Download - Megaeventos de Brasil
Contexto
Falta un año para que comiencen los Juegos Olímpicos 2016 de Brasil. Para entonces,
posiblemente cientos de millones de espectadores sigan a través de la televisión este
acontecimiento, en su mayoría ignorando lo que hay de fondo y en los principales medios no se
cuenta. Para entenderlo debemos volver la vista unos años atrás.
A Brasil le ha tocado ser país anfitrión de un conjunto de grandes eventos en los últimos
años. Destacan la Jornada Mundial de la Juventud 2013, la Copa Confederaciones 2013 y el
mundial de fútbol 2014 o incluso el festival Tomorrowland 2015 cuyas 180.000 entradas fueron
agotadas en 3 horas, dejando mucho que desear sobre los valores culturales del progreso capitalista.
Han causado un visible impacto de forma especial el mundial y los Juegos Olímpicos.
Es probable que recordéis que en 2007 algunos medios y la gente se cuestionaban la
seguridad de las calles de Brasil hacia el mundial, un país muy conflictivo realmente influenciado
por el narcotráfico y en donde se forman grandes favelas de hasta 300.000 habitantes como los que
tenía Rocinha, que contrastan a menudo con la ciudad en donde imperan las clases media y alta. El
50% de los municipios carece de agua potable, la tasa promedio de analfabetismo se sitúa al rededor
del 8,6 % de la población a partir de 15 años, la sanidad es caótica (1,8 médicos por cada 1000
habitantes frente a los 4 de España, en donde las listas de espera son responsables ya de numerosas
muertes), millones de personas carecen de acceso a la red eléctrica (tan solo en Ceará 960.000
habitantes viven a oscuras) y la educación no goza de una calidad media básica. Más de 13 millones
de personas viven en pobreza extrema, aunque según los criterios empleados la cifra de pobres
puede llegar a 29,6 millones frente al 1,8-2,8% de ricos. El problema social requiere de mucha
inversión en educación y sanidad, algo que el partido liderado por Dilma (PT, cuya evolución
política es equiparable al PSOE de España, desde el socialismo al liberalismo) parece estar lejos de
entender. Quizás una imagen valga más que 1000 palabras.
Además, Brasil está dotado de una gran diversidad cultural y de modos de vida, siendo el
país líder en tribus indígenas y uno de los 10 en los que más idiomas se hablan; así como de una
gran biodiversidad, siendo el país con mayor diversidad de flora y fauna del planeta.
Las consecuencias del mundial y los Juegos Olímpicos
Quizás el mito más extendido es que con el mundial y los Juegos Olímpicos Brasil saldría
ganando y mejoraría su economía. Puede parecer sin embargo desconcertante en un país que ama
tanto el fútbol y al que le encanta celebrar este tipo de eventos, que los propios negocios hagan
huelga contra el mundial, o la huelga educativa que comenzó el 12 de mayo de 2014, o las protestas
de centenas de miles o incluso millones de manifestantes. ¿Sale realmente ganando Brasil?
Los precios han subido, se ha generado una inflación que alcanzaba ya 2 meses antes del
mundial el 6,19% que economistas prevén que tardará años en reducirse. Entre enero de 2008 y
abril de 2014 el alquiler aumentó su precio en un 97% en São Paulo y en un 144% en Rio de
Janeiro, según el Índice FipeZap. Muchos servicios también han incrementado su precio y se ha
retrasado la construcción de infraestructuras como el Tren de Alta Velocidad que uniría Río de
Janeiro y São Paulo y seguirá sin construirse próximamente. Protestas como la de la subida del
transporte público, el más caro del mundo, se han llevado consigo la vida de varios violentos, o así
es cómo los tildan en los medios, porque cuando te atan deshacer el nudo es violencia. Pueden
parecer exageradas las protestas, que han llegado a causar un embotellamiento durante la huelga de
transportes y contra el mundial de 209 km de atasco a 7 días de su comienzo pero no es en absoluto
exagerado si sabemos todo lo que hay de fondo.
El impacto medioambiental ha sido considerable. El ejemplo más sonado es el de la
destrucción de la laguna de Jacarepaguá, lugar declarado Sitio de Relevante Interés Paisajístico y
Ambiental Municipal para la construcción de un autódromo, si se cumplen los planes del
ayuntamiento.
