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ÍNDICE

Presentción………………………………………………………………..

I Breve antecedente histórico………………………………

ll1890: El primer sistema de agua potable……………………........

lll 1887-1987: La crisis del siglo, los proyectos del siglo.....................

lV Desarrollo del sistema (Rasgos genéricos hasta 1987).....................

V Explosión Demográfica, bonanza y crisis........................................

1- El sistema de agua entre 1950 y 1987........................................ 2- Factores del crecimiento económico y poblacional........................ 3- La pesca, desarrollo industrial y demográfico................................. 4-Turismo, modernidad y contraste social......................................... 5- Perfil sicosocial............................................................................ Vl 1987: Los efectos agudos de la crisis del agua y del drenaje..........

1-Estado general del sistema de agua y de drenaje........................... 2-Principales problemas específicos para junio de 1987................... 3-Propuestasde emergencia............................................................ Vll Proyecto Más agua para Mazatlán....................................................

1-Antecedentes.......................................................................

2-Los piperos en el contexto de la crisis...................................... 3-La rebelión de los sedientos......................................................... 4-El proyecto visionario del Ingeniero Severino Valdez.................... 5- Proyecto Más agua para Mazatlán.............................................

Vlll 1990-1992: Fortalecimiento interno del sistema........................... 1-Estrategias y desarrollo............................................................ 2-El agua en los tiempos del cólera............................................... 3-Obras importantes.................................................................. 4-Programa Mazatlán ll de drenaje................................................ 5-Programa Nacional de Solidaridad..............................................

lX 1993-1995: Período de la estabilidad relativa................................ 1-Introducción.................................................................................. 2-Postura Institucional..................................................................... 3-1993: Recuento sintético de obras.............................................. 4-“Lidia” y otros accidentes del sistema....................................... 5-1994: Avances y perspectivas....................................................... 6-Programas de inversión................................................................ 7-1994-1995: Del año rojo al año negro.......................................... 8-Programa de inversión Mazatlán ll 1995...................................... 9-Programa de inversión normal.................................................... 10-Números del trienio................................................................. 11-Programa de inversión en obras Mazatlán ll (1995-1997)......... 12-Comunicación Social................................................................ 13-Consolidación de los macro proyectos....................................

X Hacia el tercer milenio........................................................................

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1-Esperanza Kazuga de Yoghi..................................................... 2-Jorge Guillermo Enciso Díaz..................................................... 3-Juan de Dios Garay Velázquez.............................................. 4-Federico Velarde Mellado.......................................................

Xl 1996-1998: El trienio de la rehabilitación y el mantenimiento.........

1-Introducción............................................................................ 2-1996: Mantenimiento correctivo y preventivo........................... A) Producción y Distribución de agua potable......................... B) Alcantarillado y Saneamiento............................................. 3-1997: Año de la rehabilitación................................................. A) Agua Potable.................................................................. B) Alcantarillado y saneamiento......................................... C) Ahorro interno.................................................................. 4-1998: Ejecución de obras, rehabilitación y mantenimiento.......

Xll 1999-2001: Expansión de los sistemas de agua y alcantarillado.... (Crisis del drenaje) 1-Introducción............................................................................. 2-Estado del sistema de drenaje y alcantarillado en 2001............ A) Estructura de la red de drenaje de aguas negras.................... B) Estado de los Colectores en 2001......................................... C) Los cárcamos. ¿Qué son los cárcamos?.............................. 3-Las complicaciones del drenaje pluvial...................................... A) Aguas negras y pluviales...................................................... 4-El proyecto Mazatlán ll de drenaje.......................................... 5-Del proyecto Mazatlán ll al proyecto Siglo XXl.........................

A) Proyecto Siglo XXl para drenaje y saneamiento.................. B) Proyecto Siglo XXl para agua potable................................. C) Condiciones actuales del sistema de agua......................... D) Alternativas para dotar de más agua a Mazatlán................. 6-Los mazatlecos debaten.......................................................... A) Aguas negras y asesinas............................................... B) Agua turbia, pero potable................................................ 7-Una visión desde JUMAPAM (Entrevista con Jesús Ramón Rojo) 8-Síntesis de los resultados del foro de Codesin y Coparmex......... 9-Informe general de JUMAPAM hasta el 31 de agosto del 2001...

XIII El Trienio de la inestabilidad (El blindaje a la JUMAPAM).............

XIV Proyección de la administración 2005-2007...........................

BIBLIOGRAFÍA

PRESENTACIÓN El presente trabajo tiene, en un primer momento, por objeto analizar y describir el proceso de crisis, emergencia y desarrollo que vivió el sis-tema de agua potable y alcantarillado de Mazatlán desde 1987 a 1995, tomando en cuenta que la primera edición de este libro se hizo justa-mente a finales del periodo señalado. Un segundo momento tiene que ver con un balance general de lo que ha ocurrido y ocurre en la JUMA-PAM desde 1996 hasta el 2001, y del año 2002 al 2004. Del mismo modo, como una especie de anexo, se ofrece el proyecto general de trabajo de

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la administración municipal que apenas inició en enero del 2005 y que, por segunda ocasión, ocupa Alejandro Higuera Osuna, quien designó al arquitecto Salvador Reynosa como gerente general de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán. En su primera etapa, el presente documento recogió los puntos más im-portantes del proceso de desarrollo de JUMAPAM justamente hasta el año 1995, en cuyo mes de diciembre se imprimió la primera edición.Se trata, por lo tanto, no sólo de rescatar las circunstancias específicas que provocaron el período de la crisis del siglo en materia de agua, sino lo que los mazatlecos hemos hecho para seguir desarrollando y consoli-dando nuestras fuentes de abastecimiento del vital líquido. Naturalmente, el seguimiento, descripción y análisis del proceso tiene que ver con el problema, igualmente, de las aguas negras, porque en la medida en que se ha ido incrementando el servicio de agua potable, a ese tamaño, aumentan las dificultades para resolver el desfogue higiénico de los desechos.Se contempla en el libro, desde la primera edición, el análisis histórico y específico de las causas que provocaron la crisis del agua potable y alcan-tarillada en Mazatlán y su manifestación, con efectos graves, en 1987.Este documento refiere un antecedente muy interesante, cuando en el si-glo antepasado, en 1887, Mazatlán se vio envuelto en una severa crisis nosólo ante la escasez de agua, sino ante la falta de un sistema que le garan-tizara la producción y distribución del vital líquido. Tres años más tarde, el 4 de mayo de 1890, gracias a la perseverancia de sus hombres, la ciu-dad estrena una red de agua entubada que proviene del río Presidio, a la altura del cerro de “Peña Hueca”, que se ubica en el poblado de Siqueros. Un siglo después, en 1987, los mazatlecos enfrentaron otra crisis en el sistema de aprovisionamiento de agua pero, al igual que cien años atrás, salieron al paso, con medidas emergentes, ante la escasez más severa que

registra la historia de la ciudad. De este modo, el proyecto “Mas Agua para Mazatlán” se constituyó en el eje principal de las alternativas urgen-tes para dotar de agua a la población. Así mismo, como ya lo observamos líneas arriba, en este trabajo se describen y analizan los periodos administrativos subsecuentes, es de-cir, el de 1990 a 1992 y el de 1993 a 1995; y, en un nuevo tramo, en los períodos que van de 1996 a 1998; 1999 a 2001 y 2002 a 2004, motivo, precisamente, de esta segunda edición.El presente esfuerzo da seguimiento a los proyectos de largo plazo y cómo, poco a poco, se refuerza el funcionamiento y desarrollo interno de la JUMAPAM. Igualmente se ofrece una ruta de los macroproyectos que en cada época se plantearon, sus modificaciones y planes de concre-ción hasta la actualidad. Principalmente lo relativo al llamado Proyecto Mazatlán ll de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento; al Proyecto Mazatlán Siglo XXl de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, que deriva en microproyectos y regionalización de la ciudad como alternati-va para hacer funcionar al todo.De hecho, este libro observa, también, el funcionamiento operativo in-terno de la paramunicipal, sin dejar de señalar las fallas del sistema y los factores que intervienen en la incapacidad de corregirlas.Contiene, asimismo, una breve introducción histórica y expone de ma-nera general el proceso de consolidación económica del puerto a partir del desarrollo de la pesca, la industria y el turismo, ligados con el fenó-meno del crecimiento poblacional.El último capítulo de la edición original recoge opiniones autorizadas que exponen una visión de futuro de la JUMAPAM, las debilidades del organismo y las alternativas de solución. Pero, igualmente, se integra un debate fragoroso, que habrá de considerarse histórico, generado a partir de la crisis del drenaje y la contaminación propiciada por el derrame

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indiscriminado de aguas negras. El debate, que se dio a través de los medios de comunicación durante aproximadamente 20 días del mes de agosto del 2001, abarcó también el problema de la calidad del agua que consumimos los mazatlecos y si ésta en realidad es o no potable y apta para el consumo humano. En el caso de las aguas negras, la discusión se dio a causa de su vertimiento directo a la bahía y a otros cuerpos de agua y porque la planta de tratamiento del Crestón se vio paralizada totalmen-te durante meses a efecto de su rehabilitación.Para analizar los periodos señalados fueron básicos los documentos que la JUMAPAM proporcionó. Para la descripción y análisis del periodo 87-89, fue importante contar con el trianuario de esa gestión. La misma función cumplieron los informes anuales de los respectivos gerentes des-de 1990 a la fecha y el invaluable trabajo periodístico de muchos compa-ñeros reporteros que, con su profesionalismo, han recogido fielmente la azarosa dinámica que le imprime a nuestra vida cotidiana el esfuerzo por obtener mejores servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento.

El Autor.

COMENTARIO A LA EDICIÓN

Como alcalde de Mazatlán sé perfectamente bien que el agua potable y el drenaje sanitario son dos servicios fundamentales para la población. Mientras que el agua potable es vital para nuestra vida y para nuestro bienestar productivo en todos los órdenes, el drenaje sanitario es un ser-vicio que coadyuva a nuestra salud y a la preservación de nuestro medio ambiente. Por eso, una de las principales preocupaciones de mi gestión, desde mi primer período de gobierno 1999-2001, ha sido precisamente mejorar y ampliar las condiciones de la red de ambos sistemas.Se dice fácil, pero, la verdad, es que se tienen que hacer verdaderos es-fuerzos para mantener en buen estado de funcionamiento los sistemas y, sobre todo, para abrir o ampliar los servicios de agua y drenaje, en los que se aplica un presupuesto muy importante.En el caso de Mazatlán el esfuerzo es titánico, no sólo por lo accidentado de nuestra orografía y porque tenemos que conducir el agua desde 20 kilómetros de distancia, sino, además, porque estamos luchando contra años de indolencia, de negligencia y de burocratismo, ya que durante una larga época la JUMAPAM fue vista como la caja chica del municipio y no como una empresa obligada a prestar y mejorar los servicios de agua y drenaje para la población.Esta paralización de años, determinó que nuestras redes de agua y dre-

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naje sufrieran un severo deterioro ante la falta de mantenimiento y de reposición a tiempo de los tramos de tubería que han cumplido su vida útil.Basta decir, para poner un ejemplo que dimensiona el tamaño del pro-blema, que existen amplios tramos de la red de agua y de drenaje instala-dos desde la década de los cincuenta, los que debieron ser reemplazados para mediados de los años setenta porque técnicamente era una necesi-dad y porque su funcionamiento ya no se correspondía con la demanda de una sociedad que había crecido desorbitadamente. Lo anterior explica el por qué durante la década de los ochenta los sis-temas de agua y de drenaje se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza para los mazatlecos. Por un lado el agua escaseaba y, por otro, la que se producía escapaba por entre las roturas de la tubería alcanzando hasta un 50 por ciento de agua no contabilizada, sin incluir las múltiples conexiones clandes-tinas suministradas a socios, compadres y amigos. Por eso, igualmente, se explica el por qué, en esa época, las tuberías del drenaje vomitaban porquería por todos lados y, en lugar de que por ellas corrieran las aguas servidas, eran las calles el mejor espacio para conducir miles de metros cúbicos de líquidos contaminados que, sobre todo en el verano, ponían en serio riesgo la salud de los mazatlecos.En ese sentido, comento que este esfuerzo editorial es importante para la comunidad porque recoge de manera precisa lo que ha sido, es y pue-den ser nuestros sistemas de agua y de drenaje. Y es importante porque le ofrece a nuestra memoria datos, acciones y omisiones que deben de servirnos de experiencia para seguir construyendo y mejorando un ser-vicio vital.Este libro es un fiel testimonio de lo que ha ocurrido principalmente en los últimos años. Desde la crisis del agua y el drenaje cuya curva alcanzó

el grado más alto en 1987, hasta nuestros días, sin dejar de hacer un re-cuento histórico desde la gestación del primer sistema de agua en 1887 y su operación un 4 de mayo de 1890.Más allá de lo que como autoridades debemos y podemos hacer para elevar la calidad de los servicios de agua y de drenaje, como ciudadano, como mazatleco me uno a este proyecto editorial porque está escrito con equilibrio, y porque su crítica o apreciación de los diversos periodos gu-bernamentales mantiene un respetable enfoque objetivo y profesional.Consciente de que los testimonios escritos recogen, preservan, transmi-ten y proyectan los hechos de la historia, subrayo que este documento cumple con esa misión y que servirá como una base de datos, de infor-mación sumamente importante para quienes se interesen en el funcio-namiento de un sistema vital como el agua y, en este caso, de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de nuestro municipio.El presente es un texto de consulta para los propios funcionarios de JU-MAPAM, para las dependencias de los diversos niveles de gobierno rela-cionadas con el agua y el medio ambiente; para las instituciones educati-vas del municipio; para los niños, jóvenes y ciudadanos en general que quieran conocer un poco más sobre la historia y el desarrollo del sistema de agua potable y el drenaje de Mazatlán.Es cierto que en un documento no se puede vaciar la historia completa y es probable que se puedan encontrar lagunas en el recuento, pero de lo que no debe quedar duda es que se trata de una aportación en la que se hace referencia de manera toral a la evolución de la Junta.El propio título del libro nos delimita su campo de estudio y nos cen-tra principalmente en el desarrollo de los períodos gubernamentales de 1987 a 2004, y en la proyección de lo que en materia de agua y de drenaje hará la JUMAPAM en esta gestión 2005-2007 que me toca encabezar.Nuestro reto entonces es seguir luchando contra el deterioro y las graves

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secuelas de la indolencia como lo hicimos desde la primera ves que nos tocó gobernar el municipio. Se trata de construir las bases de un nuevo modelo para que los sistemas no sigan prendidos con alfileres. Es decir, para que en el futuro no distraigamos nuestra energía en remendar ho-yos, porque el objetivo es precisamente contar con una red que funcione eficientemente y que sea atendida al menor intento de falla. En todo caso, la preocupación deberá centrarse en elevar la calidad de los servicios y en el crecimiento planificado de la infraestructura.Una de las metas de mi administración, tiene justamente que ver con in-crementar la producción del agua y elevar su calidad haciendo realidad la construcción de la ansiada planta potabilizadora. Desde luego, una de las condiciones para el logro de la anterior acción, es que para este perío-do quede terminada la presa Picachos, obra hidráulica que dinamizará el desarrollo económico y social del sur de Sinaloa, principalmente de Mazatlán.Igualmente, se cuenta ya con los recursos para mejorar la calidad del agua tratada a partir de instrumentar la reconversión tecnológica de la planta El Crestón, lo que permitirá pasar del tratamiento “primario avanzado”, que impulsamos en nuestra primera etapa al frente de la ad-ministración, a un procesamiento “secundario” para darle mayor calidad al tratamiento de los desechos y, en consecuencia, disminuir al máximo la contaminación de la bahía.Finalmente, me congratulo de este proyecto editorial porque sienta las bases para seguir registrando documentalmente el desarrollo de la JU-MAPAM, más allá de los informes técnicos y oficiales de sus autoridades en turno.

Enhorabuena.

Alejandro Higuera Osuna.Presidente Constitucional del Municipio de Mazatlán.

BREVE ANTECEDENTE HISTÓRICO GENERAL

Mazatlán, su génesis poblacional, se propició curiosamente no porque fuera un lugar apto para el desarrollo social, sino porque ofrecía las me-jores condiciones para el contrabando de oro y de otras tracalerías co-merciales.Esta tierra no fue seleccionada precisamente para la instalación de un núcleo poblacional con fines de expansión y fincado en expectativas de planeación, sino para esconder ilegales operaciones que los hombres de esos tiempos realizaban empujados por sus ambiciones personales, de manera que la estancia era proyectada provisionalmente porque así lo exigía la actividad aventurera y filibustera. Lo que los hombres en busca de poder y riqueza nunca se imaginaron, es que su refugio inhóspito, precisamente para ocultar ilícitos, se con-vertiría en los albores del siglo XXI, en un sitio al que la mercadotecnia moderna lo define como un paraíso para el descanso y la diversión.Es paradójico, pero el desarrollo histórico de Mazatlán está estrechamen-te ligado con la falta de condiciones elementales para la supervivencia grupal, es decir, para la existencia permanente y desarrollo normal de un núcleo poblacional. Sin embargo, a pesar de ello, la carencia casi absoluta de agua para el consumo humano y la inexistencia de tierra firme y de una orografía adecuada, no fue obstáculo para que el puerto surgiera de las entrañas de las marismas y las faldas de los cerros.El área donde ahora existe nuestra ciudad, fue escogida por los conquis-tadores españoles porque se adecuaba a sus propósitos de saqueo, trans-porte de oro y la plata extraída de las minas de Pánuco, San Sebastián

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(hoy Concordia), El Rosario y Cosalá. Del mismo modo, en pequeños buques de cabotaje se transportaban mercancías y el avituallamiento ne-cesario para una eficaz explotación de las minas, y el fortalecimiento de las expediciones exploradoras de oro y plata.“Después de que Cristóbal de Barrios, soldado de Nuño de Guzmán, descubriera las playas de Mazatlán, en el año de 1532, la corona española mantuvo una guarnición de sombríos y silenciosos soldados que vigila-ban, desde las alturas de lo que hoy conocemos como Cerro del Vigía, el movimiento de barcos en el mar”, panorama que Bernardo de Balbuena, autor de “La Grandeza Mexicana”, describió en 1602, como “aquel suelo ocioso y vacío de gente; de unas yermas y espantosas soledades, desiertas costas y abrazados arenales que quiebran con melancólicas intercaden-cias la resaca y los tumbos del mar”.Antes, en 1534, Diego Becerra de Mendoza y Hernando de Grijalba, arri-baron a las playas de Mazatlán en busca de provisiones y agua. Francisco de Alarcón hizo lo mismo en 1540 y el corsario inglés Thomas Caven-dish y su tripulación, “se introdujeron tierra adentro para abastecerse de agua y frutas frescas en 1588”. Las crónicas dan cuenta que en años sucesivos en las playas de nuestro puerto desembarcaron aventureros, gambusinos, colonizadores y militares en busca de agua y provisiones.La región sur de Sinaloa (El Rosario, Concordia), significó un punto cla-ve en el fortalecimiento y desarrollo de la estructura colonial. Mazatlán, en cambio, nació al calor de la lucha por la independencia y, paradóji-camente, la decadencia del colonialismo significó al mismo tiempo su desarrollo.Si bien es cierto que “los metales preciosos eran las muletas que per-mitían a la economía española moverse”, no lo era menos que en sus colonias “proliferaban como plantas de invernadero” el comercio y la navegación, condición necesaria para que la plata y el oro llegaran a la

metrópoli y más tarde a otros países de Europa.El perfil de Mazatlán comercialmente contrabandista y su carácter tran-sitorio, se explica en el origen mismo del colonialismo motivado en su primera estaba por el oro y, después, por la venta clandestina del metal a cambio, también, de mercancía clandestina.Al llegar a la Nueva España, Cortés dijo a una indígena: “Los españoles sufren de una enfermedad del corazón, para lo cual, el oro es el único verdadero remedio”.La necesidad de la corona por metales preciosos fue creciendo en la me-dida misma que las tierras conquistadas requerían de mercancías. Pero el sostenimiento exclusivo a base de una economía del oro, fue, al mis-mo tiempo, impidiendo a España producir los bienes necesarios para el consumo de sus colonias. Por ello los comerciantes españoles no trans-formaron a la Nueva España en un mercado monopolizado para sus productos, y sí en cambio la convirtieron en polo atractivo para que los ingleses, holandeses y franceses introdujeran sus mercancías no pocas veces de manera legal. He aquí los orígenes del contrabando comercial.Los mercaderes españoles y sus contactos en la Nueva España se convir-tieron en verdaderos intermediarios: "no entre el productor nacional y el consumidor de las colonias, sino entre éstos y los productores extran-jeros, incapacitados legalmente para comerciar con las colonias”Justamente por ello, para 1769 el virreinato ordena la instrumentación de la Caja Real de Álamos-El Rosario-Cosalá. Se trataba desde enton-ces, evitar la corrupción de las autoridades de las provincias de Sonora y Sinaloa, y el extravío de metales preciosos que obviamente era escamo-teado por funcionarios de la corona que amasaron fortunas incalcula-bles. De acuerdo a información recabada por el investigador Benito Ra-mírez Meza, el surgimiento de la llamada Caja Real, tuvo que ver con la decisión de controlar la producción de riquezas estratosféricas que 131

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funcionarios de la corona (justicia mayores, alcaldes mayores y gober-nadores), no habían sabido administrar por cerca de 200 años. La Caja Real, entre otras funciones, tenía la de almacenar los azogues y cobrar el importe por su administración, así como el diezmo y el señoreaje del oro y la plata, además de vender el papel sellado y efectuar el cobro de los tributos de los indios de Culiacán y Santiago de los Caballeros.La Caja Real controló también alcabalas, impuestos, además “el servir como depositarias de los estanques de azogue, salinas, naipes, pólvora y tabaco.” En ese sentido, ante la corrupción y descontrol en la compra y venta de los metales y otras mercancías que acusaban ya un marcado contrabando, la Corona, tarde quizá, implantó un relativo monopolio a través de 23 cajas encargadas de la recaudación fiscal en el virreinato de la Nueva España. Por supuesto este mecanismo de control fiscal formó parte de las llamadas Reformas Borbónicas que fortalecerían financiera-mente al estado español, con recursos provenientes de sus colonias. La provincia de Sinaloa no estuvo exenta de esta política.De cualquier modo, España, como se comprobaría mas tarde y como anteriormente lo señalamos, sucumbió ante la incapacidad de exportar mercancías hacia sus colonias, porque su economía se había retraído en términos de su producción, por lo que países como Francia, Inglaterra y Holanda introdujeron sus mercancías de manera ilegal hacia terrenos de dominio español.Si al principio los barcos ingleses, franceses y holandeses contrabandea-ban descargando sus mercancías en barcos españoles para ser traslada-dos a la nueva España, burlando las aduanas de la corona, más tarde, a mediados del siglo XVII, las naves del mercado europeo arribaban a puertos coloniales para dedicarse por completo a esta actividad, finan-ciada por poderosos mercaderes de sus respectivos países.En este contexto, Mazatlán pasa a convertirse en las postrimerías del si-

glo XVII, en cuna del contrabando comercial; tan es así, que para el 23 de Marzo de 1793 por real orden, el Puerto de San Félix o Puerto Viejo, se abre a la navegación para vigilar el tráfico de mercancía hacia las zonas mineras, por instrucciones del virrey Francisco Guemes y Horcasitas, quien recibió extensos informes que el capitán Joseph de Garibay, gober-nador político y militar de Sinaloa, le hizo llegar.Precisamente, “para el año de 1800 el puerto toma forma y trabajan en su acondicionamiento 600 parreteros que rellenan áreas pantanosas. Dos mil personas aproximadamente, entre mulatos y españoles, habitaban Mazatlán y sus alrededores”. Para 1806, arribaron a Mazatlán los prime-ros buques mercantes para satisfacer las necesidades de tráfico comercial por la vía marítima de los españoles establecidos principalmente en El Rosario y Concordia.Es hasta el año de 1820, cuando por decreto de las cortes españolas, sig-nado el 9 de noviembre, Mazatlán se abre legalmente al comercio ex-tranjero, aunque la medida no se hace efectiva por la consumación de la independencia de México en 1821, y es hasta 1828 cuando el gobierno de la incipiente república instrumenta los mecanismos legales para abrir el puerto al comercio internacional, razón por la que se crea la Aduana Marítima y se cambia el fondeadero de Puerto Viejo hacia la parte sur de la ciudad.Por supuesto que estas nuevas condiciones hacen de Mazatlán un lugar más atractivo para aventureros y buscadores de fortunas fáciles. La di-námica del contrabando y la flotante permanencia de quienes llegan y se van, no sólo le otorgaban a la ciudad carácter pasajera, sino que, además, van conformando una atmósfera de cosmopolitismo determinada por el riesgo de algunos comerciantes que deciden instalarse formalmente en la idea de prestar los servicios que requerían los visitantes.La población creció paulatinamente y el arraigo fue buscando formas de

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acomodo en la arbitrariedad que sugería lo inhóspito, en una especie de tregua a las ambiciones personales, a la búsqueda de fortunas. Sobrevivir ahí era lo importante. La carencia de los servicios elementales para la vida pública era lo de menos.Esta, justamente, significó una de las causas fundamentales del tipo de forma que más tarde adquirió la nueva ciudad. El trazo de las expec-tativas personales de los primeros habitantes, se reflejó nítidamente en el trazo geográfico del pueblo y en la despreocupación por los servicios públicos, propia de los que se instalan transitoriamente en un lugar.Es menester agregar que a un siglo de su fundación, Mazatlán se con-virtió en “centro de las operaciones mercantiles de una vasta zona que comprendía Sonora, Durango, Chihuahua, Jalisco, Colima, La Baja Ca-lifornia”. El doctor Martiniano Carvajal, en su informe sobre “La peste en Sinaloa”, anota que el dinero abundaba y el contrabando lucrativo se hacía a gran escala. Textualmente escribió: “El puerto, poblado a todas horas de barcos provenientes de todo el mundo y la ciudad febril por los negocios, se convirtió en tierra de promisión para muchos que acudían en busca de riqueza. Sin embargo, a nadie le importó la configuración del terreno, la naturaleza del subsuelo, las emanaciones palustres y la sa-lubridad pública. La carencia de agua y la falta de un adecuado sistema de drenaje, sembraba desde entonces, las condiciones que desemboca-ron, a principios del siglo XX, en la peste bubónica”.Para 1829, ni con agua entubada, drenaje, escuelas, contaba Mazatlán, a pesar de que para esa época controlaban el comercio una casta de mer-caderes internacionales que instalaron sus negociaciones en transacción con comerciantes españoles y europeos. “Eran importadores y banque-ros operando sobre las principales plazas del mundo: Nueva Cork, San Francisco, Londres, París, Hamburgo, Madrid, Barcelona, Bilbao, San-tander, etc.”

Pierre Hilar dice que las grandes casa comerciales y bancarias en Sevilla, se acreditaban bajo los apellidos de Los Espinosa, Los Lizárraga, apelati-vos nada ajenos al desarrollo comercial e industrial de Mazatlán.Estos comerciantes se constituyeron en representantes de compañías navieras como la Mala del Pacífico, La Veloce Navegaciones Italiana a Vapore, The California Powder, La Unión Asesorase Society, The British and Foreign Marine Company y de la Compañía Magdeburquesa contra incendios y otras exclusivas como la venta de pólvora destinada a la mi-nería. A pesar de este auge del comercio internacional, la población de Mazatlán permanecía sumida en la ignorancia y la falta total de servicios públicos.Es importante, para ilustrar aquí el desfase entre los servicios públicos elementales y el crecimiento de la población económicamente acti-va, destacar el esfuerzo de un publicista norteamericano llamado J. R. Southwort y que Ramírez Meza cita en su importante trabajo sobre la economía en Sinaloa desde 1591 a 1900. De acuerdo al estudio del publi-cista norteamericano, editado en 1898, en Mazatlán la fuerza del trabajo era predominantemente urbana. “El comercio, los servicios, las comuni-caciones, las manufacturas y los talleres artesanos cubrirían el 92% de la mano de obra local. El restante 8% (208 trabajadores), se empleaban en las haciendas y ranchos aledaños al puerto”.Southwort concluía que la concentración de la fuerza del trabajo en el puerto, se debía a su peculiar geografía, a la que definía como porción de terreno erizada por 10 cerros, “cuyas únicas planicies eran esteros salobres, cubiertos de manglares y erizos”. El publicista explica que los pobladores del puerto se volvieron comerciantes, artesanos y marineros, “por hallarse alejados de tierras aptas para la agricultura y la ganadería”.De acuerdo al historiador y hoy cronista de la ciudad, Enrique Vega Ayala, para 1854 existían en Mazatlán 138 establecimientos comercia-

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les, pequeñas fábricas y talleres entre los que destacaban 27 talleres de zapatería, 12 de carpintería, 7 de sastrerías, 6 herrerías y 5 sombrererías.Entre 1828 cuando se abrió la aduana, y 1860, el comercio marítimo y el contrabando de mercancías dominaron en Mazatlán. De 1860 a 1900 fue la época en que se asentaron las grandes casas comerciales y las fábricas modernas.Inversionistas alemanes, españoles y norteamericanos se asentaron en Mazatlán para contribuir en la reactivación de su economía. “Por ejem-plo, los alemanes Muholer, cuya casa comercial se había establecido en 1850, adquirieron en 1875, las diez minas más importantes de Copala y San José de Gracia. Los comerciantes vascos Echeguren, compraron las minas de Guadalupe de los Reyes en 1880, y en 1900 instalaron la fábrica de hilados y tejidos Unión.Así mismo, el norteamericano Hebert W. Felton, después de dedicarse al comercio de importación-exportación, instaló 6 fábricas en el puerto, dedicadas a la elaboración de diversos productos: fósforos, puros, hielo, muebles, escobas y carruajes (Ramírez Meza)Para la época de la Reforma, Mazatlán jugó un papel importante con la manifestación y aplicación de las ideas liberales y aunque en materia de servicios públicos poco se había avanzado, sí en cambio, en el aspecto educativo, cultural, periodístico y político se gestó una verdadera revo-lución. El puerto se transformó en núcleo donde la pedagogía de la Re-forma irradió el noroeste del país.El poeta, periodista y militar zacatecano, Antonio Rosales, se exilió en el puerto y pronto se convertiría en el secretario general de gobierno enca-bezado por el doctor Miguel Ramírez, hermano del nigromante Ignacio Ramírez.Ambos desafiaron a los conservadores y aplicaron el espíritu liberal de la Constitución de 1857. Más tarde, en 1864, Rosales se convertiría en go-

bernador de Sinaloa. Fue en ese mismo año, el 13 de noviembre, cuando las tropas francesas ocupan Mazatlán y envían una expedición marítima con el objeto de tomar Culiacán, pero fueron derrotados en San Pedro por el general Antonio Rosales, para sorpresa de los pro imperialistas.Otro impulsor de la educación y la cultura en Sinaloa fue el general Plá-cido Vega, originario de El Fuerte Sinaloa, quien luchó contra la dictadu-ra de Santa Ana y luego se convirtió en gobernador del estado. Mazatlán era entonces la capital de Sinaloa. Otro hombre de la notable generación impulsora de la educación, la cultura y las artes en Mazatlán, fue don Eustaquio Buelna, ilustre gobernador y fundador en 1873 del liceo Ro-sales, hoy Universidad Autónoma de Sinaloa.Antes, en 1860, por iniciativa del entonces coronel Plácido Vega, se funda el colegio Mercantil y de la Minería, por decreto, con fecha 5 de diciem-bre. El colegio fue inaugurado el 20 de enero de 1861 y funcionó bajo la dirección de Francisco Gómez Flores, quien fungió también como primer oficial de la Aduana Marítima, regidor y presidente del ayunta-miento de Mazatlán.Flores Gómez fue hermano del famoso poeta Miguel Flores, amigo ínti-mo de Benito Juárez. Cuando el Colegio Mercantil y de Minería se inau-guró, participaron en el acto el poeta bajacaliforniano, José Fidel Pujol, quien recitó unos versos en tanto que Benigna Quintanar y un artista italiano de apellido Moreto, interpretaron algunos trozos de óperas clá-sicas. Meses mas tarde, Flores Gómez abrió también una escuela para adultos con el objeto de alfabetizar al pueblo.El general Plácido Vega, gobernador constitucional de Sinaloa y coman-dante de las armas, fundó en Mazatlán, conforme al decreto del 6 de sep-tiembre de 1862, el ateneo Hidalgo, al que acudió un numeroso grupo de intelectuales jaliscienses. Este centro de cultura fue dirigido también por Francisco Gómez Flores.

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De acuerdo a investigación documental aportada por el historiador En-rique Vega Ayala, para 1884 la Cámara de Comercio exigió como re-quisito saber leer y escribir para poder ingresar como trabajador en la industria. En información publicada por el “Correo de la Tarde”, expone Vega Ayala, en 1890 el número de trabajadores que sabían leer y escribir ascendía a 1600. Para esa época funcionaban en Mazatlán 28 escuelas primarias y secundarias, mismas que ofrecían servicio nocturno de al-fabetización. Lo anterior indica el nivel de instrucción de los trabaja-dores y su conciencia de clase, si tomamos en cuenta también que entre 1860 y 1900 se editaron 97 periódicos y revistas de carácter cultural y político. Ello demuestra también que la vida urbana era compleja y que su funcionamiento estructural estaba desprovisto, insistimos, de los más elementales servicios públicos.Como se puede observar, si pasada la mitad del siglo XIX, es decir, si los primeros cincuenta años de vida de Mazatlán fueron dominados por las ambiciones que propiciaron el auge del contrabando comercial y por gobiernos vinculados a intereses extralocales, después de esta época, cuando las ideas liberales de algún modo ordenaron la vida republicana a través de la Reforma, los habitantes del puerto volvieron sus ojos a sí mismos para enderezar el progreso y, sin perder su esfuerzo incesante, “desechar el fraude y el cohecho”.Martiniano Carbajal apunta: “La primitiva ciudad contrabandista cedió el lugar a la laboriosa y honrada. Al tráfico puramente mercantil y a la importación de productos extranjeros, se agregaron el tráfico industrial y la producción de artículos nacionales”. La vida económica de Mazatlán empezó a depender no del “albur” sino del “raciocinio”, del “cálculo” y de la “ciencia del comercio”.“El dinero se une al talento y se mueven en la espera de la acción noble con actividad sin desmayos y el trabajo produce racionalmente lo que

debe producir”.Carbajal escribe que ya “no se improvisan fortunas”, pero que tampoco existen “quiebras ruinosas”. El trabajador no despilfarra dinero, tiene hogar y no carece de una actividad productiva. “La fortuna está mejor repartida y los negocios constituidos sobre bases seguras y sólidas al gra-do de poder contribuir para los gastos públicos”.Efectivamente, a la sombra de la actividad comercial internacional nace y se desarrolla una industria local: fábrica de jabón, calzado, cerveza, ci-garros, aceites, hielo, telas, muebles, carruajes. La burocracia y el sector administrativo privado emergen determinados por la actividad comer-cial e industrial: bancos, compañías navieras, empresas mineras, socie-dades anónimas.El progreso, la actividad económica, la población asentada y la repro-ducción generacional crecen aceleradamente, pero, se insiste, los servi-cios públicos no, principalmente el agua potable y el drenaje de los que se carecía completamente.Habría que preguntarnos, mas allá de la mezquindad original de quie-nes amasaron fortunas indebidas y explotaron por años a una población paupérrima sumergida en la crisis natural que provocó el movimiento independentista, ¿qué fuerzas ocultas, qué palancas motrices del espíritu permitieron la sobre vivencia de quienes decidieron instalarse en un lu-gar incomunicado, cercado por el mar, los pantanos y los cerros agrestes poblados de mosquitos, alacranes y sabandijas?Agréguese que la pujanza de los mazatlecos del siglo antepasado, en ple-no desarrollo comercial e industrial, educativo y cultural, seguía atra-pada en las consecuencias de su propio desarrollo: sin agua potable, sin drenaje, carente de pavimento, buenas escuelas y alumbrado público, ex-puesta a la más extrema insalubridad pública.Una ciudad que nació del relleno y que aún en nuestros días se sigue

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rellenando. Una ciudad que tardó 87 años para contar con un sistema de agua entubada y 116 años para gozar de una red de drenaje. Una ciudad abandonada por los gobiernos desde los primeros años de su existencia.El doctor Carbajal escribió en 1903, que lo anterior quería decir que “Mazatlán no es una ciudad fácilmente desquiciable por las emergencias de cualquier naturaleza, que tiene vida propia, que es, en fin, una por-ción importante del territorio nacional”. A cien años de distancia, esta reflexión del doctor Carbajal sigue vigente.No cabe duda, en el periodo de la Reforma la ciudad empezó a tener vida orgánica en el sentido de la preocupación del gobierno por los asuntos públicos, y, con la paz porfirista, Mazatlán logró una estabilidad relativa.Para 1863, el gobierno liberal de Mazatlán apoyado por el gobernador Placido Vega, proyectó la introducción de una red de agua potable, pero la propuesta abortó con la coyuntura de la intervención francesa. Fue hasta el período de Porfirio Díaz y de Manuel González, cuando los pla-nes de urbanización pospuestos por la inestabilidad política, empezaron a concretarse.Cuando Porfirio Díaz llegó al poder en 1876, a pesar de todo, logra la llamada paz relativa. Abre al país a la inversión extranjera y otorga con-cesiones a los buscadores de poder y dinero. El porfiriato financiaba la paz en la apertura comercial e industrial y en el acaparamiento sin límite de la tierra urbana y rural.El régimen de Díaz se abre a los deseos de los grandes inversionistas, principalmente de E. U., con la idea de vincular la economía mexicana a través de la minería y el comercio con el mercado expansionista yanqui. Las transacciones comerciales entre México y E. U., en la magnitud que en ese tiempo se lograron, sólo fueron posibles con el ferrocarril. Para 1910, se habían construido 19 mil kilómetros de vías y el 24 por ciento de todos los fondos extranjeros se canalizaban hacia la minería y la me-

talúrgica. Entre 1877 y 1910, el valor de las exportaciones mexicanas se elevó en más de un 600 por ciento en términos reales. La industria y el comercio mazatleco no fueron ajenos a este explosivo proceso.La base del crecimiento económico de este período, fue el sistema porfi-rista, porque además las revueltas civiles, los intermitentes golpes mili-tares en las regiones y las intervenciones extranjeras habían terminado. Estos factores consolidaron aún más a la industria del puerto. Hubo otro factor que en sí mismo engendraba el germen de la contradicción social y productiva: El rígido proteccionismo y los bajos salarios provo-caban utilidades elevadas; pero en contraparte, como lo advirtió en esa época Francisco Bulnes, la población mexicana se estaba “acercando a la muerte por inanición”. Mazatlán tampoco fue ajeno a este que será otro explosivo proceso que allanaría el camino hacia la revolución iniciada en 1910.Entre 1895 y 1910, la tasa de mortalidad ascendió entre 31 a 32.2 al mi-llar haciendo estragos principalmente entre la población infantil. Las posibilidades de vida disminuyeron “aunque el México rural de ese tiem-po explica los porcentajes”, sin embargo, mucho tuvo que ver la creciente urbanización arbitraria que carecía de los adecuados servicios de higiene y salud. Como se ve, en el porfiriato prosperó el interés privado a costa del interés social, de los servicios públicos y del hambre de las mayorías.Ciertamente, en los inicios de la última década del siglo XIX, Mazatlán contaba ya con una red de agua entubada; se construye en lo que antes era una pocilga, un flamante mercado municipal que aún es el más im-portante de la ciudad; se introduce el alumbrado eléctrico y el teléfono; se siembran jardines, se edifican plazas y se intenta introducir el drenaje. El ferrocarril también había llegado con su mole de herrumbre y asom-brosa, arriando más rápido al progreso.Fue un avance considerable; pero a pesar de todo la ciudad y los ciuda-

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danos seguían pagando el precio de un desarrollo inusitado sobre una superficie territorial que se resistía a ser dominada.Leamos textualmente a Martiniano Carvajal:“El suelo de la ciudad, que no podía modificarse, era el mismo, irregu-lar, sin nivelación, formando ese pequeño vaso del que hemos hablado; el caño del desagüe, aquel inmundo zanjón en forma de enorme “Y” griega, mencionado antes, parecía eternizarse como deposito de inmun-dicias, azolvado de fango a veces, inundado en ocasiones de agua infecta y siempre repleto de fango, agua sucia y materias fecales; nadie era capaz de rehacer el subsuelo formado por los desechos casi seculares de mu-chas generaciones, húmedo, putrefacto, cismático; la ciudad estaba sem-brada y rodeada de marismas, lagunas y muladares en que toda fermen-tación tenía su asiento; la habitación no había sido objeto de la atención de nadie y continuaba erigiéndose al capricho de cada cual, incómoda, baja, húmeda, sin luz, ni aire y cara.El drenaje parecía imposible; el aseo era deficiente y sujeto a los más pri-mitivos procedimientos; las letrinas, necesariamente, se construían por el sistema de fosas fijas y constituían múltiples almacenes de porquería en las propias casas; y todo esto en un clima tropical, enervante y húme-do, durante más de la mitad del año colocaba a Mazatlán en las condi-ciones de una ciudad casi oriental, sino altamente mortífera, sí expuesta al desarrollo fácil de cualquier enfermedad infecciosa”.El doctor Carbajal definía así el ambiente que más tarde propició la peste bubónica de 1902-1903. Hace poco más tres lustros, sino con las carac-terísticas y la identidad que el doctor Carbajal describe, sí con algunas similitudes, Mazatlán repetía relativamente ese paisaje de putrefacción, sobre todo en las áreas marginadas: marismas habitadas, aguas negras corriendo por las calles; tuberías del agua potable que vomitaban lodo; pillaje y lucro en la escasez y los mazatlecos sobre las calles, protestan-

do contra la incapacidad de los gobiernos de aprender de su pasado, de entender su propia historia. Con todo, los mazatlecos salieron al paso, impidiendo que se les derrumbara el presente a partir de planear el futu-ro. El proyecto “Más Agua para Mazatlán” constituyó otro milagro his-tórico: El parte aguas bendito de la inteligencia que se impone de nuevo a la naturaleza.

II1890: EL PRIMER SISTEMA DE AGUA POTABLE.

Tuvo que transcurrir casi un siglo para que los mazatlecos contaran con una red de agua entubada. Vega Ayala dice que durante ese tiempo, cuando había oportunidad, no hicieron más que almacenarla. Todo de-pendía de la generosidad del cielo y de la bendición que significaba un “ojo de agua” que se localizaba en el cruce de la que hoy es Carnaval y Canizales. A esa fuente de abastecimiento se le conocía como el “ojo de agua de San Germán”, y después se le llamó “Francisco Cañedo”.Pero el problema no se agotaba en los esfuerzos por tener agua perma-nente, sino cómo darle salida y cauce a los desechos que provenían jus-tamente del agua, sin poner en riesgo la salud pública.Por supuesto, entre más crecía la población, el comercio y la industria, más necesidades de consumo de agua se generaban y, en consecuencia, aumentaba el índice de insalubridad pública y privada, porque los dese-chos de todo tipo de inmundicias al aire libre eran mayores.Como se señala líneas atrás, el porfiriato permitió un crecimiento ace-

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lerado de la actividad industrial y comercial del puerto. La expansión económica multiplicó la población pero, al mismo tiempo, agravó las carencias de servicios públicos. Las técnicas naturales de captación de agua a través de algibes hicieron crisis, porque la capacidad de abasto no se correspondía con la exigencia mayúscula del progreso. A ello se agregaba el deterioro de la calidad del agua almacenada durante meses. Este hecho ligado con el escurrimiento indiscriminado de aguas negras, convertía a Mazatlán en la última década del siglo XIX, en un foco de infección permanente con altos riesgos para la salud pública. La ciudad se asemejaba a la Inglaterra de principios del siglo XVIII, cuando los efectos del desarrollo del capitalismo industrial hacían estragos, con sus desechos contaminantes en la población urbana, desprovista de servicios públicos para enfrentar el progreso.Si bien es cierto que las grandes casas comerciales, la industria, las insti-tuciones públicas y las residencias de las clases pudientes, contaban con empresas pluviales para la captación del agua y el almacenamiento de los desechos, la mayoría de la población carecía de un sistema público que con seguridad, cuando menos, la dotara de agua.La necesidad del líquido vital era tan grande que, cómo desechar su consumo vía drenaje, se constituía en lo menos importante, aunque las aguas negras corrían a flor de tierra por distintos puntos de la ciudad. Naturalmente que, solucionado el problema del abastecimiento de agua, se presentó con más fuerza la urgencia del drenaje sanitario. Tan no se atendió esta necesidad, que más tarde se convirtió en el factor principal para que la peste bubónica azotara sin piedad a la población entre los años 1902 y 1903.Fue hasta 1916 cuando el primer sistema de drenaje sanitario inició sus operaciones. La inestabilidad revolucionaria de la época había retrasado la instalación de la red principal.

La crisis del agua en 1887 ideó sistemas de distribución al grado de que surgieron compañías privadas que más tarde privatizaron los depósitos públicos. El lucro hizo su aparición, encaramado en el acaparamiento de los medios de captación y en criterios de aparente reparto “racional” y equitativo del agua. Un siglo más tarde, en 1987, el fenómeno del lucro y el agandalle se expresaría en la ambición de los llamados “piperos”, re-partidores de agua, que aprovecharon muy bien la crisis de producción y abastecimiento para hacer de las suyas.En 1886, Francisco Echeguren y Antonio Paredes realizaron un estudio para dotar de agua potable a Mazatlán, a través de una red alimentada desde el río Presidio.En el Trianuario elaborado por la JUMAPAM en 1993, se recogen datos históricos interesantes sobre el proyecto de agua que en el siglo antepasa-do fue presentado al ayuntamiento para su respectiva aprobación. Dicho estudio contempló la instalación de 22 kilómetros de tubo de acero, co-nexiones, anillón de hule, válvulas, junturas, llaves, etc. El plan presentado requería de ciertas concesiones que incluía principalmente la exención de impuestos en la importación de los materiales necesarios.De acuerdo a los documentos, el 4 de julio de 1887, la compañía encarga-da del trabajo solicita al gobierno del estado lo siguiente:1-Que se autorice la concesión para venta de agua por 99 años, a partir de introducir, con financiamiento particular, agua potable para Mazatlán.2-Que se permita a la empresa tomar el agua de los ríos cercanos para traerla al puerto por tuberías de un diámetro no menor de diez pulgadas.3-Que la empresa ocupe los espacios públicos necesarios para la instala-ción de depósitos y cañerías.4-Que se exente a la empresa del pago de contribuciones extraordinarias por un periodo de 50 años.5-La compañía se obliga a iniciar los trabajos en el año que corre (1887) y

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terminarlos en los siguientes 20 meses.6-La empresa se obliga, por 250 pesos mensuales, dotar de agua al ayun-tamiento para satisfacer las necesidades de la cárcel, jardines públicos y plazas, durante los primeros 8 años de servicios.7-Que como ayuda para la ejecución de la obra, el ayuntamiento pague en 3 anualidades la cantidad de 8 mil pesos, equivalentes a los derechos de importación de los materiales requeridos para la obra.8-Que la cláusula anterior quede sin efecto, si el Congreso de la Unión concede la exención de impuestos solicitada para la importación de mate-riales que la obra requiere.El 8 de junio de 1887, el cabildo, presidido por don José H. Rico, acepta las condiciones presentadas por la empresa y se inician los trabajos. Para el 8 de junio de 1888, el ayuntamiento acuerda una subvención de 50 mil pesos a favor de la compañía, a condición de que ésta se comprometa a instalar cuatro hidrantes públicos con 4 llaves cada uno. Los hidrantes deberán producir cuando menos 1500 galones en 12 horas de servicio diario.El 12 de Agosto de 1888, se expropian a favor de la empresa los terrenos del cerro de Casa Mata y el 20 de septiembre del mismo año, los terrenos de Peña Hueca, con el objeto de instalar los tanques de almacenamiento.Finalmente el 4 de mayo de 1890 por la noche, procedente de la zona acuífera de La Cofradía, llega a Mazatlán el “primer caudal de agua en-tubada”. Al principio la desconfianza se apoderó de los vecinos, porque el agua salía aceitosa y rojiza, pero poco después el agua alcanzó su es-tado normal. Más allá del carácter comercial de la obra, los mazatlecos ganaban otra batalla; pero muchas más le quedarían pendientes en esta guerra eterna que aún libran por contar, dentro de las carencias de todo tipo, con mejores servicios públicos, principalmente con más y mejor agua potable y con un eficiente servicio de drenaje.

III1887-1987: LA CRISIS DEL SIGLO, LOS PROYECT0S DEL SIGLO.

Las críticas condiciones que con respecto al agua sufría la población de Mazatlán en 1887, exactamente 100 años después, en 1987, se reflejarían guardadas las proporciones, en el espejo profético del siglo.Si el 8 de junio de 1887 se iniciaron los trabajos de la histórica obra que por primera vez hizo posible dotar de agua entubada a Mazatlán, en 1987 se gestó el no menos histórico proyecto denominado “Más agua para Mazatlán”, surgido justamente de la crisis más aguda que el sistema de abastecimiento haya padecido en el puerto.1887-1987, en ambas fechas se sintetiza el proyecto de transición en-tre lo viejo y lo nuevo; los impulsos de ruptura de la crisis aguda, para saltar a soluciones de emergencia y a la posibilidad de generar cambios profundos en los sistemas de agua y alcantarillado, que respondieran a necesidades sociales a largo plazo.Efectivamente si en 1887 la precariedad extrema condujo a los mazatle-cos de aquel tiempo a proyectar alternativas de solución al problema del agua, lo mismo ocurrió con los mazatlecos de 1987 a la fecha.Si el 4 de Mayo de 1890, los habitantes de Mazatlán se convirtieron en testigos protagónicos del hecho histórico que les significó recibir por pri-mera vez, los beneficios del agua entubada, 98 años más tarde, el 6 de oc-tubre de 1988, de algún modo el fenómeno se repetía porque después de carecer por mucho tiempo de servicio continuo de agua, o simplemente sin poseerla por días, los habitantes del puerto observaron cómo, en una primera etapa, se incrementaba el caudal del líquido por la tubería. Este hecho alimentó la esperanza de disponer en el corto plazo, de un servi-cio de agua ininterrumpido, proyectado al futuro, como hasta la fecha se advierte.

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Las crisis de 1887 y 1987, no son más que los desfases extremos entre las necesidades vitales de la población y las fuentes productivas de bienestar social. Así es que, aquello que había permitido durante muchos años la posibilidad de desarrollo económico y social, ahora se convertía en el más fuerte de los obstáculos. Por eso, 1887 y 1987, marcan un hito en la historia de Mazatlán. Nuestros hombres, en ambas crisis, salieron al paso con imaginación emergente, pero a la vez con una visión de futuro que marca la ruptura con la arbitrariedad relativa de la supervivencia y adopta criterios de planeación para la vida cotidiana, consecuentes con el rigor de las leyes de la naturaleza y la sociedad.Por eso, el 4 de mayo de 1890, cuando el proyecto de la primera red de agua potable se vuelve operativo, Mazatlán presume un nuevo estilo de vida, más apropiado para su aire aristocrático y más moderno en las expectativas de sus hombres pujantes. En el momento en el que de esa primera red de tubería, concebida por Francisco Echeguren y Antonio Paredes, empezó a fluir el agua, en ese mismo instante Mazatlán brota también a una nueva era. Lo mismo ocurre en otra magnitud, en 1987, cuando la ciudad empieza a salir del caos que provocó la indolencia, la falta de planeación a futuro del sistema de agua potable y alcantarillado. Poco a poco, la ciudad volvió a la normalidad; pero la lección de la crisis, aunque traumática, indica contundente que nunca más deberá descui-darse, al grado de la insensatez, un sistema vital para el desarrollo en todos los órdenes de la vida cotidiana, como lo es el del agua y el drenaje

IVDESARROLLO DEL SISTEMA

(RASGOS GENéRICOS HASTA 1987)

En 1890, Mazatlán inaugura su primera red de agua potable y es hasta

1916 cuando el primer sistema de drenaje sanitario inició sus operacio-nes. Desde entonces Mazatlán contó al mismo tiempo, con sistema de agua y drenaje; pero no con la seguridad de que este respondiera adecua-damente a su desarrollo futuro.Durante los años subsiguientes, y en la medida del crecimiento pobla-cional, las crisis relativas del agua se siguieron presentando. Durante la revolución, el líquido escaseó debido principalmente a la inestabilidad operativa de la compañía introductora del agua potable, cuya estructura técnica y financiera transitaba de más a menos.En estas condiciones, la empresa introductora del agua potable en Ma-zatlán prácticamente desaparece y, en su lugar, para 1927, nace la compa-ñía “Abastecedora de Agua de Mazatlán”, misma que ofrece sus servicios a una población de 6,845 habitantes a través de 1,411 tomas contratadas.Durante 9 años, “Abastecedora de Agua de Mazatlán”, alimenta una tube-ría de 32 Km. de longitud, a razón de 1800 m3, cada 24 horas. El agua es bombeada con tres máquinas de vapor desde el cerro de Peña Hueca, de manera ininterrumpida. Es en 1936, el 12 de octubre, cuando el gobier-no cancela la concesión a la compañía “Abastecedora de Agua de Ma-zatlán”, para otorgársela a la “Compañía Administradora de Luz, Fuerza, y Agua (ALFA)”, misma que durante más de 10 años dotó de agua a la ciudad, con la misma infraestructura operativa de origen, lo que impli-caba fallas técnicas y desabasto en el servicio, principalmente por falta de refacciones de los equipos en zonas de captación.Para 1947, el sistema de agua potable pasa a manos del Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas, institución que la operó bajo el financiamiento de una oficina administradora y recaudadora del servi-cio de agua potable en Mazatlán.Lo obsoleto del sistema y la insuficiencia en la red principal de distribu-ción, agudizaban la crisis del agua, por eso la institución bancaria deci-

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dió, en 1949, entregar la administración y operación del sistema de agua potable al gobierno federal, quien a su vez lo depositó en manos de la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH)La SRH operó y administró el agua potable de Mazatlán, dentro del pro-yecto federal, que por entonces se hizo extensivo a todo el país, denomi-nado Junta Federal de Agua Potable.En manos del gobierno federal, el sistema de agua potable obtiene gran-des beneficios, porque se realizan inversiones de largo plazo, de tal modo que el abasto es proyectado para los próximos 25 años.Para 1950 existen en el puerto 13 mil usuarios, cifra que demandaba más agua de lo que el sistema podría producir. Por lo anterior, la Junta Fede-ral se dio a la tarea de realizar estudios con el objeto de localizar mantos acuíferos que satisficieran demanda y calidad. Muy pronto los estudios permitieron detectar un vasto manto friático, en las márgenes del Río Presidio, cerca de la comunidad de El Pozole.Los positivos resultados del estudio condujeron a la perforación y equi-pamientos de siete pozos, con capacidad de producción a largo plazo. Al mismo tiempo, el proyecto contemplaba la ampliación de la red de distribución general, por lo que de inmediato se iniciaron los trabajos necesarios.En la realización de las nuevas obras, se usó y se instaló tecnología avan-zada que revolucionó con mucho el viejo sistema instalado desde 1890 y que acaso sufrió transformaciones mínimas dentro del mismo esque-ma. Esta ocasión, en el sistema de bombeo y en la ampliación de la red se conectaron tubos Lock Joint de concreto, con “alma de acero” de 24 pulgadas.Fue tan exitoso el proyecto, que para los primeros años de la década de los cincuenta, la producción de agua alcanzó la enorme cifra de 450 li-tros por segundo.

Eran aquellos años del “desarrollo estabilizador”, cuando el “milagro mexicano” cabalgaba en caballo de hacienda. La Junta de Agua Potable crecía administrativa y operativamente y, en estas tareas, se empleaban 35 personas. En 1952, el edificio de la Junta se localizaba por las calles Sixto Osuna y Belisario Domínguez, y más tarde su crecimiento la obligó a trasladarse a otro local, ubicado sobre la Av. Miguel Alemán. Es hasta 1964 cuando el organismo se instala de manera definitiva en el lugar que actualmente ocupa JUMAPAM. El moderno edificio fue inaugurado por el presidente Adolfo López Mateos.Después de 30 años de administrar y operar el sistema de agua, el go-bierno federal hace entrega de las Juntas de Agua Potable al gobierno del estado, y éste a los municipios. El traspaso se hace en 1980, justamente cuando la crisis del sistema empieza a asomar su rostro en Mazatlán.En manos del municipio, el sistema pasa a denominarse como “Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán (JAPAM)”. El nuevo es-quema dura apenas un año porque en su seno priva el descontrol admi-nistrativo y la desorganización operativa en demérito del servicio. La falta de experiencia y los problemas heredados plantean la necesidad de coordinar esfuerzos y compartir conocimientos, por lo que en 1981 las juntas municipales adquieren el carácter de Juntas Regionales de Agua Potable y Alcantarillado del Río Baluarte (JURAPARB), que además del municipio de Mazatlán, incluía a las de San Ignacio, Concordia, Rosario y Escuinapa. El funcionamiento de las Juntas Regionales dependía di-rectamente del gobierno del estado.Los enredos de las siglas continuaban al son de los enredos propios del sistema de agua que no sufría modificación sustancial alguna desde 1950. La crisis se acentuaba.En 1984 la JURAPARB deja de serlo para denominarse JIAPARB. De Junta Regional el sistema pasa a Junta Intermunicipal de Agua Potable

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del Río Baluarte, con las mismas características de organización y fun-ciones que JURAPARB, sólo que esta vez dependían de las correspon-dientes administraciones municipales del sur del estado.En 1987 la JIAPARB desaparece por obra y magia de un decreto que municipaliza las juntas. La disposición oficial modifica la Ley de Agua Potable y Alcantarillado de Sinaloa, con el objeto de otorgar facultades autónomas en el manejo de las juntas a los municipios. Es así como sur-ge JUMAPAM, de acuerdo al decreto publicado en el Diario Oficial, el 28 de diciembre de 1987.Por fin el “cambiadero” de siglas llega a su término porque, cuando me-nos hasta la fecha, aún se le designa como Junta Municipal de Agua Po-table y Alcantarillado de Mazatlán.Los cambios administrativos operados desde 1980 hasta 1987, no fueron más que el reflejo de la inestabilidad y la incapacidad de responder a las crecientes necesidades de servicio. Mientras que el gobierno del estado y los municipios se “entretenían” regionalizando, estatizando o munici-palizando la junta, la crisis se profundizaba, hasta que estalló en 1987.

VEXPLOSION DEMOGRAFICA,

BONANZA Y CRISIS

1- El sistema de agua entre 1950 y 1987

Desde 1950, cuando el gobierno federal se hizo cargo del agua potable en Mazatlán, y la producción aumentó a 450 litros por segundo, para una población aproximada de 40 mil habitantes, desde entonces a 1987, después de 37 años, la red del agua potable y el drenaje no había sufrido una modificación sustancial.

Es cosa de comparar números para medir el tamaño de la crisis del agua en 1987. Quizá la mayor del siglo en Mazatlán.En 1950 existían en el puerto 13 mil tomas de agua para satisfacer las necesidades de 40 mil habitantes, con una producción histórica de 450 litros por segundo. Para junio de 1987, el puerto contaba con una po-blación cercana a los 350 mil habitantes, ocho veces más que en 1950. Se requerían cuando menos 1,250 litros de agua por segundo para sa-tisfacer, al día, las exigencias inevitables de la demografía explosiva. En realidad, la JUMAPAM estaba incapacitada para cubrir esta cotidiana demanda, porque apenas podía producir 942 litros por segundo, aun-que operativamente sólo conducía 888 litros por segundo de los que, finalmente, sólo llegaban de manera rigurosa 780 litros por segundo a la planta de rebombeo de Loma Atravesada, para luego distribuirse a la sedienta población. Por lo tanto, podemos afirmar que el tamaño de la crisis del agua para 1987 se traducía a un déficit diario de 470 litros por segundo, lo que significaba, en términos absolutos, que una tercera parte de la población de Mazatlán, alrededor de 100 mil habitantes, dejaban de percibir diario los beneficios del vital líquido.Si nos atuviéramos a la producción histórica de 1950, cuando 40 mil ha-bitantes recibían los beneficios de 450 litros de agua por segundo, en la idea de alcanzar proporcionalmente el mismo nivel de producción para los cerca de 350 mil habitantes de 1987, diríamos que la cifra normal de-bería elevarse a los 3,760 litros por segundo. Visto de este modo y com-parado con la producción de 1950, el déficit real para mediados de los ochenta era de 3 mil litros de agua por segundo. Este desfase histórico, nos da luz de cómo el sistema de agua potable en Mazatlán se mantuvo casi intacto durante 37 años, a pesar de que, en este mismo lapso, la po-blación se había multiplicado por ocho.Es justo decir que la comparación cuantitativa es sólo producto de un es-

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quema deductivo que parte de una inmejorable circunstancia que vivió el sistema de agua potable durante la década de los cincuenta. La verdad es que difícilmente una ciudad desarrolla al parejo sus servicios públi-cos, con relación al crecimiento poblacional, menos en la nuestra con-siderada como una de las más demográficamente explosiva en el país, porque en un periodo de 20 años, la población se multiplicó por tres a pesar de que, por un periodo de 150 años, la ciudad ascendió solo a 40 mil habitantes. Si para 1970 Mazatlán contaba con 132 mil habitantes, para 1990, dos décadas más tarde, los datos del censo registraban 380 mil habitantes, justamente 258 mil más.De 1950 a 1987, la producción de agua sufrió un aumento tan lento como indolente. Mientras que en 1950 la capacidad de producción se estimaba en 11.2 litros por segundo por cada habitante, en 1987 la cifra se redujo a 2.2 litros por segundo, por habitante. El déficit de 9 litros por segundo por cada habitante, nos demuestra que el crecimiento de los servicios de agua potable fue prácticamente nulo con relación al cre-cimiento de la población. En contrapartida, puede argumentarse que el servicio de agua si creció de acuerdo a las partidas posibles del financia-miento y a las expectativas de crecimiento de una población base de 40 mil habitantes y que, en todo caso, lo que determinó el desfasamiento fue la explosión demográfica producto de una excesiva inmigración no contemplada.Sin duda, ambos factores se aliaron para provocar la crisis. La indolen-cia, la falta de un proyecto que atenuara a mediano plazo los efectos de-mográficos y los males administrativos, inhibieron el mejoramiento de los servicios de agua y drenaje.Basta un dato para sustentar estadísticamente lo señalado: En 1950 la producción era de 450 litros de agua por segundo y 37 años después, para junio de 1987, sólo se había incrementado en 330 litros para alcan-

zar los 780 litros por segundo. En términos proporcionales la produc-ción de agua en este lapso se había incrementado apenas en razón de 8.9 litros por segundo cada año, en tanto que la población, también en tér-minos proporcionales, creció en alrededor de ocho mil cien habitantes por año. La comparación no tiene límites y explica claramente que desde las administraciones de la junta, o desde los gobiernos locales, a nadie le tenía con cuidado el inusitado crecimiento de la ciudad y mucho menos que la producción de agua potable no se incrementara siquiera dentro de los márgenes normales que dictan las aspiraciones de superación de cualquier empresa.Los extremos gobernaron la crisis, porque si bien es cierto que el súbi-to desarrollo poblacional y la fluida corriente migratoria achicaron la holgura de la producción del agua en la década de los cincuenta, no lo es menos que ante la evidente expansión humana no se movió un dedo para evitar el déficit catastrófico en el que más tarde que temprano cae-ría la ciudad. Los gobiernos de los años de 1970 a 1987, no tuvieron la capacidad para proyectar el futuro; dejaron todo en manos de la inercia y allanaron el camino a la insolencia de la crisis, misma que estalló a la par de la obsolescencia de la red del agua y del drenaje.

