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1 D D U U E E N N D D E E . . Suplemento virtual de Quaderni Ibero Americani Número 2 - junio 2012, Homenaje a Vicente Núñez JEFE DE REDACCIÓN PATRIZIA CASTAGNOTTI AL CUIDADO DE MARINA BIANCHI UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI BERGAMO (ITALIA) ÍNDICE LOS QUADERNI IBERO AMERICANI P. 1 El Noticiario se vuelve Duende Marina Bianchi Notas del Comité Científico-Editorial: A USP inicia su cooperação nos QIA Benjamin Abdala Junior PALABRAS DE VICENTE NÚÑEZ P. 3 Antología poética fundamental Vicente Núñez – ed. de Marina Bianchi VERSOS PARA VICENTE NÚÑEZ P. 11 Antiguo muchacho Pablo García Baena Pero nada hubo como el silencio María Victoria Atencia Fragmento de Jacinto (Primera versión de la 2 a parte) Rafael Ballesteros Simetría incompleta Francisco Ruiz Noguera Atrapasueños Juan Carlos Mestre Alfa y omega Manuel Gahete Córdoba Rafael Inglada EVOCANDO A VICENTE NÚÑEZ P. 15 Evocación de Vicente Núñez Fernando Ortiz Con Vicente Núñez en los arenales Juan Lamillar El jornal de los días Francisco Chica ESTUDIOS SOBRE VICENTE NÚÑEZ P. 17 “Plaza octogonal”: notas para una lectura pendiente Miguel Casado Vicente Núñez. Meditación sobre la obra del poeta ipagrense Leonor Martínez Recordatorio de Vicente Núñez Francisco Javier Torres NOTICIAS DEL HISPANISMO P. 23 Congresos Martha Canfield y Marina Bianchi Publicaciones Marina Bianchi, Patricia Martelli, Marcelina C. Alderete, Concetta Bianchino, Veronica Basilotta, Paolo Tolu y Davide Agnello. Noticias generales Patrizia Castagnotti, Milagro Martín Clavijo y Elisabetta Paltrinieri MIRADAS DEL IBERISMO EN EL MUNDO P. 30 Actividades recientes de la Société des Hispanistes Français (SHF) I. Rouane-Soupault, K. Benmiloud, P. Rabaté El cine en Goa Alessandro Monti CONTACTOS Y SUCRIPCIONES P. 31 LOS QUADERNI IBERO AMERICANI * El Noticiario se vuelve Duende M. B. En abril de este año se difundió por correo electrónico el Noticiario n. 1 de la revista Quaderni Ibero Americani, que se pensó al principio como fascículo de notas y noticias relacionadas con el hispanismo, casi una extensión de la sección “Segnalazioni” de los QIA. La colaboración de los miembros del Comité Científico y de la Redacción hizo que la newsletter cobrara un sentido más amplio y se configurara como documento dependiente de la revista como un hijo, pero dotado de identidad propia. Por ende, a partir de este n. 2, al Noticiario se le otorgará el título de Duende y el rango de “Suplemento virtual de Quaderni Ibero Americani”. Para los diez años de su muerte, dedicamos el n. 2 al exquisito y singular poeta cordobés Vicente Núñez, nacido en Aguilar de la Frontera el 8 de junio de 1926 y fallecido en el mismo pueblo el 22 de junio de 2002. De concierto con la Directora de la Fundación Vicente Núñez y sobrina del escritor, Vicenta María Márquez Núñez, el homenaje recoge versos y aforismos del aguilarense, junto a textos de prestigiosos poetas y eminentes críticos. A todos ellos agradezco su colaboración y amistad, en nombre de los Quaderni Ibero Americani. Los poemas de “Versos para Vicente Núñez” son inéditos excepto los primeros cuatro: Pablo García Baena, María Victoria Atencia y Rafael Ballesteros eligieron composiciones escritas en los años en que frecuentaban a Vicente, algunas de ellas con elementos nuevos, Francisco Ruiz Noguera envió unos versos que le dedicó en 2008. La procedencia aparece en la nota que los acompaña. Los textos críticos y los recordatorios se publican ahora por primera vez. Aprovecho para comentar algo cuya razón desconozco: desde el año pasado, muchos periodistas, escritores y personas ilustres repiten sin tregua que Vicente Núñez falleció el 23 de junio de 2002. No es así: murió el día anterior, el sábado 22 de junio; para comprobarlo es suficiente con pasar por el cementerio de Aguilar. _________________ * Quaderni Ibero Americani. Attualità culturale della Penisola Iberica e dell’America Latina, revista semestral fundada en 1946 por Giovanni Maria Bertini, Torino (Italia), ISSN 0033-4960 (ISBN del n. 102: 9788861347250). Directores: Giuseppe Bellini (Università di Milano) y Giuliano Soria (Università RomaTre). Comité Científico-Editorial: Benjamin Abdala Junior, José Andrés-Gallego, Albert Bensoussan, Emilie L. Bergmann, Roy Boland, Martha Canfield, Alfredo Conde, Bruno M. Damiani, Breadly Epps, Vicente González Martín, José L. Gotor, José Carlos Herreras, Louis Imperiale, Christian Lagarde, Luis de Llera, Hernán Loyola, Paula Morão, Gabriele Morelli, Margherita Morreale, José M a . Paz Gago, Ramón Pernas, Carla Perugini, Norbert Von Prellwitz, Darío Villanueva, Elena Zernova, Salvatore Zumbo; sección “Francia-Spagna”: Gerard Roero di Cortanze, sección “Mondi iberici e anglosassoni”: José Manuel Estévez Saá. Jefa de Redacción: Patrizia Castagnotti; Comité de Redacción: Celia Aramburu Sánchez, Maria Cristina Assumma, Silvia Audo Gianotti, Marina Bianchi, Joan Cammarata, Jacques Issorel, Francisco Morán y Óscar Santos-Sopena. Comité Cultural: Patricia Martelli, Milagro Martín Clavijo, Alessandro Monti, Vincenzo Russo y Paolo Tolu. Secretaría de Redacción: Marcelina C. Alderete, Veronica Basilotta, Eleonora Mozziconi y Nicola Palladino.

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DDUUEENNDDEE.. Suplemento virtual de Quaderni Ibero Americani Número 2 - junio 2012, Homenaje a Vicente Núñez

JEFE DE REDACCIÓN PATRIZIA CASTAGNOTTI AL CUIDADO DE MARINA BIANCHI – UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI BERGAMO (ITALIA)

ÍNDICE LOS QUADERNI IBERO AMERICANI P. 1 El Noticiario se vuelve Duende

Marina Bianchi Notas del Comité Científico-Editorial:

A USP inicia su cooperação nos QIA Benjamin Abdala Junior PALABRAS DE VICENTE NÚÑEZ P. 3 Antología poética fundamental

Vicente Núñez – ed. de Marina Bianchi VERSOS PARA VICENTE NÚÑEZ P. 11 Antiguo muchacho

Pablo García Baena Pero nada hubo como el silencio

María Victoria Atencia Fragmento de Jacinto (Primera versión de la

2a parte) Rafael Ballesteros Simetría incompleta

Francisco Ruiz Noguera Atrapasueños

Juan Carlos Mestre Alfa y omega

Manuel Gahete Córdoba

Rafael Inglada EVOCANDO A VICENTE NÚÑEZ P. 15 Evocación de Vicente Núñez

Fernando Ortiz Con Vicente Núñez en los arenales

Juan Lamillar El jornal de los días

Francisco Chica ESTUDIOS SOBRE VICENTE NÚÑEZ P. 17 “Plaza octogonal”: notas para una lectura

pendiente Miguel Casado Vicente Núñez. Meditación sobre la obra

del poeta ipagrense Leonor Martínez Recordatorio de Vicente Núñez

Francisco Javier Torres NOTICIAS DEL HISPANISMO P. 23 Congresos

Martha Canfield y Marina Bianchi Publicaciones

Marina Bianchi, Patricia Martelli, Marcelina C. Alderete, Concetta Bianchino, Veronica Basilotta, Paolo Tolu y Davide Agnello. Noticias generales

Patrizia Castagnotti, Milagro Martín Clavijo y Elisabetta Paltrinieri MIRADAS DEL IBERISMO EN EL MUNDO P. 30 Actividades recientes de la Société

des Hispanistes Français (SHF) I. Rouane-Soupault, K. Benmiloud, P. Rabaté El cine en Goa

Alessandro Monti CONTACTOS Y SUCRIPCIONES P. 31

LOS QUADERNI IBERO AMERICANI *

El Noticiario se vuelve Duende M. B.

En abril de este año se difundió por correo electrónico el Noticiario n. 1 de la revista Quaderni Ibero Americani, que se pensó al principio como fascículo de notas y noticias relacionadas con el hispanismo, casi una extensión de la sección “Segnalazioni” de los QIA. La colaboración de los miembros del Comité Científico y de la Redacción hizo que la newsletter cobrara un sentido más amplio y se configurara como documento dependiente de la revista como un hijo, pero dotado de identidad propia. Por ende, a partir de este n. 2, al Noticiario se le otorgará el título de Duende y el rango de “Suplemento virtual de Quaderni Ibero Americani”.

Para los diez años de su muerte, dedicamos el n. 2 al exquisito y singular poeta cordobés Vicente Núñez, nacido en Aguilar de la Frontera el 8 de junio de 1926 y fallecido en el mismo pueblo el 22 de junio de 2002. De concierto con la Directora de la Fundación Vicente Núñez y sobrina del escritor, Vicenta María Márquez Núñez, el homenaje recoge versos y aforismos del aguilarense, junto a textos de prestigiosos poetas y eminentes críticos. A todos ellos agradezco su colaboración y amistad, en nombre de los Quaderni Ibero Americani.

Los poemas de “Versos para Vicente Núñez” son inéditos excepto los primeros cuatro: Pablo García Baena, María Victoria Atencia y Rafael Ballesteros eligieron composiciones escritas en los años en que frecuentaban a Vicente, algunas de ellas con elementos nuevos, Francisco Ruiz Noguera envió unos versos que le dedicó en 2008. La procedencia aparece en la nota que los acompaña. Los textos críticos y los recordatorios se publican ahora por primera vez.

Aprovecho para comentar algo cuya razón desconozco: desde el año pasado, muchos periodistas, escritores y personas ilustres repiten sin tregua que Vicente Núñez falleció el 23 de junio de 2002. No es así: murió el día anterior, el sábado 22 de junio; para comprobarlo es suficiente con pasar por el cementerio de Aguilar. _________________

* Quaderni Ibero Americani. Attualità culturale della Penisola Iberica e dell’America Latina, revista semestral fundada en 1946 por Giovanni Maria Bertini, Torino (Italia), ISSN 0033-4960 (ISBN del n. 102: 9788861347250).

Directores: Giuseppe Bellini (Università di Milano) y Giuliano Soria (Università RomaTre).

Comité Científico-Editorial: Benjamin Abdala Junior, José Andrés-Gallego, Albert Bensoussan, Emilie L. Bergmann, Roy Boland, Martha Canfield, Alfredo Conde, Bruno M. Damiani, Breadly Epps, Vicente González Martín, José L. Gotor, José Carlos Herreras, Louis Imperiale, Christian Lagarde, Luis de Llera, Hernán Loyola, Paula Morão, Gabriele Morelli, Margherita Morreale, José Ma. Paz Gago, Ramón Pernas, Carla Perugini, Norbert Von Prellwitz, Darío Villanueva, Elena Zernova, Salvatore Zumbo; sección “Francia-Spagna”: Gerard Roero di Cortanze, sección “Mondi iberici e anglosassoni”: José Manuel Estévez Saá.

Jefa de Redacción: Patrizia Castagnotti; Comité de Redacción: Celia Aramburu Sánchez, Maria Cristina Assumma, Silvia Audo Gianotti, Marina Bianchi, Joan Cammarata, Jacques Issorel, Francisco Morán y Óscar Santos-Sopena. Comité Cultural: Patricia Martelli, Milagro Martín Clavijo, Alessandro Monti, Vincenzo Russo y Paolo Tolu. Secretaría de Redacción: Marcelina C. Alderete, Veronica Basilotta, Eleonora Mozziconi y Nicola Palladino.

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Notas del Comité Científico-Editorial: A Universidade de São Paulo inicia su cooperação nos QIA

Benjamin Abdala Junior Universidade de São Paulo

Comité Científico-Editorial de los Quaderni Ibero Americani

A USP – Universidade de São Paulo, através da sua área de Estudos Comparados de Literaturas de Língua Portuguesa, da Faculdade de Filosofia, Letras e Ciências Humanas inicia sua cooperação nos Quaderni Ibero Americani, revista semestral, publicada na Itália desde 1946. Já no pós-guerra, a revista mostrava sua inclinação para os estudos do comunitarismo cultural iberoamericano. Temos relevado o sentido político dessas articulações comunitárias, para mostrar o rosto híbrido e diferenciado do que emergiu da Bacia Cultural Mediterrânea, onde precisamente a Itália é um dos seus centros.

Articulações comunitárias supranacionais, num mundo de fronteiras múltiplas, são hoje importantíssimas e a revista vem desempenhando importante atividade não apenas no contexto italiano, da península ibérica e da América Latina, mas também noutros lugares, onde as literaturas e culturas em língua portuguesa e espanhola encontram espaços para se afirmarem. Podemos mesmo falar de uma comunidade intelectual supranacional envolvendo os Quaderni, desde a Itália. Entendemos que poderemos alargar nossos laços comunitários com os países africanos de língua portuguesa, além de Goa, Macau e Timor-Leste. Nesse sentido, nossa área de pesquisa, pioneira no Brasil, nos estudos das literaturas e culturas desses países ou regiões, poderá colaborar para ampliar ainda mais os laços de parentesco de nossa comunidade cultural.

É com muita satisfação que, solidários, iniciamos essa empreitada conjunta. Será uma boa oportunidade também para colaborações que, desde o Brasil, articulem as culturas dos países de língua portuguesa, mas não só. Já se anuncia um número futuro da revista dedicado ao Brasil, o que nos afigura importante neste momento de reconfigurações de poder em escala global. Um momento de afirmação das diversidades, em oposição às tradicionais assimetrias nos fluxos de poder simbólico.

Num mundo em que a língua inglesa tornou-se uma língua veicular, é importante se falar também em outras línguas, como o português, o espanhol e o italiano, como línguas de cultura. E a literatura, como forma de conhecimento da realidade pelo viés subjetivo, mas afim das áreas de Humanas, tem muito a dizer de nossas maneiras de ser e de estar no mundo.

Éxito del Concurso de microcuentos (en español y portugués) Óscar Santos-Sopena

University of Maryland - College Park Comité de Redacción de los Quaderni Ibero Americani

La revista hispanista Quaderni Ibero Americani hace ya más de medio año que emprendió una nueva andadura adentrándose en el mundo del microcuento. La mejor manera para promocionar y potenciar este género de la microcultura fue la organización de un concurso. De esta manera nació el Concurso Internacional de Microcuentos “Quaderni Ibero Americani - Cuento Menguante”. Primero surgió la versión en castellano, y luego, gracias a la buena acogida, apareció su homóloga en portugués, que todavía está recibiendo participantes.

El blog del concurso ha sido la base de nuestro diálogo. Hemos hablado en torno a la microcultura en el mundo hispano, sobre la temática del viaje y hemos promocionado actividades culturales. Estos aspectos han servido para entablar una serie de conversaciones sobre arte, literatura y cultura que han hecho que esta primera edición del concurso fuera un éxito. Finalmente muchos participantes de países como Estados Unidos, España, Italia, Ecuador, Singapur, Colombia, Argentina, Reino Unido, El Salvador, México, Alemania, Guatemala, Venezuela o Eslovenia entre tantos otros han contribuido en nuestro concurso. La aceptación ha sido extensa y generosa como las conversaciones y comentarios que hemos recibido en todo momento.

Queremos agradecer al Portal del Hispanismo del Instituto Cervantes y a las páginas web Yo soy Poeta, Cultunet y La fábrica cultural por su ayuda a la difusión del concurso y a los múltiples colaboradores que nos han ayudado a que el concurso sea ya todo un éxito de participación y de calidad.

Viajes por Buenos Aires, por la España de la Mancha y las calles de Madrid, un paseo por el Mediterráneo y diversas miradas que nacen en el viaje interior y exterior de uno o varios personajes han sido los temas más recurrentes en este primer certamen del concurso. En estos momentos nuestro jurado especializado formado por seis miembros están trabajando en la lectura de los participantes; hasta entonces vamos a seguir con el diálogo en nuestro blog del concurso.

