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Dr. Ricardo Xicoténcatl García Cauzor Dra. Elba Rosa Gómez Barajas Dr. José Manuel Ríos Ariza Mtra. Yadira Ortiz Olmos Dr. José Alejandro Juárez González

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Dr. Ricardo Xicoténcatl García Cauzor

Dra. Elba Rosa Gómez Barajas

Dr. José Manuel Ríos Ariza

Mtra. Yadira Ortiz Olmos

Dr. José Alejandro Juárez González

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El modelo de la Triple Hélice: estrategia de innovación educativa, en las relaciones de vinculación del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara, México

Autores:Dr. Ricardo Xicoténcatl García Cauzor

Dra. Elba Rosa Gómez BarajasDr. José Manuel Ríos ArizaMtra. Yadira Ortiz Olmos

Dr. José Alejandro Juárez González

Primera Edición, junio 2021

D.R. Universidad de Guadalajara 2021 Editado por el Centro Universitario del Sur Av. Enrique Arreola Silva No. 883, Colonia Centro Ciudad Guzmán, Jalisco, México C.P. 49000. http://www.cusur.udg.mx/es/

ISBN: en tramite

DIRECTORIO UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

Dr. Ricardo Villanueva LomelíRector General de la Universidad de Guadalajara

Dr. Héctor Raúl Solís GadeaVicerrector Ejecutivo de la Universidad de Guadalajara

Mtro. Guillermo Arturo Gómez MataSecretario General de la Universidad de Guadalajara

Dr. Jorge Galindo GarcíaRector del Centro Universitario del Sur

Dr. Andrés Valdez ZepedaSecretario académico del Centro Universitario del Sur

Mtro. Marco Tulio Daza RamírezSecretario administrativo del Centro Universitario del Sur

Dr. Víctor Daniel Aréchiga CabreraDirector de la División de Ciencias Exactas, Naturales y Tecnológicas del Centro Universitario del Sur

Impreso por: Prometeo Editores S.A. de C.V. C. Libertad 1457, Col. Americana C.P. 44160, Guadalajara, Jalisco

Ilustración de Portada: Ricardo Xicotencatl Garcia Cauzor

Diseño de portada y diagramación: Javier Salazar / Prometeo Editores

Los contenidos de este libro fueron revisados y evaluadas por expertos en el área en un proceso de evalua-ción doble ciego.

Todos los derechos son reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su totalidad o parcia-lidad, en español o cualquier otro idioma, ni registrada en, transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, foto-químico, electrónico, magnético, electrooscopico, por fotocopia, o cualquier otro, inventado o por inventar, sin permiso expreso, previo y por escrito del autor.

Impreso y hecho en México

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En este libro presentamos una forma de colaboración entre la empresa, la sociedad y la Universidad, el modelo de Triple Hélice. Puede parecer que modelos como éste son idóneos para grandes urbes, con tejidos sociales fuertes, instituciones públicas que manejan recursos económicos rele-vantes, en las que se asientan grandes empresas, y en las puede haber nichos para que la generación de conocimiento se pueda concretar en productos o servicios.

La virtud de esta experiencia, que presentamos, es que se implementa en una ciudad mediana, lejos de los grandes focos económicos. En la publi-cación, aunque hay cifras y datos, como es obligatorio en una publicación destinada a la comunidad científica, la experiencia que se describe va más allá, porque debajo de ellos hay historias de universitarios comprometidos con la mejora de la ciudad y de la Región donde está ubicado su Centro Universitario.

En cada propuesta y acción van ideas, conocimiento, expectativas, aspira-ciones y sueños, parte de la vida de los actores que invirtieron su tiempo, energía y creatividad en cambiar y mejorar la realidad. Por tanto, es un libro que aflora experiencias y trabajo, dedicación, y éxitos que no estu-vieron exentos de dificultades. En las cifras aparecerán trabajadores de distintas profesiones, niños y niñas, adolescentes, empresarios que van desde el sector primario (agricultura, apicultura) hasta sectores de la eco-nomía digital, organizaciones sociales, administraciones públicas…, todos ellos son importantes para la Universidad.

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ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

2. ANTECEDENTES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

3. EL CONTEXTO LOCAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

4. EL MODELO DE VINCULACIÓN DE LA TRIPLE HÉLICE EN ZAPOTLÁN EL GRANDE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

4.1. Ruta procedimental para la construcción de la propuesta de vinculación de Triple Hélice de Zapotlán, realizada en 2010 . . 19

4.2. Características del Modelo de vinculación Triple Hélice desarrollado en 2010, para Zapotlán el Grande . . . . . . . . . . 20

4.3. Desarrollo del Ecosistema de I+D+i en el modelo de vinculación de Triple Hélice en Zapotlán el Grande . . . . . . . . . . . . . . . . 23

5. LA INVESTIGACIÓN Y VINCULACIÓN EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

5.1. La sociedad del conocimiento y la información . . . . . . . . . . . 295.2. Las universidades en la sociedad del conocimiento y la

información: el aprovechamiento de las TIC . . . . . . . . . . . . 345.3. La economía basada en el conocimiento . . . . . . . . . . . . . . 445.4. Ciencia, tecnología e innovación en México . . . . . . . . . . . . . 48

6. PRINCIPALES APORTES TEÓRICOS A LOS MODELOS DE VINCULACIÓN, INVESTIGACIÓN, DESARROLLO E INNOVACIÓN (I+D+i) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

6.1. Teoría de la Triple Hélice de Etzkowitz . . . . . . . . . . . . . . . . 516.2. Modelo de Leydesdorff . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 536.3. Teoría de la Transferencia de Conocimientos . . . . . . . . . . . . 536.4. Teoría evolucionista e institucionalista en economía . . . . . . . 546.5. Teoría interinstitucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 546.6. Teoría del empresario de Kirzner . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 556.7. Teoría de la incubadora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 566.8. Teoría del Desarrollo Económico de Weber . . . . . . . . . . . . . 576.9. Aportaciones de Meyer y de Carvalho . . . . . . . . . . . . . . . . 57

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7. LA INNOVACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60

7.1. Innovación educativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 637.2. Innovación regional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 677.3. Innovación abierta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 677.4. La innovación desde el capital humano . . . . . . . . . . . . . . . 707.5. La innovación en la Universidad moderna . . . . . . . . . . . . . . 727.6. La innovación en la producción de bienes y servicios . . . . . . . 777.7. La innovación en las empresas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85

8. EL MODELO DE LA TRIPLE HÉLICE EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92

8.1. El modelo de Triple Hélice universidad-empresa-gobierno . . . 928.2. Concepto y surgimiento del modelo de Triple Hélice . . . . . . . 928.3. Las relaciones interinstitucionales en el modelo Triple Hélice . . 988.4. La relación universidad-empresa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1018.5. Implicaciones de la Triple Hélice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1068.6. El desarrollo regional y la Triple Hélice . . . . . . . . . . . . . . . . 1088.7. El debate en torno al modelo Triple Hélice . . . . . . . . . . . . . 1118.8 El impacto de los modelos de vinculación de Triple Hélice . . . . 113

9. PROCESO METODOLÓGICO PARA RECUPERAR LA EXPERIENCIA DEL CUSUR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126

9.1. Enfoque del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1299.2. Tipo de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1309.3. Estructura del abordaje metodológico . . . . . . . . . . . . . . . . 1309.4. Etapas del proceso de recogida de datos . . . . . . . . . . . . . . 132

9.4.1. Primera etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1329.4.2. Segunda etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1339.4.3. Tercera etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133

10. RESULTADOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138

10.1 Primera etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138

10.1.1. Centros de investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13810.1.2. Cuerpos académicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13910.1.3. Ficha básica de información científica y tecnológica del

CUSur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

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10.1.4. Análisis de los Centros de Investigación del CUSur . . . 16010.1.5. Las redes de vinculación entre las unidades académicas

del CUSur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165

10.2. Segunda etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178

10.2.1. Incubadora de Ideas y Proyectos . . . . . . . . . . . . . . 17910.2.2. Consultorías Universitarias . . . . . . . . . . . . . . . . . 18010.2.3. Programas de estudiantes en trabajo colaborativo

(ENACTUS) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18210.2.4. Feria de la Ciencia y la Tecnología (FECyT) . . . . . . . . 18510.2.5. Unidad de Educación Continua . . . . . . . . . . . . . . . 186

10.3. Tercera etapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188

10.3.1. Proceso para obtención de información para medir el impacto de la Triple Hélice a partir de un sistema de indicadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188

10.3.2. Instrumento con indicadores para evaluar el impacto de la TH al interior del trabajo académico del CUSur . . . 189

10.3.3. Análisis e interpretación de la información obtenida con el instrumento de indicadores . . . . . . . . . . . . . . 191

11. CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194

12. REFERENCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198

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PRÓLOGO

La dimensión social de la creación y la aplicación del conocimiento ha quedado resaltada por la crisis del Covid19. La Universidad como lugar de producción del conocimiento nunca debió alejarse de la sociedad y de sus responsabilidades so-ciales, porque el conocimiento surge de la mente colectiva que producen las sociedades humanas. No obstante, durante un tiempo se minimizó esa relación universidad-sociedad, y fruto de ello las propuestas académicas de formación su-perior, que proponían las universidades, se fue distanciando de las competencias que iban a necesitar los egresados para su vida laboral y participación social.

Esa separación, durante décadas, se ha ido reduciendo, no obstante aún per-sisten resistencias en la Universidad fruto de una mentalidad elitista y de sen-timiento de superioridad de una parte de la Academia Universitaria. Conviene recordar algunos datos, la Humanidad fue capaz de dividir, organizar y especiali-zar el trabajo para mejorar la vida de las personas; consiguió formar sociedades cada vez más complejas y crear ciudades (polis), y organizaciones superiores que aglutinaban diversas ciudades y territorios, organizó la forma de gobierno de esas sociedades, ideó formas para favorecer los intercambios a través del comercio y la regulación de los mismos, la actividad comercial dio lugar a naci-miento de empresas… Todos estos cambios produjeron, en general, avances y mejoras en la vida de las personas y conocimientos científicos, tecnológicos y arquitéctonicos, cuya aplicación en edificaciones e infraestructuras aún perdu-ran después de milenios.

La Universidad es una creación más de la sociedad y muy joven, respecto a las enumeradas con anterioridad, por tanto no tiene sentido ignorar las otras crea-ciones de la sociedad, ni cuestionarse si debe haber relación entre la Universidad y las empresas, el mercado, las formas de gobierno,… La pregunta que sí es lí-cita y necesaria hacerse es qué tipo de relaciones debe tener la Universidad con las otras creaciones sociales, y con las necesidades de la sociedad en general y de toda la ciudadanía (infancia, mayores, excluídos,…) Como la Universidad es generadora de conocimiento y éste es complejo, diverso, holístico, y está en permanente evolución; no hay una respuesta única para los distintos tipos de relaciones de la Universidad, habrá tantas como contextos, problemas, necesi-dades, culturas,… Lo que sí creo que es básico es que esa relación debe ser de

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prólogo

el modelo de la triple hélice

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servicio a la sociedad (a ella nos debemos) pero no de sumisión. La creación de conocimiento y la formación superior de la ciudadanía debe ser independiente de intereses políticos sectáricos e intereses comerciales monopolísticos, pero esa independencia no significa aislamiento, e ignorar los sistemas políticios, el comercio, las demanadas profesionales,… sino colaboración con las distintas manifestaciones sociales, desde la expertiz, la innovación, la creación de conoci-miento, y con un espíritu crítico.

En este libro presentamos una forma de colaboración entre la empresa, la so-ciedad y la Universidad, el modelo de Triple Hélice. Puede parecer que modelos como éste son idóneos para grandes urbes, con tejidos sociales fuertes, insti-tuciones públicas que manejan recursos económicos relevantes, en las que se asientan grandes empresas, y en las puede haber nichos para que la generación de conocimiento se pueda concretar en productos o servicios. La virtud de esta experiencia, que presentamos, es que se implementa en una ciudad mediana, lejos de los grandes focos económicos. En la publicación aunque hay cifras y da-tos, como es obligatorio en una publicación destinada a la comunidad científica, la experiencia que se describe va más allá, porque debajo de ellos hay historias de universitarios comprometidos con la mejora de la ciudad y de la Región don-de está ubicado su Centro Universitario.

En cada propuesta y acción van ideas, conocimiento, expectativas, aspiracio-nes y sueños, parte de la vida de los actores que invirtieron su tiempo, energía y creatividad en cambiar y mejorar la realidad. Por tanto, es un libro que aflora experiencias y trabajo, dedicación, y éxitos que no estuvieron exentos de difi-cultades. En las cifras apareceran trabajadores de distintas profesiones, niños y niñas, adolescentes, empresarios que van desde el sector primario (agricul-tura, apicultura) hasta sectores de la economía digital, organizaciones sociales, administraciones públicas…, todos ellos son importantes para la Universidad.

Espero que la experiencia descrita sea de interés para los lectores.

Escribo este prólogo desde la Universidad de Málaga (España) contento por fortuna de haber podido colaborar con los otros coautores del libro, de haber conocido la experiencia de este Centro Universitario de la Universidad de Gua-dalajara y de haber vivido en Jalisco (México) durante cinco años.

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1. INTRODUCCIÓN

La presente publicación, surge por la necesidad de recuperar una interesante ex-periencia educativa desarrollada por una institución educativa pública de México, donde se describe de manera puntual su estrategia de vinculación con los dife-rentes actores y sectores sociales, productivos y gubernamentales de la Región Sur de Jalisco. Esta consistió en la implementación del modelo de la Triple Hélice, como una herramienta que posibilitó la creación de un ecosistema de investiga-ción, desarrollo e innovación (I+D+i) donde la Universidad, el Gobierno y la Em-presa, en la Región Sur de Jalisco, trabajan y colaboran de manera sistemática y permanente, en beneficio de las personas y las comunidades que habitan en ella.

Es importante destacar que esta experiencia recupera varios momentos, ac-ciones y estrategias: inicialmente el equipo de trabajo del Centro Universitario del Sur que se incorporó en el 2011, a la metodología de la Triple Hélice, para colaborar con el Gobierno Municipal de Zapotlán el Grande, integra su trabajo en la publicación “Metodología de colaboración Universidad-Empresa-Gobier-no local en Zapotlán el Grande” publicado por la editorial Puertabierta Editores; posteriormente, en el año 2016, a través de una tesis de grado de doctorado, se recupera el origen de la Triple Hélice en Zapotlán y se incorporan las principales evidencias académicas del impacto de ese vínculo de colaboración durante 5 años; finalmente la presente publicación, además de incorporar los elementos de los dos momentos históricos, antes señalados, da seguimiento y recupe-ra las acciones de vinculación de Triple Hélice del Centro Universitario del Sur, hasta el año 2019. A continuación, iniciamos la reflexión sobre esta experiencia colaborativa.

El mundo actual se mueve en el seno de la sociedad del conocimiento, de la información y del aprendizaje, una nueva configuración institucional para la pro-moción del desarrollo: la triada I+D+i (investigación, desarrollo e innovación), que plantea un paradigma innovador en la colaboración entre la universidad, la empresa y el gobierno.

El modelo de Triple Hélice (TH), semánticamente toma su nombre de una triple hélice de la biología, donde su forma expresa el dinamismo de las hélices. Se

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1. introducción

el modelo de la triple hélice

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refiere a las relaciones e interacciones mutuas entre las universidades, los go-biernos y las empresas, donde cada uno de ellos corresponde a una pala de la hélice; y de estas relaciones se desarrollan entornos científicos y conocimiento innovador que tienen impacto sobre los diferentes ámbitos de la sociedad.

El modelo de vinculación de TH desarrollado por el Centro Universitario del Sur (CUSur) de la Universidad de Guadalajara, México, se propuso como una plata-forma científica y tecnológica para enfrentar el reto del desarrollo de la Región Sur de Jalisco.

El objetivo de recuperar esta experiencia, fue el de mostrar el modelo de vin-culación de TH del CUSur como una innovación educativa con impacto en las funciones sustantivas de docencia, investigación, extensión y vinculación que realiza esta institución educativa en Jalisco.

Para lograr un acercamiento objetivo al modelo de vinculación de TH del CUSur, se emplearon técnicas e instrumentos que posibilitaron la indagación en todas aquellas instancias científicas responsables de la producción y transferencia de tecnología; en las unidades y programas académicos enfocados a cumplir con la extensión reconocida como la tercera función de la universidad, misma que integra como acciones fundamentales, a la vinculación y a la difusión del que-hacer universitario.

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2. ANTECEDENTES

La Universidad de Guadalajara es una institución educativa mexicana con más de 200 años de historia. Su quehacer educativo en el occidente del país es reconocido a nivel nacional e internacional por su calidad, pertinencia y res-ponsabilidad social.

La Universidad, vive un momento de cambio que se ha plasmado en su recién aprobado Plan de Desarrollo 2014-2030; en él se reconoce la necesidad de re-orientar las funciones sustantivas de la docencia, la investigación, la extensión y la vinculación para lograr un desarrollo armónico e integral que posibilite a la institución enfrentar los retos y desafíos que tiene la universidad pública en el siglo XXI, así como favorecer su reconocimiento como una institución educativa de clase mundial.

A partir de 1994, se integró en la Red Universitaria de Jalisco, la cual está actual-mente conformada por 15 centros universitarios, de los cuales seis se ubican en la zona metropolitana de Guadalajara y los restantes nueve se encuentran en las diversas regiones del estado de Jalisco.

Los centros universitarios regionales, desde su creación, fueron concebidos para ubicarse en una determinada región integrada por varios municipios, de forma tal que en la misión de cada centro se expresa la necesidad de dar cober-tura y apoyo a los municipios de su área de influencia; esta particular situación conlleva la necesidad de que los centros universitarios regionales sean pensa-dos como motores del desarrollo educativo, social, cultural y económico de las regiones donde están ubicados.

Se reconoce que una de las tareas fundamentales que realiza la Universidad, se expresa en los vínculos que establece con los diferentes sectores de la so-ciedad, mediante acciones que permiten la colaboración permanente y siste-mática de la institución educativa en los asuntos y problemas que preocupan a la comunidad.

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2. antecedentes

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El CUSur es un centro regional ubicado en la Región Sur del estado de Jalisco, su sede es Zapotlán el Grande y su área de influencia abarca 28 municipios de la Región Sur y Sureste del estado.

Su relación con esta importante cantidad de municipios ha sido un factor deci-sivo para generar acciones de vinculación con los diferentes sectores sociales, productivos y gubernamentales, lo que permite el desarrollo de actividades que contribuyen al beneficio y mejoramientos de la calidad de vida de los habitantes de esta región.

En 2010 se recibió la invitación del Ayuntamiento de Zapotlán el Grande para par-ticipar de un proyecto auspiciado por la UNE para el desarrollo de la metodología para explicar y operar el modelo de la TH como una herramienta técnica que per-mitiera la colaboración y el trabajo participativo del gobierno municipal, los em-presarios y la universidad (CUSur e Instituto Tecnológico de Ciudad Guzmán).

Como resultado de este esfuerzo de colaboración se generó (a través de inves-tigadores de las dos instituciones educativas) una metodología básica para la operación del modelo de la TH, la cual sirvió de marco para las diferentes ac-ciones de trabajo compartido que han realizado el gobierno municipal, los em-presarios y la universidad, generando una política institucional de trabajo que ha impactado los sectores relacionados con la economía, la salud, la cultura, la educación, entre otros. La metodología propuesta en el 2010 se ha publicado en dos ocasiones, y se ha compartido con otros centros universitarios de la Red, bajo la premisa que esta experiencia de innovación puede replicarse en otros lugares del estado.

Es necesario reconocer que el modelo TH, para el CUSur, ha servido como he-rramienta fundamental para el establecimiento de la política institucional en materia de extensión y vinculación con los municipios de su área de influencia. Es importante señalar, además, sus beneficios en los procesos de formación universitaria y en la producción y aplicación de conocimiento científico, ya que la apertura de nuevas acciones de colaboración y trabajo permiten la creación de espacios para el desarrollo de conocimientos y competencias en los estudiantes que participan en estos proyectos de colaboración.

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2. antecedentes

el modelo de la triple hélice

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De igual forma, los acuerdos para el desarrollo de las investigaciones solicitadas por los sectores empresariales involucrados han posibilitado que los centros y laboratorios de investigación involucren a más investigadores, profesores y estudiantes en las resoluciones de problemas concretos de su región, dándoles por una parte más identidad y, por la otra, generando un liderazgo de opinión del centro universitario en la sociedad que lo rodea.

Se plantea la necesidad de establecer un acercamiento al modelo de la TH que se ha empleado en las relaciones de vinculación del CUSur con el Gobierno Mu-nicipal de Zapotlán el Grande, los empresarios y la sociedad civil de la Región Sur de Jalisco, con la intención de recuperar las principales características y com-ponentes que lo han distinguido como una acción institucional de innovación educativa que permea no solamente acciones de investigación, extensión y vin-culación, sino que contribuye al desarrollo de los procesos educativos que se ofrecen en el CUSur.

El análisis del modelo de la TH desarrollado en el centro universitario posibilita la evaluación del impacto de esta metodología en diferentes ámbitos de la vida académica de la institución. Por lo general, los estudios relacionados con la me-dición del impacto de modelos de vinculación Universidad-Gobierno-Empresa privilegian los acercamientos a los resultados que, en materia económica, se producen y que son en esencia los resultados que más se buscan. Asimismo, existen numerosos estudios que analizan y evalúan el rol de cada uno de los actores de esta vinculación, con énfasis en los que revisan el papel de las em-presas y el gobierno para favorecer, impulsar e incluso frenar las relaciones de vinculación que se desarrollan bajo modelos como el de la TH.

De esta forma, es común encontrar estudios que se preocupan por reconocer el grado de satisfacción de los actores (gobierno, empresarios) que han parti-cipado en el modelo, así como otros que pretenden visualizar el nivel de par-ticipación de cada sector en el desarrollo de las actividades de colaboración establecidas, con objeto de determinar las áreas de oportunidad que tiene el modelo en cuestión y su incorporación en planeaciones futuras.

En este acercamiento reviste central importancia observar el desarrollo de la interface científica y tecnológica de la Universidad, para observar cómo la

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2. antecedentes

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academia tuvo un replanteamiento de su organización estructural y funcio-nal, producto de esta relación estratégica de colaboración interinstitucional. Por ello, además, se propone identificar algunas acciones académicas que se hayan generado en materia de producción de conocimiento y transferencia de tecnología como producto de esta innovación educativa; ejemplo de ello son la creación de espacios académicos como laboratorios, centros de investigación científica y tecnológica, centros de formación y capacitación especializada, la modificación de planes de estudios, robustecidos o bien redireccionados como resultado de la relación de trabajo colaborativo con entidades ajenas a la pro-pia institución educativa (gobierno y empresa).

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3. EL CONTEXTO LOCAL

Desde la Colonia, los pueblos de la provincia de Ávalos presentaban ya marcadas diferencias en cuanto a su conformación socioeconómica. Sayula y Zapotlán se constituían como los pueblos donde se comercializaban todos los productos que venían de las rancherías, tanto los provenientes de la leche (queso, crema, reque-són) como verduras, frutas, semillas y pulque (De la Peña, 1991; Macías, 2008).

No obstante, fue hasta finales del siglo XIX cuando sus diversas actividades económicas fueron definiendo al sur de Jalisco. La consolidación del territorio comercial se inició con la apertura de vías de comunicación por medio de las cuales se enviaban productos industriales o del campo a Guadalajara o a otros municipios también conectados. No obstante, las vías de comunicación no sola-mente abrieron brechas para el crecimiento socioeconómico, sino que trazaron una distinción entre los municipios que tenían acceso a estas vías y los que per-manecían aún alejados.

La apertura de la mercantilización propició que en el sur de Jalisco aumentara la demanda por algunos productos como el azúcar o la carne y entonces aumentó también la siembra y la cría de ganado propiciando un mercado cerrado a lo local, ya que solamente se mercantilizaba dentro del territorio del sur del estado. Cuan-do entraron al mercado otras posibilidades de mercantilización, el sur de Jalisco presentó una inestabilidad en el uso de suelo y la mano de obra (Macías, 2008).

Otros proyectos industriales de gran envergadura fueron la fábrica de papel La Constancia (propiedad del criollo José Vicente Gutiérrez), así como la Ferrería de Tula (propiedad de José Corcuera), ambas en la sierra de Tapalpa, además de al-gunas actividades industriales como la producción de jabón fino, cerillos, tejidos e hilados en Zapotlán el Grande, o sosa calcinada a mediana escala, loza vidriada y plantas de beneficio de raíz de zacatón en Sayula (De la Peña, 1977).

La consolidación de las empresas regionales motivó que a fines del siglo XIX se intensificara su capacidad de exportación a ciudades como Guadalajara y otros estados, principalmente del centro del país, que se afianzó por la construcción de nuevas vías de comunicación, aunque paradójicamente este hecho a su vez

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3. contexto local

el modelo de la triple hélice

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fue el factor más influyente para la caída de la autonomía regional, la posterior quiebra de muchas empresas y la decadencia económica que el sur de Jalisco mostró a partir del siglo XX, pues el ferrocarril Manzanillo-Guadalajara, cons-truido en los primeros años de ese siglo, permitió la importación de muchas mercancías gracias a la considerable disminución de los costos de transporte (De la Peña, 1977).

La llegada del capitalismo central transformó el sur de Jalisco por completo, provocando que ahora los mercados locales tuvieran que competir a nivel na-cional e internacional desarticulándose y adquiriendo un comportamiento que se acoplaba a las nuevas circunstancias. Como las empresas locales no pudie-ron adecuarse, aceptaron la llegada de proyectos a la región, de agroindustrias y otro tipo de empresas que desencajaban con lo que se venía haciendo durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX (Macías, 2008).

Las regiones del sur de Jalisco

Fuente: Recuperado de la Metodología de colaboración Universidad-Empresa-Gobierno de Zapotlán el Grande. Macias (2014).

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el modelo de la triple hélice 18

4. EL MODELO DE VINCULACIÓN DE LA TRIPLE HÉLICE EN ZAPOTLÁN EL GRANDE

A principios de 2009 la Unión Europea impulsó proyectos de vinculación con al-gunos países de Latinoamérica con la finalidad de fortalecer las diferentes áreas de desarrollo económico del continente, impulsados por el Ayuntamiento de Irún, la Junta de Castilla y León, el Gobierno Regional de Tacna, pertenecientes a España, así como Bidasoa activa/Bidasoa Bizirik, URB-AL, a partir del proyecto denominado “UNE: Estrategias de desarrollo local incluyentes y participativas”, proyecto con el que se vincularon en Latinoamérica con países como México, Chile, Honduras y Perú.

El proyecto UNE se vinculó a mediados de 2011 con el Ayuntamiento de Zapot-lán el Grande, Jalisco, municipio que representaría a México en dicho programa, por compartir características socioeconómicas y culturales con las regiones de Chile, Honduras y Perú. El Ayuntamiento de Zapotlán el Grande invitó a la Uni-versidad de Guadalajara y a otras instituciones educativas y empresariales a participar en una competencia interna para asignar a una entidad responsable para dirigir la investigación.

Se designó al CUSur como el espacio de nivel superior que sería encargado de desarrollar los proyectos que se generaran alrededor de las propuestas de la Unión Europea, debido a que era el centro universitario más cercano y relacio-nado con el ayuntamiento invitado a participar.

El CUSur ubicó como responsable de investigación y coordinación al Dr. Alejandro Macías Macías, director de la División de Ciencias, Artes y Humanidades. Ya que el proyecto tenía que ver con un modelo de vinculación, los responsables del Ayuntamiento de Zapotlán el Grande en este proyecto fueron el entonces alcalde, Lic. Anselmo Ábrica Chávez; el síndico, Lic. José de Jesús Núñez González, y el secretario general, Lic. José Luis Orozco Sánchez Aldana. El ayuntamiento designó al Lic. Víctor Hugo Preciado Rosales como el coordinador técnico del proyecto UNE en México.

El 01 de agosto de 2011 se firmó el convenio de colaboración entre la Univer-sidad de Guadalajara y el Ayuntamiento de Zapotlán el Grande. El proyecto que

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desarrollarían en Zapotlán se intitulaba “Diseño de la metodología de colabo-ración entre la Universidad-Empresa-Gobierno local para impulsar la investi-gación aplicada al desarrollo tecnológico en el campo empresarial en la realidad del municipio de Zapotlán el Grande, en el marco del proyecto UNE”.

La tarea inmediata sería generar una vinculación ahora con el sector empresa-rial y establecer los criterios de trabajo a corto, mediano y largo plazos.

La vinculación entre la labor académica de las instituciones de educación supe-rior, la económica de las entidades empresariales y la política de los gobiernos locales, hoy se vislumbra como una acción estratégica para transitar hacia el desarrollo socioeconómico territorial. Sin embargo, tradicionalmente en todo el mundo y en particular en México, la labor que la sociedad le ha conferido a las universidades ha sido la de generar y transmitir conocimientos. Por su parte, generalmente se observa desarticulada la investigación académica de su reali-dad, en tanto que los gobiernos intentan impulsar el desarrollo local.

El proyecto se impulsó desde la Unión Europea y estuvo orientado a generar una metodología para que los tres actores principales (Universidad-Gobierno-Em-presa) se vincularan adecuadamente y conformaran un equipo de colaboración autogestivo, multidisciplinario y autodirigido para que los resultados de estas en-tidades impactaran directamente en el desarrollo sustentable de la comunidad.

4.1. Ruta procedimental para la construcción de la propuesta de vinculación de Triple Hélice de Zapotlán, realizada en 2010

Para la elaboración de la propuesta de vinculación desarrollada en el 2011, se realizaron las siguientes actividades:

1. Se elaboró un estudio de las metodologías de la TH que se han aplicado nacional e internacionalmente.

2. Se realizó un diagnóstico sobre las condiciones que existen en materia de vinculación entre las instituciones de educación superior, el sector empre-sarial y el gobierno de Zapotlán el Grande, que contempló los siguientes elementos:

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3. Se diagnosticaron las condiciones de las instituciones educativas de nivel superior para cumplir con los requisitos necesarios que les permitían contar con una incubadora de empresas de base tecnológica.

4. Se analizó la situación del tejido empresarial del municipio en relación con la innovación y el uso de la tecnología.

5. Se revisó la vinculación que existía entre la empresa, gobierno local y uni-versidad.

6. Se localizaron las áreas en las que las instituciones de educación superior tenían mayor contacto con empresas.

7. Se recabó información de tipo cualitativo a través de la realización de gru-pos de enfoque. Estos grupos permitieron obtener información relevante en poco tiempo. Consistieron en la interlocución en una mesa de distintos actores representativos de los sectores empresarial, educativo y del go-bierno local.

8. Se realizaron entrevistas a líderes de opinión de los tres sectores utilizando como instrumento guías de preguntas. El análisis de la información se rea-lizó mediante la categorización de temas y subtemas.

9. Se recabaron datos estadísticos y documentales a partir de fuentes secun-darias y estudios publicados sobre el municipio.

10. La información recuperada se analizó mediante métodos multivariados para encontrar la correlación entre las variables propuestas y la participa-ción de aquellas con mayor influencia en la situación que prevalecía en ese entonces en el municipio.

4.2. Características del Modelo de vinculación Triple Hélice desarrollado en 2010, para Zapotlán el Grande

Las principales características del modelo de vinculación Universidad-Empre-sa-Gobierno de Zapotlán el Grande, conllevan una serie de elementos y en una

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extensa investigación documental relacionada con casos exitosos y en la aplica-ción de diversos instrumentos de medición.

Modelo de Colaboración Universidad-Empresa-Gobierno Local

Fuente: Recuperado de la Metodología de colaboración Universidad-Empresa-Gobierno de Zapotlán el Grande. Macias (2014).

El modelo contempló una temporalidad de 20 años, con actividades a desarro-llar a corto, mediano y largo plazos. Algunos puntos a destacar del modelo son los siguientes:

a) Se usó la existencia de un comité conformado por representantes líderes de los tres sectores sobre los que se realizaría la vinculación, es decir, las instituciones de educación superior, el sector empresarial y el gobierno lo-cal. Incluso se pretendió que también existieran representantes del Gobier-no del Estado de Jalisco.

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b) Para que la vinculación tuviera éxito se partió de la premisa de que se debe crear un entorno emprendedor e innovador. Por ello, varias de las acciones iban en el sentido de fomentar este tipo de cultura.

c) El modelo fue diseñado para crear y fortalecer empresas que, en el corto, mediano y largo plazos pudieran incursionar no sólo en el mercado local, sino también en el nacional y en el comercio exterior. La labor de este co-mité permitiría la articulación de todas las acciones que se impulsaran en la materia.

d) Aunque la vinculación contempló a todos los sectores económicos, incluido el sector público, esto no implicaba que se atendería en el corto plazo a todas las actividades, sino que sería prioritario impulsar el desarrollo de empresas en las áreas en que el municipio tuviera mayor vocación.

e) Existió la propuesta de impulsar la conformación de tres áreas fundamen-tales para consolidar la vinculación:

1. Creación de una incubadora de base tecnológica interinstitucional, en la que participaran el Ayuntamiento de Zapotlán el Grande, el CUSur de la Universidad de Guadalajara, el Instituto Tecnológico de Ciudad Guzmán (ITCG) y el Instituto Jalisciense de Tecnologías de la Información (IJALTI).

2. Creación de una Red de Centros de Negocios que aglutinara estos centros ubicados en las instituciones de educación superior (IES) y que funcionara como articulador en los procesos administrativos y econó-micos orientados a consolidar a las empresas locales.

3. Creación y/o incorporación de laboratorios de investigación aplicada que fortalecieran la vinculación del personal académico y de los estu-diantes de las instituciones de educación superior (IES) con el sector empresarial, impulsando con ello la competitividad local.

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4.3. Desarrollo del Ecosistema de I+D+i en el modelo de vinculación de Triple Hélice en Zapotlán el Grande

La metodología de colaboración del modelo de vinculación propuesta en 2010, implicó la gestación de un ecosistema que generara el ambiente propicio para las actividades innovadoras. En él estaban integrados diferentes ciclos y ac-tores, a fin de facilitar el movimiento proactivo, participativo e incluyente de los mismos, de tal manera que el trabajo interdisciplinario lograra alcanzar los objetivos deseados para la población objeto de estudio. El actor fundamental que propicia la cohesión, asistencia y apoyo a los demás integrantes sería el gobierno local como coordinador y facilitador.

Se puso de manifiesto la importancia de generar desde la infancia hasta la edad adulta una cultura emprendedora, es decir, que se construya desde etapas tem-pranas la importancia de desarrollar ideas que pueden ser sujetas a la creación de proyectos que en algún momento puedan ser incubados, sea una perspecti-va posible, no solamente para unos cuantos individuos, sino de colectividades, para que posteriormente se dé apertura a la creación de empresas que promue-van el bienestar colectivo. Al hablar de la generación de un ecosistema de em-prendurismo, no solamente se hizo alución a la formación de emprendedores, sino a la formación de un contexto en el que las personas no sólo participaran de la creación de proyectos, sino que apoyaran en su desarrollo.

Se estimó, en línea con el pensamiento de Pezzini (2016) que, además, el eco-sistema que se quería crear generaría

Mejores competencias y oportunidades de emprendimiento pueden empo-derar a la juventud para desarrollar actividades intensivas en conocimiento y transitar exitosamente el camino entre la escuela y el trabajo. Les ofrecerán además la capacidad de mejorar la productividad e impulsar el crecimiento en la región. Los países de América Latina deberán invertir en los jóvenes de fami-lias más desfavorecidas para que ese crecimiento sea inclusivo, para cerrar la brecha de educación y de oportunidades empresariales, mejorar las condicio-nes de empleo y, en última instancia, reducir la desigualdad de ingresos (p. 24).

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La gestación del ecosistema I+D+i comprendió dos fases: en la primera, se bus-có generar una cultura emprendedora a fin de forjar ideas susceptibles de con-vertirse en empresas; en la segunda etapa correspondió al proceso de incuba-ción, es decir, cuando las ideas se convierten en proyectos y estos a su vez, en empresas a las que se arropa para que puedan crecer y volverse competitivas.

Al inicio del programa se requirió garantizar los recursos financieros y la dispo-nibilidad de recursos humanos y materiales necesarios para la organización y realización del mismo. Se propusieron eventos institucionalizados y de recursos que año con año se pusieron a disposición de las instituciones de educación superior, tales como el programa Jalisco Emprende, la Semana de la Investiga-ción que se realiza por el Centro Universitario del Sur, la Feria de la Ciencia y la Innovación que lleva a cabo el Instituto Tecnológico de Ciudad Guzmán y convo-catorias específicas de COECYTJAL, así como programas de la UNESCO.

Se propuso involucrar en la organización a miembros del sector empresarial como patrocinadores de los eventos, con aportaciones económicas y en espe-cie, así como con becas para los autores de las ideas o proyectos.

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5. LA INVESTIGACIÓN Y VINCULACIÓN EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

La sociedad de la información o informacional se refiere a la comunicación del conocimiento, indica el atributo de una forma específica de organización social en la que la generación, el procesamiento y la trasmisión de la información se convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y el poder, debi-do a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen en este periodo histórico (Krüger, 2006).

Para Castells e Himanen (2016, p. 30) “lo que caracteriza al informacionalismo es la amplia utilización de información digital y tecnológica de comunicación […] lo que permite la difusión de formas de organización en red en todos los domi-nios de la vida económica y social”.

Desde el punto de vista de las políticas y las instituciones, desde la década de los 90 el concepto de sociedad del conocimiento o sociedad de la información ha sido fuertemente usado para impulsar proyectos sociales, económicos y educativos en todo el mundo. Con base en el Informe Mundial de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por sus siglas en inglés) (2005), una sociedad del conocimiento es una sociedad que se nutre de sus diversidades y capacidades. Una sociedad del conocimiento ha de poder integrar a cada uno de sus miembros y promover nuevas formas de solidaridad con las generaciones presentes y venideras. No deberían existir marginados en las sociedades del conocimiento, ya que éstas son un bien públi-co que han de estar a disposición de todos.

Los jóvenes están llamados a desempeñar un papel fundamental en este ámbi-to, ya que suelen hallarse a la vanguardia de la utilización de las nuevas tecno-logías y contribuyen a insertar la práctica de éstas en la vida diaria. Los adultos mayores también están destinados a desempeñar un papel importante, porque cuentan con la experiencia necesaria para compensar la relativa superficialidad de la comunicación “en tiempo real” y recordarnos que el conocimiento es esen-cialmente un camino hacia la sabiduría. Toda sociedad posee la riqueza de un vasto potencial cognitivo que conviene valorizar.

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La coincidencia del auge de Internet, así como de la telefonía móvil y las tecno-logías digitales con la tercera revolución industrial –que en un primer momento provocó en los países desarrollados la migración de una parte considerable de la población activa hacia el sector de los servicios– ha modificado radicalmen-te la situación del conocimiento en nuestras sociedades. Un elemento central de las sociedades del conocimiento es la capacidad para identificar, producir, tratar, transformar, difundir y utilizar la información con vistas a crear y aplicar los conocimientos necesarios para el desarrollo humano. Estas sociedades se basan en una visión de la sociedad que propicia la autonomía y engloba las no-ciones de pluralidad, integración, solidaridad y participación (UNESCO, 2005).

La revolución tecnológica centrada en las tecnologías de la información está modificando la base material de la sociedad. Las economías de todo el mundo se han hecho dependientes a escala global, obligando a una nueva forma de relación entre economía, Estado y sociedad. De este modo, como consecuencia del reacondicionamiento general del sistema, se ha presenciado la integración global de mercados financieros, la incorporación de los segmentos valiosos de las economías de todo el mundo a un sistema interdependiente que funciona como una unidad en tiempo real.

Touraine (2013) también relaciona la globalización con las tecnologías de la co-municación e incide en algunas de sus repercusiones negativas sobre la socie-dad, al afirmar que

El sistema económico dominado por la globalización, apoyado en nuevas téc-nicas de comunicación está cada vez más dirigido por el capitalismo financiero, que se retrae de todos los aspectos sociales y políticos de la vida económica para sólo contemplar la máxima ganancia…

La crisis marca desde luego una ruptura, que no se limita a la separación cre-ciente entre el mundo financiero y el de la producción, en la medida en que hace estallar la lógica industrial, es decir la interdependencia – o incluso la fusión- de las categorías económicas y las categorías sociales[…]

Sólo podemos remontar esta crisis si comprendemos que sólo la apelación a los derechos universales del sujeto humano puede detener la destrucción de toda la vida social por la economía globalizada (p. 159).

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En una línea también crítica, Bordoni (2015), señala que, aunque habrá un desarrollo tecnológico, existe un miedo de pérdida de calidad de vida de los ciudadanos y un vaciamiento de las garantías sociales, que afectará a las de-mocracias.

Morín (2011a, p. 20) la globalización es el estadio actual de la mundialización y:

Es fruto de la conjunción entre un bucle retroactivo del auge desenfrenado del capitalismo (que, bajo la égida del neoliberalismo, invade los cinco continentes) y el auge de una red de telecomunicaciones instantáneas (fax, teléfono, móvil, In-ternet). Esta conjunción hace posible la unificación tecnoeconómica del planeta.

La revolución tecnológica que se intensificó con la llegada de Internet, las mejo-ras de software, las sociedades organizadas alrededor de la tecnología (Silicon Valley), etcétera, dio origen a la discusión de una nueva sociedad, la sociedad del conocimiento, de la información o la sociedad en red (Castells, 1996).

