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7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
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LA
ENSEANZA PRIMARIA
N
SEVILLA
DURANTE EL SIGLO
XVIII
o r
FRANCISCO AGUILAR PIAL
INTRODUCCION
La
enseanza,
tal como se ha concebido hasta
hoy, se im
parte
en
tres
niveles complementarios: uno de iniciacin,
otro
de
formacin
general y
otro
de
especializacin. Equivalen, pues ,
a la
primaria
a
la media
y a
la superior con
nombres
diversos
a lo
largo de
la
historia.
Los
estudios
de
conjunto
que
hay
publicados sobre
la
enseanza en
Espaa se fijan particular
mente en
los
aspectos legislativos y
en
su
puesta
en prctica
en la
capital
de la nacin. P
ara
las provincias, desgraciada
mente,
escasean
las monografas
dedicadas
al
tema
escolar
pre-universitario.
Concretndonos
a Sevilla, y a
la centuria
ilustrada, co
nocemos
ya
con
detalle
el
proceso reformador
universitario
gracias a
mi
reciente
estudio istoria de la Universidad de
Sevilla en el siglo XV
Sevilla, Universidad, 1969).
La
R. O.
de 8
de
noviembre
de
1770, al
mandar
que
cada
Universidad
propusiera
al
Consejo
de
Castilla
su
reforma particular
arre
glndose a la
mente
del
fundador traicion en parte
las
ilusiones de la
minora ilustrada sevillana
y la reforma
ge-
neral
propuesta
por Olavide y aprobada
tan
slo
un
ao antes.
No
podemos decir otro
tanto
por
lo
que al resto de
los
niveles educativos
se
refiere. Apenas
tenemos vaga
noticia de
lo
que al mismo tiempo
estaba
ocurriendo
en
nuestra ciudad
en la enseanza
extra-universitaria. A
mejorar este
conoci
miento van
dirigidas
estas pginas en las que
procuro con
densar
cuantos
datos
he
podido
reunir sobre
el
tema.
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4 FRANCISCO
AGUILAR PIAL
La form
acin
primaria no estuvo
en
realidad ordenada
controlada
hasta
el
Reglamento General
de
Instruccin p-
blica
de 29
de junio de
1
82
por el que
se establecan clara-
mente
las tres
etapas
docentes de
primera segunda y
tercera
enseanzas. La primaria haba de ser pblica
uniforme
gra-
tuita.
Responda
este
Reg
lamento
al
Plan de estudios
redacta-
do
por Quintana para
las Cortes
de
Cdiz
mirando un poco
ms atrs
al
Plan general de
instruccin
pblica
presentado
por Jovellanos el 6
de
noviembre
de
1809 a
la
Junta Supre-
ma en
Sevilla.
Este es el punto de partida tambin para
l
as
llamadas primero
Universidades
de provincia
despus
Ins-
titutos de segunda
enseanza
con clara delimitacin
de sus
tareas a continuacin del aprendizaje escolar
de
l
as
primeras
letras.
Habiendo
abolido Fernando VII todos
lo
s actos del Go-
bierno constitucional con
fecha 1 de
octubre
de 1823
este
Reglamento
fue s
ustituido por el Plan de estudios
de Calo-
marde
del
4
de
octubre
de
1824 en
que
slo se trata
de
las Universidades. H
emos de esperar
al
6 de
febrero
de
1825
para
encontrarnos con el
e
glamento de primeras letras
que
pretenda
conseguir
que
ningn
pueblo
careciese
de
primera
enseanza. Un poco
ms tarde
el 20 de
noviembr
e del mismo
ao
se publica
el
Reglamento neral para las Escuelas de
Latinidad y Colegios de Humanidades permitidos s
lo
en las
capita
les de
provincia ca
bezas de part
id
o.
Sin ser
llevados
enteramente
a la
prctica
estos reglamen-
tos el 4 de
agosto de 836 presenta
el
Duqu
e
de
Rivas
un
nuevo
Plan general de estudios que tampoco
tuvo realizacin
prctica
pe
ro
que
sirvi
para
la
reda
cc
in
de
la
Ley de ins-
truccin prim
ar
ia de
2
de
julio
de
1838.
Al propio tiempo
fueron apareciendo por lo
s
ms
opuestos rincones
de la
penn-
su
la los
primeros
Institutos
de
enseanza media.
En
1837
lo
s
de
Guadalajara
Murcia;
en
1839 los
de
Avila Cceres Lo-
groo
Santander;
en 1840 el
de
Burgos;
en 84
los
de
Albacete Gerona
Lrida
Se
govia
Soria;
en 1842 P
amplon
a
Vitoria;
en
1843
Ciudad
Real
Jan;
en 1844 Cuenca
Len...
Pero volvamos
la
vista
atrs
fijemos
nuestra
atencin
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LA ENSEANZA PRIMARIA EN SEVILLA DURANTE EL SIGLO
XVIII 41
en
los mal conocidos antecedentes
de este
proceso legislativo
de tan
excepcional
importancia
para
la
vida
espaola. A me-
diados
del XVIII
es
cuando
los
mejores espaoles van
hacien-
do
notar
su impaciencia por el atraso cultural de nuestra
patria . En los primeros aos del reinado de Carlos III la
crtica del sistema
docente
anterior se
hace
dura e insistente.
Llega a su
cima
el sentimiento
de inferioridad
de la minora
culta del pas y los ancestrales mtodos de enseanza se en-
juician sin
misericordia
como a culpables ms
caracterizados
y responsables de la
situacin.
Toda
la
obra
reformista de la
segunda
mitad
del
setecientos
parte de
este
reconocimiento
vergonzante del analfabetismo y de la ignorancia
rutinaria
del
pueblo. De
aqu
que los problemas pedaggicos pasen a ocupar
lugar de privilegio entre las preocupaciones de
nuestros
ilus-
trados.
Con
palabras
muy significativas se
hace
eco de ello un
periodista
contemporneo Francisco Nifo
al
escribir
en
1763:
Pensamientos de
esta
naturaleza
hacen tanta
falta como el
pan
y la
carne
en Espaa. Todos los atrasos en que est en
estos
Reinos
la
Literatura
y
en
su
consecuencia
el acrecer
de un sinnmero de
bienes y honestos
placeres
que nos pro-
duciran las Ciencias y Artes provienen
de
no tener un sistema
sabio de educacin pblica y de la libertad que hay
en
todas
las escuelas
donde
rompe
su
botn o
envoltura
el ingenio
no ofreciendo para cebo de la imaginacin vaca y go
losa
de
los
nio
s
otro alimento que
el de
cuentos
librillos mal for-
mados de los que nada se aprende de
que poder
hacer uso
ni ostentacin en mayor
edad;
antes al contrario
se avergen-
za de
haber
aprendido mentiras
o
cosas
insustanciales o
mal
fundadas las que
son verdaderas;
de modo
que con
nuestro
comn mtodo
de
educacin
pblica ni se
aprende la
reli-
gin que
nos
ha de salvar ni
las
obligaciones civiles con que
debemos cumplir
1
Esta es
la
opinin
ms
generalizada
que no lograr
ser
ms
optimista con el paso de los aos
hasta
la ordenacin
educativa del
nuevo siglo. Pero
mientra
s
tanto
veamos los
l .
Vase el
iario eslrangero
del 12
de abril de
1763
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42 FRANCISCO AGUILAR PIAL
fundamentos de esta
actitud;
pasemos nuestros ojos por los
viejos papeles
que encierran
la
realidad de
lo
que fue la en-
seanza primaria en el siglo
XVIII.
Aunque contamos con valiosos
estudios
parciales, todava
no existe una
historia
de
conjunto
de
la
enseanza
primaria
en Espaa en
el siglo XVIII. Dejando aparte la Historia de
l Pedagoga, publicada en 1911 por el jesuita P. Ruiz
Amado,
que se
ha
usado como texto
escolar,
y los
libros, ya
clsicos,
de Gil de Zrate y de Snchez de la Campa, que tratan de
la instruccin pblica en general, debemos citar la
obra
de
Manuel Bartolom Cosso,
La Ensefianza primaria en Espaa
1897) y los
Documentos para la historia escolar en Espaa,
de Lorenzo Luzuriaga 1916 . En estos dos libros
se
pueden
encontrar datos fidedignos,
aunque
no numerosos, relativos
al siglo XVIII. Tambin lo encontraremos
en
la obra de Mara
Angeles Galino,
Evolucin histrica de la educacin en los
tiempos modernos
Instituto
S.
Jos
de Calasanz,
1950),
pero
ms
directamente en
el breve artculo de Aurelio Marcos Mon-
tero, El magisterio en la poca de Carlos JI en la Revista
Espaola de Pedagoga,
nm. 48, 1954
.
