duelo

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DUELO Y ADOLESCENCIA1[1] Ana Gutiérrez López Centro Psicoanalítico de Madrid Los conceptos de duelo, identificación/ identidad y narcisismo , son seguramente los que mejor definen, aunque no agotan, la comprensión del proceso adolescente. Así mismo, son numerosas las opiniones, desde el punto de vista psicoanalítico que entienden el final de la adolescencia cuando el proceso de duelo que implica el crecimiento y la asunción de una identidad, ha concluido. Otros autores incluso consideran que toda la llamada crisis de adolescencia debe ser entendida como un proceso de duelo, y que es precisamente el trabajo de elaboración del mismo lo que hace tan penoso, arduo y complicado el transitar del ser humano por esos años que están comprendidos entre el inicio de la pubertad y la juventud. EL DUELO Nos parece de utilidad comenzar con una referencia a Freud en Duelo y Melancolía , y en su distinción entre ambos. “El duelo es por lo general, la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente...”“ jamás se nos ocurriría considerar el duelo como un estado patológico... confiamos en que, al cabo de algún tiempo desaparecerá por si solo y juzgaremos inadecuado e incluso perjudicial perturbarlo”. Más adelante continua: “¿En qué consiste la labor que el duelo lleva a cabo? A mi juicio podemos describrirla de la forma siguiente: El examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado ya no existe más, y demanda que la libido abandone todas sus relaciones con el mismo. Contra esta demanda surge una resistencia naturalísima... que puede alcanzar tal intensidad que surja el apartamiento de la realidad y la conservación del objeto por medio de una psicosis alucinatoria de deseo. Lo normal es que el respeto a la realidad obtenga la victoria. Pero su mandato no puede ser llevado a cabo inmediatamente, y solo es realizado de un modo paulatino (pieza por pieza) con un gran gasto de tiempo y energía psíquica continuando mientras tanto la existencia psíquica del objeto. Cada uno de los recuerdos y esperanzas que constituyen un punto de enlace de la libido con el objeto es sucesivamente sobrecargado, realizando en él la sustracción de la libido. No nos es fácil indicar porqué la transición que supone esta lenta y paulatina realización del mandato de la realidad ha de ser tan dolorosa. Tampoco deja de ser singular que el doloroso displacer que trae consigo nos parezca natural y lógico . Al final de la labor de la aflicción vuelve a quedar el yo libre y exento de toda inhibición”. Son tres momentos los que se requieren para realizar el proceso de duelo, según nos lo describe Freud :

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duelos en la adolescencia

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  • DUELOY ADOLESCENCI A1[1]

    AnaGutirrezLpezCentroP sicoanalticodeMadrid

    Los conceptos de duelo, identificacin/ identidad y narcisismo, sonseguramentelosquemejordefinen,aunquenoagotan,lacomprensindelprocesoadolescente. As mismo, son numerosas las opiniones, desde el punto de vistapsicoanalticoqueentiendenelfinaldelaadolescenciacuandoelprocesodedueloque implica el crecimiento y la asuncin de una identidad, ha concluido. Otrosautores incluso consideran que toda la llamada crisis de adolescencia debe serentendida como un proceso de duelo, y que es precisamente el trabajo deelaboracindelmismoloquehacetanpenoso,arduoycomplicadoeltransitardelserhumanoporesosaosqueestncomprendidosentreeliniciodelapubertadylajuventud.

    ELDUELO

    Nos parece de utilidad comenzar con una referencia a Freud en Duelo yMelancola,yensudistincinentreambos.Eldueloesporlogeneral,lareaccina la prdida de unser amado o de una abstraccinequivalente... jams se nosocurrira considerar el duelo como un estado patolgico... confiamos en que, alcabodealgntiempodesaparecerporsisoloyjuzgaremosinadecuadoeinclusoperjudicialperturbarlo.

    Msadelantecontinua:Enquconsistelalaborqueelduelollevaacabo?Amijuiciopodemosdescribrirladelaformasiguiente:Elexamendelarealidadhamostradoqueelobjetoamadoyanoexistems,ydemandaquelalibidoabandonetodas sus relaciones con el mismo. Contra esta demanda surge una resistencianaturalsima... que puede alcanzar tal intensidad que surja el apartamiento de larealidad y la conservacin del objeto por medio de una psicosis alucinatoria dedeseo. Lo normal es que el respeto a la realidad obtenga la victoria. Pero sumandato no puede ser llevado a cabo inmediatamente, y solo es realizado de unmodo paulatino(pieza por pieza) con un grangasto de tiempo y energapsquicacontinuando mientras tanto la existencia psquica del objeto. Cada uno de losrecuerdos y esperanzas que constituyen un punto de enlace de la libido con elobjetoessucesivamentesobrecargado,realizandoenllasustraccindelalibido.No nos es fcil indicar porqu la transicin que supone esta lenta y paulatinarealizacindelmandatodelarealidadhadesertandolorosa.Tampocodejadesersingularqueeldolorosodisplacerquetrae consigonosparezcanaturalylgico.Al final de la labor de la afliccin vuelve a quedar el yo libre y exento de todainhibicin.