2. Factores del Crecimiento económico y poblacional

No cabe duda que el servicio de agua potable y alcantarillado en Mazatlán sobrepasó los rezagos normales, al grado de que las redes de abastecimiento se vieron reducidas por el desarrollo de la ciudad y, por lo mismo, sucumbían al inexorable desgaste del tiempo y al uso abusivo que dictaban las necesidades.A ello se aunaba la imposibilidad de reponer los equipos y otro tipo de instalaciones necesarias para suministrar y distribuir el líquido. Tales

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condiciones, en consecuencia, amalgamadas con la crisis económica que desde 1987 penetró al túnel de la severidad, condujeron al sistema de agua potable y alcantarillado de Mazatlán a una de las situaciones más dramáticas de su historia, debido a la fuerte escasez del líquido y, al mis-mo tiempo, al estallamiento de la red del drenaje que propiciaba el de-rrame cotidiano de aguas negras que corrían como arroyo por las calles de la ciudad.El drama, sin embargo, se empezó a vislumbrar desde 1980, cuando la población parecía multiplicarse por generación espontánea. Más que explosivo, el crecimiento cuantitativo de Mazatlán podríamos imaginar-lo como el deslizamiento vertiginoso de una “bola de nieve humana” que aumentaba en la medida misma de la necesidad de tierra urbana para vivir. Nadie ignora que lo vertiginoso del crecimiento fue acompañado por la anarquía; por un proceso de asentamiento tan arbitrario y contra-dictorio como el nacimiento mismo de la ciudad en el año de 1800.Queda claro que la crisis del agua en Mazatlán no se agotó en la insu-ficiencia técnica de su sistema de producción y distribución, ni en su desorganización administrativa y carencias financieras. Más bien esto último formó parte de los efectos de un fenómeno que tiene como eje central la explosión demográfica, determinada a su vez por el natural crecimiento de la población nativa; pero, sobre todo, por la fuerte co-rriente migratoria que entre las décadas de los años cincuenta, hasta 1980, aproximadamente, pobló las costas de Sinaloa. En el caso de Ma-zatlán, a este fenómeno se agrega la dificultad geográfica para vivir y, lo peor, que la tierra firme y apta para que el hábitat se extendiera ordenada y planificada en sus servicios públicos, históricamente se ha concentrado en unas cuantas manos.Existen en el centro de las causas fundamentales dos factores impor-tantes que coadyuvaron al fenómeno demográfico y a la crisis de los

servicios públicos elementales: Se trata, principalmente, del desarrollo acelerado del sector pesquero y de la industria turística. Ambos pilares principales, durante aproximadamente 35 años, del despegue económico de lo que ahora es Mazatlán. Aunque hay que decir que desde hace poco más de cuatro lustros, el desarrollo cualitativo de ambas actividades, principalmente el de la pesca, ha decrecido sustancialmente.

3. La pesca, desarrollo industrial y demográfico

Si en sus génesis, el puerto se sustentaba como un polo de desarrollo del comercio internacional y nacional, y luego, entre las postrimerías del si-glo XIX y la primera década del XX, mantenía características industria-les, más tarde, a mediados del siglo pasado, la actividad pesquera irrum-pe como una alternativa económica que propiciaría mejores niveles de bienestar entre las clases bajas, dedicadas principalmente a la captura de escama, y el surgimiento de una nueva clase media y alta que se encarga del avituallamiento refaccionario de las artes y técnicas pesqueras y de la comercialización e industrialización, en sus diversos niveles, de los pro-ductos del mar, principalmente del llamado “camarón gigante”. Por su-puesto que también el sector industrial requirió de una alta contratación de mano de obra y de profesionales, técnicos y especialistas capacitados, unos para el trabajo del funcionamiento mecánico de la nueva industria y otros para la selección y transformación de los productos del mar.Una de las principales industrias relacionadas directamente con la pes-ca, fue la de construcción de navíos. Las plantas armadoras de barcos en Mazatlán, se convirtieron en una de las proveedoras nacionales e internacionales más importantes. Igualmente, las plantas procesadoras y empacadoras de camarón alcanzaron altos volúmenes de exportación, principalmente en el mercado de Estados Unidos. La industria atunera

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local, hasta la fecha, sigue siendo una de las más importantes en Lati-noamérica y las plantas procesadoras de pescado compiten en calidad en los mercados internacionales. Junto a la industria del mar, se de-sarrollaron otras que por su naturaleza utilizan como materia prima el agua, tal es el caso de las empresas refresqueras, cerveceras y hieleras; las lavanderías industriales y las de lavado de vehículos. Otras industrias, como la de Fundiciones, la planta de PEMEX, la termoeléctrica, de la de construcción y del café, tomaron auge. La burocracia federal y estatal se desconcentró. Las instituciones nacionales, a partir de la década de los cincuenta empezaron a crear delegaciones y oficinas en los municipios importantes, particularmente en Culiacán y Mazatlán. El comercio se expandió y la agricultura y ganadería regresaron a la senda del progreso. Las comunicaciones dejaron sentir la fuerza de su avance técnico y los servicios de transporte, educación, salud, seguridad pública, teléfono, energía eléctrica, se incrementaron. Mientras ello ocurría, el servicio de agua, en términos de producción se mantenía igual, en tanto que el sistema principal de drenaje no había sufrido modificación sustancial.La actividad pesquera y turística dominaron el panorama económico de manera que se constituyeron en el motor de desarrollo social de Mazat-lán, entre 1950 y 1985, año en que ambos sectores, junto con el país, en-traron a un estado irreversible de crisis. No significa esto que la pesca y el turismo dejaran de ser pilares importantes de la economía mazatleca, lo que pasa es que enfrentan un agotamiento estructural (principalmen-te la pesca), de frente a la globalización económica y a esquemas finan-cieros ajenos al desarrollo regional.Hoy la pesca en Mazatlán, sobre todo el cooperativismo social que le dio auge, languidece víctima del centralismo político nacional y del des-orden administrativo que propició la actitud derrochadora de quienes, acostumbrados a las carencias, de pronto se vieron altamente recompen-

sados por la generosidad del mar.Fue la pesca con su oferta de riqueza, la que atrajo corrientes migrato-rias del campo regional, poco propicio para la agricultura de alto nivel. Mientras, por ejemplo, las sociedades serranas continuaban con su pas-mosidad productiva, en la costa la pesca se desarrollaba y los valles se abrían al cultivo. En el caso de la agricultura, en ciudades como Culia-cán, Guasave y Los Mochis, en la década de los cincuenta, se desmon-taban grandes extensiones de tierra y los nuevos núcleos de población, constituidos por gentes que bajaron de la sierra e inmigrantes de los es-tados del sur del país, crecieron al ritmo de la productividad agrícola. De ahí se derivó su explosión demográfica. En cambio Mazatlán, costa y sierra unidas, con valles minúsculos e irregulares de por medio, recibió a quienes se encargarían de desarrollar su actividad pesquera en alta mar.Fueron pescadores los que, en una primera etapa, provocaron la desme-sura del hábitat en sus características marginales. En su afán de residir cerca del casco urba no y en las playas de atraco, ocuparon arenales, cerros y marismas aledaños. Así brota de entre los breñales del cerro de la Nevería, la primera “invasión” con características sociales, encabezada por el legendario Federico Velarde. La colonia “Revolución”, instalada provisionalmente, porque fue destruida por la fuerza pública en 1950, se erigió en el primer acto de rebelión social por la lucha de un pedazo de tierra urbana para vivir. El nombre de “Revolución” no fue registrado y solo sirvió para abanderar la lucha invasora en el Cerro de la Nevería. Posteriormente tanto Federico Velarde como el no menos legendario y ya acaecido, profesor Simón Jiménez Cárdenas, se encargarían de fundar una treintena de colonias más. Poco antes de 1950, de los arenales surgen las populosas Lázaro Cárdenas y la ciudad “perdida”, menos conocida como colonia Gabriel Leyva. Hasta mediados de los años sesenta ambos asentamientos dispusieron de red de agua potable y para 1968 el servicio

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de drenaje.Es importante observar que hasta antes de 1930, los cerros que cercana-mente rodean al puerto, permanecían intactos, con excepción del Cerro del Vigía, donde se construyó el fuerte para la defensa del puerto y al-guna que otra casa aislada de pescadores. Cuando la población creció y la ola inmigrante se multiplicó, sólo había tres alternativas de suelo para la vivienda: las marismas, los arenales y las faldas de los cerros. Los pescadores querían estar cerca del mar y del “centro” de la ciudad. Los de la Lázaro Cárdenas y la Gabriel Leyva, en la Playa Sur; los del Cerro de la Nevería y Loma del Gato (Obispado), en la Playa Norte. La ciudad también extendió su caserío al cerro de Casamata; pero antes, los barrios de la Galeana y Guerrero ya se habían poblado como primera extensión del viejo casco. Anteriormente a la invasión cerril, los pescadores “originales” ya se ha-bían instalado por el Callejón Chávez, frente al Puerto Azul, ubicado por el Paseo Clausen y, al norte, por la calle Pacífico, hoy Avenida Ale-mán, habitaban en casa de “zancos”, sobre la marisma, una familia de chinos de apellido Sun y Julián Villanueva, hombre conocido del puerto.La familia Guzmán tenía, por lo que es hoy Alemán y Aquiles Serdán, un establo de finos caballos. A partir de 1950, empezarían a cobrar forma la colonia Shimizu, la Montuosa, la Reforma, la Morelos y la Independen-cia, instalada ésta última a espaldas del viejo estadio de béisbol. Cuando la pesca entró en la etapa del “boom”, campesinos de comunidades aleda-ñas bajaron para asentarse en la colonia Urías. De la colonia Esperanza nació la colonia Juárez en 1950. Es la Esperanza, una de las colonias más antiguas del puerto. Estaba ahí una “ordeña” de la familia Vizca-rra, de Concordia, de la que es descendiente el prestigiado doctor Raúl Vizcarra Piña. A principios de los años cuarenta, caporales, vaqueros y ordeñadores asentaron sus reales y poco a poco la población aumentó

hasta formar un importante núcleo. Paulatinamente la mancha huma-na invadió los terrenos enmontados que rodean al estero del Infiernillo. Son terrenos planos donde las mareas no provocan problemas, lo que permitió el trazo ordenado que ahora exhibe este importante asenta-miento. Ahí empiezan a asentarse quienes trabajan en la ciudad y por su lejanía relativa los servicios y el comercio empiezan a proliferar. Desde sus inicios la colonia Juárez se presentó como un territorio estratégico para la supervivencia, de manera que hoy compite comercialmente con el “centro” original. Por ello es muy común escuchar que la Juárez es otra ciudad. Tienen razón quienes lo afirman.Los colonos de la Benito Juárez ocuparon después de la vieja ciudad, el único terreno en condiciones habitables por aquellos tiempos, indepen-dientemente de la existencia de terrenos para la especulación turística, a orillas de playa o demasiados lejanos para la época. Este núcleo po-blacional, en su origen, formó parte del desarrollo comercial, pesque-ro, industrial y turístico. Se constituyó en una prolongación posible del antiguo casco; pero su desarrollo normal también fue transgredido por la plaga inmigrante que se situó donde arbitraria y emergentemente le convino. La 12 de Mayo, la Klein, la Toledo Corro, la Jaramillo, son el mejor ejemplo de crecimiento irregular.Los inquilinos del viejo Mazatlán formaron parte del fenómeno invasor; los altos costos de las rentas hacían imposibles una vida digna. O se pa-gaba la renta o se comía. Los dueños de las fincas alegaban otras avari-cias para justificar sus cobros. En complicidad con la fuerza pública, los casatenientes desalojaban familias que no podían pagar en los tiempos acordados. Los arrendatarios preferían destruir sus casas antes de que fueran habitados por extraños. El Mazatlán de la vieja zona urbana sufría los embates del crecimiento interno y penetraba en el tobogán de la con-tradicción social. Este proceso explica, en parte, por qué la presuntuosa

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ciudad fue cediendo al deterioro, al grado de reducir a ruinas a muchos de sus edificios. No pocos de aquellos inquilinos huelguistas se enrola-ron en las tropas invasoras, comandadas por el “general” Federico, “Lico” Velarde y Simón Jiménez Cárdenas.Se entiende ahora que Mazatlán explotó demográficamente, en parte por la reproducción normal de sus antiguos habitantes, pero en gran medida por la inmigración que, a partir de 1950, se desató incontrolable.

4- Turismo, modernidad y contraste social

El despegue de la industria sin chimeneas fue tal que en poco más de 20 años permitió el surgimiento de un nuevo Mazatlán, ideado en la mo-dernidad hotelera, comercial y habitacional de los Estados Unidos.El flujo de visitantes extranjeros y nacionales tomó auge y permanencia; las inversiones en el ramo se multiplicaron y muy pronto se configuró una infraestructura de lujo que rebasó, con mucho, a la ciudad original. Frente al caserío provinciano y vetusto, las casonas y edificios históricos del siglo pasado, se construyó una arquitectura “dorada” que reflejaba el progreso de inversiones locales. Restaurantes, cafés, discotecas, cines, bares dieron el toque distintivo de la diversión. Nuestro destino de playa se ofertaba de manera natural. El tráfico aéreo nacional e internacional tomó proporciones insospechadas, al grado de que para 1985 despega-ban del aeropuerto internacional, aproximadamente, 30 vuelos diarios con distintos destinos. Los cruceros de lujo fijaron su interés en Mazat-lán y lo seleccionaron como punto importante en el Pacífico mexica-no. El muelle de carga y descarga creció y como en los viejos tiempos buques comerciales de distintos puntos del orbe atracaban para realizar sus respectivas operaciones. A la jauja se sumó la explotación de la pesca deportiva. De hecho, la Playa Sur se convirtió en la primera marina don-

de empezaron a atracar lujosos yates provenientes de San Diego y otros puntos de la Alta California.El boom dorado, de suyo vertiginoso, fue guiado bajo criterios “desa-rrollistas” que implementaron las oficinas de bien raíces. La venta de la tierra prometida alcanzó precios mayúsculos. Hacia el norte, en el cora-zón de la zona hotelera, aparecieron los fraccionamientos de lujo. Fueron los tiempos de las grandes ganancias en la industria de la construcción, ahora en crisis. Fueron también los años de los fideicomisos oficiales, capaces de aportar recursos con los que proyectaron obras faraónicas sobre áreas desoladas.La calzada Camarón-Sábalo y Sábalo-Cerritos, es una muestra de cómo se proyectaron ventas a futuro. Compra y venta de bien raíces y compa-ñías constructoras constituían un binomio determinante en el desarrollo especulativo del Mazatlán “dorado”. Por supuesto, la industria turística y los desarrollos de alto nivel generaron, en corto tiempo, miles de empleos en sus diversos niveles. La ciudad por lo tanto, en breve tiempo sufrió una expansión sin precedente en su núcleo poblacional. Aparecieron los fraccionamientos para los trabajadores de “cuello blanco”, promovidos por el FOVISSSTE, INFONAVIT y por particulares. Los hospitales, las escuelas, las áreas deportivas y los centros recreativos se multiplicaron. El comercio creció y la población flotante fue más numerosa.En la medida que el Mazatlán dorado crecía, en esa medida, el Mazatlán marginado también se extendía; pero mientras el norte dorado recibía los beneficios plenos en los servicios públicos, el sur marginado, los tra-bajadores de “cuello azul”, padecían la inequidad gubernamental.Queda claro, a modo de conclusión general, que el auge de la pesca, la industria y después el turismo, en pocos años, atrajo una corriente mi-gratoria que sentó sus reales en las dificultades orográficas de Mazatlán; que los gobiernos en turno prefirieron planear y priorizar el desarro-

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llo de áreas de primer nivel bajo perspectivas de especulación y que, al mismo tiempo, propició la instalación arbitraria de asentamientos hu-manos, sencillamente porque ante esta necesidad elemental, no había respuesta sensible.Queda claro pues, que ante la falta de alternativas para crear asentamien-tos populares mejor planeados, se contribuyó a que liderazgos sociales como los de Don Simón Jiménez Cárdenas (q.e.p.d.) y Federico Velarde, encabezaran la lucha por la tierra urbana y que esa misma necesidad los condujera a invadir marismas, arenales y cerros donde la introducción de servicios públicos requería de esfuerzos titánicos. El costo de la in-transigencia gubernamental y de las clases pudientes fue alto, algunos porque heredaron a los gobiernos recientes la dificultad financiera del mejoramiento del suelo y de la dotación de servicios públicos. Los go-biernos de la bonanza priorizaron sus inversiones en servicios de agua y drenaje a sus intereses “dorados”, sin preocuparse por modificar la red original instalada desde 1950. Esta visión unilateral propició también que el casco urbano original reventara entre vómitos de aguas negras y pluviales; entre chillidos de ratas y olores fétidos; entre cuarteaduras de fincas abandonadas, forradas de basura y maleza; entre las ruinas del tea-tro Ángela Peralta que acaso concentraba la indolencia de años y simbo-lizaba el desprecio por la historia, en su acepción integradora, que nadie se atrevía a recuperar.La crisis del agua y del drenaje, a partir de 1980-87, fue la crisis de la su-pervivencia de las colonias populares y marginadas. Fue la crisis también del viejo Mazatlán. La crisis de la historia monumental de una ciudad que apareció del mar como la vida. Nadie lo creerá, por lo mitológico que resulta, pero hace 200 años que los mazatlecos empezamos a recu-perar la Atlántida perdida. De ese tamaño.

5- Perfil psicosocial

Aunque no es probable, tampoco es imposible la intervención en este proceso de desarrollo económico y contradicción social de actitudes chauvinistas; de resistencias psicológicas ante quienes consideramos “in-vasores”, transgresores de un territorio que no les corresponde y violen-tadores de una forma de vida casi intacta por cerca de 150 años.Es posible, aunque no comprobable, la existencia en el fondo de una ac-titud por no compartir “lo que mucho nos ha costado”, permeada por las resistencias gregarias de la tradición.Construir la ciudad no fue tarea fácil, tampoco habría entonces razones fáciles para compartirla. Los pioneros de la ciudad, como buenos aven-tureros, apreciaron más lo que lograban y aportaban ellos como indivi-duos y no como colectividad. Lo que la sociedad logra no lo tiene por ella, sino por lo que aporta cada uno de los que la componen. Existe en este pensamiento una suerte de celo que lo legitima o una especie de culto a la individualidad, tan fuerte, que finalmente caracteriza la forma de ser social e impone el sello de la conducta colectiva.El mazatleco tradicional no esta exento de éste espíritu, incluso esta for-ma de ser contribuye al cosmopolitismo que lo distingue. En abono a su personalidad, podríamos decir que es tan local como universal y es esto justamente lo que lo vuelve contradictorio.Es muy probable que esta formación BIOSICOSOCIAL lo vuelva reti-cente y proclive al desacuerdo; pero también es muy probable que, preci-samente, esto se constituya en el motor de su desarrollo.Este análisis general, tal vez, contribuye a establecer un punto de partida que explique psicosocialmente el hecho del injusto desarrollo de los ser-vicios públicos en Mazatlán, independientemente de las dificultades de naturaleza orográfica. Desde 1960, al puerto llegaron inmigrantes pobres

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de diversas partes del país y se conformaron en amenaza constante para las autoridades locales, muy ligadas a las clases pudientes o parte inte-grante de ellas. Esto significa que el primero en impedir la constitución ordenada de nuevos núcleos de población fue el propio gobierno quien, por lo contrario, alentó con su actitud la invasión de cerros, marismas, pantanos y otras áreas para vivienda. Fue así, porque los acaparadores de la tierra firme en Mazatlán siempre han esperado mejores tiempos y me-jores clientes para la especulación. De cualquier modo, la posibilidad del desarrollo habitacional popular estuvo y está vetada hasta el norte, por-que siempre se ha considerado territorio de primera en el que hay que conservar la “imagen turística”. Esto último tiene que ver también con el gran proceso especulativo que se originó alrededor de la tierra urbana. Tanto odio e irritación causó las exigencias invasoras que hubo alcaldes que encabezaron desalojos violentos con garrote o pistola en mano.Esto habla de las necedades desde el gobierno, que bloquearon la posi-bilidad de una evolución, sino armoniosa, sí menos traumática de los servicios de vivienda, agua y drenaje. El rezago entonces no sólo fue pro-piciado por falta de recursos técnicos y económicos, sino por falta de voluntad y comprensión de quienes, desde el gobierno, representaban intereses de un sector de clase que no entendía el proceso de transforma-ción de la economía mexicana, aferrado a los intereses ociosos e impro-ductivos de sus propiedades.

VI1987: LOS EFECTOS AGUDOS DE LA CRISIS DEL AGUA Y EL

DRENAJE

1-Estado general del sistema de agua potable y drenaje

Cuando en 1980 el gobierno federal deja en manos del gobierno del es-tado la Junta de Agua Potable y Alcantarillado, la red instalada en 1950 empezaba hacer crisis, porque la excesiva demanda de agua y drenaje rebasó con mucho la capacidad de sus servicios. A pesar de ello, no hubo modificaciones estructurales en el sistema, de tal modo que para 1987, entre los meses de abril y septiembre afloró, con todos sus efectos posi-bles, la crisis largamente anunciada. La operatividad del sistema no dio para más. Incapaz de satisfacer las necesidades de agua y alcantarilla-do de la ciudad, estalló intermitentemente como una fuerza producida por reacción en cadena. Treinta y ocho años de uso habían convertido a la red de distribución de agua potable en obsoleta, y la falta de man-tenimiento se agregaba como coadyuvante fundamental de su debilita-miento, provocando roturas constantes en la tubería, descomposturas de válvula de presión, azolve de tanques de almacenamiento, etc. Otro factor determinante lo constituyó la falta de un esquema financiero que volviera autosuficiente al organismo y a ello se suma la suspensión de un crédito de FIFAPA (Fondo de Inversiones para el Fomento para Agua Potable y Alcantarillado), destinado a obras de rehabilitación y amplia-ción del sistema de agua potable, que junto con la red de drenaje, se iniciaron en 1985.Como se ha señalado en uno de los capítulos anteriores, a junio de 1987 eran necesarios 1,250 litros de agua por segundo para satisfacer al día los requerimientos de una población cercana a los 350 mil habitantes. Sin embargo, la capacidad de producción apenas llegaba” a los 942 litros por segundo y la conducción real de 888 litros por segundo, pero finalmente solo se distribuían 780 litros por segundo para obtener un déficit de 470 litros de agua por segundo”.El déficit en la producción del agua en 1987, aparte de la explicación histórica de tener una red cuya antigüedad de 38 años y del vertiginoso

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crecimiento poblacional, fue determinado también por factores concre-tos. Por ejemplo, en junio de 1987, la JUMAPAM contaba con 30 pozos; pero sólo operaban 21. De los nueve pozos que no funcionaban, cuatro estaban fuera de servicio por equipo descompuesto y el resto, cinco, se encontraban desequipados, sin energía, sin caminos de acceso y sin in-terconectar.El otro factor concreto que contribuyó al aceleramiento de la crisis, fue la suspensión de un crédito por 5,525 millones de viejos pesos que se auto-rizó en 1985 por SEDUE-FIFAPA con el objeto de financiar el proyecto para dotar a Mazatlán de agua y drenaje suficiente. De acuerdo al plan inicial, las obras concluirían para 1986, bajo ritmos y tiempos programá-ticos récord, se trataba de construir una nueva red en el lapso de un año y reparar la vieja red de conducción de agua, una vez concluida la nueva. El plan fracasó. Al tiempo de iniciadas las obras, éstas se paralizaron por falta de recursos económicos. Fue un tiempo precioso durante el cual se abandonó el mantenimiento de la vieja y quejumbrosa red, suficiente para darle la estocada y para que, al verano de 1987, “el sistema y las ins-talaciones pasaran de la inefectividad a las fallas permanentes”.La obsolescencia del sistema y la falta de recursos financieros, se refle-jaron en deficiencias técnicas de captación, producción, conducción y distribución muy específicas:a) La reparación y mantenimiento de los equipos eran deficientes debido a la falta de tecnología mecánica y eléctrica. No se contaba con refaccio-nes y las composturas del equipo tardaban hasta 24 horas. Los cortes de la energía eléctrica eran frecuentes y se desconocía el volumen de pro-ducción del agua.b) El proceso de rehabilitación en la planta de captación se encontraba desfasado en un 90%.c) El mantenimiento preventivo de la red y de algunos equipos, era mí-

nimo, ya que las carencias financieras no permitían la contratación de recursos humanos.d) Un equipo de primer orden en el funcionamiento del sistema de con-ducción de agua es el relativo a las válvulas de admisión y expulsión de aire. Tan crítica era la situación que este equipo técnico fundamental estaba fuera de servicio y, por lo tanto, no permitía el funcionamiento permanente de la línea de conducción.e) A lo anterior se agrega el funcionamiento limitado de la planta de rebombeo, en virtud de que se trabajaba con cuatro equipos viejos y dos nuevos, lo que provocó serias deficiencias en el suministro del líquido.f) Uno de los aspectos que mayor ilustra el desarrollo desigual en los servicios públicos de agua y drenaje, se refiere justamente al funciona-miento de la red de distribución del agua dividida en dos zonas: La zona sur abastecida por el tanque de almacenamiento, ubicado en el cerro de Casa Mata y que comprende el viejo Mazatlán, y sus colonias aledañas. La otra zona, la norte, en la que se ubica la gran zona hotelera, fraccio-namientos y edificios de condominios, en tanto que un gran número de colonias proletarias ubicadas al sureste son alimentadas por el depósito instalado en el cerro de Loma Atravesada.Pues bien, mientras la zona norte recibía el 65 por ciento de agua dispo-nible, para el consumo del 40 por ciento de la población, la zona sur, con el 60% de la población, era beneficiada apenas con el 35% de la capaci-dad distributiva del agua.La única manera de controlar el suministro para hacerlo menos desigual, era mediante la operación de válvulas que permitieran o impidieran el paso del líquido hacia los diferentes sectores de la ciudad.Tómese en cuenta que para mantener la red de distribución, la junta con-taba con tres cuadrillas de trabajadores que laboraban en dos turnos. La capacidad de respuesta a las múltiples solicitudes de servicio, tenía

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un margen mínimo de una semana para cada solicitud. Lo que con más frecuencia y prioridad se atendía, eran las fugas de agua. Las estadísticas hablaban claramente del drama.Agréguese a las fallas del sistema del agua potable, la baja calidad que por esas fechas presentaba el líquido vital. Según datos de la propia JU-MAPAM, “durante el mes de junio de 1987 se realizaron 120 muestreos y en 77 muestras el agua resultó contaminada por algún agente bacterio-lógico”.El fenómeno era explicable: los tanques de almacenamiento no recibie-ron limpieza durante mucho tiempo. Tan sólo el tanque de Casa Mata no recibió mantenimiento en 7 años. Él azolve se filtraba a la red de dis-tribución, por eso las llaves vomitaban lodo. Por otro lado los muestreos para medir la cloración del agua, se efectuaban en algunos puntos de la ciudad, principalmente en su parte céntrica.“El tratamiento de potabilización del agua era apenas del 30 por ciento y sólo se practicaban mil muestreos bacteriológicos al año”.Con respecto al sistema de alcantarillado, hay que decir, en honor a la verdad, que Mazatlán padeció en ese año una de las afrentas públicas de suyo ignominiosa, que lo demeritó en el contexto nacional e interna-cional. Todo el mundo sabía y comentaba que en esta ciudad las aguas negras que debían correr por los caños, preferían el arroyo de las calles para exhibir nuestras inmundicias. Los problemas de insalubridad eran interminables, principalmente en las colonias populares. Las enferme-dades gastrointestinales y dermatológicas estaban a la orden del día, mientras la contaminación rompía el equilibrio ecológico y extinguía la vida animal y vegetal de los esteros de Urías, El Infiernillo, El Sábalo y la bahía del Crestón, en donde nueve cárcamos desalojaban un promedio de 4,661,933 M3 de aguas negras y asesinas.En 1984 se inauguró la planta de tratamiento de aguas negras, pero hasta

1987 no funcionaba en lo más mínimo. Simplemente el emisor submari-no recibía el caudal de aguas negras sin previo tratamiento.Es importante destacar que el proyecto definido en 1985 para eficientar el servicio de agua y de drenaje, con financiamiento de SEDUE-FIFAPA, contemplaba la instalación estratégica de un sistema de atarjeas que cap-tarían el escurrimiento de aguas negras y, en consecuencia, disminuirían los problemas de insalubridad.Se incluía también “la instalación de 5 mil metros de tubería de concreto reforzado, con diámetro entre 30 y 91 centímetros y 11 mil metros de tubería de concreto simple de 20 centímetros que permitieran conectar 1,200 nuevas descargas domiciliarias.Además, se construiría una línea de 1,500 metros de tubería de concreto reforzado de 122 centímetros de diámetro y se adquiriría equipo sufi-ciente para el desazolve de la red”.Lástima, todo quedó en proyecto. Simplemente el crédito se canceló. Pero los rebosamientos de aguas negras continuaban implacables, aten-tando contra la salud de los mazatlecos, contra el ambiente y contra la dignidad de la ciudad orgullosa, en boca de todo mundo.

1.1 Situación del área administrativa

Entre 1985 y 1987 la junta se desquició en toda su estructura. Una em-presa que ofrece ineficiencia en el servicio se encuentra maniatada para obtener saldos financieros favorables. Los usuarios tampoco estaban dispuestos a pagar por el consumo de agua lodosa y el rebosamiento de aguas negras. Es muy probable que estas condiciones ruborizaran a los directivos de la JUMAPAM por tan solo pensar en la posibilidad de aumento a las tarifas de los servicios. No fue así. No se ruborizaron. Por el contrario, en abril de ese año, la tarifa aumentó en un 70 por ciento

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más un 4 por ciento de indexación mensual. Aún así el aumento no fue suficiente porque los gastos de operación seguían siendo mayores y los índices inflacionarios mensuales alcanzaron el 12 por ciento. Fue tan crí-tico el estado financiero de la junta, que el Instituto Mexicano del Seguro Social intentó un embargo precautorio. Habría que imaginarse al sistema de agua potable, embargado, en manos del IMSS.La desorganización administrativa de la JIAPARB acusaba grados extre-mos: contabilidad retrasada, organigrama indefinido, ausencia de cri-terios para la selección y contratación de personal, inexistencia de un manual de organización y procedimientos y la falta de un servicio de cómputo que almacenara y procesara la información operativa y proyec-tiva de la empresa, a pesar de que se contaba con un equipo de computa-ción sin operar. El colmo.Una empresa mala, ineficiente, sin credibilidad, sin recursos económicos y humanos y con costos de producción y operación superiores a los in-gresos tarifarios, simplemente no tiene razón de ser. Deberá, por lógica elemental, cerrar sus puertas. Era el caso de la entonces desmantelada JIAPARB que, contraria a la lógica de la empresa en quiebra, cerrar sus puertas le significaba agravar más los problemas de carácter social.Efectivamente, el carácter público y de exigencia social de la junta fue tomado con sensibilidad sólo cuando el problema tomó tintes dramáti-cos. A esas alturas, el manejo del sistema de agua y de drenaje obedecía más a criterios políticos que a técnicos y administrativos porque estaba pensado y operado en el inmediatismo personal y grupal y no en las necesidades sociales de largo plazo. Esa fue otra de las razones que llevó al menoscabo paulatino de la empresa, luego de que las respectivas ad-ministraciones dejaron de ser subsidiadas por el gobierno federal y por créditos blandos de largo plazo, con los que construían obras malas y, por lo tanto, de corto plazo. El futuro bien podía esperar.

El caos administrativo y financiero se vio fortalecido en los altos índi-ces inflacionarios producidos por la crisis económica nacional que para 1987 se profundizaba. “Esta situación, sumada a la posición deficitaria de los municipios del sur de Sinaloa, acumuló una deuda de 296 millo-nes de pesos que fue cubierta por el municipio de Mazatlán, mediante un préstamo bancario”. En junio de 1987 la deuda ascendía a 560 millones de aquellos pesos porque ésta absorbía el rezago financiero desde 1985. El débito se distribuía de la siguiente manera: Al Instituto Mexicano del Seguro Social se le debían 80 millones de pesos; al INFONAVIT 20 mi-llones; a la Secretaría de Hacienda 90 millones; a diversas instituciones financieras 110 millones; a los proveedores 40 millones; al personal 50 millones; a la Comisión Federal de Electricidad 80 millones y al fondo de ahorro 90 millones para dar un total de 560 millones de pesos en deuda.

1.2 Situación del área comercial

Hasta septiembre de 1989, el área comercial de la Junta operaba bajo una estructura funcional interna que la dividía en los departamentos de control de usuarios, cobranza y servicios, es decir se encargaba de medir el consumo, facturarlo y cobrarlo, además de generar otros ingresos por consumos atendidos.Esta área no estaba exenta de la desorganización. Tan no lo estaba, que para junio de 1987, la Junta acumuló un alto porcentaje de facturación que no se cobraba y que representaba el 52% de la facturación mensual, incluyendo intereses moratorios e incrementos tarifarios, Para el mes de agosto del mismo año, el déficit se reduce al 49.5 por ciento que, traduci-do a pesos, daba la cantidad de $358,006.Existe otro dato que nos ayuda a comprender las dificultades financieras de la Junta, derivadas del rezago administrativo en términos de factura-

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ción. Del total de usuarios con servicio medido, un 34 por ciento del ser-vicio doméstico pagaba la cuota mínima. Del mismo modo lo hacía un 46 por ciento del tipo comercial, el 28 por ciento del tipo industrial y el 29 por ciento en las instituciones públicas, quienes en conjunto confor-maban el 30 por ciento del total de usuarios y, en términos de ingresos, aportaban sólo el 14 por ciento del total que captaba la Junta.Como se observa, ni con el aumento del 70 por ciento a las tarifas del agua se logró corregir las fallas financieras y detener el endeudamiento, mucho menos eficientar el servicio de agua y alcantarillado. La verdad es que, independientemente de la falta de recursos económi-cos, la grave situación requería de estrategias imaginativas, que empe-zaran por reestructurar de fondo la empresa misma, como condición necesaria para enfrentar el período de emergencia y establecer políticas de producción y servicios del mediano y largo plazo.El 26 de junio de 1987 toma posesión como nuevo gerente de la Junta el ingeniero Jaime Peña Zazueta, y con él se inicia un período de evalua-ción y diagnóstico que lo lleva, en un primer momento, a tomar medi-das inmediatas y, más tarde, a implementar el proyecto “Más Agua para Mazatlán”.

2- Principales problemas específicos del sistema para junio de 1987

Fue junio el mes donde la curva de la crisis cobró sus niveles más altos. Fue en este período de tiempo cuando las fallas del sistema se acumula-ron y al mismo tiempo ofrecieron señales de estertores provocando un verdadero colapso que se tradujo en falta de agua para un tercio de la población de la ciudad y que las aguas negras rodaran incontenibles por cualquier parte de la ciudad.Para que el lector se de una idea de lo arriba señalado basta con que lea

los siguientes problemas específicos y fundamentales que de manera su-cinta se presentan. 1) El déficit de producción de agua ascendía a 470 litros por segundo.2) Era notoria la falta de capacidad técnica de quienes operaban el equi-po de producción.3) Roturas casi permanentes de tubos por lo obsoleto de la red.4) De marzo a junio de 1987 la línea de interconexión de pozos en la planta de captación de El Pozole tronó por cinco ocasiones, provocando falta de agua en amplias zonas de la ciudad durante varios días. La línea principal de conducción de acero tronó una vez en este mismo lapso.5) No se disponía de equipo, herramientas, repuestos y refacciones ne-cesarias para enfrentar con éxito los múltiples problemas que cotidiana-mente ofrecía el sistema en general.6) Cinco mil metros lineales de tubería, instalados en 1985 por la enton-ces Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología y el Fideicomiso Federal para Agua Potable y Alcantarillado (SEDUE_FIFAPA), dormían el sueño de los justos sin que nadie se preocupara por conectarla a la red general.7) Los tanques de almacenamiento no recibían la limpieza necesaria, ni la red era objeto de mantenimiento preventivo.8) El agua no llegaba a las partes altas de la ciudad y se apelaba a la ope-ración de rebombeo, procedimiento que aumentaba los costos de pro-ducción.9) Los equipos motrices, vehículos y tractores pesados estaban práctica-mente convertidos en chatarra.10) El agua era de mala calidad y la potabilización alcanzaba apenas el 30 por ciento.11) La propia escasez produjo acaparamiento, lucro y corrupción, prin-cipalmente de los llamados “piperos” y entre algunos empleados de la Junta.

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12) El servicio se interrumpía frecuentemente por falta de energía eléctrica, provocando malestar en la población. Las instalaciones eléc-tricas eran tan viejas como infuncionales.13) Existían gran cantidad de tomas clandestinas y una gran parte de la producción se perdía por las constantes fugas de agua.14) Se desconocía la ubicación de no pocas válvulas de distribución y otras muchas estaban en malas condiciones.15) En la zona de producción había pozos bloqueados por los sedimen-tos del hierro y el manganeso.16) Las descargas de aguas negras contaminaban los esteros El Infierni-llo, El Sábalo, Urías y a la bahía del cerro del Crestón.17) Los problemas gastrointestinales y dermatológicos estaban a la or-den del día, principalmente en las colonias populares.18) La planta de tratamiento de aguas negras inaugurada en 1984, no funcionaba, y el emisor submarino arrojaba “cruda” las aguas negras al océano.19) En temporada de lluvias, las alcantarillas se rebosaban porque el 50% de las descargas pluviales domiciliarias estaban conectadas a la red de aguas negras.20) El sistema de aguas negras estaba “reventado” y diariamente se re-portaban un promedio de 12 fugas. Las aguas negras corrían impunes por las calles de la ciudad, sin que nadie lo impidiera.21) La red interna de distribución del agua estaba mal circuitada porque el proyecto de SEDUE-FIFAPA quedó inconcluso.22) Las empresas industriales carecían de trampas y cedazos para la re-tención de desechos sólidos, principalmente las ubicadas en el parque Bonfil, cuyos desperdicios de pescado y cascarilla de camarón azolvaban la red de alcantarillado.23) El 34% de los usuarios estaban inscritos en el padrón, bajo contratos

de consumo mínimo, a razón de 20 M3 por bimestre, lo que significaba una importante fuga de recursos económicos.24) El 70% de los usuarios pagaban menos de mil pesos bimestrales por el servicio de agua y drenaje.25) Las fugas de agua y los medidores descompuestos, alteraban el con-sumo y por lo tanto los cobros, provocando múltiples protestas.26) La instalación de medidores sufría gran rezago y lentitud en la repa-ración de los descompuestos.27) No existía una respuesta rápida a los servicios solicitados.28) El déficit financiero para junio de 1987, era de 560 millones de viejos pesos y la contabilidad se mantenía retrasada por meses.29) La deuda por el crédito de los 5,525 millones de pesos que otorgó SEDUE-FIFAPA, arrastraba intereses y pasivos altos, lo que agravaba la situación financiera de la Junta.30) Las protestas ciudadanas se multiplicaban. Los colonos tomaban las calles y exigían agua, cuando menos para tomar. La escasez era patética.

3-Propuestas generales y acciones de emergencia

De acuerdo al diagnóstico realizado por la nueva administración, enca-bezada por el ingeniero Jaime Peña Zazueta, las medidas generales y las acciones específicas para hacer frente a la difícil situación de la empresa, se inscriben en los siguientes acuerdos:a) Dar prioridad a los servicios de agua potable y alcantarillado de la ciudad y demás asentamientos humanos del municipio.b) Mejorar la capacidad y la calidad de los servicios que se proporcionan.c) Elevar la eficiencia en la operación de los recursos humanos, materia-les y financieros con que cuenta la Junta.d) Plantear, programar y controlar de manera estricta, las obras de reha-

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bilitación, mejoramiento y crecimiento de la infraestructura.e) Procurar el equilibrio entre ingresos y egresos.f) Prevenir y controlar toda posible contaminación del agua potable, así como someter a tratamiento las aguas residuales, antes de descargarlas al mar o los esteros.g) Proyectar ante la comunidad, una buena imagen y mantener con ella comunicación permanente.h) Reestructurar el organigrama y asignar funciones específicas al per-sonal.Independientemente del proyecto general, que más tarde se definió como “Más agua para Mazatlán”, la Junta inició un programa de emergencia en sus diferentes rubros:

3.1 Agua Potable

En Agosto de 1987, cuando el intenso verano agudizó la crisis, la Junta pone en marcha un plan de emergencia para llevar agua a las colonias populares. Tanto en “Lomas del Ébano“, como en la “Francisco Villa”, se instala un tanque de almacenamiento con capacidad para 25 mil litros.Antes, el mes de julio, se habían cancelado tres tomas clandestinas co-nectadas directamente al pozo # 6, del Pozole. Lo anterior permitió in-vestigar otros pozos y la línea de conducción, en las cuales se detectaron más tomas clandestinas. La acción anterior permitió recuperar 50 litros más de agua por segundo.Para agosto, se concluyó el trabajo de rehabilitación de tres pozos ubi-cados en El Pozole, lo que aumentó en 120 litros, la captación de agua. Lo anterior, más el enriquecimiento de los mantos freáticos debido a las lluvias de los últimos días, determinó que la producción del agua llegara a los 1,020 litros por segundo.

Para el entonces presidente municipal de Mazatlán, José Ángel Pescador Osuna, la falta de líquido vital era el problema numero uno del munici-pio, por lo que era meta de su administración agregar a la producción de agua, en el corto plazo, cuando menos 200 litros por segundo.Pescador Osuna planteaba entonces la recuperación del proyecto SE-DUE-FIFAPA, en la idea de terminar las obras inconclusas, pero ade-más se proponía, al término de su mandato, resolver definitivamente el problema del agua y garantizar su producción estable para los próximos 20 años. Aseguraba, igualmente, que la solución al problema del drenaje requería de mayor tiempo y que, para 1989, se avanzaría entre un 65 y 70%. Lo cierto es que el drenaje, ante el tamaño de la crisis del agua, fue considerado como un problema de importancia menor. O dicho de otro modo: como un problema menos peor.Poco a poco, las medidas concretas adoptadas por la nueva administra-ción de la Junta, obtenían resultados favorables. El control de la produc-ción, la conducción del agua con menos obstáculos y la instalación de cuatro válvulas aliviadoras de presión, terminaron con la rotura de los tubos que muchas veces dejó sin agua a Mazatlán.En el INFONAVIT Playas, asentamiento que duró mucho tiempo sin agua, sólo se requería conectar un tubo a la red general para que estu-viera en condiciones de recibir los beneficios del agua. La negligencia de la compañía constructora y la poca sensibilidad social, hizo que los habitantes del INFONAVIT padecieran de severa escasez y que, por lo mismo, protestaran bloqueando calles de manera continua.Bajo el programa emergente se instaló un equipo para rebombeo, con capacidad de 200 caballos de fuerza, en la estación situada en la colo-nia Juárez. La medida permitió un mejor funcionamiento al equipo de distribución del agua a los tanques de almacenamiento de Casa Mata y Loma Atravesada. El ahorro de energía eléctrica fue notable, lo que mo-

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tivó la compra e instalación de otras dos bombas similares, que costaron 30 millones de pesos. De igual manera se estableció un programa de mantenimiento a las bombas restantes para hacer frente a cualquier falla que se presentara, sin afectar el servicio.El programa de rehabilitación de pozos continuó. En El Pozole, el pozo #16 que producía 23 litros por segundo duplicó su producción. En la zona de El Sábalo se perforó un nuevo pozo que producía 10 litros por segundo. Aparentemente la cantidad de producción era pequeña. Sin embargo, la ubicación del pozo en la zona hotelera era estratégica, por-que tenía capacidad de aportar más volumen de agua que la que trans-portaban los piperos a esa zona.En la emergencia se contempló también zonas como el fraccionamiento El Dorado y Lomas del Valle. En el primero se instalaron dos bombas de 10, 7 y 5 caballos de fuerza, y en el segundo asentamiento se corrigió una mala conexión de tubos en la red de distribución. Ambos fracciona-mientos mejoraron un poco el servicio después de meses en el primero, y años en el segundo, de padecer la falta casi total de servicio.El 25 de noviembre de 1987 el entonces gobernador, Francisco Labastida Ochoa, da el banderazo de inicio de los trabajos de lo que ahora sigue siendo una de las líneas principales de conducción de agua potable de 36 pulgadas.Para el 21 de agosto de ese año ya se había conformado el Comité de Obras Pro Agua Potable (COPAP) y el proyecto para dotar de más agua a Mazatlán estaba configurado. En él se contemplaba la apertura de nue-vos pozos en la zona de San Francisquito. En el mes de diciembre de 1987, después de salvar algunos problemas con los campesinos de ese lugar y los del Ejido Chicuras, se acuerda la perforación de 15 pozos profundos que se tienen proyectados a cambio de realizar obras públicas en las comunidades mencionadas.

Asimismo, el alcalde José Ángel Pescador Osuna, puso en marcha, el 10 de diciembre, las obras de regeneración de la red interna, con aportación de 600 millones reunidos por la COPAP. De esa cantidad, 200 millones aportó el gobierno del estado, otros 200 la comunidad, y el resto corres-pondían a un fondo que manejaba el comité.Para fines del año crítico (1987), justamente el 15 de diciembre, nace oficialmente la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Ma-zatlán, de acuerdo al decreto oficial publicado el 26 de octubre de ese año. Las reformas a la Ley de Agua Potable y Alcantarillado fueron apro-badas el 22 de octubre por el Congreso del Estado. En ellas se contempla que la administración, mantenimiento, ampliación y mejoramiento de los servicios de agua potable y alcantarillado de los centros poblados dependerán, en cada municipio, de un organismo descentralizado de la administración municipal que se denominará Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, tendrá su domicilio social en la cabecera municipal.“La directiva del nuevo organismo tendrá como presidente al presidente de la municipalidad y como secretario al gerente general de la Junta. Contará, además, con siete vocales propietarios que serán escogidos en-tre los sectores públicos, privado y social”.Este consejo directivo tendrá entre sus funciones el análisis, discusión y la autorización de tarifas que regirán por el cobro de los servicios presta-dos. Las tarifas serán revisadas una vez por año. Las nuevas tarifas debe-rán ser publicadas en el Diario Oficial del estado de Sinaloa.“La nueva legislación establece multas hasta de diez días de salario mí-nimo vigente en la zona, para quienes no contraten los servicios de agua potable o estorben en la instalación o contratación de estos”.La JUMAPAM, sobre la base de sus ordenamientos legales, conformó su primer Consejo Directivo del que formaron parte las siguientes perso-

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nalidades: El presidente municipal, José Ángel Pescador Osuna, como presidente del Consejo; Ing. Jaime Peña Zazueta, gerente de la JUMA-PAM, como secretario; las vocalías respectivas fueron ocupadas por el diputado Manuel Rodríguez Sainz; Cuahtémoc Ramos Escobar de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP); Eleovi-gildo carranza, por el Comité de Obras Pro-Agua Potable; Luis Roberto Navarro Montes de la entonces Secretaría de Desarrollo Urbano y Eco-logía (SEDUE); Procopio Osuna Ibarra en representación de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA); Pedro Garza Caballero de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) y por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el Ing. Octavio Larios Gon-zález.Como organismo descentralizado y bajo el argumento de que en lo adelante la JUAMPAM se atendría a su capacidad de autosuficiencia, el recién nombrado Consejo ventiló, en su primera reunión, la necesidad básica del aumento de tarifas, fortaleciendo su postura en el hecho que de 1981 a 1987 la inflación había crecido tres veces por encima del precio que representaba el servicio de agua potable. Se agregó a esta demanda las repercusiones financieras que le traería a la JUMAPAM la autoriza-ción en el incremento del precio de la gasolina y de la energía eléctrica.De este modo el nuevo Consejo autorizó el 82 por ciento de aumento a las tarifas del servicio a partir del primero de enero de 1988. Se contem-plaba en la propuesta igualar los costos del servicio de agua a comercios, industrias e instituciones públicas.

3.2 Drenaje

En el marco de la crisis del agua y dentro de las medidas de emergencia, el problema del drenaje fue considerado como el menos peor. La solu-

ción a los problemas que representaba este servicio se visualizaba a largo plazo. Los escurrimientos de aguas negras por las calles y los rebosa-mientos en las alcantarillas en épocas de lluvia, serían controlados en la medida que la red de drenaje se regenerara y que las descargas pluviales se desconectaran del sistema de drenaje de aguas negras, lo que hasta ahora, en buena medida, en el año 2004 del Siglo XXl del Tercer Milenio no sucede.De cualquier modo el problema se manifestaba en algunos puntos de la ciudad con persistencia. Fue el caso de la avenida México 68 esquina con Insurgentes y quienes habitaban por la avenida Internacional. Los veci-nos taponearon sus calles en protesta por los escurrimientos y encharca-miento constantes de aguas negras. La medida emergente que se adoptó fue la de ampliar la capacidad del cárcamo ll oriente. De cualquier modo el problema persistió por tres años más, hasta que la regeneración del área, la instalación e interconexión de tubería adecuada se dio a fondo.(Las empresas industriales, a estas alturas, se habían convertido ya en un serio problema)

Otra de las medidas inmediatas en materia de drenaje se tradujo en la ampliación de instalaciones, la rehabilitación de equipos y en la repa-ración y sustitución de aparatos electromecánicos, en seis de los once cárcamos que en ese tiempo formaban parte de la red de aguas negras. Las obras tuvieron un costo de 600 millones de pesos.Una de las obras más importantes del período de emergencia fue la ins-talación del equipo desarenador que permitiría, de acuerdo a los cálcu-los del proyecto, el funcionamiento al 100% de la planta de tratamiento de aguas negras inaugurada en 1984. El equipo desarenador empezó a montarse y a adaptarse el 6 de septiembre, de tal manera que para el 30 de diciembre la planta tratadora de aguas negras empezó a funcionar en

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su fase experimental, superando así uno de los grandes problemas del drenaje. Bastó una inversión de 70 millones de viejos pesos para resolver los problemas técnicos que por cerca de tres años mantuvieron parali-zada la planta, misma que en su tiempo tuvo un costo de 3 mil millones de viejos pesos.Para el primer día de 1988, en año nuevo, los mazatlecos amanecimos con la buena nueva de que un importante volumen de las aguas negras que generaba la ciudad, era descargado al emisor submarino del Cerro del Crestón debidamente tratadas para reducir los riesgos de contamina-ción de las aguas del mar.Esta obra emergente determinó también que las aguas residuales arroja-das a los Esteros de El Sábalo, El Infiernillo, y Urías disminuyeran.

3.3 Área Comercial y Administrativa

En Agosto de 1987 el programa de emergencia contempló la regulariza-ción inmediata de los contratos del agua. Con el objeto de concienciar a la ciudadanía se emprendió una campaña de regularización ya que cien-tos de usuarios carecían de contratos o de medidores. En el primer mes del programa se logró instalar 269 medidores y signar contrato con 285 usuarios. En el proceso de revisión del padrón se descubrieron tomas clandestinas y otras irregularidades tanto en zonas populares como re-sidenciales. La campaña y los avisos directo tuvieron éxito pues mucha gente decidió normalizar su situación con la junta.A partir de esta medida, el padrón mismo superó deficiencias y en esa medida mejoró su función de incorporar usuarios y depurar categorías. Por ejemplo, muchos comerciantes pagaban sus tarifas en el rubro de contratos domésticos. Otros más pagaban cuota mínima, por lo que se procedió a instalarles medidor. En un año se duplicó el número de usua-

rios industriales, los contratos comerciales se incrementaron y los de ca-rácter doméstico decrecieron.Al padrón también se incorporaron usuarios clandestinos detectados durante el proceso de regularización entre agosto y septiembre de 1987.Para Diciembre de 1987 el número de usuarios detectados sin contrato era de 1300. De esa cantidad 438 se regularizaron y 862 establecieron compromisos para hacerlo de inmediato. 530 fueron cambiados de tarifa por haberse contratado inicialmente en un nivel que no le correspondía y 4,200 que pagaban cuotas mínimas sin tener medidor pasaron a cuotas fijas.

3.4 Calidad del Agua

En este tiempo se contempló también un programa emergente con el

objeto de alcanzar niveles de potabilidad importantes. La estrategia con-

templó la limpieza de los tanques de almacenamiento azolvados por se-

dimentos de hierro, manganeso y lodo. Para darnos una idea de la mag-

nitud del azolve, tan solo de los tres tanques del Cerro de Casa Mata se

extrajeron más de 500 toneladas de desecho.

Los esfuerzos por darle mejor tratamiento y calidad al agua llevaron a la

junta a instalar un equipo de funcionamiento automático para clorinar el

agua. Se pretendía entonces elevar el nivel del cloro del agua a dos partes

por millón.

Hasta hoy el nivel de calidad del agua que consumimos los mazatlecos

tiene relativa credibilidad, aunque en honor a la verdad el consumo del

agua en Mazatlán se utiliza para tareas domesticas, comerciales e indus-

triales, como es lógico; menos para consumo orgánico humano.

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VIIPROYECTO MÁS AGUA PARA MAZATLAN

1-Antecedentes

Entre 1986, pero especialmente en 1987 y parte de 1988, Mazatlán vivió una de las etapas más críticas de su historia por la falta de agua. Desde el siglo XlX, antes de que empezara a operar el primer sistema de agua, el puerto no había padecido tan terrible escasez de agua como en 1987. Si un ejemplo sirve para medir el tamaño de la desgracia, habría que decir que la producción y distribución del agua sólo alcanzaba para menos de la mitad de la población. Ni siquiera era posible ver el problema en una lógica esquemática como para que un día la mitad de la población tuvie-ra agua y al otro día el resto se abasteciera y así sucesivamente. No era tan fácil porque lo que se imponía era el caos y la arbitrariedad. El propio deterioro del sistema, su degradación máxima, no permitía un ápice de planeación. Todo estaba en manos de la inercia y de lo que podía hacer un sistema de producción y distribución de agua que se fue agotando a fuerza de negligencia, de incapacidades y de ineficiencias, producto de intereses particulares, porque la ahora JUMAPAM siempre sirvió como agencia de colocaciones políticas.La falta de agua en vastos sectores de la población y los serios problemas de drenaje no se presentaron entonces de la noche a la mañana, sino que fue producto de un paulatino proceso de socavamiento que inició a mediados de la década de los setenta y cuyas manifestaciones críticas se empezaron a dar a principio de los ochenta, cuando el sistema en gene-ral ofrecía fallas que aún podían ser reparables en sus partes, porque se trataba de sanar tramos que no estaban corroídos por el cáncer y cuyas

purulencias no afectaban al todo, a la estructura. Lo anterior significa que para 1980 el sistema era salvable y que se pudo haber evitado la terri-ble escasez de agua y el criminal derrame de aguas negras que siete años después se presentarían avasallantes, como jinetes del Apocalipsis que hicieron y deshicieron en una ciudad que como la nuestra se niega a des-aparecer. La falta de agua no sólo hizo estragos en las colonias populares, sino que su brazo miserable se alargó también a los fraccionamientos de la Zona Dorada. Las aguas negras en tanto, se paseaban orondas por los espacios más inesperados, pero principalmente por los lugares públicos considerados desde siempre tránsito obligado de los turistas.

2-Los piperos en el contexto de la crisis del agua(Corrupción y Lucro)

Al igual que en el siglo pasado, justamente cien años después, la mez-quindad y el lucro en torno a la severa escasez de agua hizo su aparición, incluso de manera protagónica. No hay duda; en la crisis de todos los ni-veles, tarde que temprano, se manifiestan nítidas las causas que la produ-cen y los efectos perniciosos, como pus, que las rodean. Las partes enfer-mas de un organismo tienen posibilidades de sanar porque el todo tiene capacidad de regenerarlas. Pero cuando el todo está enfermo o cuando una parte enferma de él domina el resto, entonces es muy probable que el asunto no tenga remedio en sí mismo; que lo que se requiere es una cirugía mayor y arrancar de cuajo al sistema enfermo para sustituirlo, en tanto se aplican medidas emergentes para mantenerlo con vida y que el proceso de transición de lo viejo a lo nuevo se opere en los tiempos que la propia enfermedad lo exige. Por un lado se aplican los grandes remedios para los grandes males y, por otro, la lucha permanente para que los efectos colaterales de la enfermedad en el organismo no sigan

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avanzando y terminen por hacer estallar en añicos al todo, provocando un caos sin conducción, una fuerza ciega incontrolable ajena al proceso de transición.Eso, precisamente, ocurría en los días cumbre de la crisis del agua en 1987. Los efectos purulentos de las causas fundamentales amenazaban con imponerse para liquidar sin compasión al sistema de agua y a sus be-neficiarios: El pueblo. Uno de los tantos efectos, a parte de la corrupción, la incapacidad y la indolencia, fue el lucro y los deseos desmedidos, no de servir en la crisis sino servirse de ella, de quienes se definieron como miembros de la Unión de Transportistas de Agua Potable de Mazatlán, mejor conocidos como los piperos.El 19 de julio de 1987 la llamada unión de piperos demostró lo que real-mente era: enemiga acérrima de las necesidades de agua del pueblo. Ese día las 56 pipas pertenecientes a esa organización realizaron un paro de labores, con la clara intención de presionar a las autoridades y no suje-tarse a la obligación de dar el servicio de agua en las colonias populares. La acción criminal pretendió dejar sin un mínimo del vital líquido a decenas de asentamientos populares que por semanas enteras no habían recibido una sola gota de parte del insolvente sistema de agua potable.Lo que ocurrió es que la nueva administración de la JIRAPARB, dentro de sus medidas emergentes sometió, por primera vez, a los piperos para que en el marco de un programa de carácter social surtieran de agua a las colonias populares. Acostumbrados al lucro y a la corrupción, los miem-bros de la Unión de Transportistas de Agua Potable no entendían la gra-ve situación social que estaba causando la falta de agua, por eso poco les importaba cumplir con el compromiso al que los obligaba la concesión y el agua la vendían preferentemente en la zona hotelera donde era mejor pagada. Ante esta actitud insensible y voraz, la Junta empezó a aplicar

las sanciones establecidas en el convenio, lo que provocó el cínico enojo de los piperos, quienes pretendían imponer su ambición particular por sobre los intereses de la sociedad, paralizando por completo el servicio de agua. Sin embargo, los piperos pronto recibirían una lección porque su actitud de chantaje fue inmediatamente rebasada. La Junta entonces recurrió al ayuntamiento, a compañías constructoras y a algunos hote-leros que contaban con pipas para que con sus unidades surtieran de agua a las colonias populares. La petición tuvo una pronta respuesta de tal modo que el problema encontró cierta solución porque, dentro del contexto de la crisis, cuando menos mitigaba un poco la necesidad del líquido. Ante esto, y temerosos de que sus mezquindades fueran hechas a un lado de manera permanente, el mismo día del paro, por la noche, los piperos no sólo firmaron un nuevo acuerdo con la Junta, sino que además se les obligó, vía Procuraduría Federal del Consumidor (PRO-FECO), a vender en cien viejos pesos menos el tambo de 200 litros de agua. De 800, la tarifa quedó en 700 viejos pesos.En realidad el servicio de venta de agua en pipa ha existido durante mu-chos años en el puerto pero, obviamente, no como un servicio deter-minante sino marginal. La pipa fue el precedente de las carretas jaladas por asnos o bueyes que aún se hacen presentes en la vida de no pocos pueblos y que, en los momentos de crisis en asentamientos que cuentan con sistemas de agua potable, saltan a la palestra para convertirse en el medio más importante para dotar a la gente del líquido vital. En el caso de Mazatlán, y en la medida que el sistema de agua se mostraba incom-petente para atender la demanda de la población y que la carencia caminaba paulatinamente hacia la cri-sis y el caos, el servicio en pipa que antes se requería marginal o even-tualmente, fue ganando terreno y cobrando relativa importancia en las necesidades del hogar, el comercio y la industria, sobre todo porque cada

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nuevo asentamiento humano que nacía tardaba años para obtener los servicios del agua, principalmente. De ese modo la propia dinámica del crecimiento poblacional y la incapacidad de la Junta de agua para satis-facer las necesidades de agua en condiciones normales, le abrió un exce-lente y extenso mercado de trabajo a quienes se dedicaban al negocio del surtido de agua en carreta o en pipa y quienes, aprovechando la crisis del sistema de agua, le entraron duro y macizo a la especulación criminal. Sólo que en nuestra ciudad el crecimiento de la población fue espec-tacular, tan espectacular como el desfasamiento indolente del sistema de agua. Por eso, cuando la crisis del agua ganó terreno, le servicio por pipas también lo ganó. Muy pronto, quienes poseían un vehículo sus-ceptible de convertirlo en almacenado y conductor de agua le entraron de piperos porque se dieron cuenta que el negocio prometía. Y mucho. El número de pipas empezó a crecer lentamente pero, al poco tiempo, proliferaban y pasaron a formar parte, como las “pulmonías”, del paisaje citadino. Cuando en 1987 la Junta se convirtió en caos, las pipas alcanza-ron un terreno inmejorable, sustituyendo en buena parte la incapacidad e ineficiencia del sistema de agua. Es decir, entre más se debilitaba la Junta, más se fortalecía el sistema de agua conducido por pipas. Esto ex-plica por qué los entonces congregados en la unión de piperos tuvieron la osadía de desafiar a la Junta de agua potable y al pueblo mismo.Al sistema de pipas, y para abaratar costos en la compra del agua, se suman los hoteleros, constructores y otras empresas particulares y de servicio público como hospitales e industrias que requieren de suficiente agua para sus operaciones. Ante este derecho legítimo por obtener el agua y disminuir costos, se sienten agredidos los piperos, al grado de exigir que solo sus camiones carguen en las “garzas” existentes o bien que se aumente el número de tomas. Las fricciones entre la nueva adminis-tración de la Junta y la unión de piperos adquirían carácter permanente.

Los privilegios del pasado otorgados por la corrupción y la complicidad se cancelaban. Durante mucho tiempo los piperos lucraron con el agua que se producía con los impuestos del pueblo. Frecuentemente evadían el pago legal y a cambio daban una “propina” a los encargados de las “garzas”, Principalmente por las noches cuando sus raterías eran alimentadas con cuchara grande. Mientras que la empresa tenía capacidad de llenar por día más de 540 pipas y pese a laborar día y noche, cobraba menos de 300 recibos. En una ocasión se detectó una factura que por 800 pipas al mes se le extendió a un hotel, pero la mayor parte de ellas no aparecieron como compradas en la Junta, es decir, salían de la Junta pero el dine-ro nunca se reportaba porque la corrupción era uno de los elementos fundamentales en el caos que entonces vivía la ahora JUMAPAM. Los piperos le compraban agua barata a la Junta y la vendían demasiado cara. Una carga de 10 metros cúbicos era comprada en 2 mil viejos pesos y vendida en 30 mil de aquellos pesos, sólo por trasladarla a una distan-cia máxima de 10 kilómetros. En las colonias populares tal volumen era vendido al doble que en la zona hotelera. Mientras que un tambo de 200 litros era vendido en 800 pesos en las áreas populares, en la zona hote-lera se vendía en un promedio de 400 pesos. Lo que ocurría es que los piperos echaban mas viajes en menos tiempo a la zona hotelera porque, a parte que transitaban por calles pavimentadas, descargaban el agua de un jalón en los grandes depósitos. En tanto que en las colonias perdían mucho tiempo al meter sus vehículos a calles accidentadas y porque el agua la descargaban tambo por tambo. Los piperos operaban en la lógica del lucro y no de la necesidad social.Esta última explicación específica nos da una idea del por qué de la acti-tud de la Unión de Transportistas de Agua Potable, cuando la crisis tocó fondo.

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Cuando las medidas de emergencia adoptadas por la nueva administra-ción empezaron a tener éxito, la prepotencia pipera bajó de tono. Más aún cuando la producción de agua empezó a aumentar sensiblemente y el problema de la escasez en las colonias populares y en la zona hotelera se empezó a resolver en buena medida. El lucro y la voracidad que ame-nazó con imponerse fueron puestos en su lugar y el sistema de distribu-ción pipero regresó a la normalidad de atender las exigencias marginales o circunstanciales de la falta de agua.El análisis anterior nos muestra cómo la descomposición de un sistema alienta en su proceso a fuerzas que, sin ser competentes, se alimentan de sus deficiencias. Cuando la descomposición crece y hace crisis, las fuer-zas adyacentes se vuelven competitivas y se erigen en amenaza sustitúye-te que luchan por imponerse a medidas correctivas del sistema mismo. Fue el caso de los piperos que en la

Crisis del sistema de agua se impusieron como fuerza protagónica adya-cente y amenazaron con sustituirlo. Afortunadamente el plan de emer-gencia tuvo éxito en lo inmediato y las medidas de mediano y largo plazo se concretaron en los tiempos previstos.