Gracias por su colaboración y participación. E-mail dedicado: [email protected] Blog en castellano: http://microcuentosqia.blogspot.com.es/

Blog en portugués: http://microcontosqiapor.blogspot.com.es/

Fallo del concurso: El fallo del jurado se hará público el 30 de junio de 2012. Los jurados son: Alfredo Conde (escritor y presidente del jurado), José María Paz Gago (Universidad de La Coruña), Vicente González Martín (Universidad de Salamanca), Alberto Torres Blandina (escritor), Joan Cammarata (Manhattan College de New York), Bruno Damián (The Catholic University of America).

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PALABRAS DE VICENTE NÚÑEZ Marina Bianchi

Università degli Studi di Bergamo Comité de Redacción de los Quaderni Ibero Americani

Vicente Núñez, figura ecléctica, de reconocido prestigio pero de difícil clasificación en los movimientos estéticos dominantes, firmó versos y aforismos intertextuales, cultos y directos al mismo tiempo, vitalistas detrás del pesimismo aparente, a veces provocativos y a menudo irónicos, universales, abiertos a la modernidad y a Europa. Amaba las contradicciones, y escribió en uno de sus sofismas: “en la mentira está la única verdad”, porque detrás del sentido claro y manifiesto de sus obras, siempre hay algo escondido que se entrevé y se intuye, pero queda en la dimensión de ‘lo no dicho’. Su teoría poética surgió de la supuesta incomunicabilidad del lenguaje para luego afirmar el poder de la retórica y del arte de convencer mediante la palabra.

Su trayectoria literaria irregular esconde un proyecto bien definido: el engaño no es más que una vía recurrida deliberadamente a través del metalenguaje, en un mosaico en el que los libros son teselas, fragmentos necesarios a la visión global que se va construyendo a través de la superposición de diferentes niveles de mentira. La verdad se halla ocultada una y otra vez, detrás de un lenguaje innovador y autorreferencial, caracterizado por el constante recurso a la creación de neologismos, a la antinomia, a la paradoja, a un simbolismo personal de difícil interpretación, al hermetismo original de su intricada filosofía del “hablo luego existo”.

Vicente Núñez no era sólo un poeta: era también un filósofo que reflexionaba acerca del ser, de sus orígenes y de la esencia; un lingüista que estudiaba el lenguaje y su funcionamiento; un hombre amante de la vida, irónico e histriónico. Pero, sobre todo, era un embustero agudo y audaz, un hechicero que amaba seducir a su público, un actor que engañaba a la mayoría de sus lectores o espectadores, convenciéndoles de las falsas verdades del personaje de sí mismo. A los diez años de su muerte, el hombre y el poeta están cada vez más presentes para recordarnos que detrás de cada frase, o verso, se esconden significados inesperados, y que el silencio es el único protagonista: “Lo que «se había querido decir» queda fuera del territorio de «lo dicho»”.

Núñez escogió un código hecho de palabras y de silencio, que lo llevó a abandonar la poesía durante más de veinte años, a guardar en un cajón el manuscrito de Rojo y sepia hasta después de su muerte, a mentir en su constante afirmación de la falsedad de la escritura. Sin embargo, es un silencio que grita más que la voz: “El silencio es estridente cuando miente”. El poeta le pide entonces al lector que no se limite al significado evidente, que lo descubra y lo construya: “No te quedes en la palabra. Articúlala en la suprema verbalidad del silencio”. El silencio es el “fondo”, el contenido de la “forma” del verso falso, incomprensible para quienes se niegan a entender, pero claro, expresivo y lleno de vida para quienes lean con sinceridad, conocimiento y curiosidad.

Antología poética fundamental de Vicente Núñez

LA DESPEDIDA Al volver de las rocas, donde sopla la brisa y estrella el mar el agrio navío de su aroma, la prolongada queja de un tren lejano abate mi corazón rendido de pañuelos y adioses. Y si amo el instante que de ti me separa y cedo a la delicia de su ingrata hermosura, que expirará mañana entre humo y abrazos; si de nuevo renuncio a quedarme contigo en la vida que oprimen con su broche los días y convierte al amor en una estatuilla de sal que se derrumba en un jardín estéril; si elijo el gallardete de la pena, y el mundo continúa lo mismo de bello porque es triste con sus nubes sombrías y sus húmedos bosques, es sólo porque debo perderme totalmente y arrojar la amargura tan dentro de mí mismo que por ella, algún día, sepa al fin que he vivido.

Los días terrestres, 1957

HIMNO

¿Cómo he dilapidado tanto afán, amor mío? ¿Por qué tejí poemas en días ya lejanos pudriendo de silencio mi voz? La insomne palia de Penélope astuta cada vez me alejaba más y más de lo único que importaba a mi vida. Y cuando al fin llegaste arrasándolo todo, verso de carne mío más hondo que el ensueño, un himno de hermosura nos fundió para siempre en la doble y perfecta mudez de la armonía.

Poemas ancestrales, 1980

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OCASO EN POLEY

Si la tarde no altera la divina hermosura de tus oscuros ojos fijos en el declive de la luz que sucumbe. Si no empaña mi alma la secreta delicia de tus rocas hundidas. Si nadie nos advierte. Si en nosotros se apaga toda estéril memoria que amengüe o que diluya este amor que nos salva más allá de los astros, no hablemos ya, bien mío. Y arrástrame hacia el hondo corazón de tus brazos latiendo bajo el cielo.

Ocaso en Poley, 1982

EXILIO A Sebastián Kerr

Cuando yo deambulaba con Ricardo Molina por el Bois de Boulogne, Maiakovski se unía a aquellas paseatas de inasible hermosura con su rudo pelado de eterno adolescente y su opaca sortija de airado campesino. Los bellos ideales, las patrias vulneradas…, la camisa amarilla modelándose al viento igual que una bandera, qué exactos presagiaron los dramáticos días de mi exilio futuro, ya sin la poderosa presencia acogedora de aquellas dos antorchas en el tiempo extinguidas. París nos diluía en la bruma bohemia de Mont Parnasse; mas todos los destinos se hallaban sorteados e inscritos en el mármol podrido de las tumbas. Cerníase sobre los bulevares la gigante falena que anuncia la catástrofe, y, como sentenciados sin remisión, pusimos, por los barrios y esquivos cafetines sombríos, en venta nuestros versos de púrpura extranjera. Qué pronto acribillaron tan clara convivencia; qué poco duraría aquel vino sonoro. Cuando, una hermosa tarde, el tren nos dispersaba hacia frentes opuestos, en la ingrata mochila con que París nos diera su adiós definitivo encontramos un mismo puñal desenvainado.

Ocaso en Poley, 1982

LA POESÍA

Todo fue una mentira, puesto que la columna del verbo, que yo daba sepultada por siempre, me esclaviza de nuevo con la ajorca nefasta de sus letales aros de liturgia y de oráculos. No supe protegerme como yo deseaba. No acerté en el empeño, no me fundí contigo con la fuerza que pudo vencer a la Ramera.

Ocaso en Poley, 1982

CONSEJO

Advirtiéndome Pablo –su voz tras de la afable tiniebla telefónica– que no fuera insensato y de mí te arrojara definitivamente, acaté yo sumiso esa intención benévola como si desde el fondo fatal de las edades decretado estuviese. Mas sentí, en el vacío victorioso y culpable que entonces sobrevino, que un cuchillo me hendía del pavor de la muerte. Y fui total, y supe, oh gratísimo Pablo, Lo que en verdad era amarte y no haberte perdido.

Ocaso en Poley, 1982

VUELTA A LA POESÍA Tria corda habere

Consternada y confusa, después de tantos años de altanero abandono, está mi pobre alma. ¿Es que voy a morirme –divago sin remedio-, es que vas a olvidarme o es que mi amor se extingue? Temo que esas tres muertes lleguen el mismo día.

Ocaso en Poley, 1982

UN POEMA

¿Un poema es un beso y por eso tan hondo? Un poema –¿me quieres?– se aposenta –no hables– en mis labios que abdican del canto si me besas. ¿Un poema se escribe, se malversa, se abraza? Oh dulce laberinto de luz, oh tenebrosa, oh altísima y secreta confusión, amor mío.

Ocaso en Poley, 1982

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EPÍSTOLA V

Si es próspero o desmaya, si alcanza clientela o si lo arrumban como a un trato, lo cierto es que aquí está el solar, que aquí os emplazo, albañiles del alma, aunque sin tercios ya, sin palustre ni artesa. ¡Pero la obra no, no la dejemos! ¿Cómo iba entonces a crujir la hora del bocadillo al sol, del trago mañanero, de la radiante luz y del palomo altísimo que rasga el cielo azul de nuestro pecho? ¡Hacia el amanecer os quiero ver! Porque largo es el llanto y corta es al faena. ¿A lo que salga? ¡Nunca! ¿No es el amor más agrio que el apuesto jornal? Y, sin embargo, lo mismo son de estériles en su jadeo y en su abyecta prisa. ¡Si el arranque se amasa en un cigarro, altivo hermano mío: ése que en ti y en mí unánime comulga! ¡Si este arambel divino que encoframos con nuestra mezcla múltiple es la fiesta del ser! ¡Si nos espera el son de los andamios, tan elevados que parecen nuestros, hechos de nuestra carne y nuestro canto! ¡Si el día apunta porque estamos prietos en el riñón del tajo y del jolgorio! ¡Si toda obra es nuestra pobre obra! La brega consistía en apostar muy alto, en asestar muy limpio al sudor, al cansancio y a la muerte. Pero ninguno de ellos será más persistente que el perfume. No salgáis de prestado, ¡no apisonéis la luz de las estrellas!

Epístolas a los ipagrenses, 1984

VII

Al visitar la casa de unos ricos parientes - la advertencia siguiendo de tu adorable padre -, a tu prima Aretusa, que acudió a recibirnos, besaste amablemente. Temblando yo en mi turno como los gorriones disputándose el grano, con audaz cortesía le arrebaté a Aretusa el dulce beso tuyo que sorbieron mis labios embriagadoramente. Qué importó de qué vaso.

Teselas para un mosaico, 1985

VIII

Llamaron al teléfono en hora intempestiva. Y como te conozco y te sé y te adoro y poseo el dominio de todos tus registros, le respondí a esa estúpida y enclenque vocecilla: ni esta noche ni nunca.

Teselas para un mosaico, 1985

XI

Con discreta frecuencia, mi amiga la duquesa me solicita acrósticos o tiernas frasecillas para adular con ellos a su aleve mancebo. El corazón y el alma al escribirlos pongo por entero. Porque, de alguna forma - sabiendo los desvíos de su destinatario -, de canalla a canalla, él los hará llegar hasta tus manos.

Teselas para un mosaico, 1985

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XXIV

Quienes por un designio fatal fuimos llamados al desorden del canto; los que incesantemente el amor elegimos, ¿a qué infiernos tendremos que ascender todavía? Nunca de mí te alejes, Livio, Livio.

Teselas para un mosaico, 1985

PLAZA OCTOGONAL

A Carmen Romero I

No definen sus formaciones sotabancos ni pináculos; no abarcan en la cal lo estricto. Se deliberan en sí mismos como inducidos por las tejas: última escoda antes de un cielo que los conmina a ser más ágiles. Surgen ya recurridos; burlan, en el carril del friso, un ralo jaramago que no se atiene al disoluto canon jónico. Manchas enfoscan mapas húmedos; arqueología y aporía en el metal plano de arranque. El recorrido se convierte ahora en recta y gruesa faja, por donde asoman como hebras de leve gasa las cornisas: ramal que los dispersa y hunde hasta los dovelajes bajos. ¿Enuncian un patrón, se rinden al propio desarrollo entero? ¿Saltan a otro despliegue, logran cualquier formulación de esquema y se entreabren, pugnan, muerden el escuadrón de las barandas? Ya sólo apuntan a un exceso, a una febril idea métrica. Ya sólo tienen una insólita meta radial: equivocarse.

II Lo sustancial no configura espacio. Son las esquinas de la escocia quienes proclaman el verdor del mundo. Son los herrajes del segundo cuerpo; espectral simetría que discurre sobre el pretil de la borrosa impronta. ¿Puede acatarse así todo el desfile de los remates antes desdeñados, pero que se estimaron decisivos en el trazado de la magna pieza? Al fondo, un tenue emblema se insinúa como una arruga en medio del ocaso.

III

Declina ya la tarde. ¿Dónde tendrán que hallar refugio las metopas, dónde los lapiceros del triglifo amarillo con su tableta endeble de nacela? ¡Lo azul, lo azul! Y el criptograma de la salamanquesa y su cola de sigma bajo los galletones del brutal arquitrabe. Cruje el satén de una cartela, y la inscripción latina (… in forum liberaliter convertit) se desenreda de la sillería. ¡Un logaritmo llora por mis venas!

IV Literales, las jambas, siempre sumisas a severos dictámenes, aportan nueva maraña de sentidos. Qué flanquean: lo oscuro, los mil dinteles de la ya inminente transformación rudimentaria, la presencia de signos no suscitados desde los albores del compás y el escoplo. Penetrabilidad de las edades en el recinto mágico.

V Abrázame ahora mismo. Vuelvo desnudo con un cesto de uvas al lagar de tus padres. No me preguntes nada. Bajo los parasoles del mercado, la mañana se abría de codicia y sandalias. Extiéndeme o exhíbeme como un tul. En Corinto, solían los ladrilleros hablarme sin reparos de asuntos ipagrenses. Vengo a vender mi cuerpo.

Otros poemas, 1, finales años 80

7

CANTO A POLEY Poley de mi pasión, espliego, altura de la memoria anclada en torres mías; bien sabes tú que aquéllas fueron frías llagas de amor, de ocaso y mordedura. Todo lo fui enredando a ti, cintura de la inasible rosa de mis días. Qué adversamente tú me lo advertías: ésta es Castilla altiva, suave y dura. Como en atril de soledad, declama mi voz la historia de tu excelso vuelo, cuerpo a cuerpo tu empeño contra el mío. Quiera la suerte que esta endeble llama nunca se apague lejos de tu suelo. Porque sin él me extraño y me extravío.

Sonetos como pueblos, 1989

HIMNO I

Si yo supiera como vosotros, oh árboles, estar atento por entero a mi ser. Si caudalosamente os estrechara en un abrazo tan derramado y hondo como el valle que oteáis majestuosos en las mañanas del abrigado otoño. Si yo pudiera compartir mi vida en animada y tenue vecindad. Saludar con júbilo desde lo extremo de vuestras crestas a nuestra hermana la hierba y despeñarme y cobijarme en el compacto tejo del verdor. Si os dignarais otorgarme el don de la insomne evidencia y el de cumplirme en los tumultos de la adversidad. Porque vosotros habéis concurrido a todas las iniquidades de mis huidas. Porque surgís incólumes en todos los recodos de mis deserciones. Porque me acuñáis solícitos desde las edades y os alojáis y encendéis en mi carne. Porque os nutrís de mis infortunios y respiráis extáticos en la proximidad de las estrellas infinitas.

Himnos a los árboles, 1989

MI AMIGA

Ríndete ya, puesto que toda su tardanza te ha convertido en un ser disperso. Apura hasta el último sorbo los opacos e hirientes cristales de la tarde. Sé correcto con ella, pues la esperaste sin desmayo. Es la muerte, tu amiga, vestida de violetas.

La cometa, 1989

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LA PALABRA [17-XI-91]

I Una palabra sola, sin contacto. Lo que al no ser, no siéndolo, ya es más claro. Una presencia que huye del milagro. ¡Qué vivo, si no existo cuando hablo! Nada del todo es verbo. Mas abajo, nos habla otro silencio soberano. ¿Algo detrás de un tiempo muerto? Algo que desde el ser me grita cuando callo.

II Abro un libro, y se me cierra el campo. Nada está ya donde lo había soñado. Oh palabra, no me hables nunca en alto; que oigo cosas vacías, sin escándalo. Dímelo más, como contigo hago. Desde un beso dulce a la vez que ácido. De la vida ¿qué queda si la abro? Una página intrascendente en blanco.

III

Tengo un miedo infinito cuando canto. No sé si vivo o miento, sin notarlo. Antes que yo, ya era, no sé cuando, la palabra. Qué ciego fui y qué raro. ¿Cómo podré incendiarme cuando hablo? La carne se hizo verbo, verso falso.

IV No está en mí la palabra, la palabra está en ellos. Si no es otra, ¿qué vale la palabra? No es tuya. Sólo suena una sangre si sonora es contigo. Canto mudo en el verbo que es mío siendo de alguien.

