«durante generaciones y generaciones —observa italo

81

Upload: others

Post on 08-Jul-2022

7 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo
Page 2: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

«Durantegeneracionesygeneraciones—observaItaloCalvinoenelprólogode esta edición— lo único que han hecho las mujeres de la tierra ha sidoesperar y sufrir. Esperaban que alguien las amara, se casara con ellas, lasconvirtiera en madres, las traicionara. Y lo mismo sucedía con lasprotagonistasdeGinzburg».

Publicada en 1947, Y eso fue lo que pasó, la segunda novela de NataliaGinzburg,es lahistoriadeunamordesesperado;unaconfesión,escritaconunlenguajesencilloyconmovedor,deladesgarradoralucidezdeunamujersola que durante años ha soportado la infidelidad de su marido y cuyossentimientos,pasionesyesperanzaslaabocanaextraviarseinexorablemente.

www.lectulandia.com-Página2

Page 3: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

NataliaGinzburg

YesofueloquepasóPrólogodeItaloCalvino

ePubr1.0Titivillus13.06.2019

www.lectulandia.com-Página3

Page 4: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Títulooriginal:ÈstatocosíNataliaGinzburg,1947Traducción:AndrésBarbaMuñizEditordigital:TitivillusePubbaser2.1

www.lectulandia.com-Página4

Page 5: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

ALeone

www.lectulandia.com-Página5

Page 6: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

PRÓLOGO[1]deITALOCALVINO

NataliaGinzburges laúltimamujer sobre la fazde la tierra, el resto sonhombres: hasta las figuras de mujeres que se ven alrededor pertenecen enrealidadalmundodeloshombres,elmundodequienesdeciden,dequieneseligen, de quienes actúan. Ella—o lo que es lo mismo, las desencantadasheroínasenlasquesereconoce—eslaúnicaquequedaalmargendetodo.Durantegeneracionesygeneracionesloúnicoquehanhecholasmujeresdela tierrahasidoesperarysufrir.Esperabanquealguienlasamara,secasaraconellas, lasconvirtieraenmadres,lastraicionara.Ylomismosucedíaconsusprotagonistas.

Deesemundoajenoaellassepuededescifraralgúnsignoacordadodesdeun tiempo inmemorial, de ese vacío surgen de cuando en cuando objetosreconocibles y nombrables: botones, pipas. Los seres humanos sólo soncapaces de existir gracias a esquemáticos signos concretos: pelos, bigotes,gafas. Y lo mismo sucede con sus sentimientos y con sus gestos: no sedescubren, sino que se reconocen de cuando en cuando en palabras ysituacionesyavistas:entiendo,entoncesesqueestoyenamorada,oasíquelos celos son esto—comoenYeso fue loquepasó—,entoncesagarrounrevólverylemato.

NataliaGinzburgestambiénunamujerfuerte.Quierodecirunaescritorafuerte,ysetratadeunacondenaquepesasobresuslibros,comotambiénlaresignaciónaunpesoquenosealigeraconeselenguajesuyotanpiadoso,oemotivo,oevasivo.Nisiquierahayenellaunapizcadelfemeninoabandonoalassensaciones,eseintermitentejuegodelamemoriaqueleestanpropioaVirginiaWoolfyatantasotrasescritorasypoetas.NataliaGinzburgcreeenlascosas,enlospocosobjetosqueconsiguearrancarlealvacíodeluniverso:

www.lectulandia.com-Página6

Page 7: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

bigotes, botones. Cree en sus sentimientos, en sus gestos, dóciles odesesperados.

Quien asegura encontrar en Ginzburg, debido a su lenguaje desnudo ycrudo,unainfluenciadelaliteraturaestadounidenseestáemitiendounjuiciomuyingenuo.Lavetadelaquesealimentaenrealidadesdelanarrativaquees toda ojo, toda acontecimiento, toda tácita simpatía por lo humano, lamismavetadelaquesealimentandesdeMaupassanthastaChéjovyquellegahastaMansfield.AunquelapequeñaKatherinesabíajugarconlatristezayelaburrimiento;Natalianojuega,Nataliamaravillaysueña.Másaún,cuandoseanaliza ese interés por lo local tan frecuente en sus libros, sentimosque enrealidad está más cerca de algunos de los grandes nombres de nuestrorealismo,comoDeleddayPercoto.

Ginzburgescribeenprimerapersonabajoelnombredepersonajesmuydistantes entre sí, no se trata tanto del yo de un diario lírico como de unaexteriorización en la que participan alma y cuerpo. Aun así, resulta sersiemprelamismamujerpresadeltedioquenoconsigueencontrar—quenoconsiguenisiquierabuscar—la razóndesuvida.La jovenproletariadeElcamino que va a la ciudad, que no sabía cómo defenderse ni de sussentimientosnidelosajenos,sehaconvertidoenestasegundanovelaenunamaestrapequeño-burguesaalacazadeunmaridoydesilusionadaacausadeunmatrimonioinfeliz.Lanecesidadderescataralpersonajequeenlaprimeranovela semanifestaba en las distraccionesqueofrecía la ciudadyque ibanluego extinguiéndose poco a poco, aquí se concentra toda al final, en ladesesperacióndeunsologesto:eluxoricidio.

Al final, pero también al principio, porque la novela comienza con ladescripción del delito: «Le pegué un tiro entre los ojos». A continuación,sobre el banco de un parque público, antes de declarar, rememora toda lahistoria.Contarla aquí sería quitarle todo el sabor, ese rigor límpido que ladominadeprincipioafinsinunasolavacilaciónyquehacequelaleamosdecorrido.

www.lectulandia.com-Página7

Page 8: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

NOTA[2]

CuandoescribíYesofueloquepasómesentíainfelizynoteníaganasdepelearnidecombatir.Talvezalguienpienseque teníaganasdeponermeapegartirosporqueestahistoriaempiezaconundisparo,peronoeraelcaso.Erainfelizymeencontrabatotalmentesinfuerzas.

Escribíestahistoriaparasentirmeunpocomenosinfeliz.Meequivoqué.Nodebemosbuscarnuncaunconsueloenlaescritura.Nodebemosperseguirunobjetivo.Sihayalgoseguroesqueesnecesarioescribirsinperseguirunobjetivo.

Eldisparonacióporcasualidad.Deseabaescribir,encontréundisparoyleseguílapista.Peroeldisparonorespondeaunanecesidadrealdelahistoria.Lahistoriasucedeadisgustoyenotrolugar.Eldisparoera,precisamente,unpropósito. Habría sido justo que esa mujer no hubiese disparado, sino quesimplementehubiese imaginadoquedisparaba.Alguienpodría preguntarmepor qué incluyo en este volumen esta historia que, como se ve, ya no megusta.Peronoesciertoqueyanomeguste,sédóndeestávivaydóndenoesfortuita. También sé dónde es fortuita. Cuando la escribí tenía la menteconfusayenredadaenlaoscuridad,poresarazónloqueaúnestávivoenestahistoria, y como es lógico en esa mujer, es precisamente la oscuridad, laconfusiónyelenredo.

HabíaregresadoaviviraTurín.MehabíareencontradoconTurín,conlaniebla, el invierno gris y las callesmudas llenas de bancos solitarios. Estahistoria deY eso fue lo que pasó la escribí casi íntegra en la oficina de laeditorialenlaquetrabajabaentonces.Erapocodespuésdelaguerrayhabíaestufasdeterracotaqueloahumabantodoporquelosradiadoreshabíansidodestruidos durante la guerra y todavía no había habido tiempo parareponerlos.Estahistoriaestállenadehumo,delluviaydeniebla.Noséquéotracosahabíaflotandoenmicabezaapartedelhumoylalluvia.Meflotaba

www.lectulandia.com-Página8

Page 9: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

en la cabeza una novela estadounidense leída hacía muchos años en unatraducción francesa. El título en francés eraChair dema chair y en inglésMother’scry[3].Norecuerdoelautor.Megustaríaañadiraquíqueavecesnosvemos inclinados a escribir no sólo libros que nos gustan mucho, sinotambién otros que no nos gustan en absoluto. Son ésos los que acabanllevándonos por calles oscuras, los que nos hacen tocar acordes secretos,colmándonos de lágrimas y conmociones a veces innobles y vulgares, peroesas conmociones y esas lágrimas, que surgen de nosotros a pesar de quenuestramenteeshostilaellas,sonlasquenosdanelimpulsodelaescritura.

RecuerdoChairdemachair,recuerdoqueeraunanovelaenlaqueunamujerhabladeunhijosuyoqueacabaenlasillaeléctrica.Lanovelaqueyoescribíeraunanovelasinpuntosnicomas.Noteníaganasdeponérselas.Yexplico por qué. Las comas son como los pasos. Los pasos producencansancio,yyonoteníaganasdecansarme,mesentíasinfuerzasynoqueríacaminar, sinosentarmey recostarme.PoresoescribíYeso fue loquepasó,una novela casi sin comas, aunque luego acabé poniéndole algunas ycansándome también un poco, con el cansancio que lleva componer laarquitecturadeunahistoriaaunquesealeve,porquemientrasescribíatambiénpenséquenosepuedehacernadaenlavidasinalgodecansancio.Puedequeel disparo inicial se correspondiera con la silla eléctrica de la novelaamericana. Durante la escritura nunca me preocupó saber si la mujer queescribía era o no era yo misma, porque en aquel momento era demasiadoinfelizydejabaamiinfelicidadquesealimentaradondequisiera.

Algunaspersonas,cuandohanleídoestahistoria,mehanllegadoadecir:«Sihubiesessidomásfeliz,habríasescritounahistoriamásbella».Yonuncadecíanadaporquemeparecíaque tenían razón.Es ciertoque tenían razón,peroeramásciertoaúnquenosetratabadequeyoestuvieseintentandosermenosinfelizescribiendoaquellahistoria,sinosencillamenteintentaballegara escribir algo a pesar demi infelicidad y sin haberme curado, escribir sindejarquemiinfelicidadenturbiaraehicieraenfermarlascosasqueescribía.Aunque para llegar a ese punto es necesario que la infelicidad no sea ennosotros una pregunta lacrimosa y llena de ansiedad, sino una concienciaabsoluta,inexorableymortal.

www.lectulandia.com-Página9

Page 10: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Yoledije:—Dimelaverdad.Yélmecontestó:—¿Quéverdad?Dibujóalgoatodaprisaensucuadernoymeloenseñó:untrenlargomuy

largoconunagrannubedehumonegroyélasomándoseporlaventanillaysaludandoconunpañuelo.

Lepeguéuntiroentrelosojos.Mehabíadichoqueprepararaeltermoparaelviajeasíquefuialacocina,

preparéel té, lepuse lecheyazúcary loechéenel termo.Metí tambiénelvasitoyluegoregreséalestudio.Fueentoncescuandomeenseñóeldibujoyyo cogí el revólver que estaba en el cajón de su escritorio y le disparé. Lepeguéuntiroentrelosojos.

Desdehacíatiempopensabaqueibaaacabarhaciéndolocualquierdía.Luegomepuseelimpermeableylosguantesysalídecasa.Metoméun

caféenelbaryempecéacaminarsinrumboportodalaciudad.Eldíaestabafrescoyhabíaunabrisasuavequeanticipaballuvia.Mesentéenunodelosbancos del parque público,me quité los guantes ymemiré lasmanos.Mequitéelanilloyloguardéenelbolso.

Llevábamos casados cuatro años. En una ocasión me dijo que queríadejarme, pero luego murió nuestra hija y así fue como seguimos juntos.Queríaquetuviésemosotrohijo,decíaquemeibaahacermuchobien,yporeso durante la última época acabamos haciendo mucho el amor. Al finalnuncalleguéaquedarmeembarazadadeotrohijo.

Me lo encontré haciendo lasmaletas y le pregunté adónde iba.MedijoqueibaaRoma,aresolverunasuntoconunabogado.Medijoqueporquénome ibaacasademispadresyasínoestabasolael tiempoqueélestuviesefuera.NosabíacuándoibaaregresardeRoma,sienquincedíasoenunmes,no lo sabía con seguridad.Pensé que tal vez no volvería nunca, así que yotambién hice la maleta. Me dijo que cogiera cualquier novela para no

www.lectulandia.com-Página10

Page 11: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

aburrirme.FuialabibliotecaycogíLaferiadelasvanidadesydoslibrosdeGalsworthyylosmetíenlamaleta.

Ledije:—Dimelaverdad,Alberto.Yéldijo:—¿Quéverdad?Yyo:—Tevasconella.Yél:—¿Con quién? —Y añadió luego—: Tu problema es que tienes

demasiada fantasía, no paras de rumiar por dentro imaginándote cosasterribles y por eso nunca tienes paz ni das paz a los demás.—Me dijo—:CogeeltrencorreoquellegaalasdosaMaona.

Yyo:—Sí.Luegoechóunvistazoalcieloymedijo:—Yharíasbienenllevarelimpermeable,esépocadelluvia.Yoledije:—Detodasformasprefierosaberlaverdad,seacualsea.Élsepusoareíryrecitó:

Laverdadvabuscando,queleestanamada,comolosabequienporelladejalavida[4].

No sé cuánto tiempo estuve sentada en el banco. No había nadie en eljardín público, los bancos estaban húmedos por la niebla y el suelo estabacubiertodehojassecas.Mepuseapensarenloquehabíahecho.Medijeamímismaquedentrodeunratotendríaqueiralacomisaríadepolicíayexplicarmásomenoscómohabíansidolascosas.Noibaasernadafácil.Mehabríagustadoempezarporelprimerdía,cuandonosconocimosencasadeldoctorGaudenzi. Él tocaba el piano a cuatro manos con la mujer del doctorGaudenziycantabaalgunascancionesendialecto.Memirófijamenteyluegohizoundibujodemicaraalápizensucuaderno.Ledijequesemeparecíabastante,peroéldijoquenoyrompiólahoja.EldoctorGaudenzicomentó:«Nuncalesalenbienlosretratosdelasmujeresquelegustan».

Meofrecióuncigarrilloyledivirtióquemelloraranlosojos.Albertomeacompañó de vuelta a la pensión y me preguntó si podía volver al díasiguiente para traerme una novela francesa de la que me había estadohablando.

www.lectulandia.com-Página11

Page 12: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Vino al día siguiente. Salimos juntos y paseamos un poco y luego nossentamos en un café.Memiraba con los ojos alegres ymuy abiertos y yopenséquealomejorsehabíaenamoradodemí.Comoaquelloeraalgoquenomehabíasucedidohastaesemomento,queunhombreseenamorarademí,mepusemuy contenta y nos quedamos varias horasmás en el café. Por lanochefuimosalteatroyyomepuseelvestidomásbonitoquetenía,unodeterciopelorojoquemehabíaregaladomiprimaFrancesca.

Francesca estaba también en el teatro, sentada en la fila de atrás, ymeguiñó el ojo. Al día siguiente, cuando fui a comer a casa de mis tíos,Francescamepreguntó:

—¿Quiéneraeseviejo?—¿Quéviejo?—dijeyo.Yella:—Elviejodelteatro.Yo le dije que era uno que me hacía la corte pero que a mí no me

interesabaparanada.Cuandovinolavezsiguienteabuscarmealapensiónlemiréconatención

ynomeparecióque fuera tanviejo.AFrancesca todoelmundo leparecíaviejo. Aunque físicamente no me gustaba mucho me ponía muy contentacuando venía a la pensión porque me miraba con esos ojos tan alegres yabiertosysiempreesagradablecuandounhombretemiraasí.Medecíaquetalvezestabamuyenamoradodemíyyopensaba«pobrecito»mientrasmeimaginabaelmomentoenquemepediríaquemecasaraconélylaspalabrasqueutilizaría.Yo le diríaquenoy élmepreguntaría entonces si podíamosseguirsiendoamigosyunadeaquellasnochesmellevaríadenuevoalteatroymepresentaríaaunamigosuyomásjovenqueseenamoraríademíyyomecasaría con ese amigo. Tendríamos muchos hijos y Alberto vendría avisitarnos y siempre traería un panettone enorme en Navidad y estaríacontentoaunquetambiénunpocomelancólico.

Fantaseaba con todas esas cosas tirada enmi camade la pensión, en lobonito que sería estar casada y tener una casa paramí sola.Me imaginabacómoladecoraríaconmilesdeobjetoselegantesypequeños,lasplantasquetendría y cómo bordaría pañuelos recostada en un sofá enorme. El hombreconelquemeibaacasarunasvecesteníaunacarayotrasvecesotra,perolavoz siempre era parecida y nunca dejaba de escuchar en mi interior lasmismaspalabrasentreirónicasytiernas.Yovivíaenunatétricapensióncontodalatapiceríaoscurayenlahabitaciónquehabíajuntoalamíadormíalaviudadeuncoronelquegolpeabalaparedcadavezqueyomovíaunasillao

www.lectulandia.com-Página12

Page 13: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

abríalaventana.Porlamañanateníaquelevantarmetempranoeircorriendoalaescuelaenlaquedabaclase.Mevestíaatodavelocidad,mecomíaunatostadaymecocíaunhuevoen el hornillodegas.Laviudadel coronel seponíaadargolpesconelcepilloenlaparedmientrasyoibaarribayabajoporlahabitaciónbuscandoelvestidoylahijadeladueña,queeraunahistérica,seguíacomounapavaencerradaenelbañoporque lehabíanprescritounosbaños de agua caliente que se suponía que la calmaban. Salía a la calle ymientrasesperabaeltranvíaduranteaquellasmañanasgélidasydesiertasmedivertía inventándome tantas historias extrañas que al final me acababacalentando la cabeza ymuchas veces llegaba a la escuela con una cara tanabsortayensimismadaquedebíasercómicoverme.

A una muchacha le produce tanto placer pensar que un hombre se haenamorado de ella que aunque no esté enamorada es un poco como si loestuvierayseponemásguapaylebrillanlosojosyselevuelveelpasomásligeroytambiénlavozselevuelvemásligeraymásdulce.AntesdeconoceraAlbertoyohabíapensadoquemeibaaquedarsolaparasiempreporquemesentía totalmente sosa y sin gracia, pero cuando le encontré y me dio porpensarquetalvezsehabíaenamoradodemímedijequesilehabíagustadoaélnohabíarazónparaquenolegustaratambiénaotros,talvezaunoquemehablara con aquella voz entre irónica y tierna que oía dentro de mí. Esehombreavecesteníaunacarayotrasvecesotra,perosiempreteníalaespaldaancha y fuerte y las manos rojas y un poco bastas y tenía una formamaravillosa de burlarse de mí cuando volvía a casa por la noche y meencontrabatiradaenelsofábordandopañuelos.

Cuando unamuchacha está demasiado sola y lleva una vida demasiadomonótonayagotadora,cuandoseveconpocodineroenelbolsoylosguantesviejos,se levala imaginaciónadiariodetrásdetantascosasquealfinalseencuentraindefensafrenteatodosloserroresytrampasqueponelafantasía.Yo,víctimafácildemipropiaimaginación,leíaaOvidioadieciochoniñasenunaenormeclaseheladaycomíaeneltétricocomedordelapensiónmirandoatravésdeaquellasventanasconcristalespintadosdeamarilloesperandoquevinieseAlbertoabuscarmeparairaunconciertooadarunpaseo.LatardedelsábadocogíaeltrencorreodePortaVittoriaeibaaMaona.Regresabaeldomingoporlatarde.

Mipadre es unmédicoque se trasladó aMaonahaceyamásdeveinteaños.Esunviejoalto,gordoyunpococojoquecaminaapoyándosesiempreenunbastóndecerezo.Enverano llevaunsombrerodepajaconunacintanegra y en invierno una gorra de castor a juego con un abrigo bordado

www.lectulandia.com-Página13

Page 14: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

también de castor.Mimadre es una señora pequeña con una granmata depeloblanco.Amipadrelellamanyapocoporqueestáviejoysemuevecondesgana,poresolagentesuelellamarmásbienalmédicodeCavapietra,quetieneunamotocicletayestudióenNápoles.Mipadreymimadresepasaneldíaenteroenlacocinajugandoalajedrezconelveterinarioyelconcejaldelayuntamiento. Yo, cuando llegaba a casa el sábado, me sentaba junto a laestufaymepasabaallísentadatodoeldomingohastaquellegabalahorademarcharme. Me arrullaba junto a la estufa y me adormilaba hinchada depolentaymenestrasindecirleunasolapalabraamipadre,quenoparabadejugar una y otra partida de ajedrez con el veterinario y de decirle que lasmuchachasmodernashabíanperdidototalmenteelrespetoasuspadresyyanisiquieralesdecíanunasolapalabradeloquehacían.

CuandomeencontrabaconAlbertolehablabademipadreydemimadreylecontabaquehabíavividoenMaonaantesdeveniraenseñaralaciudad,quemi padreme pegaba en lasmanos con el bastón y yome encerraba allorarenlacarbonerayqueunavezrobéEsclavaoreinayloescondídebajodelcolchónparaleerlodenocheytambiénqueseibamuchoalcementerio,yo,mipadrey lacriadadelconcejal, siemprepor lacallequebajahaciaelcementerioentreloscamposylosviñedosylecontabatambiénlasganasdeescaparmelejosdeallíquemedabancuandocontemplabaaquelloscamposyaquellacolinadesierta.

Alberto,sinembargo,nuncamecontabanadadesuscosasyporesoyodesconfiabadeélalprincipio,porquenuncamehabíapasadoenlavidaquealguienseinteresasetantopormíymepreguntaratantosobremividacomosi tuvieseunagran importancia todo loquehabíadichoopensadomientraspaseabaporaquellacallequebajabaalcementerio,oen lacarbonera,hastaque al final acabé sintiéndome mucho más contenta y mucho menos solapaseando con Alberto por la ciudad o sentándonos en los cafés.Me habíadichoquevivíaconsumadre,queeraancianayestabaenferma.LamujerdeldoctorGaudenzimehabíadichoqueeraunaviejalocapodridadedineroquese pasaba el día estudiando sánscrito y que fumaba cigarrillos con unaboquillademarfilynoveíaanadie,sóloaunfrailedominicoqueibatodaslas tardes a leerle las cartas de san Pablo, y que no salía de su casa desdehacíaañosporquedecíaqueledolíanlospiesencuantoseponíaloszapatosyestabasiempresentadaenelsillónenaquellavillasinmáscompañíaquelade una cocinera joven que le robaba de la compra y la maltrataba. Pero aAlberto no le gustaba hablar de sus cosas y aunque al principio no meimportaba enseguida empezó a importarme, siempre intentaba preguntarle

www.lectulandia.com-Página14

Page 15: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

algoperosurostrosequedabaabsortoylejano,losojosseleapagabancomolessucedealospájaroscuandoenferman,ysiemprequelepreguntabaporsumadre,porsutrabajooporsuvidapasabalomismo.

Nuncame dijo que se había enamorado demí, pero yo lo creía porqueveníamuchoabuscarmealapensiónysiempremetraíaalgúnlibrooalgunachocolatina de regalo y quería que saliésemos juntos.Creía que tal vez eratímido y no se atrevía a decírmelo y yo esperaba que un día llegase ymedijese que se había enamorado de mí para poder contárselo a Francesca.Francesca siempre teníamuchas cosas que contar y yo sin embargo nuncateníaninguna.Aunasíundíalecontéquesehabíaenamoradodemí.Nomelo había dicho en realidad, pero me había regalado unos guantes de antemarrón,yaquellatardeestuveseguradequemequería.Yledijetambiénquenoqueríacasarmeconélporqueeramuyviejo,nosabíaexactamentecuántosaños tenía pero debía de tenermás de cuarentamientras que yo sólo teníaveintiséis.Francescamedijoquemeloquitaradeencima,queerauntipoqueaellanolegustabaparanadayqueletirasealacaraaquellosguantesqueyanisiquieraestabandemoda,queconaquellosbrochesenlamuñecateníanunaspectodelomásprovinciano.Medijoqueestabaseguradequesiseguíaconélmeibaaacabarmetiendoenunbuenlío.EnaquellaépocaFrancescasóloteníaveinteañosperoyolaescuchabaconatenciónporquetodoloquedecíame parecíamuy inteligente.Aunque es cierto que en aquella ocasión no lehice ningún caso y los guantesme los seguí poniendo porqueme gustabanmucho a pesar de los broches, y tambiénme gustaba estar con él, por esoseguíviéndole,porqueamisveintiséisañosaquéllaeralaprimeravezqueunhombre me hacía regalos y se preocupaba por mí, mi vida me parecíatotalmente vacía ymelancólica y pensaba que Francesca juzgaba las cosasdemasiadofrívolamenteporqueellasí teníaensuvida todo loquequeríayviajabamuchoynoparabadehacercosasdivertidas.