    Son tres momentos los que se requieren para realizar elprocesodeduelo,segnnoslodescribeFreud:

  • 1. Un pronunciamiento por parte de la realidad, un juicio de existencia quedice que el objeto se ha perdido, y el yo se encuentra sinsu objeto libidinoso. Aesto se sigue un corte con la realidad de carcter defensivo que trae comoconsecuencialaescisindelyocomoformademantenerlailusindelapresenciadelobjeto.

    2.Unasegundaetapa,narcisista,dondeelyoseofrecealellocomoelobjetoperdido,hayunasobreinvestiduradelosrecuerdos,delasrepresentacionesyporlotantonostalgiayanheloporlosobjetosperdidos.

    3. Un proceso de desasimiento, pieza por pieza, del objeto en la que el yointenta desplazar esta libido narcisista hacia nuevos objetos. Este trabajo dedesasimento exige unprocesode elaboracinque implica la desinvestidura desucargaydesuhistoriasegnestinscritaenelinconscientedelsujeto.

    Aunquelenta, complicada y dolorosa, esta tarea que supone el proceso deduelo no tiene, y as lo subraya Freud, que ser patolgica, ni requiere msintervencinqueladeltiempo,paraproducirse.Enotrasocasionesnoesposiblesuelaboracin y acontece, bien una negacin de la prdida perdindose el yo yocupandoelobjetoellugardelyo(Lasombradelobjetocaesobreelyo)comoenlamelancola,obiensetratadenegarlaprdidarepitiendolaexperienciaconunobjetosustituto,comoeselduelopatolgico.

    Melanie Klein, desde el enfoque de las relaciones objetales, consideracentraleneldesarrollodelavidapsquicayenlaestructuracindelaparatomentallaconsecucinyresolucindelaposicindepresiva.Elgradodefortalezayoica,desalud mental y de equilibrio psquico va a depender de cmo el yo ha podidotransitarprimeroporlaposicinesquizoparanoide,consusdefensasdeescisindel yo y de los objetos para, posterior y paulatinamente ir realizando la labor deintegracindelosaspectosescindidos,teniendoqueasumirelyoladolorosatareade hacerse cargo del dao que, en los momentos de odio, le caus al objeto. Laafliccin por el destino de los objetos, el cuidado y la tarea de reparacin van aconstituir los elementos fundamentales de la posicin depresiva. En sntesis, laformaymaneracomoelyohayapodidotransitarporcadaunadelasposiciones,vanamarcarasuvezlacapacidaddelindividuoparairenfrentandolassucesivasprdidasyelaborarlosconsiguientesduelosalolargodelavida.Lacapacidaddeamar, y el sentimiento de gratitudse conforma y nutre de la manera como elyohayapodidorealizarlosprimerosprocesosdeduelo,yesamarcaserlaimpronta,que seala lamayor omenor tendencia a superaro bloquearse ante las prdidasinevitablesdelavida.

    Bion,desdeunamismaconcepcinderelacionesobjetales,sealacmoelprocesomismodelpensamiento,supuestaenmarcha,dependedequeelnioseacapaz,previa labordereveriematerna,de aceptarquelaprdida/ausenciadelpecho, ha ocurrido, sin tener que sustituirlo por una presencia que le aliene. Elintentar conocer algo, implica un sentimiento doloroso que es inherente a laexperienciaemocionalmismadelconocimiento. Labasedelacapacidaddepensareslaaceptacin,elconocimiento,deunaausencia,yesoimplicadolor,duelo,perotambineliniciodelfuncionamientomental.

