ecosistemas y ciudades-j canziani (1)

Upload: ronald-solis

Post on 07-Apr-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    1/54

    1

    ( V E R S I N P R E L I M I N A R )

    CIUDADES, TERRITORIO Y ECOSISTEMAS EN EL PER

    Jos Canziani Amico

    INTRODUCCIN

    Este documento se propone establecer un marco conceptual de discusin acerca de la

    problemtica que involucra las complejas interrelaciones que se desarrollan entre lasciudades peruanas, los territorios en los cuales estn asentadas y los ecosistemas quecaracterizan sus respectivas regiones.

    Para esto, tomamos como punto de partida los postulados de la Facultad y elDepartamento de Arquitectura y Urbanismo PUCP que se propusieron, entre otrosrasgos distintivos, poner especial nfasis en lograr una aproximacin a la notablediversidad territorial y cultural de nuestro pas, asumiendo el compromiso por lasostenibilidad, as como el de revalorar nuestro extraordinario acervo arquitectnico yurbanstico.

    Bajo estas premisas, se cre el Centro de Investigacin de la Arquitectura y la Ciudad(CIAC) con el propsito principal de promover y desarrollar el conocimiento frente a losdesafos que nos plantea el desarrollo territorial, el urbanismo y la arquitectura en elPer, con miras a establecer propuestas que se distingan por contribuir en lograrformas de desarrollo urbano y arquitectura de calidad, as como un desarrollo territorialintegral y sostenible.

    Entre los objetivos especficos del CIAC, que se desprenden de este marco general,se defini la necesidad de establecer un conjunto de programas de investigacin quese propusieran el conocimiento de las formas de desarrollo territorial, de las ciudades yla produccin arquitectnica en los diferentes espacios peruanos. Estasinvestigaciones permitirn, entre otros resultados, generar foros de discusin y contarcon una base documental acerca de los diferentes tipos de ciudades en los diversosterritorios de nuestro pas, que sirviera de soporte para la investigacin e

    intervenciones proyectuales que se propongan los estudiantes y docentes de laFacultad de Arquitectura y Urbanismo de la PUCP.

    En este sentido, el presente documento acerca de las ciudades, el territorio y losecosistemas en el Per, se propone establecer un marco conceptual de discusin yreferencia, as como definir ciertos parmetros comunes sobre los tpicos y temticasque debern ser tratados en los estudios e investigaciones que se desarrollen acercade las diferentes ciudades del Per, en los espacios territoriales representativos de ladiversidad ecolgica de nuestro pas.

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    2/54

    2

    PARTE 1

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    El Per es un pas extraordinariamente diverso ya que posee 84 zonas de vida de las108 definidas para el planeta Tierra (Holdridge 1947, 1967), lo cual lo hace un pasextremadamente rico en recursos, en paisajes, en distintas expresiones culturales y encuanto a sus promisorias posibilidades, Sin embargo, ayer y especialmente hoy, ladiversidad tambin constituye un gran reto, desde la necesidad de asumir laheterogeneidad y la particularidad; el emprender el urgente desarrollo de lascapacidades regionales y locales; a la impostergable exigencia de la integracin y lainclusin.

    La diversidad que caracteriza al Per, parte de la extraordinaria diversidad geogrficay climtica de sus mltiples espacios territoriales, de la notable variedad deecosistemas que presentan sus diferentes regiones. Estos territorios conexcepcionales paisajes naturales han sido el escenario de ancestrales procesos

    civilizatorios, donde las sucesivas sociedades que los ocuparon han plasmadotrascendentes modificaciones territoriales para hacerlos productivos y habitables,generando extraordinarios paisajes culturales. Esta frtil raigambre cultural, se expresaen la generacin de un rico y variado patrimonio urbanstico y arquitectnicoprehispnico, enriquecido por los procesos de mestizaje acontecidos en poca colonialy republicana, dando lugar a tipologas urbanas y arquitectnicas de inusitada riquezaen la expresin de acentuadas identidades regionales y locales.

    Sin embargo, desde mediados del siglo pasado si no antes, profundos y dramticoscambios se han venido produciendo en la organizacin territorial de nuestro pas, en laexpansin y radical transformacin de las ciudades, y en la brusca sustitucin de losmodelos arquitectnicos y en las tcnicas constructivas tradicionales. Estos procesos,

    que se explican como consecuencia de los cambios econmicos, sociales y culturalesque se han acelerado en las ltimas dcadas, han derivado en la desestructuracin delmundo rural, en procesos de migracin masiva del campo a la ciudad, en la explosinurbana y en lo que se ha denominado el desborde popular.1 As mismo, se observauna creciente alienacin y prescindencia de estos desarrollos urbanos con relacin asus especficas condiciones territoriales y las interrelaciones con los correspondientesecosistemas.

    Estos fenmenos cuya causalidad no puede ser asignada a procesos demodernizacin o de industrializacin en las esferas productivas, han comportadoseveros procesos de desestructuracin social, poltica e institucional en distintosniveles, desde el mbito local al nacional, pasando por los espacios regionales, y quese expresan en la crisis y creciente prdida de identidad cultural de sus poblaciones, loque conduce tambin a una cada vez ms preocupante alienacin con relacin anuestro acervo cultural e histrico, la valoracin del patrimonio arquitectnico yurbanstico, e inclusive del propio paisaje territorial.

    Por otra parte, se ha impuesto desde las elites al poder un discurso uniformador ysimplista, que ha pretendido imponer desde una perniciosa centralidad, soluciones omodelos que no responden y niegan la singularidad y diversidad de nuestro territorio,al no reconocer sus distintas identidades sociales y culturales, como tambin al ignorar

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    1Jos Matos Mar. Desborde popular y crisis del estado: el nuevo rostro del Per en la dcada de

    1980, IEP, Lima 1984.

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    3/54

    3

    las condiciones especficas de existencia, estrechamente relacionadas con losrespectivos ecosistemas regionales o locales.

    Frente a esta situacin crtica, los estudios y anlisis tradicionales acerca de la ciudady la problemtica del desarrollo urbano, como tambin aquellos dedicados a los

    ecosistemas y al desarrollo territorial, han estado mayormente caracterizados pordesarrollar enfoques excluyentes destinados a dilucidar la singularidad de estosaspectos y fenmenos, sin mayor incidencia en establecer las evidentesinterrelaciones que existen entre estas esferas y sus respectivas temticas.

    Esta situacin encuentra en parte su explicacin en la complejidad de los desarrollosurbanos, como tambin en las disciplinas que abordan el estudio de los ecosistemas odel desarrollo territorial, las cuales exigen una notable especializacin en susrespectivos campos. Sin embargo, desde el punto de vista del urbanismo y laarquitectura de la ciudad, esta especializacin puede conducir al equivocado supuestode que la solucin a los lgidos problemas que enfrenta la ciudad, y el desarrollourbano en general, se puede encontrar en el seno de ella misma, es decir en

    respuestas que se limitan, en el mejor de los casos, a establecer planes directores,programas de ordenamiento o recuperacin urbana, obras pblicas y viales, as comoen la mejora en la prestacin de determinados servicios.

    La realidad seala que aun cuando este tipo de acciones y soluciones tcnicas sonllevadas a feliz trmino, estas se revelan pronto como insuficientes y son rpidamentesuperadas por la vorgine urbana, por fuerzas que parecen incontrolables y que, enltima instancia, nos remiten a problemticas bastante ms amplias, las que a su veznos reconducen a las relaciones y articulaciones que estas entidades urbanasdesarrollan con los ecosistemas y territorios donde se encuentran emplazadas.

    Cuando estos escasos intentos de planificacin territorial y ordenamiento urbano sondesbordados, entran en crisis o colapsan, advertimos la exigencia de un marco mayorde anlisis y la necesidad de una visin integral, que incorpore necesariamente lasinterrelaciones con los ecosistemas donde estas entidades urbanas estnestablecidas, y con relacin a los espacios territoriales de su entorno, entendidos notanto como espacios fsicos sino mas bien como espacios con una definida identidadsocial, econmica y cultural. Sin embargo, en contadas ocasiones estas inquietudes seincorporan a propuestas de anlisis y de indagacin terica de cierto aliento yprofundidad. Mientras tanto, los problemas no slo persisten sino que se agravan, lassituaciones crticas del desarrollo urbano y territorial se agudizan, incidiendo en elprogresivo deterioro de las condiciones de vida y desarrollo humano que afectan a unnmero creciente de sus habitantes.

    Por estas razones, en este documento proponemos la necesidad de alcanzar una

    visin ms amplia e integral de la realidad urbana, que la conecte necesariamente conla dinmica de los procesos territoriales y con los ecosistemas que constituyen elambiente en que esta est inmersa; al igual que con los procesos culturales que enellos se desarrollan. Partimos del axioma histrico que la sostenibilidad de losdesarrollos urbanos se fundamentan en la medida en que estos se constituyan en elcentro neurlgico y lugar propulsor del desarrollo territorial; al igual que es insosteniblesuponer o proponerse alguna forma de desarrollo urbano que se encuentre desligadade su hinterland territorial. Por lo tanto, nos proponemos poner en discusin estacompleja problemtica con una visin integral y, por lo mismo, necesariamenteinterdisciplinaria, de modo que nos permita examinar esta temtica desde unaperspectiva holstica, es decir, como un todo distinto de la suma de las partes que lacomponen.

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    4/54

    4

    La problemtica contempornea de las ciudades, la arquitectura y el territorio.

    Las dimensiones de esta problemtica se pueden constatar en toda su contundencia,en los mltiples casos de las ciudades peruanas como latinoamericanas, cuyodescomunal crecimiento y masiva urbanizacin, no han sido fruto de un desarrollo

    econmico consistente e integral, sino ms bien la expresin dramtica del progresivodeterioro y empobrecimiento de los territorios rurales, que ha derivado en migracinforzada y masiva hacia las ciudades.

    Un tema central de este documento es el que nos convoca a la bsqueda de lasostenibilidad de las ciudades y de los desarrollos urbanos, as como la necesidad dereducir la incidencia de la pobreza y mejorar la calidad de vida, un tema crtico queafecta a las grandes mayoras de la poblacin urbana y, en mayor medida, a lapoblacin del mbito rural.2 Ciertamente se trata de temas complejos y que excedenampliamente los que se centran en la problemtica urbana, pero no por esto se justifica el dejarlos de lado. Por el contrario, el tratamiento de estos temas exigeestablecer formas adecuadas en el manejo de los recursos naturales, el medio

    ambiente, la valoracin y conservacin de los ecosistemas; y por el otro, examinarcomo los espacios urbanos promueven y resuelven el desarrollo econmico, laparticipacin, la ciudadana, la inclusin y el desarrollo humano.

