RESULTADOS
1. Descripción de la muestra
El tamaño de la muestra fue de 288 personas que se seleccionarán con base en las variables de
género y edad. Cabe apuntar que para el cálculo de la muestra se tomó un nivel de confianza de
95% y un margen de error de 6.2%.
La muestra se segmentó de la siguiente manera: Del total de 288 personas el 50% fueron hombres y
el porcentaje restante fueron mujeres; encuestando a un total de 144 hombres y 144 mujeres. De
cada grupo a su vez se distribuyo en 4 categorías de edad, que son de interés para la presente
investigación, siendo: 20-30, 31-40, 41-50 y >50, encuestando a 36 hombres y 36 mujeres de cada
rango de edad
De la misma muestra se obtuvo el nivel de estudios, que aunque no se consideró como una variable
de inclusión se comportó de la siguiente manera:
Nivel máximo de estudios
Total %
Mujeres %
Hombres %
Básico 8 9 8 Bachillerato 23 21 24 Licenciatura 19 53 48 Posgrado 50 17 20
Con base en el nivel máximo de estudios, los porcentajes de la muestra no coinciden con los datos
del Censo del INEGI 20101 para el Distrito Federal; donde se menciona que el 23% corresponde a
educación básica, 19% nivel licenciatura y 2% de Posgrado; sin embargo se utilizó esta variable en
el análisis e interpretación de resultados.
Cabe destacar que el levantamiento de las encuestas se realizó en Semana Santa y es posible que
las personas que acostumbran acudir a los espacios donde se realizaron los cuestionarios, sean
diferentes a las encuestadas, incluso que se haya incluido a personas de otros estados en la
muestra.
Se busco el NSE a través del código postal (CP); sin embargo, al corroborarlos para asignar colonia
y por ende inferir el NSE, nos encontramos con CP inexistentes, por lo que se omitió esta variable
por la veracidad de los datos.
1 Censo de Población y vivienda INEGI 2010. Disponible en: http://www.inegi.org.mx
2
2. Descripción de resultados
A continuación se describen de manera general los resultados obtenidos y los métodos de análisis
utilizados. Los datos de cada pregunta así como los análisis de cada resultado obtenido, se
muestran en el Anexo 2.
• Se utilizó una muestra aleatoria estratificada, en la cual se buscaron datos de escolaridad y NSE
de manera aleatoria simple, aunque sólo se utilizaron los referentes a escolaridad máxima por
falta de veracidad en el NSE.
• Los datos se analizaron con el programa SPSS Versión 12, realizando procesos de estadística
descriptiva con uso de frecuencias de las respuestas en cada pregunta; primero se realizó con la
muestra total y después segmentada por género, edad y grado de estudios.
• Las preguntas en el instrumento se agruparon por bloques según el tópico de interés, por lo que
en el análisis de resultados se realizó el relatório de la interpretación conjunta de estas
preguntas:
Variables Preguntas correspondiente
Evaluación del problema
¿Cuál crees que sea el problema público más importante que debe resolverse en tu comunidad? Los operativos realizados por el gobierno de tu comunidad contra el crimen organizado te parecen… ¿Quién crees que sea responsable de que se hayan incrementado los crímenes/delitos relacionados con el narcotráfico?
Percepción del riesgo
¿Crees que el combate contra el narcotráfico provocó que hubiera más crímenes/delitos en tu comunidad? ¿Quién crees que deba combatir más decisivamente al narcotráfico? ¿Qué tanto sientes que corres peligro en relación al aumento de crímenes causados por el combate al narcotráfico? ¿Quién crees que esté más amenazado por los crímenes/delitos relacionados con el combate contra el narcotráfico?
Hábitos de consumo de información
¿Con qué regularidad pones atención a las noticias sobre el combate contra el narcotráfico? ¿A través de qué medios te informas regularmente sobre el combate contra el narcotráfico?
Espacios de socialización
¿Con quién comentas más las noticias sobre el crimen relacionado con el combate al narcotráfico?
Involucramiento de la ciudadanía
¿Qué le recomendarías al gobierno de tu comunidad para combatir al narcotráfico? ¿Crees que la participación de la ciudadanía podría ayudar a combatir el narcotráfico? ¿Cómo apoyarías la reducción del crimen en tu comunidad? ¿Cómo podrían colaborar los miembros de tu comunidad para evitar el crimen asociado con el narcotráfico?
3
• Al ser preguntas, donde las respuestas son de tipo informativo (respuestas ordinales), es decir
no tienen un rango de superioridad entre las respuestas, en su mayoría, se realizaron
únicamente tablas cruzando las preguntas de interés, que si bien no corresponden a una tabla
de contingencia, ayudan a conocer la frecuencia de las respuestas de la pregunta que se
consideró como dependiente (eje de las ordenadas). Los reactivos analizados de esta manera
fueron:
o ¿Qué tanto sientes que corres peligro en relación al aumento de crímenes causados por
el combate al narcotráfico? Con: ¿Qué le recomendarías al gobierno de tu comunidad
para combatir al narcotráfico?
o ¿Quién crees que deba combatir más decisivamente al narcotráfico? Con: ¿Quién crees
que esté más amenazado por los crímenes/delitos relacionados con el combate contra el
narcotráfico?
o ¿Quién crees que sea responsable de que se hayan incrementado los crímenes/delitos
relacionados con el narcotráfico? Respuesta específica: “Ciudadanía” Con: ¿Crees que la
participación de la ciudadanía podría ayudar a combatir el narcotráfico?
o ¿Cómo apoyarías la reducción del crimen en tu comunidad? Respuesta específica:
“Compartiendo conocimiento/habilidades” con: ¿Cómo podrían colaborar los miembros de
tu comunidad para evitar el crimen asociado con el narcotráfico?
o Los operativos realizados por el gobierno de tu comunidad contra el crimen organizado te
parecen… Con. ¿Quién crees que deba combatir más decisivamente al narcotráfico?
o ¿Qué le recomendarías al gobierno de tu comunidad para combatir al narcotráfico? Con:
¿Crees que la participación de la ciudadanía podría ayudar a combatir el narcotráfico?
o ¿Con quién comentas más las noticias sobre el crimen relacionado con el combate al
narcotráfico? Con: ¿Qué le recomendarías al gobierno de tu comunidad para combatir al
narcotráfico?
o ¿Qué le recomendarías al gobierno de tu comunidad para combatir al narcotráfico? Con:
¿A través de qué medios te informas regularmente sobre el combate contra el
narcotráfico?
o ¿Qué le recomendarías al gobierno de tu comunidad para combatir al narcotráfico? Con:
¿Con qué regularidad pones atención a las noticias sobre el combate contra el
narcotráfico?
• Todos los resultados presentados en este informe, corresponden a números porcentuales a fin
de facilitar la interpretación.
4
3. Análisis e interpretación de resultados
El tráfico de drogas es un gran negocio que interesa a mucha gente en todo el mundo. Se trata de
una enorme red que involucra a interesados en diversas etapas – el cultivo, el reparto, el control, etc,
y para el cual no existen incentivos selectivos suficientes que involucren a un grupo particular en su
control y combate (Guillermoprieto:2009), salvo para el gobierno cuando la integridad de sus
ciudadanos se vea amenazada por la operación de los grupos que trafican con estas sustancias
Resulta evidente pues que el comercio ilegal de drogas represente una oportunidad más de obtener
ganancias para ciertos grupos de personas, sin embargo ha convertido especialmente rentable en
las últimas décadas, al aumentar el consumo de estos productos (Schiray, 2001:12). Algunas cifras
públicas apuntan a que el negocio ilegal de narcóticos es responsable de un volumen de
transacciones en efectivo que se encuentra por encima de los 65 mil millones de dólares al año
(Valenzuela, 1995: 295, citado por: Pérez Rayón, 2006:143).
Entre las consecuencias más obvias, de esta problemática, se encuentra la pérdida de poder por el
Estado y la actuación violenta desenfrenada de los responsables por el tráfico, que a su vez genera
en la sociedad, un clima de relativa inseguridad y miedo que, en el caso de México, se empieza a
desplazar rápidamente desde las zonas consideradas potenciales hasta el Distrito Federal, por citar
un ejemplo. Sensación ésta que obviamente es reforzada, sobre todo en momentos de
enfrentamiento entre los grupos que se están disputando el control de una plaza, y se cristaliza
también el incremento de noticias relacionadas con estos eventos en los diversos medios de
comunicación2.
La periodista mexicana Alma Guillermoprieto, cuya carrera está marcada por el interés y dedicación
a temas relacionados a la violencia, cree que el narcotráfico “es y será durante muchos años el gran
tema nacional e internacional para el país” 3 En este sentido, es muy posible que esta sea la razón
por la cual la encuesta realizada para esta investigación compruebe que la “seguridad pública”
represente el problema público más relevante y urgente, según el 43% de las personas consultadas.
