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La noche del jueves 9 de abril de 1992 era la noche de las elecciones. La Reina estaba en la cama acariciando a su perro Harris y viendo la televisión. Aún no se sabía cuál de los dos partidos iban a ganar las elecciones; pero a la Reina no le preocupaba el resultado de las elecciones, siempre y cuando el partido ganador apoyara la monarquía. La Reina apagó la televisión y durmió tranquilamente.

A la mañana siguiente, Jack Barker, el líder del Partido Republicano, ganó las elecciones, convirtiéndose en primer ministro, y se presentó en el Palacio de Buckingham para ver a la Reina.

Tal vez la Reina esperaba tener una reunión con Jack Barker para hablar sobre sus planes como nuevo primer ministro, pero las intenciones de Barker eran muy diferentes: ordenó a la Reina abdicar y expulsar a la Familia Real de palacio. Su idea consistía en que todo el poder residía en el pueblo y que no habría distinción entre clases. Jack Barker insistía en que la Familia Real debía vivir en una casa más humilde y olvidarse de los lujos. La Reina debería cuidar de su madre sin ayuda de criados; no podrían tener nada más que un perro como mascota, y dejar a los caballos que tenían en los establos. Y tampoco necesitarían grandes armarios para guardar la ropa, sólo necesitarían lo básico, ya que no volverían a aparecer en actos públicos.

Jack Barker cogió la corona real y salió al balcón. Afuera se agolpaba una gran multitud, aplaudiendo al nuevo primer ministro. Después salió la ex Familia Real, y ésta fue abucheada. Barker alzó la corona por encima de su cabeza y después la arrojó desde el balcón.

La ex Familia Real estaba muy preocupada; era el fin de la monarquía.

La ex Famlia Real llegó a su nueva casa por la noche; el número 9 de Hellebore Close. La Reina y su familia bajaron del camión de mudanzas y contemplaron su barrio: había basura y suciedad por todas partes y olía mal. La casa era pequeña y apenas iban a entrar los muebles. Tampoco les gustaba la idea de compartir paredes con los vecinos.

Beverly y Tony Threadgold era los nuevos vecinos de la ex Familia Real. Él vestía de forma sencilla; ella era rubia y su ropa era pequeña y ajustada. Se quedaron en la puerta mirando cómo sus nuevos vecinos deshacían el equipaje. Cuando la Reina pasó por su lado para entrar en casa, el matrimonio Threadgold reconoció a la Familia Real, e inmediatamente se ofrecieron para ayudar: Beverly preparó té y Tony llamó al señor Spiggy, un “manitas” en cuanto a arreglar cosas de casa.

La Reina no podía soportar ver cómo el señor Spiggy recortaba las alfombras para que entraran en el suelo de la casa, de manera que se fue con Harris (su perro) a dar un paseo. Mientras paseaba, descubrió que un policía llamado PC Ludlow custodiaba su nueva casa, para que no le ocurriera nada a la ex Familia Real.

Diana y el Príncipe Charles estaban tristes y agobiados; para los niños esa situación era como vivir una aventura. Y la Reina tuvo que dormir con su marido, porque sólo había una cama.Jack Barker, el nuevo primer ministro, bajó a los sótanos del Palacio de Buckingham

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acompañado de un guardia. Allí estaban guardadas piezas muy valiosas de la Familia Real, como figuras de animales hechas de cristal o vajillas de oro. Barker iba a vender alguna de esas piezas a unos japoneses; el dinero de la venta se iba a destinar a construir hospitales.

La Reina se despertó porque su perro Harris estaba muy inquieto; tenía hambre y quería dar un paseo. La Reina se encontró con Beverly en el patio trasero; mientras, Harris jugaba con una rata muerta.

Llamaron a la puerta; se trataba de Trish McPherson, una asistente social que trabajaba en ese barrio. Su idea era mantener una charla con la Reina sobre su nueva vida y ver en qué podía ayudar. Pero la Reina no abrió la puerta por dos motivos: el primero era que la puerta estaba atascada y, el segundo, ella todavía estaba en pijama y no quería que la vieran así. Trish dejó una nota en el buzón diciendo que regresaría más tarde.

