PROTOCOLO PARA EL USO DE SALA DE ATENCIÓN ESPECIALIZADA
CENTROS DE ADMINISTRACIONES DIRECTAS
DEPARTAMENTO DE PROTECCION DE DERECHOS.
Mayo, 2012.
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INDICE
I.- PRESENTACIÓN ................................................................................... 3
II.- El MODELO SISTEMICO Y EL TRABAJO CON FAMILIAS ........................... 4
II.1.- PRINCIPIOS GUIAS ....................................................................... 6
II.1.a-Pautas e interacciones ............................................................... 6
II.1.b-Narrativas y lenguaje: ............................................................... 7
II.1.c.-Contexto cultural ..................................................................... 7
II.1.d.-Poder ..................................................................................... 7
II.1.e.-Autoreflexividad ...................................................................... 7
II.1.f.-Fortalezas y soluciones ............................................................. 7
II.1.g.-Cambio terapéutico .................................................................. 8
II.2.- FASES Y METAS ........................................................................... 8
II.2.a.-Fase Inicial ............................................................................. 8
II.2.b-Fase Intermedia ..................................................................... 13
II.2.c.- Fase Final ............................................................................ 17
III.- INTERVENCIONES ........................................................................... 19
III.1.- LAS PREGUNTAS ....................................................................... 19
III.2.-LAS DEVOLUCIONES ................................................................... 21
III.3.-SOBRE LA PREPARACION DE LAS SESIONES: ................................ 23
IV.-INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES EN LA INTERVENCIÓN FAMILIAR
........................................................................................................... 24
V.- El CONTRATO TERAPEUTICO .............................................................. 27
VI.- ADMINISTRACION DEL ESPACIO FISICO Y EQUIPO AUDIVISUAL ........... 28
ANEXO 1 .............................................................................................. 30
ANEXO 2 .............................................................................................. 31
BIBLIOGRAFIA....................................................................................... 32
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I.- PRESENTACIÓN
La Sala de Espejo Unidireccional recientemente instalada en los Centros de
Administraciones Directas, tiene como objetivo apoyar los procesos de
intervención especializada que se realizan en la atención de familias de alta
complejidad, como también pretende ser un medio que permita facilitar la
supervisión y asesoría de estos equipos, mejorando en ellos sus habilidades
terapéuticas.
Esta sala se compone de dos subdivisiones o espacios, denominados: sala de
observación y sala de entrevista. Ambos espacios se encuentran conectados por
un espejo unidireccional, que permite que los (las) profesionales que estén en la
sala de observación puedan mirar lo que ocurre en la sala destinada para
realizar la entrevista, pero quienes están en la sala de entrevista sólo pueden
ver un espejo. Además, se mantiene contacto entre las personas que se
encuentran en ambos espacios a través de un intercomunicador u otro medio de
comunicación similar.
Finalmente, en la sala de observación se encuentra un equipamiento de
videograbación que permite registrar todo lo que ocurre en la sala de
entrevista, de modo de facilitar el análisis de los registros, como también el
respaldo audiovisual necesario en caso de ser éste solicitado por Tribunales o
requerirse para realizar análisis de los casos.
Es necesario mencionar que en la sala de entrevista, sólo deben estar
presentes las personas citadas y los(as) profesionales que realicen la terapia.
Por su parte en la sala de observación estarán presentes miembros del equipo
técnico del centro y en algunas ocasiones profesionales de Deprode y Uprode,
esto siempre en conformidad con los procedimientos establecidos y la
capacidad física del lugar.
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En la sala de observación, la comunicación estará coordinada por un miembro
del equipo y se hará llegar al receptor a través de el (la) terapeuta ubicada en
la sala de entrevista.
De esta manera, se ofrece un contexto que permite el desenvolvimiento del
niño, niña o adolescente y su familia, de la manera más natural posible, puesto
que facilita que terceros, como son los otros integrantes del equipo y/o
supervisores externos (Dirección Regional, Dirección Nacional), puedan apoyar
a los profesionales tratantes en el proceso de intervención que se lleva a cabo.
Debido a que los casos que se atienden en los CREAD son calificados como de
alta complejidad, es relevante el uso de esta sala, debido a que permitirá
mejorar los procesos de intervención y con ello lograr avanzar en los procesos
de reparación de daño y por tanto a la restitución de los derechos vulnerados a
niños, niñas y adolescentes, por lo que su implementación se constituye en un
desafío para los equipos profesionales y en un medio de apoyo a la labor de los
mismos.
El presente documento contiene los elementos básicos acerca del modelo que
sustenta la ocupación de la sala descrita con antelación y en especial del espejo
unidireccional y la videograbación en el trabajo con familias, los conceptos que
guían las intervenciones de carácter terapéutico, las técnicas que pueden
utilizar los profesionales en sus intervenciones y algunas consideraciones acerca
del uso práctico de la sala de atención.
II.- El MODELO SISTEMICO Y EL TRABAJO CON FAMILIAS
Se considera necesario mencionar que para la intervención con familias se
tomará como modelo base, todo el desarrollo técnico definido en el modelo
sistémico1, ya que éste incluye en el proceso de tratamiento una óptica integral
de las relaciones, y una revisión permanente de las contradicciones como una
forma de apoyar a las familias. El abordaje familiar desde una perspectiva
sistémica incluye todos estos elementos en su explicación de las dificultades
que presenta el sistema, ayudando a descubrir la dinámica familiar.
Por otra parte, los supuestos teóricos que están a la base del modelo sistémico
y que permiten mediante el uso de técnicas concretas, un entendimiento más
profundo de la dinámica de las interrelaciones familiares, se relacionan con los
1 Se entiende que los equipos pueden sumar otros aportes en virtud de su experiencia de trabajo con familias.
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conceptos y esquemas operativos desarrollados por la Cibernética, la Teoría
General de los Sistemas y la Teoría de la Comunicación.
Partiendo de estos supuestos, se afirma que las llamadas “relaciones
perturbadas en las familias", pero no individuos perturbados ;o dicho más
exactamente, que los trastornos del comportamiento son una función de las
relaciones humanas, pero nunca de individuos enfermos, por lo tanto la familia,
es vista como un sistema abierto y relacional, que supera y articula entre sí los
diversos componentes individuales, formando un todo orgánico, al cual hay que
observar en su totalidad y en interrelación, si queremos comprender cualquier
manifestación individual, incluida, por supuesto, la esfera de la psicopatología.
Considerando entonces, como teoría de referencia para las técnicas terapéuticas
de orientación familiar la teoría sistémica, al trabajar el foco de las
intervenciones, éste debería centrarse sobre el sistema más que sobre el
individuo. Consecuentemente, la mirada que se debería utilizar es que estas
dificultades surgen de las relaciones, las interacciones y el lenguaje que se
desarrolla entre los miembros que componen el sistema.
Para lo anterior hay que considerar que, las pautas de comportamiento que
éstos desarrollan son repetitivas, circulares por naturaleza y están en constante
evolución y que las conductas y creencias que son percibidas como dificultades
se desarrollan, por tanto, de manera circular, afectando a todos los miembros
del sistema.