Esta preocupación es seguida por la educación (22%) y el desempleo (18%). Notamos también que
en la segmentación de la muestra por género hombres y mujeres, no importando el rango de edad,
tienen prácticamente la misma percepción respecto al asunto.
2 El presupuesto fundamental de la agenda-setting es que la comprensión que tiene la gente de gran parte de la realidad social es modificada por los media (Shaw, 1979:96, 101, citado por Wolf, 2005: 163). Y el narcotráfico es tema común en los más diversos medios de comunicación de México 3. Alma Guillermoprieto: México vive violencia obscena en El Universal, Kiosko, México, 29/11/2008: http://www.eluniversal.com.mx/notas/559215.html
5
Problema público identificado en la propia comunidad
La misma periodista Guillermoprieto describe una sensación compartida entre la población:
“Estamos viviendo muy asustados, muy avergonzados por lo que pasa en nuestro país, por lo que
nos encontramos incapaces de resolver, muy llenos de rabia, con cierta desesperanza y con
asombro, porque tenemos la impresión de que ha sucedido de la noche a la mañana”4 testifica.
Respecto al incremento de crímenes y delitos derivados o relacionados con el combate al
narcotráfico, los encuestados también corroboraron, en su mayoría, esa sensación de convivir con
más violencia: 28% del total considera que los crímenes aumentaron mucho más y el 26% algo más,
constituyendo conjuntamente un 54% de la muestra; mientras que sólo el 24% consideró que la
incidencia de crímenes y delitos se incrementó poco y el 14%, nada.
Percepción de incremento de los crímenes/delitos relacionados con el combate al crimen en
la propia comunidad
4 Ibid
6
A través de la segmentación de la muestra, es posible identificar que las mujeres se mostraron
relativamente más sensibles a la cuestión de inseguridad respecto a los hombres (manifestándolo
con una mayor incidencia como el más importante desafío de política pública a resolver en lugar en
el que viven) y que resulta consistente con el doble de incidencia de hombres que consideró que no
hubo “nada” de incremento en la violencia (16,8% contra 8%).
Percepción de incremento de crímenes/delitos relacionados con el combate al crimen en la
propia comunidad por género
Todavía en este tópico, cuando cruzamos la incidencia de respuestas por escolaridad y rangos de
edad, los encuestados con educación básica y bachillerato son los que presentan números más
altos respecto al incremento de la violencia, considerándolo “mucho más” o “algo más”, con pequeña
variación respecto a la edad. De manera general, los que poseen nivel de escolaridad de licenciatura
o posgrado manifestaron percepciones más equilibrados en todas las respuestas.
El investigador Gabriel Orozco, de la Universidad Autónoma de Madrid, revisa los diferentes usos y
significados que se asignan a seguridad como concepto. Según el, en el lenguaje común la
seguridad es asumida como una cualidad de los sujetos que están libres de amenazas o de
agresiones a su individualidad. En un sentido más amplio, la seguridad es una locución que designa
atributos de los seres que se hallan ciertos de sí mismos, y también una cualidad de las cosas que
no ven restringida su capacidad de desarrollo, su libertad (Orozco, 2005: 163).
Se puede, por lo tanto, entender seguridad como instrumento del poder político. La seguridad
nacional es, en este ámbito de significación, la prioridad del discurso político, dándole al concepto
una referencia directa con la integridad del Estado. El concepto de seguridad nacional o seguridad
del Estado resulta fundamental en este ámbito de significación, y comprende, a grandes rasgos, la
protección del Estado frente a la agresión exterior y frente a movimientos internos que lo puedan
poner en peligro, así como la pacificación de la sociedad. El Estado es la unidad competente, a nivel
geográfico (su territorio coincide con aquel a defender), jurídico (monopoliza la capacidad legislativa
y coercitiva en el territorio, derecho sancionado por la aquiescencia del resto de miembros de la
7
comunidad de estados) y material (su creación pondrá normalmente a su disposición los medios
para llevar adelante esta tarea) (Orozco, 2005:164).
En este sentido, la encuesta comprobó que la seguridad es un área de inestabilidad del Estado
mexicano en su conjunto, toda vez que una significativa mayoría manifiesta que percibe un clima de
crímenes y delitos cercano a ellos y se reconoce amenazado por esta expresión de violencia
relacionada con el combate al narcotráfico. En el tópico “¿Qué tanto sientes que corres peligro frente
al incremento de crímenes…”, el 34% indicó “mucho” y el 33%, “algo”, el 17% “poco” y el 13%
consideró “casi nada”.
Percepción de riesgo relacionado con el incremento de crímenes/delitos por el combate al
narcotráfico
Consistentemente con la pregunta anterior, las mujeres indicaron percibir el peligro más cercano
(40% contra 30% por parte de los hombres), mientras la mayoría de los hombres, 36%, indicó que
estas condiciones de riesgo son solamente “algo” amenazadoras.
Percepción de riesgo relacionado con el incremento de crímenes/delitos por el combate al
narcotráfico por género
8
También les preguntamos a las personas “¿Quién crees que esté más amenazado por los crímenes
relacionados con el combate al narcotráfico?” En primer lugar aparecen los más involucrados
directamente con el problema, policías militares y narcotraficantes, citados por el 47% de los
encuestados; luego están los “desconocidos” con el 17%. Sin embargo, encontramos interesante
que, en el plan personal, los datos una vez más sirvieron para corroborar la percepción de cercanía
al problema, por lo menos en el aspecto psicológico, ya que al sumar los porcentuales presentados
por los encuestados en las categorías “mi familia” (16%) y “yo” (4%), el total llega a un 20%, algo
relevante.
Agente social más amenazado por el incremento de crímenes/delitos en la comunidad
El 50% de los entrevistados que perciben la amenaza a los policías y narcotraficantes creen que
falta una actuación decisiva por parte del sistema judiciario en el combate al problema, mientras un
33% reconoce a sus “conocidos” como amenazados e identifican como corresponsables de este mal
a los partidos políticos, lo que podemos inferir afecta severamente la percepción de eficacia política
en relación a la denuncia de ilícitos o general la contribución y el respaldo de proyectos legislativos
avocados al combate al crimen5.
5 Estas dos últimas variables sería conveniente considerarlas como ítems particulares en nuevos proyectos de investigación
9
Grupo más amenazado por el incremento de crímenes VS responsables de encabezar el
combate contra el narcotráfico
Por otro lado, para la evaluación de los operativos de combate al narcotráfico, es importante resaltar
que el modelo de enfrentamiento al narcotráfico desarrollado por el gobierno mexicano está
inspirando en el estadounidense, instituido desde principios del siglo XX. Décadas de acciones
represivas no han disminuido considerablemente la producción, el tráfico ni el surgimiento de nuevos
líderes en este comercio internacional que mueve sumas cuantiosas de efectivo, la suerte de
intereses de diversos lados, y en el cual México es actualmente uno de los principales protagonistas
(Astorga, 2001:106).
Exactamente el 40% de la muestra encuestada en nuestra investigación está de acuerdo con la
investigación de Astorga, al considerar “inadecuados” los operativos realizados por el gobierno
federal en el enfrentamiento al narcotráfico, a quienes se suman quienes estiman que resultan “muy
inadecuados” (el 18%), lo que conjuntamente representa un total de 58% de la muestra que refieren
una evaluación negativa, confrontado con apenas el 22% que los evalúa como “adecuados”. Este
hallazgo se encuentra en línea con la encuesta de Percepción Ciudadana sobre la Seguridad en
México (a nivel nacional), realizada el año pasado, que demostró que el 49% de los ciudadanos
consultados consideran que “los operativos contra el narcotráfico han sido un fracaso”6.
6 EFE, Ocho de cada 10 mexicanos cree que México vive su peor momento de inseguridad, en ABC.com el 23 de noviembre de 2010; http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=601160
10
Evaluación de los operativos de combate al narcotráfico
Respecto a las políticas públicas en el área de seguridad, más específicamente a las dirigidas al
enfrentamiento al narcotráfico, investigaciones apuntan claramente los límites de una política basada
en formas más inmediatas de represión. Comúnmente, el sentido práctico de las operaciones no
representa un verdadero riesgo para desestabilizar al gran negocio del comercio de substancias
ilícitas. Mientras el tráfico se lleva a cabo en volúmenes altísimos y de forma extremadamente
dinámica, los operativos policiacos se producen de manera generalmente localizada o circunstancial.