La Reina regresó a la cocina. Iba a encender el calentador para cocinar algo, pero no funcionaba. Su hijo Charles vio se asomó por la ventana desde fuera, y la dijo que tenía que introducir 50 centavos en el contador para encender el calentador. En ese momento la Reina no tenía dinero, de manera que su hijo se fue en busca de los 50 centavos. Mientras esperaba, la Reina intentó abrir la caja de alimentos que había en la cocina; Harris estaba enfadado porque aún no le habían dado de comer. Al intentar abrirla, la Reina se cortó en los dedos.

El Príncipe Charles regresó con el dinero y vio a su madre sangrando. Ayudó a la Reina a salir de la casa por la ventana de la cocina (porque la puerta estaba atascada) y se fueron a un hospital. Allí tuvieron que esperar muchas horas hasta que fueron atendidos.La casa de Lady Diana estaba llena vecinas esa tarde. Diana habló de su vida en palacio y de lo que más echaba de menos: su Mercedes-Benz 500 SL, llamado “Merc”. Las vecinas estaban sorprendidas de lo caras y valiosas que eran las cosas que la Familia Real tenían en palacio.

Cuando llegó la noche, Diana se empezó a preocupar porque, ni sus hijos ni su marido, habían vuelto a casa. Una vecina la dijo que, en Hell Close, era normal que los niños jugaran en la calle hasta muy tarde. Cuando la reunión terminó, fueron las vecinas las que limpiaron el salón y las tazas donde habían estado bebiendo. Diana no ayudó absolutamente para nada; después intentó pagar a sus vecinas por el trabajo, pero se dio cuenta de su error.

El Príncipe Carlos regresó con la Reina muy tarde. Como la herida que ella tenía en la mano no era muy importante, tuvo que estar esperando mucho tiempo para que la atendieran. Tony Threadgold estaba reparando la puerta atascada, mientras que Philip, William y Harry estaban comiendo un sándwich y viendo a Tony trabajar.

Beverly pasó por casa de la Reina cuando salió de la casa de Diana. La Reina era consciente de que debían aprender a hacer las tareas domésticas y no podían depender de la amabilidad de los vecinos, de manera que, mientras Beverly preparaba el té, la ex Familia Real miraba expectante para aprender a prepararlo.

Una vez en casa, Beverly le dijo a su marido Tony que la Familia Real se parecía a un grupo de

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bebés que no sabían hacer ni las tareas más sencillas.

Al día siguiente, Philip no quería salir de la cama; no le gustaba su nueva vida y pretendía quedarse en casa hasta el fin de sus días. La Reina no pudo convencerle, pero ella se puso en marcha y fue a dar de comer a Harris.

El Príncipe Charles salió a la calle. Todavía quedaban cosas un camión de mudanza y había que sacarlas. Warren Deacon, el chico de las mudanzas, le ofreció a Charles un video para ver películas; se lo dejó a buen precio.

Por la tarde, muchos vecinos se acercaron para ver a la Madre Reina; la calle estaba llena de gente. El policía del barrio, PC Ludlow, fue allí para intentar para ver qué pasaba. Ordenó que casa uno se marchara a su casa, pero fue abucheado por los vecinos. El policía agarró a Beverly por un brazo y la empujó para que se marchara. El Príncipe Charles lo vio e inmediatamente fue a ayudar a Beverly. Los tres empezaron a luchar en el suelo. Mientras tanto, Warren Deacon robó muchos objetos de valor del camión de mudanzas.

Una vez en comisaría, Charles llamó a Diana para que se pusiera en contacto con su abogado. Ella tenía ganas de ver “Casablanca” en su nuevo video, de manera que llamaría a su abogado después de que terminara la película.

El Príncipe Charles y Beverly tuvieron un encuentro con el Presidente del Tribunal, para explicar qué sucedió con el policía en Hell Close. PC Ludlow, la Reina, Diana y Tony Threadgold también estaban allí. Cuando Beverly entró en la sala, Charles le ayudó a sentarse, y en ese momento Diana tuvo celos. PC Ludlow mintió en su declaración, pero no supo explicar con certeza algunas cosas sobre lo ocurrido. El Presidente del Tribunal dijo que el caso iría al Tribunal de Crown, y Charles y Beverly estarían libres bajo fianza.