Es importante señalar que la meta terapéutica de este tipo de intervención y
atendiendo a los supuestos teóricos del modelo, sería el cambio: cambio de
estructura disfuncional, cambio de canales patológicos de comunicación, cambio
de interacciones, entre otros.
De acuerdo a las características particulares de las familias que se atienden en
los CREAD, es necesario señalar que el modelo sistémico realiza aportaciones
importantes en relación al diagnóstico y tratamiento de éstas. Es así como es
posible señalar que estas familias, generalmente no se muestran capaces de
realizar de manera satisfactoria sus tareas organizativas tales como apoyo
económico, instrucción, crecimiento y cuidado de los hijos (as), garantizar la
protección de los miembros más débiles o en dificultad, manejar sus tensiones
presentado una grave insuficiencia en la nutrición emocional. De acuerdo a
esto, los efectos sobre los hijos(as) son graves y complejos dándose con
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frecuencia la negligencia familiar, el abandono de las funciones parentales y en
ocasiones el abuso sexual y el maltrato infantil, ya que los impulsos agresivos
fluyen libremente hacia los niños, niñas y jóvenes.
Otro aspecto a considerar en la intervención, es la relación crónica de
dependencia de la familia respecto a los profesionales, lo que permite que con
facilidad sean objeto de intervención externa, éstos terminan muchas veces
cubriendo carencias de todo tipo y forman indudablemente parte del
ecosistema, por ello evitar la creación de un vínculo de dependencia es uno de
los objetivos fundamentales del proceso ya que esto aporta negativamente en la
propia desorganización del sistema familiar; sin embargo, es deber de los
profesionales discernir sobre la necesidad de apoyo que presentan los sujetos
atendidos de la dependencia clásica.
Finalmente, es necesario mencionar que el trabajo con familias multi-
problemáticas implica un desgaste serio para los profesionales ya que trabajar
en primera línea es una exposición muy intensa puesto que el recurso
fundamental es el mismo profesional , éstos deben poner en juego sus propios
recursos, sus ideas, sus capacidades, sus emociones, su experiencia, sus
conocimientos y sus aprendizajes, pero sobre todo es, a través de su propia
persona, como se irán elaborando los distintos acontecimientos que se van a
dar en el proceso relacional.
Por esto es muy importante que se desarrollen diversas estrategias de
resguardo, tales como el trabajo en equipo, la intervención en duplas o co-
terapia, así como los espacios de supervisión constante, que permitan
reflexionar, tomar distancia, recomponer los objetivos y las intervenciones,
expresar los desalientos y emociones. Para ello, el uso de la sala de espejo
unidireccional y el apoyo del equipo de observación son fundamentales para
lograr procesos de intervención que disminuyan el impacto en los profesionales
intervinientes.
II.1.- PRINCIPIOS GUIAS
Por lo anteriormente expuesto, es necesario recordar algunas de los principios y
conceptos básicos que rigen este enfoque:
II.1.a-Pautas e interacciones
Para entender las relaciones y dificultades de un sistema, será importante para
el (la) terapeuta tener en cuenta las relaciones entre las pautas circulares de
comportamiento, y entre éstos y sus creencias dentro de los sistemas. El
proceso terapéutico debería permitirles a los miembros de la familia considerar
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estas interacciones desde una perspectiva diferente.
II.1.b-Narrativas y lenguaje:
Los comportamientos y las creencias conforman la base de las historias o
narrativas. Éstas son construidas por, alrededor de y entre los individuos y el
sistema mismo. El lenguaje utilizado para describir estas narrativas, y las
interacciones entre los individuos, construyen la realidad de la vida cotidiana.
Las historias que los sujetos viven, por lo general, concuerdan con las historias
que son contadas sobre ellos.
II.1.c.-Contexto cultural
El (la) terapeuta debería considerar la importancia del contexto, en relación a
las narrativas y significados culturales con los que las personas viven sus vidas,
incluyendo las temáticas de raza, género, clase social, etc. Las relaciones entre
estas narrativas, entre la relación terapéutica y su contexto, así como entre el
equipo terapéutico y la familia (en un contexto más amplio), deberían ser
consideradas tanto al momento de la derivación como a lo largo de la terapia.
II.1.d.-Poder
El (la) terapeuta debería tomar una posición reflexiva en relación a las
diferencias de poder que existen tanto dentro de la relación terapéutica como al
interior de las relaciones familiares.
II.1.e.-Autoreflexividad
El (la) terapeuta debería aplicar el pensamiento sistémico consigo mismo y, de
esta manera, rechazar cualquier pensamiento sobre las familias y sus procesos
que no se aplique también a los terapeutas y la terapia. La auto-reflexividad
pone especial relieve sobre el efecto que produce el proceso en el terapeuta, y
en la manera en que esto mismo es una fuente (recurso) de cambio en la
familia. Será necesario que el (la) terapeuta esté alerta a sus propias
construcciones, funcionamiento y prejuicios, de manera de poder utilizar su
persona de manera efectiva con la familia.
II.1.f.-Fortalezas y soluciones
El (la) terapeuta debería tener una visión del sistema familiar positiva y no-
patologizante, a la vez que contemple las dificultades por las que éste atraviesa
actualmente. A la familia debería considerársele como un sistema que posee
abundantes fortalezas y recursos para enfrentar las situaciones difíciles. Es
importante que el (la) terapeuta reconozca que existe un universo de
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posibilidades disponibles para cada familia en el proceso de cambio, y que la
misma familia estará en la mejor posición para generar soluciones que les
acomoden. Para facilitar este proceso, el (la) terapeuta debe prestar atención a
las fortalezas y soluciones que se encuentran en las historias que el sistema
familiar trae a terapia.
II.1.g.-Cambio terapéutico
Los (las) terapeutas trabajan con las familias para entender las pautas de
comportamiento, las creencias o historias que han desarrollado, y el contexto
más amplio en el que éstas viven. A través del proceso de comprensión de
estas pautas de comportamiento y de las creencias o historias, los terapeutas
podrían introducir información nueva o distinta en el sistema, utilizando para
este fin estrategias activas. La información afectará el desarrollo de estas
pautas de comportamiento, las creencias e historias y la influencia que éstas
tienen en la familia.
De esta manera, el (la) terapeuta ayuda a la familia a desarrollar nuevas
percepciones o acciones que puede utilizar para enfrentar las dificultades por las
que están atravesando.
II.2.- FASES Y METAS
Dentro de cada etapa de la terapia existen diversas fases por las cuales se pasa
a lo largo del proceso, cada una de ellas tiene algunas metas específicas que los
terapeutas deberían considerar y con ello ir definiendo ordenadamente el curso
del trabajo de intervención. Dentro de ella se encuentran:
II.2.a.-Fase Inicial
Durante esta fase se debe lograr que la familia se sienta cómoda en presencia
del (la) terapeuta, y dispuesta a otras formas de interacción, como por
ejemplo: hablar sin inhibiciones. El establecimiento de esa clase de relación de
trabajo se conoce como rapport y/o encuadre y puede lograrse mediante
expresiones del profesional que incluye aquellas expresiones no verbales y en
donde también las características físicas del lugar permiten favorecer al
máximo la confianza, la sensación del (la) entrevistado(a) de estar
adecuadamente atendido y la posibilidad de asegurarle la confidencialidad. En
definitiva, en la medida en que el (la) terapeuta se esfuerza por crear un clima
cómodo y de colaboración, la relación que establece la familia tiende a basarse
en técnicas no directivas.
