editada y publicada por - conserva especies y ecosistemas

5
EDITADA Y PUBLICADA POR

Upload: others

Post on 24-Jul-2022

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: EDITADA Y PUBLICADA POR - Conserva especies y ecosistemas

EDITADA Y PUBLICADA POR

Page 2: EDITADA Y PUBLICADA POR - Conserva especies y ecosistemas

PETR MYSKAVIVA NATURA - BIODIVERSITY OF MEXICO

PETR MYSKAVIVA NATURA - BIODIVERSITY OF MEXICO

MACHO ADULTO DE IGUANA VERDEMACHO ADULTO DE IGUANA VERDE

Page 3: EDITADA Y PUBLICADA POR - Conserva especies y ecosistemas

La iguana verde usualmente vive cerca del agua en los bosques tropicales bajos. Son lagartos de gran tamaño, arborícolas, diurnos y sedentarios, que pueden llegar a medir dos metros de longitud. Entre los machos, mayores que las hembras, el tamaño hace la diferencia, pues los más grandes son los dominantes

El verde brillante de las crías es inconfundible. Desde esta etapa de su vida, su cola, larga y aplanada con anillos oscuros, corresponde a dos tercios del tamaño total del animal y aunque no es prensil, es una herramienta de defensa, que cuando se siente amenazada, usa como un látigo sumamente efectivo

i algún día existiera una federación de países latinoamericanos,

la iguana verde (Iguana iguana) bien podría figurar en su escudo. No sólo es un animal a quien la mayoría de la gente latina conoce o al menos ha escuchado de él,sino que, efectivamente, habita engran parte de Latinoamérica, desdeMéxico hasta Brasil y Paraguay,incluyendo numerosas islas caribeñas.Su presencia en el sur de Florida,Hawai y Puerto Rico no es natural,sino resultado de una introducciónreciente. En México la encontramosdesde el estado de Sinaloa en lavertiente del Pacífico y desde Veracruzhacia el sur, del lado Atlántico.

Su fama además, ha dado la vuelta al planeta y hoy en día es una de las mascotas escamosas más numerosas del mundo entero. Ya que tanta gente conoce a este reptil, no deberían presentarse sorpresas o novedades. No obstante, sí lasha habido. La iguana verde no haresultado privada de misterios.

no de los recientes hallazgos más impactantes es el des­cubrimiento de la capacidad de algunas especies parientes

de la iguana, de producir veneno y, aunque no se ha mencio na­do la presencia de glándulas venenosas en la misma iguana ver ­de (lo que tiene sentido puesto que es herbívora), el hecho de que es pecies cercanas a ella posean glándulas que fabrican el mismo tipo de veneno que las serpientes de cascabel, se con si­dera su mamente sorprendente. Este descubrimiento, muy pro­ ba ble men te resultará en una completa reconstrucción de nues­tra per cep ción de la evolución de los reptiles venenosos, ya que lleva la ca pa cidad de producción de veneno a épocas de hace 200 m i llones de años, entre el Triásico y el Jurásico, lo que es al menos 100 mi llones de años más antiguo de lo que so líamos creer. Para no causar pánico entre los lectores, hay que enfa­tizar que todas las especies de lagartijas recientemente des cu­biertas como venenosas, no producen cantidades de veneno

suficientemente grandes como para representar un pe ligro a las personas. Su veneno tiene efecto importante solamente sobre sus pequeñas presas.

¿Aparte del parentesco con primos venenosos, con qué más puede sorprendernos la iguana verde? Para empezar, se­ría difícil omitir lo más obvio: su longitud. Esta especie de iguana destaca entre otros saurios puesto que un macho adulto puede medir hasta dos metros del hocico a la punta de su cola, lo que es más que cualquier otra lagartija del continente americano. Un animal de tal talla puede llegar a pesar hasta ocho kilogramos, aun que la mayoría no alcanza más de seis.

