'E~ Año V -Número 189 ;~ árgano de la Sección literaria de Coro C1avéA ~~ ELCHE 15 Agosto 1929

Redactor Jefe: Joaquín Lozano Director: Francisco Serrana Rodrtguez Administrador: Amalio Lozano

~ "~MAN~ SER" ~N I,r''aS FIESTAS Ntrzstro pueblo se halla en el

'a~N;'' apo,zo de sus fiestas. En casi trca,? todos los hogares se solemni-Fer~ cla.

zan éstos, como días de gran-.-- des. La tradición popular ]leva lae dz año éa àño su inflüjó y ja-

más decae él ánimo de los íllí-tos cítanos al celebrar en el mes de to. Agosto s:rs típicas festividades.

Mucho, son los que separa-- dos de nuestra tierra por cir-

cunstancías de' :la vida aprove-chan esta breve semana para acu~ír a,su terréta y aquí, entre los suyos, saborean los dulces

- instantes de expansión.

La curiosidad incita a pregun-tir por las tierras extrañas, por ]~s +qüéridos camaradas que con el alma pïresta en su Elche no tuvieron la satisfacción de estre-char éntre sus brazos a los se-r~s más amados. Aquellos, ale-jados, estar con nosotros, su memoria no olvidará tan fácil-me rte las delicias de estas no-c hes.

¿Cómo ha de olvidar ningún Illícitano la memorable palmera de I~ Albá1 ¿Cómo ha de olvi-d rr nunca, dozd2 quiera que es-té, esz preciso momento en que; desaparecido el último cohete, sz m rz;tra entre_grítos, sonoras y alz~rzs risas la pànzuda san-dia, a la cual abren sus san-grie~tas entrañas, y dispuesta er rebanadas va desapareciendo englutida por un hambre, o me-jor dicho por una sed, solamen-te sentida en esa noche, neta-mznte illicitana?

Donde quiera haya un Illícíta-no allí habrá seguramente un pedazo dz ,nosotros mismos.

~ ~,Y ~;

:~ t¢--- -..,.

~. _ _ . ~_

Artística fotografía de la Masa Coral de <Ccro Clavé», tomada por

nuestro redactor Ginés Tarí

AMANECER a ellos ofrece las más íntimas satisfacciones, de-seándoles les corresponda en otro año el placer de visitarnos. A los que han venido felicita-mos, deseando que en la breve estancia en su querida tierra se vean colmados de; toda clase de complacencias. Y al pueblo tra-bajador, laborioso, que luchan-do sin cesar, hora tras hora, marcando el camino -por donde la prosperidad de Elche, va abriéndose paso, izándose triun-fador en las olímpicas mansio-nes del progreso, haciendo nuestra ciudad cada vez más bella, siempre joven, siempre risueña, a todos estos forjado-res de pueblos viriles y cultos, a los hijos de esta hermosa po-

blación ofrecemos también zste número que, contagiados nues-tros corazones del entusiasmo popular, hemos querido hacer, en honor a las fiestas, extraor-dinario.

El representa nuestro amor y mejores déseos. Lo que lamen-tamos sinceramente es que, da-do nuestro escaso saber, tan solo resulte un simple balbuceo con relación al grito sonoro de validez que hubiéramos anhela-do y Elche merece. Nosotros, con toda la grandeza que se pueda concebir, sentimos esos felices plazos de tiempo en que los pueblos, dejando a un lado máquinas y herramientas, ara-dos yotras labores, apartándo-se - unos instantes de los som-

bríos despachos, llenos de ilu-sión los pechos de los ciudada-nos, dispónense a animar las calles y plazas con sus alegrías, llenan los cafés, invaden los paseos y todos, satisfechos pa-recen cumplir el deber más sa-grado de toda su vida; celebrar las fiestas del pueblo que ]es víó :nacer.

AMANECER en estas horas en que ]as fàchadas; las calles y hasta los corazones se enga-lanan, aquellas con la escasa materia de tapices y estos con la grandeza de los más férvidos sentimientos, ha querido tam-bién remozarse en honora sus clásicos festejos.

Y así este semanario, humilde paladín de la cultura íllicitana, optimista y sincero saluda a to-dos, deseando a cada uno par-ticularmente encuentre en las fiestas ]os goces más en conso-nancia con sus gustos y afi-ciones.

SOB~ _ ~,R i E ILICITANO

"Coro Clavé'' ELCHE es una cantera inagotable

de motivos espirituales. Románticamente enmarcado por

esos milenarios palmerales, tan en-cantadoramenteevocadores, que son el dosel caprichoso do se alza majes-tuosa la eslátua de su celebridad, «Ili-ce-Augusta» deslumbra por la profu-sidad de una luz propia, producida por esas corrientes populares del arte orfeonista, su «Festa», la sin par «Al-borada» yotras características plenas de emotivismo_y sugestión.

AMAN ECEI~ ~

dAnlre las sociedades que en la ciu-dad de las palmeras rinden culto al ar►e eordl, destaca sin duda alguna .Coro Clevé>o, la asociación decana, con diez y siete años de existencia que son otros tantos cantos al entu-siasmo, a la abnegación y a la fé ar-tística.

Esta entidad, cuyo emblema de «Arfe y Cultura» es el Norte que guía :sus glorificadores pasos, se rige bajo ala más perfecta organización estando =subdividida en distintas s~cclones,—•Orfeón, Música, Literatura, Declama-ción, Enseñanza pública, etc. etcéte-

rra—cada una de las cuales está pre-:sidenciada por un asoclado-

La signiftcaGón de estas socieda-des—eminentemente democráticas—es bien notoria y conveniente sobre todo para la clase obrera que se vé

•así apartada con b mano de un arte digniflcador, de esos lugares fétidos

•de la taberna, el burdel, los tugurios, dan atrofladores, cloacas que ampa-ran en su seno las inmundicias nefas-das de le humanidad.

José Anselmo Clavé, aquel glorio-so catalán, compositor, sociólogo y hombre extraordinario en todo mo-mento, supo, venciendo los mil ago-bios que torturaron su vida, marcar al mundo una ruta luminosa de reden-ción por el arte, y por ella, jubilosa podemos felizmente ahora ver cami- Elche celebra sus fiestas. Ve-nar aesas masas humildes que él nid a él y gozadle en la plenitud

siempre amparó con las bondades de de su belleza, en la plétora de su gran corazón. su vitalidad... En la adorable

Mientras en Elche haya Arfe habrá paganía de un ciclo azul, de un belleza, habrá bondad, por qhe el Ar- sol de oro, de un ambiente luju-te es el látigo que fustiga, haciéndolas

rioso y exaltado. Elche os abre abandonar doloridas, a las insidias, a las maldades que pretenden hallar co- sus brazos para aCOgerOS.

bijo en los humanos. TOdOS los años, cuando llega A «Coro Clavé=, que, repetimos. la época de las tradicionales y

destacó stempre en estos menesteres célebres fiestas de Agosto, se del Arte Orfeonista encomiamos siga

nota eri nuestra Ciudad digo in-su obra altruista, tan generosa y hu- sólito, algo en fin, que estable-ce notable diferencia de lo que vemos con los demás festejos, y que esparce por doquier vigoro-sos destellos de luz y de alegría. Es entonces, pues, cuando esta-lla el afán contenido de gozar la alegre claridad de nuestra vida. Elche se inunda de flores y surge de entre ellas la aristo-cracia de su espíritu, que va en la sonrisa de sus mujeres, en la picardía amable de sus miradas, en los tonos claros de sus pren-das...

De aquí que nuestro pueblo despierte tantísimas y sublimes evocaciones, para todo aquel que buscare la bella emoción en la fuente perenne de la natu-raleza, o en el misterio de las huellas que ha dejado la vida pasada, o en el encanto de lo pintoresco, que reune pródiga y prodigiosamente esos tópicos sentimentales del dulce conten-tamiento del espíritu.

mana. (De •Las Noticias• de Alicante)

ro aua no ~uel~¢... Arbol que desnuda octubre

vuelve mayo a revestir; sol que un crepúsculo encubre en otro vuelve a lucir. Duelo que al alma acongoja un consuelo engendrará;

ilusión que se deshoja nueva ilusión cuajará. Culpa que al pecho envenena puede lavarla el dolor; desamor que causa pena florecerá en otro amor... Juventud que huyes sañuda,

inocencia a quien la duda logra impía deshacer; (solo eterna es vuestra ausencia

pues juventud e Inocencia no vuelven a florecer)

FINA MAR

«La Filarmónica•>, Orquesta de guitarras y bandurrias de «Coro Clavé» (Fotografía de Ezequiel Espinosa)

IIIIININIIIIIINIIIIIININIUIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII;lllllilllllllllllllllllllllllllllllll NIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINIII:IIIIIIIIIIIIIIII:IIIIIIIIIIIIII:IIIIIIII ~IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIUIII

PARA «AMANECEIta

Elche en Fiestas Y es, que en los excelsos do-

nes naturales, de peregrina her-mosura, la Jerusalén de Le-vante, que dá a cúanto toca, aun lo más fútil, un nimbo he-chizado, fuerte aguijador de la curiosidad, ha puesto su gracia inquietante y subyugadora, en-cantando alos que visitan sus frondosos bosques de palmeras con la techumbre movible de sus verdes palmas, que regalan al paisaje illicitano, la suave melancolía de su trazo enigmá-tico.

La ciudad celebra sus fiestas. Venid a ella, que procurará ha-cer fácil y liviana vuestra estan-cia, para que podáis contemplar ]as galas con que ha sido favo-recida por Díos. Venid y admi-rad el sugestivo y grandioso «drama sacro-líricos, maravilla de las joyas musicales, que no tiene rival en el Üníverso.