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El final de esta primera etapa tiene lugar, cuando la familia ha transmitido
suficiente información sobre sus dificultades, como para que su interlocutor
haya podido establecer, una primera hipótesis muy general, sobre la dirección
que puede tomar en el tratamiento.
Se aconseja finalizar la etapa con un resumen de lo diagnosticado a la familia,
lo que facilita una transición pausada a la siguiente etapa. Además, da al
sistema la oportunidad de corregir posibles malas interpretaciones, potenciar la
relación terapéutica, disminuir sentimientos de ansiedad y/o temor, visualizar
la posibilidad de sentirse y observarse escuchado y respetado.
Las metas durante esta fase serían en términos generales las
siguientes:
Establecimiento de los límites y estructura de la terapia
Durante las etapas iniciales, es importante que el (la) terapeuta
demarque los límites de la terapia, compartiendo esta información con la
familia con una exposición simple de parte del terapeuta, la cual debería
incluir:
Presentación
El (la) terapeuta y co terapeuta deberían presentarse como
miembros de un equipo, y explicar el rol y el contexto en el que se
enmarca su trabajo, y el del CREAD.
Trabajo en Equipo
El (la) terapeuta y co terapeuta, deberían explicar que forman
parte de un equipo, y que la función del mismo es generar ideas y
ayudarlos lograr un mayor entendimiento de la familia o sistema.
El (la) terapeuta debería explicitar cuántos miembros lo
conforman, qué hace cada uno de ellos. Se debería explicar
también el uso del apoyo tecnológico, como los citófonos, el
espejo de visión unidireccional, etc.
Video
El (la) terapeuta debería explicarle a la familia que puede existir la
posibilidad de que las sesiones sean grabadas en video, pero que
las cámaras aún no están encendidas. El propósito de la grabación
(investigación, revisión y supervisión) debe ser explicitado
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claramente, así como también el lugar donde se guardarán las
grabaciones y quienes tendrán acceso a ellas. Se debe ofrecer a la
familia la posibilidad de decidir si autoriza o no la grabación de la
sesión, y entregar la hoja de autorización para grabar.
Confidencialidad
El uso confidencial de las cintas de video, así como de cualquier
información que surja durante las sesiones deberá ser explicitado.
Además, se debería demarcar los límites de la confidencialidad,
específicamente en relación con otros sistemas y a la protección
de los niños, niñas y adolescentes.
Estructura de las sesiones
Se debería entregar información sobre la duración de cada sesión,
las pausas que son necesarias y el uso de la retroalimentación del
equipo, es decir informar a la familia que en algunas
oportunidades podría haber otros profesionales observando la
atención y que éstos pueden interactuar con el (la) terapeuta y/o
co terapeuta.
Estructura de la terapia
Se debe explicar la periodicidad de las sesiones considerándose el
día y hora. Asimismo, se debe explicar que la duración de la
terapia será convenida conjuntamente entre la familia y el equipo,
en concordancia con sus necesidades y plan de tratamiento.
Preguntas
Se debería dejar un tiempo para darle a la familia la oportunidad
de hacer preguntas y conocer al equipo. Se debe confirmar la
autorización para grabar en video y para la participación del
equipo de observación tras el espejo o en forma automática,
facilitar la expresión verbal, el tiempo para reordenar sus ideas,
facilitar la participación de otros miembros que se observan más
“callados” o distantes.
Construcción del vínculo e involucramiento de los miembros de la
familia.
Uno de las metas más importantes en esta etapa es la construcción de un
vínculo entre la familia y el/los profesional/es, de modo que la relación
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permita avanzar en el desarrollo del proceso manteniendo la adhesión de los
miembros, para ello es necesario resguardar los siguientes aspectos:
Ambiente Contenedor:
Es muy importante que, desde el inicio, el (la) terapeuta provea
un ambiente cálido, contenedor y empático, para incrementar la
confianza, el rapport y construir la relación terapéutica. El (la)
terapeuta debe trabajar para ayudar a la familia a sentirse
comprendida, aceptada, confortada y menos ansiosa. Para lograr
esto se deberían incluir acciones tales como ordenar la sala de
terapia de una manera confortable y segura en especial si
participan niños, niñas y/o adolescentes, indicándoles claramente
que éstos podrán jugar con los objetos disponibles, distraerse o
dibujar durante la sesión familiar.
Es importante recordar que todas las personas adultas que se
atienden en el CREAD, se encuentran en una situación de conflicto
dada por la orden del tribunal que al momento de decretar la
internación de uno de los miembros del sistema familiar, de alguna
manera explícita la incapacidad o dificultad para ejercer los
cuidados directos sobre los menores de edad que han ingresado al
centro. Por tanto, para los miembros del sistema familiar, que
participen en este proceso, debe comunicarse la importancia que
cobra para el terapeuta, el equipo y el niño, niña o adolescente su
asistencia y permanencia en este proceso.
Escuchar a todos:
El (la)terapeuta debería intentar escuchar a todos los miembros de
la familia/sistema, haciendo en un principio contacto a nivel
individual, y estableciendo el nivel de contribución que cada uno
de ellos siente que puede aportar a la discusión, tanto por claves
verbales y no verbales. El (la) terapeuta debería intentar dejar
claro que cada uno de los miembros del sistema puede contribuir a
la discusión si así lo desean.
Neutralidad:
El terapeuta no sólo debería intentar escuchar todos los puntos de
vista, sino también establecer el interés de cada uno de ellos en
las diferentes perspectivas que puedan surgir dentro del sistema.
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En este punto, a menos de que surja alguna preocupación
importante con respecto a la seguridad o confidencialidad, el
terapeuta debería permanecer neutral con respecto a las
dificultades, temas y posiciones que la familia presenta.
Todo esto dentro de un contexto de protección de los derechos de
los niños, niñas y adolescentes; es necesario reforzar este
contexto porque la confidencialidad no es sinónimo de
establecimiento de secretos o toma de conocimiento de nuevas
vulneraciones sin adoptar medidas de interrupción de las mismas.
Es importante, no olvidar que los CREAD son parte del sistema de
protección del Servicio Nacional de Menores.
Recopilación y profundización de la información
La información debería ser recogida por el (la) terapeuta para
orientarse y permitirse escuchar más sobre las dificultades que la
familia trae a terapia. Se debería recopilar información
concerniente al contexto de la terapia fundamentalmente lo
relacionado con la voluntad de asistir, las experiencias previas de
intervención, las expectativas del sistema con respecto a lo que
sería un buen resultado de este proceso.
Por otra parte, se deberá recoger información sobre el sistema, y
su relación con otros sistemas y sub sistemas, será importante en
las etapas iniciales para desarrollar una visión más amplia de la
composición, las relaciones, la historia y las pautas de la familia.