LlegóelveranoymemarchéaMaona.Esperabaquemeescribieseperonome escribiómás que una postal con su firma desde un pequeño pueblojuntoaunlago.MeaburríaenMaona,losdíasnoacababannunca.Mepasabalas horas sentada en la cocina y encerrada en mi habitación leyendo. Mimadrepelaba tomatesen la terrazacon lacabezaenvueltaenuna toallayacontinuaciónlosponíaasecarsobreunatablademaderaparaguardarlosenconserva,mipadresesentabaenelmurode laplazafrentea lacasaconelveterinarioyelconcejalyhacíadibujosenelsueloconlapuntadesubastón.Lacriadalavabaenlafuentedelpatioyretorcíalaropaconaquellosbrazosrojos ymusculosos, lasmoscas revoloteaban alrededor de los tomates ymi

www.lectulandia.com-Página15

Page 16: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

madrelimpiabaelcuchilloconunperiódicoyselavabalasmanospringosas.YoteníaguardadalapostalquemehabíamandadoAlberto,aesasalturasmesabíayadememoriaaquellapostal,ellagoyelrayodesolylosbarquitosdevela, lo que no entendía era por quéme habíamandado una postal y nadamás. Todos los días esperaba el correo. Francesca me escribió dos vecesdesdeRomaadondesehabíaidoconunaamigaaestudiarenlaescueladeteatro,enunadelascartasmedecíaquesehabíaechadounnovioyenlaotraquetodosehabíaacabado.PensémuchísimasvecesquetalvezAlbertoibaavenir a Maona a buscarme. Mi padre se habría quedado sorprendido alprincipio, pero le habría tranquilizado saber que era un amigo del doctorGaudenzi. Ibaa lacocinaa sacarelcubode labasuraporqueolíamaly lometía en la carbonera, pero la criada lo sacaba y lo llevaba de nuevo a lacocina porque decía que no olía. Me daba un poco de miedo que vinieraporqueme avergonzaba lo del cubo de la basura y lo demimadre con latoalla enrollada en la cabeza y las manos pringosas de pelar tomate, perotambién lo esperaba y cada vez que me asomaba a la ventana me daba lasensacióndequeestabaallíbajandodeltrencorreo.Siveíaunhombrebajitocon un impermeable blancome quedaba un poco sin aire y sentía quemeponíaatemblarperoluegonoeraélasíquemeibadenuevoamihabitaciónyme encerraba a leer hasta la hora de la comida.Muchas veces intentabapensartodavíaenaquelhombredelavozirónicaydelaespaldaancha,perocada vez me parecía más lejano aquel hombre de rostro desconocido ycambiante,cadavezteníamenossentidoparamí.

Cuando regresé a la ciudad esperé queAlberto viniera a verme porquepenséquedebíahabersupuestoqueestabadevueltayaquehabíanempezadolasclases.Peronovino.Adiariomepeinabaymeponíapolvosymesentabaaesperarleycomonoveníameacababayendoa lacama.Eraunapensióntétricacontapiceríadefloresyloúnicoqueseescuchabaeranlosgritosdepavadelahijadeladueñaquenoqueríadesnudarseparaelbaño.Yoteníasudirección y también su número de teléfono pero no me atrevía a llamarleporquesiempreeraélquienveníaalapensión.Medecíaamímismaquetalvez no había regresado todavía a la ciudad, pero un día le llamé desde unteléfono público y fue él quien contestó la llamada, era su voz.Yo no dijenaday colguémuydespacio.Todas las tardesmeponíapolvosy esperaba.Me daba vergüenza y me engañaba a mí misma diciéndome que no leesperaba,meponíaaleerperonomeenterabadeloqueleía.Todavíahacíacalorporlasnochesydormíaconlaventanaabierta,escuchabaelsonidodeltranvíarecorriendolasvíasymepreguntabasinoiríaélenunodeaquellos

www.lectulandia.com-Página16

Page 17: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

tranvías con su impermeable blanco y la bolsa de cuero, absorto en todasaquellascosasdesuvidadelasquenuncamehabíaqueridohablar.

Y así fue comome enamoré de él,mientras le esperaba sentada enmicuartodelapensiónconelrostroempolvadoypasabanlasmediashorasylashorasyseoíaelgritodelapavaymientrascaminabaporlaciudadmirandosiempreconatenciónporsileveíapasar,ysemeagitabaelcorazóncadavezqueveíaaunhombrebajitoconunimpermeableblancoyunhombrounpocomásaltoqueelotro.Así fuecomoempecéapensarsiempreensuvida,encómo vivía en aquella villa con sumadre, que estudiaba sánscrito y no seponíanuncazapatos,yempecéapensarquesimepedíaquemecasaraconélle diría que sí, así habría podido saber a cada hora y a cadaminuto dóndeestabayquéhacíayporlanoche,cuandoregresaraacasa,élpodríatirarelimpermeable en una silla a la entrada y yo lo recogería y colgaría en elarmario.FrancescatodavíanohabíavueltodeRomayyopensabaquecuandoregresarameibaapreguntarporAlbertoyentoncesletendríaquecontarqueno le había visto desde antes del verano y ellame diría: «Pero ¿no estabaenamoradodeti?».Ysesorprenderíayyomemoriríadevergüenza.

UndíafuiacasadeGaudenziparaversimeloencontrabaomedecíanalgo de él. El doctor no estaba en casa, sólo estaba su mujer, que en esemomento estaba limpiando las ventanas. Me quedé allí mirando cómolimpiaba lasventanasmientrasmeexplicabaqueprimerohabíaquehacerloconpapeldeperiódicoycenizadisueltaenaguaydespuésrestregarlasmuydespacio con una bola de lana y así quedaban tan limpias que era unesplendor.Luegosebajódelaescaleraymepreparóunchocolateperocomonomedecíanadadeélmeacabéyendopronto.

Undíameloencontréenlacalle.Levidesdelejosconsubolsadecueroy el impermeable abierto y aleteando. Durante un rato estuve caminandodetrásdeél.Nosevolvió.Fumabaeibatirandolaceniza,hastaqueseparópara apagar la colilla con el pie y ahí fue cuando me vio. Se puso muycontento y fuimos a un café. Me dijo que había tenido muchas cosas quehaceryqueporesotodavíanosehabíapasadoavermeporlapensiónperoquehabíapensadomuchoenmí.Yolemirabaeintentabareconocerenaquelhombre bajito de rizos canosos a la persona que me había estadoatormentando y llenando de angustia durante todo aquel tiempo.Me sentíafría, deprimiday como rotapor dentro.Mepreguntó cómohabíapasado elveranoysimehabíaescondidoenlacarbonerayentoncesnosreímosjuntos.Recordaba todo lo que le había contado sobremí, no se había olvidado denada.Yolepreguntéquétalhabíapasadoelveranoyélcambiódeactitud,de

www.lectulandia.com-Página17

Page 18: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

prontoteníaunairelejanoycansado.Mecontóquecasi loúnicoquehabíahechoera contemplar el lagoyque legustabanmucho los lagosporquenohabíaningúntipodeviolencianienlaluznienelcolordeunlagomientrasqueelmareraunacosademasiadograndeycruel,contodasesaslucesyesoscoloresviolentos.

Alpocoratodeestarjuntosyaestábamoscomoantesynosreíamosdelasmismascosasquelecontabayo.Parecíamuy,muycontentodeestarconmigoy yo también estabamuy contenta. Había olvidado ya que le había estadoesperandoinútilmentetodoaqueltiempoypensabaquetalvezeraciertoquehabíatenidomuchoquehacer.Lehablabademipadreydemimadreydelconcejalydelagentequehabíallegadoaquelañoalapensiónmientrasélmehacía un retrato a toda prisa en su cuaderno para luego romper la hoja ycomenzarotronuevo.Yhastallegóahacerundibujodellagoconélremandoenunabarquitayunariberallenadeseñorasancianasconperrosminúsculosconlapataestiradahaciendopisenlasplantas.

Comenzamos a vernos casi todos los días. Todas las noches, cuandoregresaba a la pensión o cuando salía de mi habitación me preguntaba siestaba enamorado de mí o si yo estaba enamorada de él y me daba lasensacióndequeyano entendíanada.Nuncamedecíapalabrasde amoryclaro yo tampoco hablaba de eso, pero sí le hablaba demi escuela y de lapensión y de los libros que había leído. Pensaba en aquellas manos suyaspequeñasygráciles que estaban siempredibujando en el cuadernoy en losrizos canosos que rodeaban su rostro delgadoy en aquel cuerpopequeñoygrácil con aquel impermeable blanco con el que iba por toda la ciudad.Pensabaenéltodoeldíayyanoveíanadamás,unasveceseranlasmanos,otraselcuadernooelimpermeableodenuevoelcuadernoylosrizosbajoelsombreroosucaradelgadaylasmanos.LeíaaJenofonteadieciochoniñasen aquella clase barnizada de verde con el mapa geográfico de Asia y elretratodelpapa,comíaenelcomedordelapensiónconladueña,quepaseabaentre las mesas, y todos los sábados cogía el tren correo en Porta Vittoriacomosimeestuviesevolviendoidiotaporquenoconseguíaquesedespertaraenmíinteréspornadanipornadie.Noestabademasiadoseguradequemeamase, pero aun así me llevaba siempre libros y chocolatinas y siempreparecíamuycontentodeestarconmigo.Seguíasincontarmenadadesuvidaymientras leía a Jenofonte en la clase y apuntaba las notas en la lista noconseguía quemi pensamiento se concentrara en otra cosa que no fuera sucuerpo pequeño absorto en aquellas actividades misteriosas suyas, aquelcuerpopequeñoenelinteriordesuimpermeableblancoondeanteportodala

www.lectulandia.com-Página18

Page 19: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

ciudad tras deseos e impulsos desconocidos por mí y me daba como unafiebre.Habíahabidouna época enmivida en laquehabía sido lobastantefuertecomoparaenseñare interesarmepor todasmisalumnasymi trabajo,pero ya no sentía ningún cariño por aquellas dieciocho niñas que estabansentadas en sus pupitres, me resultaban tan indiferentes que tenía unasensacióndenáuseaycasiteníaqueretirarlamirada.

Francesca había regresado de Roma y estaba de mal humor. Una deaquellasnocheshabíaidoacenarasucasaperocomosiemprepensabaqueAlbertoibaa irabuscarmea lapensióntuveprisapormarcharme.Fueunacenamuy larga en la que el tío y la tía no pararon de pelear y Francescaestabadeunpésimohumorysindecirunapalabraconunvestidodepuntonegropreciosoquehacíaqueparecieramayorymáspálida.CuandoacabólacenalatíamellamóasuhabitaciónymepreguntóquélepasabaaFrancescayyolecontestéquenolosabía,teníaganasdemarcharmeperolatíameteníaagarradadelamanoyllorabayllorabasinparardedecirquenoentendíaaFrancescayqueademásFrancescasevestíasiempredenegroconsombrerosnegrosquelaenvejecíanyquenadiesabíaquélehabíapasadoenlaescueladeteatroyquéseproponíaconaquellaactitud.LatíamecontóqueFrancescasehabíaechadounnovioaquelveranoyqueluegolohabíadejado,unjovenmuy bueno y distinto y que Francesca le había plantado. Yo lo único quesentía era que el tiempo pasaba y que a lo mejor Alberto ya estaba en lapensióny lamanode la tía seguíaagarrando lamíamientrascon laotra sesonabaconunpañuelito.

Cuandoporfinmepudemarcharyaeratardeycuandolleguéalapensiónestaban cerrando la puerta.La criadamedijo que había venido el señor detodos los días, que había estado esperándomeun rato en el saloncito y queluego sehabíamarchado.Me fui amihabitación,me tiré en la camaymepuseallorar.Eralaprimeravezenmividaquellorabaporunhombreasíquepensé que tenía que amarle para estar llorando de aquella manera. Pensétambién que sime pedía queme casara con él le diría que sí y estaríamosjuntosparasiempreyqueasísiempresabríadóndeestaba,cadahoraycadaminuto.Perosipensabaque tambiénharíamoselamorsentía rechazoymedecíaentoncesquetalveznoestabaenamoradaynoentendíanadadenada.

Élnuncadecíanadaysiemprehablábamoscomobuenosamigos.Nuncamehablabadeél,siemprequeríaquefueseyolaquehablara.Losdíasquemesentía triste y estaba callada me daba la sensación de que se aburría yentoncesmeentrabaelpánicodequeyanoquisieravenirmásabuscarme.Tratabadeestaralegre,lehablabaentoncesdelagentedelapensiónydelos

www.lectulandia.com-Página19

Page 20: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

gritosdelapavaynosreíamosjuntos.Peroluegocuandomeseparabadeélestaba cansada y me metía en la cama e intentaba pensar en las mismasfantasíasdesiempre.Mehabíavueltoyademasiadoidiotaparalasfantasías,lo único que hacía era recordar las palabras que me había dichopreguntándomesieranonodeamor,cogíatodasaquellaspalabrasylesdabavueltasyvueltasenmiinterioryduranteunsegundomedabalasensacióndequeteníansentidoylasdejabacaerdenuevoysemecerrabanlosojos.

En una ocasión me dijo que nunca había conseguido tomarse nada enserio.Dibujabaperojamássehabíaconvertidoenpintor,tocabaelpianoforteperonuncahabíaconseguidohacerloverdaderamentebien,eraabogadoperonoteníaelmenordeseodeganarselavidaejerciendolaprofesiónypensabaquesino ibaa laoficinano le sucederíanadademasiadograve.Poresosequedabaporlasmañanasenlacamaleyendonovelas.Peromuchasvecesledabaunaespeciedevergüenzaalmismotiempoqueunaespeciedesaciedadysentíaquesesofocabaenaquellacamablandaycalientebajoeledredóndeplumasde sedaamarilla.Medecíaqueél era igualqueun tapóndecorchoqueflotabasobreelmaryalquelasolasacunabanagradablementeperoquejamáspodríasaberquéeraelmarenrealidad.Eraunadelasprimerascosasquemedecíasobreélytambiénquelegustabanlospueblosalaorilladeloslagos.Yocogíaaquellaspalabrassuyasylesdabavueltasyvueltasdentrodemíperoenaquellaenormeextensiónmisteriosadesuvidaloúnicoqueveíaflotareraunaviejaqueestudiabasánscritoyunedredóndesedaamarilla.

Mientrasestabasentadaeneljardínsepusoalloverymemarchédeallí.Fuidenuevoalbar,pedíotrocaféymesentéalaúnicamesaqueestabalibrejuntoalaventana.Estabaapoyadaenelcristalmirandocaerlalluviacuandodeprontopensésialguienhabríaescuchadoeldisparo.Nuestracasaestáalfinal de una calle solitaria y alrededor hay un pequeño jardín conmuchosárboles. Era posible que nadie lo hubiese escuchado. Es la casa en la quevivió la vieja que estudiaba sánscrito y las paredes estaban cubiertas deestanteríasconlibrosescritosensánscrito.Todavíatienencasitodoselloselolordelavieja.Yonuncalleguéaconocerlaporquemurióantesdequenoscasáramosperosívi suboquillademarfildentrodeuna latay tambiénsuspantuflasysuchaldelanaysuspolverasvacíasconunanubedealgodónenelinteriorysesientesuolorportodaspartes.

Cuando murió su madre él parecía un trapo. La encontró muerta unamañana,enlacama.Aquelmismodíaporlatardeibaavenirabuscarmepara

www.lectulandia.com-Página20

Page 21: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

iraverunaexposicióndepintura.Leesperéy,comonovenía,lellaméporteléfono.Me dijo que acababa de morir su madre. No supe muy bien quédecirle en aquelmomento así queme senté a escribirle una carta.Me salióunacartamuybonita,porqueavecessemedabienescribir.Alfuneralnofuiporquelaviejahabíadejadoescritoquenoqueríaquefuesenadie,esofueloquemedijoeldoctorGaudenzicuandolellaméparaenterarme.DespuésdeunoscuantosdíasAlbertomemandóunanotaen laquedecíaqueno teníamuchasganas de salir y en la quemepedía queme acercara a su casa.Leencontréconlabarbacrecida,elpeloalborotadoylabatadelpijamapuesta.Habíadiscutidoconlacriadaylacriadasehabíamarchado.Habíaintentadoencenderlaestufaperonohacíamásquemeterpapeldeperiódicoyaquellono prendía nunca. Encendí yo la estufa y nos sentamos junto a ella. Meenseñóunretratodesumadrecuandoerajoven:unamujergordaysolemneconunagranpeinetaalaespañolaplantadaenelmoño.Meestuvohablandodurante un buen rato de sumadre pero amíme costaba trabajo cuadrar laimagen de aquella mujer educada y sensible de la que me hablaba con laseñora del retrato y con la vieja caprichosa y en pantuflas que siempremehabíaimaginado.Contemplabalahabitaciónylaestufayeljardínqueseveíatrasloscristalesconaquellosenormesárbolesdesnudosylaenredaderaquecrecíasobreelmuroymesentíaquietayserenacomonolohabíaestadoenmuchotiempo,mesentíacomosiporfinsehubieseapagadoaquellafiebreyaquellasensaciónextrañayconvulsaqueteníadesdehacíatanto,allí,sentadaconél,ensucasa.

CuandomefuiestabatancontentaquenoteníaganasdeestarsolaenlapensiónasíquemeacerquéaveraFrancesca.PeroFrancescaestabademalhumor y en cuanto me vio la cara me dijo que no le apetecía escucharconfidenciasporquenoleimportabaunpimientolavidadenadieyledolíalacabeza.Estabatiradaenlacamaconunabolsadeaguacaliente.Medijoquelecosieraelforrodelafaldayyoselocosíymemarché.

Peroélnomevolvióapedirquefueraasucasa.Envezdeesosolíamosira pasear al río o nos sentábamos toda la tarde en el café. Nome volvió ahablar de su madre. Llevaba una cinta negra de luto en la manga de lagabardinapero tambiénhabía retomado susdibujos en el cuaderno. Inclusohabíahechounodenosotrosdosintentandoencenderlaestufa.Siemprequeme dejaba yo tenía una sensación de estupor y vacío, no entendía a aquelhombre. No entendía por qué pasaba tantas horas conmigo preguntándomepor la gente de la pensión y haciéndome dibujos. Nunca había ni una solapalabradeamorentrenosotros.Íbamosapasearmuylejosjuntoalríooalas

www.lectulandia.com-Página21

Page 22: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

vallas del bosque donde suelen ir los enamorados y nunca había entrenosotrosniunapalabraniungestodeamor.

Undíaledijequeleamabaporqueestabacansadadellevaraquelsecretodentrodemíyconfrecuenciamesentíaahogadaenaquellahabitacióndelapensión con aquel secreto que me crecía por dentro. De nuevo tenía lasensacióndequemeestabavolviendoidiotaydequeyanoteníainteréspornada ni por nadie.Quería saber si él tambiénme amaba y si nos íbamos acasar algún día. Sentía ese deseo como quien siente deseo de comer o debeberyluegopenséquelaspersonassiempresientendeseodedecirlaverdadaunqueseaalgodifícilymuchasveces requieravalor.Así fuecomo ledijequelequería.Estábamosapoyadosenlabarandadeunpuente.Estabaoscuroyloscarruajespasabandespacioalolargodelacalleconelfarolillodepapelsuspendidobajoelvientredelcaballo.Lospájarossealzabansilenciosamentedesdelahierbaaltayerizadadelaribera.Duranteunratonosquedamosensilencio contemplando cómo se hacía de noche y las últimas casas de lasvallas se iluminaban a lo lejos. Me dijo que de pequeño le encantabanaquellosfarolillosdepapelyqueesperabatodoelañoaquellegaralanochede la Inmaculada para colgar en el balcón aquellos farolillos que luego serompían a la mañana siguiente y le daba tristeza. Pero yo acababa deconfesarletodohacíaunrato,lehabíaconfesadocómoleesperabasiempreenlahabitacióndelapensión,lehabíadichocómomeatormentabaasolasyquenoeracapazdedescubrirquéibamalymeibavolviendoidiotapocoapocoyleamaba.Despuésdedecirletodasaquellascosasmehabíadadolavueltaparadejardeveraquellacarasuyaasustadaytriste.Yamehabíadadocuentade que nome amaba.Me puse a llorar. Él sacó su pañuelo yme secó laslágrimas.Estabapálidoyllenodemiedoymedijoquenuncasehabíadadocuenta de que me pudiera estar pasando eso, que sentía por mí una gransimpatía y una gran amistad pero que no me amaba. Me dijo que llevabamuchosañosenamoradodeunamujeryquenopodíacasarseconellaporqueya estaba casada, pero que igualmente creía que no podría vivir con otramujer.Sehabíaequivocadoconmigoymehabíahechodañosindarsecuenta,jamáshabíapensadoquepudiesehacermetantodaño.Regresamosalaciudadsindecirnosnada.Meacompañóhastalapuertadelapensiónymepreguntósipodíaencontrarseconmigoaldíasiguiente.Yoledijequepreferíaquenonos viésemosmás. Él contestó: «Sí».Y semarchó. Parecía deprimido.Mequedémirándolemientrassealejaba.Teníalaespaldaencogidaydabaunospasitoscortosycansados,comolosdeunniñoalqueacabanderegañar.

www.lectulandia.com-Página22

Page 23: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Mefuiamihabitaciónsincenarymemetíenlacama.LepedíalacriadaquellamaraaFrancescaylepreguntarasimepodíaveniraver.Vino.Estabamuyguapaconaquelvestidodepuntonegroyungorritoa la turcaconuncolgantedeseda.Sehabíadepiladolascejas.Sesentóenmicama,encendióuncigarrilloymedijo:

—Cuéntame. —Pero yo estaba llorando y no conseguía hablar. Ellafumabayesperaba—.¿Todavíaporelviejoese?—mepreguntó,yyoledije:

—Sí.Hizoungestodeascoyacontinuaciónechóunagranbocanadadehumo.

Dijo:—Untipoquenomegustaparanada.Lefuicontandotodopocoapoco.Sequedóhastamedianocheytuvimos

quedespertaralacriadaparaqueleabrieralapuertadelacalle.Medejóunaspastillasparadormirperoaunasínodormínada.DecuandoencuandomeadormecíaperodeprontovolvíaaverdelantedemíaquellacaradeAlbertollenademiedoydedolor.Mepreguntabaquéibaahacerahoraconmivida.Medabanvergüenzatodaslascosasquelehabíadichoytodassuspalabrasymispalabrasmequemabandentrodelcuerpo.

Francescavinoabuscarmealamañanasiguiente.Metrajounasnaranjas.Mandóalacriadaamiescuelaparaquedijeraqueteníabronquitis.Escribióamimadrediciéndolequenoibaa iraMaonaelsiguientesábadoporquenome encontraba bien. Me peló una naranja, pero como no tenía ganas decomérmela,selacomióella.MedijoquenomelevantaraentodoeldíayqueloúnicoqueteníaquehacererairaSanRemoconellayquedarmeallíunpardemeses.Ledijequenopodíadejar la escuela tanto tiempoyqueademástampoco tenía dinero. Me contestó: «¿Y a quién le importa esa suciaescuela?».Yquedineroteníaellasuficienteparalasdos,quepodíamosirnosal día siguiente. Cuando estuviéramos en San Remo me prestaría aquelvestidosuyodetulescotadopordetráscondosrosascelestesbordadasenlaespalda.Sacó lamaletadelarmario, la limpióconunperiódicoyempezóameter dentro mis vestidos. Luego se fue a casa a comer y a preparar sumaleta.Yomequedéenlacamatodavíaunrato.Penséenlamujeralaqueélamaba.Aquellamujerestabacomoinmóvilfrenteamíymemirabafijamenteconunamirada entre estúpida y cruel con unos ojos grandes y pintados derosa.Teníaunospechosgrandesyblandosyunasmanosdededos largosycubiertosdeanillos.Seesfumódeprontoperounsegundomástardevolvióaaparecer frente amí, aunqueahora conun látigoy consumida, conunpelolargo y pasado demoda y un aire cansado ymarchito.Aquella señorita de

www.lectulandia.com-Página23

Page 24: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

pelo largo tenía piedad de mí pero su presencia me resultaba igualmenteinsufribleyaquellamiradalastimosameproducíaverdaderoespanto.