1Lectores queridos, el que sienta en su alma estos encan-tos del arte, que, para sí, tienen el calor cordial de •ser envane-cedores testimonios de la gran-deza de su patria, que venga a vivirlos con nosotros siendo huésped benéfico de esta bella, caritativa e incomparable ciudad de las jialmerasl

ANDRES BOTELLA

flChe p2dagágí~oPuede ser qnx pm•ezcnn deuursiudo ;~.

veras mis palabras, perglx verdad eayuc Elche es uno de los pnebtos yue urús ha tenido que esperar parr. ver implantadoseu él esas organizaciones nanwdus lasco, Ixa Graduadas y que corla hx ~~i~ro de>. utendidoau problema pedag7~~ir,~. Eatc asunto yue ea de tau chal inrrréx Iw aro. penado ron la misma opusirien que eu. cuenu•an todas las Casas que xupmrru gratos para el presente y óenetlrios que pese x ser muy remuneradores, son para uu porvenir uta lejano que umrhos un los ven y otros no los quieren vrr, ademA~, entra en la manen[ de lrens:rr do uuearro pueblo, nl igual yue en la dr solos los que su nra~-or número de hul~inmrex su❑

trabxjada•es, el netecto de rstinrar anl,l~ mente Ins enaetLulzae que son rmüicnle• rocote prdctieas y sentir mw pr~dundn indiferencia para tocha aquellas yac su n le producen al hombre una uvr}•rn• ukv,l-

cióndesuuivol moral y tabacal, •y d error uo menos grave, de crrrr quo úni-rametlte edurn bien el uuresu•o que robra honornrioa direct+unente del rdnrrmdo, sin tener en tnrnrn que rl umran•u que pei•ribe su sueld„ Jel Estado Im unido que edfrir uox larga preparación poro al cnnzrirel codiciado titulo y yue eatú eo• metido a una escrupulosa inapeceiein de su trabajo, que us garantir de la l:ositivi-dad del miatrro.

Arrasnrordoa por el nfàn de clovarn una ¡;tan altm•n el nivel pedagógico de Elche, pnrecc ser que sc està gesrimrando ht creación de un Instituto local de

Enseñanza, sin haber reparado eu que esto que ernteti[uye un bello ideal es por ahora deulasiudoprrnunm•o, puesto yue estamos poniendo aún loa t•imieutos del primer grupo de Eseuelers Graduadas, de Iae cuales nos corresponde tener arias seis o siete, ndemha de quo en crz de cato, ee m9s m•gento pura nuestro pueblo que ea de Wrn marcado car9rter'indusu•ixl la creación de una Eseuelx de Actea y Oficios (conforme apunmba nn colega lornl) ya que los beneficios que nos pro-porcionaría un Instituto, no podrían ser aprovechados por una gran ntayoria de nueap•oa paisanos dado lo raros que con eatoe estudios y la ptecerio de loe jorna-les que hoy tn día ee disfrutan.

Respecto aloe nuroatros que hemos [c-uido podemos aaegnrnr yue lar habido en-treellos buenos pedagogos y me abaten• dré de citar nombres y [ormulrrr juicios pneaporaersu hrbor muy reciente po-drían interpretmree mis palabras como adulnciún o ataque pw•snnal.

L1~15 CHORRO

El presente número de AMANECEN

consta de doce páginas y se vende al precio de

25 céntimos.

cos r da P saml aúm de b colu telle

oa~adpaooull~l~lt5~trwaop~,gla¡~oraº~¡~ao Aoaº ~, ggaoaº~p~ao~º~Daoaa~ggt~oºogoanoag•p~ao,aA~ >;noa~~ao,a~~oa000$ aopgÍNv~oN~QucoaoQoaooapp000~o a~ ~~CCTT ~~VV ~~DD -h- ñ -~% . -C7- V V V d ~y pgli(~iD°

AMA \ E C E R

R EF~ElOS

~t`; ~~t~il~~lzc~o eon~ ~ k~~' en~ ec~1o~~ _ ~~., Para aquellos que lean los periódi-

cos locales, el nombre de la celebra-

da poetisa de Monóvar, tiene forzo-samente que serles familiar, Ial es el número de veces que, como airones

de belleza, sus rimas pusieron en las columnas de nuestra Prensa, un des-tello refulgente de placen►era luz.

Remedios Picó ha sabido, con la magia azulada de sus versos, con el natural desprendimiento que sus sen-timientos de poeta le dictan, que hace que al igual que Zamacois, el gran escritor, dijo de la palmera, naotr..; alabemos de ella... aes el árbol genr rolo que Iodo lo da y no quiere na-da...», crearse nna aureola de simpa-tía, de prestigio, que la engrandece, haciéndola aparecer figura interesan-te a la que el Amor, el Dolor, la Ilu-sión y la Desgrocia, librarme y aún libran batalla, para envolverla con srrs destellos Rlorificadores...

A ella que siempre ofrendó de fur-nia altruista, para que logrármnos embriagarnos con su perfumado aro-ma, las rosas más preciadas del jar-dín florido de su sensitivo corazón, nosotros,—grandes deseos engarza-

dos en humilde aptitud—tan solo po-demos ofrecerla esta mal hilvanada información, que también le debemos principalmente, al avenirse con su pe-culiar atención y bondad a responder a las preguntas que constituyen la base de nuestra «¡nterviú».

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— ..1 —Diga V. anee lado que es mi or-

gullo mayor sentirme poeta. Sentir-me, por que, como un célebre pensa-dor, opino que «el poeta nace...*, y yo vislumbro las cosas, las compren-do, las «vivo» con un carácter muy íntimo que no logran alterar ni las desgarradoras experiencias con que la Vida me castigó tantas veces... El Amor y el Dolor convirtieron mi alma en místico santuario... Pero un misti-cismo exaltado, quizá un tanto super-humano, que extasía mis sentimien-tos, todos, trocándolos en llama viva, pira sagrada que exhuma perenne-mente las constantes inquietudes de mi espirito...

—L...7 —iAlgo de mi vida...! Naci en Mo-

nóvar, en una hermosa finca no muy distante de la población, donde los pájaros y las flores eran la nota poli-cromada que imponía bellezas en eI galano emmarque geórgico... Así, crecida entre rosas fragantes y parle-ras avecillas, mi espíritu no sé si sur-tió sus sensaciones del natural ento-tivismo o bien únicamente acentuó ese sentimiento (frico que bofia de diafanidades hasta los más reeóndi-tos lugares de mi sensibilidad...

—L...T —Empecé a escribir versos cuando

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REMEDIOS PICÓ

Inspiradísima poetisa, autora de los celebrados libros de

versos "Flores de mi locura" y"El libro de los cien sone-

tos", estimada colaboradora de AMANECER

mumnnuuouminunn.unutnnounnnnnunnninprnnnnuuunnunnunnnnnnnnnnuonnnnum nnnuuuuounnuummuunnnlnununnnouminnmm~mm~mnlnnn

tni vida alboreaba ya la veintena de afics.

—L...7 —Siempre, desde muy pequefiita,

despertó en mí el deseo a aprender. A los tres años lefa lo mismo que ahora. Los primeros pasos de mi aprendizaje escolar los anduve en un colegio de párvulos de la localidad. Mi afición a la lectura (ué desde un principio des-compasada. Sobre todo los libros de versos me subyugaban... Y así, en íntimos soliloquios, que cada día do-minaban más mis pensamientos, in-duciéndolos a remontarse do el genio dorado de las musas levanta su soña-dor trono, empezaron a salir de mi pluma humildísima las primeras es-trofas que vieron la luz en publica-ciones locales.

—L...7

—Desde el primer verso mis cantos fueron así, de Amor y Dolor. jSenli-mientos que sois mi Castalia, mi fuente inspiradora, que siempre seréis reflejo fiel de mi alma...!

—L...7 —Mi afición mayor, después de

ésta de convertir en rimas mi sentir, el teatro. Talfa me sedujo desde jo-vencita yfueron muchas, muchísimas, las veces que actué en funciones be-néficas.

—L.. ? —Existe una época en la que el

Dolor, con despiadados frecuencia clavó sus inconsecuentes garras en mi vida... Aquella en que, prometida para contraer matrimonio, en víspe-ras del enlace, In Parca impasible envolvió con su túnica de luto la exis-tencia del ser amado...

—L...? -LEI efecto? Dos afios luchando

entre la vida y la muerte... Después el suave consuelo de tañer mi profun-do dolor en la armonía mitigadora de mi lira...

—L...'I —No extinguidos aún los ecos de

esta sentidísima desgracia, de nuevo la Muerte ofrece el espectáculo nefas-to de su imponente presencia. Esta vez fué tni padre el elegido...

—L...?

—Después... parece ser que un pa-réntesis de luz vino a despejar un tanto las tenebrosidades de mis des-gracias. Fué cuando, muerto mi pa-

dre, entré de mecanógrafa en casa

del escultor alcoyano Miguel Nevot

Soler. El amor dibujó sus capricho-

sos signos sobre los destinos del

artista y mío, y ase, yo fui la esposa

de Miguel. La Felicidad, aumentada

con el advenimiento de una niña,

~ . , Ico

ihijita de mis entrañas!, seguía son-riéndonos hasta que otra vez el Dolor

hizo su presa en nosotros al volar a

las Alturas la almita de mi pequefia...

Meses después moría, también, mí amantísima madre.

—L...? —A raíz de esta nueva desgracia,

Miguel y yo abandonamos Monóvar para trasladarnos a Madrid donde mi

esposo había de exponer retratos gra-bados... Y de nuevo la Implacable corló con el acero afilado de su insa-ciable espada los bellos propósitos... Miguel murió en Junio del año 1926, condenándome, desde entonces, a ser lirio que morara solitario en ese valle tan afectivo de la familia...

—L...7 —Publicados tengo dos libros de

versos: «Flores de mi locura» y «Li-bro de los cien sonetos».

—L...7 —Si, me ha cabido la suerte de que

mis poesías se premiasen en distintos certámenes florales de toda España. Últimamente en Elche la Juventud Socialista premió un «Canto al tra-bajo» que envié con motivo de las bodas de plata de didta agrupación.

