UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA UNIDAD IZTAPALAPA
División de Ciencias Sociales y Humanidades 3
FILOSOFIA
Seminario de Investigación III
Título de la tesina:
"EROTISMO TECNOLOGICO:
La progresiva e inexorable metamorfosis .'.#
del homo ludens en homo ciber"
.
Indice
I . La realidad es un imposible ............................................................... 1 I1 . Eros vs . logos ................................................................................... 4 111 . El código genético del arte de los condones Zen ................................. 8 IV . Estados alterados: La pesadilla multimedia ......................................... 10 V . El amor en los tiempos del hardware ................................................ 18 . VI . Un réquiem por la filosofia ................................................................ 21
Notas al texto ................................................................................... 23 Glosario ........................................................................................... 24 Blbllografia ...................................................................................... 25 . .
Erotismo tecnológico: La progresiva e inexorable metamorfosis del homo-ludens en homo-ciber.
"Creeis que he venido pera jugar con vosotros, cuaado he venido para emnanrdar el juego. Cdis que miento porque m6is que juego con vosotros, y no veis que no juego con vosotros. Cusndo suponiais h a m e , y soy yo quien salta por encima de vosotros, no lo be hecho adrede. No me busc6is donde estoy, ni cuando estoy, ni don& voy. b o todar las jugadas, y, si pierdo, err por veriar m poco. Igual
que la llama enloquecida por si mim me arrastro, despuCe mc elevo, y despUh pmtro en mi cenizo, de la que sufgid de nuevo cuando quiera Muero, sabiendo cuando resucitart. Y, sin embsrgo, al morir s a n g o ; p m vosotros no veis la sangre; y amdo no sengraba Io
veiais." Monthedant,
E . l G d O ~ l O S ~ ~ ~
"Filis, lagran madrota, ppstorea mreb~odeputarporlereldeerdeFlsnderr Amsrilis con sffilis. borracha y juguete de todor 10s soldador La dulce Cloris gime emputtcida de placa en lacemade u0 sacrir teo leproso
I. La realidad es un imposible
Hace tiempo ya que las palabras de un escrito comenzaron a desnudarse de
sigmficado; hace tiempo ya que su eco ha dejado de e scuche ; su sentido se ha tomado
huidizo y medroso; la escritura ha perdido, bajo la avalancha de los lenguajes visuales, buena
parte de su antigua magia heredada de tradiciones orales milenarias. Las sociedades orales o
ágrafas difieren precisamente de aquellas en donde se utiliza un sistema de escritura fonético;
las diferencias solo han sido percibidas hasta la era electrónica; una de ellas es que las pautas
memotécnicas se h;ln visto alteradas. En el Fedro y su Carta P71, Platón expresa severas
r e m a s acerca de la escritura, como una manera mecánica e inhumana de procesar el
conocimiento, insensible a las dudas y destructora de la memoria. Para la época del
apologista de Sócrates, la escritura sirvió para liberar el pensamiento hacia la abstracción y la
originalidad, en las culturas orales primarias el pensamiento y la expresión eran acumulativos,
es decir, hilados uno tras otro a través de fórmulas y ritmos fhiles de retener por la memoria,
con epítetos y adjetivos. Por ello la métrica era utilizada para meqorizar fácilmente: de esta
manera los rapsodas trashumantes podían recitar epopeyas tan grandes como la Iliada y la
Odisea.
Es cierto que los modernos adelantos tecnológicos en materia de comunicación han
hecho que el hombre contemporáneo casi no recuna a la memoria. Es paradójico? pero
parece suceder que el haber aprendido a leer y escribir ha limitado esta capacidad. La
escritura, la imprenta y la computadora han sido formas de tecnologizar la palabra; la
transición de la oralidad a la escritura se ha dado de manera gradual y asmcrónica Ha sido un
proceso complejo y delicado que se ha detenido? ha avanzado lentamente o se ha acelerado
s g ú n las circunstancias y el contexto cultural que rodea a los grupos humanos. En las
sociedades &gafas cada palabra, en sí misma, era un mundo poético, una "deidad
momentánea". Con la palabra escrita, los dioses comenzaron a morir. Las palabras suelen
dedicarse a copular como nibelungos diabólicos burlándose soezmente de quien las escribe;
saltan y se precipitan, te hacen &os de complicidad para inmediatamente después lanzarte
arteros escupitajos, arden y se consumen en el fuego de la incomprensión y del vacío.
Después de ser escritas, las palabras adquieren libre albedrío; ya no &carh nunca lo
mismo, cada lectura encontrira en ellas nuevas mterpretaciones y otros matices; cada vez que
sea leído, el texto inaugurará otro tiempo y otro espacio y consecuentemente, otra realidad.
El discurso lineal de la racionalidad occidental, otrora orgullo y presunción del
hombre ilustrado y miversalista, asiste al lamentable e irreversible especticulo de su
destrucción. Somos testigos, impávidos e impotentes, del fenómeno de un significante
COnfuSO y huidizo que se precipita por un desfiladero, del apocalipsis del logos y el
aniquilamiento progresivo de la idea y del discurso. Hoy más que nunca la realidad, categoría
aparentemente kductible si atendiésemos al planteamiento de la racionalidad instrumental y
la facticidad científica, se ha transformado en un concepto frágil y ~ u r r i d i z o , inasible; ha
suf r ido mutaciones semánticas cuyo olor nos recuerda la acumulacih y putrefacción de
C U t r p o s y f e n p j e s virtualmente muertos; el proceder disclnsivo de la civilización occidental .
(inmerso prohdamente en la "verdad" del paradigma científico pbsitivo que espacializa a los
entes) ha intentado sigdicar unilateral y linealmente al ser, al tiempo y al espacio dentro de
un sistema cerrado, como una camisa de fberza que debe ahogar la intrínseca locura de un
mundo normativo. El caos semiológico nos ha alcanzado, amenazando peligrosamente al
escaso sustento que mantenemos con el mundo; el wirkzichkeit occidental sufte senilidad
prematura y se encuentra al borde del desahucio y la extremaunción. Las ideas con cierto
signtficado ya no nos dicen nada, ya no son capaces de sacudir conciencias; se han perdido
en la vorágine del sinsentido, desrsuidas y petrificadas.
Para ser coherente con lo antes expuesto, aquí tendría que dar por terminada esta
retórica y hacer un silencio, pues ya no habría nada más que decir, pero este discurso radical
tampoco hay que tomarlo demasiado en serio. Aún no me he despojado de todo espíritu
lúdico y, por lo mismo, jugaré un poco con todo aquello con lo cual siempre me han
enseñado a no jugar.
Para acceder al conocimiento de la realidad, la epistemología clásica siempre tuvo
un ideal, que es el de la unión del sujeto y el objeto; síntesis intelectiva que amalgama
sensibilidad y entendimiento, intuición y categoría a la manera kantiana. Lo que se ha dado
en llamar realidad "\utual" no es un concepto del todo novedoso; la virtualidad se refiere a
todo aquello que est i potencialmente en lo real, en estado germinaI. ¿Qué es eso a Io cual nos
refhos? No es posible saberlo pues antes tiene que aparechenos. Lo real,
paradójicamente, es virtual: se preguntarán si ésto no entrh una contradicción, y para
demostrar que no hay ambigüedad, intentaré elucidarlo.
