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INT. CUARTO. DÍA
ALBERTO (22) y JUANA (24) están en el cuarto del primero. Una
persiana impide que la luz de sol entre por completo desde la
ventana. Una cama matrimonial, un buró y una mesa de noche
decoran el cuarto junto con un tapete, un sillón, un librero y
una lámpara sobre la mesa de noche. El cuarto de Alberto es
muy ordenado y tiene a la vista peluches, fotos viejas y demás
artículos de ex-novias. Alberto y Juana están teniendo sexo
encima de las sábanas de la cama. Juana se agarra el cabello
con una mano mientras estruja las sábanas con la otra.
JUANA
¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!
Alberto está encima de Juana en posición del misionero. Un
leve sonido acuoso se escucha con cada movimiento pélvico de
Alberto. Alberto jadea fuertemente al igual que Juana mientras
le estruja un seno.
INT. CUARTO. DÍA
Juana se encuentra arriba de Alberto mientras éste la sigue
penetrando. Gemidos medianos se escuchan por parte de Juana
mientras se agarra sus pechos al mismo tiempo que Alberto
sigue jadeando fuertemente. Alberto va cada vez más y más
rápido, agarra fuertemente el trasero de Juana mientras se
encarga él del movimiento. Juana gime cada vez un poco más
fuerte.
Alberto gime dando a entender que pronto se vendrá.
JUANA
¡No mames! ¡Adentro no!
Alberto saca su miembro. Al sentir esto Juana se hace más
hacia arriba para cerciorarse de que no se venga dentro de
ella. Alberto gime con gran alivio al mismo tiempo que Juana
intenta quitar su cara del camino de unas gotas del semen de
Alberto. Una vez terminado los dos, Juana se recuesta encima
Alberto. Los dos jadean pausado por unos instantes. Alberto
huele el cabello de Juana hondamente mientras ella resopla en
su pecho.
Juana se sienta al borde de la cama entre Alberto y la mesa de
noche, voltea a ver de reojo los cigarrillos en la mesa y los
agarra junto con el encendedor de Alberto. Saca dos cigarros
ofreciéndole uno a Alberto.
2.
ALBERTO
Gracias.
Juana enciende su cigarro y le pasa el encendedor a Alberto;
él enciende su cigarro. Juana se levanta para tomar un pañuelo
desechable sobre el escritorio y limpiarse. Aprovecha para
revisar los LP's de Alberto mientras que éste se estira por
unas almohadas para recostarse. Juana le arroja la caja de
pañuelos a Alberto, éste atrapándola sin problema alguno, elige el LP "La Revancha del Tango" de Gotan Project para
reproducir y comienza la canción "Queremos Paz".
Juana se recuesta al lado de Alberto, quien está terminando de
limpiarse. Automaticamente Alberto se acerca a Juana para
acurrucarse con ella. Ésta se acerca con gran incomodidad.
Alberto comienza a besar el hombro de Juana, pero ella no
responde, sólo se queda viendo a su cigarrillo consumirse
mientras lo fuma. Su mirada refleja cansancio. El silencio se
apodera del cuarto por unos segundos. Al ver que sus esfuerzos
son inútiles, Alberto se le queda viendo a Juana y se vuelve a
recostar mirándola fijamente.
ALBERTO
¿Estás bien?
Juana voltea a ver a Alberto a lo ojos y guarda silencio un
momento. Se voltea hacia la mesa de noche para tirar su ceniza
en el cenicero.
JUANA
Sí.
Alberto impide que Juana pueda tirar su ceniza agarrándola del
brazo.
ALBERTO
¿Segura?
Juana le sonríe delicadamente a Alberto manteniendo una mirada
seria.
JUANA
Segura.
Juana desvía la mirada y fuma su cigarrillo, se estira a tirar
la ceniza. Contiene la respiración brevemente y exhala
largamente. Alberto la mira torciendo la boca, fuma su
cigarrillo y estira su brazo para tirar su ceniza,
aprovechando para poder acercarse a Juana; ella le ve seria.
Juana se vuelve incorporar levemente viendo hacia el techo.
Alberto acaricia delicadamente con la punta de sus dedos el
dorso de la mano libre de Juana. Ella voltea a verlo. Juana
toma la almohada debajo de ella y se acomoda alejándose un
poco de Alberto; se ve incomoda.
3.
Juana acomoda nuevamente su almohada para poder mirar el techo
mientras fuma. Alberto vuelve a acariciar su mano. Juana le da
un manotazo a Alberto impidiendo que éste siga acariciando.
JUANA
¿No te puedes estar quieto un
momento?
Juana voltea dándole la espalda a Alberto. El silencio
prevalece. Alberto se aproxima a Juana y la toma de hombros
hablándole a su nuca.
