e 14 cu lt u r a viernes 26 de enero de 2018 ... - unam · y la vejez (es decir, los niÐos y los...

1
Viernes 26 de enero de 2018 EL UNIVERSAL E14 CULTURA PROYECTO UNAM Texto: Roberto Gutiérrez Alcalá [email protected] Filología y humanidades digitales El Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM invita al ciclo de conferencias y talleres “Filología y humanidades digitales”, que se llevará a cabo del 6 al 8 de febrero, de 10:00 a 15:00 horas, en el Aula Magna y la Sala de Videoconferencias del citado instituto, en CU. Informes en el te- léfono 56-22-72-50, extensión 49447 y en el correo electrónico hdfilologi- c a s.u n a m @ g m a i l.c o m ESPECIAL Se adentran en el cerebro de monos Rhesus Ranulfo Romo, investigador del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, desarrolló un método propio e innovador que le permite adentrarse, en directo, en el cerebro de monos Rhesus entre- nados para decidir y realizar de- terminadas acciones. Actualmen- te, Román Rossi, también del IFC, trabaja con él desde la física, apor- tando análisis estadísticos para in- terpretar los datos. Ambos logra- ron decodificar el funcionamiento de poblaciones de neuronas mientras éstas toman decisiones. Publicaron los resultados de su in- vestigación en la revista Ne u r o n. Miembro honorario en geofísica de la RAS Jaime Humberto Urrutia Fucu- gauchi, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, fue nombrado miembro honorario en geofísica de la Royal Astronomical Society (RAS). La RAS entrega esta distinción a científicos extranjeros por su trascendente labor acadé- mica y de investigación, y por la edición de publicaciones científi- cas reconocidas a nivel mundial; tiene más de tres mil 900 miem- bros entre los más destacados científicos del mundo y promueve el estudio de la astronomía, de la ciencia del sistema solar y de la geofísica, entre otras disciplinas. CORTESÍA UNAM Aire contaminado y bebidas azucaradas: binomio peligroso De acuerdo con una investigación que se realiza en la Facultad de Medicina, su combinación causa daños severos en diferentes órganos, especialmente en el páncreas endócrino y el riñón “Si a la alteración metabólica que representa la obesidad infantil le sumamos el hecho de que los niños de la Ciudad de México viven inmersos en un ambiente contaminado, no es improbable que en el corto o mediano plazo muchos de ellos tengan problemas de memoria y aprendizaje” Desde 2013, Teresa Fortoul y Adriana González Villalba, investigadoras del Departa- mento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina de la UNAM, estudian —con la co- laboración de varios alumnos de licenciatura y posgrado, y el apoyo financiero de la DGAPA en un proyecto PAPIIT— las alteraciones me- tabólicas causadas por el efecto combinado de la contaminación atmosférica y el consumo de bebidas azucaradas en un modelo murino. Hace algunos años, luego de analizar y com- parar fragmentos de pulmones de personas que vivieron en la Ciudad de México en las décadas de los 50 y 80 del siglo XX, Fortoul comprobó que, como resultado de la cada vez más acentuada quema de combustibles deri- vados del petróleo, la concentración de me- tales —entre ellos el vanadio— en esas estruc- turas anatómicas había aumentado con el pa- so del tiempo. La investigación actual, que de alguna ma- nera es una continuación de aquélla, surgió a partir de una pregunta básica: qué factores in- ciden para que la población sea más vulne- rable a los daños ocasionados por los metales que contienen los combustibles derivados del petróleo. “Entre estos factores están la infancia y la vejez (es decir, los niños y los ancianos son más vulnerables), pero también los problemas metabólicos, que aparecen con ciertas enfer- medades, como la diabetes”, dice González Vi- llalba, quien hizo su tesis de doctorado sobre los efectos del vanadio en la salud. Una vez que la investigación arrancó, For- toul, González Villalba y sus colaboradores se dieron cuenta de que los metales por sí mis- mos originan alteraciones en el control de la glucosa en sangre. Alteraciones metabólicas El vanadio es un elemento químico que está presente en el petróleo y que, a pesar de los procesos de refinación, permanece en los combustibles derivados de éste, como la ga- solina. En el caso de la Ciudad de México, de- bido a su altura y a la combustión incompleta de los motores de los vehículos que circulan por ella, se liberan a la atmósfera partículas con este elemento adosado. “Según reporta la literatura, el petróleo me- xicano, el venezolano y el kuwaití tienen una mayor concentración de vanadio que otros. Entonces es