Lo real se identifica con el mundo, con todo aquello que manifiesta una existencia
hera de la mente humana e independientemente de eIla; sin embargo, el autor de El
Discurso del Método se encargó de demostrar que tal realidad no tendria sentido si no
existiese aZguien al cual se le representa. ¿Cual seria la realidad de las cosas si éSta no es
llevada al plano de la conciencia? Sabemos que esta realidad es complejísima y extraña y que
somos incapaces de aprehenderla en toda su magnitud, pero por lo menos tenemos la certeza
de que está aZZí. Será tal vez un suefio, una alucinación o una broma, pero sabemos que hay
algo a lo cual denominamos realidad por no tener otro concepto que la delimite. Hemi
Bergson complementa lo dicho: "La realidad es crecimiento global e indiviso, invención
gradual, duración, a la manera de una boule de neige* que se dilatara poco a poco tomando
en cada instante formas inesperadas." 1
Esta realidad conceptual u objetivada es asimismo dialéctica; es decir, existe un
proceso de interacción, de cambio y de transformación entre el ser consciente y los
fenómenos aparentes, entre lo que Descartes llamaba rex cogztans y rex extensae, es decir,
entre lo que la historia de la flosofia ha dado en llamar sujeto y objeto. Como mi intención
no es repasar lo que la academia, penosamente, intenta inculcar en la impenetrable materia
gris de un esculapio secundino, trataré, en lo posible, de ser un poco más objetivo.
La realidad no es, entonces, autónoma; exige de la participación y creación
constantes de un sujeto que la transforma. La realidad es una realidad para alguien, y no un
fenómeno externo e impenetrable. El hombre se ha encargado, para bien o para mal, de
asumirla y recrearla, porlo que su aprehensión subjetiva y su abstracción conceptual es, en sí
misma, virtual.
El lenguaje, la ciencia, el arte, la política y los juegos Nintendo son resultado de esa
interacción creativa que da lugar a estos fenómenos virtuales. La frontera entre realidad y
ficción se ha difuminado y vuelto imperceptible; una impenetrable y labexíntica jungla de
signos perdida en un terreno pantanoso y resbaladizo nos cierra el paso en todo momento.
Las aplicaciones científicas, cognitivas, lúdicas y artisticas nos llevan cada vez mhs lejos en la
complejidad de una realidad en constante estructuración. ..pero la ciencia es la oveja negra del
rebaño epistemológico, el comodín diabólico de una baraja mada por Mefistófeles. En
seguida lo explicit&.
11. Eros vs. Logos
Bajo de BU pedesd, gime la C3encia encadenada Teme el Talento el exilio, las penas y los castigos. Alii rabia la Ldgrcu rebel&, atada y All1 la discreta iZetdncu, desnuda, languidece sobre el suelo.
Alexnnder Pope, 2 % ~ Lkrrrdod
Todo conocimiento es fundamentalmente ilusorio y mítico, ya que posee, aunque
me acusen de pervertido algunos neotomistas, connotaciones de indole erótico; el
conocimento en tanto se distingue de la ciencia, canta indefinidamente las bodas imaginarias
del principio macho y del principio hembra. Dualismo primigenio que celebra el
ayuntamiento entre sujeto y objeto, intuiciones y conceptos, forma y materia.
Za creencia en la analogla universal est& teaida de erotismo: 109 cuerpor y las almrr se m y sepsran regidos por las mismas leyes de atracci6n y repulsib que g o b i a n a n IM caqjurioaes y dilyu~ciol~s de los estror y de I s a s u s t a n c i a r msterialea. Un dmro aslrol6gico y m crotimo
alquimico; asimismo, un erotismo subversivo; leatracci6n er6ticarompc 18s leyes y une alos CUCT~OE sin distinci6n & mzai y jsgquIas."
La ciencia, por el qontrario, - y aquí debemos hablar de una ciencia paradigmática
aim en nuestros días, surgida en el siglo XVII- se constituye a partir de la extinción de la
significación; su relación con el mundo no es un acto erótico, sino una salvaje violación en
despoblado; no se preocupa por saber de conjunciones mágico-eróticas perdidas en apuntes
newtonianos y en la mente enfebrecida de un alquimista que buscaba ansiosamente sintetizar
el flogisto- sino de crear una red conceptual sistemática coherente en sí misma, pero
desligada de la bedeutung fundamental, del manantial perdido, del principio básico que rige la
sinfonía universal. Fourier afinna: "La primera ciencia que descubrí h e la teona de la
atracción apasio nada.... Pronto me di cuenta de que las leyes de la atracción apasionada se
conformaban en todos sus puntos a las leyes de la atraccibn material explicadas por Newton:
el sistema de movimiento del mundo material era el del mundo espi1itual."3 Para Fourier, las
pasiones son matemáticas animadas. A finales del siglo XVlI dominaron el pensamiento filosófico en Europa tres
actitudes principales, correspondientes a tres interpretaciones de la naturaleza de la existencia.
El materalismo consideró los cuerpos fisicos y sus movimientos como la realidad primera; el
idealismo consideró que lo era el espíritu o el intelecto; en tanto que el cartesianismo postuló
la existencia de dos dominios indepenaientes, la mente y la materia. Para las dos primeras
escuelas no hubo dificultad en reconocer la mentalidad inconsciente, aunque bajo otros
nombres. Para los materialistas todo lo mental fue psicológico, y la existencia de los procesos
psicológicos inconscientes, similares al pensamiento y con influjo sobre éI, fué una
consecuencia inmediata del hecho de que nuestra consciencia inmediata de los procesos de
nuestros cuerpos es restringida. Para los idealistas, todos los procesos naturales fueron la
expresi6n de una mente universal o espíritu del mundo, del que el individuo humano no tiene
conocimiento directo, si bien tal espíritu comparta, en cierto grado, las características del
espíritu humano. A s í , para los idealistas, tampoco hubo problemas; la mente inconsciente del
individuo no resultaba sorprendente, en modo alguno; era, simplemente, una parte del
espíritu universal al que la consciencia individual no tenía acceso directo. Mas para la tercera
escuela, la cartesiana, la admisión de la existencia de los procesos mentales inconscientes
presentaba un difícil problema filosófico, porque exigía la renuncia al concepto original del
duatismo, como uno de los dominios independientes, materia en movimiento y espíritu
necesariamente consciente. Para los que fueran fieles a Descartes, todo lo que no era
consciente para el hombre era material y psicológico, y, por tanto, no espiritual.
La ciencia provoca una disyunción entre lo imaginario y lo simbólico; pretende ser
objetiva y formal olvidándose precisamente de la ilusión y el mito, y en un sentido más
amplio, del eros. Tiene que hacerlo para que su corpus conceptual tenga "consistencia"; la
síntesis estructurada y la palabra (como concatenación sintáctica de signos abstractos),
provocaron esa ruptura fundamental. La ciencia lo sabe desde que Kant dedujo la existencia
de m a cosa en sí incognoscible.