Por lo tanto, la información no debería incluir únicamente hechos,
sino también las relaciones y roles que ellos han desarrollado. La
información concerniente al sistema debería ser comparada para
realizar la planificación de cada sesión y la organización de las
mismas, en torno a quiénes participarán en el próximo encuentro,
quiénes no y tal vez esbozar una temática de continuidad de la
sesión de modo de fomentar la motivación y asistencia.
Es necesario si la familia introduce información sobre sus
dificultades, acogerlas y abrir un diálogo más amplio, integrando
los puntos de vista de todos. En esta etapa inicial, se debería
prestar atención a la identificación de pautas de comportamiento
que el sistema define como problemáticas, siendo apropiado
también una primera exploración a las explicaciones y creencias
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que se hayan desarrollado en torno a éstas.
Finalmente y como se ha señalado, es importante tener en cuenta
las acciones que la familia ha realizado para intentar solucionar las
dificultades, así como la evaluación de la efectividad de las
mismas.
Establecimiento de las metas y objetivos de la terapia
Por último al finalizar esta primera fase, el (la) terapeuta debería
considerar junto al sistema familiar cuáles son las metas y objetivos de
la terapia que continuará. El establecimiento de las metas debería ser
planteado en una manera que exprese la posibilidad de cambio, y
debería transmitir la expectativa de que el cambio es posible y de que es
muy probable que el equipo terapéutico pueda trabajar con la familia en
esa dirección. Esto se realiza con intención de fortalecer la confianza de
la familia en su propia habilidad para hacer cambios.
II.2.b-Fase Intermedia
La transición entre la primera y segunda etapa debe realizarse de la manera
menos brusca posible, por lo que se requiere que el(la) terapeuta tenga
desarrolladas ciertas habilidades tales como ; saber escuchar activamente sin
interrumpir a los miembros de la familia, elaboración de hipótesis, la auto-
observación, la observación de los niveles de conducta del cliente, y el saber
preguntar.
Las principales metas en esta fase son:
Desarrollo del vínculo
El terapeuta debería desarrollar una relación terapéutica con la familia.
Prestando especial atención los siguientes:
Crear y ofrecer alternativas acerca del proceso de terapia.
Resolver problemas en el sistema familia-terapeuta-equipo en el
momento en que aparecen. Para esto se requiere que los (as)
terapeutas dispongan de tiempo para las discusiones pre y post
sesión con el equipo y para discutir el proceso de terapia con la
familia.
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Otorgar el espacio de expresión para todos quiénes lo
demanden.
Es indispensable, en esta fase mantener especial atención a todos
los miembros del sistema que participan en la sesión, hayan éstos
logrado expresarse verbalmente o no; siempre se debe dar alguna
señal que permita que todos se retiren sintiendo que fueron
considerados, visualizados por quienes están a cargo de la sesión,
terapeuta y co terapeuta. Se sugiere activar expresiones como
“nos parece que XX ha realizado un gran esfuerzo en escuchar
silenciosamente todo lo que hemos abordado en al sesión…”, dirigiendo
la mirada hacia aquel miembro del sistema que no logró
expresarse verbalmente por ejemplo.
Es importante que tanto los (as) terapeutas como el equipo
observador registre las temáticas o conflictos que el sistema
familiar pone al finalizar cada sesión. Ello con el objetivo de
evaluar cómo abordar ello en las próximas sesiones.
Recopilación de la información y enfoque de la discusión
El (la ) terapeuta debería seguir recopilando información, poniendo énfasis
en situar el foco de la discusión en la sesión actual, de manera de poder
mirar con más detalle, o desde una perspectiva distinta, los temas que
surgieron de manera más amplia en las sesiones iniciales. El rol del (la)
terapeuta en el desarrollo de esta discusión es el de mantener el foco de la
discusión.
Es importante mencionar que el (la) profesional deberá centrase en:
Los problemas o dificultades actuales:
El (la) terapeuta debería seguir recopilando información sobre los
problemas o dificultades presentadas actualmente, poniendo
énfasis en las consecuencias y efectos de los comportamientos.
Además, deberían localizar las pautas de comportamiento y
retroalimentar a la familia acerca de las interacciones y secuencias
conductuales o emocionales que se están discutiendo o se
observan.
La familia y el sistema extenso:
La información sobre la familia y el sistema extenso es necesaria
para entender la información y las historias presentadas por la
familia. La recopilación de esta información debería ir
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disminuyendo con respecto a las sesiones iniciales. En la medida
en que el (la) terapeuta se hace más cercano con cada uno de los
miembros de la familia y sus roles, el foco de la información se
deberá dirigir hacia las interacciones.
Soluciones y Éxitos:
Durante esta fase el foco en los éxitos y soluciones disponibles
para la familia debería incrementarse. Es recomendable utilizar la
técnica de “entrega de algunas tareas de fácil resolución” de modo
de potenciar la capacidad de resolución en la familia.
Identificar y explorar las creencias:
El (la) terapeuta debería identificar y explorar los pensamientos, creencias,
mitos y actitudes de la familia, ya que éstos pueden estar contribuyendo a
sus dilemas o dificultades actuales. En esta parte del proceso terapéutico, el
(la) terapeuta debería estar empezando a hacerse una idea general de las
ideas y creencias que influencian el comportamiento de los miembros de la
familia. Visualizar el estilo de relación, quién asume la posición de liderazgo
y el poder, es un elemento para considerar en esta etapa.
Trabajar hacia el cambio a nivel de las conductas y creencias.
Para el logro de esta meta es necesario que el (la) terapeuta pueda al
menos realizar las siguientes acciones:
Confrontar las ideas y patrones existentes.
El (la) terapeuta debería moverse junto a la familia hacia una posición
en la que este sistema sea capaz de cuestionar sus propias creencias,
percepciones y sentimientos. El uso de preguntas circulares,
perspectivas alternativas y preguntas por un posible futuro pueden ser
de particular ayuda para lograr este objetivo.
Generar distancia entre la familia y el problema
Esto permite liberar a la familia de la presión de las dificultades, de
manera que puedan pensar y reflexionar sobre ellas. Una manera
específica de proveer de esta distancia y que además es muy útil
cuando éstas son vistas como localizadas en un solo miembro, es la
“externalización” del problema. Esto es, otorgarle al problema una
realidad externa y objetiva fuera de la persona. Lo que puede ser útil
para movilizar los recursos de la familia hacia la búsqueda de una
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solución o nuevas maneras de pensamiento.
Re-encuadre
Esto es, re-etiquetar de manera positiva las ideas y descripciones
entregadas por los miembros de la familia, en una manera que sea
consistente con sus realidades. Generalmente, las preguntas circulares
son las más útiles para generar re-encuadres con la familia.
Desarrollar nuevas historias o explicaciones
Ya sea mediante la facilitación de nuevas ideas o narrativas de la
familia o por la introducción de éstas por parte del terapeuta. Todos
los miembros de la familia tienen historias sobre sus vidas, las vidas
de otros miembros de la familia y la vida de la familia misma. Ellos le
darán importancia a cierta información del mundo que los rodea para
construir esas historias y negar otros aspectos.