    Otro autor, Bow lby, al describir el proceso de duelo divide en tres losmomentosporlosquetranscurre.Alprimerolollamadeprotesta.Enestafase

  • elyotrataderecuperaralobjetoysequejadeloquesucedi.Porellosemuestrairritable, inquieto,decepcionado.Alasegunda fasela llamade desesperacin,porquees ascomoelyose encuentracuandotoma concienciadelaprdidaa lavez que se siente desorientado y desorganizado, ambas fases con frecuencia sealternan. Por ltimo, en la tercera fase, de desapego, el yo se pone distantehasta que, una vez superada esta fase, se vuelven a poner en funcionamientounidades de informacin que invitan al desarrollo y a la creacin de un nuevosistemainteraccional.AadeBowlbyqueencadaunadeestasfaseselnioincurrefcilmente en rabietas y episodios de comportamiento destructivo, que confrecuenciasondeunainquietanteviolencia.Elcreequelasecuenciaderespuestas,protesta, desesperacin y despego, resulta con diversas variantes, caractersticasdetodasformasdeduelo.

    ElDueloenlaAdolescencia

    LaprimerareferenciaalarelacinentreelpapelquelaafliccincumpleenlaadolescenciaeslaquerealizaNathanRoot,en1957,ligadoaldesprendimientoafectivo de sus padres y a la orientacin hacia nuevos objetos. En 1958, AnnaFreud en su trabajo sobre adolescencia relaciona las dificultades del trabajoteraputicoconadolescentesalasdeaquellosqueestnendueloohansufridounaprdida amorosa reciente, resaltando lo que en comn tienen emocional ycomportamentalmente estos estados. Dice as: Eladolescente est empeado enunluchaemocionaldeextremadaurgenciaeinmediatez.Sulibidoestapuntodedesligarse de los padrespara catectizar nuevos objetos. Son inevitableseldueloporlosobjetosdelpasadoylosamorosafortunadosodesafortunados.

    E. Jacobson, se pregunta por qu razn tantos adolescentes padecenrecurrentes estadosdolorosos de depresiny desesperanza,que implican nosoloserios conflictos de culpa sino tambin enojosos sentimientos de vergenza y depropia desconfianza hasta el punto de convertirse en preocupacioneshipocondracas y miedos paranoides y agrega como la adolescencia es el periodoentrelatristedespedidadelainfanciayungradual,ansiosoyesperanzadopasajedebarrerasatravsdelcaminoquepermitelaentradaaltodavadesconocidopasde la adultez. El adolescente, dice, no slo debe liberarse de las ataduras quefueron tan importantes durante la infancia debe tambin renunciar a susanteriores metas y placeres ms rpidamente que en cualquier otro periodo deldesarrollo.

    P eter Blos subraya el papel de dos temas dominantes en la transicinadolescente que corresponde a larevivenciaedpica positiva y ladesconexinconlosprimerosobjetosde amor, considerandoquea estos se correspondendosestadosafectivosfundamentales, el dueloyelenamoramiento.Blossealaporuna parte el afecto que sigue al desligamiento de las representaciones parentalesinfantiles,consucorrelatodedueloporlaprdida, ala vezque enfatiza eljbiloporsentirseindependientementedesuprogenitoresinteriorizados.Tambinestnpresenteslosestadosdeexaltacin,egolatrayensimismamiento,porlainundacinlibidinaldelselfysureconexinconnuevosobjetoslibidinales.

    A Aberastury y M. Knobel se han detenido ampliamente en describir elproceso de duelo durante la adolescencia, en lo que ellos llaman sndromenormal de laadolescencia, dando por entendido queesposibleencontrar andentrodelascaractersticasdelopatolgico,rasgosque,porlofrecuentespuedeny deben, ser normales. Siguiendo las ideas de Aberastury podemos decir que eladolescenterealizatresduelosfundamentales:

  • a) El duelo por el cuerpo infantil perdido, base biolgica de laadolescencia,quese imponealindividuoquenopocasvecestienequesentir cambios como algo externo frente a lo cual se encuentra comoespectadorimpotentedeloqueocurreensupropioorganismo.

    b) El duelo por el rol y la identidad infantiles, que lo obliga a unarenunciadeladependenciayaunaaceptacinderesponsabilidadesquemuchasvecesdesconoce.

    c) Elduelo por lospadresdela infancia a losquepersistentementetrataderetener ensupersonalidadbuscandoelrefugioylaproteccinqueellossignifican,situacinquesevecomplicadaporlapropiaactitudde los padres, que tambin tienen que aceptar su envejecimiento. Seune a estos duelos el duelo por la bisexualidad infantil tambinperdida. Ms adelante seala cmo toda elaboracin de duelo exigetiempo para ser una verdadera elaboracin y no tomar lascaractersticas de una negacin manaca, que la emparentara en supatologaconlapsicopata.