"Ironía y enalogía son irrcconciliablea. La primera ea la hija del ti- lined, sucesivo e irrepetible; le se& ea l i manifestacih del tiempo cíclico: el drhro este en el pasado y ambor en el
presente. La analogía w inaerta en el tiempo del mito, y máa: casu h-, la ironia pertenece d tiempo hiat6ric0, ea la consecuencia (y la conciencia) de la histair La d o g i s
convierte a la M a en una vaiacibn m& del abanico de lar rcmejeorar. pa0 !a innda desga-
rre el sbanico. La ironia es la herida por la que a t deseacvp l~anslo#g ea la exccpcib, el accidente M, en el doble aentido del ttnniw. lo necesario y lo iafsurto. La imdamurtra que. si el universo es una escr ibrq cad& bnduccih de eaa eacritwa ea distinta, y cpe al concierto de I s s comapoodencinu es m gdimatiaa bab4lico."4
La ciencia se ha encargado de espacializar y dirigir tineahente el sentido que deben
tener las cosas. Pero, como decía Hamlet: "Hay más cosas en la ciencia de las que crees
Horacio," en el mundo existen misterios que la ciencia y su brazo tecnológico,
afortunadamente, son incapaces de resolver. Es decir, siempre encontrará la contradicción y
la paradoja, y por tanio, la inconsistencia de sus sistemas formales. Gisdel lo demostró en las
matemáticas. 5
Ante la a b w d o r a carga de una realidad compleja, múltiple y heterogénea,
imposible de aprehender en su "totalidad," el sapere aude!, tan caro a Kant, debería dar paso
al nuevo a w o Non sapek uude! (Haberm& me acusaría de sacrilegio). Y aún más:
iRecuperemos el tiempo perdido, tiempo espacializado por el Dios Capital y su cónyuge La
Ciencia Fáctica, que nos conminan a mirar tan solo el lado brillante de la luna! William
Blake ahnaría, para mi regocijo, lo siguiente: "El progreso traza los caminos rectos, pero las
sendas tortuosas, sin progreso, son los caminos del genio."
La realidad es un imposible, afhma J. Lacan, y con &to nos acerca aún más al
vértigo de un sujeto exiliado de sí mismo, desterrrtonalua do ontológicamente, que ya no
piensa para ser (destrozando el mito cartesiano), sino que piensa precisamente porque no es
. . .
("Pienso donde no s a y , soy donde no pienso"), porque st ha umvcrtido en un punto
evanescente, fatuo, en perpetua fuga hacia r@una parte; un' sujeto marcado por el
lenguaje, lcnguaje catalizador en el exilio de su propia identidad. La @dida no es
t
lamentable, pues con ella el mundo recobra su sentido, sino el sujeto que la trivializa y la
destierra. A través de este sujeto, el universo ha sido concebido como un sistema de
correspondencias, transformándolo en un laberinto irresoluble; al homúnculo racional le ha
gustado buscar el sentido de la vida en un desaforado tiovivo, condenándose a cuestionar
eternamente, a rastrear todo conocimiento hasta sus fuentes úítimas, dando vuelta en círculos
en una regresión infinita. Ha pretendido siempre alcanzar el status de Máximo Artesano
Relojero del Universo, autorrecreandd su inevitable estado de derrelección a través de un
juego de espejos e inventando un símil: la máquina-hombre. De esta forma ha reiticado la
aguja punzante del deseo intentando reproducirse a si mismo, asumiendo, inconscientemente,
la jerarquía divina de un Pun-kréutor.6 La humanidad filosófica, ensimismada, ha gustado
de introducir dioses en el núcleo de sus meditaciones, aún tratándose, indistintamente, de
dioses celestiales o de chatarra hardwure: un nuevo universo mitológico invadido de una
tecnología mística y fetichista.
El sujeto ha sufiido una deserotización gradual, inversamente proporcional a la
invasión cientifica que . h a experimentado el mundo, recreando virtudmente la realidad,
cualquiera que esta fuese. "La estructura del discurso de la ciencia no deja de tener relación
con Ia estructura del discurso de la histe ria... Podríamos decir, al respecto, que el enfoque
científico supone una descexualización del abordaje del mundo, y para emplear una
expresibn fitosbfica, una descexualización del ser en el mundo." 7 El Dasein ha sido
sometido a una lenta y paulatina cirujía de castración con el bisaui del "progreso" cientifico;
su destino parece s e r el de un eunuco impotente extraviado en el hark de fa racionalidad
111. El c6digo genético del arte de los condones Zen
Ha pasado ya aproxhadamente medio siglo, un suspiro, desde que el controvertido
y muy célebre psiquiatra austríaco oriundo de Freiberg -pequeña ciudad sajona de un país
que tuvo la mala fortuna de ser Ilamado "Kakania" por Thomas Bemhard- dió rienda suelta a
su impulso tanático y, como se dice vulgarmente, le recogieron la *eta de circulación y le
compraron su pijama de triplay. Desde- entonces, el complicado andamiaje ps icodt ico que
ha provocado dolores de cabeza a un sinnúmero de especialistas en todo el mundo, así como
el aplauso de toda una legión de fd t icos irredentos, ha liberado, como una caja de Pandora,
algunos de los ocultos fantasmas que han torturado al hombre occidental desde que Jehova,
Dios Padre implacable y justiciero, con el dedo flamígero extendido, expulsó a la conocida y
simpática pareja de encuerados al percatarse que habían probado la hta del conocimiento (
¿Sería la hta de la gnosis que les permitib saber que el supuesto paraíso era falso y el dios
que los castigaba por su acción, el demiurgo malvado que había creado el mundo?). Al
acceder repentinamente .al conocimiento, se apenaron al encontrarse desnudos, olvidando
para siempre su originaria condición erbtico-lúdica. Este esclavizador estigma -que fue
retomado por Jacques Lacan en su concepción de una humanidad fragmentada y escindida-
se ha convertido en un doloroso viacrucis en el que la lubricidad y concupiscencia, impulsos
eróticos ancestrales, han manifestado una prolongada resistencia al látigo expoliador de la
mors concientia, pero, a la vez; y de manera paradójica, estos elementos aparentemente
contradictorios pero esencialmente bipolares, han sostenido un desmesurado y destructor
idilio. Nuestra brevísima estancia en este mundo se encuentra marcada por la pulsión erótico-
tanática; en este transcurrir efimero buscamos con ansia reencontramos con un momento
fundamentalmente perdido, sin saber en absoluto que es aquello que tan angustiosamente
perseguimos. La tradición judeocristiana lo identifica con el paraíso, un lugar intemporal y
irnico en el que no existen limitaciones para el goce absoluto; la promesa de un edén cálido y
dulce que derrama ambrosía por todos lados, un mundo de bondad infecta atascado de *
t
parecería estar condenado a su extinción. La evolución del mundo será dirigida por un
cerebro electrónico mientras la biblioteca de Alejandn'a se consume de nuevo en el fuego.
Cada vez que una tecnología novedosa hace acto de aparición en un momento
histórico determinado, como sucedió con el alfabeto y como sucederá seguramente con la
realidad wtual, se responde de manera muy intensa pues el inconsciente colectivo anhela
satisfacer siempre un deseo inconcluso y porque los sentidos se abren aún más ante la
dilatación tecnológica del ojo o el oido: un nuevo modelo de interacci6n sensual cuya
conmoción disminuye pauhtinamente conforme la aldea gZobal asimila gradualmente el
nuevo hábito de percepción en toda la dimensión de su realidad cotidiana. Los efectos que
produzca la nueva tecnología serán observables en la más tardía y prolongada fase de
"ajuste" de toda la \ida social e individual a la nueva forma de percibir. La tecnología
siempre será UM asesina en potencia; su destino estará dirigido invariablemente a uno o dos
de nuestros sentidos, minimizando a otros: el equilibrio o proporción entre todos ellos
quedará alterado.
Esta herencia tecnológico-histórica nos ha transformado hasta en lo más prohdo;
estamos marcadov por el lenguaje, a través del cual cambian nuestros sentidos, ojos, oídos,
nariz. La interacL!( )n cntre nuestros sentidos es perpetua, s&o en codiciones e anestesia;
cuando se eleva I3 i~n:~on de cualquiera de los sentidos a una alta intensidad, éste puede
actuar como a n e s ~ c s m de los otros .... El resultado es la ruptura de la proporción entre los
sentidos, una espcoc Jc pirdida de la identidad y la hipertrofia del inconsciente.