Elicitar Soluciones:
Resulta de gran utilidad el recopilar información sobre las soluciones
que la familia ha intentado o que considerarían útiles para lidiar con
las dificultades. Las ideas generadas por ellos son usualmente las más
útiles, en ocasiones el (la) terapeuta (a) o el equipo puede ofrecer
ideas para empezar un proceso en el que la familia pueda generar sus
soluciones. Si esto es necesario, las ideas entregadas deberían ser
tentativas y lo suficientemente flexibles como para permitirle a la
familia estar en desacuerdo o construir a partir de ellas.
Amplificar el cambio:
Para maximizar el cambio o cambio potencial que está ocurriendo en
el transcurso de la terapia, será importante para el (la) terapeuta
poner atención a lo que la familia dice respecto a sus progresos.
Inicialmente estos aspectos pueden ser mínimos, o presentados por la
familia en una manera en la que se niega la magnitud del esfuerzo o
progreso que han logrado. El terapeuta debería enfocarse en las
descripciones de acciones en las que la familia pueda ser vista como
que ha iniciado o implementado un cambio, de una manera positiva y
respetando el nivel de confianza de la familia con respecto a que el
cambio ha ocurrido.
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Aumentar la experticia:
Promover en la familia la sensación de habilidad y control sobre su
situación, pensamientos y conductas. Esto debería permitir a los
miembros de la familia hacerse responsables de sus propios roles y
acciones, así como del proceso de cambio.
Introducir ideas del terapeuta o del equipo:
Pueden incluir las ideas e hipótesis del (la) terapeuta acerca de la
familia, un individuo, o las dificultades, con una variedad de fines,
entre ellos normalizar dificultades, movilizar a la familia hacia nuevas
ideas, conectar las ideas de la familia, sugerir nuevas maneras de
organizar la discusión.
Regreso a las metas y objetivos de la terapia
El (la)terapeuta debería volver al tema de las metas de la terapia, a medida
que ésta progresa o cuando éstas no se encuentran claras en las etapas
iniciales de la terapia o si las metas se han logrado, se pueden renegociar
para, por ejemplo, lograr un cambio a un nivel de sistema más amplio.
También se puede tomar la decisión de iniciar el proceso de término de la
terapia si las metas han cambiado debido a cambios en vida de la familia.
II.2.c.- Fase Final
En esta fase se deben consolidar los logros alcanzados durante las etapas
anteriores del proceso. Se inicia con la indicación del (la) terapeuta respecto a
que se acerca el final, seguida por un resumen de los contenidos tratados,
insistiendo en los aspectos potenciadores y de la comprensión del paciente
respecto de sus dificultades, y en su esperanza y autoconfianza.
Esta etapa culmina con la despedida formal, que consiste en los rituales sociales
habituales de una despedida. Se recomienda que sea breve y respetuosa, pero
cálida.
Las metas más importantes que el (la) terapeuta deberían considerar
en esta fase son
Recopilar información y enfocar la discusión
La recopilación de información, y el foco que se pone en la discusión de los
temas que la familia trae a terapia, aún siguen siendo importantes hacia el
final del proceso, aunque el énfasis que se le da puede ser diferente.
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Continuar trabajando hacia el cambio a nivel de conductas y
creencias.
Desarrollar la comprensión de las conductas y creencias por parte
de la familia
A medida que termina la terapia, será importante que el (la) terapeuta
trabaje con la familia sobre la compresión de las dificultades presentadas.
Esto puede ser útil para fortalecer en la familia la habilidad de reconocer y
resolver problemas en el futuro de una manera distinta. Para ello se debería
prestar atención a que éstos reconozcan sus pautas familiares de
comportamiento, las motivaciones detrás de los prejuicios, comportamientos
y sentimientos y modifique las reacciones de los miembros de la familia ante
las conductas de los otros.
Decisiones colaborativas de cierre
El momento apropiado para finalizar una terapia no siempre es evidente.
Con el fin de hacer del proceso de finalización una decisión colaborativa, el
terapeuta y el equipo terapéutico deberían estar alertas a una serie de
señales durante las sesiones que pueden estar indicando que la terapia está
cerca del cierre. Entre otras:
Retroalimentación positiva de parte de la familia:
La situación de la familia o los problemas que presentaron son
reportados como mejores o en proceso de mejora. Asimismo,
reportan haber hecho cambios en otras áreas de sus vidas.
Retroalimentación negativa sobre la terapia:
La familia reporta insatisfacción sobre la terapia, o el proceso que
están desarrollando. Esto suele presentarse a través de la
expresión del punto de vista de un miembro de la familia ausente
en la terapia.
El terapeuta nota cambios:
Dentro de ellas se encuentran ausencias de parte de la familia a las
sesiones, cambio en el nivel de involucramiento en la terapia,
cambios positivos en la manera en que la familia interactúa, etc. La
relación con la terapia puede cambiar, con la familia sintiéndose
más confiada en sus propias habilidades, recursos y soluciones,
otorgándole a esto la condición de cambio. Si finalizar la terapia
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parece ser lo apropiado, es importante que el (la) terapeuta
escuche los pensamientos e ideas que todos tienen acerca del
tema, y haga del proceso una decisión colaborativa. Para hacer
esto, el (la) terapeuta y el equipo terapéutico deberían compartir
sus impresiones acerca de terminar la terapia, entre ellos y con la
familia.
Revisión del proceso de terapia
Será útil para el (la) terapeuta invitar a la familia a hacer una revisión del
proceso de terapia. Esto puede ser útil para el equipo y la familia en relación
a la prevención de futuras dificultades, y para empoderar a la familia ante un
posible contacto con otros profesionales en el futuro.
III.- INTERVENCIONES
Los (las) terapeutas disponen de una gama de intervenciones para lograr el
proceso de cambio en su trabajo con la familia. Algunas de las técnicas que a
continuación se describen son las más comúnmente utilizadas a lo largo del
proceso, y varía a través del curso de ésta.
III.1.- LAS PREGUNTAS
Tal como se ha mencionado a lo largo de este protocolo una de las habilidades
más importantes del terapeuta es saber preguntar, ya que con ello podremos
lograr vincularnos a los miembros de la familia, evitamos la re-victimización y
avanzamos en el proceso de cambio, para esto es necesario tener las siguientes
consideraciones generales:
Las preguntas dirigidas personalmente al sujeto, empleando el vocativo
tú, usted o llamándolo por su nombre, tienden a generar respuestas
más fiables que si la pregunta se formula de manera abstracta.
Se recomiendan las formulaciones en afirmativo en vez de en negativo,
evitando además que el enunciado sugiera la respuesta y que éste sea
de alternativas cerradas
En caso de que la información que se busca sea extensa o compleja, se
sugiere formular las preguntas escalonadamente, recurriendo a varias
interrogaciones independientes entre sí.
Antes de formular una pregunta es necesario evaluar las posibilidades de
que el sujeto tenga conocimientos necesarios para responderla.
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El enunciado de una pregunta no debe ser, ni tan específico que pueda
dar lugar a una respuesta irrelevante, ni tan general que promueva una
respuesta estereotipada.
Es aconsejable disponer de enunciados alternativos para cada cuestión,
y emplearlos siempre que algún miembro de la familia dé muestras de
no captar el sentido de la pregunta.