Para el siglo XIX es ya ms abundante la bibliografa,
puesto que
a partir
de
1838 vieron la luz
lo
s dos volmenes
de Coleccin de decretos referentes a
Instruccin
pblica, y
desde 1847
la Compilacin legislativa de Instruccin pblica,
en cuatro volmenes. As como carecemos de estadsticas an-
teriores,
se
han
publicado con
relativa
periodicidad
en
1835,
1846, 1850, 1855, 1865, 1870, 1880, 1885, 1903, 1908. Por otra
parte, puede
decirse
que
todo el
siglo
queda cubierto con
los
importantes estudios de Julio
Ruiz
Berrio, Poltica escolar en
Espaifa en el siglo XIX 1808-1833) Madrid,
1970) y de
Yvonne
Turin,
La
educacin y la escuela
en Espaa de
1874 a 1902
Madrid, 1967).
Poco es,
pues,
lo que se ha hecho de forma ordenada y
exhaustiva sobre
la enseanza
de las primeras letras en
nues-
tro
siglo
XVIII. Pero
escasean
los
datos,
en
particular,
sobre
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LA ENSEANZA PRIMARIA EN SEVILLA DURANTE EL SIGLO XVIII 43
el
mismo
t
ema en
la ciudad de Sevilla. Esta es la contribu
cin
que me
propongo
hacer
con
el
presente
estudio.
Tres testimonios
Entre
los
numerosos
textos crticos
que
se
podran
aducir
aqu como introduccin
al tema, he
escogido tres
de
gran
vala,
separados
en
tre s por un cuarto
de siglo
aproximada
mente,
lo
que
les
da un valor
tes
timonial de importancia,
al
cubrir
m
s
de
medio siglo.
El primero en acudir
a
nuestra cita
es el benedictino
P.
Sarmiento,
figura relevante en la historia de la pedagoga
espaola.
Entre sus obras
manuscritas
que
se
conservan
en
la Bibliot
eca
Nacional
de Madrid
Ms. 20.395)
encontra
mos
pginas admirables dedicadas a la enseanza primaria.
Estn
escritas hacia 1762 y
muestran una
actitud crtica al mismo
tiempo que constructiva. El segun
do escrito
es debido a
Juan
Picornell ,
maestro inteligente abocado
a
co
n
spirador, que en
el prlogo a su
Discurso tericoprctico
sobr
e la educacin
de la infancia
Madrid, 1786)
se
muestra
ya
algo optimista
por los progresos realizados: Felizmen
te
la nacin d i e -
va
pensando
bien en un asunto
en
que
hasta
ahora
se
haba
notado
un total
descuido. y
se
ven
cada da repetidas
prue
bas
de que se van ya ab
andonando
las antiguas preocupa
ciones. El tercer testimonio es de 1809.
Su
autor, Manuel
Jos
Narganes de
Posada
,
en
el libro:
Tres cartas sobre los
vicios de la Instruccin pblica en
spaa
y proyecto de
un
Plan para su reforma
Madrid, 1809).
Pieza
fundame
ntal
en el
engrana
je
docente
ha
sido
siem
pre
el profesorado. Su formacin,
su
dedicacin vocacional,
su
entusiasmo
por el
progreso son
condicin indispensable
en todo proyecto
planificad
or de
la legisl
ac
in pegadgica.
V
eam
os
, pues,
cu
l
es son
l
as
caractersticas ms destacadas
por
estos
tre
s
autores en
el magisterio
primario de
Espaa
en la
centuria
que
comentamos.
Sobre
la ignorancia de los
maestros
escribe
duramente
el P
Sarmiento:
Obra
de
mi
sericordia
es
ensear al que no
sabe. Pero
que
el
que
no sabe
ensear
se
meta
a
ese
oficio
para comer
no es
obra
de mi-
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FRANCISCO AGUILAR PIAL
sericordia sino de injusticia y de una
charlatanera
satisfe-
cha. La
culpa de
ese
abuso
debe
recaer
sobre
los Magistra-
dos que buscando los
mejores toreadores
gaiteros
dan
zantes
para sus
fiestas
no buscan un
buen
maestro para
sus
hijos. Y Picornell escribe a
su
vez lo siguiente: Pregn-
tese a los
que estn
encargados
de
la
instruccin de la
in-
fancia
esto
es del
ms preciado tesoro
de la sociedad y se
ver que
casi
todos estn desnudos
del
conocimiento
de
los
buenos libros;
que apenas han saludado
los preceptos
del
Arte
grfica
de
la ortografa
y
gramtica de nuestra
lengua;
que
los ms
carecen de
una
instruccin razonable de
los fun-
damentos
de
la
religin y de la
moral; que
contentos de
haber
ledo el catecismo del P. Astete o
Ripalda no
se han
tomado jams
la
pena
de
examinarlos hasta
cierto
punto en
otros
que
seguramente
les daran nociones ms fundamentales.
Pero sobre todo -concluye-
el
mayor de los
inconvenientes
es
la
falta de
costumbres que se nota
en
muchos
maestros.
No debi
mejorar
mucho
la situacin en los
aos siguien-
tes por cuanto a principios del XIX Narganes
rememora
sus aos escolares
con
los siguientes
prrafos:
Volvamos
la
vista
a
las
escuelas
por donde hemos pasado: acordmonos
de lo
que
all vimos;
tracemos
el
cuadro
vergonzoso de nues-
tra
educacin desde
las primer
as letras
hasta
los
estudios
ms sublimes y
dime
despus si hay en la Europa entera
nacin
ms atrasada que la nuestra.
Ape
nas
sale
un nio de
los
brazos de
su nodriza
cuando entra en poder de un men
-
digo
ignorant
e
que
lo
espera
con la palmeta
en
una mano
y el azote
en
la otra para ensearle lo que
llaman primeras
letras
es decir
para
darle
la
primera
educacin
.
Este
es el
primer
beneficio
que
recibe de la sociedad
este es
el
mae
s
tro
que
la vigilancia paternal del Gobierno
le destina para que
forme sus hbitos
y
eche
los
primeros cimientos
del
sistema
de sus ideas; en una palabra para que forme su carcter
su
moralidad
y su razn. S
un mendigo ignorante
pues tales
son y han
sido siempre
los maestros de escuela
sobre todo
en los
pueblos pequeos de Espaa; si
alguno
por no haber
visto
ms
que las escuelas de primeras
letras
de las ciudades
grandes
trata
mi proposicin
de exagerada
que
visite
las de
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LA ENSEANZA
PR
IMARIA EN SEVILLA DURANTE EL SIGUJ XVIII 45
las aldeas y aun
las
de las poblaciones
de
segunda y tercera
clase y
dgame si
exagero
en
lo
que digo.
Sobre los mtodos
de
la
enseanza
nos
dice el P. Sarmien
to: Nunca
podr ser
nimio el
cu
idado
que
se podr poner
a los
principios
para que la educacin de
la juventud
no salga
torcida.
Sale
torcida
por
lo regular
por tres
rudezas que
la
acompaan: del nio del
maestro
y del mtodo. La rudeza
del
nio no
es tal ni
tanta ni
tan
universal
como se supone
en algunos. La
rudeza
de muchos que
quieren
hacer de maes
tros
es
ms
y
mayor
y
ms
general
de
lo que
se
piensa.
La
rudeza del mtodo ms que
por ser
tosca brbara
es
cruel
tirana
y
sanguinaria con
los
nios por
el diablico y
falso
aforismo de cmitres
y verdugos:
l
letra con sangre
entra
Tambin
el Discurso de Picornell atiende al
mtodo
enco
miando
los
adelantos en este
campo: el
escritorio de
impren
ta de Montpellier;
el biombo
o
pantalla
de
marfil
las
varitas
de
plomo del
abate
Pluche; los dados de Saavedra
etc
. El
mtodo de ensear a leer por letras como lo
hacen
comn
mente
los
maestros es sumamente embarazoso
y molesto.
Recomienda para el aprendizaje de la
lectura
el mtodo si-
lbico propuesto
por
Antonio Casero
Juan
A Gonzlez
Valds quienes
han
demostrado que si se ejecutara por s
labas
se
ahorrara
el
fastidio y la
pesadez
que resultan
de
la
molesta
repeticin
de
las
letras
y se hara ms sencillo y
natural. Pide adems
un mayor esmero
en
la escritura:
Es
tamos en
un tiempo
- afirma-
en
que el
buen gusto
ha lo
grado
disipar
la
a
ntigua preocupacin
que
haca
a
nuestros
nacionales
mirar
como
una
cualidad
propia
de
un
caba
ll
ero
el
escribir de un modo
ininteligible ...
Al
presente
todos
desean
y aun
miran como
uno
de
los ramos
de
la buena educacin
el
escribir
con limpieza y si los maestros se han de conformar
con el
gusto actual de
la nacin se
hace
preciso el
que
pro
curen instruirse de
los el
ementos del arte
grfica.