El Banco Mundial (2019) aborda los grandes desafíos que está imponiendo la tecnología con respecto al mercado laboral y a la robotización, incidiendo en los posibles impactos

Es más fácil establecer de qué modo la tecnología determina la demanda de habilidades y modifica los procesos de producción que calcular su efecto en la pérdida de empleos. La tecnología está cambiando las habilidades que se valo-ran en el mercado laboral y está aumentando el valor de las habilidades que los robots no pueden reemplazar; por ejemplo, las habilidades cognitivas genera-les, como el pensamiento crítico, y las habilidades socioconductuales, como el manejo y el reconocimiento de las emociones que permiten mejorar el trabajo en equipo. Los trabajadores que poseen estas habilidades pueden adaptarse mejor en los mercados laborales. La tecnología también está modificando los procesos de producción al borrar las fronteras tradicionales de las empresas, expandir las cadenas de valor mundiales y cambiar la geografía del empleo. Por último, está transformando la forma de trabajar de las personas, dando paso a la economía del trabajo esporádico, en cuyo marco las organizaciones con-tratan a trabajadores independientes para cumplir tareas de corto plazo (p.23).

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Y añade:

La demanda de habilidades cognitivas y socioconductuales no rutinarias pa-rece estar en alza en las economías tanto avanzadas como emergentes. En segundo término, la demanda de habilidades rutinarias para trabajos especí-ficos está disminuyendo. Y, en tercer lugar, las ventajas de la combinación de diferentes tipos de habilidades parecen ir en aumento. Estos cambios se mani-fiestan no solo en el reemplazo de los empleos antiguos por nuevos empleos, sino también en el cambio del perfil de habilidades de los puestos de trabajo existentes (p.23).

Respecto a la aparición del trabajo esporádico, vinculado a las tecnologías, en las sociedades avanzadas, el Banco Mundial (2019) estima que ello conllevar a difuminar la división del trabajo formal y el informal. El trabajo temporal y cambiante, generará una convergencia de los países desarrollados con los emergentes y más pobres, porque muchas de las características y problemas de esta volatilidad del trabajo, se parecen a los problemas vividos por los que trabajan en la economía informal. Siendo el empleo informal uno de los gran-des lastres para el crecimiento de los países, y en América Latina supone más del 50% del empleo.

El fuerte impacto de las TIC en distintos aspectos claves de la sociedad globali-zada es concretado por la OCDE (2019a) de la siguiente forma:

Las nuevas tecnologías y un mundo más integrado y globalizado ofrecen muchas oportunidades para crear nuevos puestos de trabajo, mejorar la calidad de los empleos existentes y llevar al mercado laboral a los grupos que antes esta-ban poco representados. Tanto el cambio tecnológico como la globalización crean puestos de trabajo al reducir el precio de los bienes y servicios, aumentar su calidad y, por lo tanto, aumentar la demanda de los consumidores. También crean trabajos completamente nuevos, como los administradores de grandes volúmenes de datos, ingenieros de robots, administradores de redes sociales y operadores de drones– todas ellas ocupaciones que no existían hace una ge-neración […] En un mundo cuya población envejece rápidamente y a la vez vive más, el tener mejores condiciones de trabajo contribuirá en la generación de más oportunidades para continuar trabajando a una edad más avanzada (p. 29).

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El planteamiento de la OCDE (2019a) es optimista con respecto al empleo y a la calidad del mismo, frente a otros estudios como el de Mayinka et al. (2017) que prevén una desaparición importante de profesiones y de empleo, a nivel mundial, por la robotización. No obstante, la misma OCDE reconoce que no hay garantías de lograr un mejor mundo laboral, y aunque estima que es poco probable que se den los escenarios catastróficos, aunque existen algunos riesgos reales.

Harari (2018) plantea otra disyuntiva sobre la creación de empleo futuro y con-sidera que el problema consistirá en crear empleos en los que los humanos pue-dan ser mejor que los algoritmos, y por ello que no puedan ser desplazados por la robotización.

La actual crisis sanitaria y económica, producida por el COVID-19, sin dudas va a configurar un nuevo escenario, y surgirán tensiones fuertes, porque las em-presas que tienen una mayor robotización han sufrido menos en su sistema de producción. Ello puede conllevar a iniciar una carrera hacia una robotización acelerada, pero también la crisis está generando un fuerte malestar social, que se incrementaría si aumentara de forma permanente y continua el desempleo, y con ello el estado de precariedad y de dependencia de la población.

5.1. La sociedad del conocimiento y la información

De acuerdo con Castells (1999), lo que caracteriza a la revolución tecnológica no es el carácter central del conocimiento y la información, sino la aplicación de ese conocimiento e información a aparatos de generación de conocimiento y pro-cesamiento de la información-comunicación, en un círculo de retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos.

Para Ruiz y Velázquez (2017) “aunque la información y el conocimiento comparten rasgos comunes y una misma base, la noción de sociedad del conocimiento tiene su énfasis particular en la producción tecno-científica a partir de los sistemas de investigación e innovación establecidos, es decir, a partir de la selección, análisis, síntesis, integración y crítica de otros conocimientos y desarrollos previos” (p. 182). Según Garrido (2020) en la actualidad “se produce un entrelazamiento comple-jo del papel de los conocimientos y tecnológicos como resultado de la cual la sociedad del conocimiento va asumiendo la configuración de la sociedad digi-tal” (p. 21). En esta sociedad digital, según los autores, se mezclan, en soportes

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tecnológicos, los saberes y creencias populares, con la información y el conoci-miento científico.

La Declaración de Principios de Ginebra, adoptada por los gobiernos con signifi-cativos aportes a la sociedad civil, expresa lo siguiente:

Nosotros declaramos nuestro deseo y compromiso comunes de construir una sociedad de la información centrada en la persona, integradora, orienta-da al desarrollo, en que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento, para que las personas, las comunidades y los pueblos puedan emplear plenamente sus posibilidades en la promoción de su desarrollo sostenible y en la mejora de su calidad de vida, sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y respetando ple-namente y defendiendo la Declaración Universal de Derechos Humanos. Nos comprometemos a constituir sociedades de la información y la comunicación centradas en la gente, incluyentes y equitativas. Sociedades en las que todos y todas puedan crear, utilizar, compartir y diseminar libremente la información y el conocimiento, así como acceder a estos, con el fin de que particulares, co-munidades y pueblos sean habilitados y habilitadas para mejorar su calidad de vida y llevar a la práctica su pleno potencial (CMSI, 2003, p. 5).

Calderón (2016) vincula la información, el desarrollo y una sociedad digna al afirmar que

En este sentido, en una sociedad digna, para desarrollar sus capacidades y competencias en el mundo global de la información técnico-económica y de las redes sociales, las políticas de desarrollo humano necesitan reducir las brechas informacionales y promover competencias de información y educación que se hagan cargo de los códigos de cambio informacional y aseguren de este modo un acceso más equitativo a las redes globales de tecnologías de información y comunicación. Esta es una condición en la cual las personas, como actores autónomos, pueden reproducir su dignidad y luchar por ella o en caso contrario correr el riesgo de ser excluidas y quedar aisladas.

Estos son los códigos que representan la gestión de habilidades y capacidades para comunicar en la red: adaptabilidad, flexibilidad, horizontalidad, constitución

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de redes, innovación, articulación, multiplicación e intercambios; todo ello es re-querimiento de la acción proactiva en la sociedad de la información como la prin-cipal garantía para la construcción de una sociedad digna (p. 280).

Hablar de la sociedad de la información y del conocimiento implica el abordaje de un nuevo paradigma de desarrollo, que asigna a la tecnología un rol causal en el ordenamiento social, ubicándola como motor del desarrollo económico. Para los países en desarrollo, lo que implica este discurso es que la transición hacia la sociedad de la información y del conocimiento es esencialmente una cuestión de tiempo y de decisión política para crear las condiciones habilitado-ras adecuadas.

Así pues, la sociedad de la información, nacida bajo los preceptos de la globali-zación neoliberal, sobreentiende que, en adelante, las revoluciones tecnológicas serán las que determinen el rumbo del desarrollo, por lo que el concepto que se planteó no fue el más adecuado, ni siquiera para cualificar las nuevas ten-dencias de las sociedades. El planteamiento de retorno iría más allá de debatir un término o definición que refuerce una concepción tecnocéntrica de la so-ciedad; se previó pensar en la construcción de un concepto congruente con las sociedades, por lo que se generó la propuesta de hablar no de una sociedad del conocimiento o de una sociedad de la información, sino de una sociedad del conocimiento y la información para el sustento de las sociedades (Pascuali, 2002; Picardo, 2003).

Otro aspecto, en el desarrollo informacional, es que una de las claves será cómo se va a gestionar la propiedad y el control de los datos y en función de la respuesta que la sociedad dé ésta evolucionará en un sentido u otro (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, 2018; Harari, 2018; Tiro-le, 2017). Es decir, hacia un mayor control o una mayor libertad de los seres humanos.

En el informe Universia y CINDA (2016) se recoge un ranking del desarrollo de las TIC, que mide en una escala de 0 a 10. México figura con una puntuación de 4.25 y ocupa el puesto 95 de un total de 167 países. Este dato evidencia una debilidad de México hacia la sociedad de la información.

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Cuando se habla de una sociedad del conocimiento separada de una sociedad de la información se genera una brecha social y económica que afectaría a cualquier territorio. Si hablamos de la sociedad del conocimiento desligada de los sectores sociales, empresariales y gubernamentales, así como del derecho de cada indivi-duo a la información y a la formación, estamos propiciando un abismo entre las personas que tienen las posibilidades para formarse y las que no tienen los me-dios para hacerlo dentro del contexto de una sociedad del conocimiento.

Aun cuando se piensa en los conceptos como algo homogéneo para cualquier territorio, resulta complicado inferir que en un mismo espacio la aplicación de las propuestas deterministas no genere diferencias sociales. Por lo anterior, se considera importante discutir propuestas que sean incluyentes en cualquier te-rritorio. De esta forma no solamente se abona a los aspectos económicos de un país, sino que se propicia el avance horizontal de los procesos de sectores educativos, de salud pública y privada, de agricultura y alimentación, así como de telecomunicaciones. Una sociedad del conocimiento desvinculada de una so-ciedad de la información abrirá brechas sociales y económicas.

El índice que mide el avance hacia la economía basada en el conocimiento, sitúa a México con una puntuación de 5.61, en un intervalo de 0 a 10. (Universidad y CINDA, 2016).

En su línea de pensamiento crítico y profundo, Morín (2011a), analiza la socie-dad del conocimiento

Debemos dejar de creer que hemos llegado a la sociedad del conocimiento. De hecho, hemos llegado a la sociedad de los conocimientos separados unos de otros, lo que nos impide relacionarlos para concebir los problemas fundamen-tales y globales, tanto de nuestras vidas personales como de nuestros desti-nos colectivos (p. 142).

El autor ante esta situación propone:

El conocimiento debe saber contextualizar, globalizar, multidimensionar, es decir, debe ser complejo. Sólo un pensamiento capaz de captar la complejidad de nuestras vidas, nuestros destinos y la relación individuo/sociedad/especie,

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junto con la de la era planetaria, puede intentar establecer un diagnóstico del curso actual de nuestro devenir, y definir las reformas vitalmente necesarias para cambiar de vía. Sólo un pensamiento complejo puede darnos armas para preparar la metamorfosis social, individual y antropológica. (Morín, p. 143).

Tirole (2017) habla de la sociedad digital y estima que ésta puede acentuar la desigualdad, y prevé que gracias a que las TIC facilitan el contacto con los clientes aumentará el porcentaje de trabajadores autónomos. Igualmente, afirma que

Las personas que mejor se adaptarán al mundo nuevo serán las que hayan adquirido un conocimiento abstracto, que les facilitará adaptarse al medio; las que solo tengan unos conocimientos sencillos que les capacitan para realizar tareas rutinarias tienen muchas posibilidades de ser sustituidas por ordenado-res (p. 454).

Castells (2016) relaciona la sociedad informacional y el desarrollo humano.

El desarrollo humano, a su vez, puede realimentarse al desarrollo informa-cional y de este modo potenciar la productividad del proceso de producción característico de este modo de desarrollo. Esto es así porque en última instan-cia el desarrollo informacional resulta de la creciente capacidad de los seres humanos para crear e innovar mientras reducen las externalidades negativas en el ecosistema y en el sistema social. Esta capacidad es una función del me-joramiento de la vida humana tanto en su condición material […] como en su componente ético y político, una clave para la estabilidad social que permite los efectos acumulativos del desarrollo en el sustento de las personas.

Sin embargo, la relación potencialmente sinérgica entre el desarrollo infor-macional y el desarrollo humano, la fuente fundamental de progreso social, en nuestro tiempo, suele verse obstaculizada por factores sociales e institu-cionales (p. 22).

Según Calderón (2016, p. 281) “el desarrollo humano tiene dos aspectos: 1) la formación de competencias humanas (salud, conocimiento y habilidades), y 2) el uso que las personas dan a sus capacidades (empleo, actividades produc-tivas y ocio)”.

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Para Morín (2011a, p. 25)

La noción de desarrollo engloba múltiples avances en la prosperidad y el bien-estar, la mejora general de las condiciones de vida, la reducción de las des-igualdades, la paz social y la democracia. Es la locomotora del desarrollo tec-noeconómico la que se supone que arrastrará los vagones del bienestar, de la armonía social y de la democracia.

Por último, acudimos a Mójica (2016) para él

La concepción de desarrollo como una realidad compleja obliga a salir de la unidireccionalidad de analizar el impacto de la ciencia y la tecnología solamente desde lo económico y anima a concebir el cambio científico-tecnológico inmer-so en la maraña de la complejidad, influyendo e interactuando con lo económi-co, lo social, lo cultural, lo ambiental y lo político (p. 102).

5.2. Las universidades en la sociedad del conocimiento y la información: el aprovechamiento de las TIC

La OCDE (2019a) propone un cambio relevante en la educación que afecta a la educación básica y a la universitaria, vinculándola al trabajo y la protección social señala lo siguiente:

Deberíamos pasar de un modelo de educación frontal en el que las habilidades reconocidas se desarrollan principalmente en escuelas y universidades y luego se usan en el trabajo, en un sistema en el que las habilidades se actualizan con-tinuamente durante la vida laboral para adaptarse a las necesidades cambian-tes. Debemos revisar el mercado laboral y los sistemas de protección social para que se centren no sólo en la prevención de riesgos sino también en ayudar a las personas a enfrentar los problemas cuando se presenten. Es necesario anticiparnos a los cambios y adaptar las políticas de manera acorde, para poder dirigirnos mejor a los grupos desfavorecidos (p. 20).

Por otro lado, el Banco Mundial (2019) resalta el valor de la educación terciaria en relación con la actividad laboral, incidiendo en los cambios que se están produciendo

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La naturaleza cambiante del trabajo vuelve más atractiva la educación terciaria por tres razones. En primer lugar, la tecnología y la integración han incremen-tado la demanda de habilidades cognitivas generales de orden superior (como la capacidad para resolver problemas complejos, el pensamiento crítico y la comunicación avanzada) que se transfieren de un empleo a otro, pero que no pueden adquirirse únicamente a través de la escuela. La creciente demanda de esas habilidades ha elevado las primas salariales de los egresados de estable-cimientos terciarios, y ha reducido al mismo tiempo la demanda de trabajado-res con menor nivel educativo. En segundo lugar, la educación terciaria genera una mayor demanda de aprendizaje permanente. Se espera que, a lo largo de su vida, los trabajadores cambien no solo de trabajo, sino también de carrera. La educación terciaria —con la gran variedad de cursos y modelos flexibles que ofrece, como el aprendizaje en línea y las universidades abiertas— satis-face esta creciente demanda. En tercer lugar, la educación terciaria —especial-mente las universidades— se vuelve una opción más atractiva en el cambiante mundo del trabajo, dado que sirve como plataforma para la innovación (p. 77).

En una línea no tan optimista, sobre la educación es recogida por la UNESCO (2015), expresando que está en tela de juicio el vínculo entre la educación y el empleo, debido a que el aumento de la formación, a través de la educación formal, está creando, en muchos países, entre la población joven y las familias de los titulados, una fuerte frustración, debido a la dificultad de conseguir un empleo, acorde al nivel de su formación, y frustrando las aspiraciones de una movilidad social ascendente y de un incremento del bienestar.

Para disminuir esa falta de conexión entre la educación formal y el empleo, la UNESCO (2015) plantea intensificar las alianzas con las empresas, y que se in-cluyan competencias transferibles y del siglo XXI en la formación, para que las personas puedan adaptarse a distintas situaciones, debido a que el ritmo y la impredecibilidad del desarrollo tecnológico y científico, dificulta prever la apari-ción de profesiones nuevas y las competencias necesarias para realizarlas.

El Banco Mundial (2019) también resalta el papel de la educación terciaria para desarrollar capacidades socioconductuales transferibles, entre ellas el trabajo en equipo, la confianza en uno mismo, la resiliencia, la negociación y la expresión.

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Por su parte la CEPAL (2018) propone que

Las políticas deben apuntar a crear sistemas de educación superior que puedan absorber los rápidos cambios en las disciplinas, mantener su orientación a la producción de conocimiento y promover el desarrollo socioeconómico, sin caer en el determinismo tecnológico. Para ello, es necesario implementar progra-mas flexibles, que permitan la adaptación de formatos y contenidos, y generar demanda para la actualización continua del conocimiento. Mediante la reforma de los programas se deben integrar los conocimientos básicos que estimulan la creatividad, el pensamiento crítico y lógico y brindan competencias para el trabajo en equipo con el aprendizaje y uso de herramientas tecnológicas du-rante los primeros años de la educación superior. Asimismo, se debe promover la especialización en módulos subsiguientes de dos a tres años (p. 110).

Medina y Jaramillo (2016) señalan que las Universidades deben generar nuevas estructuras organizativas que posibiliten procesos de colaboración relaciona-dos con la generación de conocimiento, y consideran que hay que enfrentar el desafío que supone un nuevo sistema de producción de conocimiento complejo e interdisciplinar, adoptando esquemas abiertos para favorecer los proyectos de investigación, de desarrollo tecnológico y las innovaciones.

Otro aspecto relevante hace alusión a la responsabilidad social de la Universi-dad, la vincula con el territorio apostando por una mayor presencia de la Univer-sidad en los asuntos públicos y estableciendo alianzas con otros actores para conseguir el objetivo común de conseguir un desarrollo sostenible e inclusivo (Grimaldo, 2018).

En línea disruptiva Tegmark (2018) se hace las siguientes preguntas:

¿Qué sistema educativo prepara mejor a las personas para un mercado laboral en el que la Inteligencia Artificial mejora rápida y continuamente? ¿El modelo que aún utilizamos, con una o dos décadas de formación seguidas de cuatro décadas de trabajo especializado? ¿O es mejor cambiar a otro sistema en el que las personas trabajen durante unos pocos años, vuelvan a la universidad du-rante un año, y después trabajen unos años más? ¿O debería la formación con-tinua (quizá online) ser un componente estándar de cualquier trabajo? (p. 156).

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No se va a entrar en respuestas a esas preguntas, pero sí en un elemento que es fundamental, para el presente y futuro de la Educación Superior y para la sociedad del conocimiento, que son las Tecnologías de la Información y la Co-municación (TIC).

Para Cabero, Llorente y Marín (2011, p. 71), “en una sociedad del conocimien-to, las TIC son un elemento clave en su desarrollo, se reclama la necesidad de la alfabetización digital de los alumnos a través de las escuelas”. Para lograr lo anterior, los procesos económicos y las políticas públicas de los países tendrían que formular los proyectos encauzados a que el alumnado de las instituciones educativas pudiera responder a las demandas de la sociedad que exige conoci-miento, manejo de tecnologías de la información y competencias relacionadas para resolver problemas. Las propuestas educativas que se ven reflejadas en las economías de los países y las políticas públicas no lograrían el éxito sin las TIC, ya que se han convertido en la columna vertebral de la competitividad; por ejemplo, Internet: basta con evaluar cuántos hogares en cada territorio tienen acceso a Internet, para qué lo tienen y cómo ha modificado sus organizaciones sociales.

La Universidad, como institución que debe formar a los ciudadanos de su socie-dad, tiene el reto de formar sujetos congruentes con su entorno social y eco-nómico. Lo anterior puede acabar en una contradicción, al no formar individuos para la sociedad en la que viven y van a vivir, la del conocimiento, y hacerlo, al contrario, para un modelo de sociedad ya pasado.

Una sociedad del conocimiento le exige a la Universidad la educación continua, que será un elemento significativo. Deberá formar a adultos de toda clase, el aprendizaje se independizará de las variables tradicionales del espacio y del tiempo, lo que repercutirá en que las estrategias y los entornos de formación sean diferentes a los tradicionales. Las necesidades formativas que requiere la sociedad del conocimiento nos llevarán a plantear un currículum no uniforme, fijo y permanente, sino más bien variable y adaptable a las necesidades de los alumnos; los estudiantes deberán adquirir nuevas competencias y capacidades destinadas no sólo al dominio cognitivo, sino a sus capacidades para aprender, desaprender y reaprender para adaptarse a las exigencias de la sociedad. Ya no se tratará de que los estudiantes adquieran contenidos específicos que les preparen para la vida laboral, sino que adquieran capacidades para aprender a

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lo largo de la vida. En esta línea Rue (2016) sobre el contexto de la Educación Superior en México afirma que:

Las relaciones entre ES y sociedad se van transformando, por lo que las bases constituyentes de aquella formación proyectada requieren de sucesivas adap-taciones y revisiones, para incorporar y recoger nuevas necesidades emergen-tes… Desde esta perspectiva, un currículo es una construcción apoyada en la noción de cambio, en la de anticipación y de transformación, una necesidad mucho más acusada en períodos de transformaciones como las del presente. Una lógica, en definitiva, de carácter proactivo. De acuerdo con ella, en tanto que propuesta relevante de itinerario formativo, y como experiencia vital, es y debe ser objeto de reflexión y de deliberación o de debate.

Esta noción de proyecto elaborado, fundamentado y discutido para adaptarse o para anticiparse, aporta elementos de enorme interés […] (p. 234).

El conocimiento que la gente necesita para vivir y trabajar en la sociedad actual es cada vez más interdisciplinario y más centrado en los problemas y procesos concretos, en lugar de lineal, rutinario y bien definido. Los requisitos para acce-der a un número considerable de puestos de trabajo incluyen la capacidad de trabajar en grupo, dotes de presentación, pensamiento crítico y conocimien-tos sobre una gran variedad de tecnologías de la información (Banco Mundial, 2019; OCDE, 2005; Unión Europea, 2007).

En este sentido, las TIC juegan un papel fundamental desde la formación de los sujetos, desde la universidad que estará familiarizada con la búsqueda de infor-mación, la generación de espacios de debate de esa información y la aplicación de la misma en su contexto.

De este modo, las TIC no solamente representan una oportunidad para la so-ciedad del conocimiento y la información de acelerar los procesos y facilitarlos, sino que representan una oportunidad para las Universidades, para generar los espacios de interacción, de enseñanza y aprendizaje para que quienes se forman tengan cercanía con las tecnologías y puedan aplicarlas, tanto en su formación como en la solución de problemas en el contexto en que se desarrollan. Las Universidades tendrán la responsabilidad de formar sujetos que respondan con

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sus competencias a cualquier contexto y problemática social, que brinden solu-ciones incluyentes y propongan alternativas; serán responsables de generar las condiciones para que las empresas y el sector gubernamental también sepan responder a las necesidades del medio en que desarrollan sus actividades. Los universitarios serán futuros emprendedores, funcionarios públicos, trabajares y ciudadanos responsables.

Se ha discutido cómo se construyen los cimientos para una sociedad del co-nocimiento a partir de la formación de universitarios vinculados a las TIC, que llevarán después a sus entornos de trabajo mejorándolos o proponiendo alter-nativas; sin embargo, el reto que tiene la Universidad para la formación de nue-vos agentes radica también en la modificación de su estructura (Barroso, 2003; Ríos y Gómez, 2011).

Los espacios educativos deben estar en constante transformación, generan-do espacios virtuales de aprendizaje. Las tecnologías deben verse como medio y recurso didáctico, mas no como la panacea que resolverá las problemáticas dentro del ámbito educativo. Esto lleva a plantearse el uso de las tecnologías en la educación para resolver problemas pedagógicos y mejorar la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Aunque los cambios en la educación son más lentos que en otras instituciones y sectores de la sociedad, no se puede olvidar que en las últimas décadas han sufrido un cambio significativo no sólo en lo que respecta a la reforma de méto-dos, contenidos y estrategias docentes, sino también a los recursos didácticos, así como a la generación de conocimiento.

La Universidad no solamente tiene que mejorar los espacios donde se genera el aprendizaje, reducir las horas aula y aumentar la relación del alumnado con espacios virtuales, sino que tiene que pensar también en el profesorado que formará a las nuevas generaciones de la sociedad del conocimiento. Si un ele-mento falla dentro de esta conformación, naturalmente se generan alteracio-nes no lineales pero importantes en el proceso de aprendizaje (Barroso, 2003).

En la medida en que fue avanzando la presencia de las TIC en la educación se fue incorporando el término de competencia digital, que aglutinaba una serie de

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dimensiones y de dominio en el uso de las TIC. Conllevando dos destinatarios de esa competencia digital: la ciudadanía (OCDE, 2010; Unión Europea, 2007) y el profesorado.

La formación del profesorado en TIC tiene dos aspectos fundamentales, el ma-nejo propio de las TIC, para su trabajo como investigador, la gestión y la docencia y, por otro lado, el uso didáctico como instrumentos o recursos en las prácti-cas docentes. El concepto y visión de la formación en TIC fue evolucionando, destacando la propuesta de la UNESCO (2008) que estableció unos estándares TIC para docentes. La misma UNESCO (2011) planteó, posteriormente, un cu-rrículum para profesores dirigido a la alfabetización mediática e informacional. Posteriormente, se planteó la competencia digital para educadores dentro del Marco Europeo (Comisión Europea, 2017).

La competencia digital docente es concebida por Cabero et al. (2020, p. 138) como el conjunto de conocimientos, habilidades y estrategias propias de la pro-fesión docente que permite solucionar los problemas y retos educativos que plantea la denominada sociedad del conocimiento.

El profesorado deberá integrar las TIC en su labor docente y para ello tendrá que actualizar su conocimiento sobre TIC, su uso, la metodología, actividades y crear un entorno donde el alumnado adquiera protagonismo en la construcción de sus propios aprendizajes (López y Ballesteros, 2016) y todo ello será posible en la medida en que las Universidades creen y permitan escenarios flexibles y abiertos para el aprendizaje y la formación (Cabero y Marín, 2011). La Unesco (2015) también plantea la necesidad de entornos abiertos y flexibles para el aprendizaje a lo largo de la vida, donde la universidad tiene que tener un papel protagónico.

Igualmente, las TIC se convierten en herramientas para la divulgación y dise-minación del conocimiento científico a la sociedad, posibilitando a las Univer-sidades la responsabilidad social de elevar el nivel de la cultura científica de la ciudadanía (Ríos y Gómez, 2016).

Las TIC han tenido una gran transformación en todos los campos y también en el educativo. Dentro de esa evolución han ido apareciendo nuevas conceptuali-

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zaciones, como, por ejemplo, el de Tecnologías para el Aprendizaje y el Conoci-miento (TAC) que aglutina tres tipos de saberes el curricular, el uso pedagógico y el dominio tecnológico; y el de Tecnologías para el Empoderamiento (TEP) cen-trado en las tecnologías como herramientas que evitan la exclusión, que pueden promover la igualdad y el empoderamiento de grupos, personas, etnias,…, que sufren algún tipo de marginación.

El impacto de las TIC en la educación ha sido de una enorme magnitud, y aún lo va a ser más a partir de la crisis provocada por el COVID-19. Los entornos de aprendizaje que se están generando en la enseñanza semipresencial con el uso de plataformas y espacios de aprendizaje que rompen el espacio del aula tradicional; el aprendizaje ubicuo y móvil generado por las aplicaciones que in-corporan los smartphones; el auge del big data que posibilitará enseñanzas más individualizadas; la incorporación de la inteligencia artificial que liberará de ta-reas rutinarias que llevan mucho tiempo como los exámenes; la realidad virtual, simuladores, realidad aumentada,…; las redes sociales que generan un marco para el aprendizaje social y crean una identidad ya no vinculada solo al espacio físico o nacional, a la religión o tendencia política de las personas; y otros aspec-tos más relacionados con las TIC sin lugar a duda han puesto las bases para una transformación en profundidad de la educación y en especial de la educación universitaria.

Por ello, un tema importante a considerar dentro del marco de la aplicación de las TIC en las universidades, así como los retos que éstas enfrentan, es la inno-vación. De acuerdo con Domingo (2013, p.10)

Si se quiere ubicar la innovación, lo primero es pensar en qué sociedad se está, pues sólo así será posible tomar conciencia de la interrelación entre educación, sociedad y el papel por que se opta: si permanecer (fieles a los principios de es-cuela moderna, cuando no anquilosada en el academicismo), adaptarse rápida y sumisamente a los cambios y nuevos retos y escenarios, o si ubicarlos en una segunda modernidad es imprescindible para reorganizar todo, en un espacio cultural, social y educativo, si se quiere dotar a la escuela y a los procesos de enseñanza-aprendizaje de herramientas críticas para educar a la ciudadanía, transformar la educación y para hacer una sociedad más justa y progresada.

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Siguiendo a Domingo (2013), pareciera necesario afianzar cuestiones claves so-bre qué es y qué puede ser innovación en el marco de la aplicación de nuevas tecnologías desde la educación, que impacten en un contexto social, empresa-rial y hasta político. La innovación es constituyente cuando en ella se da la re-flexión, la comprensión local, el compromiso profesional y la acción colectiva de la comunidad para ofrecer respuestas consistentes a la mejora del aprendizaje de todos. Es decir, antes de pensar siquiera en la implementación de cualquier proyecto tecnológico, de innovación que logre un impacto en la sociedad, en las empresas o en las políticas públicas, se debe pensar en el contexto en el que se pretende implementar tal proyecto, sus características socioculturales y la respuesta que puede dar al proyecto la gente que conforma este espacio.

Es fundamental comprender que las nuevas sociedades se conforman a partir del conocimiento, la información y la tecnología; las nuevas sociedades son so-ciedades de conocimiento, y requieren personas preparadas para responder en este contexto a las necesidades que se presenten. Es el papel de la Universidad impulsar esta posibilidad, formar personas capaces de solucionar problemas, generar alternativas con el más alto conocimiento y manejo de tecnologías. No se trata de producir por producir, de formar personas que respondan sumisa-mente, se trata de formar futuros empresarios, futuros legisladores de la ley, futuros integrantes de esta sociedad cambiante en la que las TIC representan ya un porcentaje alto para responder y hacer frente a los problemas actuales, en la medicina, en la psicología, en la antropología, en el estudio de las lenguas, en la educación. Como señala Ríos (2010, p. 17)

La sociedad del conocimiento se ha potenciado y desarrollado a través de las TIC. En la historia, el conocimiento producido en un lugar podía tardar siglos e incluso milenios en llegar al otro lado del planeta, y hoy puede tardar unos se-gundos. Estas herramientas tan poderosas que son las TIC nos permiten crear redes de trabajo y potencian nuestra capacidad de buscar soluciones a los múl-tiples desafíos que se presentan al ser humano.

En una sociedad tan interrelacionada y comunicada, en la que una crisis eco-nómica en un país se puede extender rápidamente a otros, con problemas glo-bales como la contaminación y la desaparición de ecosistemas, el agotamiento de recursos naturales, el aumento de la demanda de productos y de energía,

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la rapidez con la que se pueden propagar las enfermedades, y otros problemas generales, la esperanza de futuro de la humanidad y de los países está deposi-tada en el conocimiento. Sólo el conocimiento puede hacer que los recursos y materias primas que son finitos se puedan optimizar, crear nuevas formas de desarrollo y a la vez respetar y proteger la biodiversidad.

Las TIC a la misma vez que iban otorgando mejores herramientas para la do-cencia y la investigación en las universidades, han ido generando posibilida-des y nuevos desafíos. Entre las posibilidades está la de hacer viable que se puedan extender, casi de forma mundial, a través de la educación a distancia, y las oportunidades de conectividad entre los estudiantes y el profesorado. Una de las experiencias que concretaron esta línea fue y es la aparición de los MOOC, en la que el protagonismo es compartido entre profesores y estudian-tes, y que son gratuitos. Referente a los MOOC y a la formación gratuita, Rifkin (2015) afirma que se va a transformar la educación universitaria, y lo razona de la forma siguiente:

Sea cual sea el valor marginal que pueden obtener las universidades de élite dando una formación gratuita a centenares de millones de estudiantes será insignificante comparado con la pérdida de ingresos del sistema físico de la en-señanza superior en general cuando el costo marginal de enseñar por internet sea casi nulo y los cursos sean prácticamente gratuitos. Ningún académico o empresario social puede creer de verdad que la formación tradicional basada en aulas físicas tal y como la conocemos hoy pueda sobrevivir en un mundo donde internet permita obtener gratuitamente la mejor educación que hoy se pueda comprar con dinero (p. 153).

No queremos terminar sin resaltar una importante preocupación que centrada en las desigualdades que está produciendo, tanto el acceso a las TIC como su uso. La falta de equipos y de conexión está generando una fuerte brecha de desigualdad en la población mundial. No obstante, en la medida que una mayor proporción de población está teniendo acceso a las TIC y a la conectividad, es-pecialmente a través de los smartphones, la preocupación está girando hacia la brecha del uso de las TIC, es decir, a la diversidad de usos que son capaces de hacer con ellas las personas (Cabero y Ruiz, 2018). Estos autores la denominan brecha digital de tercera generación.

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5.3. La economía basada en el conocimiento

El concepto de economía basada en el conocimiento ha sido el resultado de un fuerte reconocimiento del rol que la tecnología y el conocimiento tienen en el crecimiento económico. Particularmente, durante la década de los noventa comenzaron a circular varias publicaciones de carácter académico, guberna-mental y de negocios que comenzaron a emplear el término y que reconocían que las actividades económicas estaban siendo transformadas por los avan-ces en las tecnologías de información y comunicación (David, 2002).

De acuerdo con la literatura analizada se encontraron dos definiciones distintas del concepto “economía basada en el conocimiento”, por lo que se comprende que no existe consenso sobre cuál es la definición precisa. He aquí las dos de-finiciones:

El Banco Mundial (2002, 2003) señala que en la nueva economía el conoci-miento es creado, adquirido, transmitido y utilizado con mayor efectividad por los individuos, las organizaciones y las comunidades para promover el desarrollo económico y social. Por su parte, la OECD (1996, 2004) define a las economías del conocimiento como aquellas basadas directamente en la producción, distribución y uso del conocimiento y la información y que están apoyadas por los rápidos avances de la ciencia y de las tecnologías de la co-municación y la información.

El conocimiento en cualquier etapa histórica siempre ha tenido un papel fun-damental en el desarrollo. En el actual sistema económico mundial el cono-cimiento está siendo creado y transferido con una rapidez que no se había visto antes, pero, además, está siendo sistemáticamente incorporado a la producción de bienes y servicios transformando procesos no sólo económicos sino sociales. Lo distintivo de la economía basada en el conocimiento es que en ella la generación y explotación de éste tienen el papel predominante en la creación de riqueza que se sustenta principalmente en el uso de las ideas más que en las habilidades físicas, así como en la aplicación de la tecnología más que en la transformación de materias primas o mano de obra barata (Banco Mundial, 2002, 2003).

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A pesar de que no existe una sola definición para este concepto, sino varias, algo que lo caracteriza es que utiliza el conocimiento como motor principal para que exista el valor y la riqueza cuando el conocimiento se transforma en informa-ción. El Banco Mundial (2005) identifica cinco características de una economía basada en el conocimiento:

1. Competitividad y atractividad de la economía.

2. Marco institucional.

3. Infraestructura, particularmente en sistemas de información.

4. Capital humano.

5. Capacidad emprendedora y de innovación.

La expresión “economía basada en conocimiento” capta una diferencia cualitati-va en la organización y conducta de la vida económica moderna. Los que utilizan la expresión sostienen que los determinantes del éxito de las empresas y del conjunto de la economía de un país dependen cada vez más de su efectividad para generar y utilizar conocimientos (Lundvall, 1992).

El conocimiento contribuye a la economía, sosteniendo los aumentos de pro-ductividad. Según el Banco Mundial (2005), para que exista una economía basa-da en el conocimiento son necesarios cuatro pilares fundamentales.

1. Educación y capacitación. Se trata de un recurso humano con altos niveles de educación y entrenamiento específico, fundamental para crear, compar-tir y usar conocimiento.

2. Infraestructura de comunicación. Se habla de una infraestructura de comu-nicación dinámica que vaya desde la radio hasta internet, fundamental para facilitar la difusión de información y su procesamiento en conocimiento.

3. Incentivos económicos y régimen de apoyo. Aquí se hace referencia a un entorno regulatorio y económico que permita un libre flujo de conocimien-to, apoye la inversión en tecnología y fomente el espíritu empresarial.

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4. Sistemas de innovación. Se sabe que es necesaria una red de centros de investigación, universidades, empresas privadas y sociedad para aprove-char el creciente volumen de conocimiento global, asimilarlo, adaptarlo a las necesidades locales y crear nuevo conocimiento.

Sobre la importancia de lo local y las posibilidades que aporta la tecnología di-gital, la CEPAL (2018) afirma que “La huella digital cada vez más precisa de los grandes datos permitirá a los actores locales encontrar más soluciones a medi-da para las condiciones locales únicas, que aumentarán la eficiencia económica y social a nivel nacional” (p. 133).

Una aportación realmente relevante y llena de certeza es la que hace Chen junto con Dahlman, que aseguran que una población bien educada y poseedora de diferentes habilidades es esencial para la creación, adquisición, diseminación y utilización del conocimiento en la producción. Cuanto mayor sea el capital hu-mano (entendido como los conocimientos y habilidades que cada persona posee y que puede aportar al proceso productivo), mayor será la productividad y, por ende, mayor será el crecimiento económico (Chen y Dahlman, 2004). Respecto al capital humano, según el Banco Mundial (2019) integra los conocimientos, habilidades y la salud que las personas acumulan en su vida y que les permite integrarse como miembros productivos en su sociedad.

El capital humano se mide por el número de años de escolarización, pero también tiene un aspecto cualitativo que se mide por las competencias adquiridas por niños y jóvenes a través de la educación formal e informal (Universia-CINDA, 2016).

El capital humano avanzado está compuesto por las personas que han estudia-do técnicos de ciclo corto, bachillerato, licenciatura, maestría y doctorado. En el caso de México son el 25% de la población que está entre 25 y 34 años. Este porcentaje es menor que el de Chile y Colombia y superior al de Brasil (Univer-sia-CINDA, 2016).

Stiglitz y Greenwald (2015) discrepan de algunos de los indicadores tradiciona-les sobre el capital humano relacionados con la educación, para ellos

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Gran parte de la economía tradicional se centra en el papel de la educación para aumentar el capital humano y la reserva de conocimiento personificada en los individuos. Por lo general se mide por años de escolaridad. Nuestro énfasis es bastante distinto. Los años que se han invertido en el aprendizaje de memoria podrían (o no) aumentar la reserva de conocimiento (incluso, de conocimien-to relevante) y, en ese sentido, aumentar la productividad, al menos de forma temporal, hasta que ese conocimiento se vuelva obsoleto. Sin embargo, dicha escolaridad no necesariamente incrementaría la capacidad de aprender –au-mentando las capacidades para el aprendizaje permanente- y, de hecho, podría impedirlo (p. 103).

En un estudio sobre América Latina, se señala que los retornos de la educación, o beneficios de las personas que estudian sobre los que no tienen estudios, medido en función de la prima salarial, ha disminuido desde al año 2000 (OCDE, CAF y CEPAL, 2015).

Sobre la relación entre educación y salario-beneficios la Unesco (2015) recono-ce la función económica de la educación, pero, estima que hay que ir más allá de visión utilitarista, que es el dominante cuando se trata sobre el capital humano. Por ello, estima necesario incluir los valores de respeto a la vida y a la dignidad humana, totalmente imprescindibles en un mundo tan diverso, siendo las cues-tiones éticas fundamentales en los procesos de desarrollo.

El factor principal de una nueva economía es la existencia de sistemas regiona-les de innovación, aspecto que se refiere a la creación o mejoramiento de redes de instituciones, reglas y procedimientos que influyen en cómo un país adquie-re, siembra, esparce y hace uso del conocimiento (Chen y Dahlman, 2004).

Varios estudios señalan que tanto la producción de tecnologías de información y comunicación como su uso tienen una importante contribución al crecimiento económico actual (Oliner y Sichel, 2000; Pilat y Lee, 2001). Particularmente, se ha argumentado que las ramas económicas que se encargan de la producción de estas tecnologías son las que a nivel internacional muestran el mayor dina-mismo, mientras que aquellas ramas que no son productoras de estos bienes, pero que los utilizan intensivamente en sus procesos han obtenido importantes ganancias en su productividad (Jorgenson y Stiroth, 2000). En un entorno más

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actual, en una década en América Latina el índice de capital humano ha crecido un 23% y la digitalización un 145%, ello evidencia que en la región no se ha agre-gado valor local a los productos y servicios digitales, y que ello ha impedido un mayor crecimiento económico y ha tenido efectos negativos en la productividad (CEPAL, 2018).

Los ambientes favorables a la innovación están relacionados con el acceso, tra-tamiento y difusión de la información como insumo para crear conocimiento (OCDE, CAF y CEPAL, 2015).

Steinmueller (2004) afirma que el crecimiento económico de los países depende del aumento de la productividad, en un contexto en el que tanto los sistemas productivos como los sistemas educativos deben estar relacionados con la tec-nología y la aplicación del conocimiento a los diversos procesos productivos; el crecimiento económico no puede ser visto sin una vinculación necesaria entre sectores, es decir, que el sector productivo, el sector educativo y las políticas públicas que potencian espacios para la generación de recursos económicos de-ben estar vinculadas si se requiere impulsar un crecimiento homogéneo.