ALBERTO
Juana, ¿por qué has estado tan
diferente? Si no quieres hablar lo
comprendo pero también está del
nabo que me trates así.
Juana no responde, el silencio prevalece un par de segundos.
Alberto se acerca a la nuca de Juana para poder hablar con
ella de una forma más íntima.
ALBERTO
Vamos, ¿por qué no dejas que
ayude? Prometo que todo mejorará.
Juana voltea a ver a Alberto a los ojos muy molesta. Se
incorpora y se sienta; Juana se toma unos breves segundos,
mira a Alberto y lo agarra de su brazo.
JUANA
Alberto, soy lesbiana.
Alberto voltea a ver a Juana sorprendido al mismo tiempo que
se aleja lentamente de ella quitando su brazo.
INT. CUARTO. ATARDECER
Juana y Alberto se encuentran aún desnudos cada uno con un
cigarro; están sentados en la cama separados. Alberto está
inclinado hacia enfrente apoyando sus codos sobre sus rodillas
mientras sostiene su cabeza. Juana está con las piernas
cruzadas mientras se recarga en la pared y tiene un cenicero
hecho de una lata poco usado. El LP tiene rato que ha
terminado y se puede escuchar la tornamesa rechinar mientras
gira libre.
JUANA
¿Ya vas a decir algo o no?
Alberto reacciona molesto al escuchar a Juana.
4.
JUANA
¿No?
Alberto responde toscamente a Juana.
ALBERTO
¿Pues qué quieres que diga?
Juana mira con decepción a Alberto guardando un breve momento
de silencio; mira hacia abajo un segundo y se acomoda en la
cama abrazando sus piernas mientras sigue fumando. Desvía la
mirada de Alberto. Nadie dice nada por unos momentos. Alberto
irrumpe abruptamente, se ve agitado. Mira a Juana.
ALBERTO
¡Verga! Esque güey-
Alberto se queda pasmado unos segundos. Juana lo mira
confundida. El rechinido de la tornamesa se hace un poco más
notable.
ALBERTO
No mames, Juana. ¿Quá chingados te
pasa?
Juana se inclina hacia atras sorprendida por lo que acaba de
escuchar.
JUANA
¿Perdón?
Alberto resopla el aire sarcásticamente y se encoge levemente
de hombros.
ALBERTO
O sea, ¿cómo pitos puedes estar
pensando en eso justo después de
coger conmigo?
Juana se relaja, mira a Alberto seriamente. Se rasca
brevemente la frente.
JUANA
Ay, Alberto, relájate un chingo;
esto no tiene nada que ver
contigo. No es como que lo hayas
metido mal y de repente yo dijera
"ah, creo que siempre sí". Sólo lo pensé.
Alberto exhala bruscamente mientras soba sus ojos, frente y
cabeza con las palmas de sus manos. Alberto se levanta.
5.
ALBERTO
Verga, Juana.
Los dos fuman de su cigarrillo mientras la conversación
aumenta.
JUANA
Mta madre, sabía que te ibas a
poner así.
Alberto mira a Juana molesto. El rechinido de la tornamesa se
hace más notable.
ALBERTO
Ay, no mames, ¿cómo querías que
reaccionara?
Juana frunce el ceño. Alberto da unas vueltas por el cuarto
mientras termina de fumar su cigarro.
JUANA
Pues que no te pusieras como un
pinche loco hubiera estado bueno.
Alberto apunta con el dedo a Juana al mismo tiempo que da un
paso enfrente.
ALBERTO
Juana.
JUANA
Ay, ¿qué? Es la verdad, además no
sé por qué te molestas tanto.
Créeme que no paso muy
inadvertida.
ALBERTO
¡Ah! ¿Cómo no me di cuenta? Ya me
siento mucho mejor. ¡Qué bueno ser
el único pendejo que no ve las
cosas!
Juana se levanta. Se acerca a Alberto tratando de verlo a los
ojos pero éste le da la espalda alejándose de ella.
JUANA
Ya, cabrón, sólo estás empeorando
esto.
Alberto se apoya con el marco del clóset; se puede ver que el
interior de éste está desarreglado. Mira a Juana a los ojos.
ALBERTO
A ver, explícame ¿qué es "esto"?
6.
Alberto coloca las manos sobre su cadera.
JUANA
¿Cómo que "qué es esto"?
ALBERTO
Ajá, ¿soy tu amante?
Alberto se acerca levemente a Juana
JUANA
N-no, no eres mi amante, er-
ALBERTO
¿Entonces? ¿Como por qué una
lencha cogería conmigo sólo porque
sí?