—L...T —De los contemporáneos leo con

marcado placer a Marquina, Macha-do,Juan Ramón Jiménez, Valero Mar-tín, yalgún otro. Los antiguos, esos

sí me encantan de veras; Rubén, Garcilaso, Zorrillo, Gabriel y Galán, Campoamor, Núfiez de Arce....

—L...T —LUna anécdota? Sentimental ha

de ser, como todo lo que pasó por el

crisol doloroso de mi existencia. Mi

primer novio, aquel que murió en vís-

pera del matrimonial enlace, tenia ce-

los por que yo decía que mi corazón

era tan grande que no podía llenarse

con un amor solo. El disgusto subió

de punto cuando en uno de mis ver-

sos, que le dediqué, le llamé necio.

No obstante estas nubecillas él

seguía amándome como novia; yo

queriéndole como a hermano. Y des-

pués, cuando ya muerto, no cesaba

de cantar al amado, un poeta amigo

me dijo... «él ha tenido que morirse

para que tú lo quisieras»... t9®

pasó algún tiempo desde que cele-

bramos esta charla con la poetisa de

Monóvar y no obstante aún persiste

en nuestro ánimo esa impresión de

acariciadora melancolía, estela senti-

mental del vibrante relato de su amar-

gada vida... AI recordar a Remedios Picó nues-

tra sensibilidad reproduce el mágico

recital del poema apreciado de una

amistad sincera.,. {Como saben sen-

tirla los poetas...!

vo0gi~ilia"° aCpvaGvoao o¢o~oDoaop~Í~~~ps

- ._..._.~._ ..._ .. A M"A N~E C E R

R E L O 1 DEL VERANEO __ -- - - de sn crepúsculo... Animación en el muelle. Vaporosidades en los vesti-

~ ~ ~ ~

dos de «ellas». Tonos claros en los equipos masculinos. Parejas de ana-~ S 1

~ ~ morados que modulan sus acentos

.~

amorosos ante el discreto testigo del mar..,

reloj caprichoso en el que ca- sencillo, el Paraje llano, tímido, calla- Las cuyas cabezas semejan diminutas La cena, con las mismas atrayen-

...un

da hore es una nota emotivo dz Bujes- do, se vé suplantado por un pasaje constelaciones en un cielo nuevo.:. tes caractertsticas en las barracas y la hora de la diversión, sobre todo

tidn, de gozo, y el compendio de animado, algarero, bullicioso, des- AperHivós en el Casino, •en el 6a1- Dara la juventud; veleidoso placer de

todas rapsodia maravillosa inspirada enfrenado, que acoge• a un público ueario; y'ta comida que adquiere ciar- la danza en los bailes del Balneario, en el inquietante rumor de «Mate heterogéneo,,apadrinade por el sentí- ,; Lamente relieve típico en tás barFa-

en las .verbenas del Casino, ameni-Nostrum», los claros de Iwra, qúe do del mayor regocijo... ~ sas... Baju 'los recios toldos que zada ésta última por una orquestina

prestan su lenitiba sombra á los Tren- de música exótica, el único signó --~ ---------~ tes de las leves construcciones, en truculento en el vivir Iradicionalmenle

torno a bien surtirlas mesa3, se con- apacible de Santapola. -

y gregan sus felices moradores... y la

plata de una. risa deja oír su argenta-

• La «hora del ensueño», cuando en ¢I montón infinito de lo

I •`+ "' ~ do tono, se oye el ruido de los cu- pasado quedó

sepultada la -•hora de las tres. tln .•~

~.

~ biertos al batir el condimento de los Daseo por la, len ua de arena g que ' platos, animadas conversaciones y forma el espacio entre el már y las

,~ ~:~ otras mil tonadas, concentradas en barracas, a esa hora .tan Acalladas,

y ~-~ ~ -

~~~

un rumor que se prolonga a lo largo tan dormidas .. — - - -- de las barracas desgranándose en yi- La estética contemplación de las

...a lo largo de la playa las «barracas>- imponen el tales acentos... estrellas que tachonan el cielo... Y

clasicismo de su ligera figura... incontinenti la hora de la displi- una interrogación . íntima del alma L' concia... Ahítos los estóma os. en-g y que quisiw,a poseer el divino don de

diluye su plata en las aguas y el azul Y así, favorecido por ta cuerda dé vueltos los cerebros por los vapores 'descifrar lo indescifrable; el misterio siempre límpido de este cielo privile- la época, el reloj deÍ veraneó va seña- de la digestión, los cuerpos gustan ïnfinito de la naturaleza; del mar y de

giado que. por las noches viste de laudo, policromámente, sus horas del. reposo, rendidos cómodamente en los astros...

gala con el bordado primoroso de sus inolvidables:.. las hamacas, frente al mar, de donde Y la hora del dolor...; el gran des-estrellas... La saludable del «despertar»..: en` proviene una brisa que, dominando consuelo del retorno; el abanduna-

Santepola es un guión de la vida que a la sófiàdora musiquilla de ~'làs . en algo el calor asfixiante de esa ho- miento de tantas delicias... La prosa illicitana. Paréntesis placentero abier- del tiempo dgs¡ruyendo el inefable fo con los asteriscgs de una tradicióít,' _ poema de la feliz circunstancia... lógica consecuencia de ese sentí-

y

Por último «la hora de la nostal-miento ingé4uo que, ïelizmente, par- ~ gia», de las añoranzas; de la espe-pitó siempt•e en la sub-conciencia ranza tambren de volver otro año. a del pueblo levantino, alumbrado par ~ .r ~ vivir la dreha veraniega. Así, esta una luminaria .de amor y fé que. au —~ ~ ~ hora, es puente de ylata que cuna reola, prestáncJolas atentas. de.divr ,~ ~ ~; ~ ~ sus sensaciones con las de la «ale-nidad, su vibrante:psicologia... ~

í; ~ gris». A úella otra hora q que, Por ley

Rincón encantador del mismo Me- natural, han dè volver a rparcar, feliz-diterráneo pue auge, .con singular mente, los minuteros del mágico orgullo, eq Au seno, la Valencia d'el reluj••-

arte y de las flores; el• Alicante del «La hora del aparitiro» en los bañes de La Sirena "C- ~HnNuter. oe t-a M.operra Sol y las palmeras... Agosto, 1959.

Santapola, en el resto del afio, incansables olas se agregan. esos ra, saluda oportunamente con su- há- ' 9arece significar, con su vida monó- ruidos característicos del ajetreo, Are- tito acariciador... lona, apagada, un pretexto para estos parAlivos en las,barracàs. 'En el mar La hora del paseo, cuando la tarde - G meses estivales; su época de oro... reposado el Sol naciente ha impreso, declina y Febo, como arrepentido

~

~~ >

` ~~ Enel menee Julio eseadormecimien- con suave caricia, el sello enrojecí- por el castigo dé fuego que hizo obje- .9 --=h,~ to del alabado pueblecito empieza a do de su luz...; lós picachos de las to a la .Tierra, Iraspone,el Ocaso, re-ser desterrado .por albores magnífi- mot~,tafias que circundan a Santapola galándonos con la estela multico]or tos... Es cuando llenando los ámbi- también se ven bafiados'por el mismo . tos, todos, de la dicha, suena con tono sanguíneo... y confundiéndose -.,__ _,.--_, _. __.__.~ '

-_ cristalino acento lá primera hora del, con el horizonte las velas de algunas t~~~; ~` reloj veraniego... Y es esta «la llora embarcaciones recitan al Oceano y de la alegría». Afluyen a Santapola Cielo misteriosos,'i1 bello poema de ~'~ tos veraneantes,puéblanse los chalets, su albura... ;• por las carreteras menudea el paso «~a hora confortable deÍ ejercí- de carruajes y .frente al mar inmenso, cío»...; el placer, en los amantes del *. ~. ,, ~y} f̀t - - •" ,ty~ a lo largo de la playa, las barracas deporte,—mena sana in torpor¢ sa-

;d'' ! ,

imponen el clasicismo de su ligera no—de tonificar sus músculos con los I figura... acompasados movimientos del re- ~~

Llegan, como símbolos apoteósi- mar... tos, los celebrados días de San Jai- La del bafio, después de traspuesto La comida adquiere, en las barracas, cierto :elieve típico... me y Santa Ana, y entonces el lugar el medio día... Alegría en los bañis- (Fotografías de J. Pujol)

AMANECE R

en el +eati-los

ena-ntos

del

t'ARA «~MANECERn

NOTÁS -~TERA~TIEG~~S A mi retiro de Torrente, pintoresco

y alegre pueblo de la provincia de Valencia, llega un cariñosísimo salu-do de rni buen amigo. el director de este periódico y me pide unas cuartl-Ilas, y al complacerle, es la primera promesa yue dejo inqumpljda al ini-ciarse n,i veraneo: ICo tomar la pluma para escribir absolutamente nada. Tanto es ast que me veo obligado a haeerlu al reverso de unos mensuales de almanaque de pared, que tengo•que arrancar para pruporcbnarme ; malaria priora, pues de momento no tenia papel.

frie mi perjurio sirva parq.enviar desde las culwnnas de AMANECER mi ca'udo a cuantos desgraciados veraneantes hay en el mundo, que más que plácemes han menester con-miseración.

Todos creen en la buena vida que se dan los que salimos de la ciudad y yo creo que se equivocan, pues hedía excepción de pónerae ~el traje de sal-' veje, como yo llamo a mi buen vesti-do de lela de saco de arroz. que aparenta de puro hilo, calzado en alpeigatas a pie desnudo, etc. etcé-tera, hecha excepción, digo, de este pode`del n~ís distinguido salvajismo, no tiene nada que envidiar la vida dil veraneaNe.

Vamos a cuentós: ' Por. Ió que' a nii concierne, he de

confestlros; amables lectores,' que yo roe propor.(o, después de una vida escolar de nueve meses, a rezón de cinco horas de clase diarias y des-pués de haber fórmado parte de un tribunal pobej que pásarod {{jt:b00111 alumnos, con bagajes mentales dife-rentes, me proponía, y lo deseaba eón vs;hemencia, un aislamiento absoluto, y a este tia, tomé en alquiler una ca-sita en una calle• aislada, latos del corazón del pueblo, después de ha-berme informadp de la «bondad» de mis vecinos.

Si, sí... son buenos mis vecinos, pero Juérguislas hasta la médula, que no dejen pasar noche sin verbena con balÍes que se prolongan hasta las dos de la madrugada la mayor parte de Ici's días. Y yo que soy un hombre que se acuesta a' las diez, temo que el morbo de la diversión nocturna me prenda y adra por tierra todas mLs ansias de descanso.

Y no es esto lo grave... Yo que profeso desde que tengo

uso de .tazón un odio sistemático a roda «música en conserva» (man~-hrips, pianolas, gramófonos) me vt amenizados amenazado desde mi en-trada en esta jacarandosa calle por la ganguàa desarmonía de ocho máqui-nas parlantes y amolantes, de todas categorías, con bocina, vulgo embu-do, ysin elle.

Pared por medio, vive- un sefior bajo de iglesia ¡Ihorrorll que tiene uno de los antiguos con una desco-munal trompeta, y una maravillosa

j colección de discos religiosos, entre ellos más de veinte rtiisereres como para ponerle auno el affma en un hilo. Hace .una semana ha'recibido toda una misa en «re» y la coloca tres ve-ces al dia. A ,este sabor no le gusta el baile, pero se reclpye en casa, y vr~nga a darle de manilla. Yo, con los trervioo de punta y obligado a todas horas a huir de mi casa aunque haga poniente.

Más allá, unas casas, má-s allá, pe-ro no tan lejos para que no se oigan, hay otros tres en linea recta, gramó-fonos de maleta, de esós que se pue-den trasladar fácilmente y con mayor comodidad «chindtar»' al prójimo. Estos van en eompetençia. Si el due-ño de uno de el►os compra wt tango nuevq, los otrós .dos lo adquieren también, y así todas las adquisiciones se triplican. Cada cual pretende que su aparato es el mejor y cuando roe- da uno de ellos con el Bogero o el Cornouu! o Un frope2nn, pongo por tangos y lánguidas canciones, sus hermanos en gangosidad a cantar lo mismo, y se arma una de popu[o bár- boro de que no hay ejemplo.

Los otros cuatro son modestos chismes pequefiitos que no se atreven a lucir sus habilidades más que de podre, en el centro de la, • calle, sobre sillas, Dara serv(r las necesidades de Terpsfcore; pero como uno 'de mis vecinas es «radioescucha» y a pesar de su «ueutrodivo» casero tiene la desgra. la de no captar nada rnás que atmosféricos, entre el cacareo de los gramófonos, el coro veraniego de las jovencitas casaderas que epotán-dose mútuamente corean a Ironía y Fugasot, y los silbidos estrideirres del alta-voz del«radio—no—escucha» me ponen el sueño a la funerala.

Aún hay más. Un sefior, que al pobre, sin duda,

le apena mi aparente misaniropia y mi real alejamiento de la bulla noc-turna, atalaya la terminación de mi cena y aprovecha el momento de mi salida a la calle para tomar el fresco, da dos o tres paseos por mi acera y por fin se detiene, pregunta algo como excusa y acaba por sen-tarse sin que nadie le diga nada, y me habla de cien temas sin transcen-dencia ni hilación, para Irtego, casi sin despedirse, iniciar la retirada, a punto yo de descabezar rrn sueño al ritmo de su voz monótona, casi sin pausas.

Es tan constante su asedio que allá donde voy me lo encuentro y le he tomado un pánico horrible y terno llegar un día a abofetearle sin expli-caciones, como heróico remedio a s:ts asiduidades.

De otras molestias de hormigas que invaden la despensa; de mosqui-tos fabricados a prueba de fumiga-ciones ypolvos y Itquidos; de mos-cas que se lanzan en salto mortal sobre el plato desde el flexible de la

PAISAJES DE ELCHE

Puen:e sobre el Vinalapó construido por «Riegos de Levante» para ta conducción de sus aguas.--3e[lísima id_cgraf`a obte-

nida prr nuestro buen amigo Antonio Castaño

lámpara eléctrica, agitada por el vien-to... de nada de esto quiero habla-ron.

Pero ya ha empezado mi venganza: He logrado poner .frente a frente al cantor de iglesia con mi «enemigo» y éste, como es aficionado a la música ligera de tangos y canto «hondo» y el «capellusirante» balo la aborrece, creo que han de pasara «bofetás».

El cantor ya le ha colocado un «minarete» a mi perseguidor y éste roe ha didto que le ha de hacer tragar a Spaventa. y. a Garlitos Gardel. Na-da, .ochenta discos dobles. Yo hé puesto en orden mi botiquín y he avi-sado al sereno, por si acaso, pues el encuentro, de sobrevenir, tendrá lu-gar por la noche.

Además he encargado un gramó-

fono más grande que fodos con una bocina de iin metro de diámetro para epatar a mis vecinos. Yo lo sacaré a la puerta, sobre la acera, lo haré ro-dar yjuntamente con cincuenta peri-cos yloros enjaulados y colgados a lo largo de la fachada que griten a un tiempo, voy a ver si logre hacer ca-Ilar, avergoniados, a cuantos apara-tos y aparatitos campan a sus anchas en este escandaloso barrio.

Yo sé que pasaré sin dormir una noche... Pero...

Sólo tengo miedo a una cosa: `Que les haga aún gracia la broma

y tenga imitadores. Entonces, emigro, emigro.

F. PUIG ESPERT

Torrente (Valencia) Julio 1989.