Seala tambin
Picornell la excesiva severidad
de
los maes
tros: Aquel
carcter austero
y quisquilloso
que
suelen t ener
los
ms de
l
os maestros puede ser
tambin
muy
perjudicial.
Es
una
pedantera
ridcula haberles de
pesar
escrupulosamente
-
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46 FRANCISCO AGUILAR PIAL
todas las palabras y no mostrarles jams
un
rostro humano
y
agradable
...
Si
a
esto
se
junta
un
castigo
indiscreto
y
casi
inhumano se hallar el verdadero origen
del
odio aversin
que tienen los
ms
de los
nios
al estudio.
Finalmente tomemos el
relato
de Narganes en donde
lo
dejamos a la entrada de un pueblo castellano.
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L
ENSEANZA PRIMARIA EN SEVILLA DURANTE EL
SIGW
XVIII
7
les multiplican maestros
para
todo y todos conspiran no a
formar sino
a
cochopear
[sic] un
dis
cpulo
para
nada. En
esos
que han de heredar cuantiosos
caudales y
rentas
es ver-
genza el saber leer
escribir
y contar y entender
un
libro
latino. Creen ellos y sus
padres
y aun
los
maestros viles y
aduladores
que
los
talentos de
la
fortuna
arguyen talentos
de gracia y
naturaleza
y
que
lo
mismo
es
ser rico que ser
racional.
Pero
Dios
quiere
pocas veces
esa
unin
de
cosas
tan
encontradas.
Todo el
aparato de tantos maestros con
pinges
salarios
echan
a perder al
nio
.. Por el contrario con los
hijos
de
la
gente
honrada
y
de
cortos
caudales se
peca
por
carta de
menos. Que sean ciento o doscientos a todos los
embanastan como sardinas en una sala
debajo
de un
solo
maestro. Que
ste
sea
docto
o indocto jams podr ensear
bien
ni
a todos
ni
a
la mitad ni
a
la cuarta parte ni aun
a
uno
solo
de
los nios.
Narganes
despus de de
c
ir que
el
escribir
y el
contar
son
las dos
en
seanzas que los
padres
exigen principalmente con-
tina:
los
nios
a quienes se
destina
para que
sigan
carrera
o a quienes
espera alguna
capellana
poco
tiempo
gastan en
esto:
con que sepan
hacer
cuatro
garabatos
basta;
porque
lo
que
importa es
que
cuanto
antes empiecen
el latn; y los
ricos que
no
han de
ganar
la vida con la pluma con
saber
firmar su nombre
les
sobra
:
mayordomos
tendrn que le
s
ajusten las
cuentas
y
criados
que les escriban las cartas ..
Los
que
se
destinan al
comercio
emplean
algunos aos
ms
en el
aprender a
escribir
y
contar;
y
al
cabo del
tiempo
y a
fuerza de azotes y de
mojar
papel
con
tinta
y lgrimas llegan
por
fin a
escribir lo
bastante
para entrar
en
un
escritorio.
Verdad
es
que no
saben una
palabra de ortografa
y
que no
conocen
su
lengua ni
son
capaces
de escribir
por s la
carta
ms
sencilla pero esto all lo
aprendern
. .. A esto
no
ms
se
reduce la parte cientfica
de
lo
que se llama primera
edu-
cacin en
Espaa. La parte moral
o lo
que se llama
ms
propiamente
educacin
que debe
acompaar a la
primera
es todava
mucho
ms lastimosa. Toda ella se reduce a hacer
aprender de memoria a
los
nios
un
catecismo
que ni
en-
tienden
ni sera bien que
entendiesen;
hacrselo
repetir
todos
-
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8
FRANCISCO AGUILAR PIAL
los
sbados y aun cantarlo
por las
calles; cuatro
oraciones
para
decir
al
entrar
salir
de
la
escuela;
ir
a
misa de
dos
en dos y estarse all
de
rodillas y sin moverse
pena
de azotes:
aqu tienes toda
la
educacin moral
volucin del magisterio de primeras letras
En
el siglo XVIII
que hereda
las
estructuras
docentes
del
siglo anterior las escuelas eran gratuitas
de
pago. Las pri
meras
para los pobres corran casi exclusivamente a cargo
de
los escolapios establecidos en Espaa desde 1682. Frente
a ellos
en
rivalidad permanente estaban
los
maestros
apro
bados
que formaban
la
Hermandad
de
San Casiano. Esta
divisin -dice Luzuriaga- era frecuentemente
ms aparente
que real por
cuanto
en las Escuelas Pas
e n
contra
de
su
ministerio-
se
admitan a veces nios
pudientes
a
quienes
se cobraba retribuciones con grave perjuicio de
los
maestros
examinados que vivan
nicamente
de esas retribuciones por
lo que sostuvieron largos pleitos con los escolapios.
Tambin
en
las
escuelas de pago
se
oblig
como veremos
a admitir
a
cierto nmero
de nios
gratuitos.
Esta condicin del examen
l a s
oposiciones- era la que
divida en
la
prctica
al
profesorado
clasificando la ense
anza
en
oficial y privada o ms exactamente
en
controlada
y no
controlada. Dentro de esta
ltima
hay
que
incluir
a
los
ayos y leccionistas a cuantos no contaban con local escolar
aparte de
los religiosos que enseaban en sus conventos e
incluso por las casas. Carecan
de
ttulo
de
autorizacin para
ensear y
de sujecin estatal.
A
su
lado
puede considerarse
oficial o
controlada
la
enseanza
en la que
de alguna
manera
intervena
la
autoridad. Previo examen disfrutaban del ttulo
de
maestros y deban
someterse
a
ciertas
reglas. Ni que decir
tiene que una
de
las facetas ms destacadas
de
la
legislacin
ilustrada fue la
lucha
contra el intrusismo pedaggico.
La evolucin de
la
enseanza
de
primeras letras a todo lo
largo
del siglo
XVIII primera
mitad del
XIX se
caracteriza
pues
en
el
orden
legislativo por una creciente intervencin
estatal
que
pretende
hacer
ms
efectivo
su
control centralizar
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
11/45
LA ENSEANZA PRIMARIA EN SEVILLA DURANTE EL SIGLO
XVIII 49
la
administracin
educativa uniformar
los
mtodos y sobre
todo
sustituir
a
la
Iglesia
por
elementos
laicos
en
el con-
junto
del profesorado. Este
control
de la enseanza era ejer-
cido
por
el Consejo
de
Castilla
que deleg en
la
Hermandad
de
San Casiano
la facultad
de examinar a los maestros re-
servndose el derecho de expedicin de ttulos. Esta prerro-
gativa le fue
confirmada por
Felipe V en la R. C de 1 de
septiembre
de 1743.
La
Hermandad de
San Casiano debi constituirse hacia
1642. En 1646 se aprobaron las primeras constituciones que
fueron renovadas
en
1703 y 1719 como
simple
sociedad religio-
sa
y
de mutuo
auxilio.
La Hermandad sufri una
evolucin
de carcter gremial
fruto de la
cual fueron las ordenanzas
de 1668 renovadas en 1695 1705 en las que se desarrolla-
ban
las
constituciones.
Durante
siglo
medio
estuvo en sus
manos
casi
por completo la
enseanza
primaria de la
Corte
y aun
la
de
toda
Espaa ya que
la legislacin oficial
no era
ms
que
una
reproduccin de
los
acuerdos
tomados por ella.
Estos
se
manifestaron
en
las tres
series de ordenanzas citadas
las cuales
no
se
limitan
a
organizar
la
vida
de
la
Hermandad
sino la
de
toda la
primera enseanza. Las Provisiones
de
1740
1743 y 1763
apenas hacen
otra cosa
que
confirmar sus acuer-
dos. Esta situacin
cesa con
Carlos III .
La funcin principal de
la
Hermandad era
la
de examinar
a los
maestros con
validez
para toda Espaa por
delegacin
del Consejo
como se ha
dicho. Nadie poda abrir escuela
en
la Corte sin pertenecer
a la H
ermanda
d
que eje
rca
un
efec-
tivo monopolio;
ni se poda ensear
en
el
resto de la nacin
oficialmente
sin el
ttulo de
ma
es
tro expedido
por la
Herman-
dad. Para los pueblos
pequeos donde
por
su
cortedad no
pueden mantener a ningn
maestro
examinado se permitira
la
enseanza
segn
rezan
las
ordenanzas
a
cualquiera que
est medianamente
instruido
pero
slo
para
ese pueblo. Si
alguno desea
ba
pasar
a
otro pueblo
de
mayor
vecindario
con
cargas fundacionales para escuelas deba someterse a examen.