V Cuando a mí llegas, salgo sin remedio a buscarte lejos de mí, perdido; siempre sin ti al hallarme. Y al regresar –¿de dónde? –, estabas ya en mi carne. Y así vamos, sabiéndolo, dentro los dos de nadie.

Otros poemas, 1991

V

Yo no sabía lo que era borrarme en lo intacto. La atmósfera huele a ausencias. Esa hoja es un dedo, una cola amarilla, el pájaro, lo insomne de los muebles, lo que se esfuma y duele como una palabra roja.

Poblaciones, 2003

XXXIV

Las tareas de amor se consolidan en la arena del fraude. Se insinúan demasiado locuaces y modelan nuestro disfraz, atento a la incesante gota de la duda, que anega nuestra vida y amarga nuestras noches. Y así como nosotros sucumbimos al infortunio, ellas se rinden al cansancio cada día. Y en ese abrazo estéril compartimos la casa hasta la muerte.

Rojo y sepia, 2007

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Del libro: Vicente Núñez, Poesia y sofismas. II Sofismas, ed. de Miguel Casado, Madrid, Visor, 2010

No hay más lenguaje que el que hay desde ninguna concepción previa del lenguaje. No hay conceptos siniestros, sino palabras que los convocan. No hablamos; somos hablados.

Toda poesía es traducción. Si te entienden, malo. Ser es hablar con. Auséntate ayer.

Hablar es ocultar.

Amo cuando nombro.

¿Notáis lo oscuro del lenguaje? Los espacios vacíos están llenos de espera.

La filosofía y la poesía son fronteras de un solo país inconquistable. Me expreso en un lenguaje, pero mi propio lenguaje no tiene expresión. Escribir es tener tertulia. Sigo siendo el reloj de mi reloj. El frío es una categoría arropable. Siempre se escribe al dictado de la falsedad. Interesa el lenguaje sólo como delator de un ser. La dictadura del habla conduce a la abominación. El lenguaje nos alucina por su potencia no designativa. Si no son cabalísticos, los signos no son verdaderos signos. Las palabras portan signos, pero los mismos signos son inasibles. El metamensaje es la botella misma estrellándose contra el acantilado. El lenguaje de mis actos está infinitamente por debajo de mis actos de lenguaje. Los idiomas hay que traducirlos, porque entre ellos son incomunicables. Ya que hablar es corregir la vida.

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La sabiduría es muda. Enmudecer es hablar. La lengua se repliega en los espacios del silencio del ser. Los claustros no hablan. La mudez es una conquista.

La redundancia habitual del lenguaje, como un eco de sí mismo, reduce su mensaje en el espacio de nuestra comprensibilidad.

Un escritor debe saber de antemano a quién no tiene que leer. La memoria sabe muy bien qué es el olvido.

A un amante futuro: te he besado mañana. Amar es conocerse en el error de otro.

Góngora, claro. Córdoba, oscura. Nadie tiene el sexo que posee.

Mamá, no me des besos de papá. Padre mía, madre mío!

Lo canalla no hunde al ser, lo eleva. Ámame como el perro a su llaga.

La poesía es rama auxiliar de la ramerología. El arte se perpetúa en la exclusión.

De las palabras en desuso se nutre el provenir. Te amé con la videncia táctil de la ceguera.

En el futuro está siempre el porvenir del pasado. El bastón no se usa; se es. Como en Chaplin.

La pintura es una irrealidad transmutada en visibilidad. Picasso es el más arcaico de los hombres futuros.

En el hablaje está el borraje no lingüístico: el denotativo. No habléis del silencio, porque sólo él tiene la última palabra.

Amo la carne por su incesante proyecto de convertirse en espíritu. Sólo cuando un hombre es muy hombre escribe como un hombre. ¿No recordáis a Cervantes, Cernuda y Shakespeare?

Ser hombre o ser mujer constituye, sin duda, una conquista personal. Ser hembra o ser macho, un episodio genético demasiado impuesto.

Los hombres nunca han sabido que eran hombres. Las mujeres, sí.

Lo que no nombro está conmigo. Es la alta presencia de lo excluido. Toda lengua habla al dictado del caos. La sintaxis es la anarquía del ser.

El problema no está en que gusten los hombres, sino en que no gusten las mujeres. Bajo una moral farisaica, el pecado se perpetúa en los sótanos de la clandestinidad.

Siempre que intentamos decir algo que no debe ser oído, había un hombre muy cerca. No tengáis miedo a preguntar, porque toda respuesta es más miedosa que la pregunta.

El significado que las palabras acaparan no garantiza la perdurabilidad de ese significado.

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VERSOS PARA VICENTE NÚÑEZ

Antiguo muchacho Pablo García Baena

Seleccionado de acuerdo con el autor, este poema

cierra la colección “Gozos para la Navidad de Vicente Núñez” (Madrid, Hiperión, 1984) que recoge las felicitaciones navideñas enviadas al aguilarense entre 1974 y 1983.

… que los ríos vienen turbios Y no se puede beber. A la mitad del camino Hay un verde naranjal. ANÓNIMO POPULAR

Nochebuena llegaba con sus bosques de lluvia –el viento en la falleba del cerrado balcón– ¿Abriría? Y medrozo y feliz, por el sueño, el niño sonreía y era la vacación. Geografía y docrina: la tierra una naranja, el pecado una dulce sierpe de mazapán, la historia era el retrato de Don Alfonso XIII y en el zumbel giraba el tiempo sin pasar. Huele a madre la noche ¿o era la madreselva? Los mendigos, los magos, en al escarcha de anís, pasaban con sus sacos, con sus fimbrias de líquenes, y el oro de los cetros ataujía el verdín. La casa se atibiaba en lumbre de braseros. «No prevalezcan nunca…» Y era la nueva luz. Fuera estaba en invierno, el leñador sombrío que en hondos atajos maneja la segur. Sonaban las campanas. María, en la jamuga, llegaba a la encalada puerta del naranjel –acompaña el melodio la bética parábola– y, con jesús, el niño siente una antigua sed.

(1983)

Pero nada hubo como el silencio María Victoria Atencia

Habías llegado desde la virgen altura que oculta la niebla; desde el vellón por el que tiemblan los corderos; desde las olas; desde la lejanía del tiempo, habías llegado. Eras como una lava dulcísimo y ardiente... Pero nada hubo como el silencio de tu postrer abrazo, amasado de arcángeles. Nada como la luz que dejaste en las hijas nuevas, en los manantiales secretos de tu paso; en las flores planchadas sobre tu poema vivo; en el agua donde mirarnos día a día, o en el latido, seguro, cálido, de cada uno de tus pensamientos.

El poema original se publicó en la revista

malagueña “Caracola”, en el n. 25 del mes de noviembre de 1954; de acuerdo con la autora, aparece aquí con un cambio en la última parte.

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Fragmento de Jacinto (Primera versión de la 2da parte) Rafael Ballesteros

JACINTO Entraba en los marzales la luz, y entre los campos la amplia maravilla. Los olivos, solaces le decían al aire. Y los píos bandadas de cornetas fugaces. En Poley el ocaso halagaba al olvido. Y por las bouganvíleas y geráneos abiertos, entre las baldeadas losetas de los vinos y las cales alzadas, las mágicas maneras de herrajes y cancelas. Por entre las acequias ocultas y dañadas y las exactas lindes de plazas y bordados: hiciera la pregunta que ardoraba mis sienes, como si las palabras salvaran una vida. Y en el tiempo en que quedan las albas del rocío abriéndose en magnolia UNA VOZ EN EL CORO CELESTE Cambió el tono y la brisa: ¡siempre tiene un secreto! CORO NEGRO ¡El que cambia su boca cambia su fundamento! JACINTO y las brumas despejan sus humos y bellezas, mirándome a los ojos abrió su boca azul: «Ay, nadie vuelve a nada. Es inútil volver».

Y pedí la respuesta que tú mismo me pides –aunque la adivinaba en las esquirlas húmedas de sus mismas pupilas– y un resorte lentísimo remodeló sus dedos: «Antes de las exactas bellezas de los cuerpos; por sobre la perfecta simetría de la idea; y el fulgor más cabal de la pasión más grande: la ternura, Jacinto, debe tener su trono. ¡La ternura, Jacinto, la ternura es la cima!» EL ARCÁNGEL: LA FLOR ¡Qué toque de saliva a la herida del niño! JACINTO De aquel Poley levísimo yo volví a mis plazuelas de bullicio marino. Y amé cuerpos alzados en música y belleza; abrí los amplios velos que el pensamiento trina; en la pasión más alta puse nido y candela. EL ARCÁNGEL: LA FLOR ¡Ay, Jacinto: allí el sol mantiene su bramido pero muestra a los ojos su túnica más bella! JACINTO Mas pronto comprendí que en el más leve ocaso se preserva y alienta la más grande belleza.

Estos son los versos finales de la "Primera versión de la Segunda Parte" de "Jacinto" (escrita entre los años 1982-1986), publicada en la "Colección Juan Ramón Jiménez de Poesía", Huelva, 1997, y que quieren ser un homenaje a la persona y a la poesía de Vicente Núñez.

Rafael Ballesteros. Málaga, 2012.

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Simetría incompleta Francisco Ruiz Noguera

V. N.

Hora de construir, de montar el retablo pieza a pieza y alumbrar los espacios de la vida. Mira aquí para ver el tiempo de los juegos, el lugar del amor, el sitio de la risa, el resplandor primero de la llama: teselas luminosas de un mosaico sin sombras. Tómalo; para ti: el fuego es tuyo. Quiebra el viento la vela. Callado, como siempre, se adelanta lo oscuro con sus heraldos negros sembrando por el aire la plomiza fanfarria de una música opaca. Mira otra vez y dime, en medio de la niebla, qué es lo que ves ahora: ¿Más allá de nosotros? Fama de la ceniza.

El poema procede de la Colección “Arquitectura efímera”, Madrid, Visor, 2008.

Atrapasueños Juan Carlos Mestre

A Vicente Núñez

Soy el que camina sobre las aguas de la imaginación. Soy la baratura de los celos fértiles y las pestañas del jabón que se acaba. Soy la cuchara de zinc bajo las alpargatas del lóbulo. Soy la idea corrompida por los alcoholes débiles. Soy el hígado supersticioso iluminado por las luciérnagas. Soy el abismo honorífico ante la nieve defectuosa. Soy un puñado de exvotos en la oficina postal de la infancia. Soy la ceniza del oxígeno y las habladurías de la primavera. Soy la calderilla del crédulo sobre las espaldas cansadas del tiempo. Soy el meritorio sobornado por el trébol de las aviadoras. Soy la fogata del sol remendada por los seminaristas. Soy los adolescentes que se besan en el mapamundi. Soy san Sebastián picoteado por las gallinas. Soy un recado de mediana voluntad desde la constelación de los muertos. Soy la sombrerería de los campesinos tras el cortejo. Soy las semillas de pasado mañana arrojadas a los relojes domésticos. Soy el hombro de la noche en la casa del violín de agua. Soy la influencia de los horóscopos sobre el invernadero de olas. Soy el enamorado de las restituciones que da volteretas en un sueño. Soy el pequeño cíclope de los motociclistas que atraviesa la noche. Soy el aliento de varios siglos sobre las lámparas de los santos. Soy un salmo sublevado de sonrisas ante la jubilación del revólver. Hasta donde sé mi cabeza es un pie y anda. Hasta donde sé mi cabeza es la tumba de Chejov. Hasta donde sé mi cabeza es el capítulo 33 del libro de Job. De acuerdo con lo irreal, soy la sombra única de la realidad.

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Alfa y omega Manuel Gahete

A Vicente Núñez, in memoriam

Suena tu voz a llanto, a caricia y a ofrenda de una mano perdida que en la tierra se hunde y en los ojos del agua como arena se funde encendiendo el cerrado destino de la senda. Hoy dejas que se avive la llama en la contienda insuflando en el alma un cántico que cunde como un dolor hermano que en silencio nos tunde y en el cenit nos cita de la última calenda. Acalla, como sabes, el labio del olvido címbalo que retiñe bajo la luz jarifa, sin fruto ni semilla, solo bronce bruñido. Deja que mi voz funda la nieve de tu oído como heno en el fuego, como hoja caediza, para mudar por gozo tu corazón dolido.

Córdoba Rafael Inglada

Para Vicente Núñez en su homenaje

En esta ciudad crecen ante el Sol las palmeras, rincones de oro y rafia con foráneos sin norte que captan algún haz de luz en la Mezquita. Sin embargo, aquí laten otra tierra, otro peso —calles enjalbegadas, estrechas, donde fulgen la cancela y su arriate, la ménsula y el arco—. Al fondo, fluye un río poco añil e impasible, con su caudal de fango, su iluminada torre más acá del llamado Campo de la Verdad. Ciudad del espejismo, mármol que al aire ofende, que arranca de sus hijos el corazón a golpes. Ciudad de Sur, de pez, taberna y cementerio, a ti voy cuando dicen que Alá es grande, es grande.

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EVOCANDO A VICENTE NÚÑEZ

Evocación de Vicente Núñez Fernando Ortiz

Era Vicente Núñez un ser singular, al que yo conocí en su Aguilar de la Frontera (Córdoba) por mediación de algunos amigos comunes, entre los que estaba el gran poeta cordobés y también gran amigo (de Vicente y mío) Pablo García Baena. Aguilar es pueblo asentado sobre un altozano y su nombre latino, Ipagro, debe tener mucho en común con el de la vecina localidad de Cabra (Egabro). Recuerdo una soleada mañana en la que Vicente me dio una docta charla acerca de cómo el Derecho Romano había conformado la propiedad de la tierra, las costumbres y el carácter de las personas en aquellos lares. En Aguilar hay una hermosa plaza ochavada y una torre exenta, tan raras éstas en España. Torre exenta porque se edificó en tiempos del rey Carlos el ilustrado y lo único que hay en ella es un reloj. Aguilar es un pueblo tranquilo. Y Vicente, después de pasar su juventud en ciudades bulliciosas (Madrid, la marítima Málaga, la universitaria Granada…) se enclaustró en su nativo Aguilar. No quiso salir más de allí. Y si lo hacía (una lectura en Sevilla, Jerez de la Frontera o en la cercana Córdoba), exigía que un coche lo devolviera en el mismo día para dormir en su pueblo. Despachaba la correspondencia y escribía sus poemas y breves cartas en su oficina, instalada originalmente en una mesa de la taberna de “El Tuta”, cercana a su casa. Al fin de sus días, se alimentaba casi exclusivamente del pálido vino moriles de su tierra y de alguna que otra aspirina. Era un histrión consumado y allí, en su mesa de “El Tuta”, oficiaba de anfitrión con los huéspedes que deseaban visitarlo, cada día mayor el número, pues el poeta se iba convirtiendo cada vez más en una leyenda. Cuando yo lo conocí iba los domingos con mi mujer a comer un arroz con él en “El Tuta” casi con la seguridad de encontrármelo sólo. A poco de publicarle en una colección que entonces dirigía (llevaba 20 años sin publicar) un poemario, la cantidad de esnobs, posmodernos y letraheridos que uno se encontraba allí me hizo espaciar en mucho mis visitas.

El ingenio y la habilidad verbal de Vicente eran envidiables, así como su capacidad de sorprender. Un mago del gesto y de la palabra. Un fingidor. Y él, que era un gran poeta, fingió no serlo, acogiéndose a la deconstrucción, a textos de Derrida y Foucault, a la posmodernidad… “La palabra no dice, dice el silencio”, y cosas así. El sabía en el fondo que esto no era cierto, porque proceso de creación poética no hay más que uno y eso, para los raros seres que están dotados para ello. Él lo estaba. Aunque el poeta, ay, también es hijo de vecino, y no siempre se encuentra en contacto con los dioses. Para ocupar la esterilidad creadora la cubrió de pirotecnias verbales en las que, a menudo, brillaba la chispa del genio. Pero él sabía, como dijo Heidegger que “la palabra es la casa del ser. En su morada habita el hombre”. Esto lo explica bien y claramente Marina Bianchi. Y es muy meritorio explicar a un ser tan aparentemente contradictorio. Así, cuando Marina Bianchi escribe en su apartado “Lo no dicho” en su ensayo sobre Núñez en la revista El maquinista de la generación:

La teoría de la Ramera [así llamaba Vicente a la poesía, porque según él impedía la vida, cuando su vida era la poesía] queda ahora desmentida por completo, como confirma un aforismo: “Quise hacerme esclavo de la esclavitud. Porque no hay otro señor que lo abyecto”. El poeta afirma su voluntad de “hacerse esclavo” porque sólo un miserable es digno de ser recordado: la historia y la literatura solamente guardan los nombres de los que sobresalen, para bien o para mal, de la mediocridad.