El corddn xrnt>liical que nos une con el exterior parece que está a punto de ser
cortado; lo que h.i.brJ .lhora había existido como imperio de la realidad dará lugar a imágenes
y sensaciones que irtan un imaginario absoIutamente nuevo, tal vez nunca visto antes, y que
se encontraba en estido latente. El surrealismo se asomó audazmente, con instrumentos
primitivos, a esta posibilichd. La prcyunh o b l i g d a es: seremos capaces de sumergirnos
indistintamente en estos Jm grmJcc rmeles de la realidad sin confundirlos? Al retrotraernos
de lo red a Io virtual y dc lo \mud 3 lo real, ¿.no estaremos jugando un explosivo ping pong
con nuestras neuronas? ¿Cómo evitaremos la creación de .? creciente ejército de
esquizofiénicos obsesivos? A menos que se tome conciencia de este futuro proceso,
entraremos en seguida en una fase de terror pánico y, petrificados como la mujer de Lot,
observaremos impotentes como se incendia Sodoma.
La realidad virtual -tal y como es conocida actualmente - sería una nueva forma de
reducir todo el conocimiento a la sensación y todo lo que conocemos por realidad tan solo al
objeto de la sensación: Un paraíso tecnológico hedonista que ni Epicuro hubiese imaginado
ni Timothy Leary profetizado, pero que com 'a paralelamente a la posibilidad, antes
mencionada, de romper peligrosa e irreveniblemente el delgado hilo que nos mantiene
unidos al mundo, para perdernos eternamente en el ciberespacio. El mismo Leary, entusiasmado con las posibilidades de la virtualidad, se ha olvidado por completo de los
alucinógenos como agentes expansores de la conciencia, sin darse cuenta que el LSD two
una ventaja: su uso nu se masificó (aunque tal vez hubiese sido preferible ante la pardernalia
que nos espera). Pero el problema de la realidad virtual es que sus efectos son imprevísibles,
y como se da por hecho que los artefactos que la posibilitan serán lanzados al mercado en
cantidades industriales (sobre todo los juegos interactivos), sería como tirar en la red de agua
potable de Nueva York uñ kilogramo de psicotrópicos: Todos andaxían volando, y no
precisamente en el Concorde. Ya no va a ser necesario consumir ácid0 lisérgico para simular
paraísos o infiernos rutlficiales; esta experiencia quedará tan solo como un ritual fresa alguna
vez practicado por el sacerdote psicodélico Jerry Garcia (+) y sus Gratefir2 Dead; los
circuitos integrados de un computador serían capaces de reproducir la cresta más alta de un
viaje alucinógeno, pero totalmente controlado y sin el peligro de suf ik un mal viaje. Un trip
singularmente odorizado y, dicen los defensores de la virtualidad, despojado de peligrosas
alteraciones mentales y fisiológicas (?). Max Ernst, Marcel Duchamp o Jean Cocteau
habrían permanecido estupefactos ante lo que un ordenador realizaria con el material de sus
fna~ recbnditas visiones orhicas, pero también aterrorizados por los alcances siniestros que la
vhtualidad obtuvo, por ejemplo, en el espectáculo multimedia en que se convirtió la guerra
del Golfo Pérsico. Un conflicto bélico en el que murieron miles de personas, fue transmitido
electrónicamente a todo el mundo como si se tratase del estreno de una nueva secuela
cinematográfíca de Syhrester Stallone (véase, en contraparte, "Lecciones de obscuridad" de
Werner Herzog). Tragedia y sufiimento convertidos en espectáculo de video para receptores
pasivos, el enfrentamiento bélico de facto no fue realmente lo que se vió por televisión; lo
que se transmitió h e un show, una guerra simulada por computadoras de la más avanzada
tecnología. Las armas incluso se han vuelto un forma de fotografia, argumenta Paul Virilio;
con el calor generado por la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, las imágenes de sus
víctimas quedaron impresas en los muros, como si se tratase de un negativo: lacbnico humor
negro. Las armas de haz de partículas son como cámaras en reversa, emitiendo haces de luz
para desmaterializar al sujeto que la usa; es curioso que el término shoot sea utilizado tanto
en el cine como en la guerra.
Para Jean Biudrillard, la información, explosih y crecimiento de los mass media
son una especie de apocalipsis sensorial; en vez de slgtllficado hay fascinación, en vez de
profundidad existe el embeleso por lo superficial; en vez de deseo o pasión hay una pasividad
encantada, la vista se hechiza y no existe revoltura de corazón o riñones, sino una acelerada
pulsión tanática con la atoniización individualista como resultado: La virtualidad como una
evidente propensión al caos aniquilante, como tecnología de lavado de cerebro que acabaría
con la sensibilidad mental y que convertiria la experiencia en un artefacto que podríamos
construir, preservar y compartir, con el peligro de homogeneizar la cu€tura y de duípnos
hacia una sociedad todavia más fiagmemtada e individualista. De ello concluimos que la
realidad virtual no puede ser condenable por sí misma, sino por el uso que se haga de ella
como instrumento de manipulación ideológica; los grandes disenadores de la realidad virtual - quienes, en SU mayoría, pertenecen a sociedades altamente tecnologizztb &man que la
virtualidad no es un sistema de alienación, en donde la gente se aleja de las actividades
sociaies, sino que en realidad puede ser urn tecnología que promulgue COMO credo el
reencuentro solidario y colectivo entre los hombres. LOS profetas de la realidad vhtual desean a
hacemos creer ingenuamente que el drama de la convivencia humana podrá ser solucionado
cuando lancen al mercado una serie de simuladores computarkmdos con los que el hombre
reencontrará nuevamente los lazos de solidaridad, amor, bienestar y compañerismo ¡El
Paraíso Perdido! ¡Jesucristo y Marx ya no serán sujetos de culto! ¡La Buena Nueva vendrá
anunciada por los mercaderes del primer mundo, encapsulada en una red de circuitos
integrados! La solución al drama humano, que no tuvo respuesta por los más esforzados
intelectuales y que ha costado sangre, sudor y lágrimas el intentar resolverlo, será encargado
ahora a un ordenador de 400 megas mientras nos cruzamos de brazos. $23 que acaso
dejaremos en manos de un artificio tecnológico lo que ha costado siglos de historia intentar
solucionar? Por supuesto que no; si la aspiración suprema del hombre es conseguir su
liberación, la realidad virtual tendría que ser sometida a una profunda revísíón para que en
verdad fimgiese como uno de tantos instrumentos que posibiliten este deseo, lejos de las
patrañas que los profetas del mercado libre intentan hacer creer. Pero hay suficientes motivos
para el escepticismo en cuanto a las bondades que nos puede ofiecer este medio; antes de
preever las posibles consecutmcias de su masificación, habrii sido ya lanzada al mercado la
primera prótesis empaquetada que volverá locos a chicos y grandes. Y ést0 se cumplirá, sin
duda alguna, ya que los manicomios del siglo XXI habrán agotado su capacidad, atiborrados
de cibenrautas fdticos, presos de incesantes espasmos, y no precisamente virtuales.
¿Seremos capaces de evitar esta locura apocalíptica? @estmaremos para siempre de este
mundo el amor, nuestra capacidad para soiiar, crear y vivir en paz? No nos hemos percatado
de que esta virtualidad est4 presente aún en el mundo de los su&os y pocas veces inhúmos
que esa otra redidad es el objeto del deseo llevado al simulacro. El mardoso y migico
universo paralelo creado por las imágenes oniricas, impulsor definitivo y g m e n de la
creación intelectual y artística, pretenderán sustituírlo con un universo cibernético simulado.
