Download - REVISTA 10 - NÚMERO 3
Revista catorcenal, hecha en la tierra de los cositías con la bendición de
Tata Lampo. Editor responsable: Alejandro Benito Molinari Torres Contacto: [email protected]
En este número:
Noto que de un número a otro ha mejorado la revista en todos los sentidos. Qué bueno que no
desmayan en la promoción cultural, qué bueno que aman a su pueblo. Es ejemplo de lo que se
puede hacer sin necesidad de grandes presupuestos e infladas nóminas.
Héctor Cortés Mandujano
Felicitaciones por este proyecto.
Carlos Gutiérrez Alfonzo
Me gustó el número dos de la revista electrónica. Tiene bastantes, buenas y originales ideas. Lo
que confirma la teoría que en Chiapas, sobre todo en Tuxtla y Tapachula, de los árboles caen
periodistas y poetas.
Humberto Matalí Hernández
Debo comentarles que al abrir no pude disfrutar la revista, porque al desplegar al máximo no
logré claridad en las páginas, y por ello consideré importante informárselos, ya que la retroali-
mentación en estos casos puede ayudarles.
César Gordillo Vives
Excelente esfuerzo, en formato y contenido. Comitán se lo merece.
Ricardo Cuéllar Valencia
Les escribo para felicitarlos por la publicación de la revista. Me parecieron muy divertidos los
contenidos y nada pesados. Creo que es otra forma diferente de conocer Comitán, sobre todo
para los no comitecos.
Un saludo y espero poder contribuir para su difusión. La puse en:
http://benzulul.wordpress.com
Jesús López
CONTENIDO:
De la calle - Palabras de nuestros lectores 2
Editorial - La luz de los homenajes 3
Zaguán - Bonche de Arenillas 4
Patio - Homenaje a ―Maestro Chello‖ 6
Balcón - Fotos de la quincena 11
Corredores -Una tarde en el parque de San Sebas 18
Sitio - Chunches en los techos de Comitán 20
Tapanco - ¿De dónde son los ―batanecos‖? 22
Actualidades - 23
Mojol - 24
DIEZ- REVISTA DIGITAL - La revista que habla de vos.
Apenas llevamos tres números de 10 y
ya hemos dado cuenta de dos homena-
jes.
Durante mucho tiempo la inercia
histórica nos ―obligó‖ a descreer de
nosotros mismos. Llamaba nuestra
atención todo lo que llegaba de afuera
e ignorábamos los aciertos de nuestros
paisanos. Todo lo que olía a Comitán
era para taparse la nariz.
Parece -qué bueno– hemos modifi-
cado tal percepción. Ahora nos recono-
cemos como un pueblo especial con
gente valiosa.
Grupos de comitecos han comen-
zado a honrar los méritos de las perso-
nas talentosas.
Nuestro pueblo está conformado
por gente nativa y por gente que nació
en otros lados, pero que -la mayoría–
ha venido a aportar su talento y su tra-
bajo en beneficio de nuestra sociedad.
La maestra Juventina Medina nació en
Ocozocuautla, Chiapas; y el maestro
Cliserio Molina nació en Villa de Las
Rosas . Ambos llegaron un día a Co-
mitán y acá se quedaron e hicieron
más amable este pueblo, gracias a sus
aportes, una en la educación y el otro -
en el campo de la música, como ejecu-
tante de la marimba.
Despedimos el año reconociendo la
valía del trabajo educativo de la maes-
tra Juve y ahora comenzamos el 2010
con un homenaje al maestro Chello.
Es un buen augurio de este siglo
XXI. Parece que, ¡por fin!, los comite-
cos dejamos de ―comer comiteco‖ y so-
mos humildes al reconocer que la cul-
tura de esta ciudad se ha logrado con
el aporte de la gente de a pie.
Poco a poco, estamos seguros, re-
conoceremos que no sólo los hombres y
mujeres más visibles merecen un reco-
nocimiento. Hay gente que en oficios
modestos ha cimentado nuestra identi-
dad.
La gente de afuera que un día se
quedó a vivir en este maravilloso suelo
considera un honor vivir acá. ¿Qué su-
cede con los propios nativos?
Poco a poco, así lo esperamos, le-
vantaremos los rasgos culturales que
un día tiramos al bote de la basura.
¿Cuántos pueblos del mundo usan
el voseo? Pocos, muy pocos. Nuestro
pueblo es uno de ellos. Somos un pue-
blo auténtico y maravilloso.
DIEZ- REVISTA DIGITAL - La revista que habla de vos.
Uno levanta la cabeza y ve los es-
calones que faltan para alcanzar
la cima.