Dicho de otra manera más simple: Hay que escribir, que para eso el poeta ha sido designado por el dedo de los dioses como tal, mal que le pese.

Pero entrar en este laberinto verbal de renunciaciones, malabarismos, juegos de palabras, trabalenguas donde un sí es un no y un no un sí y el silencio o el fingimiento no es lo que de verdad dice… y salir con la verdad del poeta entre las manos es casi imposible. Mas proceso de creación -desde Altamira hasta hoy- hay solamente uno. Un poeta amigo escribió: con Barthes/ ni te cases ni te embarques. Y ni el gargajo de Xenaquis ni el calcetín de Tapies, ni otras maravillas del posmodernismo o contracultura son paradigmas válidos de la creación. Y como no tengo tiempo ni ganas para embestir contra molinos de viento, me remito a las lúcidas páginas del recién publicado libro La civilización del espectáculo (Madrid, Alfaguara, 2012) del último premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien en el capítulo 3 (pp. 82 á 91) analiza este tema con profundidad y brillantez. Este libro tiene un precedente en el del teórico francés Guy Debord La sociedad del espectáculo (París, 1967), quien avizoró en temprana fecha algunos de los dislates de la sociedad contemporánea.

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Con Vicente Núñez en Los Arenales Juan Lamillar

No supe nunca –no lo sé todavía– si ese campo de olivos a unos kilómetros de Aguilar era un trozo de Grecia ni si los silos de enfrente de la venta los dibujaba Faulkner en el áspero aroma sureño de sus páginas. Por su palabra, por la palabra del poeta, eran en esos momentos Grecia y Faulkner, distantes ambientes traducidos a la campiña cordobesa.

Sentados bajo árboles que merecieron himnos, pisando sin saberlo mosaicos enterrados, escuchábamos de nuevo, en uno de esos encuentros demorados y rituales, la voz, las voces de Vicente Núñez, que se entretenían en la Margarita Gautier de Darío, en los caballos atenidos a su paz de Guillén, en la locura de Ofelia… Al par que levantaba la copa de Moriles, los dos soles –de la tarde, del vino- otorgando reflejos a la tumbaga y a los varios anillos del diecinueve que adornaban sus dedos, Bécquer aparecía como un letrista de tangos –“¡Qué solos se quedan los muertos!”- y la x de Aleixandre oxigenaba la poesía española de las últimas décadas…

No eran ni el campo de Grecia ni el condado de nombre impronunciable, pero esos parajes cobraban una dimensión nueva. Incluso la venta modesta acentuaba su aire cervantino, de lugar de paso, de encuentros, de fábulas. Bastaba esa cercana lejanía para que su pueblo se le apareciera en sus tres sucesivas realidades: Ipagro, Poley, Aguilar de la Frontera y las tres encontraran vuelo y alcance en sus poemas.

Tras desandar unos kilómetros, volvíamos a la realidad del mármol de las mesas y los saludos de los campesinos, del último moriles, ya casi en la noche, en los preludios de la despedida. Vicente había jugado durante toda la jornada con los conceptos, las imágenes, las paradojas. Barroca unión de los contrarios: quizá aún quedaran rastros de sol en Los Arenales pero sobre la plaza ochavada comenzaba a caer una lluvia tan bien medida como un alejandrino.

El jornal de los días (Una visita a Vicente Núñez, 1988) Francisco Chica

Mañana - Amanecía. Llegamos a buena hora y no tardamos en encontrarlo. Calle y nombre eran lo mismo. Brillaba el sol en la empedrada cuesta cuando nos dirigimos a la taberna de arriba, voces y apretones del mundo que él controlaba y quería. Hombres de manzanilla y gestos duros. Monedas romanas. Coro creciendo y decreciendo al ritmo de su brutal batuta, entre infantil y primaria.

Universo ochavado donde quedaban sólo la cal de los siglos y el recuerdo del llanto equivocado que defendía entre dinteles, pináculos y frontis. Atalaya. En los talleres de abajo se oía aún la fundición del acero ajustando la maquinaria agrícola dispuesta para roturar el campo. Vuelo de golondrinas, plácida geometría civil sobre el cinético azul de la plaza. Aguilar entre Quevedo y Giacomo Balla.

Una primicia antes del almuerzo, la lectura en voz alta de los Himnos a los árboles en el mismo lugar -“el valle que oteáis majestuosos”- donde estaban siendo escritos. La inspiración y el rapto. Comida en las Camachas.

Tarde - Mesa de estudio, camilla y diván a la espera de alguna visita. Libros de Lacan, Baudrillard y Barthes, lámparas con música de Pelléas y Melisande. Papel y alfombra, tenue oscuridad de visillos y encajes. Frasco de colonia para refrescarse las manos. Tenía necesidad de rodearse de pequeñas cosas para vivir de ideas grandes.

Aquel día nos habló de cimientos, de ásperas señas, de albañiles y poetas, de la Venecia quizás que Pablo cantó para siempre, mientras él hacía girar sobre el techo el brillo espectacular de la circonita que coronaba su anillo, gesto escenográfico que convertía de pronto en linterna mágica. Se gestaban allí sus aporías, el suicidio literario que estaba construyendo entre libaciones día a día. Recordaba a su amigo Kerr y el París en el que vivieron juntos años antes. Nunca supe del todo cuál era su Francia (¿Watteau, Proust, Cezanne?), pero sólo cabía esa huida. Escuadrón de jóvenes, hervidero de ideas, Jonia y Chanel en la misma copa.

Hablábamos, discutíamos, había un continuo reciclaje, una reconciliación tácita entre nosotros. Su sonrisa y su forma de arrastrar las palabras despertaban la ternura de un niño abandonado.

Al atardecer dejamos aquel cuarto. Poesía sobre un cuaderno que se deshace. Despedida - Partimos hacia el mar, al mundo del que habíamos venido y del que él se había alejado hacía

tiempo. “Cuando se cumplen dieciocho años hay que huir de Málaga”, comentó en algún momento aquel día. Nunca lo olvidé. “No quiero”, contestó luego cuando le propusimos

escribir algo para una revista que dedicamos a la costa del Sol, lugares en los que fue feliz alguna vez -Nerja, Almuñecar, Estepona, Mijas, Marbella- y que sólo representaban

ya “espinas de finales de octubre”. Nos limitamos a publicar su carta, todo un manifiesto. Dejando atrás el absoluto presente, vivía en lo terrenal profundo, en las emociones tangibles, en los ciclos del

tiempo captados al compás de la cometa que nos regaló antes de irnos. Era el poeta de la memoria y lo transitorio, de la amistad, de la carne que deseamos y amamos, de la lucidez, de lo extravagante, del futuro que labraban sus versos.

Allí quedó con sus cosechas y su fructífera arqueología. Murió cuando aún tenía mucho que decir. Después vinieron los premios, las calles, las celebraciones, los homenajes oficiales. Él andaba en otras cosas, era un moderno, estaba lejos.

Nos mira desde allí.

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ESTUDIOS SOBRE VICENTE NÚÑEZ

“Plaza octogonal”: notas para una lectura pendiente Miguel Casado

En mi trabajo sobre Vicente Núñez, siempre di importancia al poema “Plaza octogonal”, hasta el punto de tomar su título para el volumen de la poesía reunida que preparé para la colección malagueña Ciudad del Paraíso. Quizá era así por su propia relevancia, por el recuerdo de mis sucesivas lecturas; quizá por la fuerza de irradiación de la plaza misma de Aguilar, su blancura extrema, su extraño dibujo, su condición de centro vacío, solo simbólico, privado de centralidad real en la vida cotidiana del pueblo; quizá por su vínculo con casi todos los encuentros habidos con el poeta, que nos esperaba allí, en el Tuta.

Sin embargo, aunque he citado a veces alguno de sus versos, nunca me ocupé con detalle del poema en las numerosas ocasiones en que he escrito sobre la obra de Vicente Núñez. Creo que a ello contribuyó su relativa desubicación dentro de la obra, el que hubiera quedado como poema independiente, no incluido en libro. Y, sobre todo, la sensación de desapego que me transmitió su autor en una larga entrevista mantenida con él: “Lo difícil a esta altura de mi vida, con 73 años que tengo, es poner todo boca abajo, que me encantaría, y hacer un canto de otra forma, darle la vuelta al espejo, pero no me atrevo. Cuando hablo, parece que sí, pero solo parece. Con poemas como 'Plaza octogonal' podría hacer lo que quisiera, en ese terreno no tengo límite, me parece tan fácil que no es mi reto; podría sacar dos libros así, en año y medio. Eso no me haría darle a la moneda el giro de la tercera cara; eso es lo que yo quisiera, si es que vuelvo a la poesía, buscarle a la moneda la cara que no tiene, pero ha de tenerla, seguro”. Me parece tan fácil que no es mi reto –es la frase que expresa la clave de la desafección: Vicente Núñez no consideraba verdadera poesía sino a la que desbordaba lo ya previamente conocido y dominado, a la que se atrevía a afrontar cualquier riesgo con tal de abrir la posibilidad de un descubrimiento. Sus palabras en entrevistas y artículos, muchos de sus sofismas, no dejan ninguna duda sobre esta convicción.

¿Qué encontraba él en “Plaza octogonal” que le pareciera ajeno a su poética o irrelevante para ella? A modo de hipótesis, quizá la mencionada facilidad se podría asociar con tres aspectos del poema. En primer lugar, el peso que toma en él la referencia a la propia plaza de Aguilar y la incorporación, en esa línea, de diversos elementos descriptivos; es cierto que no llega a haber una descripción articulada, sino solo datos dispersos, pero el poeta tal vez viera el texto como dependiente de su motivo, no arraigado en una energía propia.

Por otra parte, a esas alturas de su obra, a Vicente Núñez no le quedaba interés por los ejercicios de virtuosismo, que juzgaba un mero entretenimiento: el juego con el léxico de la arquitectura, los artificios constructivos del poema que iban variando el tono y, a la vez, fragmentando –casi de modo cubista– la descripción, no le parecían más que gestos técnicos para aplicar un saber ya largamente dominado; así le oí hablar alguna vez de los Sonetos como pueblos o de los que componían La gorriata, y tanto los sofismas como sus prosas insisten en este criterio.

Por último, en tercer término, el poema manifestaría quizá de modo demasiado obvio un tópico muy de Vicente Núñez: el conflicto entre la geometría y el cuerpo, que acabaría confluyendo con una de sus preocupaciones recurrentes, el choque entre el arte y la vida. Las palabras de la entrevista que he citado sugieren que había dejado de interesarle la insistencia en lo sabido y que necesitaba otro tipo de estímulo para volcar su deseo en la escritura de poesía; de hecho, la interrumpió en los últimos años de su vida, dedicándose casi solamente a los sofismas y algunas prosas.

Sin embargo, “Plaza octogonal” pertenece a la misma época incierta de búsqueda, dentro de la que Vicente Núñez escribió Teselas para un mosaico y el libro póstumo Rojo y sepia, que él había organizado y conservado, pero no se había decidido a publicar. En la misma entrevista, el poeta explicó el signo de esa búsqueda y reconoció una ya escasa confianza en alcanzar fruto. Pero, desde nuestro punto de vista de ahora, esta coincidencia en el impulso tiene mucho interés, pues permitiría intuir las lógicas que movían su investigación en ese momento y ofrecería otro elemento de juicio a los aportados por los poemas póstumos.

Ya en alguno de sus títulos fundamentales –las Epístolas a los ipagrenses o los Himnos a los árboles–, o incluso antes, en Poemas ancestrales, uno de los rasgos más peculiares de Vicente Núñez es la superposición de lecturas diversas en un mismo texto, articuladas a través de alguna clase de desajuste entre los componentes textuales; en alguno de mis ensayos, he estudiado cómo esta técnica sutilísima opera a través de la sintaxis, pero no creo que pueda reducirse a ello. “Plaza octogonal” tiene la virtud de mostrar con mucha claridad, con inusual sencillez, este mecanismo, este espíritu de escritura –habría que decir. El presente texto no intenta abordarlo a fondo, sino solo apuntar cuatro notas que pudieran considerarse en una lectura posterior.

1. En verdad, todo el principio de “Plaza octogonal” constituye un abierto debate interno: “No definen sus formaciones / sotabancos ni pináculos / no abarcan en la cal lo estricto. / Se deliberan en sí mismos / como inducidos por las tejas: / última escoda antes de un cielo / que los conmina a ser más ágiles. / Surgen ya recurridos; burlan, / en el carril del friso, un ralo / jaramago que no se atiene / al disoluto canon jónico”. La disidencia del jaramago respecto al canon remite obviamente al consabido conflicto entre vida y geometría; pero en los versos citados, dentro de ese marco –digamos– conceptual, se mueven inquietudes de otro orden (o de

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mayor ambigüedad, al menos). Así, un conflicto subyacente entre forma y materia parece sugerirse en los primeros versos, pues “sotabancos y pináculos” o las demás “formaciones” arquitectónicas “no abarcan en la cal lo estricto”: la condición material de los elementos les impide alcanzar una exactitud, los limita, abriendo de ese modo un espacio de imprecisión que no se mantiene bajo control y que, desde el principio, multiplica las posibles direcciones del poema –materiales, formales, conceptuales, emotivas... Quizá por ello el verso siguiente resume diciendo: “Se deliberan en sí mismos”: el movimiento oculto de los conflictos y su inquietud no sería, así, añadido por el espectador o el que interpreta, sino que queda implícito en los propios elementos formales, cuyo ser, o mejor, cuya disposición no es sino un deliberarse, ponerse en juego a sí mismos. Los elementos formales –de la arquitectura, del poema– se muestran capaces de convertirse en sujetos, y de desplegar su conflicto interior a la vez que ejercen su función en la obra a la que pertenecen. A esta pluralidad de sentidos, que habrían de darse simultáneamente, alude también, con resonancia rimbaldiana, el principio de la parte IV de “Plaza octogonal”: “Literales, las jambas, / siempre sumisas a severos / dictámenes, aportan / nueva maraña de sentidos”.

Sin embargo, quizá el momento más fuerte del debate interno –de la plaza consigo misma, ¿del poema consigo mismo?–, expresado en la citada apertura, es la fórmula: “Surgen ya recurridos”, donde se avisaría de que la forma de construir es desde la negación, de que todos los elementos –aun los en apariencia más sólidos o perfectos– vienen anulados por una negación interna que los constituye (o los disuelve). El virtuosismo, el espesor retórico, la capacidad descriptiva, quedan desde este momento desactivados, desplazados, mera apariencia de algo que no es lo que realmente ocurre en el poema.

2. “Plaza octogonal” no solo presenta el debate; además, pone en práctica una serie de perturbaciones o desvíos, inserta otras lógicas en el seno de aquella que conduce de modo dominante el discurso. Así funciona la jugosidad fonética –“su tableta endeble de nacela”–, tan corpórea y sensorial, tan poco geométrica o constructiva en sentido estructural o conceptual. O también, el léxico técnico de la arquitectura –escoda, dovelaje, escocia, metopas, triglifo, galletones, arquitrabe–, tan cultista y erudito, que, sin embargo, no actúa en el poema como factor de precisión descriptiva, sino como motor de opacidad y desvío, fuente de sugerencia, palabras que se imponen de por sí y significan más acá o más allá del diccionario.

Pero el autor no pierde nunca de vista que, mientras se va generando un cuerpo sonoro y sensorial de imprevisibles dimensiones, lo que mueve su razonamiento es la discusión sobre la posibilidad de un canon, nudo que aflora en ocasiones, por ejemplo en la zona más interrogativa del poema: “¿Enuncian un patrón, se rinden / al propio desarrollo entero? / ¿Saltan a otro despliegue, logran / cualquier formulación de esquema / y se entreabren, pugnan, muerden / el escuadrón de las barandas?”

Muchas veces aparece esta forma interrogativa en Vicente Núñez, y el poeta la deja suspendida en el silencio: la pregunta produce entonces energía, genera pensamiento, pero no da respuesta. Sin embargo, este caso es distinto, quizá porque en el poema se tematiza la búsqueda de una poética, búsqueda en la que se concentran todas las preocupaciones del momento. Las preguntas obtienen dos respuestas contundentes: “Ya solo apuntan a un exceso, / a una febril idea métrica. / Ya solo tienen una insólita / meta radial: equivocarse”.

