hacer un llamamiento para considerartambién como nuestros a todos esos que ya-cen bajo una tumba sin nombre en una islaperdida. Quisiera también que acogiésemosen nuestro corazón a los supervivientes, esoscon los que nos encontramos todos los díaspor la calle, en las puertas de las iglesias ylos supermercados…

Acabo con unos pocos versos inspiradosen una poesía de José Luis Blanco Vega, S.J.que me han parecido apropiados para la oca-sión:

Libra mis ojos de la muerte, / dales la luz,que es su destino. / Yo, como el ciego del ca-mino, / pido un milagro para verte.Haz de mi vida y de mis manos, / una he-rramienta constructiva, / cura su fiebre pose-siva / y ábrelas para acoger a mis hermanos.Que yo comparta, Señor mío, / la suerte delpobre y del migrante; / que contigo me haganavegante / y a Lampedusa dirija mi navío.¿Dónde está Dios?... No veo la luz / entretanto dolor y tanto muerto. / Está sudandosangre, allá en el huerto / por todos, clavadoen una cruz.Te busco puerta a puerta, cual mendigo. /¡Tantos me dicen que estás muerto! / Tú queconoces el desierto, / dame tu mano y venconmigo.

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Clemente Sobrado - Desde Lima

Brasas y cenizas

eyendo a Joan Chittister, “El fuegoen estas cenizas”, he revivido unade las experiencias que más claras

han quedado en el espejo de mi niñez.Aquellas noches frías y oscuras de invier-no invitaban a pasar el tiempo en torno alfogón de la cocina. Allí los viejos contabanmil y un cuentos. Que si habían visto…que si les habían contado… que si en sutiempo… Como no existía ni el periódico,ni la radio, ni la tv y además no teníamostampoco más luz que la que nos regala-ban los troncos que ardían y un candil col-gado, el ambiente resultaba realmente ín-timo y agradable.

Recuerdo que, cuando llegaba la horade retirarnos para irnos a dormir, la abue-la, infaliblemente todos los días, con unestilo muy suyo, amontonaba toda la ceni-za de la noche y con ella recubría los car-bones encendidos que aún quedaban. Así,a la mañana siguiente, lo primero que ha-cía era escarbar en la ceniza y recuperarlas brasas que aún estaban vivas algunasy otras seguían calientes. Con aquellasbrasas y aquellos carbones resultaba muyfácil encender el nuevo fuego del día.

Chittister habla de esta experienciaa la que le da un nombre raro irlandés“grieshog”, aplicado a la Vida Consagradahoy. La verdad que me parece un nombredemasiado complicado para algo tan sen-cillo. Se me ocurre recordar esta experien-cia tanto a los esposos como a los padresde familia.

A LOS ESPOSOSA los esposos, porque es posible que,luego de ese fuego ardiente de unos co-mienzos, también la noche se les eche en-cima y comiencen a sentir frío por más queestén juntos. Los primeros calores delamor no se van apagando, como algunosdicen, yo diría que más bien se van sere-nando, tranquilizando, van perdiendo lallama, pero no la brasa. Eso sucede siem-pre con el fuego. Primero tenemos la lla-ma, pero, poco a poco, la llama se pierdey queda el brasero.

Las parejas comienzan por valorar suamor, más por la llama de su fuegoque por las brasas que arden, cuandoen realidad la llama tiene sus raícesen las brasas.

Cuando sienten que su amor tiene la lla-ma muy baja o ya no tiene llama, comien-zan a pensar que su amor se está murien-do y que ya ha muerto. Y no es cierto.Siempre quedan allá en el fondo, en lascenizas del corazón, unas brasas con lasque es posible encender nuevos fuegos ynuevas llamas.

Un consejo muy sencillo: cuando yano experimentéis la luminosidad de las lla-mas, dedicaos a conservar las brasas queaún siguen vivas. No declaréis muerto al-go que todavía está vivo y es capaz de vi-vificarlo todo de nuevo. Más calientan lasbrasas que la llama. Según tengo entendi-

do, una buena parrillada evita la llama.Solo necesita unas buenas y ardientesbrasas.

Cuando uno de los dos confiesa que“ya no te amo”, “ya no siento nada por ti”no dice la verdad. Es posible que en esosmomentos no descubra sino las cenizas.Pero, si escarba un poco dentro, de segu-ro que encontrará que aún queda muchode fuego.

Recuerdo que, siendo niño, un amigomío que tenía más o menos mi edad, sindarse cuenta metió su pie desnudo en elmontón de la ceniza de la noche anterior.Echó un grito que asustó a todo el mundo.Se le había quemado toda la piel del pie.El fuego, como las semillas, tienen su mo-mento de silencio. Las semillas en el senode la tierra; el fuego en el montón de la ce-niza.

No deis por muerto a lo que aún tienemucha vida. No deis por apagado un amorque aún calienta bajo el polvo de vuestrascenizas.

A LOS PADRES

Algo parecido les quisiera sugerir a los pa-dres. En mi experiencia sacerdotal me tocaencontrarme con muchos padres desilusio-nados y decepcionados por sus hijos. “Siles hemos dado una buena formación”, “loque nos ha costado enviarlo a un colegioparticular”, “si era un chico muy bueno, ynada más entrar a la Universidad lo ha de-jado todo. Dice que “ya no cree en nada”.

Y sigue siendo buen muchacho. Sóloque el tránsito de la niñez, infancia a laadolescencia y juventud ha provocado enél una crisis. Aquellos sentimientos infanti-les ya han desaparecido y ahora su fe seha racionalizado más, y ha perdido el ca-lor del corazón.

Las cenizas de su niñez e infancia loúnico que hacen es recubrir los carbonesencendidos de su fe que sigue ahí dentro.No está muerta su fe. No ha pedido su fe.Digamos que su fe ya no es llamarada deemociones, porque se ha convertido enbrasa. Una brasa que aún calienta y aúnestá lista para despertarse en cualquiermomento. Basta un poco de viento que le-vante la ceniza para que vuelvan a apare-cer las brasas. Lo que habéis encendidoun día no se apaga tan fácilmente.

A un amigo mío que se las daba deagnóstico, un día le reté amigablemente yle pregunté: “Dime con sinceridad ¿creeso no crees? Porque yo te veo nadando enla duda”. A lo que él me respondió: “Bue-no, a ti no te puedo mentir. Tengo la im-presión de ser ateo, pero no puedo negar-te que, allá abajo, siento algo que nopuedo quitarme”.

Muchos hijos que hoy se niegan apracticar, a ir a misa, a comulgar, aconfesarse, que dicen ser ateos, en elfondo pudieran responder algo pareci-do: “Lo que sembraron mis padres,duerme, pero creo que está ahí”.

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Esther Marí[email protected]

Colores y emociones

studios psicológicos han demostradoque todos los seres humanos tene-mos una escala de colores propia con

la que expresamos nuestro estado de hu-mor, nuestro temperamento, nuestra per-sonalidad y nuestros sentimientos. El colores un método muy potente para transmitiremociones. Las sensaciones y emocionesque nos provocan los colores están íntima-mente relacionadas con la cultura a la quepertenecemos. El mismo color puede ex-presar emociones opuestas según el entor-no cultural en el que nos movamos.

COLORES Y COMPORTAMIENTOSEl color tiene mucha influencia sobrenuestro comportamiento, y las empresasde publicidad utilizan esta influencia paraprovocar en nosotros determinadas pautasde consumo. Todos tenemos un rango decolores con los que nos sentimos identifi-cados y que reflejan nuestra personalidad.Avicena, discípulo de Aristóteles, hizo unaclasificación de las personas según el colorde su cabello.

Según esta clasificación las personaspelirrojas son apasionadas, las que tienenel pelo oscuro serias y estables y las rubiasserían activas y divertidas.

Nuestros estados de ánimo se reflejanen los colores de la ropa que elegimos pa-ra vestirnos cada día. Podemos conocermucho sobre nosotros y los demás solocon fijarnos en los colores que preferimos,en los que no nos gustan y en la forma quetenemos de combinar los colores.

Todos tenemos preferencias por cier-

tos colores que se mantienen a lo largo denuestra vida; estas preferencias tienen suraíz en nuestra infancia y nuestra cultura. Elcolor de la ropa que usamos es una mues-tra de nuestro yo.

Si utilizamos con frecuencia el rojo,posiblemente seamos impulsivos, nervio-sos y muy activos; nos gustará ser el centrode atención, seremos ambiciosos, valien-tes, extrovertidos, irritables, con una fuertetendencia a dar mucha importancia al de-seo sexual y al erotismo.

