Download - PRINCIPIOS DEL LIDERAZGO DE HUNTER
UNIVERSIDAD CATOLICA DE SANTA MARIA
POSTGRADO EN GERENCIA DE LA CONSTRUCCION
ASIGNATURA:
RECURSOS HUMANOS
TEMA:
1Analisis Critico de “LA PARADOJA”
Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo
REALIZADO POR:
SUSAN PATRICIA DIAZ BLANCO
NOVIEMBRE 2015
LA PARADOJA
Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo
Hunter, James
LA PARADOJA: Es una idea extraña opuesta a lo que se considera verdadero a la
opinión general. También se considera paradoja a una proposición en apariencia falsa o
que infringe el sentido común, pero no conlleva una contradicción lógica, en
contraposición a un sofisma que solo aparenta ser un razonamiento verdadero.
En retórica, es una figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases
que implican contradicción.
El libro “La paradoja” explica el liderazgo, presentando situaciones contradictorias,
tomadas de la realidad y contrastadas, dando lugar a conceptos prácticos y adaptables.
El libro nos relata la historia de fracaso y triunfo de John, un Director General de una
empresa de producción de vidrio plano. Que aparentemente era muy feliz y tenía lo que
todo hombre quisiera tener, pero que en su interior se sentía fracasado, vacío y solo.
Incluso su vida familiar estaba en crisis; y las decisiones egoístas que había tomado lo
estaban llevando a ser irreconocible en su propio espejo. Su orgullo lo estaba cegando y
no reconocía que necesitaba ayuda, ni tampoco sus errores y defectos; que poco a poco lo
estaba llevando a perderlo todo.
Es entonces, que Rachael preocupada por esta situación le aconseja visitar la iglesia en
busca de una guía y una solución. Y John al no querer perder lo que más amaba en el
mundo, su esposa, accede a hablar con el pastor que lo invita a un retiro de reflexión
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acerca del liderazgo dado por Lenn Hoffman, un exitoso empresario líder, que
actualmente era un pastor de nombre Simeon. Simeón le mostraría una nueva perspectiva
de liderar; un líder para servir con autoridad, amor, voluntad y humildad a los
demás. En conjunto se encontraban otros seis personas que al igual que John eran líderes
de sus respectivas organizaciones y juntos compartirían nuevos conocimientos,
experiencias, inquietudes y opiniones acerca de los principios de Liderazgo. Y ahí inicia
el aprendizaje…
“Un líder no nace, sino que se hace” y es posible aprender los comportamientos y
habilidades necesarias. Todos podemos ser líderes en nuestras vidas y si realmente lo
deseamos y practicamos los principios básicos que se exponen. Sólo se requiere mucho
esfuerzo de la persona para poder modificar o mejorar los comportamientos innatos.
Simeon trata de introducir dentro de cada uno de sus alumnos un nuevo paradigma, un
nuevo modelo de liderazgo basado en el servicio. Para ello primero describiré los
principios del liderazgo explicadas por el maestro Simeon:
Simeon en su primera clase define al líder y el liderazgo; dice que líder es una vocación
de lo más alto, ya que requiere un tremendo esfuerzo personal. Y hace notar la diferencia
entre un líder y un gerente, entre liderazgo y gestión. La gestión no es algo que hagas
con la gente, se gestionan cosas, se lidera a la gente; la gestión es solo para objetos pero
el liderazgo es para los humanos
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Liderazgo: el arte de influir en la gente para que trabaje con entusiasmo en la
consecución de varios objetivos en pro del bien común. Un arte es simplemente una
destreza aprendida o adquirida. El liderazgo, el influenciar a los otros, consiste en una
serie de destrezas que cualquiera puede aprender y desarrollar si une al deseo apropiado
las acciones apropiadas.
El papel del líder es que su vida signifique algo realmente en la vida de los otros. Por ello
debe ser consiente que sus decisiones afectaran a sus colaboradores
Para entender la labor de un líder, de cómo debe actuar para poder influir en la gente,
Simeon define dos conceptos que muchas veces llegan a confundirse, pero que son muy
diferentes el Poder y la Autoridad.