Además, las investigaciones dedicadas a los ámbitos económico y social del narcotráfico indican que
las políticas de fiscalización no pueden limitarse a simples operaciones esporádicas de represión,
sino que deberían considerar un amplio conjunto de factores, que busque integrar igualmente las
cuestiones más patentes: por un lado, el desarrollo de las regiones y de los barrios desfavorecidos y
el apoyo a la inserción de las poblaciones más vulnerables; por otro, un control más claro de los
movimientos financieros, a través de los sistemas bancarios y fiscales, o de las actividades de
determinadas empresas (Schiray, 2001: 17).
Una vez más la muestra comprueba lo que es reforzado por los especialistas en el tema: el 43% de
los encuestados atribuyen al gobierno la responsabilidad por el incremento de los crímenes
relacionados al narcotráfico; el segundo lugar es ocupado por los narcotraficantes (26%), seguido
por consumidores (12%) y la ciudadanía y medios (cada categoría con 8%).
11
Principal responsable de encabezar el combate contra el narcotráfico
Las mujeres y hombres en el rango de edad 20-30 años, como también los de 41-50 años, son los
que más atribuyen la culpa al gobierno, todos con porcentuales alrededor de 50%.
Principal responsable de encabezar el combate contra el narcotráfico por género
Al cruzar los resultados de ese tópico con edad y escolaridad, se encuentra revelador que el 100%
de los entrevistados que posee bachillerato y están entre 31-40 y 41-50 años tuviesen posiciones
bastante extremas. Para los primeros, la responsabilidad es totalmente los narcotraficantes, mientras
para los segundos, la culpa es del gobierno (consultar anexo 2 pregunta 7).
Es conveniente considerar que entre todos los países de América Latina, México posee una
particularidad respecto a la relación entre el Estado y el tráfico de drogas. En este país, el
surgimiento del narcotráfico, como actividad económica posteriormente criminalizada, está
intrínsecamente relacionado al poderío del Estado, ya que al inicio eran las propias autoridades
quienes controlaban e imponían reglas al comercio ilegal – conforme datos de investigación
estadounidense, era el propio gobernador de Baja California, coronel Esteban Cantú (1916-1920),
quien se encargaba de cobrar una cierta cantidad, además de otra suma mensual, por permitir el
12
tráfico de opio. En ese entonces, el tráfico era visto apenas como “uno más de los negocios
posibles” desarrollados, por ejemplo, por los gobernadores de los estados norteños, desde sus
posiciones de poder (Ibid).
Según Zaluar (2001), coordinadora del Núcleo de Investigaciones sobre la Violencia de la
Universidad Estatal de Río de Janeiro, la connivencia o la participación de la policía y de
personalidades políticas importantes en las redes de la delincuencia organizada constituyen un
componente fundamental para comprender el rompecabezas en que se ha convertido la criminalidad
en América Latina.
En el caso de México, un dato relevante que considerar en esa cercana relación entre poder político
y tráfico de drogas fue el incremento de violencia o más bien de mayor enfrentamiento de fuerzas
generado por el cambio de poder en algunos estados tomados por la oposición en los años noventa.
Desde entonces ha habido importantes cambios, entre los cuales se puede destacar el espacio
conquistado por las oposiciones políticas y el fortalecimiento de las organizaciones sociales
independientes. Sin embargo, “las corporaciones policíacas parecen irreformables y frecuentemente
actúan contra los ciudadanos en lugar de protegerlos”, evalúa Astorga, investigador del Instituto de
Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIS-UNAM), especialista
en sociología histórica y sociología de la cultura relacionada con el tráfico de drogas en México
(Astorga, 2001:110)
Esta percepción de la total inconformidad relacionada a la actuación de la policía mexicana es
también reiterada a través de nuestra muestra, en dónde 29% de los encuestados recomendaría al
gobierno el uso de policías mejor preparados como alternativa más viable de combate al
narcotráfico. De hecho, la reforma de las fuerzas policiales, con salarios más altos y haciendo uso de
los departamentos de asuntos internos para luchar contra la corrupción, es considerado por expertos
uno de los aspectos fundamentales para los países que necesitan enfrentar el combate al tráfico de
drogas (Bussey, 2009:26).
Ese resultado es también una demostración de que de alguna manera la ciudadanía comparte la
concepción de que el gobierno no sabe claramente cómo enfrentar al narcotráfico o, más bien, que
insiste en estrategias inadecuadas. Astorga considera que “la subordinación histórica de los
traficantes al poder político se ha debilitado (…). En el río revuelto, han ampliado sus márgenes de
autonomía, pues se han incrementado sus probabilidades de sacudirse la tutela. Esto explicaría por
qué es más difícil que antes el controlar el uso de la violencia entre los traficantes y la violencia que
aplican al resto de la sociedad” (Ibid:110).
13
Resulta interesante encontrar sobre la muestra total de los encuestados, que una alta proporción
manifieste que mejorar la prevención contra las adicciones (31%) y utilizar policías mejor preparados
(29%) representen en su opinión las mejores alternativas para combatir el narcotráfico en su entorno
inmediato.
Gráfica: Alternativas de combate al crimen
En principio parece que estas respuestas son consistentes con los principales agentes que
identifican como responsables del combate al narcotráfico (consulte anexo 2 pregunta 7); los policías
(31%) en el caso de la segunda alternativa y la ciudadanía, quienes podríamos inferir que relacionan
más cercanamente con los programas de prevención (25%)7 (como se evidencia más adelante al
detallar su disposición a contribuir de esta manera).
En términos de la muestra total, todavía aparece como una opción muy rezagada la posibilidad de
legalizar el consumo de narcóticos entre las personas consultadas en la Ciudad de México (12%),
así como la alternativa de utilizar más efectivos del ejército para enfrentar el problema (10%), y
merece una mención aparte que pactar con los narcotraficantes o solicitar apoyo al extranjero
aparecieran igualmente como opciones marginales con sólo 6% de la población consultada,
refiriéndolas8.
7 Aunque la cuestión sobre el grado de involucramiento ciudadano que identifican los encuestados es una tarea pendiente para nuevas investigaciones para las cuales recomendamos se tome en cuenta como un aspecto a consultar directamente e incluso reforzar en intensidad y acciones concretas que conciben relacionadas con esta actividad. 8 Aunque la composición de la muestra no es representativa en términos de la preparación académica de las personas consultadas, es revelador que esta mínima proporción que optaran por la intervención de fuerzas extranjeras correspondieran a personas con grado de licenciatura o mayor, y que a su vez fueran superados en incidencia por las personas con posgrado que favorecerían pactar con los narcotraficantes (consultar anexo 2 pregunta 10)
14
En la segmentación de las recomendaciones para combatir el narcotráfico a través de género,
resulta relativamente revelador que las mujeres opten ligeramente en una mayor proporción por la
mejor preparación de los policías (32% vs. 28% de los hombres); una condición que podríamos
relacionar con una percepción de mayor riesgo frente al incremento de crímenes por el combate al
narcotráfico que mencionamos previamente (40% se identifican en mucho riesgo). Por su parte a
través de la segmentación de la muestra por género y grupo de edad se confirma que son las
mujeres entre 20 y 30 años quienes sugieren en mayor proporción mejorar la preparación de la
fuerza pública9 (consultar anexo 2 pregunta 10).
En términos de la distribución de las preferencias por rango de edad, la prevención de adicciones es
la alternativa de combate al narcotráfico más mencionada entre las personas entre 31 y 40 años
(43%), seguida de las personas de más de 50 años (35%), quienes comentaron en la misma
proporción que usar policías mejor preparados constituye una alternativa conveniente, seguidos por
los encuestados en el rango de edad entre 41 y 50 que coinciden en esta perspectiva.
Alternativa de combate al narcotráfico de acuerdo a grupos de edad
Destaca también en este sentido que la mayor distribución de personas proclives a la legalización se
encuentren entre los 30 y 50 años, mientras que los más jóvenes particularmente las mujeres entre
20 y 30, así como los mayores de 50 en la muestra no favorezcan esta alternativa. En contraparte
sorprendentemente el grupo de edad y género que apoya en la más alta incidencia la prevención
son los hombres entre 31 y 40 años (consulte el anexo 2 pregunta 10)10.
9 Otra de las líneas de investigación que sugerimos seguir en nuevas investigaciones es la relación de la percepción del riesgo entre las mujeres y su consumo mediático, ya que en este sentido consideramos que la violencia de género en Juárez puede estar incidiendo en esta percepción. 10 Ambas tendencias despiertan como nueva inquietud para nuevas investigaciones que tan próximos fueron cada grupo de edad al consumo de narcóticos y en qué medida esto puede predisponer sus respuesta a favor de la legalización o de la prevención de su consumo, así como en qué medida estas respuestas corresponden a una escala de valores reforzados ó al contexto en el que se les realizó la pregunta.