    Hoy en da las ciudades absorben y consumen ingentes cantidades de recursos queprovienen del territorio, desde recursos bsicos y elementales como el agua, recursosbiolgicos y minerales, recursos energticos, que resuelven el sustento de la vida y lasdistintas actividades de sus habitantes, as como el soporte de las diversas actividadesproductivas y servicios que en ella tienen lugar. El inadecuado manejo de estasdemandas y requerimientos est conduciendo a una excesiva presin sobre losrecursos y el medio ambiente natural, impidiendo su reproduccin, alterandosignificativamente los ecosistemas y rompiendo sus complejos equilibrios, pudiendoderivar en procesos de desertificacin, deforestacin, agotamiento del acufero y delas fuentes de agua, as como en severos impactos al paisaje territorial (areneras,canteras, minas a tajo abierto, relaves, urbanizacin descontrolada, etc.), que no slodegradan los ecosistemas sino tambin conducen al desencadenamiento decatstrofes ambientales.

    Al tratamiento de estos temas hay que incorporarles necesariamente una dimensinmundial, actualmente marcada por la seria advertencia del creciente fenmeno delcalentamiento global, generado por un proceso acumulativo de excesivas emisiones -principalmente de dixido de carbono y otros gases responsables del efectoinvernadero- y la reduccin de la capa de ozono. Este fenmeno est generando ennuestro pas una alarmante retraccin de la lnea de glaciares de alta montaa,agudizando la crtica demanda de agua, al reducirse las reservas que los nevados y

    glaciares contienen.3 Aparentemente, el fenmeno de calentamiento global hara

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    2 Segn la ltima Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO 2006), el 44.5% de la poblacin total del Peres pobre; mientras que en el mbito rural la poblacin pobre representa el 69.3 %. Para establecer undato comparativo sobre la incidencia de la pobreza en el mbito urbano, podemos referir que la citadaencuesta reporta que en la ciudad de Lima el 24.2% de su poblacin es pobre. Este ltimo dato esbastante elocuente acerca de la atraccin migratoria de Lima, adems del rol que desempea en sta lamayor concentracin de servicios. Otro dato dramtico es que si bien el notable crecimiento econmico delos aos recientes habra permitido reducir en un 6% la pobreza urbana, esta permanecerasustancialmente inalterable en el mbito rural (Informe Tcnico Medicin de la pobreza 2004, 2005 y2006, INEI 2007).

    3 Este fenmeno es an ms preocupante considerando que en el caso peruano el grueso de la poblacin

    se concentra en zonas ridas de la costa y del piedemonte occidental de los Andes, cuyas limitadasfuentes de agua tienen sus nacientes en los glaciares de altura.

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    5/54

    5

    tambin ms frecuentes e intensas las situaciones de alteracin climtica,especialmente del fenmeno de El Nio, con sus conocidas secuelas crticasespecialmente en las regiones del norte del Per. De igual manera, podran hacersems crticos y severos los perodos de sequa, lo cual afectara la agriculturaaltoandina -mayormente bajo el rgimen de secano- as tambin en ciertas zonas

    podra incrementarse la intensidad de las precipitaciones, con los efectos negativosque estos fenmenos pueden comportar.

    Las ciudades constituyen un elemento crtico en cuanto se refiere a la contaminacin ydegradacin ambiental. La gran concentracin poblacional, como de las diversasactividades y procesos productivos que en ellas tienen lugar, generan aguas servidas,deshechos slidos y lquidos, as como humos txicos. La inadecuada disposicin yescaso tratamiento de la basura o su simple dispersin en el medio ambiente, el verterdirectamente desagues o aguas contaminadas a ros, lagos o al mar, la emisin dehumos industriales o los producidos por el trfico automotriz, afectan y degradan demanera creciente no slo el medio ambiente de las propias ciudades, sino tambin deun entorno cada vez ms amplio alrededorde estas.

    Como muestra de esta crtica realidad, basta presentar un cuadro con datos oficiales,ya que provienen de la propia Municipalidad de Lima Metropolitana, donde se revela lacontundencia del desastroso manejo de los residuos slidos, ya que bajo el rtulo nocontrolados... nos est dando a entender la simple dispersin contaminante de estosen el propio medio ambiente urbano y en su entorno. Situacin agravada adems porla comprobacin de que mientras estos crecen constantemente en volumen, lacapacidad de manejarlos es rebasada de forma creciente, mantenindose una brechaque indica que menos de la mitad de los residuos slidos producidos en la capital tieneun mnimo manejo en los denominados, eufemsticamente, rellenos sanitarios elresto, cuando es recolectado, termina en botaderos informales.4

    Cuadro 1. Residuos Slidos Lima Metropolitana 1996 2001Residuos Slidos(Toneladas./Ao)

    1996 % 1997 % 1998 % 1999 % 2000 % 2001 %

    Total 1223,425 1257,679 1398,904 1404,685 1411,612 1495,521

    Relleno Sanitario 459035 37.5 618552 49 706.777 50.5 724494 51.5 581410 41 593054 39.5

    No controlados 764390 62.5 639127 51 692127 49.5 680191 48.5 830202 59 902467 60.5

    Fuente: Municipalidad Metropolitana de Lima

    Otro caso clamoroso es el del manejo del recurso agua en la ciudad de Lima. Donde elservicio de agua potable se surte mayormente de las aguas superficiales altamentecontaminadas del cauce del ro Rmac.5 Esto deriva tanto en un alto costo en sutratamiento, como en una mayor concentracin de cloro en el agua potable. Aunqueparezca increble, el 45% de la produccin de agua tratada no es facturada, de lo que

    se deduce que un enorme volumen de agua potable se pierde por fugas en el sistemade distribucin. Por otra parte, el 86% de las aguas servidas producidas por la ciudadson vertidas sin tratamiento alguno a acequias, al propio ro y mayormentedirectamente al mar (CONAM, Geo Per 2000). Estos casos, que dan idea de lamagnitud devastadora de la contaminacin ambiental producida por LimaMetropolitana, no son ajenos a las dems ciudades peruanas que los reproducen enmayor o menor escala en relacin a su contexto local y regional.

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    4 Segn CONAM, en Lima Metropolitana solamente el 43% de los residuos slidos se dispone en rellenossanitarios. (Fuente: CONAM; OPS. Informe Analtico de Per. Evaluacin Regional de los Servicios deManejo de Residuos Slidos Municipales. 2002).

    5 La cuenca alta del Rmac est afectada por relaves mineros, mientras la media y baja por el vertido dedesagues domsticos e industriales, el arrojo de basura y drenajes agrcolas (CONAM, Geo Per 2000).

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    6/54

    6

    Esta situacin, que se hace cada da ms apremiante, compromete severamente a lasentidades urbanas con la sostenibilidad de los ecosistemas y del medio ambiente desus entornos. Pero tambin, aunque muchos no lo perciban, deriva de forma crecienteen la propia insostenibilidad de los aglomerados urbanos. En esta problemtica

    incide tambin la descontrolada expansin urbana a expensas de suelos agrcolas,mas aun cuando estos en nuestro pas son extremadamente escasos y fruto deseculares modificaciones sociales del territorio, especialmente en el caso de los vallesagrcolas de la desrtica costa peruana.

    Los procesos compulsivos de expansin urbana han conducido a la ocupacin desuelos inapropiados, ya sea por tratarse de zonas bajas sujetas a inundacin en casode lluvias (como aconteci en Piura durante los eventos de El Nio); de quebradas quepueden volverse activas y convertirse en cauce de huaycos; de mrgenes de rosexpuestas a desbordes de avenidas (como aconteci en Nazca e Ica);6 de acantilados,laderas escarpadas y suelos inestables, propensos a derrumbes o a destruccin encaso de sismos; de zonas del litoral expuestas a maretazos y a la erosin marina. Es

    decir, una serie de situaciones cada vez ms frecuentes en nuestro medio y que vangenerando condiciones propicias para que tarde o temprano se produzca lo queeufemsticamente denominamos desastres naturales.

    Las situaciones arriba reseadas, ilustran bastante bien la existencia de formas dedesarrollo urbano que ignoran la lgica, caractersticas y dinmica de los ecosistemasdonde estos se encuentran, alterando su comportamiento natural o desafindolosirresponsablemente sin medir las consecuencias en prdidas humanas y materiales.

    Nuestra realidad nacional ha estado marcada desde tiempos coloniales por unmarcado centralismo, acompaado del contrapunto de las pugnas y eventualesconflictos con el caudillismo local y regional. Estas condiciones histricas hanpermeado visiones homogeneizantes derivadas de una visin excluyente de ladiversidad, del temor o desprecio al otro por parte de las clases dominantes y laconstruccin de un ideario oficial divorciado del pas real. Esta herencia y sus taras seadvierten y persisten cuando ciertos modelos de urbanismo, e inclusive dearquitectura, concebidos en Lima se pretenden imponer fuera de la capital; o, por otraparte, son asimilados o imitados grotescamente en cuanto elementos distintivos desupuesto prestigio o sinnimos de una mal entendida modernidad.

    Estas concepciones falsamente unitarias y uniformadoras se contraponen a la urgentenecesidad de asumir de forma integral y con todos sus compromisos la diversidad y laheterogeneidad de nuestro pas y sus respectivas regiones. Esta necesidad se basaen la exigencia fundamental de abordar debidamente la singularidad, la particularidady la especificidad de los procesos y fenmenos urbanos y territoriales en sus

    respectivos contextos.

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    6 Las ciudades de Nazca e Ica sufrieron inundaciones y destruccin por el desborde de sus ros, Nazcaen 1962 e Ica en 1998. En ambos casos las catstrofes fueron prefabricadas dado que para ganar reasde expansin urbana los ros fueron canalizados invadiendo su lecho, reduciendo as drsticamente suscauces precisamente en el tramo en que el ro atraviesa estas ciudades. En el caso de Ica, la seccincanalizada del cauce admite un caudal de tan solo 200 m 3/s mientras que el caudal del evento de 1998fue estimado en 600 m3/s, es decir 3 veces mayor que el cauce canalizado. El puente que atraviesa el rohace que en este lugar de la canalizacin la seccin del cauce se restrinja a 21 m. de ancho y a solo 3 m.de alto, transformndolo en un autntico dique, mas cuando el ro en crecida arrastra palizadas y loselementos depositados en l. A este problema hay que aadir la utilizacin de los cauces de los ros -secos la mayor parte del ao- como botaderos informales de basura, y el hecho de que buena parte de laciudad de Ica se haya desarrollado en zonas ms bajas que el cauce del ro.