Si la mayoría de nuestra ropa es decolor rosa, seremos afectivos, cariñosos,comprensivos y tolerantes, nuestro compor-tamiento puede que sea un poco infantil ynecesitemos mucho del apoyo de otras per-sonas.

Si nuestra vestimenta utiliza con fre-cuencia el color amarillo, seremos perso-nas con una personalidad interesante y es-timulante, espontáneas, comunicativas,modernas y activas.

Si el color predominante es el verdeseremos personas cautas, observadoras,benevolentes, humanas y serviciales.

Si utilizamos mucho el color azul, tan-to en su tonalidad clara como en la oscura,seremos personas creativas, perspicaces,sensibles, analíticas, inteligentes y con sen-timientos profundos.

Por otro lado, también obtenemos muchainformación sobre nosotros y los demás siexaminamos un poco los colores que re-chazamos, ya que nos revelan debilidadesocultas y zonas de nuestra imagen personalque necesitamos cambiar. Los estudios so-

bre los colores explican este rechazo ba-sándose en que ese color nos recuerda al-gún evento o circunstancia concreta del pa-sado, desagradable para nosotros, que nosprovoca rechazo hacia ciertos colores.

Los colores no son ni buenos ni ma-los; son elementos con ambos componen-tes. Si atendemos a los efectos que produ-

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ROJO: El más excitante de loscolores, puede significar pa-sión, emoción, acción, agresi-vidad, peligro. Es el más cáli-do de los colores. Es el colordel fuego y de la sangre, de lavitalidad y la acción, ejerce in-fluencia poderosa sobre el hu-mor y los impulsos, Su aspec-to negativo es que puededestapar actitudes agresivas. NARANJA: Es el color del fue-go, significa regocijo, fiesta,placer; representa alegría, ju-ventud, calor, el verano. Com-parte con el rojo algunos as-pectos, es un color ardiente ybrillante. Aumenta el optimis-mo, la seguridad, la confianza,el equilibrio, disminuye la fati-ga y estimula el sistema respi-ratorio. AMARILLO: El color de la luzy puede significar egoísmo,celos, envidia, odio, risa, pla-cer. Genera calor, provoca elbuen humor. Estimula la vistay actúa sobre el sistema ner-vioso. Está vinculado con laactividad mental y la creativi-dad, despierta el intelecto yactúa como anti fatiga. ROSA: El dicho popular: "loves todo de color de rosa", re-

TABLA DE COLORES

fleja su significado: ingenui-dad, bondad, ternura, candi-dez, inocencia. VERDE: Reservado y es-plendoroso. El color de la es-peranza, la fecundidad. Ex-presa naturaleza, juventud,descanso, equilibrio. Es uncolor sedante, hipnótico, cal-mante y relajante, resultandoeficaz en los casos de excita-bilidad nerviosa, insomnio yfatiga; disminuyendo la pre-sión sanguínea, baja el ritmocardíaco, alivia neuralgias yjaquecas. AZUL: Es un color reservado,y que parece que se aleja.Puede expresar confianza,reserva, armonía, amistad, fi-delidad, afecto. Es el símbolode la profundidad, se le atri-buyen efectos calmantes. Elazul es el más sobrio de loscolores fríos, transmite serie-dad y tranquilidad. Favorecela paciencia, la amabilidad yserenidad, aunque la sobreexposición al mismo producedepresión.VIOLETA: Color que indicaausencia de tensión, calma,autocontrol, dignidad, aristo-

cracia y también violencia,agresión, engaño. Es un coloralgo melancólico. Actúa sobreel corazón, disminuye la an-gustia, las fobias y el miedo.Agiliza el poder creativo. MARRÓN: También es el co-lor de los materiales robustos.Las cosas de este color pare-cen más sólidas.BLANCO: Es el no color. Ex-presa inocencia, paz, calma,armonía, es asociado con lapureza, la pulcritud. En lasculturas orientales simbolizala otra vida, representa elamor divino, estimula la humil-dad y la creatividad.NEGRO: Tradicionalmente elnegro se relaciona con la os-curidad, el dolor, la desespe-ración, la formalidad y solem-nidad, la tristeza, la melanco-lía, la infelicidad, el enfado yla irritabilidad y puede repre-sentar lo que está escondidoy velado. Es un color que tam-bién denota poder, misterio yestilo. En nuestra cultura estambién el color de la muertey del luto.GRIS: Puede expresar des-consuelo,aburrimiento,desá-nimo, vejez, indeterminación.

cen los colores podemos agruparlos en dosclases: colores cálidos (rojos, naranjas,amarillos); son excitantes, activan la respi-ración, suben la tensión y, en general, di-namizan y animan psicológicamente. Colo-res fríos (azules, verdes, grises); nosprovocan los efectos contrarios, relajan,sosiegan y tranquilizan.

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ecenas de miles de catequistasparticiparon en la JORNADA DE LOSCATEQUISTAS en Roma. La JORNA-

DA, enmarcada en el AÑO DE LA FE, fuepromovida por el Pontificio Consejopara la Nueva Evangelización bajo ellema: 'EL CATEQUISTA, TESTIMONIO DE LAFE'. Su programa contempló la tradi-cional peregrinación a la tumba dePedro, sacramento de la reconcilia-ción y adoración eucarística.

La Jornada del domingo 29 deseptiembre estuvo preparada con elCONGRESO INTERNACIONAL DE CATEQUIS-TAS los días previos 26 -28. Más de1.600 participaron en ese evento pro-venientes de 50 países que integran104 delegaciones que representancomisiones episcopales para la evan-gelización y catequesis de diferentesconferencias episcopales, así comocentros nacionales de catequistas yrepresentantes de oficinas diocesa-nas. El papa Francisco tuvo su pri-mera intervención en el Aula Pablo VI. 14 obispos impartieron catequesis endiferentes idiomas en las iglesias deRoma el sábado 28 de septiembre.Para los peregrinos en lengua espa-ñola estuvo el arzobispo de Barcelo-na, cardenal Lluís Martínez Sistach.

El domingo 29, el Papa celebróla misa a las 10,30 y nos dejó su pa-labra al mundo

DPalabras del papa Francisco

1.- LA IDENTIDADLo primero es ser catequistas, no solo trabajarcomo catequistas. Ser catequista es una voca-ción y un servicio: significa dar testimonio de la fe;ser coherente con la propia vida.. Catequista es el que custodia y alimenta lamemoria de Dios; la custodia en sí mismo y sabedespertarla en los demás. El catequista es preci-samente un cristiano que pone esta memoria alservicio del anuncio; no para exhibirse, no parahablar de sí mismo, sino para hablar de Dios, desu amor y su fidelidad. Hablar y transmitir todoaquello que Dios ha revelado. . El catequista es un cristiano que lleva consigola memoria de Dios, se deja guiar por la memoriade Dios en toda su vida, y la sabe despertar en elcorazón de los otros. Esto requiere esfuerzo.Compromete toda la vida.. El catequista es un hombre de la memoria deDios si tiene una relación constante y vital con ély con el prójimo; si es hombre de fe, que se fíaverdaderamente de Dios y pone en él su seguri-dad; si es hombre de caridad, de amor, que ve atodos como hermanos; si es hombre de pacienciay perseverancia, que sabe hacer frente a las difi-cultades, las pruebas y los fracasos, con sereni-dad y esperanza en el Señor; si es hombre ama-ble, capaz de comprensión y misericordia.

2.- VOLVER A PARTIR DESDE CRISTO EN UNDOBLE MOVIMIENTO:

SER DISCÍPULO Y DESPUÉS MISIONEROEsto significa, en primer lugar, tener familiaridadcon Él. ¡Permanecer en Jesús! Solo así el cate-

quista dará fruto. ¡Dejarse mirar por el Se-ñor! Después, volver a partir de Cristo signi-fica también imitarlo en el salir de sí mismoe ir al encuentro del otro. El corazón del ca-tequista vive siempre este movimiento de“sístole–diástole”: unión con Jesús-encuen-tro con el otro. Son las dos cosas: yo meuno a Jesús y salgo al encuentro con losdemás. Si falta uno de estos dos movimien-tos el corazón no late más, no puede vivir.. Asimismo, volver a partir de Cristo signifi-ca no tener miedo de ir con Él a las perife-rias. Si un cristiano sale por las calles en lasperiferias, puede tener, sí, un accidente…Tantas veces hemos visto accidentes…¡prefiero mil veces una Iglesia accidentaday no una Iglesia enferma! ¡Una Iglesia, uncatequista que tenga el valor de arriesgarpara salir y no un catequista que sabe todo,pero cerrado siempre y enfermo!