3 - La rebelión de los sedientos (No tomamos agua, pero tomamos las calles)

En julio de 1987 la sociedad mazatleca, pobres y clase medieros; empre-sarios y dirigentes de organismos sociales y políticos, hicieron sentir su más enérgica protesta por la falta de agua y por la amenaza que para la salud representaba los escurrimientos permanente y encharcamiento de aguas negras.El 15 de septiembre el ayuntamiento festejaba la Independencia y, al mis-

mo tiempo, su 72 aniversario. Previo a la fecha se había convocado a los diversos sectores a que se sumaran a la conmemoración del aconteci-miento. Sin embargo, como era obvio, no se contemplaba en el programa una masiva protesta por la falta de agua potable en la ciudad. Muchas colonias habían padecido por meses la falta de líquido. La irritación social era tal que no requería de llamamientos partidarios o liderazgos expresos para manifestarse, pues los colonos de distintos puntos de la ciudad se organizaban espontáneamente para protestar de diversas for-mas por la falta del servicio. Desde denuncias públicas a través de los medios de comunicación, hasta bloqueos de calles estaban a la orden del día. En abono a las autoridades de la Junta, algunos núcleos de colonos que veían resuelto su problema lo agradecían públicamente. Fue el caso de los colonos del sector 4 de la Colonia Juárez quienes, en un acto in-usitado en la historia de la empresa, tomaron sus oficinas para mostrar su solidaridad a los esfuerzos emergentes que terminaron por llevarles agua ahí donde la sequía había reinado por mucho tiempo. En el caos, esa acción representaba una de cal por mil de arena.El sistema en su generalidad estallaba intermitentemente. Ora un tubo del drenaje, ora una importante línea de conducción del agua. Se tapaba un hoyo pero se abrían muchos más. Se aunaba a este desastre el desabas-to de agua producto de la sequía que ese año hizo estragos en la región y también el verano canicular que amenazaba con quemarlo todo. La ineficiencia del personal y la falta de recursos técnicos profundizaban la crisis. Mazatlán estaba convertido, en efecto, en la antesala del infierno.No solo las colonias históricamente marginadas protestaban. Las clases medias altas que al principio de las crisis se representaban en las de-nuncias de los organismos empresariales, radicalizaron sus protestas. El nueve de Julio de ese aciago año, los emperifollados vecinos del frac-cionamiento “Gaviotas”, pasaron de la denuncia a la acción bloqueando

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la turística avenida Camarón-Sábalo y exigiendo que ese mismo día se les resolviera el problema de escasez de agua. No solo no se resolvió el problema sino que empeoró. La maldición de lo obsoleto caía de nue-vo sobre los esfuerzos emergentes de la Junta. Ese mismo día, de nueva cuenta, tronó la línea de interconexión en la zona de captación de El Pozol y el abasto de agua se redujo en más de un 50% en toda la ciudad. La JIAPARB entonces aseguraba que los problemas en la línea de inter-conexión en la zona de El Pozol se debían a las altas presiones a que era sometida y a tanto tiempo de uso. Anunciaba al mismo tiempo que se construirá una línea paralela.La avería puso en estado de emergencia a las autoridades municipales y de inmediato se activó un plan de ayuda a las colonias populares. Pipas del sector privado, del ayuntamiento y la Junta, se dieron a la tarea de repartir agua de los pozos y, con el objeto de hacer equitativa la distribu-ción, las autoridades implementaron un programa de racionalización a través del cual se llevó el agua a los lugares donde, en esas condiciones, la red se veía incapacitada para distribuirla. Los colonos del fraccionamiento “El Dorado” también salieron a protes-tar y amenazaron con estrangular el tráfico de la zona hotelera. No era para menos; llevaban más de ocho días sin agua. Días antes la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Cana cintra), había de-nunciado que los industriales estaban padeciendo graves perjuicios en sus negocios debido a la escasez. Al mismo tiempo se pronunciaban por soluciones definitivas al problema. También el Partido Acción Nacional en voz de su regidor, Alejandro Camacho, quien para 1995 sería presi-dente municipal de Mazatlán, demandó ante el cabildo la práctica de una auditoria a la anterior administración de la JIAPARB, argumentando la existencia de gastos excesivos no comprobados. Pese a la posibilidad de demostrar actos de corrupción, la propuesta es rechazada. Sin embargo

para el 26 de Julio, el PAN anuncia que sus diputados llevarían al Con-greso la solicitud de auditoria a la JIAPARB porque existe duda pública acerca del manejo de los recursos de la Junta. El PAN no quitó el dedo del renglón. Sabía que el problema del agua era un punto neurálgico en el sentimiento ciudadano. Tan lo sabía que para el 2 de Febrero de 1988 hizo un llamado para que la ciudadanía suspendiera los pagos del ser-vicio de agua y drenaje, como respuesta a lo que consideró un aumento exorbitante de las tarifas aprobadas en los últimos días de 1987 y apli-cadas a partir de Enero de 1988. Acción Nacional argumentaba que el consejo directivo de la recién nombrada JUMAPAM no estaba facultado constitucionalmente para decidir el precio de los servicios de agua y dre-naje.Tan sabía Acción Nacional que sus señalamientos simpatizaban en la gente, que en el transcurso de 1988 fue sistemático en sus denuncias y propuestas con respecto al problema del sistema de agua y drenaje. Tan lo sabía que, en la campaña que el Lic. Humberto Rice García realizó en 1989 como candidato a la presidencia municipal de Mazatlán, abanderó como propuesta central la solución definitiva a las deficiencias del servi-cio y el no aumento de las tarifas, lo que le permitió captar un importante número de votos que, finalmente, por primera vez en la historia política del municipio, lo llevaron a ocupar la presidencia municipal postulado por un partido de oposición al PRI.Organismos oficiales como la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecolo-gía también manifestaba su opinión. El 31 de Julio de 1987 la dependen-cia federal aseguraba que Mazatlán estaba condenado a la inmundicia, sencillamente porque alrededor del 40% de la población, principalmente en la zona céntrica, tenía conectada sus descargas pluviales a la red de drenaje, de tal modo que en la temporada de lluvias los rebosamientos de alcantarillas era un asunto más que normal.

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Por su parte, el Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (CETMAR), aseveró a los medios de comunicación que la contaminación en el canal de navegación se alzaba sobre los límites tolerables. La Institución Edu-cativa en voz de sus investigadores decía que las aguas del drenaje, grasas e hidrocarburos que ahí descargaban, se constituían en seria amenaza para el ecosistema.Durante el proceso crítico los colegios de arquitectos e ingenieros parti-cipaban con sus puntos de vista especializados, con planos y proyectos alternativos relacionados con los servicios de urbanización, crecimiento planificado, reordenamiento del hábitat, regeneración de áreas contami-nadas y cuidado de aquellos espacios amenazados o atacados por los desechos contaminantes.El Colegio de Ingenieros Civiles recomendó en su momento la rehabili-tación urgente de pozos y válvulas de presión para evitar roturas en las líneas de conducción de agua.Junto a sus exigencias y propuesta que se encontrara solución definitiva a la gravedad que causaban los servicios de agua y drenaje, el 4 de sep-tiembre de 1987, la iniciativa privada del puerto anunció su disposición de aportar la cantidad de dos mil millones de pesos para implementar las obras necesarias. Al siguiente día se integró el Comité de Obras Pro-agua Potable (COPAP), que presidiera el industrial pesquero Leovigildo Carranza Beltrán. De inmediato, dicho comité, diseñó el programa de trabajo que lo llevaría a recabar los recursos económicos necesarios para iniciar las obras del histórico proyecto “Más Agua para Mazatlán”, al que en capítulo exprofeso se hará referencia.Esto último conforma una de las partes más importantes de la historia de protestas y propuestas que se realizaron en los días álgidos a mediados de 1987.Para dar una idea completa de las revueltas populares, a continuación se

exponen los movimientos de protesta más significativos de este período, mismos que dibujan el drama social de la carencia de agua, la indolen-cia y las grandes deficiencias del sistema de agua potable y drenaje en aquella época.Cuando en los primeros días de Julio de 1987, un periodista radiofónico le preguntó a un vecino del INFONAVIT “El Conchi” cual era la situa-ción real de ese lugar, después de 15 días sin recibir por la tubería una sola gota de agua, este le respondió: “No tomamos agua, pero tomaremos las calles para exigirla”. Eso hicieron muchos colonos durante los meses que duró el infierno, pero también tuvieron capacidad para sortear los días desesperantes y pasar de la protesta a la propuesta, a la colaboración. Mientras unos protestaban, otros se organizaban para solucionar el pro-blema concreto de su colonia o coadyuvar en las medidas correctivas. Fue una cadena paralela de protestas y propuestas hasta que el caos cedió ante el esfuerzo organizativo que condujo el ordenamiento y logró, por fin, una estabilidad relativa con el incremento de la producción del agua a principios de octubre de 1988.La expresión ciudadana que adquirió visos de estallamiento social queda para la historia.La Colonia Juárez parecía una extensión del estero de El Infiernillo. Sus calles estaban cubiertas por aguas pútridas que brotaban de las entra-ñas de la tierra. Su avenida principal, la Insurgentes, estaba convertida en un arroyo pestilente. Sus calles aledañas eran brazos derivadores que amenazaban con introducir a las casas sus aguas negras. Los colonos en-tonces, hombres, mujeres y niños, tomaron la calle, la Insurgentes, para decir ¡basta! Eso sucedió el primero de julio del año desventuroso. Tres días más tarde, y después de años con el problema, la Junta lo resolvió como por arte de magia. Es cierto que había insuficiencia de recursos, pero también una negligencia atroz heredada por la despreocupación de

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antaño y que formaba parte de la causa-efecto de la crisis.Otra muestra de esta naturaleza que tuvo tintes de boicot: Después de 15 días sin agua las 600 familias del Infonavit “El Conchi” advertían el blo-queo de la carretera internacional, hoy libramiento Colosio, si su proble-ma no era resuelto en corto plazo. Ello ocurrió el primer día de Julio del año desgraciado. Siete días después, como por obra del Espíritu Santo, el agua circulaba por las tuberías del asentamiento. La Junta descubrió que manos criminales cerraban las válvulas para impedir el paso del líquido. Esa fue la explicación oficial. Al hecho no fueron ajenos los voraces pi-peros.Otro drama: Muchos meses, los colonos del Infonavit Playas, sufrieron la falta de agua total por el día y el escurrimiento de un “chorrito” por la noche, que era esperado como una bendición. Cuando la escasez arre-ció, el “chorrito” desapareció y en su lugar explotó el enojo contenido por varios meses. El ejemplo de otros asentamientos había cundido y los colonos en masa bloquearon la avenida Rafael Buelna. Eso pasó el 5 de Agosto del año tormentoso. Otra vez, por obra del Señor de los Milagros, se hizo el agua. De nuevo la negligencia criminal había determinado el drama. La compañía constructora de ese fraccionamiento omitió conec-tar un tubo alimentador a la red interna, pero fue hasta que los vecinos protestaron cuando se detectó la falla. Antes, la indiferencia había sido la respuesta.En ese mismo Julio del año amargo, los habitantes del viejo casco de-mandaron la regeneración de la red del drenaje con el objeto de evitar inundaciones por las lluvias. Igualmente para el día último de ese mes, la gente de la Casa Redonda y la Colonia Klein, encabezada por el diri-gente de la Unión de Colonos de Mazatlán, (UCOMAZ), Miguel Ángel Gutiérrez Sánchez, bloquearon la Avenida Gabriel Leyva para exigir la introducción del drenaje y al mismo tiempo denunciar al ayuntamiento

y a la junta de no querer resolver la petición que desde hacia tres años habían hecho formalmente. El 31 de Julio habitantes de cuatro colonias unen esfuerzos para la protesta y realizan un plantón frente al edificio de la Junta. Al acto arriban colonos de la Francisco I. Madero, Anahuac, Jesús García y Emiliano Zapata. El peso de la razón se les nota a leguas: en sus cuerpos, en sus ropas, en sus olores de marginados. No hay argu-mento que en su contra valga. Es que tienen tres meses sin agua. Sí, tres meses sin agua. Días después, ya en Agosto del año negro, el presidente municipal, José Ángel Pescador Osuna, encara la protesta de cientos de colonos que denuncian la actitud lucrativa de los “piperos” empecina-dos en mantener su interés particular sobre las necesidades sociales de agua. Los gandallas, son acusados de dejar sin agua a las colonias para llevarla a los hoteles. Para Septiembre del año del vía crucis, los colonos de la Juárez y de los habitantes del viejo casco vuelven a tronar. Es que los escurrimientos y rebosamientos de aguas negras los ahogan, los en-ferman, para gozo de las ratas de atarjea que se multiplican felices en los caños. Fue el tiempo en que las enfermedades gastrointestinales alcan-zaron la curva máxima. Fue el tiempo en que la piel se enroñaba y las purulencias aparecían, (de los pies a la cabeza) en los cuerpecitos de los niños de cualquier barrio. Nadie se callaba, no podían. En la Francisco Villa 450 familias clamaban por el servicio de Agua Potable, en tanto que los de la Toledo Corro piden que se incluyan las obras de drenaje, no sin antes bloquear la avenida Insurgentes. Para los primeros quince días de noviembre del año turbulento, los colonos del fraccionamiento “El Dorado” y los del Cerro de la Nevería, advierten que tomarán las calles. Los primeros tienen ocho días sin agua y los segundos quince. Pero los de la Lázaro Cárdenas ganan en precariedad, porque a la fecha tenían 60 días sin ver gota alguna. La gente de la zona rural no era ajena a la escasez. En El Walamo se surtían con “pipas” porque tenían siete

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meses sin que el sistema de agua les funcionara. Los de Barrón estaban en las mismas. La mitad de esa población tenía un mes sin servicio de agua y amenazaban con suspender los pagos mensuales a la empresa. Para 1988 las denuncias, las protestas y los bloqueos continúan pero en menor escala. Van disminuyendo en la medida que la Junta encuentra soluciones, y se apagan considerablemente cuando el 6 de octubre de ese año entra en operación la primera etapa del proyecto “Más Agua para Mazatlán”. En trescientos litros adicionales se incrementa la producción, provenientes de la nueva zona de captación de San Francisquito. La etapa de la emergencia había sido superada. La estabilidad relativa del sistema regresaba por sus fueros. El Infierno había quedado atrás. De nuevo, los mazatlecos se imponían a las contradicciones de su entorno y a las de su propia naturaleza.

4- El proyecto visionario del Ing. Severino Valdez Solís

La falta de agua que en 1987 estaba padeciendo la sociedad mazatleca, había sido prevista una década antes por uno de los técnicos más lúcidos y más entregados al desarrollo de la comunidad, como lo es el ingeniero Severino Valdez Solís.El profesional y experto en hidráulica, había dibujado con meridiana claridad lo que pasaría si no se tomaban las medidas correspondientes, pero, además, a principios de 1979, presentó un proyecto que, en parte, fue puesto en práctica casi una década después bajo la estrategia “Más Agua para Mazatlán”. Muchas de las propuestas que en ese tiempo plas-mó siguen vigentes a pesar de que han pasado 25 años.El ingeniero Severino Valdez es uno de los mazatlecos que con mayor claridad ha estudiado, ha tenido presente y proyectado siempre hacia el futuro, la problemática hidráulica de la región.

Ya en 1972 había presentado al gobierno de Alfredo Valdez Montoya un anteproyecto para la creación del “Complejo Turístico en el Estero del Sábalo” en esta ciudad, que no era otra cosa mas que la proyección de las marinas tal y como se diseñarían y construirían veinte años después. Es interesante conocer los ejes centrales del anteproyecto para que el lector tenga una idea de lo que hace 35 años concebía el ingeniero Valdez, pero esto lo haremos más adelante.Por lo pronto el documento denominado “La problemática del Suminis-tro de Agua Potable en Mazatlán”, fechado el 30 de marzo de 1979, no es otra cosa que el mejor diagnóstico y la mejor prueba de que la ciudad empezaba en ese tiempo a ofrecer señales de la insuficiencia del agua, lo que ocho años después se convertiría en una de las crisis más terrible de la falta de líquido que haya padecido Mazatlán durante el siglo XX.En 1979, Severino Valdez adelantaba la escasez del vital líquido, o la agu-dización del problema, al señalar la presencia de un fenómeno que “se está convirtiendo en alarmante por tratarse del suministro de agua po-table”.Luego agregaba textualmente: “Si no se atiende esta situación, induda-blemente frenará el desarrollo industrial, portuario y turístico del puerto porque no se contará con agua suficiente para nuevos hoteles, ni embar-caciones que lleguen a nuestros muelles. Tampoco estará en condiciones INFONAVIT, FOVISSSTE y empresas particulares en programar futuras viviendas y fraccionamientos. Las fábricas de hielo y congeladoras, así como embotelladoras, se verán obligadas a limitar su producción y, en las colonias populares, que siempre son las más castigadas, se corre el riesgo de que se desarrolle en ellas una epidemia por la falta de agua”.Severino Valdez no estaba nadita equivocado porque ocho años des-pués, cuando la negligencia y la irresponsabilidad en el manejo del agua habían llegado a su curva máxima, su advertencia cobraba cuerpo en la realidad.

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En el documento donde el técnico prevé lo de la crisis del agua apunta: “Por consiguiente (el problema) demanda atención de toda la ciudada-nía, es decir, cámaras, clubes de servicio, colegio de profesionistas, sin-dicatos y ayuntamiento para gestionar, con el auxilio del gobierno del estado, que la federación (SAHOP), responsable directa de la Junta Fe-deral de Agua Potable, se aboque sin pérdida de tiempo a resolver este problema que amenaza (con) alterar el ritmo de la vida económica y social de Mazatlán”.Con lo anterior, Severino Valdez estaba proponiendo un esquema de or-ganización civil y gubernamental que años más tarde, en 1987, se llevaría a cabo, a través del Comité Pro-Agua Potable (COPAP), para enfrentar bajo el proyecto “Más Agua para Mazatlán” una de las crisis del agua más severa que haya padecido nuestra ciudad.Para 1979, fecha en que Valdez presentó el diagnóstico, ya tenía más de 25 años trabajando en proyectos de agua potable y drenaje, ya sea en la Dirección de Obras Públicas del Ayuntamiento, bien en la Junta de agua potable que pertenecía al gobierno federal o para el gobierno del estado. Es decir, mantenía toda una experiencia y un acervo histórico que le permitía y le permite hasta hoy, ser uno de los hombres más solventes técnica e intelectualmente en la materia, sin dejar de reconocer en este terreno a otro mazatleco valioso, a don Ignacio Vital Jáuregui.En la parte introductoria del diagnóstico Valdez Solís apunta lo siguiente: “Para que se pueda ponderar la magnitud del problema, se investigaron y analizaron las necesidades inmediatas y futuras del puerto de Mazatlán, con estadísticas auténticas que el acervo de 25 años de experiencia ha puesto a disposición del ayuntamiento, y así estar en condiciones realis-tas de demandar la atención a tan ingente problema”.De acuerdo a lo anotado en el documento, las normas del proyecto se ajustan a “las dotaciones, coeficientes y especificaciones para los cálculos

hidráulicos, mismos que utiliza la SAHOP y que antes correspondían al Departamento de Agua Potable y Alcantarillado de la (antigua) SRH (Secretaría de Recursos Hidráulicos)En la información básica que el estudio de Severino Valdez proporciona, las proyecciones se hacen a 20 años, en este caso, de 1980 al año 2000.Los cálculos medios del estudio, sin embargo, son conservadores, pero de un valor enorme porque la mayoría de los proyectos a futuro que en ese tiempo se realizaron subestimaron el desmesurado crecimiento poblacional que tendría la ciudad y el despegue en algunas áreas econó-micas sobre todo la turística. En cambio se ponderaba mucho el creci-miento industrial mismo que, a la luz de los años, no se ha desarrollado en los términos que entonces se creía. De acuerdo al ingeniero Valdez, para 1980 la ciudad contaba con 250 mil habitantes y sus cálculos proyectaban, para el año 2000, un crecimiento poblacional que ascendería a los 350 mil habitantes, es decir, 100 mil gentes más en 20 años. La proyección contemplaba, igualmente, un cál-culo de crecimiento en la zona industrial de 35 a 75 hectáreas y en zona franca un crecimiento de 15 a 35 hectáreas. En el caso de la infraestruc-tura hotelera, para 1980 se contabilizaban apenas 3 mil cuartos de hotel y la proyección para el 2000 se calculaba en 8 mil habitaciones.Para 1980 se estaba bombeando un promedio de 850 litros por segundo y según el cálculo del proyecto el gasto medio debería haber sido de 1473 litros por segundo, lo que significaba que había para entonces un déficit de 623 litros por segundo y que Mazatlán contaba apenas con el 57.7 por ciento del suministro diario necesario, sin contar fugas y otras pérdidas.

ALMACENAMIENTO Para Severino Valdez los tanques de almacenamiento eran funda-mentales porque tendrían el propósito de mantener el equilibrio entre el

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suministro medio del bombeo y la demanda horaria de agua.En el proyecto se explica que la demanda horaria en 1980 se iniciaba a las 6 de la mañana y terminaba a las 6 de la tarde y que, en todo caso, esta debería ser de 2761 litros por segundo, lo que provocaba un déficit de 1288 litros por segundo con relación al gasto medio que debería ser de 1473 litros por segundo y no de 850 litros por segundo como entonces se producía. En otros términos, lo que en Mazatlán había en 1980 era un déficit en la demanda horaria, de 6 de la mañana a 6 de la tarde, de 55 millones 641 mil litros o bien de 55 mil 641 metros cúbicos de agua.De acuerdo al documento del ingeniero Valdez, para 1980 Mazatlán contaba con dos tanques de almacenamiento que apenas tenían la ca-pacidad para almacenar 17 mil metros cúbicos y no los 55 mil 643 me-tros cúbicos que se ocupaban. Desde entonces, en su proyecto, el técnico planteaba la urgencia de ampliar la capacidad de almacenamiento pues decía, con razón, que de continuar en la misma situación seguiría “ba-jando el nivel de los tanques en las horas críticas y, consecuentemente, la presión hidrostática. Bajo estas circunstancias se reduce el flujo en la red de distribución, con la consabida escasez en los lugares más alejados de los tanques de almacenamiento”.La visión de Severino Valdez, sus acertados estudios, lo hacían prever entonces la urgente necesidad de ampliar la capacidad del tanque de Loma Atravesada de 5 mil metros cúbicos a 15 mil metros cúbicos. Pero además, desde entonces, propuso “la instalación de un tanque con ca-pacidad para almacenar 20 mil metros cúbicos de agua en el Cerro de El Conchi, es decir, en donde apenas se fincaba la colonia Ricardo Flores Magón. Del mismo modo sugería la instalación de otro tanque con ca-pacidad de 10 mil litros cúbicos en Cerritos. Luego concluía: “Sólo con esta ampliación será posible obtener un flujo suficiente y constante en toda la ciudad”.

ABASTECIMIENTO

Severino Valdez refiere que “Mazatlán contaba con un abastecimiento de agua potable económico y funcional (Peña Hueca) que por razones desconocidas se sustituyó por el actual que es deficiente y costoso (Los Patos)”. Los Patos es el toponímico antiguo con el que se conocía la zona de El Pozole y en donde funcionan actualmente 22 pozos.El autor del proyecto recomendaba entonces que dadas las circunstan-cias, “no queda otra disyuntiva que revisar la línea de abastecimiento de Los Patos, además de los emisores urbanos (De los tanques de almace-namiento a las zonas servidas) y la red de distribución”.Del mismo modo se planteaba que la línea de abastecimiento debería te-ner la capacidad para absorber y manejar el flujo de la demanda horaria o la cantidad de 2761 litros por segundo en el lapso de un año, es decir para 1980. Tal cantidad debería incluir, en todos los casos, las pérdidas por fricción en la tubería y codos, válvulas y fugas etc.“Por consiguiente es urgente, también, realizar una revisión del sistema en operación como complemento al proyecto general, y así estar en posi-bilidades de lograr la ampliación y correcciones pertinentes, sin recurrir a la improvisación como es costumbre en nuestro medio”.Valdez Solís también hacía las siguientes consideraciones: “No obstante el problema actual de abastecimiento de agua potable en Mazatlán, no es aconsejable pensar en resolverlo definitivamente con bombeo y pozos profundos, ya que este sistema, además de ser el más costoso, sólo es práctico cuando no existe otro recurso”.Luego proponía: “Lo que sí es aconsejable, es tomar muy en serio el pro-yecto del aprovechamiento hidrológico del Río Presidio que la SARH tiene en programación como alternativa definitiva al abastecimiento de

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agua para Mazatlán”.En la justificación de esta propuesta el ingeniero Valdez consideraba también lo siguiente: “Según este proyecto (el del aprovechamiento hi-drológico del Río Presidio), el canal principal de la margen derecha del Río (Presidio), llegará hasta el Venadillo. En su diseño es factible incluir en su gasto 4 mil litros por segundo, cantidad suficiente para el uso de la ciudad hasta el año 2000; naturalmente, con una planta potabilizadora ya que la conducción, en estos casos, es por canal abierto”.Desde entonces pues, Severino Valdez planteaba lo que en parte se re-solvió para el año de 1987-1988, pero también lo que en buena medida aún queda pendiente y que, obviamente, sigue siendo uno de los grandes retos de Mazatlán: garantizar el agua a través de otro sistema que no sea el de extracción de pozos. En este caso sigue urgentemente pendiente la alternativa de agua rodada, a canal abierto, y la consecuente instalación de una planta potabilizadora. De hecho, hay quienes plantean retomar el proyecto de Peña Hueca y volver a utilizar su sistema que, por cierto, con relación a la infraestructura de los tanques de almacenamiento sigue prácticamente intacto y en condiciones de ser readecuado con poca in-versión. Siguen vigentes otras alternativas como la de la Presa Los Hor-cones, la represa que de manera exprofeso pudiera construirse en la parte alta del río Quelite o bien esperar la concreción del proyecto hidráulico del río Baluarte-Presidio que incluye la Presa Picachos-Santamaría.Para darnos una idea sintética de lo que Severino Valdez visionaba de manera preclara hace cerca de 25 años, es necesario incluir en este tra-bajo los resultados y conclusiones puntualizadas del estudio que sobre el abastecimiento de agua presentó en 1979. Y lo es para darnos cuenta que nuestros problemas no son solo viejos, sino que muchas de las propues-tas que escuchamos ahora no son nada nuevas.El autor del proyecto planteaba entonces: “Considerando la importancia

que el problema hidráulico representa para el sur del estado, y en parti-cular para Mazatlán, es también una necesidad inaplazable que todas las fuerzas vivas de su zona de influencia pugnen por una rápida iniciación del mismo”. Luego ofrecía de manera puntual los resultados de su estu-dio:“Después del cálculo analítico y de las consideraciones expuestas, es po-sible afirmar:1- Que el abastecimiento de agua potable en Mazatlán es insuficiente y presenta graves irregularidades.2- Que si no se toman medidas urgentes, en un futuro cercano, el pro-blema se agudizará con serios problemas económicos y humanos para la ciudad.3-Se demostró que el almacenamiento con que cuenta Mazatlán es insu-ficiente, así como la red de conducción y distribución.4-Que el sistema de bombeo que suministra al puerto, además de cos-toso, no es el indicado, y que la mejor opción será el aprovechamiento hidrológico del río Presidio.5-Que es una necesidad inaplazable realizar una minuciosa revisión a los sistemas de operación y administración para ponerlos al día.Severino Valdez, en su estudio, también llegó entonces a las siguientes conclusiones:“Mazatlán se encuentra en eminente peligro de sufrir un colapso econó-mico sino se atiende con la debida diligencia su problemática de abaste-cimiento de agua potable.La humanidad apenas tiene un centenar de años con las comodidades de la energía eléctrica, pavimento, transporte y otros servicios. No obstante, pudo sobrevivir a través de los milenios sin contar con estas condiciones, pero sin agua jamás hubiese podido sobrevivir unos cuantos días.Por tanto, debe considerarse un imperativo y poner nuestro mejor em-

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peño para proceder sin demora y demandar de las autoridades respon-sables lo siguiente:1- Que hagan conciencia de nuestro problema.2- Insistir en un estudio integral a largo plazo del sistema de agua pota-ble.3- Una vez con una solución factible, gestionar los créditos y subsidios pertinentes.4- Considerar y programar las obras en etapas.5- Solicitar un concienzudo estudio de la organización que maneja la operación del sistema para actualizarlo si procede.6- Insistir en la presa derivadora y el canal de la margen derecha del río Presidio, como solución definitiva al problema del agua en Mazatlán”.Como se observa, el Ingeniero Severino Valdez planteó las bases y las directrices más importantes sobre las que después se operaría uno de los proyectos de participación ciudadana de mayor significancia en la historia del puerto, como lo fue el proyecto “Más Agua para Mazatlán”, implementado en 1987. Pero, además, la visión de este valioso mazatleco sigue vigente en muchos aspectos porque sus estudios siguen indicando lo que hay que hacer en materia de agua potable y de drenaje.

5- Proyecto “Más Agua Para Mazatlán”

Lo que el sistema de agua necesitaba en Mazatlán eran cambios profun-dos en su infraestructura, concebidos a partir de la proyección de objeti-vos y metas de mediano y largo plazo que se cumplieron en los tiempos previstos.La iniciativa del gran proyecto surge de las entrañas de la sociedad mis-ma y es concebida orgánicamente por las fuerzas dirigentes de la comu-nidad. Son ellas quienes se ponen a la cabeza de sus propios problemas

y quienes exigen al gobierno los apoyos necesarios para terminar defi-nitivamente con la crisis más aguda en la historia de la ciudad. Son los sectores sociales quienes ofrecen colaboración económica y disposición permanente para supervisar, evaluar y vigilar la buena marcha de los trabajos hasta su conclusión.En 1987 recién gobierna a Sinaloa Francisco Labastida Ochoa. El ejecuti-vo recoge la propuesta de los mazatlecos y se compromete a apoyarla con recursos económicos, federales y estatales. La Junta de agua, al igual que los sectores sociales, se muestra dispuesta a cooperar con los porcentajes correspondientes. Los primeros estudios indican la necesidad de resca-tar el proyecto que se diseñó para ejecutar las obras que se programaron en 1985-1986 bajo el crédito FIFAPA y que se vieron inconclusas.La entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos como con-dición para apoyar las obras, exige un diagnóstico del estado que guardan las obras inconclusas del crédito FIFAPA con el objeto de saber lo que se tiene y a partir de ello diseñar el nuevo proyecto. Con los resultados en la mano la Junta discutió con la SARH cinco opciones que consideró viables y seguras para obtener agua permanente.De acuerdo al trianuario elaborado por la JUMAPAM en el periodo 1987-1989 las opciones que se presentaron fueron las siguientes:a) Se planteó la posibilidad de traer agua de la presa de El Salto, sobre el río Elota, que almacena 840 millones de metros cúbicos; lo que impli-caría construir un canal de concreto de 100 km de longitud. Aunque en este caso la solución al problema del agua sería definitiva por muchos años, el plan se desechó por el alto costo.b) La segunda opción también fue rechazada por las mismas razones. Se propuso construir una presa derivadora sobre el mismo río Elota, hacer un rebombeo y conducir el agua hasta Mazatlán desde una distancia de 90 kilómetros.

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c) La tercera alternativa también resultaba muy costosa; se trataba de esperar a que se terminara de construir la presa de Picachos, derivar el agua por gravedad y conducirla 42 kilómetros hasta la ciudad.d) A largo plazo, se contempla utilizar la presa derivadora de Siqueros, de allí se sacará una conexión hasta un vaso que se construirá exprofeso en El Habalito de donde partirá la tubería de Mazatlán, con la perspecti-va de hacer una segunda etapa que elevaría la producción de agua a 5 m3 por segundo, volumen que cubriría las necesidades de la ciudad hasta el año 2035.El alto costo de la obra y el largo tiempo para su conclusión, obligó a desecharla por el momento.e) Se opta de manera inmediata por un programa de rehabilitación de pozos y se empieza a trabajar a partir de lo planeado en el proyecto SE-DUE-FIFAPA; éste contempla la perforación de 7 nuevos pozos en El Pozole.Un somero análisis demuestra que tal medida conduciría a la sobre-ex-plotación de la zona. Se recomienda, pues, abrir un nuevo campo de 15 pozos en el área de San Francisquito. Se construiría la línea conductora de 20 kilómetros ya contemplada en el proyecto anterior y, en un año, se estarían produciendo 600 litros por segundo adicionales a los 1,020 que se producían a la fecha. Con esto se solucionaría la agobiante falta de agua que tantos conflictos genera.f) El proyecto que solucionará los problemas de abastecimiento de agua para Mazatlán, en el mediano y largo plazo, se basa en el aprovechamien-to de la presa de Los Horcones y de un canal de revestimiento ya cons-truido en gran parte y que se origina en la presa derivadora de Siqueros. Este proyecto contempla alimentar la presa por dicho canal utilizando un rebombeo. De la presa el agua saldría hacia una planta potabilizadora y de ésta a las líneas de conducción existentes.

La planta potabilizadora se construiría en base a módulos con capacidad de 500 litros por segundo. Se calcula que con este proyecto se pueden obtener hasta 2,000 litros por segundo.La entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos se com-prometió a abrir la nueva zona de captación y lo relativo a los 21.5 kiló-metros de conducción. La JIAPARB se encargaría de terminar el tanque de 5,000 metros cúbicos y de construir el tanque de rebombeo de 800 metros cúbicos situado en la colonia Flores Magón, además de adquirir y obtener el equipo de rebombeo correspondiente.El 21 de agosto, dentro de la Comisión Municipal de Centros Poblados de Mazatlán (COMUN), se integró el Comité Pro-Agua Potable (CO-PAP) que se encargaría de administrar los recursos económicos para aplicarlos en la construcción de los nuevos proyectos. El comité quedó integrado por el señor José E. Carranza como presidente; Pedro Garza Caballero como secretario y Alfredo Coppel como tesorero.El COPAP se encargaría de financiar y vigilar la terminación de la red de distribución de agua potable a la que se asigna un presupuesto de dos mil millones de viejos pesos. Se trataba entonces de terminar de instalar 44 kilómetros de tubería que no se construyeron con el crédito SEDUE-FIFAPA en 1985.Para el 3 de septiembre de 1987 la iniciativa privada manifestaba dispo-sición de cooperar con el proyecto y para ello aportaría 2 mil millones de aquellos pesos. Como nunca, los organismos privados cerraron filas ante la inminencia de un colapso financiero en el comercio, la industria y los servicios. La falta de líquido y la contaminación de la ciudad por las aguas negras había trascendido al ámbito internacional. Ese año, el turismo había abandonado prácticamente a Mazatlán. La Zona Dorada opacaba su brillo en la turbiedad de un agua de la que el visitante tenía sobrada razones para desconfiar. La ciudad lucía sucia y pegajosa en el

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ardiente verano; gris cuando caía la tarde. La publicidad promocional mentía porque al “encanto del puerto” lo había devorado el caos. Al mis-mo tiempo, y para aumento de las desgracias, el país aceleraba su crisis económica, misma que por cierto, en ese tiempo jamás la hubiésemos pensado en los niveles que ahora golpea (1995, fecha de la primera edi-ción de este trabajo) Para la iniciativa privada del puerto, desde el punto de vista de sus inversiones, el proyecto “Más Agua para Mazatlán” se constituía en una prioridad suprema. Por eso, a pesar de que algunos de sus miembros no aportaron dinero como debían, los interesados no escatimaron esfuerzos para la colaboración.Con el dinero inicialmente aportado por el gobierno del estado, la Junta inició, el 18 de septiembre de 1987, la rehabilitación de 25 pozos en la zona de captación de El Pozole, con el objeto de incrementar muy pron-to, de manera adicional, la producción de agua en 200 litros por segun-do. Para esa fecha, la entonces SARH da a conocer que cuenta con 1,500 millones de viejos pesos para iniciar los trabajos del proyecto en la Zona de San Francisquito. La COPAP en tanto, había recibido los primeros 200 millones de aquellos pesos para apoyar el programa emergente y mantener con agua a la ciudad. Mientras que, por un lado, se trabajaba en las grandes obras del proyecto, por otro, se atacaba de manera con-creta las demandas específicas de los diversos asentamientos humanos a través del plan emergente.Para el 10 de diciembre de ese año, la COPAP impulsa el inicio de los trabajos de ampliación y rehabilitación de la red de distribución de agua potable. Antes, el 17 de noviembre, la Junta había anunciado la inversión de 600 millones de viejos pesos en la rehabilitación de 6 de los 11 cárca-mos de la red de aguas negras, lo que mejoró sustancialmente el servicio de drenaje. El 31 de diciembre de 1987 se pone en marcha la planta tra-tadora de aguas negras en su fase experimental, lo que significó desechar

al mar un importante volumen de aguas negras previamente tratadas.Por otro lado, avanzado el proyecto “Más Agua para Mazatlán”, el 5 de febrero de 1988 se interconecta una línea principal de conducción a la zona de captación de El Pozole, lo que permitiría incrementar la produc-ción a 300 litros adicionales. El día 14 de ese mismo mes, la entonces SARH da la buena nueva de que terminó la construcción de 11 pozos en la nueva zona de captación de San Francisquito, listos para equipar-se e interconectarse a la línea de conducción. El 21 de febrero entra en operación otra línea de 36 pulgadas que se interconecta a la zona de El Pozole, por lo que el sistema alcanza la cifra histórica de producción de 1200 litros de agua por segundo. Pero el aumento considerable violenta el caudal y hace estragos en la vieja tubería, por eso en marzo 13 de 1988 se inician los trabajos para reforzar la línea de concreto, que en esa fecha cumplía 30 años en operación y, de ese modo, evitar su estallamiento con el incremento de la conducción del agua. Justamente el 2 de abril de ese año, se instala un alimentador de 10 pulgadas en la zona de El Cid, lo que vino a dotar de agua suficiente a la Zona Dorada y a los hoteleros del área. Poco después la zona turística recobraría su brillo.Los trabajos en la apertura de nuevos pozos siguen su marcha y muy pronto se incorporan a la producción de agua 4 pozos más que se ex-ploraron en la zona de El Pozole, al tiempo que la SARH aprueba 3 mil millones de aquellos pesos para instalar la tercera línea de conducción y duplicar el abasto. Otros mil millones de esa dependencia se invertirían en la perforación de más pozos en San Francisquito. El 5 de junio de 1988 la Junta instala 3 conexiones de la línea de 36 pulgadas a la línea de acero e instala nuevas válvulas de salida en los tanques de Casamata y Loma Atravesada. Estos trabajos permitieron aumentar la conducción del agua en un 25 por ciento y extraer el líquido de la nueva zona de San Francisquito. Uno de los programas que más júbilo causó en la pobla-

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ción, por su rápido avance, fue el del drenaje. A un año de distancia del clamor generalizado, es decir, de junio de 1987 al mismo mes de 1988, se concluye el colector “Jabalíes”, para contento de los otrora iracundos ha-bitantes de la Toledo Corro, Rubén Jaramillo, Villa Galaxia, Villa Satélite, Ampliación 20 de Noviembre y parte de la colonia Juárez.Los esfuerzos por llevar más agua a Mazatlán siguieron su curso en los tiempos planeados. A un año de haberse integrado el Comité Pro Agua Potable, los pozos de la zona de El Pozole dejaron de funcionar mecáni-camente para pasar a la era de la automatización de su rebombeo. De esa forma se evitaron las constantes fallas en el servicio ante las no menos constantes fallas eléctricas.Para el 6 de octubre de 1988, nueve de los quince pozos que la SARH había perforado en la zona de San Francisquito, se encontraban debi-damente equipados y ese día entraron en operación. La producción au-mentó de inmediato en 300 litros por segundo. Los beneficios fueron evidentes porque, de pronto, alrededor de veintidós colonias y fracciona-mientos supieron de la permanencia del agua en sus tuberías domésticas, después de 8 años de no tener servicio continuo. Las obras para dotar de más agua a Mazatlán prácticamente estaban concluidas en su primera etapa. Esa fecha, 6 de octubre de 1988, como aquél 4 de mayo de 1890, marcó un hito en la historia del agua potable en Mazatlán.En el transcurso de 1989 la Junta consolida el proyecto general de agua y drenaje. Se equipan más pozos en la zona de captación de San Fran-cisquito y se rehabilitan los once cárcamos del sistema de alcantarillado; además, entra en operación una línea de distribución de 5,400 metros con tubería de 30 y 36 pulgadas, que mejoró el servicio en un 50 por ciento. En diversas colonias se introducen los diversos servicios de agua y drenaje; los adeudos del crédito FIFAPA se cubren; el parque industrial Alfredo V. Bonfil se conecta a una nueva línea de drenaje y con ello se

evita las descargas de aguas negras al canal de navegación. El colector de aguas negras “Niños Héroes” prácticamente se concluye para beneficiar a 5 mil familias del norte oriente de la ciudad y hasta un monumento al agua es construido e inaugurado el 16 de junio de ese año por el entonces presidente de la república, Carlos Salinas de Gortari. La primera etapa del programa de alcantarillado “Mazatlán l” presenta avances considera-bles y el propio Salinas de Gortari compromete su apoyo para la segunda etapa denominada “Mazatlán ll”, promesa que no cumplió ni éste ni Er-nesto Zedillo Ponce de León.Para el 13 de mayo de 1989, José E. Carranza Beltrán, presidente del Comité Pro-Agua Potable, anunció ante los medios de comunicación la desintegración de ese organismo, bajo la consideración de que se ha-bía cumplido con el compromiso para el que había nacido, es decir, de dotar de más agua a Mazatlán con la cooperación de todos los sectores sociales. Se había cumplido una etapa de participación ciudadana sin precedente en el puerto.Uno de los grandes méritos del proyecto “Más Agua para Mazatlán” es-triba en el hecho de que, al tiempo que se atendían problemas emergen-tes, se trabajaba sobre soluciones de fondo. Es decir, no fue una propues-ta paralela al sistema existente, sino que fue capaz de transformarlo sin dejar de producir y aumentar paulatinamente, en lo posible, el caudal de agua. Lo otro, es que la estrategia del proyecto caminó, operó y se con-cretó en un tiempo relativamente corto, si se toma en cuenta que los pa-decimientos del sistema eran añejos. En un año se resolvió lo que en una década no pudieron hacer las respectivas administraciones de la Junta.Otro factor determinante en el avance del proyecto fue la voluntad uni-taria, la solidaridad y cooperación de todos los sectores de la sociedad mazatleca. El proyecto “Más Agua para Mazatlán” se constituye, sin duda, en uno de los ejemplos más grandes de la vida de esta ciudad y en

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una lección para quienes, de aquí en lo adelante, pretendan sacrificar el futuro de nuestras generaciones priorizando la inmediatez mezquina del presente. La mejor garantía para que el presente no pierda vigencia es pensar y proyectar el futuro. O dicho de otro modo: el mejor presente es el que se vive garantizado en el futuro. Es esta la divisa sobre la que deben operar quienes se responsabilicen de la conducción de un proyecto de vida, como ciertamente lo es la producción y la administración del agua. El agua es y será siempre, vida y salud.

VIIL1990-1992: FORTALECIMIENTO INTERNO DEL SISTEMA.

1- Estrategias y desarrollo

En 1989, Humberto Rice García gana las elecciones por la presidencia municipal de Mazatlán, postulado por el Partido Acción Nacional. Por primera vez en Sinaloa un partido opositor gobernaría un municipio.El triunfo de Acción Nacional tuvo su origen en la capacidad de sus diri-gentes para abanderar con perseverancia demandas sociales vinculadas con los servicios de agua potable y drenaje. Uno de los principales com-promisos de Rice García con sus electores fue el de no aumentar el costo de los servicios si el voto le favorecía. Como presidente electo ratificó su compromiso y ante los medios de comunicación se comprometió a dar prioridad a los problemas de drenaje, a sabiendas de que había recibido un sistema de agua prácticamente rehabilitado y con una producción de agua proyectada a cuando menos 10 años.Para administrar a la JUMAPAM en ese período, Rice nombra a Jor-ge Guillermo Enciso Días, un empresario dedicado a la industria de la construcción.

Luego de un diagnóstico necesario para conocer el estado en que re-cibía la empresa, el nuevo funcionario evaluó de manera sintética los ejes operativos de la Junta. Dijo en esa ocasión: “Al recibir el organismo encontramos una administración sana, pero graves problemas relacio-nados con el sistema de drenaje sanitario y, en menor proporción, falta de redes de distribución de agua potable en colonias”.De la crítica opositora la nueva administración fundamentó, cauta, su proyecto de trabajo en "la continuidad de los programas preestablecidos” e implementar todos aquellos “que fueren necesarios para lograr satisfa-cer los objetivos generales de esta Junta de agua potable”.La verdad es que la nueva administración municipal panista, había llega-do al poder en condiciones políticas y económicas que le favorecían, en el sentido de poder cumplir con los ofrecimientos de campaña.La JUMAPAM, como nunca, gozaba de un superávit financiero por enci-ma de los propios compromisos de adeudo del ayuntamiento. Las finan-zas sanas y los servicios de agua y drenaje consolidados, dieron oportu-nidad al gobierno municipal y a la administración de la Junta de cumplir con su compromiso de no aumentar el precio de los servicios durante los tres años de gobierno y, al mismo tiempo, mantener los ritmos de pro-ducción, prevención, corrección y mantenimiento del sistema principal, en tanto que la red interna mantuvo niveles de crecimiento y corrección, principalmente en las colonias populares. Asimismo, a pesar de que no registraron incremento en las tarifas, el organismo mantuvo un ritmo financiero sano, con márgenes de operación importantes, al grado de que en algún momento se calificó a la JUMAPAM como a la “caja chica del municipio”.De acuerdo a información que de última hora se dispone, la JUMAPAM manejaría para su ejercicio financiero de 1996, alrededor de los 90 mi-llones de nuevos pesos. Este capítulo se escribe en los momentos que el

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cabildo saliente aprueba para el municipio el presupuesto de Egresos de 1996, por el orden de los 123 millones 488 mil nuevos pesos. Para la JU-MAPAM, en cambio, se estima un presupuesto de 90 millones de nuevos pesos, lo que equivale a un 75% del presupuesto total de la comuna. Con la diferencia de que la JUMAPAM atiende un gasto en sueldos y admi-nistración de un 10 por ciento comparado con el egreso global que en este rubro hace el ayuntamiento.En este período encontraremos que no existe diferencia alguna entre la propuesta de Humberto Rice como presidente municipal electo y Ale-jandro Camacho en su mismo carácter, en relación con su política fun-damental en el manejo de la JUMAPAM. El 2 de diciembre de 1995, a casi un mes de tomar posesión del encargo y al igual que Rice en 1989, Camacho Mendoza informó a los medios de comunicación que “pondré a consideración de la propia Junta, y posteriormente al Congreso del Es-tado, tarifas más bajas o por lo menos que continúen estables”. El alcalde electo consideró que uno de los factores que provocan el encarecimiento del servicio es el exceso del gasto interno, por lo que también anunció un análisis severo del gasto interno, “a partir de la reestructuración de sueldos”. En su declaración a los medios Camacho remató: “La JUMA-PAM es un organismo con una gran capacidad para recaudar dinero y, como hay muchos recursos, lo único que se ha hecho es gastar”. Como se observa, desde entonces Camacho ofrecía la idea de aplicar un esquema de “mantenimiento” al organismo operador pero, a parte, anunciaba la puesta en marcha de una política que cumpliera con su compromiso de reducir tarifas o cuando menos mantenerlas estables, ello con la holgura financiera que había recibido y en menoscabo, quizá, de otros proyectos que quedaban pendientes.Pero regresemos a la evaluación del período 1990-1992. Efectivamente, la nueva administración encabezada por Humberto Rice

se propuso no aumentar las tarifas del agua durante sus tres años, pero sobre la divisa de darle prioridad al mantenimiento del sistema y a la ampliación necesaria de los servicios. Después de todo, Rice heredaba un sistema de agua potable rehabilitado y con una infraestructura pro-ductiva y distributiva recién inaugurada, con capacidad suficiente para los próximos diez años.Las estrategias principales que se operaron en el período de Rice fueron las siguientes:1- Mantener la cantidad del agua en pozos y la capacidad en las líneas, además de incrementar el volumen en la red de distribución.2-Reforzar el programa de mantenimiento preventivo y correctivo de maquinaria y equipo.3-Modernizar la tecnología y equipo para la operación y el manteni-miento de la planta productiva, así como de los procesos de administra-ción y comercialización de los servicios de la Junta.4-Reducir la pérdida de agua, mejorando el control mediante la macro medición de la producción, conducción y distribución.5-Ejecutar el programa de obras para el sistema de alcantarillado Mazat-lán ll e incrementar el desalojo de aguas negras.6-Operar al 100 por ciento la planta de tratamiento de aguas negras.7-Mantener ingresos equilibrados, sin necesidad de aumentar tarifas.8-Ajustes en los niveles de personal, capacitación y adiestramiento, para el mejor desempeño de sus funciones.Las anteriores metas fueron parte fundamental de los programas de la JUMAPAM durante este trienio.Para 1990 la distribución del agua se daba en términos más que estables, porque se atendía una demanda mucho menor a la capacidad de produc-ción. Con una reserva de producción de 1,600 litros por segundo, desde entonces la apertura de pozos tenía una capacidad real para producir

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1,300 litros por segundo, aunque en realidad se distribuía menos líquido porque la demanda no era tan fuerte, lo anterior sin contar la pérdida a causa de las fugas.Esta fortaleza del sistema de agua potable permitió que las estrategias de la administración raicista caminaran sobre bases firmes, sin obstáculos a causa de las presiones técnicas, económicas y sociales. En estas circuns-tancias, y contra lo que se pudiera pensar, el sistema de agua potable y alcantarillado garantizó metas de relativo crecimiento en el servicio, eficiencia en la administración e incremento en las finanzas, a pesar de que las tarifas no se incrementaron.Sin embargo, la capacidad de distribución no aumentó y la producción se mantuvo en los mismos índices durante el trienio. Lo que ocurrió es que la Junta equilibró el no incremento de tarifas funcionando sobre los márgenes de superávit que en términos de servicios había recibido, pero siempre cuidadosa de que sus movimientos financieros arrojaran saldos negros.En cuanto a producción la JUMAPAM mantuvo la explotación de los 42 pozos, 27 ubicados en la zona de captación de El pozole y 15 en San Francisquito. En esta área los trabajos se presentaron en la normalidad del mantenimiento preventivo y la eventualidad del mantenimiento co-rrectivo. El problema más persistente en el proceso de la producción del agua fue, como lo es hasta ahora, la acumulación de hierro y manganeso en los equipos y tuberías.Durante los tres años de este período, las obras realizadas en términos de producción se limitaron a las siguientes:a) Obras de protección de equipos en el área de pozos.b) Instalación de un banco de capacitadores para el ahorro de energía eléctrica y del costo por este concepto.c) Instalación de medidores de volúmenes de agua para controlar su flu-

jo en los 27 pozos de la zona de El Pozole.d) Arreglo de las líneas eléctricas que suministran energía a los equipos de los pozos, para adecuarla a las normas de la Comisión Federal de Electricidad.e) Mantenimiento a los caminos de acceso a los pozos de la zona de cap-tación de El Pozole. f) Se cambiaron los equipos de bombeo en 6 pozos y se dio manteni-miento correctivo en uno.g) Se instalaron impulsores en dos pozos y se perforó uno más, lo que incrementó la producción en 66 litros por segundo.Las medidas anteriores reflejan que la administración de la Junta, duran-te este período, se preocupó por cuidar el nivel de producción y de incre-mentarlo en lo posible. En todo caso, los recursos disponibles los aplicó al crecimiento de la red secundaria y en la solución de las necesidades más ingentes del drenaje.Referente a la conducción del agua, las tareas de la Junta se restringie-ron al mantenimiento de las válvulas de expulsión de aire en tres líneas principales, a la construcción de un sifón de 300 metros len la línea de acero para evitar derrame de agua y en la rehabilitación de un registro de la línea de asbesto Lock Joint. Igualmente, el sistema de rebombeo fue sometido a desinfección, limpieza constante para evitar al enemigo nú-mero uno de los tanques y tuberías, como lo es el hierro y el manganeso. Los rebombeos sufrieron cambios en sus instalaciones eléctricas para aumentar la potencia de distribución.Uno de los grandes méritos de este período fue el de integrar al sistema de agua a 38 comunidades rurales y rehabilitar el viejo sistema en pobla-dos como Villa Unión, El Habal, Tecomate, Chilillo, El Roble, El Salto y Potrero de Carrasco. En el resto de las poblaciones, la JUMAPAM in-virtió importantes recursos económicos para introducir los servicios de

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agua y drenaje. Asimismo, se brindó apoyos a comunidades rurales no afiliadas al sistema, como Mármol, Zapote, Puertas de Canoa, Porras, El Espinal y Los Limones.El importante programa de obras para la zona rural emprendida por la administración de Humberto Rice y el gerente de la JUMAPAM, Jor-ge Enciso, tuvo continuidad en el mismo nivel de importancia en la si-guiente administración municipal presidida por Martín Gavica. En este período, por cierto, estuvo al frente de JUMAPAM Gerardo Octavio Vargas Landeros, quien de 1993 a 1995 ejecutó 27 obras de introducción de agua potable en el mismo número de comunidades y 4 obras de al-cantarillado en las sindicaturas de El Roble, Villa Unión y en el ejido El Castillo.

2.- El agua en los tiempos del cólera

A mediados de 1991, la psicosis se apoderó de la gente. Se hablaba de brotes de cólera en el sur del país, y la posibilidad de que la epidemia encontrara condiciones amables en Mazatlán. Por esos días la abeja afri-cana estaba por llegar a Sinaloa, así es que el temor colectivo aumentaba porque ambos fenómenos acapararon la atención en los medios de co-municaciónChile y Perú se vieron afectados por brotes epidémicos del cólera en al-gunas de sus poblaciones, pero no en el nivel con que el amarillismo periodístico nos lo presentaba. En muchos de los casos, más que intere-sarles las vías de prevención, algunos medios prefirieron señalar a ciertos productos enlatados como portadores de la bacteria del cólera. Si bien podrían ser ciertas las recomendaciones para no consumirlos, tampo-co se descartó, en aquel momento, que la descalificación formara parte de una guerra comercial, cuyo principal objetivo era boicotear la venta

principalmente de marisco enlatado, que provenía de Sudamérica. De cualquier forma la enfermedad del cólera en esos países, las causas que generaban su fácil desarrollo y los síntomas con que se mani-festaba suponían que, de llegar a México, causaría estragos entre la po-blación, principalmente en las comunidades donde los servicios del agua y drenaje sanitario presentaban un índice de baja calidad. Por supuesto que Mazatlán era y sigue siendo candidato natural a determinadas epi-demias principalmente a la del cólera. Opiniones de algunos especialis-tas médicos nos muestran la vulnerabilidad del ambiente en Mazatlán, ante un eventual ataque de la bacteria, sobre todo a nivel del consumo de agua de mala calidad, y las deficiencias en el control y descarga de aguas residuales. En primer lugar la calidad del agua subterránea que consumimos en Mazatlán, como en otras regiones, presenta grave deterioro, debido a la contaminación proveniente de aguas residuales que se infiltran o descar-gan en otros cuerpos de agua o directamente al subsuelo. A ello hay que agregarle el impacto que tienen los residuos sólidos industriales que se escurren o depositan en la forma más inadecuada. En Mazatlán, la sobre explotación de los mantos acuíferos también provoca contaminación debido a la cantidad de sales y sustancias mine-rales que debilitan la calidad del líquido porque reducen su oxígeno y su propio volumen.Si combinamos el hecho de consumir agua de baja calidad y la realidad de los estragos que en la ciudad particularmente causan las aguas negras, más la naturaleza húmeda del clima y el calor infernal del verano, sin pretender descubrir el hilo negro, se llega a la común, marismeña, po-pular y democrática conclusión de que las condiciones para la epidemia son simplemente ideales. Aprovechando el análisis somero, es importante destacar que nuestras

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fuentes de abastecimiento, es decir, el manto freático paulatinamente se va abatiendo. La explotación de los pozos, la extracción y conducción excede a la carga natural. El ciclo de recarga, obviamente, se lleva efecto con lentitud, pues antes que nada deben satisfacerse las exigencias del almacenamiento superficial. El tema da para mucho y debe tratarse con más profundidad y amplitud, de manera exprofesa, tomando en cuenta que nuestra calidad del agua para consumo se ha reducido, en algunos momentos, hasta en un 30% de potabilidad. Se planteaba que a raíz de la epidemia del cólera en otros países, en México y, principalmente en Mazatlán, cundía la alarma pero también se tomaban medidas preventivas. El asunto se manifestaba tan delicado que el presidente de la República ordenó un programa emergente para la prevención del brote epidémico en el país.Independientemente de las recomendaciones y estrategias sanitarias de las instituciones de salud, la JUMAPAM, con apoyo de la Comisión Na-cional del Agua, diseñó y puso en marcha un programa denominado "Agua Limpia", dirigido por el Departamento de Control de Calidad. A principios de 1990 este departamento fue dotado de un laboratorio perfectamente equipado, para el que se contrató personal especializado, con el objeto de aumentar la calidad del agua principalmente en la zona rural, que entonces era la más necesitada. El programa contempló incrementos en la cantidad de materiales como gas, cloro, granulado y tabletas. En el área urbana se inició una campaña de muestreo para observar el cloro residual en depósitos de particulares y desinfectarlos convenientemente. La dosificación de gas-cloro se aumentó de 4 KS/h a 6 KS/h. Con la periodicidad requerida se desinfectaban tanques, pozos y cisternas y se realizaban muestreos bacteriológicos. Para reforzar el programa, se inició un proceso de pos-cloración del agua, con el objeto de formar un cerco sanitario de desin-

fección y evitar las posibles contaminaciones debido a los derrames de aguas residuales.El programa "Agua Limpia" se prolongó hasta la administración de Mar-tín Gavica. En el verano de 1993, la amenaza del cólera sobre Mazatlán, fue real, pues más de dos casos se detectaron en el sur del estado, y otros tres en el ámbito de la sintomatología que, de acuerdo a fuentes dignas y directas, se atendieron en esta ciudad pero, para que no se propagara la psicosis, se mantuvieron con las reservas más estrictas que el caso ame-ritaba. A uno de los enfermos se le atendió en la clínica del IMSS y en el Hospital Civil a los otros dos. Tanto el ayuntamiento, la JUMAPAM y las autoridades de salud, desplegaron una intensa campaña de prevención a través e los medios de comunicación. El objetivo era orientar a la población bajo procedimien-tos elementales del uso y manejo del agua y, desde luego, evitar que el sensacionalismo informativo alarmara a la ciudadanía. Los medios de comunicación, tanto escritos como electrónicos, cola-boraron de manera estrecha y responsable con la campaña. En la radio, los locutores y periodistas a la hora de sus programas insistían en sus recomendaciones. Las autoridades de salud habían preparado un cerco sanitario para impedir de inmediato que se propagara la epidemia. El Dr. Raúl Vizcarra Piña, coordinador de los Servicios de Salud en el sur del Estado, opinaba entonces que, si bien era cierto que Mazatlán presentaba condiciones para la enfermedad, el riesgo no era que ésta llegara, sino que no hubiese los medios para evitar que se propagara. Para Vizcarra Piña, los riesgos de una epidemia eran mínimos pues, de acuerdo a su versión, las autoridades médicas estaban preparadas para sofocar un brote de cólera, a pesar de que los riesgos aumentaron con el azote de uno de los fenómenos más destructivos de los últimos 45 años en Mazatlán: el ciclón Lidia, del que se escribe más adelante.

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La JUMAPAM, aparte de implementar el programa "Agua Limpia", con las características de 1991, instaló 18 sistemas automáticos de clo-ración con el fin de obtener mayor continuidad en la potabilización del agua y alejar los riesgos de la contaminación y de incubación de la bac-teria del cólera. Cuando menos en el transcurso de este siglo, Mazatlán no había es-tado tan cerca de sufrir una epidemia de cólera como en 1993. La inten-sidad de la campaña para contrarrestar una eventual masificación de la enfermedad y los esfuerzos médicos por ocultar algunos casos de cólera, confirma por sí mismo la gravedad que adquirió el problema. El autor de este texto, diseñó y operó la estrategia de medios de comunicación, por lo que conoció de primera mano el tamaño de la amenaza de epidemia.