¿Cuántas veces no hemos asistido, atónitos, ante el espectáculo desplegado por el
subconciente? Ese momento intimo y particular, ¿será duigido, en un futuro no muy lejano,
por un ordenador electrhico? Aunque tambih valdria la pena preguntarse, como lo hizo *
Descartes, si no somos el sueño de alguien que aún no se despierfa, la pesadilla de un genio
maligno o el viaje alucinógeno de algún ser que hubiese ingerido una severa dosis de
Psilodbina. ¿No seremos, asímismo, entes virtuales resultado de un complicado juego de
video? Lo que llamamos universo, ¿No será acaso un background simulado, en el que algún
ser (tal vez Dios) esté jugando frenéticamente a los dados? ¿No es entonces la realidad un
terreno pantanoso y resbaladizo?
No ha sido nada nuevo para 61 hombre la creacibn de u n í v e r s o s sintéticos alternos;
no solo pueden ser extraídos del soJtware de una Mc Intosh, sino también por los lenguajes
artístico y cientííico, d c i o s del pensamiento capaces de revolucionar la episteme humana y
de romper el sortilegio de la individuación, como presentimiento de una unidad reestablecida.
Asimismo, nos hemos atrevido a vislumbrar la posibilidad de crear inteligencia artificial
paralela. "La humanidad posee hoy técnicas que imitan las funciones del pensamiento
(cibeméticas). Ha soñado durante mucho tiempo con autómatas que realizaran esa hazaña
(mitologías). Ha meditado acerca de los respectivos límites de la automatización y de este
pensamiento "propio" del hombre (filosofias)." 8 &u6 sucederia si el orgulloso hombre
cartesiano e ilustrado crease a su simil, le insuflase aura vitah, y se encontrase con esa
réplica pensante que pondría en riesgo el fundamento de la racionalidad occidental y haría
estallar en pedazos El D i s w s o del Método, La Crítica de la Razón Pura y las neuronas de
Habermas? 9 Los mitos más antiguos nos hablan de este deseo humano por
autoreproducirse: Las estatuas parlantes de Dudona, las sirvientas doradas de Hefestos, la
dama de Pygmaliun, el Gulem y Frankenstein, fantasías sobre androides y ginoides
generados por clonación in vitro, asi como las historias sobre replicantes tan socorridas por el
cine de Hollywood (Blade Runner de Riddley Scott, por ejemplo). ArktÓteIes ya había
vislumbrado esa posibilidad; las entidades por él descritas las denominó autematons, es
decir, "que actúan por su propia voluntad" y sobre ello dijo: "Evidentemente si los abro, no
descubriré mas que un mecanismo insigruficante, pero si observo la caja negra cerrada,
entonces le atribuin'a i l i b r e arbitrio!, porque ignoro la causa y el efecto del cambio." Por
supuesto, los auto-matons aristotdicos casi podrían identificarse GO?\ el individuo posmoderno
-Homo-prothetzcus-, programado por la razón instrumental, con la quasi eliminación de
cualquier vestigio de emociones humanas y cuya capacidad lúdica y sensual se halla
dosificada cuidadosamente. El futoro mercado de la prótesis computarizada, paraíso de
eunucos, se encuentra mas que asegurado con semejante materia prima, tomando en cuenta
las posibilidades inmensas que ofkece un ordenador al crear ciberespacios computarizados
con simulación táctil, paraísos ni siquiera imaginados por los mas aventurados especialistas en
ciencia ficción y futurismo; en esta "realidad" tendría cabida la simulación de las largas
peregrinaciones al sur de las mariposas monarca, oceános de vino en donde se deleitan
ángeles sin espalda o las hazañas heroicas del Barón Munchausen. Los filósofos fanáticos de
Immanuel Kant podrían viajar al siglo Xvm y reencarnar sin dificultad en el viejo maestro de
Konisberg; las fantasías de Asimov, Arthur C. Clarc, Ray Bradbury y los argumentistas de
"Metal Hurlant" se&n fhlmente recreadas por un videocasco See-Through I " D , que
fimciona a base de pantallas de cristal líquido y reproduce imágenes gráfícas superpuestas al
mundo real, aislando 31 sujeto del mundo exterior al ocupar la casi totalidad del campo visual,
con todo y visi6n cn rdieve por estereoscopia. Las imágenes reaccionadan en función de los
movimientos y dcqd.v;lmiekos del rostro; de ahí la sensación de inmersión en un universo
tridimensional L~~~ . lLhx susceptible de ser explorado no solo visualmente, sino
interaccionando cor1 el por medio de todos los sentidos. 0 s universos fiíos de Magritte o
De Chirico podn'rm 4cr reconidos tridimensionalmente, me pregunto? @erderían su magia
totalmente? L o s mundos imposibles de M.C. Escher, las bandas de Moebius y escaleras
enroscadas podr;.m 4cr construídos en un ambiente virtual sin ninguna dificultad.
Actualmente, artistas <(!m0 Nicole Stenger han incursionado en este terreno, brinfindonos
los primeros y muy est~nulantcs espcrimentos de arte virtual.10
En la mitolos~ia g i cga 13 &(>\a cir 13 creatividad se llamaba Techne. Era patrona
tanto de la ciencia como dcl mr. 1.1s sociedades antguas no habían parcelado la cultura como
se ha venido haciendo tlcsdc hace muiho tiempo, hasta llegar al momento crítico de .
fragmentación del conocimiento humano que padecemos en el si$@ XX. Arte y ciencia eran
hijas de la misma madre, pero comenzaron a pelearse entre sí y a discutir sobre el fenómeno
de crear y entender el universo. La realidad virtual pretende reunirlas nuevamente; habrá que
decir, sin embargo, que el arte siempre ha sido creador vanguardista de símbolos que
interpretan una realidad para la cual es necesaria una traducción posterior.
Es necesario aclarar, asimismo, que la realidad virtual es una caja de Pandora, pero
afortunadamente al fondo de ella queba atrapada la esperanza. En la creación artística se
abren posibilidades infinitas de evolución; en las arte plásticas, en el cine, en la música; quizás
aún no hemos creado las palabras adecuadas para el nuevo tipo de arte que aparecerá en el
siglo XXI: virtualmúsica, cibercine, espaciarte.. .y podemos imaginar muchos más.
En-las artes visuales, no se puede negar que se ha llegado a un momento crítico de
creación; parecería que se han agotado todos los lenguajes posibles, llegando a crear una
galm'a babélica en la que cada artista defiende su parcela lingUistico-pictórica, performativa,
objetual, etc. Con la realidad virtual podrá reinagurame una nueva época, distinta a las
anteriores, en la que los artistas crearán para un espectador que compartirá su experiencia
interactivamente.
Al agotarse l a s posibilidades de recreación de un mundo físico exterior, los artistas
tuvieron que voltear a su interior, hacia su mente. El surrealismo, el expresionismo, el arte
pop, utilizando métodos no tan convencionales, quisieron rebasar la barrera que les imponía
una realidad estática, remodelándola y transformándola en una realidad en constante
movimiento; trataban por todos los medios posibles de rescatar ma realidad que no era
visible para la mayoría Por ello, tuvieron que inventar nuevos lenguajes para algo que aún no
había sido dicho. Mostrar rincones insospechados del espíritu humano fue uno de sus
grandes objetivos: el inconsciente, el absurdo, el terror y la angustia de un mundo destrozado.