De camino a casa, Tony sugirió ir a tomar una taza de té. La Reina fue invitada por el matrimonio Threadgold, porque ella no tenía dinero. En ese momento, la reina echó de menos a Philip, ya que Charles estaba cerca de Diana y Tony abrazaba a Beverly.

Cuando la Reina estaba en casa, su hija la Princesa Anne fue a verla. Ella también vivía en Hell Close con sus hijos Peter y Zara. Anne también se adaptó rápidamente a su nueva vida, como la Reina: instaló una lavadora en su casa con una caja de herramientas y las instrucciones.

Después, la Reina fue a casa de los Threadgold, para devolverles el dinero de la invitación. Era la primera vez que estaba en su casa. Todo estaba decorado con objetos y fotos del Elvis Presley; también estaba sonando una canción suya. La Reina vio una foto de dos niños, Tony dijo que esos eran sus hijos, Vernon and Lisa-Marie, pero que los servicios sociales se los habían quitado hacía 18 meses.

Cuando regresó a casa, Philip continuaba en la cama y tampoco quiso cenar.

La Reina estaba desayunando cuando Trish McPherson llamó a su casa. Estuvieron hablando sobre su situación, ya no tenían dinero para comer y dependían de la caridad de los vecinos. La

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Reina le pidió dinero a Trish; esta dijo que un cheque para ellos estaba en camino, pero que tardarían una semana en recibirlo. La Reina se quejó diciendo que no tenían dinero ni comida para aguantar una semana, por ello, Trish la indicó que debería ir al Departamento de la Seguridad Social y preguntar por los “pagos de emergencia”. La Reina se puso en camino rápidamente.

Mientras tanto, Fitzroy Toussaint llegaba a Hell Close. Era el hijo de Philomena Toussaint, la vecina y amiga de la Reina Madre. Fitzroy fue a casa de su madre pero allí no había nadie; leyó la nota que había para él en la cocina donde decía que estaba en el bungaló de la Reina Madre. Y allí fue. Fitzroy tomó el té con ellas, y cuando Philomena se fue a la cocina, ambos empezaron a hablar sobre las apuestas en las carreras de caballos.

Fitzroy organizaba apuestas a través de llamadas telefónicas, ya que cuando cumplió los 18 años su madre le hizo jurar que nunca iría a un local de apuestas. La Reina Madre le dio un billete de £5 para que lo apostara en un caballo llamado Sea Mist que participaba en una carrera a las 2 en punto de la tarde. Fitzroy llamó por teléfono a unos contactos y él también apostó por ese caballo. A los 15 minutos, el teléfono de Fitzroy volvió a sonar: Sea Mist había sido el ganador de la carrera; Fitzroy y la Reina Madre habían ganado.

Cuando Fitzroy se marchó, estaba muy contento de la nueva amistad de su madre.

La Reina fue andando hasta la ciudad; era la primera vez que salía de Hell Close. Fue con Harris a al Departamento de la Seguridad Social, donde se ayudaba a los desempleados. La Reina esperó una larga cola y su turno llegó cuando quedaban unos minutos para que cerraran las tiendas y las oficinas. El empleado dijo que no podía darla el cheque porque no llevó ningún recibo de su nueva casa para demostrar que ella vivía allí. Tampoco se creyó que ella fuera la Reina de Inglaterra ni que hubiera vivido antes en el Palacio de Buckingham. Cuando la Reina vio que su tiempo se acababa y que no podía conseguir el dinero para comer durante esa semana, cogió a Harris en brazos y usó a su perro para sensibilizar al empleado. Finalmente, éste le dio algo de dinero.

La Reina usó esa técnica para comprar en otras tiendas, puesto que quería preparar una sopa. Compró huesos en una carnicería y en otra tienda compró patatas, zanahorias y cebollas. En casa sepuso a cocinar

Era el primer día de escuela de los hijos de Charles y Diana, William y Harry. Su padre les llevó al colegio. La directora era la señora Strickland. Estaban hablando cuando empezó a gotear agua del techo del colegio. Afuera estaba lloviendo y el agua se filtraba en el edificio. Los alumnos salieron de sus clases y pusieron cubos de plástico en los pasillos para que el agua no encharcara el suelo. La directora le dijo a Charles que el colegio necesitaba dinero, a pesar de las recolectas que se habían hecho, porque los padres de los alumnos tampoco tenían mucho dinero para aportar.