Mepreguntabaquéibaahacerahoraconmivida.Todaslaspalabrasquehabía dichoy quemehabía dicho fluían y refluían enmi interior.Tenía labocasecayamargaymedolíalacabeza.

Lacriadaaparecióenlahabitaciónymedijoqueelseñordesiempremeesperabaenlaentrada.Melevantéymevestí.Salídelahabitaciónymeloencontrésentadoconlabolsadecuerosobrelasrodillas.Teníaelaireateridoyavergonzadodeunniñotrasunareprimenda.Medijoquenohabíapodidodormiryledijequeyotampoco.Salimosalacalleyfuimosauncafé.Nossentamos al fondo de un pequeño saloncito oscuro y desierto con grandesespejosenlosquesepodíaleerCINZANOcongrandesletrasdepinturaroja.Enlasaladealladoestabanjugandoalbillaryoíamoslasvocesylosgolpesdelostacos.Medijoquenopodíaestarsinvermeyquehabíapasadounanocheespantosapensandoentodoeldañoquemehabíahecho.Nopodíaestarsinverme,decía,yademássumadreacababademorirysesentíamuysoloenaquellacasa.Nopodíasoportarlaideadenovermenuncamás,leparecíaquesus días iban a ser vacíos y fríos si no se podía encontrar conmigo.Yo lecontesté que tenía a aquella mujer suya. Me replicó que aquella mujer sehabíaportadomuymalconélenmuchasocasionesyquenohabíaensuvidaniunasolacosaalegre,sesentíaestúpidoeinútil,comountapóndecorchoqueflotabasobrelasolas.

NofuiaSanRemo.Francescavinoabuscarmeyledijequenoqueríair.Seenfadómuchísimo:tirótodaslasnaranjasalsueloytambiénlamaletaysepusoadarlepatadas.Laviudadelcoronel sepusoadargolpesen laparedconelcepillo.LedijeaFrancescaquesihabíaunacosaenelmundoquenome apetecía hacer era ir a SanRemo, le dije también que elmarme dabamiedo con todas aquellas luces y colores violentos. Le dije que preferíaquedarmesolaenlahabitacióndeaquellapensiónmuchomásquemontarmeenuntrenyquecuandounaestáenunaprietolomejorquepuedehaceresresolverlosolaensulugardetodalavida,queloslugaresnuevossiempreleacaban haciendo daño a la gente que está en un aprieto. Me contestó:«Entonces resuélvelo tú sola y la próximavez no se te ocurra llamarmedenocheparaqueacudaa tu lechodemuerteporque tengomejorescosasquehacer».Sepusosu sombreritoa la turcay semiróunsegundoenelespejoparaponerseelabrigoyalisárseloconlamano.

Cuandomepreguntó simequería casar con él le dije que sí.Eso sí, lepreguntécómoselasibaaapañarparavivirconmigosiestabaenamoradode

www.lectulandia.com-Página24

Page 25: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

otramujer,ymecontestóquesiyolequeríaaélyeravalientenospodíamosllevarmuy bien juntos, que habíamuchosmatrimonios así porque eramuydifícilyextraordinarioquesecasarandospersonasquesequisieranelunoalotro.Yotodavíaqueríasabermuchascosassobreloquesentíapormí,peronomeanimabanuncaahablarconéldelascosasimportantesporquesiempreseaburríadebuscarenelfondodelascosasylaspalabrasydarlevueltasunayotravezen todos lossentidoscomohacíayo.Cuando intentabahablardeaquellamujersuyaylepreguntabasilaveíadevezencuandoseleapagabanlosojosylavozselevolvíacomolejanayselimitabaadecirmequeeraunamujermuycruelquelehabíahechosufrirmuchoyquenoqueríapensarenesascosas.

Yasífuecomomepidióquenoscasáramosyseguimosviéndonos.Ahoramecogíadelamanoymebesabacuandonosquedábamossolosenelcaféofrentealrío,peronuncamedecíaclaramentequédíaniquémesnosíbamosacasar.Alfinal ledijequeteníamosqueiraMaonaparaquehablaraconmipadre.Noteníamuchasganasperoalfinalfue.Escribíunacartaamimadreenlaqueledecíaqueaquelsábadosacaraelcubodelabasuradelacocinaypreparara una buena comida porque iba a ir acompañada de una persona.CogimoseltrencorreoenPortaVittoriayélsepusoadibujarensucuadernoatodaslaspersonasqueibaneneltren.CuandollegamosaMaonamispadresestabanunpocosorprendidosyasustados,peroélenseguidadijoquequeríahablarconmipadreyseencerraronlosdosenelsaloncito.Mimadrellevóunbrasero encendido porque en el saloncito hacía frío.Cuando saliómi padreestabamuy contento y brindamos con vino demarsala, peromimadremellevóunpocoaparteysepusoallorar,medijoqueaquelhombreleparecíaunpocoviejo,queademáseramásbajoqueyoyqueapenasmellegabaaloshombros.Ellasiemprehabíatenidolaideadequeparallegaralmatrimonioelhombreteníaquesermásaltoquelamujer.Mepreguntósiestabaseguradequererle, yo le contesté que sí y ella me llevó hasta su habitación paraenseñarmelastoallasylassábanasquehabíaestadopreparandoduranteañosparaeldíaenquemecasara.Albertoestuvodurantetodoaqueldíacharlandoenlacocina.Mimadrehabíasacadoelcubodelabasurayhabíacompradodos saleros para que no hubiera que hacer como siempre: cogerladirectamentedelfrasco.Cenamosyacontinuaciónllegaronelveterinarioyelconcejal y mi padre les dijo que Alberto era mi novio. Alberto jugó unapartidadeajedrezconelconcejalybebimosunpocomásdemarsala.Albertoregresóesamismanoche.Hizomuybuenasmigasconelconcejalyhastale

www.lectulandia.com-Página25

Page 26: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

prometióenviarleunossellosdanesesquehabíaensucasaporqueelconcejalcoleccionabasellos.

Aquellanoche,cuandomedesnudéymemetíenlacamaenlaquehabíadormidodepequeñamevinodeprontounaespeciedemiedoyderepulsiónalpensarquedentrodepocoíbamosasermaridoymujereíbamosahacerelamor.Medecíaamímismaquealomejoreraporquenuncahabíahechoelamor, pero me preguntaba también si le quería de verdad porque tambiénsentía un poco de rechazo cuando me besaba. Me decía a mí misma quesiempre es muy difícil saber verdaderamente lo que nos pasa por dentro,porquecuandomehabíadadolasensacióndequeélsealejabademividasinremedioyohabía sufrido tantoqueporunmomentopenséqueyano iba apodervivirmás,ycuandoporfinestabadentrodemividayhablabaconmipadreyconmimadresentíaaquelmiedoyaquelrechazo.Penséquetalvezeraalgoquelepasabaatodaslasmujeresjóvenesyquehacefaltavalorysiuna se adentra en lospequeños senderosde sus sentimientosypasamuchotiempo escuchando las cosas que suceden en su interior al final se terminaequivocandoyperdiendolasganasylaalegríadevivir.

Me quedé el domingo en Maona y mi padre fue al día siguiente a laciudad a visitar al doctor Gaudenzi para preguntarle por Alberto. Cuandoregresó esa noche estaba todavíamás contento ymedijo que le hacía felizquehubieseelegidounhombrehechoyderecho,distintodelosdemásybiensituado socialmente. Mi madre lloraba y decía que el matrimonio es unmisterio pero él le contestaba que era una tonta y que lasmujeres siempreacabanencontrandoalgúnpretextoparallorar.

Antes de casarnos, cuando íbamos al café o a dar un paseo él estaba agustoconmigoyyolegustabaaunquenomeamara.Salíadecasaparairmeabuscar, salía inclusocuando llovíaparaestarconmigo.Mehacía retratosensucuadernoymeescuchabacuandolehablaba.

Pero cuando nos casamos ya no volvió a dibujar mi retrato. Dibujabasobre todo animalesy trenes.Lepreguntéunavez si dibujaba tantos trenesporqueteníaganasdemarcharseyélsepusoareírymedijoqueno,perounmes después de la boda se marchó. Estuvo diez días fuera de casa. Leencontréunamañanahaciendolamaleta.Medijoquese ibaconAugustoahacerunviajepor losalrededores,avisitardenuevo los lugaresen losquehabía estado de joven holgazaneando por granjas. No me preguntó si meapetecía ir con ellos. Ni siquiera me habló, pero tampoco me sorprendió

www.lectulandia.com-Página26

Page 27: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

mucho porque Augusto y él eran amigos desde la infancia y tenían unamanera particular e íntima de estar juntos hablándose todo el tiempo en unlenguajellenodesobreentendidosquesólopodíanutilizarellosdos.MehabíadichotambiénenunaocasiónqueyonolecaíamuysimpáticaaAugusto.Semarchó. No me puse muy triste, pero sí pensé que tenía que encontrar lamaneradequeAugustosintiesemássimpatíapormíparapoderirconellosde viaje la próxima vez. También a mí me gustaba visitar pueblos conencanto.Talvezélcreíaqueamínomegustabaoalgoparecido.

Teníamosunacriadadedieciséisaños,hijadeunzapaterodeMaona.SellamabaGemma.Eramuysimplonaysereíaporlanarizdeunamaneraqueamíme resultabamuydesagradable.Se lehabíametidoen la cabezaqueencasahabíaratonesperoyonohabíavistonuncauno.Porlanochedormíaconlacabezametidabajolasmantasdelmiedoqueledabaquesalierandedebajodelacamayladevoraran.UnadelasvecesquefueaMaonaregresóconungato. Le hablaba mientras limpiaba. El gato siempre se escapaba a lahabitaciónen laquehabíamuerto laviejayaGemmaledabamiedoentrarporqueteníalasensacióndequelaviejaestabaencerradaenelarmarioyqueleibaasaltarencimacuandoentrara.Poresosequedabasiempreenlapuertaylesuplicabaalgatoquesalieradeahí.ElgatoseechabalasiestaenelsillónyGemmalellamabadesdelapuertayleofrecíacortezasdequeso.Tambiényoibaconfrecuenciaaaquellahabitaciónporquemeagradabaimaginarqueallíhabíaestadolaviejaypodersentirsuolorenlosmurosyenlaspolverasvacíasyenlascortinasconborlas.

El estudio deAlberto estaba cerrado con llave. Lo cerraba siempre quesalíayseguardabala llaveenlachaqueta.Lepreguntéporquéhacíaesoymecontestóqueporquehabíaunrevólvercargadoenunodeloscajonesdesuescritorio. El cajón no tenía cerradura y no podía cerrarlo, por eso preferíacerrarlahabitaciónentera.Sepusoareírymedijoquenoqueríaquesemeocurriesedeprontoalgunaideamalvada.Medijoquehacíayamuchosañosqueteníaenelcajónaquelrevólvercargado,porsialgúndíaledabanganasdematarseodemataraalguien.Eraunaviejacostumbre,más todavía,unaespeciedeconvicciónsupersticiosa.MecomentóquetambiénAugustoteníaunrevólvercargadoenelcajóndesuhabitación.

Cuandosemarchabamuchasvecesmequedabaparadafrentealapuertadeaquellahabitación.Pensabaqueelrevólvernoeraelverdaderomotivoporelquecerrabaconllave.Alomejorhabíacartasoretratos.Medabarabianotenernadaqueocultar.Lehabíacontadotodamivida.Habíasidounavidadelomásmediocre e insulsa hasta el día en que le conocí.Había dejado que

www.lectulandia.com-Página27

Page 28: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

muriera todo lo que no tenía que ver con él. Había dejado de enseñar. AFrancesca no la veía apenas. Desde que me negué a ir a San Remo seencontraba a disgusto conmigo. Me daba la sensación de que hacía unesfuerzo constante para no decirme algo desagradable. Yo habría preferidoquememaltratara,comoyahabíahechoenunaocasión.Envezdeesoeragélidayeducada.LosGaudenzidecuandoencuandonosinvitabanacenarasu casa y eranmuy amables con nosotros, decían que se sentían como losartíficesdenuestrafelicidadporquehabíaconocidoaAlbertoensucasa,peroAlbertomedecíaqueeranestúpidosysiempreestababuscandoexcusasparanoir.CuandoveníaAugustoanuestracasaparacenareratodolocontrario,estabamuycontento.SequedabanlosdosensuestudioyyomeibaalacamaporqueAlbertomehabíadichoqueAugustosesentíaincómodoconmigo.

Pocos días después de que se marchara me encontré a Augusto por lacalle.Caminabaconelcuellodelabrigosubidoylasmanosenlosbolsillos.Poruninstantememiróconaquellamiradasuya,firmeydesdeñosa.Medioun escalofrío y no le dije nada, élme saludó con unmovimiento leve y sealejó rápidamente. Y así fue como me enteré de que Alberto me habíamentido,quenosehabía idodeviajeconAugusto.Volvíacasa.Mesentéjuntoalaestufayelgatosemepusoenlaspiernas.Enesemomentopenséque nuestro matrimonio era un desastre. Nunca antes lo había pensado.Acariciabaelgatoymirabacómoseponíael solalotro ladode laventanaentrelashojasrojas.Deprontomedicuentadequeenaquellacasamesentíacomosifueseunainvitada.Yanosentíaquefueramicasaycuandopaseabapor el jardín ya no pensaba que erami jardín y cuandoGemma rompía unplatomesentíaculpableinclusosiAlbertonodecíanada.Meparecíasiempreque la vieja estaba escondida en algún armario e iba a saltar sobremí paraecharmedelacasa,igualqueaGemmayalgato.Peroentoncesdóndeestabami casa. EnMaonamimadre había llenado de patatas, botellas y botes detomateenconservaelquehabíasidosiempremicuarto.Deprontocasimedabanganasdeestardenuevoenmihabitacióndelapensiónconlosgritosdelapavaylatapiceríadefloresycocermetodaslasmañanasunhuevoenelhornillodegas.

Cenéymefuialacama.Teníafríoynoconseguíadormir.Mechirriabanlosdientesenlaoscuridad.Enaquellacamahabíahechoelamorporprimeravez en nuestra noche de bodas. Luego estuvimos quince días en el lago.Sentía rechazo y vergüenza cuando me hacía el amor, pero me decía queaquellodebíadepasarlesatodaslasmujeresjóvenesalprincipio.Megustabasentirledormiramilado.Mesentíatranquila.Ledijecómomesentíacuando

www.lectulandia.com-Página28

Page 29: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

hacía el amor y le pregunté si todas la mujeres sentían los mismo. Mecontestóquenoteníaniideadequédiablossentíanlasmujeresyqueloquesentíaeradeseosdetenerunhijoporqueaquelloeralomásimportantequelepodía pasar a una mujer y también a un hombre. Me dijo que tenía quequitarmeeseviciodepensartanobsesivamenteenmiscosas.

Nuncamehabía imaginadoquemepudiesementir.Lehabíaayudadoahacerlamaleta,lehabíametidounachaquetadelanaporquepenséquepodíahacerfríoenlasgranjasyenloshotelesruralesenlosquedecíaqueseibaaalojar.Nohabíaqueridolachaquetadelanayyohabíainsistido.HabíasalidodecasaatodaprisadiciendoqueAugustoleestabaesperandoenelcafédelaestación.

Yorecordabacómohacíamoselamor,laspalabrastiernasytemblorosasquemedecía.Luegosequedabadormidoysentíasurespiraciónamiladoenmediodelaoscuridad.Mequedabamuchotiempodespiertaenlaoscuridad,recordando todas las palabras queme había dicho.Nome gustaba hacer elamor, pero me gustaba estar despierta en la oscuridad y repetirme todasaquellaspalabrassuyas.

NosehabíaidoconAugusto,sehabíaidoconaquellamujer.Ciertamentenoera laprimeravezquemementíayciertamentesehabíanencontradoyaotrasvecesantesdequedecidieracasarseconmigo.Cuandodecíaqueibaalaoficinaalomejoribaaencontrarseconella.Hacíanelamorytalvezledecíaaellalasmismaspalabrastemblorosasquemedecíaamí.Yluegosequedabainmóvilasu ladoysuspirabanlosdosporelsufrimientoque lesprovocabanopoderestarsiemprejuntos.Aquellamujerestabaenlaoscuridad,frenteamí, inmóvil. Bostezaba y se ponía las zapatillas con gesto indolente.Desaparecía y regresaba al cabo de un rato convertida en unamujer alta ymasculinaquedabapasoslargosyvigorososconunperritopequinéssubidoalcuello.

Albertoestuvofueradiezdías.Regresóunanoche.Parecíamuycansadoydepésimohumor.Medijoquequeríauncafémuycaliente.Gemmasehabíaacostadoya,demodoqueselopreparéyo.Selollevéanuestrahabitación.Bebíaelcaféymemiraba.Nisiquieramehabíadadounbeso.Bebíaelcafédespacio,mirándomefijamente.Ledije:

—NohasestadoconAugusto.¿Conquiénhasestado?Dejólatazaenlamesayselevantó.Sepasólamanoentrelosrizosyse

agarrólacabezaconfuerza.Sequitólachaquetaylacorbataysesentóenlasilla.Mecontestó:

www.lectulandia.com-Página29

Page 30: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

—Estoycansado, tengomuchosueño.No tengoganasdehablarenestemomento.

—Augustosehaquedadoaquí—ledije—,levien lacalle.¿Conquiénhasestado?

—Solo—contestó—,heestadosolo.Nosacostamosyapaguélaluz.—Hasidolomenosparecidoaunviajeagradable—sealzódeprontosu

vozenmediodelaoscuridad—.Habríasidomejorquedarmeencasa.—Seacercóamí,apretándosecontramicuerpo—.Nomepreguntesnada—dijo—, te lo suplico. Estoy triste y muy cansado. Me gustaría que estuvierascalladaymuyquieta.Mesientomuytriste.

—¿Esunamujercruel?—pregunté.—Esunamujerdesgraciada—dijoacariciandomicuerpomuydespacio

—,noesculpasuyasihacesufrir.—Meempezaronacaerporelrostrounaslágrimasmudasycalientes.Metocóelrostroconlamanoyseapretócontramí todavía conmás fuerza—.Un viaje infernal—dijo, y a continuación lesentí reír por lo bajo—.Nome preguntes nada.Nuncame preguntes nada,jamás.Eresloúnicoquetengo.Recuérdalo.

Teníalacaraapoyadaenmihombro.Letoquéconlamanoaquellosrizossuyos y aquel rostro delgado y caliente. Hicimos el amor. Aquélla fue laprimeravezquenomeprodujorechazo.

A los pocos meses se volvió a marchar. Nome preguntó nada. EstabahaciendolamaletaenlahabitaciónyviquemetíaunvolumendepoesíasdeRilke.Amí tambiénme leía aRilkeaveces,por lanoche.Semarchó.Medijo: «Regresaré dentro de dos semanas». Cerró con llave la puerta de suestudio, como siempre.Nunca se olvidaba de cerrarla. Le sonreí cuando semarchaba.

Todavíateníaaquellasonrisaenloslabioscuandosubíporlasescalerasycuando entré en la habitación. Intenté que aquella sonrisa permanecierainclusounpocomássobremirostro.Mesentéfrentealespejoymecepilléelpelomirándomefijamenteconaquellaestúpidasonrisa.Estabaembarazadaytenía la cara gorda y pálida. Las cartas que le escribía a mi madre teníantambiénaquellaestúpidasonrisaqueocupabaenesemomentomicara.Nofuia Maona porque me daban miedo las preguntas que me habría hecho mimadre.

www.lectulandia.com-Página30

Page 31: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

«Eres lo único que tengo. Recuérdalo». Lo había recordado. Aquellaspalabrasmehabíanayudadounpocoavivirtodoslosdías,comounhuesodeciruelachupadodemasiado tiempo.No lepreguntabanada.Regresaba tardepor la noche a casa y nunca le preguntaba qué había estado haciendo. Lehabía estado esperando durante tanto tiempo que hasta el silencio se habíaacabadovolviendodensoenmiinterior.Tratabainútilmentedeencontraralgoque contarle para que no se aburriera de mí. Intentaba encontrar cosasgraciosas y divertidas. Hacía punto bajo la lámpara y él leía el periódicoagarrándoselacabezaconfuerza.Decuandoencuandodibujabaalgoensucuaderno,peroyanuncamehacíaretratos.Dibujabatrenesycaballos.Hacíapequeñoscaballosalgalopecon lacolaalviento.Yahoraque teníamosungatodibujabatambiéngatosyratones.Ledijequehicieraungatoconsucaray un ratón con lamía. Se puso a reír y luegome preguntó por qué.Yo lecontestéquenosveía así anosotrosdos.Rióotravezymedijoqueyonoteníanadaderatón.Medibujóungatoconsucarayunratónconlamía.Elratón teníaunacaraasustadayabatidayelgatoeranegroy ferozyestabadibujandoenuncuaderno.

Cuando se marchó la segunda vez, esa misma noche, vino Augusto averme. Se quedó toda la noche. Me dijo que cuando Alberto se habíamarchadolehabíapedidoquemehicieracompañíaduranteeltiempoqueélnoestuviera.Mequedétansorprendidaquenosupeniquédecirle.Sequedóallí sentado delante de mí con la pipa encendida entre los dientes y unaespantosabufandadelanagrisenroscadaalcuello.Memirabafijamenteyensilencio con aquella cara suya grande y vigorosa y aquel bigote negro. Lepreguntéentoncessieraciertoqueleresultabaantipática.Sepusorojocomountomateyunsegundodespuésestábamosriéndonoslosdos.Yasífuecomonoshicimosunpocoamigos.Haytantasvecesquebastacondecirunafrasepara arreglar las cosas entre dos personas que no saben cómo hablarse…Luego empezamos a tutearnos porque me dijo que no se atrevía a hablarcuandoteníaquedirigirseaalguiendeusted.Medijoqueenlíneasgeneralestodoelmundoleresultabaantipáticoyqueentodasuvidalaúnicapersonaquehabíaconocidoqueleresultabaverdaderamentesimpáticaeraélmismo.Medijoquecuandoestabademalhumorsemirabaenelespejoysesonreíaunpocoyqueaquelloleponíaalegredeinmediato.Ledijequeyotambiénmesonreíaamímismaenelespejoperoqueamínomeservíadenada.Mepreguntósiestabademalhumorconfrecuenciayledije:

—Sí,confrecuencia.

www.lectulandia.com-Página31

Page 32: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Estaba frente amí con la pipa entre los dientes y de cuando en cuandoechabahumoentreloslabioscerrados.

—Augusto—ledije—,¿cómoesesamujer?—¿Mujer?—dijo—.¿Quémujer?—LamujerconlaqueAlbertosevadeviaje.—Escucha—medijo—,no sirvedenadaquehablemosde eso.Nome

parecejustoquehablemosnosotrosdos.—Nosénadadeella—ledije—,nisiquierasécómosellamaymemata

pordentrolacuriosidaddesaberquécaratiene.—Se llamaGiovanna—me dijo—.Una cara normal, no tiene nada de

extraordinario.—¿Noesmuyguapa?—pregunté.—Yyoquésé—dijo—.Yonoentiendonadadebelleza.Creoquesí,que

esmásomenosguapasiselesumatodo.Oalmenoslofueunavez,cuandoerajoven.

—¿Esqueahorayanoestanjoven?—Notanto—dijo—,pero¿dequésirvequehablemosdeesotúyyo?—Porpuroplacer—ledije—,megustaríahablarcontigoalgunavez.Me

cansodeestarpensandosiempresola,nosénadadeella,nisiquierasabíaquesellamaGiovanna.Poresosiempretengolasensacióndeestarenmediodelaoscuridad, como si fuese ciega y para avanzar tuviese que ir tocando lasparedesylosobjetos.