de esperar que nuestra gasolina tenga más vanadio que otras y que inhalemos más vanadio que en otros lugares”, indica Fortoul. De acuerdo con los resultados obtenidos hasta ahora, la contaminación por vanadio en combinación con el consumo de bebidas azu- caradas ocasiona daños severos en diferentes órganos, especialmente en el páncreas endó- crino y el riñón. “Hemos observado que, por el efecto hipo- glucemiante de este metal, la insulina y el glu- cagón, hormonas muy importantes para la re- gulación de la glucosa, se ven comprometidas en su actividad, tanto en el plasma sanguíneo como dentro de los islotes de Langerhans, unas estructuras del páncreas que se encargan de producirlas”, asegura Juan Albarrán, alum- no de la maestría en Biología Experimental que se incorporó al grupo científico cuando cursaba la licenciatura en Biología. Además, las investigadoras universitarias y sus colaboradores han visto que el vanadio por sí mismo y en combinación con el consumo de bebidas azucaradas causa alteraciones tan- to en el perfil lipídico como en la glucosa en s angre. En cuanto al riñón, en muchos artículos pu- blicados ha surgido la controversia de si las be- bidas azucaradas, por sí mismas, lo afectan o no. Sin embargo, Fortoul, González Villalba y sus colaboradores pueden afirmar que, por lo menos en la especie de ratón con que trabajan, el consumo de bebidas azucaradas a lo largo de ocho semanas (exposición subcrónica) sí origina alteraciones renales. Y están viendo otras alteraciones mayores cuando estas bebidas se combinan con el va- nadio; por ejemplo, estrés oxidante en las cé- lulas de los túbulos renales (posteriormente, algunas de esas células mueren y otras pierden ciertas estructuras importantísimas para que funcionen de manera adecuada). “Al analizar cortes en riñón y la orina vimos que el ratón sí presentaba daño. Recordemos que hay personas que padecen alteraciones renales, pero no se tiene claro por qué. Con base en este resultado de nuestro trabajo, la contaminación atmosférica en combinación con las bebidas azucaradas ya puede conside- rarse un posible factor para que aparezcan di- chas alteraciones”, agrega González Villalba. En el hipocampo Raida Valencia, alumna de la licenciatura en Medicina, estudia el hipocampo, una estruc- tura del sistema nervioso central que es esen- cial para que los procesos de memoria y apren- dizaje se lleven a cabo. “Las neuronas del hipocampo contienen unas especializaciones llamadas espinas den- dríticas que fungen como sitios de contacto sináptico. Ya se ha reportado que, con la ex- posición al vanadio, estas especializaciones se ven alteradas. Ahora bien, nos hemos perca- tado de que el efecto combinado del vanadio y el consumo de bebidas azucaradas hace que el número de espinas dendríticas disminuya, lo cual podría afectar los procesos de memoria y aprendizaje. De este modo, las personas que están expuestas a éste y otros factores de riesgo serían más susceptibles de padecer alguna en- fermedad neurodegenerativa en el futuro”, apunta. No se puede pasar por alto el problema de obesidad que agobia a un gran segmento de la niñez mexicana como consecuencia del con- sumo excesivo de bebidas azucaradas, entre otros productos chatarra. Al respecto, Fortoul comenta: “Si a la alte- ración metabólica que representa la obesidad infantil le sumamos el hecho de que los niños de la Ciudad de México viven inmersos en un ambiente contaminado, no es improbable que en el corto o mediano plazo muchos de ellos tengan problemas de memoria y aprendizaje. Habría que considerar con más seriedad el consumo de bebidas azucaradas. De hecho, nuestros estudios demuestran que, por sí mis- mas, causan daño. A las cuatro semanas de consumirlas ya hay alteraciones en el riñón y en las espinas dendríticas del hipocampo, cuando menos.” Las investigadoras universitarias y sus co- laboradores no han terminado de evaluar mu- chos órganos y establecer, entre otras cosas, qué cambios propicia en el tejido adiposo la contaminación atmosférica en combinación con el consumo de bebidas azucaradas. “Por eso seguiremos con nuestra investiga- ción y divulgaremos todos los resultados y la explicación de cómo los obtuvimos. Quere- mos que las personas sumen esfuerzos con las autoridades para reducir la emisión de con- taminantes a la atmósfera y cobren conciencia de que lo más sano es consumir agua pura des- de la infancia, en lugar de bebidas azucara- d a s”, finaliza González Villalba. b VÍCTOR HUGO SÁNCHEZ Las investigadoras y sus colaboradores. TERESA FORTOUL Investigadora del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina de la UNAM

