dulce maría loynaz

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sólo su imaginación, como con personas reales y las ama y teme. Demuestra otra analogía en su capacidad de transformar su yo en el del héroe, en hablar por él, en forma semejante al actor. En todo esto se observan los problemas más interesantes de la psicología. ( ... ) Nace la esperanza de que, mediante la poética, se pueda explicar con exactitud la acción de los proce- sos psicológicos en los hechos históricos. La historia literaria nos ha expuesto las consideraciones filosóficas de la Historia. Acaso corresponda a la poética una actividad semejante en el estudio sistemático de las manifestaciones históricas de la vida. ( ., ... ) La muchedumbre inabordable de obras poéticas de todos los pueblos tiene que ser ordenada para ser disfrutada, para conocer su causal histórico y para sujetarla a la práctica de la critica. Tiene que ser calibrada en su valor y utilizada para el estudio del hombre y de la historia. Esta tarea puede ser resuelta únicamente si -junto a la historia de la literatura- fundamos una cien da general de los elementos y leyes cuyas bases :reposa la poesí.a. continuación las Leyes de la creación poética de Dilthey: XX L Todas las formaciones de la vida psíquica se componen de percepciones como elementos propios de ellas; al igual que las creaciones poéticas. 2. La creación del poeta transforma libremente las imágenes compuestas de estas formaciones y las combi- na con las imágenes contenidas en la realidad, sin estar limitado por las condiciones de la propia realidad; por esto tal creación es semejante al sueño y a otros estados relativos como la locura. 3. Esta semejanza se debe a la ausencia [de la represión] que suele gobernar a las representaciones; sin embargo, en el soñador, loco, e hipnotizado, es producida por causas muy diferentes a las del artista o el poeta; en el primer caso disminuye la fuerza de la vida psíquica, en el segundo, toda la energía se dirige a la creación libre. 4. Las imágenes cambian porque partes de eHas se desvían o son eliminadas. 5. Las imágenes cambian al distenderse o contraerse, al aumentar o disminuir la intensidad de las sensaciones de las que se componen. 6 .. Las imágenes y sus combinaciones cambian cuando penetran en su núcleo más íntimo nuevos elementos y combinaciones y las alteran. XXI

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Page 1: Dulce María Loynaz

sólo su imaginación, como con personas reales y las ama y teme. Demuestra otra analogía en su capacidad de transformar su yo en el del héroe, en hablar por él, en forma semejante al actor. En todo esto se observan los problemas más interesantes de la psicología. ( ... )

Nace la esperanza de que, mediante la poética, se pueda explicar con exactitud la acción de los proce­sos psicológicos en los hechos históricos. La historia literaria nos ha expuesto las consideraciones filosóficas de la Historia. Acaso corresponda a la poética una actividad semejante en el estudio sistemático de las manifestaciones históricas de la vida. (

., ... )

La muchedumbre inabordable de obras poéticas de todos los pueblos tiene que ser ordenada para ser disfrutada, para conocer su causal histórico y para sujetarla a la práctica de la critica. Tiene que ser calibrada en su valor y utilizada para el estudio del hombre y de la historia. Esta tarea puede ser resuelta únicamente si -junto a la historia de la literatura­fundamos una cien da general de los elementos y leyes sobn~ cuyas bases :reposa la poesí.a.

continuación las Leyes de la creación poética de Dilthey:

XX

L Todas las formaciones de la vida psíquica se componen de percepciones como elementos propios de ellas; al igual que las creaciones poéticas.

2. La creación del poeta transforma libremente las imágenes compuestas de estas formaciones y las combi­na con las imágenes contenidas en la realidad, sin estar limitado por las condiciones de la propia realidad; por esto tal creación es semejante al sueño y a otros estados relativos como la locura.

3. Esta semejanza se debe a la ausencia [de la represión] que suele gobernar a las representaciones; sin embargo, en el soñador, loco, e hipnotizado, es producida por causas muy diferentes a las del artista o el poeta; en el primer caso disminuye la fuerza de la vida psíquica, en el segundo, toda la energía se dirige a la creación libre.