    La prdida quedebe aceptar el adolescente por elcuerpo es doble, porunladoladesucuerpodeniocuandoloscaracteressexualessecundarioloponenantelaevidenciadesunuevostatusyporotrolaaparicindelamenstruacinenla nia y del semen en el varn, que les imponen el testimonio de la definicinsexualydelrolquetendrnqueasumir,nosoloenlauninsexualconlaparejasinoenlaprocreacin.Estoexigeelabandonodelafantasadedoblesexoimplcitaentodoserhumanocomoconsecuenciadesubisexualidadbsica.

    Aberasturyenlazaesteprocesoconelqueocurrienlasegundamitaddelprimer ao cuando el nio descubre sus genitales y busca simblicamente en losobjetos del mundo exterior la parte faltante. Tambin considera que la actividadmasturbatoria, a veces compulsiva tiene como objeto no solo la descarga detensiones, sinotambinladenegaromnipotentementeque sedisponedeunsolosexoyqueparalauninsenecesitadelaotraparte.

    Fernndez Monjan trabaja sobre la especificidad del duelo adolescente,quenoesunduelopuroquesupongasolounaprdidayunnuevovnculoobjetal.Durante la adolescencia la prdida coexiste con un renacer y se observa quejuntoaldesplazamientonarcisistadelalibidoylaidentificacinconlabondaddelobjeto,serealizaunprocesodedesarrollo,queeslatransformacindelosmismosobjetos en nuevas configuraciones. En este duelo especial se complementa lavisin de prdida que tiene todo cambio con la visin de descubrimiento ydesarrollo que lleva implcito. Son tres procesos simultneos, prdida, logro ydescubrimiento.

    Relaciona luego el proceso de duelo con las tres etapas de laadolescencia. Durante la pubertad el duelo se centra en el cuerpo, afectandoespecialmente alyocorporal,queviveladobleprdidadesu cuerpoinfantilydelaspartesdelyoligadas aaquelcuerpoyqueconstituanelesquemacorporal.Elcuerpo fsico es vivido como un objeto extrao y cambiante para el yo. Cuestaasimilarlo al esquema corporal. Adems se realiza otro duelo, en relacin con elcuerpo adulto idealizado que se esperaba tener y que la realidad confirma comodistinto a lo esperado. (En este sentido ya hemos relatado en otro lugar eldesconciertoydesencanto,lacarade estupor,conlaquereaccionunajovencitade15aos,deestaturabajaydeformasredondeadas,queaspirabaasermodelodepasarela,cuandocontemplamoslaposibilidaddequenosefueranacumplirsusexpectativasdecambiofsicopara adaptarse aesecanonesttico).Haypuesdos

  • prdidas, la del cuerpo fsico y la del esquema corporal entendida como nuestraimagen interna del cuerpo fsico. Durante esta primera etapa, en la pubertad,primanlasansiedadespersecutorias y sehace necesario controlarlas. Tambinpuedenaparecer equivalentesdepresivosque expresanperturbacionesdeltrabajodeduelo:problemasdepiel,obesidad,cefaleas,trastornosgastrointestinales,etc.Cuando la angustia se hace muy intensa y nose puede controlar lo ms temido,que es la falta de lmites, aparece como su expresinms pattica elmiedoa lamuerteyaladespersonalizacin.EnlapubertadprimaelperiododeprotestadescritoporBow lbyensudescripcindelduelo.

    Durante la etapa media el duelo se centra ms en el Yo psicolgico,entendiendo por tal las identificaciones y la funcinimaginativa ypensante. Enesteperiodoseentraenlafasededesesperacin,surgidaantelapercepcinmstotaldeloperdidoydeloadquirido,anteelvacodejadoporlasprdidasobjetalesydepartesdelyo.Esmsfrecuenteeldesarrollodelaambivalenciaconintentosde integracin, asuncin progresiva de la culpa y ante la negacin maniaca de loperdidopuberal,sedesarrollaelsentimientodepena.

    La ltima etapa adolescente coincide con la tercera etapa del duelo: eldesplazamiento hacia nuevos objetos diferentes a los de la infancia. Hay unaeleccinmslibredelasrelacionesconlosobjetosexternosysuponeel logrodeunaidentidadbsicaque capacita alsujetopara estarsolo,imprescindibleparaellogrodelaidentidad.

    F.Mounjanafirmaqueexisteunacoincidenciaentrelostresmomentosdedueloylostresperiodosadolescentes:Enlapubertadprivaelretirodelobjeto,en la mediana adolescencia predominan las tendencias narcissiticas, laidealizacin yoica, las ilusiones y la participacin en identidades grupales. En elfinal de la adolescencia encontramos la vuelta al objeto externo. Cuando lasdificultadesno permiten que se resuelva elduelo,aparecen como indicadoresdelmismo el resentimiento, sobre todo en la protesta puberal, el miedo, comocorrelato de la desesperacin adolescente, o el triunfo manaco, con elpensamiento omnipotente, las idealizaciones grupales, pseudoidentidades yvnculos de orden narcisista. Estos aspectos son los que pueden ponernos sobreavisodeundesenlacedepresivo.