Poder: La capacidad de forzar o coaccionar a alguien, para que éste, aunque preferiría no
hacerla, haga tu voluntad debido a tu posición o tu fuerza.
Las personas con poder tienen una posición privilegiada, superior a otros y que supone
tener la fuerza y la capacidad total de tomar decisiones por los demás; imponiendo sus
ideas y desmotivando el desarrollo de sus colaboradores.
Autoridad: El arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que tú quieres
debido a tu influencia personal.
La autoridad por el contrario se realiza de manera voluntaria sin necesidad de recurrir a la
fuerza o al poder. Debido a que la autoridad se desarrolla en la persona en base a su
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manera de comportarse ante el mundo, por su manera de motivar e inspirar a otras
personas con sus ideas y sus actitudes.
A partir de estas definiciones podemos apreciar que el poder deteriora las relaciones
humanas, y la influencia; por ello tiende a fallar, ya que siempre el sometido se cansara y
se revelara. Mientras que la autoridad, es alguien que te inspira confianza, ejemplar, que
se preocupa por tus necesidades, comprometido, atento, responsable, respetuoso y
positivo; por todo ello, te inspira respeto y devoción, por lo cual lo apoyas y confías en
sus decisiones.
Un verdadero líder debe conseguir que sus subordinados hagan su voluntad a través de la
autoridad y no del poder ya a que a través del poder coaccionamos a alguien, para que
éste, aunque preferiría no hacerla, haga nuestra voluntad, debido a nuestra posición o
fuerza, mientras que con la autoridad la gente actúa voluntariamente y por la influencia
personal. Uno no elige libremente acatar el poder, porque hay una amenaza, pero sí elige
más libremente seguir la autoridad. El poder desgasta las relaciones al crear esta tensión.
En cambio la autoridad se crea con las relaciones.
Pero como hacer que las personas cumplan sus tareas sin descuidar las relaciones
humanas. Los grandes líderes de verdad poseen el arte de construir relaciones que
funcionan; ya que sus colaboradores confían en él. La confianza es lo que permite
cimentar los distintos elementos de una relación.
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Para lograr un buen liderazgo en el mundo de hoy, es importante que reconsideremos
continuamente nuestros paradigmas respecto a nosotros mismos, al mundo que nos rodea,
a nuestras empresas y a otra gente. Además nuestros paradigmas nos dan una perspectiva
diferente del mundo, no vemos el mundo tal y como es, vemos el mundo tal y como
somos.
Paradigma; bien, es una buena palabra. Los paradigmas son sencillamente patrones
psicológicos, modelos, mapas que nos valen para no perder el rumbo en la vida. Nuestros
paradigmas pueden ser útiles e incluso pueden salvamos la vida si hacemos un uso
apropiado de ellos. Pero también pueden llegar a ser peligrosos si los consideramos
verdades inmutables que valen para todo, y los utilizamos como filtros de la información
nueva y de la mudanza de los tiempos a lo largo de nuestra vida. Aferrarse a paradigmas
obsoletos puede paralizamos mientras el mundo avanza.
Es necesario mejorar continuamente tanto para las personas como para las
organizaciones, porque nada en esta vida es permanente, pero no es posible mejorar sin
cambiar. El cambio nos hace salir de un ámbito que nos resulta cómodo y nos obliga a
hacer las cosas de modo diferente, y eso es duro. No dar por sentadas las cosas nos obliga
a replanteamos nuestra posición, y eso siempre es incómodo. Es importante tener un
espíritu animoso, poner en cuestión las cosas y hacer preguntas, así abres el camino.