4. Las imágenes cambian porque partes de eHas se desvían o son eliminadas.

5. Las imágenes cambian al distenderse o contraerse, al aumentar o disminuir la intensidad de las sensaciones de las que se componen.

6 .. Las imágenes y sus combinaciones cambian cuando penetran en su núcleo más íntimo nuevos elementos y

combinaciones y las alteran.

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Portuondo, en su libro Concepto de la poesía, en el capitulo IV: Esencia de la poesía, consigna los intentos de Paul Valéry (1871-1945) en Yo le deda, a veces, a IVIaHarmé:

que la poesia se relaciona, sin duda, con algún momento de humanidad anterior a la escritura y a critica, Encuentro, pues, un hombre muy antiguo en todo poeta y,erdade:ro: este hombre bebe aún en las fuentes del lenguaje; inventa '\•ersos 1

', más o menos como los primitivos mejor dotados creaban 1'palabras'', o antecesores de palabras.

En su conferencia sobre Baudelaire y su descendencia, escribió:

Seria preciso hacer notar de qué manera contiene el lenguaje recursos emotivos mezclados con sus propie­dades prácticas y de directo significado. El deber, el trabajo, función del poeta es poner ,en evidencia y

,en acción estas potencias de movimiento y encanto; excitantes de la vida afectiva y de la sensibilidad intelec­tual que están confundidas en el lenguaje usual de los signos y los medios de comunicación de la vida superfi­cial y ordinaria. El se consagra y se consume en

definición y construcdón de un lenguaje dentro lenguaje y esta operación que es larga, dificil,

delicada, que solicita las más diversas cualidades del espíritu y que jamás llega a terminarse -porque nunca

es, tampoco, exactamente posible-tiende a Uega:r a ser el idioma d,e un ser más puro, más potente y más feliz con su palabra, sin importar que sea un ente real.

En mi El protoidioma en ¡¡La divina comedia" de Dante y otros ensayos (1995), en el capítulo Los arqueti­pos cósmicus de Petrarca, mencioné dos expediciones posteriores a la de Valéry:

La contribución que he hecho a ]a psicología estriba en haber descubierto que los arquetipos del inconsciente colectivo-que Jung relacionó a los lenguajes mitológico y esquizofrénico- son de base oral-sexual, o sea, que el trauma oral sufrido por un ser humano en su infancia, cuando lo recuerda en sus sueños, inspiración diurna o en estados "borderline 11 o esquizoides, suele proyectarlo en sus poemas u obras de arte en forma de arquetipo como si millones de seres antes que él hubieran sufrido una experiencia oral traumática similar en decurso evolutivo del hombre en la tierra.

Significa esto que la teoría oral-sexual de los traumas infantiles de Freud, encaja perfectamente con la teoria del inconsciente colectivo de Jung. Como resultado de la conciliación entre las teorías freudiana y junguiana, debida a mi descubrímiento de constantes en la poesía, se crea la nueva tesis del protoidioma (la palabra proto­lenguaje fue acuñada por Leibnitz) que establece la existencia de los temores orales erotizados de la huma­nidad en forma de arquetipos heredados. Esto significa

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Ahora comparémoslas con las Leyes de la creatividad poética:

l. Los arquetipos que concibe el poeta durante sus sueños o estados de posesión provienen de su propio inconsciente o paleocortex cerebral y se hacen conscien­tes al percibir, escribir o recordarlos.

2. Todo poeta es un ser que simboliza sus traumas orales con arquetipos pertenecientes al inconsciente colectivo, del cual su propio inconsciente es parte integrante.

3. Todo poeta concibe en mayor o menor grado arqueti­pos cósmicos: cuerpos celestes asociados principalmente a los símbolos: ojo, fuego y piedra y secundariamente a otros arquetipos de origen oral-traumático.