Así, el concepto de economía basada en el conocimiento ha sido el resultado de un fuerte reconocimiento del rol que la tecnología y el conocimiento tienen en el crecimiento económico. En esta línea Stiglitz y Greenwald (2015) señalan entre los motivos entre los países avanzados y los que están en desarrollo se deben a las diferencias en el conocimiento y para cerrar esa brecha de conocimien-to, estiman necesario, entre otras, que los gobiernos promuevan la creación de parques industriales y de investigación, y cambios educativos enfocados a aprender a acceder, apropiarse de y dar sentido al cúmulo de información.

5.4. Ciencia, tecnología e innovación en México

Hernández Ramírez (2002) explica que un uso adecuado de la política de ciencia y tecnología en México generará beneficios al país, como el desarrollo tecno-lógico, la innovación, la investigación aplicada, la resolución de problemas, la generación de riqueza y el incremento de los niveles de bienestar. La publicación de la Ley de Ciencia y Tecnología del 5 de junio de 2002 da como resultado un excelente campo de oportunidad para usar de la mejor manera esta política y

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como consecuencia, incrementar los beneficios en las empresas de nuestro país con la meta de generar riqueza.

Para Cañedo y Aguirre (2005) es forzoso propiciar un diálogo entre los agentes de cambio, es decir, las empresas, centros de conocimiento, gobierno y univer-sidades para poder hacer que la investigación, la ciencia y la innovación se de-sarrollen en México de manera integral. También estos autores comentan que en lo referente a la innovación como estrategia en las organizaciones en México es un tema desconocido por muchos empresarios.

Según Rubialta (2005), la mayoría de ellos piensa que ésta solamente se da en los países con gran capital económico, y en México muchas compañías sólo se dedican a reducir costos y no a buscar cómo generar más ingresos. Rubial-ta afirma que solamente algunas empresas mexicanas han sido reconocidas por ser innovadoras, tales como Cemex, Telmex, Corona, Televisa y Bimbo, de acuerdo con los diferentes proyectos de investigación donde son citadas dichas compañías y a la literatura mexicana existente.

Por otra parte, la OCDE (2019b) señala que la falta de una planificación eficaz ha motivado una menor eficacia de la Educación Superior para atender las ne-cesidades locales y regionales. Además, considera que “el emprendimiento de alta tecnología podría impulsar la economía mexicana y ayudar a responder a las necesidades sociales”(p. 5) y critica la no existencia de “una cultura sólida del emprendimiento ni mecanismos de apoyo en la educación superior” (p. 5).

Didrikson (2016) plantea que la Educación Superior debe ser flexible, compleja y dinámica, siendo organizaciones abiertas para poder producir y transferir cono-cimiento a la sociedad. En esta línea, sobre la Educación Superior afirma

Actualmente se debe pensar en desplegar una nueva función sustantiva más, la de transferencia de conocimientos a nivel regional hacia la sociedad, en particular hacia los actores sociales y económicos reales, cuyo papel se rela-ciona directamente con el uso y la producción de nuevos aprendizajes y co-nocimientos (p. 496).

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En el informe Universia-CINDA (2016) respecto a México, señala que han au-mentado los programas de financiamiento y de apoyo a la I+D+i, y el creci-miento de investigadores de alto nivel en los Centros de Educación Superior. No obstante, señala la necesidad de contar con modelos de financiamiento, con proyección plurianual, para la Educación Superior, y garantizar que una parte del PIB, coherente con el desarrollo que se quiere impulsar, se destine a I+D+i.

La distribución de los investigadores en México, según Universia-CINDA (2016), es la siguiente: el 62.50% está en la Educación Superior, el 26.50% trabaja para el Gobierno, y el 9.70 trabaja en empresas públicas o privadas. Destaca el bajo porcentaje de investigadores que trabaja en empresas, especialmente, si com-paramos estos datos con otros países de América Latina, con economías impor-tantes como Brasil que casi duplica a México, al tener el 17.36% de investiga-dores en empresas. Incluso países pequeños, pero que están teniendo un buen crecimiento económico superan a México, entre ellos destacamos a Chile con un 18.65% y a Perú con un 13.68%.

La producción de artículos científicos en México ha crecido, pero los de Brasil son 4 veces superiores. Por otro lado, el porcentaje de personas, entre 25 y 64 años, que tiene educación superior, es un indicador básico para medir la acumu-lación de capital humano avanzado, los datos indican que, respecto a América Latina, México está por debajo de la media.

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6. PRINCIPALES APORTES TEÓRICOS A LOS MODELOS DE VINCULACIÓN, INVESTIGACIÓN, DESARROLLO E INNOVACIÓN (I+D+I)

6.1. Teoría de la Triple Hélice de Etzkowitz

El modelo propuesto por Henry Etzkowitz conocido como de la Triple Hélice, sugiere una gradual disminución de las diferencias entre disciplinas y distintos tipos de conocimiento, así como entre las diferentes instancias relacionadas con la vinculación, es decir, la universidad, la industria y el gobierno, y permite el análisis desde la óptica particular de cada caso, por pares, o bien en una forma integral.

Uno de los objetivos fundamentales de la Triple Hélice es la búsqueda de un modelo que refleje la complejidad del concepto de vinculación, tomando en cuenta el entorno en el cual se fundamentan las relaciones entre los agentes de la vinculación. El modelo de Triple Hélice, por la visión integradora que ofrece, proporciona un marco apropiado para un primer acercamiento al problema de la vinculación.

El modelo que propone Etzkowitz se basa en un proceso conceptual que consi-dera a la vinculación como una consecuencia evolutiva del proceso de innova-ción, que se construye entre tensiones y equilibrios, encuentros y desencuentros que cimentan una relación entre la universidad y la empresa con la participación del Estado. Este modelo tiene la hipótesis de que las universidades se pueden incorporar a los procesos de innovación; la mayoría de las discusiones, sobre el modelo, se concentran en las formas adecuadas de involucrar a las univer-sidades en los procesos de vinculación. Es importante analizar la evolución del modelo a partir del contexto y factores que determinan la vinculación.

La teoría de la TH postula que la interacción universidad-industria-gobierno es la clave para mejorar las condiciones para la innovación en una sociedad basada en el conocimiento. Esto supone que la universidad juegue un importante papel como fuente de nuevo conocimiento y nueva tecnología, dada su función de principio generador de las economías del conocimiento. La TH es desarrollada en diez proposiciones, Etzkowitz (2003):

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1. Las innovaciones surgen como consecuencia de los acuerdos y redes con-formadas por las instituciones de la Triple Hélice.

2. La invención de innovaciones organizacionales, nuevos ordenamientos so-ciales y nuevos canales para la interacción.

3. Los nuevos canales de interacción entre las distintas esferas instituciona-les y aceleración del ritmo de la innovación.

4. La “capitalización del conocimiento” sucede en paralelo con la “cognitiviza-ción del capital”.

5. La formación de capital acontece en dimensiones nuevas debido a la crea-ción de otras formas de capital.

6. La globalización se descentraliza y tiene lugar a través de redes que se es-tablecen entre las universidades y corporaciones multinacionales y organi-zaciones internacionales.

7. Los países y regiones en desarrollo pueden progresar en la medida en que sus fuentes de conocimiento sean consideradas por la política económica.

8. Las oportunidades que surjan con las nuevas tecnologías invitan a reorga-nizar las esferas institucionales.

9. Las universidades son promotoras de desarrollo económico regional, por ello, las instituciones académicas existentes se reorientarán o se crearán nuevas para ese fin.

10. La distinción del modelo de la TH con respecto a otros es la capacidad para transitar de un paradigma tecnológico a otro cuando el anterior se agota. Estas interacciones son la base de redes aparentemente autoorganizadas para la innovación.

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6.2. Modelo de Leydesdorff

La TH adopta como punto de partida que “la innovación no es una unidad es-table de análisis, sino una unidad de operación en una interfaz” Leydesdorff, (2001). Los sistemas de innovación se producen como resultado de las inte-racciones efectuadas en el cruce de los tres subsistemas implicados: universi-dad-industria-gobierno. Ello permite la superación del marco de los sistemas nacionales de innovación como unidad relevante de análisis, y considerar los sistemas de innovación emergentes (caracterizados por resultados) en térmi-nos de una hiperred sobre las redes que lo constituyen (disciplinas, industrias y gobiernos nacionales) Leydesdorff y Etzkowitz, (2001).

Para Leydesdorff (2000) el modelo de la TH amplía el antiguo estructural-fun-cionalismo introduciendo la noción de significado desde el interaccionismo simbólico, en el que las funciones sociales están construidas discursivamente y pueden ser deconstruidas y reconstruidas reflexivamente. De este modo, las funciones están constantemente en reconstrucción y los elementos institu-cionales de los sistemas se generan mediante estas operaciones reflexivas. El espacio para las consecuencias no queridas ni previstas es amplio, pues en las economías basadas en el conocimiento predominan la reflexividad y la incer-tidumbre. La interfaz en la que operan los sistemas de innovación está com-puesta por la zona de encuentro entre los subsistemas de la universidad, de las industrias basadas en conocimiento y de los gobiernos, que constituyen las tres palas de la hélice.

6.3. Teoría de la Transferencia de Conocimientos

Describe los diferentes momentos en las relaciones, desde la producción del conocimiento por la universidad hasta llevar su uso a los consumidores (la empresa). Una descripción ilustrativa de esta teoría la proporciona la universi-dad, que produce y comercializa conocimientos, y las empresas que son clien-tes (Forbes, 2000).

De acuerdo con este concepto se pretende difundir que la universidad deberá de ir más allá de ser un agente de procesos educativos y deberá luchar por sumi-nistrar conocimientos con base en las necesidades empresariales.

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6.4. Teoría evolucionista e institucionalista en economía

La teoría evolutiva une la preocupación por los resultados de la actividad con el contexto y el proceso que la hacen posible, utilizando los conceptos básicos de variación, adaptación, selección y retención. Esta aproximación estudia la creación de nuevas estructuras organizativas (variación), la forma mediante la cual los emprendedores modifican sus organizaciones y utilizan recursos para sobrevivir en entornos cambiantes (adaptación), las circunstancias bajo las cuales estas disposiciones organizativas les conducen a tener éxito y su-pervivencia (selección) y la forma en que estas disposiciones tienden a ser imitadas y perpetuadas por otros emprendedores (retención) Aldrich y Mar-tinez, (2001).

Dentro del marco general de la economía evolucionista y de las políticas libera-les en los países más ricos, el desarrollo de la literatura procedente de la Triple Hélice forma parte de la evolución de los modelos (y de las políticas que se ins-piran en ellos) sobre la ciencia, la tecnología y la industria.

El interés se fue desplazando desde la innovación y el desarrollo en las déca-das de la posguerra de mediados del siglo XX hasta el actual énfasis en la innova-ción como motor generador de riqueza en el XXI. La importancia de la innovación tecnológica es reconocida en la teoría económica desde Marx en adelante, es-pecialmente en la década de 1950 Leydesdorff (2006).

6.5. Teoría interinstitucional

Establece que un acuerdo interinstitucional debe beneficiar a la universidad y al centro de inserción por igual, mejorando la práctica laboral, la capacidad institucional, el estatus y poder de los participantes, así como las conexiones interinstitucionales. Esta teoría fundamenta la urgente necesidad de estable-cer un modelo de colaboración basado en el beneficio mutuo, que requiere de la reciprocidad y las relaciones de igualdad con la ampliación de la relación de mutuo beneficio a todos los procesos universitarios y a los procesos ligados a la producción de la empresa, poniendo el énfasis principal en el proceso for-mativo de los estudiantes Herrera (2006).

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El término “colaboración” se refiere a un proceso operativo que requiere el de-sarrollo de una política que permita la planificación, implantación y evaluación conjunta de los implicados. El propósito de la colaboración es compartir la res-ponsabilidad, el liderazgo y la autonomía para la toma de decisiones estratégi-cas y la implantación operativa Antelo (1992).

6.6. Teoría del empresario de Kirzner

Israel Kirzner (1985, 1992) y la “escuela austriaca” ven a los emprendedo-res como descubridores de nuevas oportunidades. El concepto austriaco de la distribución imperfecta de la información fue introducido por Hayek (1945). Para Hayek y Kirzner el centro neoclásico del equilibrio de precios es erróneo, ya que la información completa es una asunción imposible. Lo que es real-mente importante son los precios establecidos por los emprendedores que reflejan un desequilibrio como resultado de la distribución asimétrica de la in-formación. El ajuste de precios hacia el equilibrio es el rol económico principal del emprendedor.

La aproximación de Kirzner se refiere a la teoría de mercados que acepta co-nocimientos imperfectos y describe el mercado como un proceso de descu-brimiento y aprendizaje. Estando alerta de las oportunidades económicas, el emprendedor utiliza la información para su propio beneficio e inicia su proceso de mercado. El aprendizaje es una parte esencial del proceso, de manera que el emprendedor se ve forzado a utilizar el nuevo conocimiento para com-petir en el mercado. Tanto para Schumpeter como para Kirzner, poseer los recursos para el emprendimiento es un elemento de menor importancia. Si el emprendedor descubre una oportunidad, intentará persuadir al poseedor de recursos para demostrar que los intereses esperados compensan el riesgo de la inversión necesaria (Ripsas, 1998).

Para Kirzner es fundamental el papel que el conocimiento y la creatividad tie-nen en los procesos de coordinación que se dan en el mercado. Entiende la coordinación como un proceso sistemático en el cual los agentes del merca-do adquieren más y más conocimientos e información mutua, cada vez más completa y exacta sobre la demanda potencial y las posibilidades de oferta, y considera que la fuerza impulsora de este proceso sistemático consiste en la

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visión empresarial del descubrimiento. Para Kirzner el empresario es el autor de decisiones cuya función consiste en percibir oportunidades ocultas.

El empresario observa la existencia de una oportunidad de vender algo a un precio mayor del que se puede comprar, por lo que cualquiera es un empresario en potencia, ya que el papel puramente empresarial no presupone ningún tipo inicial de ventaja en forma de activos valiosos. La perspicacia empresarial se refiere a una actitud consciente de estar alerta y receptivo a las oportunidades disponibles que hasta entonces han pasado inadvertidas.

El carácter empresarial de cada acción humana se refiere no sólo a la circuns-tancia de que las acciones se efectúan en un mundo incierto y abierto, sino tam-bién al hecho de que todo agente económico se encuentra en todo momento buscando de forma espontánea aspectos del entorno presente y futuro que hasta entonces han pasado inadvertidos y que pueden dar lugar a emprender nuevos actos empresariales. El empresario, sin saber exactamente lo que está buscando y sin emprender ninguna acción deliberada, se encuentra continua-mente oteando el horizonte, siempre preparado y dispuesto a descubrimientos y a identificar oportunidades de ganancia.

6.7. Teoría de la incubadora

La política económica de las regiones se concreta a través de acciones que favo-recen la creación de empresas, la innovación, la formación de capital humano, la instrumentación de recursos financieros y la flexibilización del sistema produc-tivo. Esta política local se hace operativa a través de organizaciones intermedias que tratan de proporcionar a los sistemas regionales los diversos servicios que las empresas necesitan para aumentar su competitividad.

Durante los últimos años, la necesidad de crear y de desarrollar empresas ha animado a los gobiernos regionales, universidades, cámaras de comercio, empresas privadas e incluso a organizaciones no gubernamentales al esta-blecimiento y desarrollo de programas de incubadoras. Las incubadoras em-presariales tienen como objetivo la asistencia a los futuros empresarios en el arranque de sus empresas, proporcionándoles infraestructuras básicas, re-cursos y diferentes tipos de servicios e información para su puesta en marcha.

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Existe una considerable variedad de tipos de incubadoras de empresas, en sus formas de operar, objetivos, propósitos y variedad de recursos, aunque se ha demostrado que tanto el tamaño de la organización incubadora como su lo-calización son factores condicionantes de las nuevas empresas. La teoría de la incubadora, como explicación científica de la creación de empresas, postula que la existencia de estas organizaciones determina no sólo el número de nuevas empresas en una zona, sino también la naturaleza de las mismas.

6.8. Teoría del Desarrollo Económico de Weber

Max Weber es conocido por ser el fundador de la sociología moderna. Estudia la influencia de los factores socioculturales en el comportamiento empresarial, estableciendo un nuevo enfoque para explicar los hechos económicos basados en factores no económicos. Weber desarrolla su investigación en tres campos: la acción social, el análisis de la burocracia y la sociología de la religión.

En su análisis sociológico describe y explica los rasgos característicos de los diferentes tipos de creencias religiosas argumentando que las doctrinas religio-sas ejercen una influencia en las diferentes orientaciones que las personas dan a sus actividades económicas. Relaciona el desarrollo de la ideología capitalista con las creencias religiosas y más en concreto con la ética protestante, explican-do que la actividad empresarial ha tenido mayor auge en las áreas geográficas donde ha predominado dicha ética. Los tres rasgos de la ética protestante que más han influido en el desarrollo del emprendimiento son su laboriosidad, su tendencia a ahorrar y su sinceridad (Schmude, Welter y Heumann, 2008). Sus ideas fueron el inicio del debate sobre si el emprendedor “nace o se hace”.

6.9. Aportaciones de Meyer y de Carvalho

Meyer sostiene que las incubadoras apoyan a todo tipo de empresas de nue-va creación, o a las ya existentes, en varios aspectos importantes para su de-sarrollo o consolidación, como son las instalaciones, tutorías, asesoría a largo plazo, apoyo a la estructura del capital humano, una base financiera sólida y la recomendación de que adicionalmente deberán apoyar a los estudiantes para fomentar su espíritu emprendedor. Considera que la innovación y el emprendi-miento son conceptos íntimamente asociados y, por lo tanto, cuando se habla

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de emprendimiento la innovación es una característica esencial en la crea-ción de nuevas empresas. Meyer (2011) señala al intercambio económico, la organización intelectual y los condicionantes geográficos como dinámicas que interactúan en la economía basada en el conocimiento, considerándola como un sistema complejo.

La diferenciación expande el sistema de innovación mientras que la integración performativa permite a las organizaciones retener la riqueza del conocimien-to (Meyer, 2003). Los indicadores “híbridos” (Meyer, 2003) son propuestos para captar la actividad empresarial y colaborativa de los investigadores universitarios. Como la TH predice la emergencia de la universidad empresarial y el entrecruza-miento creciente de actividades entre universidades, industrias y gobiernos, los indicadores híbridos combinan medidas de patentes con datos de encuesta.

El modelo de TH se presenta como un esquema facilitador de la planificación pública de actuaciones, de la toma de decisiones y de la evaluación de la acción pública en materias tan importantes como la industria, la enseñanza superior y la universidad, así como la investigación científica y tecnológica. De ahí que analice experiencias exitosas de innovación y que proponga espacios de inter-vención destinados al fomento de las innovaciones en la economía del conoci-miento (Carvalho y Etzkowitz, 2004).

Se propone un proceso de doble transformación de la universidad: expansión de sus misiones para incorporar el desarrollo económico y social y un cambio or-ganizativo desde el individuo a la organización en cada misión. En este proceso, la TH se propone como una estrategia para aumentar el capital social y rellenar las brechas tecnológicas. Como ejemplos de estos procesos, se hace referencia al esquema de investigación en red en Canadá y la Unión Europea o el aumento de la incubación en Brasil (Carvalho y Etzkowitz, 2004).

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Tabla de aportaciones teóricas

Autor / año Aportación teóricaFaulkener y Senker (1994)

La cooperación entre las universidades y las empresas privadas se ba-san [sic] en el contacto personal.

Gibbons et al. (1997)

Las formas de conocimiento son continuamente cambiantes de la dis-ciplina tradicional, lo que ha contribuido a la visión de que el papel de las universidades ha cambiado a algo más que un acuerdo idealista.

Henry Etzkowizt [sic] (2002)

La TH es una expansión del papel del conocimiento en la sociedad y de la universidad en la economía. La universidad está experimentando una transformación dual: una expansión de las misiones a fin de incluir el desarrollo económico y social, así como la formación, la reproduc-ción cultural y la investigación y el cambio de un individuo a un foco de organización en cada misión.

Doris Schartinger et al. (2002)

El papel de intercambio de conocimientos y la cooperación en in-vestigación entre la universidad pública y el sector empresarial ha recibido una atención creciente en el análisis de la innovación y el cambio tecnológico.

Chrys Guanasekara [sic] (2004)

El papel de las universidades ha evolucionado a lo largo de los últi-mos veinte años. La torre de marfil se centra sólo en las tradicionales prácticas académicas de la enseñanza e investigación, lo que se ha vuelto más importante con el surgimiento de la economía basada en el conocimiento.

Pamela Mueller (2006)

Las pruebas del papel de la hipótesis de que el espíritu empresarial y las relaciones universidad-industria son vehículos para los flujos de conocimiento y, por tanto, estimular el crecimiento económico.

Rudi Bekkers et al. (2008)

Hay una gran variedad de canales a través de los cuales el cono-cimiento y la tecnología se transfieren entre las universidades y la industria.

Fuente: Revista Nacional de Administración (Chang, 2010).

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7. LA INNOVACIÓN

Comenzamos con una cita clásica sobre la innovación, Zaltman et al. (1973), ha-cen referencia a tres usos relacionados entre sí. Innovación en relación con “una invención”, es decir, al proceso creativo por el cual dos o más conceptos exis-tentes o entidades son combinados en una forma novedosa, para producir una configuración desconocida previamente. En segundo lugar, es descrita como el proceso por el cual una innovación existente llega a ser parte del estado cogni-tivo de un usuario y de su repertorio conductual. Es una idea, una práctica o un artefacto material que ha sido inventado o que es contemplado como novedad, independientemente de su adopción o no adopción. De este modo, el concepto de innovación aparecerá relacionado a estos tres usos: la creación de algo des-conocido, la percepción de lo creado como algo nuevo y la asimilación de ese algo como novedoso.

Según Ríos y Gómez (2011, p. 204) la innovación es “un cambio que se produce deliberadamente, con una finalidad y en el que se diseñan estrategias para con-seguir su implementación. Desde esta conceptualización, evidentemente, toda innovación supone un cambio, pero no todo cambio es una innovación”. Y añaden

que ésta surge de una idea propia que se inicia una vez que se rompe con la re-sistencia propia al cambio. Posteriormente, habrá que socializarla de forma tal que se convenza a un grupo de las ventajas que tiene desaprender lo aprendido y dejar atrás lo obsoleto. Esas ideas deben transformarse en un algún produc-to, proceso o servicio que sea susceptible de ser usado, compartido, vendido y/o aplicado (2011, p. 206).

Para Hoyle (1969), una innovación es una idea, una práctica o un objeto per-cibido como nuevo por un individuo. Desde una perspectiva amplia, Carbonell (2001) la define como una serie de intervenciones, decisiones y procesos con cierto grado de intencionalidad y sistematización que tratan de modificar acti-tudes, ideas, culturas, contenidos, modelos y prácticas pedagógicas.

Bas (2016) aporta una interesante reflexión sobre los procesos de innovación, diferenciando entre la gestión de la innovación y la cultura de la innovación. Para

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él, la primera se basa fundamentalmente en un proceso en el que la organiza-ción asimila la innovación, tiene un carácter exógeno adaptándose a los cambios que se pueden dar en los campos tecnológicos, económicos, sociales,… Mien-tras que estima a la cultura de la innovación como fundamentalmente endóge-na, considerando que las organizaciones no solo deben adaptarse a las trans-formaciones de su entorno, sino protagonizarlas. Es por ello que considera que “para que una organización, que pretenda ser competitiva y aspira al liderazgo, sea realmente innovadora, no debe practicar la gestión de la innovación, sino promover el desarrollo de una cultura de la innovación en su seno” (p. 126).

Por su parte Morín (2011b) sobre el impacto de la innovación afirma que:

Las invenciones, las innovaciones, las creaciones, las técnicas culturales e ideológicas, aparecen, modifican la evolución, incluso la revolucionan y hacen evolucionar desde ese momento los principios de la evolución.

Las innovaciones/creaciones constituyen desviaciones, que pueden amplifi-carse y se fortalecen en tendencias, que o bien pueden introducirse en la ten-dencia dominante y modificar la orientación o bien pueden sustituirla (p. 20).

En una línea también crítica, Gimeno (2013) considera que en las sociedades inmersas en procesos de cambios acelerados suele haber rupturas profundas, que afectan más a las personas mayores. Por ello, matizó que “es innovador solo aquello que permanece en el tiempo haciendo cambiar la realidad hacia objetivos que supongan un progreso real” (p. 21).

Según Drucker (1985), el proceso de innovación siempre estará orientado al cliente y éste se puede derivar en general de tres funciones diferentes: la inno-vación orientada por las necesidades percibidas del cliente, la orientada por las necesidades no percibidas del cliente y la orientada por las necesidades futuras de los clientes. Es en esta tercera donde la escuela reconstruccionista basa su tesis, de acuerdo con Ríos y Gómez (2011).

La innovación lleva al desarrollo, tal como se ejemplifica en el siguiente esquema obtenido del Seminario Taller sobre Innovación y Desarrollo Tecnológico (2012).

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Frente a una tendencia de centrar la innovación y el desarrollo en los cambios tecnológicos, Stiglitz (premio Nobel) y Greenwald (2015) señalan que:

Las innovaciones sociales no son menos importantes que las tecnológicas en las cuales se enfocan tradicionalmente los economistas. El progreso de la sociedad humana tiene tanto que ver con dichas innovaciones –incluidas las relacionadas con cómo administrar grandes organizaciones y el aprendizaje organizacional y cómo promover el aprendizaje social de manera más amplia, e incluso mediante las políticas industriales y comerciales- con las mejoras en tecnología (p. 501).

Este aspecto social de la innovación está teniendo cada vez una mayor reper-cusión, dado que los productos y propuestas innovadoras que proceden del sector empresarial y productivo, finalmente pueden ser aceptados o no por la sociedad, que no es pasiva, ni simplemente receptora (Ruiz y Velázquez, 2017). Además, añaden que:

La regla, desde hace años, ha sido que la mayoría de los proyectos de innova-ción puestos en marcha por las empresas estén basados en el conocimiento aportado por los usuarios de sus productos o procesos, lo que pone en cuestión el paradigma lineal según el cual la principal fuente de la innovación es el cono-cimiento científico (p. 186).

La relevancia de tener en cuenta a los ciudadanos y a la comunidad y con-tando con la participación activa de la misma, en la investigación científica y los cambios innovadores, fue ya propuesta e implementada en proyectos

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de investigaciones biotecnológicas realizadas en la Amazonía (Ríos y Gómez, 2011). En esta misma línea, Ruiz y Velázquez (2017) consideran que hoy no se puede considerar la innovación desde una visión utilitarista y económica, y que al I+D+i hay que añadirle un cuarto componente que es la sociedad civil, e igualmente indican, que no se puede considerar una sociedad del conocimien-to que no tenga en cuenta a las ciencias sociales y humanidades.

Los procesos y dinámicas de cambio son complejos e influidos, entre otros, por la tecnología, los avances científicos, los intereses económicos y las ideas o creencias dominantes (Stiglitz y Greenwald, 2015).

7.1. Innovación educativa

Para House, innovación educativa es “el intento deliberado y sistemático de cambiar las escuelas mediante la introducción de nuevas ideas y técnicas” (House, 1979, p. 1).

Otra aproximación interesante al tema de la innovación es la que realizan Gon-zález y Escudero (1987), para éstos, la innovación viene constituida por un conjunto de ideas y concepciones, estrategias y prácticas, contenidos y direc-cionalidades del cambio, redefiniciones de funciones de los individuos y recom-posiciones organizativas.

El concepto de innovación educativa aparece en autores como De la Torre (1994) que considera que se refiere sobre todo al proceso por el cual se cambian las ideas, intenciones, roles, contenidos, normas, metodología, comportamien-tos, organización, recursos, evaluación. Y añade que es un proceso de gestión de cambios específicos (en ideas, materiales, o prácticas del currículum) hasta su consolidación, con miras al crecimiento personal e institucional. Para Rivas (2000, p. 20) “innovación es la incorporación de algo nuevo dentro de una reali-dad existente, en cuya virtud ésta resultada modificada”.

Cuando definimos nuestra concepción sobre la idea de innovación, en algún modo, estamos estableciendo la idea de lo que debería ser. Si bien, todos sabe-mos las distancias que se interponen entre el mundo de las ideas pedagógicas y la realidad del aula. Por esta razón, es pertinente que, junto al esfuerzo de

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establecer un marco de acción y comprensión teórica sobre la innovación, esta-blezcamos aquellas condiciones o elementos de hecho, que son necesarios para que ésta se produzca, o también, para entender que los cambios en el sistema puedan producir los efectos significativos y esperados.

La innovación educativa desde la perspectiva política, se entiende como un pro-ceso de negociación entre los distintos agentes implicados en la educación con la finalidad de solucionar problemas y necesidades reales. En esta negociación se acuerdan los cambios pertinentes, de forma que se vean reflejados en lo po-sible, los intereses, valores y expectativas de los diversos agentes.

Respecto a las fases de los procesos de innovación educativas, De la Torre (1994), las concreta en: planteamiento inicial, aplicación o implementación y evaluación e internalización.

La evaluación de las innovaciones que se han venido realizando, albergan dis-tintas formas y modelos, así tenemos las de tipo estadístico y cuantitativo, fun-damentalmente cuando se refiere sobre todo a innovaciones prescritas por su conexión con las reformas políticas y por la necesidad de apoyar una política “neutral” desde la ciencia. También se han realizado trabajos dentro de la pers-pectiva cualitativa, muy útiles para penetrar en el significado de la innovación desde los participantes. Igualmente, se han utilizado formas mixtas de evalua-ción empleando técnicas cuantitativas y cualitativas como complementarias.

Sin duda, los procedimientos que establezcamos (cuantitativos o cualitativos) producen de entrada un determinismo. Para algunos autores lo más importan-te en la evaluación de las innovaciones es conocer los procesos, mientras que otros inciden sobre todo en los productos o resultados. En cambio, a la pregunta que nos hacemos sobre qué se debe evaluar de una innovación, Marcelo (1995) responde que la evaluación de las innovaciones ha de contemplar necesaria-mente los efectos que ésta produce a diferentes niveles que corresponden a las dimensiones personales (profesores y alumnos), didáctica (la clase); organizati-va (el centro escolar), y contextual.

Ambas propuestas son válidas y complementarias (evaluar los procesos y los productos). Creemos que el proceso de innovación lleva implícito una evaluación

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del proceso, más aún, nace de un diagnóstico de partida sobre la necesidad del cambio y los valores consensuados del mismo.

El elevado coste de la educación en los países desarrollados y su repercusión en los presupuestos de los Estados y en los déficits públicos, así como, la nece-sidad de una adaptación de la población a los cambios laborales, tecnológicos, económicos, sociales, etc., han potenciado, por un lado, la necesidad de producir innovaciones en los sistemas educativos y, por otro lado, la de conocer en pro-fundidad las repercusiones en el sistema. Este hecho ha producido la atención prioritaria a la evaluación institucional dentro de cualquier otra evaluación. Esta posee su principal objetivo en dar cuenta de los resultados de las actividades generadas por las administraciones educativas.

Ahora sólo cabe preguntarse por la utilidad de las evaluaciones institucionales sobre innovación. Para contestarnos a esta pregunta Estebaranz (1994), nos dice, que la aportación fundamental que puede hacer la evaluación institucional es generar iniciativas de cambio al compartir ideas, percepciones, valoraciones, etc., así como, fomentar la autocrítica, la reflexión y la elaboración de conoci-miento para justificar las propias decisiones y acciones. Sin duda, la evaluación sobre la innovación debe poseer esta utilidad genérica, a la vez, que ser rever-tida a la población que la está produciendo; al producirse un “espejo” donde recibimos las apreciaciones de todos los implicados en la evaluación, para que los que están involucrados también en la innovación la vean como suya y útil.

Igualmente, el contexto donde se realiza la innovación es también clave para el éxito de la misma, y ya ha sido apuntada anteriormente al comentar sobre la cultura. En esta línea Ortega et al. (2007, p. 51) afirman:

El contexto influye fuertemente en la viabilidad de una innovación. En particu-lar, la cultura organizacional es un aspecto fundamental para el desarrollo de una innovación. No es fácil modificar los hábitos que se han formado a partir de la experiencia, aún [sic] cuando la práctica cotidiana demuestre sistemáti-camente su ineficacia. En las reglas no escritas está el principal reto de la inno-vación y, para saber si es posible hacerla, es necesario estudiar la evolución de la cultura organizacional y diseñar estrategias que la conduzcan a formar una cultura de la innovación.

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La anterior cita alude de lleno a la esencia de la innovación, dado que con ella se pueden traspasar las resistencias naturales que genera todo cambio propician-do una modificación en el centro, la adopción de ésta y favorecer a través de los resultados del cambio una cultura de innovación.

Para generar una nueva cultura de la innovación, es relevante incorporar a la misma la acción permanente del profesorado, dejándoles tomar iniciativas y dándoles apoyo a los mismos, creando un ambiente institucional donde se pu-dieran plasmar sus propuestas, promoviendo e incentivando los contactos, etc., de esta forma romper el desinterés permanente que, entre muchos profesores, generan las propuestas que surgen de los órganos directivos de los centros uni-versitarios, y hacer que ellos se sientan protagonistas de esta innovación.

Con objeto de promover innovaciones educativas, que propicien los cambios que necesitamos, debemos tener en cuenta un grupo amplio de factores o condicio-nantes que, Rosales (2009), los agrupa en función de: la naturaleza del cambio, las características del contexto en que se realizan y de los profesores que han de llevarla a cabo y por los incidentes que se producen en el proceso innovador.

Harari (2018) afirma que lo único seguro es el cambio y que éste genera estrés, y hablando sobre la educación afirma que

Las escuelas deberían dedicarse a enseñar las cuatro ces: pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad. De manera más amplia, tendrían que restar importancia a las habilidades técnicas y hacer hincapié en las habilida-des de uso general para la vida. Lo más importante de todo será la capacidad de habérselas con el cambio, de aprender nuevas cosas y de mantener el equi-librio mental en situaciones con las que no estemos familiarizados. Para estar a la altura del mundo de 2050, necesitaremos no solo inventar nuevas ideas y productos: sobre todo necesitaríamos reinventarnos una y otra vez.

Porque a medida que la velocidad del cambio aumente, es probable que no solo mute la economía, sino también lo que significa el ser humano (p. 288).

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7.2. Innovación regional

Es una estructura que genera, desarrolla, transfiere y comercializa innovaciones que mejoran la capacidad competitiva de una región y con ello crea riqueza y bienestar en la sociedad; se construye con base en la capacidad competitiva e innovadora de la región, en especial de sus actividades económicas comercia-bles fuera de la región, aprovechando la proximidad de los participantes y su co-hesión interna (interacciones tácitas) en regiones capaces de formar “clústeres”. Pero el sistema no se circunscribe a un solo sector industrial, sino al conjunto de sectores definidos por las vocaciones competitivas de la región, sin excluir la transferencia de conocimiento desde fuentes externas.

Los sistemas de innovación regional (SIR) tienen tres metas; la meta básica es innovar por medio de la ciencia y la tecnología, la meta intermedia es lograr la competitividad, vía la productividad y la diferenciación (cómo se compite), y la última meta es llegar a la prosperidad: económica (crecimiento), social (em-pleos, calidad de empleos, estándar de vida), ecológica y sustentable. Con esto se pretende un desarrollo y beneficio para toda la región (Ríos, 2005).

7.3. Innovación abierta

Uno de los primeros investigadores que acuñó el término innovaciones abier-tas u open innovation fue Henry Chesbrough, director ejecutivo del Centro de Innovación Abierta de la Universidad de California en Berkeley. El profesor Chesbrough sostiene que los modelos monolíticos de I+D restringen el flu-jo del capital intelectual de la organización, limitando las oportunidades para convertir en dinero dicho flujo de conocimiento (Chesbrough, 2006).

Diversos estudiosos de la innovación abierta tienen diferentes matices de lo que es un sistema de innovación abierto, pero se llega a la conclusión de que significa que las organizaciones pueden hacer uso de recursos externos y de las mejores prácticas, para complementar el valor de sus propios activos de inno-vación, obteniendo mayor retorno de la inversión.

Según la visión de Chesbrough sobre este concepto, existe un mercado global de innovación, donde la innovación misma es una commodity que puede ser comprada, vendida, licenciada, prestada y reinvertida (Chesbrough, 2003).

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Realmente la innovación abierta ha sido descrita hace poco, pero sus caracterís-ticas se han usado desde hace tiempo. Organizaciones de diferentes sectores, desde el farmacéutico hasta el aeroespacial, han estado explorando en bús-queda de brillantes ideas durante muchos años mediante colaboraciones con universidades, partners, laboratorios de I+D externos y start-ups tecnológicas. De igual forma, la industria ha estado informada de la generación de nuevas fuentes de valor respecto a sus propiedades intelectuales, además de las licen-cias de tecnología o las spin-out de empresas de nueva tecnología financiadas por la propia organización u otras organizaciones (Chesbrough, 2006).

No se puede considerar la innovación como un planteamiento endógeno y es-tático porque la empresa es un espacio social que se relaciona permanente-mente con el entorno. Existen situaciones en las que a la empresa le interesa explotar su conocimiento junto con el de las fuentes externas para poder in-novar (Morcillo, 2006).

En el caso de la cooperación externa, será imprescindible fijar controles de gestión para lograr la vinculación efectiva de los entes que interactúan. El mo-delo de innovación abierta se concibe explorando y explotando los cambios del entorno, aprovechando la porosidad de las fronteras organizacionales (Ches-brough, 2003); asimismo, hay conceptos que aluden a la vinculación entre agentes de un sistema de innovación, como se observa en la siguiente tabla.

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Modelos abiertos de carácter estratégico y organizativo

Redes de colaboración

Saxenian (1994)Castells (1996)Shapiro y Varian (1998)

Organizaciones con cierto grado de inter-dependencia, que innovan en una gama definida de productos o servicios.

Sistema Nacional de Innovación

Lundvall (1992)Freeman (1993)Metcalfe (1995)

Sistema interactivo de empresas privadas y públicas, universidades y agencias es-tatales, para producir ciencia y tecnología dentro de las fronteras nacionales.

Triple Hélice Etzkowitz y Leydesdorff (1995)

Interacción de universidades como pro-ductores de conocimiento, empresas como creadoras de negocios y administra-ción pública como regulador y generador de entornos.

Iniciativas internas de cooperación

Mintzberg (1983)Handy (1990)Nonaka y Takeuchi (1995)

Motivación del grupo de proyecto, apren-dizaje, fluidez en la comunicación, clima de confianza dentro y hacia agentes externos.

Iniciativas externas de cooperación

Von Hippel (1986)Chesbrough (2003)Leadbeater (2006)

Intercambio de conocimientos, difusión y transferencia de tecnología. Fuentes externas complementan el conocimiento interno. Movilización de agentes y recur-sos. Dominio de la cartera de competen-cias esenciales.

Fuente: Modelos abiertos tomados de “El valor estratégico de los acuerdos de colaboración para la adquisición de conocimiento en innovación abierta” (Calderón, 2010).

La innovación abierta constituye una estrategia alternativa a la integración ver-tical, que busca la creación de valor donde algunas empresas necesitan identi-ficar conocimiento externo e incorporarlo, mientras que otras buscan mercados externos para sus innovaciones. Estudios previos han demostrado que la coo-peración entre empresas incrementa el potencial de conocimiento y reduce la duplicidad de esfuerzos. Además, se sabe que las entidades que participan en diferentes tipos de alianzas son más innovadoras que aquellas que sólo se invo-lucran en una clase de acuerdos, por la variedad de conocimiento que se puede obtener a través de esta interacción (Teece, 1989).

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7.4. La innovación desde el capital humano

La OCDE, BDAL y CEPAL (2015) estiman que el crecimiento económico inclusivo necesita de más y mejor innovación. Usan el concepto de capital de innovación como un indicador que les sirve para medir la capacidad para innovar y disemi-nar la innovación, e indican que el stock de capital en América Latina es del 13% del PIB, frente a la media de los países de la OCDE que es el 30%, y que ese stock, en América Latina, se compone fundamentalmente de la educación terciaria, mientras que en la OCDE se basa en el gasto en I+D. Ello evidencia una de las debilidades de la región que es la escasa inversión en I+D y que corresponde en una alta proporción a inversiones públicas.

El Banco Mundial (2019) afirma que las diferencias de capital humano en-tre los países suponen disparidad entre el 10 y 30% del PIB per cápita. Para apoyar la salida del rezago proponen el diseño de políticas públicas que favo-rezcan la industria y el desarrollo productivo, teniendo en cuenta las nuevas tecnologías, con enfoques innovadores y sin perder de vista la sostenibilidad en su dimensiones social, económica y ambiental, siendo la educación tercia-ria un elemento clave para este desarrollo.

El Banco Mundial (2019) considera que los países en vías de desarrollo deberán invertir en sanidad y educación que son las bases del capital humano, porque el ritmo de las innovaciones sigue acelerando y será la única forma de aprovechar los beneficios de las tecnologías y evitar disrupciones graves.

En América Latina, según la CEPAL (2018), se han abierto unas brechas impor-tantes de capital humano, debido a las tecnologías digitales, como consecuen-cia de la escasez de formación tecnológica de nivel superior (grado y posgrado) y de investigadores en estos campos.

Los estudiantes se ven como inventores potenciales que representan un flujo dinámico de “capital humano” en los grupos académicos de investigación frente al carácter estático de los laboratorios industriales y los institutos de inves-tigación. Este flujo constante asegura la primacía de las universidades como fuentes de innovación. La combinación de continuidad y cambio, de memoria organizativa e investigadora con nuevas personas y nuevas ideas a través del

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paso de generaciones de estudiantes, proporciona a las universidades su venta-ja comparativa específica (Leydesdorff y Etzkowitz, 2001). Mientras el modelo TH opera, el capital humano se desarrolla en el área de aprendizaje, y el apren-dizaje es considerado como un antídoto al riesgo de perder empleo.