15
Al cruzar las recomendaciones de combate al narcotráfico con la percepción de riesgo al respecto de
la incidencia en crímenes relacionados con esta actividad; encontramos como el hallazgo más
revelador del comportamiento de la muestra que entre quienes no pueden identificar qué tanto riesgo
perciben para sí mismos son quienes optan casi en 50% de su grupo por mejorar la prevención
contra las adicciones, mientras que quienes se sienten en mayor riesgo manifiestan como la mejor
alternativa una mejor preparación de policías representando un 41%. En cualquier caso, vemos
consistentemente que frente a una percepción de riesgo baja a moderada (pasando por este
síntoma de quienes están inciertos), los encuestados optan por la prevención, mientras que sólo
quienes perciben un alto riesgo personal, consideran en una alta proporción entre quienes
comparten su opinión que debe mejorarse la preparación de los policías.
Percepción de riesgo y alternativa de combate al narcotráfico
Este hallazgo anula nuestra segunda hipótesis planteada, ya que considerábamos que quienes
percibían un menor riesgo respecto a los crímenes derivados del combarte al narcotráfico, serían
más favorables al uso de las fuerzas armadas y la intensificación de la persecución armada;
mientras que esta alternativa apareció como una tercera opción para el grupo que se percibe menos
amenazado (15%), muy por debajo de la prevención de adicciones que se ubica en primer lugar
(30%), y después de la utilización de policías mejor preparados (28%), ambas consistentes con la
población total.
En contraparte, quienes se perciben más amenazados por un incremento en los crímenes
relacionados por el combate al narcotráfico optan mayoritariamente por utilizar policías mejor
preparados (41%), incluso casi en una proporción de 2:1 sobre quienes prefieren mejorar la
prevención (23%) y 4:1 contra quienes manifiestan predilección por el uso de más efectivos del
ejército11. Asimismo vale la pena destacar que esta percepción al respecto de la baja preparación de
11 A este respecto, pareciera que la muestra se comporta de manera singular pues frente a una percepción incierta o de bajo riesgo, los encuestados optan mayoritariamente por mejorar la prevención de adicciones, mientras que sólo frente a una percepción del alto riesgo estarán por mejorar la preparación de los policías (consulte
16
los policías, bien podría ser representativa de una actitud arraigada de desconfianza a esta
institución pública, manifestada con anterioridad a través de la Encuesta Nacional del Cultura
Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP 2008:90), en donde aparece como uno de los agentes
sociales que menos confianza goza entre los ciudadanos sólo después de los partidos políticos.
En términos de la incidencia de la participación ciudadana en el abordaje de este problema público,
los encuestados reconocen en una muy significativa proporción (82% del total) que su incorporación
para atender el problema resultaría de utilidad (agregando a quienes dicen que ayudaría en efecto y
bastante), siendo que las perspectivas de escepticismo respecto a la eficacia del involucramiento
ciudadano resultan bajas (12%) y la incertidumbre prácticamente marginal (6%).
Potencial incidencia de la ciudadanía en el combate al narcotráfico
En su segmentación por género, los hombres manifiestan una expectativa más favorable (11%)
respecto del involucramiento ciudadano en las políticas de combate al narcotráfico, mientras que las
mujeres tienen una mayor proporción (10 puntos) de perspectivas positivas pero mesuradas
Potencial incidencia de la ciudadanía en el combate por género
En ese sentido es pertinente señalar que de acuerdo con los datos presentados hasta el momento,
las probabilidades de que una iniciativa de prevención que incorpore a la ciudadanía obtenga una
muy favorable recepción entre la población parece muy factible. En ella sería conveniente considerar
17
que segmentados por género y edad, los hombres de más de 50 años, seguidos por aquellos de 31
a 40 y los jóvenes de 20 a 30 serían los más entusiastas participantes, pues corresponden a los
grupos con la más alta incidencia en lo referente a perspectivas positivas de involucramiento
ciudadano en la atención de este problema.
Potencial incidencia de la ciudadanía en el combate por rango de edad
Consistentemente todos los mayores de 50 años, quienes independientemente de su escolaridad
manifiestan mucha confianza en que la incorporación de ciudadanos a la resolución del problema
resultará favorable, pero destacan entre ellos las personas con educación básica y bachillerato12
(consulte anexo 11 p. 26).
Atendiendo a la validación de la información y las opiniones que nos manifestaron los integrantes de
la muestra consultada, conviene decir que esta al cruzar a quienes identifican a los ciudadanos
como responsables del incremento en crímenes y delitos relacionados con el combate al crimen con
aquellos que confían en que la participación de los ciudadanos resultaría útil para atender el
problema, encontramos que existe una importante consistencia entre los que consideran que
reinsertar a la ciudadanía en la atención del problema resultaría favorable.
Potencial incidencia de la ciudadanía en el combate vs. Ciudadanos responsables del
incremento de crímenes
En este punto resulta ineludible tratar de responder lo más claramente posible a qué grado de
involucramiento ciudadano aluden los encuestados y qué acciones particulares estarían dispuestos a
emprender para atender esta problemática social, para esta tarea sugerimos tener en cuenta la
investigación de Livingstone y Markham (2008:2) sobre la contribución de los medios en la 12 Es importante sin embargo tener en cuenta que la muestra de la presente investigación no tiene representatividad en lo referente a la preparación académica de los encuestados.
18
participación cívica, a través de la cual explican que entre los indicadores de medición del
compromiso de la ciudadanía con el gobierno democrático, el voto representa la más clara evidencia
de los decrementos consistentes de la participación ciudadana al sistema representativo, así como
su desinterés hacia la vida política y la administración de las comunidades en las que viven.
Revisamos por ello algunos estudios de opinión oficiales y representativos con el fin de poner en
perspectiva nuestros hallazgos y leer de manara más equilibrada el desbordado optimismo que
podría derivarse de las positivas perspectivas del involucramiento ciudadano.
Encontramos así en el más reciente estudio muestral de la participación ciudadana en las elecciones
federales 2009, publicado por el Instituto Federal Electoral (lFE:2010:6-8), que en los comicios
intermedios de aquel año, se incrementó en 3.1% la asistencia a las urnas, pasando de 41.5% en
2003 (la elección federal intermedia inmediatamente anterior) a 44.6%, lo que ofrece perspectivas
optimistas que son al mismo tiempo compensadas negativamente por el hecho de que en una
segmentación por entidad, fueron justamente Jalisco y el Distrito Federal las entidades en la que se
redujo el porcentaje de personas que votaron en un 2.5% en comparación con la elección de 2003. A
pesar de ello, algo que resulta alentador en el estudio que tomamos de referencia es que las
mujeres fueron en términos absolutos y relativos quienes más acudieron a ejercer su derecho de
sufragio, haciéndolo efectivo, siendo que en nuestro muestreo se ubican en el terreno positivo en lo
referente a sus expectativas de eficacia de involucramiento ciudadano en el problema.
Con todo para leer con toda mesura las expectativas de la eficacia política vs. las expectativas de
involucramiento ciudadano, conviene apuntar que la misma ENCUP revela que aunque uno de cada
dos ciudadanos mexicanos considera que vivimos en un régimen democrático, esa misma
proporción (50%) considera que estamos más cerca de un gobierno que se impone, que de un
gobierno que consulta, y como consecuencias; dos de cada tres tienen poco o nada de interés en la
política y uno de cada tres dice estar insatisfecho con la democracia.
Subraya también que este desinterés puede estar vinculado con que el ejercicio político se
identifique como una actividad complicada o se perciba que el gobierno no tiene interés en lo que las
personas consultadas (en este ejercicio) opinan, y es precisamente en este terreno donde pensamos
que la colaboración ciudadana entre iguales tiene un terreno fértil para florecer a través de proyectos
de cooperación para atender problemáticas localizadas.
Finalmente y para reforzar las percepciones de malestar sobre la efectividad de la política y el
sistema de representación en nuestro país, a través de los partidos; el mismo instrumento nos revela
que el 75% de los mexicanos consideran que los legisladores se basan en sus intereses personales
19
o los de sus partidos para asumir decisiones de carácter público y elaborar las leyes (ENCUP
2009:93-94).
En contraste con estas nociones y respondiendo particularmente a cómo los encuestados estarían
dispuestos a involucrarse para combatir el crimen en su comunidad, la mayoría de ellos (53%)
respondió que compartiendo sus conocimientos y habilidades con los demás, seguido de la donación
de tiempo (15%) y espacio físico (12%), en el total de la muestra; llama la atención también que el
10% de las personas consultadas respondieron que no estarían dispuestos a comprometer
personalmente ningún recurso13 (en un cuarto lugar).