Charles volvió a su casa y se fue al jardín. Allí había comenzado a plantar zanahorias. Él estaba muy feliz con su nueva vida, se había acostumbrado muy bien. Pero Diana no; mentía a su marido diciéndole que ella también estaba contenta, pero no era verdad. Ellos también

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disponían de poco dinero, y lo usaban para el abono del jardín. Diana notaba a Charles muy cambiado, y era verdad, porque Charles se había enamorado de su vecina Beverly (a pesar de que su aspecto aquella mañana no fuera muy agradable, ya que vestía una minifalda, olía a tabaco, y Charles vio que le faltaban 3 dientes).

Después, Diana entristeció cuando recordó el jucio pendiente de Charles y pensó que su marido podía ir a la cárcel.

Spiggy, en vecino manitas de Hell Close, estaba en casa de Anne, la hija de la Reina. A pesar de que Anne había instalado ella sola su lavadora, algo hizo mal y cuando regresó a casa el suelo de la cocina estaba encharcado de agua. Después de la reparación estuvieron hablando mucho rato; ella estaba sorprendida porque él no sabía absolutamente nada de ella ni de ex Familia Real. Ambos estaban divorciados y decidieron quedar para salir a tomar algo una noche.

La Reina vio muy mal a su marido Philip, hacía tres días que no comía. El doctor Potter fue a su casa para hacerle un chequeo y dijo que lo mejor sería llevarle al hospital. El doctor estuvo haciendo llamadas telefónicas desde su móvil para encontrar una cama libre al Principe Philip, ya que muchos hospitales estaban llenos. Finalmente encontró una en un hospital psiquiátrico. La Reina acompañó a su marido a su nuevo hogar y le prometió que pronto iría a visitarle.

Cuando regresó a casa, la Reina vio que había una carta para ella, de su hijo Edward. En ella contaba que había oído la noticia de la expulsión de la Familia Real de palacio; le hubiera gustado ir a ayudarles, pero estaba en Nueva Zelanda de gira con su compañía teatral (estaban representado una obra llamada “Sheep”).

Por la noche, la Reina fue a casa de su hija Anne, para hacer de canguros de sus nietos Peter y Zara, ya que Anne iba a salir con Spiggy. La Reina encendió la televisión y vio al primer ministro Jack Barker hablar sobre su nuevo gobierno, un gobierno donde todos serían tratados por igual. A la Reina le pareció una idea justa, pero muy cara para llevarla a cabo, y se preguntó de dónde sacaría el dinero para poder cumplir todas sus promesas. Después se quedó dormida.

Trish McPherson, la asistenta social, se encargaba de varios casos en Hell Close, entre ellos el de los hijos del matrimonio Threadgold. Beverly siempre la decía que ellos eran buenos padres, pero iba a ser difícil recuperar a sus hijos, Lisa-Marie and Vernon. Ambos estaban con la familia Duncan, vivían temporalmente en su casa.

Trish dejó su maletín lleno de documentos en el coche antes de dirigirse a casa de la Reina. La Reina no quería ver a Trish, porque sus reuniones no servían para nada ya que sus problemas no se solucionaban: no tenía dinero, su hijo Charles podría ir a la cárcel, su marido Philip estaba en un hospital psiquiátrico…

Mientras ellas hablaban, Tony Threadgold robó el maletín de Trish que dejó en el coche. Por la tarde, fue a casa de la Reina y estuvieron leyendo los documentos juntos. Descubrieron que los hijos del matrimonio padecían una enfermedad que hacía que sus huesos fueran frágiles. El

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matrimonio Threadgold nunca maltrató a sus hijos, pero siempre tenían huesos rotos. Tal vez con esos documentos podían demostrar que no eran malos padres.

Era el día del juicio de Charles y Beverly contra el policía PC Ludlow. El primero en declarar fue el policía, y casi no recordaba las mentiras que dijo en el juicio anterior. El abogado de la defensa, Oliver Lebutt le preguntó por una libreta donde él había apuntado lo que sucedió ese día; PC Ludlow dijo que no pudo traerse esa libreta porque se le cayó al río, intentando salvar a un gatito (esto hizo que el jurado creyera en su inocencia).