En esta línea el Banco Mundial (2019) afirma que:

El Proyecto de Capital Humano del Banco Mundial tiene por objeto solucio-nar esta situación. En este estudio se presenta nuestro nuevo Índice de Capital Humano, que mide las consecuencias de descuidar las inversiones en capital humano en términos de la pérdida de productividad de la próxima generación de trabajadores. Nuestro análisis indica que, en los países en los que hoy se registra el menor nivel de inversiones en capital humano, la fuerza laboral del futuro será entre un tercio y la mitad de productiva de lo que podría ser si las personas gozaran de plena salud y recibieran una educación de alta calidad.

Por otro lado, se contemplan tres tipos de capitales que conforman el capital de innovación: el capital humano, el capital físico (económico) y el capital de cono-cimiento (OCDE, CAF y CEPAL, 2015).

La TH se propone como una estrategia para aumentar el capital social y rellenar las brechas tecnológicas. Como ejemplos de estos procesos, se hace referen-cia al esquema de investigación en red en Canadá (Albert y Laberge, 2007) y la Unión Europea o el aumento de la incubación en Brasil (Etzkowitz y Carvalho de Mello, 2004; Etzkowitz, Carvalho de Mello y Almeida, 2005; Etzkowitz 2002a). El capital social hace referencia al conjunto de bienes que aportan los ciudada-nos o socios a una sociedad (Gran Espasa, 2000).

En todos los casos, la TH actúa como modelo y motor de desarrollo. La “capi-talización del conocimiento”, que sucede en paralelo con la “cognitivización del capital”, se refiere a que se crean nuevas formas de capital y se crean sobre la base de la interacción social (“a quién conoces”) o de las actividades intelectua-les (“qué sabes”), y son intercambiables.

De la capitalización del conocimiento y de la cognitivización del capital surge el capital financiero sobre el capital social e intelectual acumulado, y éstos se

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fusionan y se ven como resultado cuando existe la interacción entre universi-dad-empresa-gobierno, lo que significa que los procesos de creación de cono-cimiento y de creación de capital van en grupo para efectuar la obra, mientras se inventan nuevas medidas de financiación de investigaciones arriesgadas y a medida que las empresas anidadas que transforman el conocimiento en capital dan origen a innovaciones organizativas. La formación de capital su-cede en dimensiones nuevas en la medida en que se crean diversas formas de capital que se transmutan en otras: financiero, social, cultural e intelectual (Etzkowitz, 2003).

7.5. La innovación en la Universidad moderna

Ríos y Gómez (2011, p. 205) vinculan la Universidad y la innovación al afirmar que “en la Universidad la innovación es consustancial a su propia esencia. No se concibe una Universidad que no innova, ya que el conocimiento está siempre construyéndose y reconstruyéndose”. Y añaden que

queremos destacar la importancia de concebir la innovación no con un carác-ter finalista (aunque tenga sus objetivos y finalidades), sino como un proceso permanente de cambios, donde incluso la consecución de un objetivo nos lle-va, inmediatamente, a seguir investigando e innovando en cómo mejorar los modelos de investigación; en las herramientas que utilizamos; las formas de implementar, transferir y difundir los resultados de las investigaciones; las pa-tentes y desarrollos de productos; la aplicación de la investigación básica; la docencia; la organización y gestión de las universidades, etc.

El papel clave de la Universidad también es resaltado por la OCDE, CAF y CEPAL (2015) al afirmar que:

En una economía globalizada y basada en el conocimiento, el potencial para in-novar e impulsar los niveles de competitividad está estrechamente relacionado con la capacidad del sistema de educación superior de aumentar y mejorar las competencias de las que dispone una economía (p. 108).

Para Barro y Fernández (2015) la Universidad además de la investigación y la formación tiene que contribuir al crecimiento económico y desarrollo de las

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regiones donde están ubicadas; y resaltan que en Iberoamérica las universi-dades manejan sobre un tercio del presupuesto de I+D.

La universidad juega un papel muy importante en las actividades socioeconó-micas de un país, en tanto que pueda generar, aparte de su actividad propia de enseñanza-aprendizaje, investigación y desarrollo a lo interno de la universidad y de la misma manera pueda participar en la creación de nuevas empresas o incentivar las spin-off, que son un modelo de gestión que se basa en la indepen-dencia de un área para que esta área sea transformada en un propio negocio.

Se habla entonces de una “universidad emprendedora”, que abarca la comer-cialización, la coinversión del conocimiento en mercancías patentes, licencias o start-ups, y cuando hablamos de start-ups nos estamos refiriendo a un negocio con una historia de funcionamiento limitado que se distingue por su perfil de riesgo, pero con grandes posibilidades para crecer, propiedad de estudiantes o facultades.

De igual manera, es un concepto que describe la variedad de formas por las que los académicos comercializan el conocimiento que producen.

Las infraestructuras más usuales, en Iberoamérica, en las que las universida-des canalizan el emprendimiento son las oficinas de transferencia tecnológi-ca, las incubadoras, los centros de emprendimiento y los parques tecnológicos (Barro, 2015).

La relación entre universidad-empresa es un aspecto que se va diversificando, ambos cooperan como socios, y en ocasiones compiten entre sí. Se generan mecanismos de cooperación en varios sentidos: por un lado, apoyo a la inves-tigación que realizan las universidades y la transferencia de conocimiento. En cuanto a la investigación, las empresas tienen la posibilidad de facilitar recursos a la universidad, con el propósito de equipar e impulsar proyectos a través de donaciones o becas. Dentro de la universidad se usa, difunde, transfiere y se crea conocimiento (científico y/o tecnológico), ya sea de forma tácita o incor-porada hacia las empresas y de tipo tanto formal (convenios y contratos) como informal (reuniones, capacitación). Este concepto abarca modalidades que van desde las más tradicionales, como formación de recursos humanos, hasta las

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que tienen que ver con la comercialización del conocimiento generado en las instituciones de educación superior.

El eje universidad de la TH hace referencia a la actividad que realizan las uni-versidades o centros de educación superior de un país. Su contribución a la innovación empresarial se realiza a través del incremento de graduados e in-vestigadores y el conocimiento que ofrece.

Rudi Bekkers (2008) menciona que existe una gran variedad de canales a través de los cuales el conocimiento y la tecnología se transfieren entre las universi-dades y la industria; esta aportación de Bekkers nos hace reflexionar de una manera profunda y analítica, ya que la universidad juega un papel muy impor-tante en las actividades socioeconómicas, aparte de su actividad propia de enseñanza-aprendizaje, investigación y desarrollo.

Dentro del modelo de TH se pretende que la universidad pueda participar en la creación de nuevas empresas; en este sentido, ésta puede ser el punto de parti-da para fomentar nuevas organizaciones. La institución educativa, en este caso la Universidad, debe crear sus propias estrategias para crecer en el ámbito de investigación y de desarrollo con el objetivo de lograr un éxito en la institución, así como en las empresas involucradas en esta participación.

Basado en la interacción universidad-empresas-gobierno, un conjunto de au-tores ha desarrollado el modelo de la TH de la innovación (Etzkowitz y Leydes-dorff, 2000), cuyo argumento central sostiene que el arreglo institucional entre estos tres agentes y sus interrelaciones define el desempeño innovador de las empresas. Uno de sus principales conceptos es el de “universidad emprendedo-ra”, pues ésta juega un rol proactivo en la innovación tecnológica. Mediante una relación estrecha con las empresas, la Universidad participa en la producción de conocimiento científico y tecnológico, así como en la comercialización del mis-mo (start-ups y spin-offs) (Etzkowitz et al., 2000).

Durante los años ochenta, la universidad fue considerada como una herra-mienta subutilizada en la lucha por la competitividad industrial y el crecimiento económico regional. Se resaltaba la necesidad de articular la investigación y el conocimiento ahí producido con la innovación en las empresas.

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Recientemente, las instituciones educativas se están considerando como “má-quinas” de innovación generadoras de nuevas ideas que pueden ser utilizadas para innovaciones comerciales y crecimiento económico. Esto ha generado lí-neas de políticas sumamente mecánicas que buscan comercializar esas ideas y transferirlas al sector privado.

Las universidades son, por mucho, la más importante fuente nacional de crea-ción de conocimiento y talento. El capital humano bien preparado es el recurso más valioso para cualquier país, especialmente en la creciente economía basa-da en el conocimiento. En este sentido, políticas mal dirigidas pueden debilitar la capacidad de la Universidad para generar conocimiento y atraer y producir ta-lento, y como resultado, estropear la capacidad de innovación de toda la nación. Si los diseñadores de política económica quieren apalancar a las universidades para generar crecimiento económico, deben adoptar un nuevo punto de vista, pues tienen que focalizar sus esfuerzos en el fortalecimiento de la habilidad de la universidad para atraer a las personas más preparadas de todo el mundo, pues éstas son los verdaderos “manantiales de la economía del conocimiento” (Florida, 1999).

Una de las tareas más importantes de la universidad es la creación y atracción de talento, es decir, científicos notables que en muchas ocasiones no están tan motivados por su salario, sino por el prestigio y el estatus. Asimismo, estos aca-démicos desean estar en comunicación y contacto con otros científicos igual de preparados. Pero la universidad sólo es una parte del entramado institucional que puede atraer y retener a este tipo de personas. La universidad es condición necesaria pero no suficiente para esta tarea. La importancia de las empresas y otras instituciones es decisiva para crear y atraer talento. Además, las universi-dades no operan como simples máquinas de innovación. Son una pieza crucial de la infraestructura de la economía del conocimiento, ofreciendo mecanismos que generen y aprovechen el talento.

En síntesis, sin dejar de promover la investigación universidad-industria o la transferencia de conocimiento desde la facultad, la línea de política debe estar centrada en apoyar el papel de la academia en la creación amplia de talento. La literatura sobre la función de la universidad en la generación de conocimiento res-cata aspectos fundamentales de su función en el entorno social (Florida, 1999).

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En un estudio sobre el proyecto japonés del clúster TAMA (Technology Advan-ced Metropolitan Area), Kodama (2008) analiza dos elementos que considera necesarios para la construcción de un sistema regional de transferencia de tec-nología eficiente entre las instituciones de educación superior y las firmas: una organización intermediaria y empresas regionales que han desarrollado capaci-dad de absorción, tratando en particular los aspectos tácitos del conocimiento.

Basado en un estudio de caso, el autor examina el efecto de intermediación de la asociación TAMA y la “capacidad de absorción” de varias empresas pequeñas y medianas desarrolladoras de productos. Sus resultados muestran que, al me-nos para Japón, la vinculación con las universidades y la relación interempresas lleva a diferentes resultados. Mientras que el primer tipo de vinculación incre-menta la posibilidad de solicitud de patente de las pequeñas y medianas em-presas (PyMEs) desarrolladoras de productos, la relación interfirmas aumenta la probabilidad de desarrollo de nuevos productos (Kodama, 2008).

Bramwell y Wolfe (2008) argumentan, en un estudio llevado a cabo en la Uni-versidad de Waterloo, Ontario, Canadá, que la contribución de algunas univer-sidades al dinamismo económico local y regional es mucho más amplia de lo que algunos enfoques mecánicos sugieren. Además de generar conocimiento comercializable e investigadores científicos calificados, las universidades pro-ducen otros mecanismos de trasferencia de conocimiento como pueden ser la generación y atracción de talento a la economía local.

A la vinculación universidad-empresa Gould (1997) la define como el conjunto de relaciones entre las empresas y las instituciones de educación superior, a través de las cuales el sector académico presta sus servicios profesionales a organiza-ciones privadas, generalmente con base en contratos y convenios.

Este tipo de colaboración involucra gestión, transferencia y administración de tecnología e incluye la transmisión de ideas, conocimientos e innovacio-nes tecnológicas, resultados de investigación y el intercambio de elementos de la academia hacia la empresa y viceversa (Gould, 1997). Una debilidad de esta definición radica en que no incluye la vinculación relacionada con la for-mación de recursos humanos y modalidades de vínculo informales.

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Otra definición de la vinculación entre la universidad y la empresa la presentan Casas y Luna (1997), quienes señalan que la vinculación universidad-empresa se refiere a un conjunto muy amplio de fenómenos de carácter tanto formal como informal, que se expresan a través tanto de convenios y contratos, como de mecanismos y programas, no sólo por la expansión que experimentan estos fenómenos, sino principalmente en la medida en que ese tipo de relaciones in-volucran acciones cooperativas, de intercambio y voluntarias, que por lo general están orientadas hacia objetivos específicos. El foco de esta definición está en las interacciones que implican relaciones formales, pero no incluye las modali-dades de vinculación que abarcan relaciones informales.

7.6. La innovación en la producción de bienes y servicios

El desarrollo tecnológico es un aspecto que facilita la aplicación de la vincula-ción entre la empresa y la universidad. Los cambios frecuentes en la tecnolo-gía propician un ambiente de constante generación de nuevos conocimientos y pueden estimular el crecimiento en las empresas a través de mecanismos de cooperación con las universidades, involucrándose estas últimas en el desarro-llo de capacidades que ayuden a implantar nuevas formas, para crear fuentes de innovación para el desarrollo de altas tecnologías en las empresas. Esto se puede lograr a través de incubadoras de empresas, oficinas universitarias de transferencia tecnológica e institutos tecnológicos que coordinadamente esta-blezcan vínculos para el desarrollo de las nuevas tecnologías.

El proceso de innovación se presenta, actualmente, como una herramienta es-tratégica para todas aquellas empresas que deseen crecer y mejorar sus re-sultados. La innovación tecnológica es fuente de ventajas competitivas, lo que estimula la competitividad empresarial (Camisón, 2006), de ahí el gran interés que tiene para la sociedad actual lo tratado en este estudio.

Se concibe como innovación en el ámbito de las organizaciones a la creación de nuevo valor para los clientes y la empresa, a través del cambio de una o más dimensiones en su sistema. Para que este proceso se realice, dentro de una organización, es necesario que posea la capacidad de utilizar el conocimiento existente para implementar nuevas ideas dentro de la misma, de forma que de-sarrolle recursos tangibles e intangibles de forma continua. Por lo tanto, cuando

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se habla de un proceso de innovación en las empresas se hace referencia a ideas creativas que marcan una diferencia con respecto a la competencia (Camisón y Boronat, 2003).

Como ya se ha hecho mención anteriormente, el modelo TH brinda una orienta-ción para las políticas de innovación que están basadas en tres ejes: universidad, empresa y gobierno. Impulsa al proceso y también recoge los casos donde la in-novación ha tenido éxito. Este modelo puede ser desarrollado por medio de tra-bajos conjuntos o separados, pretende expandir el conocimiento y la economía.

Un aspecto clave en el proceso de innovación de las empresas está relacionado con las fuentes de información, puesto que su capacidad de innovación se ve influenciada positivamente por flujos externos de conocimiento. En este sen-tido, la heterogeneidad del conocimiento utilizado es identificada en muchos casos como fundamental para el éxito en la innovación. Esta heterogeneidad está relacionada con las distintas fuentes de información que pueden utilizar las empresas. Directivos y organizaciones aprenden y obtienen conocimiento de su entorno: clientes, proveedores, competidores, consultorías y otros agentes externos (Díaz et al., 2006).

Para la OCDE, CAF y CEPAL (2015) “no es posible pensar en un ambiente favo-rable a la innovación sin las posibilidades de búsqueda, acceso, procesamiento y difusión de informaciones que proporciona la infraestructura en TIC” (p. 151).

Se ha reconocido que el “recurso fundamental” en la economía moderna es el conocimiento, y consecuentemente, el proceso más importante es el apren-dizaje, se desarrolla un nuevo modelo económico que sitúa los procesos de aprendizaje interactivo y la innovación en el centro del análisis, sustituyendo así al viejo modelo neoclásico basado en los conceptos de limitación y asignación de recursos e intercambios (Lundvall, 1992). Stiglitz y Greenwald (2015) tam-bién vinculan el conocimiento, el aprendizaje y la innovación en la economía al afirmar que

Por lo general, el conocimiento es creado por los individuos al trabajar dentro de las organizaciones y se transmite a otros dentro de la organización. Luego

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se transfiere de una organización a otra y de un individuo a otro. Sin embargo, el alcance, la facilidad y la rapidez de la transmisión del conocimiento son, en sí mismos, rasgos fundamentales de una sociedad del aprendizaje, ya que el nue-vo conocimiento estimula un nuevo pensamiento; es el catalizador así como el aporte a partir del cual surgen nuevas ideas y una nueva creatividad (p. 88).

Así mismo, autores de primera fila como Porter (2004) ponen de manifiesto que la capacidad de las empresas para innovar constituye, actualmente, la clave más importante para mantener y mejorar su posición en el mercado. En el mismo sentido, éste y otros autores consideran que la capacidad competi-tiva de las naciones descansa en su potencial de innovación. Aunque Stiglitz y Greenwald (2015) advierten de los efectos negativos que pueden ocasionar, en los países en desarrollo, las innovaciones que conllevan un ahorro en mano de obra, por el desafío social que ello implica y por la disminución que puede provocar en los salarios.

De lo manifestado anteriormente, se observa que el estudio de los fenómenos innovadores ha sido abordado desde diferentes perspectivas, algunas de ca-rácter macro que relacionan la innovación con el crecimiento de las naciones y otras de corte microeconómico, que la asocian con una estrategia de desarrollo empresarial. Esta variedad de aproximaciones ha condicionado la aparición de múltiples definiciones y de diversas inconsistencias terminológicas. En la lite-ratura es común encontrar términos como desarrollo tecnológico, cambio tec-nológico, I+D, para referirse en la mayoría de los casos al proceso de innovación tecnológica, y en el ámbito empresarial algunos autores han sustituido el tér-mino innovación por el de tecnología, dirección de la tecnología o dirección de la innovación.

No obstante, a pesar de las diferencias conceptuales manifestadas entre cada autor, parece existir un punto de convergencia en el hecho de concebir la in-novación como una idea hecha realidad o llevada a la práctica (Escorsa y Valls, 1997). Algunos autores conciben la innovación como el conjunto de actividades, inscritas en un determinado periodo de tiempo y lugar, que conducen a la intro-ducción con éxito en el mercado, por primera vez, de la idea en forma de nuevos o mejores productos, servicios o técnicas de gestión y organización.

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Con base en todo lo anterior podemos decir que, la innovación es un proceso que consiste en conjugar oportunidades técnicas con necesidades, integrando un paquete tecnológico que tiene por objetivo introducir o modificar produc-tos o procesos en el sector productivo, con su consiguiente comercialización.

Pero quien hace una conceptualización más general, acerca de la innovación, es el economista austriaco Schumpeter, quien destaca la importancia de los fenó-menos tecnológicos en el crecimiento económico. Según Schumpeter (1934), la innovación abarca los siguientes aspectos: la introducción en el mercado de un nuevo bien, la introducción de un nuevo método de producción, la apertura de un nuevo mercado en un país, la conquista de una nueva fuente de suministro de materias primas y la implantación de una nueva estructura en un mercado. Este economista fue el primero en elevar el fenómeno de innovación como una variable determinante del crecimiento económico, y a partir de sus aportacio-nes se desarrolló toda una nueva corriente de pensamiento, denominada neos-chumpeteriana, en referencia a su obra. Cabe aclarar que los aportes realizados bajo esta corriente de pensamiento en lugar de reafirmar las conclusiones del citado autor las contradicen en muchos aspectos (Freeman, 1998).

Una de las tesis más cuestionadas de Schumpeter es la distinción de dos tipos de agentes: “empresarios innovadores” e “imitadores”. Los primeros, utilizando los términos de Schumpeter (1942), son individuos excepcionales que, incapa-ces de prever el futuro, están dispuestos a enfrentarse a todos los riesgos y a las dificultades de la innovación, a diferencia de los segundos que, simplemente actúan como gestores rutinarios siguiendo el camino abierto por los heroicos pioneros. Bajo esta concepción se valora excesivamente a los pioneros de la innovación y se subestima los aportes realizados por los seguidores, los cuales muchas veces son más significativos para la economía. Esta concepción asu-me implícitamente la idea de que las innovaciones son esencialmente de tipo radical y no reconoce el valor de las mejoras incrementales, las cuales han de-mostrado ser muy importantes, tanto para el desarrollo empresarial como el nacional. Como ejemplo de ello tenemos el desarrollo de la economía japonesa.

Si se siguen las definiciones planteadas hasta el momento queda claro que la in-novación termina necesariamente con la introducción de una idea en el mercado que genera valor, ya sea en términos de comodidad, confortabilidad, seguridad,

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calidad o estética, lo que implica que la innovación no necesariamente depende de la tecnología, sino que, por el contrario, puede resultar de combinaciones diversas, especialmente en las áreas administrativas o comerciales.

Por lo tanto, una innovación tecnológica no solamente se daría cuando tiene que ver con la ciencia y la tecnología, es decir, cuando hay cambios en los pro-ductos o en los procesos Escorsa y Valls (1997).

Freeman y Pérez (1988) ofrecen una clasificación de las innovaciones tec-nológicas fundamentada en el grado del cambio tecnológico de cada periodo histórico. De esta forma, distinguen innovaciones incrementales, radicales, cambios en el sistema tecnológico y cambios en los paradigmas tecnológi-cos. Los dos primeros tipos de innovaciones constituyen la clasificación más común y simplista de las innovaciones realizada en función de su grado de novedad. Las innovaciones incrementales son aquellas que se orientan a me-joras en los productos, procesos o servicios existentes y ocurren frecuentemen-te dependiendo de las presiones de la demanda, fracturas socioculturales, oportunidades tecnológicas y trayectoria. Por otra parte, las innovaciones radicales se dirigen al desarrollo de productos, procesos o servicios comple-tamente novedosos y se caracterizan por una planificación a largo plazo que asegura los requisitos tecnológicos disponibles y que todo se acopla cuando la etapa de desarrollo final es alcanzada.

Considerar estas diferencias resulta importante al momento de analizar los inputs y los outputs del proceso innovador, ya que según sea el caso, los re-cursos demandados para la realización del mismo y las consecuencias de éste sobre la industria que lo adelante, serán considerablemente diferentes. En el caso de las innovaciones radicales, por ejemplo, los departamentos de I+D juegan un papel determinante, mientras que en las innovaciones incremen-tales los departamentos de producción, marketing, diseño, mantenimiento y todos los elementos de la empresa en general son importantes.

En la medida en que el cambio tecnológico es más profundo se avanza en la clasificación de Freeman y Pérez (1988) hacia las categorías de cambios en los sistemas tecnológicos y cambios en los paradigmas tecnológicos. Los prime-ros afectan a varias partes de la economía, producen un avance para toda la

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industria y se basan en la suma de las innovaciones radicales e incrementales, junto con las organizativas. Los cambios en los paradigmas tecnológicos, por otro lado, provocan transformaciones en los sistemas tecnológicos de gran magnitud, los cuales ejercen una influencia en el comportamiento de la eco-nomía y son las llamadas revoluciones tecnológicas.

Por otra parte, Arrow (1962) es uno de los primeros autores que intenta endo-genizar el cambio tecnológico y a partir de sus aportaciones surge toda una línea de trabajo dedicado al estudio de la economía del desarrollo y del crecimiento. En estos nuevos modelos, la tecnología se convierte en factor endógeno, en el cual los actores (individuos y organizaciones) juegan un papel importante para su determinación y desarrollo.

Las principales aportaciones realizadas en esta corriente de pensamiento se derivan de la economía evolucionista y, a diferencia de los modelos neoclásicos, resaltan el carácter dinámico del proceso innovador. Siguiendo este enfoque, diversos autores como Nelson y Winter (1982) han establecido analogías entre el proceso de evolución biológica y el proceso de innovación tecnológica, utili-zando los conceptos darwinianos de diversidad, selección y herencia.

De esta forma los evolucionistas distinguen tres mecanismos funcionales: la innovación tecnológica, la cual prevé la variación, los mercados que proveen la se-lección, y las estructuras institucionales que aportan el sistema de retención y los controles reflexivos. Nelson y Winter (1982) utilizan el concepto de “selección” para indicar la importancia de la innovación en la empresa. Según esta noción, aquellas firmas que poseen mejores técnicas o aplican mejores métodos de gestión que sus competidores, a través de una mayor capacidad de aprendizaje y el desarrollo de tecnologías, tendrán una mayor expansión y crecerán a ex-pensas de las que no tienen éxito. En función de las estrategias que adopten las empresas no solo triunfarán en el mercado, sino que también podrán modificar la estructura del sistema económico.

El planteamiento anterior es antagónico con la visión neoclásica, según la cual los resultados del proceso de innovación dependen de la estructura de la industria, es decir, las empresas juegan un papel pasivo y se limitan a adaptarse a las condicio-nes que les impone el entorno. Pero quizás el primer antecedente evolucionista

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se encuentra en la obra de Schumpeter. Este autor calificó las innovaciones como “destrucciones creadoras”, que generan discontinuidades y saltos en el desarrollo económico. En palabras de Schumpeter la innovación tecnológica es “un proce-so de mutación que revoluciona incesantemente la estructura económica desde dentro, destruyendo ininterrumpidamente lo antiguo y creando continuamente elementos nuevos” Schumpeter (1934).

La dinámica que sigue el proceso innovador y que culmina con la introducción al mercado de una nueva idea, ya sea producto, proceso o algún método, ha sido estudiada por diversos autores, los cuales han tratado de esquematizar y representar a través de modelos las diversas etapas que intervienen en el pro-ceso, con el objetivo de alcanzar un mayor entendimiento del mismo. En el desarrollo de esta actividad, se generó desde la década de 1950 una amplia controversia entre los economistas neoclásicos relacionada con las teorías de “el empuje de la ciencia” (Science Push) y “el tirón de la demanda” (Market pull). Durante el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, los debates en tor-no al desarrollo de la innovación se centraban en cuál de estos dos modelos explicaba de una mejor manera las características del proceso innovador.

El primer modelo, el del “empuje de la ciencia”, sostiene que los avances científicos son los que estimulan la innovación al aportar los conocimientos necesarios para el desarrollo de aplicaciones tecnológicas y la posterior pe-netración de las mismas en el mercado. Este modelo explica la innovación como la sucesión de varias etapas, comenzando por la investigación básica hasta llegar al lanzamiento en el mercado de la novedad y se caracteriza por-que la contempla como un proceso lineal, con un inicio y un final claramen-te establecidos, el cual se desarrolla de manera progresiva a través del eje Investigación-Desarrollo-Marketing. Basalla (1988) identifica las siguientes características asociadas a este enfoque:

1. Las capacidades tecnológicas de una determinada sociedad son esencial-mente función de las fronteras de sus conocimientos.

2. Los conocimientos útiles para la producción industrial se basan en princi-pios fundamentalmente científicos.

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3. El proceso de “traducción” de los principios científicos a conocimientos tec-nológicos es en esencia secuencial, tanto en el plano temporal como insti-tucional: comprende fases discretas que deben sucederse.

Relacionado con el avance tecnológico, el Banco Mundial (2019) habla de una batalla que se está dando entre la innovación y la robotización y en función del resultado de la misma, se concretará el futuro del empleo, además, afirma que:

En respuesta a la automatización, el empleo disminuye en los sectores anti-guos. En respuesta a la innovación, surgen nuevos sectores o actividades. El futuro general del empleo depende de ambas cosas, como así también del gra-do de mano de obra y habilidades que requieran los nuevos sectores o activi-dades. Estas fuerzas, a su vez, inciden en los salarios (p. 28).

Cambiando, a otro aspecto, se incide que el eje sector productivo (industria o empresa) hace referencia a los negocios que conforman el tejido empresarial de un país. En el caso de la obtención de información de la actividad innovado-ra, estaríamos hablando de todas aquellas empresas que tienen relación con la organización que realiza el proceso de innovación, fundamentalmente provee-dores y competidores.

Los proveedores están relacionados con la actividad innovadora de las empre-sas y que las organizaciones expliciten en sus contratos con proveedores ob-jetivos estratégicos de aprendizaje se relaciona con un efecto positivo en sus competencias internas. Además, si los proveedores participan en las primeras fases del proceso de innovación el resultado del mismo podría verse incremen-tado siendo los competidores otro componente del eje de la industria. En ge-neral, la teoría económica ha relacionado la competitividad entre empresas con un mejor desempeño y mejores prácticas. En el caso de la actividad innovadora, la competitividad entre empresas está ligada con mejores prácticas tecnoló-gicas. Este aspecto se encuentra relacionado con la orientación al competidor, definida como la habilidad de la empresa de responder ante las actividades que realiza su competencia (Stuart et al., 1999).

No sólo la respuesta ante la competencia es un aspecto clave de la relación entre organizaciones; también es importante la cooperación entre ellas, especialmen-te en el caso de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) que perciben como

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una gran dificultad para la innovación el acceso a financiación. En este sentido, la colaboración se presenta como una útil herramienta que favorece el acceso a fuentes de financiación externas puesto que incrementa la percepción de proba-bilidades de éxito por parte de los inversores (Quintana y Benavides, 2007).

En general, acuerdos de cooperación relacionados con la investigación y el de-sarrollo (I+D) potencian la tenencia de recursos necesarios para sobrevivir. Por ejemplo, Quintana y Benavides (2010) especifican en su investigación que en un sector específico las alianzas tecnológicas (en general acuerdos de cooperación en I+D) contribuyen al desarrollo de innovaciones radicales.

De esta forma se introduce el término “coopetición” (cooperación + competi-ción), que hace referencia a la influencia en la actividad innovadora de los com-petidores en una empresa, tanto en relación con la competitividad como en el caso de la cooperación entre ellas (Nalebuff y Brandenburger, 1996).

No obstante, en este binomio de cooperación-competición se ha vuelto más complejo en la actualidad y en las prospectivas futuras. Harari (2018) habla de una nueva colaboración de inteligencia artificial y ser humano en el entorno la-boral, y que se podía dar un escenario muy negativo en que parte del trabajo se perdería porque podría ser asumido por la robotización, generando un alto nivel de desempleo, y a la vez que habría una demanda de trabajo muy especializado que no se podría cubrir. De hecho, esta realidad ya se está produciendo.

7.7. La innovación en las empresas

Al hacer mención de la innovación de pequeñas empresas surge el concepto de incubadoras de empresas. Este concepto se basará en dos definiciones distin-tas de dos diferentes autores.

Para Allen (1985) las incubadoras de empresas son organizaciones que cuentan con centros administrativos cuya misión es acelerar los negocios mediante la aglomeración del conocimiento y el intercambio de recursos. Además, propor-cionan servicios compartidos de oficina y asistencia para el desarrollo de ne-gocios en un entorno propicio para la creación de nuevas empresas, para su supervivencia y el crecimiento en sus primeras etapas.

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Por su parte Grimaldi y Grandi (2005) sostienen que las incubadoras ofrecen apoyo a las empresas emergentes proporcionando una amplia gama de ser-vicios, como en la asistencia del desarrollo de negocios, los planes de marke-ting, la creación de equipos de gestión, la obtención y el acceso a otros servicios profesionales más especializados. Adicionalmente, le ofrecen a una empresa espacio físico, equipo y servicios administrativos compartidos.

A principios de la década de los noventa, el gobierno apoyó a las incubadoras de empresas con la finalidad de promover los conocimientos académicos en el sector productivo y con esto desarrollar su capacidad tecnológica. En 1992, en México, el gobierno federal creó el Programa Nacional de Incubadoras de Em-presas de Base Tecnológica (PNIEBT).

Durante la vigencia de este programa se crearon 12 incubadoras de empresas; para 1997 el programa fue cancelado debido a la falta de resultados. La can-celación del programa, la rigidez para el acceso al financiamiento, la adminis-tración poco experimentada en cuanto a las necesidades de las incubadoras, el cambio de autoridades y la crisis económica fueron los elementos que provoca-ron el cierre de más de 75% de las incubadoras surgidas en los noventas (Alca-raz, 2006). En 1995 existían diez incubadoras en funcionamiento, mayormente vinculadas a las universidades, centros de investigación y encaminadas sobre todo a actividades de base tecnológica; de todas las empresas en incubación la mitad habían sido creadas por investigadores, docentes y estudiantes.

Para 2004 se consolida el apoyo del gobierno federal mediante el surgimiento del Sistema Nacional de Incubación de Empresas conocido por sus siglas (SNIE) en el que se involucra a los diversos sectores de la sociedad para llevar a cabo con éxito el proceso de incubación de empresas en México, de acuerdo con el Sistema de Información Empresarial Mexicano SIEM (2013).

Con el objeto de integrar las políticas públicas al desarrollo económico del país, el gobierno federal creó la Red Nacional de Incubadoras de Empresas conocida por sus siglas (RNIC) como parte de las estrategias para fomentar el crecimiento económico del país, contribuyendo a la creación de más y mejores empresas, más y mejores empresarios y más y mejores empleos. El objetivo de la RNIC

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es crear, fortalecer y promover la red de incubadoras y la atención y servicios adecuados a los usuarios (SIEM, 2013).

En lo que respecta a la infraestructura de las incubadoras en México, así como los equipos necesarios para la realización de sus actividades, es un apoyo finan-ciero que aporta el gobierno.

A partir del 2000, el gobierno federal ha creado diferentes organismos y progra-mas cuya finalidad ha sido la creación de nuevas empresas y a su vez la genera-ción de más y mejores empleos. Es así como a partir del 2001 se comienza con el apoyo al talento emprendedor, pero ¿qué se entiende por “emprendedor”?

Según recoge Pedro Nueno (1994), entre otros muchos, algunas definiciones del término propuestas por investigadores de reconocido prestigio son las si-guientes: Knight (1921) lo describe como el que asume inversiones inciertas. El emprendedor se caracteriza por su bajo nivel de aversión al riesgo. Para Schum-peter (1942), son líderes y los principales contribuidores al proceso de destruc-ción creativa, característica esencial del capitalismo.

McClelland (1961) encuentra que las características del emprendedor son, por una parte, un tipo especial de comportamiento, y por otra, un interés por ocu-parse en actividades que implican emprender por su prestigio y por su ries-go. Davids (1963) basa sus estudios en la definición del emprendedor como el creador de un nuevo negocio. Draheim (1972) establece sus estudios en la definición de la actividad emprendedora como el acto de creación de una nueva empresa donde ninguna existía antes y define al emprendedor como la perso-na que crea una nueva empresa; y utiliza el término para indicar que el funda-dor tiene una participación en acciones en la compañía y que su intención es crecer y prosperar más allá del estado de autoempleado.

Hayek (1979) pone de manifiesto el papel del emprendedor como ágil captador y utilizador de información. Éste tiene la habilidad de captar información que le lleva a encontrar oportunidades capaces de generar un beneficio. Hull, Bosley y Udell (1980) lo definen como la persona que organiza y dirige una empresa asumiendo los riesgos para la obtención de beneficios. Esta definición se extiende a los indi-viduos que han adquirido una empresa ya existente con la intención de expandirla.

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Según Casson (1982), el emprendedor toma decisiones sobre la asignación de recursos escasos que son el resultado de un juicio, es decir, que no se trata de una decisión que resulta de una regla basada en la utilización de información disponi-ble y al alcance de todos. La esencia de su planteamiento está en que el resultado de las decisiones depende de quién las toma.

Gartner (1985), lo define como la persona que “inicia una nueva empresa donde antes no había ninguna”.

Por último, Kirzner (1985) menciona que los emprendedores perciben oportu-nidades de obtención de beneficios e inician acciones para completar las ne-cesidades insatisfechas o para hacer de forma más eficiente lo que ya se está haciendo. Algunas de sus características son esenciales para la creación de nue-vas empresas de éxito. Estos atributos incluyen la creatividad, la adaptabilidad, el conocimiento tecnológico, la visión de futuro, el liderazgo, los conocimientos organizativos y de gestión, la habilidad de tomar decisiones rápidas y de actuar de manera ágil en entornos cambiantes e inciertos, integridad personal, educa-ción y bagaje cultural.

Actualmente se aplica el término emprendedor a las personas que tienen una sensibilidad especial para detectar oportunidades y la capacidad de movilizar recursos externos para explotar estas oportunidades. Es quien descubre la oportunidad, concibe el proyecto y lo pone en práctica. Incluso en las circunstan-cias más adversas, éste pone en juego su imaginación y esfuerzo para descubrir oportunidades y transformarlas en negocio. Se le describe con términos como innovador, flexible, dinámico, capaz de asumir riesgos, creativo y orientado al crecimiento.

El emprendimiento es el centro de muchas políticas relacionadas con la ciencia y la tecnología, el desarrollo, la pobreza, el capital humano, los recursos endóge-nos, el empleo y las ventajas regionales. Sin embargo, el estudio de Acs y Amo-rós (2008) concluye que los emprendedores en países desarrollados tienen más facilidades e incentivos: acceso a fuentes de financiación, contratos laborales, impuestos y otros beneficios no relacionados directamente con las actividades del negocio.

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El soporte de los gobiernos de países industrializados al emprendimiento se manifiesta de múltiples formas:

a) Legislación dirigida a facilitar la difusión del conocimiento y la transferencia de tecnología entre universidades, centros de investigación y empresas.

b) Subvenciones y otro tipo de ayudas para investigación conjunta entre uni-versidades y empresas.

c) Soporte público y asistencia financiera a empresas durante las etapas ini-ciales de su desarrollo.

d) Uso compartido de equipamiento público y de instalaciones de laboratorios financiados con recursos públicos.

e) Programas de soporte a iniciativas emprendedoras.

Estos programas han influido en diversos agentes, como son los científicos de universidades y centros de investigación, empresarios, inversores y también en incubadoras y parques científicos.

El estudio de Lerner (2010) explora cómo las políticas públicas pueden ac-tuar para promover el capital riesgo y el emprendimiento de alto potencial. La cuestión esencial para el impulso de estas políticas yace en la importancia de la innovación, en estimular el crecimiento económico, en el papel de los em-prendedores como motor de innovación y en la evidencia histórica y los argu-mentos teóricos que concluyen que los gobiernos pueden jugar un importante papel en la promoción del emprendimiento.

Existen tres argumentos en la literatura que defienden la intervención de los gobiernos en las políticas de fomento del emprendimiento (Hessels, Gelderen y Thurik, 2008; Lerner, 2010):

Primero, es ampliamente conocido que la innovación tecnológica y el emprendi-miento actúan como estímulos para el crecimiento económico. Efectivamente, existe una fuerte conexión entre el progreso tecnológico y la prosperidad econó-

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mica. Tanto economistas como políticos han documentado la relación positiva que existe entre la innovación y el crecimiento económico (Abramowitz, 1956)

Segundo, la investigación resalta el papel del emprendimiento y del capital ries-go para el estímulo de la innovación. Cientos de artículos han estudiado la rela-ción entre el tamaño de la empresa y la innovación. Muchos de estos trabajos han medido los descubrimientos innovadores, por ejemplo, la inversión en I+D, patentes o invenciones respecto al tamaño de la empresa.

Los investigadores consideran que el papel que juegan las nuevas empresas en el crecimiento económico nacional es crítico, especialmente cuando se trata de empresas de alto crecimiento. Existen muchos casos estudiados de start-ups en sectores industriales emergentes, llegando a estudiarse este fenómeno desde una perspectiva sistemática.

Los emprendedores y las pequeñas empresas juegan un papel clave: observan cómo las nuevas tecnologías pueden satisfacer las necesidades de los clientes y de manera rápida introducen nuevos productos. Un sector emprendedor sa-ludable y una industria de capital riesgo pueden ser importantes contribuidores al sistema innovador. Sin embargo, aquellas innovaciones que requieren de un elevado capital sólo están al alcance de las grandes corporaciones.

Tercero, existen diversas políticas públicas para el fomento del emprendimiento y el capital riesgo. Los mercados emprendedores tienen características que nos permiten identificar un rol natural de los gobiernos en alentar su evolución. El emprendimiento es un negocio en el que hay rendimientos crecientes. Facilitar el contacto entre emprendedores e inversores creando espacios de encuentro es una de las posibles funciones que pueden ejercer las políticas públicas. Además, si los emprendedores están en un determinado entorno, los inversores, los interme-diarios, como abogados o proveedores de información, y los amplios mercados de capitales, es más probable que estén informados sobre el proceso emprendedor y de qué estrategias de financiación, soporte y mecanismos de salida requieren.

No obstante, hay que contemplar que la difusión no es una acción pasiva, sino que exige esfuerzos de los emprendedores para adaptar y/o mejorar la innovación

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inicial, ajustándola al mercado específico, al ambiente tecnológico y a la cultura organizacional (OCDE, CAF y CEPAL, 2015).

En este marco, los gobiernos pueden jugar un papel positivo como catalizador. A pesar de todo, existen también motivos para ser cautelosos acerca de la efi-cacia de la intervención de los gobiernos. No todas las políticas consiguen hacer crecer la economía de capital riesgo (Lerner, 2010).

A menudo, las políticas gubernamentales no tienen en cuenta la diversidad de emprendedores en términos de sus aspiraciones de crecimiento. Para Hessels, van Gelderen y Thurik (2008) diferentes emprendedores contribuyen de forma diferente al crecimiento. Los que aspiran a producir nuevos productos, a hacer que sus empresas crezcan o a basar sus negocios en actividades de exporta-ción, son los que más contribuyen al crecimiento económico.

En relación con las políticas y el emprendimiento Harari (2018) comentando so-bre los grandes cambios actuales afirma que estos lo

Llevan los ingenieros, los emprendedores y los científicos, que apenas son conscientes de las implicaciones políticas de sus decisiones, y que ciertamente no representan a nadie. ¿Pueden los parlamentos y los partidos tomar las rien-das? Por el momento no lo parece. La disrupción tecnológica no constituye un punto importante en los programas políticos (p. 26).