3. Obras importantes

Decíamos al principio, que las áreas prioritarias consideradas por la ad-ministración 1990-92, fueron las relativas a distribución, alcantarillado y al programa de construcción, enfocado a la realización de obras de agua potable y alcantarillado sanitario a las colonias más necesitadas. Con respecto a la distribución del agua es menester señalar que, hasta 1993, la Junta contaba con 20 rebombeos de red de distribución de agua, de los que 11 estaban en operación. El sistema de rebombeo se divide aún en 5 zonas específicas, lo que permite administrar los flujos de agua de acuerdo a los requerimientos de cada una de las respectivas zonas. Con este tipo de control, la Junta es capaz de realizar trabajos de mante-nimiento y rehabilitación de las redes primarias y secundarias, sin que la población sufra la escasez del agua, ya que el servicio no se suspende. La estrategia de abastecimiento de este período se centró en la in-terconexión de redes de agua a cualquiera de las líneas principales más

cercanas. Las líneas secundarias de interconexión más importantes en este período, se ubican en: a) Hogar del Pescador b) Línea de 6" por Av. Insurgentes-López Mateos c) Línea de 14" a 10", por Av. Rafael Buelna y Camarón Sábalo d) Línea cruce 10" x 4" Rafael Buelna y Plaza San Diego e) Línea cruce 16" x 2", alimentador Hacienda Las Cruces f) La interconexión del cruce 24" x 10" permitió el abasto de las co-lonias San Rafael, Santa Cecilia, Azteca y fraccionamiento El Bosque. En la calle Pino Suárez se rehabilitó una línea de 10" que no operaba y de ahí se interconectó la calle Sor Juana Inés, para abastecer a la colonia Azteca. También se interconectó la calle Lucero, para dotar de más agua a la Santa Cecilia, San Rafael y fraccionamiento El Bosque. La rehabilitación de esta línea sirvió después para alimentar a las co-lonias Pino Suárez, Francisco I. Madero, Urías y Rafael Buelna. En este período se instalaron también cruceros de línea 36", para incrementar el abasto de agua en los fraccionamientos Brisas del Mar, San Ángel y la colonia Estero. Los rebombeos de la red de distribución se rehabilitaron en equipos e instalaciones físicas. Se mejoró el tiempo de respuesta a la solicitud de servicios, principalmente en fugas y sondeos. Durante el trienio se arre-glaron 21,661 fugas reportadas y se realizaron 3,142 sondeos. Del mismo modo se instalaron, en coordinación con el cuerpo de Bomberos, tres hidrantes en puntos estratégicos de la ciudad, a saber: avenida Alemán y Ancla, en Aquiles Serdán y 16 de Septiembre y sobre el camino al Con-chi, junto a la caseta policíaca, en el INFONAVIT del mismo nombre. La red de alcantarillado recibió mantenimiento constante. En algu-nos lugares, como el centro de la ciudad, se trabajaba las 24 horas en el mantenimiento de las líneas. La JUMAPAM contaba entonces con dos

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equipos de desazolve mediante lavado y succión de sólidos en tuberías. Durante los 3 años del período de Humberto Rice se instalaron 6,443 metros lineales de tubo del sistema de drenaje. Se construyeron 97 pozos de visita. Para evitar desbordamientos de aguas negras, se sondeó la lí-nea principal en un promedio de 557, 870 ML y la línea de descarga a lo largo de 34,204 ML. Los equipos de bombeo de los cárcamos, algunos se sustituyeron y otros se rehabilitaron. Los sistemas de alcantarillado de El Roble, Walamo, Mármol y Villa Unión, recibieron mantenimiento. La catástrofe explosiva de Guadalajara, hizo que se rescatara el pro-grama de trampas para grasas y desechos sólidos en las empresas que por su volumen de descarga taponan constantemente las redes de alcan-tarillado. La psicosis de nuevo se apoderó de la ciudad, luego de descubrirse escurrimientos de gasolina por la red del drenaje. El problema lo ha-bía provocado una gasolinera ubicada por la calle 16 de Septiembre y Avenida Juan Carrasco. Las autoridades municipales, tomando medidas rigurosas, prefirieron desalojar a las familias situadas 5 manzanas a la re-donda, que enfrentar el más mínimo riesgo de explosión. La negociación fue clausurada y reabierta al año, luego de ajustarse a los nuevos requisi-tos de construcción y servicio. Antes, la red del drenaje, durante días fue sometida a una severa limpieza hasta que desaparecieron los desechos inflamables. Tanto el ayuntamiento, la JUMAPAM, como las autoridades federales correspondientes, iniciaron un programa de verificación con el objeto de implantar control en gasolineras y negocios que por su natu-raleza desechan productos químicos, biológicos, tóxicos, inflamables y sólidos para evitar una desgracia como la ocurrida en Guadalajara. A partir de esta experiencia, la Junta, a través de su departamento de informática, elaboró un padrón de negociaciones que utilizan y des-echan este tipo de productos, para mejor control y vigilancia en la insta-

lación y funcionamiento de trampas de grasa y desechos sólidos. Con respecto a la planta tratadora de aguas negras, no es mucho lo que en términos de obras o capacidad de tratamiento se puede decir. De acuerdo a lo informado por las autoridades de ese período, la planta recibió el mantenimiento normal. A fines de 1992, la tratadora de aguas negras promediaba un gasto de 780 litros por segundo, proveniente del cárcamo 7 sur. En cambio, el gasto del cárcamo Cerritos es arrojado a los esteros. Una de las maneras de garantizar limpieza continua y sin presiones, se dio construyendo un "By-pass" en el cárcamo emisor con instalación de tres compuertas. Con el aditamento se logra realizar desvíos de agua de acuerdo a los requerimientos o circunstancias. Por ejemplo, cuando se da limpieza al cárcamo emisor, el "By-pass" se cierra para desviar los afluentes de la planta hacia el viejo emisor. Las partes metálicas de la planta en un 95% recibieron mantenimiento anticorrosivo utilizándose sand-blasting. Para evitar taponamiento en el emisor se realizó limpieza a los sedimentos arenosos de los digestores. La eficiencia en términos de tratamiento de aguas negras, fue mejorada con la adquisición de un equipo de laboratorio. Se construyó malla ciclónica al frente y al costado sur de la planta. Se construyeron baños con regade-ras y locker para coadyuvar a la higiene de los trabajadores. En el rubro de la comercialización de los servicios, para fines del 92, la JUMAPAM tenía registrados a 72,045 usuarios en todo el municipio. De los usuarios de la zona urbana el 91% tenía entonces servicio de dre-naje sanitario, mientras que en la zona rural tres comunidades gozan del servicio completo. Para dar una idea del rápido crecimiento poblacional, basta cono-cer el incremento promedio que mensualmente registra el padrón. A di-ciembre de 1991, la media mensual de usuarios que se incorporaron al

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padrón llegó a los 272. Naturalmente que esto obedece a la creación de nuevos asentamientos y a la cobertura del servicio que ofrece la Jun-ta. En base a estos datos, por esa fecha, el gerente del organismo, Jorge Guillermo Enciso Díaz, aseguraba que en la ciudad no existía colonia alguna a la que le faltara el servicio de agua. Cuando menos, decía, a los asentamientos más desprotegidos se les suministra el líquido por medio de tomas públicas. La comercialización más ordenada de los servicios llevó, por ejemplo, a disminuir en un 78% el abastecimiento de agua en pipas a las colonias populares y a regularizar a 1,299 usuarios de los llamados clandestinos, eximiéndoles del uso retroactivo del servicio. Los errores de lectura y de captura se eliminaron al máximo y las instalaciones de medidores eran supervisadas constantemente, con ayuda de la ciudadanía. La adición del 10% del IVA a la facturación, permitió una recuperación de 3,000 millones de aquellos pesos. Otra acción importante de este período fue el de incorporar a 5 mil usuarios al servicio de drenaje, mismos que aún cuando gozaban del servicio no lo contrataban; bajo un cargo automá-tico fueron conectados a la red exonerándolos del pago por derecho de reconexión. A diferencia de lo que ahora se plantea, en este período creció la plantilla de trabajo debido a la creación de nuevos programas como el de calidad del agua, apoyo al área rural, trampas de grasa, desarrollo de personal, proyecto de servicios generales y recursos materiales entre los programas más importantes. Se modificaron los espacios de oficina y se adquirió equipo de uso diario como telefax, computadoras, copiadoras, conmutador y registradoras fiscales. Por otro lado, los adeudos con el INFONAVIT fueron resueltos. De un total de 200 millones que incluían recargos e intereses moratorios solo se pagaron 15 millones debido a que se comprobó la irregularidad de los cobros. El consejo directivo, además,

autorizó la compra de un terreno para construir más oficinas como parte de un programa de desincorporación de áreas técnicas y almacenes. La recuperación de ingresos aumentó con la apertura de dos oficinas de cobranza ubicadas, una en la Plaza del Mar y otra en las instalaciones de rebombeo de la colonia Flores Magón. Hasta fines de 1992 se registraba una afluencia diaria de 200 pagos promedio. En este período, el área de informática sentó las bases para eficientar los procesos administrativos y operativos de la JUMAPAM. El equipo de computación creció y a partir de ello se formuló un proyecto en el que se contemplaba el procesamiento de la paquetería indispensable de la em-presa para las distintas actividades distintas actividades administrativas cotidianas, tales como los módulos de compra, activos fijos, manteni-miento de máquinas y equipo, cuentas por cobrar, cuentas por pagar, e inventarios. El proyecto planteaba mejorar de manera inmediata el siste-ma de nómina, contabilidad, presupuestos, información, sistema comer-cial, etc. Fue entonces cuando se proyectó el código de barras que ahora aparece en nuestros recibos. El área de informática se marcó como uno de sus objetivos a futuro la sistematización completa del área técnica, mediante un programa geográfico de control de redes de servicios que permita sus posibles ampliaciones, su dimensión actual y una ficha de datos del usuario. A este proyecto de mejoramiento y expansión administrativa y ciber-nética, se sumó el de recursos materiales por medio del cual se otorgó mantenimiento a las unidades de servicio, las que para 1992 sumaban un total de 68 entre vehículos automotrices medianos y pesados, equipos de desazolve, tractocamiones, grúas, motocarros, retroexcavadoras, etc. La comunicación por radio portátil, bases y móviles, fue otra aporta-ción importante de esta administración. La utilización del radio entre el personal técnico y administrativo aceleró los procesos de entendimiento

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y eficacia de las actividades. La optimización del tiempo y el manejo de información fresca le ahorró incalculables sumas de dinero al sistema de agua y alcantarillado. Los datos revelan un crecimiento cuantitativo y cualitativo de la Jun-ta. Después de la consolidación de las grandes obras que culminaron en 1989, se dio un proceso de expansión interna, necesario en el reordena-miento administrativo y operativo. El crecimiento económico y la creación de nuevos programas deter-minaron la nivelación de puestos y salarios entre jefes de departamento y el personal secretarial. Poco después se revisó el perfil de analistas y auxiliares a quienes también se niveló su salario. Años después, quien lo declaró como alcalde electo, pero no lo hizo, fue Alejandro Camacho, en el sentido de que los sueldos del personal de confianza se disminuirían y anunció recortes de personal, como parte de una estrategia para reducir el gasto. Todo quedó en declaración. La Gerencia de Construcción fue creada en este período, para operar el programa de compromisos hacia las colonias populares que durante su campaña política había propuesto el entonces candidato Humberto Rice García. Instalado en la presidencia municipal, una de las principa-les decisiones que como cabeza del consejo de la JUMAPAM impulsó al seno de éste, fue justamente el proyecto de construcción destinado a do-tar de servicios de agua y drenaje a las colonias marginadas. Bajo el lema de "Servicios para todos", el proyecto aglutinó seis programas:

a) Programa obras en proceso Las metas del programa estuvieron encaminadas a concluir las obras iniciadas correspondientes a 1989. Para el efecto se invirtieron 1,129 mi-llones de viejos pesos en beneficio de 9,377 familias.

b) Programa de Inversión Directa Bajo este programa, se benefició a las clases más marginadas con obras financiadas al 100% por la JUMAPAM. En otros casos también se construyeron obras financiadas al 100% con recursos propios de la Junta, pero con una recuperación a largo plazo mediante cooperación pro-obras que realizaron los usuarios beneficiados. El programa realizó una inversión de 7,527 millones en sistema de alcantarillado y redes de distribución de agua, para beneficio de 8,558 familias de muy escasos recursos económicos en la zona urbana y rural.

c) Programa Mezcla de Recursos La esencia del programa fue la ejecución de obras con recursos que aportaron los diferentes niveles de gobierno, la Junta y los beneficiarios. Las participaciones en porcentaje se dieron como sigue: 12.5 por ciento gobierno del estado; 12.5% gobierno municipal; 25% la JUMAPAM; y 50% los beneficiarios. Este programa invirtió 2,316 millones y benefició a 2,617 familias con obras de alcantarillado y agua potable. El 50% co-rrespondiente a los usuarios, fueron recursos financiados a largo plazo por el propio organismo operador.

d) Programa Mazatlán IIUno de los grandes proyectos que se impulsaron desde 1988, es el deno-minado Mazatlán II de alcantarillado sanitario, con el que se pretende solucionar el problema histórico del drenaje en la ciudad. El proyecto ejecutivo se sostiene fundamentalmente en el plan regulador de la ciu-dad y su horizonte prospectivo se estima hasta el año 2025. Cuando me-nos este proyecto se sostuvo hasta la administración de Martín Gavica, porque luego, desde la administración de Alejandro Camacho, se aban-donaría para, en la administración de Alejandro Higuera, sustituirlo por

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lo que se conoce como proyecto "Mazatlán Siglo XXl". En el período 90-92, se ejecutaron obras respetando el diseño, los trazos, tamaños y recomendaciones técnicas del proyecto, mismo que dividió a Mazatlán en 2 grandes zonas: la zona de alcantarillado existen-te que comprende la parte sur de la ciudad con límites hasta la avenida Rafael Buelna y la zona que comprende el complejo turístico-hotelero, abarcando las colonias que se ubican de la avenida Rafael Buelna hacia el lineamiento norte, en toda su posible extensión de acuerdo al creci-miento poblacional. El proyecto Mazatlán ll, como se sabe, concebía no saturar más la red de drenaje existente en la parte centro de la ciudad, por donde se desechan las aguas hacia la planta tratadora que funciona en el cerro del Crestón. El proyecto Mazatlán II buscaba conducir los desechos del agua en sentido contrario y llevarlas a un destino final que pudiera ser otra ma-cro planta de tratamiento que se instalaría en Habal-Cerritos. Los proyectos ejecutivos que bajo el Mazatlán ll se diseñaron para 1992 fueron los siguientes: a) Laguna de tratamiento de aguas negras. b) Línea de conducción del cárcamo de la Marina a la laguna de tra-tamiento. c) Cárcamo de bombeo La Marina. d) Colector Rafael Buelna. e) Colector Delfín. f) Colector Venadillo. g) Colector Echeverría. h) Jabalíes Norte y Jabalíes Sur. Son los anteriores, obras principales o de cabeza que integraron el macroproyecto. En esa fecha la inversión total en la primera etapa del

Mazatlán II ascendía a los 35 mil millones de viejos pesos. De esa can-tidad la JUMAPAM ejerció recursos propios por el orden de los 1,770 millones de viejos pesos en las siguientes obras: a) Colector Echeverría, primera etapa b) Colector Burócrata c) Colector Francisco Villa d) Colector Jabalíes Norte, primera etapa e) Colector los Conchis y línea de presión El Toreo f) Construcción de un tramo del colector El Delfín con una inversión de 1, 562 millones que aportó el INFONAVIT haciendo un total de 3,270 millones de pesos que cubren el 10% del costo total del macroproyecto.

e) Programa de Convenios con ParticularesA través de este programa la junta otorgó apoyo a los promotores de vivienda en la construcción de colectores, subcolectores y línea de ali-mentación de agua potable. El apoyo de la JUMAPAM consistió en la aportación de tuberías para que los promotores realizaran las respectivas instalaciones. La inversión de este programa fue por el orden de los 4,053 millones de pesos para beneficio de 5,000 familias.

f) Programa Nacional de SolidaridadComo se sabe, el PRONASOL es un programa dirigido a zonas margina-das financiadas por el gobierno federal, estatal y beneficiarios. Bajo este programa se invirtieron 441 millones para beneficio de 1,046 familias. Al término de su administración al frente de la JUMAPAN, el Lic. Jorge Guillermo Enciso Díaz sintetizaba su gestión en los términos si-guientes: "Es mucho lo que se ha hecho, pero también es mucho lo que falta por hacer. Las necesidades crecientes de la población implican in-versiones muy cuantiosas en un corto y mediano plazo y los recursos son

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limitados. Destacan por su importancia el sistema de alcantarillado Mazatlán II y el sistema denominado El Avalito-los Horcones, que dará a Mazat-lán 500 litros por segundo más de agua. De este último debe gestionar-se ante la SARH la terminación del sistema de canales que permita la disposición del líquido en forma superficial para tratarlos a través de la Planta Potabilizadora de Agua, de la cual se cuenta con proyecto ejecu-tivo. Como se observa, esta necesidad ya se había planteado de manera concreta desde este período. Asimismo, explicaba entonces Jorge Enciso, los proyectos de vivienda, turismo y recreación que impulsará el desa-rrollo de Marina Mazatlán y Marina del Sábalo, hacen indispensable la construcción de los sistemas antes descritos. Deseamos hacer patente nuestro reconocimiento a todos los traba-jadores, quienes en forma responsable se mantienen alerta y trabajando durante las 24 horas del día, los 365 días del año para lograr que la ciu-dadanía cuente con los servicios de manera más eficiente.

IX1993-1995: PERIODO DE LA ESTABILIDAD RELATIVA.

Introducción

En los últimos 20 años el problema del agua y el drenaje en Mazatlán, ha formado parte de la preocupación fundamental ciudadana y de los hombres que representan a organismos políticos, sociales, empresariales y oficiales. Las expectativas políticas, el desarrollo productivo, el crecimiento urbano, las necesidades de inversión, los proyectos de mediano y largo plazo, en Mazatlán particularmente, están determinadas principalmente

por el factor agua-drenaje. Los políticos realizan proselitismo abanderando las demandas de agua y drenaje entre la población. El desarrollo de la industria, el co-mercio, el turismo es imposible sin ambos servicios. Los inversionistas buscan siempre la garantía de los servicios públicos. Muchos de ellos, por cierto, se han alejado de Mazatlán ante la despreocupación guberna-mental. Cualquier proyecto de mediano y largo plazo se vuelve incierto porque en el mismo nivel los servicios son inciertos. Es muy probable se diga que esto ocurre en otras partes. Es posible que suceda, pero lo que en otra parte ha dejado de ser preocupación fundamental cotidiana para el desarrollo, en Mazatlán toma visos de ur-gencia porque el sistema de agua potable y alcantarillado está prendido aún de los hilos del corto plazo. El tipo de estructura, su forma de distribuir el agua y desalojar sus de-sechos y el cómo nos abastecemos, es lo que marca la diferencia con ciu-dades como Culiacán, Los Mochis o Guamúchil por poner un ejemplo. En una palabra los sistemas de agua y drenaje en esas ciudades, su estructura funcionamiento y desarrollo, no preocupan tanto a sus secto-res como nos preocupa el nuestro. La diferencia está en el sistema, no tanto en cómo dependemos del agua que representa la vida. Eso no está a discusión. Aún así y quizá por la lucha tenazmente histórica que los mazatlecos hemos librado contra la carencia del agua, nuestro sistema, con todos sus defectos y limitaciones, presume de ser uno de los mejores funcio-nalmente administrados del país. Y es cierto. No hay porque dudar; la explicación es muy sencilla: el menor descuido del sistema en general nos provoca problemas, por eso su operación y administración es de 24 horas y no admite fallas. La eficiencia en el cuidado y operación del sis-tema en Mazatlán es una condición de primer orden.

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Pudiera ser un contrasentido, pero el sistema de agua y drenaje en Mazatlán ha creado, en cada uno de sus segmentos operativos, hombres preparados para no descuidarlo, al grado de que en circunstancias de co-lapso son capaces de regenerarlo en poco tiempo. Eso se demostró cuan-do las aguas desbordadas del Río Presidio, a causa del huracán "Lidia", arrasaron con parte del sistema. Bastó una semana para que de nuevo estuviera funcionando. Son años de experiencia de hombres claves en la junta. Si el equipo humano de la JUMAPAM fuese desplazado, de la noche a la mañana, lo más seguro es que el sistema retrace su funciona-miento o, ante circunstancias naturales adversas, simplemente no se co-rrija en el tiempo debido con las fatales consecuencias que ello implica. El sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán, se asemeja a una especie de estructura construida a base de fichas de dominó. Cada una de las fichas se pone o quitan cuidadosamente. Es probable que un viento fuerte o un movimiento brusco desplome parte de la estructura, pero igualmente las diestras manos de quienes las cuidan, en poco tiem-po colocan las fichas derribadas. A eso nos referimos cuando hablamos de la fragilidad del sistema y, al mismo tiempo, a su eficacia para regenerar sus partes a costa de una gran eficiencia técnica. Se requiere un alto grado de capacidad técnica y administrativa para controlar el funcionamiento de un sistema como el nuestro que, por cierto, no es cualquier sistema. A guisa de ejemplo deportivo, diremos que a nuestro equipo, en otra cancha, le hacen los mandados. Esta capacidad técnica y administrativa forma parte de las fortalezas del sistema en su historia reciente. Pero ahora señalemos sus debilidades. La fragilidad del sistema con-siste no solo en sus fallas como estructura y a su falta de defensa sólida ante embates mayores, sino a su incapacidad para solucionar males que le corresponden.

Es cierto que cuando no llueve el sistema de agua y de drenaje prue-ban su capacidad de funcionar en aparente normalidad, pero cuando llueve es otra cosa: la ciudad se llena de aguas negras que buscan refugio donde pueden; que se alojan en hogares, calles y otros espacios públicos, poniendo en grave riesgo nuestra salud. Es decir, el sistema es regular cuando no llueve y malo, muy malo, cuando llueve. Claro, el sistema de-ber ser bueno en todo momento, como en muchas otras ciudades donde la lluvia es generosa gran parte del año. Lo que ocurre es que a parte de las deficiencias del drenaje sanitario se aúna el hecho de la inexistencia de drenaje pluvial.

2. Postura institucional

Cuando en 1993, Martín Gavica Garduño, tomó posesión de su cargo como presidente municipal, se comprometió ante los mazatlecos resol-ver con alta prioridad la falta de servicios de agua potable y drenaje. El alcalde nombró como gerente de la JUMAPAM, al Lic. Gerardo Octavio Vargas Landeros, quien de inmediato se avocó a la realización de un diagnóstico general del sistema y, a partir de ello, planteó ante el Consejo de la Junta dieciséis consideraciones previas: 1) Los recursos de la Junta son insuficientes para hacer frente a sus compromisos. 2) Se perdieron los superávit operacionales. 3) Existen necesidades de mantenimiento, reposición y crecimiento. 4) Las tarifas permanecen sin cambio desde Julio de 1989. 5) Se requiere construir la infraestructura de alcantarillado necesaria para dar servicio a zonas de expansión de la ciudad (Mazatlán II) y des-cargar al subsistema actual. 6) Se requieren inversiones de inmediato para atenuar deficiencias,

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como cuellos de botella en la distribución e insuficiencias de abasteci-miento de agua. 7) Es necesario colocar a la Junta en mejor posición para hacer las inversiones más necesarias los próximos años. 8) Se deben explorar las posibilidades de participación del sector privado en las inversiones, lo que disminuirá su endeudamiento pero repercutiría en las tarifas. 9) La Junta debe hacer óptima su operación. 10) La Junta no puede dejar de invertir por razones del crecimiento de la población y de la economía. 11) Las recaudaciones por obras han sido escasas. 12) La Junta requiere una política de administración y financiamiento de largo plazo y continuidad en su aplicación. 13) La Junta requiere recursos frescos para gestionar financiamiento federal y estatal en coparticipación. 14) Se requiere aprovechar los fondos de inversiones que existen para agua. 15) Reforzar el programa de "consolidación". 16) Afinar el Programa de Inversiones. A partir de estas consideraciones previas, la actual administración de la Junta trazó las siguientes líneas prioritarias de acción: 1. Mejoramiento de procesos de lectura, facturación y cobro. 2. Reparación y sustitución de la infraestructura existente para la eli-minación de fugas en tomas domiciliarias, tuberías con fugas y detectar tomas clandestinas. 3. Uso eficiente de energía eléctrica. 4. Garantizar el abastecimiento de agua. 5. Abatir al máximo las cuotas fijas. 6. Automatización de equipos y de la operación de los sistemas.

7. Mantenimiento preventivo de maquinaria, equipo e instalaciones (redes) 8. Seccionamiento de redes para mejorar la operación. 9. Optimizar los recursos humanos y materiales aumentando así los niveles de eficiencia. 10. Optimizar los procedimientos para los recursos de obras. 11. Lograr sistemas de organización adecuados a la situación actual del organismo. 12. Formación de comités para dar seguimiento a estos compromisos. Bajo este esquema estratégico la nueva gerencia encaminó sus accio-nes.La concepción de la nueva gerencia en torno a su quehacer fue muy bien definida desde el principio. De acuerdo a lo expresado por el Lic. Gerar-do Vargas Landeros, en aquél momento "los servicios públicos represen-tan un papel fundamental, entendidos estos no como fines, sino como medios de una política que promueve el desarrollo de los individuos y de la colectividad". De acuerdo al funcionario, las acciones estratégicas definidas estaban orientadas a la mayor eficiencia del servicio de agua potable y alcantari-llado, dirigidas particularmente a satisfacer las necesidades de las mayo-rías y a distribuir el vital líquido con un criterio básico: el de la justicia social. En 1993, la rehabilitación en la zona de captación, en el sistema de distribución y en la introducción de los servicios de agua y drenaje presentaron avances importantes; igualmente, en el aspecto administra-tivo y financiero. Sin embargo, a nivel del macroproyecto las cosas no marchaban como se habían previsto. El más importante proyecto urba-nístico en la historia de Mazatlán, el denominado Agua y Drenaje para los habitantes de una Ciudad del Siglo XXI, seguía detenido. El más caro

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anhelo de los mazatlecos por tener agua potable suficiente y un drenaje funcional continuaba sin solución. El 9 de noviembre de 1993, el problema fue planteado ante el gober-nador, Ing. Renato Vega Alvarado, por un amplio grupo de mazatlecos representantes de diversos sectores, que viajaron exprofeso a la ciudad de Culiacán, encabezados por el alcalde Martín Gavica y por el gerente de la JUMAPAM, Gerardo Octavio Vargas Landeros.La postura institucional y social ante el ejecutivo estatal fue muy clara y se resumía a través de un importante documento: "No dotar de un drenaje funcional a la segunda ciudad más importan-te del estado, y su principal puerto turístico, es condenarnos a sufrir una auténtica catástrofe, en cualquier momento, desde el punto de vista sani-tario. Sólo en el internacional puerto turístico de Mazatlán pueden verse en cualquier época del año, con lluvias o sin ellas, correr ríos de aguas negras en pleno centro de la ciudad, o en sus más importantes colonias. El actual drenaje de la ciudad fue eficaz y adecuado para el Mazatlán de finales de los años 40, cuando éramos poco más de 30 mil habitantes; hoy la población de hace 50 años tendría que multiplicarse por doce para establecer el número de vecinos que somos. No obstante que la ciudad ha ampliado sus áreas urbanizadas y el número de habitantes por kilómetro cuadrado, ha crecido exponencial-mente, nuestro drenaje sigue teniendo el mismo volumen de desfogue en el viejo casco de la ciudad, y es insuficiente en los nuevos asentamientos urbanos. En Mazatlán, las instalaciones de alcantarillado no sólo se han hecho viejas y obsoletas, sino que en muchos tramos son inútiles porque los materiales sufrieron los estragos del tiempo y, por los volúmenes que conduce, ya no son funcionales. Entre 1987 y 1988, se hicieron remiendos al sistema de alcantarillado

pero fueron insuficientes para paliar siquiera las deficiencias del viejo drenaje. También se puso a funcionar la planta de tratamiento de aguas negras que hoy sólo cubre el 80% de un deficiente tratamiento primario de las necesidades reales de la ciudad. En esos años se nos dio a conocer el proyecto Mazatlán II en su pro-grama de alcantarillado que daría durante 15 años una solución definiti-va a los problemas de la ciudad; ha pasado un lustro desde entonces y, sin embargo, la obra más importante en la historia del puerto, el más caro anhelo de sus habitantes: Agua potable suficiente y un drenaje funcional, continúa sin solución. Señor Gobernador, sabemos que este tipo de obra magna se entierra sobre toneladas de piedra y cemento, y no se ve, sólo pervive en la me-moria del pueblo, y queremos recordarlo en Mazatlán por haber hecho posible que nuestro puerto llegue al siglo XXI como un espacio urba-nístico moderno. El proyecto de inversión de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán, para el período 1994-1996, que conocemos perfectamente, incluye agua potable, alcantarillado, saneamiento, y la consolidación y desarrollo de la zona rural. Su costo total es de 142 millones 200 mil nuevos pesos, de los que el 59% corresponde aportar a la Junta; el 20.5%, correspondería al gobier-no federal y el restante 20.5% del total del costo de la obra, es decir, 29 millones 700 mil nuevos pesos, le correspondería aportar a su gobierno; esta cantidad se aplicaría solamente a la construcción del sistema de al-cantarillado. Es importante manifestarle que la inversión del gobierno estatal sería en tres años, y que opción financiera para la aportación esta-tal, se daría mediante un crédito del Banco Nacional de Obras Públicas, pagadero a 5 años". El planteamiento de los mazatlecos fue oportuno, claro contundente y respetuoso. La respuesta del gobierno estatal vendría meses más tarde,

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pero no con la suficiencia que requería el llamado ni con las urgencias que desde entonces se planteaban. Es importante destacar cómo en este período las acciones técnicas y el desarrollo de la cobertura en el servicio, fueron sustentadas desde el principio bajo una visión integradora y moderna. Para mejorar la in-fraestructura social y procurar el saneamiento del medio ambiente, el agua representa un factor esencial. Avanzar por el camino del progre-so y el desarrollo económico requiere, como condición indispensable, contar con agua suficiente y de buena calidad, con adecuados servicios de alcantarillado que repercutan en la mejoría del nivel de salud de la población.

3.- 1993 recuento sintético de obras

En el transcurso de 1993, la Junta rehabilitó 35 pozos con sus respecti-vos equipos; se instalaron 15 nuevos equipos de bombeo y se sustituye-ron 3 pozos para obtener la cantidad de 43 en operación. Este esfuerzo permitió producir 150 litros por segundo adicionales, para asegurar una producción holgada de 1350 litros por segundo. El programa de rehabi-litación de 1993 aseguró el abastecimiento para 1994 con una cobertura de distribución estimada en un 96%. En la zona rural se instalaron dos sistemas completos de agua potable en los poblados de Los Limones y La Urraca. Con estas obras se alcanzó un avance del 80% en el programa de ampliación de la red de agua potable en el campo. En 1993, por cada solicitud de servicio, mediaba un tiempo de res-puesta de 3 días. Se repararon 824 fugas en la red y 9640 en tomas domi-ciliarias. La red se repuso y se amplió en 3,008 metros lineales. Se desa-zolvaron 313.150 metros lineales de tubería en colectores, subcolectores y atarjeas, lo que representó un 66% de la red. Se limpiaron 5,400 pozos

de visita; se repusieron 1,835 metros lineales de tubería; se construyeron 648 descargas domiciliarias y 30 pozos de visita; se repusieron 9,200 M2 de concreto hidráulico y se construyeron 75 cajas de operación de vál-vulas. Los tanques de Casa Mata, del Vigía y la Nevería, se impermeabiliza-ron y desinfectaron; se puso en operación el laboratorio de análisis de la planta de tratamiento para un mejor control de calidad. Se retiraron medidores en malas condiciones y se instalaron 6,238, con lo que se abatió un problema añejo y se superó la meta en un 23.87% para 1993. Con ello también se superó un rezago pendiente de 245 me-didores que no se instalaron en 1992. El número de usuarios que pagan cuota fija disminuyó en un 34.17%, porque a 1,181 de un total de 3,456, se les incorporó el servicio medido, rebasando en un 200%, la meta pro-puesta. La cobertura de clientes con servicio medido, ascendió a diciem-bre de 1993, al 96.84%. Se regularizaron a 826 usuarios clandestinos y se atendió positiva-mente un problema de quejas mensuales por facturación de 887 usua-rios, que representaban entonces el 1.27% del padrón. En diciembre de 1993, la gerencia de la JUMAPAM anunció las metas factibles para 1994: a) Incrementar en 4,800 el número de medidores instalados para nuevos usuarios. b) Reducir en 1,200 el número de usuarios contratados que no tienen medidor. c) Instalar 6,000 nuevos medidores y elevar la cobertura del servicio medido a 98.6% del total de usuarios contratados. d) Reducir en un 18.25 por ciento el número de usuarios clandestinos. e) Adquirir el equipo necesario para dar seguimiento a usuarios mo-rosos, al mantenimiento de medidores y contratación de usuarios, así

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como desarrollar el módulo estadístico del sistema comercial. En su primer informe de labores al frente de la JUMAPAM, su ge-rente, Gerardo Vargas Landeros, mencionó como un gran logro la mo-dernización del sistema administrativo, que permite el funcionamiento de los módulos de nómina, control fiscal, créditos de personal, nómina interactiva y control de vacaciones. El sistema otorga mayor seguridad en el cálculo de pagos y reportes al INFONAVIT, SAR y control de alma-cenes, reduciendo al mínimo el porcentaje de error. La Junta auspició la capacitación de 290 empleados por medio de 41 cursos impartidos por especialistas para cada uno de los departamentos de la empresa. Se remodeló el edificio de la JUMAPAM para hacerlo más funcional y se creó un taller para el mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos de radio y mecánica menor, con la idea de reducir el gasto por este concepto.Una de las condiciones que permiten el desarrollo de la empresa, es la entrega y la eficiencia con que sus trabajadores realizan sus labores. El nivel de entendimiento y diálogo entre administración y sindicato ha tendido un puente permanente para superar los problemas derivados de la revisión del contrato colectivo de trabajo. Los emplazamientos a huel-ga se han conjurado porque el respeto y los derechos constitucionales de los trabajadores han estado por encima de las desaprensiones. La Junta se ha caracterizado por una conducta de respeto al contrato colectivo y por restituir al trabajador la posibilidad de realizar sus capacidades, de-sarrollándose en el trabajo y aprovechando sus potencialidades.

4- "Lidia" y otros accidentes del sistema

Mil novecientos noventa y tres resultó un año demasiado accidentado

para la Junta y la sociedad en general. El azote del fenómeno metereoló-gico más severo en los últimos 45 años, la amenaza del cólera y los acci-dentes provocados en el sistema, pusieron en jaque la capacidad técnica del organismo. Antes de que "Lidia" atacara el 13 de septiembre de 1993, la Junta había enfrentado otros imponderables que provocaron serios daños en el sistema. El 26 de enero de ese año, una empresa de comunicaciones dañó invo-luntariamente la línea de conducción a la altura de la termoeléctrica. El 21 de julio, otro accidente ajeno a las actividades de la JUMAPAM dañó la línea de asbesto, ubicada a la altura de la planta de rebombeo Juárez, lo que obligó a suspender el suministro de agua durante varias horas. El 6 de agosto se dañó la línea Lock Join y, para el 16 del mismo mes, se rompió la línea de agua que pasa a un costado de las marinas. Antes, en el mes de junio, se había producido un rompimiento en la tubería principal de la red de drenaje que alimenta a la planta tratadora de aguas negras, lo que puso a prueba la capacidad técnica de la Junta. En 16 horas se logró solucionar plenamente el problema. El 13 de septiembre de 1993 por la mañana, el Comité de Protección Civil se reunía en el cabildo para evaluar los daños que las ventiscas y lluvias del huracán "Lidia" habían dejado a su paso en la madrugada de ese día. Aparentemente todo había pasado y la estrategia se reducía al au-xilio de algunas colonias que por su ubicación, en las zonas bajas, habían sufrido inundaciones, y a la implementación de medidas preventivas ante el mal clima. Mientras ello ocurría, la fuerza de millones de metros cúbicos de agua, se desplazaba implacable desde la sierra, destruyendo todo a su paso.La avalancha bajaba de las montañas rugiendo furiosa, desbordando los cauces de los ríos que perdieron su forma. El Piaxtla, El Quelite y el Pre-

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sidio fueron desbordados por el caudal violento que adquirió dimen-siones insospechadas, al grado de alcanzar los niveles de los puentes y destruirlos. Sembradíos, ganado y muchas comunidades aledañas a los ríos corrieron la misma suerte. Parte de la zona sur del estado, parti-cularmente Mazatlán, fue declarada zona de desastre. El puente del río Presidio, ubicado a un lado de la sindicatura de Villa Unión, se desplo-mó en parte de su estructura. El tráfico por la carretera internacional se interrumpió durante 48 horas, para agravar más el problema. Miles de damnificados, atrapados en sus propias comunidades, perdieron la ma-yoría de sus pertenencias. Agua, medicina y alimentos, fueron requeri-dos con urgencia. Como siempre, la solidaridad del pueblo para con sus hermanos en desgracia no se hizo esperar. Se reconoce que el gobierno municipal se movilizó con toda su capacidad posible para enfrentar la emergencia. El propio alcalde, Martín Gavica Garduño, movilizó y enca-bezó el operativo de ayuda, permaneciendo en el campamento de auxilio el tiempo necesario. El área urbana no padeció las consecuencias directas de las inunda-ciones, pero en cambio sufrió los efectos de los cuantiosos daños que el fenómeno provocó en el sistema de agua potable, al inundarse la mayo-ría de los pozos que conforman la fuente de abastecimiento en El Pozole y San Francisquito. El agua, además, descompuso gran parte de las insta-laciones eléctricas y mecánicas y arrasó con los postes del tendido eléc-trico. "Lidia" colapsó al sistema, por eso el servicio de agua se suspendió para desgracia de los casi 500 mil habitantes de la ciudad. Ante la severidad del daño, la Junta diseñó y operó un plan de emer-gencia para dotar en lo posible de agua a la ciudad y restituir completa-mente el servicio en los próximos 15 días. La experiencia y la capacidad de sus trabajadores, hizo posible que en una semana el servicio se resta-bleciera al cien por ciento.

Pero dejemos al Lic. Gerardo Octavio Vargas Landeros, entonces ge-rente de la JUMAPAM, que exprese lo que de esta experiencia se apren-dió: "En situaciones de crisis o de desastres naturales, como el descrito, la sociedad se ve expuesta y resulta más propensa a la circulación de rumores; sobre la marcha, en una situación de emergencia, aprendimos que sólo una comunicación clara, sin manipulación ni ocultamiento in-formativo, dando a los periodistas libre acceso a las fuentes informativas, es posible generar en la población una actitud de comprensión y una conciencia de solidaridad que le permite entender la gravedad de la si-tuación y a nosotros nos da el tiempo suficiente para reponer lo perdido. Nuestra sugerencia es que, en situaciones generales, debemos tratar de evitar los extremos: ni descripciones vagas o escuetas ni análisis lige-ros, mucho menos dispersión y fragmentación de ideas. Eso por un lado y, por otro, no debemos recurrir al boletín informativo con la idea de homogenizar los hechos. Tampoco debemos olvidar que los medios de comunicación son parte de la evolución de una sociedad más educada, que tiene acceso a distintas fuentes de información y tiene mayores contactos con otras culturas. Lo anterior, ciertamente ha mol-deado a una sociedad más escéptica y, por lo tanto, más demandante; además que, con vergonzantes excepciones, los medios informativos en México han recobrado parte de su camino perdido. Hoy son más libres y más independientes. Por esta razón, en JUMAPAM, las campañas de información no son consideradas como publicidad llana y simple, sino como un proceso de difusión y retroalimentación de contenidos con la sociedad. La experiencia que tuvimos en Mazatlán con el ciclón "Lidia" y los acontecimientos que vive el país en los últimos tiempos, nos demuestra que cualquier persona con sentido común, coteja lo que le dicen con lo

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que verdaderamente pasó; he aquí pues que los mensajes que se difun-den por los medios deben ser objetivos y veraces, pues de otra manera ni decenas de boletines o despachos ni su repetición miles de veces ni el bombardeo de folletos y publicaciones suplirán a la verdad y, aunque no se crea, esto lo sabe la gente, porque entiende y distingue entre lo autén-tico y lo falso. Durante la emergencia que vivimos en Mazatlán, después del paso del ciclón "Lidia", en JUMAPAM cuidamos que no pasaran noticias e información que no tuviera explicación, contexto o seguimiento y dimos todas las facilidades a los medios para evitar cobertura desordenada, no-ticias tramposas o información incorrecta. Siempre nos movimos en la dimensión de lo real. Al final de esa experiencia, sentimos haber generado un vínculo estrecho y eficaz con nuestra comunidad, gracias a la mediación impres-cindible de la prensa, la radio y la televisión. Desde entonces, todo lo que se hace en JUMAPAM, y lo que ahí sucede, se difunde tal y como es a través de los medios y, como materia prima para la formación de opinión pública, proveemos de elementos para el interminable debate que conforman los juicios del público, pero ya nunca más les daremos la información digerida". Esta interesante reflexión testimonial, de quien vivió muy de cerca los desgraciados acontecimientos del 13 de septiembre de 1993, segura-mente que será compartida de manera plena por quienes en el futuro encabece el desarrollo de la JUMAPAM. En el verano de este año, también se presentó ante los mazatlecos la amenaza del cólera. Se anota el hecho en esta parte sólo para agregar el asunto a la lista de acciones negativas en 1993, pues en una de las partes del capítulo anterior, se dieron pormenores del problema. En otro orden de ideas, es interesante destacar la consolidación del

proceso de saneamiento financiero a que fue sujeta la Junta desde 1988. Para 1991, el pasivo circulante de la empresa creció un 113.78%, hasta sumar 2 millones 222,214 pesos. En 1992 el pasivo aumentó hasta 213.91% para situarse en 7 millones 376,629 pesos; y en 1993, creció sólo 61%, es decir, dos puntos porcentuales por debajo de la tasa de infla-ción. La deuda a corto plazo, en diciembre de 1993, ascendía a 7 millones 864,247 pesos. En ese año la Junta gastó 1 millón 763,000 pesos, 5.46% más de lo presupuestado; pero se recuperaron 5 millones 149,000 pesos más de lo presupuestado, para aumentar el ingreso a un 13.67%. Con estos ingre-sos adicionales, se invirtió en obras y equipamientos no contemplados dentro del programa inicial. En cuanto a construcción de obras, 1993 consigna las siguientes:a) Agua potable.Siete obras de distribución de agua potable, cinco en la zona rural que benefició a las comunidades de El Conchi, Tecomate de Siqueros, Villa Unión, Mármol y Los Limones. Las otras dos se construyeron en las co-lonias Ejidal, Higueras del Conchi y Genaro Estrada, ambas en la zona urbana. La inversión fue de 623,459 pesos, para beneficio de 704 fami-lias. Se instalaron 8,802 metros de tubería.b) Alcantarillado.El sistema de alcantarillado registró 10 obras en la red de atarjeas, una en la comunidad de El Roble y el resto en las siguientes colonias populares: Francisco I. Madero, Dorados de Villa, Pueblo Nuevo, Francisco Villa, Pino Suárez, Ampliación Francisco Villa, Casa Redonda, Independencia y Ejidal Francisco Villa, todas con un costo de 1 millón 333,767 pesos y para beneficio de 1,436 familias. Se instalaron 5,934 metros lineales de tubería. La inversión general de agua potable y alcantarillado, suman la canti-

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dad de 1 millón 957,226 pesos. En su primero año de labores al frente de la JUMAPAM, Vargas Landeros insistía, ya en ese tiempo, en la necesidad urgente del sistema de alcantarillado "Mazatlán II". A cincuenta años de haberse construido, para una población de 32 mil habitantes, el actual sistema de drenaje se vuelve tan obsoleto como peligroso. Por eso, reiteraba, el proyecto Ma-zatlán II es, en sí mismo, el proyecto urbanístico de este siglo. Dentro de esta propuesta cobra relevancia la planta tratadora de aguas negras, insuficiente aún para dar tratamiento a las aguas residuales que la ciudad genera. El presupuesto para el proyecto de drenaje era en ese tiempo de 60 millones de pesos. Ese año la Junta reivindicó como uno de sus principios la adminis-tración participativa y solidaria, promotora de la colaboración comuni-taria a través de su consejo directivo, a favor de un estilo de gestión que incorpore al ciudadano en forma organizada para lograr su desarrollo y mejorar sus condiciones de vida. También llamó a evitar el desperdicio del agua, propiciar el ahorro y adoptar una nueva cultura de pago para crecer en servicios y eficiencia.

5. - 1994: Avances y perspectivas En este año la junta creció en todos sus órdenes, pese a la crisis económica que empezaba a hacer estragos en el país. No se conocen ci-fras comparativas que nos proporcionen una idea de cómo participan principalmente nuestras empresas locales en el mercado. De haberlas, seguramente que la JUAMPAM, como empresa, se situaría en un lugar de los más exitosos. Sus finanzas sanas y su estabilidad en el servicio son indicadores importantes en esta apreciación. Adelante, este trabajo hará referencia al problema de la crisis económica del país y sus repercusiones

en la localidad. Las cifras proporcionadas por la empresa, sugieren que las metas programadas para 1994 se superaron con gran éxito. A continuación, se dan a conocer acciones concretas, inversiones y número de beneficiados en cada uno de los rubros técnicos y adminis-trativos de la JUMAPAM.Producción a) Se incrementó el gasto enviado a la ciudad en 190 litros por se-gundo, para alcanzar una cifra máxima de producción de 1645 litros por segundo. b) Lo anterior fue resultado del cambio de equipos de bombeo en 5 pozos y la construcción de dos pozos más, totalmente equipados. c) Se rehabilitaron 38 pozos en operación, tanto en obra civil como en equipamiento. d) A fines de 1994 se inició el programa de rehabilitación de pozos, y de equipos para 1995. La rehabilitación del pozo 6-C, incrementó la producción en 40 litros por segundo. e) En octubre de 1994, se recibieron los títulos de concesión para la explotación de los mantos acuíferos de la zona de captación. f) Se instalaron 10 bancos de capacitores a los pozos de medición L-1, en la zona de El Pozole, con el objeto de mejorar la potencia y generar ahorro económico. g) Se incrementó la capacidad de bombeo en 3 equipos instalados en la colonia Flores Magón, mismos que pasaron a distribuir de 410 litros por segundo a 600 litros por segundo, mejorando sensiblemente el ser-vicio hacia la parte oriente y norte de la ciudad. h) Bajo el programa "Agua Limpia" se pintaron, desinfectaron e im-permeabilizaron todos los tanques de bombeo y regularización. Se insta-ló un by-pass a fin de evitar la escasez del líquido.

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Distribución y Alcantarillado a) Se repararon 686 fugas en la red, un 16.7% menos que en 1993. Ello obedeció a la ampliación de la red y al reemplazo de líneas obsoletas. b) Se repararon 10,709 fugas domiciliarias, lo que representó 1,069 más que el año anterior. c) Se repuso y amplió la red de agua, instalando 1,640 metros lineales de tubería en varios diámetros. d) Se sondearon, en la red de alcantarillado, 20,612 metros lineales de ramales interiores en 2,286 domicilios. e) Se desazolvaron 201,819 metros lineales de tubería en colectores, subcolectores y redes de atarjea. f) Se rehabilitó y ampliaron 1,643 metros lineales de red de drenaje y se limpiaron 111 pozos de visita. g) Se le dio mantenimiento preventivo y correctivo a los entonces once cárcamos de aguas negras. h) En las reparaciones se utilizó tubería de fibro-cemento ecológico y en las descargas PVC sanitario, para mejorar la calidad y durabilidad del sistema de alcantarillado. i) Los servicios requeridos se efectuaron en un promedio de tres días por orden. j) Se construyeron 732 descargas domiciliarias, 13% más que en 1993 y se repusieron 9,500 m2 de concreto hidráulico.

Construcción En 1994 la JUMAPAM construyó 40 obras con recursos provenientes del Programa Nacional de Solidaridad y del propio organismo. Ese año

se invirtieron recursos económicos ocho veces más que en 1993, ya que se ejercieron 11.3 millones de nuevos pesos, con los que se instalaron 33,500 metros de tuberías, destacando principalmente las obras de in-fraestructura mayor, es decir, obras de cabeza, a través de las que se be-neficiaron en forma directa 4,000 familias y, en forma indirecta, a varias colonias populares. Se realizaron 124 proyectos tanto de agua potable como de alcantarillado y se otorgaron más de 40 factibilidades para fu-turos proyectos a desarrolladores de vivienda. Para agua potable se construyeron 18 obras en las siguientes colonias populares: Ampliación Urías, Rubén Jaramillo, Mazatlán II, Benito Juá-rez, Ampliación Flores Magón, Genaro Estrada, Pino Suárez, Mazatlán I y Francisco Labastida. En la zona rural se construyeron 11 obras en las comunidades siguien-tes: La Noria, La Amapa, Los Zapotes, El Venadillo, El Moral, Puerta de Canoas, Los Llanitos, El Zacate, Escamillas, El Tecomate de la Noria y Zapote de la Noria. En estas obras se invirtieron 2.2 millones de nuevos pesos y se instalaron 13,100 metros de tubería de diferentes diámetros, con lo que se benefició a 1,800 familias. También se realizaron ampliaciones y rehabilitaciones para mejorar el servicio de agua potable en los poblados de San Francisquito, El Gua-yabo, Siqueros, Barrón, El Quemado, El Vainillo, Lomas del Guayabo y El Castillo. En lo que respecta a alcantarillado sanitario, se construyeron 22 obras, una en la zona rural, en el ejido El Castillo y 21 en las colonias po-pulares siguientes: Echeverría, Jacarandas, 12 de Mayo, Francisco Villa, Ejidal Francisco Villa, Ampliación Francisco Villa, Estero, Urías, Flores Magón, Independencia, Libertad, Ampliación Rubén Jaramillo, Huertos Familiares, Iturbe, Francisco Madero, Emiliano Zapata y Benito Juárez. Las obras anteriores se realizaron con un monto de 5.4 millones de pe-

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sos y en ella se instalaron 19,400 metros de tubería en varios diámetros, por lo que se beneficiaron 2,500 familias.

Administración

Se continuó con el programa de automatización de procesos de informa-ción de las áreas administrativas y operacionales, por medio de sistemas de cómputo que interconectan las áreas de trabajo con los siguientes resultados: a) Se instaló una red en la gerencia de distribución y alcantarillado para manejo y control de órdenes de servicio, con el objeto de dar res-puesta inmediata al usuario, hacer más confiable y rápida la información técnica-estadística. b) Se actualizó el sistema de presupuesto, incluyendo un nuevo mó-dulo para controlar el gasto de la Junta. c) Se instaló el módulo de cuentas por pagar, para atender mejor a proveedores y controlar los saldos bancarios. d) Se instaló el módulo de cuentas por cobrar, para apoyar a usuarios morosos y recuperar más rápido la cobranza mensual. e) Se capacitó a 159 empleados y 45 de ellos recibieron preparación a nivel de diplomado. f) Se adquirió un edificio y se acondicionó como almacén general. g) Se construyeron oficinas administrativas en el espacio que ocupaba el antiguo almacén y se reubicó al personal en áreas propias a sus fun-ciones. H) La flota de vehículos creció en 9 unidades y se compró un equipo de desazolve con capacidad de 16 yardas. i) El gerente de la JUMAPAM fue llamado a formar parte del Consejo de Empresas de Agua y Saneamiento A.C. como consejero propietario.

j) La Junta se encuentra en un 37% por abajo de los estándares que maneja la Comisión Nacional del Agua con respecto al número de em-pleados.

Comercialización

Las actividades más importantes, en 1994, en el rubro de comerciali-zación fueron las siguientes:El padrón de usuarios creció entre 3,788 contratos, lo que significa un 4.79% anual y se contrataron e instalaron 5,546 medidores.Se implementó la toma de lectura automatizada, a través de leer los me-didores con terminales portátiles adquiridas en este año, con lo que se minimizó el número de errores por lecturas mal tomadas y, además, el tiempo de este proceso en la rutina de facturación disminuyó conside-rablemente.Se integró al sistema comercial la facturación de 18 centros de cobranza del sistema rural, que anteriormente se facturaban de forma manual.Se efectuó una revisión del sistema comercial que servirá para actua-lizar algunos procesos e implementar nuevas secciones para mejorar el servicio.

Auditoria a) Se reformó la instancia de auditoria interna que ejerce una vigilan-cia contable completa y una supervisión estricta sobre áreas operativas. b) La JUMAPAM cuenta con un despacho privado de auditoria ex-terna, que revisa trimestralmente estados financieros y el control interno de la empresa. c) Por su parte, PRONASOL (Ahora SEDESOL) vigila el ejercicio

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de los recursos que otorga para la construcción de obras, a través de la contraloría general del Ejecutivo Estatal que periódicamente realiza las revisiones pertinentes. d) Adicionalmente, la Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del Estado, revisa las cuentas y la correcta aplicación del presupuesto.

6. Programa de inversión

A lo largo de este trabajo y en el análisis y descripción de los distintos períodos, se ha hecho referencia a las grandes obras de agua potable y alcantarillado, que sintetizan en la construcción del pro-yecto urbanístico más importante en los últimos tiempos.

Se ha dicho que la población creció, en tanto que los servicios de agua potable y alcantarillado permanecieron estáticos. Tan sólo el drenaje, que aún funciona en el viejo casco, fue construido en la década de los 40, cuando la ciudad contaba con poco más de 30 mil habitantes. Se hizo ya referencia a la petición de apoyo al gobernador Renato Vega Alvarado, para que el proyecto Mazatlán II se convirtiera en una realidad. El sustento de la solicitud de apoyo, ilustra claramente el esta-do en que, principalmente de drenaje, se encontraba y se encuentra la ciudad. El 5 de septiembre de 1994 el Consejo Directivo de la JUMAPAM aprobó el programa de inversión, en el que se incluyen los proyectos de drenaje.El programa de inversión de esa fecha contemplaba obras fundamentales proyectadas en términos de servicio a largo plazo. En agua potable se te-nía proyectadas obras de fondo que mejorasen sustancialmente la planta de captación.

El proyecto para la instalación de la planta potabilizadora a la altura del aeropuerto, desde entonces, se planteaba como una meta con mucha factibilidad, si se lograba concluir el canal pavimentado que traería agua de Los Horcones y la presa derivadora de Siqueros. Se agregaba al programa de agua potable la rehabilitación de la línea de conducción Lock-joint, la ampliación del tanque Flores Magón y el sistema de rebombeo Los Horcones, además del reforzamiento de líneas principales y redes secundarias. La inversión definida para este rubro, en los últimos días de 1994, era de 42.8 millones de nuevos pesos. En alcantarillado el programa de inversión contemplaba proyectos también de largo alcance en términos de funcionalidad, de crecimiento urbano y desarrollo económico. La construcción de grandes colectores y subcolectores garantizarían un servicio eficiente, limpieza y salud para la población. Se sumaban al programa los proyectos de construcción del cárcamo de La Marina, un emisor y una línea de presión. Para todas las obras se estimaba una inversión de 40.4 millones de pesos. El Programa de Inversión en la JUMAPAM gaviquista era ambicioso, pues abarcaba también los proyectos de saneamiento con la construc-ción de una nueva planta de tratamiento de aguas negras y la rehabili-tación de la ya existente, situada en el cerro del "Crestón". La inversión calculada para ambos proyectos ascendía a los 40 millones de pesos. Al macroprograma entraban también los proyectos ejecutivos para consolidar al organismo, tales como la actualización del sistema de agua potable y la planta de producción, así como obras en Villa Unión y reno-vación del equipamiento, medición y operación. Lo anterior calculaba costos por 19 millones de pesos, de los que 8 millones serían destinados a la zona rural en agua potable, alcantarillado y saneamiento. Los créditos para soportar el programa de inversión derivaron del Banco Nacional de Obras y Servicios (BANOBRAS), con el aval del Go-

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bierno del Estado en su carácter de deudor solidario. La línea de crédito fue autorizada bajo una tasa financiera preferencial que le ahorró a la JUMAPAM el 0.75 del costo financiero sobre el interés normal, lo que re-presentó un ahorro estimado en más de siete millones de pesos durante el ejercicio del crédito. El magno proyecto Mazatlán II caminaba de manera apresurada desde 1994. En octubre de ese año, dio inicio la construcción del Colector Ra-fael Buelna, obra calculada en 14 millones de pesos. De hecho, esta obra se concluyó a base de una instalación de 4 mil 800 metros de tubería de concreto armado con 1.22 y 1.52 centímetro de diámetro. La construcción de las obras mayores estuvo rodeada de una carac-terística importante que luego retomaría y mejoraría la administración de Alejandro Higuera con la creación de los llamados comités de obras. Se trata de la comunicación con la gente que habita en las zonas aledañas al área de trabajo, con quienes se dialogó para atenuar las molestias que la naturaleza de las obras origina y ofrecer seguridad sobre todo para los menores. La respuesta de los vecinos fue al cien por cien positiva y de absoluta colaboración porque entendieron que eran trastornos pasajeros y necesarios que traerían beneficio para todos. Para febrero de 1994 la JUMAPAM tenía un padrón de 82 mil 912 usuarios y, en base a ello, estimaba que sus servicios beneficiaban a 412 mil personas, las que por cierto, se explicaba, son atendidas las 24 horas del día durante los 365 días del año. En realidad la cifra no ha variado mucho, aunque se mantiene el rango de crecimiento mensual del padrón en alrededor de 200 nuevos usuarios.

7.- 1994-1995: del año rojo al año negro Cuando llegamos a diciembre de 1994, seguros estábamos los ma-zatlecos, sinaloenses y mexicanos de haber sorteado un año extremada-

mente difícil, crítico en lo económico, moral y político; pero nunca nadie se imaginó que antes de concluir el doceavo mes de ese año, la crisis se nos duplicaría y que, por anticipado, supiéramos que el año nuevo, 1995, sería económicamente el más desastroso en la historia posrevolucionaria del país. Las sucesivas devaluaciones del peso frente al dólar arrasaron con todo, menos con los especuladores que incrementaron sus fortunas. La crisis provocó un retraimiento severo en los esquemas financieros de las empresas y en los bolsillos de la economía popular. La tasa de desempleo se incrementó exorbitantemente y el poder adquisitivo cayó drástica-mente. La especulación con los precios de los productos básicos estaba a la orden del día. Por su parte, el gobierno aumentó el precio de los energéticos y otros servicios. Los adeudos bancarios multiplicaron sus tasas de interés y los créditos de todo tipo se paralizaron. Miles de deu-dores se manifestaron insolventes para cubrir sus deudas, al tiempo que "tronaban" sus negocios o bienes adquiridos con ahorros de toda la vida. En unos días la especulación financiera terminó con años de trabajo de millones de mexicanos. 1994 fue un año rojo. Los crímenes políticos y la revuelta chiapaneca así lo consignan. 1995, en cambio, fue un año de gatos negros, tan negro que aún no salimos del túnel oscuro y prolonga-do de la crisis. La devaluación del peso se dejó sentir desde 1994, luego de las fuer-tes repercusiones del conflicto de Chiapas, el asesinato de Luis Donaldo Colosio y el de José Francisco Ruiz Massieu y, después, con el recrudeci-miento de las amenazas de guerra en Chiapas a partir de un proceso pos-telectoral interno. Para septiembre de 1994 muchos capitales empezaron a salir del país y al mismo tiempo se empezaron a originar procesos es-peculativos que mermaron las reservas internacionales de la nación. La especulación financiera subió de tono cuando el llamado subcomandan-

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te "Marcos" movilizó a la guerrilla sólo para lanzar dardos declarativos con certeros efectos en el ámbito internacional. El nerviosismo de la bolsa fue tal, que el sistema financiero, sustentado en la economía de "casino", empezó a dar muestras de que fácilmente podría ser colapsado ante movimientos políticos de esta naturaleza, como ocurriría después. Naturalmente que las causas de la crisis son estructurales, por eso sus efectos se muestran degradados en sus diversos niveles. 1994 exhibió la podredumbre política y moral de algunos altos, muy altos funcionarios del gobierno. Unos cuantos están en la cárcel y otros, que también debe-rían estarlo, se esconden en el extranjero a la sombra de sus incalculables fortunas mal ganadas. En 1995 los efectos perniciosos de la crisis desembocaron en el de-rrumbamiento de la economía nacional. A pesar de los llamados pactos y acuerdos para la recuperación económica, el efecto de la doble deva-luación registrada en el transcurso de este año, siguió golpeando severa-mente los bolsillos de casi todos los mexicanos; menos los de los espe-culadores que, por el contrario, tal parece que tiene manga ancha para hacer y deshacer con el país.Si en 1994, Mazatlán era ya una de las ciudades de Sinaloa, y de muchas partes del país, con una economía de estancamiento crónico, en 1995 entró a los terrenos del desastre económico en muchos de sus sectores. Más allá de la crisis generalizada del país, en esta ciudad se agudizaron aún más sus condiciones de economía contraída.No vamos muy lejos. A la crisis huracanada se le sumó "Ismael", otro huracán que, en alianza con las erráticas políticas centrales, se encar-garon de darle la estocada a la pesca. El comercio se comprimió tanto que prefirió cerrar plazas completas. Formaba parte del paisaje citadino de la ciudad ver una enorme cantidad de locales comerciales cerrados, abandonados o en renta. El turismo ni con el dólar al doble se reacti-

vó. La industria de la construcción, como los negocios de bien raíces, simplemente cayó en bancarrota. La industria diversa recortó personal y hasta al gobierno le dio por hacer lo mismo. El desempleo en Mazatlán rompió con su récord histórico y la violencia se incrementó de manera alarmante. 1995 les cambió radicalmente los esquemas financieros a todos. A los millonarios los hizo más millonarios, a los ricos medianos los hizo menos ricos; a la clase media la convirtió en media pobre y a los pobres los convirtió en polvo.En este contexto, empresas como la JUMAPAM, iniciaron 1995 redefi-niendo sus proyectos de crecimiento e inversión. La "volatilidad" de la economía volvía imprecisos los cálculos financieros de proyección a lar-go plazo. Los esquemas de inversión se redefinieron hasta por tres veces durante los primeros 40 días de la crisis y solo lograron vigencia cuando el peso logró su estabilidad relativa al situarse finalmente en $5.50 frente al dólar. Tanto el Programa de inversión normal de obras y el Programa de inversión de largo plazo, Mazatlán II, fueron calculados. El primero para operar durante 1995 y el segundo para seguir avanzando de este año a 1977.

8.- Programa de inversión Mazatlán II 1995 El Programa de Inversión Mazatlán II, registró avances considerables con la construcción de cuatro obras claves en la consolidación, de largo plazo, del sistema de agua y alcantarillado; por lo mismo en la consolida-ción también del desarrollo social y económico del puerto. Alrededor de 180 mil habitantes de la parte norte oriente de la ciudad, se vieron beneficiados con la instalación de la línea de reforzamiento de 30" Avenida Las Torres, en sus tramos A, B y C, conectada al sistema de

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rebombeo de la Colonia Flores Magón. Esta obra aumentó la capacidad de distribución de agua para garantizar por años su abasto normal. El financiamiento de la obra ascendió a los 10 millones 276,000 pesos. La línea de refuerzo de 24" Avenida del Delfín y paseo Atlántico, es otra obra que benefició la zona norte poniente de la ciudad y, parti-cularmente, al área hotelera, misma que goza de un amplio margen de abasto que le permite prestar servicios de calidad al turismo. En esta obra se invirtieron 4 millones 339,000 pesos. Con respecto a obras de alcantarillado, una de las más importantes, el Colector Rafael Buelna, fue iniciado el 28 de octubre de 1994 y se concluyó durante el segundo cuatrimestre de 1995 con un costo de 14 millones de pesos. La línea de presión de aguas negras de la Avenida de La Marina, es una gran obra que sentaría las bases del Programa Mazatlán II de al-cantarillado. Una especie de columna vertebral en la instalación de la después rechazada macro planta en "Cerritos" En esta obra se estimó una inversión global de 21 millones 563,000 pesos.

9.- Programa de inversión normal y obras realizadas Durante 1995 la JUMAPAM realizó un total de 37 obras de inversión normal en el municipio. Fueron 18 obras en agua potable y 19 obras de alcantarillado. En el caso de las obras de agua potable, 8 se realizaron en la zona rural y 10 en la zona urbana. Con respecto a las obras de drenaje, dos de ellas se construyeron en Villa Unión, El Castillo y, el resto, en 17 colonias populares. La inversión total de las obras de agua y drenaje en la zona urbana suman la cantidad de 17 millones 553,970 pesos y en la zona rural, por el

mismo concepto, la cantidad de 2 millones 044,980 pesos.

10.- Números del trienio

Agua y Drenaje El programa de inversión normal de agua potable y alcantarillado durante 1993, 94 y 95 podemos resumirlo de la siguiente manera: En 1993 se realizaron siete obras de agua potable, cinco en la zona rural y dos en la zona urbana. En drenaje se registra la ejecución de diez proyectos, nueve en la zona urbana y uno en la zona rural. Las obras de agua y drenaje de ese año suman un total de 17 y se realizaron con una inversión de 1 millón 956,226 pesos; 1 millón 470,380 pesos destinados a la zona urbana y 486,846 a la zona rural. Con estas obras se beneficiaron 17 núcleos de población. Para 1994, la JUMAPAM ejecutó 41 obras de agua potable y alcan-tarillado en la zona urbana y rural del municipio. En la zona urbana se invirtió, en agua y drenaje, 9 millones105, 000 pesos y en la zona rural, en ambos conceptos, 2 millones 195,000 pesos para hacer un total de 11 millones 300,000 pesos. En 1995 se realizaron 18 obras de agua y 19 de alcantarillado para dar una suma de 37 obras. En la zona urbana se ejecutaron 17 obras de dre-naje y 6 de agua potable. En la zona rural se realizaron 12 obras de agua y 2 de alcantarillado. En la zona urbana se gastaron 17 millones 553,970 pesos y en la zona rural 2 millones 044,980 pesos que suman 19 millones 598,950 pesos.

Distribución y Alcantarillado a) Reparación de fugas. En 1993 las fugas de agua por la red contabili-zaron 824; en 1994 fueron 686 y en 1995 se redujeron a 409. Las fugas en

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tomas domiciliarias registradas para 1993 fueron 9,640; en 1994 llegaron a 10,709 y en 1995 bajaron a 6,020. b) Reposiciones y ampliación de la red de agua potable. En 1993 se instalaron 3,008 ml de tubería, en tanto que en 1994 fueron 1,640 ml y durante 1995 se registraron 1,965 ml c) Metros lineales desazolvados en colectores, subcolectores y atar-jeas. En 1993 se desazolvaron 313,150 ml y en 1994, 201,819 ml y para 1995 149,166 ml d) Rehabilitación y ampliación de la red de alcantarillado. En 1993 se registraron 1,835 ml; en el 94 fueron 1,643 ml y para 1995 se rehabilita-ron y ampliaron 1,399 ml e) Construcción de descargas domiciliarias. En 1993 se construyeron 648 descargas domiciliarias; en 1994 fueron 732 y en 1995 la construc-ción de descargas descendió a 475. f) Reposición de concreto hidráulico en metros cuadrados. En 1993 se repusieron 9,200 metros cuadrados de concreto hidráulico; en 1994 la cifra fue de 9,507 metros cuadrados y en 1995 disminuyó a 5,263 metros cuadrados.

Capacidad de entrega de Agua Potable

De 1,300 litros por segundo que se distribuían en enero de 1993, au-mentó a 1450 para finales de 1994 y a 1750 litros por segundo a julio de 1995. Es decir, de enero de 1993 a Julio de 1995 la capacidad de entrega de agua se incrementó en 450 litros por segundo adicionales. Lo anterior se debió a los trabajos de rehabilitación de las plantas de captación, es-pecíficamente en los pozos de extracción de agua, tanto en la obra civil como en el equipamiento.

Indicadores comerciales

a) Incremento al padrón de usuarios. En 1992 el padrón de usuarios registró un incremento de 4,569 contratos. En 1993 fueron 4395; en 1994 se registraron 3,788 y en 1995 se suman al padrón 3060 nuevos usuarios. b) Instalación de medidores. En 1992 se instalaron 4,933 medidores; en 1993 se contratan 6226 y en 1994 se registran 5135 medidores; para Julio de 1995 se instalaron 3,117 aparatos. c) Contratación de clandestinos. Para 1992 se contratan a 504 usuarios detectados como clandestinos. En 1993 se registra a 826; en 1994 son 748 y a Julio de 1995 se integran al padrón 156 clandestinos. d) Empleados por cada cien tomas. Los empleados por cada cien to-mas en 1992 registraban un porcentaje de 8.20. En 1993 el promedio es de 7.33. En 1994 es de 7.12 y para Julio de 1995 el promedio es de 6.94 empleados. e) Medidores pendientes por instalar. En 1992 quedaron pendientes por instalar 940 medidores; el rezago de 1993 es de 966 aparatos; en 1994 desciende el número a 397 y a Julio de 1995 hay sólo un déficit de 85 medidores por instalar.