Tipo de recursos ciudadanos a comprometer en el combate al narcotráfico
Al respecto de esta cuestión, la segmentación de la muestra por género y grupo de edad no
presenta ninguna variación que resulte representativa, salvo comentar que la más alta frecuencia de
quienes están dispuestos a contribuir con espacio físico son las personas de más de 50 años en la
misma proporción por cada género (19%). En cuanto a la relación por preparación académica y
rango de edad, los grupos más dispuestos a contribuir con solucionar el problema aportando sus
conocimientos y habilidades son los jóvenes con posgrado de 20 a 30 años (69%) en la misma
proporción que las personas con licenciatura de 41 a 50 (consulte anexo 2 pregunta 12).
Frente al desinterés hacia la política y el voto como la principal facultad de participación de la
ciudadanía en la vida pública (o el más recurrente derecho), Bennet (1998:4) nos sugiere atender
también (como en el caso de los estadounidenses) a la participación de los ciudadanos en la
discusión de temas de interés común con amigos, la adhesión a movimientos ejerciendo su derecho
13 Para futuras investigaciones vale la pena revisar si esta tendencia tiene alguna relación con desconfianza de la eficacia política o cívica o simplemente representa una especie de cuota fija de apatía y desapego en cualquier sociedad.
20
de petición y manifestaciones, catalogando estas como acciones de estilo de vida, más que como
participación en grupo como tradicionalmente se conciben.
En esta lógica llama la atención que de acuerdo con la misma ENCUP, el porcentaje de mexicanos
que participa en conversaciones sobre política es bajo, de manera que entre 2001 y 2008 ha
oscilado entre el 20% y el 30%, habiendo alcanzado su máxima expresión en 2003 y su
estabilización en 20% en 2008. Consistentemente, a pesar de que no se identificó una fuente
disponible y actualizada sobre el porcentaje de la población que forma parte de una organización
civil sin fines de lucro, los datos más recientes publicados por el Centro Mexicano para la Filantropía
(CEMEFI 2005: 1-2) indican que hace 6 años existían alrededor de 8,500 asociaciones registradas
bajo esta denominación, siendo el DF la entidad con la mayor concentración de las mismas (30%) y
cuya composición por causas de interés pudiera resumirse en las siguientes categorías; promoción y
fomento educativo, cultural, artístico y científico – tecnológico (11.85%), cooperación para el
desarrollo comunitario (9.67%) asistencia social (8.66%), promoción y aportación de servicios para la
atención de la salud (7.26%), apoyo en la defensa y promoción de los derechos humanos (7.15%) de
manera que en último lugar se ubique la participación ciudadana en asuntos de interés público que
sólo representan el 5.44%.
El declive en la participación ciudadana en general, pero particularmente en el voto, así como la
desconfianza en la política y los políticos, se explica en las bajas expectativas de incidencia en las
decisiones públicas por parte de los ciudadanos o dicho de otro modo más técnico, tiene su origen
en un bajo índice de eficacia política; ya que todas se encuentran interrelacionadas con los
resultados que se obtienen también (Bromley, Curtice and Seyd 2004: 2).
En este sentido no es de ninguna manera sorpresivo que en la propia ENCUP las personas
identifiquen entre los grupos con menor proporción de confiabilidad a los partidos políticos (23%), los
policías (26%), los sindicatos (27%) y los jueces y juzgados (32%) ó que se presente tan alta
proporción de quienes creen que los legisladores asumen las decisiones de interés público
priorizando su interés personal o partidista como comentamos anteriormente (3 de cada 4 personas).
Lo que en efecto llama la atención es la confiabilidad con la que aún contaban en contraste los
gobernadores (57%), el presidente de la República (55%) la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(51%) y los medios de comunicación (42%) (ENCUP 2008:89-92).
Cuando volvemos sobre las expectativas de los encuestados al respecto de cómo los miembros de
su comunidad vecinal pueden colaborar para evitar el crimen asociado con el narcotráfico, la
instauración de campañas de prevención de adicciones aparece como la más alta incidencia de
21
respuesta (22%) en correspondencia perfecta con el tipo de solución que recomiendan a sus
gobiernos locales, seguida por el desarrollo de campañas informativas14 (17%) y programas
ocupacionales (15%). Esto pareciera estar en línea con las principales preocupaciones identificadas
por los encuestados dentro del lugar en el que viven: educación (22%) y empleo (18) (consulte
anexo 3 p. 2).
Alternativas de combate al crimen en colaboración vecinal
El comportamiento de la muestra al segmentarla por género no presentó variaciones significativas, y
sólo vale la pena notar una diferencia mínima a favor de las mujeres, quienes consideran que sus
comunidades pueden trabajar mejor alrededor de campañas de prevención (25% vs. 20% de los
hombres) e información (19% vs. 17% de los hombres), mientras que los hombres favorecen más los
programas ocupacionales (16%) entre los miembros de su comunidad (vs. 14% de las mujeres). Por
rangos de edad la prevención como alternativa de solución se encuentra mejor posicionada entre las
personas de 31 y 40 años (26%) y los adultos de más de 50 años (22%), seguidos de cerca por el
grupo de 41 a 50 que manifiesta predilección por los programas de vecino vigilante (21%, volviendo
a la prevención entre los jóvenes de 20 a 30 (20%). En la distribución por preparación académica
sólo de distingue de manera muy notable que el 100% de las personas con educación básica entre
31 y 40 años consideran que la mejor alternativa es desarrollar programas de desarrollo de talento,
que pareciera estar en estrecha relación con su realidad inmediata (consulte anexo 2 pregunta 13).
14 Aquí notamos que para futuras investigaciones es conveniente considerar la pertinencia de separar las campañas de prevención con las campañas informativas, ya que el tipo de contenidos a incluir en las segundas es muy amplio y puede ir desde un mapeo de incidencia criminal, hasta la articulación de argumentaciones a favor de la despenalización del consumo
21%
13%
15% 9% 9%
17%
14%
2%
Prevención de adicciones Presionando a los políticos Programas ocupacionales Desarrollo de talento Actividades recreativas Campañas informativas
22
McLeod (1999) sostendría que “más allá de la utilidad cognitiva, el uso de los medios motiva a las
personas a participar a través de un incremento en la sensación de eficacia en el sistema político”,
sobre esta percepción intuimos que entre los contenidos mediáticos que más se han reproducido en
nuestro país recientemente se encuentra el proyecto Marabunta de Iniciativa México que justamente
presenta a través de los medios los programas de reinserción de jóvenes adictos a las drogas a
través de campañas ocupacionales y de desarrollo de talento, un evento que puedeo haber
reforzado marginalmente el que los entrevistados refieran con tan alta incidencia la articulación de
campañas preventivas y ocupacionales.
Las agrupaciones sociales a favor de la legalización del consumo de narcóticos, así como aquellas
que hacen énfasis en la colaboración ciudadana para reforzar la denuncia y la persecución de
grupos criminales, tienen de frente el reto de continuar transmitiendo sus mensajes a una sociedad
hipermediada y sobreinformada, que posiblemente ya tiene muy reforzadas muchas de las fórmulas
para resolver diferentes problemáticas públicas, como esta misma investigación demuestra para el
caso del narcotráfico, cuya solución predispuesta parece ser la prevención de las adicciones entre
los círculos más inmediatos (particularmente en las familias).
A fin de incidir de manera más efectiva en la percepción de las personas y promover un pensamiento
crítico reflexivo, Erin Wilson (2010:8) relata que las asociaciones civiles en busca de adeptos y
voluntarios que sostengan sus causas han procurado innovar a través del aprovechamiento de las
tecnologías y el uso de las artes visuales para promover el involucramiento y la empatía con la
situación particular que se quiere atender, para ello han encontrado particularmente útiles los
performances o presentaciones artísticas que hacen participar a las audiencias para vivir en carne
propia las circunstancias que se describen, asimismo reconoce el papel de los sitios interactivos que
incorporan a los usuarios a través de los bloggs, wikis y gráficos personalizados que reproducen
estas experiencias a nivel virtual.
En la revisión de las investigaciones sobre pequeños grupos sociales en las grandes ciudades en
relación con su capacidad de influir en las decisiones públicas encontramos que la escala de
organización individual en los grupos de interés no sólo es más pequeña, sino que sus
requerimientos resultan considerablemente diferentes, de manera que muchos grupos urbanos son
administrados mayor o únicamente por voluntarios y mantienen como sede el domicilio de alguno de
los miembros, en estos casos hacerse notar resulta indispensable y tiene un valor imponderable,
particularmente cuando el músculo (o la demostración de convicciones en espacios públicos) es
ejercitado en medio de un ambiente más relajado de la política a nivel nacional.