La escalera de caracol no tie-
ne el nombre adecuado. Es como
una especie de remolino ascen-
dente por donde debemos subir si
realmente queremos llegar hasta
la parte más alta.
Los caracoles, por lo regular,
andan pegados al suelo y se des—
plazan con lentitud, porque quien an-
da con los pies en la tierra requiere
menos esfuerzo que quien tiene sueños
de vuelo.
La escalera de caracol debía lla-
marse de otra manera, porque es como
un laberinto al aire. Estos chunches los
evitan aquéllos que le tienen fobia a las
alturas, pero no perjudican a quienes
tienen fobia a los encierros.
Más que forma de caracol tiene
forma de serpentina.
Los maestros recriminan a aque-
llos pupilos que le dan vueltas y vuel-
tas a un asunto porque -dicen– esto no
conduce a ninguna parte. La escalera
serpentina descarta tal teoría. Quien
sube da vueltas y vueltas. Al final, casi
sin darse cuenta, ha llegado a la parte
más alta. Tal vez el secreto de la vida
está en esta estructura tan simple y
maravillosa.
Todo mundo debería tener una es-
calera serpentina en su casa, porque to-
do mundo tiene cosas que arreglar en
las azoteas; porque todo mundo debe
entrenar por si algún día llega a estar
en las alturas.
Las alturas marean.
Porque hace falta una escalera grande y otra...
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El bolero de Ravel
Mariana se sienta y sube los pies
sobre el travesaño de la silla. Dice
que le gusta modificar la vocación
original de sus zapatos.
Cuando menos por un instante
los zapatos juegan a ser otra cosa.
En el caso del travesaño se convier-
ten en algo como equilibristas. A
veces resbalan sobre el travesaño y
deben ―agarrarse‖ con todas las
suelas para no ir al vacío.
Mariana dice que, por la misma
causa, le gusta ir al parque central a
que le den grasa a sus zapatos. Llega
con el bolero, lo saluda, le pregunta
¿De a cuánto?, y luego se sienta con
calma, sólo para disfrutar el instante
en que sube el zapato (izquierdo) so-
bre el cajón del bolero.
No sé si el zapato sabe lo que
hace Mariana, pero lo que sí es un
hecho es que cuando baja al piso de
nuevo va rechinante y brilloso.
Mi afecto dice que sus pies tam-
bién se contagian. Cuando sus pies
dejan de tocar el suelo se comportan
de una manera diferente; dice que a
veces siente que su ojo de pescado se
convierte en algo superior y lumino-
so, como si fuese un ojo de águila.
Mariana, a veces, modifica la vo-
cación de su mano, de sus labios o de
su corazón.
La he visto con los ojos cerrados,
sólo para modificar su vocación ori-
ginal. ¿Qué sienten los ojos cuando
no ven y están como objetos olvida-
dos en un cuarto oscuro? Mariana
dice que sus ojos se convierten en no-
che y, por esto, a veces, cuando los
abre ya están llenos de nubes.
Reconocimiento
a
una
vida
llena de arte
DIEZ- REVISTA DIGITAL - La revista que habla de vos.
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Las fotografías de este PATIO
pertenecen al álbum personal del
Maestro Chello.
Gentilmente nos fueron proporcionadas
por la Maestra Angélica Altuzar C.,
Directora del Centro Cultural
Rosario Castellanos.
Cliserio Molina Argueta, mejor conocido como “El Maestro Chello”, nació el 20 de sep-tiembre de 1922, en Villa de Las Rosas, otrora Pinola.
Sobre un banquito, el niño Cliserio aprende las
lecciones de marimba que le da su papá.
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Marimba “La Voz de un ángel” - 1930. En la fotografía: Maestro Aquilino Molina Aguilar (papá del maestro Chello); Cliserio Molina Argueta; Reynaldo Molina
Argueta; y Carmen Molina Argueta.
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Marimba “Clave de Oro”, uno de los grupos que formó el “Maestro Chello”, en Villa de Las Rosas, Chiapas.
Mayo de 1950
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En compañía de su esposa: Doña Lupita
Argueta. Enero 2010.
En el patio central del la Casa de la Cultura, recinto donde dirigió el Taller de Marimba.
El Maestro Chello laboró más de veinticinco años en
esta Institución.
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El ―bativocho‖ en la batiazotea.
PROHIBIDO ―ESTACIONACE‖ EN ESTA BASE
SO RIESGO DE QUE EL AUTO NO FUNCIONASE.
(Este garaje es del almacén del Jabón ACE)
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Pos, yo quiero darle li-
bertad y por ello rom-
peré estas cadenas, que
le regalaré. ¿Están
mirando las cadenas?