El Dali o el Warhol de la era cibernética mostrarán u n i v e r s o s que aim no podemos sospechar,
y amalgamarán los lenguajes artísticos para crear otros nuevos: la ciencia, a través de la
tecnologia incidirá definitivamente en este proceso.
Nuestra ubicación espacio-temporal se verá transformada- una y otra vez: tiempos
cíclicos, locales, espacios y dimensiones inimaginables, pasado y futuro reunidos en un
presente unificador. Un auténtico aleph cibernético nos aguarda; nuestra experiencia vital
cambiará aún en el mundo de los sueños, de la poesía y la religión, e iniciaremos una nueva
etapa de conocimiento. La frase acuñada por Rimbaud: Yo es otro, será totalmente una
experiencia posible; haciendo a un lado sus connotaciones psicosociales, un espectador virtual
rebasará el intersticio espacial para h-¿iirse con la máscara de otro, fisica y espiritualmente.
No sabemos aún cual será la reacción del sujeto al perder su identidad y regresar a ella una y
otra vez; sólo señalo que ést0 será algo que suceder& ya que la tecnología podrá permitirlo.
Nuestra percepción de la realidad y de nosotros mismos cambiará radicalmente, y, hay que
decirlo, podemos COKW el peligro de extraviarnos en el ciberespacio.
Lo ideal sería que esta realidad virtual pudiese ser un instrumento para comprender
mejor nuestra realidad cotidiana, iluminadora, proveedora de experiencias catárticas y
expansoras de la consciencia. El cine y la música lo han hecho sin que nos diésemos cuenta,
y hoy sabemos que la expiriencia artística es la faceta más liberadora y rica de nuestra
experiencia humana. Al ''vivir" el arte, el homo-ludens ha simulado ser un recreador de sí
mismo, un motor causal que le proporciona ser y sentido al mundo, que hace aparecer su
deseo dándole satisfacción de una y mil fonnas. La certeza de que el desea no habrá de ser
satisfecho nunca, posibilita que sigamos deseando; el arte seguir& dando que decir en este
aspecto, y es el más indicado para iluminemos el jardín de los senderm que se bificrcan.
Los artistas de la realidad virtual tendrh que adaptarse al nuevo medio conjuntando todas las
formas de arte: pintura, teatro, cine y música, posibilitando el surgimento, tal vez, de una
nueva experiencia artística-holística de la mente.
V. El amor en los tiempos del hardware
Las posibilidades se extienden hasta los vínculos mas &os del individuo: Hacer
el amor con la más bella sexycyborg imaginada por Sorayama, con laplaymate del mes o con
quien se requiera, todo con digitalización incluida, al conectar s e m e s de fibra óptica en las
falanges de los dedos del cibemauta y en algunos sitios estratégicos. Las más obsesivas y
delirantes fantasías eróticas jamás imaginadas por el divino marqués podrán ser simuladas
mediante un programa computarizado previamente &&do, lo que sin duda aumentará
sensiblemente el número de enfebrecidos onanistas. Fetiches sexuales como las películas
XXX, las muñecas inflables y los dildos serán, en un futuro no muy lejano, objetos
arqueológicos. Habituados al simulacro, la presencia sudorosa y caliente del otro podrá ser
excluíble, mas nunca el imaginario.
D e que manera se verá afectada nuestra relación tradicional con el mundo de las
imágenes y las palabras? ¿Cabrá hablar de una ruptura en nuestro modo de representar el
mundo? ¿Será el principio de un aniquilamiento ontologico masivo via artificio? El proceso
se encuentra en marcha: se piensa ya en establecer auténticos lugares virtuales de encuentro y
comunicación, como museos virtuales, ciudades virtuales, lugares de trabajo virtuales,
mundos virtuales a través de la magia del cine, de los efectos sonoros y de la psicología para
proporcionar los ritos iniciáticos de un nuevo culto. La expansión quasi-logadtmica que se le
atribuye a la virtualidad alcanza mas bien la base indefinida de la pirámide de Sextus, donde
prolifkran todos los mundos posibles; no hay limite a priori para la generacih ni el
agenciamiento de formas. Un abismo infinito nos reclama, por el que se desborda una eterna
trenza &rada
La naturaleza misma de la realidad virtual entra un cuestionamiento profhdo
sobre nuestra percepción del mundo; asimismo, su masificacibn revolucionar6
considerablemente nuestros procesos de aprendizaje y generad nuevas preguntas para la
filosofia y por ende, para la ética. ¿Qué sucederá con la actividad filosófica al conectarse a
una red ciberespacial? El momento origuzal intimo y subjetivo de la creación intelectual,
¿será rápidamente asimilado y devorado por una vasta red Sormática, convirtiendo los -
universos privados de ideas en universos públicos? La articulación'final de una epistemología
discontinuista, en tanto que postula la existencia de una ruptura entre lo real y su
conocimiento, pretende ser solucionado por la realidad virtual. ¿En qué tipo de pensador se
podría uno transformar si creciese con un simulador activo conectado, no sólo a un punto de
vista, sino a todos los puntos de vista de todas las eras representados de manera que pudieran
probarse y compararse en forma dinámica? ¿Será posible articular, en efecto, que Freud sea
leído según Marx y éste leído según Freud?
$3 que forma cambiará nuestra relación con el mundo y entre nosotros al
encontrarnos y jugar con personas en universos virtuales? ¿Existirá aún el face to face, el
contacto piel con piel? ¿Qué sucederá con el necesario intersticio fisico entre los cuerpos?
¿Será sustituído por el ciberespacio? L o s aficionados al contacto crudo, camal y directo con
el otro, jtendriamos que sometemos al dictado light de las mayonas y sucumbir
eróticamente en los teclados de una IBM? Dónde ser& ubicada, en un fbturo próximo, la
residencia del alma? Resultado de una serie de enconadas disputas filosóficas y fisiológicas,
el anima thopos había encontrado sitio en la glándula pineal (Descartes), en los cuerpos
estriados (Willis), en la piamáter (Fernel) o en el inconsciente (Freud). No obstante,
seguramente nuestros mhs avanzados profetas de la informática, haciendo caso omiso de una
larga tradición especulativa, ubicarán el origm del alma en un bit. (El bit es considerado
como una cantidad sensiblemente igual a un fotbn de energia, es decir, a la energia suficiente
para despertar la existencia en fa memoria de una unidad de infoxmación.) Ya no habrá más
cuestionamientos filosóficos: ¡El alma habrá nacido de un microchip y el cuerpo sera
transformado en tecnología hardware! Si se enterase, Sócrates volvería a morir, y esta vez
sin haber ingerido la cicuta.. . La venus de me, cave umuntem, ahoga contra su seno & mimo1 negro al
atolondrado que había puesto su anillo en el dedo de la estatua, reemplazando a la recién
casada espantada que sucumbe a la locura. 'Será el principio & un apocalipsis brutal el
hecho de que las computadoras, como las creaturas de Hoihann,, se conviertan en
marionetas que sus inventores se disputan despedazándolas? %I Lacan lo dijo: "El otro,
para Chomsky, es la computadora." El "yo es otro" del aullido rimbaudiano, ¿será sustituído
por la fiase "Yo soy una PC"? &xislirá mas bien el vínculo hombre-máquina y el otro que
me significa caerá directamente en el despeñadero de lo inservible?. El autómata podría
convertirse en un espejo biónico; la máquina llegaría a ser, por imitación, una especie de
proto-hombre simulado.