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Sin embargo la mayoría de las personas, para no tener que aguantar la incomodidad y el
duro esfuerzo de ir progresando, se conforma con permanecer aferrada a sus pequeñas
rutinas. En en el ámbito empresarial por ejemplo, un paradigma que predomina es el de
gestión de estilo piramidal, con una organización vertical, es un concepto muy antiguo
que heredamos de épocas guerreras y monárquicas. Donde, los consejeros delegados y
presidentes van arriba, luego siguen los vicepresidentes, los directores, los supervisores y
los asociados. Pero y los clientes, que son los mas importantes, se encuentran como los
enemigos; por lo que el mensaje que se hace llegar a la organización es erróneo, la gente
está más pendiente del de arriba que del de abajo, y lo que le preocupa es tener al jefe
contento. Y mientras todos se esfuerzan en tener contento al jefe, ¿quién se ocupa de
tener contento al cliente? porque si no se sirve al cliente y no se le tiene contento.
Para esto Simeón explica un nuevo paradigma piramidal invertido, en el cual, el cliente
arriba del todo; los que estarían más cerca del cliente serían los asociados o los
empleados, que se apoyarían sobre los supervisores de primera línea y el resto. Una
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organización enfocada a servir al cliente que está arriba del todo, una organización
donde, tal como describe la pirámide invertida, los empleados en primera línea están
realmente dando servicio a los clientes y asegurándose de que se están satisfaciendo sus
legítimas necesidades. Y supón que los supervisores de primera línea empiezan a
considerar a sus empleados como clientes suyos, y se ponen a identificar y satisfacer sus
necesidades. Y así sucesivamente en toda la pirámide. Esto obligaría a todos los mandos
a asumir una nueva mentalidad, un paradigma nuevo, y a reconocer que el papel del líder
no es mandar y dominar al de la casilla de abajo. El papel del líder es más bien servir; tal
vez ponemos al servicio de los otros sea la mejor manera de dirigir. Tal vez dirigimos
mejor sirviendo.
Servir es la función principal y esencial que debe cumplir un líder; es decir, identificar y
satisfacer las necesidades legítimas de su gente y quitar todo obstáculo para que ellos
puedan servir al cliente.
Pero hay demasiados ejecutivos que no sólo no quitan los obstáculos, sino que son ellos
mismos un obstáculo permanente.
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Pero no debemos confundir las necesidades con deseos, servir como un líder no significa
que deba identificar y satisfacer sus deseos, que deban ser esclavos. Los esclavos hacen
lo que los otros quieren, los servidores hacen lo que los otros necesitan. Un deseo es una
apetencia que no se para a considerar las consecuencias físicas o psicológicas. En cambio
una necesidad es un requisito físico o psicológico para el bienestar de un ser humano.
Según Maslow, un psicólogo que estudio las necesidades del hombre y las puso en una
pirámide, el nivel más bajo de necesidades tiene que estar satisfecho antes de que las
necesidades del nivel siguiente se vuelvan motivadoras.
Traducido a una empresa por ejemplo, podríamos decir que, en el escalón más bajo, esta
pagar un salario justo y un seguro que satisfaga las necesidades de alimento; agua y
abrigo. El segundo nivel están las necesidades de seguridad y protección, que podrían ser
unas condiciones de trabajo seguras y establecimiento de límites y normas. Una vez que
esas necesidades han sido satisfechas, lo que se convierte en elemento motivador es la
identificación y el amor; la necesidad de formar parte de un grupo saludable en el que
poder mantener relaciones sanas y admitidas. El siguiente elemento motivador es la
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autoestima, que incluye la necesidad de ser valorado, tratado con respeto, animado, el
reconocimiento, los premios. Por ultimo esta, la realización personal, lo mejor que uno
puede ser, o que uno es capaz de llegar a ser; como ser el mejor empleado. El líder
debería empujar y animar a su gente a dar lo mejor de sí misma.
De aquí, podemos entender que el líder debe servir a las personas para que sus
necesidades legítimas se satisfagan y así lleguen a los niveles más altos de motivación.
Para ello, toda persona debe ser: escuchada, hacer que sus opiniones, su creatividad e
innovación valgan; poder crecer y desarrollarse y tener poder de decisión. Un líder
empresarial por ejemplo, debe estar en contacto con el mercado para saber que necesita.