Después declaró Charles. Él explicó que vio como el policía agarraba fuertemente a Berverly del brazo, y por eso fue a ayudarla. Pero la pelea había causado serios daños a PC Ludlow, ya que tenía la barbilla llena de cicatrices y debía llevar barba el resto de su vida para ocultarlas. Oliver Lebutt intentó sensibilizar al jurado hablando sobre la triste infancia de Charles y humillándolo.

Cuando el jurado popular volvió de su reunión, anunciaron su veredicto: encontraban a Beverly inocente (rápidamente Tony abrazó a su mujer), pero a Charles culpable; su condena era estar 6 meses en la cárcel. Diana comenzó a llorar, pero antes de que la policía se lo llevaran, Charles le susurró algo a su mujer: “riega las plantas”.

Por la tarde todos estaban en casa de la Reina Madre, ya que ésta se puso muy enferma cuando se enteró de la noticia de su nieto. Philomena Toussaint estaba dándola de comer en la cama.

Charles estaba en una pequeña celda con tres hombres más; era una habitación estrecha y con literas. Estaba muy preocupado por su jardín; debía enviar una carta a Diana con instrucciones cuanto antes.

Spiggy fue a casa de Anne montado a caballo, llamado Gilbert. Le compró el animal a un hombre en un bar porque no podía mantenerlo, y pensó que sería una bonita sorpresa para Anne. Construiría un establo en el jardín de Anne porque era muy amplio y mantendrían el caballo entre los dos.

La Reina recibió una carta de su hijo Charles desde la cárcel. En ella contaba lo horrible que era la cárcel: estaba casi todo el tiempo metido en la celda, tenía hambre y se aburría. También contaba que el director de la cárcel era muy amable con él, porque sabía que su madre fue la Reina. Pero esto le traía problemas con el resto de reclusos, de manera que le dijo a su madre que escribiera una carta al director, pidiéndole que cambiara su comportamiento (y así lo hizo). También confesó que pensaba en Beverly y el único mensaje que quería transmitirle a Diana quera que recordara regar las plantas.

Ese mismo día Charles recibió una carta de Diana, pero no contaba nada interesante, sólo que últimamente estaba muy ocupada, que por fin se había ido a cortar el pelo y que su hijo William había suspendido un examen de matemáticas.

Mientras tanto, Sayako estaba comprando en la tienda más cara de Londres: Harrods. Ella era

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la hija del emperador de Japón y estaba visitando la ciudad. Llevaba todo el día de compras, le gustaba la moda y gastaba mucho dinero en ella. Se alojaba en un nuevo hotel que abrió hacía poco en Londres: Buckingham Palace Hotel.

Philomenan cuidaba de la Reina Madre; estaba muy enferma. La Reina quería llamar a un médico pero Philomena dijo que era una persona mayor y que ya era hora de dejarla descansar y que “durmiera para siempre”. Toda la Familia Real fue a la habitación donde estaba la Reina Madre para despedirse de ella.

Cuando murió, Philomena y Beverly se encargaron de preparar el cuerpo. Ellas sabían cómo y no era la primera vez que lo hacían; solían adecentar a las personas que morían en Hell Close porque los vecinos no tenían dinero para pagar ese servicio. Ellas maquillaron los ojos, labios y mejillas de la Reina Madre, y la vistieron con su vestido azul favorito.

El director de la prisión permitió que Charles saliera para ir al entierro. Pero Chales pensó que si él salía, escaparía para no volver a la cárcel.

Diana trajo unas flores que cogió del jardín, pero en realidad eran cebollas. La flor favorita de la Reina Madre eran los lirios, por eso alguien debía comprar flores de esa especie. Fitzroy Toussaint (el hijo de Philomena) entró en la habitación. Él y Diana se miraron y ambos sintieron algo especial. Se fueron los dos juntos a comprar las flores; Diana conducía el coche de Fitzroy.

De camino a la tienda, estuvieron escuchando música de Pavarotti en la radio. La Reina, que estaba comprando en un supermercado, les vio riéndose en el coche. Y Diana vio a su cuñada Anne con Spiggy montando a caballo.