En Intento de psicoanálisis de Juana l:nés y otros ensayos sorjuanistas (1988), inclui mi ensayo crhico Octavio Paz ¿intelectual?, donde dije:

A cien años del nacimiento del intelectual Ortega y Gasset (1883-1955), viene a cuento Ia justificación que publicó en Dilthey y Idea de la Vida, de su libro

Kant, Heg,el, Dilthey, cuando se le acusó de haber plagiado al filósofo alemán. Ni el mismo Ortega se dio cuenta de que Dilthey habia plagiado inconscientemente al padre de la filosofia existencialista: Miguel de Cervan-

tes. (Ver mi ensayo La filosofía dinámica de Cervan­tes a Ortega, 1969):

Al tomar recientemente contacto pleno con la obra filosófica de Dilthey, he experimentado la patética sorpresa de que los problemas y posiciones apuntados en toda mi obra -se entiende, los estricta y decisiva­mente filosóficos- corren en un extraño y azorante paralelismo con los de aquélla. Nada más azorante, en efecto, que encontrarse ya muy dentro de la vida, de pronto, con que existía y andaba por el mundo otro hombre que en lo esencial era uno mismo. La literatu­ra ha dado forma a ese medular azoramiento en el tema del alter ego.

Desde las Meditaciones del Quijo te ( 1914) hasta mi ensayo sobre Historiologia ( 1928) y La rebelión de las masas (1930), se afirma, con paradisíaca inocencia, este insistente paralelismo. ¿Por qué, entonces, valorar como pérd!da de diez años en mi desarrollo intelectual mi desconocimiento de Dilthey? ¿No significa ese paralelismo que había llegado yo con mi espontáneo andar a las mismas ideas que éste antes logró y expuso? ¿Qué hubiera ganado recibién­dolas de él?

Mas observad señores, cómo el intelectual se enfrenta a los problemas al contrario del poeta quien los rehuye debido a que nació para el sentimiento y la imaginación y no para el pensamiento intelectual.

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Page 4: Dulce María Loynaz

que no puede haber neotipos como lo advierte Jung en e1 capítulo II Un acercamiento psico~ógico al dogma de la trinidad de su libro Psicología y religión: oeste y este:

Un símbolo no se puede mandar a hacer como al racionalista Je gustaria creer.

En su articulo Sobre la relación de la psicología analítica y Ia poesía, de su libro El espíritu en el

hombre, en el arte y en la literatura (1922) Jung nos ofrece su imagen psíquica del símbolo, y de la importan­cia que tendría el dia que se descubriese su significado:

La imagen primordiaJ, o arquetipo, es una figura ya sea demoniaca, humana o procesal que continuamente resurge en el curso de la historia y aparece cada vez que la fantasía creativa se expresa libremente. Es, pues, esencialmente una figura mitológica. Cuando examinamos estas imágenes más de cerca, nos encon­tramos que le d.an forma a un si.rmñmero de expe­riencias típicas de nuestros antepasados. Son, por así decirlo, el residuo psíquico de innumerables experiencias del mismo tipo. Ellas representan un retrato de la vida psíquica en general, divididas y

proyectadas en ias diversas figuras del panteón mitológico. l'vfas las figuras mitológicas, a su vez, son productos de la fantasia creativa y están todavía por traducirse al lenguaje conceptuaL Sólo los comien-

XXVI

zos de tal lenguaje existen. Pero mua vez que los ~conceptos necesarios sean creados nos podrían ofrecer un entendimiento abstracto, científico, de los procesos inconsdenf,es que se ubican en las raíces de las imágenes primordiales.

En la advertencia al libro de Custance Sabiduría~ locura y estupidez ( 1951 ), capítulo V, La pskogénesis de la enfermedad mental de su libro La vida simbóli­ca, dijo Jung:

T odavia recuerdo claramente la gran impresión que me causó cuando logré por primera vez descifrar los aparentemente complejos disparates los m;:olo­gismos esquizofrénicos, los cuales tuvieron que ser más fáciles de descifrar que los jeroglifos o las ins­cripciones cuneiformes. Mientras que éstas nos dan una visión auténtica de la cultura intelectual del hombre antiguo -esfuerz.o que de ninguna manera puede ser subestimado- descifrar los productos de la locura y de otras manifestaciones del inconsciente, desvela el significado de procesos psíquicos funda­mentales mucho más antiguos y abre el camino al sub­mundo o las regiones remotas de la psique las que son la madre no sólo de los productos mentales del pasado sino de la conciencia en sí.