11.- Programas de inversión en obras Mazatlán ll (1995-1997)

Lo anterior, fue simplemente una proyección que de acuerdo al pro-grama general de la administración de Martín Gavica, llevaría a cabo la administración de Alejandro Camacho. El programa de inversión se basó mucho en el macro proyecto Mazatlán ll de agua potable, alcantari-llado y saneamiento, mismo que hizo prácticamente a un lado el cama-chismo. Algunas obras proyectadas se cumplieron, otras se hicieron a medias, pero las más grandes, y que correspondían a la implantación de

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un nuevo esquema para traer más agua a la ciudad y potabilizarla a tra-vés de una gran planta o los proyectos para el saneamiento de las aguas negras con la instalación de una gran planta en "Cerritos", no entraron en los planes específicos de la siguiente administración, aunque teórica-mente fueron consideradas. Las siguientes entonces, son sólo proyeccio-nes cuyos diseños ejecutivos tuvieron un alto costo económico.

Agua Potable a) Adecuación y mejoramiento de la planta de captación. En esta obra se invirtió, en 1995, la cantidad de 1,682, 000 nuevos pesos. b) Refuerzo de la Red. En la línea Las Torres 30" se invirtieron en 1995, 10 millones 276,000 pesos y en la línea Avenida del Delfín el mon-to de la obra significó 4 millones 339,000 pesos. c) Sistema Los Horcones. Para 1996, la construcción del sistema de abastecimiento de agua, denominado Los Horcones, proyectaba una in-versión de 19 millones 555,000 pesos y para 1997 la ejecución de la obra continuaría con un costo de 22 millones 949,000 pesos, obra, obviamen-te, que aún sigue pendiente. d) Rehabilitación de la línea Lock Joint. Los trabajos en esta línea prin-cipal se sustentan, para 1996, en una inversión de 10 millones 031,000 pesos en tanto que, para 1997, continuarían bajo un gasto de 2 millones 884,000 nuevos pesos. e) Ampliación de rebombeo, línea de alimentación y tanque de Flo-res Magón. La realización de estas obras se proyecta para 1996 con una inversión de 15 millones 492,000 pesos. f) Protección catódica. Los trabajos de protección catódica se ejecu-tarían en 1996 bajo un costo de 1 millón 930,000 pesos.La suma global para la realización de obras de agua potable dentro del proyecto de inversión Mazatlán II, de 1995 a 1997 asciende a 89 millones

538,000 pesos.

Alcantarillado a) Línea a presión Paseo del Golfo. Durante 1995 se invirtieron en esta obra 1 millón 414,000 pesos. b) Colector Rafael Buelna. En 1995 se invirtieron en esta obra 7 mi-llones 874,000 pesos. c) Línea a presión La Marina. Su inicio se contempló para 1996 con un costo de 7 millones 746,000 pesos y su conclusión para 1997 se proyectó con una inversión de 8 millones 908,000 pesos. d) Colector Delfín. La construcción de esta obra iniciaría en 1996 bajo una inversión proyectada de 2 millones 663,000 pesos y concluiría en 1997 con un presupuesto de 6 millones 214,000 pesos. e) Emisor El Toreo. En esta obra se contempló para 1996 una inversión inicial de 516,000 pesos y en 1997 se concluiría con un costo proyectado de 593,000 pesos. f) Línea a presión Lomas. La construcción de esta obra tendrá un costo para 1996 de 1 millón 200,000 pesos y concluiría en 997 con una inversión de 4 millones 139,000 pesos. Las obras de alcantarillado del programa de inversión Mazatlán II tendrían un costo estimado, entre 1995 y 1997, de 62 millones 829,000 nuevos pesos.

Saneamiento a) Planta de tratamiento el Crestón. La rehabilitación de esta planta se realizaría en 1996 con una inversión de 6, 434, 000 nuevos pesos. En realidad la rehabilitación de la planta si se llevó a cabo en la administra-ción de Alejandro Camacho con un presupuesto similar al proyectado en la administración de Martín Gavica.

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b) Planta de tratamiento Cerritos. La construcción de esta nueva planta de aguas negras, programada para 1996 en la administración de Gavica, con una importante inversión de 33 millones 563 pesos, como se sabe, apenas quedó en proyecto. Las obras en el rubro de saneamiento suman una inversión total de 39 millones 996,000 pesos. A modo de conclusión general de la inversión del proyecto Mazatlán II de inversiones a largo plazo, diremos que en agua potable, alcantari-llado y saneamiento se estimó una cifra global, entre 1995 a 1997, de 192 millones 363,000 pesos. En lo referente al programa de inversión en proyectos para 1995 y 1996 se gastó, en el caso del agua potable, 3 millones 950,000 pesos. Y en el caso de alcantarillado el costo de los proyectos fueron de 6 millones 802,000 pesos.

12. Comunicación Social

El siguiente tema se escribió en 1995 y es una valoración del papel de los medios de comunicación de frente a las circunstancias de la JUMA-PAM de aquel tiempo, por lo que consideramos dejarlo intacto a efecto de que no pierda su sustancia histórica. "Los medios de comunicación social en Mazatlán, se caracterizan por su actitud de crítica y por su nivel de profesionalismo reconocido en el ámbito nacional. Son ellos los que han jugado un papel importante en las orientaciones políticas de la administración pública y los que han abierto las páginas y los micrófonos a la ciudadanía que desea expresar sus inconformidades, señalamientos, denuncias, etc. para quienes tienen la responsabilidad de conducir los destinos de la sociedad desde el go-bierno.

La JUMAPAM nunca ha estado ni estará exenta de la atención y la crítica de los medios de comunicación. Son ellos los que informan a la comunidad de decisiones y acciones que son fundamentales para el de-sarrollo social y económico. A través de los medios se concientiza a la ciudadanía y se difunden los diversos problemas de la empresa. En estos objetivos la gerencia de Comunicación Social de la JUMA-PAM, participa como eje central del convencimiento ciudadano. Las campañas publicitarias tienen como intención, por medio de mensajes, orientar a la gente para que apoye determinas medidas de aho-rro de agua, uso y manejo de la misma o bien para que se cumpla con los pagos correspondientes. Ante la eventualidad de un incremento en las tarifas de agua, por ejemplo, los mensajes publicitarios hacen compren-der a la comunidad que con tal medida se obtendrán más recursos para destinarlos a obras de equipamiento, proyectos de largo plazo, rehabilita-ción del organismo para prestar mejor servicio y garantizar, en el futuro, un mejor desarrollo de la comunidad. Durante esta administración, la gerencia de Comunicación Social emprendió acciones importantes para orientar a la ciudadanía a través de campañas en los medios de comunicación, que le han redituado a la Junta no sólo beneficios económicos sino credibilidad social y confianza hacia un organismo con objetivos eminentemente sociales. "Borrón y Cuenta Nueva" fue una campaña orientada a recuperar las carteras vencidas para sanear las finanzas de la JUMAPAM y al mismo tiempo beneficiar y estimular a los usuarios morosos para que se pusie-ran al corriente de sus pagos. La campaña fue un éxito porque empresa y usuarios salieron ganando. "Agua limpia" se denominó un programa que tuvo como objeto coadyuvar con la comunidad en el uso y manejo el agua, sobre todo

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como medida preventiva para contrarrestar la amenaza del cólera. A partir de este programa, y de acuerdo a un diagnóstico, los hábitos de limpieza e higiene aumentaron en la comunidad porque los usuarios se preocuparon por sus hijos en el sentido que adoptaran las respectivas medidas preventivas. Un llamado al uso racional del agua fue el que se hizo a través de los medios de comunicación. Previo al verano la Junta solicitó a sus usuarios no derrochar el agua "ya que su abundancia bien administrada es garan-tía de salud y progreso, su escasez un factor limitante del desarrollo y su desperdicio un acto irresponsable". "Le Estamos Echando Un Chorro de Ganas", fue una campaña para recordarle a la ciudadanía los esfuerzos de la empresa por ofrecerles un servicio eficiente y lo que se ha hecho y se puede hacer si todos coo-peramos. La campaña fue corta pero ingeniosa y alcanzó los objetivos previstos. Para la propia JUMAPAM, la cultura del agua significa una respuesta eficiente y oportuna en la prestación del servicio y transparencia en el manejo de los recursos. Así lo demanda la ciudadanía. A ello han con-tribuido, contribuyen y seguramente seguirán contribuyendo los medios de comunicación social.

13. Consolidación de los macroproyectos

El siguiente es también un escrito redactado en 1995. El período de Gerardo Octavio Vargas Landeros se puede caracterizar como el período de la consolidación de los macroproyectos, principal-mente en lo referente al drenaje, en donde la urgencia de suyo alarmante se desprende de la necesidad que tienen 100,000 mazatlecos por este ser-vicio elemental de la vida citadina.

En su informe de labores del año de 1994, Vargas Landeros apuntaba:"Ustedes son testigos de los esfuerzos que JUMAPAM hace para dotar de servicios básicos a la ciudad, y que si bien es cierto que en Mazatlán estamos muy por encima de la media nacional en la que el 25% de la población, es decir, 22 millones de mexicanos, no tiene acceso al agua y nosotros ofrecemos una cobertura del 97%, en el caso del alcantarillado ocupamos un lugar alarmante si se toma en cuenta que más del 33% de la población en México, es decir, 27.2 millones, carecen de drenaje en sus hogares, mientras que en Mazatlán 100,000 habitantes están al margen del servicio". Pese a que los logros de esta Administración son importantes en el sentido de fortalecer las obras de largo plazo, se reconocen las limitacio-nes, sobre todo aquellas que de no ponderar su urgencia, pueden a me-diano plazo convertirse en un verdadero cuello de botella y estrangular el crecimiento de la ciudad. Existe en el fondo de esta preocupación la idea de resolver la urgencia pero con medidas de largo plazo. Las aspirinas y las cataplasmas salen a lo largo más caros y agravan los problemas. La visión de futuro por la ciudad representa, al mismo tiempo, los esfuerzos por resolver la urgencia y los problemas de mediano plazo.Las propuestas de proyecto y programas de inversión, además del cre-cimiento operativo normal y de largo plazo, están definidas claramente. Las obras realizadas dentro del programa de inversión Mazatlán II se ensamblan de acuerdo a prioridades al proyecto de futuro. Son partes y tramos que poco a poco se interconectan y le dan cuerpo a la estructura general.Cuando el macroproyecto Mazatlán II se concluya, nuestra ciudad ofre-cerá servicios de agua y drenaje al nivel de las del primer mundo. De un sistema prendido de los hilos de la inestabilidad, pasará a un sistema

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fuerte en su funcionamiento y tan seguro y capaz de operar sin los cui-dados permanentes de aquella ejemplificada estructura a base de fichas de dominó. Si algo se tiene que reconocer de la administración 1993-1995 de la JUMAPAM es, justamente, su preocupación por solucionar los proble-mas de fondo que el sistema de agua potable y alcantarillado requiere. Independientemente de las fallas de forma que se puedan advertir, lo que importa ahora es entender que el fortalecimiento de la estructura es prioritario y que la continuidad de la obra no debe parar un sólo día más cuando ello trasciende a las circunstancias que dictan los cambios en la administración pública. Quien se ponga al frente de la Junta deber entender que los servicios de agua y drenaje no entienden de ideologías, ni los proyectos funcionan con estilos personales y que las exigencias sociales no dependen de to-dólogos. El desarrollo social y productivo de Mazatlán depende mucho del propio desarrollo de la JUMAPAM y a la inversa. El reto es ganarle al futuro desencadenando las potencias del presente. El futuro es sólo un problema de tiempo, pero arribar a él con las manos vacías equivale a retroceder en la proporción de lo que no se hizo; equivale a perder el rumbo; a perder lo que con tanto esfuerzo se ha realizado. Sería un sui-cidio permitirlo.

XHACIA EL TERCER MILENIO.

La siguiente es también una consideración y una serie de entrevistas con personalidades muy destacadas de nuestro medio, cuyas opiniones se vertieron en 1995 y que, sin duda, siguen vigentes en la realidad de nuestros problemas de agua potable, alcantarillado y saneamiento. Por

respeto histórico, el texto se presenta tal cual. Dice Marcel Proust: "El pasado no sólo no es fugaz, es que no se mueve de sitio". Y es cierto, el pasado de Mazatlán está ahí, no se mueve para recordarnos lo que hicimos o no en la oportunidad de nuestros días; para retarnos la memoria y decirnos que algún día, lo que ahora es futuro, quedará en la inmovilidad del pasado como evaluación perfecta, también, de lo que hicimos o dejamos de hacer. Los que no aprenden de su pasado, son los que se entretienen pre-tendiendo engañar al futuro porque ignoran "que la realidad es el más hábil de los enemigos". La mejor visión del futuro, es la mejor visión del pasado. Del grado del conocimiento de nuestra historia es el tamaño, para bien o para mal, de nuestro futuro. Perder la cabeza es perder la memoria. Perder la me-moria es perderlo todo. Memoria es lo que requiere el futuro para no perderse.Obliga recordar y reiterar la estoicidad de nuestra historia. Mazatlán, como Roma, no se hizo en un día; nació y se desarrolló en y ante la ad-versidad; cedió por momentos a los males de su génesis contradictoria, pero no sucumbió. Una ciudad que surgió de las dificultades más extre-mas tendrá que morir en las dificultades más extremas. Difícil, porque condiciones como las de su nacimiento son irremplazables. A menos que los Dioses de las catástrofes naturales se sientan ofendidos. Que el Dios piadoso siga guardando la hora. Mazatlán es obra de todos: de ricos y de pobres; de amigos y enemi-gos; de capaces e incapaces; de débiles y fuertes; de chicos y grandes; de hombres y mujeres; de virtuosos y de mezquinos; de erráticos y cuasi perfectos. Mazatlán es de todos, porque todos, en mayor o menor grado, somos eso. Por encima de nuestros defectos, más que de nuestras virtu-des, está la obra y eso es lo importante. Es cierto, Roma no se hizo en

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un día, pero sus esclavos la incendiaron en un día. Los mazatlecos no nos convertiremos en esclavos de la indolencia y de la inercia para hacer lo mismo con Mazatlán. No envenenaremos el agua para inmolarnos, tampoco la alejaremos como alguna vez sucedió. Pero el futuro, como Mazatlán, es nuestro. El tercer Milenio deber ser testigo de ello. Del futuro, precisamente, están preocupados muchos mazatlecos. Hablemos con algunos de ellos de eso, del futuro.

1.- Esperanza Kazuga de Yoshi

"Cuando el futuro no tiene proyecto el presente se nos convierte en crisis".Es una frase de Esperanza Kazuga de Yoshi. Con ella se abre la serie de entrevistas. Con Esperanza y con la frase. Es ella, Esperanza, una mujer dedicada a la actividad industrial pero también preocupada por el desti-no de Mazatlán. Como dirigente empresarial ha participado en diversos foros con propuestas siempre orientadas al buen desarrollo del puerto. Como presidente de COPARMEX participó en el Consejo de la JUMA-PAM, por lo que conoce a fondo su funcionamiento. Es una demócrata de corazón y de acción, es, en fin, una opinión reconocida en el ámbito empresarial y social de Sinaloa porque es difícil que ande con medias tintas. La entrevista lo dice todo. FG. ¿Cuál es tu idea del futuro, de proyecto con relación a los servicios públicos, principalmente los de agua y drenaje que se nos presentan en Mazatlán como problemas prioritarios? EK. Nuestra vida es eso: un proyecto de vida. Si carecemos de pro-yecto entonces nuestras vidas no tienen rumbo. Por lo tanto la sociedad debe tener proyecto para dirigirla con rumbo. Los organismos e insti-tuciones que conformamos la sociedad, estamos obligados a ponernos

de acuerdo para participar en la definición de ese rumbo a través de propuestas y proyectos. FG. ¿Los empresarios en Mazatlán tienen proyecto? EK. COPARMEX, de la que soy miembro y fungí como su presiden-ta, está involucrada, junto a los demás organismos empresariales, en el llamado Estudio Estratégico del Sur de Sinaloa, con el objeto de planear y proyectar nuestro futuro como entidades productivas y en consecuen-cia el futuro del desarrollo social de Sinaloa, desde nuestra aportación empresarial. FG. ¿Tiene avances la propuesta? EK. Realmente es un primera paso muy importante porque esta-mos pisando terrenos en los que no habíamos incursionado de manera organizada. Planear y proyectar es fundamental pero también requiere un cambio de actitud, de convencimientos ante las resistencias pasivas o activas. FG. ¿Cómo cuales resistencias? EK. Los cambios de fondo siempre encuentran resistencias, princi-palmente entre quienes se empeñan en orientar el desarrollo y bienestar social bajo intereses puramente políticos desde el punto de vista partida-rio. No se niegan los legítimos derechos partidarios, lo que no está bien es que se tome partido por una opinión o en beneficio de quienes los apoyan, y se hagan a un lado las propuestas de los demás sin importar que sean justas o las más adecuadas. A ese tipo de resistencias me refiero. Por ello el estudio estratégico del sur de Sinaloa lleva implícito provocar cambio de actitudes en nosotros mismos, y entre quienes funcionan y piensan orientados por los tiempos del reloj sexenal. FG. ¿No funciona ese reloj? EK. Se para mucho. O adelanta o atrasa sus manecillas de acuerdo a conveniencias muy propias y no de acuerdo a las necesidades del desa-

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rrollo de la sociedad. Lo que pasa es que mientras la sociedad exige otra cosa, los políticos o las políticas gubernamentales empiezan o terminan con el trienio o con el sexenio según sea el caso. Esto no es nuevo, pero no por eso vamos a dejar de insistir en señalarlo y en reclamar cambios de actitudes más consecuentes con la dinámica social. Aclaro, no sólo a los políticos-políticos sino a muchos empresarios y profesionistas liga-dos a ese tipo de visión por intereses partidarios o de índole particular. FG. ¿Cómo se plantea en el estudio estratégico este nuevo tipo de visión? EK. La verdad es que el estudio estratégico no plantea propiamente una filosofía profunda de esta naturaleza, pero sí está claro que impulsa un nuevo espíritu de frente a los retos actuales y de futuro. No es tam-poco la solución a todos lo males de la sociedad, pero es una alternativa de producción y desarrollo que se basa en instrumentos de análisis muy serios y en diagnósticos muy cercanos a la realidad. Aquí no hay dema-gogias ni rollos, sino propuestas muy examinadas que impulsan solucio-nes de corto y mediano plazo y estrategias de progreso hacia el año 2010. FG. Cada vez somos más los problemas y el bienestar es menos. EK. Precisamente, el no haber planeado la explosión demográfica en el sentido de productividad, salud, educación, vivienda y servicios públicos nos tiene sometidos a esta crisis espantosa y, por lo que se ob-serva, crónica. Es evidente que a estas alturas el balance nos indica que son más las necesidades que los avances; que cada día los requerimientos crecen y las soluciones disminuyen. El desempleo y las deformaciones de la economía son una muestra clara de que en este país no existe pla-neación del desarrollo social, sino planeación de los tiempos políticos. El desarrollo social se sigue conduciendo con agendas electorales. En un país con mucha pobreza como el nuestro eso, con toda la fuerza de la palabra, no se vale.

FG. Muy bien. Pero ahora me interesa, específicamente, que me hables de JUMAPAM en ese mismo sentido, es decir, trasladar tu idea de futuro y de desarrollo a esta empresa importante en la vida social y productiva de Mazatlán. EK. De entrada y de manera directa te digo que en JUMAPAM exis-ten propósitos y proyectos a futuro, pero carece de un plan estratégico para solucionar de raíz los problemas añejos en materia de servicios en la ciudad. FG. ¿Por ejemplo? EK. El drenaje... Es un servicio increíblemente rezagado que no ha sido resuelto en varias administraciones. El esfuerzo y la voluntad no se niegan, pero el problema sigue sin resolverse y ello tiene que obedecer a causas detectables y atacables. Es cierto que hay crisis y que, por lo mismo, no hay dinero, pero es más crítico que nos estemos ahogando en aguas negras, minando nuestra salud y afectando seriamente al ecosiste-ma. Me pregunto: ¿De que nos sirve la planta tratadora de aguas negras? Desde que la instalaron, hace diez años, no funcionó al principio y des-pués empezó a operar a medias, hasta la fecha, porque sus fallas técnicas son constantes. Lo que también hay que preguntarnos es, si la planta funciona a medias, ¿a dónde se va el resto de los desechos? Las aguas negras no deben tirarse a espaldas del pueblo. FG. ¿Cómo resolver este problema? EK. Si el asunto es técnico tiene solución. Si el problema es de di-nero mejor aún, porque así sabremos que no existe una traba técnica. Peor resultaría contar con todos los recursos del mundo y ni así corregir el problema porque eso significaría, en primer lugar, haber hecho una muy mala inversión y, en segundo, quedaría demostrado que este tipo de equipo no es la alternativa que Mazatlán requiere para solucionar su grave problema de saneamiento. Ante esto, entonces, lo que procede es

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la realización de un estudio serio, de fondo, que nos arroje resultados factibles, reales para la solución del drenaje, no sólo en lo que respecta a la planta tratadora de aguas negras sino al sistema en general. La resolu-ción de los problemas no debe seguir pensándose con criterios políticos ni con sentimientos partidarios, mucho menos bajo intereses de com-pañías constructoras, en el caso de la JUMAPAM. Los procedimientos deben ser transparentes pero además técnica y científicamente factibles. FG. ¿Significa que en la planeación de los servicios deben participar organismos o personas especializadas? EK. Sí, significa que se debe pedir o contratar la opinión de investiga-dores y especialistas en la materia, con ideas interdisciplinarias, para que la construcción de los proyectos se conduzca con criterios desarrollistas desde el punto de vista científico, técnico, económico y social. FG. ¿Tienes algún ejemplo concreto? EK. La nueva planta de tratamientos de aguas negras que piensan instalar en Cerritos es un ejemplo. La pregunta sería ¿por qué ahí? Y si ese es el tipo de tecnología que se necesita. Existen propuestas de in-vestigadores de algunos centros especializados que me parecen se de-ben tomar en cuenta. En realidad debería existir, antes que concursos de obra, concursos abiertos para proyectos en los que tengan oportunidad de participar con su opinión tanto especialistas como la ciudadanía, para saber realmente qué clases de obras convienen a Mazatlán y al propio sistema de agua y drenaje. FG. Dentro de la JUMAPAM, ¿cómo participan los empresarios des-de el punto de vista formal y real? EK. Estamos representados en el Consejo Consultivo de la Junta, pero desgraciadamente la estructura misma del Consejo no posibilita discutir con democracia y a fondo las decisiones importantes. En ese sentido los sectores estamos representados sólo formalmente porque, por desgracia,

algunos representantes avalan propuestas que no se discuten ya que for-man parte del interés particular de algún grupo. FG. ¿Significa que si no existe representación real tampoco hay de-mocracia al seno del Consejo? EK. Se supone que formalmente estamos representados con equidad todos los sectores sociales, privados y públicos de Mazatlán; lo que en todo caso trato de explicar, es que el funcionamiento del Consejo no es tan democrático como parece, porque las decisiones, muchas de ellas, ya se llevan elaboradas y no se planean tiempos para su discusión y análisis y, por lo tanto, son tomadas a conveniencia de las políticas gubernamen-tales, tanto en el orden financiero como en los compromisos de carácter político. FG. ¿Puedes dar un ejemplo concreto? EK. Claro, existen comisiones al seno del Consejo que debieron fun-cionar de forma transparente y adoptar criterios realmente justos. Por ejemplo la comisión de concursos de obras, que es muy importante y en la que todos los consejeros deberían participar para la mejor toma de de-cisiones, funciona de manera restringida y a veces unilateral. Existe otra comisión, la de compras, que debe funcionar con mucha transparencia porque se trata de aplicar recursos en la mejor adquisición de bienes. En una palabra, el Consejo de la JUMAPAM debe democratizarse y ser más claro en su funcionamiento, para no afectar a unos a costa de favorecer a otros. Se trata de que los asuntos se lleven con plena justicia y, te repito, con criterios de desarrollo social y productivo. FG. Los servicios deben otorgarse parejos. EK. Así debiera ser. Pero sabemos que existe en Mazatlán inequidad histórica en cuanto a los servicios. Ahí tenemos el Mazatlán turístico y al Mazatlán marginado. No digo que no se tenga que impulsar decidida-mente la industria turística, lo que digo es que por impulsar a un sector

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se margine a otro. Entonces, quienes administran los servicios públicos deben buscar el equilibrio social para beneficiar a todos por parejo. FG. Algunas industrias desechan aguas residuales a las colonias po-pulares. EK. Los industriales y empresarios estamos obligados a instalar sis-temas de tratamientos primarios de aguas residuales y a cumplir con los reglamentos. Lo estamos haciendo, quizá no todos, pero estamos con-cientes de que en coordinación con la JUMAPAM debemos buscarle sa-lida al problema ideando las mejores opciones técnicas. Con la construc-ción del dren industrial, esperamos resolver medianamente el problema y con la construcción del colector Lázaro Cárdenas tendremos todos una buena solución.FG. ¿Cómo pagan los industriales el servicio de drenaje? EK. Lo pagamos caro. Pagamos por un saneamiento que no existe. Mazatlán es el único Municipio que cobra el 40% sobre el servicio de drenaje, mientras que en el resto de las ciudades en Sinaloa el cobro os-cila como máximo en el 20%. De hecho, con el pago de este porcentaje, los industriales subsidiamos parte del servicio.FG. ¿Tienes alguna propuesta concreta para el desarrollo de la JUMAPAM? EK. Coadyuvar en el desarrollo de la Junta y volverla más eficiente, más equitativa y productiva. Una empresa con desarrollo económico y social que no esté en manos de políticos o criterios políticos partidarios.FG. ¿Cómo? EK. Ya te lo dije, exigiendo la participación de todos y, lo más impor-tante, mediante propuestas estratégicas de largo plazo.FG. Gracias, Esperanza. EK. ¿Vas a poner todo?FG. Todo.2- Jorge Guillermo Enciso Díaz.

Jorge Guillermo Enciso Díaz, fungió como gerente de la JUMAPAM, durante el trienio 1990-1992, periodo en el que gobernó al municipio Humberto Rice García. Luego ocuparía, de nuevo, este cargo en el perío-do de Alejandro Camacho, que adelante se examina. Se precisa que esta parte del libro, en su primera edición, se terminó de escribir justamente al término de la administración de Martín Gavica y cuando Alejandro Camacho era ya alcalde electo. Al igual que la entrevista de Esperanza Kazuga, la de Enciso Díaz se realizó en 1995, antes de saber que sería de nuevo llamado a colaborar a la JUMAPAM en la administración ca-machista, de ahí la importancia que en este contexto cobra la entrevista, cuyo siguiente texto es el original. "En este trabajo se hace referencia de manera amplia al crecimiento y desarrollo de la JUMAPAM durante el tiempo que fue administrada por Jorge Enciso Díaz. Sin embargo, consideramos de capital importancia contrastar la opinión de un hombre que, a la luz de los años y por su experiencia renovadora al frente del organismo, aporta valoraciones ma-duras desde el punto de vista técnico, operativo y financiero de la junta. A juicio del autor, Enciso Díaz, encarna el prototipo de ciudada-no que rebasa los esquemas partidarios para situarse en el centro de las preocupaciones de la comunidad. No es panegirismo. Lo que pasa es que su labor la frente de la Junta así lo demostró. Recuérdese que Enciso fue nombrado gerente de la JUMAPAM por Humberto Rice, primer presi-dente municipal en la historia de Sinaloa, postulado por el PAN. Este carácter y su conducta asumida como hombre público, garantizan un juicio de aportación relevante en las perspectivas de largo plazo para la obtención de más y mejor servicio de agua potable y alcantarillado. Como el tango, si veinte años no es nada, menos los son tres al frente de la JUMAPAM. Pero a pesar de esta fracturación trianual, dice enciso, el organismo operador del agua y el drenaje en Mazatlán sigue trabajando y eso es lo importante.

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Pero más importante aún para el entrevistado, es que los mazatlecos nos pongamos de acuerdo; que arribemos a un punto de confluencia para decidir entre todos, sin ganarlas ni perderlas, la mejor opción para el fu-turo de la ciudad en materia de servicios públicos. Necesitamos, dice, un consenso de largo plazo que se respete en el ámbito de las circunstancias de cambio de poderes municipales. Es cierto que con el arribo de otras administraciones de gobierno la gente mira de manera natural cambios de actitudes y eso no está mal si es para mejorar. Lo que no está bien es que los cambios de administración no se ajusten a los proyectos de largo plazo en el sentido general. Creo que lo más importante para Mazatlán es que se resuelvan sus urgencias en los servicios, pero también que sus metas a largo plazo se vayan cumpliendo en sus distintas etapas. Por eso es importante ponernos de acuerdo para discutir el futuro de Mazatlán, más allá de los vaivenes de la política, como forma de garantizar que los proyectos continúen sin ser lastimados por los relevos en el gobierno.FG. A tu juicio ¿qué se ha dejado de hacer en la JUMAPAM? JE. Nada que no tenga que ver con los esfuerzos para enfrentar la na-turaleza despiadada del entorno. Esto es lo que hay que valorar. Existen fallas ciertamente, pero son las que se inscriben en la normalidad de una empresa dirigidas por hombres que no son perfectos. Lo que no pode-mos admitir es que se presenten fallas en la estructura y que a la junta la regresemos al estado caótico en que se encontraba. Mucho ha costado mantenerla y desarrollarla.FG. ¿Desde 1987? JE. Si, desde 1987-88 años en que se produce un parte aguas entre lo que era la Junta y lo que empezó a ser desde ese momento. El esfuerzo histórico reciente de los mazatlecos es el mejor acicate para empujar el desarrollo a otros niveles. Fue un periodo aleccionador y un gran reto para mí tener que darle continuidad. Estoy de acuerdo contigo cuando

dices que hubo capacidad para trabajar en la emergencia y al mismo tiempo proyectar el futuro a través de macroproyectos que aún no con-cluyen. En poco tiempo se logró un desarrollo organizacional impor-tante y los programas de corto, mediano y largo plazo respondieron a las exigencias y a las necesidades de la población. Fue un proyecto bien conducido desde sus inicios al grado de que muy pronto, en materia de agua, se volvió autosuficiente. Por otro lado, la visión genérica sigue vi-gente en el sentido de futuro a través de los grandes proyectos para traer agua a Mazatlán y eficientar el servicio de drenaje. El proyecto Mazat-lán II sigue contemplando de manera factible la planta potabilizadora, alimentada por el sistema de conducción de agua extraída de la presa de Los Horcones y la derivadora de Siqueros. Igualmente en materia de drenaje se siguen pensando en alternativas viables como la construcción de una nueva planta de tratamiento y/o lagunas de oxidación.FG. A estas alturas y a ocho años de haber rescatado el sistema con me-didas exitosas ¿cómo calificarías a la Junta en estos momentos? JE. A pesar de que, por ejemplo, el drenaje sigue siendo el coco de la JUMAPAM, a ésta se le ubica dentro de los mejores organismos opera-dores en el país por su capacidad de operación, organización, adminis-tración y un sistema de informática que eficienta y acorta los tiempos del servicio.FG. ¿O sea que la junta es uno de los organismos operadores mejores, aunque nuestro sistema de drenaje sea de los peores? JE. Te voy a decir algo que quizá pocos sepan, pero la JUMAPAM trabaja con los mejores equipos del mundo. Si no se contara con esta tec-nología entonces el asunto del drenaje nos pondría al borde del desastre. En una ciudad en donde el azolve es terrible y las descargas pluviales, en gran parte, están conectadas al drenaje, debes tener lo mejor en equipo para librar la batalla contra enemigos naturales que no duermen día y

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noche. Cuando no llueve, el problema amaina y el sistema de drenaje se nos presenta normal, sin que ello signifique que no se evidencie las fallas de la vieja red, pero eso te da una idea de que el problema tiende a corre-girse porque antes, con lluvia o sin ella, las aguas negras corrían todo el tiempo por las calles de la ciudad.FG. ¿Cómo corregir el problema del drenaje dentro de los términos ple-nos de la normalidad? JE. Ya no podemos seguir descargando todo el peso del agua sucia hacia el sur de la ciudad, rumbo a la planta tratadora de aguas negras, en El Crestón, porque es insuficiente. De hecho la parte sur de la ciudad se ubica como la parte baja de una pendiente, hacia donde de manera natural corren las aguas de forma presurosa. Este factor, más el hecho de que los tubos del drenaje se ahogan porque trabajan por debajo del nivel del mar, mantiene la red al borde del colapso. La rehabilitación de los cárcamos de rebombeo de aguas negras no fue suficiente para sacar los desechos en la proporción requerida.FG. Hay que quitarle agua entonces. JE. Efectivamente hay que quitarle agua. Es este un principio funda-mental en el que se basa el macroproyecto del drenaje contemplado en el Programa Mazatlán II. Se trata de dividir Mazatlán en dos y de invertir el proceso de descarga del agua. Los que viven en la parte norte la enviarían más hacia el norte, con el objeto de quitarle la carga a los del sur y evitar que su sistema se siga desgastando de manera rápida. La alternativa es que las aguas de la parte norte de la ciudad tengan un destino final apro-vechable, es decir, que su tratamiento forme parte de un programa de desarrollo integral y no que necesariamente se tire al mar.FG. ¿Cómo está eso? JE. Se trata de instalar equipo de tratamiento y lagunas de oxidación que se vinculen, por ejemplo, con programas agrícolas por medio de un

sistema de riego que beneficiaría a los terrenos del ejido El Habal, situa-dos en la parte norte de la ciudad. Creo que es una alternativa importan-te que debe de impulsarse sin interrupciones.FG. Es un buen proyecto. JE. En realidad esta factibilidad no es nueva. De hecho en el Mazat-lán II se contempla desde 1989. Lo que ocurre es que la crisis y la falta de recursos federales no ha permitido el rápido avance en las obras. En nuestra gestión se realizaron obras que forman parte del macroproyecto y del Plan Regulador de la Ciudad. Son una especie de ensamble de par-tes que poco a poco van dándole cuerpo a la estructura. La construcción de colectores y subcolectores que iniciamos siguen ampliándose en esta administración; lo mismo pasa con la instalación de líneas de abaste-cimiento de agua. Son obras costosas que no se ven, que funcionan y trabajan en el largo plazo.FG. Volviendo a lo del drenaje. ¿Qué va a pasar en tanto no se concrete el proyecto de descargas de aguas negras hacia el norte? JE. Lo que debe pasar es que las opciones que por ahora tenemos deben ser muy bien aprovechadas. Si tenemos una planta tratadora de aguas negras hay que llevar los desechos hacia allá, aprovechando a lo máximo su capacidad. De que las aguas estén en la calle o en la planta, que estén en la planta. Sólo que hay que buscar mecanismos permanen-tes como los rebombeos, para no seguir dañando la red. De cualquier modo, la opción hacia el norte no es para mañana, urge para hoy, antes de que se nos siga cerrando más el círculo.FG. ¿Es esto sólo asunto de dinero? JE. De dinero y de actitud. No debe haber tregua. Si tenemos años luchando contra el desorden, no podemos bajar la guardia porque el des-orden mismo se nos puede volver a imponer. Todo se achica con la rapi-dez del crecimiento demográfico, que por cierto no lo aprovechamos. Se

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nos acortan los espacios para vivir y con ellos los sistemas naturales de equilibrio. Por ejemplo el vaso de recepción del estero del Infiernillo se redujo y, por lo tanto, el agua tiende a rebosarse. Aceleramos los ciclos en términos de degradación y no de desarrollo.FG. ¿También de la conducta? Tomando en cuenta que al fenómeno se suman problemas de actitudes. JE. Hay que ser autocríticos, queremos servicios del primer mundo pero no contribuimos a la planeación de los procesos de desarrollo. Lo malo es que a veces no se hace nada pero se acude al expediente fácil de la crítica por la crítica. No hay propuesta, sólo cuestionamiento en este tipo de actitudes y eso no se vale. Mazatlán vale mucho más de lo que pensamos porque no hemos sabido ofrecer sus atributos ni, en términos productivos, vender bien lo que tenemos. Muchas veces ni hacemos ni dejamos hacer. No dejamos que otros inviertan pero tampoco nosotros invertimos.FG. ¿Y el gobierno? JE. El gobierno debe dar todas las facilidades en el ámbito de su com-petencia y hacer gestiones ante otros niveles de gobierno. No es posible, por ejemplo, que los barcos no atraquen en nuestro puerto por caro y se tengan que ir a Ensenada. Nos hemos entrampado en un círculo vicioso del que tenemos que salir con unidad, y con un cambio de actitud positi-va ante los grandes retos que como mazatlecos tenemos. Lo bueno es que esta opinión la compartimos muchos y ello quiere decir que debemos ponerla en práctica de manera más consciente. Con respecto al gobier-no es bueno decir que, de algún modo, ha mostrado preocupación por estimular el desarrollo de grandes inversiones como las Marinas y últi-mamente el complejo Costa Dorada, quien por acuerdo del cabildo se vio beneficiado en la exoneración de algunos impuestos. Pero indepen-dientemente de ello, el municipio está obligado a ofrecer servicios pú-

blicos de calidad a los inversionistas, al tiempo que atiende socialmente las necesidades. Por eso el desarrollo de la JUMAPAM está ligado con el desarrollo productivo y el bienestar social de las mayorías. He ahí su importancia y por qué debemos salir del círculo vicioso en el que mental y productivamente estamos atrapados. Ahí la llevamos. Hay que seguir creyendo en nosotros y en las potencialidades de nuestro Mazatlán.FG. Gracias Jorge. JE. Que todo salga bien.FG. Eso espero.

3. Juan de Dios Garay Velázquez

Juan de Dios Garay Velázquez es Maestro en Ciencias, Ingeniero Civil con especialidad en mecánica de suelos. Maestro investigador de tiem-po completo de la universidad Autónoma de Sinaloa, miembro del Co-legio de Ingenieros y ex presidente del mismo. Asesor de importantes empresas en el ramo de la construcción y autor de diversos proyectos de desarrollo urbanístico y de servicios públicos. Es un profesionista desta-cado en la comunidad mazatleca y en el sur de Sinaloa y diputado local suplente por su natal Concordia. Sus puntos de vista son de suma impor-tancia para completar los objetivos de este modesto trabajo relacionado con la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán. A continuación se presenta un estudio sintético, pero detallado, que el especialista elaboró como propuesta de desarrollo y crecimiento en los rubros de agua potable, saneamiento de aguas negras, emisor submari-no, inundaciones y concurso de obras. Los anteriores puntos de vista son parte de un trabajo que el Maestro Garay realizó en 1994 y que fueron recogidos en 1995 para incorporarlos a esta aportación.Concurso de Obras.

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Para Garay Velásquez es importante realizar de manera transparente los concursos de obra de la JUMAPAM, apegado a lo que marca la ley de adquisiciones y obras públicas, y contar con la participación de insti-tuciones que permita el manejo claro de los recursos que se canalizarán para los distintos proyectos a ejecutarse. Las instituciones que participan en la designación de quienes se hacen acreedores a la construcción de obras, la mayoría, son dependencias del gobierno federal y estatal como la Comisión Nacional del Agua (CNA), la Secretaría de Desarrollo Social (Sédselo), la Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado de Sina-loa y la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado. Como or-ganismos de la sociedad civil participan el Colegio de Ingenieros Civiles de Mazatlán A. C. y la Cámara Nacional de la Industria de la Construc-ción (CNIC) Estos organismos participan desde el acto de apertura de propuestas técnicas, económicas, análisis de las propuestas en el comité de revisión y verificación, y en los actos de fallo de los concursos al de-signar a las empresas ganadoras para la ejecución de los trabajos.

Agua Potable.De acuerdo a lo planteado por el Maestro en Ciencias, Juan de Dios Garay Velázquez, con respecto a la producción y distribución del Agua Potable, se hace necesario mantener la dotación existente y resolver la demanda en este servicio bajo inversiones a largo plazo. Por ello, al mis-mo tiempo que se deben programar inversiones que permitan sostener y mejorar el nivel de bienestar actual, debe confirmarse que la infraes-tructura existente se utiliza en toda su capacidad y que se opera en forma eficiente. Una de las medidas que deben tomarse para mantener el abasto es, en primer término, la búsqueda del compromiso de cada miembro de la sociedad para reducir el consumo excesivo a través de programas de concientización y, en segundo término, procurar el uso de equipos aho-

rradores del vital líquido. Estas acciones podrían disminuir la demanda de agua en un 20%. Otra propuesta de fondo para garantizar el abasto es la implemen-tación de un programa general que prevea el crecimiento de la ciudad. Para ello, deberán considerarse opciones adicionales a la extracción con pozos, mismos que en un eventual caso podrían generar una intrusión de agua salada. Como opción a considerar está la captación y alma-cenamiento de las aguas superficiales en el sistema de presas y bordos, principalmente las de Siqueros y los Horcones. Una de las propuestas concretas que el especialista hace para man-tener la infraestructura y prever el crecimiento, se enfoca a la realiza-ción de inversiones para sostener el servicio existente, adelantándose a la caducidad de algunas instalaciones. Por ejemplo, dice, es necesario pensar en la reposición de la línea de conducción de concreto de 30" de diámetros, que data de hace 35 años y ha mostrado signos evidentes de obsolescencia. Igualmente es importante ampliar el sistema creando la infraestructura básica para la zona oriente-norte de la ciudad. En cuanto a la operación del sistema, Garay Velázquez opina que se deben de evitar las pérdidas físicas para mejorar la eficiencia del sistema. Las fugas, tomas clandestinas y la submedición son la causa de que la Junta facture sólo alrededor del 61% del agua que produce. En esta mis-ma idea propone garantizar la calidad del agua, ya que es común la pre-sencia de sólidos en suspensión y elementos como fierro y manganeso. Finalmente señala que es de justicia atender, con la misma intensidad que a la ciudad, la zona rural de Mazatlán ya que el déficit en este servi-cio es mayor en el campo que en la ciudad.

Saneamiento de Aguas Negras. De acuerdo al estudio proporcionado por Juan de Dios Garay, la

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recolección y disposición final de las aguas negras en Mazatlán, es uno de los problemas más importantes que debe enfrentar el Municipio. La salud de los ciudadanos, la imagen turística del puerto y la viabilidad del desarrollo urbano están en riesgos por el ineficaz sistema de saneamien-to de aguas negras. Por otro lado, la planta de tratamiento primario de aguas negras es uno de los problemas principales del sistema, ya que ésta es insuficiente para el total de desechos generados en la ciudad. La deficiencia principal es que el 96.5% de aguas residuales de la ciudad llega a la planta y el resto se desecha a los esteros. De acuerdo al diagnóstico realizado por el especialista, la problemáti-ca principal del sistema de recolección y disposición de aguas negras en Mazatlán se explican en cinco puntos: 1. El 23.5% de la población carece de drenaje. 2. Existen descargas clandestinas a diferentes cuerpos de agua en la ciudad, principalmente esteros. 3. El sistema existente recibe aportaciones pluviales. 4. La planta de tratamiento de aguas residuales es insuficiente y ade-más opera con deficiencias. 5. Está en duda el adecuado funcionamiento del emisor submarino. Este problema, aunado a las dificultades financieras actuales, obliga a buscar soluciones integrales. Entre las medidas que deben tomarse se pueden mencionar las si-guientes: 1. Asumir las acciones necesarias para evitar el derrame y escurri-miento superficial de aguas negras, provocado por el ingreso no previsto de aguas pluviales a la red de alcantarillado. Para la implementación de acciones se requiere de la voluntad de las autoridades y de la colabora-ción de la ciudadanía que, consciente o inconscientemente, deriva sus

aguas pluviales a la red de drenaje. 2. Apoyar la ejecución del Proyecto Mazatlán II, aprobado en 1994 donde se contempla importantes obras de alcantarillado. 3. Rehabilitar la planta de tratamiento existente y seleccionar un sis-tema de tratamiento para el proyecto Mazatlán II, que garantice la salud pública, la limpieza de playas y la limpieza del mar. 4. Adoptar mecanismos de financiamiento para obras de esta natu-raleza que podrían conducir a la privatización de los organismos opera-dores. 5. Garay Velázquez señala que las propuestas y soluciones técnicas no deben descomponerse con presiones, acciones políticas o ineficiencias, porque está en juego el desarrollo productivo, la salud de Mazatlán y la imagen turística del puerto. En el estudio presentado, Garay Velázquez hace un amplio diagnós-tico del problema de las inundaciones y al mismo tiempo propone alter-nativas de solución. De ahí se rescata lo referente al sistema general de aguas pluviales donde señala lo siguiente: Debe estudiarse el sistema general de aguas pluviales de la ciudad, incluyendo arroyos naturales, canales, puentes, alcantarillas y drenajes de aguas pluviales existentes; identificando las áreas problemáticas, tan-to en el presente como en el futuro. Los casos específicos de inundación inevitable, en áreas ya construidas, se detectan en el fraccionamiento El Toreo, la avenida río Fuerte, colonia Lázaro Cárdenas, avenida del Mar, etc. por lo que deben realizarse estudios que establezcan el costo y los beneficios de las obras necesarias para el control de la inundación. Definir para todas éstas áreas la prioridad de los proyectos, en la idea de construirlos procurando de inmediato los recursos financieros.4. Federico Velarde Mellado(General de Mil Batallas)

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Quien no conoce a Federico "lico" Velarde no conoce Mazatlán. No se exagera si se dice que el hombre es una leyenda. Fundador de cerca de treinta colonias en Mazatlán, tiene que ver, necesariamente, con la historia por la lucha de la tierra urbana y de los servicios públicos en esta ciudad. Ha formado parte de cuantos comités de colonias han existido y hoy, aparte de ser el líder natural de miles de colonos, ocupa un lugar en el Consejo Consultivo de la JUMAPAM. "Soy el Consejero con más tiempo en la junta". Y presume: "Tal vez el más viejo de edad, pero el más joven de corazón. Ahí donde me ven, todavía aguanto y la que quiera hacer la prueba que nomás me diga". Junto con Simón Jiménez Cárdenas (Q.E.P.D.), se lanzó desde joven a encabezar los movimientos de colonos par obtener un pedazo de tierra donde vivir. No fueron pocas las veces que por su actividad social fue en-carcelado. Amigo de políticos de altos vuelos y conocedor ducho de los intríngulis de la política, es hombre necesario en la consejería popular. Reconoce que las invasiones precaristas coadyuvaron a volver más irregular el hábitat urbano, pero a su favor argumentó que su lucha fue necesaria, no sólo para dotar de un pedazo de tierra a quien lo necesi-taba, sino a desactivar un conflicto social que hubiese desembocado en violencia. En todo caso opina, lo que provocó el desarrollo arbitrario de la mancha poblacional fue la insensibilidad de los gobiernos de aquella época, que se aliaron a los terratenientes urbanos o bien porque forma-ban parte de ellos. No era posible, explica, que la mayor parte del suelo estuviera acaparada en pocas manos, en tanto que la mayoría de la po-blación carecía de un lugar donde instalarse. El "general de mil batallas" agrega que, al principio, la raza invadía cerros y marismas porque los mejores terrenos, cercanos a la playa o al viejo casco de la ciudad, estaban destinados a la especulación y, por ese

entonces (1950), los terrenos más planos estaban demasiado lejos del centro urbano. Así es que, a parte de que los terrenos eran inapropiados para la vi-vienda, por lo mismo, no eran aptos para la introducción de servicios, de tal modo que la lucha no fue después únicamente por tener donde vivir, sino para exigir, cuando menos, que les llegara el agua. Eso explica por qué las luchas populares en el puerto tienen una gran tradición. A propósito de esto, "lico" recuerda cuando él y "chito" Michel enca-bezaron la invasión de los terrenos en donde hoy es la Colonia Sánchez Célis. La gente, dice, no aguantó mucho por la falta de agua y mejor se retiró. De cualquier forma, el entonces gobernador, Leopoldo Sánchez Célis, había ofrecido su apoyo, pero los funcionarios locales no cumplie-ron con las instrucciones. Así es que la única manera para que el servicio de agua se instalara, era regresando la gente al terreno para presionar a las autoridades. "Por la noche visitamos, chito y yo, una huerta cercana propiedad de Julio Saucedo y de ahí arriamos con unos tubos de asbesto que no se utilizaban. Al otro día, con la ayuda de una cuadrilla de inva-sores, instalamos los tubos a una toma de agua cercana. Muy contenta la gente regresó a la invasión y para granjearnos las simpatías del gober-nador y aportara lo prometido, se me ocurrió explicarle a la gente que la tubería instalada provisionalmente, era un adelanto de lo ofrecido por el gobernador; pero el chito Michel no agarró la onda, me arrebató la palabra y dijo que Sánchez Célis no había mandado nada y que los tubos yo me los había robado como parte del sacrificio de la lucha popular. ¡Anda que tuve que salir huyendo! A los dos días me mandó a buscar Sánchez Célis y decidí hacerle frente. Pensé que me iba a desterrar. Lico, dijo para mi sorpresa, quiero sumarme a tu sacrificio. Les voy a meter el agua a ese terreno que invadieron pero con una condición: que no le andes poniendo mi nombre a ninguna pinche colonia. Cuando el apoyo

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llegó lo primero que hizo la gente fue ponerle el nombre del gobernador a la colonia, a pesar de mi resistencia. Cuando Sánchez Célis se enteró me puso como camote, pero aguantó la vara y hasta soltó la carcajada cuando le conté al chile como estuvo la bronca. Lo hice mi amigo". Para el líder de colonias lo que importa ahora es cuidar los servi-cios y no seguir exponiendo a la gente en terrenos peligrosos. Ahora es diferente. Las autoridades se preocupan por negociar la ocupación de terrenos para vivir y la instalación de los servicios públicos. "Debemos cuidar lo que con tanto sacrificios hemos logrado y que los servicios de agua y drenaje, su crecimiento sea parejo. Estamos conscientes de que empresarios e industriales deben tener buenos servicios para que sigan generando fuentes de empleo, pero la balanza no debe recargarse a un solo lado. La gente de las colonias siempre es la primera que jala. Si es el pago del impuesto predial, es la primera en responder. Si hay que ahorrar el agua, le atora al llamado. Que hay que hacer la cooperacha para meter obras, tampoco se raja. En una palabra, amigo Felipe, los colonos hemos demostrado que queremos a Mazatlán, pero también exigimos recipro-cidad de las autoridades. A las autoridades de la junta les hemos dicho que no desconocemos que cuesta caro traer el agua desde tan lejos, pero que tampoco apro-vechen la recta para aumentar su precio. Deben recordar, advierte lico Velarde, que muchas de las obras se hacen con aportaciones nuestras y con recursos de los gobiernos federal y estatal y que, en ese sentido, el manejo de la JUMAPAM debe tener objetivos de bienestar social más que empresarial. Que se acuerden también que muchas colonias carecen de drenaje y que el problema se agrava porque en algunas de ellas corren los desechos de industrias instaladas en las cercanías. Por eso urge que las obras de drenaje que contempla el Proyecto Mazatlán II se concluyan el próximo año.

Mazatlán no puede seguir creciendo a lo loco. Entre más crecemos los servicios disminuyen, por eso tenemos que planear el crecimiento de la ciudad, pero para ello debemos poner todos nuestro granito de arena. Que haya unidad y que no nos gane a cada cual nuestros intereses. Todo necesita sacrificio. Si ya anduvimos con excesos ahora hay que detener-nos un poquito. Hay momentos en que uno tiene que dar un brinco para atrás, pero eso se hace con el fin de agarrar vuelo y pegar dos para ade-lante. Pájaro que no vuele que agarre ventaja. Eso se aplica muy bien a nosotros. Si queremos volar alto tenemos que prepararnos, si no lo más seguro es que salgamos raspados. Los colonos no nomás exigimos, sino que ya demostramos que estamos dispuestos a agarrar el toro por los cuernos. Palabra de lico, palabra empeñada. Chin, chin el que se raje".

XI1996-1998, EL TRIENIO DE LA REHABILITACION

Y EL MANTENIMIENTO 1- Introducción

El Proyecto Mazatlán ll de inversiones a largo plazo, heredado por la administración de Martín Gavica a la de Alejandro Camacho, en agua potable, alcantarillado y saneamiento, se estimó en una inversión global, para el período 1996-1998, de 196 millones 263 mil pesos, pero la cri-sis financiera del país y la visión del quehacer administrativo del nuevo gobierno se combinaron no sólo para no seguir este plan, sino para que la concepción de las macro-obras llegara a su fin y para que el ejercicio proyectado de estas obras quedaron en eso: en proyecto. La de Alejandro Camacho no fue una administración que se destacó por la realización de obras de agua potable y de drenaje, pero en cambio se centró en eficien-

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tar la operación a partir de rehabilitar y darle un fuerte mantenimiento al sistema de agua potable, de drenaje y de saneamiento en general, tarea a la que se canalizó una buena cantidad de recursos y que en el media-no plazo permitió un funcionamiento más eficiente del servicio. Cier-tamente, no se satisfizo muchas demandas históricas de agua potable y de drenaje, pero en cambio se cumplió en lo general con la demanda ciudadana para que el agua llegara bien y no faltara y para que las aguas negras no se desbordaran de la red. Una cosa por la otra.No quiere decir esto que en el período de Camacho no se realizara obra. Por supuesto que se llevó agua potable y drenaje a la zona urbana y rural, pero se ponderó el mantenimiento y la rehabilitación de algunas partes del macrosistema y, por esto mismo, se realizaron algunas obras de ca-becera que finalmente fueron pieza clave para que la deteriorada red de drenaje y los tubos principales del agua, prendidos desde entonces con alfileres, no se colapsaran y llevaran a la ciudad a la catástrofe.Tan no fueron urgentes e importante las obras de agua potable y de dre-naje que en su primer informe de gobierno el alcalde Alejandro Cama-cho dijo textualmente: “Nuestras necesidades más apremiantes son: más seguridad pública y menos violencia; más y mejores atractivos turísti-cos, más pavimento en nuestras colonias, más equipo para mejorar el aseo urbano y la higiene; mejores caminos vecinales en beneficio de los habitantes y productores rurales; rehabilitación de semáforos y señali-zación vial; construcción de escuelas para eliminar aulas de cartón y te-jabanes; más y mejor alumbrado público y mayores fuentes de empleo, porque aunque nuestra ocupación hotelera va en ascenso, la captura del camarón, una de nuestras principales fuentes de ingresos, refleja graves problemas”. Hasta aquí. Como se observa, dentro de las prioridades del entonces alcalde no figuraba las del agua potable, el drenaje y el sanea-miento, lo que se interpreta que desde el inicio de su administración,

Alejandro Camacho decidió dejar las cosas como estaban y su estrategia consistió en darle mantenimiento a lo que en esta materia había hereda-do. Por lo tanto el proyecto Mazatlán ll de agua potable, drenaje y sanea-miento quedó prácticamente enterrado en esa etapa, en espera quizá de mejores tiempos.Es necesario subrayar que el hecho de que en este período se priorizó el mantenimiento, y en algunas áreas la rehabilitación, no necesariamente significa que no hubo crecimiento o que esta alternativa no fuese la me-jor.Hay que recordar que las riendas de la JUMAPAM fueron de nuevo to-madas por un hombre experimentado como el ingeniero Jorge Guiller-mo Enciso Díaz, quien conocía, a esas alturas, perfectamente bien las entrañas del monstruo y las consecuencias que sobrevendrían si no se les trataba de manera adecuada.Dar mantenimiento entonces, en este contexto, de ningún modo signi-fica retroceder en otros aspectos. Significa en todo caso que, para man-tener la red general en buenas condiciones, se tuvo que hacer mucha obra llamada de mejoramiento y de eficiencia; sustituir las partes más dañadas de la red de drenaje y agua potable para poder mantener el equi-librio y la eficacia. De nada sirve tratar de mejorar un sistema a base de mantenimiento si éste padece de dolencias que no le permiten ser eficaz o que le impiden funcionar como es debido. Por eso, la obra que se reali-zó en buena parte de este trienio se hizo en función del mantenimiento y saneamiento, principalmente alrededor del sistema de drenaje de aguas servidas. Eran obras necesarias, muchas de ellas elementales pero inex-plicablemente postergadas, quizá debido a la visión macro, a la idea de resolver el todo e ir dejando a un lado las partes, bajo la divisa de que algún día se sustituirían por completo.A continuación se presenta, en términos generales, lo que en materia de

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agua potable, drenaje y saneamiento se ejecutó en el trienio camachista.

2. 1996: Mantenimiento correctivo y preventivo

A) Producción y Distribución de agua potable.

De acuerdo a las cifras oficiales, para diciembre de 1996 se ofrecía una cobertura de agua potable de un 97.4 por ciento de producción y distri-bución.A pesar de lo anterior, los problemas técnicos se presentaron de manera muy frecuentes de manera que, principalmente en el verano, se dio un desabasto de agua que determinó la protesta de algunos sectores a través de los medios de comunicación.Sin embargo hay que precisar que este desabasto se dio por tres motivos fundamentales: a) Por la intensa sequía de los primeros meses del año que mantuvo en un bajo nivel los mantos freáticos y que, por lo mismo, redujo en un 30 por ciento la capacidad de los tanques de almacenamiento y distribu-ción. b) En el último mes de la temporada de lluvias, sobrevinieron fre-cuentes tormentas eléctricas, lo que afectó seriamente al equipo de los pozos de captación, provocando fallas en la energía eléctrica y, por lo mismo, disminuyendo el flujo de agua y no recuperando los niveles de los tanques de almacenamiento. c) Este año, como nunca, debido precisamente a la variación de presión por los vacíos constantes que provocaba la falta de agua en la línea principal de conducción, las rupturas en la misma se dieron con frecuencia, lo que multiplicó el problema de la falta de agua durante esta temporada.

Con relación a la ministración de agua potable, el gobierno camachista en realidad no creó o introdujo sistemas nuevos. En todo caso se dedicó a realizar obras de ampliación y ha rehabilitar fuentes de abastecimiento en la zona rural.De este modo, por ejemplo, en este primer año de gestión se llevaron a cabo 26 obras de ampliación del sistema de agua potable en diecisiete co-lonias del puerto y en 12 poblaciones de la zona rural. En el primer caso se benefició a 1,200 familias y en el segundo caso a cerca de 300 familias.Dentro del llamado Programa APAZU (Agua Potable y Alcantarillado para la Zona Urbana), en noviembre de este año se inició el programa de instalación de 1,390 tomas domiciliarias “que forman parte de un grupo de obras de mejoramiento a la eficiencia y que se harán en diversos pun-tos de la ciudad”.De igual modo, en este primer tramo de la administración se inició el proceso de instalación de 3,100 medidores en varias zonas de la ciudad, como parte del programa APAZU en el que se apoyó centralmente este ayuntamiento.

B) Alcantarillado y Saneamiento.

En julio de 1996, intensas lluvias hicieron verdaderos estragos en el área de la colonia López Mateos y en la Federico Velarde, no únicamente por la falta de un adecuado sistema de drenaje pluvial, sino porque el llamado Colector Fovissste saturó su capacidad y vomitó una revoltura compuesta por aguas negras y de lluvia. Tanto los colonos de la López Mateos sufrieron la inundación en sus partes bajas como los de la Lico Velarde que, una vez más, veían y sentían cómo los espacios de sus hoga-res eran invadidos por aguas osadas y pestilentes. Fue entonces cuando la JUMAPAM tomó una decisión de fondo para tratar de resolver el pro-

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blema y, para ello, colocó una línea alterna de 61 centímetro, una especie de subcolector que benefició directamente a los habitantes de la Lico Velarde-Fovissste y, a los de la López Mateos, los alejó del riesgo de otra inundación en sus partes bajas provocada por lluvias intensas.Durante el período de Camacho el mantenimiento del sistema de drena-je y alcantarillado fue un objetivo central, por lo que se adquirió equipo y maquinaria que permitió alcanzar este propósito. Efectivamente, hubo una importante sustitución de tuberías en la red del drenaje, pero con la visión correcta de que era prioridad hacer a un lado los tramos cancero-sos y atacar los puntos débiles, los más susceptibles a la ruptura, de este modo se garantizó que el sistema en general guardara el equilibrio y un funcionamiento más efectivo en base a sondeos y desazolves constan-tes. Por ello la inversión en la operación y el mantenimiento del sistema fue más alta en términos comparativos que la canalización de recursos a obras de construcción o reconstrucción en la red.Para darnos una idea de la magnitud en el esfuerzo de restauración, mantenimiento y saneamiento del sistema, en este primer año de ges-tión se sustituyeron 2 mil 102 metros lineales de tubería dañada en redes de alcantarillado pero, en cambio, se desazolvaron 181 mil 586 metros lineales de redes de alcantarillado en diversos puntos de la ciudad y se sondearon 25 mil 311 metros lineales de tuberías de ramales en 2 mil 211 domicilios. En este período era normal ver brigadas de trabajadores de la Junta laborando de noche en el desazolve de la red de drenaje, lo que evitaba el rebosamiento en las alcantarillas.De igual manera y siguiendo este esquema, la Junta se metió de lleno a dar mantenimiento constante a los 11 cárcamos de rebombeo de aguas negras por la red, como parte del objetivo integral de mantener un siste-ma en equilibrio y con funcionamiento eficiente.La JUMAPAM tan contaba con un buen equipo de mantenimiento que

se daba el lujo de apoyar a los municipios de Escuinapa, El Rosario, La Cruz, Concordia y San Ignacio desazolvando sus respectivas redes prin-cipales de drenaje y limpiando pozos de visita y de registros.En este primer tramo, la JUMAPAM incrementó su padrón de usuarios de los servicios de alcantarillado registrando 2 mil 834 nuevos contra-tos, lo que al mismo tiempo permitió alcanzar una cobertura del 87 por ciento en la zona urbana.Por otra parte, se registran 14 obras de ampliación de redes de alcan-tarillado y descargas domiciliarias que tuvieron un costo de 2 millones 300 mil pesos para beneficio de 734 familias que habitan en las colonias Juárez, Salinas de Gortari, Flores Magón Vl, Zona Centro, Azteca, Liber-tad de Expresión, Díaz Ordaz, Libertad, Pueblo Nuevo, Francisco Villa y Federico Velarde.En total, fueron 49 obras de agua potable y drenaje las que se ejecutaron este año con un monto global de 9 millones 600 mil pesos. Muchas de estas obras tuvieron que ver con la ampliación de la red de agua y dre-naje, por lo que se instalaron para ambos sistemas 17 mil 289 metros de tubería de diferentes diámetros.Es importante destacar que durante 1996 la planta de tratamiento de aguas negras, que se ubica en el cerro del Crestón, operó dentro de los rangos “normales” heredados por la administración de Martín Gavica. Lo anterior determinó que ni siquiera en su primer informe de labores Alejandro Camacho mencionara, ni para bien ni para mal, el funciona-miento de la planta y la posibilidad de su rehabilitación o no. Fue, en todo caso, un año en el que el agua potable y el drenaje no se observaron como problemas prioritarios y urgentes.

3. 1997: año de la rehabilitación.

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El segundo año del gobierno de Alejandro Camacho, en relación a la JUMAPAM, se caracterizó no sólo por el mantenimiento efectivo a la red del drenaje y el agua potable, sino por un programa de rehabilitación constante a la infraestructura más débil del sistema en general. Otro as-pecto fue el ahorro interno a través de procesos correctivos en los siste-mas y equipos de operación, así como la automatización de los procesos administrativos, principalmente en las áreas comercial y financiera. Un punto importante es el relativo a que este año concluyó la primera etapa de rehabilitación de la planta de tratamiento y se inició la segunda eta-pa, misma que concluyó en diciembre de 1998, justamente con el trienio camachista.