Se requiere compromiso con un logro. El logro de satisfacer necesidades propias y ajenas
sirviendo
Una lección importante de la que nos habla Simeon es sobre la importancia de las
opiniones contrarias a las nuestras. Un líder debe estar abierto a diferentes puntos de
vistas, para de esta manera tener un pensamiento crítico con ideas realmente únicas, que
puedan innovar y motivar al cambio.
El líder que es crítico, motiva a otros con sus ideas y de esta manera ejerce una autoridad.
Además fomenta las capacidades individuales de cada individuo sin reprimirlos y sin
apoderarse de sus pensamientos y voluntades. Es decir, para ampliar nuestros niveles de
conocimiento, debemos comprender que necesitamos de aquellos que presentan un
pensamiento diferente al nuestro para que de esta manera no nos estanquemos, no
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quedarnos con un paradigma congelado en el tiempo y que no nos deja desarrollar nuestra
autonomía que es indispensable para lograr el equilibrio.
Una vez que definimos y analizamos lo que es ser un líder con autoridad se nos presenta
un término el servicio, donde Simeon nos habla de Jesucristo y su liderazgo de largo
alcance. Jesus dijo que, para ser el primero, sencillamente había que tener voluntad de
servicio, un liderazgo de servicio. Es decir que la influencia, la autoridad, se fundan en el
servicio
Este liderazgo de largo alcance, que aguanta la prueba del paso del tiempo, tiene que
construirse sobre la autoridad. Jesús no hizo nunca uso de un estilo de poder, porque Él
no tenía poder. Pero Jesús tuvo una gran influencia, y su capacidad de influenciar a la
gente llega hasta nuestros días. La autoridad siempre se funda en el servicio y el
sacrificio.
Otros ejemplos admirables de nuestros días acerca de este liderazgo son: Gandhi, la
Madre Teresa de Calcuta y King. Ellos sacrificaron su vida en el servicio de la
consecución de un objetivo más grande.
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Gandhi por ejemplo, afirmó tranquilamente que conseguiría la independencia de su
pueblo sin recurrir a la violencia. Y lo consiguió atrayendo la atención mundial sobre la
India, de forma que otros pudieran empezar a ver lo injusto de aquella situación. Les dijo
a sus seguidores que tendrían que sacrificarse en el servicio a la causa de la libertad, pero
que gracias a ese sacrificio podrían empezar a tener influencia sobre la opinión mundial
que estaba pendiente de ellos. Él mismo prestó grandes servicios y tuvo que hacer
grandes sacrificios por la causa. Fue hecho prisionero y apaleado por sus acciones de
desobediencia civil. Se sometió a ayunos terribles para llamar la atención sobre la
situación de la India. Lo hizo gracias a su capacidad de influencia.
A partir de este análisis concluimos que cada vez que servimos a los demás y nos
sacrificamos por ellos, fortalecemos nuestra autoridad. No es más que la Ley de la
Cosecha. Se recoge lo que se siembra. Si tú me sirves, yo te serviré. Si tú estás dispuesto
a cualquier cosa por mí, yo estaré dispuesto a cualquier cosa por ti. Es como cuando
alguien nos hace un favor, nos sentimos automáticamente en deuda con él.
Por último, el servicio y el sacrificio se fundan en el amor, no como un sentimiento; sino
como un verbo que describe un comportamiento «obras son amores»; el amor se funda
siempre en la voluntad.
El amor según Ken Blanchard, autor de un pequeño gran clásico, El ejecutivo al minuto:
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INTENCIONES - ACCIONES = CORTEDAD
Intenciones menos acciones igual a cortedad. Las mejores intenciones del mundo
reunidas no valen nada si no van seguidas de acciones.
INTENCIONES + ACCIONES = VOLUNTAD
Intenciones más acciones igual a voluntad. Sólo cuando nuestras acciones son
consecuentes con nuestras intenciones nos convertimos en gente consecuente y en líderes
consecuentes.