23
De acuerdo con algunos investigadores (Berry et al 2006: 4) la facilidad de acceso a interactuar con
el gobierno para alguna organización pueden incrementarse en estos contextos, lo que produce una
mayor percepción de eficacia política y movilización de grupos; de esta manera quienes se movilizan
sin el respaldo del gobierno gozan de una importante cuota de aceptación social y por parte de las
autoridades que pareciera un importante estímulo para emprender estas acciones, pero no
necesariamente para sostenerlas al paso del tiempo.
Resulta pertinente señalar que al iniciar la investigación, partíamos del supuesto de que los medios
estaban reforzando una percepción de alta incidencia de crímenes en todo el territorio nacional , que
sólo correspondería en una baja proporción de la muestra levantada en la ciudad de México, por lo
que inferíamos que si las personas lo entendían como un problema de alta prioridad con cierto
distanciamiento de la experiencia cotidiana, serían más proclives al uso de la fuerza, en parte por
cierto hartazgo de estar expuestos al problema prioritariamente a través de los medios, en parte
porque su seguridad personal no se percibiría comprometida efectivamente con estas medida (dada
la lejanía del conflicto) y en parte porque faltaría imaginación política para proponer otras
alternativas. A cada uno de estos supuestos, los resultados presentaron contra-argumentaciones
dignas de ser revisadas a detalle.
La presunta percepción de malestar mediático (media malaise), para la cual el consumo televisivo
intenso aparece entre los argumentos de Robert Putnam (2000) como una de las causas más
importantes de la falta de involucramiento cívico; representa quizás una de las más populares y
menos comprobables afirmaciones en las investigaciones sobre el declive de la participación cívica
para la gran mayoría de los estudios fuera de Estados Unidos, como lo reafirma el mismo Jones
(2006:2) quien explica que las narrativas dentro de un mismo medio (como la televisión) pueden ser
muy diversas en sus niveles de calidad y atractivo. Contrariamente a estos supuestos Michale
Schudson (2000:1-3) explica que a su vez en que en Europa, aquellos que atienden con mayor
intensidad a las noticias están más propensos a participar en las campañas políticas a través del
voto, aportando dinero o discutiendo sobre política, los 3 indicadores más recurridos cuando
hablamos de involucramiento cívico.
En nuestro ejercicio de muestreo, la televisión y el Internet predominan como medios informativos
sobre las noticias relacionadas con el combate al narcotráfico, casi una mayoría de los encuestados
(47%) refieren como su fuente principal a la televisión, seguida por Internet (20%). Por género este
hábito informativo presenta como variaciones el que las mujeres en mayor proporción (11 puntos)
toman como referente la televisión, mientras que los hombres utilizan más Internet (12 puntos). Por
24
grupos de edad la proporción de exposición a la televisión se incrementa a partir de los 41 años en
adelante, mientras que el consumo de Internet es más frecuente entre las personas entre 20 y 40
años. En todos los casos las personas que con preparación académica equivalente a educación
básica presentan un mayor consumo de televisión mientras que manifiestan consecuentemente no
tener contacto con Internet (consulte anexo 2 pregunta 14).
Medio de consulta más habitual sobre crímenes y delitos relacionados con el narcotráfico
Con referencia al potencial desactivante de la television, Levingstone y Markham (2008:5),
subrayarían que Putnam atribuye a este medio el declive del capital social y el involucramiento
ciudadano ya que “así como privatiza nuestro tiempo libre, también privatiza la actividad cívica,
disuadiendo nuestras interacciones y las actividades políticas” (Putnam 2000: 229), sin embargo las
evidencias e inferencias que presentamos a continuación parecerían ir en sentido contrario a estas
afirmaciones.
Al realizar un cruce entre el medio habitual de consumo para informarse sobre el combate contra el
narcotráfico y la recomendación para reducir la incidencia de delitos y crímenes derivados de estas
acciones (como se ilustra a continuación), resulta muy interesante encontrar como recomendación
la profesionalización de los policías como la más alta incidencia de respuesta entre quienes
consumen más televisión (60%), seguida de quienes proponen pedir apoyo al extranjero (58%) para
quienes esta herramienta de comunicación pareciera ser efectivamente formadora de opinión, si se
toma esta información aisladamente15
15 Como ya comentamos, la proporción de personas que corresponden a esta última categoría es prácticamente marginal en términos totales de la muestra (6%), sin embargo bien vale la pena realizar alguna prueba adicional que se procure trabajar más en comprobar o desechar esta línea de investigación, ya que sólo detrás de la prevención (45%) el consumo televisivo parece ser factor en la elección de alternativas más violentas (usar más efectivos del ejército aparece con 41%) ó ilegales (pactar con el narco con 38%).
25
Medio habitual de consumo informativo y alternativa de combate al narcotráfico
A pesar de estas observaciones, puede resultar aún más revelador que en otro grupo marginal de la
muestra total, es decir aquellos que optan por la legalización del consumo como una alternativa para
reducir la criminalidad derivada del combate al narcotráfico (marcados con naranja como síntoma de
la muestra), aducen a Internet como su principal medio de consumo informativo, mientras que en el
caso de quienes sugieren pactar con los narcotraficantes como el segundo.
Particularmente resulta interesante trabajar alrededor de los grupos de personas que se pronuncian
a favor de la legalización, ya que si seguimos los argumentos de Noelle-Neumann y en cierta
medida de Park, respecto a la cohesión y reforzamiento de los grupos minoritarios o marginales que
sostienen con fervor su posición opuesta a la mayoría, con el paso del tiempo, desarrollando una
sistemática argumentación a favor de su causa pueden lograr imponer a fuerza de concesiones y
ganancias marginales, su punto de vista sobre una mayoría desorganizada y desarticulada16 (Noelle-
Neumann 1995 y Berganza 2000).
Conviene hacer notar que con referencia a la intensidad de atención que tiene como temática el
combate al narcotráfico, contrario a lo que supondríamos en principio, los encuestados revelaron en
una mayor y homogénea proporción por encima del 50% que atienden diariamente a las notas que
están relacionadas con esta temática, por lo que difícilmente puede sostenerse que exista un
16 En este sentido otra de las inquietudes de investigación que se refuerzan para futuras investigaciones es determinar en qué medida las corrientes de opinión sobre la legalización se encuentran mejor representadas a través de Internet y sus contenidos noticiosos, así como en qué medida a través de las redes sociales estas perspectivas pueden ir ganando terreno, considerando particularmente el tipo de discursos que están desarrollando, ya sean empáticos, emocionales o científicos y abstractos.
26
malestar mediático (media malaise) que desactive el interés y la participación ciudadana para estos
efectos y hasta el momento en el que se levantó la encuesta. Nuevamente a pesar de que todos los
grupos manifiestan una alta intensidad de atención respecto de estas noticias, quienes están por la
legalización del consumo están sólo detrás de las opciones de preferencia de nuestra muestra, la
prevención de adicciones y el uso de policías mejor preparados
Intensidad de atención mediática y alternativa sugerida
Continuando sobre esta misma línea de pensamiento y contrario a ciertos modelos de comunicación
que ponen énfasis en los efectos de los medios sobre las audiencias, algunos investigadores nos
proponen pensar en los medios como sacerdotes ofreciendo los sacramentos en tiempos de
conflicto, problemáticos o de aflicción (Hallin and Gitlin 1992; Dayan y Katz 1992; Marvin y Ingle
1999). Éstos se alteran cuando los valores más arraigados de los ciudadanos se ven amenazados, y
les notifican cuando deben levantarse como patriotas y defenderlos (Thelen 1996 en Jones
2006:13).
Los hallazgos mencionados en la sección anterior parecen entonces coincidir con la tesis de Jones
(2006:5) quien comprende a la política como un proceso simbólico en el que entidad culturales
(mitos, ideologías, valores, actitudes y creencias) son evocados, reajustados y ordenados de manera
que sean capaces de producir orientaciones o decisiones políticas, de manera que la política no se
trate de cuestiones simbólicas, sino sea en esencia simbólica. A este respecto podemos decir que
27
en la producción de esos contenidos simbólicos pareciera que Internet representa un espacio público
de grandes posibilidades debido al número de productores de contenido para los que tiene cabida y
por la reticularidad y horizontalidad de los intercambios que en principio podrían sostenerse dentro
de la red de redes.