Sigmund Freud (1856-1939), en Resumen psicoa~

nálisis, obra escrita en 1923 y publicada cinco años más

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Page 5: Dulce María Loynaz

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tarde, se reí1rió a1 fenómeno de la creación poética (tomo XIX, El yo y el ello y otros trabajos):

Hemos visto que una parte de la actividad mental humana se dirige hacia la obtención del control sobre el mundo externo reaL El psicoanálisis nos señala que otra parte particularmente valiosa, la de la dinámica mental creadora, se utiliza para la realización de deseos, o sea para la satisfacción substitutiva de los deseos reprimidos que, desde la primera infancia, persisten insatisfechos en cada uno de nosotros. Entre estas creaciones cuyo nexo con e1 incomprensible inconsciente siempre se sospechó, están los mitos y

los trabajos de literatura y arte fantásticos, por lo que las investigaciones deJ psicoanálisis han iluminado los ,campos de la mitologia~ la ciencia de la litera­tura y psicología de los artistas. Bastaría mencio­nar los estudios de Otto Rank al respecto. Hemos demostrado que los mitos y los cuentos de hadas pueden ser interpretados al igual que los sueños, hemos andado por los sinuosos caminos que condu­cen desde la compulsión dei deseo incons,dente hasta su realización como obra de arte, hemos aprendido a entender la impresión emocional que causa 1a obra de arte sobre el observador, y en el caso del artista, hemos aclarado su identificación con el neurótico, así como su distinción del mismo, y ade­más hemos señalado la relación de su posíción innata con sus experiencias fortuitas y sus hazañas. La apreciación estética de los trabajos de arte y la

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explicación del don artístico no están, en verdad, entre las faenas del psicoanálisis; pero tal parece que esta ciencia está en condiciones de emitir juicios decisivos en todo asunto que concierna a la vida imaginativa del hombre.

,; Basado en las declaraciones anteriores, permitamos que . poesía de Dulce María Loynaz confirme las Tres leyes de

creatividad poética. En su poema En mi verso soy libre, reconoció Dulce

la concepción compulsiva de los arquetipos presen-

En mi verso soy libre: él es mi mar. Mi mar ancho y desnudo de horizontes. En mi verso yo ando sobre el mar, camino sobre olas desdobladas de otras olas y de otras olas .. 1\ndo

. . . en m1 verso; respwo, vivo, crezco en mi verso, y en él tienen mis pies camino y mi camino rumbo y mis manos qué sujetar y mi esperanza qué esperar y mi vida su sentido. Yo soy Hbre en mi verso y él es como yo. Nos amamos. Nos tenemos. Fuera de él soy pequeña y me arrodiUo ante la obra de mis manos, la tierna arcilla amasada entre mis dedos, Dentro de él, me levanto y soy yo misma.

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En casi toda su obra poética demuestra la presencia de la memoria antigua de su paleocortex cerebral, que pertenece al inconsciente colectivo. Veamos su poema Creación:

Y primero era el agua: un .agua ronca, sin respirar de peces, sin orillas que la apretaran. Era el agua primero, sobre un mundo naciendo de la mano de Dios. Era el agua. Todavía la tierra no asomaba entre las o]as, todavía la tierra sólo era un fango blando y tembloroso. No había flor de hmas ni racimos de islas. En el vientre del agua joven se gestaban continentes.

¡Amanecer del mundo, despertar del mundo!

¡Qué apagar de fuegos últimos! ¡Qué mar en llamas bajo el cielo negro!

Era primero el agua.

