economia

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UN CAMBIO POSIBLE Actualmente, el ser humano ha sido degradado, idiotizado y alienado hasta tal punto, que este no es reconocido en la sociedad como un sujeto pensante, sino que se ha reducido a un simple objeto el cual se puede manipular al antojo de la industria y la “sociedad”; sí, así, entre comillas. Un objeto no piensa, no siente, se moldea al antojo de quien lo posee, se utiliza hasta su deterioro y cuando ya no es ‘útil’, se desecha. Esta analogía no se encuentra muy lejos de la realidad que vivimos hoy: el ser humano es la marioneta (objeto) no pensante, la cual posee diversas necesidades que los medios tratan de suplir a toda cabalidad, así como un padre cuida a sus hijos (?). Nos hemos convertido en seres mecanizados: llega un nuevo aparato al mercado y automáticamente lo sentimos un bien necesario y esencial el cual debemos adquirir como sea. A la media hora- utilizando un poco la imaginación y la exageración- aparece otro aparato con casi las mismas características, y como por arte de magia, nuestra necesidad anterior sufre una especie de mutación transformándose en una nueva que se adapta al bien en cuestión. El medio nos ha convertido en marionetas, nos ha reducido a simples objetos. Con este escrito, no estoy pretendiendo atacar el sistema que nos rige actualmente, porque de hecho a todos de alguna manera se nos ha adentrado un tanto de esa mafia consumista (a unos más que a otros), y el medio ha hecho que, de una u otra forma, ya sea de manera consciente o inconsciente, amemos, por decirlo así, la forma en que se nos encamina al abismo. La publicidad y la televisión se han encargado de imponernos aquello que debemos consumir, que debemos

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opinión acerca de la economía algo parecido a un ensayo