Semecayóelovilloyélseagachóarecogerlo.Mepreguntó:—¿Cómodiablososcasasteisvosotrosdos?—Sí—respondí—,meequivoqué.Noteníamuchasganasperotampoco

lo pensamos mucho. A él no le gusta pensar demasiado en las cosasimportantesyodiaalagentequeseobsesionademasiadoconsuscosasyqueseesfuerzaenencontrarunamaneradevivirmásapropiada.Cuandomeveparada y en silencio enciende un cigarrillo y se marcha. Me casé con élporquequería saber siempredóndeestaba.Él sabe siempredóndeestoyyo.Sabequeestoyaquíyque leespero,peroyonosédóndeestáél.Noesmimarido.Unmarido es una persona de la que una sabe siempre dónde está.Una persona que cuando te preguntan «¿Dónde está?» puedes respondersiempreenseguidaysintemoraequivocarte,peroyoahoranisiquierapuedosalirdecasadelmiedoquemedaencontrarmeconalguienyquemepregunte«¿Dóndeestá?».¿Meentiendes?Nisiquierasabríaquéresponder.Puedequetodoestoteparezcaunatontería—ledije—,peroamímeavergüenzayporesonosalgodecasa.

www.lectulandia.com-Página32

Page 33: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Medijo:—¿Cómoesqueoscasasteis?¿Cómoosdioporahí?Yomepusealloraryélmedijo:—Bonitatonteríahabéishecho.Aspiraba el humo de la pipa y me miraba en silencio. Parecía estar

negándoseasímismolaposibilidaddesentirpiedaddemíconaquellacarasuya,profundaytestaruda.Ledije:

—Augusto,¿dóndeestáAlberto?¿Dóndeestáahora?—No lo sé—respondió—. Buenas noches, me tengo que marchar. —

Cogió su sombrero,queestaba sobre la silla,yvació lapipaenel ceniceroconayudadeunacerilla.Sequedófrentealapuertaconaquellaplantasuyaenorme y solitaria. Me dijo—: No puedo hacer nada, de verdad. Buenasnoches.

Nopudedormirentodalanoche.FantaseabaconlaideadequeAugustoseenamorabademíyseconvertíaenmiamante.Yoibaaencontrarmeconéltodoslosdíasaunhoteldelaciudad,volvíamuytardeacasayAlbertomeesperabaymemirabaconangustiatratandodeadivinardóndehabíaestado.PerocuandoAugustovolvióotrodíalemiréymediovergüenzahaberestadopensandoesascosas.Merecogíaelovillocuandosemecaía,rellenabalapipay la encendíay lavaciabaenel ceniceroconayudadeunacerillamientrascaminabaarribayabajoporlaalfombrayyomeimaginabacómohabríamoshechoelamorenlahabitacióndeunhotelymeponíarojadevergüenza.Peronoteníaningunapintadeestarenamoradodemíyyonoteníaganasdehacerel amor con él. No le hablé más de Alberto y de mí, y como él tampocohablaba ni sabíamos de qué otra cosa hablar, me aburría y me daba lasensacióndequeél también seaburría.Aunasí estabacontentadequenoshubiésemoshechounpocoamigos.CuandoAlbertovolvióacasaloprimeroquelecontéeraquenoshabíamoshechounpocoamigos.Norespondiónada,noteníapintadeestarmuycontento.Gritóyseenfurecióenelbañoporqueelagua no estaba lo bastante caliente y no encontraba su peine de la barba yotrascosasquebuscaba.Cuandosaliódelbañosehabíaafeitadoyencendióun cigarrillo le pregunté si aquel viaje había ido mejor que el otro. Merespondió que había sido un viaje comootro cualquiera, que nomerecía lapenanisiquierahablardeltema,habíatenidoqueiraRomaaresolverunascuestiones. Le dije que por favor no se volviera a marchar hasta que nohubiesenacidoelniñoporquemedabamiedoponermemalaporlanocheysiestabasolapodíaacabarteniendocomplicaciones.Merespondióquenoeralaprimeramujerdelmundoqueteníaunniñoyqueibalistasiteníatodosesos

www.lectulandia.com-Página33

Page 34: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

miedos.Nonosdijimosnadamás.Yolloréunpocohaciendopuntoyélsaliódelahabitacióndandounportazo.

PorlanochevinoAugustoyyolehicepasaralsaloncito.Albertovolvióadecir que había estado enRoma resolviendo ciertas cuestiones y le dio lasgraciasporhabermeidoaverdevezencuando.DespuésdeunratoGemmamellamóalacocinaparaenseñarmelalistadelacompraycuandovolvíalsalónsehabíanmarchadolosdos.Unsegundomástardelesoícharlandoenelestudio.Pensésidebíairallíconellososimeteníaquequedarenelsalón.Yoqueríairperonomedecidíadeltodoyalfinalpenséquenoteníanadadeextrañoyfui.Cogímilaborytratédeentrarenelestudioperomeencontréconquehabíancerradolapuertaconllave.EscuchéqueAlbertodecía:

—Sí,esinútil.¿Qué es lo que era inútil?Me senté en el salón y empecé a contar los

puntos.Mesentíacansadaypesada,elniñosemovíaenmiinteriorypenséquedeseabamorirconaquelniñodentroparadejardesentiraquellaangustiaynovolverasentiryanada.

Me fui a la cama,me quedé adormilada yme desperté cuandoAlbertovinoaverme.Ledije:

—Notengomiedo,megustaríamorirconelniño.Yélmedijo:—Anda,duérmeteydejadedecirtonterías.Noquieroquetemueras.Yolecontesté:—A ti te da igual simemuero.Tienes aAugusto y aGiovanna.No te

hago ninguna falta. Ni siquiera tienes ganas de tener un hijo, ¿para quépodrías querer tú un niño?Ya eres viejo y has estado todos estos años sintenerhijos,estabasbienynosentíasningúndeseodetenerlos.

Sepusoareírymedijo:—Tampocosoytanviejo,tengocuarentaycuatroaños.—Peroeresmuyviejo—ledije—,tienestodoelpelocanoso,hasestado

cuarentaycuatroañossintenerhijos,¿paraquépodríasquerertúunniño?Yaesdemasiadotardeparaqueteacostumbresalllantodeunniñoenlacasa.

—Te suplicoquedejes dedecir tonterías—medijo—, sabesquedeseomuchoquenazcanuestrohijo.

—¿PorquénolehashechounhijoaGiovanna?Dioungransuspiroenlaoscuridadymedijo:—Tepidoquenomehablesmásdeesapersona.Meincorporéentoncesparasentarmesobrelacama.—Nodigas«esapersona»,diGiovanna.

www.lectulandia.com-Página34

Page 35: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

—Comoquieras—respondió.—DiGiovanna.—Giovanna.—¿Porquénuncaseosocurriótenerunhijojuntos?—Porquenocreoquelehubiesegustadotenerunhijoconmigo.—¿No?¿Esqueyanotequiere?—No,nocreoquemequiera.—Yotampocotequiero,esimposiblequererte.¿Ysabesporqué?Porque

notienesvalorparairhastaelfondodelascosas.Noeresmásqueuntapóndecorcho,esoesloqueeres.Nadietequiereporquetúnoquieresanadie.

—¿Túnomequieres?—mepreguntó.—No.—¿Hacecuántotiempoquenomequieres?—Nolosé,desdehaceyatiempo.Lesentísuspirarotravez,medijo:—Esoesunadesgraciatremenda.—Alberto—ledije—,dimedóndehasestadotodosestosdías.—HeestadoenRomaresolviendounascuestiones.—¿SolooconGiovanna?—Solo.—Júralo.—Notengoganasdejurarnada—contestó.—Porque no es cierto. Has estado con Giovanna. Dime dónde. ¿En el

lago?¿Habéisidoallago?Encendiólaluzysepusodepie.Cogióunamantadelarmarioymedijo:—Mevoyadormiralestudio,descansaremosmejorlosdos.Ahíestabaenmediodelahabitaciónconlamantabajoelbrazo,pequeño

ygrácilconsupijamaazularrugado,elpelodespeinadoylamiradallenadecansancioyangustia.Mepuseallorar.Ledije:

—No,Alberto,noquieroquetevayas,noquieroquetevayas.—LlorabaytemblabatantoqueAlbertosesentóenlacamayempezóaacariciarmeelpelo.Yoleagarréunamanoyselabesé—.Noesverdadquenotequiera—dije—,claroquetequiero,¿cómopuedesnodartecuenta?Jamáspodríaestarconotrohombre.NuncapodríahacerelamorniconAugustoniconningúnotrohombre.Megustahacerelamorcontigo.Soytumujer.Siemprequetevasteespero.Nopiensoenotracosa,nosoycapazdepensarenotracosa,mevuelvo idiota poco a poco. Nome gusta volverme idiota pero no tengo la

www.lectulandia.com-Página35

Page 36: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

culpa.Recuerdotodaslascosasquehemosvividojuntosdesdeelprimerdíahastaelúltimo.Estoycontentadesertumujer.

—Entoncesestátodobien—dijo,cogiólamantaysemarchóalestudio.Durantemuchotiemponovolvimosadormirjuntos.

Cuandosalídelbaryaestabaoscuro.Yanollovíaperolasbaldosasdelacalletodavíaestabanhúmedasdelluvia.Enesemomentomedicuentadelocansadísimaqueestaba, eracomosimeardieran las rodillas.Aunasí seguípaseando todavía un rato por la ciudad y luego cogí un tranvía yme bajéfrentealacasadeFrancesca.Lasventanasdelsalónestabaniluminadasyvialasirvientaconunabandeja,entoncesrecordéqueeramiércoles.ElmiércoleseseldíaqueFrancesca suele recibir a susamigos.Demodoqueme fuideallí.Empecéacaminardenuevo.Sentíalospiescansadosypesadosyteníaunagujeroen lamediadelpiederecho.Mehacíadañoel rocedelzapatoatravésdelagujerodelamedia.Penséqueibaatenerqueregresaracasaanteso después.Me vino un escalofrío parecido a una náusea. Regresé al jardínpúblico,mesentéenunodelosbancosysaquéelpiedelzapatoparamirarelpunto en el que me estaba haciendo daño con el agujero de la media. Lamediaestabaenrolladaehinchada, semehabíametidounapiedrecitaymehabía acabado haciendo una herida, sangraba. Las parejas se besabanapasionadamenteenlosbancosyentre lapenumbradelosárbolesseveíaaunviejodurmiendoenelsuelobajounamantadecolorverde.Cerrélosojosypenséenaquellastardesquesacabaapasearalaniñaporeljardínpúblicoyellacaminabadespacitoyledabatazasdetéconlechequellevabaconmigoeneltermo,dentrodelabolsa.Teníaunabolsaenformadesacodondemetíatodas las cosas de la niña, las toallitas de papel y la esponjita y tambiénalgunoscaramelosblandosconpasasdemoscatelquememandabamimadredesde Maona y que tanto le gustaban. Eran tardes largas y yo las pasabaenteraspaseandodespacitoconlaniñaeneljardínpúblico,medabalavueltay laveíavenir con sugorrode terciopelobordadoy su abrigo conbotonestambiénde terciopeloy lospantalonesblancos.Francesca lehabía regaladouncamelloalquese lemovía lacabezaalcaminar.Eramuybonitoy teníauna silla de pana roja recamada de oro. Movía la cabeza con un airebondadosoydistinguido.Acadainstantelaniñaseenganchabaencualquierlugarysecaía.Entrelosárbolescaminábamosmásrápidobajoaquelsoltibioyunpocohúmedoyalaniñaselecaíanlosguantesyyomeinclinabapara

www.lectulandia.com-Página36

Page 37: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

recogerlosyponérselosenlasmanosylelimpiabalanarizconunpañuelitoylacogíaenbrazoscuandosecansaba.

Pensé que iría a casa a pasar la noche y después a la comisaría, a lamañanasiguiente.Nosabíaexactamentedóndeestabalacomisaríaperoteníapensadobuscarladirecciónenlaguíatelefónica.Ibaatenerquepedirlesquemedejarancontarlotodo,desdeelprimerdía,porquehabíaalgunosdetallesqueparecíanbanalesyquesinembargoteníangranimportancia.Ibaaseruntrámiteunpoco largopero teníanquedejarmehablar. Intentaba imaginar lacaradelhombrequemeibaaescuchar,penséqueseríaunacaracetrinaconbigotesyquemeescucharíadesdeelotroladodelamesa.DenuevomediounescalofríoytambiénganasdellamaraAugustoyFrancescaparapedirlesque fueranellos a la comisaríaoqueescribieranunacarta a la comisaríayquedarmeencasaesperandoaquealguienmevinieraabuscarymellevase.Después de eso me meterían en prisión pero esto no llegaba a pensarlo.Estaba la comisaríay el hombre con la cara cetrina, grandey lúcida tras lamesa,cuandosereíamedabaunescalofríoperodespuésseesfumaba,díasydíasyañosseprecipitabansordoscomosiestuvieranfuerademividaynotuvieranningunaconexiónconlosdíasylosañosdeaquellavidamíaenlaque había tenido una niña y en la que habían estadoAlberto yGiovanna yAugustoyFrancescayGemmayelgatoyMaonaymipadreymimadre.Queyofueraonofueraaprisióneraalgoquenisiquieracontabaporqueloquecontabayahabíasucedido,yesoeracuandolehabíadisparadoAlbertoylehabíavistocaercontodoelcuerposobrelamesayhabíacerradolosojosyyohabíasalidodelahabitación.

La niña nació a las tres de la tarde del 11 de enero hace ya tres años.Estuve gritando dos días enteros en bata por toda la casa y Alberto ibasiempredetrásdemíconunacaramuyasustada.VinoeldoctorGaudenziyunacomadronamuyantipáticayjovenquellamaba«papaíto»aAlberto.LacomadronasepusoadiscutirconGemmaenlacocinaporquedecíaquelasbotellasnoestabanlobastante limpias.Hacíanfaltamuchasbotellasparaelagua esterilizada y Gemma estaba muy asustada porque me oía gritar yademásduranteesosdíasteníaunorzueloynoentendíanada.Hastavinieronmipadreymimadre.Yoibaportodalacasadiciendocosassinsentido,decíaque teníanqueayudarmeaacabardeunavezcon lodeaquelmalditoniño.Luegomemetíenlacamaytuveunsueñohorrible,meadormecíunsegundoperomedespertéenseguidaconaqueldolorespantosoygritéylacomadrona

www.lectulandia.com-Página37

Page 38: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

medijoquesemeibaasalirlagargantasiseguíagritandodeesamanera.Mehabíaolvidadodelniño.HastamehabíaolvidadodeAlberto.Loúnicoquedeseaba era dormir y que se acabara cuanto antes aquel sufrimiento. Noqueríamorir,queríaviviryteníamuchomiedodemorir,lepreguntabaatodoel mundo cuándo me iba a dejar de doler. Pero duró todavía mucho mástiempoylacomadronaibayveníaconsusbotellasymimadrellorababajitovestidadenegroenunaesquinadelahabitaciónyAlbertomeagarrabadelamanoperoyonoqueríaquemeagarraradelamanoymordíalassábanasymeesforzabaparanotenerelniñoporquehabíaolvidadotodoloquenofueraecharfuerademivientreaqueldolorquetenía.

Yasífuecomonaciólaniñaydeunsegundoaotrodejédesentirdolor.Levanté la cabeza paramirar a la niña que ya lloraba toda roja y desnudaentremispiernasyAlbertose inclinósobremíconlacara llenadealivioyalegríaydeprontomesentítanfelizcomonolohabíaestadoentodamividasinaqueldolorenel interiordemicuerpoyconuna increíblesensacióndealegríaydepaz.

Mimadreme acercó a la niña y la puso ami lado en la cama, estabaenvueltaenunchalblancoydelinteriordelchalsalíansuspuñitoscerrados,rojosyfríosysupequeñacabezahúmedaydesnuda.VilacaradeGemma,queseinclinabasobremíyqueteníaunasonrisaenormeytambiénmimadreteníaaquellamismasonrisaenormeyelllantodébildelaniñaqueproveníadelinteriordeaquelchalhacíaquesemeencogieraelcuerpodeemociónyalegría.

Todosmedecían que tenía que descansar pero yo ya no tenía ganas dedescansar y hablaba y hablaba y comentaba cómo era la niña y describíacómoerasunarizysufrenteysuboca.Cerraronlospostigosysemarcharonllevándoseconellosa laniña.Elúnicoque sequedóconmigo fueAlberto.Estuvimosriéndonos juntosunratodeGemmaporque lehabíasalidoaquelorzuelo y también de la comadrona que había estado llamando todo el rato«papaíto»aAlberto.Mepreguntósitodavíaqueríamoriryyolecontestéquede eso nada, que ya no queríamorir, que todo lo contrario, le dije quemeapetecíamuchísimobeberunzumodenaranja.Fueaprepararmeunzumoyregresó con un vaso muy grande en una bandeja y me sostuvo la cabezamientrasbebíaymebesóenelpelo.

Los primeros días la niña eramuy fea. Alberto la llamaba «el sapito».Cuandovolvíaacasaloprimeroquepreguntabaera:«¿Cómoestáelsapito?».Yluegoseibaamirarladentrodelacunaysequedabaallímirándolaconlasmanos en los bolsillos y hasta compró una cámara de fotos para hacerle

www.lectulandia.com-Página38

Page 39: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

fotografías cuando se volviese un poco más guapa. Mi madre y mi padreregresaron a casa después de unos días ymimadre estabamuy contenta ycuandosalíanporlapuertamepreguntósiestabacontentayyoledijequesí.MeenviódesdeMaonaunpaqueteenormellenoderopitadelanaparalaniñaytambiénunpardecalcetinesquelehabíahechoaAlbertomientrasquemipadreleenviódosbotellasdevinoporqueestabancontentosycreíanqueibatodobien.MimadremeescribióunacartaenlaquemedecíaqueteníaqueestarpendientedequeAlbertonosecansasedemasiadoeneltrabajoporqueleveíamuydelgadoycomíapocoyqueteníaqueapañármelascomopudieraparaquelaniñaledejaradormirporlanoche.Alomejormimadrepensabaquehabíamosvueltoadormir juntosdesdequehabíanacidolaniñaperolocierto era que dormía en el estudio desde aquella noche que regresó de suviaje y yo dormía con la cuna de la niña junto a la cama.No dormía bienporqueacadaratomedespertabaparamirarsilaniñadormíaositeníafríoodemasiado calor o si respiraba con calma.Más tarde, a los pocosmesesdenacer,laniñasevolviómuymalayacadaminutosedespertabayseponíaagritar y yo tenía que levantarme y acunarla. Siempre tenía miedo de queAlberto la escuchara llorar incluso desde allí, desde el estudio, así quemelevantaba a toda prisa y la cogía en brazos y la acunaba paseando arriba yabajo por la habitación cantándole en voz baja. Y así fue como se fuevolviendo cada vez más mala y más nerviosa, porque le gustaba que laacunaran,seadormecíaentremisbrazosyparecíarealmentedormidaconlosojoscerradosylarespiracióntranquilaperoencuantovolvíaaposarlaenlacunaseponíaagritarotravez.Durantetodoeldíayoestabamuertadesueño.Teníapocalecheyporesomeforzabaacomeryacomeryengordémuchoperolaniñaseguíasiempredelgadaycuandolasacabadepaseoenelcarritomiraba a los otros niños pequeños en sus carritos y preguntaba a la gentecuántosmesesteníanycuántopesabanymeavergonzabadequeminiñanoestuviesegordayfuertecomoloádemás.Meempeñabaenpesarladespuésdecada tomay todos los sábados lapesabadesnudaantesdelbañoy teníauncuadernitoenelqueescribíacontintarojaelpesoglobaldetodalasemanaycontintaverdeelpesodespuésdecadaunadelastomasytodoslossábadosmedespertabaconmuchosofocoesperandoquehubiesecrecidoporfin,perocrecíapocoyhastahabíasábadosenlosquemedesesperabaporquenohabíacrecido absolutamente nada. PeroAlberto se enfadaba conmigo cuandomedesesperabaymedecíaqueéltambiénhabíasidomuydelgadodeniñoyseburlabademíporlodelcuadernitoyporlaformaenlaquemetemblabanlasmanos cuando vestía y desvestía a la niña y por cómo desperdiciaba los

www.lectulandia.com-Página39

Page 40: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

polvosdetalcoymevolvíalocacuandogritabalaniña.Hizoundibujodemícon la boca llena de imperdibles y con aspecto asustadoy preocupadoy elcinturónde labatadesatadoy arrastrándolopor el sueloy elpelobajounaredecillacomo lo llevabaentoncesporqueno teníaganasdepeinarmebien.YonodejabaqueGemmatocasealaniñayhastamedabaunpocodeascocuando se inclinaba sobre la cuna para hacerle monerías y le agitaba elsonajero con aquellas manos suyas siempre rojas ymojadas. Y ni siquieracuando entraba Augusto en la habitación para ver a la niña estaba muycontentaporquemedabamiedoquetrajesealgunaenfermedaddelacalleycomo él vivía con una hermana suya que también tenía un niño me dabamiedo de que ese niño tuviese la tos ferina o el sarampión y luego meavergonzabadehaberpensadoqueAugustotraíaesasenfermedadesporqueelpropioAugustomehabíadichoqueelhijodesuhermanaestabamuygordoymuysano.

Cuando la niña cumplió dos o tres meses Alberto empezó a hacerlefotografías, la fotografiaba en la bañera y tumbada sobre lamesa y con elgorritoysinelgorritoyduranteunaépocaledivirtiótantoquehastallegóacomprar otra cámara de fotos más moderna y un álbum enorme con lacubierta llena de flores en el que iba pegando con cuidado todas aquellasfotografías en orden cronológico y escribía debajo la fecha en tinta roja yhasta algunas pequeñas frases. Pero al poco rato se aburrió de hacerfotografías porque él era un hombre que siempre se acababa aburriendo detodo.Yunodeaquellosdíasmedijoqueibaahacerunpequeñoviajeparadistraerse y para ver a unos amigos que tenían una villa junto a un lago ycuandoestabahaciendolamaletavicómometía laspoesíasdeRilke.Yasífuecomosemarchó,despuésdecerrarconllaveelestudio,porquedeesonoseolvidabanunca,ymientras tantoyomequedémirandoel álbumcon lasfotografíasencimadelamesadelsalónpensandocómosehabíaidocansandopoco a poco de hacer fotografías y el álbum se había quedado vacío a lamitad.Medabapenavertodasaquellaspáginasvacíasynegrasdelálbum.Laúltimafotografíaeraunadelaniñaconelsonajeroydebajo,escritocontintaroja,«Empezamosajugar».Penséentoncesquesihabíaalgodeloquenosehabíacansadoen toda lavidaeradeGiovannaporqueestabaseguradequeeraconellaconquiensehabíaidoallagoyaquienleíapoesíasdeRilkelosdosjuntossentadosenunodelosbancosquehabíajuntoalaribera.Conmigosecansómuy rápidode leer aRilke,por lanoche leía elperiódicooalgúnlibrosincomentarnada,agarrándoselacabezaconfuerzaohurgándoseentrelosdientesconunpalilloyjamásmedecíanadanideloqueleíanideloque

www.lectulandia.com-Página40

Page 41: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

pensaba.Mepreguntabasieraculpamía,perorecordabaquecuandomeleíaaRilkeledecíaqueeranunosversosmuybonitosapesardequesiempremeaburríanunpoco.PensabaquéeraloquehacíaGiovannaparatenerleasídeatado, tal vez no le hacía saber nunca que le quería y en vez de eso leatormentaba y le engañaba, por eso él nunca tenía paz y no conseguíaolvidarsede ella ni por un segundo.Fui amirar a la niña a la cunay sentílástimaporellaporquelaúnicapersonaenelmundoquelaqueríadeverdaderayo.Peroluegolacogíenbrazosparadarleelpechoymedesabrochéelvestido pensando que cuando unamujer tiene a su hijo entre los brazos elrestodelmundonodeberíaimportarlenada.