Además, señala que “los políticos creen que están eligiendo, pero las decisiones realmente importantes ya la han tomado mucho antes los economistas, ban-queros y empresarios que modelaron las diferentes opciones del menú” (p. 91).

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8. EL MODELO DE LA TRIPLE HÉLICE EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

8.1. El modelo de Triple Hélice universidad-empresa-gobierno

Etzkowitz (2002) analizó durante algunos años la organización de algunos paí-ses con respecto a la trasmisión de conocimientos y transferencia de tecnolo-gía, así como formas de gobernanza. Con el objetivo de conocer de qué forma interactuaban tres elementos fundamentales que debe considerar un país, al momento de hablar de progreso: conocimiento y trasmisión del conocimiento, innovación y políticas públicas.

El autor se percató de que a pesar de que Europa es un continente viejo en los avances científicos y en la innovación tecnológica, la estructura de gobernan-za, las políticas educativas y otras condiciones socioeconómicas, que hacen de este continente un territorio heterogéneo, han sido la pauta para que Estados Unidos sea un país que tiene mayor visión y organización con respecto a la vin-culación entre entes institucionales, lo que lo ha posicionado en diversas áreas científicas y tecnológicas como un país no solamente de primer mundo, sino que lleva la delantera en la propuesta de solución a los problemas que enfrentan los sistemas, con respecto a la vinculación entre instancias para el mejoramien-to de los procesos de trasmisión de conocimiento, creación de políticas públicas y generación de espacios para la creación y transformación de tecnología (Et-zkowitz, 2002).

A partir de lo anterior, Etzkowitz y colaboradores, desarrollaron el modelo de la TH en cuya estructura puede dimensionarse la interacción entre sistemas tec-nológicos. Este modelo corresponde a los territorios que se fundamentan bajo los sistemas nacionales de innovación.

8.2. Concepto y surgimiento del modelo de Triple Hélice

A mediados de los años noventa se comienza a hablar masivamente de la im-portancia de fomentar las interacciones dinámicas entre los factores: Universi-dad-Empresa-Gobierno con el fin de acceder a la innovación y al desarrollo social.

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El profesor Henry Etzkowitz estudió la importancia de unir estos tres factores pensando en el objetivo de mejorar el desarrollo de la región. Este modelo es el camino ideal para que la universidad tradicional dé un paso trascendental hacia el desarrollo de una universidad emprendedora y, con esto, traer grandes bene-ficios a la sociedad en general (Etzkowitz, 1998).

Chang (2010, p. 7) lo define como: “Este modelo pretende que el accionar de la universidad sea un creador del conocimiento, que juega un papel primordial entre la relación empresa y gobierno […] y cómo estos se desarrollan para crear innovación en las organizaciones como fuente de creación del conocimiento”. La importancia de la universidad como generador de recurso humano de conoci-miento y parte central del modelo que con el apoyo y tutoría de las empresas y de los gobiernos con políticas encaminadas al emprendurismo hace que este modelo sea vigente en estos tiempos socioeconómicos difíciles, que exigen la cooperación de las tres hélices.

González (2009) menciona que

El papel de las universidades es estratégico en todo el proceso, pues se requie-re que las universidades desempeñen nuevas funciones y que se generen insti-tuciones diferenciadas. La tercera función de la universidad en las economías y sociedades de conocimiento es contribuir al desarrollo económico y social local mediante innovaciones basadas en el conocimiento. (p. 17)

Esto ha dado origen a la llamada “tercera revolución académica” de las universi-dades, estas denominadas Universidades Emprendedoras que asumen la crea-ción de empresas o de nidos empresariales en sus laboratorios, dando lugar a un nuevo tipo de personal universitario y a un tipo nuevo de investigador: el científico-empresario; los estudiantes se ven como inventores potenciales que representan un flujo dinámico de “capital humano” en los grupos académicos de investigación. Este flujo constante asegura a las instituciones de educación su-perior (ies) como fuentes de innovación (Leydesdorff y Etzkowitz, 2001, citados por González, 2009).

Cuando se habla de la TH, en realidad se habla de dos posibles tipos de TH: en el primero, la universidad, la industria y el gobierno están relacionados pero cada

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uno conserva y desempeña su rol tradicional; en el segundo, hay una interpe-netración en cada hélice y los actores antes mencionados asumen papeles que tradicionalmente correspondían a otros actores (por ejemplo, universidades que forman empresas), dando origen de esta forma a instituciones de carácter híbrido. El primer tipo de TH es en esencia el mismo planteamiento teórico del triángulo de Sábato, el cual surgió treinta años antes. En el segundo, el aspecto novedoso lo marcan las zonas de intersección entre cada hélice, que es donde al final se generan las nuevas instituciones y se da el paso a la “universidad empresarial”.

Tal vez la diferencia más evidente entre el planteamiento de Sábato y el de Et-zkowitz se centra en que el primero es un concepto normativo, el cual establecía en cierta forma una directriz general para fomentar el desarrollo científico tec-nológico, pero no mostraba evidencia de que ello estuviera sucediendo en aquel momento; mientras, el segundo es un concepto descriptivo, que da cuenta de la dinámica real de la última década evidenciada en los países desarrollados (Arocena y Sutz, 2001).

La TH no sólo recalca el valor de las relaciones entre universidad, gobierno e industria, sino que también valora las transformaciones internas en cada una de esas esferas, las cuales han comenzado a gestionarse desde hace algún tiempo en los países desarrollados. En América Latina, el proceso ha sido mucho más accidentado, en especial por las características existentes en el entorno.

Tal como lo plantea Sutz (2001), tras el proceso de liberalización de la economía, los países latinoamericanos intentan establecer las conexiones siguiendo el sis-tema de relaciones internacionales, mientras que las infraestructuras regionales tienden a permanecer subdesarrolladas. En este sentido, el reto de construir una TH en América Latina tiene que ver con el mejoramiento de las políticas nacionales en materia de ciencia y tecnología, definiendo los instrumentos necesarios para el desarrollo de estructuras acordes a las nuevas exigencias de la competitividad internacional y la definición de estímulos adecuados en aras de favorecer la inte-rrelación de los actores. Estas acciones deben contemplar en un lugar especial a las universidades, ya que tal como lo expresa Etzkowitz (1998, p. 53): “las nuevas exigencias y los cambios institucionales parecen reservarles a las universidades, en varias partes del mundo, un papel crecientemente importante”.

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El concepto de la TH esbozado por Etzkowitz y Leydesdorff en 1997 propuso una analogía a la Doble Hélice, usada en biología molecular, pero en contraste con ésta la TH es inestable porque posee intercambios dinámicos entre cada uno de sus componentes: gobierno, empresa y universidad, regenerando ele-mentos innovadores que reestructuran funciones en pos del desarrollo. El con-cepto de la TH tiene en su raíz una lógica de crecimiento económico donde los tres componentes deben trabajar para la producción de riqueza y mantener una competitividad de la balanza global y asegurar relaciones de mutuos beneficios para obtener resultados entre la investigación y el mercado (González, 2009).

Para integrar las tres esferas institucionales los autores del concepto presentan las siguientes dimensiones:

1. Transformación interior de cada una de las hélices.

2. La influencia entre hélices.

3. La creación de nuevos formatos de redes trilaterales y organizaciones de las interacciones entre las tres hélices, con el objetivo de generar un proce-so innovador de ideas y tecnologías para el desarrollo.

4. El efecto de los intercambios entre las esferas institucionales que de ellos surgieron en forma espiral con la sociedad.

Cada una de las hélices puede asumir el papel de otra, ya sea creando incubado-ras de empresas, organizando la innovación regional (universidad), asumiendo una dimensión académica, compartiendo conocimiento y calificando a sus empleados (empresa), realizando investigación y promoviendo las mutuas interrelaciones (go-bierno). La TH se puede caracterizar como un modelo de evolución de eslabones múltiples donde se establece en fases diferentes el proceso de innovación capita-lizándose el conocimiento que genera cada una de las hélices. Sin embargo, este concepto es muy cuestionado, fundamentalmente en los países en desarrollo.

El modelo toma como referencia la espiral de la innovación (frente al mode-lo lineal tradicional) que establece relaciones recíprocas entre la universidad, la empresa y el gobierno. Estas tres esferas, que antes trabajaban de manera independiente, tienden a trabajar en conjunto.

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Los actores que intervienen en él son los investigadores académicos, conver-tidos en empresarios de sus propias tecnologías, los empresarios que traba-jan en un laboratorio universitario o una oficina de transferencia tecnológica, los investigadores públicos, los investigadores académicos y los investigadores industriales, que dirigen agencias regionales responsables de la transferencia tecnológica.

Para que los actores puedan actuar se crea una serie de instituciones como los parques tecnológicos, denominados en este modelo “agentes híbridos de innovación”.

El modelo TH es precisamente un esquema para el crecimiento y el desarrollo regional que se basa en la colaboración estratégica de la academia, representa-da por las universidades y centros de investigación, el gobierno y las empresas. La idea de este modelo es que en ese proceso de colaboración, la innovación permanente que se genera en las universidades, encuentre empleabilidad en las empresas, generando empleo y riqueza, suscitando mejores salarios y mejor calidad de vida, de una forma más enfocada y más rápida; el papel del gobierno, en este caso, es promover y encauzar esa relación empresas-academia, para que sea cada vez más fuerte y rinda frutos, además de generar la política pú-blica que coadyuve con ellas para que en esta unión se generen beneficios de oportunidades para los jóvenes.

La TH expresa la relación universidad-industria-gobierno como una asociación entre iguales, relativamente independientes, de esferas institucionales que se traslapan y toman el papel de las otras. Ha habido una tendencia a trabajar en esferas institucionales separadas que representa, al menos ideológicamente, la situación en Estados Unidos. También hubo un cambio derivado del modelo de estado que abarca la industria y la academia, que en su forma más completa se encontraba en la Unión Soviética, pero que en algunas de sus versiones se podía encontrar también en América Latina y países europeos.

Las relaciones bilaterales entre el gobierno y la universidad; la academia y la industria; el gobierno y la industria, se han ampliado en relaciones trilate-rales entre las esferas, especialmente en el ámbito regional. Estas relacio-nes tríadicas entre academia-industria-gobierno están surgiendo a partir de

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diferentes puntos institucionales de partida en diversos lugares del mundo, pero con el propósito común de estimular el desarrollo económico basado en el conocimiento. Las viejas estrategias de desarrollo económico basadas fundamentalmente en el sector industrial, como en Estados Unidos, o en el sector gubernamental, como en América Latina, están siendo suplementadas, si no sustituidas, por estrategias de desarrollo económico basado en el cono-cimiento, devengando recursos de las tres esferas.

Está surgiendo una nueva configuración institucional para promover la innova-ción de las relaciones interinstitucionales entre la universidad, la industria y el gobierno. La dinámica de la sociedad ha cambiado desde poderosas fronteras entre esferas y organizaciones institucionales aisladas a un más flexible siste-ma de traslape, en el cual cada una asume el papel de las otras (Etzkowitz, Gul-brandsen y Levitt, 2000). La universidad es una empresa fundadora mediante instalaciones de incubación; la industria es una entidad educadora a través de universidades empresariales, y el gobierno es un capitalista de riesgo por medio de la Investigación de la Innovación en Pequeñas Empresas (SBIR, por sus siglas en inglés) y otros programas (Etzkowitz, 2002). El gobierno ha estimulado tam-bién la investigación y el desarrollo (I+D) entre empresas, universidades y labo-ratorios nacionales para resolver problemas de competitividad nacional (Chen y Kennedy, 2007; Etzkowitz, 2000).

Siguiendo a Etzkowitz (2002), el modelo de TH es un modelo espiral de innova-ción que capta relaciones en diferentes puntos del proceso de capitalización del conocimiento. La primera dimensión del modelo es la transformación interna en cada una de las hélices, como el desarrollo de vinculaciones latentes entre compañías, mediante alianzas estratégicas o la asunción de una misión de de-sarrollo económico por universidades.

Una segunda dimensión es la influencia que puede tener una hélice sobre otra, es decir, la influencia de un gobierno en el establecimiento indirecto de una po-lítica industrial. Y finalmente una tercera dimensión sería la creación de una nueva cobertura de redes trilaterales y organizaciones a partir de la interacción entre las tres hélices, formadas con el propósito de formular nuevas ideas y formatos para el desarrollo de alta tecnología (Etzkowitz, 2002).

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Si bien las relaciones bilaterales no son un tema nuevo cuando se habla de la generación de políticas públicas para el impulso de la generación de conoci-miento para la creación de espacios laborales que trabajen el impulso de nuevas tecnologías. Las relaciones tríadicas entre académica-industria-gobierno están surgiendo a partir de diferentes puntos de partida institucionales en diversos lugares del mundo, pero con el propósito común de estimular el desarrollo eco-nómico basado en el conocimiento.

El movimiento se ha generado principalmente en los espacios regionales, como un proceso local, haciendo referencia a los movimientos locales que surgen de la globalización, contradiciendo la teoría que refiere que los estratos globales consumen los estratos locales (Ianni, 1996).

En este caso, el modelo de TH surge y toma fuerza a partir de espacios locales, que naturalmente buscan homogeneizarse con los espacios y las tendencias globales.

8.3. Las relaciones interinstitucionales en el modelo Triple Hélice

El modelo propuesto por Etzkowitz y Leydesdorff (1997) pretende que el ac-cionar de la universidad sea un creador de conocimiento que juega un papel primordial entre la relación empresa y gobierno. En modelos como éste sur-gen de pronto inconvenientes sobre qué caminos deben tomar las relaciones universidad-empresa y qué papel debería jugar el gobierno, más allá de ser un vínculo de apoyo económico.

Para responder a lo anterior, se propusieron interpretaciones en las que el Esta-do abarca la industria y la academia y regula las relaciones entre las esferas ins-titucionales; pero también están las interpretaciones en las que la separación de cada una de las esferas y su interrelación mejora las relaciones; y finalmente, están las redes trilaterales y organizaciones híbridas en las que se genera una infraestructura de conocimiento en función de la interrelación de las esferas institucionales.

Etzkowitz y Leydesdorff (2000) proponen tres elementos sobre la TH, pero, además, se centran en una visión integradora del modelo para resolver los pro-blemas anteriormente planteados:

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• El estado-nación abarca el mundo académico y la empresa dirige las rela-ciones entre ellos.

• El segundo modelo separa la esfera institucional con una fuerte división de fronteras.

• Un tercer modelo donde el mundo académico, el gobierno y la industria en conjunto generan una infraestructura de conocimientos en términos de la superposición de las esferas institucionales en cada uno de ellos y con or-ganizaciones híbridas emergentes.

Los enfoques que provienen del sector académico han promovido, a través del tiempo, el desarrollo económico y social de los países, se han originado los pila-res de la sociedad del conocimiento. Con el desarrollo del modelo se empieza a replantear la importancia de las interacciones dinámicas entre los tres sectores. Este modelo es un paradigma normativo y estratégico adoptado por algunos países con el propósito de convertir sus economías (Chang, 2010).

Para Chang (2010) el modelo de TH que es impulsado principalmente por uno de los sectores, en este caso la universidad, tiene de pronto diversas áreas de oportunidad que pueden tomarse en cuenta al momento de realizar un aná-lisis o al momento de implementarlo. Debido a que las universidades, princi-palmente las públicas, están estrechamente relacionadas con las políticas que un gobierno pueda establecer al interior de un país, la política pública que vaya en detrimento de cualquier actividad que realiza la Educación Superior puede causar un paso atrás en las actividades de desarrollo que ésta pueda efectuar. Es así que deben existir, de parte del gobierno, actitudes que ayuden a generar este tipo de actividad sin perjudicar el desarrollo de las actividades propias que conlleva la academia.

Adicionalmente, existen procesos administrativos y de burocratización de los procesos; los proyectos de investigación generan procesos de aprobación por parte de la universidad que generalmente son lentos y de mucho papeleo, as-pecto que genera para la empresa un obstáculo a la hora de la aprobación de éstos (Chang, 2010).

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El modelo de la TH que representa la vinculación entre empresa, gobierno y universidad es una herramienta para el análisis de las relaciones que presenta aspectos sociales, históricos y económicos. El modelo es una herramienta que sirve como base para el análisis del contexto de diferentes perspectivas. Et-zkowitz, con sus aportaciones, genera una conceptualización de la organización híbrida donde las relaciones de vinculación se deben concretar en acciones y proyectos que satisfagan tanto a las necesidades de la universidad como de la empresa que presentan las organizaciones (Chang, 2010).

El uso de la tecnología evidencia la aplicación del conocimiento y el interés em-presarial sobre determinada actividad. El desarrollo de la tecnología está inmer-so entre el interés fundamental de la universidad, la aplicación del conocimiento y la formación de recursos humanos. Finalmente, la Universidad debe accionar la gestión de políticas públicas, políticas de vinculación que deben generar una red de apoyo y comunicación entre los sectores empresariales y gubernamen-tales (Etzkowitz y Leydesdorff, 2000).

Para Macías et al. (2012) la innovación juega un papel determinante en el de-sarrollo de las naciones. Entre los años 1950 y mediados de 1960 se observó una primera generación señalada como de “empuje tecnológico” en la que el manejo de innovación ocurre a través de un proceso secuencial y lineal que iba de un departamento a otro, partiendo siempre de un descubrimiento científico. En este periodo, los procesos de innovación carecían de metas estratégicas en los proyectos emprendidos y mostraban escasa atención al rol de mercado y a la comercialización.

Diversas compañías instituían sus procesos de investigación y desarrollo (I+D) en la mayor proximidad posible a sus fábricas matrices e instalaciones produc-tivas, dando como resultado un sistema de innovación central en donde las agendas dependían de un contexto gobernado por intereses de una comunidad muy específica. A finales de los años sesenta y principios de los setenta, la ad-ministración de la innovación se desarrolló con base en una fuerte orientación al mercado, con una I+D reactiva y a corto plazo. Posteriormente, una combina-ción de las dos primeras generaciones marcó la pauta para que las industrias de principios de los años setenta y mediados de los ochenta ensayaran un esque-ma de procesos secuenciales e interactivos entre las capacidades tecnológicas

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y las demandas de mercado, creando redes entre las comunidades tecnológi-cas, científicas y las firmas. Una de las principales desventajas de esta tercera generación fue el excesivo enfoque a la innovación en productos y procesos, dejando de lado innovaciones organizacionales y de mercado. Durante los años noventa discurre una cuarta generación, una nueva ola en los sistemas de inno-vación regional, donde la comprensión de la innovación en los distintos niveles espaciales se finca en alianzas de I+D para nuevos negocios (Macías et al. 2012).

Este enfoque fue utilizado por la Organización para la Cooperación y el Desarro-llo Económico (OCDE) en 2007 en estudios sobre desarrollo regional y políticas tecnológicas nacionales, en países como Alemania, Canadá, Francia, Italia y Ja-pón. El modelo I+D identifica los sistemas de innovación de TH que representan una coexistencia interactiva y coevolución de diferentes clases de conocimiento en una red sistémica de actores clave, donde la I+D proviene de un complejo de tres hélices: academia (universidades), estado (sector público) e industria (nego-cios) (Etzkowitz y Leydesdorff, 2000; Leydesdorff y Meyes, 2006).

Este marco conceptual se transfirió de algunas regiones de Europa, como Emi-lia-Romagna o Baden-Wirttemberg a los Estados Unidos, en cuya estructura interna se colabora a la vez que se compite (Asheim, Cooke y Martin, 2006). Esta modalidad de innovación sustituyó la idea de que las decisiones sobre innovación tenían que provenir del gobierno central o de una firma abierta. A partir de ello, surgen modelos de negocios y de mercado que integran tecnolo-gía, conocimiento político, económico y social, así como infraestructura indus-trial, logrando que la innovación vaya más allá de la creación de productos e incluya la formulación de nuevos procesos administrativos y organizacionales. En esta cuarta generación, los avances tecnológicos en comunicación y tec-nologías de información rediseñan los procesos de manufactura, mercadeo y organización, con nuevas estrategias de colaboración a distancia, con una di-versidad de actores claves que dan forma a una red más amplia y globalizada.

8.4. La relación universidad-empresa

La Comisión Europea se ha incorporado a la nueva corriente de opinión sobre la nueva misión de la universidad y el papel de ésta en la sociedad del cono-cimiento de Europa, posición descrita en el Libro Blanco de la Educación y de la Formación en 1995.

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La Comisión Europea (2000) señala a la universidad como agente de trans-ferencia y difusión de conocimiento y de tecnologías a la sociedad, en cola-boración con los agentes que la integran, para ir fortaleciendo el sistema de innovación en Europa y poder competir en el futuro con otras naciones y áreas socioeconómicas.

La relevancia de la Cumbre de Barcelona en 2004 del Consejo Europeo radica en que revisa el tradicional modo de investigación o de creación de conocimiento en la universidad de forma autosuficiente o con escasa cooperación con su en-torno, para pasar, como indican Gibbons et al. (1997),a un nuevo modo en cola-boración abierto o a través de las redes y relaciones de I+D con otros agentes del sistema de ciencia, tecnología y sociedad, proceso característico, por ejem-plo, en el mundo anglosajón y en los países nórdicos europeos.

El triángulo destaca el papel relevante del mayor esfuerzo en I+D como una nueva forma en la educación básica, así como en la enseñanza universitaria, que oriente y conduzca a una articulación de todos los agentes del sistema de I+D+i orientados a la generación de innovación como expresión de la demanda social de nuestro tiempo en la Unión Europea (Bueno y Casani, 2007).

La vinculación de la universidad, efectivamente operada, confiere una amplia variedad de beneficios para la sociedad, las universidades y obviamente para el sector productivo de las regiones y los países. En términos generales, las relaciones universidad-empresa constituyen un medio eficaz para alcanzar con mayor facilidad los objetivos planteados en el campo social y económico, estimulando el desarrollo de innovaciones y fortaleciendo los procesos de aprendizaje, los cuales como es bien sabido, representan el elemento funda-mental en la sociedad del conocimiento.

En el contexto universitario, la vinculación fortalece tanto las relaciones exter-nas como la cohesión interna de la institución. Una relación bien desarrollada, por una parte, mejora en buena medida la comunicación de la universidad con los agentes externos y desarrolla la confianza necesaria para integrarse efec-tivamente en su entorno socioeconómico, y por otra, estimula la consolidación de vínculos internos proveyendo la coordinación necesaria para el estableci-miento de políticas, procedimientos y proyectos útiles para la prestación de

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los servicios. La vinculación tiende a promover la comunicación que vuelve a la administración institucional más ágil y eficiente, desarrollando nuevas es-tructuras administrativas para poder responder de manera más rápida a las organizaciones con las cuales se relaciona (Gould, 1997).

La relación con el sector productivo se convierte también en una herramien-ta relevante para el incremento de la calidad de la educación, ya que otorga los elementos de juicio necesarios para evaluar la pertinencia de los programas académicos, facilita la actualización continua de los docentes y fomenta la ad-quisición de conocimientos profesionales por parte de los estudiantes a través de la aplicación práctica de los fundamentos teóricos.

De igual forma, la vinculación constituye una fuente importante de innova-ciones universitarias, tanto en el ámbito organizativo como en el campo de la enseñanza y el aprendizaje. Dependiendo de los objetivos que se persigan, las universidades desarrollan mecanismos y estructuras organizacionales que les faciliten el contacto y la interacción con el sector externo, como es el caso de los centros de transferencia tecnológica, centros de vinculación industrial, incubadoras de empresas, etc., que representan transformaciones estruc-turales importantes dentro de la propia estructura universitaria. Además, es cada vez más común contemplar dentro de los programas académicos aspec-tos como simulaciones de casos derivados de problemas reales, realización de proyectos grupales, prácticas estudiantiles, proyectos de fin de carrera en empresas y otros elementos orientados hacia la consolidación de procesos de aprendizaje con una orientación práctica mayor. Aparte de los beneficios anteriores, no hay que olvidar que la relación de la universidad con la empresa constituye una estrategia importante para la obtención de recursos adiciona-les, necesarios para el desarrollo de su función investigadora.

Estos recursos son potencializados si en lugar de adoptar mecanismos de coo-peración tradicionales se adelantan esquemas mucho más innovadores (par-ques tecnológicos, spin-offs, joint ventures), fundamentados en la creación de espacios económicos alrededor de las propias universidades, a través de los cuales éstas pueden desempeñarse como creadoras directas de riqueza y em-pleo (Arocena y Sutz, 2000; Etzkowitz, 1997).

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Adicionalmente a los aspectos anteriores, no hay que olvidar que la universidad se encuentra dentro de un mercado muy competitivo en el cual su proyección ante la sociedad constituye un elemento de vital importancia para atraer tanto a estudiantes como a académicos e investigadores altamente calificados. En este punto, la vinculación también otorga beneficios importantes dándole ma-yor prestigio a la institución y mejorando su imagen pública.

Así como en el ámbito universitario la capacidad que tengan los investigadores para gestionar recursos externos define en gran parte su estatus dentro de la institución, en un sentido más amplio, la capacidad que tenga la universidad para colaborar con el sector productivo define su importancia dentro del entor-no y le confiere un papel protagónico en las transformaciones sociales.

Desde la perspectiva empresarial, la relación con el sector universitario provee los conocimientos e ideas necesarios para fomentar el desarrollo de innova-ciones y la modernización de sus actividades productivas. Para las empresas, el desarrollo de proyectos conjuntos con las universidades no sólo les ofrece solución a problemas específicos, especialmente en el campo tecnológico, sino que también se convierte en un mecanismo valioso para reclutar graduados e incorporarlos a su personal profesional.

El sector productivo también se beneficia cuando asesora a las universidades para hacer el plan de estudios más trascendental para el trabajo profesional. De esta forma, la cooperación con las unidades académicas ayudaría a formar graduados con una mejor combinación de conocimientos, habilidades profe-sionales y experiencia práctica para efectuar un trabajo efectivo y eficiente (Gould, 1997).

A pesar de los múltiples beneficios derivados de una interacción eficiente entre la universidad y el sector productivo, hay que reconocer que el desarrollo de los vínculos entre estos agentes no es una tarea simple y ni que se vaya a dar de manera espontánea. El fortalecimiento y consolidación de las relaciones uni-versidad-empresa es un proceso que demanda esfuerzos continuados, no sólo de los agentes directamente implicados, sino de la sociedad en general. No hay que olvidar que en última instancia la universidad y la empresa forman parte de un conjunto más amplio, dinámico y social representado por el sistema de

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innovación en el cual confluyen otros elementos que directa o indirectamente participan en el proceso de relación.

En este sentido, la experiencia indica que más allá de las capacidades, caracte-rísticas y objetivos específicos que se planteen los sectores productivo y uni-versitario, su interacción viene marcada por las condiciones del entorno, en las cuales el gobierno asume un papel protagónico (Fernández de Lucio, 1997).

Según Medina y Jaramillo (2016) entre los rasgos de las Universidades debe estar propiciar el acercamiento de la investigación al sector productivo privado y a las instituciones públicas para la implementación de proyectos estratégicos a nivel nacional, regional o local.

Sin ánimos de desconocer las diferencias propias de cada ámbito territorial y corriendo el riesgo de caer en generalidades un tanto simplificadoras, es posible establecer que el papel del gobierno con relación al tema universidad-empresa ha estado orientado, por una parte, al establecimiento de un marco legislativo favorable que permita y facilite las relaciones, y por otra, a la adopción de diver-sos mecanismos, especialmente de carácter financiero, orientados a promover directamente las actividades conjuntas entre los diferentes actores.

Fernández de Lucio (1997) plantea seis roles básicos que pueden ser asumidos por la administración pública: productor, cliente, regulador, facilitador, promotor y modelo espejo, de los cuales los tres últimos son relevantes en consideración al tema tratado.

Dentro de las acciones específicas tradicionalmente asumidas por el gobierno para fomentar la vinculación se encuentran: el financiamiento de proyectos con-juntos entre universidad y empresa, leyes y reglamentos orientados a facilitar la vinculación, coordinación de dependencias gubernamentales para fomentar la relación, suministro de información para la planeación y desarrollo de proyec-tos, reformas en los principios de contratación pública para promover la compra y prestación de servicios tecnológicos, así como la movilidad del personal cien-tífico y, en términos generales, el desarrollo de la base científico-tecnológica y de investigación.

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8.5. Implicaciones de la Triple Hélice

El modelo de la TH, en el que convergen las esferas institucionales académi-cas, industriales y gubernamentales y cada una asume el papel de las otras, ha sido interpretado de diferentes formas en distintas partes del mundo. En países donde la interfaz marcha bien, sea que ocurra de abajo arriba, a través de las interacciones de individuos y organizaciones de diferentes esferas insti-tucionales, o de arriba abajo, estimulado por decisiones políticas, el modelo de la TH puede ser considerado como un fenómeno empírico. Estados Unidos ha sido visto como un ejemplo de la primera modalidad de desarrollo del modelo y Europa un ejemplo de la última (Viale y Campodall’Orto, 2000).

Ambos tipos de desarrollo de la TH pueden realmente funcionar en Estados Uni-dos y Europa, si bien en distintos grados y con prioridades variables. Procesos de arriba abajo pueden ser identificados en Estados Unidos, aun cuando están a menudo enmascarados mediante formatos de “abajo arriba”. Así, el Programa de Tecnología Avanzada (ATP) que forma administradores en el Instituto Nacio-nal de Estándares y Tecnología, es conocido por buscar dirigentes técnicos en la industria con el fin de estimular en ellos la generación de un programa centrado en “conducción industrial”.

No obstante, como la industria asume también ese proyecto como propio y capta asimismo académicos, o viceversa, no es fácil decir dónde termina el arriba abajo y donde comienza el abajo arriba. Quizá sería más exacto reconocer la marcha de ambos procesos en forma simultánea y en tándem. En realidad, tal vía doble para promover la innovación puede ser más productiva que un solo camino.

Del mismo modo, cuando en Suecia se reúnen jóvenes expertos en computa-ción y consultores de empresas para desarrollar una empresa de comercio elec-trónico, un nuevo negocio está al alcance de una sociedad cuya industria estuvo liderada por un grupo definido de grandes empresas durante varias décadas. Ciertamente, el gobierno respaldó los programas empresariales y las instalacio-nes de las incubadoras están disponibles para apoyar estas iniciativas.

Otra vez, el abajo arriba se encuentra con el arriba debajo de una manera crea-tiva, generando un amplio espacio para la innovación que el que podría proba-blemente provenir de cualquier enfoque aislado. En otras partes del mundo, por

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ejemplo, en América Latina, donde industria y universidad tradicionalmente han existido apartadas una de otra, con la academia integrando el sector guberna-mental, a veces la TH es tomada como un modelo normativo. Algunos ven en ella un objetivo para esforzarse y lograr un cambio dirigido al mejoramiento de las perspectivas innovadoras. Otros observadores consideran la llegada de la TH como la señal de la caída del existente sistema de innovación, representado por las corporaciones pertenecientes al gobierno patrocinando laboratorios ad-yacentes a los campos universitarios.

La privatización de las empresas, se creyó, reduciría las fuentes disponibles para I+D, incluyendo las colaboraciones entre el laboratorio propiedad del estado y los investigadores universitarios. Por otra parte, muchas de estas colaboracio-nes no estaban orientadas cabalmente al mercado y producción, eran innova-ciones que carecían de un contexto para ser aplicadas, pues estaban basadas en una negociación entre dos laboratorios públicos, ninguno de los cuales estaba estrechamente vinculado a la producción y la implementación (Mello, 1998).

El nivel (multinacional, nacional y regional) también debe tomarse en cuenta. En el nivel regional se puede encontrar este traslapamiento de esferas institucio-nales, que involucra las áreas de conocimiento, de consenso y de innovación creadas en la intersección de las esferas. No es necesario este orden en la se-cuencia. Una inversión de los órdenes tradicionales de las etapas del desarro-llo existe entre los posibles resultados. Cualquier etapa puede ser la base para el desarrollo de otras, pues el desarrollo cabal de la TH debe eventualmente comprender a los tres elementos. Estos espacios son creados como una con-secuencia de un cambio en los valores entre los promotores del desarrollo económico regional, desde un foco único de “clima empresarial” y subsidios a compañías para crear las condiciones del desarrollo económico basado en el conocimiento. Un indicador de este cambio es la creciente implicación de uni-versidades y otras instituciones aisladas generadoras de conocimiento, tales como las academias de ciencias, en el desarrollo regional.

El primer paso en el proceso de tres etapas del desarrollo económico basado en el conocimiento es la creación de “áreas de conocimiento” o concentraciones de las actividades relacionadas con la I+D en un área local. La existencia de tales conjuntos “reticulados” ha sido identificada como un precursor del desarrollo económico regional basado en el conocimiento (Casas, Gortari y Santos, 2000).

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8.6. El desarrollo regional y la Triple Hélice

Las regiones son “comunidades imaginadas cuyas identidades se ven artificial-mente construidas y promovidas para un conjunto específico de fines políticos” (Hurrell, 1996). Una región es cada una de las grandes divisiones territoriales de una nación, definida por características geográficas o histórico-sociales. Tam-bién es considerada como cada una de las partes en que se puede dividir un país a efectos militares, o bien se refiere a todo espacio que es de mucha capacidad (Gran Espasa, 2000).

La definición que se utilizará en este estudio es aquella en la que se nombra a una región; como un espacio determinado, que es geográficamente señalado y se caracteriza por cierto clima, historia, sociedad o cultura.

Se requiere analizar el término regionalización, pero existe una dificultad, ya que proviene de la palabra región, y como observamos anteriormente éste es un concepto multivalente. La imprecisión metodológica ha llevado, en muchas ocasiones, a que las regiones terminen acoplándose a aquello que más con-viene al investigador, de acuerdo con lo que éste se encuentra estudiando (Van Young, 1991). La regionalización funge como proceso que se encarga de enlazar las regiones que tienen un objetivo en común. Este proceso también puede ser visto como la negociación de una cultura o ideología única y como la promoción de formas alternativas o plurales de las organizaciones sociales y políticas (Ka-cowicz, 1998).

También se puede considerar la regionalización como un proceso que comple-menta la globalización: su estudio sería sobre cuestiones históricas. Así, las re-giones conducen y fundamentan la organización, la economía y la política, al igual que en el análisis de la globalización los estados y la nación tendrían que adaptarse a una dinámica diferente y requerirían la “re-funcionalización [sic] en un cuerpo de mayores dimensiones y con necesidades funcionales de mayor complejidad” (Pipitone, 1996). Para autores como Hettne (1997), Mittelman (1996) y Pipitone (1996) la regionalización es la contribución en cuanto a la con-formación de la estructura mundial y también existiría un referente multidimen-sional que empataría con el análisis de la globalización.

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Para Hettne (1997), la regionalización logra que los aspectos culturales, políti-cos, económicos y de seguridad se incrementen. Pipitone (1996) menciona tres factores que propician la regionalización:

a) La incapacidad de mantener un sistema unipolar.

b) Surgimiento de nuevos actores nacionales que agrieten las estructuras productivas, financieras y comerciales.

c) La agudización de problemas a escala planetaria que sobrepasan las capa-cidades de los estados.

Según el Diccionario Enciclopédico Gran Espasa 2000, cuando se habla de regio-nalismo se refiere al movimiento inspirado en una doctrina política que funda-menta la estructura y la dinámica de las colectividades en los valores propios de las regiones que las constituyen.

Ahora bien, después de este análisis de las aportaciones de diversos autores, se concluye que la regionalización es fundamental para que el modelo TH sea llevado de la mejor manera, ya que el apego de determinada región favorece la implementación del modelo y de esta manera se logrará cumplir con los obje-tivos propuestos, así como alcanzar un desarrollo regional; en otras palabras, hay que destacar que la región incrementa la calidad, el servicio, la economía, la política, la producción, los empleos, etcétera. Cuando existe una sinergia regio-nal el resultado es mayormente satisfactorio, ya que estamos hablando de una combinación de factores dentro de la región para cumplir con las expectativas.

Existen diversos modelos para el desarrollo regional, mismos que se presentan a continuación:

Desarrollo local. Es un “proceso de desarrollo integral que conjuga la dimensión territorial, las identidades o dimensión cultural, la dimensión política y la dimen-sión económica. Es una apuesta a la democratización de las localidades, al de-sarrollo sustentable y equitativo repensando las potencialidades del territorio y la sociedad local” Carvajal, (2009). Este tipo de desarrollo sólo afecta a una parte del territorio, se habla de un desarrollo más cerrado, más pequeño.

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Desarrollo endógeno. Hace referencia al desarrollo que surge en las estructuras internas. Los componentes principales son la cultura regional, el poder político y los recursos económicos. Es importante la definición del territorio para esta estrategia de desarrollo. Así, en las premisas del desarrollo endógeno es básica la conceptualización del territorio (Carvajal, 2007).

Etnodesarrollo. Bonfil lo define como “el ejercicio de la capacidad social de un pueblo para construir su futuro, aprovechando para ello las enseñanzas de su experiencia histórica y los recursos reales y potenciales de su cultura, de acuer-do con un proyecto que se defina según sus propios valores y aspiraciones” Bonfil (1981), aquí la cultura es el factor principal para identificar las necesida-des, problemas y aspiraciones de un determinado lugar, pero no se trata sola-mente de identificarlas, sino de buscar una solución a éstas.

Desarrollo humano. Arozaldo Carvajal (2009) menciona que, para las Naciones Unidas el desarrollo humano “se refiere al desarrollo de los seres humanos en todos los estadios de la vida, y consiste en una armoniosa relación entre personas, sociedad y naturaleza, que asegure el florecimiento completo del potencial humano, sin degradar, arruinar o destruir la sociedad o la naturale-za”. La tendencia más significativa ha sido colocar a la gente y sus necesidades en el centro del proceso de desarrollo.

Desarrollo comunitario. Este se define como “una acción coordinada y sistemá-tica que, en respuesta a las necesidades o a la demanda social, trata de orga-nizar el progreso global de una comunidad territorial bien delimitada o de una población-objetivo, con la participación de los interesados” (Rezsohazy, citado en Zárate, 2007). Para Ander-Egg (2005), la comunidad es la única que impulsa el desarrollo y resuelve sus problemas.

Desarrollo sostenible. Es entendido como aquél que se orienta a solucionar las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para solucionar sus propias necesidades. Para Latouche (2007) el de-sarrollo sostenible se trata de una chapuza conceptual “que intenta cambiar las palabras porque no se pueden cambiar las cosas. El desarrollo sostenible es como el infierno, está plagado de buenas intenciones”. Después de la aportación de estos autores, podemos decir que desarrollo sostenible es aquel que se sus-

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tenta, que realiza, busca e innova sólo en sus necesidades.

En la siguiente tabla se presenta la descripción de los elementos que de acuerdo con Etzkowitz se requieren para comenzar a definir los trabajos de la TH.

Desarrollo económico regional basado en conocimiento

Etapa de desarrollo Características

Creación de un espa-cio de conocimiento

Concentrada en un contexto regional donde diferentes actores tra-bajan en mejorar las condiciones locales para la innovación mediante la concentración de actividades relacionadas con la I+D y otras ope-raciones apropiadas.

Creación de un espa-cio de consenso

Las ideas y estrategias se generan en una TH de interacciones múl-tiples recíprocas entre los sectores institucionales (académico, pú-blico y privado).

Creación de un espa-cio de innovación

Intento de lograr los objetivos articulados en la fase previa; esta-blecer y/o atraer capital de riesgo público y privado (combinación de capital, conocimiento técnico y conocimiento empresarial).

Fuente: Cuadro elaborado con base en información de Etzkowitz (2002).

8.7. El debate en torno al modelo Triple Hélice

Teresa González de la Fe, en su artículo “El modelo de Triple Hélice de relaciones universidad, industria y gobierno: un análisis crítico” (2009) hace mención de tres autores que han hecho críticas del modelo TH, señalando las fortalezas y debilidades de éste. Los estudiosos del modelo más relevantes son Shinn, El-zinga y Ziman. A continuación, se presenta una breve reseña de la aportación de cada uno de ellos.

Shinn (2002) reconoce el eco y el impacto de las reuniones internacionales de la TH, pero para él este modelo no sobresale en el Social Science Citation ni en inter-net. También considera que las propuestas teóricas de la TH son obscuras y su lenguaje incomprensible, por lo tanto, para él es difícil la valoración del modelo, además de que es problemática la adecuación de la teoría con los datos empíri-cos dado que la teoría de la coevolución describe estructuras y transformacio-nes sobre un metanivel y en términos macroscópicos, por lo que las unidades de

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análisis mantienen un alto grado de agregación, generalización y abstracción, el cual impide que el marco analítico encaje con los estudios empíricos inspirados por la TH. Ello hace necesario el desarrollo de mecanismos de intermediación que vinculen los cambios cognoscitivos, económicos e institucionales con la teoría coevolutiva. Por otra parte, también señala el carácter contradictorio de algunas afirmaciones sostenidas por los autores de la TH.

Elzinga (2004) sitúa a la TH dentro de las corrientes que tratan del “nuevo con-trato social” de la ciencia, es decir, de los cambios de finales del siglo pasado en las políticas de la ciencia, desde el fin de la guerra fría en adelante. Define la nueva situación de la investigación científica mediante los siguientes rasgos: internacionalización y globalización; financiación externa e investigación pro-pietaria; investigación estratégica y esfuerzos de previsión; vinculación de la ciencia con los intereses comerciales y normas en conflicto entre lo académico y lo comercial.

John Ziman (1996) destaca algunos rasgos de la ciencia postacadémica en los que encaja la TH, especialmente los que se refieren a los cambios en el entorno en el que se producen las investigaciones, que han supuesto cambios radicales en muchas prácticas y actitudes tradicionales. En primer lugar, el logro indivi-dual se está sustituyendo por la acción colectiva de equipos multidisciplinares. Además, la comunicación se ha acelerado telemáticamente y llega a ser instan-táneamente global. La sofisticada instrumentación de que se dispone hoy, por último, hace mucho más fácil y mucho más caro hacer buena ciencia. Es una metamorfosis completa de la cultura de la ciencia y es debido, dice Ziman, a que los gobiernos, que son los que costean una parte importante de la investigación académica, están poniendo controles cada vez más estrictos para la financia-ción y quieren conseguir más a cambio.