El movimiento reformista
no
se advierte
en la
primera
enseanza hasta la citada R. P. de 1743 por la
cual
Felipe V
conceda
a los
maestros
examinados
y
que obtuvieren ttulo
4
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
12/45
5 FRANCISCO AGUILAR PIAL
de mi Consejo para
esta Corte
o fuera
de ella
.. todas las
exenciones
perminencias
y
prerrogativas que logran
.. los
que
ejercen
las
artes
liberales
de la carrera literaria
as
en quin-
tas levas y
sorteos
como en las
dems cargas
concejiles y
oficios pblicos... y
que no puedan ser presos en
sus
personas
por
causa
civil s slo en lo criminal. Adems de
esta
inicial
reivindicacin social del
magisterio
a los
maestros ms an-
tiguos
se
les confera el
grado
de
visitadores de las
escuelas
comenzando
as una primera etapa tmida pero
significativa
de vigilancia y
control
de la enseanza primaria.
En
otra
R. P. de 20 de
diciembre
del
mismo ao
1743
se
expresan ya
los
primeros tanteos
de
una poltica
escolar.
Entre
otras
cosas
se
consolida
ya
la efectiva
discriminacin
exis-
tente entre Madrid
y el resto de la nacin. Segn ella los
maestros
quedaban
clasificados en
tres grupos
escalonados
con diversidad
de
exmenes: los
que hubieren de ejercer
en
la Corte
en las
ciudades y villas
de
largo vecindario y
en
los lugares aldeas
de
corto vecindario. Con ello la Her-
mandad
de San Casiano que era quien efectivamente haba
redactado la
Provisin
pretenda asegurarse
el monopolio
de
la enseanza primaria
en Madrid
centro
de
todas las bata-
llas de
Ja Hermandad. El nmero de
escuelas
madrileas
que-
d fijado
en
24 regulndose
por
la R. P. de 3
de octubr
e
de
1763 la
distribucin
lmites
parroquiales
de
cada una.
Se reitera la prohibicin
de
ensear
sin
ttulo
del Consejo
ni autorizacin de
la
Hermandad
y
se ordena que ningn
maestro en esta
Corte pueda ten
er
ocupacin
que
le
distraiga
de las horas regulares
de la
enseanza
de
los nios
pues
se
opone a
la
buena
asistencia
y celo
con que se
debe
practicar
el arte.
En 1774 los
Hermanos
mayores de San Casiano Eugenio
de
Huerta
Pe
dro
Fernndez
de
Hidalgo movidos del celo
y deseo de fomentar la
perfecta
educacin de la juventud
presentaron una instancia al
Consejo solicitando extinguir
dicha Congregacin y en su lugar
hacer un
nuevo estableci-
miento de
Cuerpo acadmico bajo la
nica
e
inmediata pro
-
teccin del Rey. Por R. P. de 22 de diciembre de 1780
fueron
aprobados
los
estatutos de
la
nu
eva institucin
que
conti
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
13/45
LA ENSEANZA
PRIMARIA
EN SEVILLA DURANTE
EL
SIGLO XVIII
5
nuaba disfrutando de
idnticos privilegios que
su
antecesora.
L
as
innovaciones
ms
importantes se
refieren
a
la
form
acin
de los
maestros de
lo
que se tratar
ms adelante. Aun man-
teniendo el carcter gremial de San Casiano estaba ya ins-
pirado por un espritu m
s
amplio
.
Los
nuevos acadmicos
deban hacer juramento de defender la
Concepcin Inmacu-
lada
de Mara,
de observar
los
estatutos de guardar
secreto
profesional. Con la misma fecha se creaba un montepo
para
jubilacin , viudedad, etc.
2
El
Colegio Acadmico slo
se diferenciaba
de
la
Herman-
dad en el nombre y
en
algunos
puntos
de las ordenanzas.
Los acadmicos
seran
los
mismos maestros
de
San
Casiano,
Con tal de
que acepten formalment
e
la
voz de tales acad-
micos, y
el
Colegio ser pblico, donde
sin perjuicio de la
enseanza de las escuelas de
esta
Corte, tengan continuos ejer-
cicios
abiertos
los
maestros profesores
que las
regentan
en
que por individuos
de ella se ejecuten
los exmenes
de
pro-
fesores y lectores
de letra
antigua e
xaminando con
rigor,
no
solamente
la
habilidad
y suficiencia,
sino
principalmente
la
limpieza de sangre
buena vida
y
costumbres;
y finalmente, en
que
se dirijan con
mayor
celo
las
escuelas de Madrid, cabeza
y
miembro principal de
la
Monarqua
,
cuidando que en
ellas
se
d perfecta instruccin
a
la
niez,
para
que sus buenos
influjos
se
deriven y
extiendan
a los de
ms miembros
menos
principales de ella. Como vemos, poco
ha
c
ambiado la
si-
tuac
i
n
.
Contina la discriminacin
e
ntre la
Corte y el
resto
de Espaa
el
monopolio de la enseanza cortesana
en
manos
de
unos pocos y el
derecho de examen
.
Casi la nica
novedad
estriba
en esas clases
pblicas
a
que se
obliga
la
Academia,
precursoras de
las
Escuelas Normales
,
ya que en
ellas se tie-
ne
la intencin
de formar
a
los futuros maestros.
Como
complemento de estas
medidas,
se
expide el 12 de
julio de 78 una
R. C. estableciendo
por
vez
primera
en
Espaa la enseanza
obligatoria. No es algo definitivo, sino
un
ensayo de
carcter
social,
muy
acorde
con
los
postulados
2. El expediente se conserva
en
el Ar chivo Histrico Nacio
nal
AHN), Con
se
jos ,
lcg
. 3 .120.
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
14/45
52
FRANCISCO AGUILAR PIAL
de
la
Ilustracin.
Ya
por
R. O. de 7 de
mayo
de
1755
se
haba ordenado que
los vagos
ineptos para las
armas
los
me-
nores de 17
aos y los
mayores de
36
se deban
recoger
drseles destino para
el
servicio de la Armada Oficios o re-
cogimiento
en
Hospicios y Casas
de misericordia
a fin de
que
no subsistiese por ms tiempo en el
Reino
la
nota
ni los
daos
que trae consigo la ociosidad
en perjuicio de
la uni-
versal
industria
del pueblo de que
depende en gran parte
la felicidad comn.
En
esta
fecha de 1781 se
ordena que mientras tanto re-
suelve el Consejo
sobre
ereccin
de
Casas
de
misericordia
otros medios
de socorrer
a los
pobres ineptos
para el servicio
militar
:
1.
0
Que
las Justicias amonesten
a
los padres
y
cuiden
de que
stos si
fueren
pudientes recojan a sus hijos e
hijas
vagos les
den
educacin conveniente
aprendiendo
oficio o
destino
til colocndolos con amo o
maestro;
en cuya forma
nterin se
forman
las Casas de recoleccin y enseanza cari-
tativa
se
lograr
arreglar
cuanto
antes
la
polica general
de
pobres
y
apartar de
la mendiguez
y de
la ociosidad a
toda
la
juventud
atajando
el
progreso fuente
p e
renne
de la va
gancia
. 2.
0
Que si los nios
fueren desamparados tomen los
magistrados
polticos las veces
de
aqullos y supliendo su
imposibi lidad negligencia o de
sidia reciban en
sf tales cui
dados
de colocar
con amos
o maestros a
los nios
y nias ...
pues
con
este
impulso universal y sistemtico en todos
los
pueblos se lograr desterrar en
su raz la ociosidad y
sacar
partido ventajoso
de
la multitud de personas
que
aunque
componen
la poblacin general
del
Reino
son en
el
estado
actual carga
y
apropio
de l.. .
A
esta
R. C.
de
1779 sucedi
otra de
15
de mayo
de 1788
que incluye una instruccin de Corregidores a los que se
encomienda entre otras
cosas la vigilancia
de las
escuelas.
Letra
muerta la
de
las leyes
utpicas sin respaldo
popular.
La
orden
hubo de ser repetida en
6 de
mayo de
1790:
A
pesar de tan sabias y justas providencias ha llegado a noticia
de
S. M.
que por no
tener
su
debida observancia [las le
yes
anteriores]
se cometen muchos
excesos y escndalos dimana
dos
de la ociosidad
y
relajacin de costumbres;
y
se ha
ser-
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
15/45
LA ENSEANZA PRIMARIA EN SEVILLA DURANTE
EL
SIGLO
XVIII
53
vida mandar
al
Consejo
que
trate de enmendar y
corregir
la
educacin ociosidad y
resabios
que
pasan
de
padres
a hijos
3
Poco dur la actividad del nuevo Colegio acadmico . Son
manifiestas las disensiones
internas
que
lo
dividan.
En 1791
el segundo Director Vicente Naharro present al Consejo un
memorial
en
el
que
acusaba
a la institucin de no cumplir
los
estatutos asegurando que en
sus
reuniones no
se haca
ms que
insultar a quienes
formaban
parte de l. Dice que
todos son ignorantes
y
que
slo
buscan el
dinero
de
los ex-
menes para
el
montepo.