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    7/54

    7

    La extraordinaria diversidad ecolgica, la biodiversidad, la vasta gama de ecosistemasque caracterizan al territorio peruano, y que a su vez son expresin de la diversidadgeogrfica y climtica, constituyen el punto de partida de la construccin de definidasidentidades territoriales regionales, con sus propios usos y costumbres, formas dearticulacin y relacin sociales, procesos productivos y actividades econmicas,

    idiosincrasia e identidad cultural. Estas herencias y acervo cultural regional, se hanexpresado de forma notable en distintas formas y patrones de asentamiento, en lastipologas arquitectnicas y en las propias tradiciones constructivas que caracterizan asus edificaciones.

    A este propsito, es preocupante constatar como en las ltimas dcadas se haproducido, a travs de la instalacin de los edificios del estado o de entidadespblicas,7 o mediante programas de apoyo a la edificacin de viviendas como elBanco de Materiales- la imposicin de formas arquitectnicas y materiales ajenos a lastipologas locales. Estos modelos subliminales, que idealizan y simbolizan elparadigma de lo moderno, inducen a que las remodelaciones y construccionesrecientes en los ms dispares puntos y lugares de nuestro vasto territorio, adopten o

    busquen amoldarse a los cnones y modelos supuestamente representativos delprestigio social y de la modernidad que provienen bsicamente de la capital. Este esun tema complejo y controversial, por sus componentes subjetivos y los juicios devalor que entraa, como tambin porqu trae a colacin el tema mayor de nuestraidentidad, la alienacin cultural y la aculturacin. A menos de que esta forma de hacerciudad y la arquitectura que le corresponde, a nuestro juicio, catica, abigarrada ydesaforada (o simplemente chicha), sea la tan ansiada identidad que nos correspondecomo nacin.

    En todo caso, es un hecho patente la creciente tendencia al abandono (porobsoletos?) de los parmetros y cnones regionales, locales o provinciales,especialmente de los que son propios de la arquitectura vernacular, para asumir otomar en prstamo las del otro que suponemos de mayor prestigio, representacin yrango social, reproduciendo as, en la dimensin y escala locales, los mecanismos detransmutacin, aculturacin y mimesis que se imponen en la capital con relacin a loque proviene del extranjero, en la febril competencia por alcanzar modelos y formasarquitectnicas que expresen xito y poder.

    Esta problemtica se liga directamente con el reemplazo de materiales y tcnicasconstructivas. De esta manera los materiales tradicionales, como la piedra y el barro(el adobe y la tapia), la madera, la caa y los sistemas de quincha, son crecientementereemplazados por otros, definidos sintomticamente como nobles, entendiendo porestos al ladrillo, al cemento y al concreto armado. Esta sustitucin, que se asumeparte de la confluencia de diferentes factores, que van desde su supuesta durabilidady resistencia, hasta los que tienen que ver con el prestigio social, la aculturacin y la

    representacin de la modernidad, no toma en cuenta su comportamiento con relacina las condiciones geogrficas y climticas del lugar, y mucho menos sucorrespondencia con las tipologas y patrones arquitectnicos locales, as como suadecuada integracin contextual con relacin a los correspondientes tejidos y paisajesurbanos. Es decir vienen en una suerte de paquete, tanto la tcnica constructiva comolos modelos y conceptos estndar de lo que se asume constituyen los prototiposideales, especialmente en cuanto se refiere a las viviendas que parecen reproducir

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    7 Este el caso de las obras de infraestructura y de una serie de edificaciones financiadas porFONCODES; as tambin es clamoroso el caso de los colegios construidos por el INFES durante elgobierno de Fujimori, cuyos reiterados y monocordes volmenes hexagonales, pintados de unemblemtico color naranja, eran implantados en las ms alejadas localidades sin ningn miramiento

    acerca del paisaje en el que se insertaban, sino ms bien todo lo contrario, ya que lo que primaba era elnimo propagandstico de destacar la inversin educativa del rgimen.

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    8/54

    8

    reiteradamente un modelo de chalet moderno, totalmente ajeno a la idiosincrasialocal, a la refrescante integracin tradicional de espacios abiertos y techados, que sonreemplazados mayormente por espacios cerrados, agobiantes, mal ventilados eiluminados.

    Sin embargo, el empleo de los materiales tradicionales y sus tcnicas constructivaspersisten, especialmente en las zonas rurales, donde sintomticamente es mayor laincidencia de la pobreza en nuestro pas. Aparentemente, esta poblacin no tiene otraalternativa ms que echar mano a lo tradicional, en cuanto se refiere al fcil acceso amateriales que se encuentran abundantemente en el medio y con los cuales se puedeconstruir de manera simple y empleando la propia mano de obra familiar o comunal.De all tambin se origina una deduccin perniciosa, que asocia injustamente a losmateriales y tcnicas constructivas tradicionales en cuanto sinnimo de pobreza. Estotrae como consecuencia el que los materiales pobres tiendan a ser camuflados paraque pasen por modernos, asumiendo para esto patrones y formas arquitectnicasque no les corresponden, dando lugar a fallas estructurales y al colapso de estasedificaciones en caso de movimientos ssmicos. En una suerte de crculo perverso, se

    asume entonces que estas edificaciones mal construidas con materiales y tcnicastradicionales son inseguras por el slo uso de estos materiales y, por lo tanto,responsables de las eventuales prdidas producidas en caso de sismos.

    Las ciudades, los tejidos urbanos y las perspectivas de integracin social,desarrollo econmico, social y cultural.

    Los espacios urbanos promueven y facilitan la generacin de mltiples y variadasredes de contactos y relaciones, permiten el accionar de diferentes gentes,instituciones y agentes, generando una variedad de situaciones e iniciativas queredundan en beneficio de la productividad, competitividad, en el desarrollo depotencialidades y capacidades, en el acceso directo a los beneficios del mercado, etc.

    El tejido y las redes urbanas permiten recuperar, construir, renovar o reinventaridentidades culturales. En esto juega un importante papel las facilidades que brindenlos espacios urbanos para establecer y fomentar estas conexiones e interrelaciones,donde la concentracin de los servicios de comunicacin de diverso gnero, el amplioacceso a la informacin, entre otros, se constituyen en un soporte fundamental de estetipo de procesos. Para que estas mltiples relaciones tengan lugar y sean fluidas, ypara que las ciudades funcionen como tales se debe disponer de adecuados sistemasde comunicacin y transporte.

    Los espacios pblicos desempean un rol trascendente en este aspecto y, encuanto tales, deben ser desarrollados o recuperados. Los espacios pblicos urbanos

    deben ser promovidos y gestionados en su calidad de lugares de encuentro y centrode actividades sociales y culturales de diferente naturaleza, para disfrute yparticipacin de los ciudadanos. Por lo tanto, no se trata slo de espacios fsicos sinode espacios vitales, impensables sin la identidad y la participacin social de sushabitantes, como de las autoridades e instituciones que gestionan la ciudad y quetiene como responsabilidad conducir el desarrollo de polticas culturales de largoaliento y proyeccin. Algunos ejemplos exitosos, como el conducido por la alcalda dela ciudad de Bogot, revelan prometedores avances e iniciativas creativas, queilustran bien las posibilidades de construir y consolidar un amplio concepto deciudadana.

    Las ciudades constituyen centros de irradiacin territorial de iniciativas y

    desarrollos de distinta naturaleza y envergadura. Entre estos se pude pensar enlas asociaciones de emigrantes que se reencuentran, se organizan y emprenden obras

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    9/54

    9

    o proyectos que involucran a sus comunidades o lugares de origen; los diversosproyectos de desarrollo territorial que resuelven desde las entidades urbanas lainvestigacin, financiacin, gestin y capacidad tcnica para la implementacin deactividades destinadas a la mejora del medio rural, concatenando y articulando elterritorio con el soporte de servicios o actividades de transformacin que se brindan en

    las ciudades; as como las cadenas productivas territoriales promovidas por algunasentidades estatales, como FONCODES, y determinados proyectos de ONGs, queaprovechan y refuerzan la presencia de redes urbanas, como es el caso del proyectoCorredor entre las ciudades de Cusco y Puno.

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    10/54

    10

    PARTE 2

    Ciudades y Territorio en la Historia del Per

    No pretendemos en esta seccin desarrollar una resea histrica de las ciudades enlos territorios regionales del Per, sino ms bien proponer la importancia de tener unalectura regional de la evolucin de las formas de asentamiento, las interrelaciones conlos ecosistemas que los caracterizan, y las formas de manejo del territorio que se hansucedido histricamente en esos espacios, con especial nfasis en las modificacionesterritoriales que han derivado en la generacin de zonas de produccin.

    Estas intervenciones territoriales, que principalmente se remontan a la pocaprehispnica, desarrollaron paisajes culturales notables, cuya valoracin deberamosrecuperar en cuanto patrimonio tecnolgico, econmico y cultural, ya que de ellas sedesprenden enseanzas de gran relevancia en cuanto se refiere al conocimiento yapropiacin de las condiciones especficas y singulares de cada espacio territorial, ascomo de las formas como se oper su modificacin, con miras a ampliar su capacidad

    productiva en el marco de un manejo armnico del medio ambiente. Estastransformaciones territoriales generaron y constituyeron en la mayora de los casos elhbitat social, establecindose a lo largo de distintas pocas una indisoluble identidadde las formaciones sociales con los paisajes culturales de los cuales fueron artfices.8

    En este contexto, los asentamientos urbanos y rurales de la poca fueron parteintegrante de estas formas de desarrollo territorial. De esta realidad y circunstanciasresultara esa tan ponderada y admirada integracin entre los asentamientos y susedificaciones con relacin al paisaje de su entorno, mas si partimos del punto de vistacontemporneo y de la constatacin de los dramticos desencuentros que resultan dela imposicin de intervenciones que prescinden en lo absoluto de preocupaciones deesta naturaleza.

    Nos interesa tambin examinar someramente en esta seccin la manera en que laforma de asentamiento, y en especial los asentamientos urbanos, establecieron susrelaciones con el territorio y de que forma incidieron en su desarrollo, en cuandoagentes condicionantes y propulsores de determinadas formas y niveles de desarrollo.Este aspecto amerita ser estudiado en su evolucin histrica, especialmente en losdrsticos cambios que se producen con la imposicin del rgimen colonial y que seproyectan al posterior perodo republicano, para finalmente acentuarse en losacelerados cambios producidos en las ltimas dcadas del siglo pasado.