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UN CAMBIO POSIBLE

Actualmente, el ser humano ha sido degradado, idiotizado y alienado hasta tal punto, que este no es reconocido en la sociedad como un sujeto pensante, sino que se ha reducido a un simple objeto el cual se puede manipular al antojo de la industria y la sociedad; s, as, entre comillas. Un objeto no piensa, no siente, se moldea al antojo de quien lo posee, se utiliza hasta su deterioro y cuando ya no es til, se desecha. Esta analoga no se encuentra muy lejos de la realidad que vivimos hoy: el ser humano es la marioneta (objeto) no pensante, la cual posee diversas necesidades que los medios tratan de suplir a toda cabalidad, as como un padre cuida a sus hijos (?). Nos hemos convertido en seres mecanizados: llega un nuevo aparato al mercado y automticamente lo sentimos un bien necesario y esencial el cual debemos adquirir como sea. A la media hora- utilizando un poco la imaginacin y la exageracin- aparece otro aparato con casi las mismas caractersticas, y como por arte de magia, nuestra necesidad anterior sufre una especie de mutacin transformndose en una nueva que se adapta al bien en cuestin. El medio nos ha convertido en marionetas, nos ha reducido a simples objetos. Con este escrito, no estoy pretendiendo atacar el sistema que nos rige actualmente, porque de hecho a todos de alguna manera se nos ha adentrado un tanto de esa mafia consumista (a unos ms que a otros), y el medio ha hecho que, de una u otra forma, ya sea de manera consciente o inconsciente, amemos, por decirlo as, la forma en que se nos encamina al abismo. La publicidad y la televisin se han encargado de imponernos aquello que debemos consumir, que debemos vestir, aquello que debemos ver; nos han hecho ver a los buenos como malos y viceversa, nos han sumido en vagas entelequias que nos hacen creer que lo perfecto se encuentra en la forma y no en el contenido, a travs de caras soadas y cuerpos gloriosos, apariencias que a simple vista es lo que cualquier persona deseara tener para ser feliz. Se han empeado en crearnos necesidades que, claramente, slo existen en nuestra imaginacin. Lo peor de todo esto, es que el sistema est logrando lo que se propone: convertir el ser humano en un robot que est programado para consumir y consumir. Su estrategia es hacer de nosotros personas sin cerebro, personas que no vean ms all de sus narices, personas que no piensen, que no sean diferentes. La diferencia es insoportable, y por lo tanto, hay que eliminarla: Es regla invariable del poder que resulta mejor cortar las cabezas antes de que comiencen a pensar, ya que despus es demasiado tarde. (Ensayo sobre la lucidez. Jos Saramago. Pg. 140). La publicidad nos ha hecho confundir las necesidades con los satisfactores propios de estas necesidades. No se puede decir que una persona tiene la necesidad de un aparto tecnolgico, ms especficamente, un celular. Afirmar esto sera algo errado, ya que la necesidad verdadera no es adquirir un telfono celular, sino, la necesidad de Ocio. El celular es simplemente un artefacto que aumenta la eficacia de un satisfactor. Necesidades hay en todo el mundo, y estas son las mismas para cada persona, lo que llega a variar es el modo o el satisfactor utilizado para suplirlas. No se puede decir que los satisfactores de un sistema capitalista de x pas pueden ser aplicados a todo el mundo (en el entendido de que no todo el mundo se rige por el mismo modelo capitalista), porque no saciara exitosamente todas las necesidades. Colombia es un pas que durante casi toda su historia ha adoptado modelos propios de otros pases buscando el desarrollo, tal y como sucedi con el intento de implementacin del modelo japons toyotista el cual funciona para la cultura japonesa, pero como cada cultura define sus propios satisfactores, en Colombia no funcion aquel modelo basado en la tecnologa y productividad.Satisfacer una necesidad humana significa un aumento en el desarrollo de ese ser, un aumento de su calidad de vida. El mundo actual se encuentra sumido en la alienacin por parte de un sistema el cual quiere hacer ver que la verdadera felicidad se encuentra en el consumo desenfrenado de bienes y servicios. Esta realidad es tan absurda que se ha venido convirtiendo lentamente en pura y fsica demagogia, creando visiones quimricas de un mundo perfecto que slo puede dar el consumismo. Cmo puede ser posible que se tilde a alguien de rico o pobre slo por su carencia o abundancia de bienes econmicos, por su capacidad de adquisicin o por su estatus social; el mundo entero se ha centrado simple y llanamente en dar definiciones economicistas que nada tienen que ver con la realidad. Es como si se estuviera midiendo objetos en vez de personas. Es increble cmo la pobreza (entendida desde la definicin dada en el documento Desarrollo a escala humana) ha logrado sesgar a la sociedad, separando clases sociales y dividiendo las capacidades de adquisicin. Hoy es posible ver cmo los ricos son cada vez ms ricos, y los pobres cada vez ms pobres, y es tanta la divisin existente que hay en la sociedad, que se puede notar claramente en la clase empresarial: los empresarios consideran que conceder trabajo a una persona, es hacerle un favor, y ni qu decir de los contratos a trmino fijo que estn aumentando la cifra del desempleo, y los salarios irrisorios que ellos mismos definen. Esta es una de las realidades que el mundo del consumismo desenfrenado no nos ha dejado ver; est tan avanzada nuestra ceguera que no nos permite analizar ni hacer introspeccin del sistema. Si esto es ahora, qu vendr despus? Hasta cundo seguir la idea de que lo perfecto se encuentra al otro lado de la pantalla? Hasta cundo seguiremos con la mentalidad de que lo nuestro no es suficiente, y la felicidad se encuentra en lo que otros poseen? Hasta cundo nos seguirn vendiendo ideas que ni la mente ms minscula de un mundo paralelo aceptara? Hasta cundo nos dejaremos cegar por varias utopas que nos muestran la vida como un cuento de hadas? Hasta cundo seguiremos creyendo en procesos de paz cuando la guerra misma es un negocio? Hasta cundo nos dejaremos atrapar por el hermoso cantar de las sirenas? Estas y muchas ms, son las preguntas que rondan mi mente cada vez que me detengo a analizar el sistema que nos rige. Jos Saramago en su Ensayo sobre la lucidez narra cmo un pueblo que estuvo sumido en la alienacin y en la ceguera, decidi abrir sus ojos, informarse y hacer valer sus derechos para lograr la libertad. De nada sirve la indignacin si no hay accin; accin estratgica, accin de cambio. Cuando hay un pueblo educado, hay un pueblo informado y lcido, y por lo tanto, hay libertad la cual es el fin mismo de la educacin. Todava queda mucho por aprender y an ms por aprehender, pero si desde ya trazamos la lnea que lleva al cambio, si hacemos una introspeccin de s mismos, van a haber resultados positivos que desencadenarn la revolucin de una generacin informada, no alienada. Una revolucin no basada en armamentos, sino, una revolucin interna, que cambie las estructuras del individualismo y el egosmo construidas al interior de cada individuo.