En la primera respuesta –“Ya solo apuntan a un exceso, / a una febril idea métrica”–, lo medido conduce al exceso a través de la fiebre: lo geométrico y proporcionado se hace romántico y barroco en la propia forma de darse como materia. En la cal, la fiebre –el entusiasmo– genera el exceso decorativo y emocional, sensorial y matérico, a partir de la exactitud y la medida, de la matemática. Subversión inesperada: se sale de sus casillas lo que es pura casilla. Lo exacto tiene excedente.

En la segunda respuesta –“Ya solo tienen una insólita / meta radial: equivocarse”–, es imposible no escuchar el mismo pensamiento del error que tiene honda sede en los sofismas. La poética de Vicente Núñez no persigue un centro, sino que se identifica con un movimiento de los radios que solo podría leerse como centrífugo, porque de lo contrario estaría formulado de otra manera. Es ese irse del centro por los infinitos radios posibles lo que produce el desajuste, lo que impide que las medidas y los caminos coincidan consigo mismos. Lo que convierte la identidad de la medida geométrica en puente para la diferencia, espacio para que lo personal se construya como no puede ser de otro modo: como errar, como error.

Y los elementos de desajuste y de impugnación de las lógicas establecidas que ofrecen estas respuestas vienen a ofrecer, sin duda, la clave de la búsqueda.

3. A veces en “Plaza octogonal”, bajo el efecto deslumbrante de la cal y del azul, de la intensa luz andaluza, la perfección y hermosura de lo arquitectónico –y su materia consistente– parecen sufrir un extraño efecto de desvanecimiento: “espectral simetría que discurre / sobre el perfil de la borrosa impronta”. Como si la construcción, al abstraerse de ella lo vivo, evolucionara hacia lo conceptual y, a la vez que se enfría el conflicto de su raíz, perdiera la precisión de lo concreto, se diluyera y volviera rígido a la vez, tan borroso como espectral.

¿Está sugiriendo Vicente Núñez los males del virtuosismo retórico, su tendencia a lo inerte, la condena implícita en el juicio que hacía sobre la facilidad? Creo que sí, pero no de manera estable, sino en un continuo ir y venir de lo fijo a lo conflictivo, del tópico a la disidencia, haciéndonos evocar más bien la lucha interior del poeta en pos de una poética que satisfaga su ansiedad. Así, “las jambas” que antes he citado, a la vez “literales” y productoras de una “nueva maraña de sentidos”, son el lugar en que se abre una inesperada –y necesaria– puerta, que daría paso a otro ámbito: “lo oscuro, / los mil dinteles de la ya inminente / transformación rudimentaria, / la presencia de signos / no suscitados desde los albores / del compás y el escoplo”. La plaza estaba, sí, inundada de luz, dominada por el cielo azul, pero se abre a lo oscuro, a lo que no es perceptible a simple vista, a lo que está ahí

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para convertirse de inmediato en otra cosa, a lo no controlado por las herramientas del virtuoso artífice, del exacto arquitecto. Lo oscuro: lo que se busca dentro de lo visible, pero que es a la vez disímil de lo visible. Signos nuevos, que están, por supuesto, inscritos en la materia y en las herramientas, pero que aún no se han realizado.

4. El brusco cambio del poema al principio de la parte V –“Abrázame ahora mismo. / Vuelvo desnudo con un cesto de uvas...”– es la irrupción simbólica de Grecia –son las uvas de Corinto, los albañiles de Corinto– como núcleo de una forma de vida mediterránea que remite, en medio del conflicto con la geometría, a la opción por el cuerpo y por el deseo.

Sin embargo, antes de llegar a esta desnudez, conviene recordar las metáforas relacionadas con telas que habían salpicado el poema: “de leve gasa las cornisas”, “cruje el satén de una cartela”, como si la tela, en vez de cubrir o vestir, de algún modo se asociase al cuerpo, a un vivir flexible y poroso, saturado de sensaciones, casi indistinta así de la piel. De ese modo, se cumple la lógica de traslados y desplazamientos que alienta en la poesía de Vicente Núñez, esa lógica en que cada cosa siempre es otra cosa sin dejar de ser la que era.

Esto permitirá, en los últimos compases del poema, que la tela opere como metáfora de la extrema exposición de la desnudez: “Extiéndeme o exhíbeme / como un tul”. Igual ocurre años después en Poblaciones, en los versos que cierran la última página de la Poesía: “Ahora sí que goza dentro / de sí el tinajón del patio, / que se infla de lluvia / como una floja prenda desuncida. / Ahora sí que suena mi deseo”. Tela y desnudo, deseo, voz que se separa de sí misma para leerse fuera, en un raro lugar.

Vicente Núñez. Meditación sobre la obra del poeta ipagrense Leonor María Martínez Serrano

Universidad de Córdoba

Lector voraz y pensador perspicaz, siempre atento a los ecos sutilmente visibles e invisibles de las palabras, Vicente Núñez es autor de una prolífica obra y de libros esenciales de la literatura española del siglo XX y de los albores del siglo XXI como Elegía a un amigo muerto (1954), Tres poemas ancestrales (1955), Los días terrestres (1957), Poemas ancestrales 1955-1970 (1980), Ocaso en Poley (1982), Cinco epístolas a los ipagrenses (1984), Teselas para un mosaico (1985), 11 poemas (1987), Sonetos como pueblos (1989), Himnos y texto (1989), La cometa (1989), Himnos a los árboles (1989), Teoría del acto (1989), La gorriata (1990), Lecturas de otoño (1990), Sofisma (ed. Celia Fernández y Carlos Castilla del Pino, 1994), Poesía 1954-1990 (ed. Guillermo Carnero, 1995), Entimema (1996), Sorites (2000), Viaje al retorno (2000), Nuevos sofismas (ed. Miguel Casado, 2001), El fulgor de los días (2002), El suicidio de las literaturas: ensayo, crítica y otros textos 1952-1999 (ed. Francisco Javier Torres, 2003), Mío amor (2003), Plaza octogonal: poesía reunida 1951-2002 (ed. Miguel Casado, 2007), Rojo y sepia (prólogo de Antonio Varo, 2007), y Poesía y sofismas (obra completa en dos volúmenes, ed. Miguel Casado, 2009-2010). El prolífico legado literario del autor ipagrense hace de él un autor universal, pues aborda en sus poemas, con singular maestría y lucidez, inquietudes atemporales y perennes –de ésas que afectan a los seres humanos de todos los tiempos y de todas las latitudes.

Hablar de la evolución estilística de la obra de un autor requiere de un ejercicio de abstracción inmenso que acaba por aniquilar las ricas y sutiles diferencias entre cada uno de los eslabones o libros que conforman todo un corpus orgánico, articulado en torno a una forma única e irrepetible de percibir el mundo en sus infinitos recovecos y sutiles ramificaciones. Una constante evidente en la obra de Vicente es precisamente lo que podríamos denominar un humanismo atemporal y comprometido, entendido como palpable preocupación por todo lo humano en su inconmensurable complejidad, y siempre temperado por una serena pasión. Pero la preocupación por lo humano comienza con un acto de atención y, en este sentido, el autor ipagrense siempre se mantuvo alerta a cuanto acontecía a su alrededor. Hay quienes pasan por el bosque de la vida ajenos a los mínimos detalles del entorno, a los juegos de luz que el sol perfila al colarse por entre las ramas y las hojas, a los aromas y melodías que nos regala el aire, a las voces de los ancestros, que dejaron huellas verbales y no verbales en este mundo que es ámbito de todo lo vivo. Hay quienes, como Vicente, no pueden sino atender con los cinco sentidos a cuanto el mundo tiene que ofrecer: una miríada de estímulos y sensaciones que son alimento para el alma y rozan el corazón y la mente –la parte puramente sensitiva y la parte puramente intelectual– del ser humano. No podía ser de otro modo en una criatura de mente inquisitiva y perspicaz, a la que nada le era indiferente. Esta conciencia a flor de piel del mundo duele, pero es preferible vivir en ese estado de perenne atención a vivir sumido en la inconsciencia más irreflexiva. Esta actitud vital delatan al menos sus versos y sus sofismas.

Y si nuestro autor es un humanista bien temperado, cual un magnífico instrumento de cuerda, lector voraz de las obras de sus ancestros, poeta a quien nada de lo humano le puede ser ajeno, atento al universo con mirada atónita y queda, entonces cabe destacar otra cualidad apreciable en la parábola que describe su obra en el tiempo: su amor por la filosofía, por la especulación pura, por habitar en el ámbito de las ideas por puro amor a quedarse entre ellas, en busca de retazos de verdad, aunque solo sean provisionales. A esos resquicios de verdad llegó a través de una palabra oral y escrita cultivada con una rara brillantez, con excelencia técnica y elocuencia casi sobrehumana. A medio camino entre la oralidad y la escritura, se instaló en su atalaya de Ipagro/Poley, desde la que todo lo divisaba con una mirada clara, serena y penetrante. Y es que Vicente pertenece a esa estela de poetas-

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filósofos que arranca, al menos en Occidente, de los presocráticos (piénsese en los fragmentos de Heráclito, Parménides o Empédocles) y se perpetúa en el tiempo de un modo sutil hasta llegar a Novalis, Friedrich Hölderlin, Friedrich Nietzsche, Juan Ramón Jiménez o Maurice Blanchot, amantes de los destellos fugaces y fragmentarios de verdad del aforismo, de la sentencia breve y concisa, del sofisma. Si Sócrates o Platón paseaban peripatéticos por el ágora en perpetuo diálogo con quienes se atrevían a escuchar, haciendo de la palabra hablada herramienta incisiva de conocimiento, no menos cierto es que Vicente Núñez, apostado en la plaza octogonal de su pueblo, espacio también abierto al cielo y al aire, no cejó ni un instante en su empeño por aproximarse a la verdad. In vino veritas, en El Tuta. Y desde su mesa habitual, desde su rincón solitario apartado del mundanal ruido, pensó por todos nosotros, proyectó sus pensamientos para el mundo entero.

No es fácil, y no tiene sentido tampoco, deslindar la poesía de la filosofía: como el arte en general, como la ciencia, o como el amor mismo, la poesía y la filosofía son formas de conocimiento del universo, herramientas de precisión en el acto de aprehensión de lo cognoscible e incognoscible que hay en el mundo, en las relaciones humanas, en la interacción de lo humano y lo no humano. Así, poesía, experiencia y pensamiento forman una constelación rica e inseparable en la obra de Vicente, que viajó de la palabra poética cultivada en formas métricas más o menos ortodoxas desde la década de los cincuenta, y ya en la década de los ochenta con especial intensidad, al pensamiento filosófico de los sofismas a los que se consagró más tarde, de forma decisiva en la década de los noventa, con energías inusitadas. Viajó hacia la desnudez estilística, como no podía ser de otra manera, pues caminamos, en el proceso de maduración, hacia la desnudez en la vida.

Con todo, la poesía y la filosofía persiguen lo universal. El ser humano quiere saber, quiere conocer y entender, y no puede evitarlo. Es una apetencia natural, similar a la cupiditas naturalis de la que hablaba Séneca en De vita beata para referirse a la búsqueda de la felicidad por todos los seres humanos. Todos los hombres y mujeres quieren ser felices. En ello han de poner todo su empeño. De nada sirve el conocimiento si no está al servicio de la consecución de un bien más excelso y más humano. Y la pulsión del ser humano por querer encontrarle sentido a lo que le sucede a cada instante es a veces dolorosa, porque la vida nos arrastra impredecible hacia lo ignoto, está hecha de discontinuidades y vuelcos imprevistos, y no nos da la más mínima tregua. Ya nos recordaba Aristóteles, en la cuna de la filosofía occidental, que la Historia es el relato minucioso de los hechos particulares de que está tejida la vida de la humanidad en su avance incesante hacia el porvenir, y que la Poesía es universal porque anda a la búsqueda de cuanto transciende la experiencia individual e idiosincrásica de una criatura de carne y hueso para hablar a las generaciones venideras de verdades elementales, sin fecha de caducidad. De ahí que, a menudo, hablemos de autores clásicos, inmortales, imperecederos, que siguen teniendo una vigencia incontestable para la sensibilidad de hombres y mujeres de distintas épocas y latitudes. Si clásico es el autor que destila de su vida una quintaesencia que pueda iluminar a sus congéneres, que es capaz de transmutar en arte atemporal ciertas intensidades de experiencias vividas y pensamientos pensados, entonces Vicente Núñez es, sin lugar a dudas, un autor clásico.

En hebreo, el ser humano es lo divino puesto en pie, según la Biblia. Es una tautología éticamente justa admitir que todo ser humano es sagrado, único, irremplazable, digno, irrepetible. Vicente era todo ello, pero además nos regaló una percepción de la vida, del mundo, de lo humano y de lo no humano, digna de ser conservada para la posteridad, porque con su inquisitiva mente y su aguzada sensibilidad percibió para y por nosotros matices que de otro modo nos habrían pasado desapercibidos. Mantuvo los ojos bien abiertos al mundo por nosotros. En ocasiones, los logros de un solo ser humano se convierten en logros de la humanidad. Éste es el milagro de la poesía, y de tantas otras hazañas creadoras que jalonan la historia de la humanidad. No hay arte que no aspire a ser compartido con generosidad con los demás seres humanos, porque subraya nuestra común humanidad, porque nos recuerda que el tiempo todo lo muda pero, aun así, hay cosas que no cambian a pesar de todo. Por todo ello, de la lectura de sus poemas y de sus sofismas el lector sale irremediablemente enriquecido, cargado de un irresistible halo de humanidad, con un regusto a veces triste, a veces optimista, pero nunca indiferente, desde luego que no. La poesía está muy sola en estos días, pero la evocadora voz del universal poeta ipagrense sigue viva, y quiere ser escuchada con atención en medio de discursos discordantes y sin sentido porque tiene mucho de verdad que desvelarnos. Agucemos el oído, pues.

BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL: OBRAS DE VICENTE NÚÑEZ Obra poética y sofismas - Elegía a un amigo muerto, pórtico de Vicente Aleixandre, prólogo de Alfonso Canales, Málaga, Imprenta Dardo, colección A quien conmigo va, 1954. - Tres poemas ancestrales, Málaga, Cuadernos de Poesía, 1955. - Los días terrestres, Madrid, Ediciones Rialp S.A., Colección Adonais, 1957. - Poemas ancestrales, prólogo de Pablo García Baena, Sevilla, colección Calle del Aire, 1980. - Ocaso en Poley, Sevilla, Renacimiento, 1980 [2ª edición, 1983]. - Cinco epístolas a los ipagrenses, Córdoba, Diputación Provincial de Córdoba, 1984. - Teselas para un mosaico, Córdoba, Diputación Provincial de Córdoba, 1985. - Poemas, Sevilla, Sociedad Literaria Poemar, 1987. - 11 poemas, Granada, Universidad de Granada, 1987. - Poemas, introducción de Rafael Pérez Estrada, Málaga, Cuadernos de la Generación del 27, 1987. - Poemas, Montilla, Ayuntamiento de Montilla, 1988. - Sonetos como pueblos, Fernán Núñez, colección Cuadernos de Ulía, 1989.