3.- AMOR, FIDELIDAD, ALERTA“Ser” catequista requiere amor, amor aCristo cada vez más fuerte, amor a su pue-blo santo. El catequista debe amar a Jesu-cristo y a su Iglesia. Debe amar, pues, a suscatequizandos.. El catequista ha de vivir y mostrar ladoctrina cristiana en su totalidad. Sin quitarni agregar.. El catequista ha de evitar y alertar delriesgo de apoltronarse, de la comodidad, dela mundanidad en la vida y en el corazón,de concentrarnos en nuestro bienestar, ensu propio yo y en nuestro propio grupo.

Catequistas AVISO A LOS DE-MÓCRA-TASEl enemigomás temible

de la democracia

es la demagogia.

Alfred Croiset

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Dios me libre de juzgar a nadie. No lohago con una mujer que ha abortado:

condeno el aborto, pero no a esta mujer queha abortado. Como suele decirse, condena-ré al pecado y no al pecador; o más claro: elmédico combate la enfermedad, pero no alenfermo. Qué sé yo lo que agita el corazónde esa mujer: sus miedos -a veces hasta elpánico-, el desamparo, el porvenir, la an-gustia hasta la ofuscación… o lo que sea.

“PERDÓNALOS, PADRE, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”

Y una variante: “Porque no saben lo quese hacen”. Tanto “no saben lo que hacen”como “no saben lo que se hacen” expresanla oscuridad profunda en que puede caer lamente del hombre, por lo que sea, culpableo no. Quienes condenaron a Jesús no sabí-an lo que hacían ni lo que se hacían a símismos y al mundo. ¡Y tenían master en te-mas del mesías esperado!

Me atrevo a afirmar, para escándalo deno pocos, que ni Hitler sabía lo que hacía ose hacía: deshumanizarse horriblemente así mismo y a su pueblo en lo que creía en-grandecerse y engrandecerlo. A tal modopuede llegar la obnubilación y la deprava-ción del hombre, que puede convertir lassupremas atrocidades en actos de heroís-mo y vanagloria.

Conocemos la facilidad con que termi-namos construyéndonos nuestros razona-mientos para justificar nuestras acciones,hasta para matar o suicidarme. O medrar enlos negocios devorando a los demás: per-sonas o pueblos.

Con este preámbulo comento la frase conque se publicitaba el teólogo Hans Küng: "No quiero seguir viviendo como una sombrade mí mismo", escribe el teólogo, en el tercery último volumen de sus memorias.Küng, de 85 años, sufre Parkinson en esta-

do avanzado y teme perder pronto y comple-tamente la visión, ante lo cual considera la po-sibilidad de ponerse en manos de una clínicasuiza donde practican los suicidios asistidos. Aíslo las palabras de su autor, para juz-

gar el hecho y no a la persona. Usaré elnombre ficticio de parecidas característi-cas; hablaré de Teodoro.

Decimos sabio al que sabe ser y compor-tarse como hombre, en la pobreza y en la ri-queza, en la gloria y en la desgracia, en lasalud y en la enfermedad, en un cuerpo jo-ven y en un cuerpo viejo achacoso y decré-pito, cuando todos los amigos nos alaba-ban y cuando nos olvidan y abandonan.

En esa frase tuya premeditada, Teodo-ro y en boca de un teólogo, descubro uncontenido de soberbia que me asusta: tepresentas como señor dueño absoluto detu vida, y si nos detenemos más advierto undesprecio del Creador y su providencia. Terecomiendo las breves páginas de un autorgrande entre los grandes que ya conoces yte habrá admirado: Teilhaird de Chardin.

Hablando de la evolución del mundo yde la grandeza del hombre en el “Medio di-vino”, en el grandioso capítulo de “las pasi-vidades de crecimiento” va en camino con-trario al que tú propones.

Tu acción, Teodoro, es de cobardía an-te la previsión de tu figura desfigurada, tupobreza existencial, tu pensamiento huido,tu indefensión total hasta el punto de de-pender totalmente de los demás, de no po-der controlar los esfínteres; ante el encuen-tro con nuestra verdad de hombres que enmomentos de lucidez olvidamos.

Es la prueba de la fe, Teodoro, la tenta-ción suprema: la hora de entregarnos con-fiadamente a nuestro Creador, o de seguirorganizando nuestra vida como si fueramosúnico y absoluto señor de ella. Puedes en-contrar todos los razonamientos –económi-cos, sociales, caritativos, médicos- que su-blimen tu decisión, y hasta proponerte conorgullo y ejemplo de tu última decisión en lu-cidez y libertad: poner fin a tu vida cuando ati te plazca. Sabes como yo, Teodoro, quelas palabras más sublimes están expuestasa las tentaciones más diabólicas: lucidez >Luz-bel >libertad non serviam. Quizás la pa-labra de Dios sea una de las palabras másprofanadas por el hombre. En la historia delas ideas comprobamos la capacidad delhombre para inventarse una teoría que jus-tifique sus acciones injustificables.

Por último, “Teodoro”, haz honor a loque tu nombre significa: dado a Dios. Datea Él. Tú, que con tu privilegiada mente hasido rastreando sus huellas en el mundo pa-ra anunciarlo a la Iglesia y a los paganos.

Si he recordado al gran Teilhaird deChardin es para dejarle a Dios hacer en ti yen mí, con su providencia sabia y amorosa,su plan divino. Hoy decimos en Teología“dejarle a Dios ser Dios”.

¡Ay, ay, ay, Hans Küng!, mucho teólogo, pero...3 No juzguéis y no seréis juzgados. 3 Pero llamad las cosas por su nombre.

Hans Küng es un teólogo con el haber de unagran colección de libros de Teología, artículos yconferencias de cuño contestatario, con éxito edi-torial, y un público fiel, tocado de “progresismo”.

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1716

Creo en la vida eterna

Sanxao

CELEBRAR(100)(100)

CuLtura yCuLtura y VidaVida

CELEBRAR

s el último artículo de fe en nuestro credo. En la culminación del Año de la Fe y en elmes de Santos y Difuntos. Dos jornadas con peso en el calendario.¿Quiénes son los santos? No son solo los que vemos en los altares o en los calenda-

rios. El catecismo sigue definiendo la gracia santificante con estas palabras: “Don divino quehace al hombre santo, hijo de Dios y heredero del cielo”. Por tanto, santo es el que vive engracia y amistad de Dios.

¿Dónde están los santos? En la tierra, en el purgatorio y en el cielo. En la tierra:millones de personas que luchan por ser fieles a Dios, cuando fallan se confiesan y buscan fuer-zas en el alimento de la Eucaristía. Son hijos de Dios, así se sienten, y ponen toda su alma envivir de acuerdo con lo que son. Tienen fallos como todo ser humano. Dice un buen amigo que“santo es un pecador que se confiesa”.

La tierra vista desde el cielo es como el cielo visto desde la tierra en una noche es-trellada: se ve sembrada de puntos de luz, que son cada uno de esos santos que viven connosotros. ¿No ves entre ellos a la señora Concha tan conocida en tu barrio, siempre alegre ysirviendo y ayudando a cualquier vecino? Es la misma que a veces sorprendes calladita anteel sagrario.

¿Y los difuntos? Son todos los que han concluido su carrera y han llegado ya a lameta. Los griegos aplicaban esta palabra al atleta que al llegar a la meta aflojaba el cinturóny se tumbaba en el suelo a descansar. Decían que estaba “difunto”. De los difuntos, unos es-tán ya disfrutando de la felicidad de Dios. Otros, cuyo amor al Señor necesita ser purificadocon un último retoque, están en el purgatorio. A ellos nos referimos cuando hablamos de re-zar por los difuntos. Seguro que a ti te resulta fácil recordar aquí a tu abuelo Narciso. El Curade Ars llamaba al purgatorio “la enfermería del cielo”. Esos son los que necesitan ayuda y aquienes nosotros podemos ayudar. Por eso a estas ayudas les llamamos sufragios.

Los que están en el cielo no necesitan ayuda, al contrario, son ellos los que nos ayu-dan a nosotros. A mí me va bien pedirle a Teresa de Calcuta que me eche un cable.

Por los que han muerto sin estar en amistad con Dios, ya nada podemos hacer, niellos por nosotros. Se ha roto la comunicación en ambas direcciones. Se interpone un granabismo, dice el Evangelio en Lc 16,26. ¿Es posible esto? Pues claro. Y es que Dios se tomaen serio y respeta hasta el final el gran don que nos ha dado: la libertad. Podemos elegir lafelicidad o la desdicha. Lo estamos haciendo cada día.