La FIFA, esa organización sin ánimo de lucro con una reserva de 1.000 millones de dólares a
la que cada año la gente compra millones de videojuegos, ha presentado a Brasil un presupuesto de
1.100 millones de dólares para la realización de la Copa del Mundo. En 2014, su costo real había
alcanzado los 3.712 millones de dólares. Realmente, el país anfitrión no gana dinero, lo está
pagando con el dinero de cada uno de sus habitantes. De hecho, la FIFA evade los impuestos, que
sumarían, de pagarlos, unos 250 millones de dólares. Ese costo es el de la FIFA, pero el gasto real
ronda los 30.000 millones de dólares, representando esta última cifra más del triple de la suma de
los 3 mundiales anteriores, que es aproximadamente de unos 25.000 millones.
Ha levantado polémica la construcción de estadios, como el de Fortaleza, la quinta ciudad
del mundo con mayor diferencia social, y la séptima más violenta, con 73 asesinatos por cada
100.000 habitantes. El estadio de Ceará ha costado más de 110 millones de dólares, más de lo
invertido en los últimos 4 años en educación. Pero si algún estadio ha levantado polémica ha sido el
de Manaus, en la selva del Amazonas. Además del impacto ecológico que haya podido causar,
debido a que era inaccesible por carretera, los materiales han sido transportados primero a través del
Atlántico desde Portugal, y después a través del río Amazonas. Esto ha generado un gasto de 270
millones de dólares para un estadio cuyo llenado solo se pudo producir en 4 partidos del mundial, a
partir de ese momento ningún partido va ni acercarse a su capacidad de aforo. El coste del estadio
Arena Corinthias (en Corintios) fue de 450 millones de dólares. 2.800 familias convocadas por el
Movimiento de los Trabajadores Sin Techo acamparon en sus proximidades en protesta, donde tan
solo en la favela Metrô de Mangueira habían sido desalojadas 700 familias. El valor total de la
construcción de estadios fue de unos 8.000 millones de dólares (en torno a un 30% del gasto total),
pagados con dinero público.
También se produjeron accidentes como derrumbes de estadios o la muerte de varios obreros
debido a las condiciones de seguridad de los mismos y en algunos casos muertes como
consecuencia de los derrumbes.
Pero los chanchullos de la FIFA no se quedan ahí. Debido a la comúnmente llamada locura
(porque alienación hace más daño) por el fútbol, en Brasil existe una ley desde 2003 que prohíbe el
consumo de alcohol en los estadios. El problema es que Budweiser es un patrocinador de la FIFA y
vende la cerveza cuya marca lleva su nombre. Para el periodo del mundial se ha creado la conocida
como ley Budweiser para que él pudiera comercializar su cerveza dejando claro quién dicta las
leyes.
En 2022, a Qatar le tocó (por sobornos de 3,7 millones de euros) ser país anfitrión de la
Copa del Mundo, un lugar en donde se pueden llegar a alcanzar los 50 ºC, pero interesa hacer
negocio. Teniendo en cuenta que tienen estación de nieve en un lugar como ese, Ski Dubai, imagino
que dotarán a los estadios de un sofisticado sistema de refrigeración, derrochando dinero a la vez
que miles de obreros, varios cada día, fallecen debido a las esclavas condiciones de trabajo. Muchos
son inmigrantes y es el empleador quien posee el pasaporte para poder salir del país. Se calcula que
tan solo de India y Nepal morirán en torno a 4.000 obreros por causa del mundial. El número total
de víctimas superará con creces el del (auto)atentado del 11S, ¿podemos ya llamarlo terrorismo?
Pero si alguna consecuencia de estos eventos es realmente grave es el conjunto de
intervenciones militares en las favelas y en las tribus indígenas de Brasil. De las intervenciones en
las tribus indígenas, debido a su modo de vida y situación, desconectadas del mundo occidental y de
los núcleos urbanos, y sin unos medios que los respalden, los datos son muy escasos. Se sabe que
han delimitado sus espacios, que necesitan protección y en lugar de eso se les agrede, y que rara vez
provocan enfrentamientos y sin embargo sí han protestado contra la forma en que los tratan
previamente al mundial (primera imagen) y previamente a los JJOO (segunda imagen), aunque bien
es cierto que la amenaza es constante, debido a que las grandes empresas los echan de sus tierras
por ejemplo para las plantaciones de azúcar o la construcción de presas. Se les ha expulsado
violentamente del Museo del Indio que ocuparon en protesta por su derribo para la construcción del
Comité Olímpico, en detrimento del multiculturalismo.