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- Cursos de estudios hispánicos, Granada, Universidad de Granada, colección Pliegos literarios, 1989. - Himnos y texto (Himnos a los árboles & El suicidio de las literaturas), Córdoba, Cultura y progreso, colección Paralelo 38, n. 2, 1989. - La cometa, Málaga, Consejería de Cultura – Delegación Provincial, 1989. - Poetas en el aula, Sevilla, Junta de Andalucía – Consejería de Educación y Ciencia, 1989. - La cena, Ayuntamiento de Jerez (Cádiz), colección Pliegos de Contemporáneos, n. 6, 1990. - La gorriata, Antequera (Málaga), colección Luz de la Atención, 1990. - Lectura de otoño, Málaga, ed. Fundación Animación Cultural – Ayuntamiento de Antequera, 1990. - Cinco poetas, Cádiz, Unicaja, 1991. - Poemas, introducción de Miguel Casado, Córdoba, colección Cuadernos de la Posada, 1993. - Sofisma, introducción de Celia Fernández y Carlos Castilla del Pino, Sevilla, Renacimiento, 1994. - Entimema, Málaga, ed. Imprenta Sur, colección Llama de Amor Viva, n. 18, 1997. - Sorites, proemio de Antonio Varo Baena, Córdoba, Asociación Cultural Andrómina, colección Plumas y palabras, 2000. - 10 sofismas, Jerez de la Frontera (Cádiz), ed. Fundación Caballero Bonald, 2000. - Nuevos sofismas, prólogo de Miguel Casado, Germanía, Valencia, Alzira, colección Hoja por Ojo, 2001. - El vuelo del tigre (homenaje a Julio Anguita Parrado), Montilla, Bibliofilia Montillana – Gráfica Munda, 2003. - Rojo y sepia, prólogo de Antonio Varo Baena, Madrid, Visor, 2007. - Poesía y sofismas (obra completa en dos volúmenes), edición de Miguel Casado, Madrid, Visor, 2009-2010. Antologías poéticas - Antología poética, selección Rafael Ballesteros, Málaga, colección Puerta del Mar, 1987. - Poesía (1954-1986), prólogo de Guillermo Carnero, Córdoba, Diputación Provincial de Córdoba, 1988. - Poesía (1954-1990), prólogo de Guillermo Carnero, Córdoba, Diputación Provincial de Córdoba, 1995. - Viaje al retorno, Huerga & Fierro, Madrid, colección Signos, 2000. - El fulgor de los días, Cajasur, Córdoba, colección Los Cuadernos de Sandua, 2002. - Mío amor, edición, selección y prólogo de Vicente Tortajada, epílogo de Juan Lamillar, Sevilla, Renacimiento, 2003. Crítica literaria - Prólogo a De ayer y de hoy, de José Varo Castro, Madrid, Ediciones Rumbos, 1952. - Teoría del acto, Montilla (Córdoba), colección Laureles de Munda, 1989. - “Poesía y muerte”, Panorama de la poesía en Córdoba, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1990. - “Siete accesos a Liébana”, Ginés Liébana, la isla amistosa, catálogo del pintor, Córdoba, Diputación de Córdoba, 1991. - “Teoría del ángel”, Los Ángeles, Córdoba, Diputación de Córdoba, 1996. - “En torno a Emilio Prados”, Actas del I Congreso sobre Emilio Prados (1999), Málaga, Centro Cultural Generación del 27, 2000. - El suicidio de las literaturas (ensayo y crítica literaria, 1952-1999), edición e introducción de Francisco Javier Torres, Benalmádena (Málaga), Ediciones de Aquí, 2003.

Fernán Núñez, 20 de mayo de 2012.

Recordatorio de Vicente Núñez Francisco Javier Torres

EDA Libros

Se cumple ahora el décimo aniversario de la muerte de Vicente Núñez. El poeta de Aguilar de la Frontera nos dejó tristemente el 22 de junio de 2002. La buena noticia, a pesar de todo, es que desde entonces no han cesado de aparecer publicaciones de y sobre el autor, como suele decirse. A nuestra modesta contribución con El suicidio de las literaturas, de 2003, donde recopilamos sus artículos de crítica literaria y sus textos en prosa, y que aunque no llegó a ver editada, preparábamos con su concurso en los últimos meses en que estuvo vivo, se unió al año siguiente otra aportación de nuestra editorial al conocimiento y difusión de la obra de Vicente Núñez con la recopilación de los artículos que sobre él había escrito hasta el momento Miguel Casado bajo el acertado título de El vehemente, el ermitaño (dos rasgos, qué duda cabe, definitorios de la personalidad de nuestro autor). Ahí ha quedado, digamos, por el momento, nuestra intervención directa (de apreciable grosor, puesto que hubo antes alguna que otra pelusilla).

Pero en 2005 se constituyó ya por fin de manera oficial la Fundación Vicente Núñez, la cual, y gracias en buena parte a la inquebrantable voluntad de Vicenta Núñez, su directora, se ha ocupado desde entonces sin desfallecer de ir atizando y manteniendo en su apropiado punto de hervor la memoria de nuestro poeta. Tengo ahora sobre mi escritorio creo que todo lo que ha ido saliendo con su patrocinio o su intervención en estos años de actividad. Y otra cosilla más, también tengo. Su recuento depara alguna sorpresa.

Este encomiable rosario de publicaciones a ella debidas se inició en 2007 con la edición en la editorial Visor de Rojo y sepia, el único libro de poesía que aún permanecía inédito, una colección de poemas breves e

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impresionistas en la línea de su anterior Teselas para un mosaico (1985), escrito además en esa misma época según las propias declaraciones del autor. Y también se publica, en Italia, una amplia antología de la obra poética de Vicente Núñez, con traducción e introducción de Marina Bianchi, una deliciosa profesora de la Universidad de Bérgamo a quien conocí, por cierto, en el Congreso sobre el poeta celebrado en Córdoba ese mismo año. La nota preliminar de esta antología italiana está a cargo del afamado hispanista Gabriele Morelli, lo que desde luego da idea de su importancia y de su posible trascendencia. Dos libros más aún salen en este año. Uno de estos quizás sea el que introduzca en primer lugar esa sorpresa a que me refería. Se trata de la antología El fervor y la melancolía, preparada por el antólogo mayor del reino Luis Antonio de Villena, y que lleva como subtítulo “los poetas de Cántico y su trayectoria”. Los poetas de Cántico, sí, pero en él se incluye (ah, sorpresa) a Vicente Núñez cuando es evidente y conocido que no formaba parte canónica de ese grupo. Como es lógico, señala Villena las diferencias estéticas entre éste y los poetas de Cántico. La inclusión de Núñez ahí la fundamenta entonces en razones de amistad, y tras el placet, claro está, de Pablo García Baena, ángel custodio del grupo, a la vez que arcángel protector de Núñez. No chirría aquí, no obstante, en exceso la iniciativa por la misma naturaleza subjetiva de la propuesta de Villena, sobre todo; tampoco, porque es desde luego manifiesta la gran afinidad personal entre Vicente Núñez y los componentes del histórico grupo poético. En cualquier caso, no deja de llamar la atención si nos ponemos a pensar en una posible maniobra literaria que permitiera la pervivencia de un autor por otras vías que no discurrieran estrictamente por las de su propia obra. Como si Vicente Núñez en este caso necesitara de esa referencia historiográfica para refrendar su personalidad literaria, lo cual nos provoca (una vez más) cierta desconfianza en los criterios de elaboración de un posible canon, de cualquier canon, para qué vamos a negarlo (esto lo sabe muy bien el crítico Miguel Casado, quien se dedica gloriosamente a pervertirlo desde hace mucho).

En esta ocasión el gesto de incluir a nuestro autor en la nómina de Cántico tal vez no pase de ser algo anecdótico y puede que lo que apunto no sea más que producto de cierta inclinación maliciosa por mi parte. Pero sí causa mayor sorpresa ver cómo esta “inocente” iniciativa de Villena se pretende “institucionalizar” cuando Guillermo Carnero, con el patrocinio una vez más de la Fundación Vicente Núñez, incluye de nuevo al poeta en la reedición en 2009 de su muy afamado e inencontrable e institucional estudio de 1976 sobre Cántico y sus poetas. En esta obra, El grupo Cántico de Córdoba. Un episodio clave de la historia de la poesía española contemporánea, añade ahora Carnero un capítulo dedicado a Vicente Núñez y en sus primeras líneas intenta justificar, cómo no, la ampliación del grupo en términos objetivos, de lógica literaria. Pero la verdad es que no llega a convencer, puesto que para quien conozca la obra de Vicente Núñez, estos argumentos (bastante beligerantes, por cierto, y algo autosuficientes) caerán siempre más bien del lado de la constatación de las evidentes diferencias que de la apreciación de posibles confluencias estéticas. Que las hubo, no digo que no, sólo que éstas fueron iniciales, coyunturales tal vez. Adscribir a Vicente Núñez al grupo de Cántico queriendo aplicar un método científico me parece algo absurdo, cuando no erróneo. Y si quisiéramos hacerlo así, no deberíamos olvidar entonces, pongo por caso, a Juan Valencia en la próxima edición (e incluso a José María Pemán, si apuramos). No, Núñez no perteneció “científicamente” a Cántico, no debemos engañarnos. Otra cosa bien distinta es considerar suficiente para su adscripción el paralelismo en la peripecia vital (incluido, curiosamente, el periodo de silencio de cada uno de los poetas) o su afinidad personal fuera de toda duda. O eso, bastante más honesto, o admitir sin tapujos que para que una obra, una obra absolutamente singular, diga lo que diga Carnero, obtenga su justo aprecio debe ser suministrada con excipientes, con lo cual volvemos algo apenados a lo que decíamos antes sobre la elaboración del canon nuestro de cada día.

En cualquier caso, y dejando al margen las opiniones personales, es evidente que estas dos publicaciones propician a su modo un nuevo espacio de encuentro con la obra del poeta de Aguilar, ensanchan su espacio, si queremos verlo así, de lo cual no debemos sino alegrarnos los nuñecianos.

En 2009 se publicaron también, en la editorial Renacimiento, las actas del Congreso de 2007 sobre Vicente Núñez a que me he referido. En Vicente Núñez. Oralista, poeta, sofista, título del libro, encontramos muy interesantes acercamientos al poeta por parte de Miguel Casado, Juan Carlos Mestre, Juan Lamillar, Vicente Luis Mora o Celia Fernández. Y algo aporto yo también (aunque menos interesante ya, claro está).

Pero quizás lo más importante de todo esto haya sido la publicación en dos tomos por la editorial Visor de nuevo y a cargo de Miguel Casado, de la obra completa de Vicente Núñez. El primero de ellos salió en 2008 e incluye toda su obra poética conocida y algunos poemas desconocidos o casi. El segundo tomo salió hace ahora dos años escasos. Está dedicado a los sofismas de Vicente y ha sido el que provocó ya por fin este irrefrenable deseo de dejar constancia. No olvido Plaza octogonal, publicado en la Biblioteca de la “Pléyade malagueña”, en la colección Ciudad del Paraíso, quiero decir, que promueve el Ayuntamiento de Málaga, una regia edición, como es habitual, de toda su obra poética igualmente, con un encomiable estudio introductorio de Miguel Casado, quien es sin duda hasta la fecha el crítico que más ha profundizado en las estimulantísimas claves creativas de nuestro poeta. Tampoco olvido una edición en italiano de los sofismas a cargo de la ya citada Marina Bianchi, quien asimismo ha editado en Italia hace muy pocos meses, y planea hacerlo en España, lo que tal vez sea el estudio más extenso, más abarcador y exhaustivo de la obra total de Vicente Núñez. Estamos deseando tenerlo en nuestras manos, desde luego que sí.

A pesar de ese halo doloroso que provoca la naturaleza de este recordatorio, podemos sentirnos satisfechos con todo este material. De él dejo constancia y me refreno ya, convencido de que solo será por el momento...

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NOTICIAS DEL HISPANISMO Congresos

Le ragioni del tradurre. Teorie e prassi traduttive tra Italia e mondo iberico. XXVII Congreso AISPI 23-26 de mayo de 2012, Università di Bologna – Sede di Forlì

Marina Bianchi

El denso congreso internacional de la Associazione Ispanisti Italiani (AISPI), con sus plenarias, mesas redondas, seminarios y sesiones paralelas –de más de cincuenta ponencias– tenía como objetivo una reflexión abarcadora sobre las experiencias multiculturales de estos últimos años en lo referente a la teoría y a la praxis de la traducción en distintos ámbitos. En su sede ideal de la Scuola Superiore di Lingue Moderne per Interpreti e Traduttori de Forlì, el macroevento, atentamente organizado en todos y cada uno de sus aspectos, contó con un comité científico de excelencia: Pietro Taravacci, Maria Vittoria Calvi, Antonella Cancellier, Alessandro Cassol, Flavia Gherardi, Pilar Capanaga, Rafael Lozano Miralles y Félix San Vicente.

El simposio se abrió con la plenaria del escritor y traductor literario Franco Buffoni, “Per una teoria soft della traduzione letteraria”, a la que siguieron otras dos el jueves 24: la de Christiane Nord, traductora y profesora de la Univesity of the Free State, Bloemfontein, South Africa, sobre “La cortesía literaria en español e italiano: los tratamientos en la traducción de las novelas de Carlos Ruiz Zafón”, y la de Anthony Pym, profesor de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y Presidente de la European Society for Translation Studies, acerca de “El impacto (positivo) de la traducción automática sobre la traducción profesional”. La plenaria del sábado estuvo a cargo del intérprete y profesor de la Universidad de Salamanca Jesús Baigorri, quien trató el tema de “La interpretación entre oficio y profesión” en sus múltiples matices. Se organizaron además dos mesas redondas, sobre la traducción literaria desde la Edad Media hasta el siglo XX, comparando las perspectivas hispánicas y catalanas –con la participación de Verónica Orazi, Enric Bou, Patrizio Rigobon, Isabel Turull–, y acerca de la traducción de Góngora –a cargo de Giulia Poggi, Enrica Cancelliere, Norbert Von Prellwitz, Pietro Taravacci –. Finalmente, el viernes por la mañana, se ofreció la oportunidad de elegir entre dos seminarios, ambos estructurados más bien como laboratorios a los que los presentes participaron activamente, el primero sobre la traducción poética colectiva, coordinado por Andrés Sánchez Robayna y con la participación de Jesús Sebastián Díaz Armas y Clara Curell Aguilá, el segundo de terminología y traducción asistida, bajo la coordinación de Sara Piccioni. Sin duda, el congreso ofreció un imprescindible momento de intercambio de ideas y opiniones entre especialistas, para una revisión general de los métodos basada en el conocimiento y la experimentación de las novedades procedentes de distintos países.

La traduzione spagnolo-italiano. Teoria e pratica 28-29 de mayo de 2012, Università della Calabria (Cosenza)

Marina Bianchi

Excelentemente organizado por el Departamento de Lingüística en la persona del director del evento, Mario Benvenuto, el congreso se propuso reflexionar sobre la traducción del español al italiano en sus distintas facetas. Por la mañana del primer día, Antonio Scocozza recordó en una ponencia conmovedora a su alumna recién fallecida Giuseppina Buono, desde la época de sus estudios al trabajo conjunto en que tanto el maestro como la discípula iban aprendiendo uno de otra. A continuación, Antonella Cancellier hizo referencia a la opacidad, a la oscuridad nunca penetrable de la escritura, explicando magistralmente lo que conlleva la traducción de la diferencia. Cerró esta primera sección Giovanna Scocozza, disertando sobre su experiencia de traducción de La filosofia della storia di Gianbattista Vico de Juan Donoso Cortés, que a su vez había traducido el texto de Vico teniendo en cuenta la versión en francés de Michelet, y presentando su edición del mismo libro. Por la tarde, Gabriele Morelli propuso ejemplos procedentes de sus ediciones italianas de versos de Carmen Conde, Francisco Brines y Luis García Montero, considerando la traducción como laboratorio, como posibilidad susceptible de cambios, nunca definitiva y siempre abierta. Luego Giancarlo Depretis, a partir del pretexto de la traducción de los versos de Vicente Aleixandre por mano de Pablo Luis Ávila y Mario Luzi, y de Antonio Machado llevada a cabo por Ávila y el mismo ponente, entrelazó interesantísimas reflexiones sobre la translatio de un idioma a otro, la musicalidad y la sonoridad del poema, la comunicación de éste a través de la interpretación hermenéutica, la transmisión de los sentimientos como principal tarea de la poesía. Al final de la tarde, la profesora argentina María Gabriela Piemonti explicó la diferente organización, concepción y reglamentación de la actividad de los traductores en su país. Siguió un magnífico concierto de racconta-tango, con los maestros Francesco Perri (pianoforte) y Lucio Colombo (contrabajo), y la voz narrante de Mario Benvenuto.

Al día siguiente, Mario Benvenuto y yo presentamos nuestra edición italiana de Miti urbani de Manuel Gahete, justificando las elecciones traductivas y cerrando el acto con un recital bilingüe que contó con la presencia del mismo poeta. Después de cada intervención se dejó espacio a los comentarios y preguntas de los presentes, en un agradable clima de colaboración y comparación de puntos de vista, seguramente apasionante tanto para los participantes como para los estudiantes del público. La amistad y el buen humor acompañaron en todo momento las reflexiones científicas, sazonando con amenidad y alegría el denso programa del congreso.

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Apocalipsis 2012. II Congreso Nacional de la Associazione Italiana di Studi Iberoamericani – AISI

13-16 de junio de 2012, Gargnano sul Garda (Brescia) Martha Canfield

Università degli Studi di Firenze Comité Científico de los Quaderni Ibero Americani

La Associazione Italiana di Studi Iberoamericani (AISI) fue creada en junio de 2009 con la voluntad de

contribuir a la difusión de los estudios iberoamericanos en Italia, facilitar las actividades de investigación y estimular las oportunidades de intercambios interdisciplinarios, manteniendo una especial atención a las disciplinas lingüístico-literarias.