Además, Dulce María asocia las visiones cósmicas direc­tamente al trauma oral en sus poemas:

No lo digo; pero si lo dijera, temblor de ruiseñores en mi pecho, sabor de luceros en mi boca.

(Poema LXVI)

quinto ve]o había salido a flor de música, azul, de un azul mitigado,

. diluido en leche de estrella. (Poema CXIV)

tu voz era una ola tibia que me envolvía, ·poco a poco

como blandura

~""u~mus ahora la voz cósmica que concebía esta poeta cubana.

F:redo Arias de l.a Canal Ciudad de México

V eran o del año 2000

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hace tiempo que la miro,

hecho un hilo, de fino, el pensamiento .... 47

47 Dulce Maria Loynaz. "Hoja seca", «Versos», op. cit., p. 58.

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de la ausencia

Si un elemento debiéramos destacar por encima otros en cuanto a la conformación del mito de

Dulc,e María Loynaz dentro de la literatura cubana, presencia enigmática siempre avasalladora, este

a no dudarlo su particular forma de participa­a través de la ausencia.48

El escritor argentino Jorge Luis Borges, para quien la historia del pensamiento habría sido no más que la hístmia de algunas cuantas metáforas, llegó a explicarse la autoridad de unos escritores por encima de otros al paso del tiempo, según la imagen, el símbolo que fueran capaces de incorporar a la historia, en tanto sus obras y sus vidas hubieran adquirido la coherencia y contundencia de esa entidad cultural tras cuya mera evocación ya nunca más podrían dejar de citarse sus nombres y sus arduas empresas literarias. El desarrollo de esta tesis, por supuesto, recuerda mucho a los laberintos ideales que gustaba de construir Borges. Sin embargo, no es menos cierto que la compleja relación e interdependencia de los hechos literarios con la vasta realidad ecuménica, tiene tanto de enigmático como la más personal de las ficciones. La soledad, la libertad de la literatura en su relación con los fenómenos sociales, sufre normalmente la imposición de

61 ..

Page 8: Dulce María Loynaz

Y cuando aquí nos referimos a mito, entendemos por tal esa imagen actuante más allá del estrecho perímetro de 1a obra personal y de los análisis he­chos por críticos acuciosos., esa imagen que se im­prime en la conciencia colectiva como un hecho hu­mano que desborda cualquier connotación gremial, literaria, y ejercita de manera visible sus profundos rasgos de fenómeno social, entidad psicológica, in­cluso representándose en el pensamiento como una realidad inevitable.

Es la más dificil de todas las grandes poetisas hispanoamericanas porque es la más ausente de todas las realidades, aun de las realidades con fisonomía, enjundia y trascendencia poéticas. 49

Desde sus primeras publicaciones, cuando su nom­bre empezaba a ser canon poético en Cuba, ya la figura de Dulce Maria parecía inscribirse en un es­pacio y un tiempo agónicos por su naturaleza fugaz, inasible. Pero, a pesar de que tenía muy nítidos ante­cedentes esta imagen romántica de poetisa en éxta­sis, aislada, a la que ei mundo cierra sus puertas, es a partir del triunfo de la revolución en 1959, cuando el mito adquiere su mayor patetismo y hegemonía. Su­cede así por varias razones. Claro, la primera de to­das no es otra que la solidez de una obra que hasta cierto punto imponía una acentuada sutileza en ei

normas extraliterarias. ¿Por qué, por Justicia a la razón, en pos de la igualdad no ensayar desde dentro de la literatura la explicación de las secretas leyes del universo social 7

49 Federico Carlos Saínz de Robles. "Nota preliminar" En: ·

Obra lirica. Dulce María Loynaz, Aguilar, Madrid, 1955, p. 12.