En lo referido a las intervenciones militares, se tienen más datos pero suelen ser de nuevo
aproximaciones que posiblemente subestimen la realidad en muchos casos. En 2008 la mayor
intervención tuvo lugar en la mayor favela de Rocinha, en donde la Policía Militar entró armada con
tanques. Entre 2009 y 2013 se desalojaron 20.300 familias. Amnistía Internacional denunció
38.297 desalojos en Río de Janeiro, violando los Derechos Humanos, puesto que se trataba de
demoliciones nocturnas, habitualmente no notificadas y que tan solo en algunos casos ofrecían
indemnizaciones, cuyo máximo era de 2.200 dólares, lo que deja a las familias en unas condiciones
de vida pésimas, puesto que no les permite conseguir otro techo. En total suman unas 67.000
demoliciones, al menos 250.000 desalojados. A aquellos de empatía miserable que solo estén
leyendo cifras les pido que se pongan en el lugar de cada una de estas víctimas. ¡250.000 vidas!
Estas intervenciones vienen a menudo acompañadas de tiroteos. Se calcula que 40 asentamientos y
1,5 millones de personas han sido afectadas por las fuerzas de la policía militarizada. En la frontera
entre São Lourenço da Mata y Camaragibe (región metropolitana de Recife) se construyó el Arena
Pernambuco para 3 partidos de la Copa Confederaciones y 5 del mundial para lo que desalojaron a
200 familias, muchas de las cuales siguen sin ser indemnizadas (quizás este documental que
entrevista a afectados nos permita sensibilizarnos). Por la noche, grupos armados de la mano del
Estado disparan a los niños que duermen en la calle, provocando cientos de muertes y que otros
niños huyan, para limpiar las calles de Brasil, porque su presencia molesta a los turistas y para
demostrar que en Brasil no hay pobreza y es muy seguro. En su época de menor actividad, desde el
momento en que fue anunciado que este país sería el anfitrión de la Copa del Mundo y hasta 2012,
un promedio de 885 ciudadanos por año, 1 de cada 10.000, han sido asesinados en Río de Janeiro.
Un sarcasmo del poder es denominar Unidad de Policía Pacificadora al comando que se encarga de
estas masacres. Un caso famoso fue el de Amarildo, un albañil que vivía en una favela y fue
torturado por esta unidad hasta la muerte en 2013. Entre 2009 y 2013 la policía brasileña ha
asesinado al menos a 11.000 personas. Pero, aunque la mayor parte de la limpieza social se llevó a
cabo ya hacia el mundial dejando Brasil preparado para los Juegos Olímpicos, la policía brasileña
sigue asesinando y desalojando. Los desalojos continúan, como es el caso de lo ocurrido en el
Complexo do Alemão la semana del 2 de abril (imagen de la derecha) o el de Flamengo el 7,
desalojando a 100 personas para construir un hotel 4 estrellas para los Juegos Olímpicos. Otro
ejemplo es la demolición de viviendas en Vila União (próxima al Parque Olímpico) para un tránsito
rápido del bus del trayecto entre Barra da Tijuca y Deodoro. Son ya 800.000 familias las que no
tienen vivienda en el área metropolitana de Río de Janeiro.
La doctora en Planificación Urbana y Regional, profesora universitaria, especialista y
escritora del libro O poder dos jogos e os jogos do poder y partícipe de Brasil en jogo, Gusmão de
Oliveira, asegura que se trata de una clara limpieza social. Dice que las obras son pensadas para
construirse exactamente sobre los terrenos ocupados por barrios pobres y favelas (como en el caso
del desalojo de 199 familias para la construcción del teleférico en Morro da Providência, la favela
más antigua de Brasil), y que los expulsados son alejados a unos 60 km de la ciudad. El periodista
danés corresponsal en Brasil que había comprado 2 entradas para el Francia-Ecuador del 25 de
junio, Mikkel Jensen, fue meses antes a entrar en contacto con la realidad que para entonces estaría
oculta. Él vio cómo asesinaban niños de noche, entró en contacto con la gente de las favelas y los
niños de la calle, y el momento en el que se sintió culpable fue en el que un niño cuya única
propiedad era una bolsa de cacahuetes le ofreció a él si quería, a él que era responsable de lo que le
estaba pasando por legitimar ese genocidio, a él que iría allí y pagaría su hotel, mientras a los
nativos los desalojan y los dejan en la calle y todavía lo tienen más difícil para conseguir una
vivienda debido a la inflación. En una carta explica todo esto, una carta que termina con un
¿Alguien quiere dos entradas para el Francia-Ecuador del 25 de junio? Lo siguiente que hizo fue
un breve documental, El precio del mundial, recopilando toda la información que pudo encontrar.
Centenares de miles de mayoritariamente niñas en esta situación han tenido también que recurrir a
la prostitución, que con el mundial tanto se acentuó, llegando a encontrarse algunos casos de niñas
de hasta 10 años. Posiblemente hubiese niñas de menor edad entre ellas, pero la información sobre
el tema es muy escasa.