    Al respecto, es de gran inters examinar el manejo de los recursos naturales en losmbitos regionales en determinados contextos histricos, especialmente cuales y quetipo de estos son explotados; as como los aspectos tcnicos comprometidos en suproduccin y en los procesos de transformacin. Estos procesos productivos y lainfraestructura necesaria para su desarrollo generalmente se expresan fsicamente enmodificaciones territoriales (canales, diques, forma de las parcelas de cultivo, etc.) yen los propios tejidos urbanos, constituyndose en preexistencias que condicionarn

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    8 Con la finalidad de no idealizar estas realizaciones prehispnicas, es preciso evaluar cuanto de las quehan trascendido hasta nosotros representan logros de procesos de experimentacin, que bien pudieronremontar en el tiempo los efectos de aquellas que resultaran fallidas o tuvieran consecuencias negativas.As mismo, es preciso considerar que si bien existi una innegable presin sobre los recursos naturales,su incidencia pudo ser bastante menor en un contexto donde las escalas poblacionales eran obviamenteotras. Sin embargo, algunos investigadores han advertido sobre las posibles secuelas que pudieron tenerciertas intervenciones. Uno de estos casos es el posible inicio de procesos de salinizacin en la parte bajade ciertos valles, como consecuencia del progresivo desarrollo de los sistemas de irrigacin. El otro caso

    en discusin, se refiere a la posible deforestacin de vastas zonas de puna, dada la prctica ancestral dela quema de los pastizales de altura para renovar su fertilidad.

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    11/54

    11

    los desarrollos posteriores. A este propsito, es de especial inters establecer laincidencia de la explotacin de los recursos naturales con relacin a los ecosistemasdonde estas actividades se desarrollan; as como la articulacin de estas actividadesdel espacio territorial con aquellas que estn concatenadas a estas, desde losprocesos productivos de transformacin a los servicios, y que tienen lugar en los

    conglomerados urbanos.

    A este propsito, debemos apreciar reconstructivamente la forma en que laspreexistencias constituidas por el territorio modificado, los patrones de asentamiento yel espacio edificado han incidido en la conformacin del territorio y los patrones deasentamiento tal como se configuran en la actualidad. La aproximacin histrica quenos ilustre acerca de las continuidades y cambios producidos en un territorioespecfico en determinadas circunstancias y contextos, es de gran importancia parapoder entender las formas de desarrollo presentes y examinar las posibilidades yconsecuencias previsibles de intervencin futuras.

    La poca prehispnica

    Los procesos de neolitizacin que se desplegaron en diferentes regiones del Per, apartir de la sedentarizacin y creciente domesticacin de sus recursos y de las propiascondiciones territoriales presentes, dieron lugar desde pocas muy tempranas alsurgimiento de diferentes expresiones que tienen su manifestacin ms relevante conla aparicin de una notable arquitectura pblica, inclusive de carcter monumental,desde el Precermico tardo (ca. 2500 a.C.). Estas expresiones arquitectnicas quedemuestran el desarrollo de diferentes tradiciones formales, dan cuenta de un estadiode incipiente urbanismo. Este es un fenmeno indito en otros procesos civilizatoriosy, en cuanto tal, ha puesto en discusin los paradigmas que tradicionalmenteasociaban la aparicin de la arquitectura pblica y el urbanismo con los alcances de lacivilizacin plena.

    La riqueza y variedad de la arquitectura pblica documentada en diferentes regionesdel pas, permite establecer como estas manifestaciones constituyeron, desde susinicios ms tempranos, la expresin formal de las distintas respuestas regionales quelas respectivas formaciones sociales establecieron, en la interrelacin con losterritorios donde estaban asentadas y sus ecosistemas especficos. La diversidadformal de estos incipientes centros urbanos y su arquitectura, permiten deducir laconformacin de distintos modos de vida con una identidad bastante definida de regina regin.

    Es de destacar que desde sus inicios este proceso no fue homogneo ni regular, sinomas bien sujeto a desarrollos desiguales, donde determinados contextos histricos y

    circunstancias regionales adecuadas favorecieron la eclosin y florecimiento de estetipo de desarrollos; mientras en otros contextos regionales estos procesos tuvieron unritmo ms pausado, o simplemente los cambios no se dieron, al persistir modos devida menos propensos a la innovacin o donde esta no encontr las bases adecuadaspara su afirmacin, tal como aparentemente aconteci en la costa y sierra del sur delPer, con territorios caracterizadas por su mayor aridez y restricciones para eldesarrollo agrcola.

    En algunas de estas regiones, especialmente en la sierra sur y sur central, lasuperacin de ciertas limitantes se alcanzar en determinadas coyunturas, mediante elacceso a nuevos niveles de desarrollo de las fuerzas productivas, la disponibilidad denuevas tecnologas, o la innovacin en cuanto a las formas de organizacin

    sociopoltica, el desarrollo de estrategias de integracin interregional o macroregional.Aspectos que en su conjunto permitirn el desarrollo de ciertas regiones antes

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    12/54

    12

    relativamente marginales a este tipo de procesos, e inclusive su conversin encentros propulsores de nuevas formas de desarrollo que interesaron ampliamente elrea de los Andes Centrales, como fue el caso de Wari desde la regin de Ayacucho, ode los territorios que hoy conforman cinco pases de la regin andina, como fue elcaso de la expansin Inka desde la regin del Cusco.

    Desde sus tempranos inicios, con las primera manifestaciones de la arquitecturapblica del Precermico (ca. 2500 a.C.) hasta el apogeo final de las formacionesteocrticas (ca. 500 d.C.), la riqueza de las expresiones formales de la arquitecturaprehispnica revelan procesos de bsqueda orientados a la configuracin de espaciosadecuados para la congregacin poblacional, as como para el desarrollo deactividades especializadas de diversa ndole, desde aquellas de naturaleza ceremoniala aquellas de carcter productivo o de servicios. Se generaron as lenguajes formalesque sustentaron diferencias jerrquicas y el empoderamiento de ciertos estamentos delas nacientes clases urbanas, que transmitieron mediante la arquitectura su ubicuapresencia territorial y el indiscutible poder de sus lderes. Para este propsito, sedesarroll una amplia gama de recursos formales, que van desde la configuracin de

    amplios espacios, a modo de gigantescas plazas, dispuestas a lo largo de extensosordenamientos axiales, coronados por colosales volmenes tronco piramidales, hastael tratamiento de los paramentos de la arquitectura monumental, con la imposicin decontrastes cromticos mediante la aplicacin del color y la pintura mural, o eldespliegue de la ornamentacin con motivos en relieve y la integracin espectacularde formas escultricas que construan un complejo lenguaje iconogrfico.

    Estos incipientes centros urbanos, en su calidad de centros ceremoniales,constituyeron el centro de congregacin de los especialistas y, al mismo tiempo, elncleo propulsor del desarrollo territorial, mediante el impulso de las obras pblicasque condujeron a trascendentes transformaciones territoriales, generando as eldesarrollo de medios de produccin de escala territorial, como lo fueron los sistemasde irrigacin artificial y la conformacin de los extensos valles agrcolas. Este nuevotipo de asentamientos, constituyeron adems los centros de articulacin de distintosrecursos e insumos, los lugares donde se institucionalizaron los sistemas decalendario, el pronstico climtico vital para la produccin agrcola, la administracinde los abastecimientos y, no ltimo, en cuando sedes de nuevas formas de poder,donde se constituyeron las entidades polticas que garantizaban la cohesin social y laidentidad cultural de la poblacin en determinadas extensiones territoriales.

    A partir del inicio del Horizonte Medio (ca. 600 d.C.) y la crisis de los antiguos centrosurbano teocrticos, se imponen -con el estado expansivo de Wari y en adelante-nuevos modelos de desarrollo urbano y ciudades, donde el nfasis en lasmonumentales edificaciones ceremoniales decrece o desaparece, para dar paso a unaarquitectura de mayor peso civil, que se manifiesta arquitectnicamente en la

    preeminencia de complejos palaciegos y poltico administrativos.

    Desde esta poca es notable el desarrollo de ciudades planificadas, que expresarantanto las complejas formas de organizacin socio poltica de estos estadosexpansivos, como tambin la necesidad de crear asentamientos funcionales a susdesignios en regiones bastante alejadas y sin antecedentes urbanos vigentes,mediante la implantacin de modelos que respondieran adecuadamente a los cnonesy requerimientos instituidos por el estado.

    En el caso de las regiones alto andinas, es interesante reconocer la recurrentediscontinuidad de los desarrollos urbanos, los cuales parecen encontrar su sustentoexclusivo en la presencia de entidades estatales. Efectivamente, cuando estas

    entidades entran en crisis o colapsan (caso de Wari e Inka) las ciudades languidecen oson abandonadas convirtindose en ruinas, recuperando su primaca las formas de

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    13/54

    13

    organizacin tnico tribal y los modos de vida rurales propios de economasagropecuarias autosuficientes, que se expresan en patrones de asentamientocaracterizados por la exclusiva presencia de aldeas y poblados rurales sin vestigioalguno de traza urbana.

    Esta constatacin es de importancia ya que seala que durante largas pocas, lasrestricciones a la produccin agrcola o la baja productividad de sta en la mayora delos espacios territoriales altoandinos, no habra posibilitado sustentar en estos eldesarrollo de entidades urbanas y menos de ciudades, como tampoco de su correlatosocial, es decir de las clases urbanas asociadas a la especializacin productiva y deservicios. Esta lgica se interrumpe en determinadas circunstancias excepcionales,cuando irrumpen en estas regiones estados expansivos que implantan en ellasciudades o entidades urbanas funcionales al control poblacional y territorial, las que seinsertan a modo de enclaves provinciales en estos territorios caracterizados porpatrones de asentamiento dominantemente rurales.

    La implantacin de estas ciudades y otros establecimientos administrativos como

    cabeceras de regin, revelan definidas estrategias en la eleccin de suemplazamiento. Se aprecia as el dominio de las condiciones territoriales y el manejoadecuado de los ecosistemas que caracterizan los diferentes mbitos regionales y susdistintos pisos ecolgicos. Muchas ciudades son as emplazadas en frtiles vallesinterandinos de la zona quechua con reconocida productividad agrcola, otras comoHunuco Pampa o Pumpu son instaladas en zonas de puna, en posiciones centralesque permiten un fcil acceso a las cabeceras de diferentes valles; adems deaprovechar un entorno propicio para la ganadera de camlidos, as como lascondiciones climticas para el desarrollo de procesos de transformacin yconservacin de productos alimenticios (deshidratacin y almacenamiento detubrculos, granos y carnes).