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―Este canasto está lleno de caca - caca -
caca - caca - cacahuates, de a montón‖.
¡Ay, qué odiosos
estos
cacahuates pelados!
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Si usted es Tenchita Ostias yo soy ¡Elena vino de consagrar!
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Pos’ a ver, a ver, a ver.
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―Tu economía se verá afectada. Cuidado con lo que comes. Tú
número de la suerte será el 1. Te encontrarás con alguien que
te quitará un peso de encima, sin quitarte peso‖.
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Dice Paco Caballero
(bataneco de corazón) que,
cuando era niño, el 8 de
enero llegaban Las zacatecas.
Con ello empezaba la feria del
barrio de San Sebastián.
Este año, como si fuera ayer,
comenzaron los preparativos
el 8 de enero. Acá, un recorri-
do de lo que hallamos una de
estas tardes.
Niños que siguen maravillándose
con el sencillo juego del tiro al
blanco.
El ―árbolhangar‖ donde las brujas
estacionan sus escobas voladoras.
Un carromato que en lugar de
llantas tiene sillas. Es modelo
―juchi‖.
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Un moderno árbol del bien y del
mal donde la manzana ya viene
embotellada.
Un mundo contradictorio en
donde ―lo chino‖ ha desplazado,
incluso, el papel de ―china‖.
Los trastos detrás del
Escenario.
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Los niños de los años sesentas ju-
gaban en el sitio. Desde ahí veían
los techos de las casas vecinas y so-
ñaban.
Decimos que soñaban porque
los sueños nunca están sobre el sue-
lo, son como papalotes.
Comitán sigue teniendo chun-
ches cerca del cielo. Tal vez es algo
como una señal. Esos elementos aé-
reos nos siguen diciendo que nues-
tro destino no sólo está definido
cuando tenemos los ―pies sobre la
tierra‖, sino -también– cuando va-
mos al sitio y trepamos por encima
de la barda y vemos el cielo y los
chunches que se asoman como so-
brevivientes del pasado.
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Todo mundo en Comitán sabe que “los pileños” son de La Pila. La derivación es tan lógica como el gentilicio de comitecos pa-ra los nacidos en Comitán. Pero, ¿por qué a los habitantes del barrio de San Sebastián se les llama batanecos? Un ilustre co-miteco se sacó un as de la manga y explicó que un habitante de ese barrio una vez dijo: “San Sebatán” y de ahí derivó la pa-labra.
Historia fantástica (como todas las que se inventan en el
pueblo), pero un poco ―jalada de los pelos‖.
Rodolfo Castellanos Rodríguez, un lector de DIEZ volvió a replantear la duda que tal vez
muchos se hacen, pero él aportó algunas huellas . Rodolfo dice: ―Leyendo la revista 10 me
encontré con el término bataneco. Sé que significa ser de San Sebastián. He investigado y
las diversas teorías dicen, unas, que es por el batán –máquina de enfurtir cueros (por
aquello de los talabarteros que abundaban en San Sebas); otras mencionan que todo origi-
nario de un barrio o pueblo llamado San Sebastián se denomina bataneco. Sé que en Cen-
troamérica (El Salvador y Guatemala) existen asociaciones de batanecos, muchos de sus
miembros radican en USA y son originarios de lugares llamados San Sebastián. Sería inte-
resante investigar‖.
Esperamos que los conocedores y estudiosos de la cultura comiteca nos aporten datos al
respecto. ¿Qué nos puede decir Pepe Trujillo, cronista oficial?
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Comitán celebra la feria
de San Sebastián, como un
preparativo para la feria de
San Caralampio
(Tata Lampo).
TERTULIA
Órgano de difusión del
programa de Historia
de la UNICACH
PLEBE
Estilo y cultura cotidiana.
MUJERES
Periodismo con
visión de género.
Nuestro héroe salió a la aventura una
noche negra, negra como la noche en que se
perdió el cuch...
Estuvo a punto de caer en un enorme hoyo. Por fortuna, sus
antenitas de vinil... (no perdón, esto es del chapulín colorado).
El hoyo era tan grande que pensó era un cráter y, por fin, había
alcanzado su sueño de llegar a la luna. Prendió un cerillo observó
un mega hueco en la avenida que lleva el nombre de
Dolores Albores, la hermosa mujer que fue cronista de Comitán.
En esta avenida pasan decenas de automovilistas todos los días,
poniendo en riesgo sus autos y su integridad física.
Cuando nuestro
héroe contó la
ingrata aventura, su
compa Lampo le
dijo:
¡Ay, Súper, ni te
enojés! Ese es el
homenaje del
Ayuntamiento a
la cronista.
Foto tomada el 5 de enero de 2010
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