Una de las fortalezas del modelo es que gracias los trabajos de Etzkowitz y Ley-desdorff, a partir del 2000 demuestran el esfuerzo por aclarar los conceptos, hipótesis y mecanismos de medida empírica que permitan controlar las afirma-ciones teóricas del modelo. Las universidades tradicionales y las universidades empresariales las han puesto de manifiesto en algunas ocasiones (González y González, 2005; Tuunainen, 2005). Este es un foco rojo en el cual se debe estar pendiente en el futuro.

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Por otra parte, la TH ha mostrado su afinidad para contribuir a la solución de los problemas actuales en los ámbitos medioambiental y social. Por un lado, exportando el modelo hacia la creación de otras triples hélices que atiendan a problemas sociales acuciantes en distintas partes del planeta. Por otro, ponien-do a trabajar a las entidades de la TH en soluciones científicas y tecnológicas (lo que incluye ciencias y tecnologías sociales como soluciones organizativas o entornos normativos) a problemas demandados por una organización, la socie-dad civil o las administraciones públicas en sus múltiples escalas (de lo local a lo internacional) (Etzkowitz y Zhou, 2006).

8.8 El impacto de los modelos de vinculación de Triple Hélice

¿Cómo medir el impacto de la TH? Cuando se habla de impacto siempre se hace referencia a los logros o resultados, pero para conocerlos es necesario realizar una evaluación. El impacto es un beneficio logrado, medible, que aportó a la economía, favoreció a alguien o mejoró algo. La Revista Cubana de Información en Ciencias (2010) señala que se puede delimitar la medición del impacto en la sociedad cotejando los beneficios sociales, económicos, educativos y de desa-rrollo, lo que podría verificarse si el modelo TH ha sido ejecutado de manera correcta; el impacto de la ciencia y la tecnología en sí mismo encierra desafíos y complejidades importantes. La multidimensionalidad y la multicausalidad cons-tituyen variables a considerar en una posible medición de impactos.

Con respecto a la multidimensionalidad del impacto, el mismo Kostoff (1998) plantea que los programas de investigación involucran una diversidad de formas de conocimiento, y con ello se abren nuevos objetos de estudios, siendo claro que muchos de los impactos de estas investigaciones son evidentes y tangibles, otros en cambio pueden ser difíciles de observar y por lo tanto de medirlos.

La evaluación, por tanto, supone un análisis de la medida en que las actividades han alcanzado objetivos específicos. Este análisis se realiza a partir del uso de enfoques o metodologías de análisis.

La evaluación es la valoración cualitativa y cuantitativa y la crítica objetiva de to-dos los elementos que constituyen el proceso de la investigación científica con ayuda de los métodos adecuados (López, 2000). Utilizar indicadores y medidas

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permite establecer comparativas de determinados fenómenos sociales, siem-pre y cuando se analicen dentro del contexto en el que ocurren. Los indicadores representan una medición agregada y compleja que permite describir o evaluar un fenómeno, su naturaleza, estado y evolución (Martínez y Albornoz, 1998). Según Mario Albornoz (2012), constituyen un elemento de diagnóstico y, por tanto, los más aptos son aquellos que resultan ser más funcionales al tipo de diagnóstico a realizar.

El desarrollo de manuales y metodologías a nivel internacional para la evalua-ción de las actividades de I+D y la innovación constituyen pasos importantes en intentar estandarizar y normalizar el uso de indicadores cuantitativos para la evaluación.

La construcción de sistemas de indicadores cada vez se convierte en un reto por la complejidad de los diferentes sistemas de innovación. Freeman y Soete (2009) señalan que los indicadores relacionados con la ciencia y la tecnolo-gía están siendo utilizados, pero que se puede caer en el abuso; la facilidad actual parar acceder a recursos informáticos en estadística ha hecho común la utilización de indicadores, sin embargo, la posibilidad de poderlos emplear de manera comparativa fracasa por depender de contextos, fundamentos y métodos diferentes.

Desde hace casi medio siglo se trabaja en la construcción de herramientas y métodos para la medición y evaluación de procesos de innovación en ciencia y tecnología. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) el Manual de Frascati, con varias ediciones posteriores (Quintero, 2009).

Los Manuales de Oslo (2005) han sido los principales en extenderse y aplicarse. Ya luego se han ido desarrollando a nivel regional o se han enfocado a aspectos puntuales dentro de estas actividades, como los de recursos humanos.

La cienciometría, las encuestas, entrevistas, la observación, los casos de estudio, econometría, benchmarking, análisis de clúster y crecimientos de la I+D, etcéte-ra, se han venido fusionando para organizar la evaluación en forma sistémica, en total correspondencia con las características y demandas de los sistemas de ciencia e innovación. El énfasis en la evaluación de los impactos socioeconómi-

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cos de la investigación está relacionado en particular con expectativas crecientes que conciernen a los impactos económicos de financiamiento de la investigación, y por la responsabilidad y deseos de demostrar tales impactos cuantitativamen-te. Esto ha conducido a esfuerzos en el desarrollo de resultados cuantitativos y medidas de impacto (Luukkonen, 2002).

Para Molas Gallart et al. (2000), según su naturaleza el impacto puede ser direc-to o indirecto. El indirecto no influye directamente, pero tiene influencias a cor-to o largo plazos. A este tipo de impacto Albornoz, Estébanez y Alfaraz (2002) lo denominan impacto potencial. Ambos autores, aun con formas distintas de denominarlos, coinciden en que las contribuciones indirectas afectan de mane-ra significativa en las decisiones y políticas. Las cuestiones relacionadas con la evaluación del impacto de los resultados y logros de la ciencia y la innovación tratan, según Albornoz, Estébanez y Alfaraz (2002), de una de las áreas incipien-tes, más promisorias y socialmente más relevantes de los próximos tiempos.

El impacto social de la ciencia y la tecnología, como todo tipo de impacto, im-plica identificar cambios, transformaciones. Según Quevedo, Chía y Rodríguez (2002), el impacto de la ciencia y la innovación tecnológica pudiera concebirse como el cambio o conjunto de cambios duraderos que se producen en la socie-dad, la economía, la ciencia, la tecnología y el medio ambiente, que mejoran sus indicadores como resultado de la ejecución de acciones de I+D+i que introducen valor agregado a los productos, servicios, procesos y tecnologías.

Sobre la base de lo planteado por Kostoff (1998) sobre este tema, habría que considerar interrogantes que los políticos y gestores de la ciencia y la innova-ción se hacen o deberían hacerse para identificar el impacto en la sociedad.

• ¿Cuál es la utilidad real (social, económica, cultural, medio ambiental) de la ciencia y la innovación?

• ¿La ciencia y la tecnología están atendiendo las necesidades más urgentes de la sociedad?

• ¿Es viable determinar la incidencia de la producción y difusión de nuevos conocimientos en los procesos sociales?

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Por su parte, Rondón (2004) propone los siguientes indicadores para un mejor manejo de la medición del impacto:

• Número de proyectos que generan impactos medibles socialmente/campo de interés: educación, ambiente, vivienda, trabajo, salud, etcétera.

• Inversiones y personal en el proyecto.

• Número de localidades impactadas y estimados de poblaciones vinculadas con los impactos.

• Tipo de impacto predominante (social, económico, laboral, ambiental, polí-tico, educativo…).

• Inversión realizada en los proyectos que generan impacto.

• Número de indicadores o variables del trabajo del proyecto relacionados con cambios perceptibles, cambios que puedan considerarse producto de la aplicación del proyecto.

• Cambios porcentuales detectados en los indicadores o variables anteriores (ex post y ex ante).

• Descripción cualitativa de cambios apreciables debido a la ejecución de pro-yectos aplicados en los campos de interés señalados: educación, ambiente, vivienda, trabajo.

• Recomendaciones derivadas para mejorar la aplicación de los proyectos.

Rondón (2004) igualmente considera que hasta que los resultados como va-cunas, nuevos softwares, nuevos inventos u otros no sean aprehendidos por la comunidad e incorporados a sus sistemas de vida, no se podrá hablar de un impacto real.

De acuerdo con Molas Gallart, Tang y Morrow (2000), se considera que realizar una evaluación sobre el impacto de la Triple Hélice en la universidad posibilita

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identificar el efecto directo o indirecto que tuvo sobre la misma en el corto plazo o bien en el largo plazo.

Es importante destacar experiencias como las del Reino Unido en 2002 por la Science and Technology Policy Research Unit (SPRU), que desarrolla un amplio sistema de actividades incluidas en la tercera función de la universidad y se hace la distinción entre lo que las universidades tienen, entendido como sus capaci-dades y lo que hacen, reconocido como sus actividades; así mismo, clasifican las capacidades de las universidades en dos áreas: capacidades de conocimiento (aspectos intangibles) y las capacidades de lo tangibles, es decir, instalaciones físicas y recursos materiales.

Existen otras importantes experiencias en materia de evaluación de la tercera función, pudiendo destacar la de la North Central Association of Colleges and Schools, de Estados Unidos, en la que se evalúa el rendimiento de las institucio-nes educativas a través de criterios generales. Europa ha implementado una red de organismos públicos de investigación y universidades de la Unión Europea llamada Pro Ton Europe, la cual evalúa los resultados obtenidos por las Ofici-nas de Transferencia de Tecnología Europea (OTT). La red utiliza un sistema de indicadores basado en un enfoque organizacional y sistémico de la innovación.

También es de destacar lo producido por la Red Iberoamericana de Indicado-res de Ciencia y Tecnología (RICYT) del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) y por el Centro de REDES argentino (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014), quienes presentan el modelo de indicado-res propuesto en el “Manual de indicadores de vinculación de la universidad con el entorno socioeconómico” que es un marco analítico donde se muestra una distinción fundamental entre las “capacidades” y las “actividades” de las uni-versidades.

Distinguen dos tipos básicos de capacidades: las capacidades relacionadas con el conocimiento (el “stock de conocimiento” existente en la universidad) y las capacidades asociadas con la infraestructura física existente en la universi-dad. Conciben al stock de conocimiento como aquellas habilidades propias del personal académico y a las formas codificadas de conocimiento, mientras que para la infraestructura física se hace referencia a laboratorios o instalaciones

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científicas, bibliotecas, centros de informática, salas de conferencias y edificios. Reconocen a las actividades orientadas a la generación y desarrollo de capaci-dades como aquellas que están estructuradas sobre la base de las funciones sustantivas de la universidad: docencia, investigación, extensión y difusión. A continuación, se presenta el conjunto de indicadores y definiciones incluidos en el manual:

Emprendedurismo (creación de empresas)

Las actividades de emprendedurismo se conciben como el conjunto de acciones iniciadas por el personal académico para establecer empresas para explotar ca-pacidades existentes (ya sean de conocimiento como de infraestructura) o para dar continuidad a actividades de investigación con la posterior adaptación de dichos resultados para su traslación a contextos de aplicación y uso comercial. Existe una importante interacción con el entorno empresarial con el objeto de trasladar al mercado los resultados de la investigación académica.

Spin-offs: nuevas empresas desarrolladas sobre la base de resultados desarro-llados en la universidad.

Start-ups: nuevas empresas creadas por el personal académico o estudiantes con el apoyo de la universidad, ejemplos: incubadoras, instrucción para estable-cer el modelo de negocios, entre otras (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Número de empresas creadas en los últimos cinco años.

• Número de empleos creados en las empresas en los últimos cinco años.

• Ingresos generados por las empresas creadas en los últimos cinco años.

• Número de spin-offs que operan en la actualidad, que tengan cinco o más años.

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Comercialización de tecnología

Actividades referidas a la explotación de la propiedad industrial e intelectual, codificada en forma de patentes, variedades vegetales, paquetes de software u otros tipos de propiedad industrial o intelectual que pueden ser objeto de tran-sacción comercial (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Número de patentes solicitadas (para un determinado año).

• Número de patentes concedidas (para un determinado año).

• Número de licencias concedidas (para un determinado año).

• Volumen de ingresos por licencias (para un determinado año).

Asesoramiento y consultoría

Se entiende por asesoramiento y consultoría un trabajo que no requiere inves-tigación adicional por parte del personal académico involucrado. Estas activida-des se caracterizan, por consiguiente, por representar canales de transferencia de conocimiento ya existente (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Número de contratos de consultoría en curso.

• Volumen de ingresos obtenidos en el año derivados de consultorías.

• Número (volumen de ingresos) de consultorías a PyMEs.

• Número (volumen de ingresos) de consultorías a administraciones públicas.

• Número de profesores involucrados en actividades de consultoría en el año.

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Comercialización de infraestructura física

Las universidades tienen infraestructuras que son de interés para usuarios no académicos: laboratorios y equipos de investigación, salas de conferencias, ba-ses de datos y bibliotecas, espacio de oficinas para empresas. Además, se con-sidera que los datos sobre el número de eventos realizados en infraestructuras universitarias también podrían ser sujeto de cobertura de las actividades de vin-culación (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Ingresos derivados del alquiler de infraestructuras de investigación universitarias.

• Laboratorios y equipamiento de investigación.

• Ingresos derivados del alquiler de infraestructuras culturales y de ocio dis-ponibles en la universidad (salas para conferencias, teatros, instalaciones).

• Ingresos derivados del alquiler de oficinas y servicios bibliotecarios a la in-dustria u entidades no académicas.

• Número de eventos organizados por la universidad en beneficio público.

Contratos de investigación

Las universidades desarrollan investigación por contratos con entidades no aca-démicas. Se considera un contrato de investigación a aquellos proyectos direc-cionados a resolver problemas concretos o a la provisión de datos o información de interés para un cliente particular. Se trata de proyectos en los que el cliente cubre total o parcialmente los costos del proyecto, y en general, sus objetivos son específicos y están bien definidos. La distinción entre “contratos” y “proyectos de investigación con financiación pública” reside en la naturaleza de los objeti-vos (claramente establecidos, en los primeros; más abiertos y ambiguos, en los segundos) y el mecanismo de financiación (cubierta total o parcialmente por el cliente, en el caso de los contratos) (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

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Indicadores

• Ingresos derivados de contratos de investigación (en el curso de un deter-minado año).

• Tipo de cliente: empresa, administraciones públicas, otros.

• Tamaño de la empresa (número de empleados).

• Ubicación geográfica del cliente (región, país, extranjero).

• Número de contratos establecidos con organismos no académicos (en un determinado año).

• Número de académicos que participan en contratos (en un determinado año).

Colaboración en investigación con entidades no académicas

Por colaboración en investigación se entiende a los proyectos de investigación que tienen como objetivo central la producción de conocimiento y la contribu-ción a problemas de naturaleza teórica. En ellos las entidades no académicas contribuyen de modo directo, ya sea cofinanciando el proyecto, o a través de la provisión de equipamiento, materiales, datos o personal de investigación (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Ingresos derivados de colaboraciones de investigación (en el curso de un determinado año).

• Tipo de colaborador: empresa, administraciones públicas, otras.

• Tamaño de la empresa (número de empleados) y país de su sede central.

• Ubicación geográfica del colaborador (región, país, extranjero).

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• Número de colaboraciones de investigación establecidas con organismos no académicos (en un determinado año).

• Número de académicos que participan en colaboraciones de investigación (en un determinado año).

Movilidad de personal

El personal universitario puede, a través de contratos temporales, ser em-pleado por empresas o administración pública, permitiendo la transmisión de conocimientos y habilidades para su aplicación fuera del entorno académico. De la misma manera, científicos y técnicos industriales pueden trasladarse a la universidad para trabajar junto a investigadores académicos (D’ Este, Cas-tro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Número de investigadores universitarios empleados de forma temporal en organizaciones no académicas (en el curso de un determinado año).

• Número de empleados en organizaciones no académicas que han sido con-tratados de forma temporal por departamentos universitarios en activida-des de investigación o docencia (en el curso de un determinado año).

Prácticas en empresas

Una de las actividades relacionadas con la docencia que forma parte de la terce-ra misión de la Universidad es la de acercar a los estudiantes a organizaciones no académicas, donde realizan prácticas educativas o profesionales (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Número de estudiantes que realizan estancias en organizaciones no acadé-micas como parte de sus cursos de licenciatura.

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• Número de cursos impartidos por la universidad en el que se contempla la colaboración con entidades no académicas para articular estancias de estudiantes en su proceso de formación.

• Número de estudiantes de maestría o doctorado que realizan su tesis en el marco de contratos de I+D o consultoría.

Cursos y actividades de formación

Por cursos y actividades de formación se hace referencia a aquellos cursos ofre-cidos por la universidad que están específicamente diseñados para satisfacer la demanda de determinados organismos no académicos, ya sean empresas, administraciones públicas, grupos profesionales u otras organizaciones socia-les. Estas actividades docentes son de corta duración y muy especializadas o focalizadas en ciertas áreas temáticas (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Ingresos por cursos especializados (que no conducen a la obtención de ti-tulación universitaria).

• Número de horas de cursos especializados ofrecidos por la universidad.

• Número de organizaciones que han asistido a cursos especializados (en el curso de un año).

Alineamiento curricular

La universidad suele consultar a agentes externos con el fin de alinear y actuali-zar los programas de estudio con las demandas existentes. Uno de los principa-les problemas con esta actividad es que es difícil establecer, de manera objetiva, cuál es el grado en que la comunidad no académica influye en el perfil de los programas de estudio (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

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Indicadores

• Número de cursos (conducentes a titulación universitaria) que han sido es-tablecidos tras solicitud expresa de organizaciones no académicas.

• Número de estudiantes de postgrado que están directamente financiados por organizaciones no académicas.

Participación en programas o redes sociales

La participación de los profesores en programas de extensión como en redes sociales (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

Indicadores

• Número de ocasiones en que el personal académico ha participado o asisti-do a conferencias no académicas (entendiendo por conferencias no acadé-micas, aquellas en que la mayoría de los participantes no son académicos).

• Número de profesores que participan en programas de extensión.

• Número de entidades con las que se ha colaborado en programas de exten-sión (asociación, comunidad…).

• Número de personas que se han beneficiado de los programas de extensión.

Difusión no académica

La difusión no académica se entiende como aquella en que los resultados de la investigación se transmiten a través de medios no académicos: revistas es-pecializadas, prensa, medios audiovisuales, normas, entre otros. Su objetivo primordial es tener un impacto social tan amplio como sea posible entre la co-munidad no académica a través del uso de aquellos canales de difusión que son más ampliamente empleados por dicha comunidad.

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Indicadores

• Número de contribuciones en publicaciones técnicas o profesionales en las que no se exige una revisión por parte de pares.

• Número de ocasiones en que el personal académico ha aparecido en progra-mas de televisión o radio o participado en eventos de divulgación científica.

• Número de apariciones en prensa por parte del personal académico, como consecuencia de su contribución a la investigación o la docencia.

• Número de personas que asisten a jornadas de puertas abiertas, ferias, conferencias, etc. (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014, pp. 14-22).

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9. PROCESO METODOLÓGICO PARA RECUPERAR LA EXPERIENCIA DEL CUSUR

Según el Banco Mundial (2019)

Para lograr un ecosistema de innovación saludable, se deben tener en cuenta dos factores fundamentales. En primer lugar, se debe dar prioridad a la uni-versidad adecuada para el sector adecuado. Los efectos de aglomeración de las universidades varían según el sector de que se trate. En segundo lugar, se debe reconocer que un ecosistema de innovación saludable requiere un entor-no propicio. El hecho de que existan centros de innovación exitosos no significa que haya una fórmula garantizada para su creación. No obstante, los Gobiernos a menudo tienen la responsabilidad de generar un entorno propicio en el que puedan prosperar los centros de innovación; para esto, deben proporcionar la infraestructura local necesaria, incrementar el gasto en investigación y desa-rrollo, conectar las universidades con investigadores de primera línea y la in-novación del sector privado, y flexibilizar las rígidas regulaciones del mercado laboral (p. 81).

Para conocer si se estaba generando un ecosistema de innovación saludable, el CUSur planteó en su metodología de la TH del 2010, el análisis y evaluación continua de sus etapas y componentes. Así mismo, se definió un banco de indi-cadores sobre actores, cambio cultural, desarrollo empresarial, desarrollo tec-nológico e innovación, centros de negocios, gestación del ecosistema de inves-tigación, desarrollo e innovación, incubación de empresas de base tecnológica y gobierno local.

Sin embargo, es evidente que el modelo de la TH desarrollado en el CUSur, al igual que la mayoría de los modelos de vinculación Universidad-Gobierno-Empresa, privilegia en sus metodologías de evaluación sus impactos en materia económi-ca. Es decir, los resultados traducidos en indicadores económicos, que en esencia son los productos más buscados en las estrategias de TH. Fundamentalmente se han revisado los efectos sobre la innovación en la competitividad y productividad de las empresas participantes y normalmente los resultados están relacionados con incremento de ventas, empleo y productividad.

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Es importante destacar que, en la metodología desarrollada por el CUSur a par-tir del 2010, se propuso analizar y evaluar el papel y el rol de cada uno de los actores de esta vinculación. Con énfasis en el papel de las empresas y en reco-nocer el grado de satisfacción de los actores (gobierno, empresarios) que han participado en el modelo, también se constata el interés por visualizar el nivel de participación de cada sector en el desarrollo de las actividades de colabora-ción establecidas, con objeto de determinar las áreas de oportunidad que tiene el modelo en cuestión, con el propósito de incorporarlas en planeaciones futu-ras (Macías, Rujano y Lozano, 2014).

Escudero (2006) considera la investigación evaluativa como

Un tipo de investigación aplicada que incide sobre objetos, programas, partici-pantes, instituciones, agentes, recursos, etc. que analiza y juzga su calidad es-tática y dinámica según criterios y estándares científicos rigurosos y múltiples, externos e internos, con la obligación de sugerir acciones alternativas sobre los mismos para diferentes propósitos como mejora, certificación, acreditación, fiscalización, diagnóstico, reforma, penalización, incentivación, etc. (p. 271).

Las investigaciones evaluativas, como la que exponemos, tienen entre sus fun-ciones principales la obtención de datos para mejorar la eficacia, la eficiencia y la toma de decisiones. Son investigaciones encaminadas no solo a verificar, sino fundamentalmente a conseguir información de calidad y contrasta que sirva de insumo para la mejora de la implementación del proyecto. Igualmente, en esta investigación cobran una gran relevación el impacto y los indicadores que se van a utilizar para medirlo.

Volviendo de nuevo a Escudero (2006) él argumenta que en estas investigacio-nes es relevante plantearse previamente qué se entiende por calidad del objeto que se va a evaluar, y posteriormente seleccionar y acotar los indicadores de calidad.

En este estudio de recuperación, la categoría de impacto es central en el pro-ceso de evaluación de la TH, porque se considera que está asociado implícita-mente con los efectos que ocasiona producir ciencia y tecnología. Se reconoce al concepto impacto estrechamente relacionado con las categorías de logros y

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resultados, donde el impacto se puede medir a partir de sus logros o bien de sus resultados obtenidos. Como lo señalan Quevedo, Chía y Rodríguez (2002), el impacto es un beneficio logrado que es factible de ser medido, que tiene apor-taciones a la economía que favoreció.

En la revisión bibliográfica que se realizó para reconocer experiencias de evalua-ción del impacto de la TH, se observaron similitudes en muchos de los indica-dores propuestos, sobre todo porque están enfocados principalmente a medir las capacidades de transferencia de tecnología de las universidades a través del desarrollo de licencias, patentes, spin-offs, consultorías académicas, con-tratos de investigación científica o tecnológica, desarrollo de start-offs, entre otras. Son muy pocos los que abordan indicadores que analicen el impacto de las capacidades de transferencia hacia las actividades educativas y la formación universitaria.

Sin embargo, existen sistemas de indicadores en los que es posible distinguir los dos tipos de indicadores que valoran la actividad y los que analizan el impac-to con indicadores dirigidos a la universidad y a sus procesos internos (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014). Los indicadores de actividad miden el trabajo y el esfuerzo de la universidad con las comunidades no académicas y los indicado-res de impacto medirían los resultados de estas colaboraciones en términos de lo social y del desarrollo económico.

Es evidente que no existe un modelo de evaluación del impacto de las relacio-nes de vinculación de la universidad que pueda considerarse único y aplicable a todos los casos. Cada institución educativa a partir de su contexto y alianzas estratégicas debe desarrollar sistemas de medición particular que le permitan, a partir de sus peculiaridades, analizar el impacto de actividad de colaboración extrainstitucional, en razón de las metas específicas establecidas por cada ins-titución educativa y sus colaboradores, lo que significaría aportes conceptuales y metodológicos al conocimiento de las relaciones de vinculación de la univer-sidad con otros.

Es claro que cuando se trata de evaluar cuantitativa o cualitativamente la fun-ción de vinculación o la tercera función de la universidad, como también se le conoce, se exigen modelos de análisis que permitan acercarse al proceso de

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manera objetiva. Reconociéndose en el mundo experiencias importantes con la utilización de indicadores, que si bien están relacionados con diferentes ejes y dimensiones de la función de vinculación, en la práctica cotidiana no han podido lograr un consenso, ni mucho menos definir un catálogo único de indicadores adecuados para medir los resultados.

Además de la dificultad de encontrar indicadores consensuados, Escudero (2006) afirma que:

Algo no siempre fácil de lograr, es la utilización cuidadosa y rigurosa de los indicadores en el análisis comparado, con la debida contextualización de su significado y resaltando su función de motivación extrínseca para el logro de objetivos de más calidad en vez de su hipotético uso como elementos de fisca-lización y de rendición de cuentas (p. 285).

9.1. Enfoque del estudio

El trabajo de recuperación de la experiencia de la TH vivida en los últimos años en el CUSur, se realizó con base en los principios epistemológicos de la inves-tigación holística, que integra diferentes perspectivas e instrumentos. Como lo dice Hurtado (2000), los modelos epistémicos de investigación pueden tener una función complementaria y no necesariamente son contradictorios.

El estudio planteó la utilización del método de análisis de contenido, dado que gran parte de la información necesaria para recuperar la experiencia de la TH está en fuentes documentales. No obstante, se consideró el uso de otros ins-trumentos para recogida de datos.

La intención central del estudio, fue identificar y describir las posibles y más visibles transformaciones que el CUSur sufrió a partir de la implementación del modelo de vinculación interinstitucional de TH, llevado a cabo con el Gobierno Municipal de Zapotlán el Grande y los empresarios de la Región Sur de Jalisco. Y ampliamente fortalecido e impulsado durante el periodo de 2013 al 2019.

Se consideró fundamental reconocer cambios estructurales y de procesos, por lo que se propuso el análisis de documentos oficiales para avalar su creación y

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estructura, para pasar a una fase de encuentros con los responsables de áreas académicas y con personal docente involucrado en actividades de vinculación. La razón fundamental del estudio, se enfocó en la búsqueda de: infraestructura física y equipamiento para la producción de conocimiento; grupos de investiga-dores que desarrollan investigaciones; organizaciones híbridas producto de la TH; y los principales programas y actividades académicas con impacto en pro-cesos educativos en el CUSur.

9.2. Tipo de estudio

Dentro de la metodología no experimental se ha utilizado un método descrip-tivo. Se considera que el estudio tiene las características para un acercamiento exploratorio y descriptivo porque la indagación y presentación de los hallazgos cumple con los requerimientos de este tipo de estudio, en los que se trata de describir una realidad social. Los diseños tienen como “principal objetivo descri-bir una situación o explorar un determinado ámbito (social, educativo, cultural, económico, psicológico, …) para adquirir un mayor conocimiento sobre el mis-mo. Para ello utilizan procedimientos sistemáticos, validados por la comunidad científica, y que han demostrado su utilidad para la descripción y la exploración” (Matas, 2010, p. 62).

En particular, se pretendió presentar las características esenciales de cada uno de los componentes de la estructura académica del CUSur, además de que se buscó explorar las propiedades, las características de los procesos y actividades académicas de la institución educativa como producto de su estrategia de vin-culación. La investigación se concibe como un acercamiento transversal (Her-nández Sampieri, 2014), porque recaba información desde el año 2013, y se cierra con datos de referencia del 2019.

9.3. Estructura del abordaje metodológico

Se propuso para el desarrollo del estudio, la estructuración e identificación de tres grandes campos: la plataforma científica y tecnológica del CUSur, las uni-dades y programas académicos de apoyo y actividades académicas extracurri-culares ligadas al proceso educativo.

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Campos de estudiosPlataforma científica y tecnológica del CUSur

Unidades y programas académicos de apoyo

Actividades académicas extracurriculares ligadas al proceso educativo en el CUSur

La plataforma científica y tecnológica consideró la estructura física, equipa-miento y recursos humanos con que cuenta el CUSur para la producción de co-nocimiento y trasferencia de tecnología (sitios académicos donde se desarrolla investigación).

Las unidades y programas académicos de apoyo son aquellas instalaciones y aquellos programas universitarios que realizan actividades ligadas a la vincula-ción y colaboración externa a la institución. Es decir, que tienen relaciones de ex-tensión con sectores de la sociedad, pudiendo ser académicos o no académicos.

Las actividades académicas extracurriculares ligadas al proceso educativo son entendidas para esta investigación como aquellas actividades educativas extra-curriculares que se hayan realizado con sectores sociales y productivos con la participación de docentes y estudiantes del centro universitario.

En la plataforma científica y tecnológica se ubicaron las siguientes categorías:

Centros de investigación. Unidad departamental que realiza investigación, la cual debe contar con al menos dos académicos de carrera con la categoría de titular o el grado de doctor y deberán desarrollar dos líneas fundamentales de investi-gación (Estatuto General de la Universidad de Guadalajara, capítulo II, p. 4).

Cuerpos académicos. Figura académica reconocida por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACyT), que consiste en la agrupación de in-vestigadores que tienen como fin la producción colectiva de conocimiento y su aplicación. Los cuerpos académicos (CA) son grupos de profesores de tiempo completo que comparten una o varias líneas de generación y aplicación inno-vadora del conocimiento (LGAC) (investigación o estudio) en temas disciplina-res o multidisciplinares, así como un conjunto de objetivos y metas académicas comunes.

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En los campos de estudio de las unidades y programas académicos y en las acti-vidades académicas extracurriculares ligadas al proceso educativo en el CUSur, se agruparon las siguientes áreas de análisis:

Unidades y programas académicos de apoyo Actividades académicas extracurriculares ligadas al proceso educativo

Áreas

Incubación de ideas y proyectos

Consultorías a empresas Programas de estudiantes emprendedores

Ferias a población abierta Capacitación, actualización y educación continua

Prácticas educativas, pro-fesionales y servicio social realizados en empresas

9.4. Etapas del proceso de recogida de datos

9.4.1. Primera etapa

Se realizó un acercamiento a la estructura académica del CUSur destinada a la investigación científica, con la intención de identificar alguna modificación en su organización y/o funcionamiento como producto de la participación de la Uni-versidad en el modelo de vinculación de TH en Zapotlán el Grande, con énfasis en los siguientes rubros: conformación de nuevos cuerpos académicos de in-vestigación, creación de nuevos centros de investigación y redes académicas de vinculación internas y externas.

Para la constatación de las actividades antes descritas se planteó la realización de una investigación documental, para recabar la documentación oficial que co-rrobore la creación y vinculación de las entidades académicas desarrolladas en el marco de la TH.

• Se propuso realizar un acercamiento a los cuerpos académicos y centros de investigación que se hayan identificado como parte del modelo de vincula-ción, con objeto de analizar su desarrollo, a fin de participar en la producción de conocimiento científico y el desarrollo de proyectos de transferencia de tecnología en la TH.

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• Se planteó la elaboración de un instrumento de recogida de información (Ficha básica de información científica y tecnológica para centros de inves-tigación del CUSur), que fue utilizado en las entrevistas estructuradas con los responsables de cuerpos académicos y centros de investigación identi-ficados como producto de la TH.

• A partir de la información obtenida se consideró necesaria la realización de un análisis de cada instancia académica identificada, con la finalidad de visualizar la situación académica actual y las áreas estratégicas de desarro-llo, que desde cada una de ellas se plantean.

9.4.2. Segunda etapa

Se tuvo contacto con las academias para identificar todas aquellas actividades que puedan ser consideradas por la Universidad como producto de la colabo-ración TH. Ello permitió visualizar los principales programas académicos de ca-rácter científico y tecnológico ligados a relaciones de vinculación, como podrían ser las ferias de la ciencia, los programas de estudiantes emprendedores, los programas con actividades académicas prácticas desarrolladas en empresas, los programas de capacitación y consultoría ofrecidos por la institución edu-cativa al gobierno y a los empresarios, los contratos de servicios académicos a través de proyectos de investigación o de servicios tecnológicos, etc. Se realizó una revisión documental de las entidades académicas que reunían las caracte-rísticas antes mencionadas.

9.4.3. Tercera etapa

Se pretendió identificar los principales impactos que la TH produjo en la cotidia-neidad del quehacer universitario, así como la participación de la comunidad de profesores, investigadores y estudiantes del CUSur, así como la inclusión de los sectores sociales, productivos, gobierno y población en general de la sociedad de la Región Sur de Jalisco en estas actividades académicas.

Para este fin se empleó un sistema de indicadores, para lo cual se elaboró un instrumento de encuesta en el que se incluyeron varios de los indicadores con-tenidos en el “Manual de indicadores de vinculación de la universidad con el

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entorno socioeconómico”, elaborado por D’ Este, Castro y Molas-Gallart (2014). Se considera que la formulación, el contenido, el alcance y la dirección de los indicadores, considerados en este manual, abonan al análisis de las actividades de la tercera misión que realiza la universidad. Además de que se diferencian de otros sistemas de indicadores por reconocer la doble naturaleza de los utiliza-dos en la medición de la vinculación de la universidad con terceros, al considerar los indicadores de actividad y los indicadores de impacto.

Para la aplicación del instrumento se consideró la participación de personal aca-démico y directivo con injerencia en actividades de docencia, investigación, ex-tensión y vinculación con sectores académicos y no académicos, coordinadores de carrera, de extensión, de investigación y posgrado, entre otros.

A continuación, se explicitan los indicadores que fueron considerados para evi-denciar el impacto de la TH al interior del trabajo académico del CUSur:

Emprendedurismo (creación de empresas)

Indicadores

• Spin-offs (nuevas empresas desarrolladas sobre la base de resultados de-sarrollados en la universidad) y start-ups (nuevas empresas creadas por el personal académico o estudiantes con el apoyo de la universidad, ejemplos: incubadoras) creadas en los últimos cinco años.

• Empleos creados en las spin-offs (y start-ups).

• Ingresos generados por las spin-offs (y start-ups).

• Spin-offs que operan.

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9. proceso metodológico para recuperar la experiencia del CUSur

el modelo de la triple hélice

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Asesoramiento y consultoría

Indicadores

• Contratos de consultoría.

• Ingresos obtenidos en el año derivados de consultorías.

• Consultorías a PyMEs.

• Consultorías a administraciones públicas.

• Profesores involucrados en actividades de consultoría.

Movilidad de personal

Indicadores

• Investigadores universitarios empleados de forma temporal en organiza-ciones no académicas.

• Empleados en organizaciones no académicas que han sido contratados de forma temporal por departamentos universitarios en actividades de inves-tigación o docencia.

Prácticas en empresas

Indicadores

• Número de estudiantes que realizan estancias en organizaciones no acadé-micas como parte de sus cursos de licenciatura.

• Número de cursos impartidos en los que se contempla la colaboración con entidades no académicas para articular estancias de estudiantes en su pro-ceso de formación.

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9. proceso metodológico para recuperar la experiencia del CUSur

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• Número de estudiantes de maestría o doctorado que realizan su tesis en el marco de contratos de I+D o consultoría.

Cursos y actividades de formación

Indicadores

• Ingresos por cursos especializados (que no conducen a la obtención de ti-tulación universitaria).

• Horas de cursos especializados ofrecidos por la universidad.

• Organizaciones que han asistido a cursos especializados.

Alineamiento curricular

Indicadores

• Cursos (conducentes a titulación universitaria) que han sido establecidos tras solicitud expresa de organizaciones no académicas.

• Estudiantes de posgrado que están directamente financiados por organi-zaciones no académicas.

Participación en programas o redes sociales

Indicadores

• Ocasiones en que el personal académico ha participado o asistido a con-ferencias no académicas (entendiendo por conferencias no académicas, aquellas en que la mayoría de los participantes no son académicos).

• Profesores que participan en programas de extensión.

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• Entidades con las que se ha colaborado en programas de extensión, locali-zación tipo (asociación, comunidad…).

• Personas que se han beneficiado de los programas de extensión.

Difusión no académica

Indicadores

• Contribuciones en publicaciones técnicas o profesionales en las que no se exige una revisión por parte de pares.

• Ocasiones en que el personal académico ha aparecido en programas de te-levisión o radio o participado en eventos de divulgación científica.

• Apariciones en prensa por parte del personal académico, como consecuen-cia de su contribución a la investigación o la docencia.

• Personas que asisten a jornadas de puertas abiertas, ferias, conferencias, etcétera.

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el modelo de la triple hélice 138

10. RESULTADOS

10.1 Primera etapa

Al realizar el acercamiento a la estructura académica del CUSur se encontró que de acuerdo con el Plan de Desarrollo de la Universidad de Guadalajara; los centros universitarios están organizados, para su funcionamiento, con base en un modelo departamental, se agrupan en divisiones, definidas por el cam-po disciplinar o bien por objetos de estudio. Así mismo, se constata que desde la normatividad se plantea que el departamento pueda incluir, como unidades académicas, los laboratorios (que cumplen primordialmente funciones de do-cencia), los centros de investigación e institutos (enfocados preferentemente a actividades de producción y aplicación de conocimiento) y las academias (espa-cios que reúnen a los profesores que trabajan en los programas educativos de pregrado y posgrado).

La estructura académica del CUSur actualmente está sustentada en nueve de-partamentos y tres divisiones.

Fuente: Pagina Web Centro Universitario del Sur, 2019.

10.1.1. Centros de investigación

En lo relativo a la estructura académica destinada a la investigación, está ubi-cada al interior de cada departamento y pudo establecerse en las figuras de

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10. resultados

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los laboratorios y los centros de investigación. Cabe señalar que, los primeros están orientados a cumplir funciones de apoyo a la docencia en el pregrado y posgrado, en tanto que los segundos cumplen primordialmente funciones en la producción y aplicación del conocimiento. Se identificaron en la estructura aca-démica del CUSur, siete centros de investigación, que se enlistan a continuación y que se ubican con su departamento de adscripción.

Centros de investigación Departamentos

Centro de Investigación del Lago de Zapotlán y Cuencas (CILZC) Ciencias de la NaturalezaCentro de Investigación en Biología Molecular de las Enfermedades Crónicas (CIBIMEC) Ciencias Clínicas

Centro de Investigación sobre Territorio y Ruralidad (CITER) Ciencias SocialesCentro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (CICAN)

Actualmente Instituto de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (IICAN)

Artes y Humanidades

Centro de Investigación en Emprendurismo, Incubación, Consultoría, Asesoría e Innovación (CIEICAI)

Ciencias Económicas y Administrativas

Centro de Investigación en Riesgos y Calidad de Vida (CIRCAV) Promoción, Preservación y Desarrollo de la Salud

Centro de Investigaciones en Abejas (CIABE) Ciencias de la Naturaleza

Fuente: Coordinación de Planeación, indicadores del CUSur, mayo 2019.

Seis de los centros de investigación fueron creados, a partir del 2013, cuando ya se participaba en la TH con el gobierno de Zapotlán el Grande y los empresarios de la región; sólo el Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (CICAN) fue creado en 2008, antes de que se implementase esta estrategia de colaboración interinstitucional.

10.1.2. Cuerpos académicos

El cuerpo académico es una figura orgánica reconocida en la Universidad, y se entiende como el conjunto de investigadores que se agrupan para conformar un grupo de trabajo colaborativo, a partir de la definición de líneas y proyectos de investigación (Ley Orgánica, 1994).

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Para la identificación de los cuerpos académicos dedicados a la investigación se hizo una revisión documental, en el archivo de la Coordinación de Planeación del CUSur, donde se identificó la existencia de veintiún cuerpos académicos de pro-fesores investigadores. Cuatro fueron dictaminados en el periodo del 2003 al 2009, en tanto que diecisiete fueron creados y dictaminados a partir del 2010.

Los cuerpos académicos se relacionan directamente con los campos de estudio respectivos y están conformados por profesores investigadores del centro uni-versitario, quienes colaboran en proyectos de investigación en líneas definidas por el propio cuerpo. Cada cuerpo académico presenta una dinámica propia en la producción científica, que se evidencia de maneras diversas: a través de pu-blicaciones de capítulos, libros, revistas científicas con índex, reportes técnicos, tesis de pregrado y posgrado, participación en eventos académicos y de vincu-lación con sistemas producto (ejemplo: aguacate, granada, miel, etc.). En la Uni-versidad de Guadalajara los cuerpos académicos pueden ubicarse en tres cate-gorías, que representan el grado de fortalecimiento que han alcanzado a partir de su producción científica (CAC cuerpo académico consolidado, CAEC cuerpo académico en consolidación, CAEF cuerpo académico en formación).

Cuerpos Académicos del CUSur

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Fuente: Coordinación de Planeación, indicadores del CUSur, mayo 2019.

Evolución Indicadores Cuerpos Académicos en el CUSur (2001-2019)

Fuente: Coordinación de Planeación, indicadores del CUSur, mayo 2019

10.1.3. Ficha básica de información científica y tecnológica del CUSur

Luego de la identificación y ubicación de los siete centros de investigación y los veintiún cuerpos académicos de investigadores, se procedió a la elaboración de la “Ficha básica de información científica y tecnológica”.