    Mientras tanto, las ciudades prehispnicas costeas presentan mayormentedesarrollos caracterizados por una notable continuidad. Esta permanencia secorresponde con la presencia de entidades polticas de mayor aliento temporal,sustentadas por economas excedentarias que tuvieron como base la agricultura deirrigacin en los amplios valles costeos, especialmente en la costa norte y central delPer. Estas ciudades costeas, donde sobresalen Tcume, Pacatnam, Chanchn,Maranga, Pachacamac, entre otras, muestran entre s una diversidad deplanteamientos y desarrollos formales que expresan la diferente naturaleza de losrespectivos contextos regionales y la raigambre de sus propias tradiciones culturales.Sin embargo, todas comparten en mayor o menor grado el constituir la sede depoderosas organizaciones polticas y el lugar donde se concentran los especialistasurbanos que desarrollan distintas artes y actividades productivas as como un amplioespectro de servicios administrativos.

    Estas ciudades prehispnicas tardas desempearon un importante rol en laorganizacin del intercambio y la redistribucin econmica, cuyo manejo estabaconcentrado en las clases urbanas, lo que proporcion a estas un importante soporteen el ejercicio del poder poltico, en el marco de las relaciones de reciprocidadasimtrica, que caracterizaban las estructuras rgidamente jerarquizadas de estasformaciones sociales. Muestra de ello es la extraordinaria capacidad de acumulacin,que se puede inferir de la notable cantidad de depsitos y almacenes, quecaracterizan los complejos poltico administrativos y palaciegos de ciudades comoChanchn.

    En diversos casos, el desarrollo urbano de estas ciudades est estrechamente ligado

    al desarrollo paralelo de grandes obras pblicas que configuraron trascendentesmodificaciones territoriales. Entre estas sobresalen las emprendidas con la

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    14/54

    14

    construccin de grandes sistemas de canalizacin hidrulica, como el canal de LaCumbre que deriv las aguas del Chicama al valle de Moche, de los canales Taymi yRacarrumi asociados al sistema hidrulico intervalles de Lambayeque, o del canal deSurco en el valle del Rmac. Este tipo de obras pblicas, al igual que los sistemas decaminos, nos revelan una relacin fluida y dinmica que enlaza los desarrollos

    urbanos y el desarrollo territorial de los valles y su entorno.

    Los estudios arqueolgicos desarrollados en las ltimas dcadas, centrados en estasciudades y su entorno territorial, han comenzado a develar las caractersticassistmicas de diversas actividades urbanas, especialmente de aquellas de tipoproductivo o relacionadas con el intercambio, que revelan su concatenacin yarticulacin con otras actividades que se despliegan en el espacio territorial. De estamanera, por ejemplo, se ha podido analizar evidencias de actividades minerasconectadas con sitios asociados al desarrollo de procesos metalrgicos para larefinacin y fundicin de metales como el cobre y lograr aleaciones de broncearsenical. Estos procesos comprometan el abastecimiento desde los bosquesaledaos de carbn como combustible para la fundicin, as como la movilizacin de

    estos insumos mediante caravanas de llamas. Estas caravanas transportaban, a suvez, los lingotes de metal obtenidos a los talleres de los orfebres que residan en loscentros urbanos, donde se les empleaba como materia prima para una serie deprocesos productivos, destinados a la elaboracin de distintos artefactos y adornossuntuarios. Similares cadenas productivas con definidas articulaciones territoriales, sepueden establecer para las manufacturas de cermica, textiles, de brebajes como lachicha, o la confeccin de abalorios elaborados con conchas provenientes de marestropicales, etc.

    Las ciudades estaban conectadas, mediante sistemas de caminos, con otros centrospoblados de menor jerarqua establecidos en las distintas zonas ecolgicas delterritorio de sus respectivos valles, lo que permita maximizar el manejo de ladiversidad de recursos presentes en estos ecosistemas. Otros caminos, especialmenteen la costa norte, sirvieron a su vez para interconectar los valles agrcolas, separadosentre s por decenas de kilmetros de extensiones absolutamente desrticas,comunicando de esta manera ciudades y regiones relativamente lejanas.9 En eldesarrollo de los sistemas de transportes y comunicacin, tambin desempe un rolimportante el medio martimo y la navegacin. Esta se realizaba en alta mar mediantebalsas dotadas de velmenes de cierta envergadura, lo que permiti el trfico anotables distancias y la articulacin de regiones alejadas.10 Diversas fuentesetnohistricas destacan el importante trfico de los mercaderes que se desplazabanpor el territorio mediante el manejo de caravanas de llamas, o mediante la navegacincon balsas. Este trfico martimo, adems de las evidentes ventajas en elabastecimiento de productos de la pesca, puede haber tenido un peso relativo en elemplazamiento de determinadas ciudades en la inmediata proximidad del litoral, como

    es el caso de Pacatnam, Chanchn, o de la Centinela de Tambo de Mora en Chincha.

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    9 Estas distancias entre valles pueden variar de 20 a 30 km. cuando estos son prximos, y de 80 a 100km. cuando estos estn separados por mayores extensiones desrticas. Si consideramos que un buenviandante desarrolla una velocidad de unos 5 km/h. y que esta se puede reducir a unos 3 km/h. sitransporta un bulto o conduce una caravana de llamas, estas travesas por los llanos del desiertocomprometan de uno a dos das en los tramos cortos y de 3 a 5 das en los tramos mayores.Evidentemente la duracin de estos viajes hacia la serrana, o entre las punas y los valles interandinos,demandaban tiempos bastante mayores considerando los ascensos y lo accidentado del desarrollo de lasrutas por estas zonas.

    10 La propia madera de palo balsa (Ochroma pyramidale) empleada en la construccin de estasembarcaciones constituye un excelente indicador de estos intercambios a distancia, ya que los rboles deesta especie no se desarrollan en la costa peruana salvo excepcionalmente en el extremo norte-

    mientras que son abundantes en la Amazona y en las zonas de bosque hmedo tropical del litoral delgolfo de Guayaquil.

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    15/54

    15

    Desde estas ciudades se impuls tambin el desarrollo de la tradicional interrelacintransversal, que en distintas regiones conectaba y permita el intercambio de recursosprovenientes del mar y de la agricultura de la parte baja de los valles costeos, conaquellos propios de las zonas de yunga de las partes medias y altas de los mismos;

    as como con aquellos de las zona de quechua y puna altoandinas; y, a su vez, conaquellos provenientes de la ceja de selva y la amazona. Evidencias de estosintercambios a larga distancia son proporcionados por la arqueologa con el hallazgode recursos exticos en centros urbanos prehispnicos de la costa, as como de suincorporacin como insumos en determinadas manufacturas, tal es el caso del empleode caoln de la serrana de Cajamarca en la cermica Moche, o de plumas de avesamaznicas integrados a textiles y otros ornamentos de las culturas de la costa norte ala costa sur. Existen tambin testimonios histricos del acceso a plantaciones de cocaen zonas de chaupi yunga establecidas en la cabecera de ciertos valles costeos; ascomo del consumo de pescado seco y salado o de las algas de cochayuyoprovenientes de la costa sur, en las poblaciones altoandinas del sur del pas, prcticastradicionales que se mantienen vigentes hasta nuestros das.

    Finalmente, es de especial importancia el estudio de la singular y armnica integracinde los asentamientos y edificaciones prehispnicas con relacin a sus diversoscontextos territoriales. Estas logradas formas de integracin con el paisaje, resultan dela intervencin conjunta de distintas variables. Entre estas podemos mencionaraquellas que derivan de la seleccin del lugar de emplazamiento donde intervienenmltiples factores, que van desde la ubicacin estratgica con relacin a la economadel manejo de los recursos, a factores ambientales, a otros que tienen que ver con laspercepcin cultural del paisaje por parte de sus poblaciones; as como por la seleccinde los materiales constructivos, el despliegue formal de las edificaciones y suadecuada integracin a la morfologa del paisaje. Pero tambin es de especialrelevancia comprender que esta ponderada integracin es, antes que nada, elresultado y la expresin tangible de la arraigada identidad social y el ancestral sentidode pertenencia por parte de estas sociedades respecto a sus respectivos paisajesterritoriales, sean estos naturales o culturales.

    En el destacado caso de las ciudades y asentamientos Inka, especialmente deaquellos que constituan establecimientos de la nobleza inka en los alrededores delCusco, se aprecia una extraordinaria integracin paisajstica. El sofisticado manejo dela topografa y su modelado mediante sistemas de andenera, la incorporacin de losaccidentes geogrficos y en especial de los ros como elementos organizadores de latraza urbana, la integracin de afloramientos rocosos a las propias edificaciones o supresencia destacada en espacios prominentes, entre otros aspectos, revelan unmanejo magistral que propone una perspicaz simbiosis que transita sin solucin decontinuidad del medio natural a la arquitectura, por medio del sutil contrapunto entre el

    paisaje modelado y el espacio edificado. Paradigmas de este tipo de realizaciones porparte de los arquitectos inka son Pisac, Chinchero, Machupicchu, Ollantaytambo, entreotros. En todo caso, es de notar que se ha explorado poco el anlisis de estosclebres asentamientos desde el punto de vista del lenguaje arquitectnico. Porejemplo, la distinta concepcin que plantea la configuracin de las enormes plazas delas ciudades inka, donde se impone una horizontalidad espacial cuya delimitacintrasciende los edificios de su permetro, para incorporar a las visuales del paisajeurbano los cerros tutelares y los nevados que conforman su entorno territorial mssignificativo. Este aspecto, como otros, representa una muestra de los tantospromisorios temas de estudio que pueden ser abordados aplicando las herramientaspropias del anlisis arquitectnico.

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    16/54

    16

    La poca colonial

    La captura de Atahualpa en la plaza de la ciudad Inka de Cajamarca un da denoviembre de 1532 y el desplome de un muro ltico de su permetro, ante la presin dela masa indgena despavorida frente a la masacre, marca histricamente no slo el fin

    del desarrollo autnomo de las sociedades del nuevo mundo, ante el implacableavance de la conquista europea, sino que tambin seala simblicamente lainterrupcin de un largo proceso que produjo diversas formas de desarrollo urbano; astambin marca el inicio de la implantacin de un modelo de asentamiento colonial, enel que se manifiesta la desintegracin de las formaciones sociales indgenas y ladesestructuracin de las exitosas formas de manejo y desarrollo territorial establecidosen los diversos espacios regionales del Per.