A) Agua potable.En el rubro de agua potable hay que destacar la rehabilitación de 29 de los 39 pozos existentes en las zonas de captación de El Pozole y San Francisquito, los que periódicamente, a través de un programa, se les dio mantenimiento preventivo. Por cierto que en el transcurso del año, se construyeron 3 pozos a los que se les dio un nivel de acuerdo a la zona de ubicación para evitar inundaciones. Estos pozos nuevos sustituyeron a otros 3 pozos que quedaron fuera de operación.Debe destacarse, igualmente, el mantenimiento correctivo a la línea de conducción de acero de 30 pulgadas y a la línea Lock Joint. Entre 1996 y 1997, se sustituyeron 40 válvulas de expulsión a lo largo de las líneas principales de conducción y se efectuó la reposición de 6 vál-vulas de compuerta o seccionadoras de 10 pulgadas, lo que permitió dar de manera simultánea abastecimiento de agua potable a los tanques de Loma Atravesada y Casa Mata. Lo antes expuesto, no habla de otra cosa mas que de un programa de rehabilitación sustentado en el mantenimiento correctivo y preventivo de las principales líneas de conducción del agua y las de distribución de

los principales tanques de almacenamiento.En relación a la calidad del agua, cuando menos en 20 comunidades ru-rales con más de un mil habitantes, se instalaron hipocloradores, lo que permitió ofrecer un líquido mejor tratado para el consumo humano.De acuerdo al informe que en este aspecto obra en el archivo de la JU-MAPAM, a mediados de este año se adquirió un espectrofotómetro con capacidad de 150 determinaciones, un horno de secado para redondear los parámetros de las pruebas físico-químicas y, además, una lámpara de luz ultravioleta para detectar las bacterias coliformes-fecales.Lo anterior con el objetivo central de proporcionar mejor calidad y ve-racidad en la determinación de parámetros y para ampliar los rangos de control en las muestras y análisis que exigen la Secretaría de Salubridad y Asistencia y la Comisión Nacional del Agua.Como se comenta al inicio, este año la JUMAPAM dejó muy en claro que su inversión principal se enfocó a la rehabilitación, al mantenimiento y a la adquisición de equipo para una mejor operación del sistema en general.Por eso, la obra en materia de los servicios de agua potable en 1997 se vio reducida a 9 proyectos de ampliación (no de introducción) en la zona urbana, que beneficiaron a las colonias Jaripillo, Loma Atravesada, Loma Bonita, Francisco I. Madero, Benito Juárez y ampliación Felipe Ángeles.La obra de agua potable en la zona rural se redujo, de acuerdo al segundo informe que rindió Alejandro Camacho, a rehabilitar “fuentes de abaste-cimiento” y a ampliar los sistemas en los poblados de Veranos, Escami-llas, El Salto, Potrero de Carrasco, El Chilillo, Villa Unión, El Roble, El Habal, San Marcos y La Noria. Los demás sistemas de JUMAPAM en la zona rural recibieron mantenimiento “preventivo y correctivo”.Nada de los grandes proyectos como la planta potabilizadora. El Pro-yecto Mazatlán ll de agua potable, drenaje y saneamiento no existió; fue

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borrado del mapa por la administración de Alejandro Camacho.

B) Alcantarillado y saneamiento.La estrategia de la rehabilitación y el mantenimiento no pudo ser más importante en el sistema de alcantarillado y saneamiento. Si bien es cier-to que la administración camachista recibió una planta de tratamiento de aguas negras funcionando al 40 por ciento de su capacidad, no lo es menos que ello bastaba para disimular un poco la contaminación en la bahía y en los cuerpos de agua, como esteros y lagunas, donde histórica-mente se han vertido desechos del drenaje sanitario. El propio manteni-miento que de día y de noche se daba a las alcantarillas ayudaron mucho para que las aguas negras no se desbordaran y encontraran mejor cause por los subcolectores y colectores. Estas condiciones de mantenimiento preventivo y correctivo, más la suplantación de largos tramos de tubería en mal estado, fue la clave para que en el período 96-98 las aguas negras no se convirtieran en una amenaza de primer orden como ocurrió en 1987-88 y como está ocurriendo en este 2001. Está fue la razón del por qué el alcalde Alejandro Camacho no consideró prioritario los proble-mas de agua y drenaje. Sin embargo, a fines de 1997, en el marco de su segundo año de gobierno, el entonces presidente municipal dio a cono-cer que la primera etapa de rehabilitación de la planta de tratamiento de aguas negras, ubicada a las faldas de cerro del Crestón, había terminado y que se iniciaría la segunda etapa con una inversión por el orden de los 10 millones 455 mil 887 pesos, obra que se terminó de ejecutar los últimos días de diciembre de 1998, prácticamente al final de su mandato.Hay que señalar entonces que de poco sirvió la inversión hecha en las ad-ministraciones de Martín Gavica y de Alejandro Camacho, para la reha-bilitación de la planta de tratamiento de aguas negras, si un año después, ya en la gestión del alcalde Alejandro Higuera, se planteó la necesidad de paralizar totalmente su funcionamiento en la idea de que la rehabili-

tación fuera a fondo y no se siguiera gastando dinero en acciones que, se demostró, no habían resultado efectivas.Después de casi un año de haberse paralizado el funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas negras del Crestón, y luego de una in-versión de 28 millones de pesos, al cierre de este capítulo, se iniciaban los trabajos de experimentación para luego pasar a su operación normal en el mes de septiembre de este 2001. Aunque este punto se verá en el capítulo correspondiente a la primera administración municipal de Ale-jandro Higuera.A parte de anunciar que ya estaba en marcha la primera etapa de reha-bilitación de la planta de tratamiento, Camacho informó que para su úl-timo año de gobierno se ejecutarían 26 obras con recursos del gobierno federal, gobierno estatal y del municipio, lo que requeriría de 19 millo-nes y medio de pesos incluyendo equipamiento. En estas obras se incluía la segunda etapa de rehabilitación de la planta de tratamiento de aguas negras que concluiría en diciembre de 1998.En su segundo informe de gobierno, Alejandro Camacho dibujó preci-samente el espíritu de rehabilitación y mantenimiento operativo de fren-te a los servicios de agua y de drenaje.Por eso al informar sobre los logros en materia de alcantarillado y sa-neamiento, dio a conocer la sustitución de 3 mil 159 metros lineales de tubería dañada en colectores, subcolectores y redes de atarjea, ubicada en diversos puntos de la ciudad.Los rebosamientos de las alcantarillas, explicó, fueron resueltos con el programa de mantenimiento nocturno de desazolve, de manera que ese año se limpiaron 171 mil metros lineales de redes, sobre todo en los pun-tos torales de los diversos colectores y subcolectores. A parte, con motivo de la pavimentación de varias calles, se rehabilitaron las redes de agua potable y alcantarillado en no pocas colonias.

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El mantenimiento general de los 11 cárcamos y el sondeo de 33 mil me-tros lineales en tuberías de ramales interiores y exteriores en casi 3 mil domicilios, fue parte de la lucha constante para impedir que las aguas negras siguieran ganando la batalla.Durante este año sólo fueron 14 obras de ampliación de redes de alcanta-rillado y descargas domiciliarias las que se realizaron, con una inversión de 3 millones 300 mil pesos.

C) Ahorro interno.La estrategia de Jorge Guillermo Enciso se centró también en el ahorro interno. Es decir, rehabilitar y habilitar nuevos sistemas que le permitie-ran a la JUMAPAM menor gasto operativo y administrativo.De ahí que, por ejemplo, en algunos rebombeos y tanques se sustituye-ron bancos de capacitadores que tienen que ver con el suministro mejor aprovechado de la energía eléctrica, de manera que ello permitió el aho-rro de un 8 por ciento de la facturación mensual de energía eléctrica, por efecto del bajo factor de potencia.Pero este ahorro se incrementó luego que se dio la reposición total de las instalaciones eléctricas, centros de carga y mantenimiento a la sub-estación del edificio central.El ahorro interno también se incrementó con el llamado equipo “ober-guol”, que consiste en reponer todas las piezas del equipo especializado de desazolve que ya no funcionen bien o bien laminando y pintando las piezas que lo requieran.Como la comunicación interna, por medio de radio, quedó desfasada debido al crecimiento del 35 por ciento de los usuarios con relación a su capacidad, se instaló un tercer repetidor y se rehabilitaron las torres y antenas de las otras dos repetidoras y bases.Aunado al esfuerzo por eficientar la comunicación interna y ahorrar, se puso en marcha un programa de automatización de los procesos de

información en las áreas operacionales y administrativas por medio de sistemas de cómputo, lo que al mismo tiempo condujo a eficientar el área comercial en los rubros de facturación y cobranza.El programa de automatización permitió, igualmente, el enlace compu-tacional en áreas claves como almacén, compras y tesorería, lo que trajo como consecuencia claridad y transparencia en las transacciones.El programa también determinó que por primera vez se instalara un mó-dulo de cobranza o cajero automático “en línea” (ubicado en la Plaza Ley del Mar), mediante la instalación y configuración del nuevo equipo controlador 53-94.Con la automatización del sistema comercial y administrativo, se desa-rrolló e implementó el nuevo módulo de sistemas de atención a usuarios, que hizo a un lado al que se llevaba en PCs para instalar el sistema AS-400 con interrelación con los demás sistemas existentes en la JUMA-PAM.Total que junto a la rehabilitación y mantenimiento del sistema de agua y de drenaje, es decir, de la parte operativa, también se dio la moderniza-ción y automatización de los procesos administrativos, principalmente en el área comercial y financiera.

4. 1998: Ejecución de obras, rehabilitación y mantenimiento.

En el último año de gestión de Alejandro Camacho, la política de JUMA-PAM no varió un ápice, a pesar de los esfuerzos, desde un principio, de Jorge Guillermo Enciso Días, gerente general del organismo, por tratar de convencer a los empresarios hoteleros de los beneficios que traería al destino la instalación de una macro planta de tratamiento de aguas negras al norte de la ciudad, específicamente en el punto conocido como “Cerritos”.

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Como se sabe, la propuesta de la macro planta al norte de la ciudad final-mente fue rechazada y, con ella, también fue sepultado lo que desde 1982 se conoció como Proyecto Mazatlán ll de Agua Potable, Drenaje y Alcan-tarillado, para dar paso, meses después, con la administración Higueris-ta, al Proyecto Mazatlán Siglo XXl del que adelante se hace referencia.Nunca hubo duda de la estrategia del trienio camachista en relación al servicio de agua potable y drenaje sanitario. El alcalde no se complicó la existencia y se dedicó, no ha crecer en términos cuantitativos, sino a eficientar lo que se tenía. Por eso no es de extrañarse que a unos días de dejar su gobierno, durante su tercer informe de gobierno, Alejandro Camacho haya dicho que las actividades realizadas por JUMAPAM para brindar el servicio de agua potable y alcantarillado, “son básicamente de operación y rehabilitación de infraestructura...y de obras de ampliación”.Así se la navegó durante sus tres años de gestión y se tiene que admitir que en términos relativos le funcionó, aunque es innegable que le here-dó a Alejandro Higuera problemas de fondo que a los meses eructaron desde las meras entrañas de la tierra, principalmente de las cañerías que por doquier vomitaban aguas negras. Lo del drenaje sanitario se erigió en una verdadera amenaza para la economía de la ciudad, para el medio ambiente y para la salud de sus habitantes.En su tercer informe Camacho dio a conocer, en materia de drenaje y agua potable, prácticamente lo mismo que en los dos años anteriores, con excepción de la “obra más importante realizada durante este año” como fue la “construcción de la segunda etapa de rehabilitación” de la planta de tratamiento de aguas negras del Crestón.En materia de drenaje se construyeron 11 obras de ampliación de redes de alcantarillado y descargas domiciliarias, hubo un incremento de casi 2 mil usuarios en los servicios de alcantarillado que terminó con una co-bertura del 87.84 en la zona urbana, aunque con un rezago considerable

en alcantarillado.En el ámbito de la rehabilitación se sustituyeron 2 mil 168 metros linea-les de tubería dañada en colectores, subcolectores y redes de atarjea; se continuó con el mantenimiento nocturno y de desazolve, lo que permi-tió la limpieza de 185 mil 563 metros lineales de redes en diversos puntos de la ciudad y se evitaron añejos desbordamientos de aguas negras en áreas conflictivas. Este año se repararon 72 metros lineales de tubería de asbesto-cemento de 18 pulgadas de diámetro en las líneas de presión del cárcamo número Uno Norte, para evitar derramamiento de aguas negras a la altura del fraccionamiento Lomas de Mazatlán en la Zona Dorada. En cuanto al mantenimiento preventivo de las redes se sondearon 36 mil 500 metros lineales de tubería de ramales interiores y exteriores en 2 mil 904 domicilios, a parte del mantenimiento general de los 11 cárcamos.En Materia de agua potable se llegó a una cobertura histórica del 97.9 por ciento en la zona urbana y el abastecimiento del líquido se dio me-diante 39 pozos ubicados en la zona de captación de El Pozole y San Francisquito. Este año se rehabilitaron 22 pozos y se construyeron dos más; uno de ellos, el número 225, fue cedido por los ejidatarios del po-blado de Vainillo, con una capacidad de 60 litros por segundo.Se sustituyeron 1mil 200 metros de línea trifásica de alta tensión de co-bre por línea de aluminio, incluyendo postes y herrajes (trazo nuevo) en el circuito L3. A partir de esta obra se tuvo menos pérdida de energía eléctrica por calentamiento de la línea y menos interrupciones de horas de trabajo de los pozos por fallas de aislamiento, además del incremento de la vida útil de las líneas eléctricas.El mantenimiento correctivo de las líneas de conducción fue constante, sobre todo porque en 1998 se presentaron tres rupturas, una en la de asbesto-cemento y dos en la de acero de 30 pulgadas. Ese año también se instalaron 20 macro medidores en las fuentes de abastecimiento de

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El Pozole y San Francisquito, lo que permite desde entonces medir con mayor confianza el volumen del agua que se envía.De igual manera se continuó con el programa de calidad del agua en la zona rural, porque, además, se siguieron instalando hipocloradores en diversas poblaciones. Por cierto que este año se hizo un estudio-mues-treo en la calidad del agua que se envía a través de las líneas principales, lo que determinó aumentar la cantidad de cloro en la línea jock joint, debido a que el recorrido del agua por la línea, y con las conexiones que se encuentran en el trayecto de la misma, disminuía la cantidad de cloro al llegar a los tanques de almacenamiento. El muestreo lo realizó de ma-nera conjunta la JUMAPAM y la Secretaría de Salubridad y Asistencia.Durante este último año de la administración de Camacho Mendoza se realizaron 15 obras de ampliación del sistema de agua potable en las co-lonias Federico Velarde, Jesús Kumate, Burócrata, Jabalíes, Octava Am-pliación Flores Magón, Jaripillo lll, ampliación Pino Suárez, Loma Boni-ta y Valle del Ejido Sector 1. De acuerdo al tercer informe de gobierno, también en la zona rural se construyeron y rehabilitaron fuentes de abas-tecimiento y se ampliaron los sistemas de agua potable en 11 poblados: El Chilillo, La Noria, Barrón, Habalito del Tubo, La Tuna, El Castillo, El Walamo, Potrero de Carrasco, Isla de la Piedra, Mármol y El Roble. En suma, el de Alejandro Camacho fue un trienio con poca ejecución de obra, pero con mucho mantenimiento preventivo y correctivo y un pro-grama de rehabilitación permanente que permitió un funcionamiento eficiente del sistema en general, tanto de agua potable como en drenaje.XII1999-2001, EXPANSION DE LOS SISTEMAS DE AGUA Y ALCANTA-RILLADO.(Crisis del drenaje)

1- Introducción. Cuando Alejandro Higuera Osuna tomó las riendas del municipio, pon-deró con mucho énfasis los rezagos históricos que algunas comunidades tenían en relación al agua y al drenaje. Una de las áreas urbanas más des-protegidas en la materia lo fue Valles del Ejido, amplia extensión terri-torial sembrada por un caserío que a la fecha cuenta con cerca de 20 mil habitantes. Desde la época del alcalde Humberto Rice, los pobladores de esta área exigían el servicio de agua potable fundamentalmente, pero ni esa administración ni la de Martín Gavica, ni la de Alejandro Cama-cho tuvieron capacidad para enfrentar la demanda, de manera que la herencia recibida por Higuera fue mayúscula, sobre todo si se destaca el hecho de que en la administración de Camacho la introducción de nue-vas obras de agua potable y de drenaje se vieron restringidas y, en todo caso, las que se ejecutaron fueron a nivel de ampliación. Hasta diciembre del 2000, la administración higuerista había invertido 110 millones de pesos en obras de agua potable, drenaje, saneamiento y equipamiento, lo que habla del esfuerzo y del crecimiento registrado por los sistemas de agua y alcantarillado. En tan sólo dos años y medio de gestión higuerista la cobertura de agua potable creció en un 17 por ciento, pues de 83 mil 159 tomas heredadas por la administración de Camacho la cifra ascen-dió hasta poco más de 97 mil tomas, lo que significa un 97.5 por ciento en relación a la población total.Otro ejemplo del crecimiento inusitado del sistema, pero al nivel del drenaje, fue el registrado durante el primer año de este período. Para diciembre de 1998 se contabilizaban 74 mil 420 registros de descargas, número que para diciembre de 1999 aumentó a 76 mil 744 descargas, lo que en ese momento implicó una cobertura del 87.9 por ciento. Para su segundo año de gobierno, Higuera anunció la incorporación a la red de

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drenaje de 86 mil 418 mazatlecos, 60 mil de la zona urbana, lo que signi-fica un 18 por ciento de la población total de la ciudad.De hecho entre el primer y segundo año de gestión higuerista fueron incorporados al sistema de agua potable cerca de 30 mil mazatlecos de la zona urbana, es decir, se dio un importante incremento en el volumen del agua consumida, pero también en el volumen de aguas servidas y vertidas al sistema de drenaje. Tan sólo el sistema de agua potable en Valles del Ejido, inaugurado el año 2000, adhirió a 16 mil habitantes de un sopetón.Por supuesto, un aumento en el consumo del agua implicó, igualmente, la rehabilitación de la infraestructura en las fuentes de abastecimiento, de ahí que los 43 pozos ubicados en las zonas de captación de El Pozole y San Francisquito fueron sometidos a una regeneración a fondo.En el caso del drenaje sanitario, el crecimiento en la cobertura del alcan-tarillado determinó, igualmente, un programa permanente de servicio de desazolve, destape de atarjeas y colectores; limpieza de fosas y pozos de visita, además de cerca de 10 mil reparaciones en las redes de alcan-tarillado. Destaca la construcción de un cárcamo y 680 metros de línea que le dan impulso a las aguas negras de un área habitacional al norte de la ciudad.Lo importante aquí es destacar que a los dos años y medio del gobierno de Higuera la cobertura del agua para la zona urbana creció al 97.5 por ciento y la del drenaje hasta el 88 por ciento. Fue, la verdad, un creci-miento inusitado y sostenido de ambos sistemas, pero, al mismo tiempo, el peso de esta expansión recayó sobre a quejumbrosa, vieja y obsoleta infraestructura toral que, a pesar de todo y contra todo, sigue sostenien-do el funcionamiento de estos servicios. La conducción de más agua ha-cia los tanques de almacenamiento implicó mayor operación para unas líneas de conducción vulnerables y, en el caso del drenaje, el aumento en

el caudal de las aguas negras mantiene en jaque a la vieja tubería de los colectores principales a punto de colapsarse.Es paradójico, pero lo que explica la crisis que en materia de aguas ne-gras se padeció en el 2001, se debe al crecimiento de la cobertura en los sistemas de agua y de drenaje. A mayor volumen, más posibilidades de que partes de la red revienten y eso es precisamente lo que en el primer semestre del último año de gobierno de Higuera ocurrió.En previsión de este problema, en diciembre de 1999, durante su primer informe de gobierno, el alcalde Alejandro Higuera dio a conocer que: “Con los recursos de los mazatlecos JUMAPAM tiene la capacidad de responder a la demanda de cientos de familias que cada temporada de lluvia se ven afectadas por el desbordamiento de las aguas negras, para ellos se diseñó el Proyecto Mazatlán Siglo XXl, el que, en una primera etapa, contempla la instalación de cuatro pequeñas plantas de tratamien-to de aguas negras con capacidad para procesar 100 litros por segundo cada una. Las microplantas serán ubicadas en las zonas de conflicto y so-lucionarán en gran medida los problemas de alcantarillado que aquejan a nuestra ciudad.Con Alejandro Higuera se rompió el esquema de los proyectos macro, como el Mazatlán ll de drenaje y agua potable y se replanteó un esquema de solución a los problemas, principalmente de aguas negras, a partir de parcializar la ciudad e instalar por zonas estratégicas las llamadas micro plantas de tratamiento de aguas negras, a lo que en páginas posteriores hacemos referencia.Es importante, sin embargo, precisar que el Proyecto Mazatlán Siglo XXl incluye estudios de agua potable, alcantarillado y saneamiento.El gobierno higuerista inició a mediados del año 2000 la rehabilitación de la planta de tratamiento de aguas negras del Crestón en su tercera eta-pa, en la que invirtió de manera directa 8 millones de pesos y en la que

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el gobierno estatal y federal aportaron otros 8 millones cada uno, lo que da un total de 24 millones de pesos. El plazo para que la obra quedara lis-ta se dio hasta el mes de junio del 2001, pero el retraso en la importación de algunos equipos implicó que su funcionamiento se pospusiera hasta el mes de septiembre. Con la rehabilitación de la planta del Crestón se esperaba un procesamiento de cuando menos 800 litros por segundo, lo que realmente hubiese sido un éxito porque esa cantidad representa el 80 por ciento del volumen de la producción de aguas servidas, mismas que en un alto porcentaje se vertían crudas a la bahía, causando una alta contaminación en las aguas del mar y fuertes estragos en la salud huma-na y animal.Ciertamente, en primer período de la administración de Alejandro Hi-guera, se ejerció un gasto sin precedente en la construcción de obras de agua potable, alcantarillado y saneamiento, pero la propia dinámica del servicio para atender la demanda de la creciente población, cayó en con-tradicción con el obsoleto sistema de drenaje y con la propia forma de allegarnos el agua potable. En páginas posteriores, y dentro del análisis del primer trienio higuerista, particularmente del Proyecto Siglo XXl, se observan otras alternativas en relación a cómo traer más agua para Ma-zatlán, la construcción de una potabilizadora y la instalación de micro plantas para tratar las aguas servidas. 2. Estado del sistema de drenaje y alcantarillado en 2001.

El concepto de drenaje y alcantarillado se utiliza normalmente de mane-ra arbitraria o casi siempre bajo un desconocimiento de lo que implica un sistema de esta naturaleza.Drenaje viene de drenar, de desalojar un volumen de líquido a través de diversas formas de escurrimiento que pueden ser entubadas o a cielo

abierto. En Mazatlán, como en otras ciudades, tenemos un sistema de drenaje para aguas negras que se sustenta en una red de alcantarillado o de alcantarillas entubadas. Es decir, un sistema separado y exclusivo de lo que es el sistema de drenaje de aguas pluviales. Aunque hay que preci-sar que existen sistemas combinados para drenar aguas negras y aguas de lluvia en algunas ciudades, aunque estas son muy contadas.En el caso de nuestra ciudad, por su topografía, requiere de sistemas separados para conducir las aguas negras y las aguas pluviales. Aquí hay que aclarar que a la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado le corresponde la construcción, ampliación, operación y mantenimiento del sistema de aguas negras que opera a través de una red de alcanta-rillas y tuberías de distintos niveles y diámetros. En el caso del sistema de aguas pluviales, es decir, del drenaje de las aguas de lluvia que se da en el mayor de los casos a cielo abierto, su construcción, ampliación, operación y mantenimiento le corresponde a la Dirección de Obras Pú-blicas del Ayuntamiento. Queda claro que el sistema de drenaje de aguas negras le corresponde a JUMAPAM y el sistema de aguas pluviales al ayuntamiento. Queda claro también que, en el caso de las aguas negras, a la Junta también le atañe su tratamiento antes de ser vertida a alguna otra área o cuerpo de agua como el mar, esteros, lagunas, arroyos.

A) Estructura de la red de drenaje de aguas negras. El sistema o la red de drenaje de aguas servidas, en el caso de Mazat-lán, se asemeja a un gran árbol cuyo tronco es el colector mayor que re-cibe las avenidas y las conduce a la planta de tratamiento de aguas negras para, de ahí, enviarlas hacia el mar por el llamado emisor submarino. Del tronco se conectan los brazos mayores del árbol que en este caso son los llamados colectores; luego de estos brazos se desprenden otras ramifica-ciones importantes que en el sistema de drenaje serían los subcolecto-

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res. De ahí crecen los varejones del árbol que en este caso sería la red de atarjeas y de los varejones se prende el follaje que se representaría en las descargas domiciliarias. Es este ejemplo del árbol el que, precisamente, nos ilustra de manera muy gráfica la forma, la estructura que tiene nues-tro sistema de drenaje de aguas negras.Efectivamente, en el sistema de drenaje de aguas servidas, los colectores son fundamentales porque cumplen la función de estar recibiendo los desechos de diversas áreas de la ciudad divididas geográfica y estraté-gicamente en subcolectores, red de atarjeas y descargas domiciliarias, lo que quiere decir que cada casa habitación está conectada al sistema en general a partir de tramos de tubería que van de menor a mayor diá-metro. En una colonia, barrio o fraccionamiento encontraremos en el subsuelo, por debajo del pavimento de la calle, un sistema de atarjeas (tubería de diámetro menor) que recibe las descargas de aguas servidas de los llamados registros domiciliarios instalados en las banquetas de cada una de las casas. La tubería o atarjea mide normalmente 20 cen-tímetros de diámetro y conduce las aguas de todo un barrio o colonia hacia un subcolector; es decir hacia una tubería de mayor diámetro que capta las aguas de varias colonias o un sector amplio de la ciudad. A su vez el subcolector se conecta a un colector cuya tubería es de un diáme-tro más amplio porque recibe las aguas de varios sectores. Por ejemplo, el colector de aguas negras con mayor capacidad de captación es el llamado “Internacional”, instalado a lo largo de la calzada Gabriel Leyva y que recoge las aguas negras desde parte de la colonia Benito Juárez hasta los asentamientos ubicados a un lado de la planta de tratamiento en el cerro de “El Crestón”. Este colector es una tubería que tiene un diámetro de 1 metro 52 centímetros y que, en el caso del ejemplo arriba expuesto, se puede considerar el tronco del árbol.Los colectores, como se señala, se ubican estratégicamente en diversos

puntos de la ciudad para captar el agua residual, de ahí que es necesa-rio nombrar otros importantes como el colector “Independencia” cuyo diámetro oscila entre 1 metro 07 centímetros en un tramo y 1 metro 22 centímetros en otro. Otros colectores importantes son el Niños Hé-roes, el Benito Juárez que se ubica en la colonia del mismo nombre; los colectores Fovissste, Pueblo Nuevo y Francisco Villa que rodean los asentamientos del mismo nombre. Otros colectores son el “Insurgentes” que pasa por la avenida del mismo nombre y el “Reforma” alineado por entre la avenida del mismo nombre y el Acuario Mazatlán. El colector “Puerto Viejo” es el que capta las aguas negras del viejo Mazatlán, Olas Altas y los asentamientos del Paseo Clausen.Como se observa, la red de colectores que conforman el eje central del sistema de drenaje en Mazatlán se interconectan hasta llegar al colector “Internacional” que es el que prácticamente entronca con la Planta de tratamiento de aguas negras de El Crestón y en consecuencia con el lla-mado emisor submarino por donde se arrojan, tratadas o no, las aguas negras al mar.

B) Estado de los colectores en 2001Los colectores se fueron construyendo en diversos tiempos y bajo la nor-matividad vigente en cada una de las etapas. Pero en el caso específico de la red existente, la mayoría de los tubos son de concreto. En primer lugar porque en el mercado se podía encontrar con facilidad y en segundo lu-gar porque este tipo de material, por económico, se recomendaba más, a parte de que lo proporcionaba el gobierno federal de manera que, mas allá de ciertas especificaciones, el tubo de concreto forma parte, en un 90 por ciento, de los sistemas de drenaje y alcantarillado en todo el país. Existe tubería con diámetro chico en donde el concreto es simple, pero en la tubería con diámetro grande el concreto es reforzado. En el caso

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de los colectores de nuestra ciudad, construidos la mayoría con tubos de concreto, estos prácticamente ya llegaron al límite de su vida útil y otros están por entrar a esta fase. La realidad es que la utilidad, la fun-cionalidad de un material de esta naturaleza se ve corroída precisamente por el tipo de aguas negras que conducen; por la composición química de las mismas y su grado de destrucción. De igual forma, los gases que se generan producto del tipo de agua y el vacío existente agreden di-rectamente al concreto. De acuerdo a la opinión de uno de los técnicos más importantes de la JUMAPAM, Ing. Elías Castro, la instalación de la tubería por la que corren las aguas negras en nuestro puerto, responde a determinada técnica según el tiempo y, en aquellos años (desde 1950 y los subsiguientes períodos), en el ensamble de los colectores no se usaba “junta hermética”. A parte de que la tubería era porosa, en la conexión de un tubo a otro se utilizaba mortero, cemento y arena. Si esta tubería no estaba bien estabilizada, afianzada y compactada, entonces se empezaba a dislocar y, ante esto, ocurría el ingreso o la expulsión de agua en la red según fuera el caso. Para Elías Castro el problema está en que hace diez años la red pisó los últimos límites de los plazos fatales, es decir un te-rreno en el que en cualquier momento puede suceder una desgracia co-lectiva y, a pesar de ello, la tubería no ha sido reemplazada y ni siquiera, antes de la gerencia del Ing. Rigoberto Félix Díaz, se había iniciado un programa de mediano plazo para irla sustituyendo por tramos nuevos. Lo que urge ahora es iniciar lo que en realidad se debió hacer 20 años atrás, cuando empezaron las primeras señales de peligro y cuando, poco más tarde, el problema se agudizó en 1987. Hay que decir que la planta de tratamiento de aguas negras ubicada en El Crestón pretendió solucio-nar un problema que solo apaciguó por unos años, pero que, de nuevo, lo convirtió en crítico desde hace poco más de un lustro. No es alarmis-mo, pero si uno de los viejos colectores llegase a reventar con la potencia

misma de su estado de descomposición, entonces es casi probable que el efecto dominó se haga presente y que el problema se colectivice pro-vocando que la ciudad se inunde de aguas negras, con las consabidas consecuencias de salud y caída drástica de la economía, principalmente de la industria turística y pesquera.

C) Los cárcamos.¿Qué son los cárcamos? Son sistemas de bombeo de agua que permite enviar el líquido de las partes bajas del subsuelo hacia partes mas elevadas, lo que determina que haya fluidez en el rodado y que, al mismo tiempo, no se estanquen o se salgan de su cause, provocando derrames en algunas áreas de la ciudad, sobre todo porque en el caso de Mazatlán padecemos problemas de orografía.Los cárcamos se utilizan normalmente en el terreno plano, cuando es necesario darles pendientes a las tuberías, pero sobre todo cuando es-tas alcanzan una profundidad de cuatro o cinco metros que hace que el sistema se vuelva inoperante. A esta profundidad es fácil instalar las tuberías, pero no repararlas porque a parte de excavar en esa proporción se pone en riesgo las construcciones aledañas. Lo anterior quiere decir que la instalación de los colectores tiene un límite en su profundidad, por lo que se procede a construir, en el tope del declive, una especie de aljibe que no es otra cosa que un cárcamo en donde descarga el agua. En este cárcamo se instalan unas bombas para levantar el agua, conducirla y llevar su descarga a otro colector que se inicia justamente ahí pero más superficial, y así sucesivamente hasta que este último colector, su tubería, alcanza la profundidad en la que requiere de la instalación de un aljibe o cárcamo de bombeo para levantar el agua y que ésta siga su camino rumbo a su descarga final, que puede ser directamente a un cuerpo de agua o bien llegar antes a una planta de tratamiento para luego ser des-echada.

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En nuestra ciudad existen, hasta el 2005, 13 cárcamos de bombeo, que descargan en serie y que forman parte del sistema de drenaje de aguas negras, instalados precisamente en los lugares que la profundidad de la tubería lo requiere. Es por esta condición de su operación en serie, el por qué su funcionamiento es electromecánico, aunque ante la eventualidad de una emergencia por problemas de desastre natural, el equipo puede funcionar con energía proporcionada por combustión interna, con mo-tor diesel o de gasolina, de manera que ante una situación difícil o de emergencia las aguas negras se pueden conducir a algún cuerpo de agua para evitar su derramamiento en la superficie o que alcancen la calle y los espacios habitados.De esos trece cárcamos, sólo uno descarga en un cuerpo de agua distin-to. Mientras el cárcamo número cuatro conduce las aguas hacia el Estero del Sábalo, los doce restantes se interconectan para llevarla al Cerro del Crestón. Estos cárcamos están instalados en la parte baja de la ciudad y su red bordea muy cercano a la bahía como es natural. La demás agua, la que viene de la parte alta, se desplaza rodada por la fuerza de la grave-dad. Por eso se explica que la red de los cárcamos de bombeo se ubique desde el Hotel Camino Real ( hoy Playa Real), y su interconexión siga las partes bajas o más planas hasta llegar al cárcamo instalado en la ca-lle Pesqueira, mismo que bombea el agua hasta el puente “Juárez” para introducirlas al colector “Internacional” y llevarla de ahí hasta el cárca-mo de la Aduana, desde donde es bombeada directamente al cerro del Crestón y vertida, a través de la Planta de Tratamiento o no, a la bahía del Océano Pacífico. Antes de llegar al cárcamo de la calle Pesqueira, las aguas negras llegan del Camino Real a Lomas de Mazatlán, a un lado del Restaurante Vips, para ser bombeadas a la calle Jesús Kumate y de ahí impulsada hasta el cárcamo de la avenida Reforma. Luego el sistema de bombeo en serie se sigue hasta la Unidad Administrativa del Gobierno

del Estado, desde donde se “levanta” el agua para conducirla al cárcamo “Chachalacas” y posteriormente conducirla hasta el cárcamo “Pesquei-ra”, desde donde se trasladan los desechos al cárcamo de la Aduana para bombearla finalmente a El Crestón. Por su puesto, el bombeo del agua es en serie, pero sigue los vericuetos de los respectivos colectores a su paso hasta desembocar en el Colector mayor que es el “Internacional”.Hay que decir que si bien es cierto el sistema de alcantarillado ofrece problemas de operación y mantenimiento, lo más grave no es esto pre-cisamente, sino lo obsoleto de la red. Esta situación, más el problema topográfico, obliga justamente al uso de cárcamos, ya que una gran parte de la tubería trabaja muy por abajo del nivel freático.Actualmente los trece cárcamos siguen funcionando, aunque la mayoría de ellos se encuentra en condiciones técnicas deterioradas. Solo cuatro cárcamos de rebombeo fueron rehabilitados en el período 2002-2004, aunque al analizar este periodo ofreceremos más detalles al respecto.

3. Las complicaciones del drenaje sanitario y pluvial.

A) Aguas Negras y Pluviales.Visto mas allá de la perspectiva estructural, conviene preguntar si los 13 cárcamos con los que cuenta el sistema de drenaje de aguas negras son suficientes o no para conducir eficientemente el desecho y evitar de-rrames e inundaciones en calles y áreas habitadas. Una respuesta, entre otras, sería que, ciertamente, los cárcamos funcionarían sin problema alguno si es que las aguas pluviales no invadieran la red de las aguas ne-gras. La verdad es que no existe un sistema de drenaje pluvial que evite las inundaciones no sólo de las partes bajas habitadas, sino la saturación de la red de las aguas servidas. En realidad son pocas las áreas de la ciu-dad que cuentan con drenaje pluvial, pero, además, ésta reducida red de

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suyo insuficiente es también altamente ineficiente.Aunque este asunto corresponde a la Dirección de Obras Públicas del Ayuntamiento, lo que en términos de drenaje pluvial se requiere es el diseño de un gran plan maestro para la ciudad, obviamente aprovechan-do lo que sirve porque, al igual que el drenaje sanitario, es urgentísimo contar con esta infraestructura, ya que su ausencia, por sí misma, pone en jaque al sistema de aguas negras.Como se explica, si a alguien le urge que la ciudad cuente con un sistema de drenaje pluvial es precisamente a JUMAPAM, porque ésta empresa es la más perjudicada al recibir fuertes caudales a sus tuberías que, justa-mente, no están diseñadas para eso porque alteran su funcionamiento y aceleran su deterioro.Pero es importante aclarar que un drenaje pluvial no necesariamente tie-ne que diseñarse a través de tuberías como con las que funciona el dre-naje sanitario. Hay que recordar que drenar es desalojar el agua y puede ser por todos los medios que uno se imagine. El más elemental y el que la naturaleza nos ofrece es el drenaje por escurrimiento superficial. En una comunidad que no cuenta con tubería para aguas pluviales, la regla más elemental indica que las calles deben ser trazadas con pendientes y formando cunetas a los laterales, que no son mas que pequeños canales a cielo abierto.Existen bombeos laterales hacia las guarniciones de las banquetas y ahí se forman pequeñas cunetas que tienen pendiente longitudinal sobre la calle y, obviamente, tienen una capacidad que debe ser calculada para no permitir que el tirante suba de vaciado e invada las banquetas; o que el arrastre del agua sea tal que haga que los vehículos se muevan o arrastre objetos peligrosos para la vida de los habitantes. El diseño de este tipo de drenaje pluvial, aunque elemental, exige, precisamente, la aplicación de un cálculo porque lo que se está aprovechando es la capacidad de con-

ducción de una calle. Cuando los caudales de agua pluvial son grandes y si se quieren conducir por la calle lo que van a provocar es que el tirante se suba un metro o más, por lo que se tiene que recurrir a la construcción de un drenaje subterráneo; crear un ducto por debajo del pavimento o de la tierra que evite todas las molestias que puede causar un drenaje de estas proporciones a cielo abierto.

Lo que en esta ciudad tenemos es una especie de coladeras pluviales co-nectadas a un ducto que deposita en el mar las aguas de lluvia, aunque son muy contadas.

El mejor ejemplo de las deficiencias en el drenaje pluvial, se refleja en las inundaciones que generan las lluvias en asentamientos como El Toreo, Francisco Villa, Libertad de Expresión, El Cid y Sábalo Country, áreas habitacionales construidas en terrenos ganados a partes bajas y que his-tóricamente sirvieron como vasos de recepción de agua pluvial o forma-ron parte de cuerpos de agua, ya sean de esteros, arroyos o lagunas. A pe-sar de ello, quienes ahí autorizaron la construcción de casas habitación para su venta, pensaron más en el interés lucrativo que en el futuro de la comunidad. Desprovistos de una red para drenar las aguas de lluvia, los habitantes de las áreas bajas no únicamente sufren las consecuencias de las inundaciones de las aguas pluviales que pretenden recuperar su entorno natural, sino además los vómitos y eructos que emanan de la red del drenaje, saturado e incapaz de darle cause eficiente a tanto líquido. Este punto nos lleva a la idea de que el sistema de drenaje de aguas ne-gras, por sí mismo, es inoperante y peligroso, pero lo es más aún, cuando las aguas de lluvia que deberían correr por su sistema paralelo invaden sus tuberías quejumbrosas. Por eso, este asunto de las aguas negras y las pluviales, los problemas que generan, se sitúan mas allá de lo bien o lo mal que funcionen los cárcamos de bombeo porque, en todo caso, su

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operación es superada por dos mayúsculos problemas: lo viejo y corroí-do de la red de drenaje de aguas negras y las inundaciones que provocan las lluvias y el crecimiento de algunos cuerpos de agua, ante la prácti-camente inexistencia de una red paralela para darles cause de manera ordenada a las avenidas de agua pluvial. Ciertamente, en Mazatlán se tiene un sistema de drenaje pluvial muy rudimentario al grado de que los propios causes naturales, como el arroyo Jabalines, han sido obstruidos y, por lo tanto, se convierten en un serio peligro para la seguridad de los habitantes de las comunidades aledañas, quienes, por diversas razones, se asentaron en un espacio peligroso y por eso constantemente pagan el precio de su decisión.

Urge entonces la concreción de esfuerzos coordinados de las diversas dependencias involucradas en el problema, principalmente entre la Jun-ta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado y el Ayuntamiento de Mazatlán, no sólo en lo que respecta al uso y manejo de los desechos domiciliarios, sino en la canalización adecuada de las aguas servidas que generan centros industriales, el sector hotelero y restaurantero y de to-das aquellas descargas que por ley deben contar con trampas de grasa o con el tratamiento primario de sus desechos; esto último permitirá el reciclaje del agua y, al mismo tiempo, que se elimine los riesgos de des-bordamiento disminuyendo el volumen de aguas negras a la red.Por otro lado, es urgente diseñar, planear y proyectar un sistema de dre-naje pluvial que se inicie por etapas de manera inmediata a partir del plan maestro arriba mencionado. No se trata ya de adoptar medidas ur-gentes a nivel de la operación y el mantenimiento de lo que se tiene, sino de la construcción paulatina de una red a partir de ampliar y regene-rar la actual y de crear nuevas ramificaciones. No está de más tratar de disminuir las descargas de aguas pluviales a la red de drenaje sanitario mediante programas de concientización; y aunque esto no resuelve el

problema, cuando menos ayudaría en lo inmediato a que la red de aguas negras no se vea tan saturada.

4. El proyecto Mazatlán ll (Drenaje)

Fue en 1982 precisamente cuando surgió la idea de dividir a Mazatlán en dos cuencas. Una que tenía que ver con la instalación de una planta de tratamiento de aguas negras para que los desechos de la zona sur, de la parte vieja de la ciudad, descargaran con menos volumen hacia la parte del Cerro del Crestón y cuyo sistema se denominaría Mazatlán l; y, la otra parte, el Mazatlán ll, que implicaba la construcción de colectores hacia la parte norte, de tal manera que el agua de los nuevos asentamientos y de los fraccionamientos de la “Zona Dorada” y el área hotelera descargaran en la parte de Cerritos. A este propuesta se le llamó Proyecto Mazatlán ll de drenaje, porque en ese momento se veía la posibilidad de la instala-ción de otra macro planta de tratamiento de aguas negras que sustentara la instalación de esta nueva red y que, en consecuencia, la vieja tubería descansara del caudal de las aguas servidas que provenían de toda la ciu-dad. Sin embargo, el proyecto Mazatlán ll de drenaje sólo quedó en eso y apenas se instaló un tramo de tubería a la altura de la avenida Rafael Buelna y otro que va del Instituto Cultural de Occidente hasta las vías del tren o el arroyo de jabalíes, a un lado de la colonia Federico Velarde. Una pregunta que se hace Elías Castro es sí sigue siendo válido plantear la idea de dividir a Mazatlán en dos cuencas o si, en todo caso, se hace necesario dividir la ciudad en tres, cuatro o más partes.Por supuesto, la pregunta se sustenta en la experiencia y resultados que hasta ahora ha ofrecido una cuenca como es el Cerro del Crestón y el tratamiento que a los desechos se ha dado a través de la macro planta que se instaló ahí desde 1985, pero que en realidad empezó a medio funcionar a inicios de 1988. Desde entonces, la planta de tratamiento

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de aguas negras ubicada en El Crestón ha venido de más a menos, con capacidad apenas, cuando ha funcionado, para tratar el 30 por ciento de los residuos que expulsa el sistema de la ciudad, lo que quiere decir que nada ha sido capaz de detener la infame y criminal contaminación de la bahía. Por el contrario, esta macro planta ha durado mas tiempo sin ope-rar con el pretexto de que está en rehabilitación, pero lo cierto es que los gobiernos subsecuentes la han convertido en un barril sin fondo a donde han ido a “perderse” cerca de 120 millones de pesos en el lapso de una década. Con este dinero los gobiernos municipales hubiesen construido por lo menos 10 micro plantas de aguas negras en diversos puntos de la ciudad y, en consecuencia, disminuido al máximo la contaminación de nuestro ambiente, principalmente de los cuerpos de aguas, en especial la bahía.

Por eso cuando hace nueve años, al inicio de la administración de Ale-jandro Camacho, se empezó a hablar de la instalación de otra macro planta al norte de la ciudad, en Cerritos, los empresarios hoteleros, prin-cipalmente, pegaron el grito en el cielo. La verdad es que no se trataba de una oposición caprichosa al proyecto, sino que la amarga experiencia con la actual planta del Crestón indicaba que lo mismo ocurriría en este punto de la ciudad. Para los empresarios turísticos, instalar otra macro planta de tratamiento al norte de la ciudad se reducía a dividir el volu-men de aguas negras que se descargaba en El Crestón para descargar otra parte en Cerritos y que eso, en términos Cristianos, significaba, ni más ni menos, desparramar la contaminación para que no se concentrara en un sólo punto. A pesar de que el Gerente General de JUMAPAM en la admi-nistración de Camacho Mendoza, Jorge Enciso, quien ocupó el mismo cargo en el período de Humberto Rice, hizo esfuerzos para convencer a los diversos sectores sociales del puerto, los empresarios turísticos no cedieron bajo la idea de que a nivel macroplanta no había una tecnología

segura y eficaz para nuestras condiciones orográficas y mucho menos para que fuera manejada con una visión ambientalista como se aplica en los países del primer mundo. Una cosa es que la tecnología de una planta de tratamiento instalada en Mazatlán sea igual a otra instalada en Seattle y, otra lo es, que sea operada bajo el mismo entorno ambiental y bajo el mismo patrón cultural en términos de ecología. En primer lugar en ciu-dades del primer mundo como Seattle, no existe una red de drenaje tan obsoleta y deficiente como la nuestra y, en segundo lugar, las empresas e industrias de toda índole se encuentran severamente regidas por normas ambientalistas que las obliga a utilizar tecnología para dar tratamiento primario a sus desechos, de manera que todo lo que llega a las macro plantas se encuentra en condiciones de procesarlo con mayor facilidad y efectividad. En estas ciudades, es común el reciclaje de las aguas, lo que quiere decir que el volumen de consumo y emisión baja notablemente y facilita la tarea. No se trata entonces de la tecnología pura de una planta, sino de las condiciones que la rodean para poder operar con eficiencia y eso hace la gran diferencia entre un modelo instalado en una ciudad como Seattle y el mismo modelo instalado en Mazatlán. El anterior fue justamente uno de los razonamientos más sólidos con el que los empresarios turísticos se opusieron a la construcción de una segunda macro planta al norte de la ciudad (Cerritos) y que fue precisa-mente uno de los sustentos fundamentales del Proyecto Mazatlán ll de drenaje que nace conceptualmente en 1982 y muere, a fuerza de la mala experiencia, al final de la administración municipal de Martín Gavica y a inicios de la de Alejandro Camacho Mendoza hace poco más de nueve años.Como se sabe, durante la administración de JUAMPAM encabezada por el Ingeniero Rigoberto Félix Díaz, en el período 2001-2004, se logró la instalación de una planta mediana de tratamiento de aguas negras, cuya

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tecnología y alcances convenció a los empresarios hoteleros del área y a la que más adelante hacemos referencia.Pero la pregunta del Ingeniero Elías Castro se encuentra aún en el aire: ¿sigue siendo válido pensar aún en la posibilidad de dividir a la ciudad en dos cuencas a efecto de desechar sus aguas negras? ¿O es el sistema de microplantas una alternativa real de solución a este grave problema que sigue padeciendo Mazatlán?

5. Del proyecto Mazatlán ll al Proyecto Mazatlán Siglo XXl.

El proyecto “Mazatlán Siglo XXl” emerge en el último año de la ad-ministración de Alejandro Camacho en el concepto de “Plan Maestro de Agua potable y Drenaje para Mazatlán”, impulsado por la JUMAPAM y la Comisión Nacional del Agua. De hecho el proyecto “Mazatlán ll de Drenaje” apenas empezaba a tomar cuerpo en el último año del alcalde Martín Gavica Garduño y se estancó prácticamente en la administración de Alejandro Camacho, cuando los empresarios se negaron a la instala-ción de otra macro planta al norte de la ciudad, obra que se constituiría en el factor principal de la nueva red de colectores que llevaría las aguas negras del norte de la ciudad a Playa Cerritos.Pero no sólo la oposición de los empresarios fue uno de los elementos importantes en el estancamiento del Mazatlán ll, sino la severa crisis de 1995 que obligó a los tres niveles de gobierno a apretarse el cinturón, especialmente a los municipios, de manera que proyectos de esta natu-raleza no pasaron la prueba del financiamiento. Fue esta circunstancia y un poco la relativa estabilidad de los sistemas de agua y de drenaje (que Humberto Rice y Martín Gavica heredaron) luego de la rehabilitación a fondo que sufrieron entre 1987 y 1988, lo que llevó a la administración de Alejandro Camacho a priorizar sólo el mantenimiento de los mis-

mos. En sus primeros dos años de gobierno la administración camachis-ta decidió no meterse en proyectos de naturaleza macro, con excepción del planteamiento para instalar la planta de tratamiento al norte de la ciudad, lo que al final, como se explica, no tuvo éxito. Sin embargo, una preocupación importante desde entonces fue la rehabilitación de la plan-ta de tratamiento de aguas negras ubicada en el cerro del Crestón, pro-yecto que en su tercera etapa continuó el gobierno de Alejandro Higuera y posteriormente en el trienio de la inestabilidad municipal, aunque, en el caso de la administración de la JUMAPAM, debe reconocerse la im-portante gestión que al frente de ella realizó el Ing. Rigoberto Félix Díaz.Fue al principio de la administración de Alejandro Higuera cuando ofi-cialmente toma cuerpo el proyecto “Mazatlán Siglo XXl”, que incluye es-tudios de agua potable, alcantarillado y saneamiento, lo que significa que los tres sistemas serán revisados, modificados y ampliados siempre en la idea central de un funcionamiento integral, simultáneo y óptimo.

A) Proyecto Siglo XXl para drenaje y saneamiento. En el caso del drenaje y saneamiento, el proyecto se planteaba si en realidad era necesario seguir pensando en el esquema de dos cuencas, es decir en dividir a la ciudad en dos grandes partes para que los desechos de una siguieran la ruta hacia el cerro del Crestón y la otra condujera las aguas negras hacia la hipotética planta que estaría ubicada en “Cerritos”. O bien multiplicar la división y pasar del Mazatlán ll hacia un esquema de Mazatlán lll, lV, V o Vl según sean las cuencas disponibles o posibles técnicamente. En esta propuesta, de fraccionar más el funcionamiento del drenaje y la conducción de las aguas negras hacia diversas cuencas, se sustentó el proyecto Siglo XXl, lo que al mismo tiempo indicaba que la propuesta de instalar una macroplanta para un Mazatlán ll, había sido sustituida por el de instalar varias microplantas en los distintos puntos

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conducentes. Lo anterior, por supuesto, requirió de una evaluación téc-nica, financiera, socioeconómica y ambiental para saber exactamente si esto era lo que realmente convenía, y conviene, a Mazatlán y si se conta-ba, y se cuenta, con todas las condiciones posibles para que en lo general el proyecto fuese viable.Todo este estudio, en el primer trienio de Higuera, y del ahora diputado, Carlos Felton, al frente entonces de JUMAPAM, fue operado en su fase de anteproyecto con apoyo financiero del Banco Nacional de Obras y Servicios, por lo que en ese momento se trabajó en un “Diagnóstico y planeación técnica de los sistemas de agua potable, alcantarillado y sa-neamiento”. El diagnóstico llevó a la realización de un anteproyecto en el que se contemplaba las formas y los modos de reestructuración, amplia-ción y reforzamiento de los sistemas. Este anteproyecto quedó listo para finales del 2001 y de él, se supone, debieron desprenderse los proyectos ejecutivos de cada sistema que se tenían que operar a partir del 2002. Mientras que el proyecto se definía, sobre todo en términos financie-ros, para que empezara a ejecutarse desde el inicio del 2002, la Junta estuvo operando un programa de emergencia que tuvo como propósito inmediato y específico la reposición de la vieja tubería en los principa-les colectores, obra que, hasta diciembre del 2001, requería un apoyo financiero de cuando menos 55 millones de pesos, a parte de los 20 mi-llones que se habían invertido en reparaciones urgentes porque, simple y sencillamente, los colectores ya no esperaban y la falta de dinero en la JUMAPAM determinó que, para finales del trienio higuerista, sólo se reparara lo indispensable.Lo que en realidad se estaba aplicando, en cuanto a la red de alcantari-llado principalmente, era una especie de terapia intensiva o seguridad estructural para evitar derrumbes que pudieran derivar en efecto do-minó y que llevase al colapso al sistema de drenaje. No es exageración

esto último porque en ese tiempo todos los colectores estaban seriamen-te dañados; se reparaba uno y se abría otro y esto todavía se agrava en temporada de lluvias porque las tuberías reciben líquidos que no les corresponde, lo que lleva a la saturación y, por las condiciones históricas de debilidad, a la ruptura.De cualquier forma es interesante destacar que en la práctica, el Pro-yecto Siglo XXl al nivel de alcantarillado y saneamiento, emergió en la instalación de pequeñas plantas de tratamiento de aguas negras que se ha proyectaron en lugares estratégicos, tanto como para resolver pro-blemas históricos como para aprovechar cuerpos de aguas cercanos en donde descargar los líquidos tratados. Un ejemplo de lo anterior es la microplanta que fue instalada en el ejido El Castillo, para darle salida a un problema de contaminación que por años se constituyó en el princi-pal foco de infección del área, pero sobre todo en una amenaza para los habitantes de esa comunidad. Otra microplanta es la instalada en el fraccionamiento Santa Fe y que por el mes de junio de ese año fue inaugurada. Igualmente este sistema de micro planta está más que probado en hoteles y complejos turísticos que requieren de grandes cantidades de agua para sostener el funcio-namiento de su infraestructura. Para el año 2003, en el período del Ing. Rigoberto Félix, se inauguró otra microplanta con capacidad de 20 litros por segundo, a efecto de hacer frente a una histórica descarga de aguas negras que iba a parar al estero del Sábalo.En su momento, el Proyecto Siglo XXl en alcantarillado y saneamiento, contempló la instalación de cuando menos siete micros plantas de trata-miento en zonas estratégicas, a donde apuntaría también el crecimiento de la red de descarga. La ubicación de las procesadoras se haría tomando en cuenta cuerpos de agua cercanos. De ese modo se contempló la mi-croplanta Sábalo-Cerritos, la del Seminario, estero del Sábalo (construi-

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da en el trienio 2002-2004), cerro del Crestón, estero La Marina, colonia Burócrata (arroyo Jabalíes) y Campos Siete (estero La Sirena)

B) Proyecto Siglo XXl para agua potable.Como se sabe, el agua que Mazatlán consume proviene de pozos profun-dos ubicados sobre la margen derecha del Río Presidio. Desde siempre el agua se ha traído desde ahí; desde diversos puntos pero finalmente del río Presidio. En su origen, el agua fue impulsada por gravedad a través de una línea de conducción que provenía de Peña Hueca, un cerro habili-tado con grandes tanques de almacenamiento que se ubica a un lado del río Presidio, justamente en la comunidad de Siqueros.Los tanques, que tienen más de 100 años en la cima de Peña Hueca, se encuentran intactos y en posibilidades técnicas de ser usados, lo que habla de la excelencia ingenieril con que fueron diseñados y planeados para proveer de agua al Mazatlán de principios de siglo XX hasta finales de la década de los cincuenta. En realidad Peña Hueca se consideró por la gerencia de Carlos Felton como un proyecto alternativo viable para arrimar más agua a Mazatlán, pero esto se precisa en próximas líneas. A inicio de los años sesenta, el sistema de agua potable de Mazatlán es abastecido desde la zona de El Pozole, comunidad aledaña a Villa Unión, en donde se abrieron pozos profundos para extraer el líquido de un sub-suelo, en realidad, muy generoso. Para la década de los ochenta hace cri-sis la producción del agua en El Pozole porque se vuelve insuficiente ante la explosiva demanda, por lo que, en el contexto del Proyecto Más Agua Para Mazatlán, entre 1987-1988, se abren nuevos pozos en el área de la comunidad de San Francisquito, también situados en la margen derecha del Presidio, de manera que el esquema de producción y conducción del agua prácticamente sigue siendo el mismo hasta hoy.Naturalmente, la explosión demográfica, el crecimiento de la ciudad y de

la oferta turística con su población flotante, hace que cada vez se incre-mente la demanda y que se estreche el espacio de tiempo en términos de proyección de la oferta, por lo que, a 18 años de haber iniciado operacio-nes la zona de captación de San Francisquito, se hace necesario pensar desde hoy en otros esquemas, lo que significa que en cinco años más, de no implementarse nuevas formas de traer el agua, estaremos pasando por una crisis similar o peor que la de 1987.

C) Condiciones del sistema de agua en 2001. Es cierto, los medidores marcan una producción y un envío de 1250 litros de agua por segundo, pero no es menos cierto que en su totalidad ese líquido no llega a los tanques de distribución y, en consecuencia, a las tomas domiciliarias. Entre la zona de producción, pasando por las tube-rías de conducción para llegar a los tanques de almacenamiento, y luego a través de las redes de distribución para llegar a las tomas domiciliarias, se estima un desperdicio del 33 por ciento del agua que se envía, lo que quiere decir que los 1250 litros de agua por segundo que se cuantifica en términos de producción, en la realidad se convierten en 850 litros por segundo en términos de distribución final. La verdad es que esta pérdida de agua se encuentra dentro de los parámetros normales, porque existen ciudades en las que se desperdicia hasta un 60 por ciento del líquido.En el caso de nuestra ciudad, los estudios indican que, efectivamente, las fugas se generan en todo el sistema, pero la mayor parte de ellas se han detectado en el tramo que va del medidor a la red. La JUMAPAM, ha implementado un programa de detección de fugas que necesariamente involucra a los usuarios porque, como se informa, entre el medidor y la red se encuentra un alto porcentaje de pérdida.Una de las alternativas que se plantea para que la producción del agua aumente en términos reales, a parte de rehabilitar y abrir nuevos pozos, es la detección de fugas y la operación de un programa permanente de

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reparación y mantenimiento que evite el derrame del vital líquido pero, además, que eficientice la medición a los usuarios y detecte las conexio-nes clandestinas. De hecho, en el reciente periodo del Ing. Rigoberto Félix, se implementó el llamado Programa de Agua no Contabilizada, para lo que se adquirió e instaló equipo especializado. Si a partir de este programa, cuya aplicación hasta hoy ha logrado recuperar 30 litros por segundo, se alcanza disminuir la pérdida de un 33 a un 20 por ciento, estaríamos hablando de una recuperación de alrededor de 150 litros de agua por segundo, lo que nos llevaría a una distribución real de 1,000 litros por segundo, cantidad que satisfacería la demanda actual. Pero, además, un programa de esta índole diferiría un poco la urgencia de traer el agua de otro lado que no sea la zona de captación actual, aunque debe ya empezar a operarse un proyecto para que en un lustro, cuando mucho, el agua llegue en bloque a la ciudad.Hasta ahora, el agua que se extrae y se distribuye en el municipio no sa-tisface plenamente la demanda porque existen zonas a las que no llega, de modo que, de acuerdo a la población demandante, se necesitan 300 litros diarios por persona y sólo se ofrecen alrededor de 200 litros.

D) Alternativas desde el 2001 para dotar de más agua a Mazatlán.

a) Apertura de más pozos.A parte de reducir en un tercio del porcentaje de fuga de agua, una de las alternativas inmediatas para garantizar que no falte el líquido en los próximos cinco años, es la de abrir más pozos en la zona de captación tanto de El Pozole como de San Francisquito, en la idea de llegar al lí-mite de la concesión que es de 1,600 litros por segundo. Actualmente, la JUMAPAM mantiene una infraestructura con capacidad para producir 1,400 litros por segundo, aunque en el ámbito de la conducción se envían 1,250 litros por segundo para finalmente, en el contexto de la distribu-

ción, se ofrecen arriba de los 1000 litros por segundo. De hecho, en la pasada administración de la JUMAPAM, que encabezó el Ing. Rigoberto Félix, se abrieron 22 nuevos pozos en la zona de San Francisquito, lo que permitió mejorar sustancialmente la producción del agua.Sin embargo, la alternativa de abrir nuevos pozos y seguir produciendo agua bajo este esquema, no necesariamente garantiza seguridad en la te-nencia del agua. Lo que pasa es que los mantos freáticos, su nivel y capa-cidad, también tienen límites y en ese sentido no se puede depender de los riesgos que la zona de captación plantee de aquí en adelante porque, de acuerdo a los estudios, se hace necesario que el subsuelo descanse para su auto regeneración o bien que trabaje con menos intensidad de extracción. En este sentido, la Comisión Nacional del Agua (CNA), ha recomendado precaución y encendido los focos de alerta, porque existe el riesgo que, ante la disminución de los niveles de los pozos, el agua se contamine. Este riesgo tiene su explicación a partir de que el gradiente del agua salada pueda dominar ante el bajo nivel del manto freático del río, lo que traería consecuencias desastrosas al salinizarse la zona de cap-tación de El Pozole y San Francisquito.

De cualquier manera la producción por pozos debe cuidarse al máximo, porque si bien es cierto es necesario traer agua rodada de otras partes, el sistema de captación al manto freático, aunque con menos intensidad, puede seguirse utilizando y de este modo conformar un sistema mixto. Ciertamente, si a causa de una sequía el agua rodada falla, entran a ope-rar de manera emergente los pozos; pero si por problemas de contamina-ción o desastre natural los pozos dejan de funcionar, el sistema de agua rodada por sí sólo abastecería la demanda de acuerdo a la circunstancia.

b) Proyecto Peña Hueca.

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Hasta el 2001, los estudios para traer agua rodada a Mazatlán contem-plaban la posibilidad de reutilizar el esquema de Peña Hueca, que fue el primer sistema de agua potable que tuvo Mazatlán desde el siglo ante-pasado.Peña Hueca es un área que se ubica al lado poniente del río Presidio, punto de referencia entre las comunidades de la Cofradía y Siqueros, donde hace 114 años se construyó el primer sistema de agua potable, cu-yos tanques de almacenamiento permanecen intactos, ajenos al tiempo, como si no hubiesen dejado de funcionar desde hace casi medio siglo.Son dos grandes tanques los que se encuentran en la cima del cerro Peña Hueca, con medida aproximada de 30 metros de largo por 15 de ancho y 10 de profundidad. Los tanques se encuentran intactos y cuando fun-cionaban eran alimentados por máquinas de vapor, instaladas en la vera del río, que bombeaban el agua montaña arriba, misma que se desfogaba por la fuerza de gravedad a través de una tubería que traía el líquido a la ciudad.Efectivamente, esta alternativa para aumentar el caudal de agua para Mazatlán no pocos técnicos la consideran viable y menos costosa que los demás proyectos hasta ahora conocidos, sobre todo el que se refiere a la presa de Los Horcones y aquel proyecto que plantea traer el agua desde el Río Quelite.Para el ex-gerente de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarilla-do de Mazatlán (y candidato a diputado local por el Partido de Acción Nacional al escribir este capítulo), el proyecto es viable porque la infraes-tructura principal, los tanques de almacenamiento ya están dados y lo que se requiere, en todo caso, es financiar los mecanismos de bombeo del río Presidio y la instalación de la tubería que, por el crecimiento de la ciudad hacia el norte, se dirigiría hacia el área de El Conchi y Valles del Ejido en donde habitan cerca de 50 mil personas, pues se trata de salirle

al paso a la explosión demográfica.No solamente es este el factor que decidiría esta obra, sino la necesidad de reforzar el sistema de producción para no estar atenidos a un único esquema de abastecimiento, en este caso al sistema de producción a tra-vés de pozos.Se trata, igualmente, de tener un sistema alterno, mixto, que permita te-ner la seguridad del abastecimiento en caso de desastre natural que cause daño a los pozos como ha ocurrido en otras ocasiones. Este esquema mixto, la conducción del agua, confluiría en una planta potabilizadora que, de acuerdo al proyecto, se instalaría en terrenos aledaños al Centro de Readaptación Social, por el rancho denominado El Zipizape.Por supuesto, ahora existe la posibilidad de la construcción de la presa “Picachos” pero, sin embargo, ante los problemas financieros que desde hace seis años enfrenta el proyecto, quiérase o no, “Peña Hueca” se en-cuentra más cerca de nuestra realidad, de nuestras emergencias y apuros.

c) Proyecto Canal Principal. El proyecto Canal Principal no es nuevo, porque la visión data desde 1980 y la proyectó desde entonces el ingeniero Severino Valdez.La propuesta revivió en 1989, bajo la idea de reforzar la captación de agua que proviene de pozos, aunque para entonces la JUMAPAM ya había incorporado el área de San Francisquito.El Canal Principal es una infraestructura ya dada y es alimentado por las aguas del Presidio desde la represa de Siqueros, aunque su azolvamiento no permite una funcionalidad adecuada.Al igual que el proyecto Peña Hueca, el del Canal Principal contempla una planta potabilizadora con la misma ubicación y característica, pero con la diferencia que almacenaría agua en la presa de Los Horcones a efecto de enfrentar el estiaje.