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La ficha se diseñó como un cuestionario estructurado con preguntas mixtas, en la que se consideraron respuestas cerradas y abiertas. De acuerdo con Matas (2010), el cuestionario es un instrumento de investigación en el que se incluyen enunciados y preguntas de un tema sobre el que interesa recoger datos, con objeto de poder trabajar con ellos.

La Ficha básica de información científica y tecnológica, se estructuró con dos bloques de reactivos. El primero relativo a los datos generales, reconocidos como aquella información que permite identificar del centro de investigación, la información sobre su origen, capacidades productivas, recursos humanos, trayectoria y su articulación académica; como resultado se generaron catorce reactivos en este apartado. El segundo bloque correspondió a reactivos relacio-nados con la vinculación, estructurados para permitir identificar las actividades y trabajo colaborativo del centro de investigación con otras entidades académi-cas y no académicas. En estas últimas, se puso énfasis en las que ofrecen un acercamiento a la participación de la unidad académica analizada en estrategias de vinculación interinstitucional de la Triple Hélice; para ello se estructuraron e integraron once reactivos en este bloque.

Con la ficha básica estructurada se procedió a concertar citas, con los respon-sables de los siete centros de investigación identificados, a fin de realizar las entrevistas planeadas, tomando como base ese instrumento.

A partir de la información obtenida, se procedió al llenado de las fichas básicas, de cada centro de investigación y a la elaboración de un diagnóstico de fortale-zas y debilidades. Fue necesario construir de cada instancia académica (centros de investigación) una imagen de su estado situacional, mediante el análisis de sus potencialidades y sus áreas débiles; para obtener una radiografía de la es-tructura académica, entendida como la plataforma que posibilita la definición de las áreas estratégicas de desarrollo y lo que cada una de ellas se plantea para el futuro a corto, mediano y largo plazo.

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Ficha Básica de Información Científica y Tecnológica para Centros de Investigación del CUSur

BLOQUE 1.- DATOS GENERALES

Nombre del centro de investigación: Nombre del responsable del centro de investigación: Fecha de creación:Adscripción departamental:Definición y objetivos:No. de profesores adscritos. Número de profesores miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI):Líneas de investigación:Cuerpos académicos que participan:Posgrados/Posgrados en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC):Producción científica relevante:Participación en redes de colaboración:Reconocimientos y/o premios obtenidos:Posgrados asociados:

BLOQUE 2.- VINCULACIÓN CON LA SOCIEDAD/EMPRESAS LOCALES, REGIONALES Y NACIONALES/GOBIERNO

¿De qué forma se vincula el centro de investigación con el trabajo académico del Centro Universitario del Sur, con el resto de centros de investigación, laboratorios, programas educativos de licenciatura y posgrado?¿De qué forma se vincula el centro de investigación con la comunidad de Zapotlán el Grande o con alguno de los 28 municipios donde CUSur tiene influencia?¿De qué forma se vincula el centro de investigación con el sector empresarial local, regional y/o nacional?¿De qué forma se vincula el centro de investigación con el gobierno local, regional y/o nacional?¿Qué programas del centro de investigación pueden vincularse directamente con estos sectores?¿Qué estrategias de difusión tiene para difundir el conocimiento, que se genera en el centro de investigación, con la sociedad, el sector productivo y gubernamental?

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¿Cómo afectan las líneas de investigación (positiva o negativamente) a los sectores social, empresarial y gubernamental (S-E-G)?¿Qué piensan de la política de CUSur respecto a la consolidación de centros de investigación? ¿Piensa que esta política es estable?¿La visión gubernamental, respecto a estas acciones, beneficia el impulso de los centros de investigación y la creación de posgrados?¿El trabajo que se realiza en el centro de investigación influye o ha influido en la generación de políticas públicas?

A continuación, se presentan los datos obtenidos en las Fichas Básicas de Infor-mación Científica y Tecnológica de los Centros de Investigación del CUSur:

FICHA BÁSICA DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA PARA CENTROS DE INVESTIGACIÓN DEL CUSUR

CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN BIOLOGÍA MOLECULAR DE LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS (CIBIMEC)

Fecha de creación: 24 de abril del 2015.Adscripción departamental: Departamento de Salud y Bienestar.

Definición y objetivos:El CIBIMEC es un espacio académico y de investigación que cuenta con recursos humanos, materiales, equipo y técnicas especializadas para el desarrollo de las funciones sustantivas de la Universidad de Guadalajara. Fue diseñado como un laboratorio de bioseguridad nivel dos; es único, en su género, en la Región Sur de Jalisco.

Realiza investigación relacionada con la inmunología, la genética, la neurobiología y la nutrición. Con el objetivo de generar conocimientos afines con la expresión de genes, la citometría de flujo, marcadores de inflamación, entre otros. Ello permite el desarrollo de la investigación en temas relacionados con enfermedades crónico-degenerativas, que tienen una alta incidencia y prevalencia en la región, en el estado y en el país, como son: el cáncer cérvico uterino, el cáncer de mama, el envejecimien-to celular, la nutrigenómica y las enfermedades crónico-degenerativas,

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como la obesidad, la diabetes y el Parkinson. Además, coadyuva en la formación de recursos humanos profesionales de alta calidad, mediante la impartición de cursos especializados de actua-lización o de capacitación, tanto a nivel de pregrado como de posgrado, desarrollo de trabajos de tesis y recepción de estudiantes, que participan en los programas de incorporación temprana a la investigación.

Con el objeto de mejorar el impacto, desarrollo, eficiencia y pertinen-cia de las actividades y resultados de investigación, forma redes de cola-boración con instituciones nacionales como el Instituto Nacional de Salud Pública, escuelas de nutrición adscritas al AMMFEN, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) e IMSS, así como con instituciones inter-nacionales como la Universidad de Antioquia en Colombia, entre otras.

Líneas de investigación:A. Inmunología y genética de las enfermedades crónico-degenerativas.B. Genotoxicidad en las enfermedades crónico-degenerativas y efectos

de la alimentación.

Cuerpos Académicos que participan:

Clave Nombre Nivel

UDG-CA-700

Enfermedades Crónico Degenerati-vas, Genotoxicidad y Alimentación

En Consolidación

Posgrados/Posgrados en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC): ninguno

Producción 2013-2015: A. Libros: 1B. Capítulos de libros: 5C. Publicaciones en revistas científicas: 4D. Reportes técnicos:E. Tesis: 6

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Proyectos 2015:A. Consumo de alimentos en relación con la microbiota intestinal y el

peso corporal en estudiantes del CUSur. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

B. Efecto de una dieta alta en hidratos de carbono sobre la eficiencia metabólica de aminoácidos y la señalización de insulina en el hipo-campo durante la gestación en ratas Wistar. Fuente de financiamien-to: CUSur/UdeG.

C. Caracterización de la expresión de los genes de B Defensina Huma-na-1 (DEFB1) e Interferón-Gamma (IFNG) en células mononucleares de sangre periférica de una muestra de individuos con obesidad mo-derada y otra con normopeso de dos municipios del sur de Jalisco. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

Participación en redes de colaboración:A. Trabajo de colaboración con el Cuerpo Académico de Salud Pública de

la Universidad Veracruzana.

Reconocimientos y/o premios obtenidos:A. Reconocimiento a mujeres zapotlenses destacadas en 2011, por el

Ayuntamiento de Ciudad Guzmán, Jalisco, Modalidad: Investigación en Salud. Dra. María Luisa Pita López.

Posgrados asociados: Maestría y Doctorado de Ciencia del Comportamiento Alimentario y

Nutrición. Posgrado de Salud Pública.

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FICHA BÁSICA DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA PARA CENTROS DE INVESTIGACIÓN DEL CUSUR

CENTRO DE INVESTIGACIÓN LAGO DE ZAPOTLÁN Y CUENCAS (CILZC)

Fecha de creación: 26 de octubre de 2012.Adscripción departamental: Departamento de Desarrollo Regional.

Definición y objetivos: El CILZC tiene como objetivo generar conocimiento y fortalecer la práctica de tecnologías mediante la investigación básica y aplicada, para contribuir a la formación de recursos humanos altamente capacitados, que generen alternativas que contribuyan a la solución de los problemas del Lago de Zapotlán y cuencas.

Así mismo, contribuir a la consolidación de cuerpos académicos del CUSur y otras instituciones de educación superior afines, brindar servicios de docencia y fortalecer la vinculación y gestión con los usuarios de los humedales.

El CILZC cumple con los objetivos y metas propuestos para la protec-ción, conservación y manejo del Lago de Zapotlán y otros humedales de Jalisco. Contribuyendo en los beneficios ecológicos, sociales, económicos, culturales y políticos. Cuenta con un programa de protección, conserva-ción y manejo sustentable del humedal y otros doce sitios RAMSAR.

Líneas de investigación:A. Interacciones ambientales de los sistemas de producción.B. Manejo sustentable de la cuenca de Zapotlán.C. Estudios limnológicos de la Laguna de Zapotlán.

Cuerpos Académicos que participan: (Anexo 2)

Clave Nombre Nivel

UDG-CA-724Cuencas, Humeda-les y Sustentabilidad

En Formación

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Posgrados/Posgrados en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC):Producción 2013-2015:A. Libros: 3B. Capítulos de libros: 1C. Publicaciones en revistas científicas: 17D. Memorias en extenso: 10E. Congresos organizados: 3F. Talleres: 8

Proyectos 2015:A. Desarrollo de un Sistema Educativo de producción intensiva de Tila-

pia (Oreochromis chitralada), para contribuir a las buenas prácticas del uso del agua y la nutrición de los estudiantes de Telesecundaria en el Ejido de Zenzontla, Municipio de Tuxcacuesco, Jalisco. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

B. Desarrollo de una unidad demostrativa de ranicultura (Rana cates-beiana, R. megapoda) sustentable en el Centro Acuícola para la Pro-ducción, Docencia e Investigación “Basilio Vadillo”. Fuente de finan-ciamiento: CUSur/UdeG.

C. Monitoreo de la calidad del agua y análisis de factibilidad de estrate-gias para el control del lirio (Eichornia crassipes) en el Lago de Zapot-lán mayo 2015-abril 2016. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

Participación en redes de colaboración:A. Red de Colaboración para el estudio de cuencas, humedales, usos y

aprovechamiento del agua y ordenamiento territorial de la Universi-dad de Guadalajara. Instituciones participantes: Centros Universita-rios: CUAAD, CUCEA, CUCBA y CUTONALÁ.

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FICHA BÁSICA DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA PARA CENTROS DE INVESTIGACIÓN DEL CUSUR

CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN EMPRENDURISMO, INCUBACIÓN, CONSULTORÍA, ASESORÍA E INNOVACIÓN (CIEICAI)

Fecha de creación: 7 de marzo de 2014.Adscripción departamental: Departamento de Sociedad y Economía.

Definición y objetivos: El CIEICAI promueve la investigación científica y la cultura emprendedora. Es el vínculo de comunicación e interacción con los sectores económicos, políticos y sociales, tanto municipales, estatales y nacionales, que con-tribuyen el fomento al emprendurismo. Aprovechando las capacidades y habilidades de sus investigadores y docentes, del Centro Universitario del Sur, en cooperación con académicos de otros centros universitarios e ins-tituciones educativas.

Objetivos:a. General: Crear una red de colaboración entre universidad, gobierno y

sociedad, impulsando el desarrollo regional por medio del empren-durismo.

b. Específicos:i. Realizar investigación en emprendurismo, consultoría y

asesoría.ii. Orientar e impulsar el desarrollo continuo de las micro, peque-

ñas y medianas empresas en la región.iii. Brindar a estudiantes, empresarios y comunidad cursos-taller

para la creación de nuevos negocios.iv. Brindar consultoría, en las diferentes áreas que comprende la

empresa, para su buen funcionamiento.

Líneas de investigación:A. Liderazgo y emprendurismo.B. Impacto de los sistemas productos de la región.C. Las PyMEs y su impacto en la economía regional.

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Cuerpos Académicos que participan:

Producción 2013-2015: I. Libros: 1II. Capítulos de libros: 4III. Publicaciones en revistas científicas: 4IV. Reportes técnicos:V. Tesis:VI. Otros: Participación en el Premio a la Vinculación Universidad-Socie-

dad-Empresa 2014

Proyectos 2015: A. Tetralogía de vinculación para el desarrollo socioeconómico del mu-

nicipio de Zapotlán el Grande, Jalisco.B. Gestión del Conocimiento y Capital Intelectual de los Sistemas Pro-

ductos del sur del estado de Jalisco.C. Percepción de la seguridad pública en el Municipio de Zapotlán el

Grande: Observatorio Ciudadano.D. Estudio de la rentabilidad del cultivo de la granada (Punica granatum L.)

en los municipios de Zapotlán el Grande, Zapotiltic y Sayula, Jalisco.

Posgrados asociados: Maestría en Administración de Negocios.

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FICHA BÁSICA DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA PARA CENTROS DE INVESTIGACIÓN DEL CUSUR

CENTRO DE INVESTIGACIONES EN ABEJAS (CIABE)

Fecha de creación: 7 de marzo de 2014, mediante Dictamen CC/432/2014 del Centro Universitario del Sur.Adscripción departamental: Departamento de Desarrollo Regional.

Definición y objetivos:Generar conocimiento, mediante investigación científica de alto nivel, so-bre la problemática, biología y aprovechamiento de diferentes especies de abejas, que están presentes en el estado de Jalisco. Con la finalidad de proponer alternativas de producción al sector apícola, formando recursos humanos científicos y técnicos especializados, que tengan capacidad para resolver problemas relacionados con el cultivo de las abejas y vincularse con el sector productivo.

Objetivos generales:A. Formar recursos humanos, con capacidad de hacer investigación que

contribuya a solucionar problemas relativos al aprovechamiento de las abejas y aportar conocimiento nuevo a la comunidad científica.

B. Describir la biología particular de las abejas diferentes a Apis mellifera que se localizan en la región.

C. Proponer sistemas innovadores de producción de abejas Apis mellife-ra, para uso en la medicina y en la polinización de cultivos comerciales.

D. Ofrecer, a los productores apícolas, técnicas para el aprovechamiento sustentable de abejas melíferas.

E. Trabajar de manera conjunta con el sector gubernamental para imple-mentar estrategias para el fomento y desarrollo del sector apícola.

Líneas de investigación:A. Aprovechamiento sustentable de las abejas melíferas de Jalisco. B. Biología y reproducción de las abejas nativas de Jalisco. C. Polinización con abejas de los cultivos agrícolas de Jalisco.

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Cuerpos Académicos que participan:

Clave Nombre Nivel

UDG-CA-766 Abejas de Jalisco Consolidado

Producción 2013-2015: A. Libros:B. Capítulos de libros: 1C. Publicaciones en revistas científicas: 7D. Reportes técnicos: 1E. Tesis: 3F. Otros: Asesoría técnica a productores apícolas en los municipios de la

Región Sur de Jalisco.

Proyectos 2015:A. Evaluación de polinización a berries en túneles con abejas melíferas

en Zapotlán el Grande, Jalisco. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

B. Apifauna (Himenóptera: Apoidea) del Nevado de Colima. Fuente de financiamiento: SEP/PROMEP.

C. Intensidad de infestación de Nosema ceranae y Nosema apis y fac-tores geográficos ambientales en colonias de abejas melíferas del occidente de México. Fuente de financiamiento: UdeG/SAGARPA.

D. Estudio epizootiológico de Nosema ceranae en abejas (Apis mellifera) de los apiarios de seis municipios del sur, sureste de Jalisco, México. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

Participación en redes de colaboración: A. Convenio de colaboración de investigación en apidología. Institucio-

nes participantes: UNAM, UAT, ITCV.B. Convenio de colaboración de investigación en abejas melíferas. Insti-

tuciones participantes: Centro de Investigaciones en Abejas, Univer-sidad de Guelph, Ontario, Canadá.

C. Convenio de colaboración para investigación en abejas melíferas. Instituciones participantes: CA Apicultura Tropical, Universidad Autó-noma de Yucatán.

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FICHA BÁSICA DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA PARA CENTROS DE INVESTIGACIÓN DEL CUSUR

CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN RIESGOS Y CALIDAD DE VIDA (CIRCAV)

Fecha de creación: 20 de mayo de 2015, mediante Dictamen CC/415/2015 (Anexo 1).Adscripción departamental: Departamento de Cultura, Arte y Desarrollo Humano.

Definición y objetivos:El CIRCAV contribuye con la identificación, prevención, evaluación y mo-dificación de las conductas de riesgo que, potencialmente, pueden dis-minuir la calidad de vida, de los estudiantes del Centro Universitario del Sur y su zona de influencia. Así mismo, significará una aportación para la enseñanza en el pregrado y posgrado, además de facilitar un ambiente propicio para grupos de investigación y cuerpos académicos del CUSur y otros centros universitarios.

El CIRCAV permitirá fortalecer la capacidad de establecimiento de re-des de investigación, realización de convenios de colaboración y nexos en-tre investigadores. Específicamente, permitirá en lo inmediato fortalecer las redes de colaboración con distintas universidades, a nivel nacional e internacional, como la que se está generando con la Universidad de Playa Ancha en Chile y otras universidades chilenas y latinoamericanas, en el contexto de la Red Temática de Investigación sobre los comportamientos de riesgo y calidad de vida de estudiantes.

Además, permitirá, entre otros aspectos, fortalecer la colaboración con el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha y así potenciar los convenios específicos entre éstos.

Objetivos generales:A. Generar conocimiento científico de los factores de riesgo, entre ellos

de los comportamientos de riesgo en relación con accidentes, violen-cias, adicciones, sexo inseguro, mala alimentación, sedentarismo y otros comportamientos que pongan en riesgo la salud o el bienestar,

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10. resultados

el modelo de la triple hélice

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así como de comportamientos protectores y de la calidad de vida de las personas.

B. Generar conocimiento a través de distintos diseños de investigación y análisis, de la creación, adaptación o validación de instrumentos dirigidos a medir los aspectos señalados en el objetivo anterior.

C. Contribuir a la formación de recursos humanos de calidad, a nivel de pregrado y posgrado, sobre factores de riesgo, protección y calidad de vida.

D. Impulsar la cultura de la salud y la prevención entre el estudiantado.E. Ofrecer servicios en cuanto a evaluación de los riesgos y calidad de

vida de estudiantes adolescentes y jóvenes.

Líneas de investigación:A. Factores de riesgo y protección en estudiantes.B. Calidad de vida de estudiantes.

Cuerpos Académicos que participan:

Clave Nombre Nivel

UDG-CA-764Comportamiento, salud y calidad de vida

En Formación

Producción 2013-2015: A. Libros publicados: 2B. Capítulos de libros: 4C. Publicaciones en revistas científicas: 17D. Reportes técnicos: 3E. Tesis: 11

Proyectos 2015:A. Evaluación de una intervención interactiva eHealth, basada en el

Health Action Process Approach (HAPA) para reducir el riesgo de vio-lencia en el noviazgo, en población de mujeres jóvenes estudiantes. Primera fase: Diseño y desarrollo de un video interactivo. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

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B. Análisis de la calidad de vida de niños de dos niveles socioeconómi-cos y sus diferencias, según peso corporal y conductas alimentarias de riesgo. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

Participación en redes de colaboración:A. Con el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa

Ancha, Chile.

Posgrados asociados:A. Maestría en Psicología con Orientación en Calidad de Vida y Salud,

Centro Universitario del Sur.B. Doctorado en Psicología con Orientación en Calidad de Vida y Salud,

Centro Universitario del Sur.C. Maestría en Ciencias de la Salud de la Adolescencia y la Juventud,

Modalidad Virtual, Centro Universitario de Ciencias de la Salud.

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10. resultados

el modelo de la triple hélice

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FICHA BÁSICA DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA PARA CENTROS DE INVESTIGACIÓN DEL CUSUR

CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN TERRITORIO Y RURALIDAD (CITER)

Fecha de creación: 24 de abril de 2015, mediante Dictamen I/2015/435 del Consejo General Universitario.Adscripción departamental: Departamento de Desarrollo Regional.

Definición y objetivos:El CITER es un centro de investigación que se orienta al estudio de los fenómenos que se expresan en los territorios rurales, y las estrategias que implementan sus habitantes para adaptarse, resistir y proponer nue-vas alternativas de trabajo. Apoya las actividades de docencia de los pro-gramas educativos de Nutrición, Agronegocios, Negocios Internacionales, Turismo Alternativo, Medicina, Periodismo, Letras Hispánicas y las maes-trías en Administración de Negocios y la de Ciencia del Comportamiento.

Objetivos:a. Realizar estudios de los cambios en las sociedades rurales de Jalisco

y otros territorios de México.b. Desarrollar investigación participativa e investigación-acción que

contribuya al rescate de modelos alternativos de desarrollo en el sector rural.

c. Proponer estrategias de acción, multidisciplinarias y transdiscipli-narias, que contribuyan a fomentar la seguridad alimentaria a nivel regional, estatal y nacional.

d. Impulsar la investigación sobre el turismo rural en el sur de Jalisco.

Líneas de investigación:A. Modelos alternativos de producción agropecuaria.B. Diversificación productiva en la nueva ruralidad.C. Respuestas locales frente a procesos globales, actores sociales, te-

rritorios y alimentación.D. Procesos socioculturales, ambientales y económicos vinculados con

el turismo para la sustentabilidad.

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Cuerpos Académicos que participan:

Clave Nombre Nivel

UDG-CA-767Alternativas Agroali-mentarias

En consolidación

Posgrados/Posgrados en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC):

Producción 2013-2015:A. Libros:B. Capítulos de libros:C. Publicaciones en revistas científicas: 2D. Reportes técnicos:E. Tesis: 1F. Otros: Participación con ponencias en la XXV Semana Nacional de la

Investigación Científica.

Proyectos 2015:A. Agroecología para Todos. Intercambio de saberes de agricultura sus-

tentable a partir del Modelo del Buen Vivir, en el sur de Jalisco.B. Red Industrial de Producción y Acopio de Aceite Virgen de Aguacate

(Persea americana) en el sur y sureste de Jalisco.C. Determinación de la capacidad antioxidante antocianinas y fenoles

en desperdicios del fruto y propagación de granada.

Participación en redes de colaboración: Red de Estudios sobre Globalización Agroalimentaria y Territorio.

Instituciones participantes: Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CUSur/Universidad de Guadalajara), Universidad Autó-noma de Chiapas.

Posgrados asociados:A. Maestría en Administración de Negocios.B. Maestría en Ciencias del Comportamiento con Orientación en Nutri-

ción y Alimentación.

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FICHA BÁSICA DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA PARA CENTROS DE INVESTIGACIÓN DEL CUSUR

CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO Y NUTRICIÓN (CICAN)

Fecha de creación: 1 de julio de 2009.Adscripción departamental: Departamento de Cultura, Arte y Desarrollo Humano.

Definición y objetivos:El CICAN contribuye a la generación de conocimiento científico y a la for-mación de recursos humanos, de alta calidad, en el estudio del comporta-miento alimentario en nutrición; y coordina las actividades de investiga-ción, difusión y docencia en la materia. Establece redes de colaboración multi- y transdisciplinarias de alta calidad, para abordar el fenómeno ali-mentario, desde una perspectiva que integre las diferentes características científicas, en beneficio de una mejor comprensión, control y prevención de patologías relacionadas con la alimentación.

Líneas de investigación:A. Investigación en Comportamiento Alimentario.B. Investigación en Nutrición.C. Investigación en Patología Alimentaria.

Cuerpos Académicos que participan: (Anexo 2)

Clave Nombre Nivel

UDG-CA-596Investigación en com-portamiento alimenta-rio y nutrición

Consolidado

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Posgrados/Posgrados en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC):A. Maestría en Ciencia del Comportamiento con Orientación en Alimen-

tación y Nutrición.B. Doctorado en Ciencia del Comportamiento con Orientación en Ali-

mentación y Nutrición.

Producción 2013-2015: A. Libros: 4B. Capítulos de libros: 20C. Publicaciones en revistas científicas: 30D. Reportes técnicos:E. Tesis: 17F. Otros:

a. Organización de eventos académicos: 6b. Estancias de investigación: 5c. Convenios y acuerdos de colaboración: 17

Proyectos 2015:A. Análisis experimental de la conducta alimentaria. Génesis, control e

inhibición de la gran comilona en ratas y octodones. Financiado por CONACyT. Vigencia 2012-2015.

B. La modificación de las conductas de consumo y selección de alimen-tos, como un medio para modificar la programación fetal en ratas. Financiamiento. CUSur/UdeG.

C. Adquisición de respuestas alimentarias mediante programas de re-forzamiento positivo. Fuente de financiamiento: CUSur/UdeG.

D. Efecto de una dieta alta en hidratos de carbono sobre la eficiencia metabólica de aminoácidos y la señalización de insulina, en el hi-pocampo, durante la gestación en ratas Wistar. Fuente de financia-miento: CUSur/UdeG.

E. Aceptación visual del color de bebidas y efecto del color atípico, en la identificación del sabor de bebidas de fruta. Fuente de financiamien-to: CUSur/UdeG.

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Participación en redes de colaboración:A. Red de Investigación en Comportamiento Alimentario, Característi-

cas Sensoriales de los Alimentos y Obesidad (Registro propuesto ante SEP/PRODEP). Cuerpos Académicos de PRODEP que integran la red:a. Investigación en comportamiento alimentario y nutrición, Uni-

versidad de Guadalajara, México (iniciador).b. Enfermedades crónico-degenerativas, genotoxicidad y alimen-

tación, Universidad de Guadalajara, México (colaborador).c. Ricerca di scienza sensoriale, Universitá Degli Studi di Firenze,

Italia.

10.1.4. Análisis de los Centros de Investigación del CUSur

Con la información proporcionada por los responsables de los centros de in-vestigación, se procedió al análisis de las condiciones fuertes y débiles, que en su conjunto diagnostican la situación interna de una organización, así como su contexto.

Importa destacar que las fichas básicas contribuyeron, fundamentalmente, al establecimiento de las condiciones internas de fortalezas y debilidades, las cua-les fueron explicitadas por los responsables de manera rápida y sencilla.

Centro de Investigación en Emprendurismo, Incubación, Consultoría, Asesoría e Innovación

Es una de las unidades académicas de producción de conocimiento y transfe-rencia de tecnología del CUSur, con más potencialidad para expresarse dentro de la Triple Hélice, por su naturaleza y su enfoque hacia las actividades de em-prendurismo e innovación en el ámbito económico. Es de destacar el fuerte vín-culo que tiene con los diversos sectores sociales y productivos de la Región Sur de Jalisco. En este centro de investigaciones se pudieron localizar los programas de consultorías universitarias, el programa Enactus de estudiantes líderes em-prendedores, la incubadora. Además de mantener programas, que vinculan al centro con pequeños productores agrícolas de la región desde el punto de vista empresarial y de poseer un programa de asesoría gratuita para la incubación de

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proyectos. Es claro observar que el centro es joven y su plantilla de académicos está en desarrollo.

Es evidente que esta unidad académica nace en el marco de la estrategia de vinculación de la Triple Hélice; sus programas y acciones realizadas coinciden claramente con la agenda descrita en la metodología de colaboración Universi-dad-Empresa-Gobierno local en Zapotlán el Grande, por lo que resulta impor-tante destacarla como uno de los productos e impactos directos y principales de la TH en la estructura del CUSur.

Centro de Investigación Lago de Zapotlán y Cuencas

Es una de las unidades de investigación más antiguas del centro universitario; aunque fue creado en 2012, sus investigaciones sobre el Lago de Zapotlán se vienen realizando desde hace más de 30 años. En la revisión de la ficha básica se pudo constatar su amplia producción científica, lo que lo convierte en uno de los siete centros más productivos del CUSur.

Es evidente el impacto social que este centro ha tenido en la producción de co-nocimiento sobre el Lago de Zapotlán y las cuencas de la región, pues su trabajo ha repercutido directamente en la declaratoria como sitios RAMSAR del Lago de Zapotlán, de la laguna de Sayula y de otros vasos lacustres de la región.

Su trabajo científico le ha permitido participar en el desarrollo de ordenamientos territoriales, en planes de manejo y ordenamiento ecológico, en programas de uso y manejo de cuencas. Se observa su presencia en varias comisiones y jun-tas regionales, que determinan las políticas federales para los lagos y ríos en el occidente de México, de ahí que se visualice como una de las mejores redes de vinculación con sectores sociales, productivos y gubernamentales.

En la revisión se observa que la investigación científica, en esta materia, tie-ne un antecedente de varias decenas de años. Sin embargo, también se pudo constatar que es en el 2012 cuando, el centro de investigación, obtiene su dic-taminación y consolidación, como una unidad científica, lo que lo ha fortalecido estructural y funcionalmente.

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Centro de Investigación en Riesgos y Calidad de Vida (CIRCAV)

Es otra de las unidades académicas de producción de conocimiento y fue creada en el 2015. Sin embargo, al analizar la ficha básica se pudo constatar que los investigadores que conforman la planta académica han desarrollado proyec-tos de investigación por más de 10 años, en temas relacionados con el com-portamiento, los riesgos y la calidad de vida de los estudiantes en el CUSur. Los antecedentes para la creación de este centro de investigación se observan en el Observatorio de riesgos y calidad de vida de los estudiantes del CUSur. El cual realiza, semestralmente, evaluaciones diagnósticas de los estudiantes de primer semestre, de la totalidad de las licenciaturas del centro universitario, con el fin de generar un diagnóstico sobre la condición individual de cada nuevo estudiante. Proporcionando una especie de semáforo de los posibles riesgos, en materia de salud integral de los estudiantes, lo que se ha convertido en una herramienta importante para los programas de tutoría académica en el CUSur.

El estudio permitió identificar a este centro de investigación como un espacio para la investigación educativa sobre la calidad de vida y los factores de riesgos que tienen los estudiantes del CUSur. El centro de investigación presenta áreas de vinculación con varios programas de licenciatura y posgrado.

Centro de Investigaciones en Abejas (CIABE)

El análisis realizado permitió visualizar que este es uno de los centros de in-vestigación que cuenta con una amplia productividad académica, mantiene claras relaciones de colaboración con otras instituciones educativas, su planta de investigadores conforma un cuerpo académico consolidado, la productivi-dad científica es destacada y con impacto directo en el sector productivo, con el que tiene fuertes lazos de cooperación y trabajo, que se visualizan en la par-ticipación conjunta en la organización del sistema de producción de la miel en la Región Sur de Jalisco. Igualmente, participa en diversos eventos regionales y nacionales relacionados con las abejas y la producción de miel y sus productos. También se observa el trabajo de colaboración con el gobierno, a través de la elaboración de la Ley de Fomento Apícola, desarrollada por el centro a solicitud de legisladores del congreso estatal.

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Sus diversas estrategias de colaboración y vinculación regional lo muestran como uno de los centros de investigación con más impacto en sectores sociales y productivos.

Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (CICAN)

Actualmente, ya está dictaminado como Instituto en Investigaciones en Com-portamiento Alimentario y Nutrición (IICAN), es la unidad académica científica más desarrollada y consolidada del CUSur.

Es de destacar que, en pocos años, el CICAN se consolidó como un espacio aca-démico de producción científica con impacto nacional e internacional, como lo constatan las diversas publicaciones y participaciones, de su planta académica, en eventos científicos de primer nivel. Son evidentes las múltiples relaciones de colaboración y trabajo académico con instituciones educativas de todo el mun-do. En el análisis se pudo constatar la capacidad para la organización de eventos académicos, con convocatoria para todo el circuito internacional en materia de comportamiento alimentario y nutrición.

La plantilla de investigadores del CICAN es sólida y corresponde a un cuerpo académico consolidado. Se pudo constatar que su estrategia de crecimiento y desarrollo se ve acompañada por el desarrollo de dos posgrados (maestría y doctorado) dentro del padrón de excelencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) de México.

El CICAN ha trascendido en su función de producción de conocimiento básico al incursionar en los primeros contratos para vincularse con entidades no aca-démicas, como Nestlé, Coca-Cola y Splenda. Abriendo la colaboración científica con impacto en empresas y la consiguiente transferencia de tecnología. Se ob-servó que fue la primera unidad académica del área de la salud en el CUSur que propuso una estrategia de vinculación con el sector productivo. Sin embargo, también es importante señalar que, por su fecha de creación como centro de in-vestigación, se ubica fuera del inicio del trabajo de la TH, por lo que no se puede considerar totalmente producto de ella, pero es evidente que su dinamismo y crecimiento se inscribe principalmente en el periodo 2013 – 2019, además de

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que ese espacio académico ha servido como referente para los demás centros de investigación creados.

Centro de Investigaciones en Territorio y Ruralidad (CITER)

Es una de las unidades académicas más jóvenes, pues fue aprobado en 2015. Se pudo constatar que tiene como objetivo adentrarse en la investigación de los fenómenos de la nueva ruralidad y las alternativas agroalimentarias que se presentan como respuesta a los embates de la globalización.

De acuerdo con el análisis, se pudo observar que el grupo académico que lo con-forma tiene una sólida trayectoria, a nivel nacional e internacional, en sus líneas de investigación, lo que los convierte en un centro de investigación congruente con su objeto de estudio.

El CITER tiene redes de colaboración con otros centros de investigación a ni-vel nacional e internacional entre los que destacan: el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, de Sonora; el Colegio de Michoacán en su Centro de Investigación en Estudios Rurales; la Universidad Autónoma de Nayarit; la Universidad Autónoma de Chiapas; el Centro de Investigaciones y Estudios An-tropológicos y Sociales de Occidente (CIESAS-Guadalajara); así como la Univer-sidad de Granada (España), la Universidad de Rosario (Argentina), la Universidad de la Plata (Argentina) y el posgrado de Agroecología del SOCLA.

El centro de investigaciones tiene una vasta productividad académica anual en publicaciones, en revistas indexadas nacionales como internacionales, y colabora en publicaciones de libros y capítulos de libros con otros centros de investigación.

El CITER cuenta con la gestión una Maestría en Estudios Socioterritoriales. El centro de investigaciones tiene una fuerte vinculación con el sector social y mi-croempresarial, a través de su laboratorio interno Parcela de Investigación para la Agricultura Sustentable, donde se vincula con empresas locales, para buscar la gestión de recursos, apoyos de prácticas académicas con estudiantes de in-vestigación, así como visitas guiadas a los espacios de trabajo. Además, vincula a los estudiantes que participan en proyectos de investigación con pequeños productores de la región, productores que trabajan desde perspectivas agro-

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ecológicas.

Con el proyecto Pochtécatl, Tianguis de Economía Solidaria, el CITER se vin-cula con campesinos y campesinas, productores y artesanos de la Región Sur de Jalisco. Promoviendo un programa de talleres para personas que asisten, cada miércoles, a vender sus alimentos y sus productos en las instalaciones del CUSur.

Centro de Investigación en Biología Molecular de las Enfermedades Crónicas (CIBIMEX)

Es una de las unidades académicas de producción de conocimiento en el campo de la genómica y la proteómica, con impacto en la salud humana. Sus líneas de investigación abonan al estudio de la inmunología y genética de las enfermeda-des crónico-degenerativas.

El CIBIMEC realiza importantes estudios en el área de la salud, como los de cán-cer de mama y de cérvix. Es un centro de investigación con una clara vinculación con el sector salud de la región, y tiene fuertes vínculos con instituciones edu-cativas nacionales e internacionales.

El CIBEMEC se presenta como un centro de producción de conocimiento y trans-ferencia de tecnología con capacidad y viabilidad para establecer vínculos con el sector empresarial.

10.1.5. Las redes de vinculación entre las unidades académicas del CUSur

Como resultado del análisis realizado en esta investigación fue posible identifi-car la creación en el CUSur de siete centros de investigación, de los cuales seis surgen en el periodo en que se desarrolla la estrategia de vinculación de TH del Centro Universitario del Sur con el gobierno de Zapotlán el Grande y los empre-sarios de la Región Sur.

Es evidente que esta nueva estructura académica está configurando de forma diferente la interface científica y tecnológica de la Universidad. Es importante

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destacar que antes de que la Universidad trabajara en la Triple Hélice sólo se contaba con un centro de investigación, lo cual a todas luces no podía ser sufi-ciente, ni abarcar los diversos temas, objetos de conocimientos y problemáticas regionales.

El reconocimiento de las nuevas figuras académicas presupone el replantea-miento de la estructura de organización y funcionamiento de la Universidad. Bajo esa premisa se consideró fundamental identificar, desde los dictámenes de creación de cada centro de investigación, las posibles redes de vinculación que se establecieron, como parte de una planeación estratégica, que permita entender la visión del modelo I+D+i (investigación, desarrollo, innovación) de quienes participaron en el diseño y operación de los mismos.

Con base en los documentos oficiales de creación se estructuraron diagramas que evidencian las diferentes relaciones académicas de cada centro con los la-boratorios, licenciaturas y posgrados ofrecidos en el CUSur. Igualmente, esta diagramación permitió construir esquemas prácticos del funcionamiento en red del conjunto de unidades académicas del centro universitario, esquematización que no se tenía por parte de los responsables de los centros de investigación.

Se optó por la utilización del diagrama porque es un instrumento que permite visualizaciones gráficas de procesos, fenómenos y organizaciones. Brinda, ade-más, una descripción visual de las actividades consideradas en un proceso, a la vez que permite observar las relaciones secuenciales entre los componentes, facilita la rápida comprensión de cada actividad y su relación con las demás, el flujo de la información y los materiales, y las ramas en el proceso (Rangel, 2006).

En un diagrama cada paso del proceso es representado por un símbolo diferen-te que contiene una función y/o relación en el proceso. Para el desarrollo de los diagramas se procedió al empleo de símbolos y siglas que representan a cada unidad académica considerada.

Se inició con la ubicación de las denominaciones de cada centro de investi-gación, laboratorio, programa educativo y demás instancias académicas in-cluidas en los dictámenes y con las siglas que han sido determinadas para su identificación.

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Para la elaboración de los diagramas se utilizó la información contenida en los dictámenes de creación de cada centro de investigación, documentos oficiales que se recuperaron en esta primera etapa del estudio.

A continuación, se presentan en cuadros los centros de investigación, labora-torios, cuerpos académicos, licenciaturas, posgrados y programas e instancias externas con las que se expresan relaciones de vinculación.

Centros de investigación SiglasCentro de Investigación del Lago de Zapotlán y Cuencas CILZCCentro de Investigación en Biología Molecular de las Enfermedades Crónicas CIBIMECCentro de Investigación sobre Territorio y Ruralidad CITERCentro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición CICANCentro de Investigación en Emprendurismo, Incubación, Consultoría, Asesoría e Innovación CIEICAI

Centro de Investigación en Riesgos y Calidad de Vida CIRCAVCentro de Investigaciones en Abejas CIABE

Licenciaturas Siglas Posgrados Siglas

Médico Cirujano y Partero MCP Maestría en Ciencias de la Salud Pública MCSP

Médico Veterinario y Zootecnista MVZ Maestría en Comportamiento

Alimentario y Nutrición MCAN

Nutrición NUTA Doctorado en Comportamiento Alimentario y Nutrición DCAN

Negocios Internacionales NIN Maestría en Administración MAAgronegocios AGNDesarrollo Turístico Sustentable DTS

Seguridad Laboral, Protección Civil y Emergencias SLPCE

Enfermería ENFALetras Hispánicas LTS

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Cuerpos Académicos SiglasComportamiento Alimentario y Nutrición CANCuencas, Humedales y Sustentabilidad CHSAlternativas Agroalimentarias AAAComportamiento, Salud y Calidad de Vida CSCVEnfermedades Crónico Degenerativas, Genotoxicidad y Alimentación ECDGGAAbejas del Estado de Jalisco AEJ

Simbología empleada para establecer la vincu-lación académica entre centros de investigación, laboratorios y programas educativos de licenciatura y posgrado en el CUSur

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Del análisis del dictamen de creación del Centro de Investigaciones en Com-portamiento Alimentario y Nutrición (CICAN) se desprenden las siguientes vinculaciones:

El CICAN presenta relaciones con tres laboratorios: el de Producción y Proce-samiento de Alimentos, el de Evaluación e Intervención Psicológica, con el de Psicología Experimental, Antropología Visual y con el de Técnicas Deportivas y Rescates. El CICAN posee el cuerpo académico de Comportamiento Alimentario y Nutrición (CAN)

El CICAN expresa articulación académica con los programas educativos de Li-cenciatura en Nutrición (NUTA) y Psicología (PSC) y con los programas de Maes-tría (MCC) y Doctorado (DCC) en Comportamiento Alimentario y Nutrición.

En el dictamen, el CICAN no explicita ninguna colaboración con instituciones ex-ternas, aunque en la práctica son evidentes y explícitas.

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Los vínculos observados a partir del análisis del dictamen de creación del Centro de Investigaciones del Lago de Zapotlán y Cuencas (CILZC) son los siguientes:

El CILZC manifiesta relaciones directas con los laboratorios de Estudios Turísti-cos para la Sustentabilidad y con el de Técnicas Deportivas y Rescates.

El CILZC posee el cuerpo académico de Cuencas, Humedales y Sustentabili-dad (CHS).

El CILZC expresa articulación académica con los programas educativos de Licen-ciatura en Medicina Veterinaria y Zootecnia (MVZ), Desarrollo Turístico Susten-table (DTS) y Seguridad Laboral, Protección Civil y Emergencias (SLPCE).

En el dictamen, el CILZC explicita relaciones de colaboración externa con la Red de Colaboración para el Estudio de Cuencas, Humedales, Usos y Aprovecha-miento del Agua y Ordenamiento Territorial (RECHUAAOT).

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El Centro de Investigaciones en Territorio y Ruralidad (CITER) expresa las si-guientes relaciones académicas:

El CITER señala tener relaciones directas con los laboratorios de Estudios Tu-rísticos para la Sustentabilidad, Posta Zootécnica, Fisiología Vegetal y con la Parcela de Agricultura Sustentable. Posee el cuerpo académico de Alternativas Agroalimentarias (AAA).