Hay que
advertir que
Naharro
esta-
ba
ya asociado
al
maestro Jos
Anduaga
ilustre
promotor
de
nuevos
mtodos
docentes.
El
Consejo se
hizo
eco
de
semejan-
tes acusaciones y por R.
C.
de
25 de diciembre de
1791 fue
suprimido
el Colegio acadmico al
mismo
tiempo que se crea-
ba
la
cademia de primera educacin
bajo la
dependencia
de la primera Secretara de Estado. En la
exposicin de mo-
tivos
de
la decisin regia
se
especificaba
que
como el Con-
sejo no haba podido ni puede por
sus
muchos
negocios en-
trar a
examinar la conducta de
los
maestros
y el
estado
de
sus escuelas ...
ha
quedado todo
a
la discrecin
del Colegio
acadmico el cual
como juez
y
parte
se
ha abandonado
en-
teramente
en
punto
a enseanza y slo
ha
cuidado de los
intereses
privativos del mismo
Colegio.
Ni ha
servido ponerle
un Protector individuo de la Sociedad de Madrid porque ste
no ha podido
mezclarse
en
ciertos
puntos
ni ha tenido la
auto-
ridad
necesaria
para
otros. En una palabra
la
en
se
a
nza
ge-
neral de Espaa
ha
llegado al estado ms infeliz.
En
los
estatutos de esta nueva
Academia
aprobados
en
1797
se establece que:
El
instituto de
esta
Academia es rec-
tificar
fomentar
y
diri
gir
privativamente
la
enseanza de
los
nios
en todo
s los
dominios de S.M.
.
Se le
conceden amplias
facultades para
este
desempeo con
estas
frases: Como que-
dan desde ahora refundidas en
la Academia
todas
las faculta-
des y obligaciones
que tenan otros
Cuerpos Comunidades
personas sobre
la direccin y arreglo de la
primera ensean
-
za y debe
sta
mejorarse segn los progresos de las luces
3.
Id
. leg.
2.806
.
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
16/45
54
FRANCISCO AGUILAR PIAL
la vigilancia de la Acade
mia
,
har sta todas las variaciones
que
juzgue convenientes
para
la
mayor
perfeccin
de la refe-
rida
enseanza
4
Se remitiran
a
su
cens
ura todos
los libros
y
escritos sobre primera
educacin, y
gozara de
la prot
ec
-
cin
de
un
Juez conservador ministro
del Consejo de Cas-
tilla, que conozca en
cualquiera manera
a los derechos,
pri-
vilegios, fondos y rentas
de la
Academia, con voz y voto en
ella. Por primera vez
se redacta
un
Reglamento de escuelas
de primeras letras con normas concernientes a edificios
material escolar. Las oposiciones para
todas
las escuelas
del
Reino se
celebraran
en
Madrid,
hasta
que
fuesen estab
leci-
das Academias provinciales.
Los nicos
gastos
que
dependan de la Corona
en
materia
escolar eran los que sufragaban
las
escuelas fundadas en San
Ildefonso y otros Reales Sitios por Carlos III para atender
a
los hijos de sus
servidores.
Estas
escuel
as
eran conocidas
con el nombre
de
escuelas
de
la comitiva gozaban de
absoluta
independencia con respecto
al
resto
del magisterio.
Por R.
D
de
25
de diciembr
e
de
1791
Carlos IV ampli el
sistema
a
la
Corte,
con
estas palabras:
Habiend
o experimen-
tado
los
buenos
efectos que ha producido
el establecimiento
que
mi
augusto Padre Seor q. e. p. d.) hizo
de
las nuevas
Escuelas
de
primeras
letras del Real Sitio
de
San Ildefonso,
y de la que existe en las casas contiguas a
la
Real Iglesia de
San
Isidro de esta
Villa de
Madrid para
la
buena educa
c
in
de
los hijos
de sus
criados y especialmente
de
los que siguen
la
Real Comitiva a los
Sitio
s, y
con
el deseo
de
extender esta
misma
educacin... como han solicitado varios Pueblos del
Reino...
he
resuelto,
para
que haya
un
plantel
de
donde
sal-
gan todos
los
maestros
crear una Escuela
en cada
uno
de
los ocho cuarteles
en
que est dividida Madrid, con el ttulo
de
Escuelas Reales, como hijas de la de San Isidro confin-
dolas a los ocho maestros que ms se han distinguido en el
mtodo establecido en
ella...
Cada
maestro
recibir
400 du-
cados al ao, ayuda
de costa
para
un
pasante y para pago
de
alquiler de la
escuela,
con la
obligacin
de
ensear a los
4 Id. legs. 3 120 y 3.028.
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
17/45
LA ENSEANZA
PRIMARIA
EN SEVILLA DURANTE EL SIGLO
XVIII 55
pobres que
les enven
las
Diputaciones de Caridad y
la fa-
cultad de recibir
es
tipendio
por
los
dem
s nios pudientes.
Es
el
primer
desembolso
de
las
arcas
reales
en favor de
la
enseanza
pbli
ca. Pero con tales
caractersticas
de privilegio
que su
consecuencia
natural eran
las
env
idias los pleitos
y
la inoperancia.
Con la llegada de Godoy al poder
vuelven
a
tomar
actua-
lidad los planes de reforma de
la
ens
eanza. Pero
si veinte
aos antes con Carlos III la mirada se haba fijado princi-
palmente
en la Universidad
ahora
se
pretende
englobar en
un
Plan
general
todos
los
grados
doc
entes.
Los expedientes
archivados en el Consejo
fueron recogidos
en 1795 y el 25
de noviembre de 1797 se cre la Junta Superior de Ensean-
za
con
el encargo
de redactar un Plan uniforme para
todo
el Reino. Este fue
presentado en
1803 e impugnado
por
los
fiscales. Vuelto a
presentar
retocado en
1805 sufri
igual
fortuna.
Nuevas
idea
s pedaggicas
se van infiltrando en
estos aos.
Cabarrs
en
1792 en carta a Jovellanos
haba
trazado
un
plan
completo
y
revolucionario
para
la enseanza impregnado
del
espritu de la
Revolucin francesa:
igualdad absoluta
para
todos los nios
en
la primera enseanza
que
habra de ser
obligatoria y
gratuita.
Las mismas ideas
respira
el escrito que
presenta
Jovellanos a la Junta Central en 1809.
Se propona
en
l una reorganizacin general. desde
la
escuela elemental
a las academias se afirmaba como principio absoluto la
obligacin del Estado de hacer llegar la enseanza a todos
los ciudadanos
de cualquier
clase y
profesin.
El
Colegio
acadmico la
Academia
de primera
educacin
que
se
destruyeron
mutuamente en
lar
go pleito
perdieron
sus
privilegios de examen
con
el nuevo siglo. El 11 de febrero
de 1804
se cre la Junta
especial
de
exmenes
con la
s atri-
buciones
que
antes
tena
la Academia se
dej libertad
a
los
maestros para que se
estab
leciesen donde les conviniese.
En 1806 se ampli la Junta de exmenes a todas las cap itales
de p
rov
incia.
Esta era la situacin cuand
o sobrevino
la guerra. Son las
Cortes
de
Cdiz
la
s
que
vuelven a
recoger la preocupacin
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
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56
FRANCISCO AGUILAR PIAL
docente
. La Constitucin de 1812 destina
el
ttulo IX a la
enseanza
y establece
que se deben
fundar
escuelas nacio
nales
en
todos los
pueblos. Se crea
entonces
la
Direccin Ge
neral
de Estudios cuyo
inspirador
y
alma
fue
Quintana
a
quien se debe el informe de 9 de septiembre de 1813 base
de
todas
las reformas posteriores.
os maestros la enseanza
Pieza fundamental
en
el
engranaje
docente
-como
se ha
dicho-
ha
sido
siempre el profesorado.
Su
formacin
su
dedicacin
vocacional
su entusiasmo
por el
progreso
son con
dicin indispensable en todo proyecto planificador legislativo
de
la
enseanza.
Sentada
esta premisa veamos cules son las caractersti
cas
del
magisterio
primario
de Espaa en la centuria que
comentamos.
En principio baste sealar
que
en la Herman
dad de
San
Casiano era requisito previo para presentarse a
examen y obtener el ttulo
haberse
costeado el consabido ex
pediente
de limpieza
de sangre
y
buenas costumbres.