Laniña teníaseismesescuandoempecéadestetarla.Lepreparabaunaspapillasdeharinadearroz,peronolegustabandemasiado.Adelgazótodavíamásyllorabamuchoynodigeríabien.EldoctorGaudenzieramuyamableyvenía amenudo verla peromuchas veces se impacientaba conmigo porquedecía que era demasiado impresionable y que nunca estaba tranquila. Y laverdad es que era cierto que nunca estaba tranquila y me asustabatremendamentecadavezquelaniñateníafiebreycomonoentendíanadaleponía el termómetro y leía un libro en el que aparecían todas lasenfermedadesquepodíatenerydejabadepeinarmeydecomerymepasabaenvela toda lanoche.Si laniña tenía fiebremeponíahechauna furiay legritabaaGemmasinmotivocomositodofueseporsuculpa,peroencuantoselepasabalafiebrepocoapocorecobrabalasensatezymedabavergüenzaporGemmaporque le había gritado y entonces la llamabay le hacía algúnregalo.Medabanganasdenovera laniñaduranteun tiempo.Medabadeprontounaespeciederepugnanciaportodaslascosasqueteníanqueverconella, el sonajero y el bote con los polvos de talco, los pañales, que casisiempreestabansobrelassillas,ymeapetecíairmealcineconmisamigasoleer una novela. Pero no tenía amigas y si abría una novela me cansabaenseguidayregresabaaaquellibroenelqueestabanescritastodaslascosasque debían comer los niños pequeños y todas las enfermedades que podíantener.

Una tarde mientras preparaba la harina de arroz de pronto se presentóFrancesca. No llevaba sombrero y estaba sinmaquillar. Llevaba puesto unimpermeable sobre un vestido negro y tenía un aire amenazador con unmechóndepeloquelecaíasobrelosojos.Mepreguntósipodíadormirenmicasaporquesehabíapeleadoconsumadre.LedijeaGemmaquelepreparasela cama en el diván del salón. Se sentó y se me quedómirando fijamente

www.lectulandia.com-Página41

Page 42: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

mientras le daba la papilla a la niña, la niña como siempre escupía cadacucharadayFrancescafumabaynodejabademirar.

—No podría soportar un niño —dijo—, el día que tenga un niño loprimeroqueharéserásuicidarme.

Albertoestabaenelestudio.FuiadecirlequehabíavenidoFrancescayquedormiríaencasaconnosotrosporquelehabíapasadounacosa.

—Está bien —dijo. Estaba leyendo un libro alemán sobre Carlos V yhacíaanotacionesamanoenlosmárgenesdelapágina.

Acostéalaniña.Francescaestabaenelsalónyfumabarecostadasobreeldiván.Teníaunairecomosiaquelsalónhubiesesidosuhabitacióndurantetodalavida.Sehabíaquitadolas ligasylashabíadejadoenelespaldardelsillón.Tirólacenizasobrelaalfombra.Medijo:

—¿Sabesqueteestáponiendoloscuernos?—Sí,losé—dije.—¿Ynotemolesta?—No.—Plántale —dijo—, vámonos de viaje. Ese hombre es un esperpento.

¿Quétepasa?—Lequiero—dije—ytenemosalaniña.—Peroteponeloscuernos.Teponealegrementeloscuernosconotra.De

cuando en cuando me los encuentro. Tiene el Culo como una coliflor yademásnoesnadaguapa.

—EsGiovanna—dijeyo.—Plántale—respondió—,quéteimportaati.—Lahasvisto—dije—,¿cómoes?—Mmmm—dijo—,nosabevestirse.Caminanjuntosmuydespacio,muy

despacio.Lesveoamenudo.—¿Porquécomounacoliflor?—pregunté.—Comounacoliflor—dijo—,redondo.Lomuevealcaminar.¿Yatiqué

diablosteimporta?—Sedesnudóysepusoacaminarporelsalón.Cerrélapuerta con llave—.¿Tedamiedoquemevea?—medijo—.¿Tedamiedoquemeveaeseesperpento?Déjameuncamisónparadormir.

Lellevéuncamisónyselopuso.—Oye,bailoaquídentro,quégordaestás.—Adelgazaréahoraquehedestetadoalaniña.—Yonoquieroniños—dijo—,nomequierocasar.¿Sabesporquémehe

peleadoconmimadre?Porquedesdehacemesesselehametidoenlacabezaque me tengo que casar con un fulano. Un fulano de una compañía de

www.lectulandia.com-Página42

Page 43: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

transportes.Siempreestánbuscándomeaalguien.Yabasta.Yonovuelvoacasa. Alquilaré una habitación y me buscaré un trabajo, ya he tenidosuficientefamilia.Imagínatelasganasquetengoencimadetenerunmarido.Paraquemepongaloscuernoscomoati.Menudoplan.Megustaacostarmeconhombres peromegusta cambiar.Después de un par de veces ya tengosuficiente.

Yolamirabaylaescuchabaasustada.—¿Hastenidoamantes?—pregunté.—Sí,claro—dijo,ysepusoareír—.¿Teasusta?—No—dije—,peronoloentiendobien.—¿Quéesloquenoentiendes?—Cómosepuedecambiartanto.—¿Noloentiendes?—No.—He tenido muchos amantes —dijo—, el primero fue uno en Roma

cuandoestabaenel cursode teatro.Mepidióquemecasaraconélycortéenseguida. Después de un par de veces ya no lo podía soportar. Habríaacabadotirándoloporlaventana.Peroenesaépocamedabamuchomiedoloque estaba haciendo.Me preguntaba: ¿quién diablos soy? ¿Es que soy unaputa y por esome gusta tanto cambiar? Cuando una es joven las palabraspueden darmuchomiedo. En esa época hasta yomisma creía que tambiénqueríaunmaridoyunavida como ladel restode lasmujeres.Peropoco apoco fui comprendiendo que no merece la pena tomarse las cosas tandramáticamente.Tenemosqueaceptarnoscomosomos.

—Tambiénlosotrostienenqueaceptar lascosascomoson—dijeyo—,tambiényotengoqueaceptaraAlbertocomoes.Y,además,mínomegustacambiar.

Ellaseechóareírymediounbeso.—¿Creesquesoyunaguarra?—preguntó.—No,noloeres—ledije—,perocuandoseasviejaestarássola.—¿Yquédiablosmeimportaesoahora?Cuandotengacuarentaañosme

suicidaré.Otalvezparaesaépocatúyahabrásplantadoaeseesperpentoynosvayamosavivirjuntas.

Lediunbesoymemarchéamihabitación.Mesentíaconfusaypensabademasiadas cosas a la vez. Me venían a la mente demasiadas palabras almismo tiempo: esperpento y coliflor y puta y guarra y aceptarse a unamisma y a los otros y suicidarse. Veía aAlberto y aGiovanna caminandojuntos despacio muy despacio por la calle, igual que caminaba a mi lado

www.lectulandia.com-Página43

Page 44: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

cuando todavía no nos habíamos casado. Ahora ya no salíamos nunca apasear.Meacosté.Teníamuchísimasganasdeiralestudioytumbarmeasuladoenlacama.Teníaganasdeapoyarmicaraensuespaldaydepreguntarleporquéyanosalíamosapasearjuntos.Yteníaganasdedecirlequeamínomegustabacambiar,peronomeatrevíaairalestudioymedabavergüenzaquepensaraquehabía idoparahacer el amor, así quemequedéallí quietaesperandoquemevinieraelsueño.

Francesca se quedó veinte días con nosotros. Yo estaba contenta y mehacía bien hablar con ella. Ya no sentía tanto miedo cuando la niña teníadiarreayellaseburlabademícuandomeasustaba,perodeunmodoquemehacía bien. De vez en cuando me convencía para que le dejara la niña aGemma y nos íbamos al cine ella y yo. Era agradable levantarse por lamañana y encontrarse a Francesca en casa con un camisón grande de rasoblancoylacaracubiertadecremayestarcharlandohastalahoradecomer.Eraungranaliviopoderhablarconella.YasífuecomomedicuentadelopocoquehablabaconAlberto, cadaveznosdecíamosmenos cosas cuandoestábamos juntos y cada vez le confesabamenos lo que sentía por dentro.Siempre que estaba en casa se encerraba en el estudio donde había undesordentremendoporquenonosdejabaqueentráramosaordenarlascosas.Gemmalehacíalacamaybarríadelantedeélyéllahacíasalirdeinmediato.No le estaba permitido tocar nada que hubiera sobre la mesa ni en lasestanterías.Habíamuchopolvoyunolordesagradable.Sobrelamesahabíaun retratode sumadreyunbustoenyesodeNapoleónquehabíahechoélmismocuandoteníadieciséisaños.NoseparecíamuchoaNapoleónperoaunasí estaba muy bien hecho. Tenía también barcos de guerra que construíadesdequeeraniño,terminadosminuciosamenteenlosdetallesmáspequeños.Estabamuy orgulloso de sus barcos de guerra y sobre todo de un pequeñovelero con una banderita. Llamó a Francesca para que fuera a saludarle ytambién le enseñó la banderita. Le mostró su biblioteca y hasta le recitóalgunaspoesíasdeRilke.FuemuyamableconFrancescayduranteaquellosdías hizo todo lo que estaba en su mano para complacerla. Siempre queconocíaaalguiennuevointentabasersimpático.Aunquetambiénmedabalasensación de que le tenía un poco demiedo a Francesca. Puede que hastaGiovanna le dieramiedo.Demí, sin embargo, jamás tuvomiedo y eso noestabanadabien.Noteníanada,niunapizcademiedodemí.

Francesca me mandó a su casa a recoger sus vestidos. Estaba la tía ycuandomeviosepusoallorar.Mehizotantaspreguntasquenosabíaniquéresponder.NollegabaaentenderporquéFrancescanoqueríaaaquelseñor

www.lectulandia.com-Página44

Page 45: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

delacompañíadetransportes.Eraunapersonadelomásformalyestabamuylejosdeserfeo.NollegabaaentenderquédemoniosesperabaFrancescadelavida.Jamáshabíaentendidoniunpoquitoaesamuchacha.

—Eslanuevageneración—dijo—,eslanuevageneración.Llorabayserestregabalacaraconaquelpañueloempapado.Yotratéde

explicarle que Francesca era joven y que todavía había tiempo para queencontrara aunhombreque le gustaramás.Mecontestóqueno le gustabacómoFrancescaserelacionabaconloshombres,cómocoqueteabaconellosyteníasiempreadosotresalrededor.NocreoquesupieraqueFrancescahabíatenidoamantes.Esoeraalgoquenisiquieraselepasabaporlacabeza.Hacíatodoloquepodíaparaentenderperonoseenterabadenada.Yopensabaenelesfuerzo que hace todo el mundo para adivinar lo que hacen los demás ycómo todos se atormentan siempre para tratar de descubrir la verdad y semuevencomociegosensuoscuromundo tocando lasparedesy losobjetosparaorientarse.Hiceunpaquetitoconlosvestidosymemarché.

Francescaestabaenlacocinadepilándoseelentrecejofrenteaunespejito.GemmasehabíaquedadomirándolaconlabocaabiertayFrancescalehizounaburla.

—Veteaprepararmeunbaño,niña—dijo.Gemma salió de la cocina riéndose por lo bajo. Francesca sacó los

vestidosdelpaqueteylosobservóunoaunodándoleslavueltaconelceñofruncido.Lepreguntésiteníapensadovolveracasa.

—No—dijo—,yabasta.Preparéunzumodenaranjaparalaniña.Eralaprimeravezqueledaba

zumo de naranja y me sentía emocionada y contenta. Me alegraba que seestuvieraconvirtiendoenunaniñamayoryquecomieralamismacomidaquelosadultos.Puseahervirlacucharilla.

—Cuánta historia —dijo Francesca—, y todo para que crezca, seconviertaenunamujery terompalasnaricescomohagoyoconmimadre.Lafamiliaesuninventoabsurdo.Imagínatesipiensocasarme.

Aveces sentía unpocode celos deFrancesca.Alberto eramuy amableconellaylehacíaretratos.Ellaletratabaconunaireunpocodesdeñosoperocuandoélempezóahacerleretratosensucuadernillodisminuyósudesprecio.PorlanocheAlbertolallamabaalestudioyleleíapoemasdeRilke,tambiénveníaacasaAugustoydeprontopenséquetalvezFrancescayélsepodríancasar.SelodijeaFrancescayellamedijoqueAugustoparecíaunnotariodeprovinciaconaquelbigoteenormeylabufandaylospuñosquelesobresalíande las mangas de la chaqueta, que entre los dos se quedaría con el de la

www.lectulandia.com-Página45

Page 46: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

compañía de transportes. Pero cuando venía Augusto se iba corriendo aarreglaryseobservabaconatenciónenelespejomientrasdecidíasiseponíaonoelcollar.

Vendiósusjoyasyalquilóunpequeñoapartamentoconteléfono,bañoycocina.Decía que iba a buscar un trabajo pero quemientras no encontraranadaibaaintentarpintarcuadrosporquedeseractrizyanoteníaganas.Loscuadroseranraros,congrandesmanchasdecolor.Lesponíaunpocodetodo.Poníacasasycalaverasysoldadosconarmadurasylaluna.Lalunalaponíasiempre.Sehabíamandadohacerundelantalgrandedetelagrisysepasabatodoeldíaencerradapintando.Decíaqueyanoqueríateneramantes.

Yo estaba siempre muy ocupada con la niña. Ya había empezado acaminar y estaba siempre persiguiéndola por toda la casa para que no sehiciesedaño.Llorabacadavezquemealejabadeellaymelateníaquellevarconmigohastacuandoibaalbaño.Eramuymalaycaprichosaynuncaqueríacomer.Habíaqueestarjugandoconellaymetiéndolelacucharacuandonosedabacuenta.Caminabaapoyándoseenlassillasyjugabaconelgatoyconmicestadelaboresyyolaseguíaconelplatoenlamanoesperandoqueabrieselabocaparameterlelacuchara.

Duranteelprimeraño laniña tuvo losojosdeuncolorgrisplomoperotraselprimerañocomenzóamezclarsedemarrón.Teníaelpelorubioyfino,muy fino, y yo se lo peinaba hacia atrás y lo ataba con una cinta. Siempreestabamuyflacaymuypálida,noeraunaniñaguapa.Tenía losojoscomoapagadosyrodeadosdealgooscuro.Nuncaqueríacomernidormir.Llorabahastamuytardeporlanocheantesdeadormecerseyteníaquepasearlaarribayabajoporlahabitacióncantándole.Siemprequeríaquelecantaralamismacanción,unacanciónfrancesaquemehabíaenseñadomimadre.

LebonroiDagobertAmissaculotteàl’envers;LebonSant-ÉloiLuidit:Omonroi!VotreMajestéEstmalculotée.

Envolvíalalámparaconunatelarojaycaminabaarribayabajocantandoconlaniñaenbrazos.Cuandosalíadelahabitaciónmesentíaagotada,comotrasunaduraylargabatalla.Peromuchasvecesapenasunminutodespuésdequemefueradelahabitaciónaquelllantodébileirritantevolvíaaalzarseenmedio del silencio de la casa y tenía que entrar de nuevo para acunarla ycantar. La niña no aguantaba aAlberto y se ponía a gritar cada vez que lacogíaenbrazos.Mequería sóloamí,aélno lequería.Élmedecíaque lahabíamalcriadoyquehabíaconvertidoanuestrahijaenunamimada.Estaba

www.lectulandia.com-Página46

Page 47: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

casitodoeldíafueradecasayseibadeviajecadavezconmásfrecuencia.CuandoestabaencasasepasabaeldíaencerradoenelestudioydevezencuandoveníaAugustoycharlaban,peroamíyanomeimportabademasiadosaberdequéhablaban,sieradeGiovannaodeotrascosas.Loúnicoquemeimportabaeraquelaniñacomieseyqueaquelplatosuyoenelquehabíaunpollitodibujado saliendode la cáscara acabasevacío.Recordaba loquemehabía dicho Alberto, que un hijo era la cosa más importante que le podíaocurrirtantoaunhombrecomoaunamujer.Pensabaquealmenosparalasmujeresaquellosíeradeverdadlomásimportanteperonoparaunhombre.ParaAlbertolavidahabíaseguidoigualdespuésdequenacieralaniña,hacíalos mismos viajes y los mismos dibujos en su cuaderno y anotaba suscomentariosenlosmárgenesdeloslibrosysalíaalacalleconelmismopasoligero de siempre y un cigarrillo entre los labios. Él nunca estaba de malhumor por culpa de la niña, porque no había comido o estaba demasiadopálida.Nisiquierasabíaquécomíalaniñaytalveznisiquierasehabíadadocuentadequesusojoshabíancambiadodecolor.

Penséquemehabíacuradodeloscelosyqueyanisiquierameimportabasaber si veía o no a Giovanna. Había tenido una niña con él y eso erasuficiente.Laépocaenlaqueleesperabaenlapensiónytemblabaalpensarenélmeparecíatanlejanaquecasidudabadequehubieseformadorealmentepartedemivida.Avecesmellamabaalestudioyhacíamoselamorperoyosiempreestabaatentaparaescucharsiaquelllantodébileirritantesealzabaenlaoscuridad.Nisiquieramepreguntabaamímismasimedabaplacerono. Y él tampoco me preguntaba lo que sentía. Pensaba que nuestromatrimonioeracomocualquierotro,nimejornipeorquemuchosotros.

Un día estaba de paseo con la niña. Francesca le había regalado aquelcamello y era el primer día que lo sacábamos a la calle. Eramuy bonito ymovía la cabeza. Todo elmundo se paraba paramirarlo. Paseábamosmuydespacio bajo aquel sol tibio e inmóvil y yo estaba muy contenta porqueaquellamañana la niña se había tomado todo el café con leche y se habíacomidodoscruasanes.Elcamellosecaíadevezencuandoyyomeinclinabaparaponerlodepieylelimpiabaaquellabonitamonturaroja.

Vi que Alberto cruzaba la calle con una mujer. Era una mujer alta yllevabaunabrigodepieldecordero,peronopudevernadamás.Cogía laniñayalcamelloyregreséacasaatodaprisa.Laniñaseintentabaescabullirygritabaporquequeríacaminarperoyolateníaagarradaconfuerzaentrelosbrazosyentréencasa.LedijeaGemmaquelequitaseelabrigoalaniñaylallevasealacocinaporquequeríaescribirunacarta.Meencerréenelsalóny

www.lectulandia.com-Página47

Page 48: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

mesentéeneldiván.HabíapensadotantoenGiovannaquelehabíaotorgadounrostrograndeeinmóvilquenomehacíadaño.Peroahoraaquelrostrosehabíadesvanecidoyhabíasurgidoensulugarunafiguraaltaconunabrigode piel de cordero que deseaba morder con mis propios dientes para quedejaradedolerme.Caminabandespacio,muydespacio,comomehabíadichoFrancesca.Élhabíasalidodecasaalastresdelatardeymehabíadichoqueibaalaoficina,dondeteníaquedespacharunostrámitesquellevabanparadosdemasiadotiempo.Cuandolesvierancasilascuatroymedia.Mentíaynosecansaba de mentir. No se le movía ni un músculo cuando mentía. Habíacogido su sombrero del perchero, se había puesto el impermeable y habíasalidodecasaconelmismopasoágildesiempre.

Ya empezaba a estar oscuro cuando volvió a casa. Yo todavía estabasentadaeneldivány laniña jugabaconelgato sobre laalfombra.Gemmaestabaponiendo lamesa.Fuealestudioyme llamó.Fuiaverle.Cuando lemiré comprendí que él también me había visto. Era un trapo humano, undesecho.Casinoseleoía.Dijo:

—Nosotrosdosyanopodemosseguirjuntos.—No—dije.—No es culpa tuya—dijo—. Has hecho todo lo que puede hacer una

mujer.Hassidocariñosaconmigoymehasdadomucho.Talvezteníasrazóncuandomedecíasaquellodequeeramuyviejo,demasiadoviejocomoparaacostumbrarmeavivirconunamujeryunaniña.Sigoatadoaalgunasviejashistorias y no soy capaz.—Se quedómirándome y esperando que hablara,peronodijenada.Continuó—:Noesloquepiensas.Nohagoestoparaestarconesaotrapersona.Tengoganasdeestarsolo.Loquedeseoahoraesvivirsolo.Memolesta tener quementirte todo el tiempo. Te tengo cariño ymegustaríano tenerquementirte.Siempreque temientosientounaespeciedeopresiónymesientoculpable.Megustaríaestarsoloyunpocotranquilo.

—¿NohacestodoestoparaestarconGiovanna?—pregunté.—No—dijo—,tejuroqueno.—Pero si nome importa—dije yo—, desde elmomento en que ya no

vamosaestarjuntostodomedalomismo.¿Ynoquieresvivirconella?—No, tiene un marido y un hijo. Nos conocimos demasiado tarde,

siempreesigual,peromesientomuyunidoaellaymerepugnavivirconotrapersona.

—¿Terepugna?—Sí.—¿Terepugnaestarconmigo?¿Tedoyasco?

www.lectulandia.com-Página48

Page 49: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

—No—dijo—,noeseso.Merepugnatenerquementirtesiempre.—Pero loque túhasdichoes:merepugnavivirconotramujer.¿Noes

esoloquehasdicho?—Nomeatormentes.Tesuplicoquenomeatormentesdeesemodo.Ya

noséniloquehedicho.Entiendequenomeparezcajustoqueestésatadaamí.Todavíaeresjovenypodríashacerfelizaotrohombre.

—Perotenemosunahija,¿teacuerdasdequetenemosunahija?—Vendréamenudo.Vosotrasquedaosaquí,yoconseguiréunahabitación

fueradecasa.Vendrésiempreaveros.Seremossiempreamigos—medijo.—Noseremosamigos.Nuncahemossidoamigos.Paramínohassidoni

un amigo ni unmarido.Nada.Y no seré feliz con otro hombre, no podríahacer el amor con otro hombre porque vería siempre tu cara. No podríaliberarmedetucara,esasídesencillo.

—No estoy diciendo que sea sencillo, tienes que ser valiente, eres unamujer muy valiente. Eres una mujer muy valiente, sincera y aguerrida,siempremehaencantadoesodeti.Yonosoynivalientenisincero.Losé,meconozcobien.

—¿YGiovanna?—pregunté—.¿CómoesGiovanna?—Nomeatormentes—medijo—.Sitúsupiesesloquemecuestahablar

deellacontigo…Esunahistoriaqueduradesdehaceyamuchosañosynoterminodesaberloquehayenelfondo.Lahistoriaduradesdehaceyaonceaños, estamos muy unidos el uno al otro, hemos sido muy desgraciados,hemossufridoynoshemoshechosufrir,ellayyo.Mehatraicionadoymehamentido también y nos hemos dicho muchas cosas crueles y nos hemosdejado,peroluegonoshemosvueltoaencontrarysiemprequelohacemosescomo si fuera algo nuevo, siempre nuevo a pesar de que hayan pasado losaños.Sufriómuchocuandomecasécontigo.Megustabasentirquesufríayseatormentabapormicausaporqueenmuchasocasioneshabíasidoyoelquehabíasufridoporella.Creíaqueacabaríaolvidándola,pensabaqueseríafácil,y sin embargo cuando empezamos a vivir juntos nosotros dos sufríaterriblementeporqueerastúynoellalamujerconlaquevivía.Queríatenerunhijocontigoigualqueellateníaunhijoconotrohombre.Queríadecir«mihijo» igual que ella decía «mi hijo» y tener una vida propia que fuesedesconocidaparaelladelmismomodoqueella teníaunavidaqueamímeresultabadesconocida.Noshemosdejadoyreencontradomuchasveces,perolas cosas ya han llegado a un punto en que se me hace imposible seguircontigo.Mebuscaréunahabitacióny estaré solo.Vendrémuchoaver a la

www.lectulandia.com-Página49

Page 50: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

niña.Quizáhasta seamosmás amigosque ahora.Tal vezyanome costarátantohablarcontigodeciertascosas.

—Estábien—dije—,comoquieras.Yél:—Eresmuyvaliente.Teníaunaireexhaustoylavozquebradadespuésdehaberhabladotanto

ratodesímismo.Noquisocenar.Tampocoyoteníaganasdecenaryalfinalpicamoscualquiercosaenelestudio.