E

esde hace varias décadas comenzóa hablarse del “padre ausente” comocaso característico de hogares don-

de, por divorcio o por haber nacido el hijofuera del matrimonio, la figura paterna ha-bía desaparecido de la vida del niño. Másadelante, el término “padre ausente” empe-zó también a aplicarse a aquellas familiasdonde, existiendo un padre, éste hubieraabdicado de su rol por un desorden en susprioridades, por verse aplastado por una“súper mujer” descalificadora o por simpleinconsciencia sobre los efectos que tendríaen la vida de sus hijos esta dejadez.

VÍCTIMAS DE UN MODELO

A juicio del norteamericano Robert Rec-tor, de la Heritage Foundation de los Esta-dos Unidos, muchos se han lucrado pormotivos ideológicos del cliché del padreausente y sin autoridad sobre los hijos.

Algunas feministas, por ejemplo, se-ñalan que el padre es un fósil cultural de unmodelo familiar en extinción y reemplaza-ble en otros “tipos de familia” donde nonecesariamente se da el triángulo padre-madre-hijos.

DD

Padre ausentePadre ausenteFamilia

Tengo la certeza de que algunas de las afirmaciones de este artículo noserán aceptadas. Pero es inteligente que tanto si las damos por sabidas olas rechacemos, antes veamos la realidad que nos rodea y los aires cultura-les que respiramos; y luego, pensemos la verdad que encierran más allá detoda ideología machista o feminista, de izquierdas o derechas y, si ustedesson gente de diálogo, dialoguen. Dialoguen, que es escuchar y hablar (poreste orden).

He leído con atención este artículo de María Ester Roblero C. y meha parecido interesante para el diálogo familiar o entre amigos, padres,madres; un tema que a todos nos interesa, desde los niños a los abuelos,con repercusiones felices o lastimosas en las casas y en la calle, en las re-laciones familiares y políticas y en los medios que manejan los terminalesde la “cultura de masas”. Mario M.

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1918

Otros, los que abogan por un Estadotodopoderoso, siempre están dispuestos abuscar fórmulas para llenar el vacío del pa-dre ausente y ganar terreno en la vida delos individuos. Así, señala este norteameri-cano, “en EE.UU., al igual que en otrassociedades, la familia tradicional inte-grada por marido, mujer e hijos, estásiendo reemplazada por un nuevo mo-delo integrado por mujer soltera, hijos ysubvención pública”. Por otra parte, co-mo dijo Juan Pablo II, existe un interés endifundir la idea de que los hijos son un “de-recho”, despreciando el real y auténtico de-recho, que es el de los hijos, a ser concebi-dos por un padre y madre que crean lascondiciones necesarias para que su creci-miento sea sereno y armonioso.

LO QUE NADIE SE ATREVEA DECIR EN VOZ ALTA

Todas las partes involucradas son vícti-mas del nuevo modelo. Partiendo por loshombres que, aunque aparecen como los“liberados” de la carga de criar hijos, en elfondo se ven privados de la verdadera ma-durez que supone sacar al hogar adelantey se pasan su vida en un limbo de perpetuaadolescencia egoísta.

Luego, las mujeres que, sin la protec-ción psicológica y social que da un matri-monio, se empobrecen y al cabo de unosaños terminan estableciendo relacionesamorosas difíciles y abusivas con hombresincapaces de comprometerse.

Y, finalmente, por supuesto están loshijos: la ausencia de figura paterna los

vuelve básicamente inseguros. Su adoles-cencia se transforma en un caos de senti-mientos encontrados donde la rabia, la vio-lencia, la desazón no alcanzan a cuajar enun reclamo por estar privados de algo a loque, en justicia, tenían derecho: un padre.

Capítulo aparte merece enumerar to-das las consecuencias que tiene para cual-quier Estado no defender el espacio propioa la familia: junto a la desaparición de la fi-gura del padre ha crecido la tasa de deser-ción escolar, el embarazo adolescente, ladrogadicción y la criminalidad juvenil.

UNA SOCIEDAD “ADOLESCÉNTRICA”

La pérdida de la figura del padre se expli-ca en otros fenómenos sociales:La revolución cultural de año 68, de-

jó entre sus muchas estelas la idea deque el modelo humano a seguir es lade un adolescente idealista, espontá-neo y sin fuerzas externas que condi-cionaran su libertad. El resultado esque hoy toda nuestra sociedad se havuelto “adolescéntrica”. Así como en otras épocas el modelo

a imitar era el anciano sabio o el adul-to seguro y responsable, hoy apareceentronizado el adolescente; entoncesla libertad es confundida con esponta-neidad, el amor con seducción y elcompromiso con una atadura.

En este contexto, ser padre es imposible,puesto que el propio padre quiere o creeser un adolescente. Y como en la adoles-

cencia el valor supremo es la amistad,quiere ser “amigo” del hijo. Al respecto elpropio Juan Pablo II ha dicho: “No tenganmiedo de ser padres, … llamarles laatención y corregirlos cuando sea nece-sario, con todo el afecto y la ternura, esindispensable para educarles en la ver-dad”.

También las mujeres han influido en desa-creditar la función paterna. Pues junto conluchar por el reconocimiento de sus aportesa la educación de los hijos no han sabidopreservar los valores masculinos que tam-bién forman parte de la riqueza familiar. Porejemplo, hoy es poco popular que la mujerdestaque ante sus hijos la figura de un“hombre-marido” que tiene la responsabi-lidad de mantener la familia. ¡Podría seracusada de machista! Sin embargo, diceRobert Rector, “Esa imagen de marido esimportante para los hijos. Los jóvenesnecesitan de ese modelo por cuanto, sinesa aspiración de tener ellos mismos supropia familia, pierden motivación y em-peño en su estudio y trabajo”.

Por otra parte, si la mujer no trasmitea sus hijos la idea de un marido que los cui-da, también altera el proceso de identifica-ción sexual de los niños.“Cuando el varóndeja de verse a sí mismo como alguienque apoya y protege a la mujer, cambiala naturaleza de sus relaciones sexualesque se vuelven terriblemente egoístas”.

También los conceptos de orden y au-toridad han sufrido una profunda devalua-ción en occidente. Tanto se ha exaltado el

valor del consenso que ha llegado a creer-se que este implica ninguna norma. Sin lafalta de autoridad paterna a nivel familiar,pronto ven plasmados sus efectos a nivelsocial: «¿Qué adulto osaría hoy –pregun-ta el psicoanalista francés Tony Anatre-lla– llamar la atención a un grupo de jó-venes en la calle, en el metro o encualquier otro lugar? Prefiere callar yseguir su camino».

FIGURA PATERNA E IMAGEN DE DIOS

La ausencia de figura paterna también tie-ne relación con los prejuicios que han inva-dido la transmisión de la fe cristiana a lasnuevas generaciones. Tony Anatrella, des-de su doble experiencia de psicoanalista ysacerdote, dice que se ha cometido un gra-ve error al dejar de hablar de paternidadcon pretexto de no herir a los hijos de di-vorciados. O por temor a que el oyente re-chace a Dios, porque tuvo mala relacióncon su padre. O porque algunos se sientenofendidos por quienes dicen que Dios espadre y por tanto hombre. Privar al ser hu-mano de la novedad traída por Cristo almundo de ser “hijos” de un padre bueno esun terrible error.

En la misma línea, David Blanken-hom, presidente del Institute for AmericanValues, de religión protestante, hace unarespetuosa crítica a los católicos: si bien lahermandad de Cristo es importante, no in-sisten en el papel de Dios Padre y tal vez,la desvalorización de la figura del padre enla sociedad actual coincide con la negaciónde paternidad de Dios.

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Jesús Prieto

Tú, ¿quién eres?

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s ésta una de las primeras preguntas al papa Francisco en la ya famosa entrevistaque invadió las primeras páginas de todos los medios. ¿Quién es Jorge Mario Ber-goglio? Y a pregunta tan arriesgada el papa responde: “Soy un pecador. Ésta es la

definición más exacta. Y no se trata de un modo de hablar o un género literario. Soy un pe-cador”.

De esta primera y humilde confesión brotan otras que ayudan a comprender la vi-da y estilo pastoral del obispo argentino de Roma. Soy un pecador al que Jesucristo ha mi-rado con amor, ha perdonado y elegido. Éste es el proceso que el mismo Jesús siguió consu apóstol y evangelista Mateo. Un ‘misericordiado’, que se dice en registro argentino. Noen vano el lema del obispo Bergoglio es: “Miserando atque eligendo” (=teniendo misericor-dia y eligiendo).