~~~CHE---...Estarnos,en el mil

novecientos veinte y nueve; aunque viejo, cada dia már bello rejuveneces... Son hoy más dignos tus hombres, son más bellas tus mujeres, son más bonitas tus calles, tus fiestas más atrayemes. Quisiera el poeta cantarte en versos como mereces; pero sólo se limita —ya que otra cosa no puede —ante tu ruma grandeza, a rendirse reverente .. Luce en tu olímpica FESTA la diadema que posees, ese diadema de gloria con que coronas tus sienes... Muéstrate a los forasteros tan hóspito como siempre; cGlmalos, como tu cabes, de encantes y parabienes, ya que fuisles el primero para prodigar mercedes. Que contemplen tú ALBORADA, que el SACRO DRAMA contemplen; que gocen en tu regazo,

que ccutempten tus mujeres, eras preciosas huríes fugadas de los harenes, y que tu grato recuerdo ett el corazón se lleven... Elche. Estamos en el mil novecientos veinte y nueve... Tú eras viejo; yo era niño... y soy viejo, y joven eres... ¡Dios mfol (Cuántos ensueños desvanecidos por siempre! (iOh, Cronos! ¡Oh, brujo mago, que el tiempo en tu poder tienes, y levantas y aniquilas, y derrumbas y engrandeces!...) Elche, vístete de fiesta, ostenta tus gracias, Elche. Que volteen las campanas con alegría, estridentes, que el poeta a sus tañidos, ante tu suelo rindiéndose, dará rienda suelta al llanto... por aquellos pobres seres que eran toda nuestra vide ly se fueron para siempre!

JOSE PERAL VICENTE

S,a«~~uQv~Do~p~v~pDooQ~ap~DuuQ~~~DnoQ~p~Do]Qpvp~Loo4gp~DD 1Q,v_p_t~Doop$

A M A N E C E R

L1 i 1•ect~e~do al e~plorador de l~s ruinds de I11ici

D. Aur~~ian® Ibar.~~ T 11la~~or~i ~ aLa antigua Illlci, población impor-

fantísima que d1ó su nombre al puerto que tenía donde hoy se halla Santa Polo y hasta el seno que se Ilamb llli-cllano, corresponde a nuestra moder-na Eldte.

La Villa, hoy ciudad de Elche, es uno de esos pueblos cu)•o origen se remonta a les primeras épocas histó-riees, y su mismo nombre primitivo I/llcl, conserva auténtico comproban-te de la ancianidad a que remonta su existencia, que han dado lugar a eru-ditas disertaciones y a concienzudas y profundas discusiones la situación verdadera del primitivo pueblo, cuyos restos destrozados se encuentran a media hora hacia el medio día de la moderna ciudad. Y (legó a tanto su importaocta en lo antiguo, que no so-lo impuso su nombre al puerto en la margen del Mediterráneo, sino tam-bién al seno que se llamó Illicilano.

Si el espacio a que debemos cefiir-nos no lo impidiera, si el asunto con-

~

creso que va a ocuparnos no lo veda-ra, entraríamos a dar cuenta de esos trabajos literarios, para aducir nues-tras observaciones propias, demos-trando de una manera incontestable que Illici es Elche, con la ayuda de monumentos antiguos, Con el testi-monio de autores clásicos, con la autoridad de modernos escritores de valla con todo género de pruebas que apetecer pudiera el crítico escrupulo-so de nuestros liernpos.

El solar de la antigua Illici, nos suministra en sus inmediaciones, tes-timonios por más de un concepto apreciables. Multitud de hachas de piedra y fragmentos de barro en que se hallan esculpidas marcas com-puestas, de caracteres primitivos,evi-dencian lo antiguo de la población. ¡l.►nicos testimonios por desgracia de aquellas primitivas gentes!