As
se
indica taxativamente
en
la R. P. de
28
de
enero
de 1740
no slo para los
maestros
sino
tambin
para
pasantes
lec
cionistas. Esta informacin se consideraba indispensable para
la
buena marcha
de las escuelas se repite en 1763
77
y 1780 y
ms tarde en
los
estatutos
del Colegio
acad
mico
de primeras letras donde se lee
textu
almente: No se admi
tir
a examen a
ninguna persona que
l o
su padre haya
ejer
cido oficio vil en la Repblica ni incurrido
en
pena de in
famia
ya que
est
mandado
por
el
Consejo
que ninguna
persona pueda
dar leccio
nes de primeras
letras por las casas
sin
que
preceda hacer informacin de cristianos viejos
vita
et
moribus
y
de no haber tenido sus padres ni
ellos oficios
viles ni mecnicos.
El aprendizaje
era con
maestro aprobado a estilo gre
mial. Se requeran
veinte
aos
y
tres de aprendizaje en
las
ordenanzas de San Casiano
que
especificaban: Ningn maes
tro puede admitir ayudante alguno sin
que
primero
haya
he
-
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
19/45
LA ENSEANZA PRIMARIA EN SEVILLA DURANTE EL SIGW XVIII 57
cho
las
informaciones de
limpieza
anotdolo el
secretario
de
la
Congregacin.
Los exmenes
eran:
de
lectur que lea sueltamente en
un
libro
de
molde,
de
letra romanilla,
y de
coco o bula,
y
en
letra manuscrita antigua muy dificultosa;
que lea
de
co
rrido en las slabas de la
cartilla
y
que
deletree algunos nom
bres, dando sentido
a lo
que
leyese),
de escritur
ce
que
d
razn de cmo
se
ha de tomar
la
pluma
para
formar la letra
bastarda,
poner el brazo
y cuerpo, y qu figura
forma
...
que escriba prctico
todos los
tamaos, desde
el 8 hasta el
32,
que d razn
en
qu
lnea se sientan los puntos de
la
pluma,
y
de
la
simetra
y
proporcin de cada
una de
las
letras), de
ortogr f ha de dar
razn
de
lo
ms preciso
y necesario),
de ritmtic
que
sepa
las
cuatro reglas
generales
con
las
de quebrados, reglas de reduccin y prorrateos, reglas de tres,
reglas
de
aligaciones y mezclas, y de
testamentos,
la extraccin
de la raz cuadrada
y cbica), y
de
la
doctrin cristi n
ha
de
dar razn de
lo
que
contiene el
catecismo
del P. Ripalda .
Ejecutndose
los exmenes de
esta forma, aseguran
las orde
nanzas,
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
20/45
58
FRANCISCO AGUILAR PIAL
tivo y
adems otra
certificacin
del Ordinario de haber sido
aprobados en doctrina cristiana.
En
1780
al
crearse
el Colegio acadmico
se
establece
un
ejercicio semanal para los
maestros
de Madrid. Todos los
jue-
ves por la tarde durante tres
horas
se tratar de Gram-
tica
espaola
de
los escritos y
caracteres
de las
letras
que
se
han
usado
y usan en el Reino de la aritmtica y de todo
lo dems que parezca til para
la perfecta
educacin pbli-
ca. Esta obligacin de estudiar la
gramtica
castellana
pro-
puesta por
primera vez a los
maestros se complementa con
las lecturas: Para
que
los
maestros
lleguen a
poseer
perfec
tamente la lengua espaola
y
puedan
con
facilidad ensearla
a sus discpulos adems
de
las reglas de la Gramtica y el
uso
de hablarla es
preciso
se aadan
la
continua
leccin
de
los
buenos
autores tales entre otros:
Fray
Luis
de Granada
Fray
Luis de Len el
M Juan de
Avila
Lope
de Vega
Don
Diego
de
Mendoza Miguel
de
Cervantes
Pedro
Rivadeneyra
Alonso Rodrguez Garcilaso de la Vega Don Manuel de Vi
llegas Don Francisco
de
Quevedo Don Antonio
de
Sols
Don
Diego
de Saavedra
el
Origen de la lengua castellana
de
Al
derete el
Discurso
de la misma lengua de Ambrosio
de
Mo
rales el Dilogo de la ociosidad el trabajo de Diego Mexa
el
Dilogo de la dignidad del hombre de Fernn
Prez
de
Oliva y los Orgenes de la lengua castellana de Mayns. La
orden se
extiende a
todo
el
magisterio
nacional: A los
que
pretendan ser examinados
para maestros en
todo el Reino
o leccionistas se harn
preguntas
y repreguntas sobre las par-
tes de
la oracin
en
general y en
particular... por
lo
que
toca a
la Gramtica
castellana.
En
el Reglamento de escuelas e primeras letras
de
1797
se admite y
manifiesta
la necesidad de todos estos conoci
mientos
para
el profesorado primario:
Si los
maestros
de
primeras
letras
deben ensear a hablar
bien
a leer
escribir
y
contar
la
ortografa
modales
costumbres
y obligaciones
de
la doctrina cristiana
parece
justo
que sepan
todo esto
y
sepan
ensearlo.
Pero
a continuacin
vista la
imposibi
lidad
de
mantener
un mismo
nivel en
todo
el m
ag
isterio se
estab
l
ecen
tres
clases
de
maestros segn
el
lugar
donde
desem-
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
21/45
LA
ENSEANZA PRIMARIA EN SEVILLA DURANTE EL
SIGLO
XVIII
59
pean sus funciones: Pero no siendo posible
que
se pre-
paren todos
fundamentalmente con estos
conocimientos
para
un destino que
en lo general
no
les produce sino para
una
subsistencia
miserable conviene
dividir las
escuelas ahora
para
lo
sucesivo en
tres
diferentes
clases
segn ellas de-
ber ser la instruccin de los
profesores.
Las de
primera
clase quedan dotadas con
600
ducados como
mnimo. Estos
maestros
deberan adornar sus
conocimientos
con lgica fi-
losofa
moral
lgebra y
geometra
.
Excepto la enseanza del espaol que no se hace obli-
gatoria como
sabemos
hasta
1780-
en
la
escuela
se
apren-
da tradicionalmente
a leer
escribir
contar
el catecismo.
En
1743 se
prohibe para
las
escuelas
la
lectura
de
novelas
romances comedias o
historias
profanas orden que se re-
nueva
en 1763 y 1771.
En la
R. P. de 3 de
octubre de 763
se manda
a los
maestros que
hagan ejercitar a
los
discpu-
los
en
la
lectura de libros que enseen la
religin fundamen-
talmente
como el catecismo histrico de las conquistas de
nuestras Indias
con
ensalzamiento de la nacin de la re-
ligin catlica los
que
tratan
del
aumento
de
la
riqueza
agricultura de estos nuestros
Reinos como son los
libros
de
Alonso
de Herrera
Don Gernimo Ustriz Don Miguel de
Zavala Don
Bernardo de
Ulloa y otros
de esta
naturaleza
desterrando de
las escuelas
todos
los
libros
de comedias no-
velas y
otros
iguales ...
Por la R. P. de de julio de
77
se renueva la orden
que
no deba
ser
muy
bien cumplida
se cambian
los textos
de lectura: que habiendo sido ha
sta
aqu de fbulas fras
historias
mal
formadas
o devociones
indiscretas sin lenguaje
puro ni mximas slidas
con
las que se deprava el gusto
de
los
mismos nios
. ..
mandamos que en las
escuelas
se
en-
see adems del pequeo y
fundamental
catecismo que seale
el
Ordinario
de
la
dicesis
por
el
ompendio histrico de la
Religin de
Pinton el
atecismo histrico
de Fleury y algn
compendio de
Historia
de la
nacin
que
sealen respectiva-
mente los Corregidores de las cabezas de partido
con
acuerdo
o
dictamen de personas instruidas.
En
1780
se
vuelve a
prohibir
en las
escuelas
la
lectura
de
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
22/45
60
FRANCISCO AGUILAR
PIAL
comedias romances novelas e
historias profanas
y se indi-
can otros
libros
entre
ellos
el
Camino
e
la sabidura
de
Vives
traducida por
Francisco Cervantes de Salazar cuya
obra es la
ms apropsito para instruir
a los
nios de tierna
edad
en todas
las obligaciones
que constituyen
un
cristiano
verdadero
y
un buen
ciudadano>>.
Con
respecto a
la escritura
los
mismos maestros
hacan
los modelos de letras
que
los escolares
deban
copiar.
En
das sealados
tanto
los modelos
como las mejores
copias
eran expuestas pblicamente para que
se pudiese
juzgar
de
los
adelantos de
los nios.
Hay
varias
prohibiciones
a lo
lar
go del siglo XVIII
para que
los
maestros
no expusieran en
barrios
distintos
del suyo a fin
de atraerse
a los nios
de
otras
escuelas.
Para
la
aritmtica se recomienda
el texto
de
Juan
Prez de Moya.