Gracias a sus características morfológicas, la iguana ver­de también es fácil de identificar. Aunque llamada “verde”, el color verde brillante lo portan solamente las crías y lo van perdiendo en el curso de su desarrollo. Después de varios meses de vida, las iguanas empiezan a presentar un patrón irregular de colores

verde y café combinados, en forma de rayas y manchas. La co­loración de los adultos puede ser muy variada, pero usualmente es más uniforme y oscura en tonalidades grises, verdes y ca fés. Los tonos, sin embargo, pueden modificarse sien do influidos por agentes externos e internos. Uno de los más im portantes fac ­tores internos es el nivel de hormonas se xuales. Machos adul tos dominantes son más oscuros que los jóvenes y subordinados. Además entre seis y ocho semanas antes de la época de apa­reamiento adquieren un matiz color naranja o dorado. Las hem­bras, por otro lado, mantienen colores más bajos y sin grandes cam bios a lo largo del año.

Todas las alteraciones de color mencionadas toman tiem­po en presentarse. Sin embargo, la iguana, tiene la capacidad de cambiar de tono en lapsos mucho más cortos. Se ha obser­vado que en las tempranas horas de la mañana, tiende a tener un tono más oscuro que le permite absorber la radiación solar

con gran eficacia y en efecto calentar su cuerpo más rápidamen­te. En las horas más calurosas del día, los tonos del cuerpo em­piezan a aclararse para conseguir el efecto opuesto. Esta ca pa­cidad debe ser de gran importancia para un animal exotérmico (su temperatura corporal está regida por la temperatura am ­biental), ya que muchas de sus funciones corporales clave, co mo la digestión, dependen estrechamente de que pueda al can zar y mantener una temperatura corporal óptima. Dada la im por tan­cia del control de calor corporal, no sorprende que las iguanas po sean estructuras morfológicas que pueden, aparte de otras funciones, ser empleadas para este fin. Las notables crestas dor­sales y pliegues gulares (buches) de las iguanas, fun cionan como paneles solares y contribuyen a la exitosa captura de la radia­ción. Las dos estructuras son más desarrolladas en los machos y juegan un papel importante también en acen tuar los gestos utilizados en comunicación.

parte de las mencionadas diferencias en longitud, colora­ción y tamaño de crestas y pliegues gulares, las hembras

y los machos de la iguana verde son bastante parecidos. Los dos sexos tienen una cola extremadamente larga (hasta tres veces la distancia entre hocico y cloaca), aplanada lateralmente y li sa. Los ojos están posicionados a los lados de la cabeza y son pro­ tegidos por un párpado fijo y un párpado inferior móvil. En la re gión superior del cráneo se encuentra un rudimentario ojo pa rietal sensible a los cambios en intensidad de la luz, capaz de de tectar por ejemplo una sombra proyectada por un ave de pre­sa pasando por encima. Una característica única en la cabeza de la iguana verde es la presencia de una agrandada es cama a bajo del oído, llamada placa subtimpánica. Sin excepción, ambos se­xos a cualquier edad cuentan con ella, lo que la con vierte en una excelente herramienta de identificación de la es pecie en el cam­po. Los brazos de la iguana son robustos y ar mados de fuer tes ga rras. Todo su cuerpo está cubierto por es camas, de las cua­les las más grandes se localizan en la parte ventral del animal.

Otra serie de escamas de gran tamaño se encuentra en el dorso del animal, formando las ya mencionadas crestas dor sales que se extienden desde la cabeza hasta el primer tercio de su cola.

Las iguanas son animales bastante tranquilos y no es in­u sual observar a un individuo adulto gran parte del día sin mo­ver se. Las crías son más activas, ya que debido a su metabolis­mo más rápido requieren una dieta más nutritiva, la cual deben

Sus características físicas le ayudan a adaptarse a su entorno, como las escamas gruesas que la cubren, que le proveen protección en el agua. Pero quizá lo más notorio sea la piel colgando del cuello y las crestas dorsales que, cuando se asolea, ayudan a que el calor se extienda con rapidez por su cuerpo

