edipo rey
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Presentación para alumnos de Griego II.TRANSCRIPT
EDIPO REY un hombre ante su destino
Elisa Ibáñez IES “Pinar de la Rubia” Valladolid
El omnipresente oráculo de Delfos el destino inexorable de un héroe
que se busca a sí mismo sin saberlo.
Edipo y la dinastía tebana la culpa heredada
Cadmo, fundador de Tebas
De él arranca la dinastía real tebana. Procedente de Fenicia, llega a Grecia en busca de su
hermana Europa, raptada por Zeus.
Acude al oráculo de Delfos que le da instrucciones para fundar una
ciudad, la futura Tebas.
Llegado al lugar indicado por una vaca, tendrá que matar al dragón guardián de un manantial cercano , que asegurará la supervivencia de la ciudad. Los dientes del dragón
sembrados darán lugar a los spartoi, “hombres sembrados”, de los que surgirán los cinco linajes
nobles tebanos.
Layo, el “torcido”
Antes de ser rey de Tebas, Layo, padre de
Edipo, estuvo acogido en la corte de Pélope
y éste le encomienda como tutor a su hijo
Crisipo. Layo lo rapta, lo viola y provoca el
suicidio de éste. Pélope lo maldice.
Maldición sobre Tebas y la
descendencia de Layo, que pasará
como herencia de padres a hijos.
Por ello, Edipo nace maldecido: matará a su
padre y se casará con su madre.
Pero, mientras Edipo dará cumplimiento, sin
pretenderlo, a su destino, que parece
ejecutarse inexorablemente, Layo
conscientemente comete actos de
irresponsabilidad:
tener un hijo, cuando no debía,
y luego abandonarlo delegando en
su propia responsabilidad en otros.
Layo y Crisipo, despedidos por Pélope
Edipo expuesto en el Citerón
Edipo y la Esfinge “el héroe liberador”
Una vez que Edipo conoce qué le depara el destino, tras consultar al dios délfico,
decide no regresar a Corinto y dirigirse a Tebas.
Lo que es un intento consciente por torcer su destino, se
convierte irónica y fatalmente en un paso adelante hacia su
cumplimiento.
Liberará la ciudad de Tebas al resolver el acertijo de la
Esfinge y se casará, como premio, con Yocasta, la
recientemente viuda reina de la ciudad.
Sófocles,
el más clásico de los trágicos griegos
(497- 404 a.C )
Nació en el seno de una familia rica ateniense. Disfrutó de una esmerada
educación literaria y musical. Muy pronto se dedicó a escribir tragedias y fue en vida el trágico con más éxito. Pero, se han conservado sólo siete
tragedias.
No se conoce con certeza la fecha de representación de “Edipo Rey”, sí que es
posterior a Antígona, una de las más antiguas conservadas.
Pese a que su existencia fue feliz y longeva, Sófocles en sus tragedias expresó
el dolor y horror sin redención
(sólo se salva Edipo que en “Edipo en Colono” encuentra la expiación y la paz) .
Edipo Rey, la tragedia de estructura más perfecta:
Prólogo
La peste asola la ciudad de Tebas. Los ancianos acuden a su rey Edipo para que, como en el pasado de la Esfinge, los vuelva a liberar de esta
plaga enviada por los dioses.
Creonte regresa de Delfos, trayendo consigola profecía de
Apolo:
Febo nos ordena a las claras expulsar de esta tierra,
como si en ella se hubiera criado, un miasma, y no darle pábulo hasta que
no tenga remedio.
Primer episodio: entrada a escena de
Tiresias
El adivino ciego Tiresias, llamado
por Edipo, acude muy a su pesar
y, aunque al principio prefiere
guardar silencio, Edipo le arranca
toda la verdad,
verdad que él considera una patraña
inventada por Tiresias
y Creonte para arrebatarle el poder.
Y cuando Edipo le acusa de
ceguera, le replica Tiresias:
Tú, aunque tienes vista, no ves
en qué punto estás de males,
ni dónde habitas,
ni con quiénes compartes la morada.
¿Sabes acaso de quiénes procedes?
Pier Paolo Pasolini Edipo Re (1967)
Segundo episodio: Edipo empieza a “ver” tras las
revelaciones de Yocasta.
Creonte entra en escena y Edipo lo acusa de tramar una conspiración
contra él. Edipo se deja arrastrar por la soberbia del tirano.
Edipo -Se me habría de obedecer, pese a todo. Creonte – No, cuando haces mal uso de tu mando. Edipo- ¡ oh, ciudad! ¡oh ciudad! Creonte- También soy yo ciudadano de ella, no tú solo.
Interviene, conciliadora, Yocasta. Y revela a Edipo cómo y dónde fue
asesinado Layo. Una mayor incertidumbre se apodera de Edipo, que
empieza a montar el puzzle de su existencia.