El CITER manifiesta articulación académica con los programas educativos de Licenciatura en Medicina Veterinaria y Zootecnia (MVZ), Desarrollo Turístico Sustentable (DTS), Negocios Internacionales (NIN), Agronegocios (AGN) y con la Maestría en Estudios Socioterritoriales (MEST) y el Doctorado en Psicología y Calidad de Vida (DPCV).

En el dictamen, el CITER expresa relaciones de colaboración con institucio-nes externas como la Red Interdisciplinaria de Seguridad Alimentaria (RISA), la Red Temática de Aprovechamiento Integral Sustentable y Biotecnología de

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los Agaves (RAISBA), el Instituto de Desarrollo Regional (IDR) y con la Red de Estudios sobre Globalización Agroalimentaria y Territorio (REGAT).

Las relaciones expresadas en el Centro de Investigaciones en Emprendimiento, Incubación, Consultoría, Asesoría e Innovación (CIEICAI) son las siguientes:

El CIEICAI señala relaciones directas con los laboratorios de Periodismo, Multi-media, Negocios Internacionales y con el Bufete Jurídico.

El CIEICAI expresa articulación académica con los programas educativos de Li-cenciatura en Agronegocios (AN), Negocios Internacionales (NIN) y con la Maes-tría en Administración de Negocios (MIAN).

En el dictamen, el CIEICAI explicita relaciones de colaboración con programas académicos internos como el Enactus, la Incubadora y Consultorías Universita-rias, así como con instancias externas con los sistemas producto de la región.

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Los vínculos observados a partir del análisis del dictamen de creación del Centro de Investigaciones en Riesgos y Calidad de Vida (CIRCAV) son los siguientes:

El CIRCAV manifiesta relaciones directas con los laboratorios de Psicología Apli-cada, Evaluación e Intervención Psicológica, Psicología Experimental, Centro Acuático y con el de Técnicas Deportivas y Rescates.

El CIRCAV posee el cuerpo académico de Comportamiento, Salud y Calidad de Vida (CSCV).

El CIRCAV expresa articulación académica con los programas educativos de Li-cenciatura en Médico Cirujano y Partero (MCP), Enfermería (ENFA), Psicología (PSC), Seguridad Laboral, Protección Civil y Emergencias (SLPCE) y en la Maes-tría (MPCV) y el Doctorado en Psicología y Calidad de Vida (DPCV). En el dicta-men, el CIRCAV no explicita ninguna colaboración con instituciones externas.

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Del análisis del dictamen de creación del Centro de Biología Molecular de las Enfermedades Crónicas (CIBIMEC) se desprenden los siguientes vínculos:

El CIBIMEC presenta relaciones con tres laboratorios: el de Microbiología, Clínica Escuela, Bioquímica, Genética Humana y Fisiología.

El CIBIMEC posee el cuerpo académico de Enfermedades Crónico Degenerati-vas, Genotoxicidad y Alimentación (ECDGGA).

El CIBIMEC expresa articulación académica con los programas educativos de Licenciatura en Nutrición (NUTA), Médico Cirujano y Partero (MCP), Enfermería (ENFA) y con el programa de Posgrado de la Maestría en Ciencias de la Salud Pública (MCSP).

En el dictamen, el CIBIMEC explicita colaboración con instituciones externas como el Centro de Investigaciones Biológicas de Occidente (CIBO), Asociación Mexicana de Escuelas y Facultades de Enfermería (AMMFEN), Centro Universitario de

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Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

El Centro de Investigaciones en Abejas (CIABE) expresa las siguientes relaciones académicas:

El CIABE señala tener relaciones directas con los laboratorios de Posta Zootécnica.

El CIABE posee el cuerpo académico de Abejas del estado de Jalisco (AEJ).

El CIABE manifiesta articulación académica con los programas educativos de Li-cenciatura en Nutrición (NUTA), Medicina Veterinaria y Zootecnia (MVZ) y Agro-negocios (AGN). No manifiesta relación con ningún posgrado.

En el dictamen, el CIABE no expresa ninguna relación de colaboración con insti-tuciones externas, aunque en la práctica es una instancia académica con sólida vinculación.

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Diagrama general sobre la vinculación de los centros de investiga-ción, laboratorios y programas educativos del CUSur

El análisis comparativo de las redes de vinculación, de los centros de investi-gación, permite identificar que todos cuentan con una red definida de vínculos académicos al interior del centro universitario, en la que manifiestan la articula-ción con laboratorios y con programas de licenciatura. Esta situación representa una posible garantía para mantener un lazo articulador entre los espacios que producen conocimiento y los programas de formación universitarios y sus labo-ratorios, reconocidos como los espacios académicos de apoyo a la docencia. En el análisis se pudo observar que esta articulación de los centros de investigación con los laboratorios y programas educativos se da en la totalidad de ellos.

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En lo relacionado con la vinculación de los centros de investigación y los pro-gramas de posgrado se pudo constatar que, de acuerdo con la información con-tenida en los dictámenes de creación, cinco centros expresan su articulación a posgrados específicos, en tanto que tres centros no lo manifiestan en sus dictámenes, sin que ello implique que actualmente no hayan desarrollado una relación de vínculo académico con posgrados en específico.

En materia de actividades de vinculación de los centros de investigación con instituciones externas de carácter académico y no académico, se pudo observar que cuatro centros desde su dictamen de creación visualizan esa necesaria co-laboración. Aunque tres centros no lo expresan en sus documentos oficiales de creación, lo que resulta significativo, por la concepción que pudo haber en quie-nes diseñaron la unidad académica, al no considerar importante que el vínculo del centro de investigación se expresara por escrito, o bien no se planteó como relevante para la función de la unidad académica. Sin embargo, en la revisión de las fichas básicas y los análisis se pudo constatar que los ocho centros de investigación han desarrollado redes de colaboración externas, en su mayoría de orden académico, además expresan vínculos con sectores empresariales y con gobiernos.

Tabla sobre vínculos de los centros de investigación con otras instancias académicas internas y externas al CUSur

Centros de investigaciónNo. Lab. con

los que se vincula

No. Lic. con las que se relaciona

No. Posg. con los que trabaja

No. de vínculos con instituciones externas al

CUSur

Centro de Investigación en Emprendurismo, Incubación, Consultoría, Asesoría e Innovación

3 2 2 0

Centro de Investigación sobre Territorio y Ruralidad

4 4 2 4

Centro de Investigación en Riesgos y Calidad de Vida

5 4 2 0

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Centro de Investigaciones en Abejas

1 3 0 0

Centro de Investigación del Lago de Zapotlán y Cuencas (CILZC)

2 4 0 1

Centro de Investigación en Biología Molecular de las Enfermedades Crónicas

5 3 1 5

Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (CICAN)

3 2 2 0

10.2. Segunda etapa

Para este momento, se realizó el acercamiento al trabajo de la academia, para identificar las actividades desarrolladas por la Universidad como producto de la colaboración de TH. Se buscó visualizar el desarrollo de programas acadé-micos de carácter científico y tecnológico ligados a relaciones de vinculación interinstitucional, que posibiliten identificar el impacto que se ha producido en la cotidianeidad del quehacer universitario, en el que participan la comunidad de profesores, investigadores y estudiantes del CUSur, así como la inclusión de sectores sociales, productivos, gobierno y población, de la Región Sur de Jalisco.

Se realizó una revisión documental de las entidades académicas que reunían las características antes mencionadas. Igualmente, se planteó como necesario monitorear las capacidades y los resultados de cada una de ellas.

Para la identificación de las actividades académicas de vinculación y de unida-des académicas de producción de conocimiento y transferencia de tecnología, vinculadas a sectores externos a la Universidad, se estableció como procedi-miento el acercamiento a los departamentos del centro universitario, dado que en ellos descansan las funciones de docencia, investigación, extensión y vincu-lación. Así mismo, se estableció comunicación con la Coordinación de Extensión, responsable de coordinar todas las actividades de extensión y vinculación del CUSur con la región.

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10.2.1. Incubadora de Ideas y Proyectos

Se logró identificar que el Centro de Investigación en Emprendurismo, Incuba-ción, Consultoría, Asesoría e Innovación (CIEICAI) está conformado por cuatro áreas para el desarrollo de sus actividades: Incubadora, Enactus, Consultorías Universitarias y el Sistema-Producto.

Fuente: Coordinación de Planeación, Centro Universitario del Sur.

Se pudo identificar que el área de Incubadora ha trabajado con más de cuarenta empresas de la región. Su objetivo central es la creación de una red de colabo-ración entre universidad, gobierno y sociedad, impulsando el desarrollo regio-nal por medio del apoyo a empresas y al emprendurismo social. Su actividad se desarrolla a través de cursos-taller, consultorías e incubación de empresas, fomentando el sistema productivo en la región, promoviendo la generación de nuevas empresas y/o negocios, impulsando la creación de nuevos empleos y generando valor agregado a los productos de la región.

La Incubadora, en colaboración con entidades no académicas, ha impartido di-versos eventos entre los que destacan: Marcas y patentes, Crea tu plan de ne-gocios, Desarrolla tu idea de negocio y plan de negocio, Crea tu plan de negocios por FOJAL, Mujeres emprendedoras de pequeñas empresas, Sembrando admi-nistración, Lombricomposta, Emprendurismo para niños del futuro, Proyecto de

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vida económico e idea de negocios. En todas estas actividades han participado profesores y estudiantes de diversas licenciaturas.

En septiembre del 2015 la Incubadora del CUSur recibió la certificación oficial, por parte de la Red de Incubadoras de México, lo cual le da reconocimiento y la posibilidad de atraer fondos económicos de carácter federal.

10.2.2. Consultorías Universitarias

En el mismo Centro de Investigación en Emprendurismo, Incubación, Consulto-ría, Asesoría e Innovación (CIEICAI) se logró ubicar el programa de Consultorías Universitarias del CUSur. El cual surge a partir de la necesidad de impulsar el desarrollo de los sectores productivos, en la Región Sur del estado de Jalisco, ya que las MiPyMEs enfrentan diversas problemáticas, en relación con los siste-mas de producción en la región, y son limitadas en su capacidad de fabricación.

Las consultorías universitarias son acciones que tienen como objetivo mejorar el entorno económico y apoyar directamente a las empresas, para el desarrollo de condiciones que contribuyan al establecimiento, crecimiento y consolidación de los diferentes sectores. Las consultorías surgen en 2013, al producirse el acercamiento con la institución gubernamental del Sistema Estatal de Finan-ciamiento (FOJAL).

Objetivos de las Consultorías Universitarias:

• Ofrecer apoyo profesional especializado en soluciones de problemas, orientado a desarrollar las organizaciones para generar oportunidades de inversión, evaluar el potencial del negocio y establecer una relación de ase-soramiento y confianza al obtener un aumento en la liquidez, garantizando la capacidad de pago de las empresas, con mayores inversiones seguras y rentables.

• Diagnosticar e intervenir en las empresas, con el fin de conocer la proble-mática y capacitar, en función de mejorar las áreas que se requieren, para optimizar el desempeño de las empresas participantes.

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• Lograr que los universitarios tengan la oportunidad de ubicarse en la reali-dad de las empresas y sea de beneficio en su formación práctica, académi-ca y social. Así mismo, darle el apoyo necesario al empresario para que el programa sea ganar-ganar.

Servicios ofrecidos en el proceso de consultoría:

• Asesoría y consultoría integral en las diversas áreas que comprende la empresa.

• Análisis de tiempos y movimientos.

• Elaboración y evaluación de planes estratégicos.

• Capacitación y cursos a emprendedores y empresas; estudios de mercado e implementación y elaboración de estrategias de marketing.

Beneficios para la empresa:

• Mejora la productividad, desempeño, rentabilidad y desarrollo empresarial.

• Determina las deficiencias y optimiza los procesos de las empresas.

• Evalúa el clima organizacional y propone soluciones estratégicas enfocadas a la cultura empresarial de su empresa.

• Desarrolla estrategias para encontrar un retorno de inversión, a corto pla-zo, en su empresa.

• Competitividad en el ramo empresarial.

Beneficios para el estudiante:

1. Experiencia laboral.2. Valor curricular. 3. Validación como servicio social.

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4. Realizar exposiciones ejecutivas ante grupos expertos. 5. Desarrollar habilidades de expresión oral y escrita. 6. Competitividad en su desarrollo profesional.

Fases de la consultoría:

• Prediagnóstico• Diagnóstico• Evaluación de la problemática• Indicadores• Plan de intervención• Implementación• Resultados• Indicadores (comparación).

Se cuenta con un equipo consolidado de consultores internos y externos, ex-pertos en distintas áreas de actividades empresariales y con la participación estudiantes de diversas licenciaturas.

El programa de Consultorías Universitarias aparece como una actividad íntima-mente ligada a la incubación de ideas y proyectos, por lo que resulta relevante el acercamiento que realiza la Universidad, con este programa que da consulta y asesoría a empresarios de la región. Se observó como programa con funcio-namiento sistemático y efectivo de colaboración con el sector empresarial. Los resultados obtenidos permiten reconocerlo como un importante espacio para el trabajo universitario, lo que lo convierte en un gran laboratorio de formación universitaria.

10.2.3. Programas de estudiantes en trabajo colaborativo (ENACTUS)

Otro de los programas identificados, en el Centro de Investigación en Empren-durismo, Incubación, Consultoría, Asesoría e Innovación (CIEICAI) es uno que centra su atención en jóvenes estudiantes de diversas licenciaturas. Éstos son convocados para participar en el programa Enactus (Entrepreneurial Action Us), que parte de una organización internacional, sin fines de lucro, que se encuen-tra en 36 países y que reúne a estudiantes, académicos y líderes empresariales

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que, mediante la creación de proyectos productivos sustentables de impacto social, desarrollan en los jóvenes habilidades y competencias que incrementan su valor agregado como talento humano.

El programa de Enactus CUSur nace en 2013, con la necesidad de fomentar el emprendimiento en estudiantes universitarios y apoyar a comunidades vulnera-bles, de la Región Sur de Jalisco. El objetivo central del programa Enactus CUSur es el desarrollo de proyectos productivos sustentables coordinados por jóve-nes estudiantes del CUSur, trabajando en cooperación con empresas y gobierno. Formando una red universitaria para impactar positivamente en la economía, medio ambiente y calidad de vida de las personas en condición de necesidad, y así contribuir al desarrollo del país.

El grupo Enactus CUSur ha trabajado en diversos proyectos con impacto social y productivo, que buscan potencializar a grupos vulnerables, se destacan los siguientes:

1. ApiSur (sistema de producción de la miel)

Proyecto que busca contribuir al impulso del desarrollo económico, social y eco-lógico del sector apícola del sur de Jalisco y, por ende, fomentar la competencia para los emergentes empresarios apícolas. Este proyecto propone apoyar a los apicultores de la región a mejorar sus aspectos legales, empresariales, técnicos y comerciales, con el fin de formar, integrar y fortalecer el sistema de produc-ción de la miel.

2. ProhoSur (producción y comercialización de hongo seta)

Proyecto que trabaja con la finalidad de empoderar económicamente a las mu-jeres de la comunidad de Atequizayán, siendo ésta una de las más necesitadas y marginadas de Zapotlán el Grande, Jalisco. ProhoSur nace para empoderar eco-nómicamente a la mujer mediante la producción y comercialización del hongo seta, con lo que se obtendrán varios beneficios, tales como: generar empleos e impulsar una alimentación sana, fomentar el trabajo en equipo y brindar segu-ridad económica, impulsando el desarrollo comunitario.

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3. Sistema de producción de la pitaya (creación)

Proyecto que busca apoyar a los integrantes a desarrollar el sistema de produc-ción de la miel, del estado de Jalisco, mediante técnicas que permitan la bue-na organización y administración para consolidar el sistema, con potencialidad para colocarse en los mercados nacionales e internacionales.

4. Xomali (artesanías con lirio de la laguna)

El proyecto Xomali busca empoderar a las mujeres de San Andrés Ixtlán, para que mejoren su calidad de vida, a mediano plazo, por medio un grupo de trabajo dedicado a la creación de cuadros artesanales, hechos a base de lirio acuático proveniente de la laguna de Zapotlán el Grande, flora considerada como plaga para el medio ambiente.

El análisis realizado al programa Enactus permitió observar un espacio uni-versitario destinado primordialmente a los estudiantes, donde se estimula el liderazgo, la innovación y el emprendurismo de los jóvenes como promotores de proyectos con sectores de la sociedad, con condiciones y características diversas. Desde los que plantean apoyar a productores de miel (apicultores) para que se organicen como sistema de produccion; los que pretenden em-poderar a las mujeres de una comunidad mediante la producción y comercia-lización del hongo seta; o los que buscan apoyar a los productores de pitaya, dotándoles de mejores técnicas que les permitan la buena organización y ad-ministración de su trabajo; los que empoderan a otra comunidad de mujeres que fabrican cuadros artesanales, hechos a base de lirio acuático proveniente de la laguna de Zapotlán.

Los resultados del programa Enactus de estudiantes líderes son muy signifi-cativos al haber trabajado con productores y emprendedoras, colaborado con varios municipios de la región, con un impacto indirecto, calculado por ellos, de cincuenta mil personas. Sumamente importante es que estudiantes de diversas licenciaturas hayan participado en cuatro proyectos y ello les haya redituado premios en concursos nacionales e internacionales. Lo anterior ubica a Enactus como un programa universitario que debe seguir siendo estimulado y promovi-do, para que más estudiantes participen como promotores de la innovación y el emprendurismo en el CUSur.

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10.2.4. Feria de la Ciencia y la Tecnología (FECyT)

Como resultado de la consulta hecha a la Coordinación de Extensión, se logró ubicar a la Feria de la Ciencia y la Tecnología, una actividad académica con claras características de ser un espacio que promueve la vinculación de la Universidad con sectores académicos y no académicos.

En el 2011, se propusieron distintos proyectos, en la metodología de colabora-ción Universidad-Empresa-Gobierno, para comenzar a trabajar en conjunto con el Gobierno Municipal de Zapotlán el Grande. Uno de ellos fue la creación de una Feria de Ciencia y Tecnología, dirigida a niños del nivel educativo básico, jóvenes del nivel medio superior y jóvenes universitarios.

La primera Feria de Ciencia y Tecnología, en 2012, se pensó para acercar a los estudiantes de educación básica a las actividades concernientes a la ciencia, principalmente aquellas que iban encaminadas a las ciencias geográficas, bio-lógicas, matemáticas, físicas y a las áreas artísticas y culturales. Esta primera feria, se organizó en conjunto con el Instituto Tecnológico de Ciudad Guzmán y el Ayuntamiento de Zapotlán el Grande, Jalisco. El resultado de este trabajo fue muy significativo, pues recibió aproximadamente 6,000 niños que participa-ron en diversos eventos académicos y de difusión cultural y científica. En esta primera emisión participaron 650 estudiantes de licenciatura y se contó con el apoyo del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología del Estado de Jalisco (COET-CyJAL) y de algunas empresas locales.

En la primera feria se incluyeron talleres sobre distintas ciencias y áreas del conocimiento, obras de teatro, muestra de cine, exposiciones, conferencias y actividades de fomento de la lectura.

En la segunda emisión de la Feria de Ciencia y Tecnología, en el 2013, se conti-nuó trabajando en conjunto con el Ayuntamiento de Zapotlán el Grande, el Ins-tituto Tecnológico de Ciudad Guzmán, así como con instituciones de educación básica y media superior. La asistencia aumentó a 8,635 estudiantes, en ella se mantuvieron las actividades del año anterior, y se añadió la Semana de la Inves-tigación y una actividad sobre Inteligencia Múltiples.

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En las Ferias de Ciencia y Tecnología de los años siguientes se han desarrollado actividades dirigidas a todo tipo de públicos, desde niños de educación preesco-lar y primaria, estudiantes de nivel medio superior y superior, hasta empresarios y la sociedad en general, lográndose una cobertura mayor y una participación más activa de la comunidad del CUSur y de la población de la región.

Los resultados observados sobre la Feria de la Ciencia y la Tecnología permiten observar un espacio universitario de TH sistemático, en el que se visualiza la colaboración interinstitucional del gobierno de Zapotlán el Grande, de la Cámara de Comercio que representa a los empresarios de la región, y de las institucio-nes educativas: el Instituto Tecnológico de Ciudad Guzmán y el CUSur.

Se pudo observar cómo la feria fue concebida, principalmente, como un es-pacio para sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de la ciencia y la tecnología y sobre cómo éstas están integradas en todas las actividades del ser humano. La feria fue planeada para acercar a los jóvenes de la región a los proyectos y programas de dos instituciones de educación: el Tecnológico de Ciudad Guzmán y el CUSur.

Otro elemento a resaltar es que la totalidad de las ediciones de la Feria de la Cien-cia y la Tecnología ha generado espacios académicos para empresarios y gobier-no, con actividades relacionadas con la I+D+i, la innovación y el emprendurismo (conferencias, stands, talleres, exposiciones, encuentros de emprendedores y empresarios).

10.2.5. Unidad de Educación Continua

En la misma consulta hecha a la Coordinación de Extensión, se logró ubicar a la Unidad de Educación Continua del CUSur. Ésta también integra características que la identifican como un espacio universitario con fuerte carga de trabajo, en ma-teria de vinculación y colaboración con entidades académicas y no académicas.

Esta unidad académica surge a iniciativa de la Rectoría del CUSur y se crea en 2014. La Unidad de Educación Continua es un espacio universitario que atien-de las necesidades de formación y actualización, de la sociedad en general y de sus egresados en particular. Con la finalidad de contribuir al desarrollo de

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competencias profesionales y laborales, a fin de enriquecer la formación acadé-mica y cultural, así como ampliar los conocimientos en las diversas disciplinas.

Las actividades de capacitación que ofrece la Unidad de Educación Continua están caracterizadas por la calidad en el diseño de sus contenidos, la flexibili-dad y la diversidad de modalidades. Todo ello ha permitido fortalecer los vín-culos con los diferentes sectores sociales, ofreciendo la posibilidad de brindar capacitación ajustada a sus necesidades, a fin de coadyuvar en su desarrollo profesional y personal.

La Unidad de Educación Continua tiene como misión: “Contribuir a la formación integral, al desarrollo de competencias profesionales y laborales, enriquecer la formación académica y cultural, por medio de diplomados, cursos, talleres, se-minarios y conferencias dirigidos al sector productivo, público y privado en las diversas disciplinas”.

Su objetivo central es el de “generar procesos de capacitación y actualización profesional, laboral y personal que se distingan por la calidad de sus procesos y que cuenten con la aceptación de los sectores a los cuales va dirigido. Aten-der las necesidades de actualización y capacitación de los egresados del Centro Universitario del Sur y apoyar la capacitación de los sectores público, productivo y social, principalmente en la zona sur del estado de Jalisco”.

La unidad de educación continua ha generado diplomados, cursos, talleres, seminarios y conferencias, con más de 50 actividades académicas y más de 2,500 participaciones de estudiantes, profesores, egresados y público en ge-neral. Es importante destacar que la unidad ha originado un importante vín-culo con los sectores: productivo, público, privado, gubernamental y social de la Región Sur de Jalisco.

Es evidente que la identificación y ubicación del funcionamiento de la Incubado-ra, las Consultorías Universitarias, el programa Enactus, la Feria de la Ciencia y la Tecnología y la Unidad de Educación Continua representó un hecho importan-te y significativo para esta investigación. Fundamentalmente, porque los cinco espacios universitarios están ligados fuertemente con actividades de extensión y vinculados con sectores externos a la Universidad.

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10.3. Tercera etapa

La evaluación del impacto de la TH en la estructura académica del CUSur, al ser un proceso complejo, multivariable y dinámico, requiere de un análisis integral, en el que la investigación se realice con base en los principios epistemológicos de la investigación holística. Integrando diferentes perspectivas e instrumen-tos cualitativos y cuantitativos, sin que resulte contradictorio su uso, sino com-plementario, de acuerdo con Hurtado (2000).

Como se planteó en el apartado metodológico, para esta tercera etapa de la in-vestigación se consideró importante reconocer la necesidad de un análisis com-plementario, que permita ponderar numéricamente algunos de los impactos de la TH. Para tal efecto, se consideró necesaria la aplicación de un instrumento de recogida de datos, consistente en un cuestionario que contiene un grupo de indicadores para medir el desempeño y la productividad académica de las uni-versidades en materia de vinculación.

El instrumento se estructuró empleando un sistema de indicadores, para lo cual se decidió incluir varios de los contenidos en el “Manual de indicadores de vincu-lación de la universidad con el entorno socioeconómico”, elaborado por D’ Este, Castro y Molas-Gallart (2014).

Es importante señalar que no se utilizaron todos los indicadores incluidos en el manual, sino los que directamente se relacionan con nuestro objeto de es-tudio. Se consideró que la forma, su contenido y sobre todo la dirección de los indicadores elegidos de este manual, abonan al análisis de las actividades de la tercera misión que realiza la universidad, además de que se diferencian de otros sistemas de indicadores, al considerar los de actividad y los de impacto.

10.3.1. Proceso para obtención de información para medir el impacto de la Triple Hélice a partir de un sistema de indicadores

El uso de indicadores para evaluar el impacto de la TH, en la estructura académi-ca del CUSur, planteó la necesidad de integrar un grupo de trabajo que aplicaría el instrumento. Se identificó al personal directamente involucrado en procesos de vinculación y colaboración interinstitucional, de tal forma que, a través de la

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Coordinación de Planeación, se convocó a directivos, profesores, responsables de centros de investigación e incubadora de empresas. El grupo quedó confor-mado por 20 participantes.

Durante la reunión de presentación del instrumento se les informó que se es-taba realizando una medición de los indicadores de TH, por lo que era necesario que reportaran la información correspondiente de sus respectivas áreas, y que los datos proporcionados estuvieran relacionados con los indicadores referidos en el instrumento.

Antes del vaciado de datos en el instrumento, los responsables de apartado realizaron el llenado en un archivo de Excel de toda la información reportada, a fin de seleccionar aquella que estuviera relacionada con la TH.

A continuación, se presenta el instrumento con los indicadores seleccionados del “Manual de indicadores de vinculación de la universidad con el entorno so-cioeconómico” elaborado por D’ Este, Castro y Molas-Gallart (2014), además, se incluyen los datos obtenidos por el grupo de trabajo antes mencionado.

10.3.2. Instrumento con indicadores para evaluar el impacto de la TH al interior del trabajo académico del CUSur

Emprendedurismo (creación de empresas) (periodo 2013 al 2016)

5 Número de spin-offs (nuevas empresas desarrolladas sobre la base de resultados desarrollados en la Universidad) y start-ups (nuevas empresas creadas por el personal académico o estudiantes con el apoyo de la Universidad, ejemplos: incubadoras) creadas en los últimos cinco años.

32 Número de empleos creados en spin-offs (y start-ups). $1’620,000 Ingresos generados por spin-offs (y start-ups)0 Número de spin-offs que operan en la actualidad,

Asesoramiento y consultoría (periodo 2013 al 2015)

1 Número de contratos de consultoría en curso.

$81,200 Volumen de ingresos obtenidos en el año derivados de consultorías.

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$81,200 Número (volumen de ingresos) de consultorías a PyMEs.- Número (volumen de ingresos) de consultorías a administraciones públicas.15 Número de profesores involucrados en actividades de consultoría en el año.

Movilidad de personal (periodo 2013 al 2015)

3 Número de investigadores universitarios empleados de forma temporal en or-ganizaciones no académicas (en el curso de un determinado año).

1 Número de empleados en organizaciones no académicas que han sido contra-tados de forma temporal por departamentos universitarios en actividades de investigación o docencia (en el curso de un determinado año).

Prácticas en empresas

349 Número de estudiantes que realizan estancias en organizaciones no académi-cas como parte de sus cursos de licenciatura.

3 Número de cursos impartidos por la universidad en el que se contempla la colaboración con entidades no académicas para articular estancias de estu-diantes en su proceso de formación.

1 Número de estudiantes de maestría o doctorado que realizan su tesis en el marco de contratos de I+D o consultoría.

Cursos y actividades de formación (periodo 2013 al 2015)

$2’313,931 Ingresos por cursos especializados (que no conducen a la obtención de titula-ción universitaria).

3,723 Número de horas de cursos especializados ofrecidos por la universidad.179 Número de organizaciones que han asistido a cursos especializados (en el cur-

so de un año).

Alineamiento curricular (periodo 2013 al 2015)

- Número de cursos (conducentes a titulación universitaria) que han sido esta-blecidos tras solicitud expresa de organizaciones no académicas.

7 Número de estudiantes de posgrado que están directamente financiados por organizaciones no académicas.

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Participación en programas o redes sociales (periodo 2013 al 2015)

19 Número de ocasiones en que el personal académico ha participado o asistido a conferencias no académicas (entendiendo por conferencias no académicas, aquellas en que la mayoría de los participantes no son académicos).

220 Número de profesores que participan en programas de extensión.14 Número de entidades con las que se ha colaborado en programas de exten-

sión (asociación, comunidad…).62,441 Número de personas que se han beneficiado de los programas de extensión.

Difusión no académica (periodo 2013 al 2015)

92 Número de contribuciones en publicaciones técnicas o profesionales en las que no se exige una revisión por parte de pares.

188 Número de ocasiones en que el personal académico ha aparecido en progra-mas de televisión o radio o participado en eventos de divulgación científica.

101 Número de apariciones en prensa por parte del personal académico, como consecuencia de su contribución a la investigación o la docencia.

2,975 Número de personas que asisten a jornadas de puertas abiertas, ferias, con-ferencias, etcétera.

Fuente: Manual de indicadores de vinculación de la universidad con el entorno socioeconómico (D’ Este, Castro y Molas-Gallart, 2014).

10.3.3. Análisis e interpretación de la información obtenida con el instrumento de indicadores

El resultado del análisis de los datos arrojados por la implementación del ins-trumento de indicadores aplicado al grupo de académicos y directivos, antes referido, resulta muy relevante, pues se inscribe dentro del periodo de gestión institucional en la Universidad de Guadalajara y del CUSur 2013-2019, que más promovió el desarrollo de actividades de vinculación y colaboración de la Uni-versidad con los demás actores sociales, productivos y gubernamentales de la sociedad jalisciense.

Se pudo constatar que, del total de los 26 indicadores, integrados en ocho ca-tegorías, el grupo proporcionó resultados sobre 23, y que sólo no se tuvieron

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datos sobre tres indicadores. Este resultado muestra que el 88.47% de los in-dicadores elegidos para evaluar la actividad académica fue pertinente y aplica para la actividad de vinculación que desarrolla el CUSur.

En el caso específico de los tres indicadores que no tuvieron respuesta, se in-fiere que en el indicador “Número de spin-offs que operan en la actualidad, que tengan 5 o más años”, al no haber respuesta, podría ser porque las cinco spin-offs creadas dejaron de operar, o bien porque tengan una antigüedad menor a los cinco años.

En el indicador sobre el “número (volumen de ingresos) de consultorías a administraciones públicas”, al no presentar respuesta, permite reconocer que el CUSur no ha realizado consultorías a administraciones públicas, o bien lo ha hecho sin generación de ingresos.

En el último de los tres indicadores que no tuvieron respuesta, específicamente en el que señala “número de cursos (conducentes a titulación universitaria) que han sido establecidos tras solicitud expresa de organizaciones no académicas”, es claro que no ha existido ningún curso de titulación universitaria que se desa-rrolle por la petición particular de alguna entidad externa a la Universidad.

Por otra parte, en el análisis de los indicadores que sí obtuvieron datos es im-portante destacar los que refieren la creación de empresas, donde se expresan nuevas spin-offs y start-ups, con la generación paralela de empleos. Sin embar-go, por la redacción del indicador no fue posible identificar cuáles y cuántas se desarrollaron de cada una de ellas, ni tampoco visualizar el empleo que generó la empresa en específico. Destacable el $1´620,000 pesos de ingresos que re-portan como resultado de las spin-offs y start-ups creadas.

En el caso de los indicadores sobre asesoría y consultoría, se observa el primer contrato de consultorías del centro universitario, y aunque podría ser mínimo, este resultado ya expresa ingresos y una participación importante de profeso-res del CUSur en la actividad de apoyo a las PyMEs. Por la redacción del indica-dor no fue posible visualizar la cantidad de alumnos, ni las carreras de origen de los que participaron en esta actividad de asesoría y consultoría.

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Sobre el tema de movilidad de personal se expresó que hay movilidad del per-sonal académico y no universitario, aunque sea pequeña y, sobre todo, destaca la vinculación de los estudiantes (349) con las empresas.

Es remarcable la información proporcionada en los indicadores relativos a los cursos y actividades de formación, pues reportan un importante número de ho-ras invertidas en cursos especializados por la Universidad, con la presencia de organizaciones externas, con ingresos percibidos. Todo ello se traduce en el nivel de aceptación y reconocimiento que tiene el CUSur para las organizacio-nes no académicas, que eligen a la Universidad para la formación y actualiza-ción de su personal.

En los temas relacionados con los estudiantes de posgrado destaca que ya exis-ten estudiantes de maestría o doctorado que han realizado su tesis con base en un contrato de I+D, en tanto que estudiantes de posgrado han sido financiados por organizaciones externas. Esto es una evidencia del inicio en actividades que articulan la producción de conocimiento y transferencia de tecnología, desde el estudiante a las empresas de la región.

Finalmente, los datos proporcionados por el grupo y que se refieren a la difu-sión no académica, a la participación en actividades no académicas y en re-des sociales tuvieron cifras importantes. Como también la de académicos que han participado en actividades de extensión, así mismo, destaca el número de personas que se han beneficiado con los programas de extensión del centro universitario, además de los asistentes a jornadas de puertas abiertas, ferias, conferencias, etc. De igual forma, resulta destacable la vasta actividad de la difusión, con contribuciones en publicaciones técnicas o profesionales, las oca-siones en que el personal académico ha aparecido en programas de televisión, radio o participado en eventos de divulgación científica, como consecuencia de su contribución a la investigación o la docencia. Todo esto constata una siste-mática y permanente actividad en materia de extensión, vinculación y difusión del quehacer académico del CUSur, en el entorno social, productivo y guberna-mental de la Región Sur de Jalisco.

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11. CONCLUSIONES

La fundamentación teórica, el proceso metodológico, las entrevistas con el per-sonal directivo, la experiencia obtenida con el grupo de académicos, la recogida de datos a través de diversos instrumentos y, sobre todo, los resultados obte-nidos en la investigación, dan elementos para presentar las siguientes conclu-siones:

La investigación realizada en las tres etapas descritas en la metodología apor-ta material fundamental para constatar que la estructura académica del CUSur sufrió una importante modificación de su plataforma científica y tecnológica. Misma que se observa desde 2010, correspondiendo y alineándose de manera clara con el desarrollo y participación del CUSur en la estrategia de colabora-ción de Triple Hélice a la que fue invitado a participar por el Ayuntamiento de Zapotlán el Grande, el Instituto Tecnológico de Ciudad Guzmán y la Cámara de Comercio que integra y representa a los empresarios de la Región Sur.

El estudio permitió observar que en el CUSur se contaba con un solo centro de investigación (CICAN, 2009), que no era suficiente para desarrollar conocimien-to, ni integraba los diversos campos de conocimiento que el centro universitario cimentaba, desde sus programas de licenciatura y posgrado, lo que impulsó a la identificación y creación de nuevos nichos de desarrollo de conocimiento cientí-fico, ligado a necesidades y problemas concretos de la región, sin perder de vista su impacto en lo nacional e internacional.

La creación de seis centros de investigación desde el año 2012 y hasta el 2015 es una evidencia de la estrategia de fortalecer la capacidad y las actividades de producción de conocimiento y transferencia de tecnología en el CUSur.

La ficha básica y los análisis realizados a cada uno de los centros de investigación permitió monitorear que las nuevas unidades académicas contaban con una fuerte estructura, para el desarrollo de líneas y proyectos de investigación, to-das definidas y con objetivos pertinentes, con sólidas plantillas de investigado-res y que, en varios de ellos, se albergaron posgrados con amplia producción científica.

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De igual forma, fue evidente el desarrollo de los cuerpos académicos de inves-tigadores en el CUSur, ya que desde su creación en 1994 y hasta 2008 sólo contaba con tres cuerpos de investigación, por lo que se pudo constatar la crea-ción y desarrollo de nueve cuerpos académicos en sólo cuatro años. Lo que se traduce en la necesidad de combinar la creación de cuerpos académicos y de centros de investigación, relación que presenta una gran alineación. Así mismo, es notable observar cómo de los nueve cuerpos académicos formados desde el 2010, cinco mejoraron su nivel de consolidación.

El estudio proporcionó elementos para confirmar que la estructura académica del CUSur sufrió una importante transformación en sus redes de vinculacio-nes académicas, que se pudieron evidenciar y que colocan a cada uno de los centros de investigación como una unidad de tracción y conexión con otras instancias académicas. Como los laboratorios de docencia que dan apoyo principalmente a las licenciaturas; los cuerpos académicos; los posgrados y las relaciones con instancias no académicas externas al centro universitario. Igualmente, se pudo contemplar que las redes de vinculación de cada centro de investigación tienen conexión con el resto de centros, con lo que se consta-tó también una nueva estructura de comunicación científica en el CUSur.

Por otra parte, con el empleo del instrumento y con los indicadores considerados para evaluar el impacto de la TH al interior del trabajo académico del CUSur seña-lado en la tercera etapa, se pudo visualizar la vinculación del centro universitario y el sector empresarial de la región, con actividades que fortalecen la creación de nuevas empresas. Destacando las spin-offs y start-ups, la generación pa-ralela de empleos y los ingresos que reportan como ingresos por estas em-presas, lo que confirma el desarrollo de instituciones híbridas producto de la TH.

Los datos proporcionados, referidos a la difusión y la participación en activi-dades no académicas y en redes sociales, muestran un importante número de personas que se han beneficiado con los programas de extensión del centro universitario, además de los miles de asistentes a jornadas de puertas abier-tas, ferias y conferencias. De igual forma, resulta destacable la vasta actividad de la difusión con contribuciones en publicaciones técnicas o profesionales, las múltiples ocasiones en que el personal académico apareció en programas de televisión, radio o participado en eventos de divulgación científica y las diversas

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apariciones en prensa por parte del personal académico, como consecuencia de su contribución a la investigación o la docencia.

Se logró la identificación de cinco instancias académicas como resultado de la implantación de la TH, a decir de sus responsables: la Feria de la Ciencia y la Tec-nología (2011), el programa de Consultorías Universitarias (2013), el programa de estudiantes Enactus (2013), la Incubadora de Ideas y Proyectos (2014) y la Unidad de Educación Continua (2014).

Representa un hecho importante y significativo para este trabajo que los cinco espacios universitarios en cuestión, al ser analizados en su estructura, organi-zación y producción, aparecen sólidamente ligados con actividades de exten-sión y vinculados con sectores externos a la Universidad, pudiendo ser estos académicos o no académicos. También se pudo comprobar que tres de las cinco instancias académicas descritas están consideradas como parte de la agenda de actividades y tareas a realizar, como lo señala el modelo de vinculación TH desarrollado para Zapotlán el Grande.

El análisis realizado posibilitó identificar la articulación de los procesos de for-mación universitaria de licenciatura y de posgrado en toda la transformación estructural que se ha dado en el CUSur, como producto de la implantación del modelo de vinculación de la TH. Igualmente, se constató el desarrollo de los procesos educativos, al enriquecerlos con una diversidad de actividades aca-démicas extracurriculares que fortalecen la formación universitaria y que se evidenciaron a través de: la participación de estudiantes en proyectos en los centros de investigación y en los cuerpos académicos; la actividad fundamental de los estudiantes en la organización de las ediciones de la Feria de la Ciencia y la Tecnología; el programa Enactus, espacio universitario donde se estimula el liderazgo, la innovación y el emprendurismo de los jóvenes como promoto-res de proyectos con sectores de la sociedad con condiciones y características diversas; la activa participación de estudiantes en el programa de consultorías universitarias, donde han colaborado junto con sus profesores en el análisis, diagnóstico y estrategia de intervención en empresas de la región.

También se pudo constatar el fortalecimiento de los estudios de posgrado en el periodo de la TH, ya que el centro universitario sólo contaba con la Maestría

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de Administración de Negocios (2007), en tanto que en 2011 creó la Maestría en Ciencias de la Salud Pública, la Maestría y el Doctorado en Comportamiento Alimentario y Nutrición (2011 y 2013 respectivamente), la Maestría y el Docto-rado en Psicología y Calidad de Vida (2015) y teniendo varios posgrados más en procesos de aprobación por los órganos de gobierno de la Universidad. Siendo muy importante destacar que la investigación permitió evidenciar que las pro-puestas, antes mencionadas de posgrados, surgieron articuladas a los centros de investigación descritos y analizados.

Finalmente, se considera que la investigación realizada al modelo de vincu-lación de Triple Hélice del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara arrojó resultados suficientes para verificar que el entorno de in-novación es saludable, ya que la universidad tiene prioridad sobre asuntos es-tratégicos de la región, y porque el gobierno municipal y federal han asumido la responsabilidad de generar un entorno propicio para que la estructura cien-tífica del CUSur reciba apoyo y pueda desarrollarse. Así mismo, pudo consta-tarse que la estrategia de colaboración interinstitucional entre el CUSur, las empresas y el gobierno, corresponde a un proceso sistemático, permanente y articulado que desarrolla nuevas ideas y procesos, además de acciones aca-démicas con la participación de su comunidad universitaria y que está inte-grado por una estructura con organización y funcionamiento propia, lo que le concede los atributos para considerarla una innovación educativa con impac-to directo en las funciones sustantivas de docencia, investigación, extensión, vinculación y difusión del CUSur.

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de la Universidad de Guadalajara, México

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