Ya
se
ha
dicho
cmo por
la
R. P.
de de
diciembre
de
1780
se
ordena
que
en
todas
las escuelas del Reino
se
en-
see a los
nios su
lengua nativa
por la
Gramtica
de
la
Academia previniendo
y
hay que
destacar
la
novedad de
este
precepto-
que
a
ninguno
se admita a
estudiar latinidad
sin que conste antes estar bien instruido en
la
Gramtica
espaola. Adems
se
reitera
la
enseanza
de la
ortografa
y de
la
doctrina cristiana
que a
partir
de 1797 se encarga a
sacerdotes que
reciben el
nombre
de C
atequistas. En las
escuelas
de nias
slo se
aprendan
labores y rezos.
En
1783
se establece
para
la maestra la obligacin
de ensear
a
las
nias
a leer
si
este era su
deseo.
En el
Reglamento
de
1797
se ampla
la obligacin se
indican las materias que
las
nias deban aprender.
El rte e primeras letras de Sevilla
En
1705
la
Hermandad madrilea
de
San
Casiano
haba
limitado
el nmero de escuelas a
fin
de
que la multiplicidad
incontrolada
de maestros
no
hiciera
poco rentable el
ejerci-
cio
de
la profesin. Esta
proteccin
gremial fue
pronto
imi-
tada por
Granada
y Cdiz
entre otras
capitales. No
quiso
Sevilla
ir
a
la
zaga y solicit
tambin
la
aprobacin
para
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
23/45
LA
ENSEAN
ZA
PRIMARIA
EN
SEVILLA DURANTE EL SIGLO XVIII 61
un proyecto similar. Los
maestros sevillanos
quedaran agre-
miados
en
el
Arte de
primeras
letras,
al
que slo
podran
pertenecer
los
maestros con
escuela abierta en la ciudad, cuyo
nmero quedaba
reducido a treinta y una segn la
propuesta
presentada en
1727
al
Consejo Real
de
Castilla.
El Cabildo
de Jurados
hispalenses
se opuso
a
esta
preten-
dida limitacin de
escuelas
en
el casco
urbano por
motivos
sociales.
En
las Ordenanzas enviadas a
Madrid para
su apro-
bacin,
cada maestro se obligaba
a ensear
gratuitamente
a
cuatro
nios pobres nmero que pareci
in
suficiente al mu-
nicipio,
porque
slo
podran
ser
atendidos
un total
de
124
nios, y si dicha
ciudad
no tuviere ms fuera
lugar
de la
mayor
felicidad.
Siendo mucho mayor el nmero de
pobres,
a juicio de los
Jurados
excluirles de dicho beneficio
era
dao comn bien
sensible.
Veamos
con
algo de detalle el contenido de
estas
Orde-
nanzas. El
reparto de
escuelas
se haca por
collaciones, segn
el s
iguiente cuadro:
Iglesia Mayor
5
es
cu
elas) Calle de
la
Mar
Calle
Borceguinera
Calle Tundidor
es
Plaza de la Con tr
at
acin
Fuera del pos tigo del Aceite
San Salvador 3 escuelas) ... Calle Sierpes
Calle Da
do
s
Calle Alcaicera de la Loza
Ma
gd
al
ena
2 escuelas) ... ... Calle Colchoner
os
Calle Ca
nt
arranas
San Vicente 2 escuelas) ... Calle Armas
Calle Ancha
de San Vicente
San Lorenzo 2 escuelas) ... Plazuela de San Lorenzo
Santa Clara
San
Miguel 1 escuela) Cerca de la Iglesia
San Andrs 1 escuela) Cer
ca
de
la
Ig
le
sia
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
24/45
62 FRANCISCO
AG
UILAR PIAL
Omnium Sanctorum
2 escue-
las) . . . . .
. .
San Ju
an de
la P
alma
1 es-
cuela)
San
Marcos
1
escuela) .. .
San Romn
1
escuela) ...
S
an
Gil, Sa
nta Marina y San
Julin
1
escuela)
.
San
P
ed
ro y Santa Catalina
1
escuela)
Santia
go, San E
ste
ban y
San
Roqu
e
1
escuela) .. . ... . ..
San Ildefonso y San Isidoro
1 escuela) .. .
..
. .
.
. . .. .
..
.
S
an
B
arto
l
om
,
Santa
Cruz
y
S
an
Nicols 1 escuela)
S
an
Bernardo 1 escu
ela
)
Triana 4 escuelas) .. . .. .
Plazue
la
de la
Europ
a
San Basilio
Ce
rca de
la Iglesia
Calle Cas
tellar
Calle Enladrill
ada
Cuatro Cantillos
P
uerta
de la Mac
arena)
En
la
mediacin de ambas pa
rroquias
En
Pu
erta
de Carmona
En San Alberto
C
erca
del convento de San Jos
Cerca
de la
Iglesia
Ce rca de Santa Ana
Calle S
ant
o Dom
ingo
Junto
a la iglesia de la O
En
la Cava
El cerrado
monopolio gremial quedaba de manifiesto
en
el captulo 31 de las Ordenanzas , en el cual se estableca
que
la
escuela
vacante por mu
e
rte
del
titular se podra adjudicar
a otro maestro
aprobado,
despus de
pasados
ocho das, si
no
la so
licitase
el hijo
del
fallecido, o en su defecto el
hijo
de cualqui
era
otro de
lo
s treinta
maestros
restantes.
El
ingreso
en
el
gremio quedaba
sev
eramen
te con
tro
lado
por
los exmenes anuales, para los
que
era eleg
ido
un exa
minad
or
el
tercer
domingo
de
cada
ao, fecha
de la
reunin
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
25/45
LA ENSEANZA
PRIMARIA EN
SEVILLA DURANTE
EL SIGLO
XVIII
6
general de todos
los agremiados.
Se nombraban tambin
dos
Veedores,
con
la
precisa
obligacin de
insp
eccionar
la
s es-
cuelas una
vez
durante
el
curso.
La
ordenanza nm. 3
es-
tablece que no
pueda tener escue
la
de
aqu adelante el que
no estuviere
examinado y
aprobado.
Para esta
aprobacin
se requera
tener
2
aos, ser espaol, haber sido ayudante
o l
eccionista en
alguna
de
las escuelas
de la ciudad durante
dos aos y la informacin de limpieza, de
ser
cristianos vie-
jos,
limpios de mala raza de judos, moros
o penitenciados...
y que ellos, sus padres y abuelos
no
han
tenid
o oficios viles
ni
han
incurrido en
delito,
pena ni
nota
de
infamia.
El
examen propiamente
dicho haba de consistir en re-
citar de memoria la
doctrina
cristiana, saber leer de molde
y
proceso
o antigua, saber
escribir letra bastarda,
grifa, re-
donda tirada, con la ortografa, Sin
la
cual el
escribir
es
un
cuerpo
sin
alma, lleno de imperfecciones.
Estos
saberes
se
completaran
con la habilid
ad en
cortar las plumas,
formar
las lneas
pautadas,
de
gordo
y delgado,
hacer
l
as muestras
de
las
letras
y
demostrar
conocimiento
de
las cuatro reglas,
los
quebrados
y regla
de
tres. Con la
aptitud
en estas
ma-
terias la no pequea cualidad de ser hijo
,
pariente
o ayu-
dante de un maestro titular,
se
poda
pen
sar seriamente
en
obtener el pinge beneficio
de la primera
escuela vacante
de Sevilla.
Para evitar todo pcaro fraude, puntua
liz
aba
la
ordenanza
nm. que
los
que obtengan ttulo en otra ciudad
despus
de
h
aber
sido suspendido
en
Sevilla,
no se
les admita. Tam-
poco podran
los
maestros, en adelante, hacer
gestiones en
las familias
para
atraer
a los
nios de
otras
escuelas,
ni te
-
nerlos en su casa en calidad de
pupilos,
ni rebajarse
a traer-
los
o llevarlos a
la
escuela,
cosa que corresponda
a
lo
s ayos.
Las
horas
de
escuela
quedaban establecidas
en c
uatro por la
maana
de
7 a
en
verano y de 8 a
y
media en invierno
y
tres por la tarde
de
3
media
a 6 y
media en verano, de
2
a 5 en invierno . Por
la ordenanza 35
se
ordena que ninguna
persona pueda ensear nios ni nias
a leer y
escribir
en
l
as casas
particulares, sino slo los
aprobados
por los Veedo-
res
y
que
asisten
a
las
escuelas.
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
26/45
6
FRANCISCO AGUILAR PIAL
Con ligeras modificaciones,
las Ordenanzas
fueron apro
badas
el
31
de
diciembre de 1730.
Estas
modificaciones
se
reducan
a
tres puntos
principales: l Los maestros
queda
ban obligados a
ensear gratuitamente
no slo a los cuatro
nios
propuestos, sino a todos los que presentasen certifica
do
de pobreza expedido por el prroco. 2. Aceptaran a todos
los nios que lo solicitasen, sin limitacin
de
nmero. 3.