Los hispanoamericanistas italianos han tenido como modelos y como referencias aquellos que inauguraron las primeras cátedras de Lengua y Literatura Hispanoamericana, han desarrollado la investigación y han contribuido a multiplicar estas enseñanzas en todo el país, o sea los muy recordados Giovanni Meo Zilio (1923-2006) y Roberto Paoli (1930-2000) y nuestro siempre dinámico y entusiasta Giuseppe Bellini. Si Meo Zilio dio contribuciones fundamentales sobre las variantes del español rioplatense y la influencia del italiano en la jerga familiar de esos países, Paoli puso en evidencia a los grandes autores de la literatura peruana, ofreciendo, entre otros estudios notables, versiones refinadas de autores muy difíciles como César Vallejo. Bellini en cambio, con su Historia de la literatura hispanoamericana, y muchas obras más, ha sido sin duda un pionero, interlocutor de los más grandes autores del continente hispanoamericano, de Neruda a Octavio Paz, cultivando en modo especial las relaciones entre España, Italia e Iberoamérica. Él ha sabido asimismo estimular y apoyar la creación de distintas revistas literarias, empezando por los Quaderni Ibero Americani, fundados en el año 1946 por otro pionero, Giovanni Maria Bertini, revista que actualmente está dirigida por el propio Bellini junto con Giuliano Soria.

La Asociación Italiana de Estudios Iberoamericanos AISI se prepara para abrir su segundo congreso nacional, intitulado Apocalipsis 2012, que se llevará a cabo en Gargnano desde el 13 hasta el 16 de junio de 2012. El tema elegido nace de la atención especial que está despertando en todo el mundo la presunta profecía de los Mayas prevista para el próximo 21 de diciembre. En realidad la interpretación del fin de la “Cuenta Larga” como una catástrofe, acaso el fin del mundo, no está confirmada por todos los estudiosos. Pero seguramente vivimos en un momento sentido como “crepúsculo” y existe una vasta literatura que deja testimonio de ello. Las ponencias girarán alrededor de esta inquietud. El congreso se abre con una sesión dedicada al calendario maya y al “Fenómeno 2012”, dirigida por la Prof. Emilia Perassi, presidente de AISI, en la cual intervendrán algunos expertos de cultura maya, como Michela Craveri, de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán y el antropólogo Antonio Aimi, de la Universidad de Milán; habrá además algunas intervenciones muy específicas, como la que ha anunciado Adriano Gaspani, del Observatorio Astronómico de Milán. En los días siguientes están previstas catorce sesiones donde se tratarán las pesadillas, las premoniciones, las reescrituras de textos sagrados, las angustias apocalípticas en la literatura hispanoamericana prehispánica, colonial, del siglo XIX y contemporánea, en las que participarán expertos de varios sectores, como, entre otros, Davide Bigalli, Nicola Bottiglieri, Flavio Fiorani, Rosa Maria Grillo, Dante Liano, Giovanni Marchetti, Amanda Salvioni, Patrizia Spinato, Stefano Tedeschi, además de prestigiosos huéspedes de varias universidades e institutos de investigación extranjeros: Adriana Astutti de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina; Pedro Antonio Férez Mora de la Universidad de Murcia; Elena Guichot Muñoz de Sevilla; Marisa Martínez Pérsico de la Universidad de Salamanca; Edgardo Íñiguez de Guadalajara, México; Nathalie Augier de Moussac de l’École des Hautes Ètudes en Sciences Sociales (EHESS) de París; y Silvana Serrani de la Universidade Estadual de Campinas.

El encuentro se cerrará con una mesa redonda sobre la situación del hispanoamericanismo en Italia hoy, moderado por Antonio Melis, quien también presenta una ponencia sobre la Apocalipsis en Nicaragua –como metáfora de la lucha sandinista y de los sufrimientos de la población nicaragüense– a través de las obras de Ernesto Cardenal y Julio Cortázar.

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Publicaciones

Álvaro García, Canción en blanco, Madrid, Visor, 2012 Marina Bianchi

Ganador del Premio Loewe 2011, Canción en blanco es un extenso poema único cuyos ritmo, musicalidad y vitalidad se mantienen intensos hasta el final, donde la cantidad de temas que se entretejen no comprometen en ningún momento la unidad de la obra. El hilo conductor es el viaje interior en un monólogo con la amada, “la travesía de la conciencia” en la que afloran “imágenes que se unen al decirlas / como líneas de la carretera / se vuelven línea entera en la velocidad”.

La armonía del encuentro en el espacio cerrado de la habitación de un hotel se contrapone al horror de la realidad cotidiana exterior; el mundo que “no ha girado en paz ni un día” parece prescindir por un instante de los dos, pero ellos no de él: todo lo que se supone olvidado o superado –el tiempo, la muerte, el desorden– va deslizándose en la memoria o en la percepción de lo que procede de fuera, hasta pasar el umbral del refugio cerrado. Tras atravesar el muro, los elementos concretos de la vida de hoy se vuelven reflexiones metafísicas eternas y universales: “Hemos averiguado que nacimos / en el mismo hospital, la misma mesa/ […] / Somos algo”.

Canción en blanco es un poema abarcador: poesía de amor que canta la percepción de la ausencia en la presencia, la realidad y el deseo armonizados en uno, versos realistas, intimistas y filosóficos a la vez, los ecos de los grandes escritores españoles, ingleses y franceses al unísono, la observación objetiva y la más honda sensibilidad, el silencio de las páginas blancas de la izquierda que amplifican el grito pautado de las de la derecha –las únicas impresas–, el universo entero encerrado en una habitación.

Gabriele Morelli (ed.), Nueva Revista. Notación literaria (Madrid, 1929-1930), edición facsímil, Sevilla, Renacimiento, 2012

Marina Bianchi

El reconocido hispanista y gran conocedor de la poesía española Gabriele Morelli se ha encargado de la edición facsímil de Nueva Revista, hasta ahora muy difícil de encontrar, fundada en diciembre de 1929 por un grupo de jóvenes universitarios de Madrid: José Antonio Muñoz Rojas, Leopoldo Panero, José Antonio Maravall, José Ramón Santeiro y Luis Felipe Vivanco, entre otros, con el apoyo de Juan Ramón Jiménez. A pesar de su breve duración –sólo aparecen seis números, dos al mes hasta marzo de 1930–, Nueva Revista acoge a representantes de la primera vanguardia y a los maestros de la Generación del 27: Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, José Bergamín, Pedro Salinas, Fernando Villalón y Luis Cernuda. Expresión ecléctica de la segunda vanguardia, descrita en el estudio introductorio de Morelli como “fruto fugaz del espíritu joven de la modernidad española”, la revista reúne a poetas, escritores, estudiosos de historia y de derecho aficionados al arte y al cine, que venden ellos mismos el tabloide en la calle. Prevalece en sus páginas una visión liberal, aunque no falta cierta rebeldía iconoclasta, en contra de las instituciones, los poderosos de la Academia y algunos nombres conocidos de la literatura española. La nueva poesía y el debate teórico acerca de la creación literaria ocupan un lugar central, acompañados por temas de carácter histórico, sociológico, político y cultural, en una revista que no proporciona un manifiesto, ni declara su idea programática, y que propone un análisis del presente mirando hacia el futuro, sin olvidarse de la tradición.

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Martha Canfield, Sonriendo en el camino. Poesía reunida (2009-1969), Montevideo, Linardi y Risso, col. La Hoja que Piensa, 2010

Marcelina C. Alderete Secretaría de Redacción de los Quaderni Ibero Americani

Como afirma Márgara Russotto en su introducción a la poesía reunida de Martha Canfield: “Son pocos los poetas que hoy despiertan en la recepción crítica un consenso general sobre el tono elevado de su obra, la geometría interna del poema y la intensidad narrativa, propios de quien es dueña y señora del oficio mayor, libre de licencias o estridencias sospechosas”.

Martha Canfield, catedrática de literatura iberoamericana en la Universidad de Florencia, reúne en este libro las muchas fases de su experiencia existencial, donde la potencia de la palabra poética ahonda en un mundo onírico, o mejor, en el “contraste entre realidad y sueño”. Los temas de los que se nutren los poemas son el amor erótico, el espacio europeo e italiano, la política de la década del 70, la represión durante la dictadura, la denuncia de la violencia y la lucha tupamara, los inextricables caminos del exilio, la fase colombiana y la nostalgia por su ciudad natal, Montevideo, y más tarde por Bogotá, donde vivió siete intensos años.

En apariencia los temas tocan sentimientos y situaciones que se podrían enmarcar en la disyunción de lo local, pero a una mirada más atenta revelan su conjunción con lo universal. Según Canfield, la poesía revela cosas, ilumina, deja pensando, abre un camino, enciende la luz. En su poética de enunciados simples y sin excesos retóricos, se descubre ese camino que cada uno debe recorrer en solitario y que se abre a múltiples posibilidades de encuentro. De ahí la riqueza de su poesía donde el mundo se hace y rehace, y el tiempo y el lugar se vuelven intangibles.

Clara Sánchez, Lo que esconde tu nombre, Madrid, Destino, 2010

Concetta Bianchino

Ganadora del Premio Nadal 2010, autora de prólogos, periodista y guionista para TVE, Clara Sánchez publicó su primera novela, Piedras preciosas, en 1989. En una prosa intimista y cínica, el costumbrismo subraya la inadecuación del mundo moderno. Después de No es distinta la noche (1990) y El palacio varado (1993), escribió Desde el mirador (1996), un análisis de la vulnerabilidad humana inspirada en la vida de una mujer de cuarenta años. Últimas noticias del paraíso (2000), Premio Alfaguara en 2000, es un estudio de la confusión y enajenación de la juventud contemporánea.

En la novela, la protagonista Sandra, al descubrirse embarazada deja el trabajo para retirarse a un pueblo de la costa levantina en busca de respuestas sobre su vida. Conoce a un matrimonio de noruegos y se muda a su casa. Julián llega al pueblo en busca de venganza: su amigo Salva le había dicho que allí vive una pareja de octogenarios noruegos culpables del genocidio en el campo de exterminio de Mauthausen en el que estuvieron Julián y Salva. El hombre revela su pasado a Sandra quien, impulsiva y curiosa, indaga con él sobre los noruegos. El mar es el trasfondo de sus peligrosos encuentros clandestinos.

Una obra sobre la memoria y la redención de la culpa, sobre el valor de una madre que quiere dar a su hijo un mundo mejor, inspirada en hechos reales pero en la que cada personaje es simbólico. Una novela de terror y de miedo, de intriga psicológica, de odio, de venganza pero, sobre todo, de profunda amistad y de amores.

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Ramón Pernas, En la luz inmóvil, Sevilla, Algaida (Anaya), 2011 Patricia Martelli

Università Guglielmo Marconi di Roma Comité Cultural de los Quaderni Ibero Americani

La última obra de Ramón Pernas, “En la luz inmóvil”, es una novela maravillosa y mágica, en donde la realidad de una vida emerge gracias a la luz, y que mereció el prestigioso Premio Emilio Alarcos Llorach. Este libro es un canto a la juventud, a la amistad, y al recuerdo nostálgico de un amor no correspondido. El cuento de una pasión infeliz que, fluyendo como una riada delante de los ojos del lector, hace que éste, además, pueda viajar por la historia de España, desde los años setenta hasta el presente.

Pernas ha escrito ocho novelas y un poemario, Poesía (in)completa que reúne todos sus versos. Entre los galardones recordamos que fue finalista del Premio Nacional de Literatura en 1999 por Paso a dos, ganó el Premio Ateneo de Sevilla en 1999 por Paso a dos y el Premio Letras de Bretaña en 2009, el Premio de Literatura Río Covés por En la luz inmóvil en 2011, además del ya mencionado Premio Alarcos Llorach en 2011.

La peculiaridad de las novelas de Pernas es que parecen ser tantos capítulos de una misma obra: la que cuenta su vida. Como un fil-rouge que une las siete novelas, estos capítulos, aunque cuenten cada uno sus propios acontecimientos, forman parte de un único diseño. Es suficiente pensar en Brumario y en Del viento y la memoria: una sola historia formada por dos capítulos, dos momentos de la vida del autor y de la de sus protagonistas, y diría, también de su pueblo. La luz inmóvil añade un capítulo interesante y, en cierto sentido, inesperado: un Ramón Pernas más íntimo, más oculto, más real.

Como el mismo Pernas cuenta, en la entrevista de J. M. Giráldez para El Correo Gallego de mayo de 2011: “No sé cuánto hay de mí en esta novela. Pero digamos que es una autobiografía apócrifa. El personaje

central mira con mis ojos y habla como yo hablo. Tiene las mismas convicciones que tengo yo desde la óptica política, y hace el mismo canto de amistad que yo hago con mis amigos. En eso sí nos parecemos. Es un personaje que no se llama de ninguna forma, así que cada lector puede ponerle el nombre que mejor le convenga. Pero bueno, no es una biografía. Como diría Boris Vian, me gustaría escribir una novela verdadera para que todo el mundo supiera que era inventada”, dice Ramón Pernas, con su discurso lleno de emociones, a medio camino entre lo renacentista y lo romántico, a medio camino entre la vanguardia y el lamento letraherido. “En la luz inmóvil está impregnado de amor y de los tiempos en los que las manzanas doradas del paraíso estaban a nuestro alcance”. Y esos tiempos son aquellos en los que el joven Pernas aprende a amar a Cesare Pavese. Esta novela está dedicada a la obra de Cesare Pavese, y Pernas homenajea al escritor italiano con los títulos de los seis capítulos del libro, pues cada capítulo se titula como una obra de Pavese: desde el primero La bella estate, hasta el último Il mestiere di vivere. Ramón Pernas nos dice al respecto: “Si Galicia es mi madre y España es mi patria, Italia es mi amante. Italia es lo prohibido, lo deseado”.

Diego Trelles Paz, Il circolo degli scrittori assassini, traducción de Emanuela Meregalli, Roma, Gaffi

Editore, 2010 Paolo Tolu

Comité Cultural de los Quaderni Ibero Americani

Cinco escritores al margen de los ambientes intelectuales de Lima, un círculo literario para defenderse del acicalado establishment local, el homicidio de un crítico local antagonista son los puntos esenciales de la trama narrativa de la primera novela del joven Diego Trelles Paz, peruano de nacimiento y estadounidense de adopción, en la que confluyen distintas culturas entre la nueva América y la vieja Europa. El autor propone citas literarias y referencias cinematográficas, musicales y pictóricas, y añade a la experiencia de lector su larga trayectoria como redactor de páginas culturales y reseñador para varias revistas. De formación de corte clásico (El Quijote representa uno de los ejes narrativos principales) y, sin embargo, casi siempre anticonvencional en su predilección por la modernidad y los autores “de ruptura”, como Roberto Bolaño. Imágenes y estímulos acompañan al lector por los senderos menos explorados de los autores peruanos y latinoamericanos; además, el autor pone en evidencia su gusto por lo francés y lo norteamericano: los poetas malditos, la nouvelle vague, la música rock. Sus personajes se mueven en contextos metropolitanos, entre prostitutas, traficantes de droga, presos.

A pesar del género policíaco tan abusado, renuncia a la clásica imagen del detective y presenta lo acaecido desde varios puntos de vista. Las diferentes versiones de los protagonistas aparecen en manuscritos, intencionalmente muy distintos en longitud y estilo. Los supuestos autores del delito componen lentamente el relato, mezclándolo con historias de otras novelas y películas. Los perfíles de los personajes se definen poco a poco, sus andanzas capturan la atención, el lector se ve obligado a seguir en busca de la verdad. Sin embargo, dilucidarla totalmente no es tarea fácil: ésta no parece ser la meta de una novela en la que los testimonios se confunden y contradicen continuamente. Es más, la solución del enigma se puede considerar un hecho marginal con respecto a la contaminación entre realidad y ficción, entre datos objetivos y relatos literarios.

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Huesos de santo, la última novela de Alfredo Conde publicada en italiano Veronica Basilotta

Secretaría de Redacción de los Quaderni Ibero Americani La editorial de Alfredo Gaffi (www.gaffi.it), que se ocupa con siempre mayor interés de la cultura ibérica, ha

publicado recientemente en italiano Huesos de santo, última novela de Alfredo Conde, traducción de Giuliano Soria. En Huesos de santo (I segreti del cammino di Santiago, traducción italiana), Alfredo Conde gira en torno a la sombra del apóstol Santiago. Una parte central de la trama se desarrolla alrededor de los restos del apóstol sepultado en la histórica catedral de Santiago.