Upload: others

Post on 31-Aug-2020

4 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: E 14 CU LT U R A Viernes 26 de enero de 2018 ... - UNAM · y la vejez (es decir, los niÐos y los ancianos son mÀs vulnerables), pero tambiÈn los problemas metabÒlicos, que aparecen

Viernes 26 de enero de 2018 EL UNIVERSALE14 CU LT U R A

PROYECTO UNAM Texto: Roberto Gutiérrez Alcaláro [email protected]

Filología y humanidades digitalesEl Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM invita al ciclo deconferencias y talleres “Filología y humanidades digitales”, que se llevaráa cabo del 6 al 8 de febrero, de 10:00 a 15:00 horas, en el Aula Magna y laSala de Videoconferencias del citado instituto, en CU. Informes en el te-léfono 56-22-72-50, extensión 49447 y en el correo electrónico hdfilologi -c a s.u n a m @ g m a i l.c o m

E S P E

C I A L Se adentran

en el cerebro demonos RhesusRanulfo Romo, investigador delInstituto de Fisiología Celular(IFC) de la UNAM, desarrolló unmétodo propio e innovador que lepermite adentrarse, en directo, enel cerebro de monos Rhesus entre-nados para decidir y realizar de-terminadas acciones. Actualmen-te, Román Rossi, también del IFC,trabaja con él desde la física, apor-tando análisis estadísticos para in-terpretar los datos. Ambos logra-ron decodificar el funcionamientode poblaciones de neuronasmientras éstas toman decisiones.Publicaron los resultados de su in-vestigación en la revista Ne u r o n.

Miembro honorarioen geofísicade la RASJaime Humberto Urrutia Fucu-gauchi, investigador del Institutode Geofísica de la UNAM, fuenombrado miembro honorario engeofísica de la Royal AstronomicalSociety (RAS). La RAS entrega estadistinción a científicos extranjerospor su trascendente labor acadé-mica y de investigación, y por laedición de publicaciones científi-cas reconocidas a nivel mundial;tiene más de tres mil 900 miem-bros entre los más destacadoscientíficos del mundo y promueveel estudio de la astronomía, de laciencia del sistema solar y de lageofísica, entre otras disciplinas.

CORT

ESÍA

UN

AM

Aire contaminado y bebidas azucaradas:

binomio peligrosoDe acuerdo con una investigación que se realiza enla Facultad de Medicina, su combinación causadaños severos en diferentes órganos, especialmenteen el páncreas endócrino y el riñón

“Si a la alteración metabólica que representa laobesidad infantil le sumamos el hecho de que losniños de la Ciudad de México viven inmersos en unambiente contaminado, no es improbable que en elcorto o mediano plazo muchos de ellos tenganproblemas de memoria y aprendizaje”

Desde 2013, Teresa Fortoul yAdriana González Villalba,investigadoras del Departa-mento de Biología Celular yTisular de la Facultad de

Medicina de la UNAM, estudian —con la co-laboración de varios alumnos de licenciaturay posgrado, y el apoyo financiero de la DGAPAen un proyecto PAPIIT— las alteraciones me-tabólicas causadas por el efecto combinado dela contaminación atmosférica y el consumo debebidas azucaradas en un modelo murino.

Hace algunos años, luego de analizar y com-parar fragmentos de pulmones de personasque vivieron en la Ciudad de México en lasdécadas de los 50 y 80 del siglo XX, Fortoulcomprobó que, como resultado de la cada vezmás acentuada quema de combustibles deri-vados del petróleo, la concentración de me-tales —entre ellos el vanadio— en esas estruc-turas anatómicas había aumentado con el pa-so del tiempo.

La investigación actual, que de alguna ma-nera es una continuación de aquélla, surgió apartir de una pregunta básica: qué factores in-ciden para que la población sea más vulne-rable a los daños ocasionados por los metalesque contienen los combustibles derivados delpetróleo. “Entre estos factores están la infanciay la vejez (es decir, los niños y los ancianos sonmás vulnerables), pero también los problemasmetabólicos, que aparecen con ciertas enfer-medades, como la diabetes”, dice González Vi-llalba, quien hizo su tesis de doctorado sobrelos efectos del vanadio en la salud.

Una vez que la investigación arrancó, For-toul, González Villalba y sus colaboradores sedieron cuenta de que los metales por sí mis-mos originan alteraciones en el control de laglucosa en sangre.

Alteraciones metabólicasEl vanadio es un elemento químico que estápresente en el petróleo y que, a pesar de losprocesos de refinación, permanece en loscombustibles derivados de éste, como la ga-solina. En el caso de la Ciudad de México, de-bido a su altura y a la combustión incompletade los motores de los vehículos que circulanpor ella, se liberan a la atmósfera partículascon este elemento adosado.

“Según reporta la literatura, el petróleo me-xicano, el venezolano y el kuwaití tienen unamayor concentración de vanadio que otros.Entonces es de esperar que nuestra gasolinatenga más vanadio que otras y que inhalemosmás vanadio que en otros lugares”, indicaFor toul.