    Las ciudades implantadas por los Inka a lo largo de los Andes, al igual que lasciudades correspondientes a las formaciones costeas, son despobladas rpidamentetanto por el desmantelamiento de las organizaciones polticas indgenas queconstituan sus clases urbanas, como por los violentos saqueos y exacciones a los

    cuales fueron sometidas las poblaciones que habitaban en ellas. Muchas ciudades sonas abandonadas al poco tiempo y pasan paulatinamente a convertirse en ruinas,como es el caso de Pachacamac, Tcume, Pumpu, por citar algunas de las msimportantes. Otras como Cajamarca, Vilcashuamn y la propia capital inka del Cusco,son ocupadas oportunistamente por los conquistadores, aprovechando as su plantaedificada; la concentracin de poblacin y recursos presentes en ellas y en su entorno;como tambin sacando partido de su valor simblico, en cuanto aspecto funcional a lainstauracin del nuevo poder colonial.

    En el caso emblemtico del Cusco se da inicio a un especial proceso de mestizaje,que comporta cambios radicales y traumticos en las caractersticas originales de laciudad. La grandiosa plaza inka ser fragmentada con su recorte y la instalacin enella de solares para los nuevos vecinos espaoles. Las kallankas del permetro de laplaza sern desmontadas, al igual que los edificios ceremoniales y los palacios de lanobleza inka, para ser reconvertidos en iglesias o solares de espaoles. Inclusive elmonumental complejo de Saqsaywaman fue parcialmente desmontado para utilizarsus bloques en la construccin de las edificaciones coloniales. Sin embargo, laexcepcional calidad y el ponderado valor de la planta edificada de la ciudad inkafavoreci la conservacin de buena parte de su traza urbana y de los paramentoslticos que definen hasta hoy sus destacadas cualidades.

    Otro fue el destino de importantes ciudades inka, como Cajamarca, Vilcahuamn oTomebamba (hoy Cuenca, Ecuador) que, como reportan los cronistas tempranos de laconquista, sufrieron al poco tiempo de la conquista la demolicin de la mayora de susprincipales edificios y la degradacin de sus espacios pblicos, alterando radicalmente

    su antiguo ordenamiento, lo que impide identificar claramente la posible forma de sutraza original. Estos profundos cambios en la estructura fsica de las antiguas ciudadesinka, no son ms que la expresin de los radicales cambios que se producen en lanaturaleza econmica, social y cultural de las mismas, derivados de la formacincolonial que se impone y de las nuevas formas de poder que se instalan en ellas.

    Las grandes dificultades que testimonian los cronistas acerca de la implantacin de lasciudades coloniales, reflejan no slo el enfrentamiento de los conquistadores a unmundo distinto, con sociedades indgenas diferentes en sus dimensiones sociales,econmicas y culturales, sino tambin constituyen la expresin de la falta decomprensin de los complejos ecosistemas que caracterizan estos territorios y de lasformas de manejo social de los mismos. Este hecho histrico est registrado en los

    diversos testimonios de la fallida fundacin de ciudades o de su mudanza itinerante endeterminados territorios, hasta encontrar finalmente un emplazamiento mnimamente

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    17/54

    17

    adecuado para la sostenibilidad de sus habitantes. Existen al respecto dos casosemblemticos: el de la fallida ocupacin colonial de la ciudad inka de Hunuco Pampay el de la fundacin de la ciudad itinerante de San Miguel de Piura.

    En cuanto al primer caso, los espaoles fundaron La Muy Noble y Real Ciudad de losCaballeros de Len de Hunuco en 1539, ocupando para ello la extensa plaza de laciudad Inka. Esta fundacin no tuvo xito y al poco tiempo (1541) la mudaron contodos sus ttulos a las tierras ms templadas del valle del Huallaga, donde hoy da seubica, unos 60 km. al este de su fundacin original. El emplazamiento de HunucoPampa, en un ambiente de puna y sobre los 3,800 msnm. responda a una serie decondicionantes estratgicas, entre las que aparentemente pes las caractersticasclimticas que presenta la zona de puna, donde priman el aire seco y las bajastemperaturas, lo que la hace una zona ideal para la conservacin y el almacenamientode productos alimenticios. Este aspecto se sustentara en la presencia en losalrededores de la ciudad de cientos de qollqas o depsitos, dispuestos en ordenadashileras y con una capacidad de almacenamiento cercana a 40,000 m3. Por otra parte,estas condiciones de puna, con sus frecuentes heladas nocturnas, alternadas con das

    secos y soleados, favorecan los procesos de trasformacin que se desarrollaban en laciudad, destinados a la conservacin de productos alimenticios como los tubrculos,mediante su deshidratacin, transformndolos en papa seca o chuo, o de las carnesen charqui. Para los nuevos arribados la instalacin en este piso ecolgico significabaevidentemente padecer el malestar y a las secuelas del mal de altura, pero tambinenfrentarse a un medio para ellos hostil y desamparado, donde adems nofructificaban ni se reproducan las plantas y animales introducidos desde el viejomundo y que constituan la base de su dieta acostumbrada.

    En cuanto a la fundacin de la ciudad colonial de San Miguel de Piura, las mltiplesmudanzas de su localizacin, constituyen un caso paradigmtico de la fragilidad de laimplantacin de un modelo de asentamiento colonial que logra dificultosamenteestablecer su sostenibilidad territorial.

    La primera fundacin de la ciudad de San Miguel de Piura se produce en 1532, al iniciode la conquista, en la margen derecha del valle de Poechos en el sitio de Tangarar,antiguo pueblo Talln a orillas del ro Chira. Dos aos ms tarde (1534) la poblacin setraslada al lugar hoy conocido como Monte de los Padres en la margen derecha del AltoPiura. En 1578 los pobladores abandonan Piura la Vieja y la mayora se traslad alpuerto de Paita, ya fundado como San Francisco de Buena Esperanza. Sin embargo, alpoco tiempo sus habitantes solicitan un nuevo traslado de la ciudad, al faltarle a Paitaagua, lea y zonas de sembro, adems de estar expuesta a los frecuentes ataques delos piratas. Aos despus las autoridades del virreinato autorizan finalmente el traslado.La localizacin (fundacin) definitiva se realiza en 1588 (56 aos despus) en la localidadde El Chilcal, en proximidades de la represa indgena de Tacal, en el valle de Catacaos

    (Piura), tomando el nombre de San Miguel del Villar. El acta de fundacin precisa que laciudad se establece a 2 leguas de distancia del pueblo de indios (reduccin de Catacaos)a fin de que no reciban molestias ni vejaciones. Adems de las razones geogrficas,climticas o de la ausencia de determinados recursos, normalmente esgrimidas paraexplicar estos traslados, sera de tomar en cuenta en esta ltima y definitiva mudanza,adems de la disponibilidad de tierras agrcolas en su entorno, la presencia de unaimportante concentracin de mano de obra indgena en la muy prxima reduccin deCatacaos.

    A propsito de la localizacin de la ciudad de Piura en Monte de los Padres y de laspenurias de su pobladores, el cronista Cieza de Len es muy expresivo al referir que: Alprincipio estuuo poblada en el assiento que llaman Tangarara: de donde se pass por ser

    sitio enfermo: adonde los Espaoles biuan con algunas enfermedades: Adonde agoraest fundada es entre dos valles llanos muy frescos y llenos de arboledas junto a la

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    18/54

    18

    poblacin ms cerca de un valle que del otro: en un assiento spero y seco, y que nopueden aunque lo han procurado lleuar el agua a l con Acequias: como se haze enotras partes muchas de los llanos. Es algo enferma, y lo que dizen los que en ella hanbiuido: especialmente de los ojos: lo cual creo causan los vientos y grandes poluos delverano y las muchas humidades del inuierno. Es decir, la referencia alude a los efectos

    malsanos del clima en estos emplazamientos, como tambin a la dificultad de dotarlos derecursos elementales como el agua, por un deficiente manejo de las tcnicas decanalizacin, as como por el desconocimiento de la naturaleza del territorio.

    La fundacin de estas ciudades coloniales viene acompaada de una gravedesestructuracin del ordenamiento territorial, especialmente en lo que se refiere a losvalles costeos. Son mltiples las referencias de cronistas como Cieza de Len querecorren estos valles y hacen nfasis en el abandono de los sistemas de irrigacin y de ladrstica reduccin de las tierras cultivadas en ellos, en la ruina de los caminos y de otrasobras de infraestructura, adems de denunciar su grave despoblamiento. Se percibe deestos testimonios la clara sensacin de que este proceso de degradacin territorial fuetanto ms intenso cuanto ms prximos se encontraban estos territorios con relacin a

    las nuevas entidades urbanas.

    Aparentemente los campos de cultivo y los canales de riego que se conservaron en losvalles fueron mantenidos por las comunidades y la poblacin indgena que persisti enellos. De esto se desprende la percepcin de que las ciudades coloniales se implantarona manera de enclaves coloniales, en cuanto ciudad de espaoles en territorios quepermanecieron sustancialmente indgenas en cuanto a sus formas de manejo. Alrespecto, es significativo constatar lo contadas que resultan las obras de infraestructuraemprendidas durante la colonia que tuvieran alguna implicancia territorial.

    Este fenmeno poco estudiado de las permanencias indgenas en el manejo del territorio,puede haber estado correlacionado con la presencia de una naciente y emprendedoraburguesa indgena, de agricultores medianos, arrieros y mercaderes, que se revelanhbiles empresarios y prestos en asumir los recursos forneos y las nuevas tcnicas ymodalidades productivas, son notables ejemplos de estas asimilaciones la siembra deparras y la produccin y comercializacin de vino, o la adquisicin de naves a la usanzaeuropea para el comercio a distancia, entre otros casos documentados por losetnohistoriadores (Murra 2002; Rostworowski 1981, 2004).

    Este proceso se quebrara con el establecimiento de la poltica de reducciones, que seimplementa en la segunda mitad del siglo XVI durante el gobierno del virrey Toledo. Estapoltica alter drsticamente los tradicionales patrones indgenas de dispersin territorialde la poblacin, al proponerse su concentracin con fines de control tributario y de lamano de obra indgena. Esta poltica de reducciones trajo como consecuencia ladesestructuracin de las complejas formas de articulacin espacial, ante el forzado

    abandono de los antiguos patrones de asentamiento que respondan a los sistemas demanejo de las diferentes zonas de produccin generadas en el territorio, as como de lasdistintas zonas ecolgicas presentes en estos espacios regionales. Muchas aldeas ypoblados indgenas luego de su abandono forzado se convirtieron en ruinas, de la mismaforma que amplias extensiones de nuestro territorio perdieron su condicin de zonas deproduccin y se transformaron en despoblados.