¿No será esta convicción esencial de pecador perdonado la que motiva en este pa-pa esa atmósfera de misericordia, cercanía atrevida y gozosa que descubren en él los mássencillos? ¿Es este estilo el que le lleva a proponer a toda la Iglesia como tarea primordialel acoger, escuchar y sanar heridas y todo lo demás vendrá después?

n nuestro diario caminar en el sendero de Jesús, los católicos tenemos una ventaja; tan dados como somos a chismorrear, criticar y juzgar desde la barrera, tenemos a alguien

en quien volcar sanadoramente esta tendencia: este alguien soy yo mismo. Dice el Kempisque el problema está en que todos acusamos y nadie se acusa a sí mismo. Nosotros esta-mos invitados a examinarnos, evaluarnos y juzgarnos con sinceridad y humilde confianzacomo un valioso modo de orar en espíritu y verdad y ponernos así ante el Señor. Y que es-ta oración culmine y se corone con frecuencia en la confesión sacramental donde la Iglesiaalienta, confirma y apoya nuestro deseo de conversión.

Confesar sencilla y humildemente nuestros pecados ante un ministro de la recon-ciliación, del que sabemos que es pecador, resulta un ejercicio sanante que nos libera denuestros subjetivismos y soledades, nos reconcilia con la Iglesia sintiéndonos más hijos yhermanos y dispara, al decir de Jesús, una gran fiesta en el cielo.

¿Algún medio de comunicación plantó en su primera página esto tan elementalcomo que el Papa es un pecador? ¿No lo decimos todos en público al comienzo

de la misa sin asomo de rubor alguno? ¿Y qué es un santo másque un pecador arrepentido, confesado, perdonado y elegido?

E

E

Aquilino Polaino Lorente, psiquiatra y aca-démico de la Universidad Complutense deMadrid señala:

- El vínculo padre-hijo proporcio-na al niño que crece la seguridad quetanto necesita. Le da confianza en símismo, elemento clave en el que seapoya toda su autoestima. El hijo, trasla exigencia del padre –que siempredebe ser exigencia amorosa– descubreque puede hacer más de lo que hace,que alguien confía en él y espera algo

de él. Se siente valioso, pues si no lofuera, su padre no le pediría nada.

- El infantilismo y la inmadurez cró-nica son las consecuencias directas dela falta de padre. Si el hijo no aprende aser hijo, le será mucho más difícil lle-gado el momento ser padre. De ahí lascrisis que sobrevienen luego cuando aun hombre le tocan asumir las exigen-cias propias de la paternidad. En vez deacoger al hijo, al más mínimo proble-ma, tienden a dejarle solo.

Es conocida la crisis de la figura paterna en la so-ciedad contemporánea. Por su función parental esel principal creador de límites para los hijos. Sueclipse ha provocado entre los jóvenes en las es-cuelas y en la sociedad un aumento de la violen-cia, que es precisamente la falta de consideraciónde límites.

El debilitamiento de la figura del padre hadesestabilizado la familia. Los divorcios han au-mentado de tal manera que ha surgido una ver-dadera sociedad de familias de divorciados. No so-lo ha ocurrido el eclipse del padre, sino también lamuerte social del padre.

La ausencia del padre es, a todas luces, ina-ceptable. Desestructura a los hijos, borra el rumboa la vida, debilita la voluntad de asumir un pro-yecto y conseguir una vida autónoma.

Es urgente reinventar la figura del padre so-bre otras bases. Para ello, en primer lugar es deimportancia fundamental distinguir entre los mo-delos de padre y el principio antropológico de pa-dre. Esta distinción, pasada por alto en muchasdiscusiones, incluso científicas, nos ayuda a evitar

malentendidos y a rescatar el valor inalienable ypermanente de la figura del padre.

La tradición psicoanalítica dejó claro que elpadre es el responsable de la primera y necesariaruptura de la intimidad madre-hijo/hija y la intro-ducción del hijo/hija en otro continente, el trans-personal de los hermanos/hermanas, abuelos, fa-miliares y otras personas de la sociedad.

En el orden transpersonal y social prevaleceel orden y la disciplina, el derecho, el deber, la au-toridad y los límites deben valer entre un grupo yotro. Aquí la gente trabaja, entra en conflictos yrealiza proyectos de vida. Por esta razón, los hijosdeben demostrar seguridad, valor y disposición ahacer sacrificios, ya sea para superar las dificulta-des o para lograr algún objetivo.

El padre es el arquetipo y la encarnaciónsimbólica de estas actitudes. Es el puente hacia elmundo social y transpersonal. El niño, al entrar enese mundo nuevo, debe poder orientarse por al-guien. Si le falta esta referencia, se siente inse-guro, perdido, sin iniciativa.

Leonardo Boff

El eclipse de la figura del padre y la violencia en la sociedad

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Gema Sáez

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El funeral

Acto Primeroa Iglesia estaba toda llena, hacía mu-cho tiempo que no se veía así. Varioscuras celebraban la eucaristía, uno

de ellos pidió a la gente que no se que-daran atrás que pasaran sin miedo haciaadelante. –Estamos en familia y se tratade que todos estemos cómodos- dijo.

Los primeros bancos los ocupaban losfamiliares más cercanos del fallecido; unhombre bueno que había dado todo porsu familia y por todo aquel que se habíacruzado en su camino. Así se explicabaque hubiera tanta gente, su larga vida diopara mucho y para muchos.

Un coro que cantaba como los ángelesponía la nota musical en el silencio,mientras las lágrimas afloraban en losojos de los asistentes. Algunos miraban asu alrededor, mientras se secaban con di-simulo sus húmedas mejillas.

En una gran pantalla, situada detrás delaltar se iban mostrando imágenes del fa-llecido en sus muchos actos de caridad;como cuando se rodeaba de todos aque-llos necesitados de tantas cosas. A todosles escuchó, les tendió su mano y su ex-tensa capa la repartió en tantos trozos co-mo personas se acercaron a él en buscade ayuda.

Su humildad era un imán que atraía ha-cia él más gente que el discurso de un

gran orador. Hombre de pocas palabras,pero de gestos cercanos y de grandesacciones. Su familia, sus hijos y sobre to-do su mujer, aceptaban ese segundo pla-no en el que parece que quedaban, perole ayudaban y apoyaban en todo, aunquea veces, las menos, le reprocharan algu-nas ausencias. Él sabía que sin ellos noera nadie y así se lo hacía saber.

El evangelio de Mateo 25,35... ”Porquetuve hambre y me disteis de comer; tuvesed y me disteis de beber...” . “¿Cuándote he hecho yo esto?-. Muy bien traído aeste caso, dio paso a una emotiva homi-lía. –Un hombre que pasó por la vida ha-ciendo el bien, que daba con una manosin que se enterara la otra, dijo el sacer-dote, que le conocía mucho. El difuntosiempre se había prestado a colaborardesinteresadamente en todos los proyec-tos de su parroquia. Era lógico darle unabuena despedida, aunque aún mejor ibaa ser el recibimiento del Padre.

El coro seguía cantando y envolviendoel ambiente de una gran nostalgia por lasentida pérdida. –Ha muerto en olor desantidad-, dijo el sacerdote. Era verdad;en vida no tuvo enemigos ni nadie hablónunca mal de él. Todo lo contrario, des-pertaba tolerancia y entendimiento en to-dos los asuntos en los que medió.

“Dejó dicho que no quería flores ni pa-rafernalias en su funeral y seguro que sehubiera enfadado al ver tanto cura en el

altar”, dijo el sacerdote. “Pero nuestrapresencia aquí no es más que una mues-tra de agradecimiento y compañía haciasu familia”.

El funeral acabó con las palabras de to-dos aquellos que le quisieron decir lo quesignificó para ellos, el haberle conocido.Mientras la comitiva con el féretro avan-zaba por el pasillo central hacia la salidade la Iglesia, un gran estruendo del órga-no sonó como si las mismísimas trom-petas anunciaran su entrada en el reinode los cielos. Algo así como la apoteosisfinal.

Acto SegundoAbuelo, abuelo, ¡despierta! No sé quédecías en sueños, hablabas pero no se teentendía nada. Así de alterado se dirigíaLucas a su abuelo. El abuelo que se en-contraba ya en el cielo, no quería desper-tar de su sueño. ¡Qué sensación de paz,de felicidad y plenitud! Abrió los ojos y alver la cara de asombro de su nieto, leabrazó y le dijo que no se asustara, quese encontraba bien. Sabes, le dijo: he te-nido un sueño maravilloso, justo cuandoiba a entrar en el cielo, me has desperta-do.Como si de un cuento se tratara, elabuelo fue relatando a su nieto todos losdetalles del funeral que había visto ensus sueños. Así le contó que había vistoen la iglesia montones de gente, a algu-

nas personas las había podido recono-cer, a otras no. Demasiados celebrantes,para mi gusto. Y confieso que me ha im-presionado veros llorar, sobre todo versufrir a tu abuela.