Es por ello que existen distintos tipos de preguntas que contribuyen a
desarrollar de manera adecuada el proceso de intervención familiar tales
como:
Preguntas lineales directas: Comúnmente, son útiles para reunir y
profundizar la información entregada, especialmente al inicio de la
terapia. Las preguntas lineales también se pueden construir de manera
circular, al formular la misma pregunta (o similar) a los distintos
miembros de la familia. Ejemplo: ¿Cuántos años tiene?; ¿En dónde estudió?,
¿Qué hace Ud. cuando está enojado?, ¿Qué hace después de eso?, ¿Qué hace
para quedarse dormido?, ¿Cómo se está alimentando?, ¿Cómo describiría sus
sueños?
Las preguntas circulares Tienen como objetivo la observación de la
diferencia y son, por lo tanto, una manera de introducir nueva
información en el sistema. Son efectivas para aclarar las relaciones de
los subsistemas familiares y sus respectivas ideas. Los (as) terapeutas
pueden usar una variedad de preguntas circulares. El tiempo en que se
formulan las preguntas circulares frecuentemente cambia fluidamente
entre el pasado, el presente y el futuro y pueden ser referidas a :
Acerca del estado / comportamiento /creencia de otro
miembro del sistema: ¿Qué cree Ud. que XX está sintiendo
cuando le grita?
Que ofrecen perspectivas alternativas: ¿Qué piensa XX acerca
de su rendimiento escolar?
Sobre las relaciones directas- indirectas: ¿Cómo reaccionan
los niños cuando los ven a ustedes discutir?
Definiciones Circulares: ¿Cuando Ud. y XX empiezan a gritar, y
ZZ empieza a llorar? , ¿Qué hace XX a continuación?
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Acerca de Futuros Posibles: Qué pensará Ud. En 5 años? o la
pregunta del milagro: Imagine que Ud. despierta mañana por la
mañana, y todas las dificultades por las que atraviesa en este
momento han desaparecido. ¿Qué cosas serían distintas?
Preguntas de escala o grado: Quién es el que más se molesta
cuando no está presente el papá? y ¿Quién le sigue ? .En una
escala de 1 a 10, ¿Qué tan cercanos cree Ud, qué XX y ZZ se
sienten cuando pelean?
Por último, cabe señalar que aunque varios miembros de la familia serán
capaces de responder a preguntas circulares, y pensar acerca de la información
de manera circular, para los niños, niñas pequeños o aquellas personas con
dificultades de desarrollo puede ser cognitivamente imposible ponerse en el
lugar de otra persona.
III.2.-LAS DEVOLUCIONES
La realización de devoluciones tiene tres funciones principales que son aclarar y
reconocer lo comunicado por la familia, realizar un comentario sobre la posición
o estado emocional de un miembro de la familia e introducir ideas del (la)
terapeuta / equipo.-
Al realizar devoluciones, los (as) terapeutas se deberían asegurar de que éstas
no se extiendan demasiado ni que se conviertan en monólogos. Además,
deberían ser realizadas de manera en que estén abiertas a las preguntas o
comentarios de la familia, y que no sean vistas como conclusiones finales.
Algunas veces, las devoluciones son utilizadas como una manera de organizar
la información, previo a la formulación de alguna pregunta a la familia.
Ejemplo: Entonces, permítanme asegurarme de que he entendido. Ud. siente que si
dejara de salir totalmente, su papá y su mamá se asegurarían de que Ud. está a salvo.
¿Lo entendí bien?
El Equipo tras el espejo
La participación del equipo profesional observador tiene como uno de los
objetivos la introducción de ideas en la terapia, de una manera reflexiva.
Hay muchos modelos distintos para realizarlos, y por lo general se adaptan a
las necesidades y deseos de la familia.
Es así como este grupo de profesionales pueden incorporar sus sugerencias
al terapeuta durante la sesión de terapia o al final de la misma. Además
22
puede estar conformado por una o más personas de acuerdo a las
particularidades del caso y a las necesidades del sistema familiar.
Al ofrecer sus reflexiones a la familia, los miembros del equipo deberían
asegurarse de ser respetuosos con la familia y el (la) terapeuta,
manteniendo conexión con las ideas discutidas durante la preparación de la
sesión y con el lenguaje de la familia, no deben saturar a la familia con
demasiadas ideas.
Por otra parte es necesario que se le dé a la familia la oportunidad de
expresar sus comentarios acerca de las ideas y reflexiones del equipo,
obteniéndose retroalimentación por parte de ésta sobre cuán cómodos se
sintieron y cuán útil fue el proceso del equipo tras el espejo y las ideas que
el equipo compartió con ellos.
Intervención con niños, niñas y adolescentes
Es importante para los (as) terapeutas tener en mente las necesidades de
los niños, niñas y adolescentes en la sesión de terapia, las intervenciones
deberán estar formuladas de manera que calcen con el desarrollo de éstos,
tanto a nivel cognitivo como emocional.
El proceso y las reglas implícitas de la terapia pueden ser especialmente
confusas para los niños, niñas o adolescentes, y pueden provocarles
ansiedad. El vínculo se debe enfocar en los aspectos del mundo con los que
se siente familiar o le podrían gustar. Los (as) terapeutas deberían tener un
acercamiento amistoso, y no intentar traer a la mano temas que suelen
provocar ansiedad o derechamente temor Asimismo, podría ser necesario
explicar clara y explícitamente las partes del proceso terapéutico que el niño,
la niña o adolescente encuentre confusas.
Las preguntas deberán ser adaptadas, de manera que puedan entender el
significado de las mismas y el tipo de respuesta que se necesita. Esto puede
requerir del (la) terapeuta la entrega de ejemplos concretos o el uso de los
nombres de las personas a las cuales se refiere. Esto es particularmente
importante al formular preguntas circulares que requieran de la persona el
ponerse en el lugar de otro.
Los niños, niñas y adolescentes suelen utilizar distintos canales para
comunicarse, por lo que es importante que los terapeutas no utilicen
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únicamente canales verbales en su interacción con ellos. Por ejemplo los
dibujos o títeres, cartas, pueden ser útiles para permitirles comunicar sus
ideas.
III.3.-SOBRE LA PREPARACION DE LAS SESIONES:
Al preparar la sesión inicial de terapia, los (las) terapeutas deberían empezar
por discutir con el equipo la información con la que cuentan. Al momento de
decidir a quién citar para la primera sesión, se debería prestar atención a
quienes residen en el hogar del niño, niña o adolescente que son figuras adultas
significativas y/o protectores, qué personas se han identificado como miembros
importante del sistema familiar, se debe tener claridad sobre los eventos que
puedan impedir la presencia de una determinada persona y finalmente se debe
conocer qué otros sistemas profesionales están involucrados con la familia a
objeto de no sobre intervenir.
Trabajo pre y post sesión
El (la) terapeuta y el equipo observador deberían dejar al menos 15 minutos
antes y después de cada sesión, para preparar su reunión con la familia y
revisar los progresos de la terapia respectivamente.