Page 4: EDITADA Y PUBLICADA POR - Conserva especies y ecosistemas

Las hembras todavía tienen varias tareas im por­tantes por concluir. Pri mero, deben en con trar un sitio para construir un nido sub terráneo, que de be ser cava­do a una profundidad ma yor de 40 cm pa ra garantizar la tem pe ra tura constante óp ti ma pa ra el desa rro llo de los hue­vos. En re giones donde los lu ga res a de cuados escasean, las hem­ bras pue den llegar a com pe tir seria men te por ellos. No obstan­te, en ciertas ocasiones ba jan la guar dia y compar ten un espacio donde varias futuras ma dres de po si tan su nidada. La edad, tama­ño y esta do de salud de ca da hem bra determi na la can ti dad de hue vos que pone, que puede va riar en tre 10 y 30 pie zas. Una sor­pren den te carac terísti ca de las hembras de la iguana verde es el po der almacenar el esperma den tro de sus cuerpos por va rios me ses y hasta años después de la có pula. De esta ma nera lo gran pro ducir mú ltiples nidadas, aun sin llegar a copular de nue vo. Los huevos, como es el caso de muchos tipos de reptiles, son de cás­cara suave y for ma ovalada. Su incuba ción debe ocurrir en un es ­trecho rango de temperaturas de 30 a 32° Celsius por 90 a 120 días. Las hembras no defienden activamente los sitios de ani da­ción después del desove, pero pueden re gresar varias veces du­rante la incubación para inspeccionarlos.

Las crías eclosionan con sus propias fuerzas rompiendo el cascarón del huevo. En su primera semana de vida, la yema del huevo les provee de las calorías necesarias, pero pronto de ben buscar su propio alimento y aventurarse a lo desconocido. Por varias semanas las crías per manecen juntas, disimulándo se en

las ramas de los arbustos, empleando su críptico color ver de brillante que les ayuda a es conderse exitosamente en la exu­berante vegetación de la tem porada de lluvias. La gran ma yoría de ellas, sin embargo, mue re en garras de sus numerosos de­predadores en los primeros días y semanas de vida.

Depredadores de mu chos tipos, aves, mamíferos y repti­les, todos ellos estarán acechando las relativamente indefensas igua nas. Las que logran eva dir los peligros de los primeros me­ses y años de sus vidas, crecerán hasta convertirse en impo­nentes y confiados dragones quienes, aparte del hombre y gran­des aves de presa, no tendrán muchos enemigos. Pasarán la ma­yor parte de su vida en lo alto de los árboles, alimentándose de sus frutos y hojas. Sus hogares serán los bosques perennifo­lios, sub­caducifolios o manglares. Preferirán descansar sobre ramas inclinadas hacia cuerpos de agua, por si necesitan huir repentinamente. Aprenderán a zambullirse en picada si es tán amenazadas y escapar desapercibidas nadando bajo la superficie del agua, propulsadas por movimientos de su podero­sa cola. Pelearán por prominentes lugares en el sol y por el derecho de aparearse con las hembras y, tranquilamente, com­partirán las frutas y jugosas hojas de sus hogares arborícolas. Así, tal vez vivirán más de una docena de años.

a relativa abundancia de fuentes de calorías simplifica la vi­da de las iguanas, que no requieren de estrategias elabora­

das de búsqueda o caza. Si queremos encontrar un poco de ac­ción en sus vidas, busquémosla en la época de apareamiento.

Las iguanas verdes alcanzan la madurez se xual entre los tres y cuatro años de edad y, a diferencia de otras especies de la gartijas tropicales, se reproducen solamente una vez al año. La sincronización del apareamiento, desove y consecuente eclo­sión, es crucial para asegurar la más alta tasa de sobreviven ­cia de las crías, que deben e closionar durante la temporada de llu vias, cuando la comida es más abundante. Una puesta tar día

pue de implicar un ele vado ries go de al ta mortalidad debido a la gran hu medad del ni do. Por lo tanto, el a pa rea miento ocurre en ca da lo ca lidad, casi en las mismas fe chas, año tras año.

La primera señal notable del comienzo de la época de apa reamiento son los ya mencionados cambios de color en los machos. Tam bién to das las formas de comunicación intra espe­cífica se tornan más intensivas. Los ma chos sa cuden sus ca­bezas y es tiran sus pliegues gulares con más frecuencia y vi gor. Co mienzan a producir ma yor cantidad de se creciones carga das de fero monas, con las cua les marcan ramas y ro cas, de jan do una clara se ñal, tanto para las hembras, co mo para los de­más ma chos. Las hembras son per seguidas cons tan temente y, en in contables oca siones, por más de un macho.