Luegome tuveque ir adormir a laniñay a cantarle la cancióndel roiDagobert.Tardóunbuenratoendormirse.Alfinallametíenlacuna,latapéconlamantaymequedéallíquietamirándolaunpoco.Albertoseacercóenesemomentoalacunaytambiénsequedóallímirándolaunrato.Luegosemarchó.

Medesnudéymequedémirandoenelespejoaquelcuerpodesnudoqueyanopertenecíaaningúnhombre.Podíahacerloquemedieralagana.PodíairmedeviajeconFrancescayconlaniña.Podíaencontrarmeconcualquierhombre que quisiera y hacer el amor con él simedaba la gana.Podía leerlibros y visitar pueblos y ver cómo vivía el resto del mundo. Había sidonecesario llegar hasta ahí. Me había equivocado en todo, pero todavía sepodía remediar. Si hacía un esfuerzomepodía convertir en otramujer.Memetíenlacamaytodavíamequedéallíunpococonlosojosabiertosenlaoscuridadmientrassentíacómoibacreciendoenelinteriordemicuerpounafuerzafríayenorme.

AldíasiguienteleescribíunacartaamimadreenlaquelepreguntabasilegustaríateneralaniñaenMaonaunatemporada.Hacíayatiempoquemimadre lo deseaba.Vinomipadre, yGemmay la niña se fueron con él.LaniñanoparabadegritarypatalearenbrazosdeGemmallamándometodoeltiempo.Mealejéde laventanayme tapé lasorejas con lasmanosparanoescucharsullantoalfondodelacalle.Teníaganasdedescansarydenotenerque cantar el roiDagobert durante un tiempo.Me fui a casa deFrancesca.EstabaAugustoallí.Lehabíavistoyaotrasvecesen sucasaasíquepenséquealomejorsehabíanhechoamantes.FrancescaestabapintandoconaireabsortoyAugustofumabaunapipayleíasentadojuntoalamesa.

—Hevistoalacoliflor—dije.Francescamemirósorprendidaperoloentendiótodoalinstanteysepuso

areíracarcajadas.—¿Aqueesciertoquevistefatal?—medijo.—Nolosé—respondí—,llevabaunabrigodepieldecordero.

www.lectulandia.com-Página50

Page 51: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Augustoteníaelceñofruncidoporquenoseenterabadenada.Ledije:—Albertoyyoyanoestamosjuntos.—Por fin —dijo Francesca. Me llevó hasta la habitación de al lado

poniéndomelamanoenlaespalda.Dijo—:Tencuidadoyhazlascosasbienparasacarletodoeldineroquepuedas.Tencuidadoyhazbienlascosas.Esehombreesuntacaño.

Augustosalióconmigocuandomemarché.Eraunatardeclarayventosay cruzaban el cielo grandes nubes blancas y pesadas. Me preguntó si meapetecíadarunpaseoyledijequesí.Nospusimosacaminarsinrumbojuntoal río,cruzamoselpuenteysubimosporunacallejuelaqueacababaenunaplacitadesdelaquesedominabatodalaciudad.Sesentíaalolejoselsilbidode los trenesy las fábricasy también el tranvía tintineandoydejandounospequeñosdestellosdechispasentre losárbolesverdesde lacalle.Elvientomedespeinabayagitabaélabrigoytambiénrevolvíamechonesdepelosobreelrostroabsortoe indiferentedeAugusto.Enmediodelaplacitahabíaunagranfiguradebroncedeunamujerconcaradeespigaynossentamosallí,enel pedestal de piedra. Le pregunté a Augusto si estaba enamorado deFrancescaymedijoquenoperono lecreí.PenséquecuandoFrancesca leabandonaraalomejortambiényoharíaelamorconélyaquelpensamientomeprodujounaespeciedetranquilidad,noséporqué.Mediounasensacióndecalmayequilibrio.Lemirabaysentíaquenoteníaningúndeseodehacerelamorconél,mirabaaquelbigotenegroyaquellacaraduraysolitaria,conaquellanarizenrojecidaporelfrío.Penséqueyahabríatiempoyquetalvezeldeseovendríamástarde.Medijo:

—AsíqueAlbertoytúhabéisdecididoqueyanoqueréisestarjuntos.—No—contesté—,lohadecididoél.Puedequeseamejorasí.Se puso a rellenar la pipa con la bolsa de tabaco entre las piernas

meciendolacabezaymirandofijamentealsuelo.—Quiero pedirte una cosa—le dije—. ¿Tú ves a Giovanna de vez en

cuando?—Devezencuando—dijo—.¿Porqué?—Megustaríaqueledijesesquevengaundíaamicasa.No,noesloque

túcrees.Noquierosuplicarnipedirmisericordianinadaparecido, loúnicoque quiero es charlar un minuto con ella. Me da la sensación de que mequedarémástranquilacuandolohaga.Heintentadoimaginarmedemasiadasveces qué nos habríamos dicho si nos hubiésemos encontrado. Y laimaginaciónacabahaciendodaño, estar en laoscuridad imaginando todoel

www.lectulandia.com-Página51

Page 52: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

tiempo.Sipudieseverladeverdadunasolavezpodríamosponerlefinatodaestahistoria.

Dijo:—Albertonosepondríamuycontentositevieraconella.—No—contesté—,nosepondríanadacontento.Ledapánicohablarme

de ella. Le da pánico pensar que existimos las dos y que podemosencontrarnos.Tieneganasdeirseavivirsoloparasepararsedeellaydemí,legustaríavivirdosvidasparalelas,perolaverdadesqueyaestoyhartadepensarsiempreensilascosaslehacendañoonosóloaél.Estoyhartadenohacerledañoydeestarsiempresolaenlaoscuridadpensandoenmiscosas.

Fumabaymirabaalolejos.Elcieloteníaunaclaridadextraordinariayelvientotraíaunairetibio.Lasnubesdesfilabanatodaprisatraslascolinas.Labufanda de Augusto se movía débilmente con el viento y su cara grande,cerradayseriamedabaunaespeciedecalma.

Nos fuimosde laplacita,bajamospor lacallejuelayyomedi lavueltaparamirarporúltimavezalamujerconcaradeespigaquesealzabaconsuspechos de bronce en mitad de aquel aire vivido y transparente. Pensé queseríacapazderecordarlayquetambiénrecordaríaaqueldíacuandoAugustoyyonosconvirtiésemosenamantes.

Medijo:—YotambiénestuveenamoradodeGiovanna,hacemuchosaños.Norespondínada,teníalasensacióndehaberlosabidosiempre.Añadió:—Poresofuelodelrevólver.—¿Elrevólver?—Sí,poresocompramosel revólver,unoAlbertoyotroyo.Queríamos

suicidarnos.Decidimosdispararnoslosdosalamismahora,cadaunoensupropiahabitaciónyensupropiacasa.Estuvetodalanocheconaquelrevólverencimadelamesasindejardemirarlo,acadasegundoquepasabameparecíacadavezmásdifícil.AlamañanasiguientefuiacasadeAlberto.Caminabapor la callemuerto demiedo pero cuando llegué a su casame lo encontrévistiéndose para ir a la mía. Nos miramos y nos pusimos a reír. Desdeentonces tenemos siempre el revólver cargado en el cajón. De cuando encuando le echo un vistazo, pero ya no tengo ganas de suicidarme. Hacemuchos años de eso. Realmente hay momentos en la vida en los que unosienteascoportodoloquelerodea,perodeprontovanpasandolosdíasylosañosyunocomienzaaentender.Entiendesquehayun sentidohastaen lascosasmáspequeñasyyanotelotomastodotanalatremendayerescapazdeseguiradelante.

www.lectulandia.com-Página52

Page 53: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Yo pensaba que decía aquellas cosas para mí, que era su manera deconsolarme.Mesentíaagradecidaperonosemeocurríanadaquedecir.Dijo:

—Fuehacemuchosaños.Mepasétodalanochemirandoaquelrevólverencima de la mesa. Giovanna ya estaba con otro hombre, un director deorquesta.Amímeresultabadifícilsoportarqueestuvieseenamoradadeotro.Quería que dejase a sumarido y también aquella otra historia y se vinieseconmigo. Alberto también estaba enamorado de ella, se pasaba el díapaseando como un loco por la ciudad bebiendo en los bares. Eramos dosestúpidos.Nonosmatamosyduranteuntiemposeguimosdelirandohastaquedeprontomedicuentadequeaélnoleibatanmalydequeeldirectordeorquesta se había retirado. No se atrevía a confesarme lo que ocurría y sehacía elmisterioso conmigo, pero amí yame daba todo igual.Me puse aescribir y a estudiar y escribí un libro sobre la guerra de sucesión polaca.Decidí quenomerecía la pena tomarse a nadie demasiado en serio.En esaépocapenséquetampocoAlbertoduraríamuchoysinembargotodavíadura.A Giovanna la volví a ver y nos hicimos amigos, también de Alberto heseguidosiendoamigoymuchasvecesrecordamosaqueldíaenquequisimossuicidarnoslosdos.Cuandounoesjovenhaceestupideces.

Medespedídeélalllegaralaciudadyregreséacasa.TeníaqueprepararlacenaporqueGemmanoestaba,asíquemepuseahacerunguisodepatatasconcarne.AñorabaalaniñayhastateníaganasdecantarlacancióndelroiDagobert.La cantémientrasponía lamesa.Alberto entró en la cocinay lepreguntécuándoteníapensadomarcharse.Sesentóalamesaconelperiódicoynomecontestó.Trasunratoyconunavoztenuemedijo:

—¿Tanansiosaestásdelibrartedemí?—No—dije—,tómateeltiempoquequieras.Perotraslacenasefuealestudioysepusoametersuscosasenunacaja

dezinc.Organizaba los librosunoaunodespuésdesacarlosconcuidadoylimpiarlosdepolvo.TiróelbustodeNapoleónytodossusbarcosdeguerra.Yolemirabaquieta,enlapuerta.Enunmomentodadosecansóysesentóaleer.Yomemarchéabarrerlacocinayluegomefuialacama.

Eradomingo.Augustomellamóporteléfonoporlamañana.PorlatardevinoabuscaraAlbertoyledijoquefueraasucasaaescucharunosdiscos.Mepeinéymepusepolvosymesentéaesperar.

Poco después sonó la campana de la puerta. Le di al botón que abre lapuertayescuché lospasospor las escaleras.Seoíanen lagravadel jardín.Tenía las manos frías y sudadas. Apreté los dientes y tragué saliva. EntróGiovannaynossentamosenelsalónlaunafrentealaotra.

www.lectulandia.com-Página53

Page 54: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Deprontomedicuentadequeellaestabamuyintimidadayesofacilitóunpoco lascosas.Teníaunpocoderuboren lasmejillasperopocoapocofuedesapareciendo.Sucarapermaneciópálida,deunapalidezharinosayfría.Yo la miraba y me decía a mí misma: «Es Giovanna». Ella también memiraba. Llevaba aquel abrigo de piel de cordero pero estaba un pocodesgastadoysenotabaqueeraviejo.Nollevabasombrero.Teníalosguantesentre las manos y las piernas cruzadas. Se había sentado en el sillón queestabajuntoalaventana.

Siempre había pensado que tendría algo de vulgar. Siempre habíaimaginadoaunamujermásmaquilladayconalgodevulgarodeviolentoenel cuerpo o en la cara. Entre todas las imágenes posibles que me habíanpasadoporlacabezasiempremehabíaacabadodeteniendosobreunaimagenescandalosayunpocoviolentaperolociertoeraquenoteníanadadevulgar.Trasunosminutosmeempecéadarcuentadelohermosaqueera.Sucaraerapálidayfría, tenía los labiosgrandesysinpintarysonreíasilenciosamente.Losdienteseranpequeñosyteníanbuenaspecto.Lacabezaalargadaysutil,de pelo negro con brillos grises que llevaba ajustado con unas horquillas,estabaunpocoinclinadahaciaunlado.Losojoseranazules.

Mepreguntó:—¿Dóndeestálaniña?—Noestá—dijeyo—,estáconmimadre,enelpueblo.—Quépena—dijo—,mehabríagustadoverla.—Talvezleparezcaunpocoraroquelehayapedidoquevengaaverme.Medijo:—¿Nopodemostutearnos?Creoqueserátodomuchomásfácil.—Te he pedido que vengas pero la verdad es que no tengo nada en

concretoquedecirte.Erasimplecuriosidad.Puedequefueraunacuriosidadsinsentido.

Estabacalladaconlaspiernascruzadasylosguantesentreaquellasmanosdededoslargos.

—No te quería decir nada en particular, no tengo ninguna intención deponermederodillasysuplicarmisericordiani tampocodereprochartenada.Noteodiooalmenosnolocreo.Yaséquenosepuedehacernada.Albertose irá, de este modo podréis encontraros más a menudo y él no se sentiráobligadoamentirme.Dicequeledesagrada,peronosésiescierto.Detodasformastambiénanosotrossolosnosibamal,puedequenisiquierafueseportu culpa. He intentado que vaya bien por todos los medios pero no lo heconseguido.Hasidoundesastre.

www.lectulandia.com-Página54

Page 55: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Sequitóelabrigoydijo:—Hacecaloraquí.LlevabapuestounvestidodetelaverdeconunagranGbordadaenrojo

sobre el pecho izquierdo. No era especialmente bonito. Tenía los pechosgrandes y pesados, las costillas anchas y redondas y los brazos y piernasdelgados.

Echóunvistazoalrededor.Dijo:—Enestacasaestátodoigual.Vineaquíalgunavez,cuandolamadrede

Albertotodavíavivía.—¿Vinistecuandovivíalavieja?—pregunté.—Sí—dijo,ysepusoareír—,veníaavecesajugaralasdamasconella.

Mequería pero era una tacaña.Tehabría hecho la vida imposible.Ha sidounasuertequesehayamuertoatiempo.Habríastenidoquejugaralasdamasconellatodoslosdíasytenercuidadodenoganarporqueseenfadaba.

Respondí:—Deestaotraformatampocoesquehayansidofácileslascosas.Mepreguntósino teníaalgún retratode laniñayyo leenseñéuno.Lo

miróunmomentoy luegolodejóaunlado.Abriósubolsoysacótambiénotroretrato:

—Esmihijo.Lomiré.Seveíaunchicovestidodemarineroconlabiosgruesosyojos

claros.Añadió:—No quiere estudiar. Un chico siempre es difícil, mejor una niña. No

quiereestudiarlatín.Aunquetambiénesverdadqueahoralosprofesoressonmuyexigentes.

Preparéunpocode té.Tomamosel téycomimosunaspastas.Dijoqueestabanmuyricas.Penséqueyapodía irsesiquería.Estabacansada,sentíaun enorme cansancio en lamirada.Me habría gustado también preguntarlecómohabíasidoaquellahistoriadeldirectordeorquesta.Mehabríagustadopreguntarle cómo había empezado su historia con Alberto, cómo se habíaenamoradodeél.Ledije:

—¿Lequieresmucho?—Sí—contestó—,mucho.Pusolatazasobrelamesayselevantó.Yotambiénmelevanté.Dijo:—Sonyaonceaños,noseríacapazdedejarle.—Deprontoselellenaron

los ojos de lágrimas. Repitió—:No sería capaz, de verdad. Lo he pensadomuchasveces,lehementidoyleheengañado,lehedichocosascruelesynoshemosdejadopero luegonoshemosempezadoaverotravezyahoraestoy

www.lectulandia.com-Página55

Page 56: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

segura de que le quiero. No puedo renunciar a él. Lo siento. —Sacó unpañueloysesecólaslágrimasnegandoconlacabeza.Luegocontinuó—:Hesidomuydesgraciada.Conmimaridolascosasnuncahanidobien.Fuemaldesdeelprincipio,desdelaprimeraépoca.Sinohubiésemostenidounhijolehabría dejado.No es unmal hombre yme quiere a sumanera, pero ya notenemosnadaquedecirnosymeencuentrararayestúpida.Duranteunaépocayomismocreíaqueeraestúpidayrara,comopensabaél,meesforzabaensercomo él quería, en agradarle. Hacía mucha vida social y charlaba con lasseñoras,organizabapequeñasreunionesdetéyalgunosencuentros.Hastaqueme harté y dejé de hacerlo. Al principio se enfadó mucho conmigo, memontaba unas escenas tremendas pero también se cansó y no tardamos endejarnosenpazelunoalotro.Yesofueloquepasó.—Sepusoelabrigoylosguantesyseanudóalcuellounabufandadeseda—.SimehubiesecasadoconAlbertotalvezhoyseríaunamujerdistinta.Másenérgicayvaliente,másfuerte.Tal vez él también sería unhombredistinto.No creasquemegustacómo es.Le conozco bien y hay ciertos días en los queme resulta odioso,perotodohabríasidodistintosinoshubiésemoscasado.Noshemosconocidodemasiado tarde, es difícil saber lo que queremos y de jóvenes siemprehacemos estupideces. La vida comienza cuando todavía somos demasiadojóvenesparacomprenderla.—Mecogiólasmanosyapretóconfuerza.Teníaunasonrisatímidaytriste,talvezsepreguntabasidebíamosdarnosunbesoono.Meacerquéasucaraynosdimosunbeso.Sentíporuninstanteelaromadesurostrofrío.Mientrasbajábamosporlasescalerasmedijo—:Quépenaquenohayapodidoveralaniña.

Cuando se marchó me di cuenta de que aún me quedaban cosas quedecirle,peroeraundescansoestar solaysentíquepocoapocoseme ibanrelajandolosmúsculosdelacaraeibanregresandoasutensiónnormal.Metumbéenel sofáconuncojínbajo lacabeza.Yaestabaoscuro fuera,eneljardín. Añoraba a la niña cuando venía a buscarme por la tarde y mepreguntabasimimadrelaarropababiencuandolaacostabaporlanocheparaquenosedespertara.Luialacocinayencendíelfuegobajolacazuelaconlasopa.Llaméalgatoylediunacortezadequeso.

Siempre había creído que cuando viera a Giovanna me quedaría mástranquilay laverdadesquemesentíamuy tranquila.Habíaunaespeciedequietudgélidadentrodemí.Dondeanteshabíahabidoimágenesmudasahorahabíaunamujerquetomabaunatazadetéconmigoymeenseñabaelretratodesuhijo.Nilaodiabanisentíalástimaporella.Nada.Teníaunaespeciedevacíoenmiinterior.

www.lectulandia.com-Página56

Page 57: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Mesentíamássolaquenunca.MeacordabadelasimágenesdeGiovannaquemehabíanestadoacompañandoantesdeconocerla.Ahorameencontrabasolaycuandomimanobuscabaaquellasimágenesmudasnoencontrabamásqueunagujeronegro,abiertoyvacío.Mimanoseretraíaconunasensacióndefrío.LaverdaderaGiovanna,quesehabíasentadoenelsillónqueestabajuntoalaventanayhabíatomadoeltéyhabíallorado,nomeodiabaniyolaodiabaaella,noexistíaningunarelaciónrealentreellayyo.

Mepreguntabacuándo se ibaamarcharAlberto.Enesemomento teníamuchasganasdequesefueraloantesposible,peronoteníaningunapintadequeestuviesedecididoahacerlodeinmediato.Todoslosdíasmetíaalgúnqueotrolibroenlacajadezincyyomirabacómoseibanvaciandolasestanteríaspocoapoco.Pensabaquetalvezcuandosacaratodosloslibrossemarcharíaporfin.

Nosotrosyanohablábamosnunca.AhoraqueGemmanoestabayomeencargaba de preparar la comida y la cena y de plancharle las camisas. Avecesélmeayudabaalimpiarlamesaoselimpiabaloszapatosélsolo.Porlamañanacuandomelevantabaibaalestudioahacerlelacamayélesperabadepiejuntoalaventanahastaquehabíaterminado.

NoledijequehabíavenidoGiovannaynosabíasiéllosabía.Pocosdíasdespués de la visita de Giovanna me fui aMaona a recoger a la niña. LequeríadeciramimadrequeAlbertoyyolohabíamosdejadoperocuandolavinoledijenada.Estabaenlacocinacortandojamónyyomeenfadéporquelaniñaestabaconstipadayporqueellamismamedijoquenosehabíadadocuentadesisehabíadestapadoonoestandodormida.Seofendióytambiénmipadre seofendió.Regresé en el tren correo con laniña enbrazosy conGemmallorandoalotroladoporquesehabíatenidoquedespedirdelossuyosencasa.Mientrasrecorríamoseneltrenaquelcaminoentreviñedosycolinasapretabamucho a la niña contramí pensando que no iba a llegar nunca elmomento en que nos quedáramos las dos solas en casa.Mimadre la habíapeinado con dos trenzas firmes en la nuca y sumirada delgada y desnudateníaahoraunaespeciedeexpresiónnueva,graciosaymelancólicaalmismotiempo.Me daba la sensación de que se daba cuenta de todo lo que habíapasado.Sentadasobremifaldaibadesmenuzandounbizcochoysemetíauntrocitoenlabocadecuandoencuando.Todavíanosabíahablarperoparecíaqueloentendíatodoperfectamente.

Cuando llegamos a casa nos cruzamos con Alberto, que salía y estabacerrandolacancelaenesemomento.Cogióalaniñaenbrazosylabesó,pero

www.lectulandia.com-Página57

Page 58: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

laniñasepusoagritar.Ladejóenelsueloenseguida.Pusolasmanostraslaespaldaysemarchó.

Llamé a Francesca y vino de inmediato a casa. Le pregunté si todavíateníaganasdehaceraquelfamosoviajeconmigoyconlaniña.LedijequepensabaqueenlospróximosdíasAlbertoseibaairparasiempredecasayquenoqueríaestarallícuandoesopasase.Sepusomuycontentaymedijoquepodíamos ir aSanRemo, al hotelBellevue.Sepuso a hablar del hotelBellevue, donde al parecer daban helado caliente la noche del sábado. Lepreguntéenquéconsistíaesodelheladocalienteymeloexplicó.Alparecereraunheladosobreelqueechabanunacremadechocolatecaliente.Estuvomirandoloshorariosdetrenesyloarreglótodoenseguida.

CuandoAlberto regresó a casayo estabapreparando lamaleta.Por unavezerayolaquepreparabalamaletayélelqueestabaamiladomirando.Noparecíamuy contento. Le dije queGemma se quedaba allí con él. Le pedídinero yme lo dio.Nos fuimos a lamañana siguiente temprano cuando éltodavíaestabadormido.

EnSanRemohacíaunvientotremendo.AlprincipioalquilamosunasolahabitaciónperoFrancescanopodíasoportarelllantodelaniñaporlanocheasíquesecogióunaparaellasola.Losprimerosdíasestabatodoelratoconnosotrasydecíaqueseaburría.DecíaqueSanRemonoeramásqueunlugaraburrido al que sólo iban viejos, pero luego se hizo amiga de la gente delhotel y comenzó a salir en barca y a bailar por la noche. Tenía muchosvestidosdenoche,cadaunomásbonitoqueelanterior.Yomequedabaenlahabitaciónhastaquesedormíalaniñaycuandosedormíabajabaunratoaalsalónahacermislabores,peronuncaestabatranquiladeltodoporquelaniñase podía despertar y ponerse a gritar sin que yo la escuchara. Por eso casinunca aguantaba mucho y me subía pronto a dormir. Cuando Francescavolvíagolpeabamuyflojitomipuertayyomeibaasuhabitaciónparaquemecontara todas lascosasque lehabíandichoenelbaileyquiénestabayquiénno.

DespuésdequincedíasenSanRemovinoAugusto.EstabadeunhumorpésimoymuycelosoyFrancescanoparabademaltratarle.Sequedabaenelsalón del hotel fumando su pipa y escribiendo su nuevo libro sobre losorígenesdelcristianismo.LepreguntésiAlbertoestabatodavíaencasaymecontestóqueaúnnosehabíamovidodeallí.Seguíametiendoalgúnqueotrolibroenlacajadezinc.QueríahablarledeGiovannaperoélcortóenseguidala conversación. Creo que estaba demasiado enfadado para prestarmeatención.Devezencuandoseveníaadarunpaseoconlaniñayconmigopor

www.lectulandia.com-Página58

Page 59: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

elmalecónperonodecíanadaysepasabatodoelpaseomirandoaunladoyaotroporsiveíaelabrigodecuadrosescocesesdeFrancesca.Ellanoqueríaquelaacompañara,sehabíahechoamigadeunacondesa.