Los romanos que repoblaron o en-grandecieron nuestro pueblo hacién-dole Colonia, concediéndole el dere-

4r

cho ltálice, dándole los honrosos ifiu-los de Julra Augusta e Inmune, con la facultad de batir moneda de las que han llegado a nuestros días infinitas variedades, nós legaron más vesti-gios de su existencia en sus viviendas destruidas, en sus lápidas venera-bles, en sus utensilios carcomidos, en sus estatuas mutiladas, e infinidad de restos, obra de aquella civilización maestra de la nuestra, de aquellas ge-neraciones que nos precedieron en la senda de la vida.

Nosotros hemos removido con afán respetuoso la inmensa huesa donde reposan los seres y las obras de aquellos tiempos, el solar del pri-mitivo pueblo, y siempre testimonios irrecusables, monumentos de impor-tancia suma arqueológicamente consi-derados, han venido a patentizar más y más los tesoros que la tierra guar-da, convidando al trabajo y al estu-dio, noble tarea del hombre.

l,ln crecido número de medallas,

c,AI,AT f , ~ _. _~ _ , ~ ~ _ __ . __ ~_ - _ - ,,,a..

MOI~A2C0 DE 2~A GA2~ATEA

obras de alfarerfa sagttntina, estátuas de bronce y de mármol, sortijas y piedras grabadas, ornamentos arqui-teétónicos, mosaicos bellísimos y en gran número, han sido el fruto de nuestras investigaciones, póniendo así de manifiesto la opulencia y la grandeza de aquel pueblo.

Deseosos de,determinar en cierto modo el área a que se estend(an las ruinas, en 1860 emprendíamos exca-vaciones a la distancia de un kilórne-tro hacia el Sur de la Alcudra, que es así como se llama el punto más èle-vado de las ruinas, y tentamos la suerte en encontrar los restos de unos bafios romanos (1).

En el año siguiente, una afortuna-da casualidad, concurría a prestarnos ayuda por el lado occidental de las ruinas, propiedad de D. José M.° Pa-rreño, sitio llamado Algorós; desde los árabes, y donde se descubrieron

(1) Monumento dittiotr de lao Thermas.

AMA \ E C F R

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átuea ias y rqu(- Y en > de ~ndo Y la

~rto Ias :a-

al practicar labores agrícolas, vetus-tos paredones, yue explorados por nosotros, al breve tiempo de seguir los Trabajos nos ponían ¢n camino de descubrir un bellísimo mosaico que representa a Gelatea, y el cual ha sido publicado, gracias al celo de la Comisión de Monumentos Arquitec-tónicos, e ilustrado con une mono-grafía tan sabiamente escrito como todo lo que sale de la pluma del eminente escritor D. José Amador de los Rlos. AI siguiente afio 1864, pro-segufomos las excavaciones en el huerto de Diego Martínez y también, la riqueza y la imporleneia de los hallazgos superaba nuestras esperan-zas.

Practicamos las excavaciones co-mo hemos didro, al Occidente de le .4lcuJiº, a 1280 metros de distancia, y separados de Elche poco más de media hora en dirección al Sur. En-tre la .4lcudiº o sea el punto eleva•• do de las ruinas de /lUci, y el sirio que nos encontrábamos, se extendía el cause del rto .eco o rambla, cuyas avenidas desembocan en el próximo mar que ae distingue desde las ruinas, y no muy apartado del sitio donde en to antiguo se levahtaba el puerto /tli-citiar:o. En aquel sitio, pues, som-breado pé~ el rico olivo, la árabe palmera y el púnico granado, encon-tramos el filón más rico de monumen-tos antiguo, que Jamás habíamos hallado en la serle de nuestros traba-jos. Diez ricos pavimentos de mosai-co, infinito número de tasaras de diversos mármoles, labradas con su-mo eepricho yarte, pera formar diver-sos labores; trozos de menudos y delicados mosaicos transportables, sentados sobre cojas de tierra cocida; capiteles de pilastras de mármol, fri-sos ytrozos de rica ornamentación de diversos mármoles; infinidad de variadas labores de estuco en las que evidentes sefiales de pintura policro-ma demostraban los .recursos del arte antiguo, para dar mayor efecto a los detalles hermanando el color y la forma; una bellísima estátue de Mercurio, por desgracia mutilada, y dos estátuas de mármol blanco en un buen estado de conservación y que acampanamos a estos apuntes, fue-ron el premio de aquellos trabajos practicados bajo un sol canicular en lo más fuerte del verano, emprendi-dos por el amor al arte, y la honra del pueblo en que vivimos.

Como se vé por el dibujo que acompañamos, la estátua mayor es un hermoso trino entregado al más tranquilo sueno, tendido blandamente sobre la piel de un león, descansando la eahzza sobre una maza. La mano derrcha del niAo, mutilada, por el tiempo, se apoyaba sobre el extremo de une Fºx o entorcha, y la izquierda puesta debajo de la sien, sostiene lo cabeza. De sus espaldas nacen dos alas como las de los Génios o el Amor.

Ei modelado de esta flgura es bellí-simo; la distribución de los rizos que coronan su cabezo, elegante y gra-ciosa, y el estilo y manera como está acabada, lo propio que la blancura y brillantez del mármol, son dlgoos de mención.

PAISAJES DE ELCHE

Bellísima y pintoresca fotografía del Pantano, de-mostración fehaciente de la gran variedad de paisa-

jes de nuestro término municipal. (Foto. Ginés Tarí)

La otra figura que copiamos, no parece sino que sea una copia de la anterior. La posición de la figura, es la misma. Le piel de león, le sirve también de lecho, y la misma maza aparece entre los accesorios, si bien, en vez de estar debajo de la cabeza dei trino, reemplaza la antorcha que el otro tenia en la mano. Hay un car-ca) saos espaldas sobre la piel del león, yen la parle inferior un arco. Tanto una como otra eslátua, llenen a sus pies un dragón, simbolo del ailencto.

LA quién representan estas dos be-llas estátuas?

Si miramos al carcaj y el arec que descansan al lado de la figura, le in-fantil edad de ésta, la redondez de sus formas, les alas que neceo de sus espaldas, dirfemos que representan a Cupido o el amor. Si fijamos nuestra consideración en la piel del león so-bre que descansan ambas, y la maza que las dos como accesorio tienen, nos indicarían representar a Hércules.

LPodrfa ser une piel de pantera en vez de león laque sirve de lecho a las eslatuas'1 La flgura del niAo en am-bas esculturas cubre completamente la parte de las melenas que habría de Tener lo piel para clasiflcerla como de león, y de spot la imposibilidad de aclarar esta pegtiena duda. Si fuere una piel de pantera, animal dedicado a Baco, habriamos de estudiar si el autor de estas obras habla pretendido aludir en algo a este Dios, pero para nosotros, la presencia de la maza en las dos estatuas, nos indica con cla-

ridad que es a Hércules a quien se alude y que la piel ea de león sin duda. Pero antes que a Hércules, cree-

mos más preferentemente se alude a el amor en ellas. La edad de los ni-nos, le rizada cabellera, la morbidez de las formas, no son las más pro-pias para representara Hércules. Si nos fijamos en el carcaj y el orco que tan certeramente manejaba Cupido; en las alas que simbolizan la rapidez de la pasión; y la antorcha cuya lla-ma demuestra el fuego que más exal-ta la vida... SI lo unimos todo a aquellas formas afeminadas de ambas estatuas: a aquellos rizos tan gracio-samente repartidos por la (rente y la-dos de la cabeza, al arco, al carcaj, habremos de convenir en que todo esto es m$s del caso para represen-tar aCupido que no a Hércules, aun-que ae le hubiese querido mostrar en su infancia. Todo a nuestro ver, es más propio del amor que del héroe de la fuerza.

Se dirá con fundamento, Lqué ob-jeto tiene pues en este caso la piel del león y la maza, atributos tan esencia-les de Hércules?

Nosotros nos damos una explica-ción sencilla del objeto porque entran en la composición de ambas obras. No parece sino que el artista ha que-rido demostrar el poderlo de Cupido sobre Hércules, o lo que es lo mismo: el predominio del amor, llama dei espíritu,sobre la fuerza, manifestación de la materia.

El niño sobre la misma piel del

león; la maza sirviendo para que repose su cabeza; en la otra flgura la mano sobre la maza, que ae halla tendida, todo parece indicar que

aquel nitro reposa tranquilo sobre la fuerza vencida.

Por otra parte, aquella antorcha puesta hacia abajo en actitud de que se apaga; aquel arco abandonado de la mano, y el carcaj, en el cual no testºrt jlrehºs, como si el amor hu-biera agotado todas sus armas en la lucha, parecen concurrir a demostrar lo que Indicamos.

Tal vez se haya querido Indicar y esto se armoniza aún más perfecta-mente con el sueno de las figuras, que la saciedad dei deleite postra las fuerzas y rinde el vigor cayendo en brazos de Morfeo.

Todas estas consideraciones nos inducen a creer, que ambas estátuas representan al Amor vencedor de Hércules. El reptil puesto a los pies de las figuras simbolizando el silen-cio, parece indicar no se turbe el sue-Ao del que se halla en brazos del descanso. No perdamos de viste que en muchas antiguas piedras graba-das conduce Hércules al Amor ¢obre sus espaldas, y parece sucumbir bajo su peso, lo cual indica la oírtud ven-cida por la uolºptuosídad. LPodrfen

nuestras estátuas simbolizar lo que dejamos dicho?

¡Cuántos monumentos como éstos y de más precio ocultará la tierra en sus entrenas! ICu$ntos modelos para el arte, cuántos interesantes secretos

para la Historia de la Arqueología podrá elesorar el solar de la antigua iLLICII

Hoy todo ha caldo en el olvido. E{ labrador cruza indiferente la reja en todos sentidos, sin toldarse de lassa-gradas cenizas que remueve, y e! frondoso olivo y la esbelto y gallarda palmera se levantan a prestar sombra al sepulcro de un gran pueblo, y en-tretejen sus ramas como si con sus hojas simbólicas quisieran tejer una corona de gloria sobre la olvidada Ciudad, sobre la antigua Illicl, cuna de nuestro Elche.—Aureliano Ibarra..