La cópula empieza cuando un macho logra inmovilizar a la hembra empleando su propio peso y sus fuertes brazos. Ade­más, frecuentemente sostiene la nu ca u hombro de la hembra con la boca. Al alinear exitosamente su cloaca con la de la hem­bra, el macho inserta uno de sus dos hemipenes. La cópula du­ra usualmente varios minu tos y al ter minar concluye el papel del macho en la vi da de sus descendientes.

buscar. Según estudios enfocados en los hábitos alimenticios de la es pecie, las crías no sólo consumen proporcionalmente ma­yor vo lumen de alimento que los adultos, sino también tienden a es coger los de mayor contenido de proteínas. Sobran re portes de consumo de invertebrados e incluso carroña por crías de iguana verde; sin embargo, numerosas fuentes dudan del hecho o lo consideran algo accidental. En el caso de iguanas a dultas no hay in certidumbre; se sabe con certeza que son exclusivamenteher bívoras bajo condiciones naturales.

El hecho de que en cautiverio aceptan casi cualquier tipo de alimento que cabe en sus bocas, ha dado como resultado que se consideren erróneamente omnívoras por muchos de sus due­ños. Fuentes prestigiosas sobre crianza de las iguanas, no dejan de enfatizar la asombrosa cantidad de iguanas cautivas que mue­ren a causa de este error frecuente. Las iguanas silvestres pre­fieren comer hojas y fruta madura, las cuales ma nipulan con su len gua y tragan en bocados pequeños sin masticar. La celulosa que forma gran parte del material tragado, se des compone con la ayuda de la microflora intestinal; sin estos mi croorganismos la vida del reptil sería imposible. Este hecho ex plica satisfactoria­mente porqué las crías frecuentemente in gieren heces de igua­nas adultas. De esta manera consiguen rá pidamente establecer los provechosos microorganismos dentro de sus propios cuer­pos. Digerir alimento tal vez pueda ser un reto para estos anima­les herbívoros; conseguirlo, no tanto.

La actividad de los reptiles depende de la temperatura ambiental; por ello en los días lluviosos la iguana no se mueve. Su actividad empieza cuando el sol ha calentado; entonces se alimenta de las hojas, frutas y flores de los árboles o baja a la tierra a buscar alimento. Las juveniles se calientan más rápidamente, por eso son más activas y empiezan a alimentarse antes

Los machos establecen su territorio y compiten por las hembras con un aspecto más atractivo; cambian su color verde por un anaranjado brillante. Las cortejan con movimientos de cabeza e hinchando la papada. El apareamiento es, frecuentemente, un asunto violento

amentablemente hoy en día, debido a la drástica pérdida del há bitat original, muchas iguanas seguramente presenciarán

la desaparición de sus hogares. La subsistencia de la especie en Mé xico se ha visto perjudicada desde hace décadas. Original­mente encontrábamos esta especie en los climas cálidos y muy cá li dos, húmedos y subhúmedos de todo el territorio me xi ca no. En la actualidad, ya no podremos gozar de un en cuen tro con igua­na verde ni en Tamaulipas, ni en Yucatán, his tó ri ca men te sus ho ­ga res. Aun en localidades donde siguen ha bi tando pobla ciones de la especie, su futuro se está desvane ciendo tan rápi da mente

como los bosques que la sostienen. Ca za furtiva y cap tura pa ra el comercio ilegal de mascotas –el cu al sólo en el año 1995 ex­portó 800,000 iguanas verdes a Esta dos Unidos–, si guen ace­lerando su carrera hacia la muerte, a escala global.

Afortunadamente, hay quienes se preocupan por su por­venir. La lucha continúa en el frente internacional, desde la con me­moración del Día Nacional de la Iguana en EE.UU., cuyo pro pósi to es educar a las docenas de miles de dueños de iguanas mascotas, hasta los apéndices del Convenio sobre el Co mer cio de Espe cies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES por sus siglas en

Con su color mimético verde intenso, las jóvenes iguanas se camuflan dentro de las hojas verdes, quedando prácticamente invisibles a sus depredadores. Cuando son descubiertas y necesitan escapar pronto, pueden tirarse al agua. El riesgo de muerte es más alto en su primer año de vida, cuando sus depredadores naturales, como el aguililla gris, abundan

EDUARDO LUGO

Page 5: EDITADA Y PUBLICADA POR - Conserva especies y ecosistemas

8

inglés). También participan en esta batalla res pon sables, experi­mentados y certificados criadores de iguanas, quie n es pug nan por combatir el tráfico ilegal por medio de precios competitivos.