Puede ser él el asesino de Layo.
Silvana Mangano como Yocasta en Edipo Rey de Pasolini.
Edipo y Creonte en escena de agón
Tercer episodio: Una nueva revelación siembra
incertidumbre en Edipo y angustia en Yocasta.
Un mensajero llega de Corinto con la noticia de la muerte de Pólibo. Edipo le confiesa su temor a regresar a Corinto, dado que la que supone su madre, Mérope, aún vive.
El mensajero resulta ser el pastor que recogió a Edipo
cuando fue abandonado en el Citerón y le revela su condición
de hijo adoptivo.
Yocasta, consciente ya de la tragedia, intenta en vano evitar que Edipo siga investigando su
pasado:
No trates, ¡por los dioses! de averiguarlo, por poco que te cuides de tu vida. Basta con mi
propia angustia. (Yocasta)
Cuarto episodio: el careo entre el servidor de Layo y el
mensajero y el interrogatorio definitivo
El mensajero identifica al servidor de Layo como aquel que le entregó el niño.
Servidor- Decíase que era hijo suyo. Pero es la que está dentro, tu mujer, quien mejor podría decir la verdad sobre este asunto.
Edipo- ¿Acaso fue ella quien te lo entregó a ti?
Servidor- Precisamente, señor.
Edipo- ¿Con qué objeto?
Servidor- Para que le diera muerte.
Edipo- ¿Su propia madre, desdichada?
Servidor- Por miedo a un funesto oráculo.
¡Ay, ay! Todo resulta cierto. ¡Oh luz!,
¡así te vea ahora por última vez!, pues queda en evidencia que he nacido de quienes no debía, tenido trato con quienes
me estaba prohibido y dado muerte a quienes no debía.
Desenlace trágico: relato de mensajero
y exilio de Edipo.
Yocasta se ha quitado la vida y
Edipo se ha vaciado las cuencas de
sus ojos, para no ver ya más la luz
engañosa, ahora que sabe quién es.
Edipo, acompañado en su desolación por
el coro, se lamenta:
De Apolo es esto obra, amigos.
Apolo fue el que hizo cumplirse estos mis horrendos sufrimientos.
Pero nadie, sino yo mismo, desdichado, se dio el golpe con su mano.
Pues ¿para qué había de ver yo, si viendo,
nada agradable de ver me era?
Edipo es desterrado de Tebas,
acompañado por su hija Antígona.
El coro de ancianos en Edipo rey Invocación a Apolo
Soberano Liceo, que de la curvas cuerdas de tu arco, trenzadas de oro, yo quisiera
se repartieran las flechas invencibles tendidas ante mí, en mi defensa
Advertencia contra la soberbia del poderoso.
La soberbia engendra al tirano, subiendo a la más escarpada cumbre,
se precipita al abismo de lo irremediable. Nunca cesaré de tener como patrono a la
divinidad.
Compasión por el héroe caído
Pues ¿qué hombre recoge la felicidad más que la mera apariencia
y el declinar tras ella?
Teatro Corsario, Edipo rey
Teniendo tu suerte, la tuya, ¡oh desventurado Edipo!
como ejemplo, no hay ser humano que estime feliz.
Un Edipo no sofocleo en rebelión contra los dioses
Vosotros, ¡dioses, dioses!
Estáis sentados ahí arriba en trono de oro,
y os regocijáis con el que ahora está en la red,
al que acosáis con perros de la mañana a la noche.
El mundo entero es vuestra red, la vida
es vuestra red, y nuestros hechos
nos dejan desnudos ante vuestros ojos sin sueño,
que nos miran a través de la red.
Hofmannsthal , Edipo y la Esfinge
Otras versiones alternativas del mito de Edipo:
en clave de humor, Les Luthiers (1977)
La interpretación del psicoanálisis: El complejo de Edipo
Este pasaje de Edipo Rey influyó en Freud. Yocasta intenta aliviar
los temores de Edipo Y tú no tengas miedo para nada a
la boda con tu madre. Pues son muchos ya los mortales que en sueños han yacido con su
madre… (vv. 978-83)
Freud define el conflicto edípico como el deseo inconsciente de mantener una relación
sexual (incestuosa) con el progenitor del
sexo opuesto y de eliminar al padre del
mismo sexo (parricidio).
La tragedia de Edipo en el cine
Pasolini, en estado puro, una versión muy personal desde la tradición literaria
(1967)
La tragedia trasladada a la Colombia del s.XX, masacrada por la guerra civil
(1996 )
Edipo Rey en la música
Ópera-oratorio en dos actos de
Igor Stravinsky, basada en la tragedia de Sófocles y con texto de Jean Cocteau
traducido al latín.