No, en manera alguna, hermano del alma. Nacido en tu propio solar, edu-cado en tu misma escuela y dedicado por tus enseñanzas, a ser tu eontinua-dor, aún cuando imperfectamente,. en la exploración de estas ruinas me

complazco en sumo gradoendedicarte este gratísimo recuerdo orlado con los nombres de las Thermas de Olici, la Besflica, el Busto tan famoso y tantas otras páginas que demuestran que tu semilla no en vano fué sembreda_El-che haadquirido ante el mundo inteli-gente, una fama, un renombre y un santo respeto sus pceciadas ruinas,en

gran parte debidos al continuado es-fuerzo de lu hermano y discípulo, que todo lo ha sacriftcado por enaltecer y glorificar el augusto nombre de nues-tro amado Elche.

PEDRO !BARRA Archivero q crooiata de ta eiodad

Agosto de 1929.

~~~~, a,~o~ °o~

A MANECE.P,~

DIVAGACIONES Dudar, he ahí el principio de la sa-

biduría. Dudar, significa pensar. Pen-

sar es la manifestación más delicada

del ser humano. Cuando la duda en-

ciende las luces de nuestro pensa-

miento, entramos dentro de los mar-

cos de la conciencia. Cuando dudáis,

as aproximáis al estudio y, este os

hace ser individuos. Cuando estu-

diáia, vuestra imaginación va descu-

briendo pequefias verdades que si las

analizáis; muchas de ellas vuelan, ba-

rridas como ligeras plumas que se

interpusieron en el camino de la gran

.incógnita. Lo más difícil es pensar por sí pro

•pio.No figurar etc la corriente anodina

•que sigue la mansa multitud. Ser

•consciente, separarse del cauce por

•donde se desliza lentamente la huma-

nidad, dejar que vuestro cerebro vue-

le libre sin las trabas que la resina os

impone; he ahí eI gran paso. Murhos

son los que arreglan la sociedad, los

que os hablan de libertad, pero a po-

co que rasguéis la piel que envuelve

su dogma, descubrís la intolerancia.

Se os permitirá ser libre dentro de

las cadenas de sus prejuicios, lo que

no os permitirán los sofistas, es que

seáis sinceros. La sinceridad no está

permitida a los pequefios, la sinceri-

dad, solo se la permiten los Leviata-

neadel genio, los demás, educados

en la escuela de la hipocresía, segui-

mos sus métodos, muchos se ense-

ñorean con haberla aprendido a la

perfección, la manejan tan hábilmen-

te, que a fuerza de arrastrarse, logran

ascender a la cumbre de sus malsa-

nas aspiraciones. Pero en esa cima

no se halla jamás la felicidad. El pla-

cer fué el premio que la vida puso

siempre para el goce de los fuertes, y estos se yerguen, no se arrastran.

Sócrates, Jesús, Servet, Bruno, Fe-

rrer, murieron inmolados por la info-

]erancia. El fanatismo los sacrificó a

su demencia, pero sucumbieron tran-

quilos. Su mente no se vió nublada ni

en los últimos instantes de su reful-

gencia, por la obscuridad de la vaci-

iacíón. El que mira al luminoso hori-

zonte donde se imagina hallar la ver-

dad no vacila, sigue adelante. En-

cuentra obstáculos, abismos profun-

dosque le interrumpen la mardta, pe-

ro su fé los salva. Tropiezan y se le-

vantan. Su luz ilumina las poslerida-

dea, laboraron no para ellos, sino pa-

ra los demás; cuanto más Yo se es,

más humano se vuelve, ser sinceros,

exponeros cual sois, y daréis lo que

valéis a la colectividad. Pero la lira-.

oía no consentirá que no respetéis

sus leyes absurdas, sus obscuros

dogmas, sus inconscientes Prejuicios:

Una religión y una ciencia oficial con-

trarias acodas !as leyes de la Naur

raleza balarán de imponeros sus pe-

sados grilletes. Se os consentirá seáis

mànso cordero, abyecta sabandija,

inmundo sapo que se revuelque en la

pestilencia de la charca social; lo que

Ito os consiente la ignorancia es que

penséis por cuenta propia, que poseí-

dos de la claridad que prestan las an-

torchas de la verdad, sacudáis vues-

tras impurezas, elevàndóos por enci-

ma de lo estatuido.

La gente, el montón, esa masa in-

forme que se apasiona ante un balón,

que vocifera en tln redondel o que

sumisa se posterga ante una reliquia,

ahogará los esfuerzos del genio tran-

sitoriamente, el genio no es compren-

sible al momento, para comprender,

es menester razonar, y para esto es

menester tiempo. El hipócrita, es

oportuno, éste egoísta, no se perte-

nece, no tiene ni un átomo que sea

suyo. Déspota con el débil, rastrero

con el poderoso, se abre paso en me-

dio de la concupiscencia presente

para el logro de sus ambiciones, in-

crédulo siempre, digno jamás, encien-

de una vela a Cristo y otra al diablo, especula con su conciencia, su afán, llegar y llegar, (lega agotadas las Fa-

cultades morales, endurecido el cora-zón, sin sentimientos de humanidad, sin sentir la gratitud ni la compasión, y cuando llega la hora suprema de rendir las cuentas de su existencia, no se rinden con la tranquilidad con que las rindieron los apóstoles de la verdad. La tranquilidad de la con-ciencia y la bondad del corazón, esto no se compra ni con dinero ni con bajezas. Para lograr este tesoro hay

que elevarse, superarse siempre, em-plear el tiempo suficiente en depurar vuestra persona, que no lo tengais para ocuparos de rebajar la persona-lidad de vuestros semejantes. Apren-ded ahacer respetar vuestro Yoyos ensefiaréis a ser respetuosos con los demás.

JOAQUIN LOZANO

Elche, Agostó 1949.

~~~

La tradicional alborada tiene su culminación en ea':a preciosísimo instante en que la luminosidad de su pic:ó,-ica palmera baña con policromados reflejos

nuastro amado Illica...

(Fotogra;ía de Ezequiel Esp'.nosa)

NIININIIUNIIIUIIIIINWIi111111111111111111111111111111111111111111111111111111111C1111IJIUIIII11111111111111111U1111111111111111111N1111111N11111'IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII IIIIIIII ;IIIIIIIIIIIIIINIIIIIINIIIII

Elche Societaria Podemos deril• sin temor a pecar de

exagerados que en este aspecto, nuestl•n ciudad ocupo un preeminente puesto. Rasta hacer aunque solo sea mentalmen-te un ligero exémen de las innhmeras eo-ciedaaes de toda los matices., que en Elche existen, paro de él deducir el in-menso espíritu sncietario de eua habitan-tes. Penemos soeiedadea de Agricultores que dentro de sus caracteriaticas, son honra del gnm predio campesino de Tlli-ce; tenemos soeiedadea rultnralea artíetí- cae, que de su labor, ao este rincón, ni esta región, Bino I~patln entera puede dar té; tenemos soeiedadea deportivas que cual Tito de Pichón con sus grandes tiradas y Elche F, C. coa sus triunfos regionales y afric•attae, pusieron en buen lugar, eo este sentido, el nombre de El-che; tenemos sociedades, de aspecto sola-mente recreativo, cual Nuevo Club y Ca-sino donde se reune, digámoalò así, In eriatócracin Illicitana. Tenemos In bene-mérita Craz Rojx glic unos emmtos capí-ritus abnegados sostienen para bien de Codea. Y en el orden ideòlbgico tenemos desde ta Sociedad Unión Pattiótica,adic•

ta »I dietatorinl gobierno, n las que sus-tentan ideales nt:ís amplios y 1Rterado-ree, como Alianza ]tepublicnna y Partido Socialista.

Como representante del capital activo tenemos el Centro de Lldasn•iu y Comet-cío. Corvo representante del elemento productor tenemos nl veterano Circulo Obrero que cobija en su seno, n'todas las sociedades, de las distintna ramas del U•u-

bajoconstituidas legalmente. De Socorros Aidtnoa, cenemos varias.

Sin mt•.noecabar los méritos de ninguna, citaremos por creer son las principales, C[rculo Obrero, El Despertar Femenino, El Porvenir y El Remedio.

Aún quedan ohms muchas que, en gra-tin a la hrevednd, necosm•iumente iw-pueata a caes reaeña,omitimos,y qua al no de la importancia. de las citndné, (a nuca-trohumilde pensar) no poi• ello dejan de aportar eu grano_ de atemt para formar ese gran cmrglomerndo a que da virle, el espíritu socicluriu de nuestro querido El-che. •

NICOLÁS 4AIN7. S a6oato 1323.

~paau,loQonce ovGpconoo o~onooao~goeavo~on„otrg~oao~ao~ovoasr~~ºo,v~~onoo~

AMANECE R

'CUESTIONES SOCIALES

LA SEMANA DE 4U HORAS Los grandes problemas sociales,

cuyas soluciones significan mejoras

para el Proletariado, se plantean

cuando las necesidades de la época,

del momento, asi lo exigen. Mientras

éstas no se dejan sentir, parece una

utopia tratar cuestiones de tal Tras-

cendencia, que representan una gran

revolución dentro de la organización

de la sociedad. Para los monárquicos, toda ¡efa-

aura de Estado que no esté tradicio-

nalmente representada, es decir,

siempre que no esté el principio de

autoridad vinculado en la persona

del rey, la República, en una palabra,

ano significa la organización adecua-

da por la ausencia de autoridad en el poder para la resolución de los pro-

blemasque afectan hondamente a una

nación. Para los republicanos, el ré-gimen monárquico representa un di-

que que obstaculiza la marcha normal

del progreso. La permanencia de un régimen de gobierno en una nación

depende de las diversas circunstan-

cias que concurran en ella; por el pue-

blo y Dor las instituciones que com-ponen el Estado.