    P ieraAulagniersubrayalasangustiasydificultadesqueeladolescentehade padecer para transitar por este periodo y realizar el pasaje de un yoidealizado,deunyoqueunocreeyatener,enbeneficiodelosideales,deloqueuno espera que el yo podr llegar a ser. Es por este motivo que el joven oscilaentredosposiciones,entreelprincipiodepermanenciayelprincipiodecambio.Por un lado necesita de la permanencia de la matriz relacional que se haconstituido en los primeros aos de la vida y que es depositaria y garante de lasingularidaddeldeseodelyo.Estamatrizrelacionalsemanifiestacomoelselloquemarca cada uno de la elecciones relacionales posteriores. El principio de cambiosealalasdistintasposicionesidentificatoriasalasquepuedeaccederelyosiemprecompatibles con esa matriz, lo que abre el acceso a un abanico de elecciones enrelacinasusmetas,suspensamientosysusvnculosconlosotros,consigomismoyconsucuerpo.Enlamedidaquehayuncambioestosignificaunaprdidayuntrabajo de duelo que supone un proceso de elaboracin y de simbolizacin, dereorganizacin narcisista y reformulacin del proceso identificatorio del yo, delsuperyoydelidealdelyolocualtraecomoconsecuenciaunanueva eleccindeobjetosquenoesmerodesplazamientodelasfigurasparentales.

  • Elaborar las representaciones tanto de s mismo como de sus relacionesobjetales por parte del yo adolescente, para poder ligar el afecto a nuevasrepresentaciones (realizar ese trabajo de duelo) requiere como condicin, haberconquistadociertasposicionesestablesenlaorganizacindelespacioidentificatorioque, a su vez, ser condicin para guardar un memorizable afectivo de lahistoriainfantil,quegarantizaeltrabajodela represin.Ellohacepatentequeelduelo es la condicin de la memoria. En la presencia no existe apenasrepresentacinpsquica.Sebuscalagarantadelapresencia,cuandonosedisponedeunainscripcindelaausencia,esdecir,cuandonosehaadquiridolacapacidadparaestarasolas(Winnicott)odepensarelobjetoausente(Bion).Entoncesnosepuedetolerarlaseparacinylaprdida,ynoesposiblerealizarelalejamientodelospadrescomoobjetosinternosyexternos.

    Frentealcambio,tambinesnecesarialapermanencia.Paraqueeldueloporlaseparacindelospadrespuedallevarseacabo,paraquelaheridanarcisistaquetodoestoimplicanoimpidaunanuevareorganizacinnarcisistayparaqueelcompromiso con la realidad sea posible, es imprescindible la nocin depermanencia, de puntos de referencia simblicos, de un ncleo estable en elprocesoidentificatorio.Yenlamedidaenqueestencleoestableestconsolidado,la parte imaginaria del proceso identificatorio podr tener la movilidad necesariapara que otros objetos y espacios puedan ser investidos por el yo sin poner enpeligrosuspropiosreferentessimblicos.LosgrandesejesquesustentanelEdipo,la diferencia de sexos como condicin de alteridad, la prohibicin frente aldeseoyladiferenciageneracionalaseguranqueelEdipoesyahistoriaparaeljovenquehasuperadoeldueloadolescente.

    Ladame, citado por Philippe Jeammet dice no hay adolescencia normalsindepresin,omejordicho,sinmomentosdepresivos,ligadosa sentimientosdeprdida,sinque,noobstante, se tratede enfermedaddepresiva.Sinembargo eltrminodueloleparece aP.Jeammetmsdiscutibleysu ambigedadle invita aprofundizarsobre losprocesos dinmicosafectadosen este movimiento depresivonormal del adolescente. La renuncia, condicin indispensable del proceso deduelo,noestaseguradaeneladolescente,esms,consideraquenoescapazdehacerlo.Pararenunciar,dice,esprecisodisponerdepuntosdeapoyoydeobjetosde investimiento suficientemente establecidos. El adolescente no dispone todavade estos recursos. En la mayora de los casos no ha asegurado ni susinvestimientosprofesionalesnilosmediospararegularenformaverdaderamenteautnomalaestimadesmismoysuspropiasfuentesdeplacer,mientrasquesusactividadessublimatoriassonaunconflictivasydbiles.