JUANA
No, espérate. Yo nunca dij-
Alberto hace un ruido gutural y golpea su frente con su palma.
ALBERTO
Sólo soy tu juguete, claro. Y
coger con un hombre es un placer
culposo para ti, ¿no? Es eso.
Juana se acerca rápidamente a Alberto parando en seco frente a
él. Su respiración está agitada y sus palabras salen
golpeadas.
JUANA
Chingas a tu madre.
Juana comienza a recoger sus cosas del piso. Alberto se acerca
a ella enfrentándola.
ALBERTO
¿Qué? ¿Ya te vas? No, quédate otro
rato. Si sólo vamos a coger, ¿cuál
es el problema? Aún no hemos hecho
anal.
Juana comienza a vestirse mientras Alberto sigue hablando. El
rechinido de la tornamesa se vuelve más notable.
ALBERTO
¿O por qué no te sientas en mi
cara de nuevo? Eso te fascina y
sirve que por fin me callo.
JUANA
Ya parece que tú te callarías.
7.
ALBERTO
¿O por qué no te ato y me vengo en
tu cara? Ya, éntrale a algo nuevo.
Juana se harta de Alberto. Se acerca a él violentamente
agarréndose la cabeza.
JUANA
¡Ya cállate! No mames, ¿sabes qué?
Si sólo vas a decir pendejadas
prefiero mejor olvidar el tema.
Alberto inhala fuertemente. Le alza la voz a Juana y se acerca
violentamente a ella.
ALBERTO
¡No digo pendejadas!
Alberto aclara su garganta sutilmente, la tornamesa se vuelve
molesto.
JUANA
¡¿Entonces qué?! ¿Qué es lo que
quieres de m- ¡Puta madre!
Juana se desespera por el sonido de la tornamesa, raya la
aguja sobre el disco quitándola y la apaga.
JUANA
¿Qué quieres Alberto? ¿Quieres que
coja contigo? ¿Que ya no coja
contigo? ¿Que te diga pendejadas
tiernas al oido? ¿Que me vaya a la
chingada? ¡¿Qué?!
ALBERTO
¡No sé, carajo! ¿Está bien? No sé
qué quiero.
Alberto se deja caer en el sillón. Frota su cara repetidas
veces con sus manos. Voltea a ver la mesa de noche y ve el
reloj de muñeca de Juana junto a la lámpara y una piedra en
forma de corazón. Se estira por el reloj y lo observa.
ALBERTO
En serio, ¿qué ha sido esto?
Juana menea la cabeza, sus dedos acarician las cajas de
acetatos. Alberto mira a Juana.
ALBERTO
Nosotros Juana. O sea, venimos
aquí, fumamos, cogemos. ¿Qué ha
sido todo esto? Creí que podiamos
ser...
8.
Alberto busca las palabras para continuar pero sólo consigue
sollozar; pone el reloj de Juana sobre la mesa de noche. Toma
la piedra y juguetea con ella en su mano. Se recuesta en el
sillón. Juana toma la cajetilla; de ésta saca un porro a medio
fumar y lo prende, pone el encendedor en la mesa de noche,
enciende la lámpara y se arrodilla en las piernas de Alberto.
JUANA
Beto...
Juana fuma una bocanada más de humo y le da el porro a
Alberto. Éste lo toma desanimado. Juana no lo suelta logrando
que Alberto le mire a los ojos.
JUANA
¿Crees que no te quiero?
ALBERTO
No. Yo sé que me quieres.
Juana suelta el porro. Alberto lo fuma.
ALBERTO
Pero creí que me querías
diferente.
JUANA
¿Diferente?
Alberto asiente con la cabeza mientras exhala. Acaricia el
brazo de Juana delicadamente con los dedos, se miran
directamente a los ojos. Juana besa la frente de Alberto.
JUANA
¿Eso es diferente?
Alberto sonríe mientras baja la mirada. Pone su palma derecha
sobre el muslo de Juana y lo frota.
ALBERTO
Lo es.
Juana toma de la cara a Alberto y lo besa fuertemente.
JUANA
¿Y eso?
Alberto baja la cabeza, suelta el muslo de Juana y fuma del
porro. Juana menea la cabeza mientras mira a Alberto a los
ojos.
JUANA
Que coja contigo no quiere decir
que sea buga.
9.
Juana se sienta sobre Alberto. Pone su mano sobre la de
Alberto. Él acaricia el dorso de la suya con su pulgar.
ALBERTO
Entonces, ¿cómo puedes ser
lesbiana?
Alberto le pasa el porro a Juana. Ella lo fuma.
JUANA
Bueno, porque no me gustan los
hombres.
Juana exhala. Alberto se ríe.