Esto por lo que respecta a la cues-

Tión política, en las nobles luchas de

la humanidad por alcanzar la máxima

y verdadera libertad individual que coloque a todos en un plano de igual-

dad.

Pero con up régimen u otro, el ca-

pitalismo, barajando mayores o me-noresobstáculos, es la base primor-

dial de la diferencia de clases en la sociedad de hoy. Claro está que dada

la estructura del Estado en un régi-

men republicano, el capitalismo ofre-

ce menos resistencia al proletariado en sus avances, porque el pueblo ejerce ampliamente su soberanía y por otras muchas razones que por sabidas no viene al caso mencionar.

Para el obrero, aparte de la cues-

tión pol(Iica y social, la económica gira alrededor de un cúmulo de cir-cunstancies que se precisa también la época, el momento oportúnu para la obtención de una mejora que le vaya aproximando a esa libertad indi-vidual y seso igualdad social, bese de la perfección humana.

La Revolución francesa, con la de• claración de los derechos del hombre, constituye los cimientos sobre tus que se eleva el formidable edificio de una sociedad mejor, que ha resuello irascendentalisimos problemas hasta nuestros días.

Marañón, en sus últimas declara-ciones, dice que para loa que fueron educados en colegios burgueses, el socialismo significaba hace una trein-

tena de afios la cárcel merecida. Es que, como dice Zamacois en «Los vivos muertos'°: Nada conduce tan fácilmente a presidio como un deseo excesivo de justicia. Ha sidó menes-ter la portentosa actividad de un hom-bre como Pablo Iglesias, empleando cincuenta años de su preciosa vida de batallador para que ese concepto fue-se rectificado y paro que su organiza-ción obrera tuviera una franca inter-vención en la resolución de las gran-des cuestiones nacionales, represen-tando a una importante masa de opinión.

La Gran Guerra, con sus ávidas exigencias durante cuatro afios, creó una serie de negocios y de actividades que solamente medraron al amparo de aquella conflagración, tocándose las consecuencias de la irregularmag-nifieencia industrial y comercial en la post-guerra, agudizadas de año en

año.

Como es natural, obreros y patro-nos sufren los descalabros que este estado de cosas trae en sí, aparte de otros factores que han contribuido grandemente a ello. Los paros de mi-llares, de millones de obreros, crean-

do serios conflictos a los gobiernos, como la pesadilla que atenaza al lobo-rismo en Inglalerre con más de un millón de obreros en paro forzoso, cuya espina se le hace muy difícil quitarse de encima; y las cumínuas

quiebras y bancarrotas que arrastran consigo la ruina de una nación, son pruebas fehacientes de la angustiosa situación que se atraviesa en la actual época.

Todo esto ocurre por la organiza-ción social del mundo, y no puede negarse por tanto que el máximum de consecuencias desastrosas es para el proletariado, pero es indudable Cam-bien, en un régimen capitslista, que si la posición acomodada de un bur-gués es envidiable, no tiene nada de envidiable la labor que supone el de-sarrollo de su actividad, pues su tra-bajo es sumamente superior al de un jornálero, y si la ganancia compensa con largueza el esfuerzo realizado, el interés del capital constituye una verdadera esclavitud, de la que solo se saldrá cuando un cambio de la sociedad la haga naturalmente Irás lógica y comprensiva.

Lino de tos factores que han contri-buido al exceso de manos de obra es sin duda el adelanto experimentado por la mecánica en estos últimos años. La producción de un horttbre supera hoy en grado sumo a la de antaño, y no guarda ni rerttotamenle relación con el aumento de población habido, cooperando a la falta de de-manda que se nota.

LMedios de solucionar la cuestión? Hay mudtos, tantos y de tal naturale-za que mudtus de ellos alarmartau a la clase adinerada, especialmente al

burgués rentista, pero una sulucióu

justa y aceptable podría ser la reduc-ción de hutas de trabajo eu la setna-

IIIIIIIilllllllllllllllllllllllillllllllllllllllllllllllllllllli illlllllllllllllllllllllllllll UIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII:IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII 11111111 ~IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIU

EL GRUPO ART(STICO DE «CORO CLAV~~

(Foto. Picó)

mnnuunnnum~ -unnnunnnnnnnuuunnunnnnn~~~,annunuuulnulnlrnnnnununnnuunnnunuunuunuuunnnnnnennnunnuunnnnnnunmumumm~nlnnnuu

na, disminuyéndola de 48 horas a 40. AI pronto esta solución hará fruncir el entrecejo—Lquién no recuerda los obstáculos con que se tropezaba para la implantación de la jornada de 8 horas?—, pero las necesidades que hoy se van observando y la presión de los obreros parados, inducidos por el hambre, obligará a los gobiernos a adoptar la solución y legislar en este sentido. Disminuidas las horas de trabajo, se precisaria entonces la co-locación de los obreros parados para nivelar la producción.

En Norteamérica—días pasados hemos leido en «La Voz>., de Madrid, un telegrama de Nueva York que así lo dice —son muchas las fábricas que están adoptando la semana de 40 ho-ras, entre, ellas las industrias del ves-tido ylas manufacturas de automóvi-les, estudiándose tan importantísimo asunto por los sindicatos obreros.

Norteamérica es una república fun-damentalmente capitalista, pero dada la constitución de aquel Estado, con la intervención directa del pueblo en la gobernación del país, no seria de extrañar, pese a los reparos que se-guramente se pondrán a la idea, que se aceptara.

La aceptación de la semana de 40 horas Iraerfa consigo la elevación del coste de los productos. Se precisaria también elevar el jornal a los obreros para colocarlos en la posibilidad de adquirir los productos que constituyen la base de su existencia, aumentando asi las transacciones comerciales, con cuyo movimiento se obtendrían gran-des beneficios para todos.

Como ya hemos dicho, la idea tro-pezará con los obstáculos que le pon-drá el capital, apoyado por los go-biernos. El liberalismo tendrá que reñir una seria lucha para la conse-cución de un peldafio más, pero la gran verdad es que su camino sem-hrado de espines, en esos deseos de mejoramiento que le guían, aparece

cada vez más limpio. Pero le quedan tantas batallas que reñir al libera-lismo...

Lo que de buen grado se está efec-tuando en Norteamérica, quizás prin-cipio de una legislación más humana. tarde o temprano habrá de aceptarse con la natural benevolencia, porque cuando la justicia resplandece no puede desviarse de su cauce obli-gado.

M. TREMIAO BROTÓNS

AMAVECEl~

PAISAJES DE ELCHE

Paraje bello que acredita la fam: pais_jis:a de nuestro Elche... Canalillos de agua serpenteando alegre el

pintoresco camino poblado de las típicas palmeras. (Fotografía de Ezequiel Espinosa)

mremmununmm~umnnnnnnuuimonnnnuutmnnmuumnnnn¢uuunumnnnnnnninumuuununnnnummomm~ununnnnnnnmm~nnnnunnnumuunnnuma Por una circular fechada en Marzo

pasado lá Compañia Singar Invitaba a las señoritas instructoras de sus di-ferentes sucursales de Espafia a to-mar parle en un egncurso de labores

-~ ~on seis: premio3 en metálico acon-ceder alas más significadas en dicho

rozaba los límites de la,grosería ni provocaba el rubor en las mejillas femeninas.

Hoy ha evolucionado el piropo y éste no es—salvo excepciones—la frase frfvola o galante que siempre habla agradecido la mujer; hoy, a nuestro paso, no edian flores, sino cardos; el piropo es ahora el relincho cuando no de la lujuria; es la expre-sión de un grosero deseo, sin paliati-vos, sin disfraces; pero... seamos justos: La qué obedece esa evolución del piropo? A poco que reflexionemos, surgirá

la respuesta. De esa evolución es só-lo culpable la mujer.

La mujer de hoy «en la calle», es más tentadora, más frfvola y atrayen-teque la mujer de hace muy •pocos años. La fémina de ahora ha acepta• do, hemos aceptado—todas, jovenci-tas y atofiales—esa móda que nos hace lucir con s(ngular descoco los encantos de,nuestro cuerpo, antgstan recatados a los ojos del hombre.

Hoy la mujer—pues que la moda manda—, muestra sin rubor en calles y Paseos, teatros y cines, comercios y cafés, sus brazos desnudos, al aire las axilas -más o menos depiladas—. Piernas enfundadas con finas medias sedeffas. Y ante tamatfa manera de~ vestir (7) ¿hemos de sorprendernos de que nazca asé °piropo obsceno,

grosero' y soez que nuestro poso por cuenta con tenlas simpatías, y con las calles provoca? ,ia nuestra especialme nté, y deseamos

La moda actual Lno constituye nna se restablezca pronto para él la nor-tentación, una provocación manifies- .malidad. tal S4 indudablemente sf, y reconoz- ~',~R¢~atrdamos al referirnos a este camos que mal está el flamenquismor' caso, la frase célebre Benaventina, la duulerta, los castigadores y el piro- •Pecados hay que glorifican»... po grosero y lujurioso, pero... quizás éste no existiera si la moda no hubie-se creado, ya que con nuestra man e-rp de vestir despertásemos apetitos y ~ ~. dèseos que sólo tienen la válvula de , ;~.. escape en. ese requiebro contra ej ~~ , - , cual se ha desencadenado un Lempo- t ,. ( ral incapeable. ..

No nos quejemos, pues, las moje- ~-res, que en el pecado llevamos la pe- t ~ -~ nitencia... ~ ~

(2ectrta OPISSO DE LLORENS

e~~ -~

~~ •̀t " CASA SINGER , !, , ,.,; , ,

Triuuio do uua instru i r coa ~

tos pu~tus sobre las íes Raro es el día en que deja de inser-

tarse en la Prensa diaria algún arttcu-lo hablando del flamenquismo, de le chulería y del piropo, en relación con el crimen que se perpetró en Madrid en la persona de la hermosa dama colombiana, sefiora Otero de Mene-ses.