De acuerdo con los resultados obtenidoshasta ahora, la contaminación por vanadio encombinación con el consumo de bebidas azu-caradas ocasiona daños severos en diferentesórganos, especialmente en el páncreas endó-crino y el riñón.

“Hemos observado que, por el efecto hipo-glucemiante de este metal, la insulina y el glu-cagón, hormonas muy importantes para la re-gulación de la glucosa, se ven comprometidasen su actividad, tanto en el plasma sanguíneocomo dentro de los islotes de Langerhans,unas estructuras del páncreas que se encargande producirlas”, asegura Juan Albarrán, alum-no de la maestría en Biología Experimentalque se incorporó al grupo científico cuandocursaba la licenciatura en Biología.

Además, las investigadoras universitarias ysus colaboradores han visto que el vanadio porsí mismo y en combinación con el consumode bebidas azucaradas causa alteraciones tan-to en el perfil lipídico como en la glucosa ens angre.

En cuanto al riñón, en muchos artículos pu-blicados ha surgido la controversia de si las be-bidas azucaradas, por sí mismas, lo afectan ono. Sin embargo, Fortoul, González Villalba ysus colaboradores pueden afirmar que, por lomenos en la especie de ratón con que trabajan,el consumo de bebidas azucaradas a lo largode ocho semanas (exposición subcrónica) síorigina alteraciones renales.

Y están viendo otras alteraciones mayorescuando estas bebidas se combinan con el va-nadio; por ejemplo, estrés oxidante en las cé-lulas de los túbulos renales (posteriormente,algunas de esas células mueren y otras pierdenciertas estructuras importantísimas para quefuncionen de manera adecuada).

“Al analizar cortes en riñón y la orina vimosque el ratón sí presentaba daño. Recordemosque hay personas que padecen alteracionesrenales, pero no se tiene claro por qué. Conbase en este resultado de nuestro trabajo, lacontaminación atmosférica en combinacióncon las bebidas azucaradas ya puede conside-rarse un posible factor para que aparezcan di-chas alteraciones”, agrega González Villalba.

En el hipocampoRaida Valencia, alumna de la licenciatura enMedicina, estudia el hipocampo, una estruc-tura del sistema nervioso central que es esen-cial para que los procesos de memoria y apren-dizaje se lleven a cabo.

“Las neuronas del hipocampo contienenunas especializaciones llamadas espinas den-dríticas que fungen como sitios de contacto

sináptico. Ya se ha reportado que, con la ex-posición al vanadio, estas especializaciones seven alteradas. Ahora bien, nos hemos perca-tado de que el efecto combinado del vanadioy el consumo de bebidas azucaradas hace queel número de espinas dendríticas disminuya,lo cual podría afectar los procesos de memoriay aprendizaje. De este modo, las personas queestán expuestas a éste y otros factores de riesgoserían más susceptibles de padecer alguna en-fermedad neurodegenerativa en el futuro”,apunta.

No se puede pasar por alto el problema deobesidad que agobia a un gran segmento de laniñez mexicana como consecuencia del con-sumo excesivo de bebidas azucaradas, entreotros productos chatarra.

Al respecto, Fortoul comenta: “Si a la alte-ración metabólica que representa la obesidadinfantil le sumamos el hecho de que los niñosde la Ciudad de México viven inmersos en unambiente contaminado, no es improbable queen el corto o mediano plazo muchos de ellostengan problemas de memoria y aprendizaje.Habría que considerar con más seriedad elconsumo de bebidas azucaradas. De hecho,nuestros estudios demuestran que, por sí mis-mas, causan daño. A las cuatro semanas deconsumirlas ya hay alteraciones en el riñón yen las espinas dendríticas del hipocampo,cuando menos.”

Las investigadoras universitarias y sus co-laboradores no han terminado de evaluar mu-chos órganos y establecer, entre otras cosas,qué cambios propicia en el tejido adiposo lacontaminación atmosférica en combinacióncon el consumo de bebidas azucaradas.

“Por eso seguiremos con nuestra investiga-ción y divulgaremos todos los resultados y laexplicación de cómo los obtuvimos. Quere-mos que las personas sumen esfuerzos con lasautoridades para reducir la emisión de con-taminantes a la atmósfera y cobren concienciade que lo más sano es consumir agua pura des-de la infancia, en lugar de bebidas azucara-d a s”, finaliza González Villalba. b

VÍCT

OR

HU

GO S

ÁNCH

EZ

Las investigadoras y sus colaboradores.

TERESA FORTOULInvestigadora del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultadde Medicina de la UNAM