En la pre- sesión los temas a tratar deberían incluir un resumen de los
principales problemas abordados en la sesión anterior, la información
obtenida, que necesite ser profundizada, señalar cualquier contacto que el
(la) terapeuta haya tenido con la familia o la familia extensa, las hipótesis,
temas o formulaciones que la familia esté aportando actualmente y
finalmente cualquier temática entre el equipo, el (la) terapeuta o la familia
que se considere deba ser tratada.
En la Post-Sesión se deberían dar ideas para las próximas sesiones, y temas
tratados previamente a los que se necesite volver, dar retroalimentación
hacia el (la) terapeuta, por parte del equipo, respecto de sus observaciones
y desde el (la) terapeuta al equipo observador.
Registro de sesiones
El equipo terapéutico debería realizar notas de sesión para cada encuentro
entre el (la) terapeuta y la familia. De esta manera, los registros pasan a ser
parte del proceso observacional de la terapia.
24
IV.-INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES EN LA INTERVENCIÓN
FAMILIAR
Es importante considerar que existen ciertas prácticas dentro de las sesiones a
las cuales el profesional interviniente y el equipo tras el espejo deberían estar
atentos ya que si bien no se deberían incluir en una sesión típica de terapia,
algunas veces puede que sea necesario utilizarlas, no perdiendo de vista el
marco de trabajo sistémico y contexto de derechos.
Por otra parte se debe poner especial consideración a aquellas situaciones en
que los procesos terapéuticos familiares podrían ser evaluados como
perjudiciales para alguno de los miembros de la familia, así como también tener
claridad de los casos que sí se pueden intervenir y trabajar con ellos, para
realizar los procesos oportunamente.
Dentro de las prácticas que mencionamos se encuentran:
Dar Consejos
En lo posible se evitará ofrecer consejos directos a la familia acerca de
sus interacciones o las dificultades por las que atraviesan. Si la familia
pide un consejo sobre un tema en particular, o si el (la) terapeuta siente
que el hacerlo puede ayudarles a conseguir sus metas, éste se puede
entregar de una manera no directiva y reflexiva. Las opciones deberían
ser presentadas como alternativas, de manera que la familia pueda tomar
sus propias decisiones.
Interpretación
Las interpretaciones psicodinámicas sobre el significado de los síntomas,
o las interacciones con relación a un individuo o trauma no son lo usual
para un terapeuta sistémico. Por el contrario, desde este modelo, los
significados son explorados en términos relacionales e interaccionales con
los miembros del sistema.
Práctica cerrada o poco transparente
Los terapeutas no deberían guardarse información acerca de su profesión
y la manera de pensar y entender las dificultades de la familia y cómo
ésta la enfrenta. Deberían intentar ser transparentes, explicando su
forma de trabajo al inicio de la terapia y durante todo el proceso.
25
Monólogos del terapeuta.
En el proceso de terapia, los terapeutas no deberían aleccionar o realizar
largos monólogos en sus interacciones con la familia. El proceso se
debería dar más bien compartiendo ideas entre el (la) terapeuta y los
miembros de la familia.
Aliarse únicamente con una persona
Al tomar una posición neutral, el (la) terapeuta no debería encontrarse
formando alianzas persistentes con una sola persona de la familia. A
veces será necesario, por razones éticas o terapéuticas, aliarse con uno
de los miembros de la familia, pero si la terapia continúa, este no debería
ser un estado permanente.
Trabajar con la transferencia
Los (las) terapeutas deberían prestar atención a los temas referidos a la
relación y el compromiso que se establece con los miembros de la familia
durante el proceso terapéutico, sin embargo no deberían utilizar la
transferencia como la principal herramienta de la terapia, como podría
ocurrir con otros modelos.
Poner atención al uso del lenguaje
Los (las) terapeutas no deberían pasar por alto el lenguaje utilizado por
los miembros de la familia, prestando atención tanto a las palabras como
a las frases utilizadas y los significados atribuidos a éstas.
Reflexiones
Las reflexiones del (la) terapeuta acerca de los temas expresados por la
familia deberían mantenerse en un mínimo. Al hacerlo, pueden ser
utilizadas para fortalecer el compromiso y desarrollar el sentimiento en la
familia de que está siendo escuchada y entendida. Deberían ser seguidas
por preguntas que demuestren interés por los temas presentados.
Posición polarizada
Los (las) terapeutas deberían evitar ponerse en una posición polarizada,
opuesta a la de la familia, o en una posición que propicie una escalada
hacia dicha posición. Los (as) terapeutas deberían pensar en cómo tomar
una posición que se conecte con las ideas de la familia, pero manteniendo
el debate sobre ésta. El equipo terapéutico detrás del espejo puede
ayudarle al (la) terapeuta a lograr esto, presentándole múltiples
26
perspectivas desde dónde poder entender la situación.
Aceptar las creencias sin confrontarlas
Los terapeutas no deberían aceptar ciegamente las creencias de la
familia. Por el contrario debe confrontarlas de manera de poder introducir
nuevas posibilidades y creencias no explotadas en el sistema.
Ignorar o desechar la información que contradiga las hipótesis
Los terapeutas no deberían ignorar o minimizar la información que pueda
contradecir sus propias ideas e hipótesis. Por el contrario, deberían darle
importancia y utilizarla para modificar o expandir las su trabajo.
Las hipótesis presentadas por la familia acerca de las dificultades que se
encuentran atravesando, o sobre el proceso terapéutico mismo, no
deberían ser ignoradas por el terapeuta.
Emociones no apropiadas o ignorar las emociones de la familia
Las emociones del (la) terapeuta deberían ser acordes con las de la
familia, y serán consideradas inapropiadas si son distintas por un período
extenso de tiempo. Puede haber ocasiones en que exista temporalmente
una emoción distinta a la familia y el terapeuta debería usarlas para
tomar una posición que le permita confrontar o cuestionar las ideas. Los
(las) terapeutas deberían prestar atención a las emociones que la familia
presenta durante la sesión y no obviarlas.
Ignorar las diferencias
Los (las) terapeutas no deberían ignorar las diferencias entre ellos(as) y
los miembros de la familia. Éstas pueden presentarse con respecto a
puntos de vista, creencias, género, habilidades, clases o raza, y deberían
ser expuestas por el terapeuta de manera sensible y abierta a una posible
conversación o exploración.
Por último es necesario destacar que los procesos de intervención familiar
pueden utilizarse en prácticamente todas las problemáticas a nivel
infantil, por lo que se presenta como un recurso importante para el
bienestar de los niños, niñas y adolescentes, sumado a esto se agrega
que se puede desarrollar también con aquellos problemas de la esfera
interpersonal, en las toxicomanías y adicciones, en los trastornos de la
alimentación, en afecciones psicosomáticas, en alteraciones psíquicas del
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adolescente y en muchas del adulto, así como en trastornos de
personalidad
Es necesario considerar que no es recomendable realizar esta modalidad
de intervención cuando se ha evaluado previamente un delirio paranoico
grave de algún miembro, en aquellos casos en los que el terapeuta sea
incompetente o sin experiencia, y finalmente cuando hay un alto riesgo
de suicidio en el que el (la) afectado (a) sienta que esta alternativa es un
escape a la presión familiar. En los casos de delitos (sexuales y maltrato
físico) no se debe exponer a la víctima al contacto con su agresor.