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devenir poético nacional, con una coherencia y

problematicidad muy personales. Este fundamento sirve de base a todo un sistema de relaciones qui­zás más complejas y dilatadas. Téngase en cuenta que Dulce María desde 1953 dejó de publicar poe­sía inédita en Cuba hasta 1991 cuando apareció su libro Poemas náufragos, y que, además, dentro de este libro publicado a fines del siglo xx, e] último texto escrito es los "Poemas del insomnio", fecha­do en 1960. Ya desde entonces eHa se había apar­;tado no só]o de la vida pública sino también -lo que indica mayor grado de trastorno- de la crea­ción poética. Y si antes los lectores, con razón, se sintieron atraídos por ]os textos que no salían a la luz de las imprentas, nunca como a partir de este momento sería profundizado el interés por su au­sencia, por su silencio. El proceso revolucionario, además, universaliza a Cuba como alternativa po-

. pular de emancipación social, entonces dentro de la isla el pasado remoto y reciente es removido y aecantado de acuerdo con las radicales transfor­maciones de cara al futuro, por lo que, en la nueva actualización universal del conjunto de la historia de Cuba, resalta la Loynaz como ostensible tras­fondo, figura de silencio grabada en el subconsciente colectivo, poetisa encerrada en su casa, ya sin nada

. que decirle a los que asisten al parto doloroso de · una nueva época, inatendida en la vorágine de una nueva sensibilidad nacionaL No debe parecer gra­luito, en este orden de cosas, que el mito de Dulce Maria se aplique insistentemente como tamiz al diá­logo que se establece de forma generalizada con eí

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"'

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l, 1,

11

hecho cultural comunitario que significa la Re~ volución, una realidad y un diálogo que en el país, desde 1959, conmueve todos los vasos comuni­cantes entre cotidianidad y literatura. Nada for· zado que al cabo del tiempo su mito haya echadO> raíz en buena medida debido al misterio de injusticia padecida por más de tres décadas ineditez, como silencio y ausencia. Nada falso es que precisamente por la magnitud y trascenden"' cia del hecho social., que se reconozcan más vi vos contrastes y mejor coherencia en la figura íntima de la Loynaz. Este ha sido en verdad particular estilo de participación en todas sus rea· lidades. Si a partir de 1959 como nunca antes la actualidad de Cuba alcanzaba relieves en el bito internacional, y para entonces tal vez de for­ma hiperbólica el individuo ganaba en conci de protagonismo histórico, era de esperarse en el mismo orden una exacerbación de la actitud>

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de la naturaleza de la poetisa, sólo que en la misma dirección de su espíritu, hacia un reforzamiento gico de su propia ausencia y misterios .. De este la Loynaz le pertenece de manera esencial a su po., como a la cubanía toda y a la poesía: por la carnación de la ausencia, y de experimentarla en minos absolutos, siempre de manera agónica. injusticia es real como reales son su obra y su es decir, como no menos lógico debe resultar el rácter armonioso, hasta cierto punto inevitable semejante trinidad. Ella misma confesó oportunidad:

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Juana de Ibarbourou es poetisa de la tierra, ape­gada a los suyos; Gabriela Mistral lo es de1 vien­to; Delmira Agustíni, la del fuego; y yo soy del agua, de lo que se escurre, que se va .... 50

La fragilidad asumida como excepción, el intimismo la delicadeza de menesteres constatables única­

en la fruición de] alma aislada, en el ostracis-dei Eros, adquirieron desde un principio mayores · de sentido para Dulce María según la hacían

como figura sobre los planos de un deve­~cional heroico, donde el río de la poesía como vocación íntima corría de manera subterránea,

predispusieron desde un principio a tomar partí-consciente por la voluntad poética de defender todas sus fuerzas, con todos sus sentidos lo con­

. o, lo ausente. El suyo es un acto de resis­ia ciega a la realidad exterior dominante, aunque ,.,.,..,..,.,..,...,+,en paradojal expoliación de si misma,

compensación al" mito "familiar que e Ha debía "' • .,...,...:ntar tras su padre haberle impuesto desde la

la custodia de una herencia heroica. 51 Luego

Varios autores. "Conversación con Dulce María Loynaz". :Pedro Simón (comp.), p. 46.

la pregunta "¿Cómo se inició usted en la poesía"", res­Dulce María: "Creo que la poesía estaba dentro de

-me refiero a mis hermanos Enrique, Carlos M a­y Flor-, como esos ríos que corren gran trecho bajo hasta que al fin encuentran cualquier grieta por donde ."En: ''Conversación con Dulce María Loynaz", Pe-

Simón (comp.), op. cit., p. 3 l . Hay que recordar que su o .estaba exclusivamente asociado a la gesta

Pn<>ndentista de su padre, Enrique Loynaz, general del libertador y compositor del Himno invasor.