Me gustaron las palabras del sacerdotey sobre todo la homilía, aunque no sé siyo hubiera preferido el evangelio de lasBienaventuranzas. Y ¡qué coro!, una pre-ciosidad, aún me parece estar oyendosus voces. ¡Cómo hablaron de mí misamigos!, no fueron nada objetivos, perohabía mucho sentimiento en sus pala-bras. Ahora bien, no creo que el prota-gonista de este sueño fuera yo, ya que nocreo que se me puedan atribuir todas lasvirtudes que decían tenía el difunto.

Tú, como siempre tan humilde, abuelo,seguro que todavía se quedaron cortoshablando de ti, le contestó su nieto. Paramí, eres el mejor abuelo del mundo, unejemplo a seguir y la mejor persona queconozco y no quiero que te vayas ni parair al cielo.

Querido nieto: hay que estar preparadosiempre para dejar este mundo. Cuandopienso todo lo que he vivido, la familiaque he formado y los años que tengo, nome queda más que dar gracias a Dios portodo y ponerme en sus manos para queme llame cuando quiera.Recuerda que la vida es una historia in-acabada, tú tienes que continuarla.

“La vida es sueño”

L

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Viñetas PasionistasViñetas Pasionistas

VENERABLE GERARDO SAGARDUI

Zenón Urigüen

Mari Jose Laña

FAMILIA Y VOCACIONES. Gerardo nace en Zollo, Bizkaia, el 15 de febrero de 1881. A los 18 años sien-te la vocación religiosa y va a pedir su admisión al noviciado Pasionista de Deusto. En los primeros díasde esta nueva vida sufre una crisis de desaliento y se marcha a su casa. Sus padres le hacen ver su errory lo llevan al Noviciado. Gerardo recapacita y pide perdón a la comunidad. Vivida la fuerte experienciadel noviciado hace la profesión el 27 de junio de 1900. Ante su admirable ejemplo dos hermanas y unhermano abrazan la vida consagrada. En el año 1902 es destinado a la casa de los Santos Juan y Pablode Roma, como portero. En esta casa, providencialmente, se hace amigo del hermano Salustiano, quienfue su confidente, su pilar y su aliento.

LA PASIÓN DE CRISTO. La vida de Gerardo está totalmente centrada en la vivencia de los misterios deCristo. Vive una espiritualidad mística de amor a Cristo. Su vida sencilla y laboriosa está abierta y unidaa la Pasión del Señor y va formando en él una auténtica transformación. Un día temprano, un religiosolo sorprende tumbado en tierra delante de la imagen de Cristo Crucificado. El religioso, creyéndole des-vanecido, se le acerca para ayudarlo. El dice que está bien. Así lo han sorprendido varias veces. Es un sig-no fuerte, humilde y profundo de su participación en la agonía de Cristo en Getsemaní.

VIDA DE ORACIÓN. Su formación Pasionista está centrada en la contemplación de la Pasión. Gerardo sa-be apropiarse de los más ricos tesoros de mística que son Patrimonio de la Congregación. En la porteríay fuera de ella todos los rincones de la casa son para él un oratorio, vive en constante comunicación conCristo. Su fama de oración y santidad llega al Vaticano. Un día el cardenal Merry del Val llama al Her-mano para pedirle que vaya ante el Santísimo para orar por un asunto urgente. Gerardo accede a esa pe-tición y ora y ora por esa causa. Posteriormente se le comunica la feliz solución.

ANGEL DE LA CARIDAD. La portería de los Santos Juan y Pablo es el teatro de una singular y heroica ac-ción apostólica de Gerardo. Su vida tomó la forma de una evangélica caridad con los pobres. La primeraguerra mundial produce una trágica penuria para miles de personas que buscan el alimento. Gerardo, conla venia del Superior, instala una cocina en la portería y hace una rica sopa para todos. En la segundaguerra mundial se agrava la situación de ruina y pobreza. La asistencia de Gerardo es providencial, es mi-lagro de caridad, fama de santidad y refugio de miles de pobres y necesitados. Murió con fama de san-tidad el año 1962 a los 81 años.

“No cabe le menor duda, el hermano Gerardo es un santo. Un santo de esos de hoy.Se trata de una santidad muy asimilable y connaturalizada.” ( P.Monedero).

ltimamente, no salgo de mi asombro al ver y escuchar las noticias de la televi-sión. En varias ocasiones, han aparecido imágenes de prostitutas ejerciendo enla vía pública o a la entrada o salida de las ciudades para hablarnos de las me-

didas que se están tomando para que no molesten ni se las vea.

Hace poco también, otro reportaje nos mostró imágenes de vendedores ambulantesmientras nos anunciaban que se les va a poner multa y se les va a perseguir, porqueestá prohibido utilizar el espacio público para vender. Los afectados por esta normativason principalmente inmigrantes que, como ellos dicen, de alguna manera tienen que ga-narse la vida.

Casi al día siguiente, con otras imágenes nos dieron la noticia de que se quiere evitarque haya mendigos por las calles y a la puerta de los comercios, porque resultan moles-tos y a veces intimidan a la gente o se organizan para robar. Suerte que esta vez, tam-bién aparecieron personas defendiendo a quienes están pidiendo y hablando de suamabilidad cuando les abren la puerta y les saludan, o incluso les ayudan con el pesode la compra.

Poco después, nos mostraron también a algunos músicos tocando por las calles paraanunciar que en el plazo de un mes deberán presentar un currículum para poder seguirtocando, porque no todos los que tocan son músicos, o no toda la música parece igual-mente buena para ser escuchada en la calle.

Y con el paso de los días siento que mi indignación va en aumento y me pregunto: pe-ro, ¿de quién es la calle? ¿Es que también va a ser propiedad privada de unos pocos? Y es que, además, ahora que los bancos están desahuciando a tanta gente y las em-presas siguen echando a tantos obreros a la calle, ahora que tantos jóvenes están sintrabajo y sin casa, ahora que muchos hombres y mujeres no saben cómo salir adelante,¡qué absurdo me parece echar a los mendigos y a los que viven en las calles! ¡Qué in-justo me parece quitarles su medio de vida! Pero, claro, es más fácil echarles que bus-car soluciones.

Entiendo que se quiera poner límite a los robos, a la estafa y al engaño… Pero creo queno es ésta la manera y menos en la situación de crisis actual. Por eso, creo que debemoshacer que la calle sea de todos y para todos, y trabajar por un mundo más justo y máshumano, un mundo como Dios lo sueña y nos lo recuerda cada día el papa Francisco.

¿De quién es la calle?

U

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“La vejez no es un castigo;es un regalo” J.A. Pagola

Como el cristal

Pedro Mª Zalbide,Consiliario Nacional Vida Ascendente

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igamos, para empezar, quela palabra “persona” provie-ne originariamente del voca-blo “máscara”, artilugio gro-

tesco y exagerado que los actoresgriegos de la antigüedad utiliza-ban en sus representaciones tea-trales. Las máscaras, en la esce-na, cumplían una doble función: lade ocultar la propia identidad dequien actuaba, y la de sugerir la fi-gura del héroe, del dios, del gue-rrero a quien debían encarnar.Había máscaras de todo tipo:unas representaban el odio, lavenganza, el hambre…; otrasmostraban todo un abanico de vir-tudes y de vicios…; y otras, porfin, ponían en escena la alegría, lajovialidad, la carcajada… En defi-nitiva, que el teatro griego de laantigüedad daba buena cuenta delo que sucedía en su ajetreada so-ciedad.

Veinte siglos después, naceríaen Madrid (1600) el insigne poetay dramaturgo Pedro Calderón dela Barca, reconocido y siempre

d admirado por quienes hemos dis-frutado con la lectura de susobras. En una de ellas, el auto sa-cramental titulado “El gran teatrodel mundo”, el autor nos presentala existencia humana, el mundo, lasociedad como un colosal escena-rio en el que van apareciendo, ca-da uno en su papel, los diversospersonajes que conforman el es-pectáculo: el rey, el labrador, elpobre, el rico… y el apuntador (lavoz de la conciencia) que, decuando en cuando, recuerda ama-blemente a los actores: “Obradbien, que Dios es Dios”.

Y en abril de 1991, el célebre ac-tor, escritor y humorista, saltim-banqui de los escenarios, PedroRuiz, nos sorprendió con una pu-blicación que yo calificaría de “hu-mor filosófico”. La obra en cues-tión lleva un título un tanto original:“Detrás del monigote”. Un librosencillamente genial, escrito conagudeza, con un fino espíritu deobservación, irónico, sutil, profun-damente inteligente, que ahonda y

bucea con éxito en el núcleo deli-cado de la realidad.