    Porotra parte un duelo real a esta edad es muy difcil de elaborar (como lodemuestran los trabajos de otros autores F. Moujan que describen casos deprdidasdepadres en laadolescenciayquetras infructuososaos 1215enocasiones de tratamiento apenas pueden reestablecer sus vnculos y superar ladepresin).

    Los movimientos depresivos del adolescente aparecern como el resultadode un rechazo de una realidad decepcionante y un repliegue sobre posicionesfantasmticasinfantiles,msqueconunarenunciayunabandonodelosvnculosinfantiles.Msqueuna vivenciadeprdida, lareaccindepresivaestara ligada auna desilusin que, al ser masiva y brutal, puede provocar una amenaza deprdidaqueafectaalavezalaintegridadnarcisistayalosvnculosobjetales.Estareaccin de la depresin normal del adolescente est ms prxima a lataciturnidad,alreplieguedefensivoenelque,traselrechazomalhumoradodelobjeto, se adivina, ms o menos fcilmente, la vida espera de su presencia. Larenuncia a los objetos parentales es tan poco manifiesta, que se perfila siempre,tras la amenaza de prdida, la del retorno masivo, igualmente angustioso, del

  • objeto. De ah la dificultad de encontrar la buena distancia relacional deladolescente, que espera ser adivinado y comprendido sin tener que pasar por lahumillacin de tener que expresar una demanda, pero teme de igual manera serdesposedodesucontrol.Enestesentido,ladescripcinquehaceJeammetdelaangustia del adolescente, en su deseo/ temor de abandonar a los padres de lainfancia, es similar a la descrita por A. Green para referirse a los pacientesfronterizosconsustemoresbsicos,elparangustiadeseparacinangustiadeintrusin,yquizsseaporpresentarestosrasgossimilaresentreadolescentesy pacientes fronterizos, lo quehaceque el abordaje teraputico de ambos tengaunasciertassimilitudes.

    Losadolescente sevenobligadosporesoarecurriraunadistanciafsicaconsiderablerespectoasuspadres,cuandonoconsiguenestablecerunadistanciapsquica simblica con unos padres que resultan demasiado excitantes. Y si ladistancianoseproduce,eltemoralaatraccinsetransformaenrechazoagresivo,conreaccionesdeasco,denigracinydesvalorizacin.

    DUELO,ADOLESCENCIAYCULTURA

    Pareceparatodosclaroyconstatadoquelaadolescenciaesunperiodocrucialen lavidadelindividuo.Esobvioquesuponeunacrisis,quecomotodacrisisesrevulsivayconllevaprdidasylogros,queestasprdidassevivenciancondolor,yquelaafliccinesunodelossentimientosqueinundanaljoven.Ahorabien,nospreguntamos,tienequesersiempreas?,porquestandramticoavecesestetrnsito?, cmo podemos encarar y entender este proceso?, qu otrasalternativasexisten?,culeslaespecificidad,silatiene,deldueloadolescente?

    Quisiera citarles un fragmento del sermn de Benars pronunciado porBuda y que he obtenido del interesante libro, dedicado a la elaboracin de losduelosde I.Caruso,Laseparacindelosamantes.Dice as:Qu es,pues,elsufrimiento? Nacimiento es sufrimiento, vejez es sufrimiento, enfermedad essufrimiento, muerte es sufrimiento, estar unido a alguien en el desamor essufrimiento,nolograrloquesedeseayaspiratambinestoessufrimiento.

    Vivir implica pasar necesariamente por una sucesin de duelos. Elcrecimiento por s mismo, discurrir de una etapa a otra, involucra prdidas delogros,derelaciones,etc.,queimpactanalyocomoprocesosdeduelo.Cadaetapadelavida,comosealaErickson,hadepasarporunafasecrtica,deelecciny/orenuncia y supone una resolucin positiva o negativa de la misma. Tanto lainfancia,comolanieztemprana,laadolescencia,enlaedadadulta,enlamadurezy no digamos ya en la vejez, uno se va enfrentando a prdidas, a duelos es lamuerte real y/ o simblica de aquello que consideramos nuestras ms queridaspertenencias,nuestrosobjetosdeamoryfragmentosdenosotrosmismos.

    Quhaceque el duelo adolescente sea tandramtico y catico?, y tienequserinevitablementeas?EsdetodosconocidoslostrabajosdeMargaretMeadyotros autoresquenosenseancmoelperiodopuberaly laadolescenciaes enmuchas culturas un proceso que no supone un cataclismo emocional y que losjvenes, una vez superado el rito iniciatico, presente en otras culturas, sonintegradosenlasociedaddelosadultos.Adolescencianoesequiparableatensiny conmocin sino que depende de las condiciones culturales por las que estdeterminantementeinfluida.