JUANA
¿Recuerdas cuando vimos a un tipo
en la calle y se te salio decir
"ese güey sí está rostro"?
Alberto se ríe e incomoda.
ALBERTO
Gracias por recordarlo, sí.
JUANA
Bueno, eso no significa que te
gusten los hombres ¿o sí?
ALBERTO
No, pero tampoco me lo cogería
sólo porque sí, ¿me entiendes?
Juana se rie mirando a Alberto seriamente. Cambia su tono de
voz haciendo bula de la voz de Alberto.
JUANA
Duh... Pues yo tampoco cojo sólo
porque sí.
Le da un manotazo suave a Alberto.
JUANA
Tarado.
Alberto ríe, toma el porro de la mano de Juana y lo fuma.
Juana voltea a ver a su izquierda y mira el librero de
Alberto, el cual tiene varios regalos de ex-novias. Mira a
Alberto nuevamente y se levanta.
ALBERTO
¿Por qué coges conmigo entonces?
Juana cambia el LP de lado y lo reproduce, escuchándose
“Celos”. Mira de nuevo los adornos del librero y juguetea con
ellos.
10.
JUANA
Eres importante para mí, y te
quiero. Por eso comparto esto
contigo.
Alberto mira el porro y lo fuma. Enciende después otro
cigarrillo. Juana toma un oso de peluche y lo observa.
JUANA
No te voy a aburrir con la
historia de mi vida.
Mientras habla se mueve lentamente hacia Alberto
JUANA
Sólo te diré que en algún punto de
ella me vi forzada a estar con una
persona que me hacía mucho daño
sólo para hacer feliz a gente que
al final me abandono.
Juana toma un cigarrillo y lo enciende. Alberto mira la piedra
en forma de corazón y la deja sobre la mesa de noche.
JUANA
Cuando besé por primera vez a una
mujer me sentí tan libre;
comprendí tantas cosas de mí misma
que- Bueno, me entiendes, ¿no?
ALBERTO
No, la verdad nunca he besado a un
hombre.
Juana se ríe y se acunclilla frente de Alberto, sosteniéndose
de él. Tira la ceniza de su cigarro.
JUANA
Mira Beto, el caso es que aprendí
a la mala que el sexo y el amor
son dos cosas que van muy bien
juntas, pero eso no quiere decir
que dependan la una de la otra.
Juana deja el oso en la mesa de noche al lado de la pierda.
Alberto mira a Juana.
JUANA
Puedo quererte, preocuparme por ti
y apoyarte porque me importas,
pero no puedo ser tu novia; no
puedo fingir algo así otra vez.
Alberto fuma su cigarrillo pausadamente, mira la piedra que
tiene en su mano y la deja al lado del oso de peluche. Se le
ve desanimado.
11.
ALBERTO
Creo que entiendo.
Juana sonríe ilusionada.
JUANA
¿De verdad?
ALBERTO
Bueno, no por completo. Pero trato
de hacerlo.
Los dos se ríen y bajan la mirada. La alzan y vuelven a
encontrarse. Alberto deja su cigarro y toma el porro
JUANA
¿Estás bien?
Alberto acomoda el cabello de Juana acariciando su oreja.
ALBERTO
Sí. No es como si dejáramos de
querernos.
Juana sonríe, se acerca a Alberto y le quita el porro antes
que pueda encenderlo, desacomoda su cabello de nuevo.
JUANA
Espero que no.
ALBERTO
¿Qué pasará ahora?
Juana toma su reloj de la mesa, se le vanta y lo mira
rápidamente. Fuma el porro.
JUANA
No es muy tarde.
Juana exhala mientras mira al rededor intentando buscar algo.
JUANA
¿Lo hacemos de nuevo?
ALBERTO
Pero... ¿Qué? ¿Cómo?.
Juana apaga el porro en el cenicero y deja su reloj junto a la
lámpara.
JUANA
Aún no me he venido; ¿te gustaría
venirte otra vez?
12.
ALBERTO
Sí, pero ¿estás segura?
JUANA
¿Por qué no deberia de estarlo?
ALBERTO
Porque... ¿No nos gustamos?
JUANA
Ah, ¿no te gusto?
Alberto ríe con cierto aire apenado.
ALBERTO
Si, mucho.
Alberto guarda un breve silencio. Juana sonríe.
JUANA
¿Entonces?
ALBERTO
¿Yo te gusto?
JUANA
Sí.
Alberto mira a Juana, voltea a ver la mesa de noche, toma la
piedra y el peluche guardándolos en el cajón. Se levanta y
comienza a besar a Juana. La carga de frente y la lleva a la
cama. Besa su cuerpo mientras la acaricia.
NEGROS
FIN