El autor, saltándose alegre-mente la ortodoxia del lenguaje ylos mandamientos de la Real Aca-demia, concibe la palabra “moni-gote” como una espe-cie de atuendo arti-ficial que llevamosdentro, y del que ha-cemos gala cuandonos interesa; algo asícomo un diablillo o,más bien, como unacolección de diablillosque guardamos consolicitud en el cuartooscuro de nuestro interior, y quesacamos hipócritamente cuandola conveniencia de las circunstan-cias así nos lo aconseja. De ahíque el ropero de nuestra habita-ción esté siempre atestado del ab-surdo vestuario que alimentanuestra hipocresía.

¿Que se trata de sorprendermanifestando superioridad?: noscalamos en seguida el “monigote”del fariseo, del prepotente. ¿Quehay que aparentar austeridad yternura?: echamos mano de ese“monigote” de color tristón quenos invita a adoptar el típico gestocomprensivo, a esbozar una son-risa estudiada y a cruzarnos de

brazos con resignación. ¿Quepretendemos resultar simpáti-cos?: recurrimos al socorrido “mo-nigote” del cinismo; nos deshace-mos en atenciones con aquél aquien deseamos halagar, reímos

sus gracias, alaba-mos sus cualidades ydecimos amén a to-das sus ocurrencias.

Está ampliamentedemostrado que,cuanto más compli-cados nos volvemos,necesitamos un ma-yor número de “moni-

gotes”; y que cuanto más sencillosy sinceros somos, éstos nos so-bran; porque, las más de las ve-ces, nos valemos de ellos parasubsanar carencias o para escon-der miserias. Estoy por afirmarque el “monigote” más honroso delque podemos hacer gala es el dela “ausencia de monigotes”, el dela transparencia, la claridad, laverdad…

Dios nos hizo desnudos y nosquiere desnudos, sin atuendos ri-dículos que nos envilecen. Diga-mos que nos quiere translúcidos,sinceros, nítidos, escandalosa-mente limpios… Como el cristal.

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MONUMENTO AL

MINERO JUBILADO

Grupo escultórico ubicado en elbarrio “San Francisco” de Turón,realizado en bronce por el escul-tor Félix Magdalena. Representael relevo generacional, el mine-ro viejo que se jubila entrega sulámpara al chaval que va a co-menzar su “currículum” laboral.Está modelado a tamaño naturaly estilo naturalista, siguiendo encierta medida el modo de Cons-tantín Meunier, el gran escultorbelga que trató repetidamenteen sus obras los asuntos mine-ros. Se inauguró el día 4 de di-ciembre de 1979.

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icen que la palabra “jubilación” vie-ne de “júbilo” que, según el diccio-nario, significa “alegría”. Considero

que la jubilación es una etapa más de lavida de las personas, como puede ser laescolar o el inicio en el trabajo. Pero dudomucho de que todos los que consiguenllegar a ese momento decisivo lo hagande forma alegre y jubilosa.

Los hay, y están en su perfecto derecho,por supuesto, que, después de haber teni-do la suerte de trabajar 30 ó 40 años nohan preparado “el día después”. El hechode no ir a la oficina o al taller para podercharlar con los compañeros y discutir lasjugadas del equipo de fútbol favorito en suúltimo partido, les supone un trauma. Sequedan en casa, sin reaccionar, porquegeneralmente tampoco les gusta leer, sal-vo las páginas de deportes en el periódi-co. Su actividad se reduce a seguir ha-ciendo la quiniela, visitar frecuentementesu antiguo lugar de trabajo añorando vie-jos tiempos y dando el coñazo a sus ex-compañeros, y buscar refugio en la televi-sión.

Las amas de casa tienen un dicho paradefinir a este jubilado: un armario en el pa-sillo. Tener un armario en el pasillo, en suargot, es tener un marido jubilado que ca-rece de inquietudes, un hombre que pide

su espacio vital en el piso, se hace con elmando de la tele, a veces le acompaña enlos pequeños recados domésticos interfi-riendo en una labor que hasta entoncesha sido exclusiva de ella… Vamos, queese hombre estorba e incordia. Y todo porno haber sido precavido preparándose “apriori” para esa nueva etapa vital. Para es-te hombre, lo de júbilo y alegría como queno: es un jubilado frustrado.

Hay una derivación en este pensionistaque afortunadamente cada vez se da me-nos, pero que ha sido característica sobretodo en ancianos, producto de las esca-sas actividades que se le ofrecían entiempos por suerte lejanos: la de vigilantede obras o tomador de sol en grupo.

Por el contrario, cada vez se les res-ponsabiliza más a los jubilados del cuida-do de sus nietos. Los hijos trabajan y alnieto hay que ir a buscarle a la guarderíao al colegio, porque los horarios de suspadres a veces no son compatibles. Aun-que en estos casos también se producenabusos de confianza. Posiblemente seaésta la actividad más agradecida, aunquemuchas veces suponga un enorme es-fuerzo para los abuelos, porque las ener-gías infantil y senil no son las mismas. Pe-ro ver la alegría en el rostro del niñocuando reencuentra al abuelo o a la abue-la lo compensa todo.

Por cierto, ¿habéis pensado alguna vez en la laborsocial que en este sentido llevan a cabo los pensio-nistas? Imaginad por un momento que todos losabuelos del país, ocupados en otros quehaceres osimplemente porque les viene en gana, se negarana hacerse cargo de los nietos con respecto a los co-legios. Sería un caos total. Para darse cuenta de lamagnitud del problema que causarían, únicamentehace falta observar las puertas de las guarderías yaulas de primera edad y ver su concurrencia.

A estas alturas de la película hay que ser realistas.La función social de los abuelos, sobre todo en es-tos momentos de crisis absoluta, es enorme. Poreso me dirijo a vosotros, a los que pensáis que yatodo se ha acabado para vosotros. ¡No es cierto!Apartad ese estereotipo de vuestras mentes. ¡Soisválidos! ¡Tremendamente válidos! ¡Capaces de cau-sar un caos social si lo pretendéis! De ahí que de-béis tener bien alta la autoestima: nada de vigilarobras ni de tomar el sol en las plazas. Todos losdías tenéis buen número de actividades culturales ygratuitas en los periódicos. Participad en ellas y, sitenéis nietos a vuestro alcance, daros el placer degozar de su compañía. No hay nada más grandeque la sonrisa de agradecimiento de un niño y oírcómo, de vez en cuando, se escapa por su inocen-te boca una verdad que expresa su sentimiento ha-cia ti: “Eres mi mejor amigo”.

El orgullo de ser abuelos

Alberto López Echevarrieta

.La desconocida y no apreciada labor social de la Tercera Edad.Prevenid y organizad vuestra vida para cuando os llegue la jubilación

DD

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GALICIA

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Rosendo Díaz

UNS MIL MENOS CADA MES

ntre xaneiro e marzo do 2011 morre-ron 3.000 individuos galegos máisdos que naceron. Cada trimestre na-

cen en Galicia unas 5.000 persoas, e falecenmáis de 8.000. O saldo demográfico, tanabultadamente negativo, aínda se acentúapola marcha da mocidade na procura de tra-ballo noutros lugares (menos horas, melloressoldos) e o escaso atractivo que para os es-

- Ao longo destes próximos dez anos, Galiza perderá uns 90.000 ha-bitantes. O ano 2011 foron 16.509, malia a inmigración aumentarun 0,8% (864 foráneos). Máis de 155.000 galegos repártense entreBarcelona e Madrid.

- Segundo datos do último padrón, este país conta con 2.778.900 in-dividuos (o conxunto do Estado: 47.212.990). O grupo de idade en-tre 25 e 29 anos perde un total de 11.512 residentes; o sector 30-34anos despide a 8.463 veciños. Os mozos concentran o 99% do em-prego destruido entre os anos 2007-2011: dos 1.196.100 ocupadosbaixouse a 1.072.099, é dicir, a destrucción neta de postos de traba-llo supón un saldo de 124.000 persoas; delas 123.000 están na fran-xa dos menores de 35 anos. A taxa de paro no conxunto da comuni-dade anda polo 18,5%, pero a que afecta o sector xuvenil elévase atao 37,5%. Consecuencias: emigración exterior (1.830 galegos deixa-ron o país no primeiro trimestre do ano 2012), volta ao fogar pater-no, frustración e contestación social máis agresiva. Calcúlase que acrise acabou en Galicia con máis de 200.000 postos acadados duran-te a fase expansiva (1994-2007).

tranxeiros ofrece esta nosa autonomía doFisterra. O primeiro trimestre do 2010 houbo8.138 defuncións, e 5.141 nacementos (sal-do= 2.997; saldo medio de mil habitantesmenos por mes). Pero cómpre distinguirmosentre as provincias do litoral atlántico e asoutras dúas interiores (Lugo e Ourense), ca-da vez máis envellecidas e deshabitadas,onde o medio rural se amosa incapaz de xe-

rar actividades que deanfixado poboación. Ouren-se e Lugo apenas apor-taron 1.034 nacementos,o 20% do total registradono país, namentres queos pasamentos acadan o21%.