    Adems de los tributos en onerosas prestaciones de fuerza de trabajo, a travs de ladegeneracin del antiguo sistema de la mita, estas reducciones estaban obligadas a laprovisin de recursos y productos propios de sus respectivos ecosistemas. Es dedestacar que frecuentemente parcialidades indgenas distintas fueron concentradas enuna nica reduccin, donde conformaron nuevas entidades comunitarias. Muchas de

    estas reducciones, en cuya traza se impona generalmente la disposicin colonial endamero, derivaron en los denominados pueblos de indios. Algunos de estos poblados

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    19/54

    19

    por determinadas circunstancias derivaron en centros poblados de cierta importancia,que luego con el advenimiento de la repblica evolucionaron a la condicin de ciudadesprsperas como Chiclayo, Huancayo, Juliaca.

    Durante el siglo XVI, una vez agotado el saqueo de los tesoros presentes en las ciudades

    y templos prehispnicos, el conocido afn colonial por el oro y la plata dio paso a laexplotacin de distintos yacimientos mineros, especialmente en la sierra sur y central. Elclebre caso del Cerro Rico de Potos en el Alto Per (Bolivia), no solo dio lugar a unacompulsiva concentracin urbana, entre las ms grandes de su poca en el mundo, sinoque tambin gener una extensa articulacin territorial en el rea andina. La ciudad dePotos constitua el centro hacia donde conflua la mano de obra reclutada por la mitaminera; los diversos abastecimientos de alimentos, insumos y mercaderas, que erantransportados mediante el arrieraje por largas rutas desde distintos puntos del reaandina; y desde donde se trasladaba a su vez la plata producida hacia las costas de lavertiente del Pacfico o hacia el ro de La Plata y el Atlntico, desde cuyos puertos seproceda a su embarque para emprender la ruta de los galeones hacia Espaa.

    Estos circuitos y la explotacin de los propios recursos mineros locales, dieron lugar aldesarrollo y relativa prosperidad de las ciudades del sur peruano como Puno, Arequipa yAyacucho, al estar estas ubicadas estratgicamente en los puntos intermedios de estasrutas. Ms al norte, en la sierra de Huancavelica, con el descubrimiento en la mina SantaBrbara de yacimientos de azogue o mercurio, un mineral empleado en aquella pocapara la amalgamacin y refinacin de los minerales ricos en plata, se dio el desarrollo dedos importantes centros urbanos con Castrovirreyna y Huancavelica: Esta explotacinminera gener, a su vez, una dinmica regional bastante importante, con relacin a lasierra central y sur, as como con las ciudades y poblados de la costa sur y central delPer. Al respecto debe recordarse, que el azogue era transportado mediante caravanasde llamas desde Huancavelica a Chincha, para ser embarcado y trasladarse en barcoshasta Arica y de all nuevamente con llamas hasta Potos. Por otra parte, desde los vallesde Ica se trasladaban alimentos, as como vinos y aguardientes para el consumo en lasciudades y centros mineros.

    Algo ms tarde, entre los siglos XVII y XVIII, naci como ciudad Cerro de Pasco con eldesarrollo de la minera de la plata en las propias inmediaciones de la ciudad. Graciastambin a la minera de plata de Hualgayoc, prosper en la sierra norte la ciudad deCajamarca. Estos centros poblados fueron obviamente muy estimados por la coronaespaola, la que prontamente les eleva a la categora de ciudades y les otorga ttulosostentosos (como el de Villa Rica de Oropesa concedido a Huancavelica).

    Muchos de los procesos productivos que se desarrollaban en las ciudades coloniales yen los centros mineros consuman ingentes cantidades de combustible, incidiendo en lapresin sobre los recursos de los bosques de su entorno e iniciando en ellos un

    progresivo proceso de deforestacin. Este es el caso por ejemplo de la minera y enespecial la del azogue, cuya refinacin se realizaba en hornos alimentados por lacombustin de lea e inclusive de paja de los pastos de altura. Algo similar aconteca enPiura, donde la crianza del ganado se haca a costas de los bosques de los despoblados,cuya lea adems alimentaba los calderos para la produccin de jabones, obtenidos apartir del sebo, en las denominadas tinas donde se beneficiaba el ganado.

    En los alrededores de estas ciudades o en los pueblos de indios se desarroll una ciertaindustria manufacturera, especialmente dedicada a la produccin de hilos y textiles, queeran destinados tanto a proporcionar vestimenta y abrigo a las masas indgenas quetrabajaban en las minas, como tambin a proveer a las minas de alforjas, costales,cuerdas, y aperos asociadas al manejo y transporte del mineral. Estas instalaciones

    productivas denominadas obrajes se caracterizaban por utilizar mano de obra indgena,

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    20/54

    20

    muchas veces en condicin de trabajo forzado, as como por su escaso nivel tcnico, yaque los telares empleados eran los tradicionales de mano.

    Este escaso nivel de desarrollo de las manufacturas se deba en gran parte a lascondiciones monoplicas que regulaban el mercado y que favorecan la masiva

    importacin de artculos provenientes de la metrpoli o de otros mercados controladospor la corona espaola. Sin embargo, posteriormente con el progresivo crecimiento de lapoblacin que resida en ellas, se dio en las ciudades coloniales el desarrollo de unaserie de manufacturas que dieron vida a un conjunto de corporaciones organizadas poroficios (plateros, zapateros, sombrereros, ebanistas, panaderos, etc.), que dieron paso aciertas formas de integracin social entre los maestros espaoles o criollos y trabajadoresindgenas o negros. En todo caso, es de recordar que no obstante esta convivenciaciudadana, la sociedad colonial estuvo fuertemente segmentada y segregada en susdiferentes estamentos, desde los espaoles peninsulares a los criollos, los indgenas, losnegros esclavos y libertos, as como una definida gama de las variantes generadas porlas mixturas raciales propias del proceso de mestizaje. Expresiones urbanas de estasformas de segregacin fueron en la ciudad de Lima, los arrabales de San Lzaro en la

    otra margen del Rmac y el posterior barrio indgena de Santiago del Cercado, cuyaplanificacin y desarrollo al Este de la ciudad en la segunda mitad del siglo XVI, loconvierte en una suerte de reduccin indgena anexa a la ciudad.11

    La creciente concentracin de poder y riqueza en las ciudades y el importante rol de laiglesia en la conformacin del poder colonial, fueron un terreno propicio para el desarrollode la arquitectura residencial de las clases altas y especialmente de la construccin desoberbias edificaciones religiosas constituidas por claustros e iglesias. En este tipo deobras participaban arquitectos y artistas europeos, al igual que alarifes mestizos,indgenas y negros libertos. Adems de este tipo de edificaciones, se desarrollaron en lasciudades ms importantes espacios pblicos, como alamedas y plazuelas, as comotambin algunas obras para la provisin de agua y de alcantarillado, o amurallamientosde defensa, notables en el caso de Lima y de Trujillo.

    A este propsito, es de destacar que en las principales ciudades del virreinato, comoLima, Trujillo, Cusco, Arequipa, Cajamarca, Huamanga y Puno, la arquitectura residencialy la pblica, especialmente la religiosa, explora y desarrolla lenguajes propios, lograndoconfigurar tradiciones y estilos regionales bien definidos. En este proceso intervinieronfactores culturales, como tambin los materiales constructivos disponibles en cadalocalidad, la naturaleza de la geografa y del clima, as como tambin la incidencia de lossismos, cuyos desastrosos y repetidos embates condujeron a la experimentacin y alestablecimiento de singulares tipologas y sistemas constructivos adecuados a suresistencia.

    Las tcnicas constructivas se ajustaron a la preferencia por los materiales locales, como

    es el destacado uso del sillar en Arequipa o de la piedra en el Cusco, pero tambin aresolver la especial integracin de tcnicas europeas con las indgenas, como es el casode las construcciones de adobe y quincha, a las que se adornaba profusamente concornisamientos y ornamentacin de yeso. Especialmente el empleo de la quincha, con sucaracterstica flexibilidad no solo dio una respuesta adecuada al riesgo ssmico, sino quetambin permiti una notable economa constructiva, al favorecer el empleo deelementos abundantes en el entorno de las ciudades costeas, como es el caso de lacaa y el carrizo abundantes en los valles, tanto en las mrgenes de los ros como de lasacequias. La casi total ausencia de lluvias en gran parte de la costa peruana, favorecitambin el desarrollo de techos planos cubiertos con simples tortas de barro, que

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    11 Alexandre Coello. Espacios de Exclusin. Espacios de Poder: El Cercado de Lima Colonial(1568-1606). PUCP e IEP, Lima 2006.

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    21/54

    21

    adems de su capacidad absorbente ante eventuales lloviznas, proporcionaban unexcelente aislamiento trmico ante la intensa insolacin propia de las latitudes tropicales.

    A nivel territorial las ciudades eran relativamente escasas y separadas entre s por largasdistancias a travs de geografas y climas extremos, mas si consideramos que el

    transporte ms rpido era a caballo o en lentas embarcaciones de vela.12 En estecontexto las principales ciudades, donde se concentraba el poder poltico y eclesistico,vivan en un relativo aislamiento con una esfera de accin mayormente limitada a lacuenca o a los valles de la comarca donde se encontraban emplazadas. Para resolver enparte esta escasa articulacin entre las ciudades y permitir el ejercicio del dominiocolonial en los espacios regionales distantes de las ciudades principales, se desarrollaroncon distinta suerte una serie de ciudades intermedias o villas. Este es el caso en lacosta sur de Chincha, Pisco, Ica y Moquegua, ciudades o villas de fundacin colonial,mientras otras villas, como Nazca, surgen de pequeos poblados o tambos establecidosa lo largo de las extensiones ms ridas de la desrtica costa sur.