V.- El CONTRATO TERAPEUTICO
El contrato terapéutico es uno de los puntos de mayor importancia dentro del
proceso de terapia, ya que de éste depende, en gran medida, la claridad y
organización de los aspectos relacionales entre paciente y profesional.
Un contrato es un acuerdo de partes, es un trato, en donde cada uno deberá
especificar sus derechos y obligaciones. Es decir, los profesionales y los
miembros de la familia se responsabilizan y comprometen a cumplir una serie
de puntos que son explicitados en el acto de confección del contrato. En este
sentido, el contrato es una guía, un hilo conductor que pauta los pasos a
seguir.
El contrato no sólo pasa por una cuestión de contenido en función a los
objetivos de la terapia, sino que se erige como un modelo relacional. Es decir,
un modelo que los miembros de la familia pueden aprender para aplicar en
otras relaciones en otros contextos de su vida.
Por otra parte en este documento se debe especificar el lugar y la hora en
donde se desarrollará el trabajo, la autorización para el uso del espejo
unidireccional y la posible grabación de video, los pasos a seguir en el caso de
ausencia de la familia a sesión o los atrasos de las mismas.
Sobre estas bases mencionadas, el (la) terapeuta puede articular el diseño de
contrato, la claridad del mensaje y la búsqueda del acuerdo, son los elementos
que aseguran medianamente la estabilidad de la relación.
El (la) terapeuta, mientras plantea las diferentes pautas, mirará a los ojos del
paciente, buscará el gesto de asentimiento, se asegurará de que este
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comprendió con preguntas que cierren cada parte del mensaje incrementando
la penetrabilidad de lo que intenta comunicar.
VI.- ADMINISTRACION DEL ESPACIO FISICO Y EQUIPO AUDIVISUAL
La Sala de atención estará bajo responsabilidad de la jefatura técnica del
centro. Esta jefatura será las responsables de administrar el uso del espacio
físico y el mantenimiento del equipo, para estos efectos deberá nombrar a las
personas encargadas de dichas funciones.
Las jefaturas técnicas serán las responsables de llevar la agenda de uso de la
sala para la atención de familias y para programar las sesiones que serán
supervisadas en equipo.
Para la administración de sala se deberá contar al menos con un libro de
registro, que actúe como una agenda de asignación de uso del espacio y que
indique el estado de entrega del equipo técnico y del espacio. Para ello se
recomienda que se agende en reunión de equipo, la primera semana de cada
mes.
La jefatura técnica deberá remitir a la dirección del centro, un informe trimestral
del uso de la Cámara, así mismo remitirá copia de dicho informe a
Coordinador/a Uprode y Unidad de Administraciones Directas.
La solicitud para el uso de la sala se deberá realizar con una antelación de al
menos tres días; excepto cuando se trate de una circunstancia imprevista, en
cuyo caso podrá tramitarse de inmediato.
Cuando se requiera la grabación de la sesión, se deberá proveer el material de
grabación correspondiente, previa al inicio de la atención a las familias.
La jefatura técnica, deberá velar para que la sala esté a disposición del
solicitante puntualmente a la hora en que la misma fue asignada, para ello
deberá tomarse en cuenta los posibles tiempos intermedios entre las diferentes
sesiones programadas.
Para evitar la revictimización, no se interrumpirá la realización de una sesión
aunque la misma se extienda, para ello deberá tomarse en cuenta los posibles
tiempos intermedios entre las diferentes sesiones programadas
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Solamente las personas indispensables para realizar la sesión estarán
presentes tanto en la sala de entrevista como en la de observación.
Finalizada la sesión y en caso de que esta fuere grabada , la persona encargada
de la administración deberá entregar lo grabado al profesional responsable, de
lo cual se deberá dejar constancia en el cuaderno de registro a objeto de
conservar la cadena de custodia de la información.
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ANEXO 1: Contrato Terapéutico.
Con fecha ____________________ nos incorporamos al proceso de
intervención familiar en el CREAD______________________ y nos
comprometemos a:
a) Asistir regularmente a las sesiones fijadas para los
días________________ a las _______ hrs.
b) En el caso de no poder asistir en la fecha y tiempo indicado se avisará
con un día de anticipación a objeto de modificar la hora de atención.
Frente a situaciones de urgencia se llamará inmediatamente a
profesionales responsables de la atención de modo de tomar
conocimiento y reprogramar la atención.
c) Otorgar autorización para la observación de las sesiones de parte del
equipo de apoyo mediante el uso de la sala de espejo.
El profesional responsable de la intervención se compromete a:
a) Cumplir con la fecha y horario de atención fijados en frecuencia semanal.
b) Informar oportunamente a los miembros de la familia en el caso de no
poder realizar la atención programada y cambiar la hora de atención para
la inmediatamente disponible a objeto de asegurar la continuidad de las
sesiones.
c) Informar a la familia cada vez que se requiera de la observación y
apoyo de otros profesionales utilizando el espejo unidireccional.
Nombre y firma integrantes de la familia
-----------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------
Nombre y firma de equipo terapéutico
-----------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------
Fecha: _____________________
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ANEXO 2:
Carta de consentimiento de uso de video
Con fecha __________________damos nuestro consentimiento para el uso de
video grabación de las sesiones con el objeto de apoyar al equipo en el
desarrollo de la intervención con nuestra familia y para los fines de supervisión
y planificación de futuras sesiones así como para el desarrollo de investigación.
La confidencialidad siempre se mantendrá, y la revisión de estos videos estará
confinada a los miembros del equipo terapéutico o del Tribunal de Familia,
siempre que éste lo solicite vía oficio formal.
Todo el material grabado es guardado bajo llave, y se realizarán todos los
esfuerzos para asegurar su custodia. Se resguardará la identidad de la familia.
NOMBRE y FIRMA
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
___________________________________________
Miembros del Equipo Terapéutico
________________________________________________________________
________________________________________________________________
___________________________________________________
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BIBLIOGRAFIA
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y Adaptación Equipo de Psicología Sistémica Constructivista EPSIC
Departamento de Psicología, Universidad de Chile.
Guía de Abordaje del Derecho del niño, niña y adolescentes a ser oídos
ante Tribunales de Familia (2011). Documento de uso interno del
Tribunal de Familia de Melipilla.
Maurizio Andolfi. (1994.) “Terapia Familiar”. Paidós. Bs. As.
Marcelo Ceberio (2002). El Contrato Terapéutico.
http://www.escuelasistemica.com.ar.
Magdalena Rodríguez Martínez (1999). La familia multiproblemática y el
modelo sistémico. Revista Perspectivas Sistémicas.
Manuela Palomar Villenas y Esperanza Suarez Soto. Ensayo: El modelo
sistémico en el trabajo social familiar: Consideraciones teóricas y
orientaciones prácticas. Universidad de Salamanca.
Paul Watslawick y otros (1982) Cambio. Ed. Herdez, Barcelona.
Stefano Cirillo, Mateo Selvini, Ana Maria Sorrentino (2002) La Terapia
Familiar en los Servicios Psiquiátricos, Editorial Paidós. Barcelona.