O Instituto Galego deEstadística calcula queGalicia vai perder uns90.000 habitantes duran-te a próxima década. Eno 2051 a cifra podería subir até o millón: édicir, un 37% da poboación actual. Así queeste País de Breogán quizáis acabe dexe-nerando, antes ca despois, nun territoriomarxinal, un deserto demográfico…

Nesta comunidade existen xa 142 con-cellos (o 45% do total) nos que a poboaciónmaior de 65 anos triplica a que non chegaaos 20. O número medio de fillos por mulleren idade fértil non acada o 1,12.

Razóns que agudizan o problema (senque se albisquen solucións): nas áreas dointerior fúndanse poucas empresas, e nonhai traballo; na provincia lucense cerraronúltimamente varias empresas madereiras(en Vilanova de Lourenzá e Mondoñedo).Non existen medios eficaces que permitancompaxinar a vida laboral coa familiar. Per-dura a mentalidade de que o traballo ruralnon está “prestixiado” nin social nin econó-micamente en comparanza co urbano.

Os remedios e medidas adoptados chocanco actual contexto no que priman os “recor-tes” para –disque- poderen “aforrar” as (nu-merosas) administracións públicas. En zo-nas, coma o oriente da provincia luguesa, AFonsagrada, aínda resultan abondo máis

negras as proxeccións: adécada que vén perderá-se quizais un 15% da po-boación. E iso que agoraas casas contan con ca-lefacción, entre outrasmelloras. Un veciño dazona confesa que as sú-as 40 hectáreas de mon-te están infrautilizadas,feitas unha bouza que xano se dá rozado; e pre-gúntase: “¿Por qué te-

mos que importar madeira cando aquí temosde todo, pero as herdanzas partiron todo oterritorio” (minifundismo crónico). “Cobrar oparo para estar no bar, con traballo que haique facer aquí…? Sería mellor dedicar oscartos para se crearen postos de traballo…Aquí hai moita carne que no estranxeiro sepaga a prezo de ouro. ¿Por qué no poñer unmatadoiro e exportar directamente? Dunhagandeiría podes vivir cando ten 200 vacas;con catro ou cinco, nada…”

A Coruña e Pontevedra, provincias que nondeixaran de medrar dende comezos destenovo milenio, vense agora afectadas polarecesión poboacional; Pontevedra é a quemáis residentes perde (6.757 en total), emesmo a demarcación coruñesa cede3.765. Outro dato significativo: trátase dun-ha emigración nova, que fai de Galiza (conCanarias e Castilla-León) unha das autono-mías que máis xente moza perde: un 0,6%nos tres casos. O regreso dos inmigrantes eo avellentamento da poboación debuxan agráfica negativa do padrón galego, no quese nota unha numerosa fuga de individuosdas xeracións que deberían se incorporar aomercado laboral.

E

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Difuntos

Agradecidos

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Joxemari Arzalluz

emakumea

bere lekuaren bila

Martzel Andrinua

“dana itzi ta

jarraitu niri”

uterga - Fernando San Martín BaztánEtxebarria - Miren Iriondo Mendibe

Doinua: “Ikusten dozu”

uri-puriko eztabaida da egun emakumearena Elizan. Saiatu zen Joan Paulo II. Aitasantua emakumearen gaia bertan behera uzten, baina ez zuen lortu nahiz eta agiribat argitara eman.

Eztabaida ez da, ez luke izan behar, Elizak emakumea apaiztu behar duen ala ez. Ezbaiaez luke izan behar apaizgoa gizonena bakarrik den ala ez.

Ene ustez, hizpidea sakonagoa da. Alegia, zein da emakumearen lekua Elizan? Eta ho-netan Elizak ez du asmatu, ez du asmatzen.

Nor da Elizaren goi agintaria? Gizonezkoa.

Nor dira Elizaren kardinalak? Gizonezkoak.

Nor dira Elizaren gotzainak? Gizonezkoak.

Nor izan daiteke Elizan apaiz? Gizonezkoak

Nor dira Parrokietako arduradunak? Gizonezkoak.Nor dira Parrokietako arduradunen laguntzaile? Gizonezkoak.

Hori horrela izanik, zer geratzen zaio Elizan emakumeri? Ene ustez, bi eginkizun: a) Ez isildu. Ahots ozenez dagokion lekua berreskatzen jarraitu.b) Erratza hartu eta elizak garbitzen jarrai.

Gizonezkoak adina eskubide eta duintasun du emakumeak Elizako aginte lekuetan ego-teko eta bere bokazioa betetzeko. Hori da Elizak ikasi eta irakatsi behar duena. Besteguztia azaleko jardun merkea da.

Penagarria da, baina holakoa da egun emakumeak Elizan bizi duen egoera kaxkarra etamirrina.

Gogoeta egitekoEz al gara ba denok, bataioan esaten zaigunez, “Espiritu Santuak igurtzitzen zai-

tu Salbameneko Krismaz, Kristoren herrian sarturik, Harekin batean apaiz, profeta etaerrege izan zaitezen?”

P

1Dabit, Daniel gazteakamets ederrez beteakgorputzez luze tenteak.“Jarraitu Niri” deia egindaozenki Jesus maiteak,hautsiz munduko kateak,itziz etxe ta besteak,zer poz baietz esateak”

2Bizitzako lege zaharraaukerak egin beharraeta norbera bakarra.Nazareteko Maisu argiakbadau oraindik indarra:entzunaz Haren dearrahorra erantzun azkarra:Gaur nozu Pasiotarra”.

3Zer dauken emotekorik?Euren burua osorik,zeinek dauka gehiagorik?Jainko Semea kurutzan hilda,nori ez biztu gogorik?Ez bada beste kredorik,dana be ez da askorik;nun horrelako Jainkorik!

4Noraezean batela,gure Eleiza bezela,galtzera goaz horrela.Jaunari deia eginda gora,galduak gara bestela.Hau bai bikote itzela,ondo izan zaitezela!Gaur zuena da txapela!

5Aurrean mila aukera,biok erantzun batera:“Bakarrik Jainkoa Bera”.Aita Frantzisko Erromakoadator txaloak jotera...Hasi ta amaitu karrerakirolarien antzera. Aupa mutilak, aurrera!

6Egin dozue profesabete da zuen ametsaemonaz zuen baietza.Kurutzea da Pasiotarronmisioko lanabesa;jarraipena da nekezaeta giro aldrebesa,baina ederra promesa.

7Kristau eta katolikogaur dituzu ikusikohitza emon, jan ta kito...Beste guztiak onak dirala,zuena da berebiziko:maiteminez Jesukristoosorik eta betiko.,erdizka ez baita nahiko,

8Otoitz bat maitasuneanJauna, Zuri zuzeneangazte bion izenean:Zaindu egizuz urte askotan pozik ta osasunean,zure ondoan laneaneta gero azkeneanZurekin zorionean.

a Coruña- Pilar FragaCarballiño - Pilar EstévezBilbao - Esteban Arroita Galdakao - Mª José Díaz ArberasPontevedra - Mariano do Ponte Vázquez

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.“En cuanto hay vida hay peligro” (Ralph W. Emerson).“El conocimiento llega, pero la sabiduría permanece” (Alfred Ten-nyson).“Gran parte de la vida de todos, nos guste o no, es el trabajo quehacemos, y el trabajo forma nuestra personalidad, nos convierte enquienes somos” (Graham Swift).“Las cosas no valen sino aquello que las hace valer” (Molière).“Espera mil años y verás que se vuelve preciosa hasta la basuradejada atrás por una civilización extinta” (Isaac Asimov).“Lo que más irrita a los tiranos es la imposibilidad de poner grilletesal pensamiento” (Anónimo).“Nunca somos tan felices ni tan desdichados como nosotros cree-mos” (F. de la Rochefoucauld).“El hombre se cree siempre ser más de que es y se estima en me-nos de lo que vale” (A. de Rivaroli).“El amor es así, como el fuego; suelen ver antes el humo los queestán fuera, que las llamas los que están dentro” (Jacinto Benavente).El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sintener sed y habla sin tener nada que decir” (Mark Twain).De dos luchadores, el pensador vence” (Lao-Tsé).“Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien laenciende, me retiro a otra habitación y leo un libro” (Groucho Marx).“La curiosidad vence al miedo más fácilmente que el valor” (JamesStephens)

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