    Algo similar sucede en la costa norte, entre Lima y Trujillo, con centros poblados y villas

    como Huaura, y Santa, asentadas en los principales valles de la costa norcentral. Al igualque las ciudades de Saa y Lambayeque, asentadas en los ricos valles de esta regin yen un punto intermedio entre Trujillo y Piura. La inundacin y destruccin de Saa,arrasada por la crecida del ro durante un evento de El io en 1720, favoreci eldesarrollo posterior de Lambayeque y especialmente de Chiclayo, hasta entonces unmodesto pueblo de indios. La destruccin de la ciudad de Saa, ya antes afectada por laincursin de piratas en 1686, favoreci tambin el crecimiento de Trujillo que habraalcanzado en 1760 una poblacin de unos 9,200 habitantes.13

    Algunas ciudades son fundadas en zonas consideradas de frontera, trmino queinclusive algunas incorporan en su denominacin y ttulos. Estas se emplazan en zonasde ceja de selva o prximas a ellas en la vertiente oriental de los Andes, que ofrecanentradas hacia los inexplorados y hostiles territorios de la Amazona. Este fue el caso deTarma, Chachapoyas, Moyobamba, Jan de Bracamoros. Estas ciudades no estuvieronlibres de serios problemas para establecer niveles mnimos de sostenibilidad. Tal es elcaso de Jan de Bracamoros -que no obstante su mtico nombre, que parece remitirnosal legendario El Dorado- cambi su ubicacin en 3 oportunidades distintas, desde elemplazamiento de su fundacin original a mediados del siglo XVI, en proximidad de laconfluencia del ro Chinchipe con el Maran, a su traslado en 1606 a Tomependa aorillas del Chinchipe, para de all trasladarse 71 km. hacia el oeste al lugar donde seinstal definitivamente en 1805. Si el traslado de la ciudad hasta el ro Amoj no estuvolibre de complicaciones, fueron mayores los problemas generados por el hecho de que laaprobacin de la nueva ubicacin dependa en lo civil de la Audiencia Real de Quito,mientras que en lo eclesistico lo era de la Dicesis de Trujillo, la que se opusotenazmente al traslado de la iglesia a esta nueva localidad.

    En el mbito rural, progresivamente se fueron desarrollando plantaciones y haciendasdedicadas a cultivos de especial inters durante la poca colonial, como el trigo, la caade azcar, la vid, productos de panllevar o a la ganadera. En muchas zonas alejadas delas ciudades y villas, las haciendas con sus casonas y sus instalaciones, que incluan

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    12 Para tener idea de las condiciones del transporte y de la relativa inutilidad de la rueda en estosterritorios en el contexto histrico de la poca, basta citar el viaje que Humboldt realiz a ini cios del sigloXIX, en 1802, a travs de los valles y arenales desrticos de Trujillo a Lima. Este lo condujo en una literauncida (y mecida) sobre dos mulas demorando en el trayecto 16 das, con un promedio de 35 km. derecorrido diario. (Nuez y Petersen 2002: 23-26, 77-81).

    13Estas exiguas cifras dan buena cuenta de las reducidas dimensiones poblacionales de las ciudades

    coloniales de esta poca, ms an cuando se reporta que en 1604 la ciudad de Trujillo alcanzaba pocoms del tercio de esta poblacin. (Wikipedia).

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    22/54

    22

    generalmente una iglesia o capilla, adems de rancheras o galpones donde se alojabanlos indios yanacones o los esclavos negros, constituan el principal referente en cuanto alpatrn de asentamiento presente en estos territorios, donde su preeminencia coexistacon caseros dispersos y pequeas poblaciones rurales. La ubicua presencia de lashaciendas y su relativa importancia social y econmica en el mundo rural, ha quedado

    bien retratada en las crnicas de los exploradores y viajeros que recorrieron los msrecnditos lugares del Per a lo largo del siglo XIX.

    La poca republicana

    El hecho de que en el Per se sellara la independencia americana, no solo signific eltardo ocaso de la poca colonial en el continente, sino que tambin revela cuanenraizados lazos y privilegios mantuvo hasta el final la aristocracia peruana,especialmente la limea, con el debilitado poder colonial. La flaqueza y lenidad de estaaristocracia criolla en su contribucin al movimiento independentista, marcar lo quese ha venido a denominar como el sndrome colonial y que ha condicionado la

    existencia irresuelta de los grandes problemas nacionales, como la propia constitucincomo nacin, la persistente debilidad del estado, la desestructuracin y escasaintegracin social, la pobreza y la marginacin de la mayora de la poblacin.14 En estaseccin reseamos brevemente algunos de los aspectos ms destacados queincidieron en la evolucin de las ciudades y en el ordenamiento territorial durante estapoca.

    La primera mitad del siglo XIX estuvo marcada por la profunda crisis econmica ypoltica que sigui a la independencia. Adems de las destrucciones generadas en elpas durante las luchas de la independencia, la minera se encontraba colapsada, elcomercio afectado por la huida de los comerciantes peninsulares y por la prdida desu flota mercante, mientras que las haciendas agrcolas no se recuperaban de lossaqueos y de la escasez de su poblacin laboral. Por otra parte, el territorio del Persufri un proceso de fragmentacin y desarticulacin donde muchas de sus provinciasvivan en el ms absoluto aislamiento, y la comunicacin entre estas y con la capital dela repblica era penosa y demandaba una enorme cantidad de tiempo. Sealndoseque era mucho ms rpido viajar de Lima a Guayaquil o a Valparaso, que hacerlo aHuamanga o al Cusco.15

    Esta situacin catastrfica agravada por la fragmentacin poltica y la ausencia de unaclase dirigente con una visin de pas, condujo paradjicamente a un mayorenfeudamiento econmico, especialmente en las zonas rurales, y a un remedo de lasviejas taras coloniales; mientras que a nivel poltico prolifer el caudillismo y lasrecurrentes asonadas y guerras civiles entre las distintas facciones que pretendan unasimple cuota de poder o la solucin de sus intereses particulares.

    Esta crtica situacin nacional trajo graves consecuencias en la economa urbana delas ciudades del Per y afect su desarrollo. La disminucin de la poblacin de Limadurante estas dcadas puede ser una clara manifestacin de esta situacin y de cmoresinti a sus habitantes. Al respecto, la poblacin de la capital haba registrado unprogresivo crecimiento durante la poca colonial, desde 1614 cuando ya contaba con26,400 habitantes, para pasar a tener ms del doble a fines del siglo XVIII al registrar56,600 h. en 1791. En 1812 presenta un ligero crecimiento a 63,900 h. que semantiene prcticamente estancado con los 64,000 h. con que cuenta en 1820, enpleno proceso independentista. Sin embargo, es notable el decaimiento poblacional

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

    14 Julio Cotler (2006) Clases, Estado y Nacin en el Per, IEP, Lima.

    15 Dvalos y Lisson (1919: IV, 253-254) citado por Cotler (2006: 114).

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    23/54

    23

    que le sigue, cuando en 1827 registra 60,000 h. y en 1839, cuando su poblacin sereduce a 55,100 h. es decir una poblacin menor que la que tena medio siglo atrs, yque representa una disminucin de cerca del 15% de su poblacin en poco menos deveinte aos.

    Esta situacin comienza a modificarse con el descubrimiento de las cualidadesfertilizantes del guano de las islas y el inicio de la explotacin acelerada de susyacimientos a partir de 1840 y especialmente durante la segunda mitad del siglo XIX.Esta bonanza econmica concentr sus beneficios en las clases dominantes y en lascasas comerciales que controlaban su exportacin, como tambin la importacin delos diversos artculos, mayormente suntuarios, provenientes de Europa. Esta nuevasituacin se refleja, tanto en el relativo crecimiento de la poblacin de Lima, que en1850 alcanza 80,000 h. y en 1861 los 100,000 h. que mantendr con ligerasvariaciones hasta 1900 y el inicio del siglo XX cuando contaba con 103,900 h. Enalgunas de las ciudades ms importantes se desarrollaron inversiones en obraspblicas, especialmente en Lima donde en ciertos sectores de la ciudad se instala elalumbrado pblico, caeras de agua, se construye la crcel o panptico, etc.

    Esta relativa bonanza econmica ligada al incremento de las exportaciones, asistitambin a la revitalizacin e industrializacin de las haciendas costeas ante el alzadel precio del azcar, como tambin frente a la creciente demanda de algodn porparte de la industria textil inglesa, frente a la debacle generada en su produccin enlos Estados Unidos al desencadenarse la guerra civil. Mientras tanto, las arcas fiscalesdel estado peruano crecieron conforme aumentaban las exportaciones,fundamentalmente del guano de las islas, y su consistente participacin en elpresupuesto de la repblica (ver datos).

    Esta disponibilidad de fondos pblicos se canaliz fundamentalmente a la construccinde lneas frreas, para lo cual se cont tambin con la participacin de capitalesprivados. El desarrollo de los ferrocarriles fue enarbolado por los sectores dominantesde los gobiernos de entonces como parte fundamental de un supuesto proyecto demodernizacin e integracin nacional. As en pocas dcadas se inici y culmin laconstruccin de una serie de lneas de ferrocarriles en la mayor parte del pas. Estenotable desarrollo declin como consecuencia de la guerra con Chile y de su graveimpacto destructivo en las dos ltimas dcadas del siglo XIX. El desarrolloferrocarrilero se recuper a inicios del siglo XX y se mantuvo hasta los aos 30,cuando empez su progresivo abandono ante la imposicin de las carreteras y eltransporte automotor.

    Se construyeron durante esta poca las dos principales lneas de penetracin del pas,constituidas por el Ferrocarril Central que conect el puerto del Callao y Lima con LaOroya y de all, mediante dos ramales, con Huancayo y Cerro de Pasco; mientras que

    el Ferrocarril del Sur conect el puerto de Mollendo con Arequipa y desde all conJuliaca y Puno, para llegar finalmente hasta el Cusco. Otras dos vas de penetracinproyectadas se realizaron parcialmente y quedaron truncas. Una de estas la debiconstituir el ferrocarril que conectara el puerto de Chimbote con el Callejn deHuaylas, sin embargo lleg solamente hasta Huallanca, prxima al Can del Pato y a170 km. de la costa, contando con un ramal hacia La Galgada donde exista una minade carbn. La segunda va estaba proyectada desde el puerto de Pacasmayo parallegar a Cajamarca, pero solo lo hizo hasta Chilete a 105 km. en el interior del valle deJequetepeque.

    Finalmente, la mayora de estas lneas de ferrocarriles terminaron siendo funcionalesal proceso de concentracin de las grandes compaas mineras, entre las que destaca

    el clamoroso caso de la Cerro de Pasco Corporation en la sierra central. Mientras queen la costa norte lo fue al de la concentracin de la propiedad de la tierra en las manos

    Ciudades, Territorio y Ecosistemas en el Per

  • 8/6/2019 Ecosistemas y Ciudades-J Canziani (1)

    24/54

    24

    de los denominados barones del azcar entre los que destaca el caso de CasaGrande de la empresa Gildemeister, que se hizo de la mayor parte de las tierras delextenso valle de Chicama. Casi todas las grandes plantaciones contaban con ingeniospara la refinacin del azcar y redes ferro