Jean Querzola, en "Le s&cium á flew de peau", afirma: I' La tecnología
psicobiológica, todas las prótesis informáticas y las redes electrónicas de autorregulación de
que disponemos nos ofrecen una especie de extraño espejo bioelectrónico, en el que cada
uno de ahora en adelante, como un narciso digital, va a resbalar en la comente de una
pulsión de muerte y precipitarse en su imagen. Narciso=narcosis." 11
VI. Un réquiem por la filosofia
"Cibmspacio: La tabletase vuelve uoapegina que se vuclve una pantalla que se vuelve un mundo. un OnnQ virtual.... Un nuevo univnso.
un universo paralelo creado y sustmtado por las computadoras y llneas de cormmicaci6a del d. Un mundo ea el cual el trsfico global de conocimierd~. secretor, medidas, indicadores, entrctmimiento y agencias alter-bas toma fonno: visiones, sonidos, presencias mmca vistes en la superficie de la tierra.."
¿Nos estaremos aproximando a una Iil6sofia ordine idormatico demonstrata? Una filosofia
que tomara su punto de partida, sus disposiciones lógicas y arquitectónicas en el tablero de
las "máquinas pensantes", respondería al deseo leibniziano de una ciencia universal que
dispusiera de un lenguaje apropiado. A pesar de ello, la filosofia cambiaría radicalmente,
convirtiéndose en una simulación cibernética "Simular es crear el comportamiento-objetivo
que re-produce las apariencias del comportamiento-origen. El montaje de uno a otro es
isomórficamente translúcido, no mágico ni metafísico:" 12 Los filósofos del siglo XVII se
aferraban a la disciplina del geometric0 demonstrata; Descartes, Malebranche y Spinoza lo
hicieron así; el método racional que caracterizaba a la filosofia era una vía de acceso a la
perfección. La razón intelectiva dishtaba de años dorados. En cambio, la disciplina de los
cibernéticos se fundamenta en las analogías que imperan entre los órdenes de velocidad,
movimiento, etc. Ya no se trata de una epistemología de lo claro y lo distinto, sino, como lo
presentaba Lei- de una disciplina de la distincióq de las diferencias y de los
isomorfismos. La magia filosófica, como un fantasma embundo, entona su propio réquiem,
acompañada por tediosos acordes de música El sujeto cognoscente será
transformado en unidad de infoxmación.
. . .
La cibernética se interesa por los procesos y las relaciones, independientemente de
las sustancias. La pregunta por la filosofia adquhirá, en el próximo milenio, connotaciones
distintas a las que nos ha tenido acostumbrados; el rastreo ontológico del antropoide humano,
del homo Zudens, se transformará, casi sin darnos cuenta, en el' proceso informático del
homo-ciber.
~vaoqtnvaoo:lahoraenquetodoseajueto llega inexorable: la Musa obedece a la Fwrza ¡Viene! ¡Viene! &íirael T m sable
de la&k primeray del viejo Coos ! Ante ella, l e a doradas nub- de la Fantasfa sc disipan, y desapseccn todos m irisador arcos iris. El espíritu dispara en VBOO sus hgcr pasajeros. el meteoro cae y expira en m destello. Del modo que , una ama, a lor tmibles acentos de Medea, las extandas estrellas se deavmecen de la 11- etheo
Del modo que los ojos de A r g o s , adormecidos por laflautamagica 6 H e m s , cemironsc uw) amo aun etem reposo;
así, al sentir BU proximidad y BU secreto poder, Arte trar Arte desspsrrce, y to& es Noche. ¡Mira a la Verdad huir fintivamente hacia su vieja Cavuaa, c q d a lo cabtza con Moataaea de Caruistica! La Alomjla antea apoyada cn el cielo. reducida a su causa neguadn, yano es filosofia
iLp'FLdca suplica a IaMstafrsrcu que la defienda, y IaMetufbzcu pi& ayuda a la Razdn ! ~Mlro el M~steno huir hacia las Mutemdhcas ! ; E n vano! Mirps se stolmdran deswlsn y l lnler~
La Rdigidn, ruborora. vela 8u1 hgos sagrados, y la M o r a l i d ignorsote , expira
Uuma al- phblico ni privada, S brillar se atreve. iDcstello lVMn0 ni visib ckvina quedan! ¡Ay!, tu km¡& imperio. CAOS. ha si& mstausdo.
MucralaluzsntetuvffbotcrtCril. Tu maoo, gsn deja cum el te]& y lo Tiniebla Univerad lo dm todo.
.. .
Notas al texto. r ,
4 Bergson, Henri. La pe& et le mowant, p. 93.94. 2 Paz, Octavio. Anaiogía e Irunla, cap. IV de Locr Hijos del Umo, ed. Oveja Negra, Colombia, 1985, p.82. 3 Fourier, Charles. T W d e des quatre mwvements et des destlness #&mies, Anthropos, París, 1987, cit. por Octavio Paz, op. cit., p. 83. 4 Paz, Octavio, op. cit, p. 67 5 U famoso teorema de incompletud de Kurt G6del fue publicado en 1931, y para SU kpoa no fue comprendido. Sin embargo, ahora se reconoce como una revolucidn en la bgica y la filosofía. Para entrar en temeno, hay que recordar que la geometría elemental es una disciplina deductk. U t i l i un mdtodo axiomhtico que consiste en aceptar sin prueba ciertas proposiciones como axiomas o postulados para luego derinr de eUor todas las demas proposiciones del sistema, en calidad ya de teoremas. Si puede demostrarse la verdad de los axiomas queda garantizada la verdad de todos los teoremas.
Godel demostrd que dsto no era cierto. Y lo hmmedmnte una demostraci6n impecable, en donde sdh16 que el sistema no puede ser completamente axiomatido y que es imposible establecer la consistencia 16gica de sistemas deductivos (’No es consistente aquel sistema que deriva tanto una f6rmuk como su negach.‘: -(P y -P)) Ad, si una fdmwla y su nsgpci6n son ambas formalmente demostnbles, el dlculo aritmetico no es consistente; GOclel demostrd que ambas lo eran.
Las conclusiones de Godel conducen a la cuestidn de si podría construirse una mlquina calculadora que Hegara a equipararse en inteligencia matemAtica al cerebro hwnano. Como demostrb GUdd en su teorema de h ausencia de completud, existen muchos problemas de la teorla elemental de los números que caen fusn del Pmbito de M dado axionkrtico fijo y que tales mAquinas son incapaces de resolver por intrincados e ingmiosos que puedan ser sus mecanismos y por dpidas que sean sus operaciones. U cerebro humano parece incorporar una sstructun de reglas de opencldn mucho mAs poderosa que h estructun de hs mAquinas artificiales. ¡Entonces un computador es incapaz de manejar h contradicci6n, la paradoja y la duda! Fuente: Nagel, Emst y James R. N#wnan. EL Tomma de GWe4 Tecnoe, Madkl, 1979. 6 AndrC Robmet, Mitologk fflosofia ydbedUa, p. 29 7 Alain Miller, Jacques. Recorddo de f a a n , ocho conferencias, p.43. 8 ‘La tentacib de asemejarse al Padre es mas fuerte que levantar d vek, dd nacimiento. Siempre sucede que al ponerse a relatar las mitdogías de la c r e a m de ,antropoideo, la humanidad se desprsnd;r L M cuCpllclci6n por la g4neoi+. dependencia. Evita h trampa del signo *ntelectualindo que ya no pmdte a la voluntad proseguir. Prepara d material con k voluptuosidad de M poder creciente y con bastante delicadeza para que h exhnskh se tome c o n t e W n e a al signo.