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Se estima que el canal Principal podría aportar de 2 a 3 metros cúbicos de agua por segundo, aunque el proyecto está pensado para funcionar en dos etapas a partir de construir dos módulos que como mínimo tengan una capacidad de envío de 500 litros por segundo.En este programa para dotar de más agua a Mazatlán, bajo la visión del Proyecto Siglo XXl, estuvieron involucrados, hasta el 2001, el Banco Na-cional de Obras y Servicios, la Comisión Nacional del Agua, la Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado del Estado de Sinaloa y, obvia-mente, la JUMAPAM y el ayuntamiento.Si bien es cierto que la cobertura del agua para la zona urbana alcan-zó, en la administración de Alejandro Higuera una cobertura del 98 por ciento para la zona urbana y una cobertura del 85 por ciento para la zona rural, lo importante es pensar en las fuentes de abastecimiento que de aquí a 25 años nos proveerán el agua, porque de lo que se trata es de ir al ritmo con el crecimiento de la población y no sólo aspirar a sostener la cobertura actual, sino alcanzar el nivel del 100 por ciento para que ni un mazatleco carezca de agua.

6. Los Mazatlecos debaten.(El histórico debate en torno al agua potable, el drenaje y saneamiento de las aguas negras que se dio en 2001 a través de los medios de comu-nicación)

A modo de introducción. Este capítulo se escribe en el contexto de un fragoroso debate que los diversos representantes de los sectores mazatlecos, expertos, líderes de opinión, dirigentes de partidos políticos y funcionarios protagonizaron a través de los medios de comunicación local durante 20 días consecutivos en el mes de agosto del 2001..Fue una polémica ríspida en algunos casos, virulenta incluso, ribeteada

de acusaciones y señalamientos que, a parte de su sustento real, estuvo animada también por el interés de los partidos políticos y sus candida-tos, quienes se encontraban en plena campaña electoral por la alcaldía y las diputaciones locales. A pesar de esto, finalmente resultó rica en re-flexiones y propuestas.Desatada a propósito de la paralización total de la planta de tratamiento de aguas negras y del estallamiento en algunos tramos del colector prin-cipal de los desechos, la polémica mediática se vio nutrida con la opinión que sobre el agua potable ofreció un informe de la empresa “Equinoccio”, especialista en procesos de potabilización y con patente alemana.A parte del vertimiento de las aguas negras al mar, de los problemas de derramamiento que provocaron los rompimientos de las tuberías, “Equi-noccio” generó expectación y preocupación porque el tema central de su informe se sintetizaba en la idea de que el agua potable de Mazatlán no era tal, es decir, no apta para el consumo humano ya que según sus estudios, en ese tiempo, contenía más de dos mil contaminantes. Naturalmente, este diagnóstico fue firmemente rechazado por la Junta Municipal de Agua Potable y por la Secretaría de Salubridad y Asisten-cia, que retó a la empresa para que comprobara con documentos lo que afirmaba.Lo anterior provocó que los más diversos sectores de la sociedad y per-sonalidades se pronunciaran y cuyos puntos de vista ofrecemos líneas adelante.Para el 20 de agosto del año 2001, 86 mil metros cúbicos de aguas negras seguían descargando, a diario, directamente al mar. Aguas crudas, sin tratar. Excrementos cuyos fétidos olores, hasta hoy, pese a las grandes in-versiones, se han vuelto insoportables y cobran una alta contaminación que se concentra en el antepuerto y a lo largo de la bahía de Puerto Viejo.Desde un año antes, a mediados del año 2000, la Planta de Tratamiento

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de Aguas Negras, ubicada a las faldas del Cerro del Crestón, había deja-do de funcionar al cien por ciento. De hecho, de las aguas servidas de la ciudad, solo se procesaba un 30% y el tratamiento se daba a un nivel pri-mario, lo que a la larga provocó una contaminación latente de la bahía.Luego de un año de la paralización total de las tareas en el tratamiento de las aguas residuales de la ciudad, para el verano del 2001 la contami-nación alcanzó índices alarmantes, al grado que los olores fétidos eran cada vez más fuertes, sobre todo en las noches cuando las emisiones de carburantes y demás olores cotidianos disminuían; entonces el olfato percibía más de lleno la pestilencia.Por las noches, en los restaurantes que se ubican en la plazuela Machado, en el mero Centro Histórico, oleadas nauseabundas llegaban proceden-tes de las faldas del Cerro del Crestón y de la bahía de Puerto Viejo. Si para los habitantes de la ciudad acostumbrados a este tipo de ambiente la percepción de la peste era más fuerte que otras ocasiones, para los turistas respirar se volvía insoportable.Ecologistas, instituciones de salud, empresarios, funcionarios, restauran-teros y hoteleros de la ciudad, exigían una pronta y definitiva solución a un problema que ya, a esas alturas, representaba una seria amenaza no solo para la salud de los mazatlecos, sino para la ciudad como destino turístico.

Dirigentes empresariales, de la industria turística y pesquera principal-mente, temían que organismos ecologistas internacionales pudieran dic-taminar un veto turístico y comercial al comprobar que los niveles de contaminación estaban por encima de lo permitido por la Organización Mundial de la Salud.Para mediados de agosto de 2002, el tema de la contaminación y la mala calidad del agua potable en Mazatlán era objeto de un intenso debate en los medios de comunicación y ello se debió, principalmente, a que las

líneas principales del drenaje habían sufrido roturas y fugas a causa de la saturación de aguas servidas. La otra circunstancia es que las campañas políticas por la presidencia municipal estaban en pleno apogeo, y ello permitió que los candidatos tomasen como bandera principal de su pro-selitismo los problemas del agua y el drenaje.

A continuación, ofrecemos diversos puntos de vista sobre este debate interesante que si bien en algunos brotó el interés político, comercial, particular o el desconocimiento del problema, ofrece ángulos importan-tes que coadyuvan a la búsqueda de soluciones de esta grave situación que sigue padeciendo la ciudad.

La discusión pública, sin embargo, pese a algunas diferencias de forma, llevó a la mayoría de las opiniones a dos posturas fundamentales de coin-cidencia: la primera que tiene que ver con el reconocimiento de que el problema del drenaje es histórico y lo que ocurría entonces era producto de negligencias acumuladas; la segunda, que era necesario y urgente unir esfuerzos para recabar el financiamiento necesario y empezar a construir una nueva red de drenaje, a parte de mejorar la calidad del agua potable.

A continuación rescatamos de manera íntegra el debate en el contexto del año 2002, no sólo para apreciar la visión que del problema se tenía en esa etapa, sino para medir el grado de vigencia de la misma. Se aclara que la representación o los cargos con que se identifica a los protagonistas del debate, corresponden a la época citada.

A) Aguas negras y asesinas.

Sergio Octavio Valle Espinoza.Investigador y presidente del Consejo Ecológico de Mazatlán.

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De acuerdo a la Ley General de Equilibrio y Protección al Medio Am-biente, está estrictamente prohibido arrojar desechos líquidos o sólidos a cualquier cuerpo de agua.

En ese sentido las autoridades municipales violentan flagrantemente la ley al verter las aguas negras de la ciudad hacia la bahía, esteros, lagunas y arroyos.Es urgente que las autoridades municipales pongan a funcionar la planta de tratamiento de aguas negras ubicada en El Crestón, sobre todo por-que ya se están presentado serios daños ecológicos en la bahía y en el antepuerto.

Los responsables del sistema de aguas negras aprovechan los tiempos de mareas altas para realizar las descargas con más fuerza, bajo la falsa idea de que los desechos son trasladados por la fuerza del agua hacia el interior del mar.Pero no es así, porque la marea alta suele sostener los desechos en las orillas y, por el contrario, no permite que toquen fondo o ganen espacio interior.Por eso, ahora que la marea está alta, se ve, se huele, se siente y se padece de manera más fuerte la pestilencia, la revoltura contaminante que pro-voca el movimiento de las olas a la orilla de la bahía.La opinión de dirigentes y expertos coincide en que es tan urgente como importante que se empiece a aplicar nuevas tecnologías y que las próxi-mas administraciones municipales no anden inventado cosas que ya se saben.De igual modo, no hay duda que las microplantas de tratamiento son la mejor alternativa para el saneamiento de las aguas negras, pues al tiempo que se parcializa el área de canalización de los desechos, el líquido trata-do se aprovecha mejor.

En este sentido, las microplantas, su instalación, debe ser un asunto de obligación por ley, es decir, que las industrias, principalmente las ali-menticias, los rastros, hospitales y fraccionamientos deberán contar con un sistema de saneamiento.

Ciertamente, el problema por el que atraviesa la ciudad en el aspecto de saneamiento es grave, pero más aún cuando la planta de tratamiento de aguas negras se encuentra paralizada, lo que ha determinado que los desechos se sigan vertiendo de manera directa al mar.La bahía y el antepuerto, sus aguas, se observan negras y la pestilencia alcanza varios kilómetros a la redonda. En algunas zonas llega por olea-das, según el viento, pero cerca de las orillas el mal olor es permanente.

Silvia Angélica Sánchez Aguilar.Representante del Laboratorio de Procesos Industriales del

Centro de Ciencias de Sinaloa.

En Sinaloa existe alerta ambiental y, en el caso de Mazatlán, el ver-timiento directo de las aguas negras al mar, contamina hasta la brisa, provocando problemas en la piel de las personas. Las descargas de aguas residuales crudas al mar, que se han estado ver-tiendo en este puerto mientras se rehabilita la planta del Crestón, sí afec-tan a los bañistas, pues aunque el emisor submarino las arroje lejos de las playas, las mismas corrientes las regresan.Es necesario tomar las medidas pertinentes y también preventivas, ade-más de conscientizar, a través de la educación ambiental, a la población y a las empresas porque no se puede dejar todo el trabajo a una planta de tratamiento, por muy bien que funcione.A pesar de la gravedad del problema en este puerto, se puede decir que

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uno de los cuerpos de agua más contaminados en Sinaloa es el río Cu-liacán, porque recibe las descargas de aguas residuales de la ciudad y también en alguna medida, de la agricultura, lo que ha determinado el estado de alerta. En el caso de los ríos que pasan por minas, por su natu-raleza, son peligrosos en sí mismo. El funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas negras del Crestón es algo urgente, porque se están dañando los ecosistemas mari-nos y costeros. Lo otro es que, meterse a la bahía, significa adquirir una enfermedad dérmica e incluso la piel de la gente se daña con la brisa contaminada del mar.

Gilberto Sánchez Osuna.Representante de la Federación de Ingenieros Civiles de la

República Mexicana ante la secretaría de Comunicaciones y Transportes, y miembro de la Junta de Honor del Colegio de

Ingenieros Civiles en Mazatlán.

No es fácil la solución, y el escollo principal radica en el aspecto financie-ro. La reparación de la red significa un costo de más de 150 millones de pesos. En tanto no se cambie toda la red de drenaje las tuberías seguirán tronando.Las descargas de aguas negras en la laguna del Camarón, estero del In-fiernillo, estero la Sirena, estero del Sábalo, arroyo los Jabalines, están a la orden del día porque no sólo existe problema para la descarga, sino principalmente para el saneamiento lo que, de paso, provoca una terrible contaminación.

No existen programas de alerta ni avisos prohibitivos para la pesca y otras actividades que se realizan en esos cuerpos de agua, de manera que se obtienen productos contaminados sin control alguno.Se observa que solo se esta enfocando el problema a la necesidad de ins-

talar redes de atarjea y no a dar mantenimiento a colectores y subcolec-tores.

El problema se vuelve más serio porque revienta en la coyuntura de las campañas políticas, por lo que generalmente las opiniones son más polí-ticas que técnicas y eso, desafortunadamente, se da cada trienioLa planta de tratamiento de aguas negras ha requerido mucho dinero para rehabilitarse, pero en realidad, a pesar de ello, se ha constituido en un elefante blanco porque no ha funcionado como Mazatlán lo exige.

Carlos GalindoGerente de Distribución y Alcantarillado de la Jumapam

Hay que reconocer que al mar se vierten las aguas crudas porque se está rehabilitando la planta de tratamiento de aguas negras ubicada en el ce-rro de El Crestón, pero también en el estero del Infiernillo se desechan 300 litros de agua por segundo.La rotura de algunos tubos en los colectores principales debe preocupar mucho porque el problema se puede expandir en una especie de efecto dominó, es decir, que el fenómeno se dé en cadena y provoque una ver-dadera catástrofe. La JUMAPAM no debe dedicarse sólo a parchar tubos o a esperar que haya mas roturas para hacerlo, en todo caso lo que urge no es tapar un hoyo para que se abran otros, sino instalar una nueva tubería ya que de no ser así el problema persistirá y cada vez más fuerte.

Miguel López Tracy.Director del Centro Regional de Educación y Capacitación

para el Desarrollo Sustentable.

Grave la contaminación en la bahía de Mazatlán por el vertimiento de aguas negras.

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Los recientes estudios ecológicos indican que la contaminación ya tocó fondo y que la bahía se encuentra inmersa en un alto porcentaje de de-gradación.

Existen muestreos del antepuerto, canal de navegación, estero del Infier-nillo y estero de la Sirena, cuyos resultados indican que la contaminación en esos cuerpos de agua rebasa los límites máximos tolerables tanto para uso recreativo, de pesca y para acuacultura.

Uno de los cuerpos de agua que presenta mayor degradación es el canal de navegación.

La presencia de contaminantes en estos lugares es tan alto que, quienes se bañen o naden, fácilmente podrán infectar su piel o adquirir una en-fermedad gastrointestinal.

Las causas del derramamiento de las aguas negras todos las conocemos, y eso quiere decir que el problema del vertimiento de los desechos al mar deviene del factor económico y en este momento no existen los recursos financieros como para resolver un asunto de tal magnitud.En el caso de la contaminación en algunos cuerpos de agua y el control del vertimiento de las aguas negras al canal de navegación, es responsa-bilidad tanto de la Comisión Nacional del Agua como de la Secretaría de Marina.La Secretaría de Marina, el Centro Regional de Estudios Superiores, Ad-ministración Portuaria Integral y organizaciones de la pesca de altura, buscan soluciones al problema de la alta contaminación en el canal de navegación, al Estero de Urías, de La Sirena y el antepuerto.

Es importante conscientizar a los pescadores sobre los daños que gene-ran al verter desechos al mar, pero el problema es político y económico

porque las autoridades tienden a priorizar otras cuestiones y no solucio-nar el problema de las aguas negras que se vierten en el mar; en principio por criterios políticos pero fundamentalmente por limitaciones econó-micas.

Se han tomado cuatro muestras en la bahía mazatleca y, sobre sus re-sultados, le toca actuar a la Comisión Nacional del Agua, pero los ver-timientos de desechos al mar que provienen de los barcos corresponde controlarlos a la Secretaría de Marina.

Diego Escoboza Salazar.Presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Delegación

Mazatlán.

Error del alcalde Alejandro Higuera no haberle dado prioridad al problema del drenaje. No visualizó la magnitud del mismo y se irá de la administración dejando un municipio con un alto grado de contamina-ción.Es mucho dinero el que se le ha metido a la planta de tratamiento de parte de las diversas administraciones municipales, pero esta nunca ha dejado de ser un elefante blanco

El problema es una bomba de tiempo que está a punto de estallar y puede causar daños irreversibles.

Es el drenaje un problema muy añejo, de ahí la importancia de enfren-tarlo a través de un financiamiento que se logre por el orden de los 55 millones de pesos y que se está gestionando ante las instancias estatales y federales.

En el ámbito estatal ofrece confianza que este asunto este en manos de

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Heriberto Félix Guerra, Secretario de Promoción Económica, y es fac-tible que los recursos se consigan para que los trabajos inicien lo mas pronto posible, ya que una bomba de tiempo como el drenaje no puede esperar.El alcalde se encuentra mal asesorado y debe de invertir los recursos que le quedan en soluciones urgentes.La rehabilitación de la planta de tratamiento de aguas negras pudo espe-rar y los 25 millones de pesos invertidos en ello haberse canalizado en la reparación de los puntos más débiles del sistema de drenaje, en la idea de evitar una tragedia y una contaminación mayor.

El alcalde engañó a los integrantes del Consejo de JUMAPAM afirman-do que tenía facultad para aumentar las tarifas del agua, cuando esta decisión únicamente la puede tomar el Congreso del Estado.

La JUMAPAM no tiene facultades de adquirir más recursos vía aumen-to de tarifas que permita realizar obras como las del drenaje, lo que hace más peligrosa la situación, pero es importante que se estén dando los pa-sos necesarios para conseguir los 55 millones de pesos que se requieren para la instalación de nuevos colectores.

Ángel García Contreras.Coordinador Regional de la Red de Ecologistas del Noroeste

de México.

El 25 por ciento de la población de Mazatlán se encuentra asentada en los márgenes del Estero del Infiernillo y del arroyo de los Jabalines, dos cuerpos de agua sumamente contaminados.De seguir vertiéndose las aguas crudas al mar y a otros cuerpos de agua, se podrían presentar brotes epidémicos que inclusive alcanzaría al turis-mo.

No sólo se trata de una red obsoleta, sino de un problema de topografía porque hacia las partes bajas ganadas a la marisma se regresan las aguas negras desde los colectores, en vez de enviarlas a la planta de tratamiento.Las autoridades hacen caso omiso de proyectos serios con financiamien-to factible. Reaccionan solamente cuando los problemas explotan o ha-cen crisis y su responsabilidad se reduce a trabajar sobre estas emergen-cias.El gobierno federal debe intervenir en la solución de estos problemas ya que existen cuerpos de agua contaminados que son de su competencia, como el canal de navegación y el estero del Infiernillo. La instalación de colectores es costosa y por ello es pertinente que se haga uso del Fondo de Contingencia del gobierno federal. Esta sería una manera segura y concreta de salir al paso de este grave problema, no sólo en términos de medio ambiente sino de la salud del pueblo de Ma-zatlán amenazada por la posibilidad real de una epidemia.

Gabriel Yañez Pérez.Subsecretario de Desarrollo Urbano y Ecología del Gobierno

del Estado.

Son innegables los daños provocados a la flora y fauna marinas por el vertimiento de poco más de 800 litros de aguas negras al mar y al estero del Infiernillo.Urge, por lo tanto, un estudio de impacto ambiental para determinar el grado de contaminación y determinar el volumen de componentes químicos.Este problema no es competencia del gobierno estatal sino de la Comi-sión Nacional del Agua, que debe coordinar acciones con la Junta Muni-cipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán.

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En todo caso el gobierno del estado y el municipio se coordinan a fin de procurar recursos financieros a través del Fondo Federal de Emergen-cias, para efectuar la regeneración total del drenaje.Los colectores cumplieron con su vida útil hace 20 años, pero se suma a este problema el crecimiento poblacional y la circunstancia, que pesa más ahora, de que Mazatlán se encuentra asentado en una topografía irregular al grado de que muchas áreas de su red de drenaje se encuen-tran bajo el nivel del mar.

Héctor Pastor Cruz González.Presidente de la Confederación Patronal Mexicana.

El obsoleto sistema de drenaje y la especulación de terrenos son los prin-cipales inhibidores de la inversión.Es brutal que se viertan a la bahía más de 800 litros de aguas negras por segundo, pues con ello se corre el riesgo de que se acumule la contami-nación y se desplace hacia la zona turística hotelera a más tardar para octubre.En este momento se está dando una crisis de confianza hacia la auto-ridad municipal y ello obliga a que el presidente municipal dé la cara y hable con la verdad. La falta de comunicación del alcalde con los sectores sociales ha sido uno de sus principales errores. Seguramente que se en-cuentra mal asesorado, a parte de que tarda mucho en tomar decisiones.Es necesario que haya una solución inmediata a los problemas de dre-naje y especulación de la tierra urbana para que el sur del estado avance en su desarrollo.Es el deficiente sistema de drenaje que existe en nuestra ciudad, lo que finalmente ha influido de manera importante en las decisiones de los in-versionistas que alguna vez pretendieron desarrollar proyectos en el área

de la industria, el comercio, la pesca y el turismo.Lo del drenaje y la especulación de terrenos, en consecuencia, son pro-blemas que deben encontrar solución en el corto tiempo.Sin embargo, es importante dejar claro que para una solución definiti-va de los problemas, principalmente de drenaje, se requiere de grandes inversiones, ya que estamos hablando de una rehabilitación total del sis-tema de drenaje y alcantarillado, sobre todo en las partes donde se en-cuentra mas dañado.

Jorge Arturo Pérez Gavilán.Presidente del Consejo Empresarial para el Desarrollo del Sur de Sinaloa.

Lo obsoleto del drenaje va de la mano con los principales obstáculos a los que se han enfrentado últimamente los empresarios foráneos.Aunque el asunto del drenaje y el saneamiento se ha magnificado en los medios de comunicación, pues durante años se han arrojado las aguas negras al mar y nadie había hecho escándalo. Nos hacen mas daño las notas y los reportes que salen en los medios de comunicación que los hechos mismos.El gobierno del estado no cuenta con recursos económicos pero hay con-fianza en las gestiones que por 60 millones de pesos se hacen para en-frentar este grave problema del drenaje.De manera conjunta, los empresarios locales y las autoridades municipa-les, deben trabajar para encontrar las mejores soluciones de corto, me-diano y largo plazo.Se trata de beneficiar no sólo a un sector sino a toda la población, ya que a la hora de que una empresa se queda a invertir en la ciudad o en la región, se generan mayores empleos e ingresos que, en consecuencia, fortalecen la economía.De hecho hemos aportado nuestra colaboración en la búsqueda de al-

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ternativas para tener mejores servicios en agua potable y drenaje. Así lo demuestra el foro al que se convocó de parte del Comité de Desarrollo Económico del Sur de Sinaloa (CODESIN), en coordinación con la Jun-ta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, en el que participaron los principales organismos de la iniciativa privada, autoridades estatales, municipales y colegios de profesionistas.

Antonio Manguart Zazueta.Dirigente de la Asociación de Hoteles “Tres Islas”.

Si no se resuelve el problema de la contaminación por vertimiento direc-to de desechos del drenaje al mar y a otros cuerpos de agua, Mazatlán “se irá a pique como el Titanic”.El puerto, como destino turístico tradicional corre el riesgo de quedar marcado, ante los ojos del mundo, como un lugar non grato para vaca-cionar, como le ocurrió en el pasado a Acapulco.Para enfrentar el problema de la mala calidad del agua y del drenaje, es necesario implementar de inmediato un mecanismo para recabar recur-sos entre todos los sectores productivos y la población en general.Una propuesta concreta es que todos los mazatlecos, sin excepción, aporten un pago único equivalente al impuesto predial, pero esto lo ten-drá que analizar la autoridad.Sería catastrófico que la deficiente red del drenaje tronara de un momen-to a otro, y que la ciudad se inundara de aguas negras con las consabidas consecuencias de brotes de epidemias y el entierro de nuestra economía.

César Carbajal Espinoza de los Montero.Abogado, fiscalista y representante de la Canaco ante el

Consejo de JUMAPAM.La JUMAPAM mendiga apoyo por el orden de los 60 millones de pesos

que son necesarios para la instalación de nuevos colectores, cuando en su momento bastaba con aplicar la ley e iniciar el proceso administrativo que permitiría recuperar la cartera vencida de cuando menos 70 millo-nes de pesos, que desde tiempo atrás se arrastran.En su momento se le indicó al Consejo de JUMAPAM que tenía que aplicar la normatividad contra los deudores del agua y el drenaje, pero no hubo respuesta.Bajo el argumento de no tener esa facultad, la Junta dejó de cobrar los adeudos, por lo que, si se hubiese aplicado la norma, ahora no habría ne-cesidad de andar mendingando ayuda emergente para enfrentar el grave problema del drenaje. La recuperación de esos recursos fácilmente hu-biera permitido enfrentar este asunto que, igualmente, se puede conver-tir no sólo en un problema epidémico de salud, sino en un buen pretexto de organismos internacionales ambientalistas para vetar el puerto.La responsabilidad de lo que está ocurriendo compete a la JUMAPAM, principalmente al presidente del Consejo de Administración, Alejandro Higuera Osuna, alcalde del municipio de Mazatlán, quien podría ser so-metido a un juicio de responsabilidad oficial por no haber aplicado la ley.Por otra parte, la Comisión Nacional del Agua y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente se han percatado de las descargas residuales sin tratamiento, que son vertidas a aguas nacionales por el ayuntamiento.Existe una actitud de desdén e indiferencia de parte de ambas dependen-cias, lo que debe ser tomado como colusión de autoridades. Esta indife-rencia de la CNA y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), las hace corresponsables del daño ecológico y de salud que se ha generado y se está generando.La ley de Aguas nacionales en su artículo 120, fracción tercera, faculta a la CNA para sancionar al ayuntamiento, por ser éste el titular de la con-cesión para utilizar aguas que son de la nación.

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Esta sanción se puede traducir en una multa administrativa que va de los 500 a los 10 mil salarios mínimos. La propia Ley establece que la CNA puede revocar el título de concesión que fue otorgado al ayuntamiento de Mazatlán.En el caso de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambien-te, la Ley de Equilibrio Ecológico y de Protección al Medio Ambiente la faculta para imponer una sanción que va de los 20 a los 20 mil días de salarios mínimo vigente en el Distrito Federal, conforme al artículo No. 71 de esta ley.De acuerdo al artículo 416 del Código Penal Federal, la conducta fuera de la ley del ayuntamiento, puede ser acreedora de una pena privativa de la libertad al alcalde Alejandro Higuera de 3 meses a 9 años de cárcel, debido a las descargas residuales que sin tratamiento alguno son vertidas a aguas nacionales.Lo anterior quiere decir que el alcalde puede ser denunciado ante el Mi-nisterio Público Federal por cometer un ilícito debidamente tipificado en el artículo 416 del Código Penal.

Julio Lemen Méyer González.Candidato del PRD a la alcaldía de Mazatlán.

El problema del drenaje en Mazatlán no se ha resuelto porque le ha falta-do voluntad a las autoridades, a esta y a las anteriores administraciones.En los próximos días, una compañía internacional realizará un diagnós-tico de la problemática del agua y el drenaje a efecto de que sus resulta-dos ofrezcan soluciones a corto, mediano y largo plazo.El estudio tendrá una duración de 15 días e incluirá observaciones so-bre la planta de tratamiento de aguas negras, los avances del proyecto Mazatlán ll de drenaje, así como la instalación de micro plantas en las

colonias populares.Será en el marco de la campaña cuando se den a conocer los resultados del estudio, acompañado de alternativas de solución al problema del dre-naje.La situación del drenaje debe verse en dos perspectivas: una que tiene que ver con el problema de obsolescencia de la red y la otra con la nece-saria introducción del servicio en las colonias populares.No es con el aumento de tarifas como se obtendrán recursos para la so-lución del problema, sino con la efectiva coordinación de los tres niveles de gobierno incluyendo a la iniciativa privada.Es fundamental dar continuidad a los programas de la administración, pues uno de los factores que ha determinado que exista este macro pro-blema es precisamente los cambios de planes cada trienio.

Carlos Felton González.Candidato del PAN a la presidencia municipal de Mazatlán.

Con la ejecución del Proyecto Siglo XXl y la participación estrecha de los tres niveles de gobierno, la iniciativa privada y la aportación de organis-mos ambientalistas de carácter internacional, se resolvería el problema de drenaje y saneamiento de aguas negras de la ciudad.Las fallas en la conducción del agua servida se van a resolver en la me-dida en que se sustituya la vieja tubería de los colectores. En el caso del saneamiento de las aguas negras, es necesario la instalación de micro plantas de tratamiento en puntos estratégicos de la ciudad.La escasez de recursos obliga a la imaginación, por lo que en el caso del drenaje la sustitución de la tubería debe ser gradual, principalmente en aquellos puntos débiles y conflictivos, donde la vieja tubería está provo-cando serios problemas al reventarse con frecuencia.

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Sin embargo, es necesaria la búsqueda de esquemas financieros novedo-sos, en los que participe el Banco Interamericano de Desarrollo y la or-ganización ecologista internacional Green Peace, quien apoya proyectos de drenaje de países en desarrollo.Hay argumentos válidos como para que organismos ambientalistas in-ternacionales intervengan a nuestro favor. No se trata sólo de que veten el destino, sino de que impidan la degradación ambiental, de manera que hay que solicitar su apoyo desde esta perspectiva. Sobre todo porque son a fondo perdido, lo que significa que no es necesario regresar el dinero.A la par de lo anterior, es necesario insistir ante la Secretaría de Promo-ción Económica del gobierno del estado en la canalización de recursos y, con el gobierno federal, buscar apoyo financiero que provenga del lla-mado fondo de contingencia.

Raúl Cárdenas Duarte.Candidato del PRI a la presidencia municipal.

El problema del drenaje y el saneamiento de las aguas negras están muy localizados. Sería injusto hablar de incapacidad en ese sentido de parte de los técnicos y funcionario de la JUMAPAM, sobre todo porque se tienen estudios y proyecto de fondo respecto al problema.Este asunto es de financiamiento y, en todo caso, es algo que debe cen-trarse a la capacidad de gestión con el objetivo de procurar los recursos necesarios e iniciar la obra.No hay de otra. No podemos perder el tiempo en acusaciones mutuas y, por ello, seguir posponiendo la solución de un problema urgente como lo es ciertamente la restitución de los colectores principales del drenaje, obra que podría tener un costo, para una primera etapa, de entre 55 y 60 millones de pesos, según estimaciones del proyecto.

Es importante entonces, que con la ayuda del gobernador Juan Millán se pida el apoyo del gobierno federal a efecto de que haya un aval sólido que permita la autorización de recursos inmediatos.Una entidad financiera cuya normatividad, funciones y alcances con or-ganismos internacionales permite la consecución de recursos frescos es, sin duda alguna, el Banco Nacional de Obras y Servicios (BANOBRAS), por lo que se tiene que apelar a la capacidad de gestión para lograr que esta institución preste los recursos, sobre todo si en el aspecto del drena-je, la contaminación y el medio ambiente existen márgenes financieros que se suscriben en el llamado rubro de a fondos perdidos.Hay que hacer el esfuerzo. Sí se puede.

Julio Berdegué Aznar.Ex presidente de la Asociación Nacional de Hoteles.

Los problemas del drenaje en la ciudad son causados principalmente por la negligencia e ineptitud de la actual administración de la JUMAPAM, empezando por el gerente general, Jesús Ramón Rojo Gutiérrez, quien no ha sabido manejar adecuadamente el flujo y saneamiento de las aguas negras.El truene de tanta tubería en la ciudad es causado precisamente por el forzamiento a que es sometida la red de drenaje, por lo que las conse-cuencias están a la vista con tanto desparrame de aguas negras por todas partes.Lo anterior, con justa razón, está causando alarma y descontento entre los diversos sectores de la población que exigen que se ponga un alto a esta ineptitud.Pero lo que más debe preocupar es que los actuales funcionarios de la JUMAPAM no tengan la capacidad suficiente como para manejar de

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manera adecuada el sistema de drenaje y alcantarillado, como lo hizo en sus diversos períodos Jorge Enciso Díaz cuando estuvo al frente de la empresa. Mientras no se tengan buenos asesores en materia hidráulica los problemas van a continuar.Es necesario entonces que se realice un estudio a fondo para encontrar posibles soluciones al problema del drenaje bajo un proyecto de corto, mediano y largo plazo.

Humberto Rice García.Ex presidente municipal de Mazatlán.

Mientras que la Junta Municipal de agua Potable y Alcantarillado man-tenga los rezagos históricos en los que se encuentra inmersa, seguirá es-tando en la discusión, en el ojo del huracán ciudadano que exige mejores respuestas.Las graves deficiencias que existen en relación al drenaje y el sanea-miento de aguas negras, son argumentos suficientes para que se señale y cuestione la operación de la JUMAPAM, sobre todo cuando se trata de períodos electorales, aún cuando se realice el mejor de los esfuerzos por mejorar y ampliar el servicio a la población.Uno de los problemas de fondo, en este caso, es que se carece de un pro-yecto o un plan de desarrollo que se imponga a los cambios de autoridad municipal cada tres años, y que esté a la par, o por encima, del acelerado crecimiento poblacional.

A pesar de que la administración de Alejandro Higuera ha demostrado que sí ejecuta obras encaminadas a reducir las deficiencias en el servi-cio, la demanda ciudadana crece a mayor velocidad que la capacidad de atención.

Raúl Llera Martínez.Presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas

Turísticas de Mazatlán.

El vertimiento de las aguas negras a la bahía es un problema grave, que se está complicando y arribando a sus límites. La falta de recursos afecta sobremanera, ya que lo que se necesita es financiamiento para tener una red de drenaje en buenas condiciones y una planta de tratamiento de aguas negras óptima.Sería importante que la secretaria de turismo, Leticia Navarro, cumpla su compromiso de apoyar con sus gestiones para conseguir dinero y re-solver el problema.Mazatlán merece tener mejores servicios públicos, como el drenaje y el agua, ya que es un destino de sol y playa preferido por miles de turistas extranjeros y nacionales, de ahí que preocupa un posible avance de la contaminación hacia las playas.Hasta el momento se desconoce la posibilidad de un boicot, aunque hay que reconocer la voluntad de las autoridades municipales y estatales por resolver este grave problema, por lo que se espera que se gestionen los recursos necesarios en los próximos días.

Alejandro Higuera Osuna.Presidente Municipal de Mazatlán.

Son 55 millones de pesos los autorizados por el Banco Nacional de Obras y Servicios para reponer dos de los colectores principales de aguas ne-gras: el Internacional y el Independencia que hace 20 años dejaron de tener vida útil. Es muy probable que este mes de septiembre, la Comisión Constructora de Sinaloa (COCOSIN), inicie los trabajos de reposición

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de aproximadamente ocho kilómetros de tubería de los mencionados colectores. La obra no será licitada porque este proceso retrasaría su eje-cución cuando menos dos meses. De hecho, la JUMAPAM ya cuenta con los estudios y expedientes técnicos de la obra, validados por la Comisión Nacional del Agua.La no licitación de esta obra tiene su fundamento en los artículos 49, 50 y 29 de la Ley de Obras Públicas del Estado de Sinaloa. Si bien es cierto que el artículo 26 de esta ley dice que los contratos de obra pública que pretendan celebrarse, se adjudicarán o llevarán a cabo a través de licita-ción pública, mediante convocatoria pública y el artículo 30 considera los rangos mínimos y máximos en el costo de una obra para licitarse, no lo es menos que el artículo 49 y 50 de la ley facultan al municipio para la ejecución directa de una obra cuando éstas se realicen con fines de segu-ridad interior. O bien “cuando existan condiciones o circunstancias ex-traordinarias o imprevisibles o cuando peligre o se altere el orden social, la economía, los servicios públicos, la salubridad o la seguridad general o el ambiente de alguna zona o región del Estado, como consecuencia de desastre producido por fenómenos naturales o por causas fortuitas o de fuerza mayor. En estos casos las dependencias u organismos se coordi-narán, según procede, con los órganos competentes.”Por otro lado, el procedimiento para que se otorgue el crédito de 55 mi-llones de pesos, es que se presente la iniciativa de endeudamiento, de parte de JUMAPAM y el ayuntamiento, al Congreso del Estado, órgano que iniciará el período ordinario de sesiones en los próximos días. En tanto se realizan los trámites correspondientes, el Banco Nacional de Obras y Servicios, liberará los recursos a través de un crédito puente. Es probable que para mediados de septiembre, lleguen los primeros 12 millones de pesos para iniciar las obras.La reinstalación de esta tubería es urgente y prioritaria porque está de

por medio no sólo la salud de los mazatlecos, sino la imagen del sector turístico de donde depende un porcentaje importante de la economía del puerto. Somos la primera administración en dar a conocer y reconocer a grave-dad del problema que presentan estos dos colectores que desde hace 20 años llegaron a su plazo fatal, a pesar de los riesgos y la responsabilidad que ello implica. Existen sectores como el agrícola que recibe anualmente millones de pe-sos en subsidio en tanto que la actividad turística se encuentra relegada a pesar de que, después del campo, es la segunda fuente de importancia económica en el Producto Interno Bruto del estado.Este argumento fue presentado ante el Secretario de Desarrollo Econó-mico del Estado, Heriberto Félix Guerra y analizado y propuesto durante una reunión de trabajo con integrantes del Consejo de Desarrollo Eco-nómico de Sinaloa que estará encabezada por el Secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, y el gobernador Juan Millán Lizárraga. De igual manera se expuso ante la titular de la Secretaría de Turismo, Leticia Navarro y del secretario del Medio Ambiente, Víctor Lichtinger.De hecho se concertó y realizó, en la ciudad de México, una reunión con la secretaria de Turismo, Leticia Navarro en la que estuvo presente el gobernador Juan Millán y directivos del Banco Nacional de Obras y Servicios, institución financiera que autorizó los 55 millones de pesos para iniciar la obra en los próximos días.

Pedro Osuna Amparo.Secretario del Ayuntamiento.

También en esta ocasión el problema del drenaje es y será utilizado como bandera política en el marco de las campañas electorales, pero quien

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resulte triunfador de la contienda el próximo 11 de noviembre se dará cuenta de que la solución se encuentra únicamente en la disponibilidad de recursos económicos.Es este justamente el principal motivo por el que la actual administra-ción no ha realizado las obras de drenaje necesarias, principalmente lo relativo a la sustitución de la tubería en los colectores principales.Mientras que no se dé un acuerdo y colaboración entre los tres niveles de gobierno a efecto de enfrentar la situación, el problema de las aguas negras seguirá latente.Por su gravedad la actual administración que encabeza el alcalde Alejan-dro Higuera tiene toda la intención de resolver el problema, pero hacen falta los recursos para empezar a cambiar la red del drenaje.Para renovar la red de drenaje de la ciudad, se necesitaría de todo el pre-supuesto anual del municipio, lo que implica abandonar la obra pública y el servicio a la ciudadanía.Es un presupuesto emergente el que se requiere.

B) Agua, turbia pero potable.

Rogelio Soto Martínez. Representante de la empresa “Equinoccio”.

El agua de Mazatlán se encuentra contaminada con dos mil elementos que afectan la salud de los habitantes.De acuerdo a resultados ofrecidos por laboratorios clínicos de Nueva León, el índice de ferro manganeso en el agua de Mazatlán llega al 52 por ciento, cuando debe ser del uno por ciento.Según el estudio clínico, en el agua se detectó herbicidas, pesticidas, ar-sénico, mercurio, derivado del petróleo y muchos otros.

Lo que pasa es que, según estudios, el agua de pozo se debe extraer de profundidades de 500 a 600 metros para evitar la contaminación y, en el caso de Mazatlán, los pozos tienen apenas una profundidad de 30 me-tros.Los pozos se encuentran en zonas agrícolas y no es difícil que los agro-químicos lleguen a los mantos freáticos.Los resultados del análisis clínico del agua que ofrece la JUMAPAM a la población, se presentaron ante el Jefe de la Jurisdicción Sanitaria No. 5 de la Secretaría de Salubridad, doctor Raúl Vizcarra Piña, y ante el señor Jesús Ramón Rojo Gutiérrez, gerente de JUMAPAM. Ambos reconocieron la baja calidad del agua, por lo que se trata de un grave problema. Pero hasta ahí, porque el gobierno no se preocupa por revisar qué sistemas se pueden emplear para potabilizar el agua que consumen los ciudadanos y solo sugieren hervirla para evitar, a medias, la contaminación. De igual manera, es necesario que se revise la calidad del agua embotellada que diversas empresas distribuyen en este puerto.

Ramón Moreno Vargas. Presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la

Construcción.

Debe de aclararse, para que no haya duda alguna, el señalamiento que hace la empresa Equinoccio en el sentido de que el agua de Mazatlán no es potable y está contaminada.Solicita que el monitoreo y el análisis de la calidad del agua sea perma-nente y que en ello se involucre no solo la JUMAPAM sino las autorida-des de salud.La función de la Junta no debe limitarse sólo a trasladar el agua, sino a garantizar su calidad, porque de ello depende la salud de la mayoría de la

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población que no tiene acceso a equipos de potabilización.Las fosas sépticas de la zona rural contaminan los mantos freáticos así como las descargas de aguas negras que se hacen en el río Presidio.La SSA, CNA y JUMAPAM tienen la obligación de evaluar el agua que consume la población.Hace falta mucho control sanitario con relación al agua.

María Lourdes Portillo Ibarra.Química.

Desde el punto de vista microbiológico el agua que corre por la red en-tubada de Mazatlán no se considera tóxica, pues se encuentra dentro de los límites establecidos.El agua de Mazatlán es apta para el consumo humano siempre y cuando se hierva.Los niveles de manganeso y fierro que alcanza el agua muchas veces son altos, lo que provoca una coloración café que ofrece desconfianza a la población.Recomienda a quienes no tienen filtro purificador que hiervan el agua para evitar enfermedades.Que la empresa Equinoccio sea específica y señale cuales son esos 2 mil contaminantes que tiene el agua de la ciudad, ya que en su estado natural contiene infinidad de sales y minerales. Si no sobrepasa los límites no existe peligro.Para tener certeza sobre el estado del agua se requiere, a parte de análi-sis microbiológicos, estudios fisicoquímicos que den seguridad sobre la calidad del agua. Debe tenerse cuidado con el agua porque en algunas zonas puede darse el escurrimiento de aguas negras y mezclarse con la destinada al consu-

mo humano. Igualmente existen químicos generados por lo obsoleto de la red de drenaje y que ocasiona problemas de salud como parasitosis, salmonelosis o tifoidea.

Doctor Jesús Flores Tirado.Ginecólogo y estudioso de la salud pública.

La salud de los mazatlecos sufre un deterioro terrible porque vivimos en un ambiente degradado, en donde el principal elemento de la vida, el agua, alcanza niveles de contaminación alarmantes, no sólo porque las aguas negras se vierten a diestra y siniestra, sino porque la que sale de las llaves no resiste un análisis clínico.

Por la situación que priva en Mazatlán, es más que urgente la constitu-ción de un Consejo Médico integrado por expertos en diversas áreas.Se trata de evaluar con objetividad pero sin amarillismo la situación real que vive la ciudad desde el ángulo de la contaminación, con el objeto de tomar decisiones médicas, por encima de las medidas oficiales que se empeñan en ocultar cifras dizque para no alarmar a la población.Las condiciones de contaminación en la ciudad son muy severas, sólo que en algunas partes no se notan o la gente se acostumbra a vivir con granos en la piel, rasqueras, amibiasis o con infecciones gastrointestina-les, lo que degrada fuertemente la salud de los habitantes, principalmen-te la de los niños y ancianos.

La contaminación ambiental mantiene rangos, en algunos casos, por encima de los permitidos por la Organización Mundial de la Salud, lo que podría determinar un veto internacional para nuestro puerto como destino turístico.

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Alfredo Ruelas Solís.Empresario, miembro de Codee in

Para terminar con la polémica que ha desatado la idea de sí es o no pota-ble el agua de Mazatlán, es necesario que la JUMAPAM y el ayuntamien-to contraten los servicios de una empresa seria a efecto de que realice análisis y muestras del líquido.Pese a la polémica, el agua que se procesa en Mazatlán es apta para el consumo humano y hasta ahora no se ha registrado algún problema de salud serio que ponga en duda su calidad.De cualquier manera el municipio debe invertir recursos para que un laboratorio serio levante muestras del agua y ofrezca un dictamen al res-pecto, a efecto de que ya termine la polémica y se proceda a hacer lo conducente.Si bien es cierto el agua contiene una cantidad de ferro manganeso ello no afecta la salud de los consumidores; y aunque salga turbia de las llaves ello no quiere decir que no es apta para el consumo o que este elemento ahuyente al turismo.

Jorge Arturo Pérez Gavilán.Presidente del Consejo para el Desarrollo de Sinaloa.

El Codee in, con la anuencia de sus integrantes, mandará a analizar el agua que se vende como potable y que consume la ciudadanía, a fin de conocer su calidad.Es necesario que un laboratorio privado realice los análisis correspon-dientes para que se den a conocer resultados profesionales y de una vez por todas se termine con la polémica de papel que a nada conduce.Es importante tener pruebas serias para saber si realmente o no el agua

que se consume en Mazatlán es apta para los humanos, sobre todo por-que la turbiedad del líquido hace dudar a la gente de que es potable.

Raúl Vizcarra Piña.Jefe de la Juridicción Sanitaria No 5 de la SSA.

La compañía Equinoccio afirma que el agua de Mazatlán tiene dos mil contaminantes y que no es apta para el consumo humano. Pero la Secretaría de Salubridad y Asistencia no recibió de esa empresa estudios sobre la calidad del agua que se consume en la ciudad.Reta entonces a que esa empresa demuestre con documentos que el agua potable de Mazatlán no es apta para el consumo humano porque tiene 2 mil contaminantes. ¿Equinoccio sabe lo que está diciendo? ¿Tiene el sustento de lo que afir-ma? En primer lugar hay que saber si los contaminantes son químicos o son biológicos para conocer si son bacterias, salmonelas, coliformes por-que el cloro mata. Pero los señores de equinoccio hablan de más de dos mil contaminantes y es necesario que lo sustenten. Yo tengo mis datos, pero necesito los de ellos porque lo mejor es trabajar en conjunto para beneficiar a la sociedad.Ciertamente, existen zonas donde el ferro manganeso es elevado, pero hasta el momento no ha causado daño a la salud. ¿Dónde están las epi-demias? Desde 1993, personal de la SSA realiza muestreos en diversos puntos de la ciudad para evaluar la calidad del agua. Hasta el momento no se han presentado problemas y todo se encuentra dentro de la normalidad.A parte de que la JUMAPAM hace sus propios muestreos, la SSA no ha detectado males epidemiológicos producto de la mala calidad del agua. Si así fuera se hubiesen presentado cuando menos sintomatología del fenómeno

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El agua de la ciudad registra un alto nivel de ferro manganeso, pero ese mineral aunque está por encima de los límites permitidos, no afecta la salud de la población. Hay que aclarar que en los monitoreos que hace la SSA, en algunas zo-nas no aparece el nivel del cloro recomendado debido al trayecto que recorre el agua, aunque en cuanto se reporta el problema a la JUMAPAM inmediatamente tiende a corregirse.Es importante que la empresa Equinoccio, con patente alemana y ex-perta en purificación de agua, informe sobre los supuestos estudios rea-lizados al agua de la ciudad, sobre todo a las autoridades de Salud, a la Comisión Nacional del Agua y a la propia JUMAPAM en la idea de trabajar en conjunto.

Humberto Rice García.Ex alcalde de Mazatlán.

Señalamientos como los de la empresa Equinoccio confunden y des-orientan a la población, pero además dañan la imagen de nuestra ciudad como destino turístico. Más aún cuando este tipo de aseveraciones (que el agua del sistema contiene dos mil contaminantes) no ofrece elementos de prueba que la sustenten.Este tipo de informe no puede gozar de mayor credibilidad que los estu-dios, muestreos y análisis que diariamente hace la JUMAPAM, la Secre-taría de Salubridad y la Comisión Nacional del agua.Desgraciadamente a los mazatlecos no nos va bien porque tendemos a creer en cualquier cosa que se nos dice.Si en realidad la calidad del agua que la JUMAPAM proporciona a la población fuera tan mala, ya se hubiese reflejado en epidemias o defun-ciones frecuentes.Hasta ahora existe confianza en que la JUMAPAM está haciendo su la-

bor dentro de los parámetros que le marca la Comisión Nacional del Agua y la propia Secretaría de Salud.

Alejandro Higuera Osuna.Presidente Municipal de Mazatlán.

Mazatlán tiene la mejor calidad de agua del país, porque el río Presidio no tiene minas y eso quiere decir que tampoco tiene contaminación de ningún tipo.Lo que pasa es que en la superficie del Presidio no se desparraman agro-químicos como en muchas ciudades.La calidad del agua de Mazatlán está respaldada por estudios químicos y no se necesita ser técnico de la NASA o de la Comisión Nacional del Agua para saber eso.El río Presidio en sus cuencas no tiene minas ni tiene grandes asenta-mientos humanos que provoquen contaminación; no se usan agroquí-micos y se tiene un agua muy limpia.Por lo tanto no son confiables los estudios sobre la calidad del agua po-table ofrecidos por a empresa Equinoccio, misma que coloca a Mazatlán como la ciudad que tiene el agua con mayor número de contaminantes en el país, después de Reynosa, Tamaulipas.

Jesús Maestre Villarreal.Jefe del Departamento de Control de Calidad de la JUMAPAM.

Más que tratarse de un problema de salud o de mala calidad, el inconve-niente del agua potable en Mazatlán es de carácter estético.Ni el agua que procesa y distribuye JUMAPAM está contaminada, mu-chos menos representa graves riesgos para la salud. Lo anterior de acuer-

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do a los exámenes bacteriológicos y monitoreos de cloro que diariamen-te se realiza en todo el municipio de Mazatlán, es decir en la zona urbana y en el área rural.Los monitoreos diarios significa la toma de muestras de los cinco tan-ques de almacenamiento que existen en la localidad y sus resultados se envían a la Secretaría de Salubridad y a la Comisión Nacional del Agua.Está claro que el agua potable de Mazatlán es apta y buena para el consu-mo humano, pero el principal problema del líquido que consumimos es de carácter estético, más que de salud o de contaminación. Ciertamente, a nadie le gusta el agua turbia, pero esto no quiere decir que esté conta-minada. Por el contrario, la nuestra es muy buen agua.En algunas partes como Rincón De Urías, Cerro del Vigía, Parque Bon-fil, Colonia Obrera, se han encontrada fallas provocadas por la contami-nación del medio ambiente, pero estas en ningún momento representan peligros para que haya brotes epidémicos.Son realmente absurdas las afirmaciones hechas por “Equinoccio”, em-presa privada que vende filtros de agua, en el sentido de que el agua potable de Mazatlán contiene dos mil contaminantes.Eso no e posible porque no existen tantos elementos en la química ni tampoco el cuerpo humano podría resistirlos si es cierto que existen.Otra afirmación Absurda de “Equinoccio” es la relativa a que los pozos de la JUMAPAM deben tener una profundidad de entre 400 a 600 me-tros. Los actuales tienen hasta 40 metros porque ello es suficiente para llegar hasta los mantos de agua, aunque en otras ciudades como Monte-rrey la parte freática se encuentra a 150 metros de profundidad.Las aseveraciones como las de esta empresa y otras opiniones, es la mejor evidencia de que existe un dañino desconocimiento sobre lo que es el agua potable y labor que realiza la JUMAPAM a través del departamento de Control de Calidad.

Otra de las pruebas es que, aún cuando no es cierto, hay quienes dicen que el ferro manganeso presente en el agua es dañino para la salud.Hoy, la Organización Mundial de la Salud maneja otros parámetros con relación a que para ser potable o apta para el consumo, el agua tiene que ser inodora, incolora e insípida.Si al agua se le quiere dar un tratamiento, por ejemplo, con cloro, tendrá que tener un color, un olor o un sabor, pero mientras no se pasen los rangos permitidos no existe problema.

7. Una visión general desde JUMAPAM.

Entrevista al gerente general Jesús Ramón Rojo Gutiérrez.

En la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado todo es urgente, porque el sistema de drenaje es obsoleto, de manera que estamos asenta-dos sobre contingencias a las que hay que salirles al paso y a veces anti-ciparlas, opina el gerente general de la paramunicipal, Jesús Ramón Rojo Gutiérrez, quien informa que en su etapa de rehabilitación, que costó cerca de 30 millones de pesos, la planta de tratamiento de aguas negras funcionaría para la segunda quincena de agosto, aunque en realidad el funcionamiento pleno del proceso se trasladó hasta noviembre del 2001.Don Jesús Ramón Rojo reitera la idea de que uno de los aspectos más críticos que tiene Mazatlán es el drenaje y que ello ha implicado librar una lucha diaria no solo para mejorar el servicio, sino para contrarrestar los efectos de la obsolescencia.El gerente general de JUMAPAM habla sobre el Proyecto Siglo XXl, cu-yas metas están definidas a corto, mediano y largo plazo, lo que quiere decir que lo que se haga desde ahora debe estar pensado de aquí a 15 ó 20 años.

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Para el funcionario es importante mantener una perspectiva de planea-ción, porque una cosa es luchar contra las contingencias que provoca el mal estado del sistema de drenaje y otra cosa es que debemos ponernos por encima de estas circunstancias para proyectar el futuro.

La rehabilitación de la planta de tratamiento.

La Planta de Tratamiento de Aguas Negras, su rehabilitación estará lista a más tardar para la última quincena de agosto, “pues estaba pensada para la primera quincena de julio y la pospusimos para tener la seguri-dad de que todo saldrá bien”. Pero, como se anota arriba, la obra quedó lista para el mes de noviembre.

El gerente de JUMAPAM precisa que la inversión es de un poco más de 24 millones de pesos y que tanto la obra civil como el equipo fundamen-tal ya está instalado, “sólo hacen falta unas bandas que nos traerán de Es-tados Unidos para los primeros días de julio, lo que permitirá instalarlas en este mes y tener todo agosto para hacer pruebas, de tal manera que para la segunda quincena ya podamos reinaugurar la planta del Crestón.

Las microplantas.

De acuerdo a lo dicho por el gerente general de JUMAPAM, las micro-plantas se han convertido en la alternativa tecnológica más viable, no solo porque obviamente son más baratas, sino porque a través de ellas se da un manejo más seguro y específico de las aguas servidas.De ese modo, subraya, se pueden controlar los drenajes de un área de-terminada, como las del ejido El Castillo, cuya planta está funcionado gradualmente en un manejo limpio y sin malos olores de los desechos.En los próximos días será inaugurada la microplanta de tratamiento de

aguas negras del fraccionamiento Santa Fe, lo que viene a constituir otro bastión más en la lucha contra las aguas negras y por el aprovechamiento de las aguas tratadas a favor del entorno.De igual manera, existen ya hoteles como Pueblo Bonito “Emerald Bay”, en donde la instalación de una micro planta permite la demanda interna de agua para jardines y sanitarios a través del reciclaje.Por eso, una de las estrategias que coadyuvará a que no se manejen gran-des volúmenes de aguas negras a través de grandes plantas son las mi-croplantas, las que por su naturaleza nos ayudarán a parcializar la ciudad y a que, en caso de un accidente o riesgo, sea solo una parte la afecta-da, aunque la idea es que estén interconectadas para que el proceso de tratamiento no se trunque cuando una de ellas no llegue a funcionar o requiera mantenimiento.

Agua Potable.

De acuerdo a datos de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantari-llado, Mazatlán es una de las ciudades del país que mantiene un 96% de cobertura en agua potable en su zona urbana, mientras que en la zona rural, en poblados de mas de 50 habitantes, se ha llegado ya al cien por ciento en la instalación de redes de agua potable.En este aspecto, Jesús Ramón Rojo Gutiérrez señala que Mazatlán se distingue por la introducción de obras importantes en las comunidades medias, es decir, en las poblaciones que van presentando un crecimiento normal.De ahí que se observe avances importantes en rehabilitación, ampliación y construcción de redes de agua potable, materia en la que Mazatlán alcanza un lugar importante en el ámbito nacional. (Aportar más datos sobre agua)

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Servicio civil de carrera.

Uno de sus grandes esfuerzos es dejar instalado en la JUMAPAM el lla-mado servicio civil de carrera, lo que permitirá aprovechar el conoci-miento y la experiencia de funcionarios que no sería justo desecharlos o echarlos por motivos políticos o por desconocimiento e ignorancia de quienes asumen la responsabilidad del organismo cada vez que cambia la administración municipal.Eso le ha costado mucho a la JUMAPAM y a la ciudadanía y no sería correcto dejarlos ir para que vengan otros a enseñarse. Eso es costoso no sólo en términos de dinero, sino en términos de que muchas cosas se dejan de hacer correctamente y eso tiene un costo más alto, asume Rojo Gutiérrez.

A pagar el agua.

La JUMAPAM paga diariamente un promedio de 85 mil pesos por con-cepto de consumo de energía eléctrica, lo que al mes hace un monto aproximado de más de dos millones y medio de pesos.“Si nosotros no recabamos ese dinero para pagar nuestros compromisos con la Comisión Federal de Electricidad y para hacer frente a otros gas-tos operativos, entonces vamos a tener un organismo deficiente y todos vamos a salir perdiendo”, expresa el titular de JUMAPAM.Es increíble cómo hay gente que no paga el agua porque se trata de reci-bos entre 25 o 30 pesos y no quieren perder el tiempo. “De esos usuarios hay muchos y no saben el daño que le están haciendo a la Junta y al pro-pio servicio.Se trata de que aquilaten el valor del agua, porque en cuanto falta este líquido en el hogar, inmediatamente enderezan su malestar en contra de la Junta, lo que quiere decir que lo que se paga es en realidad muy poco

para lo mucho que se hace teniendo agua en casa”.Don Jesús Ramón hace un llamado a la ciudadanía para que “cada uno de nosotros adoptemos una responsabilidad en torno al agua. Primero cuidando el líquido porque a unos aparentemente les sobra y a otros realmente les falta. El agua es vital y está por encima de cualquier va-lor monetario o de cualquier negligencia. Otro compromiso a favor del sistema operador del agua se centra en hacer el esfuerzo por pagar el consumo y si es a tiempo mejor.

8. Síntesis de los resultados del foro de Codesin y Coparmex sobre agua potable, drenaje y saneamiento.

El mes de mayo de este año (2001), el Consejo para el Desarrollo de Sinaloa, CODESIN Zona sur, en base a una propuesta de la Confedera-ción Patronal de la República Mexicana (Coparmex), convocó a un foro denominado “Análisis del servicio de agua y drenaje”, con el objetivo central de buscar alternativas de solución a los problemas que acusan los sistema de agua potable, drenaje sanitario y el saneamiento de las aguas negras.El foro se dividió en cinco mesas de trabajo en las que se abordaron los siguientes temas: 1- Diagnóstico de la situación que guarda el sistema (de drenaje) y alternativas de solución. 2- Plan Director Visión 2000, para resolver el problema. 3- Fuentes de financiamiento para resolver el problema. 4- Impacto Ambiental (Desarrollo Sustentable) 5- Gobierno y regulación de los servicios de agua potable y alcantarillado.En el evento participaron organismos de la iniciativa privada, aparte de Codesin y Coparmex, como la Cámara Nacional de Comercio, delega-ción Mazatlán y la Cámara Nacional de la Industria de la Transforma-ción. De igual modo organizaciones de profesionales como el Colegio

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de Ingenieros Civiles de Mazatlán; Colegio de Ingenieros Civiles del Sur del Estado y Colegio de Arquitectos de Mazatlán. Participaron también el Consejo Ecológico de Mazatlán, la Escuela de Ingeniería de la Univer-sidad Autónoma de Sinaloa y se contó con la asesoría del consultor Juan Jesús Velarde Sánchez.Al evento también aportaron instituciones como la Comisión Nacional del Agua, la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazat-lán, el Banco Nacional de Obras y Nacional Financiera. Personalidades como los arquitectos Adrián Bastidas Bernal, Humberto Barrera Rome-ro y Héctor Pastor Cruz González; los ingenieros Gilberto Sánchez, Mar-tín González Castañeda y Jesús Martínez.

Mesa 1.Diagnóstico de la situación que guarda el sistema y alternativas de solución.

Alcantarillado.

Este sistema presenta graves problemas de operación y mantenimiento.La topografía del puerto obliga al uso de cárcamos de bombeo y muchas tuberías trabajan abajo del nivel freático. Existen carencias de recursos económicos y si a ello se suma lo antiguo de la red, la situación se torna mas grave.

Colectores y atarjeas.

Cómo canalizar adecuadamente las aguas residuales de las industrias, restaurantes y todas aquellas descargas que deberán contar con tram-pas de grasa. ¿Cuentan muchas empresas con trampas de grasa? ¿Existen

tratamientos primarios que eviten el desbordamiento de aguas negras?Se dice que es necesario eliminar las descargas de aguas pluviales a la red del drenaje sanitario y se plantea que mediante la conscientización a la población y estímulos a quienes lo vayan resolviendo. ¿Es esto posible o es la única vía para resolver el problema?

Cárcamos.

Se plantea que es necesario un programa de rehabilitación de los cárca-mos existentes, revisar la eficiencia del equipo de bombeo o implemen-tar plantas de emergencia manual con el fin de estar preparados en caso de un desastre natural.

Planta de Tratamiento de aguas negras.

La actual planta de tratamiento es insuficiente para sanear las aguas ne-gras de la ciudad, pero aún cuando se está rehabilitando se siguen ti-rando las aguas crudas al mar. Es necesario pensar en un proyecto de saneamiento de aguas que contemple la instalación de micro plantas en puntos estratégicos de la ciudad, en la idea de reducir el envío de dese-chos en donde actualmente se hace.

Contaminación.

Las descargas directas de aguas negras al estero del Infiernillo, estero de Urías y a la laguna del Camarón están provocando serios problemas de contaminación y daño al medio ambiente, por lo que debe prohibirse su vertimiento y obligar a los usuarios a conectarse al sistema de alcantari-llado de la ciudad.

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Conclusión.

Es necesario levantar de inmediato un padrón catastral de las redes de agua potable y alcantarillado para poder proyectar el crecimiento futuro de la ciudad. (El levantamiento catastral se hizo justamente durante la gerencia del Ing. Rigoberto Félix Díaz)

Mesa 2.Plan Director Visión 2020, para resolver el problema.

Ejes centrales del proyecto:

a) Formular un plan de ordenamiento territorial como instrumento de planificación a mediano y largo plazo para la ciudad y para el municipio.b) Crear un consejo de expertos en planeación urbana, con carácter per-manente y autónomo de los gobiernos municipales en turno.c) Crear programas de planeación urbana regional a largo plazo, para asegurar reservas ecológicas y preservar los espacios naturales.d) Definir estrategias para la planeación de desastres, con base en el diagnóstico del Consejo Nacional de Población.

Mesa 3.Fuentes de financiamiento para resolver el problema.

Objetivos centrales:

a) Realizar un análisis exhaustivo de las diversas fuentes de financia-miento disponibles, desde la revisión tarifaria, apoyos gubernamentales, créditos, concesiones y alianzas estratégicas.

b) Establecer convenios de trabajo y apoyo permanentes con las diversas fuentes de financiamiento detectadas. c) Establecer un “Fideicomiso Maestro” para el proyecto y su imple-mentación que permita el estricto control y aplicación de los recursos.

Mesa 4.Impacto ambiental. (Desarrollo sustentable)

Es evidente que el problema por contaminación de descargas de aguas residuales se debe atacar a la brevedad posible, para evitar que nuestro puerto sufra los estragos que esto pueda ocasionar, tales como los vetos a la industria turística, la industria de la pesca y, lo más preocupante, el brote de epidemias.Es importante y urgente crear un sistema de gestión ambiental para mo-nitorear el comportamiento de los cuerpos de agua, donde son descar-gadas las aguas residuales.Todos los proyectos deben ser acompañados de un estudio de “Desarro-llo Sustentable”, con visión a corto, mediano y largo plazo.

Mesa 5.Gobierno y Regulación de los servicios de agua potable y alcantarillado.

Se plantea ampliar el número de representantes de la sociedad en el con-sejo directivo de la JUMAPAM y convertirlo en una entidad indepen-diente de las decisiones del gobernante municipal en turno.De igual modo el planteamiento abarca la presentación de una iniciativa de ley para modificar el artículo 17 de la Ley de Agua Potable y Alcanta-rillado del Estado de Sinaloa, con el fin de implementar el “Servicio Civil de Carrera”.

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Hasta aquí con los resultados del Foro convocado por Codesin y Copar-mex y cuyas conclusiones ofrecen propuestas centrales para el análisis y el rumbo que debe sustentar, efectivamente, un proyecto de largo alcan-ce y de largo plazo que realmente inicie un proceso de solución al grave problema del drenaje y al mejoramiento del sistema de agua potable.