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Page 10: Dulce María Loynaz

' '·

del triunfo revolucionario una promoción literaria norma conversacionalista, coexistente hasta con la de Origenes y con voces más desasidas las de Dulce Maria, José Ángei Buesa y otras, por tribuna al suplemento cultural Lunes de

ción, el entonces periódico más importante de rección política del nuevo proceso sociaL Desde toda otra tendencia estética sufrirla sus ataques, y

trinchera, por nuevo sistema de legitimación seda tepuesta nada menos que la propia realidad emergente. Autores como Lezama Lima,52 aun encontraron espacio en el nuevo orden de cosas continuar sus proyectos y en cualquier caso, sufrieran la pérdida del reconocimiento social oportunidades editoriales, nunca dejaron de No fue este el caso de Dulce María, quien se casi exclusivamente a los ritos de dirigir la Cubana de la Lengua que tuvo por sede su ca ta el día de su muerte. 53 No obstante, de ese quieta en un rincón, más pendiente del pasado

52 "Casi nadie sabe, o muy pocos recuerdan que lezama vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de (UNEAC) en su fundación. Yo mismo conservo mi miembro firmado por el entonces vicepresidente n Lezama Lima. Incluso, poco después del triunfo de la ción se ofrecieron una serie de conferencias en la La Habana por un grupo de intelectuales de gran allí brindó su charla un día Lezama." Salvador Bueno. En: historias cerradas, entrevista de Francis Sánchez, inédita;

53 "Las sesiones casi siempre consistían sólo en los partes secretario, donde este daba a conocer los fallecimi miembros de otras academias nacionales .. Cuando proponía la entrada de alguna personalidad, Du lee

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, continuó brotando y acentuándose el miste­su obra ya hecha. Eliseo Diego, en 1968, se refrrió y sus hermanos de la siguiente forma: "Es cierta­muy dificil, señora Dulce Maria Loynaz, dar algo

como ustedes, nos han traído tanto de etemi­solo estarse serenos, recogidos, en el rincón os-

onde la Isla refleja la luz, la sombra ... " 54 Pero en de recogimiento, quizás lo menos real fuese

a:;,;;muad. Esa concentración de las fuerzas dentro de de la vida literaria, pudiera nevar a hacemos

oes:oectadores la idea confortable de una Dulce Ma-.-u .. UIJ.l'-'1'-'H~~, encamada en su ideario, absorta en

ensión arquetípica de su pensat11iento poético:

diciendo: Sí, yo también quisiera, pero es que no más sillones. [- .] Dulce María, católica militante,

en el año 85 que debe ingresar José Antonio . Y ella misma, además, lee el discurso de recep­

de José Antonio, con un gran respeto por su obra. Así como entró el primer comunista, y se rompió la barrera. eso yo digo que todos le debemos a Dulce María que, su prudencia, y por su cubanía, ella salvó a la Acade­No deja de ser verdad que ella tuviera sus choques con

Guillén, por algunas cosas que él dijo en su mamen­contra la Academia, pero ella supo ver que había que dar paso en otm sentido, porque la Academia o se estaba

de viejos que duraban poco o de individuos que lo que tenían en su mente era abandonar el país. Y des-

de ingresar Portuondo, se abre el camino para que la pueda estar de acuerdo con el país, porque el

ema es que la Academia era una cosa aislada dentro de ."Salvador Bueno. En: Las historias cerradas, entre­de Francís Sándi.ez, inédita.

Dulce María. El que no ponga el alma de raíz se seca,

Vitral, Pinar de! Río, 1997, p. 1 O.

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