Seemborrachabaconaquellacondesayseibanajugartodaslasnochesalcasino. Estaba harta de todos sus vestidos de noche y había conseguidohacerse uno nuevo con una falda de tela negra y unos pañuelos de sedacosidosentresí.Habíahechotambiénunretratodelacondesatumbadaenundiván sobre una piel de tigre y no paraba de repetirme que los hijos de lacondesanoerannitaninfernalesnitanpestilentescomominiña.

La niña ahora había empezado a hablar un poco y todos los días decíaalgo nuevo. A mí me parecía que era muy lista. Cuando se terminaba subizcochoabría lasmanitasydecía«Más»conunaireastutoymelancólico.Cuandoselevantabaporlamañanadecía«Máscama,¡más!»yentoncesyola llevaba a mi cama y cogía al camello y hacíamos caminar al camelloadelanteyatrássobrelamanta.LuegoentrabaFrancescaenbataconelpelorecogido con tenacillas y la cara untada de crema y se sentaba a fumar unpitillodetrásdeotromientrascontabahistoriasdelacondesa.

Le dije que tenía que dejar de tratar aAugusto de aquellamanera.Mepreguntóquequéqueríaquehiciera.Ledijeque tratarledeaquellamaneraeranotenercorazón.Decuandoencuandoseibanlosdosadarunpaseoycreo que hacían el amor porque él se quedaba muy tranquilo y contentocuando luego regresaban al hotel, pero a los pocos minutos aparecía lacondesa con sus amigos y silbaban a la ventana de Francesca y ella semaquillabaatodavelocidad,seponíasuabrigodecuadrosescocesesysalíapitando.No sé si había algúnhombreque legustara entre aquellos amigos,ella decía que no. Decía que era gente muy divertida y que Augusto erademasiadoserioycelosoyaburridoyquelateníahartacontantoorigendelcristianismo.

Laniñasepusoenfermael17denoviembre.Habíaestadonerviosatodoel día y no había querido comer nada. Era sábado y había aquel famosohelado caliente, intenté que comiera pero ella lo escupía todo y gritaba sinpararhastaelpuntoqueperdí lapacienciay lepeguéfuerteen lasmanitas.Seguíagritandoyyoyanosabíaquéhacer.NoqueríaescucharlacancióndelroiDagobertynisiquieraqueríaelcamello,noqueríanada.Estuvogritandodeaquelmodohastalasdiezdelanocheyluegosequedódormida.Ladejéconmuchocuidadoensucamayluegomesentéasulado.Estuvodurmiendodurante una media hora pero no tenía el sueño tranquilo. Cada tanto sesobresaltaba. Francesca se acercó a despedirse porque se iba a un baile al

www.lectulandia.com-Página59

Page 60: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

casino.Sehabíapeinadodeunamaneramuyraracontodoelpelorecogidosobre la frente y se había pintado los labios con un carmín nuevo casiamarillo.Llevabasuvestidobajadera,comolo llamabaella,elquesehabíahecho cosiendo los pañuelos de seda, y encima llevaba un fajín de laméplateado.Estabapreciosa.Sequedómirandoun ratoa laniñaydijoque lomás probable era que tuviera pesadillas para estar sobresaltándose de esaforma.Caminabaarribay abajopor lahabitaciónyyo laodiabaporquenotenía cuidadodenohacer ruido.La condesa silbóbajo la ventanay ella semarchó.Mientrasescuchabacómobajabacorriendoporlasescaleraslaniñasedespertógritandoyyolacogíenbrazos.Mediolasensacióndequeestabaardiendo y le puse el termómetro. Tenía treinta y nueve de fiebre. Estuveacunándola todo el rato y llevándola de un lado a otro de la habitación sinparar de preguntarme qué le podía estar pasando. Parecía respirar condificultadyfruncía los labios.Fiebrehabía tenidomuchasvecespero jamáshabía llorado de una forma tan desesperada. Intentaba preguntarle dónde ledolía pero ella gritabayme apartaba lasmanos.Yo estaba aterrorizada.LadejéunsegundosobrelacamayfuiabuscaraAugusto.Meloencontréensuhabitación,tumbadosobrelacama,conlaluzencendidaymirandoaltecho.Tenía los ojos pequeños y la mirada reconcentrada porque Francesca seacababadeiraaquelbaile.Ledijequelaniñaseencontrabamalyquefueraabuscaraunmédico.Selevantódespacioyseacaricióelpelosinentenderdeltododequéleestabahablando.Luegosediocuentaysepusoelabrigo.Regreséamicuartoycogíotravezalaniñaenvueltaenlamantaenbrazos.Tenía la cara roja y los ojos brillantes. Cada tanto se adormecía pero deinmediatosesobresaltabaysedespertabaotravez.Pensélaformaenlaquelos hombres y lasmujeres se pasan la vida atormentándose entre ellos y elpocosentidoqueesotienecuandounallevaenbrazosaunaniñaconfiebre.Pensé en la forma enquemehabía atormentadopor culpadeAlberto y encómolehabíaesperadotemblandoymepreguntabacómolehabíapodidodarimportancia a algo tan absurdo.Estaba aterrorizada pero en el fondo demiterrorestabaseguradequelaniñaseacabaríacurandoyFrancescasereiríademimiedoalgúndía.Yesquehabíapasado tantasvecesesomismo:mehabíavueltolocaporalgoqueluegohabíaresultadoserunatontería.

AparecióAugusto con elmédico. Era un jovencito de pelo rojo con lacarallenadepecas.Desnudórápidamentealaniñasobrelacama.Llorabadeunaformacadavezmásfrágilydébilconsudiminutocuerpodesnudoentrelasmanos delmédico. Augustomiraba en silencio. Elmédico dijo que nosabíaconcertezadequésetratabaexactamenteperoquetampocoencontraba

www.lectulandia.com-Página60

Page 61: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

razónpara asustarse demasiado.Recetó unos sobres de bromuroyAugustosalió para comprarlos en la farmacia. El médico se fue y prometió que sepasaríaalamañanasiguiente.Augustosequedóconmigoyesohizoquemesintieramuchomástranquila.Laniñasehabíaadormecidoyyocontemplabasucaritadelgaday rojacon todoelpelo sudado.LepedíaAugustoque sequedaraconmigoporquemedabamiedoestarsola.

Alastresdelamañanalaniñasepusoagritardeunamaneratremenda.Teníalacaravioletayvomitóelpocoheladocalientequehabíaconseguidoque se comiera a la fuerza. Agitaba mucho los brazos y las piernas y meapartabalasmanoscuandola intentabatocar.Vinolasirvientay tambiénlaseñora de la habitación de al lado, que me recomendó que le hiciera unalavativa con manzanilla. Francesca volvió cuando estaba preparando lalavativa.Meparecióqueestabamuyborracha.Tenía lacarahinchaday losojosbrillantesydilatados.Sequedóquietaen lapuertamirándolo todo.Laodié con toda mi alma y le dije: «Vete». Se fue a su habitación. Regresódespuésdeun rato, senotabaque sehabía lavado lacara.Lepidióuncaféfuerte a la sirvienta. La odiaba tanto que ni siquiera era capaz de mirarla.Teníatantomiedoquesemehabíacerradolagarganta.Laniñayanogritaba,estaba tumbada bajo una manta y muy pálida. Tenía una respiración muydébil y agitada.Francescadijo: «¿Esqueoshabéis vuelto todos imbéciles?¿Noveislomalqueestá?Hayqueirabuscaraunmédicoinmediatamente».LasirvientaleexplicóqueyahabíavenidoelmédicoperoFrancescadijoqueenSanRemosólohabíaunbuenmédicoyéseeraeldelacondesa,elrestonovalíanunpimiento.Hablabaenvozaltayconairedecididoparaquenosenotara que estaba borracha. Salió para ver si encontraba almédico aquél yAugusto salió con ella. Yo me quedé sola con la señora que me habíarecomendado hacer la lavativa con manzanilla. Tenía una cara gruesa yarrugaday lospolvos le formabanpequeñosgrumosen los surcos.Llevabapuestounaespeciedequimonovioletayhablabaconunfuerteacentoalemán.Noséporqué,perosupresenciameproducíaunaliviotremendo.Medecíaquetalvezhabíasidoalgodelestómago,queenmuchasocasioneslascosasdelestómagoacabandandounossustostremendos.Suhijotambiénsehabíapuestoasídemalounavezcuandoeraniño,exactamenteigualquemihija,yahoraera todouncaballero.Levantaba lamanopara indicar loaltoqueeraahora.Sehabíalicenciadoeningenieríaysehabíacasado.

Fuerahabíaempezadoaamanecer.Elsolsealzabasobreelmarenmediodeunanieblaverdigris.Enlaplazaquehabíafrentealhoteluncamareroconchaquetablancaestabaponiendolassillasdemimbreylasmesitasentrelas

www.lectulandia.com-Página61

Page 62: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

palmeras.¿Cómoeraqueestabaallí, juntoalmar?¿Quéestabahaciendoenaquella habitación junto a aquella mujer del quimono violeta? Odiaba aFrancesca.MepuseapensarquetalvezAugustoyellaestabanencasadelacondesacharlandoalsolybronceándose.

AparecióFrancescaconelmédicodelacondesa.Aquelnuevomédicoeraalto y calvo y tenía una cara delgada color marfil. Tenía un labio inferiorinclinadohacia fueraquedejabaverunosdientesgrandesyamarilloscomolosde los caballos.Dijoque los sobresquenoshabían recetadono servíanpara nada, que la lavativa tampoco servía para nada. Todo se había hechomal. Escribió una receta nueva y cuando Augusto bajó a la farmacia acomprarla me interrogó a fondo sobre la niña, cómo se había encontradodurantelosúltimosmesesycómohabíacomenzadoasentirsemal.Élhabíaagarrado el camello mientras le contaba todo, lo hacía caminar adelante yatrássobrelamesita.Noséporquéperoaquelgestosuyomedioesperanza.Le pregunté si era una enfermedadmuy grave yme dijo que creía que no,pero que todavía no sabía con certeza de qué enfermedad se podía tratar,podía especular pero no quería decir todavía su última palabra. Echó a laseñoradelquimonovioletaporquedecíaqueenunahabitaciónenlaquehayunenfermonoconvienequehayamuchagenteparamantenereloxígeno.Laseñora del quimono se marchó. Francesca me trajo un café. Era un díadespejado y en la plaza que había frente al hotel se sentaban los viejos desiempreconsuperiódicoysubastónentrelaspiernas.

A las nueve vino el médico pelirrojo, justo cuando el otro médico yaestaba preparando la jeringuilla para la inyección. Se quedó un pococontrariado pero Francesca le llevó al pasillo y le dijo no sé qué cosa. Acontinuación los dos médicos salieron al pasillo a charlar. La niña estabatranquilayrespirababien.Parecíamuycansadayteníalosojosrodeadosdeunasombravioletayloslabiosblancos.Sealzóunpocoydijo:«Máscama».Fueron lasprimeraspalabrasquehabíadichodesdequeestabamal.Enesemomentome inundóuna alegría inmensaymepuse a llorar.Francescameabrazó.

—Creíaqueseestabamuriendo—dije.Nocontestónada,peromeacariciólaespalda.—Enserio,creíaqueseestabamuriendo.Loheestadopensandotodala

noche,estabamuertademiedo.Queríapedirle perdónporhaberla odiado tanto cuandovolviódel baile.

Ledije:

www.lectulandia.com-Página62

Page 63: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

—Estabasmuyguapacontuvestidobajadera.Esunvestidoprecioso.Yelpeinadoeseconelmoñoenlafrentetequedabamuybien.

—¿No te parece que deberías contárselo a Alberto?, ¿mandarle untelegrama?Tambiénessuhija,pobrediablo.

—Sí—dije—,perolaniñayaestámejor.—Talvez—respondió—,peroaunasíyolemandaríauntelegrama.Alasoncelaniñaempezóagritardenuevodeaquellamaneraespantosa.

Temblaba y se sobresaltaba.Tenía cuarenta de fiebre. Por la tarde volvió aadormecerse,perosólounosminutos.Augustofueaponeruntelegrama.Depronto sentía un deseo inmenso de que Alberto llegara lo antes posible.Paseabaarribayabajopor lahabitacióncon laniñaenvueltaenunamanta.Francescasalíadecuandoencuandoa fumaralpasillo.Elmédicose fueacomeryvolviódespués.Yomirabaaquellacarasuyaprofundaydesdeñosaconellabioinferiorinclinadohaciafuera.Aquellacaraparecíadecirquenohabíaningunaesperanza.Tenía la impresióndeque todospensabanquenohabíaesperanzaalgunaparalaniñaymehabríagustadoconvencerlesdequeestabamejor.MediolasensacióndequeestabamejorenunmomentoenqueFrancescalacogióenbrazosyellasepusoajugarconsucollar.

LebonroiDagobertChassaitdanslaplainedel’Enfer!

En el malecón y en las sillas bajo las palmeras se veían hombres ymujeresextraordinariamentetranquilos.Fumabanytirabanlacenizaalladoysecolocabanbienlasmantassobrelaspiernasyseenseñabanunosaotroslasviñetas cómicas de los periódicos. Pasaba el chico de la fruta y ellos lecompraban naranjas y las pelaban con cuidado y luego las abrían con lasmanos.

LebonroiDagobertChassaitdanslaplainedel’Enfer!

Recordabaconhorrorcómohabíapegadoalaniñaenlasmanitasporquenocomíaeldíaanterior.Recordabacómohabíatiradolacucharitaysehabíapuestoallorarconunllantoviolentoydesconsolado.Ahoramirabaaquellosojos suyos colormarrónymedaba la sensacióndeque lo sabía todo, todosobre mí. Tenía los ojos cansados y apagados. Aquella mirada me parecíaespantosaenlacaradeunaniña.Eraunamiradaamargaylejana,nohabíaenellaningúnreproche,perotampoconingunapiedad.Eranlosojosdealguienqueyanolepidenadaanadie.Dejédeacunarlaylapusedenuevosobrelacama,latapéconelchal.Apartómismanosconungemiditoconvulso.

www.lectulandia.com-Página63

Page 64: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

DeprontoFrancesca sepusoa llorar.Salióde lahabitación sollozando.Yomiré almédico y élmemiró amí. Su labio se inclinaba rojo y estabahúmedo, le daba a su cara el aspecto de una bestia que acaba de abrevar.Luego vino de nuevo el médico de las pecas y otro médico pequeño queparecíamuyimportante.Lespreguntésihacíafaltaquedesnudaraalaniñaymedijeronqueno.Elmédicopequeñoletomólatemperaturaconlamanoenla frente y en la nucay le diodoso tres golpecitos en las rodillas conunapequeñamazademarfil.Sefueron.Mequedédenuevoasolasconelmédicocalvo.Medijoqueeraposiblequesetrataradeunameningitis.Laniñamurióalasdiezdeesanoche.

Francescamellevóhastasuhabitación.Metumbéenlacamaytoméuncafé.Vino la señora del quimonovioleta y también la dueña del hotel y elmédicode laspecas.Laseñoradelquimonovioletamedijoque ibaa tenermásniños,quecuandoloshijosmuerentanpequeñosnoestandoloroso,quees mucho más doloroso cuando mueren siendo adultos. A ella se le habíamuertounhijoqueeratenientedelamarina.Ungranmuchacho.Ylevantabalamanoparamostrarmelograndequehabíasido.Peroladueñadelhoteldijoqueerapeorcuandomueren tanpequeños.Francescaechóa todoelmundodeallíymedijoquedurmieraunpoco.

Cerrélosojosperohabíaalgoquenosabíacómoalejardemí.Eralacaracon la que me había mirado la niña cuando la estaba acunando. Los ojosmiraban con amargura e indiferencia. A aquellos ojos ya no les importabanadalahistoriadelroiDagobert.Meveníanalamemoriaunoaunotodoslosvestidosylosjuguetesquehabíatenidolaniña:elcamello,lapelotadetela,el gatito de goma que silbaba, los pantalones con los botones, el babi conBlancanievesylossieteenanitos,lasbotasdelluvia.Recordabaloquepodíacomery laspalabrasque sabíadecir.Mequedédormiday soñéque estabacaminandopor una calle pero de prontomedi de bruces conunmuro.Medespertégritando.

Llamé a Francesca pero se había ido de la habitación. Allí sólo estabaAugusto.Permanecíadepiefrentealaventanayteníalafrenteapoyadaenelcristal. Me dijo que Francesca se había ido adonde estaba la niña. Mepreguntó sime encontraba bien y yo le pedí que se sentara ami lado.Mecogiódelamanoymeacaricióelpelo.Entoncesmepuseagritar.Empecéadecir cosas sin ningún sentido mientras me agarraba con fuerza a aquellamano.Sigritaba losuficienteconseguíaapartarde lamenteelcamelloy lapelotadetela.Albertollegóalascincodelamadrugada,dejócaerlamaletaycorrió haciamí. Sollozaba con la cabeza apoyada enmi hombro y aquella

www.lectulandia.com-Página64

Page 65: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

cabezacubiertaderizoscanososquepesabasobremihombromeparecióqueeralaúnicacosaquedeseaba.

Le dije que no quería volver a ver ni el camello ni la pelota de tela yFrancescayélhicieronunpaqueteconlascosasdelaniñaylasregalaronporahí.

FrancescapartiódeSanRemoundíaantesquenosotrosyfueanuestracasaparasacarlacuna,elcarritoytodaslascosasquehabíaallídelaniña.LedijoaGemmaquesepodíamarcharaMaonaconlossuyosduranteunatemporada. Gemma se marchó llorando y se llevó también el gato. Yo noqueríaverlaporquesucaraconelorzuelomerecordabaeldíaquenació laniña.

Albertoescribióunacartaamimadrediciéndolequeyonoqueríaverlaniaellaniamipadre,queloúnicoquequeríaeraestarasolasconélduranteuntiempo.Noqueríaquehubiesenadiemásami ladomásqueélyhabíaquetenerpacienciaconmigohastaquepocoapocofuesediciendolascosasqueme apetecía hacer. Escribió también que cada persona se comporta de unaformadiferentecuandolesucedeunatragedia,quecadacualtienesupropiamanera de defenderse y que las personas que están alrededor debenpermanecerquietasyensilencioyesperaraquetodopase.

Regresamos a la ciudad y en la primera época ni siquiera salía de casaporque no quería cruzarme con ningún niño. Al principio venía unamujerparahacerlacasaperomeresultabamuypenosotenerquedarleconversacióndemodoqueledijequenoviniesemásyempecéahacerloyotodo.Tampocoesquehubieragrancosaquehacer.Mequedabaenlacamahastamuytardepor la mañana. Miraba sobre la manta mis brazos libres y vacíos. Melevantabamuydespacioymevestíaydejabaqueeldíafuesefluyendohoratras hora libre y vacío.Trataba de no recordar la canción del roiDagobertperolaescuchabaconstantementeenlamemoriayloúnicoqueconseguíaverdelantedemíeralacaradelmédicoyaquellabocacomodeanimalqueacabadeabrevarotambiénloslargospasillosdelhotelBellevueolaescaleraconlaalfombrarojaolaplacitaconlassillasylaspalmeras.

Alberto se quedaba en casa conmigo. Era muy bueno y yo estabaasombradadevercómoacudíasiempreenmiayuda.Nuncahablábamosdelaniñay cuandovique todavía estabanen ladespensa losbotesdeharinadearrozparalaspapillasyqueFrancescasehabíaolvidadodellevárselasélhizounpaquetecontodoyselollevó,noséadónde.Mesorprendíaquefuesetan

www.lectulandia.com-Página65

Page 66: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

buenoconmigo.Me leíapoemasdeRilkeyhasta lasanotacionesquehabíahechoenlosmárgenesdeloslibros.Decíaqueteníaganasderecogertodosaquellos apuntes quehabía estadohaciendo sobre sus lecturas y escribir unlibrocontodosellosquesetitularíaVariacionesenescalamenor.CreoqueestabaunpocoenvidiosodeAugustoporqueélsíhabíapublicadosuslibros.Medijoqueteníaqueayudarlearecogeraquellosapuntesyalgunasvecesmelosestuvodictandoparapasarlosamáquinahastaaltashorasdelanoche.Yono escribía muy rápido pero no le molestaba. Me decía que le dijera lospuntosenlosquenosehabíaexpresadoconsuficienteclaridad.

Undía lepreguntési todavíasequería irdecasaymedijoqueno.Medijoqueibaatirarlacajadezincundíadeésos,peroibanpasandolosdíasylacajadezincseguíaensuestudio,alprincipiollenadesuslibrosyluegodeotrascosas.Cuandoqueríaunlibrolosacabaperonuncasedecidíadeltodoavolver a ponerlos todos en las estanterías tal y como estaban antes. Casisiempreestábamosensuestudioyyanomedecíanuncaqueteníaganasdesalir.Alprincipionohablábamosdelaniñaperopocodespuésempezamosahablarymedijoquetalvezmehacíabienhablardelasuntolargoytendidoconél.Medijoquetendríamosotrohijoaunquenomeagradarapensarlo,quetambién querría a ese nuevo niño y que estaría tranquila y contenta en elmismoinstanteenquelovieraamilado.Yasífuecomoempezamosahacerelamordenuevoypocoapocofuiempezandoapensarquepodíatenerotrohijo. Pensaba en cómo le daría el pecho y en cómo le acunaría y en todasaquellascosasquemeresultabanagradables.

EmpecéaenamorarmedenuevodeAlbertoycuandomedicuentadeloque me estaba pasando me dio mucho miedo. El pensamiento de que semarchara de casa para siempreme hacía temblar demiedo.Miraba aquellacaja de zinc ymedaba pavor.Cuandomedictaba y yo escribía amáquinateníamiedodenoserlobastanterápida.Simemirabafijamenteteníamiedodequenolegustasemicara.Pensabaenlafacilidadconlaquevivíanelrestodelasmujeres,pensabaenFrancescayenGiovannaymedabalasensacióndequenohabíansentidoensuvidaniunasombradelmiedoenormequeyosentía.Pensabaenlofácilqueeralavidadelasmujeresquenuncahantenidomiedo de un hombre. Miraba mi rostro en el espejo durante mucho rato.Nunca había sido un rostro hermoso pero ahora me parecía que le habíanabandonadolapocafrescurayjuventudquehabíatenidoensumomento.

Estábamossiempresolosencasayasífuecomoentendídeprontocómovivenunhombreyunamujer.Élnosalíadecasa,leveíavivirtodoeltiempo,le veía levantarse por lamañana y tomar el café que le había preparado y

www.lectulandia.com-Página66

Page 67: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

escribir sus anotaciones en los libros y trastear encorvado sobre la caja dezinc.Dormíamosjuntosenelestudioyhacíamoselamorynosquedábamosdespiertosenlaoscuridadhastamuytardeyyosentíasurespiracióntranquilacerca de la mía. Antes de quedarse dormido me decía siempre que no leimportabaqueledespertasesinoconseguíadormirymesentíatriste.Jamásmehabría atrevido a despertarle, pero el pensamiento de que podía hacerlomeresultabamuydulce.Eratanbuenoconmigoquecomprendícómopuedeserlaternuraenunhombre.Penséqueeraculpamíasinisiquieraasíestabacontenta,peronopodíadejardesentiraquelmiedopormicaraymicuerpo.Cuandohacíamoselamormedabamiedoqueleparecieraaburridohacerelamorconmigo.Siemprequequeríadecirlealgoesperabamuchotiempoparadecidirsieraaburridoono.Cuandomeleíaaquellasanotacionesquequeríarecogerenunlibroenmuchasocasionessemeocurríanobservacionesquelehabríapodidohacer,peroundíaquelehiceunameparecióquesedisgustabaun poco y me estuvo explicando durante un buen rato que le habíamalinterpretado. Me mordía la lengua de la rabia que me daba habérselodicho.Meacordabadevezencuandode laépocaen laque todavíanonoshabíamoscasadoynos sentábamosdurantehorasen loscafésyyohablabasinparar.Enaquellaépocameresultabafácilhablarconél,ledecíatodoloquesemepasabaporlacabezaymesentíajovenyserenaensumirada,peroahoraquehabía tenidoa laniñayque laniñahabíamuertoyanopodíanipensarquealgúndíapudieradejarme.