    En otro trabajo en el que estudibamos la influencia de los factoressocioculturalesyfamiliaresenlaconstitucinycambiodeladolescente,partiamosdelatesisdeconsiderarquedesde elproyectoinicialdelnioenlamentedelos

  • padres,hastaqueestecristalizaenunadulto,elresultadonoslodependedesuhistoria,sinotambindelahistoriade suspadres,ydelospadresdesuspadresque le inscribieron en una cultura, dentro de una sociedad y proviniendo de unafamilia.Actualmentesonnumerososlosautores,sobretodoennuestropasvecino,Francia, que estudian cmo el mensaje inconsciente es transmitidode generacinen generacin,en lo que algunos autores llama telescopaje entre generaciones,que hace resucitar, al cabo de dos o tres generaciones, situaciones o actitudesquehanquedadoplasmadasenelinconscientedel individuo,transmitidasdeunamaneranoverbaleinconscienteyqueexplicarandeterminadosrasgosdecarcterquesalenalaluzdespusdedcadas,enotrageneracin.

    Estamosde acuerdoconP.Blos(1967)cuandoconsideraquelaregresinadolescente rara vez constituye un proceso intrapsquico solamente. Para que eljoven pueda elaborar y aceptar los cambios, renunciar a sus objetos, elaborar elduelo, es necesario que el entorno se lo permita. Para que los adolescentes sedesidentifiquen de sus modelos anteriores y desalojen a sus padres del lugaromnipotente que ocupaban (T. Olmos), se necesitan padres que se dejensustituir,omatar(conpalabrasdeWinnicott).

    Nuestrasociedadactualpresentacaractersticasquemodulanycondicionanla evolucin y duelo del adolescente: la edad en la que tiene lugar la pubertadbiolgica se ha adelantado y sin embargo el tiempo requerido en preparar aladolescenteparasuingresoenlaadultezysuindependencia,seprolonga.Yanoesnecesario que el joven se autoimponga una moratoria, al decir de Erickson,conelobjetodediferirsuentradaenlaedadadulta.Lasociedad,nuestracultura,seloimpone,ypermanecemstiempodeldeseado,enunaadolescenciaforzada,encasadesuspadres.Padresqueasuvezsehaniniciadoenlapaternidadaedadmuy tarda. Cada vez es ms frecuente que se retrase la edad de tener hijos, yadems que ese sea el nico hijo de una familia que ha pasado largos aosformndose,preparndoseyposponiendolapaternidad.Tambinsoncadavezmsfrecuentes las familias monoparentales, las mujeres que voluntaria oinvoluntariamente son el nico progenitor visible, y que no cuentan en muchoscasosconuncontrapesoquesirvadesoporteparaintegrarlosaspectosescindidosde la relacin. Vemos que muchas familias se estructuran alrededor de ese nicohijo,prncipeoprincesanuncadestronado,dondelaproyeccindelnarcisismodelospadressehacentrado,tantomsporlalargaesperaylaexclusividad.Essobreestechicosobreelquesehandepositadotodaslasexigenciasylasnecesidadesdelos padres, que si bien todo lo dan (se sobreentiende que todo es todo lomaterial)tambintodoloreclaman.F.Dolt,dice,irnicamente,cmolospadresesperanquesushijosseansiemprelosquemejoresresultadosobtenganentodolocualestotalmenteimposible!

    Alduelodeladolescenteporsusimgenesidealizadas,aldesengaodelosjvenesporsuspadres a losqueenmuchasocasionesdesprecianocompadecen,seoponeeldueloasuvezdelospadresquesevenenfrentadosatravsdelhijo,estavezyasiendosupropioportavoz,asupropiamadurez.

    Jaquesllegainclusoadecirquelaelaboracindeldueloadolescenteesmstarda,hacalacuarentena,cuandosedalacrisisdelamadurez.Alacrisisdelaadolescencia,correspondeenlospadreslacrisisdelamadurez,quenecesita,estavezs,unverdaderoduelo,alenfrentarse,sinmsmoratoria,conlarealidadyconladistanciaentresusrealizacionesylosideales.