Mientras tanto, el jardín de Charles ya no tenía cebollas porque Diana las cogió confundiéndolas con flores, y el agua se estaba secando.

La noticia de la muerte de la Reina Madre ocupó muy pocas líneas en los periódicos. La noticia más importante trataba sobre una crisis de préstamo que sufría Inglaterra en ese momento: Japón prestó dinero a Inglaterra, pero resultó que el Banco de Inglaterra estaba vacío, no había dinero para devolver el préstamo, y Japón quería su dinero de vuelta.

Spyggy estaba construyendo un ataúd para la Reina Madre. Anne fue a ayudarle para pintar un carro, donde sería puesto el ataúd. La Reina estaba muy cansada y, por primera vez desde la muerte de su madre, comenzó a llorar.

A la mañana siguiente, todos los vecinos ayudaron a la Familia Real a preparar el funeral. Chales apareció en Hell Close acompañado de un policía. Cuando el ataúd fue puesto en el carro, los vecinos fueron uno por uno a abrazar a la Reina. Eso la hizo sentir mejor, ya que se encontraba un poco sola: Anne estaba llorando agrazada a Spiggy y Fitzroy ofrecía su brazo a Diana.

Después, Charles le dijo al policía que quería ver su jardín; pero el agente necesitaba ir al baño, por ello, le permitió que fuera solo. Charles se horrorizó al ver el lamentable aspecto de su

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jardín, pero rápidamente llamó a Diana. Ella le trajo una muda limpia y le dio algo de dinero. Charles se escapó a Escocia.

La Reina estaba en el hospital psiquiátrico con su marido Philip. Estaban viendo juntos la televisión. Unas imágenes mostraban al Emperador Akihito de Japón, su hija Sayaco y Jack Barker. El primer ministro decía que él había intentado dar lo mejor de él para que no hubiera diferencias entre clases y que todos tuvieran las mismas oportunidades, pero que aún había que hacer muchos cambios y que los anunciaría en una rueda de prensa al día siguiente.

Cuando la Reina regresó a su casa, tenía una carta de Charles. En ella él contaba que estaba bien; pretendía construir una cabaña en Escocia y vivir en ella. También recibió una llamada de Australia, era de la compañía de teatro donde trabajaba el Príncipe Edward: se había escapado.

En ese momento la Reina pensó que su familia era un auténtico caos: Philip estaba en un hospital psiquiátrico, su hijo Charles se escapó de la justicia, Edward estaba desaparecido y su madre había muerto. Anne estaba saliendo con un obrero y Diana con un hombre negro. Y Harris se estaba convirtiendo en un perro agresivo.

Pero la Reina pensaba que el primer ministro Jack Barker anunciaría su dimisión al día siguiente y guardó la esperanza de que posiblemente pronto estuviera de nuevo en palacio. Invitó a todos los vecinos en su casa para ver las noticias del día siguiente.

La Reina limpió su casa antes de que vinieran todos sus invitados. A las 11.00 am empezó la entrevista.

Jack Barker apareció en el balcón del Palacio de Buckingham. Dijo que Inglaterra y Japón habían firmado un acuerdo de amistad, por ello todos los cambios que se habían realizado fueron gracias al dinero que Japón prestó a Inglaterra. Pero no hacía falta devolver el dinero del préstamo ya que Gran Bretaña se convertiría en otra isla más perteneciente a Japón.

Todos estaban muy sorprendidos. Vieron como barcos y aviones japoneses entraban en la ciudad de Londres y cómo la bandera japonesa ondeaba en el mástil del palacio. La Reina pensó que aquello no podía estar pasando; eso no fue lo que ella esperaba.

De repente vio que aparecía la hija del emperador, Sayaco, vestida con un traje de novia blanco y a su lado estaba su marido, que era Edward, el hijo de la Reina. También sostenían en brazos a Harris.

Pero sucedió que Harris se puso muy agresivo y mordió a la princesa. El emperador golpeó al animal y perdió el apoyo del pueblo inglés. La cámara dejó de emitir en ese momento.

La Reina se despertó y observó que estaba en su habitación de palacio. Todo había sido un sueño. Cuando encendió la televisión, pudo comprobar que el Partido Conservador había ganado las elecciones. La Monarquía no corría peligro.

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