Intenta k astucia de volver a llamar a b que había condenado para que d fiat sea hecho según su duntad y no según h del destino. Sobrepasa k prueba narcisista deformando su creatura en el sentido divinoide. Fimknente inspi d lector que vive del relato esa catastrofe en la que se ciesvanecsn a la v u el actor posible, su inventor y el rehtante.
‘Hay que usar otro lenguaje? El hombre espera su pasado, como su porwnir, de si mismo. La con&Ci i es dura. Tine que sacar su origen de we pocwmir, subvair la causalidad. Y, para hac&. tmnrfom#r en eetruchrr estelar b que la primera mirada lee como concatena& hal. La escapatoria m R i perma8 leer en los inthntkloo del discurso lo que Niebsche llamaba ‘Aurora’. Somo capaces de mar formas mucho ates que de crear los conceptos qw hs expacken. T n n n d o s o k e k s m u r o s d s ~ c k k m w r t e d e D i o s , d G o l e m d e B e n S i n u u r c i ; r e l ~ s c u k d e ~ i d d o r . L i i ~ ilumirrPbqueoWltpddla. LrnecesidPdfe&zddMldloamigrenesspbirdoencdqwdpens;r~o~~sfrvorscido que obsttuldo pork bnaghacib.’ I b k l . . p.61-62. O‘S& cupnd~ una maquir*r pueda e s c ~ un soneto o componsr un concierto g n h c a que expsrimcntr pensamlentor y emociones, y no por una reuni6n causal de símbobs, aceptaremos que la dquina se eqipara con el cerebro en cuanto a que, ademis de enunciar algo, sabe qcn b ha hecho. &@n mecanismo (m no sea a tnvds L moms seKales rrtitickles: una slnpk, estratagema) puede ssnt i comphcench ante $us propios aciertos. aflkckh cuando se tunden sus v&kul;rc, halaga cuando es elogkdo, autosubestknrcidn frente a sus e$rjvocaches, inquiauckr s e x u d e s , 06len o depresidn cuando sus deseos no se cumplen.‘ Hofstadter, Doughs R. We4 Esch. &ch.- U- edsmr tnnu damfa, p.705. 40 wicok St- ha creado ta primem pellada de arte en realidad virtual. ‘Angels: Pam y# b p e l l a d a usted necesh usar anteojos especiaks (‘goggles’) y @es WL DataGIow. Cada *itante iJck su viaje ai paralso al cokcam frente a un camsel urrearsb que se parece a w) tempb. sin e m b a r g o ,
e n v c u d e c a ~ ~ e s t e t a m w d ~ v w l t ; r s ~ c o n r o n e r s i m b ~ o r ~ P n g d e r . S i t o c p u r o , u o t ~ d ~ t n n s p o r t a d o a un murdo determinado. En cada rrmndo se desarroh m Moda diferente entre usted y w) h g d , lwinndo una f m Jimpk de comunicach entre las voces del angel y kr gestos manuabr propios.
Todo en estos mundos invita al usuario a tocar. Por ejemplo, tocar el Angel del coazdn .qve le corresponde a uno hace que este Angel haga girar colores y nuevos ambientes a partir de cristales que Wan rodeandolo. Dos Angeles piden ser unidos porque estan enamorados y su un¡& provoca un angel de flama y conzdn dobles. En el mundo virtual de Stenger se elmind a propbsito cualquier efectividad para los gestos de aprension; Para comunicarse con los Angeks usted tiene que tocar con suavidad sus corazones.. 11 'Narcosis electrdnica: he aqul el riesgo ÚKm de la simulaci6n digital ... Rodartamos de Edipo a Narciso ...Al final de la autogestbn de los cuerpos y los placeres, estaría esta lenta narcosis narcisista. En una pahbn, con el silicio, ¿en que se comrierte el principio de realidad? No digo que la digitallaci6n del munch sea motivo do un fin pr6Ximo del Edpo: constato que el desarrollo de la biología y do las tdcnicas de informaci6n se acomprfia de la disokrci de esta estructura de la personalidad llamada edipica. La disolucidn de estas edNchrns descubre otro lugar, en el que el padre esta ausente: se ventila con b maternal, el sentimiento oceanic0 y la pulsi6n de muerte. LO que amenaza no es una neurosis, mas bien es del orden de la psicosis. Narcisismo patolbgico ... Creemos conocer las formas de lazos sociales qw se edifican sobre el Edpo. Pero 'qu6 hace el poder cuando eso ya no funciona? Tras k autoridad, seducci6n? Querzoh, Jean. "Le d//dm tieur de peau" (Traverses, números~l415), cit. por Jean BaudriPard en Da& a z d ~ ~ i 6 4 p.157. 12 Robmet, AnW. Op. cit., p. 203
Glosario
Aleph, tennino borgiano que alude al lugar donde estAn, sin confundksu, todos los lugares del orbe, vistos desde
Anima topos, lugar donde reside el alma Aura vitaJis, expresk5n latina que d e s i todo aquello pos- eqlrihr, SOW de vkk Background, telbn de fondo, escenario Bedeutung. garrmnismo que expresa h unidad original, el principio bksico Boule de neige, expresi6n francesa que significa globo ellstico Cave k e r n , frase latin? que hace referencia al amante cauto y astuto Duein, tbrmino heldeggemno que dehita al 'ser ahí': el hombre Escolrpio sccundino, adjetivo utiliado para designar, sarc&ticamente, a un disclpulo de SegLmda. Flogisto, principio que se suponla formar parte de todos los cuerpos. de los que se desprendh dunnte la combusti6n Geometdco dsmmstrata, fnse que alude a b disciplina Rlos6fica ocupada en utiynr la geometrlr como mdtodo
Gl&nnduk pined, cwpeCi80 ovalado qua se encuerh delante d d cerebro Gnosis, docbhr t.ol6gica, cimcia socmta de loo m g o r Hsrdwwa, conjunto de acesorkn SWOS que f m n el cuerpo do la coqt&adora Wlmo A r t ~ n o Relojero del Universo, fnse que identilh a Mor como Supremo Creador dal tlempo y el espacio NiWungo, mito pemdnico que i dan t i al gnomo hijo de h niebla, poseedor del lnillo y d tesoro que c0rn)uistb
ordinr inlonnrtico dsmomtrrt., M contraposic¡ al Geomfdco L)emo&mtr, alude a la dirciprJrrp filor6ficr que h a m de caracterizar al conocimiento en d Muro: un simple procesamimto de datos em una red infwndticl:
Pan-kdtor, El Supremo Creador de todo b qua existe P W e r , membrana serosa qw cubre el cerebro y la m6md;r
Psilacibbu, hgmdbnte activo ckl hongo rlucindqsno Psibciba mdxic.~)., conodd0 como 'hongo derrumbe' S- rUd.1, iatr6vete a saber!, frase de ctdlo kantruro Sexyeyborg, au6mata femenino, especie de V o w cibem&ica S-, en al h a h m , es el conjmto da programas o instrucciotws necssukr k una -adon Tek., hace referencia a iao tididades de las cosas Trip, aglkhmo vulqrr utilizado por lor coRIumldocen de drogas expansivas para dedgnw un %iaW Wirklidrkcit, t d r m i r o alemin qw alud. a la realidad concreta, efectiva
todos los Angulos
para alcanzar el conocimento absoluto
sigtrido. Wagner compuso una 6pera baslndose en d temr
. _._ . . . . ' ----m"- L""
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