No obstante, por más exitoso que sea este esfuerzo, el futuro de la especie sería muy sombrío sin invertir en su protec­ción in situ. El panorama en este caso es idéntico al de cualquier otra especie silvestre. Quitándole su hogar la condenaremos. El movimiento conservacionista entiende los retos de pre serva­ción de hábitat originales. Privar a las comunidades loca les de sus recursos naturales, no es posible ni correcto.

Y aquí, precisamente, las cualidades de la iguana verde po drían ser su propia salvación. Los habitantes originales de áreas bos cosas de América Latina han valorado siempre a la especie para su consumo alimenticio. Abundan recetas y per­sisten cos tumbres de su aprovechamiento culinario. Con años de expe ri men tos, muchos científicos han llegado a la conclusión de que criar iguanas en su propio hábitat puede producir la mis­ma can ti dad de carne por hectárea que la que se obtiene por medio de la ganadería, sólo que esta vez, sin destruir la vegeta­ción original. Coleccionar huevos de iguana verde, incubarlos en cajas de uni cel y alimentar las crías por seis meses con mezcla

de granos y hierbas, no requiere de grandes inversiones. Poste­riormente, las crías se liberarán en el bosque y una vez que lle­guen al peso óptimo, pueden aprovecharse.

Este tipo de granja ecológica no es sólo un sueño. Inclu­so en nuestro país ya existen proyectos basados en estos prin­cipios. Debido a que se trata del aprovechamiento de una es­pecie protegida por la Norma Oficial Mexicana (NOM­059­ECOL­2001), se requiere el establecimiento de una Unidad de Manejo para la Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vi­da Silvestre (UMA), con un plan de manejo autorizado. El hecho de que hoy en día existen más que 80 UMAs de iguana ver de en México, testifica la factibilidad de la idea. Protegiendo la sel va –el alimento de la iguana–, ésta nos provee de alimento a no so­tros. Selva, iguana y hombre, todos vivos y sanos.

La iguana verde, imponente, pacífica y bella. Si no logra­mos salvarla, perderemos un importante componente de los eco sistemas boscosos y perderemos también, la oportunidad de una mutua relación benéfica. Pero podríamos perder mu­cho más. Quién sabe cuántos secretos todavía guarda el sor­prendente dragón latino.

LECTURAS RECOMENDADAS•BIOLOGY, HUSBANDRY, AND MEDICINE OF THE GREEN IGUANA.

Jacobson, Elliott R. Malabar, Fla: Krieger Pub, 2003.•A FIELD GUIDE TO THE AMPHIBIANS AND REPTILES OF THE MAYA

WORLD: THE LOWLANDS OF MEXICO, NORTHERN GUATEMALA, AND BELIZE. Lee, Julian C. Ithaca, NY: Cornell University Press, 2000.

•WILDLIFE RESOURCES: A GLOBAL ACCOUNT OF ECONOMIC USE.Roth, Harald H., and Gunter Merz. Berlin: Springer, 1997.

PETR MYSKA. Zoólogo, Maestro en Ciencias por Universidad de Carlos, Praga, República Checa. Miembro del equipo de investigadores

Conexión con la Vida Silvestre, creador y director del sitio web Viva Natura - Biodiversity of Mexico. Corresponsal de la BBC.

Los cazadores furtivos y comerciantes las ofrecen en las orillas de las carreteras o en las playas, pues muchas personas las aprecian como mascotas por su docilidad o como alimento por el sabor de su carne. La presión que por estas causas padecen, ha provocado una alarmante disminución en sus poblaciones

FOTOGRAFÍAS: PETR MYSKA

CRÍA DE IGUANA VERDECRÍA DE IGUANA VERDE