Los
padres quedaban
en
libertad
de
poner
ayo
particular
a
sus
hijos . Los
maestros
recibieron
con desagrado
estas rectifica
ciones,
que tanto perjudicaban
sus
intereses
econmicos,
nunca las cumplieron con
puntualidad
5
Esta
es, pues,
la
situacin
de la enseanza primaria
en
Sevilla a mediados del siglo
XVIII. Treinta
y
un maestros,
oficialmente instituidos, con sus leccionistas
y ayudantes im
partan las
primeras letras en
la
ciudad
a los nios que
po
dan pagar su educacin.
El
nmero
de pobres
admitidos es
de presumir que
fuese escaso,
ya que
a
la
negligencia de
los
padres
se sumara la
oposicin
de
los
maestros
y de los
pro
pios
nios de
pago, reacios a
mezclarse con
los indigentes
en
una
poca de
tan
marcada
divisin social. Calculando
un pro
medio de
30 a 40 nios
por escuela y a que las
lecciones
se daban
en
la propia casa del
maestro-
el
nmero total
de
nios sevillanos
que tenan
acceso a
la
e
nseanza primaria
era asombrosamente
pequeo. No
extraaremos esta situacin
des
graciada si pensamos que
en
nuestros
das
es
an
Sevilla,
con
Badajoz, la provincia
espaola con
mayor ndice
de
anal
fabetismo. Ni debemos pasar por alto el hecho evidente
de
la
desatencin
escolar en que quedaban
los
barrios
ms
po
bres de la ciudad una sola
escue
la para tres parroquias, mu
cho
m
s
populosas
que las del
centro:
por ejemplo,
San
Gil,
Santa
Marina
y San Julin . Las escuelas del centro eran
las
ms codiciadas por
los
maestros, como
pedan
sus
particu
lares intereses. La enseanza
era
un negocio
ms, en
la que
slo se buscaba
la
rentabilidad.
Quedaba
as
la ciudad
divi
dida
en
sectores econmicos,
ajenos por
completo a una ver-
S. Un ejemplar de es tas Ordenanzas se conserva en la Bibliote
ca
Colombina, 64 8-
128
nm.
8 . Fueron p
ublicada
s
en
la
revista Archivo Hispalense ,
1944
, pgs.
255
-
263.
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
27/45
LA ENSEANZA PRIMARIA
EN
SEVILLA DURANTE EL SIGLO XVIII
65
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
28/45
66
FRANCISCO AGUILAR
PIAL
fallecimiento del
fundador continu la
caritativa
labor
su
viu
da,
doa
Dionisia
Encinas,
con
notable esmero, suministran
do libros, cartillas, papel, plumas,
tinta
y aun
otras limosnas
incluso vestidos) a los
nios
que
all
concurren,
que
son mu
chos,
por
la pobreza de
aquel vecindario
el
de
sus
inmedia
ciones.
En
esta nica escuela gratuita haba un capelln, un
director, dos
maestros si
ete pasantes,
todos seglares desde
la expulsin de la
Compaa,
nombrados
y pagados por la
propia viuda de D. Nicols,
que
administr hasta su
muerte
las
rentas
de
su
marido y llev la alta direccin de
la
es
cuela.
Precisamente
la
marcha apresurada
de
los jesuitas hizo
pensar a los
maestros
sevillanos
que
el Gobierno accedera
a repartir entre ellos las
rentas
de esta Escuela, para lo cual
elevaron un apaado Informe, en el que recaban de nuevo
para s el monopolio
de
la enseanza
primaria. En
l
sacan
a relucir que son ya
demasiados
los
padres
que prefieren
a los profesores
particulares
para sus hijos. De estos maes-
tros de nombre y sin ttulo -confiesan airados- es
dema
siadamente
crecido
el nmero que hay en
esta
vasta pobla-
cin
de Sevilla y sus extramuros, aun entre
stos
hay otros
que sin haber tenido
ni
aun la
asistencia
a las escuelas
se
aplican a ensear, parecindoles que con lo
qu
e aprendieron
en sus
principios
se pueden acreditar de maestros, aun por
estos estamos experimentando
en
el da que no se paran de
ensear
ni el zapatero
en
su tienda, ni
el carpintero en
su
obrador,
ni las maestras en sus Amigas, ni aun algunas mu-
jeres que andan dando lecciones
por
las casas; y lo
que
es
ms,
ni aun los gitanos, los
pardos
y
otros con
visos de
ju
-
dos. Las acusaciones se centran despus en el
campo
peda-
ggico: Los ayos o leccionistas fundan sus enseanzas en
dar
un
crecido
nmero de lecciones con gran prisa porque
paa de
Jess,
en
la Collacin
de Santa
Marina,
por
dotacin
muy amplia
que dej
D.
Nicols
de
Robles, vecino y del comercio
de
esta Ciudad
en
lienzos y paos. Admir
a todos Ja
mucha asistencia de
nios, pues hay quien
diga
que 1.600. Otros
acortan
incluyndose en todo
la pasin de
afecto desafectos.
o
cierto es que cosa utilfsima
para
esta Repblica y
que
es
de
esperar
se aumente
y extienda a
otros
barrios pobres de ella.
Biblioteca Colombina, 83-5-19 pg.
764
v.).
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
29/45
LA
ENSEANZA PRIMARIA EN SEVILLA DURANTE EL SIGLO XVIII 67
en
el
tener muchas consiste
su
mayor
inters) y cuando a
ellos l
es
parece o
los
padres se
lo
mandan)
ponen a los nios
a
escribir, sin ver si sab
en l
eer, como baza fundamental
que
es del bien escribir. Hay enseanzas que se
dan en
cuatro
meses,
otras
en seis, y
las que ms en un
ao. Peores
son
los
que
en las tiendas,
obradores,
o
por
l
as
casas
ensean por
dos maravedises cada da
8
La solicitud se reduce a
do
s peticiones esenciales: Que
los
maestros
particulares sean aprobados
y
controlados por
el
Arte de primeras letras, puntualizando que
ni capellanes
ni
religiosos deben dedicarse a la e
nseanza
particular. Y en
segundo trmino,
que se
consiga para los maestros titulados
una solucin econmica, ya que los padres no pagaban pun
tualmente
los
honorarios de la
escuela,
los
nios indige
ntes
haban crecido con exceso. El
memorial qued
sin respuesta,
como
era de esperar,
dado que sta
entraaba
una
solucin
global a los problemas sustanciales de
la
enseanza.
La defensa del monopolio
Hasta
1797
estuvo el
Arte de primeras letras de
Sevilla
go-
bernado,
segn las
ordenanzas de
1730,
por
dos
Examinadores
y el Fiscal,
que se deban nombrar anualmente. En la
prcti
ca,
sin
embargo,
todo
el poder
gremia
l
estuvo durante
la se
gunda mitad
del siglo
en
las
manos de un
solo
hombre,
cuyo
nombre no
d
ebe
pa
sar inadvertido.
Me
refiero
a
don
Ambro
sio de la Cuesta y Guzmn, quien
despus
de haber actuado
de pasante
desde 1739 en la escuela que regentaba su he r
mano
Francisco
en la
calle
de
Armas,
se
examin
de maestro
en
1747. Consigui
tres
aos despus
regentar
una
escuela
en
San Lorenzo,
hasta
que
en
1754 pas a la Borceguinera,
donde
an continuaba,
ya
anciano,
en
1797.
Fue
elegido Exa
minador en
los aos aos 1755, 58, 65 y 66, siendo Promotor
Fiscal del Arte
ininterrumpidament
e desde 1769 hasta su muer
te.
Fue el gran
defensor del monopolio gremial,
enfrentndose
con opositores reprobados, con el
A
yuntam
i
ento
y
aun
con
8. nform
e verdico que dan los Examinadores y Fiscal del Noble Arte de primeras
letras de esta ciudad
y
su ;urisdiccin Biblioteca
Colombina,
64 7
-103 .
-
7/24/2019 La Enseanza Primaria en Sevilla Durante El Siglo XVIII - Francisco Aguilar Pial
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68
FRANCISCO AGUILAR PIAL
el Gobierno,
en
cuanto supona
merma
de los privilegios gre
miales del Arte
9
Ni que decir tiene que
los
artculos de
las ordenanzas
re-
ferent
es a dicho monopolio eran los
cumplidos
con
mayor
escrupulo
sid
ad
por los maestros. Cuando en 1753 se
atreve
un maestro no
sevillano,
con ttu
lo del
Consejo
a
abrir una
escuela en
la parroquia
de
San
Ildefonso,
la protesta
es ful
minante. El
Fiscal
acude al
Consejo
en
demanda
de prot
ec
cin para sus ordenanzas, que salvaguardan la po