Aunque en las favelas esté asentado el tráfico de drogas, en gran parte porque es la única
salida de muchos, hay un gran componente social formado por vendedores ambulantes, albañiles,
señoras de limpieza (y uso el femenino porque tristemente se entiende como un trabajo de mujeres y
en la práctica pocos hombres lo realizan), etc. Independientemente de si se trata de un traficante de
drogas, de gente que haya tenido que recurrir al robo para subsistir, o de un trabajador no existen
motivos para la violación de los derechos humanos, ya sea mediante el asesinato o mediante el
desalojo en las condiciones en las que se hace. Los asesinatos son totalmente arbitrarios, en la
imagen, el de un (¿peligroso?) niño de 10 años en el desalojo del Complexo do Alemão para
preparar los Juegos Olímpicos. Ante un problema social como el de Brasil no se le puede dar la
espalda e intentar ocultarlo, porque cada vez se enfrentan a un problema mayor, más aún cuando
establecen barreras físicas, un límite entre los más pobres y los otros.
No es de extrañar por tanto que Brasil haya enviado a agentes suyos a ser entrenados por el
FBI y por paramilitares estadounidenses de empresa como la que quizás conozcáis por el nombre de
Blackwater, actual Academi, colaboradora con el Departamento de Defensa de EEUU y la CIA
durante las guerras de Irán e Irak, en donde es responsable directa de 17 asesinatos (Nisour, 2007).
No es de extrañar que se haya creado un ejército de 170.000 agentes policiales para llevar a cabo los
planes de negocio de la FIFA, el Comité Olímpico Internacional (entre 1980 y 2001 a cargo del
colaborador con el gobierno franquista Juan Samaranch, hombre estratégico para Adidas) y sus
socios (Coca-Cola, Daw, GE, Samsung, Panasonic, Omega, P&G, Atos, VISA, Adidas, Hyundai,
KIA Motors, Emirates, Sony, McDonald's), un ejército de 170.000 agentes policiales para tener
seguridad, para tener la seguridad de que el pueblo no tenga absolutamente ningún control sobre sus
vidas, para tener la seguridad de lo que realmente supone este sistema genocida, para tener la
seguridad de que la democracia funciona, una democracia que reprime por dos vías: la policial y
judicial o directa, y la del control de la opinión pública, haciéndonos ignorantes y copartícipes (sin
lo que no sería posible llevar a cabo estos planes) bien acudiendo o bien siendo espectadores desde
nuestras casas, generando beneficios a los medios que emiten y anuncian el mundial y a las
empresas patrocinadoras. Y con esto vuelvo al comienzo: falta un año para que comiencen los
Juegos Olímpicos 2016 de Brasil. Para entonces, posiblemente cientos de millones de espectadores
sigan a través de la televisión este acontecimiento. ¿Vas a formar parte de ellos?
[Actualización 23-08-2015]
Aunque los sueldos están aumentando, la inflación también lo hace. Ha aumentado la deuda
pública (17,28% en 12 meses), tanto la externa como la interna, y el FMI ya ha llamado la atención
a Brasil ante el temor de que no pueda pagar su deuda. Los presupuestos del Estado han disminuido
drásticamente, y el gasto es mayor que la recaudación. Es decir, Brasil se encuentra ahora mismo
con que tras costearse el mundial ahora tiene serias dificultades para poder costearse los Juegos
Olímpicos. Por esto se prevé una política de recortes hacia 2016 y los próximos años, como la
fuerte subida del transporte público. Así, se espera una fuerte oleada de protestas previamente a los
Juegos Olímpicos. Esto explicaría que se haya aprobado la reducción de edad penal (mayoría de
edad) de los 18 a los 16 años, así como la aprobación de una ley antiterrorista que en realidad
podemos deducir que está pensada estrictamente para reprimir las protestas sociales, llegando al
extremo de que quemar o estropiciar mobiliario urbano o medios de transporte será penado desde
los 12 hasta los 30 años de prisión en régimen cerrado (lo cual recuerda al autobús quemado durante
el mundial), una ley que por lo tanto podrá aplicarse a partir de los 16 años incluidos.
Aumento de sueldos (BRL/mes): http://pt.tradingeconomics.com/brazil/wages
Inflación (puntos): http://pt.tradingeconomics.com/brazil/consumer-price-index-cpi
Deuda externa (millones de dólares): http://pt.tradingeconomics.com/brazil/external-debt
Presupuestos del Estado (% PIB): http://pt.tradingeconomics.com/brazil/government-budget
Gastos (expenditures) e ingresos (revenues): http://www.kkr.com/global-perspectives/kkr-
blog/brazil-perfect-storm