    Tenemos pues por un lado un joven que va declinando paulatinamente ladependenciaquetenaconsuspadres,ylanecesidaddeellos,retirandopartedelsoporte narcisista que ambos se suministraban. A esto se aade la tambin

  • paulatina homologacin del hijo con sus padres. El hijo est disfrutando de suesplendor fsico, de su vigor y potencia mxima, con sus rasgos de vitalidadexultante, en comparacin con los padres que se empiezan a encontrar consntomas de vejez. Y ello bajo la perspectiva de nuestra sociedad que premia ybuscalajuvenalizacinentodoslosrdenesyestamentos,ydondesermayoresequiparableasedecadente,viejo,pasadodemoda,enmuchoscasosjubiladoyporlotantoinservible.Ademslamadurezdelospadresllevaaparejadalavejezymuertedelageneracinqueleantecede,dndoleunnuevosignificadoasupropiavida, a su propia adolescencia, en relacin con sus hijos, tambin en su propiaposicincomohijo,ensulugarenlacadenageneracionalyensupropiavejez ymuerte.

    Cuandosobreelhijosehanvolcadounasexpectativaseilusionesexcesivas,cuando con l se han establecido lazos narcisisticos o simbiticos muy intensos,romper con esas expectativas, permitir y aceptar que el hijo construya su propiahistoria,muchasvecesaespaldasoencontradelospadres,sehacemuydifcil,oinclusoimposible.Yesentoncescuandoeldueloadolescenteesta,vezsdeljovenadolescente, es una tarea en ese momento destinada al fracaso. El resultado deeste fracaso lo encontramos en la clnica, con manifestaciones claramentedepresivasocondefensascontraellaenformademanaopsicopata.

    Laadolescenciaesunperiodocrticoeneldesarrollodelserhumanoycomotoda etapa crtica lleva aparejada turbulencia, desasosiego, cambio, prdidas queson vividas con angustias y afliccin. Tambin es un tiempo de renovacin, deadquisicionesinternasdentrodelaparatopsquico,yexternas, enelcuerpo,enellugar dentro de la familia, de la sociedad. Las adquisiciones son experimentadasconalegrayjbilo,aveces exultanteynoporellomanaco.Quierodecirqueenmuchasocasionessepatologizaloquesonprocesosnormalesysaludables,aunqueincmodos para los adultos que rodean al joven. Y este proceso, como antessealbamos,noessolointrapsquico,sinotambininterpersonalysociocultural.ComosealaP hilipRothensultimaobra,precisamenteunareflexinsobreelcambio generacional, hasta hace unos aos haba una manera preconcebida deserviejoyotradeserjoven.Yanoprevalece.

    Cuando sobre el muchacho se han proyectado los ideales paternos noconseguidos, cuando el grado de exigencias es excesivo, y lo que se premia yreconocenoeselesfuerzo,sinoeltriunfo(ysipuedeserencincomeses,muchomejor). Cuando hay una tal exaltacin de la juventud que los padres estncompitiendoconsuspropioshijospararesultaryparecer igualdejvenes,conloquelaleygeneracionalsedisipa,nosencontramosconmuchachosasustadosantetodoloqueseesperadeellos,conunsentimientodeinsuficienciaydevaco,eincapaces de afrontarlo. Tampoco se les ha preparado para ir aceptando, lassucesivascastracionesporlasquenormalmenteunosevaaceptandoyadecuandocapacidades con realizaciones. La huida se impone como defensa frente a lainsuficienciaylavacuidad.Entoncessinosencontramosconlacristalizacindelapatologaenformadedepresinodedefensafrenteaella.

    Quisiera acabar esta exposicin con unas palabras de L. Horstein quecondensan mis propias reflexiones: La depresin ha pasado a ser, a finales delsigloXXnuestroprincipal malestar ntimo.Al hombre de la modernidad Kohut lellamaHombreCulpable.Eraunacriaturadesgarradaporlosconflictos,exhaustaporlatensinentreloquesepermiteyloqueseprohibe.Perosilaneurosiseseldramadelaculpabilidad,ladepresineslatragediadelainsuficiencia.ElHombreTrgico est desgarrado por una compulsa entre lo posible y lo imposible.Todava hay tragedias en el siglo XXI. La depresin es el mediador entre elhombre conflictual, acechado por la neurosis, y el hombre fusional,aparentemente light, adicto a sensaciones para superar una tristeza o una

  • intranquilidadpermanenteLaDepresineslapantalladelhombresingua,eslacontrapartida del despliegue de su energa. La depresin es la patologa de latemporalidad(nohayfuturoparal)ydelamotivacin(lnotienefuerzas).

    Delosadultosquerodeanalosadolescentes,es laresponsabilidad,yparanosotrosaquyahora,enesteencuentro,eselretodeproporcionaralosjvenesesperanza en un futuro asequible para ellos y fuerza suficiente para realizar elesfuerzoqueesnecesario.

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