Muy bien cortadas plumas han abo-minado del repugnante delito de ese chulo matritense, y día tras die los diarios llenan sus columnas dándòle vueltas al lamentable suceso, ha~ien-db comentarlos y deduciendo consé-citencias, pero imperando siempre la unanimidad en la condena del hecho que tuvo origen en el piropo obsce-no, en el requiebro grosero; vulgaro-te ysoez. ' Y... yò también quiero echar mi

cuarto a espadas y poner quizás al-gún punto. olvidado sobre las,- tes de ese tan comentado ;asunto que ha conmovido la pública opinión y tan- tos clamoreos Icvantá'en sú~'día.

Yo no olvido; púe's, que nó han pasado muchos afios Para que la es-ponja del tiempo borre su recuerdo, quGantes se.pi[opeaba alas mujeres con frases ingeniosas, livianas y del mejor gusto, en que la gracia de las mismas cosquilleaba agradablemente nuestros oídós y hacían florecer la sonrisa en nuestros labios y en con-tadas ocasiones el piropo callejero

~,xt ~,

menester. Entre las seis sefioritas premia-

das—del considerable número de las presentadas que rebasan la cifra re s-petable de 4.000—ha cabido el honor a la sucursal illicitana de que sea una de sus instrucforas,Josefina Figuero-la, hacendosa e inteligente joven ya destacada en ocasiones análogas.

Felicitamos a la agraciada por su honroso Triunfo .que, repetimos, aj honrarla honra igualmente a esta su-cursal «Singar» donde ejerce su acer-tada instrucción y hacemos 'èxten-stva nuestra fèlicitación a D. Fran-cisco Caparrós. su director y estima-do Amigo nuestro.

"Idé~Pa" de Seda.

El querido colega eldense atraviesa en la actualidad una gran crisis—ha sido suspendido guó~ernativamente por tres meses—; a la que de seguro le han llevado su deseo humanamente rebelde de oponer las cosas en 'su puntos y esa ignorancia que aún existe en no pq~as persgnás sobre, lo que, en si„vale, es y sjgnifiea la verr dadera Prensa:.

Sinceramente lami:ntamos el per-cance ocurrido a un semanario que

José Javaloyes, más popularizado con el 'p§audfsnimo de "La Man-ga"; ingenióso dibujante, "espe-cialista" de la cai+icátyra jl 'esti-

mado redactor artístico de AMANECER

Yu¢s$ra cab¢c¢ra El dibujo que, presidiéndolo, ador-

na hoya AMANECER se debe al lápiz meritísimo del Joven illicitano Antonio Segarra. SI se tiene en cuen-ta que invirtió en dicho trabajo una hora escasa (por premuras de tiempo para la preparación de nuestro ex-traordinario) habremos de reconocer noblemente las dotes incuestionables que, para las Bellas Artes, atesora el dibtinguido Joven Segarra; cualidades que es lástima nò ponga a contribu-ción de una labor más intensa y ,de-cidida—que seguramente se tredúci-ría, dada su feliz predispòsición', en triunfos tan honrosos como' mere-cidos. -

Por la deferencia té'nida con noso-tros al no admitir retribución alguna por su vallosfsimo dibujo y lo acerta-do dei mismo felicitamos sincera-mente al estimad'à Segarra.

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La ~uve~n~ud Socialista Pera celebrar los veinticinco afros

de su constitución los jóvenes socia-listas illicitanos organizaron un cer-

tamen literario del que en verdad pue-

den sentirse orgullosos por verse

honrado con infinidad dé trabajos en prosá y verso relacionados con los

diferentes temas dél concurso y actuar

en èl mismo de mantenedor D. Isidro Escandell, figura muy relevante en el

mundo Socialista Español, orador

de altos vuelos, hombre culttsimo,

concienzudo y de inteligencia privile-giada.

En el teatro Liarente tuvo.fugar el feslival.la noche del 9 actual. Ofrecía èl mismo un efecto alentador, pobla-do totalmente por personas dè ambós sexos.

En los estrados figuraban el jurado. Prensa y autores.

El primero lo componían D. Loren-zo Fénoll, D. Jó9é Pastor, D. Manuel

Serranó, D. Baldómero López y don ,Manuel Rodríguez.

En la segunda figuraban represen-tantes d¢ distintos periódicos locales

y ele Iq provincia. ~De los últimos podemos citara los

premiados de Elche; señores D. An-tonio Agulló Segarra, D. Francisco Agulló Soler, D. José Serrano, dolo Antonio Serrano Hernández y D. Es-teban Pomares.

También les sonrió la fortuna del Premio a D. Pedro Pinto de Madrid, le celebrada poetisa Remedios Picó de Monóvar, D. Elíseo Ibarra de AI-coy, D. Hildegars Rodríguez de Ma-drid, D. Mariano Rojo, también de la Corte y D.° Emilia Aguilar.

Del popular poeta illicitana Peral Vicente se lee también, fuera de con-curso, una bellísima composición poética titulada «Canto a le mujer obrera» que es premiada con prolon-

goda salva de aplausos. El apreciado camarada tiene que salir a requeri-mientos del auditorio a saludar desde el escenario y se le tributa una nueva y férvidaoyaçión.

Por último D. José Serrano, en un breve preámbulo verbal, presenta al mantenedor , Don Isidro Escandell,

alabándolo como compañero precla-

ro, orgullo dél partido y espejo diá-

fano en el cual deben mirarse para proseguir su redentora laborlosjó-

venes socialistas. El aludido se levanta a hablar en-

medio de un general aplauso. Su

verbo desde el primer momento ad-quiere caracteres de fogosidad: Ha-

bla tia prisa, can viveza, prendidos a sus palabras gitanas de'un lirismo

bello, y emotivo. Modesto, con un correcto ademán

corta varias veces el aplauso entu-

siasta de sus oyenfes y prosigue su discurso en el que campea ante todo una visión clarividente del actual es-trado de cosas pare el partido socia-

lista; lo que supone y está llamado a ser en la política universal. AI princi-pio de su peroración el señor Escan-

dell, saludé, dedicando sendos pane-gíricos verbales a las diferentes

representaciones de sociedades artís-tico-culturales que ocupan algunos proscenios y palcos; «Coro Clavé», «Popular Coro Clavé, «Blanco y Negro», «La Alianza Republicana»

y quizb alguna otra. Se extiende, después, en algunas

consideraciones sobre la Dama de Elche, el busto celtibérico, joya ina-preciable de Arfe, que en todos los lugares civilizados del orbe grabo con

letras de oro el nombre glorioso de «Iilice Augusta». Exhorta a la Juven-tud Socialista a que surten sus sen-timientos en la palabra Fé—fé doctri-

noria del credo Socialista—, ya que

ésta amparó los más grandes hèchos

de la humanidad de Iodos los siglos...

Y termina con unas alabanzas a

aquellos grandes hombres Tomás

Meaba y Joaquin Costa, ejemplos de

bondad espiritual, y abnegación.

Las Bodas de Plata de la Juventud

Socialista illicitana han tenido una trascendencia greta que debe estimu-

larles aseguir con tesdn y esa fé que Escandell tés recómendaba, el sende-

ro luminosc de su Ideal.

Doga Diaria ~~raa Soler Víctima de una embolia, falleció el

día 13 último lo virtuosa Sra. D.° Ma-

rta Pérez Soler, esposa del ilustre

abogado, ex-alcalde de Elche D. Lo-

renzo Fenoll Serrano. Dofia Marre era una de las damas

de más noble corazón, y de una deli-

cadeza )• afabilidad tan exquisita, que

hac'an de su trato, un placer agrada-

ble.

A sus queridas hijas Poquita y Ma-

rra, a su digno esposo, a su anciana

madre, D.° Marta, a sus hermanos

D.° Rosa, D.° Eufrasia y el pundono-

roso Capitán de Carabineros, D. An-

drés, y a la demás familia, damos

nuestro más sentido pésame por la

irreparable pérdida que han sufrido.

Ei entierro de la finada fué una im-

ponente manifestación de duelo, ex•

presión de lo mucho que se le tenia

en aprecio.

NOTICIAS El domingo tuvo lugar el entierro

del conocido industrial de esta plaza,

D. Francisco Ferrández Ruiz.

A su atribulada esposa y demás fa-

milia, les enviamos la expresión sin-

cera de nuestro sentimiento.

®®

El jueves próximó pasado, tuvo

lugar el enlace matrimonial de la bella

Srta. Josefina Cayhuélas, con nues-

tro consocio y amigo Jacinto Martí-

nez. Mucha suerte y felicidades les de-

seamos en el nuevo estado.

~9

Se encuentra entre nosotros nues-

tro eompafiero en la Prensa, exdi-

reelor de «Horas Morales», Jaime

Caslelló Soler, quien viene acompa-

fiado de su linda y agraciada hija

Elvira y una amiguita de Manzanares

muy bonita por cierro, llamada Car-

men Galiana. Sinceramente deseamos que a tan

queridos amigos, les sea agradable

la estancia en esta.

®®

Se encuentra entre nosotros disfru-

tando de permiso Militar nuestro que-

rido colaborador Antonio Asencio

Lozano. ®®

Hemos tenida el gusto de saludar

en esta a nuestro paisano y suscrip-

tor en Callosa de Segura Prancisco

Pérez.

®®

Ei domingo último tuvimos la gra-

ta visita de nuestro suscriptor en Bar-

celona, querido amigo y primitiva

cantor de nuestra Sociedad aforo Clavé» Isidro Ibáñez, quien permane-

cerá durante las fiestas en éste su pue-

blonatal. ®®

Hemos tenido el gusto de saludar a

D. Domingo Segado, sartento de in-

fenterio que ha sido destinàdo a esta

población. Celebraremos que le sea agradable

la estancia en ésta a tan bueno y que-

rido amigo.

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