En resumen en este nuevo modelo se presenta el liderazgo en una pirámide invertida
fundada en la voluntad, que es la única capacidad que, como seres humanos, tenemos
para que nuestras acciones sean consecuentes con nuestras intenciones y para elegir
nuestro comportamiento. Con la voluntad adecuada, podemos elegir amar, verbo que
tiene que ver con identificar y satisfacer las legítimas necesidades, no los deseos, de
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aquellos a los que dirigimos. Al satisfacer las necesidades de los otros, estamos llamados,
por definición, a servirles e incluso a sacrificamos por ellos. Cuando servimos a los otros
y nos sacrificamos por ellos, estamos forjando nuestra autoridad o influencia. Y cuando
forjamos nuestra autoridad sobre la gente, entonces es cuando nos ganamos el derecho a
ser llamados líderes.
El servicio y el sacrificio son capacidades físicas porque son las acciones que representan
nuestra voluntad e intención. Implican actuar según el dictado de nuestros pensamientos
y sentimientos. Mediante el servicio hacemos que las cosas que queremos ocurran. Para
ello debemos sacrificarnos. Pero el sacrificio no es algo malo o doloroso, es sólo tener la
disciplina para subordinar lo bueno que deseamos hoy a cosas que pueden gustarnos o no,
y al final, alcanzaremos en lo que nos habíamos empeñado. Por consiguiente, hay que ser
pragmáticos, es decir, adecuarse a la realidad, objetiva y racionalmente.
Un dato interesante que menciona Simeon es la deficion del amor ”agape” que es el amor
como comportamiento y elección. En la Biblia, el Nuevo Testamento el amor se define
como paciente, afable, no es jactancioso ni engreído, no es grosero, no busca lo suyo, no
lleva cuentas del mal, no se regocija con la injusticia, sino con la verdad, todo lo sufre,
todo lo soporta.
Una definición más realista que puede ser aplicada al liderazgo; ya que, no siempre
puedo controlar mis sentimientos hacia los demás, pero lo que sí puedo controlar es mi
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comportamiento hacia los demás. Cuando Jesus dijo «amar al prójimo» se estaba
refiriendo a que había que tener sentimientos personales positivos hacia el prójimo.
Así el amor en el liderazgo, no consiste en lo que sientes por los demás, sino en lo que
haces por ellos. El hecho de dar lo mejor de uno mismo por los demás, identificando y
satisfaciendo sus legítimas necesidades. Sin embargo, es importante querer y/o sentir
afecto por las demás personas, con la finalidad de exista armonía en todos los ámbitos,
para poder llevar a cabo metas comunes. Cuando se siente afecto por las personas, estas
asumen un compromiso de ser auténticas, creando un ambiente óptimo en el medio donde
estos se encuentren.
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Es importante que un líder, determine las condiciones por las cuales se quieren que
funcionen las cosas. Y nuestro comportamiento y forma de pensar siempre va a estar
determinado por 2 factores claves: Factores genéticos y el ambiente. Existen factores
genéticos que influyen en nuestra conducta, pero la psicología humana es muy compleja
como para limitarla a factores hereditarios. Por ello, el entorno es un factor que influye de
manera directa en nuestros esquemas mentales, nuestra personalidad y todo nuestro
sistema de creencias, pues dependiendo de lo que percibimos nuestro cerebro va
almacenando información y comenzamos a hacer relaciones entre los esquemas
aprendidos.
Simeon dice que es necesario crear un ambiente sano en el que la gente pueda crecer y
prosperar. El lider debe motivar, influye en las elecciones que se hacen. Por ello
debebemos tener en cuenta que todo lo que hace el líder se constituye en mensaje. Un
psicólogo conductista asegura que por cada reintegro en vuestra cuenta con alguien,
hacen falta cuatro ingresos para equilibrar otra vez la cuenta. Ya que todos tenemos
tendencia a ser especialmente sensibles, por mucho que aparentemos mucha calma.
