economia de la conducta

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ECONOMIA DE LA CONDUCTA Juicios bajo incertidumbre: heurísticos y sesgos En 1978, el Nobel de economía fue concedido a Herbert Simon, bien conocido por sus estudios sobre los procesos de elección y solución de problemas desde la óptica de la computación y la inteligencia artificial. A finales del pasado año, el Nobel de Economía volvió a recaer en otro especialista de la toma de decisiones, el israelí Daniel Kahneman (actualmente en la Universida de Princeton), cuyos trabajos, igual que los de Simon, han encontrado un amplio eco no sólo en el ámbito de la psicología sino en el más mundano y pragmático de la economía (muchos de los trabajos de estos dos investigadores han sido publicados principalmente en revistas de economía). El punto de partida de Simon y Kahneman fue la constatación de que la idea de un ser humano omnisciente y en posesión de todos los datos necesarios para tomar una decisión que dé resultados óptimos es aplicable en raras ocasiones. La capacidad limitada de nuestra memoria inmediata, la incertidumbre acerca de las consecuencias de nuestras acciones y la simple falta de información, hacen que frecuentemente tomemos decisiones guiados por una racionalidad limitada y emitamos juicios que a duras penas se ajustan a la realidad. El interés que esta constatación tiene en el campo de la economía es obvio. En las decisiones microeconómicas, dependientes de agentes individuales, un modelo de elección basado en la racionalidad absoluta, en el manejo implacable de las leyes de la lógica o los cálculos estadísticos, es irreal y, por tanto, da origen a predicciones erróneas. Los numerosos estudios conductuales realizados por Kahneman indican que la toma individual de decisiones en situaciones de incertidumbre, es decir, en situaciones en que el sujeto sólo dispone de datos parciales en que basar su elección, no responde a los cánones de la racionalidad entendida en un sentido estricto, sino que se basa en un variado arsenal de sesgos, prejuicios y soluciones "a priori". Pero una "ciencia de la irracionalidad" no sería posible si esos métodos un tanto "chapuceros" de resolver

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ECONOMIA DE LA CONDUCTAJuicios bajo incertidumbre: heursticos y sesgosEn 1978, el Nobel de economa fue concedido a Herbert Simon, bien conocido por sus estudios sobre los procesos de eleccin y solucin de problemas desde la ptica de la computacin y la inteligencia artificial. A finales del pasado ao, el Nobel de Economa volvi a recaer en otro especialista de la toma de decisiones, el israel Daniel Kahneman (actualmente en la Universida de Princeton), cuyos trabajos, igual que los de Simon, han encontrado un amplio eco no slo en el mbito de la psicologa sino en el ms mundano y pragmtico de la economa (muchos de los trabajos de estos dos investigadores han sido publicados principalmente en revistas de economa).El punto de partida de Simon y Kahneman fue la constatacin de que la idea de un ser humano omnisciente y en posesin de todos los datos necesarios para tomar una decisin que d resultados ptimos es aplicable en raras ocasiones. La capacidad limitada de nuestra memoria inmediata, la incertidumbre acerca de las consecuencias de nuestras acciones y la simple falta de informacin, hacen que frecuentemente tomemos decisiones guiados por una racionalidad limitada y emitamos juicios que a duras penas se ajustan a la realidad. El inters que esta constatacin tiene en el campo de la economa es obvio. En las decisiones microeconmicas, dependientes de agentes individuales, un modelo de eleccin basado en la racionalidad absoluta, en el manejo implacable de las leyes de la lgica o los clculos estadsticos, es irreal y, por tanto, da origen a predicciones errneas. Los numerosos estudios conductuales realizados por Kahneman indican que la toma individual de decisiones en situaciones de incertidumbre, es decir, en situaciones en que el sujeto slo dispone de datos parciales en que basar su eleccin, no responde a los cnones de la racionalidad entendida en un sentido estricto, sino que se basa en un variado arsenal de sesgos, prejuicios y soluciones "a priori". Pero una "ciencia de la irracionalidad" no sera posible si esos mtodos un tanto "chapuceros" de resolver problemas fuesen aleatorios e idiosincrticos. Lo que los cientficos de la irracionalidad han demostrado es, por el contrario, su carcter sistemtico y predecible. En el mbito de la conducta econmica, por ejemplo, un individuo que deba tomar una decisin en una situacin relativamente compleja y con un cierto grado de incertidumbre no actuar necesariamente de acuerdo a las leyes "objetivas" de la probabilidad y a la regla del mximo beneficio, pero tampoco se comportar de modo totalmente aleatorio, si entendemos como tal una conducta absolutamente impredecible o inexplicable.