Muchas veces pensaba en otras mujeres. Pensaba en Francesca y enGiovannaytambiénenmimadre.Medabalasensacióndequeparaellaslascosas eran muy sencillas. Mi madre con sus conservas de tomate y susvestidos para los niños pobres de Maona, Francesca con sus cuadros yGiovannaconsuabrigodepieldecorderoyregañandoasuhijoporculpadellatínhabíanencontradounamaneradevivirquelesresultabajustaynaturalysobre todo no triste.Giovanna decía que se había arruinado la vida por nohabersecasadoconAlbertoyllorabaunpocoperoporlaformaqueteníadellorarmedabalasensacióndequetalvezhabíaacertadoentodoensuvida.Había aprendido a moverse con destreza en su vida, una vida en la quetambiénestabanAlbertoyhabíaviajesyenlaquetambiénestabaaquelhijoquenoestudiabayelmaridoyotrosrecuerdosconundirectordeorquesta,ytambiénmúsicaylibrosytertuliasdetéconamigasyreflexionesydiscursos.Ysinembargoamímedabalasensacióndequeyonuncahabíasidocapazdevivirydequeyaerademasiadotardecomoparaaprender,pensabaqueen

www.lectulandia.com-Página67

Page 68: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

mividanohabíahechootracosaquemirar fijamenteenaquelpozooscuroquehabíaenmiinterior.

UnanochelepreguntéaAlbertosisabíaqueGiovannahabíavenidounatardeacasaahablarconmigo.Habíadudadomuchosobresidebíacontárseloonoantesdehacerlo,peropensabaqueyanoibaasercapazderesistirmástiempo con aquella cosa escondida en mi interior. Me dijo que lo sabía ycuando lepreguntécómosehabíaenteradomecontóque se lohabíadichoAugusto.Lepreguntésilemolestabaymedijoqueno.Ledije:

—Notemarcharás.Yél:—No,nomemarcharé.Lecontesté:—¿Sacarástodaslascosasquehayenlacajadezinc?Yél:—Sí.Yyo:—¿Quieresqueteayudeasacarlas?Yél:—No,notepreocupes,nohaytantaprisa,loiréhaciendoyopocoapoco.Yentonceslepregunté:—¿Porquénotevas?¿Esporquetedoylástima?Yélcontestó:—Medesagradalaideadequetequedessolasinmí.Yyoledije:—Nuncame habría esperado que fueses tan bueno conmigo, nuncame

habría imaginado que desearas ayudarme.Me daba la sensación de que noqueríasdemasiadoalaniña,niamítampoco.CreíaquealaúnicapersonaalaquequeríaseraaGiovanna.

Entoncessepusoareírdespacio,muydespacio.Medijo:—Avecesmedalasensacióndequenoquieroanadie.—¿NisiquieraaGiovanna?—No,nisiquieraaella—dijo—,ahoraestáconsumarido,enunlagoen

elquetienenunavilla,nosécuándoregresará.Sinolaveonomeacuerdodeella,nopiensomuchoenella,esunacosacuriosa.

Duranteun ratonosquedamos en silencio.Estaba acostadoami ladoyrespiraba tranquilo, jugaba conmimano sobre lamanta. Jugaba a cerrarmelosdedosyluegoabrirloshastaquedeprontosepusoahacermecosquillasenlapalma.Mesoltódeprontolamanoysealejódemí.Dijo:

www.lectulandia.com-Página68

Page 69: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

—Resultadifícilsaberloquehaydeverdaddentrodenosotros.Estamosaquí sólo un segundo y ya nos vamos.Yo nunca he entendido nada demímismo. Queríamucho amimadre y lo pasémuymal cuandomurió, peroluegounamañanasalídecasa,mepuseuncigarrilloentreloslabiosyenelinstante en que encendí una cerilla contra un muro me sentíextraordinariamente feliz de que hubiese muerto por fin, de no tener quevolver a jugar a las damas con ella y no escuchar su voz estridentediciéndomequenomeecharatantoazúcarenelcafé.PoresonosésiquieroaGiovanna.Haceyavariosmesesquenolaveoypiensopocoenella,estoyunpocoholgazánynomeapetecesufrir.

—Ycuandoellaregrese,¿tequerrásmarcharotravez?—Nolosé—dijo—,puedeser.Sediolavueltaysequedódormido.Yonopodíadormirypensabaque

mehabíadichoqueledespertarasimesentíamuytristeperonoteníavalorypenséquenoqueríapedirleayudaaaquelhombre.Eraabsurdopensarqueaaquelhombreselepodíapedirnada.SabíaquenisiquieraGiovannalepodíapedirnada.Mequedémirandosurostrodormido,aquellabocainmóvilysinrespuestas. ¿Se quedaría conmigo o semarcharía? ¿Realmente quería tenerotrohijo?Medesvelé totalmentey loúnicoquepodíahacerera repetirconlos ojos como platos: «No sabré nunca lo que quiere de verdad. No sabrénuncaloquequieredeverdad».

Asífuecomoempecéapensarenelrevólver.Pensabaenéldelamismamaneraqueavecespensabaendarleelpechoalniñonuevo.Pensabaenelrevólver y me sentía tranquila, pensaba en él mientras hacía la cama ymientras pelaba las patatas y mientras planchaba las camisas de Alberto.Pensabaenélmientrassalíaybajabaporlasescaleras,delmismomodoquepensabaendarleelpechoyacunaralnuevoniño.Perosihubiesetenidootroniñomehabríaquedadosiempreelmiedodeque seenfermaraymurierayestabademasiadocansadadetenermiedoyademásmeparecíaquenoteníamuchosentidodarunhijoaunhombrecomoaquél.

Francescaveníaavermedecuandoencuandoymecontóque teníaunnuevoamante,unoquehabíaconocidoenSanRemoconlacondesa,quesehabíahartadodepintarcuadrosyqueahoraloúnicoquehacíaerairdeviajecon él.Me contóque al principio se había enamoradounpoco, nada serio,que era un tipo duro y que no debía asombrarme si un día leyendo elperiódico me encontraba que la habían estrangulado durante la noche. Alparecereltiponoprometíanadabuenoycadavezquesalíadecasaellaibacorriendoalcajoncitodondeguardabaeldineroparaasegurarsedequenose

www.lectulandia.com-Página69

Page 70: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

lohabíavaciadodedinero.Peroeramuyguapoydabamuchogustopasearconélporquetodaslasmujeressequedabanmirándoleyhastahabíasidoelgigoló de la condesa durante una época. Ahora Francesca decía que lacondesa era una vieja asquerosa y tacaña hasta el delirio porque se habíanegado a comprar un retrato que le había hecho. Cuando la condesa vinodesde San Remo se habían encontrado y peleado a muerte por culpa delgigoló. De Augusto, Francesca no quería ni oír hablar, pero siempre queAugusto venía a nuestra casa nos pedía que le habláramos de Francesca,aunquelociertoesqueveníamuypocoporquequeríaterminardeunavezsulibrosobrelosorígenesdelcristianismo.Albertoleleíasusapuntesyellibroenelquelosqueríarecopilarperoélandabacomodistraído.Conmigoestabasiempre muy amable y me miraba mientras planchaba las camisas y yopensaba en aquel día en que estuvimos paseando y hacía tanto viento y yocreía que íbamos a hacer el amor a continuación. Lemiraba yme daba lasensacióndequeéleraunpococomoyo,queteníasiemprefijalamiradaenel pozo oscuro que había en su interior. Por eso pensaba que tal vezhabríamos sido felices si hubiésemos hecho el amor, que él me habríaentendidoymehabríaayudado.Peromedecíaamímismaqueyaeramuytarde.Meparecíaqueyaerademasiadotardeparaempezarcualquiercosadenuevo, un nuevo amor, un nuevo niño, me daba la sensación de que erademasiado trabajo y que yo estaba demasiado cansada. Y en la mirada deAugustomereencontrabaconaquellanocheenSanRemoenlaquesehabíapuestoenfermalaniñay lanochesiguienteenlaquesehabíamuertoymequedé agarrada a su mano. Me decía a mí misma que en la vida de unapersona no todo debe ser tener amores o tener niños, que se pueden hacercientos de cosas diferentes como escribir un libro sobre los orígenes delcristianismo. Pensaba en lo pobre que erami vida pero que tal vez ya erademasiado tarde para intentar cambiar y en el fondo de todos aquellospensamientossiempreaparecíaelrevólver.

AlbertocomenzóasalirdenuevoyaunquedecíaqueibaalaoficinayopenséquetalvezyahabíaregresadoGiovanna.Éldecíaquenohabíavueltotodavíaperoyonolecreía.UndíaGiovannavinoaverme.EraporlamañanayAlbertohabíasalidohacíapoco.Yoestabaenelsalónpasandoamáquinasusúltimosapuntes.

Enaquellaocasiónveníavestidadegrisconunsombreroredondoydurodepaja negra y una especie de capa.El vestidoy el sombrero erannuevospero llevaba los guantes un poco desgastados de la otra vez. Se sentó y sepuso a hablar de la niña.Me dijo queme había escrito una carta pero que

www.lectulandia.com-Página70

Page 71: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

luego la había roto porque de pronto le había parecido absurdo escribirme.Aunasídesdequehabíasabidolodelaniñanohabíadejadodepensarenmíeinclusoaqueldíaantesdeiravermehabíaestadodudándolomuchohastaquealfinalsehabíadecidido,sehabíapuestoelsombrero,sehabíaarregladoyhabíavenido.Yolemiréelsombreroytampocomediolasensacióndequesehubieseestadoarreglandotanto.Estabafirmeydurosobrelafrenteymedabalasensacióndequelemolestaba.Suspalabraseraninmóvilesysimplesyhablabaconlavozmuybajacomosiestuvieseintentandonohacermedaño,peroyonoteníaganasdehablardelaniñaconella.Dijo:

—Esunacosamuyextraña.Soñéconlaniñadosotresdíasantesdequemuriera. Estábamos aquí juntas en el salón y también estaba la madre deAlberto tumbada en el diván envuelta en una manta. Decía que estaba asíporqueteníamuchofríoyyolepuseencimamiabrigoymeloagradeció.Laniñaestaba sentadaenuna sillay tú teníasmiedodequecogiese fríoymepedías que cerrara la ventana. Yo había comprado unamuñeca para ella yqueríasacarladelpaqueteperonoconseguíadesatarelcordel.

Yocontesté:—La niña no jugaba con muñecas. Jugaba con un camello y confín^

pelotadetela.Yella:—Elsueñomeparecióextrañoymedespertédeprontoconunasensación

de angustia queno conseguía explicarme.Pocosdías despuésme llegóunacartadeAlbertoenlaquemecontabalodelaniña.

Yo lamiraba como si intentara averiguar si realmente había tenido esesueño.Medabalasensacióndequeselohabíainventadotodo.Continuó:

—Eraunacartadepocaspalabras.Aqueldíateníamosinvitadosyyotuveque sacarles a pasear para entretenerles. Estuve todo el día dándolesconversación.Mesentía totalmenteperdida.Eraextraño,porquenopensabaenAlberto.Pensabaenti.

Estabasentadaenelsillónconsusdelgadaspiernascruzadasylasmanosbajolacapayelpelorígidoeinmóvilsobrelacabeza.

—Tetienequeestarmolestando—dijeyoseñalandoelsombrero.—Sí—contestó, y se lo quitó de inmediato. Tenía una línea roja en la

frente. La observé. Tenía una mirada bondadosa y tranquila, un cuerporelajadoyfrescobajoaquelvestidoprimaveral.Penséencómohabríaelegidoaquelmodelo seleccionándolo en una revista demoda y en cómo lo habríaencargado a la modista. Pensaba en aquella vida suya compuesta de díastranquilos,enaquelcuerpoconfiadoysinmiedo.Medijo:

www.lectulandia.com-Página71

Page 72: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

—¿Sientesodiohaciamí?—No—dije—, no es exactamente odio, pero no tengo ganas de hablar

contigo.Me parece que no tiene ningún sentido que estemos las dos en lamismahabitación.Mepareceabsurdoyridículoporquenonosdiremosnadaimportanteninadaverdadero.Y, ¿sabes?,nomecreoquehayas tenidoesesueñorealmente,creoquetelohasinventadomientrasveníasaquí.

—No—dijo,yseechóareír—,nomeconoces,yonotengoimaginación,noseríacapazdeinventarmenada.¿NuncatehadichoAlbertoquenotengoningunaimaginación?

—No,nohablamosmuchodeti.Unavezcuandohablamosdetimedijoquesinoteveseolvidadeti.Supongoquetendríaquehabermedadoplacerescuchar algo así y sin embargo fue peor. Quiere decir que ni siquiera tequiereati,quieredecirqueparaélnoexistenadasagrado.Hubounaépocaenlaqueteníacelosdetiyteodiabaperoahoratambiénesohapasado.Sitecrees que él es infeliz cuando no está contigo te equivocas, no le gustasentirseinfeliz.Yahoravetedeaquí.

—Losé—dijo—,nopuedesdecirmenada sobre él queyono sepa.Teolvidasdeque leconozcodesdehacemuchosaños.Yahapasado lamayorpartedenuestravida,nosomos jóvenes.Hemosenvejecido juntos,élensucasa y yo en la mía, pero juntos. Nos hemos dejado muchas veces perosiemprenoshemosacabadoreencontrando.Noeraélelquemebuscabaamí,sino yo la que le buscaba a él, eso es verdad, pero siempre se alegraba.Estamosbienjuntos,túnoloentiendesporquesiempretehasllevadomalconél.

—Vetedeaquí—dije—,creoquesitequedasvoyaempezaraodiarte.—Ódiamesiquieres—dijo—,meparecejusto.Puedequeyotambiénte

odieati,peromedaslástimaporquesehamuertotuhija.Yotambiéntengounhijoymedalástimalagentequepierdeasushijos.CuandoleílacartadeAlbertodurantetodoeldíanopudepensarenotracosa,mequedéaturdida.

—NoquieroqueAlbertoteescriba—dije—.Noquieroqueosencontréisy deis paseítos y hagáis viajecitos ni que habléis de la niña ni de mí. Noquiero. Esmimarido. Es posible que cometiera un error al casarme con élpero ahora es mi marido y hemos tenido juntos una niña que ahora estámuertay eso es algoqueno sepuedeborrar sóloporqueavosotrosdososgustehacerelamor.

Ellarespondió:—Tampocoloquehahabidoentreélyyosepuedeborrar.

www.lectulandia.com-Página72

Page 73: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Lodijoenvozbajayparasímisma.Sepusodenuevoelsombreroyalhacerloselecontrajolaexpresión.Sepusolosguantesmuyrápidoajustandocadaunodelosdedos.

—No sé lo que ha habido entre vosotros—dije—, seguramente hayansido cosas importantes, pero no han podido ser tan importantes como elnacimiento y lamuerte de una niña. ¿Viajecitos, no? ¿Paseítos?Muy bien,ahora vete de aquí, ya estoy cansada de tu sombrero y de tu vestido, digocosas sin sentido. Si te quedas más tiempo me van a dar ganas hasta dematarte.

—No—dijo,yseechóareír.Eraunarisajuvenilyaguda—.Noloharás.Tienestodoelaspectodemosquitamuerta,peroamínomedasmiedo.

—Tantomejor,ahoravetedeaquí.—Sí—dijo—,mevoy,peromevoyaacordardeestedía.Hasidomuy

importanteenciertomodo.Noséporqué.Tengolaimpresióndequehasidoimportante y de que nos hemos dicho cosas importantes y verdaderas.Volveréenalgunaocasión,sinoteimporta.

Yodije:—Gracias,peropreferiríaquenolohicieras.—Vivalasinceridad—dijo—,gracias.Nomeodiesmucho.Semarchó.Mepuseaescribiramáquinaotravezperocometíaerrorestodoelratoy

estabadistraída.Fuialespejoamirarmeparaversiteníaaspectodemosquitamuerta. Preparé la comida yAlberto volvió a casa.Le pregunté si yo teníaaspectodemosquitamuertaymecontestóqueno,peroluegomedijoquenoteníani ideade cómoeraunamosquitamuerta.Estabadistraídoyunpoconerviosoysemarchórápidamentedespuésdecomer.

YoteníaganasdellamaraFrancescaodeirabuscarlaperoluegopenséque ella tenía al gigoló.Alberto ahora salía todos los días, a veces inclusodespuésdecenar.Comoyodormíaenelestudioyanocerrabalapuertaconllaveymuchasvecescuandomequedabasolaabríaelcajónymequedabamirandoel revólver.Lomirabaunminutoymesentía tranquila.Cerrabaelcajóndespacio,muydespacio,ymevolvíaaacostar.Mequedabainmóvilydespiertaenmediodelaoscuridadytratabadenorecordarlaépocaenlaquesealzabaenmediodelsilencionocturnoelllantodébilyrabiosodelaniña.Llevaba mis pensamientos a un lugar muy lejano, a Maona, cuando erapequeña, a una pomada negra queme ponía en lasmanos para protegermecontra los sabañones, a una vieja maestra con gafas que nos llevaba deexcursión, aun fraileque ibaacasademimadreparapedir limosnayque

www.lectulandia.com-Página73

Page 74: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

teníaunsaquitogrisllenodepanseco,ytambiénacuandoleíEsclavaoreinayacuandomeescondíaallorarenlacarbonera,aunavezquemimadremehizounvestidocelesteparairalcolegioyamímeparecióalprincipioqueera muy bonito pero luego me di cuenta de que en realidad era todo locontrario. Me parecía estar diciendo adiós a todas esas cosas como siestuvieraapuntodemarcharmeparasiempreycuandocerrabalosojosvolvíaasentirelolordeaquellacremanegraenmismanos,elolordelasperasalhorno que preparaba mi madre en invierno. Cuando Alberto volvía a casahacíamos el amor peroya nomedecía que tendríamosmáshijos. Se habíacansadotambiéndedictarmesusapuntesyelpocotiempoqueestabaencasaselopasabamirandoelreloj.Avecesmedabaporpensarquedentrodepocose convertiría en alguienmuy viejo demasiado cansado para estar saliendotodoelratodecasa,yentoncessesentaríaenelsillónadictarmesusapuntes,ymepediríaquetiraralacajadezincyquepusieradenuevoloslibrosenlasestanterías y que pusiera también los barcos de guerra. Pero en vez de esoestabasiempre igual, cadavezmásviejopero tambiéncadavezmás joven,consucaminarvelozy ligerocuando ibaa laciudad,conel rostroávidoydelgadocomosiquisierabeberseelairedelascalles,elimpermeableabiertoy ondeante alrededor de su cuerpo grácil, el cigarrillo encendido entre loslabios.Lepeguéuntiroentrelosojos.

Mehabíapedidoqueprepararauntermodetéparaelviaje.Decíaqueelté le sentaba muy bien. Decía que no se me daba muy bien planchar nicocinar,peroquesabíahacereltécomonadie.Mientraspreparabalamaletaseenfadóunpocoporquedecíaquelascamisasnoestabanbienplanchadas,sobretodoenlapartedelcuelloydeloshombros.Hizolamaletaélsolo,noquiso que le ayudara. Cogió también algunos libros de la caja de zinc. LeofrecílaspoesíasdeRilkeymedijoqueno.Dijo:

—Ésasmelassécasidememoria.Yotambiénmetíalgúnlibroenmimaleta.Sepusocontentocuandovio

queyotambiénhacíalamaleta.MedijoquemeibaahacerbieniraMaonaadescansarconmimadrequemeibaallevarelcaféalacamatodoslosdías.Lepreguntéquéqueríahacerconlacajadezinc.

—¿Lacajadezinc?—preguntó,yseechóareír—.No—dijo—,nomevoyparasiempre.¿Esocreías?¿Quemeibaparasiempre?¿Poresotienesesacara?

Fuiamirarmealespejoyledije:—Linacarasinnadadeespecial.Unacarademosquitamuerta.

www.lectulandia.com-Página74

Page 75: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

—Demosquita muerta, sí.—Me acarició el pelo y luego me dijo quefueraaprepararelté.Legustabafuerteyconmuchoazúcar.Ledije:

—Dimelaverdad.Yélmedijo:—¿Quéverdad?Yyo:—Tevasconella.Yél:—Laverdadvabuscando,que lees tanamada,como losabequienpor

elladejalavida.Cuandoregreséalestudioyahabíaterminadoaqueldibujo.Meloenseñó,

reía.Untrenlargo,muylargo,conunagrannubedehumo.Mojólapuntadellápizconlalenguaparaqueelhumosaliesemásdenso.Teníaeltermoenlamano,lodejésobreelescritorio.Reíaysedabalavueltaparaversimereíayotambién.

Lepeguéuntiroentrelosojos.

Teníalospiesfríosymojadosyelagujerodelamediamehacíamuchodañocadavezquedabaunpaso.Lascallesestabanvacíasyresplandecientesporlalluvia.TeníaganasdeiracasadeFrancescaperoluegopenséquealomejorestabaconelgigoló.Regreséacasa.Habíaunsilencioenormeeintenténoescucharlo.Cuandolleguéalacocinasupeloqueestabaapuntodehacer.Erasencilloyno teníamiedo.Entendíqueno tendríaquehablar jamásconaquelhombredecaracetrinaalotro ladode lamesaysentíungranalivio.Entendí que ya no sería necesario hablar connadie.Me senté a lamesa demármol de la cocina intentando no prestar atención a aquel silencio. Delfregadero salía un aire frío y fétido y sonaba el tictac del reloj sobre elarmario.Cogíeltinteroylaplumaymepuseaescribirenelcuadernodelacompra. Tras un rato me pregunté a quién le estaba escribiendo. No era aGiovanna,niaFrancesca,nisiquieraamimadre.¿Aquiéneraentonces?Meresultaba difícil saberlo, sentía que la época de las respuestas sencillas ylímpidassehabíaacabadoparasiempredentrodemí.

www.lectulandia.com-Página75

Page 76: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

NATALIA GINZBURG (Palermo, 1916 -Roma, 1991) es una de las vocesmássingularesde la literatura italianadelsigloXX.Publicóen1934suprimeranarración, a la que siguieron obras teatrales —comoMe casé por alegría(1964)—, ensayos. —Las pequeñas virtudes (1962), Nunca me preguntes(1970)ySerenacruzolaverdaderajusticia(1990)—ynovelas.—Elcaminoque va a la ciudad (1942),Y eso fue lo que pasó (1947),Nuestros ayeres(1952),Valentino (1957),Laspalabrasde lanoche (1961),Léxico familiar(1963), Querido Miguel (1973) y Vita imaginaria (1974)—, así como labiografíaAntónChéjov(1989).

www.lectulandia.com-Página76

Page 77: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

Notas

www.lectulandia.com-Página77

Page 78: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

[1] Este artículo apareció por primera vez bajo el título «E stato cosí» enL’Unitael21deseptiembrede1947.<<

www.lectulandia.com-Página78

Page 79: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

[2]Este textodeNataliaGinzburg apareciópor primeravez integrado en elprólogoalvolumenCinqueromanzibrevi,publicadoen1964yentrelasqueseencontraba«Estatocosí».<<

www.lectulandia.com-Página79

Page 80: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

[3]LaautoraeraHelenG.Carlisle.LatraducciónqueleyóNataliaGinzburgfuepublicadaen1945enLeQuadriged’Apollon,enParís.(N.delT).<<

www.lectulandia.com-Página80

Page 81: «Durante generaciones y generaciones —observa Italo

[4]Versos71y72del«Purgatorio»deLadivinacomediadeDante.SonlaspalabrasqueutilizaVirgilioparapresentar aDante anteCatón (guardiadelaccesoalmontePurgatorio)como«buscadordelalibertad».«Comolosabequienporelladeja lavida» se refiereal suicidiodeCatónenUticacuandollególadictaduradeCésar.(N.delT).<<

www.lectulandia.com-Página81