En una empresa el líder debe apreciar y recompensar el éxito, lo que no sólo da a las
personas una sensación de éxito, sino que también las hace sentir que pertenecen a una
organización que se preocupa por ellos. Cuando se ha hecho todo esto, el trabajo se
convierte en algo motivador por sí mismo.
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Sin embargo, un líder puede crear la fricción necesaria, pero que la gente cambie depende
de una elección que no está en nuestras manos. Lo más que podemos hacer es
proporcionar el ambiente adecuado y la presión necesaria de forma que la gente pueda
elegir cambiar y crecer.
El comportamiento de un líder influye sobre sus ideas y sentimientos. Cuando, como
seres humanos, nos comprometemos a dedicar nuestra atención, nuestro tiempo, nuestro
esfuerzo y demás recursos a alguien o a algo, con el tiempo vamos desarrollando
sentimientos hacia el objeto de nuestra atención. Los psicólogos dicen que nos apegamos
a él, nos quedamos «enganchados».
Para desarrollar como líderes, un buen comportamiento, mejores hábitos y destrezas
Simeón destaca las cuatro etapas, en la primera la etapa, inconsciente e inexperto, se
desconoce el comportamiento o hábito en cuestión. No se está interesado en aprender esa
nueva destreza en la que, por supuesto, se es inexperto. Segunda etapa Consciente e
inexperto, se es consciente de un nuevo comportamiento, pero aún no se ha desarrollado
las destrezas necesarias para hacerlo posible. Tercera etapa, consciente y experimentado,
en esta etapa ya has adquirido las destrezas y te encuentras cada vez más a gusto con el
nuevo comportamiento o con las nuevas técnicas. En esta etapa un líder no necesita
intentar ser buena persona, porque es buena persona. El comportamiento resulta natural.
Y por último la cuarta etapa, inconsciente y experto, ya no es necesario pensar siquiera en
lo que debes cambiar, es natural.
Con este análisis de las cuatro etapas del cambio, podemos ser mejores líderes y aplicar
los principios del liderazgo a nuestra vida. El liderazgo empieza por una elección, por
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ello es una responsabilidad que voluntariamente aceptamos. Nosotros mismos somos
dueños de las decisiones y decidimos que queremos ser, líderes o no, cada quien es capaz
de conocer sus capacidades a plenitud y determinar si quiere desarrollarlas, de acuerdo a
sus propios intereses de cambio. Igualmente, es importante cultivar esas capacidades y
valores intrínsecamente, lo cual a medida que ello se practique, no se necesitará
premeditación en las acciones que se realicen, pues serán ya parte del líder.
Simeon nos dice que una vida disciplinada de liderazgo fundado sobre la autoridad
equivale a un ideario personal. Todos deberíamos tener un ideario personal que hable de
lo que somos y de por qué luchamos. Alguien dijo una vez que si no luchamos por algo
nos dejaremos vencer por todo.
Para ser líder sólo se necesita “cambiar” y tener disposición para hacerlo. Así también
Simeón, nos recuerda el principio de la percepción selectiva, por el cual cada persona ve
y encuentra lo que está buscando. También está ello relacionado con los paradigmas que
tengan, en este caso con respecto a la felicidad, el esfuerzo y el amor. Si realmente
aplicamos estos principios tendremos grandes compensaciones. Y sabemos que las
mejores recompensas requieren de disciplina, esfuerzo y dedicación para poder ser
logradas con éxito.
Como Simeón dice: no sé cuál es nuestro destino, pero de una cosa estoy seguro: los
únicos que conseguirán ser realmente felices serán aquellos que hayan intentado ver en
qué forma podían servir y que hayan dado con ella. El servir nos hace crecer como
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personas; nos sentimos mejor porque salimos de nuestra naturaleza egocéntrica;
reconocemos que no estamos solos en el mundo y nos damos cuenta que nuestra felicidad
también depende de la felicidad del prójimo.
En conclusión el papel del líder es que su vida signifique realmente algo en la vida de los
otros.
Solo debemos dar el primer paso…
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