Conde, nacido en Allariz, Ourense, en 1945, ha dividido su vida entre la marina mercante (fue comandante de buque), la actividad docente y la de político (fue miembro del Parlamento de Galicia y ministro regional de la cultura de 1987 a 1990). La pasión de Conde por el mar se armoniza con los vientos de Galicia, que tiene un claro e innegable destino marino, rodeada como está por los mares. Galicia es también el finis terrae, el borde extremo de la tierra. Allí, a esa tierra céltica que ha sufrido por un cierto aislamiento y también por una marginalización geográfica, van los pelegrinos del camino de Santiago a bañarse en las playas del finis terrae, suspendido entre las rocas y el viento. De por sí, esta posición geográfica encierra algo sagrado y misterioso. Conde es uno de los escritores gallegos más conocidos en el extranjero: traducido a muchos idiomas, ha obtenido gran éxito en Rusia y Australia. En Italia se tradujo la que probablemente es su obra maestra, Il Griffone (Editori Riuniti), de 1986, su primera novela en castellano, Premio Nacional de Literatura y Premio Grinzane en Italia.

Considerado un escritor del realismo regional gallego, Conde es autor de veinte obras de narrativa, dieciséis novelas y cuatro libros de cuentos y relatos; escribió inicialmente en lengua gallega y ahora sobre todo en castellano. Entre las novelas más conocidas, Los otros días (1991, que obtuvo el Premio Nadal), Azul cobalto (2001), Memoria de soldado (2002), Romasanta: Memorias inciertas del hombre lobo (2004, en la que se basó la película Romasanta, la caza de la bestia de Paco Plaza), Lukumi (2006).

Galicia es una “nación cultural” junto a las que componen el complejo mosaico español: el universo catalán, el vasco, el valenciano, el navarro. Se trata de naciones culturales que están en un único estado político. El gallego es una lengua antigua y uno de los vértices de la identidad de la península ibérica. En aquellas montañas célticas del extremo noroeste español, suspendida entre vientos, lluvias y mares nació en la Edad Media la lengua con la que se hermanó el portugués, y que luego tuvo una evolución paralela autónoma, tanto política como cultural. Son, como es sabido, una lengua y una cultura de fuerte identidad y de alto prestigio literario.

Flavio Morganti, Vacas: a su dignificación sexual y gastronómica, León, Everest-Galicia, 2010 Davide Agnello

Director de la colección “Sapori di carta” Flavio Morganti es de origen italiano (nacido en Lecco en 1962). Después de las múltiples experiencias en los

grandes restaurantes de Italia, Suiza, Inglaterra, Morganti se estableció en Galicia donde abrió el prestigioso restaurante “Galileo” en Santa Baia, Pereiro de Agular, en las cercanías de Ourense. (www. restaurantegalileo.com). En pleno campo Morganti, “cocinero del año” de la organización internacional “Euro-toques”, recuperó una antigua casa típica con grandes ventanales que dan al bosque. Considerado uno de los grandes nombres de la alta cocina española (como Martín Berasategui de San Sebastián), Morganti dio un importante paso ocupándose también de la editoría de la cultura gastronómica, como muchos otros chefs de calidad: es casi un destino de comunicación, como si el lenguaje de la cocina, “arte manual” por excelencia, no pudiera recoger todo el mensaje que encierra la comida y sintiera la necesidad de narrarlo. Por otro lado, no hay nada de que maravillarse porque tanto la cocina como la literatura son expresiones del alma: tienen igual dignidad. Pero con un mérito más para el libro: el libro es para siempre, el plato dura el tiempo de una comida, es fugaz y mutable, permanece solo en la narración oral y en la escrita, por supuesto.

El texto de Morganti se publicó en español y en gallego para el vigésimo quinto aniversario de la “Festa do Boi” de la ciudad de Allariz (ciudad natal del conocido escritor gallego Alfredo Conde, donde se celebra la histórica fiesta del buey desde 1317). En la provincia de Ourense, en Allariz, existe una raza muy prestigiosa y antigua de bueyes que desciende directamente del exclusivo tronco cantábrico de la raza bovina.

Morganti cuenta en su activo con otro importante volumen del cual hablaré en otra ocasión: El árbol del pan, también publicado por la Editorial Everest. Además, Las vacas es un libro espléndido desde un punto de vista fotográfico, y ganó el World Cook Awards y el Premio Gourmand como mejor libro de cocina de España. Las fotos muestran platos extraordinarios hechos con carne “de vaca”. El punto de referencia italiano de Morganti en la nomenclatura gastronómica del buey es el gran maestro Gianfranco Vissani (a quien Morganti dedica palabras de admiración).

Pero el aspecto más importante del libro es la visión antropológica sobre el noble animal, que no es sólo comida, sino símbolo lleno de valores y significados por sus implicaciones eróticas. Existe un valor simbólico-antropológico-literario: un ejemplo es la célebre alusión de Federico García Lorca en los versos 67-70 de La sangre derramada, en el prestigioso poema “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”: “la vaca del viejo mundo / pasaba su triste lengua / sobre un hocico de sangre”. Aquí la vaca es el emblema de la luna: antropológicamente la vaca es la luna. Muchos escritores traduciendo el “Llanto” al italiano han caído en error, es el caso de Leonardo Sciascia en su traducción de 1961 (propuesto nuevamente por Giovanni Raboni en su Lamento per Ignacio Sánchez Mejías, Guanda Editore, Milano 1978). Si se piensa al binomio vaca-toro el recorrido simbólico en la España de la corrida está cargado de valores sobre los que se funda el proceso identitario de toda la nación española. El trabajo de Morganti, a medio camino entre lo antropológico y lo gastronómico, es un trabajo serio y completo que revela complejas y fascinantes simbologías sobre este extraordinario animal. Un libro para leer, estudiar y conservar, dentro y fuera de la cocina, ¡también por sus 68 recetas para saborear!

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Noticias generales

ARTIFARA, revista académica y científica de ámbito ibérico y latino-americano del antiguo “Dipartimento di Scienze Letterarie e Filologiche” de la Universidad de Turín, dirigida por Aldo Ruffinatto, nació en 2002 y está ahora en su tercera serie. Su título deriva del léxico de germanía donde los términos “artifara” (o "artífara", según consta en algunos diccionarios de los s. XVIII y XIX) y “artife” significaban "pan", símbolo, según los promotores de la revista, por una parte, del tratamiento abierto a todo lo innovador que puede “nacer de una actitud crítica espontánea, marginal y ligeramente picaresca”, y, por otro, del deseo de que este alimento vital se difunda entre el mayor número de personas interesadas, especialistas o no. En su primera serie (números semestrales del 1 al 6), Artifara estaba constituida por cinco secciones entre las que destacaba ‘Monographica’, con temáticas inherentes a ‘literatura y magia’ (n. 1), el ‘Quijote’ (n. 2), lingüística y pragmática (n. 4), la narrativa hispano-americana (n. 6), además de las actas de los congresos celebrados en Turín sobre la poesía española contemporánea en 2003 (n. 3) y sobre Gregorio Prieto en 2005 (n. 5). La segunda serie, cuyos números abarcan del 7 al 10, adoptó un ritmo anual y se propuso volver “a los orígenes que impulsaron la creación de la revista, tender puentes entre diversas culturas, entre la tradición y la modernidad, entre la lengua y la literatura”. Por este motivo, el n. 7 dedicó su sección monográfica a las relaciones literarias y lingüísticas entre España e Italia, bajo el título “El mundo ibérico e Italia: encuentros y desencuentros literarios y lingüísticos”. Los otros tres números de esta segunda serie, por el contrario, se concentraron en la poesía, con contribuciones sobre Juan Ramón Jiménez (n. 8), García Lorca (n. 9) y Miguel Hernández (n. 10). En estas dos primeras series tenían cabida otras cuatro secciones, a saber: ‘addenda’, destinada a las aportaciones cuyos temas diferían del tema monográfico; ‘marginalia’, para la publicación de reseñas, notas, debates, fragmentos epistolares y otras cuestiones de menor entidad; ‘scholastica’, para artículos o ensayos breves elaborados por estudiantes o licenciados en disciplinas relativas al ámbito ibérico; y ‘editiones’, reservada a la publicación de textos inéditos o raros editados con rigurosos criterios de crítica textual. En esta última sección se han publicado ediciones críticas y traducciones de notable interés entre las que destacan: Gardel, uma lembrança de Manuel Puig, el Tractado del dormir et despertar et del soñar et de las adevinanças et agüeros et profeçía de Lope de Barrientos, Un nuevo ejemplar del Lazarillo “castigado” (Roma, Facchetto 1600), “Los sonetos y canciones del Petrarcha, que traduzía Henrique Garcés de lengua thoscana en castellana” (Madrid, 1591), Il Picariglio Castigliano di Barezzo Barezzi, Per una traduzione moderna del ‘Curioso tratado de la naturaleza y calidad del chocolate’ de Colmenero de Ledesma, ‘Un esemplare della Segunda Diana di Alonso Pérez nella Biblioteca Vescovile di Fossano’, la ‘Espositione in lingua Thoscana, di parecchi vocaboli hispagnuoli; fatta dal signore Alfonso di Uglioa’, el “Camino de la gloria” de Francesco Spinoglio, el Discurso de mi vida de Alonso de Contreras. Por último, con la puesta en marcha del Sistema Abierto de Periódicos (Open Journal System) de la Universidad de Turín, Artifara, a partir del número 11 de 2011, ha empezado una nueva etapa, apostando por el sistema de licencia Creative Commons, que permite compartir la obra a la vez que garantiza una mejor difusión de los contenidos y una mayor protección de los derechos de autor. En esta última serie, al cambiar de nuevo de localización virtual, Artifara ha cambiado también su estructura, simplificando sus secciones en ‘Contributi / Contribuções / Contribuciones’, donde, sin enfoque monográfico, se reúnen las antiguas ‘Monographica’, ‘Scholastica’ y ‘Addenda’ y tienen cabida todos los artículos que superan el proceso de revisión anónima paritaria (blind peer review); la revista ha mantenido inalteradas las secciones de ‘Editiones’, en la que siguen apareciendo ediciones críticas o anotadas de textos de interés literario, filológico o histórico, y de ‘Marginalia’, que alberga como antes reseñas de libros y revistas junto a entrevistas de interés para el campo de estudio que la caracteriza.

Elisabetta Paltrinieri Università degli Studi di Torino

EL GRADO EN ESTUDIOS ITALIANOS QUE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA, bajo la dirección del Profesor Vicente González Martín, profundiza en todos los aspectos culturales de Italia (cine, literatura, arte, música, cultura popular, etc.) permite al egresando un conocimiento profundo de la lengua italiana con fines comunicativos y científicos. Durante los dos primeros años, las asignaturas están articuladas en tres módulos: Lengua y cultura italianas, Formación básica (Latín, Lengua y Literatura españolas) y Formación transversal (Nuevas tecnologías, Filosofía, Historia y Psicología). El primer módulo específico de italiano consta en estos dos primeros años de formación de asignaturas que abarcan desde el estudio sincrónico y diacrónico de la lengua y su traducción, hasta la literatura italiana y aspectos culturales generales como la geografía, la historia, el arte, el espectáculo, los medios de comunicación, la publicidad y el italiano en red. Este módulo continúa en el tercer y cuarto curso donde se amplían los temas tratados en los primeros años, tanto en lo que concierne al aprendizaje de la lengua, como de la literatura y la cultura. El Grado en Estudios Italianos cuenta con un abanico muy amplio de asignaturas optativas (geografía, historia, arte, espectáculo, medios de comunicación, publicidad, italiano en red) que permiten al alumno profundizar en la dirección que más le atrae. Aspecto atractivo de este Grado en Estudios Italianos es su internacionalización. Los alumnos pueden acceder a un elevado número de becas para realizar tanto cursos de Italiano durante el verano como para estudiar durante todo el año académico en una universidad italiana o para hacer prácticas en Italia durante unos meses.

Milagro Martín Clavijo Universidad de Salamanca

Comité Cultural de los Quaderni Ibero Americani

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LA IBERISTICA EN EL MUNDO

Actividades recientes de la Société des Hispanistes Français (SHF) Isabelle Rouane-Soupault Karim Benmiloud Philippe Rabaté

Université de Provence, Aix- Marseille Université de Montpellier – III Paul Valéry Université de Bourgogne

Las actividades de la Société des Hispanistes Français (www.hispanistes.org) se centran en torno a cuatro ejes principales. En el plano de la comunicación, la SHF acaba de renovar profundamente su sitio internet que dispone ahora de nuevas modalidades y de una newsletter que informa a los casi 700 miembros de las novedades y manifestaciones del hispanismo francés. Desde este punto de vista, se celebraron en la Embajada de España en Francia, el pasado 20 enero, el quincuagésimo aniversario de la SHF que organizó conjuntamente la SHF con la Consejería de Educación de la Embajada, el Instituto Cervantes y el Colegio de España en presencia del Embajador de España y de varios Embajadores latinoamericanos. Otra manifestación relevante fue la organización de las jornadas de estudio de la SHF en Avignon los días 8 y 9 de junio de 2012, intituladas «Transversalidad y visibilidad disciplinar: los nuevos retos del hispanismo». Este encuentro prosiguió y ahondó una reflexión ya emprendida por la SHF sobre la importancia —cada vez creciente— de las aproximaciones pluridisciplinares y la importancia de la defensa de una identidad disciplinar en un contexto poco propicio. Asimismo, la acción de la SHF se concentra en la edición y la difusión de la investigación de los hispanistas franceses. El congreso internacional organizado conjuntamente por la APEF, la APFUE y la SHF en Faro (9-12 de noviembre de 2011) y dedicado al tema del extranjero va a dar lugar a una publicación de textos de índole didáctica en la Clé des Langues (sitio internet de la Escuela normal Superior de Lyon) y de textos sobre el dominio hispanófono y lusófono en los Cahiers de civilisation espagnole contemporaine de Nanterre y en la revista de la SHF. En efecto, la SHF va a crear su propia publicación en los próximos meses que será una revista de formato electrónico y que acogerá muestras de la producción del hispanismo francés e internacional. Por último, la SHF desarrolla de manera continua vínculos con otras sociedades y con asociaciones de promoción y de defensa de las lenguas latinas. Tal es el caso de los vínculos muy estrechos establecidos con los Quaderni Ibero Americani, revista muy activa y de gran difusión del hispanismo italiano. De la misma manera, la SHF se esfuerza por defender los intereses del hispanismo en repetidas ocasiones e intervino conjuntamente con la Société des langues néo-latines (SLNL) y l’Association pour la diffusion de l’Espagnol (AFDE) para favorecer y promover la enseñanza del español en la enseñanza primaria y secundaria.

El cine en Goa Alessandro Monti

Benares Hindu University Comité Cultural de los Quaderni Ibero Americani

El ambiente católico de Goa ofrece al séptimo arte indio un espacio donde representar historias que tratan sobre trasgresiones, ya sea eróticas que de costumbres y tradiciones. Forma parte del primer género Sins, una película que narra con tono dramático el delirio amoroso primero y homicida después de un joven sacerdote víctima de una celosa y turbulenta pasión por una adolescente. Nos encontramos, en este caso, en el territorio ambiguo del relato de temática erótica que se sirve de Goa como escenografía exótica.

En Bobby, de 1973, la alusión a Goa está más justificada. Bobby reclama el derecho a la libertad individual y a la transgresión contra la pudibundez del conformismo burgués hinduista. Bobby, de familia pobre, hija de un pintoresco pescador católico de Goa, y Raja, hijo de un hombre rico, luchan contra una inflexible autoridad patriarcal que considera inadmisible esta relación, debido a las diferencias sociales. El cuerpo de Bobby cubierto solo con un bikini se transformó en aquellos años en símbolo de una clamorosa libertad sexual, sea masculina sea sobre todo, femenina, permitiendo a los jóvenes de ambos sexos la posibilidad de encontrarse, no obstante el gris y represivo puritanismo hinduista.

Las Edizioni dell’Orso de Alessandria (Italia) acaban de homenajear con un volumen misceláneo al Prof.

Alessandro Monti, antiguo Director del Departamento de Estudios Orientales de la Universidad de Torino (Esterino Adami e Carole Rozzonelli eds., To a Acholar Sahab. Essays and Writings in Honor of Alessandro Monti, Alessandria, Edizioni dell’Orso, 2011, www.ediorso.it/). Alessandro Monti, de la Benares Hindu University (India), es miembro acreditado del Comité Cultural de los Quaderni Ibero Americani. Anglista por su formación, el profesor Alessandro Monti estudia la cultura de la India de lengua inglesa (Angloindian, Hindian English, literatura y cine). El volumen recoge muestras del cariño y el aprecio de sus discípulos y compañeros.

Patrizia Castagnotti Jefe de Redacción de los Quaderni Ibero Americani

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