Los múltiples y variados medios de producción cultural y la diseminación de nuevas alternativas
mediáticas para que los ciudadanos se abran camino para producir otros vínculos no parece que
puedan ser cooptadas plenamente por los intereses del capital o el Estado. Acordamos entonces
que los ciudadanos tienen la posibilidad de asimilar el material político al que están expuestos,
cosificando, confirmando o celebrando sus creencias y valores más arraigados, a través de los
cuales establece vínculos con el Estado, o en contraparte para aquellos rubros en los que afirma su
identidad como ciudadano.
Diferentes estudios sobre el uso y los efectos de los medios fuera de Estados Unidos, como el de
Matthew Loveless (2007:2) que han tomando como referencia otros trabajos en Europa del Este, han
encontrado a lo largo de su investigación que estas herramientas informativas, tienden a ser más un
reflejo de la socialización política de los países en proceso de democratización y por tanto requieren
reconsideración en lo referente al funcionamiento del modelo dentro de entornos no occidentales. En
estas investigaciones procuran en cambio comprender si los medios constituyen vehículos para la
discusión de nuevos valores democráticos, y si siendo así, fungen más bien con una función
normativa.
Así pues en nuestro estudio el grupo social por excelencia con el que los entrevistados manifiestan
que comentan las noticias referentes al combate al narcotráfico es la familia que alcanza un 46%, lo
que se encuentra plenamente en correspondencia con la institución social que inspira mayor
confianza en la ENCUP (93%) (2009:90), se encuentra seguido por los amigos (23%) y los
compañeros de trabajo o escuela (21%). Al segmentar esta información por género y grupo de edad,
destaca que las mujeres tienden a comentar en mayor proporción (9 puntos) estas noticias con la
familia, mientras que los hombres prefieren en una ligera proporción mayor (5 puntos) a sus
amistades; por grupos de edad quienes socializan en mayor proporción con los amigos estas
temáticas son las personas de 20 a 30 años (34%) (consulte el anexo 16 p. 36)
En un relato de corte vivencial, Quincy Mills (2005:) que puede ser útil en la comprensión de los
círculos en los que se discute la información obtenida a través de los medios particularmente por
género, el investigador nos comenta que en las sociedades anglosajonas las barberías representan
28
justamente el tipo de espacio público en el que las hombres “pueden relacionarse con extraños y
camaradas dispuestos a entablar conversaciones sobre temáticas políticas, sociales y culturales”.
Aunque reconoce que algunos espacios de socialización suelen ser más propicios para fomentar las
conversaciones, pasar de la conversación a la acción particular y la organización en grupos
nucleares de base, es el pendiente más importante para llevar la sustancia de la democracia
deliberativa a la esfera de la activación cívica, en un plano aún más personal apunta que resulta
deseable que las personas perciban empoderamiento a través de sus conversaciones y sean
capaces de repensar su práctica de la democracia y la ciudadanía.
Esto último parece revelador en función de que aunque los hombres comentan más sobre política
fuera de la familia, son las mujeres las que están más dispuestas a participar en campañas de
prevención de adicciones, informativas y en acciones para presionar a los políticos a fin de atender
este problema público
Grupos de socialización de las noticias por género
Cabe destacar aquí que la alternativa para disminuir los crímenes ocasionados por el narcotráfico
revisada a luz de los grupos en los que se comentan las noticias revela que aunque la prevención y
el uso de policías mejor preparados, encuentran una distribución alta entre todos los grupos,
nuevamente aquellos que están por la legalización del consumo indican una alta socialización de la
temática en grupos específicos de interés (38%) y amigos (24%), lo que reforzaría como hipótesis
que al ser autopercibidos como posiciones marginales en el conjunto social, prefieren asociarse en
círculos específicos cerrados y tratar estos temas solamente con quienes presumen una relación de
amistad. Al mismo tiempo y también en sintonía con las observaciones anteriores, quienes favorecen
pactar con los narcotraficantes (20%) y quienes consideran que sería útil reforzar el despliegue del
ejército comentan más las noticias con sus vecinos.
29
Alternativas sugeridas y grupo de socialización de noticias
Hernando Rojas, Dhavan Shah, y Jaeho Cho Drawing (2005:3) detallan respecto de la teoría de
pequeños grupos, que Verba (1961) igualmente propugnaba por la comprensión del proceso político
y el liderazgo tomando en cuenta el rol de los encuentros cara a cara, ya que éstos grupos
influencian el comportamiento de sus miembros a través de la socialización y la presión para
ajustarse a la tendencia del grupo (en un claro pero acotado paralelismo con el argumento de
Neumannn).
Añade que a través de estas interacciones las personas conocen un repertorio de opiniones de
acción colectiva (Gamson, 1992; Tarrow, 1998) y en un contexto de convivencia ordinaria Walsh
(2003b) comprueba como la conversación casual ayuda a las personas a clarificar su identidad
social y utilizarlas para analizar y organizar la información política. En sintonía con Park, la
deliberación amplía el consenso y la resolución pacífica de conflictos, estimula la tolerancia, y
produce que los ciudadanos estén más informados, involucrados y activos (Mendelberg, 2002;
Mendelberg y Oleske, 2000; Price, Cappella, & Nir, 2002 en Rojas 2005:4 y 5)17.
Los medios son útiles no sólo para mantener vigilado al gobierno, sino también para demostrar como
se va desarrollando la vida, de manera que las personas no sólo aprenden de la programación
enfocada en noticias, sino también a través de la exposición a normas sociales, políticas y
económicas que se transmiten, de manera que la exposición a medios no modifica las opiniones o
actitudes de los individuos a través de la persuasión o amenaza, sino que el verdadero cambio se
puede rastrear en los patrones culturales de interacción con la información, en función de otros 17 En lo referente a los procesos deliberativos otras investigaciones toman como una de las variables intervinientes más significativas el cruce entre el grado de escolaridad y el nivel socioeconómico al que los encuestados pertenecen, de manera que para futuras investigaciones una meticulosa planeación del método para determinar el nivel socioeconómico resulta indispensable para avanzar mucho más en este camino que particularmente en contextos como el mexicano asumiríamos que resulta pertinente
30
miembros de la comunidad y en el espacio público; fenómenos mucho más complejos de
aprehender y estimar (Loveless 2007: 6)
Así pues, aquellos que se encuentran interesados y tienen conocimiento sobre alguna temática
política son más susceptibles de reforzar sus percepciones y ser influidos por el encuadre que
ofrecen los medios, o al menos exponerse a su influencia, sin embargo en este sentido en la medida
que las personas conocen más un problema y acompañan este conocimiento con alguna experiencia
de primera mano, estarán más propensas a efectivamente permanecer más interesados en su
cobertura, pero será más factible que confíen en sus propios juicios por encima del discurso de los
medios; de igual forma entre más partidarios sean identificados los medios y entre más procuren
persuadir a las personas sobre una determinada posición política, será menos probable que sean
apreciados como imparciales y neutrales y puedan en consecuencia, ser influyentes. En opinión de
Kenneth Newton (2006: 18) las investigaciones deberían centrarse entonces en el tipo de
circunstancias en las que los medios masivos tienen mayores o menores efectos, que sería un
enfoque posiblemente más productivo en lugar de tratar de comprobar si son o no una factor de
influencia clave.
31
CONCLUSIONES
Las evidencias presentadas en esta investigación, apuntan marcadamente en sentido contrario
sobre algunas intuiciones que han obtenido una importante difusión en los últimos años; de acuerdo
con las cuales un alto volumen de noticias relacionadas con el combate al crimen organizado
producirían por lado, una alta percepción de proximidad de riesgo o amenaza inminente entre la
audiencia, y por otro lado, que con el tiempo y en la medida que la experiencia sensible directa de
esta amenaza no correspondiera con los hechos de la vida cotidiana, se originara como efecto
indeseado un hartazgo o malestar respecto a la cobertura de estos eventos; socavando por ende el
interés de las personas por este tema aproximándolos mayormente como resultado a la
desactivación y el desinvolucramiento.
Como vimos aquí, aunque los encuestados reconocen en principio que se sienten relativamente
amenazados por el incremento de crímenes y delitos relacionados con el combate al narcotráfico,
cuando se les pregunta específicamente quiénes están resultando más afectados por esta incidencia
de violencia derivada del combate, responden que el riesgo de ser afectado continúa siendo más
localizado para policías/militares y narcotraficantes, de manera que aunque existe una preocupación
general por la temática; el sentido de urgencia por resolverla como una amenaza inminente para los
encuestados en la Ciudad de México no apareció con la misma intensidad.
Estos elementos parecen confirmar en teoría que el tema de combate al narcotráfico aparece como
un asunto relevante en la agenda de los ciudadanos, consecuentemente con las proposiciones de
priming y agenda setting; es decir parece que los medios no sólo transmiten a las personas en qué
pensar, sino en qué orden; aquí la cuestión por resolver sería bajo que parámetros o qué tipo de
encuadre (framing) sugieren.
Entre los asuntos mencionados en el análisis, hicimos énfasis en dos percepciones generales que
parecen reforzarse también en la producción de contenidos mediáticos;18 en una parte la ineficiencia,
falta de preparación y desconfianza con la que se identifica a los policías, y por otro lado se
reconocen como importantes aportaciones de la ciudadanía los programas dirigidos a la prevención,
ocupación y rehabilitación de (posibles o actuales) consumidores de narcóticos.
18 Que debieran ser también otro de los objetivos pendientes de análisis, hacer un cruce entre la percepción y el volumen y tipos de contenidos a los que realmente están expuestas las audiencias que componen una muestra representativa
32
Es muy importante subrayar, para contextualizar las observaciones del párrafo anterior, que la
aproximación teórica por la que nos hemos procurado inclinar en esta investigación, no corresponde
en sentido estricto a un modelo de exposición mediática en el que el puro consumo e intensidad de
atención sobre un vehículo de transmisión de mensajes produce efectos limitados sobre sus
audiencias, sino que por el contrario, desde una perspectiva más integradora como una práctica con
un contenido mucho más cultural y simbólico, se aproxima y segmenta su consumo mediático
principalmente como una práctica de reforzamiento de sus juicios y actitudes, así como de
identificación con las perspectivas de ciertos grupos (variando en grado de conciencia e intensidad
en cada individuo).
Así pues, vemos que el horizonte de alternativas de combate al narcotráfico se encuentra
relativamente limitado, y de acuerdo a las evidencias empíricas con las que contamos en esta
investigación, relacionamos esta situación en parte a la principal fuente de consumo informativo del
tema, ya que los contenidos en la televisión parecieran a primera vista reforzar más la
profesionalización de los policías y el reconocimiento por parte de los ciudadanos de la necesidad de
invertir en programas de prevención del consumo y campañas informativas sobre el tema,
principalmente en las comunidades teóricamente más propensas al riesgo (ciertamente, las
comunidades carentes de desarrollo social y profesional, dónde las familias carecen de ingresos
económicos y de inserción social).
El otro componente que pensamos que limita de manera sustantiva el diseño de alternativas de
combate, es un bajo grado de socialización y discusión de la temática en círculos más amplios con
los que se puedan coordinar acciones concretas fuera de la familia, ya sea a través de grupos de
interés, asociaciones vecinales o incluso con los amigos.
A pesar de las limitantes mencionadas, aparece como un signo positivo, que muy a pesar del
malestar y desencanto por diferentes instituciones públicas y representativas, existe mucho
optimismo sobre lo que los ciudadanos estarían en posibilidad de hacer si coordinaran sus acciones
para estructurar alternativas de combate. Esta disposición de involucramiento que apunta
principalmente a compartir conocimientos, habilidades y tiempo parece ser un terreno idóneo para la
articulación de iniciativas ciudadanas que se sumaran a la atención del problema.
El principal obstáculo en el caso de los encuestados, pareciera ser que los incentivos para la
cooperación son aún bajos debido a que la proximidad e inminencia del riesgo continúa siendo bajo.
Es conveniente decir también que aunque la iniciativa puede venir de las autoridades, la
conveniencia de que esto sea así es relativa, en función de dos variables principalmente, su
33
estabilidad y elevación casi al grado de programa de Estado (previniendo su rentabilidad política) y
estructurar un sistema de incentivos a fin de que los niveles de involucramiento ciudadano no
decayeran y se convirtiera nuevamente en un típico ejemplo de una intervención nociva del gobierno
a una actividad cuyo principal activo es la libre interacción ciudadana.
En este sentido consideramos conveniente señalar también que algunas de las teorizaciones y las
evidencias empíricas sobre el involucramiento cívico y el capital social, construyen sus argumentos
alrededor del estudio de casos y agrupaciones religiosas, movimientos sociales y organizaciones
civiles que operan con estructuras de autoridad que refuerzan un credo o contenido dogmático
incuestionable para los participantes, que constituye la base del acuerdo para su cooperación y se
encuentra reforzado en las acciones cotidianas por los liderazgos carismáticos que aparecen dentro
de estos grupos.
En este sentido, el desarrollo de discusiones públicas y abiertas entre los miembros de estos grupos
queda prácticamente marginadas y su capacidad argumentativa abstracta igualmente comprometida.
Estos factores nos hacen reflexionar sobre las condiciones necesarias de un grupo que apunte hacia
el involucramiento ciudadano para poder tener éxito, particularmente cuando sus principales teóricos
se encuentran en sociedades anglosajonas. Con base en esto, cabe mencionar la existencia de
programas sociales, originados concretamente en el seno de las comunidades pobres y totalmente
desestructuradas, sin cualquier vinculación con iniciativas oficiales, que a lo largo de los últimos
años han actuado como política alternativa de enfrentamiento a los daños generados por la guerra
contra el narcotráfico, que de manera más severa lastiman a las familias más pobres. Ejemplos bien
ilustrativos son encontrados en Brasil, es el caso, entre tantos, del Grupo Cultura AfroReggae, ONG
que fue creada en 1993 y hoy desenvuelve 65 proyectos sociales en todo el país, buscando integrar
a chicos, adolescentes y jóvenes que crecen totalmente involucrados en el contexto de las drogas, a
través de actividades educativas y las más diversas expresiones culturales, como la música, la
danza, el teatro y otras19.
Nuevamente identificamos como una alternativa de producción/consumo simbólico para las
asociaciones cívicas en nuestro país, la discusión efectiva (en asambleas y audiencias públicas) de
temas de interés comunitario hiperlocalizados, que consideramos podrían ir ganando terreno en la
19 El AfroReggae nació como una banda musical y un pequeño periódico (Afro Reggae Noticias, un “canal abierto para el debate de ideas y problemas que afectan la vida de negros e pobres”). Actualmente los proyectos está presentes en cuatro grandes comunidades de las más de 600 favelas de Río de Janeiro: Vigário Geral, Morro do Cantagalo, Parada de Lucas e Complexo do Alemão: http://www.afroreggae.org
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medida que se compruebe una participación política eficaz para los ciudadanos que decidan
incorporarse a estas prácticas (independientemente de quiénes las convoquen).
Algunas evidencias precisamente en lo referente al consumo, intensidad y socialización de los
contenidos en medios, en conformidad con la perspectiva de corte más cultural que hemos
adoptado, apuntan a que los grupos de ciudadanos a favor de la despenalización del consumo, que
aparecen aún como una corriente de opinión marginada, se encuentran operando bajo la lógica
descrita en parte por Park, presentando un alto consumo e intensidad informativa y un alto grado de
socialización del tema fuera de sus círculos primarios; como grupo amenazado por el entorno,
sostienen con mayor decisión sus causas y procuran por momentos buscar que sus perspectivas
sean notadas más que aceptadas, asumiendo en este sentido una forma evangelizadora que
corresponde de manera interesante al tipo de grupos que fomentan el involucramiento ciudadano
(como hemos venido comentado).
A pesar de que no contamos con evidencias empíricas en esta muestra, consideramos también que
las iniciativas cívicas de cuidado mutuo y denuncia como México Unido por la Delincuencia, tienen
en este sentido grandes posibilidades también de recabar más adeptos y personas involucradas en
la medida que el problema continúe cobrando un carácter de urgente.
Adicional a la necesidad de involucramiento ciudadano, la investigación comprobó que la comunidad
rechaza las políticas de enfrentamiento al narcotráfico, considerándolas en su mayoría como
“inadecuadas”. Eso es reforzado por trabajos científicos que corroboran la ineficiencia de acciones
centradas de manera limitada apenas en la represión y control. Se está de acuerdo en que el
narcotráfico es un problema de gran amplitud y que mereciera inversiones de las políticas públicas
mucho más dirigidas al desarrollo social de las comunidades pobres, que en general son fácilmente
cooptadas por el tráfico, considerando que las familias, sobre todo los jóvenes, están sometidos a la
exclusión social, al desempleo y muchas veces se sienten atraídos por la cultura de consumo,
común en los contextos urbanos más diversos. En estas comunidades, no es raro que los traficantes
conquisten fácilmente poderes ilimitados, haciendo frente a la total situación de abandono en las
comunidades marginales.
En este sentido, también es importante resaltar la carencia de investigaciones científicas sobre el
asunto, mientras que el cine y los medios de comunicación dedican cada vez más atención al tema.
En América Latina todavía hay muy pocas iniciativas serias de explotar el narcotráfico en el ámbito
académico, no se sabe si por total desinterés, miedo o la falta de apoyo legítimo.
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