9. Informe general de JUMAPAM hasta el 31 de agosto del 2001.

Área Comercial.Los medidores instalados hasta la fecha ascienden a 90 mil 036 en todo el municipio y se han detectado usuarios sin medidor por el orden de los 1 mil 140, lo que significa que hasta el 31 de agosto del año 2001 en Ma-zatlán se tienen registrados formalmente 97 mil 176 usuarios del servicio de agua potable.Tan sólo entre 1999, 2000 y hasta el 31 de agosto del 2001 se registró una instalación de medidores por el orden de los 13 mil, y eso significa, con relación a 1998, un crecimiento de un 18 por ciento en la cobertura del servicio de agua potable en tan sólo 2 años y medio, cifra que debe considerarse histórica.

A la fecha, en el servicio doméstico existe un registro de 90 mil 723 medi-dores, lo que se traduce en una cobertura del 93.35 por ciento. En cuanto al servicio comercial-industrial el número de medidores asciende a los 5 mil 921 y que en porcentaje implica el 6.10%. En el sector educativo, de salud y en otros edificios públicos existen 532 medidores, lo que repre-senta un 0.55 por ciento de la cobertura total.La JUMAPAM factura mensualmente la cantidad de 11 millones de pe-sos y mide un consumo de agua, cada treinta días, de 2 millones 250 mil metros cúbicos aproximadamente.

Construcción.En este aspecto es muy importante observar la introducción de materia-les de larga durabilidad, gracias a los avances de la ciencia y la tecnología. Por ejemplo, antes se instalaban tubos en la red del drenaje con un pro-medio de vida de 25 años. Hoy, en el caso de la restitución de tramos de los colectores, estamos hablando de tubería de PVC con una resistencia sometida a todas las pruebas técnicas, de tal manera que se tiene garan-tizado una durabilidad de 70 años como vida útil.En cuanto a nuevas instalaciones que reforcen la red de colectores, el proyecto de la JUMAPAM contempla la ampliación del Colector Rafael Buelna, por lo que a finales del 2000 se instalaron 300 metros de tubería entre la avenida Robles Quintero, Circunvalación y Carretera Interna-cional.Como dato muy importante es necesario dar a conocer que a la fecha se cuenta con 98 kilómetros de colectores y subcolectores y con aproxima-damente 970 kilómetros de redes de atarjeas.En el caso del sistema de agua una potable, la cobertura total registrada hasta el 31 de agosto del 2001 se traduce en 97 mil 176 tomas entre do-miciliarias, industriales, comerciales y de servicios públicos. Para medir las fallas cotidianas de la red se cuantifica el rompimiento de la tubería y, en este caso, el registro promedio de afectación es de 55 tomas diarias, si se parte del hecho de que al mes se revientan aproximadamente 12 tubos. Lo anterior quiere decir que, con relación al total de tomas existentes, las fallas del sistema de agua alcanzan un promedio mensual de afectación de 1 mil 650 tomas, lo que se traduce en 1.5 por ciento.Esta área registra hasta la fecha, sólo en la zona urbana, 8 mil 016 tomas y descargas instaladas y 70 mil metros lineales de tubería en ampliación de redes o sustitución de tramos defectuosos.En el caso de la zona rural se han instalado a la fecha 16 mil 320 me-

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tros de tubería. Es importante destacar que se llevó el servicio de agua a zonas históricamente desprotegidas en donde prácticamente se instaló todo el sistema (pozo, red, tanque, electrificación) Las comunidades be-neficiadas son: El Guamúchil, El Placer, Tecoyonqui, Espinal, Camacho y Caleritas. En otras poblaciones se instaló la pura red y ampliación de red como en El Pichilingue, Juantillo, Escamillas, Lomas de Monterrey, San Francisquito, La Tuna, El Armadillo, El Recreo, El Moral y El Habal.Por otro lado y en cuanto a la rehabilitación de la planta de tratamiento de aguas negras ubicada en las faldas del cerro del Crestón, es la gerencia de Construcción y Mantenimiento la encargada de la misma, de modo que a la fecha, oficialmente, la que está por concluir es la tercera etapa.¿En qué consistió esta tercera etapa?

En la instalación de una caja derivadora de aguas negras donde llega el agua procedente del cárcamo número 7 sur. Se abrió un canal de re-jas que sirve como depósito de sólidos gruesos flotantes como bolsas de plástico, papeles, pelotas y demás basura gruesa. Son tres las rejas con separaciones que cubren el canal; dos son de operación automática y una es manual para que en caso de emergencia una sola persona pueda operarla. Se construyó también un canal desarenador “aerado”, donde se aplica aire con el propósito de lavar las arenas y enseguida retirarlas de la caseta de sopladores, en donde precisamente se genera el aire. Esta tercera etapa también contempla la rehabilitación de una caja “deriva-dora de flujos”, mismos que pasan a dos “sedimentadores”. De la misma forma se regeneró una obra civil y se cambió todo el equipo mecánico. La instalación de un laboratorio requirió de una subestación eléctrica completamente equipada. A parte de la caja derivadora, se rehabilitó una repartidora de flujos y sus respectivos sedimentadores, lo que im-plicó, igualmente, rehabilitar la obra civil, cambiar el equipo mecánico

y readecuar el edificio de almacenamiento y dosificación de productos químicos donde se prepara la solución del coagulante y proculante. La rehabilitación contempló la construcción de nuevos silos, es decir, de tanques de almacenamiento de acero, que es donde se aplica cal indus-trial al lodo, a efecto de que los microorganismos no causen problemas. Uno de esos organismos que comúnmente se combate, porque abunda mayormente en el agua residual, es la lombriz llamada coliforme. Final-mente estos lodos se depositan en un relleno sanitario a efecto de salva-guardar el medio ambiente.

Producción.Son 41 pozos de agua los que hasta la fecha, 31 de agosto del año 2001, se encuentran funcionando en las zonas de captación de El Pozole y San Francisquito. Es decir, se produce con un pozo menos que en 1990, du-rante el período de Humberto Rice y con el mismo número de pozos que en 1988, cuando empezó a operar el proyecto Mas Agua para Mazatlán. Mientras que en 1990 los pozos producían 1,300 litros por segundo para menos población, ahora, y pese a la explosión demográfica, principal-mente en la ciudad, en toda la zona de captación se produce un pro-medio de 1, 250 litros por segundo, aunque la capacidad real se sigue estimando en 1,600 litros por segundo.En los dos últimos años se abrieron cuatro pozos y tres más son suscep-tibles de rehabilitar, lo que aumentará la capacidad de producción y, en consecuencia, atender con holgura el incremento cíclico de la demanda de agua como en vacaciones de Semana Santa, las fiestas de carnaval y la temporada de verano en la que, por la naturaleza del clima y los miles de vacacionistas que arriba, aumenta el consumo del líquido.Por otro lado, es importante ofrecer los datos que muestran la capacidad de nuestros espacios para almacenar el agua. Cinco son los tanques que

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permiten retener y rebombear el agua hacia diversas zonas de la ciudad. El tanque de Casamata es el más antiguo porque en el origen urbano era el que proveía a la vieja ciudad. Este tanque ha sufrido ampliaciones y trasformaciones tecnológicas muy interesantes, que en páginas posterio-res se explican, por lo que es capaz de retener 11 mil metros cúbicos de agua. Le sigue en importancia cronológica el tanque de Loma Atravesa-da, cuya capacidad de almacenamiento alcanza los 5 mil metros cúbicos. El Flores Magón l es otro depósito de gran magnitud, fue construido en el trienio de José Ángel Pescador Osuna y alcanzó también los 5 mil me-tros cúbicos. Luego se construyó el tanque Flores Magón ll, con capaci-dad para almacenar 650 metros cúbicos. El último que se construyó fue precisamente en esta administración (la primera) del alcalde Alejandro Higuera y se trata del tanque Valles del Ejido en el que se albergan 1 mil 600 metros cúbicos de agua. Este tanque se construyó para ofrecer el ser-vicio a cerca de 20 mil habitantes de las diversas colonias que conforman esta gran área llamada Valles del Ejido.Con relación a las actuales líneas principales de conducción del agua que proviene de la zona de producción, es importante señalar que las tres ofrecen la capacidad necesaria en relación al nivel de producción que se tiene. Sin embargo, una cosa es que tengan la capacidad de conducción y otra la es, por su antigüedad, el mal estado en que se encuentran. Las líneas Lock Joint, la de acero y la de cemento-asbesto, requieren de una reposición urgente, paulatina tal vez pero urgente. No es nuevo que a cada rato se revienten, producto de su bajo nivel de resistencia y porque hace mucho que rebasaron su vida útil, lo que ocasiona problemas per-manentes de fuga y de rupturas que en algunas ocasiones determinan que se tenga que interrumpir el servicio por períodos muy prolongados.La instalación de líneas nuevas simple y sencillamente reduciría las fugas a su mínima expresión y, al mismo tiempo, permitiría recuperar un alto

volumen de agua que por esta causa se pierde y que se estima en poco más del 30 por ciento.

Calidad del agua.En los últimos días, como se observó en un anterior apartado sobre el debate de la calidad del agua, este tema ha vuelto a la escena pública, por lo que, desde la JUMAPAM, habrá de hacerse mayor esfuerzo para mantener informada a la población sobre sus procesos de potabilización.La Junta ofrece, a través de su laboratorio, entre 10 y 15 muestras diarias que se producen como resultado de los análisis químicos y bacteriológi-cos. Se trata de medir el grado de cloración, principalmente, y de prote-ger aquellas zonas en las que se detecta un índice elevado de bacterias.Es de destacarse, que desde el mes de julio del año 2000, al agua de la ciudad se le ha añadido una sustancia llamada polímero, misma que ha estado sujeta a prueba y que, por sus resultados, llegó al punto óptimo de su aplicación, de manera que la investigación hecha arroja resultados muy favorables.El polímero trabaja en el aislamiento del ferro-manganeso, lo que per-mite que el agua retome un color claro y por lo tanto ofrezca mayor con-fiabilidad a los consumidores, pues hay que decir que en nuestra cultura del agua está muy ligado el color claro con la limpieza o potabilización, asunto que no necesariamente es cierto.Con la aplicación de esta sustancia llamada polímero, se logró bajar en un 81 por ciento lo oscuro del agua, aunque en donde existe tubería vie-ja, como en el centro de la ciudad, el color turbio se logró reducir un 14 por ciento.

Recursos Humanos.Hasta la fecha, la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado cuen-

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ta con 449 trabajadores sindicalizados y 216 empleados de confianza, lo que da un total de 665 personas que laboran en las diversas tareas que exige un organismo tan grande y tan complejo que ofrece los servicios de agua, drenaje y saneamiento.El personal que labora en esta empresa, tanto a nivel de confianza como sindicalizados, tiene acceso a la capacitación porque así lo exige la nueva tecnología y los modernos procesos administrativos que con frecuencia se implementan. Por ejemplo, la instalación del nuevo equipo de cómputo y el uso de pro-gramas en red, exigió y exige de una capacitación constante del personal correspondiente.Una característica importante de la JUMAPAM es que hace poco más de una década no se han generado problemas serios en la base trabaja-dora sindical, lo que indica la preocupación por escuchar y atender sus demandas. Existe en el trabajador de la Junta compromiso de entrega y conciencia del servicio tan importante que están dando a la comunidad mazatleca, partiendo de la divisa que, antes que nada, el usuario es pri-mero.

XIII2002-2004: EL TRIENIO DE LA INESTABILIDAD

(EL BLINDAJE A LA JUMAPAM)

INTRODUCCIÓN.

En noviembre de 2001, gana las elecciones para la presidencia municipal de Mazatlán, Jorge Alberto Rodríguez Pasos, en unos comicios atípicos que se caracterizaron no solo por el alto nivel de participación ciudada-na, sino porque los candidatos de los partidos más importantes, PAN y

PRI, fueron prácticamente aplastados por la popularidad del candidato postulado por el Partido del Trabajo, una organización política sin pre-sencia ni mayor relevancia en el municipio y el estado. Realmente se trató de un fenómeno coyuntural debido a la influencia que Rodríguez Pasos cultivó en los sectores marginados, populares y medios de la zona urbana, a través de su tribuna radiofónica cuyos contenidos rayaban en el amarillismo y el escándalo morboso. Hay que precisar que a este estilo informativo se agrega la estrategia de la regalía y el apoyo económico a “los pobres y marginados”, quienes ciertamente no eran, ni son atendi-dos, por las instituciones de asistencia social del gobierno. Sobra decir que las elecciones locales no las ganó el Partido del Trabajo, sino la per-sonalidad arrolladora de su candidato.

Sobra decir, también, que Jorge Alberto Rodríguez Pasos no tuvo la ca-pacidad para responder, desde el poder, a las expectativas de una nueva relación con la sociedad, quien le ofreció la confianza del voto y de lo que al poco tiempo se arrepentiría. Cinco meses duró en el poder municipal Rodríguez Pasos, tiempo que le fue suficiente para protagonizar todos los escándalos habidos y por haber. Durante ese lapso prácticamente los ser-vicios públicos se encontraban al garete y los proyectos de obra paraliza-dos. Las diferencias internas del nuevo gabinete afloraron al mes de ha-ber asumido el gobierno, mientras el alcalde no mostraba preocupación alguna por ofrecer señales de seguridad y confianza hacia la sociedad. Todo lo contrario, no pasaba día sin que acusara y amenazara con meter a la cárcel a los funcionarios de la anterior administración, y a advertir a sus funcionarios que serían despedidos si descubría que alguno de ellos le era infiel. En el contexto de esta constante tensión y desatino, ya ha-bía tomado posesión como gerente general de JUMAPAM el empresario Walfre Ibarra Escobar, pero poco duraría en el puesto debido a la intro-

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misión del alcalde que se preocupaba más por saber quien era panista o adversario político para ordenar su despido y colocar en su lugar a sus campañistas. Desde luego, la relación entre Walfre Ibarra y Rodríguez Pasos no llegó a los dos meses porque muy pronto el empresario dejaría la gerencia de la Junta debido a las innecesarias presiones y amenazas recibidas desde palacio. Justamente en esta coyuntura es cuando el go-bierno del estado y la propia Comisión Nacional del Agua recomiendan poner a salvo de los conflictos internos del municipio a la Junta y, para ello, proponen que se haga cargo de la paramunicipal uno d e los mejo-res técnicos del país en la materia: El Ing. Rigoberto Félix Díaz, quien procuraría operar los proyectos del agua y del drenaje sin las presiones y la influencia de la inestabilidad política, administrativa y financiera que ya imperaba en palacio. La llegada de Félix Díaz a la JUMAPAM fue una especie de blindaje a su operación y proyección de obras, una especie de deslinde operativo y financiero que permitió al organismo funcionar sin los sobresaltos que caracterizó a la pasada administración, sobre todo durante su primer año y medio. Pero retomemos, en términos generales, el tránsito del agitado perio-do gubernamental para, más adelante, entrar de lleno a lo que fue la obra del trienio con Rigoberto Félix Díaz al frente de JUMAPAM. Efectiva-mente, habían pasado apenas dos meses del gobierno de Jorge Rodríguez Pasos, cuando en el marco de la visita del presidente Vicente Fox a este municipio, para dar el banderazo de inicio de los trabajos de la carrete-ra Mazatlán-Durango, estalló el escándalo mayúsculo, aquel que sería decisivo para que el Congreso del Estado lo desaforara y lo echara de la presidencia municipal. El entonces alcalde, fue acusado de propinar una severa golpiza a su esposa Consuelo Olivas, quien al principio negó la versión, aunque a los días tuvo la entereza no solo de reconocer el hecho, sino de denunciarlo ante el Ministerio Público.

Cinco meses en forma permanente duró el escándalo al que fue some-tido Mazatlán. Para no pocos analistas, Jorge Rodríguez Pasos llegó a la alcaldía con el apoyo y la simpatía del gobernador Juan Millán. Pero igualmente dicen que así como llegó se fue: Es decir, con el apoyo y la simpatía de Millán. El propio Pasos acusó directamente al gobernador de ser el responsable de su desgracia política y familiar, y públicamente juró vengar la afrenta. No fue así porque a quienes, a la hora del desafuero, les tocó encabezar este asunto desde el Congreso del Estado, fueron precisamente el aho-ra gobernador, Jesús Aguilar Padilla y el ex candidato a la alcaldía ma-zatleca, hoy subsecretario de normatividad del gobierno estatal, Miguel Ángel García Granados, ambos apoyados en sus respectivas campañas políticas por Rodríguez Pasos. Cuando el también ex locutor fue puesto en el banquillo de los acusados en el Congreso del Estado, respondió de manera furibunda y anunció ante los medios de comunicación que con-tra demandaría a sus entonces adversarios y no descansaría hasta verlos en la cárcel, porque, según él, el proceso en su contra había sido una cla-ra violación al estado de derecho y un atentado contra los principios más elementales de la Constitución local y federal. Pero la política partidaria todo lo cambia, de manera que, con la pasión con que Pasos denunció en un inicio a sus entonces adversarios, con esa misma pasión, pero a la inversa, los apoyó para que uno fuese gobernador y el otro alcanzara la alcaldía de Mazatlán. El resto de la historia ya se conoce: Aguilar Padilla llegó al gobierno del estado y García Granados perdió la presidencia municipal. Es esta una crónica obligada en el contexto de este documento para poder entender los vaivenes del desarrollo social, su avance y estancamiento. Simple-mente, en el relativamente corto pero convulsionado periodo de Pasos, la obra de agua potable y alcantarillado brilló por su ausencia y, por el

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contrario, se tuvieron que hacer grandes esfuerzos para contrarrestar la propuesta populista y demagógica de que los pobres no deberían pagar el consumo de agua y, para amolarla, que tampoco debería incrementar-se la tarifa a quienes la pagaban. Cuando Pasos sale del gobierno municipal, el Congreso nombra un alcal-de sustituto en la persona del diputado Gerardo Rosete Ramírez, quien dura un año y un mes al frente de la comuna. Lo que el nuevo alcalde recibe es una terrible inestabilidad política y financiera, que lo hace dar tumbos en medio de su inexperiencia administrativa y el golpeteo ince-sante de sus adversarios, principalmente desde su partido, el PT, y desde el propio cabildo compuesto en su mayoría por personas incapaces, que entendieron su oportunidad como regidores más para beneficiarse en su interés que para trabajar por y para un proyecto de desarrollo municipal. Para fortuna de Rosete Ramírez, mucha de la obra de agua potable y alcantarillado, de introducción, ampliación, rehabilitación y regenera-ción de la red ya se encontraba en operación y proyección gracias a la experiencia del Ing. Rigoberto Félix, quien supo sortear los vaivenes del pasismo.De este modo, es menester reconocer que para el periodo de Gerardo Rosete Ramírez, la JUMAPAM realizó una de las obras más importantes del trienio en materia de incremento de la producción del agua potable, ya que ante el grave problema de azolve y falta de equipo en la mayoría de los pozos de abastecimiento, se tuvieron que abrir 22 nuevos, lo que significa que se recuperó el 50 por ciento de la infraestructura de pro-ducción y, al mismo tiempo, se incrementó el volumen en el número de litros de agua por segundo. Igualmente, en este período, se realizaron importantes obras de saneamiento entre las cuales se construyó la planta de tratamiento de aguas negras en “Cerritos”, cuya capacidad de produc-ción alcanza los 20 litros de agua por segundo para beneficio de habitan-

tes y empresarios del norte de la ciudad pero, sobre todo, del estero El Sábalo que estaba alcanzando altos niveles de contaminación.

Para agosto de 2003, Ricardo Ramírez González sustituye a Gerardo Ro-sete Ramírez, quien se regresa al Congreso del Estado para continuar con sus funciones de diputado luego de ejercer un accidentado encargo al frente de la comuna mazatleca. El nuevo encargado de la administra-ción municipal, con una larga trayectoria en la administración privada y pública, centra sus esfuerzos en el reordenamiento administrativo y financiero y, en el caso de la JUMAPAM, apoya los proyectos de rehabili-tación de los principales colectores del drenaje sanitario, la construcción de una nueva red de subcolectores y colectores y la rehabilitación de los principales cárcamos de rebombeo. En materia de agua potable, en este período, las inversiones más importantes se centraron en el mejoramien-to de las tuberías de conducción y en la aplicación de nuevas tecnologías en el rebombeo del agua potable. En cuanto a la planta de tratamiento de aguas residuales El Crestón, las prioridades se tradujeron en el mejor tratamiento de los lodos, la automatización en la aplicación de los reac-tivos químicos y en la rehabilitación del emisor submarino. Se tiene que reconocer que, pese a todo, Ricardo Ramírez logró dar-le relativa estabilidad a la administración municipal aunque, del mismo modo, el daño al presente y al futuro de Mazatlán ha sido terrible y, se-guramente, sus secuelas en términos de cultura democrática, política, económica y social, las seguirá padeciendo por mucho tiempo la socie-dad mazatleca.

EL PERIODO DE RIGOBERTO FELIX.(UNA PERSPECTIVA GENERAL)

Cuando Rigoberto Félix Díaz asume la gerencia de JUMAPAM, llega

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precedido de una fama de técnico eficiente y de ser uno de los mejores del país en su ramo. Así lo reconoce el propio Director de la Comisión Nacional del Agua, Agustín Jaime Jaques, durante una visita al munici-pio. Quizá uno de los méritos importantes del funcionario no solo fue operar los proyectos urgentes y torales de la Junta en medio del caos político y administrativo que imperaba desde los inicios del período mu-nicipal 2002-2004, sino el de convencer a los sectores sociales que uno de los graves problemas, a parte de los técnicos, era la histórica costumbre de no pagar el consumo de agua. Es decir, para Rigoberto Félix, uno de los aspectos más importantes desde el inicio fue el de fomentar la reci-procidad del consumidor con la JUMAPAM para empatar la obligación con la exigencia. Ciertamente, en Mazatlán históricamente ha existido resistencia a la cultura de pago por los servicios públicos y los impuestos y, al mismo tiempo, se ha desarrollado una cultura de la exigencia al go-bierno para que cumpla eficientemente con los servicios que ofrece. Si a lo anterior se le agrega que desde el gobierno municipal se alentaba el no pago y el no incremento a las tarifas de agua, entonces las condiciones en la JUMAPAM no eran las más adecuadas para iniciar un proceso de seguimiento y transformación en todos los órdenes. Por eso, uno de los méritos de Rigoberto Félix fue el de iniciar un pro-ceso de regularización de pago del servicio y de ofrecer a la Junta como una empresa susceptible de mejorar y eficientar su sistema, pero sólo a condición de que el usuario cumpla, en tiempo y forma, con su obliga-ción de pagar. La verdad, pero las medidas adoptadas contra los usuarios y empresas de comprobada solvencia económica, muy dados a no pa-gar, fueron exitosas. La cancelación y/o reducción del servicio de agua y drenaje se convirtió en un arma eficaz, aunque la medida, de mane-ra esporádica, tocó los linderos del abuso al dejar sin agua a algunas familias realmente marginadas que, por elemental salud, requerían del

servicio. Aunado a lo anterior en este periodo se promovió de manera muy intensa la llamada cultura del agua y el impulso a la capacitación, la mejora continua y el trabajo en equipo. Igualmente, otra preocupación fue el impulso de programas de recuperación de agua no contabilizada, la redistritación de áreas para mejorar la atención, la facturación en sitio, el ahorro de energía, la reducción del tiempo de respuesta a los proble-mas y la actualización del sistema de cómputo. Hubo otras pretensiones como bursatilizar la Junta en la idea de obtener, a tasas bajas, recursos económicos en el corto plazo destinados a la infraestructura, pero sola-mente quedó en proyecto.En cuanto a obras y mejoramiento del servicio de agua y drenaje, la ad-ministración de Félix Díaz se caracterizó por eficientar la planta de tra-tamiento de aguas negras El Crestón, la rehabilitación de los colectores y subcolectores principales en el sistema de drenaje, así como la ampliación e introducción de nuevas redes para, con ello, mejorar el saneamiento e incrementar la cobertura de drenaje sanitario. Hay que recordar que uno de los problemas principales y urgentes, impostergables incluso, que he-redó la administración 2002-2004, fue justamente el de las aguas negras, cuya contaminación en la bahía y las calles de la ciudad alcanzó índices alarmantes, al grado que Mazatlán estuvo a punto de ser vetado como destino turístico en el ámbito internacional. Precisamente en materia de saneamiento, se automatizó la aplicación de reactivos químicos en la planta de aguas negras del Crestón, se incrementó el porcentaje en el tratamiento de los lodos y se regeneró el llamado emisor submarino. En la zona de “Cerritos” se instaló una planta de tratamiento de aguas negras con capacidad de 20 litros por segundo y se rehabilitaron cuatro cárcamos de rebombeo ubicados en diversos puntos de la ciudad. Del mismo modo, en el período de Félix Díaz se sentaron las bases para la in-troducción de una nueva red de drenaje pluvial. En materia de agua po-

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table se obtuvo un relativo incremento en la producción al sustituirse 22 pozos de los 44 que se tienen abiertos en la zona de San Francisquito y El Pozole. La Junta introdujo tramos muy importantes de nuevas tuberías de conducción para la ampliación y apertura de nuevas redes, tanto en la zona urbana como rural. Asimismo, la medición del agua a través de la instalación de macromedidores es un programa que se instauró para detectar fugas y conexiones clandestinas pero, sobre todo, para tener un indicador más preciso del agua que se pierde entre la extracción inicial, la conducción principal hacia los tanques y el rebombeo.

ANÁLISIS Y SÍNTESIS DE LAS PRINCIPALES OBRAS DEL PERIO-DO 2002-2004

SANEAMIENTO.

Como se señala páginas atrás, en pleno verano del 2002, los mazatle-cos sufrieron el problema de la alta contaminación de las aguas servidas, debido a que cerca de 1000 litros de aguas negras por segundo, se ver-tían crudas directamente a la bahía y a otros cuerpos de agua como los esteros del Infiernillo, El Sábalo, La Sirena y el arroyo Jabalíes. Cerca de un año se mantuvo paralizada la planta de tratamiento, pero entre los meses de septiembre y agosto de 2001 hizo crisis la contaminación, a tal grado que el puerto estuvo a punto de ser boletinado, por organismos ecologistas internacionales, como destino peligroso para la salud de los visitantes y la población local. De hecho, este tema ya fue tocado amplia-mente en capítulo anterior y es precisamente el antecedente inmediato de las medidas emergentes y/o de fondo que se tomaron en la gestión de Félix Díaz al frente de la JUMAPAM.La rehabilitación de los colectores de aguas residuales.

Una estimación aproximada del estado de los colectores de aguas resi-duales nos indica que en Mazatlán existen 65 mil 200 metros lineales de tubería, de diversos diámetros, en franco deterioro. Unos más otros me-nos pero lo cierto es que, no pocos de ellos, en condiciones de colapso. Obviamente, para finales del año 2001, no era difícil detectar qué tramos eran los que presentaban mayores problemas, ya que los constantes esta-llamientos de la tubería y las permanentes fugas de aguas negras ofrecían un panorama repulsivo a la vista de todo mundo. Hay que decir que el problema del derrame constante de las aguas negras data ya de 30 años y que corregirlo en su totalidad implicaría, actualmente, una inversión cercana a los 900 millones de pesos, de modo que una administración municipal tapa un hoyo y el deterioro y la corrosión de años destapa dos. Lo anterior significa que no hay recursos suficientes como para apostarle todo a resolver de fondo este grave problema y, en consecuencia, descui-dar otros servicios como el agua potable y el propio saneamiento de las aguas servidas. Una alternativa es que los planes maestros y los proyectos ejecutivos de mediano y largo plazo sean respetados por las subsecuentes administraciones municipales, a efecto de darle seguimiento continuo y permanente a la rehabilitación de fondo de la red del drenaje. Se trata de ir resolviendo de lo más grave a lo menos problemático. En este caso se hace necesario la sustitución total de tramos altamente colapsados y, al mismo tiempo, instalar tubería con mayor diámetro para absorber con mayor capacidad el crecimiento del volumen de los desechos. Por su-puesto, la instalación de tramos nuevos no va a evitar por lo pronto el problema, sobre todo mientras siga existiendo tuberías cancerosas o con dolencia crónica que sucumban ante una intensa lluvia o simplemente ante el tránsito pesado. En una palabra, la grave situación que todavía prevalece en la red del drenaje sanitario deriva de la indolencia de años y no hay razón para endilgárselo a una administración determinada. Lo

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anterior quiere decir que, eso sí, sería criminal de parte del gobierno en turno, no continuar con los programas de rehabilitación a fondo de los colectores y subcolectores más importantes de la red. Para darnos una idea de la magnitud del problema, la pasada administración de la JUMAPAM apenas logró sustituir 15 mil metros lineales de tubería en los colectores que presentaban condiciones de colapso, de los 65 mil 200 que se han detectado con severos problemas de deterioro. De acuerdo al informe presentado por el Ing. Rigoberto Félix Díaz, de esos 15 mil metros, 10 mil 100 corresponden a diámetros iguales o mayores de 90 centímetros. Es cierto que los trabajos de regeneración a fondo en los colectores han ofrecido alentadores resultados, pero no lo es menos que el problema como tal sigue vigente y que, sobre todo en la temporada de lluvias, se agudiza debido a que las aguas pluviales invaden la desgasta-da tubería del drenaje sanitario provocando rupturas y estallamientos. En abono a los esfuerzos de la administración anterior, habría que re-conocer que la excesiva contaminación a los diversos cuerpos de agua se redujo y que los negros y pestilentes derrames en algunas áreas de la ciudad disminuyeron.Los colectores de mayor capacidad en los que se sustituyó la tubería son los siguientes: Colector Internacional, con una longitud de 2 mil 900 me-tros lineales y con tubería de 1.20 metro de diámetro. Colector Indepen-dencia, con una longitud de 2 mil 329 metros lineales y con 1.20 metro de diámetro. Colector Antiguo Aeropuerto, con una longitud de 1707 metros lineales y con 1.07 metro de diámetro. Colector Pino Suárez, con una longitud total de 3 mil 169 metros y con tubería de 91 centímetros de diámetro. Este último colector fue ampliado en 477 metros con tube-ría de 61 centímetro de diámetro.Es menester precisar que la tubería instalada es de material PVC con normas americanas que garantiza máxima durabilidad. La tecnología de

este material supera por mucho a la aplicada en la tubería de concreto simple y de concreto armado, y que se utilizó hace 50 años en la cons-trucción de nuestra red de drenaje.

La planta de tratamiento de aguas negras El Crestón.

Dicen que la macroplanta de tratamiento de aguas negras, ubicada en las faldas del cerro que se conoce como El Crestón, es un barril sin fondo. Y lo es si contamos los millones de pesos que se le han invertido desde la administración de José Ángel Pescador Osuna a la fecha. Todas las administraciones le han metido mano y... mucho dinero. Pero, la verdad, es que no tenemos otra. Ó permitimos que se nos vayan crudas a la ba-hía 800 litros de aguas negras por segundo, u optamos por mantener a este chamaco tonto que, querámoslo o no, nos sirve para tirar nuestros desechos al mar en condiciones más o menos aceptables. Nos saldría más caro, sumamente caro en términos de salud y economía, no meterle dinero a la planta. Es cierto, su mantenimiento es una pesada cruz, pero sería una irresponsabilidad mayúscula escoger el fácil camino de dejarla morir porque, igualmente, a los meses, también nosotros sucumbiría-mos ante la contaminación y ante el veto a nuestra economía turística. A menos que se construyera otra, u otras, con tecnología diferente y capa-cidad para absorber un volumen de agua servida de tal envergadura. A menos, pero el dinero no se da en macetas, ni existen ahora condiciones para embarcarnos en algún crédito. En cuanto a las acciones emprendidas por la gerencia general de JUAMAPAM que encabezó Rigoberto Félix, en relación con la planta de tratamiento de aguas negras El Crestón, destaca el programa de con-tinuidad en el mejoramiento de la calidad del agua tratada que se inició en las postrimerías del primer trienio de Alejandro Higuera. Por eso, de acuerdo al informe oficial de reste período, “había que resolver los pro-

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blemas que aún tenía dicha planta, completando el tratamiento del agua residual y dar tratamiento al 100 por ciento de los lodos”.Efectivamente, en esta etapa se adaptaron los sistemas de dosificación de los reactivos químicos “y se automatizó su aplicación para un uso más eficiente de los mismos”. Otros trabajos se centraron en la necesaria alimentación de agua potable a la planta con el fin de alcanzar un trata-miento del 100 por ciento en los lodos, sobre todo poniendo en opera-ción los tres filtros-prensa existentes. Del mismo modo fue importante rehabilitar el emisor submarino, cambiando los difusores, porque ello permitió que se diluyera adecuadamente el agua tratada con el agua del mar. Asimismo, para que el agua tratada fluyera con fuerza por el emisor, se habilitó y equipó un cárcamo de rebombeo al pié de la planta. Naturalmente, es casi imposible reducir al 100 por ciento los malos olo-res que produce una planta de tratamiento de aguas negras, pero no hay peor lucha que la que no se hace. En ese sentido, el informe de la JU-MAPAM nos indica que se sigue aplicando “un producto químico en los cárcamos de bombeo y que se instaló en la planta una cortina de solu-ción alcalina y un aromatizante que reduce hasta en un 65 por ciento los malos olores”.Hay que decir que en el propio informe del Ing. Rigoberto Félix Díaz se reconoce que si bien se hicieron esfuerzos para que la planta trabajara “a su máxima capacidad y eficiencia”, la verdad es que solo se cumple “con algunos parámetros exigidos por la normatividad”. Y esto es así porque el tipo de tratamiento para el que está técnicamente capacitada la planta es para el llamado “primario avanzado”, lo que se traduce en un bajo nivel de eficiencia. En el documento informativo que presenta la JUMAPAM para dar a conocer lo realizado en el período de Félix Díaz se subraya que, sin embargo, “al existir dificultad para cumplir de manera perma-nente con la norma, y siendo la ciudad un importante destino turístico

nacional e internacional, es necesario ofrecer una garantía de la calidad del agua de las playas”. Para ello, de dice, se estudió la posibilidad de elevar el nivel de eficiencia de la planta pero no se encontró un terreno suficiente para un proyecto convencional. De ahí que surgió la propuesta de un concurso público para que las empresas especializadas propongan la alternativa más conveniente en la elevación de la eficiencia de la plan-ta de tratamiento El Crestón. De hecho, en la pasada administración se elaboraron las bases para la licitación del concurso público, “planteando que los recursos fueran del programa Agua Potable y Alcantarillado para Zonas Urbanas (APAZU), inscrito en un plan multianual ante la Secre-taría de Hacienda, para asegurar los recursos económicos federales y no generar una carga más fuerte a las tarifas de agua potable y saneamiento”.

La aplicación de la Norma 002-Semarnat/96.La Norma Oficial Mexicana -002- ECOL de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, tiene como objetivo y campo de apli-cación establecer “los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales a los sistemas de alcantarillado urba-no o municipal con el fin de prevenir y controlar la contaminación de las aguas y bienes nacionales, así como proteger la infraestructura de dichos sistemas, y es de observancia obligatoria para los responsables de dichas descargas. Esta norma no se aplica a la descarga de las aguas residuales domésticas, pluviales, ni a las generadas por la industria, que sean distintas a las aguas residuales de proceso y conducidas por drenaje separado”.Publicada en el Diario Oficial de la federación el 3 de junio de 1998, la NOM-002-ECOL/96, es poco conocida y menos aplicada a los procesos de vertimiento, en los sistemas de alcantarillado urbano, de aguas resi-duales generadas principalmente por la industria.

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Hasta el año 2002, en el caso de Mazatlán, no existía un padrón de indus-trias y empresas cuyos procesos de transformación generan aguas servi-das con un alto nivel de contaminantes, principalmente grasas y aceites. Es decir, se carecía, y se carece, de una planeación integral que permita la aplicación estricta de la norma.Efectivamente, uno de los más fuertes obstáculos para que la planta de tratamiento de El Crestón cumpla con la normatividad no es solo su tecnología limitada al proceso “primario avanzado”, sino la indiscrimi-nada cantidad de contaminantes, como grasas y aceites, que arrastran los colectores y que dificultan de manera importante la limpieza de las aguas servidas, a parte del gran daño que ese tipo de material provoca a los tubos de conducción y a la infraestructura técnica de la planta.Por eso, una de las tareas importantísimas para elevar la calidad en el procesamiento de las aguas servidas dentro de los márgenes técnicos de la planta, es justamente la restricción al máximo o el impedimento de verter al drenaje sanitario sustancias agresivas no permisibles, a partir de controlar y regular los niveles de contaminantes máximos que pueden descargar las industrias al drenaje. Un efectivo control de esta naturale-za, sin duda, reduciría en un gran porcentaje la contaminación del agua que se conduce a la planta de tratamiento y, al mismo tiempo, bajarían los costos de operación de la misma cumpliendo de esa manera con las normas ambientales que deben acatarse.Una de las acciones que en esta materia se realizaron en este período que se analiza, fue precisamente el inventario de industrias y comercios que más contaminación generan y vierten en la red de alcantarillado. Durante los años 2002 y 2003, la JUMAPAM se dedicó a elaborar un diagnóstico de empresas con emisiones más contaminantes y a enviarles el sustento jurídico y ecológico de la norma 002. Las autoridades de la Junta convencieron a las del ayuntamiento para que fueran ellas, y no el

departamento de ecología municipal, las encargadas de conminar a los industriales y empresarios a ajustarse a la normatividad pero, además, de proporcionarles de manera directa la información sustantiva relati-va a las condiciones y a la permisibilidad en la que los contaminantes deben ser arrojados al drenaje. También, durante un seminario sobre la “Implementación del Programa de Control de Descargas al Sistema de Alcantarillado Municipal”, impartido en octubre de 2003, se analizaron algunas de las experiencias de aplicación de la norma en otras ciudades del país, como Guadalajara y Culiacán.La Norma Oficial Mexicana 002, se empezó a aplicar en Mazatlán a par-tir del primero de enero del 2004, no únicamente en términos de control sino de tarifas en la que se considera un cobro por concepto de “exceso de contaminación del agua descargada al drenaje sanitario”.De acuerdo al informe presentado por la gerencia de la Junta correspon-diente al período 2002-2004, el avance que en esta materia se tiene es el siguiente:-Se ha notificado a las 150 empresas más contaminantes la obligatorie-dad en el cumplimiento de la norma.-Son cuarenta las empresas que se encuentran en proceso de regulariza-ción de sus descargas.-Cinco grandes empresas, y una pequeña, están cubriendo cuotas por descargar exceso de contaminantes al drenaje sanitario.-Son 92 los restaurantes que tienen instaladas trampas de grasa, “faltan-do el seguimiento para su uso adecuado y disposición final de las grasas retenidas”.De acuerdo al documento “este programa requiere un seguimiento per-manente para la vigilancia y cumplimiento de todos los usuarios” obliga-dos a cumplir con la Norma Oficial Mexicana 002-ECOL-96.A continuación, para efecto de ilustrar más al lector respecto a este tema, se ofrece la definición de los conceptos más importantes en los que se

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sustenta la norma referida, así como una tabla de los llamados límites máximos permisibles.

Condiciones particulares para descargas al alcantarillado urbano o municipal.

El conjunto de parámetros físicos, químicos y biológicos y de sus límites máximos permisibles en las descargas de aguas residuales a los siste-mas de alcantarillado urbano o municipal, establecidos por la autoridad competente, previo estudio técnico correspondiente, con el fin de pre-venir y controlar la contaminación de las aguas y bienes nacionales, así como proteger la infraestructura de dichos sistemas. Contaminantes

Son aquellos parámetros o compuestos que, en determinadas concen-traciones, pueden producir efectos negativos en la salud humana y en el medio ambiente, dañar la infraestructura hidráulica o inhibir los proce-sos de tratamiento de las aguas residuales.

Muestra simple

La que se tome en el punto de descarga, de manera continua, en día normal de operación que refleje cuantitativa y cualitativamente el o los procesos más representativos de las actividades que generan la descarga, durante el tiempo necesario para completar cuando menos, el volumen suficiente para que se lleven a cabo los análisis necesarios para conocer su composición, aforando el caudal descargado en el sitio y en el mo-mento del muestreo. Parámetro Variable que se utiliza como referencia para determinar la calidad física, química y biológica del agua.

Promedio diario (PD) Es el valor que resulta del análisis de una muestra compuesta, tomada en un día representativo del proceso generador de la descarga.

Promedio mensual (PM) Es el valor que resulte de calcular el promedio ponderado en función del caudal de los valores que resulten del análisis de laboratorio practicados al menos a dos muestras compuestas, tomadas en días representativos de la descarga en un período de un mes. Punto de descargaEs el sitio seleccionado para la toma de muestras, en el que se garantiza que fluye la totalidad de las aguas residuales de la descarga. Sistema de alcantarillado urbano o municipalEs el conjunto de obras y acciones que permiten la prestación de un ser-vicio público de alcantarillado, incluyendo el saneamiento, entendiendo como tal la conducción, tratamiento, alejamiento y descarga de las aguas residuales.

EspecificacionesLos límites máximos permisibles para contaminantes de las descargas de aguas residuales a los sistemas de alcantarillado urbano o municipal, no deben ser superiores a los indicados en la Tabla. Para las grasas y aceites es el promedio ponderado en función del caudal, resultante de los análi-sis practicados a cada una de las muestras simples.

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LÍMITES MÁXIMOS PERMISIBLES PARÁMETROS (miligramos por litro, excepto cuando se especifique otra) Promedio Mensual Promedio Diario InstantáneoGrasas y Aceites 50 75 100Sólidos Sedimentables (mililitros por litro) 5 7.5 10Arsénico total 0.5 0.75 1Cadmio total 0.5 0.75 1Cianuro total 1 1.5 2Cobre total 10 15 20Cromo hexavalente 0.5 0.75 1Mercurio total 0.01 0.015 0.02Níquel total 4 6 8Plomo total 1 1.5 2Zinc total 6 9 12

La planta de tratamiento “Cerritos”.

El proyecto Mazatlán l y Mazatlán 11 de drenaje, contemplaba la cons-trucción de una macroplanta de tratamiento de aguas negras en Cerritos, cuyas descargas de aguas tratadas se verterían a la bahía. La justificación del proyecto se sustentaba en la imperiosa necesidad de descongestionar la red de drenaje que desde diversos puntos de la ciudad recibía, y recibe aún en un alto porcentaje, las aguas servidas para llevarlas a la planta de El Crestón. Se trataba de dividir a la ciudad en dos partes a través de grandes colectores que conducirían, cada cual por su lado, las aguas servidas hacia el norte y el sur de la ciudad. De esta manera se pretendía, por un lado, terminar con la saturación y las roturas frecuentes de la tubería y, por otro, eficientar el tratamiento en la planta de El Crestón. Otro objetivo central del proyecto, como consecuencia de la introduc-

ción de un sistema de drenaje paralelo o alterno, era el de terminar de una vez por todas con el derrame de aguas negras en las calles y con el vertimiento de los desechos crudos a la bahía, y a otros cuerpos de agua, desde distintas partes de la ciudad. La nueva macroplanta en Cerritos, ofrecía igualmente, un importante caudal de aguas tratadas para el riego de sembradíos, de jardinería y campos de golf. Como se sabe, aún con las anteriores ventajas, el proyecto le erizó los pelos a los grandes empresarios hoteleros, quienes se opusieron ta-jantemente sin más argumento que el referente de la planta El Crestón, adelantando que eso no era la solución y que, por el contrario, si la planta ya instalada estaba contaminando la bahía sur, lo más seguro es que la que se pensaba instalar en Cerritos contaminaría las playas de toda la gran zona turísticas. Por supuesto, los empresarios del turismo no de-jaban de tener razón porque para ellos era preferible la seguridad de no correr riesgos, que aceptar la promesa de que ésta nueva planta sería más eficiente y más segura en su funcionamiento. Si de por sí, con la contaminación provocada por la planta El Crestón, Mazatlán se encon-traba desde entonces en riesgo de ser boletinado como destino inseguro para la salud, con el nuevo proyecto, según los empresarios, la situación empeoraría de manera que era preferible no buscarle tres pies al gato y dejar las cosas como estaban en tanto se proyectaban otras alternativas. Esta justamente fue la postura empresarial ante el Proyecto Mazatlán ll de drenaje que, a mediados de la administración de Alejandro Cama-cho Mendoza prácticamente quedó cancelado para dar paso al Proyecto Siglo XXl de Agua Potable y Drenaje. Ya en capítulos anteriores se explicó con amplitud el proyecto Siglo XXl y la nueva visión del tratamiento de las aguas residuales, a través de microplantas instaladas estratégicamente en diversos puntos de la ciu-dad donde existen cuerpos de agua y a donde irían los desechos tratados.

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Fue de este proyecto, visionado en el primer trienio de Alejandro Higue-ra Osuna, con Carlos Felton al frente de la JUMAPAM, de donde emer-gió precisamente, durante la gerencia de Rigoberto Félix, la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales en un predio ubicado en Cerritos. Se trata de una planta con un sistema de tratamiento “tipo se-cundario” con capacidad de 20 litros por segundo. Ciertamente, es una planta micro que vino a solucionar un histórico problema de derrame de aguas negras y de vertimiento de desechos altamente contaminantes al estero de El Sábalo. Treinta años tenían vecinos y empresarios, ubicados en la parte norte de la ciudad, soportando los malos olores que especial-mente por las noches subían de tono. Desde la inauguración de la planta en el 2003, las condiciones ambientales cambiaron radicalmente en la zona, ya que la eficiencia de esta tecnología alcanza el 98 por ciento, de tal manera que no solo los malos olores desaparecieron sino que, actual-mente, los hoteleros de la zona y el ayuntamiento utilizan el agua tratada en el riego de camellones y jardines. La producción de agua tratada que genera esta planta, ha despertado gran interés entre los inversionistas de la parte norte ya que se utilizará de manera muy redituable en el riego de amplios campos de golf. De hecho, existe ya el primer convenio con la Marina Mazatlán, empresa que está construyendo su campo de golf, para utilizar el agua tratada en el riego del césped, ejemplo comercial que seguramente seguirán los inversionistas que ya tienen proyectada infraestructura turística en el denominado “Nuevo Mazatlán”.

Programa de corrección de descargas sin tratamiento a cuerpos de agua.

En materia también de saneamiento, durante la gerencia de Rigoberto Félix Díaz, se implementó un programa para eliminar las descargas de aguas residuales que ya eran conocidas y que sin tratamiento se vertían a

diversos cuerpos de agua. Asimismo, este programa se avocó a la detec-ción y corrección de las descargas no identificadas o clandestinas.De acuerdo al informe de este período proporcionado por la JUMA-PAM, se eliminó “una antigua descarga de aguas residuales al mar en el Paseo Claussen, que por su ubicación representaba una pésima imagen para la ciudad”. Otras descargas históricas de aguas residuales sin tratar que fueron eliminadas son las que se vertían en la Playa Norte, a la altura del Monumento al Pescador, y la que paraba en el Canal de Navegación a la altura de las oficinas de la A Portuaria Integral. El documento consigna que fueron canceladas y conectadas al sistema, “múltiples descargas domiciliarias que se arrojaban directamente al arro-yo Jabalines” y que provenían de las viviendas ubicadas en los márgenes de este cuerpo de agua.

Cárcamos de rebombeo. Como se sabe, los cárcamos de rebombeo de aguas residuales juegan un papel muy importante en la conducción del agua, a través de colec-tores y subcolectores, hacia la planta de tratamiento de aguas negras. En páginas anteriores explicamos qué son los cárcamos, como funcionan, con cuántos cuenta nuestro sistema de drenaje y cuáles son sus rutas de bombeo. Esta vez sólo nos limitaremos a sintetizar lo relativo a la rehabi-litación de algunos de ellos durante este periodo. De acuerdo al informe de actividades 2002-2004, durante este período se logró “atender solo a cuatro de los siete cárcamos principales”. De he-cho la mayoría de los cárcamos tienen graves problemas de obsolescencia y en mal estado se encuentran los equipos de bombeo, las subestaciones eléctricas y las tuberías de presión. Los generadores de energía eléctrica se encuentran fuera de servicio y la operación manual es descoordinada. Uno de los cárcamos, el No. 7 Sur, ubicado frente a la aduana, es el

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principal porque aquí se recibe toda el agua de la ciudad y se bombea a la planta el Crestón, lo que implica que siempre debe estar en óptimas con-diciones de operación. Por ello se instalaron en él dos bombas Faibanks Morse, de 587 litros por segundo de alta eficiencia, con motores de 200 H. P. también de alta eficiencia probada y con velocidad variable para un mayor ahorro de energía eléctrica. Otra mejora fue la sustitución de la subestación eléctrica, incluyendo el transformador de 750 KVA y, del mismo modo, se reparó la planta generadora de energía eléctrica de 600 KVA. Adicionalmente se instaló un sistema de control automático y te-lemetría para operar y vigilar los equipos de bombeo desde las oficinas centrales. Ubicado por la Calzada Ejército Mexicano e Insurgentes, el Cárcamo No. 3 Norte sufrió la sustitución de tres equipos de bombeo Fairbanks Morse de 134 litros por segundo, con motor de 50 H.P. cada uno, de alta eficiencia y de velocidad variable. Igualmente, se instaló la automa-tización y telemetría. En el caso del Cárcamo No. 1 Norte, ubicado por Sierra de Venados, en Lomas de Mazatlán, se automatizó su operación, se remozaron todas las instalaciones, se construyó una barda y una pe-queña oficina. En el Cárcamo Banrural, ubicado en el Sábalo Country, se automatizó su operación y se remozaron todas sus instalaciones. El Cár-camo El Toreo, ubicado en Silverio Pérez del fraccionamiento El Toreo, se rehabilitaron y bardearon sus instalaciones. En el caso del Cárcamo Cerritos, instalado al norte de la ciudad para bombear las aguas negras a la Planta Cerritos, se automatizó la operación del equipo para alcanzar mayores niveles de eficiencia. En este rubro, es menester destacar que se invirtió en obras de re-novación de tuberías de presión, que son las que conducen el agua de una estación de bombeo a otra y que son severamente dañadas por los contaminantes del agua servida. Por eso se cambió la tubería de presión

que va desde el Cárcamo 4 Norte, en la colonia Juan Carrasco, hasta la nueva caja rompedora de presión instalada por la Avenida Gabriel Leiva. De hecho, se cambió el trazo de esta tubería por las calles 13 de Mayo y San Luis Potosí, donde se instalaron 758 metros lineales de 61 centíme-tros de diámetro. El material de los tubos es de poliéster reforzado con fibra de vidrio. La tubería vieja de asbesto cemento de 61 centímetros de diámetro, instalada por la Avenida Pesqueira, se dejará funcionando en la idea de utilizarla en caso de emergencia o falla. Se agrega que tanto al Cárcamo No 4 Norte, como al Cárcamo 2 Oriente de 61 centímetro de diámetro y al Cárcamo Parque Bonfil, de 40 centímetros de diámetro, se les agregaron, a cada uno, 122 metros lineales de tubería hasta la ubica-ción de la nueva caja rompedora de presión. Se subraya, por cierto, que esta nueva caja rompedora de presión sustituyó a la que antes se encon-traba por la Avenida Gabriel Leiva, a un lado del puente Juárez, misma que se encontraba a punto del colapso ya que en los dos últimos años presentó severas fallas, provocando desbordamiento de agua residuales en el área. La nueva caja se instaló en un punto más elevado para reducir las posibilidades de desbordamientos. De acuerdo al informe presentado por el Ing. Rigoberto Félix Díaz, las anteriores acciones en el área de saneamiento “eliminaron el riesgo” de que Mazatlán fuera boletinado como destino contaminado. Según el documento, “todos los monitoreos realizados en la playa por SEMAR-NAT, durante los años 2003 y 2004, arrojaron playas limpias, libres de riesgos sanitarios. Sin embargo, de ninguna manera significa esto que la situación esté resuelta, ya que los problemas aún son muchos y, por el contrario, debemos enfrentarlos con pujanza.

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Incremento en la cobertura del drenaje sanitario En el rubro del drenaje sanitario, la administración 2002-2004 de la JU-MAPAM, introdujo el servicio en seis colonias populares y lo amplió a otras tantas. Las comunidades beneficiadas con la introducción del drenaje, fueron El Venadillo, ejido conturbado donde, desde siempre, se arrojó el agua servida a las calles y fosas sépticas. Con la renovación y prolongación del Colector Pino Suárez, colonias como Hacienda de Urías y Valle de Urías, alcanzaron el beneficio del drenaje. Asimismo las colonias Valles del Ejido, Colosito Sí y Renato Vega me-joraron su calidad de vida al contar ahora con sistema de drenaje. De acuerdo a las cifras de JUMAPAM, la población beneficiada con las obras del drenaje sanitario alcanza los 48 mil 541 habitantes, lo que re-presenta un 12 por ciento de incremento con relación a enero del 2002. En su totalidad, la cobertura del drenaje sanitario pasó de un 85.3 por ciento a 90 por ciento, sin contar el proceso de contratación del servicio de aproximadamente 2 mil descargas adicionales.

Nuevos colectores y subcolectores.Por supuesto, la cobertura en la introducción de nuevas redes de drenaje se dio a partir de la construcción de 13 mil metros lineales de nuevos colectores y subcolectores de diversos diámetros, como ya se explicó pá-ginas arriba. Estas obras se realizaron con diversos esquemas. Algunas de ellas se hicieron con recursos de los mismos programas operados por la Junta. Otros recursos se jalaron del ayuntamiento y otros más fueron producto de una mezcla entre fraccionadotes y JUMAPAM.

Drenaje pluvial.En materia de drenaje pluvial, debido a la saturación que el agua de llu-via hace del drenaje sanitario y los constantes estallamientos de las tube-

rías del mismo, urge la construcción de una buena red por la que se con-duzcan este tipo de desechos. La propuesta que, de acuerdo al informe de la JUMAPAM, se hace al respecto, es la construcción de un drenaje pluvial “paralelo o por delante de la rehabilitación del drenaje sanitario”. Se comenta que “la inversión en ambos sistemas es elevada, pero puede hacerse por etapas y priorizando los lugares más afectados, de mayor impacto económico y de contaminación”.

El documento denominado Informe de Actividades 2002-2004, sustenta que en materia de drenaje pluvial “la percepción de la población es que los derrames de agua en las calles se deben únicamente a las deficiencias del drenaje sanitario y que, además, corresponde únicamente a JUMA-PAM su solución. Sin embargo, es claro que el ámbito de competencia es otra instancia, aunque corresponden ambas al municipio y debe (el trabajo) realizarse en coordinación”. En realidad la instancia municipal a que se refiere el informe de la Junta, es a la Dirección de Obras Públicas del municipio, responsable del funcionamiento, mantenimiento, creci-miento y eficiencia del drenaje pluvial.

AGUA POTABLE

Producción de aguaDe acuerdo al informe 2002-2004 presentado por el Ing. Rigoberto Fé-lix Díaz, para principios del año 200 “la producción de agua en la zona de captación era insuficiente, lo que traía en consecuencia un servicio irregular en un gran número de colonias populares”, donde se recibía el servicio de agua solo por horas, en la mayoría de los casos el líquido llegaba por las noches. La causa del tal problema era que a enero del 2002 de un total de 44 pozos únicamente estaban en operación 37, de los cuales 27 de ellos

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requerían una sustitución total. De esos 27 pozos 3 estaban completa-mente fuera de operación y el resto se mantenían en una producción mínima y bajo amenaza de colapso por el mal estado de los ademes. Además de esta de por sí grave situación, el 10 por ciento de los pozos en funcionamiento eran prestados por los ejidatarios y no existía uno solo como reserva.Para atacar este problema, antes que se llegara a una situación de crisis, se procedió a la perforación de 22 nuevos pozos, es decir, el 50 por ciento de los existentes. De estos 22 pozos se equiparon 17 con bombas y mo-tores de alta eficiencia y con conexiones de última tecnología en el tren de descarga. El resto, es decir 5 pozos, quedaron pendientes de equipar aunque uno de ellos se asignó a los ejidatarios. Como se esperaba, las acciones emprendidas en este rubro impidieron que se presentara una severa escasez del agua y, de paso, quedó debida-mente estipulada la situación jurídica de explotación del agua que los ejidatarios de la zona mantenían sobre algunos pozos. Con la apertura de los 22 pozos “se mejoraron considerablemente las condiciones de trabajo, seguridad y producción de agua. Sin embargo, el estado de deterioro que prevalece en el resto de los pozos, obliga a continuar con este proceso de reposición para no dar margen a que se presente una circunstancia de la falta de agua.

Tuberías de conducciónEn páginas anteriores comentamos ampliamente el problema de la con-ducción del agua y explicamos de manera muy clara sobre la existencia y la función de las tres líneas principales que permiten trasladar los gran-des volúmenes del agua que llegan a la ciudad desde la zona de capta-ción, en San Francisquito y El Pozole.Igualmente señalamos que la línea de conducción más antigua es la de-

nominada Lock Join, cuya instalación data desde 1950 y, por eso mis-mo, es la que actualmente tiene más tramos dañados. Es decir, las tres tuberías tienen tramos en mal estado y, de acuerdo a la estadística, hasta antes del año 2002 se presentaba un promedio de 2.6 rupturas por año, lo que provocaba dejar sin el servicio a un alto porcentaje de la población. Ya en los primeros capítulos de este libro explicamos con detalle qué es justamente lo que ocurre cuando las tuberías principales dejan de recibir el agua de la zona de captación.Una de las medidas emergentes que adoptó la JUMAPAM en este perío-do, fue la sustitución en un 100 por ciento de las 44 válvulas de admisión y expulsión de aire que tienen las tuberías de conducción de asbesto ce-mento y la de acero, a efecto de un funcionamiento más eficiente, “lo que ayudó a que en estos últimos tres años sólo se presentaran dos fallas, una en la línea Lock Join y otra en la de asbesto cemento, esta última antes de que se instalaran las válvulas mencionadas”. De acuerdo al informe de actividades de la Junta, en este rubro “se sustituyeron con tubería de asbesto cemento, 2378 metros lineales de la tubería Lock Join en su último tramo, desde la Avenida pino Suárez y Calle Tráfico, hasta la Avenida Gabriel Leyva y Canal Pluvial, en la colo-nia Azteca, faltando aún la interconexión a la tubería vieja y al rebombeo Benito Juárez en la Loma Atravesada.

Los macromedidores.Hasta antes del 2002 se ignoraba realmente, en términos estrictos, el vo-lumen de agua real que produce la zona de captación y el volumen de agua que se desperdicia en el recorrido por las tuberías de conducción. La pérdida del agua obedece fundamentalmente a factores técnicos pero, igualmente, a circunstancias que tienen que ver con la apropiación clan-destina de la misma. Pero, del mismo modo, la medición del volumen

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del agua no solo obedece a la detección propia de su desperdicio o fuga, sino a la obligación contenida en la Ley Federal de Derechos en Materia de Agua, “para el cumplimiento del pago a la Comisión Nacional del Agua por el uso y explotación de aguas nacionales”.

Por lo anterior, de acuerdo al documento informativo de la JUMAPAM, se instalaron medidores de gran tamaño, del tipo electromagnético, en el inicio de las tuberías de conducción: dos de 76.2 centímetros y uno de 91.44 centímetros de diámetro. Adicionalmente se instalaron macro-medidores en ocho de los 17 pozos nuevos y en seis de los pozos viejos, todos con tecnología de punta y con dispositivos para enviar a control remoto la información a las oficinas centrales.Los macromedidores también se instalaron en el inicio de las principales tuberías de acceso hacia las comunidades rurales localizadas a lo lar-go del recorrido que hasta la ciudad hacen las tres principales líneas de conducción, de modo que fueron tres los medidores de tres pulgadas de diámetro y uno de dos pulgadas. Dos de ellos quedaron ubicados en El Vainillo, uno en el Pozole y otro en El castillo. También, a la llegada del rebombeo “Benito Juárez, en la Loma Atravesada, se instaló un medidor de 76 centímetros de diámetro y otro más de 40 centímetros de diáme-tro a la salida del rebombeo 800 en la colonia Flores Magón. Para el cumplimiento del pago a la CNA por extracción del agua, se instalaron 3 medidores en El Roble de 6, 4 y 3 pulgadas de diámetro. En El Walamo se instaló un medidor de 4 centímetros de diámetro.

Rebombeo de agua potable. En el caso de los cárcamos de rebombeo del agua, se instalaron “piezas especiales de última tecnología” a efecto de que la operación de conduc-ción del agua no dependa únicamente de la atención manual, “sino que de larga distancia se pueda conocer las condiciones de trabajo y el volu-men de agua disponible y enviado”. Según el informe, durante este pe-

ríodo se trabajó en cinco tanques de rebombeo. En el caso del rebombeo Benito Juárez, uno de los más importantes, “funcionaba con obsoletas válvulas chek y de compuerta, lo que provocaba que parte del agua bom-beada se regresara al depósito, generando costos altos en a electricidad. Fueron 16 válvulas de compuerta, con tecnología de punta, las que se instalaron, seis de 12 pulgadas y diez de 10 pulgadas de diámetro. Igual-mente se adoptaron seis válvulas chek de 10 pulgadas de diámetro así como dos válvulas contra golpe de ariete, una de 12 y otra de 16 pulga-das de diámetro. Por otro lado, se instalaron doce válvulas de admisión y expulsión de aire, seis de 3 pulgadas y seis de 2 pulgadas. Asimismo se instaló un nuevo motor eléctrico horizontal de 200HP de alta eficiencia y un variador de electricidad para el ahorro de energía. En este cárcamo también se instaló la macromedición y telemetría para un control de la operación desde las oficinas centrales. En otros cárcamos como el 800 ubicado por la Avenida Manuel Clouthier, se instaló, a la salida del tan-que, un medidor de gasto, en tanto que en los tanques y rebombeo de Casa Mata, El Vigía, Díaz Ordaz y Nevería, se instalaron telemetría de rebombeo para automatizar la operación y facilitar el control de la mis-ma desde la oficina central.

Introducción y ampliación de la red de agua. Según el informe, “se trabajó en la introducción de redes de distribu-ción a cinco colonias populares completas y múltiples tramos de calles en donde carecían del servicio”. En la Isla de la Piedra se amplió y reha-bilitó el sistema de agua, mismo que era deficiente por las constantes rupturas. En esta comunidad muchos de los habitantes se abastecían de norias con agua de mala calidad. También se instaló una nueva tube-ría de conducción que atraviesa por el estero de Urías, se construyó un nuevo tanque de regularización de 150 M3 de capacidad y se sustituyó el 39 por ciento de las tuberías existente, lo que equivale a 1708 metros

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lineales de los 4413 metros. Del mismo modo se instalaron, al 100 por ciento, medidores en las tomas domiciliarias. “Con esto de espera que en la Isla de la Piedra no se presenten problemas en el servicio y que, a parte de mejorar la calidad de vida, sus habitantes puedan desarrollar mejor las actividades turísticas. En este período, según datos de la propia Junta, la población beneficiada con la introducción y ampliación de la red de agua potable se incrementó en 36 mil 972 habitantes, lo que representa un incremento del 9.4 por ciento con relación al año 2002. El incremento global de la cobertura de agua potable en el municipio pasó de 96.9 por ciento a 98.03 por ciento.

MEJORA DE LA EFICIENCIA

En la administración de Rigoberto Félix Díaz se implementaron pro-gramas que tienen que ver con el mejor aprovechamiento de los recur-sos humanos, materiales y financieros de la JUMAPAM, “ mediante la integración del propio personal en la solución de los problemas pero, fundamentalmente, en la reducción de los costos y la elevación de la recaudación.

Programa de mejora continua.Se trata de la formación de equipos de trabajo para involucrar a los traba-jadores en el análisis y solución de los problemas de la empresa. Para ello se implementó un método llamado de las “5 S”, que son herramientas en las que se sustenta el trabajo en equipo y para eficientar los procesos del funcionamiento de cada una de las áreas de la Junta. A este programa se incorporó el 12 por ciento del total del personal, de tal manera que los equipos que se formaron compitieron internamente para mejorar entre ellos su capacidad de actuar. Incluso los mejores equipos del Programa de Mejora Continua, obtuvieron primeros lugares en competencias re-

gionales y nacionales.

Cultura del agua.A finales del 2002 se creó el departamento de Cultura del Agua, con el propósito de promover en la población, principalmente entre los niños, la “conciencia del cuidado y buen uso del agua y el verdadero valor de la misma”. Más de 40 mil niños recibieron el mensaje al visitarse a 115 escuelas de la zona urbana y rural. Durante los llamados “Lunes Cívicos” se presentaron 44 sociodramas y se presentó una obra de teatro a cerca del cuidado del agua. Con motivo del Día Mundial del Agua que se cele-bra el 22 de marzo, se instituyó la llamada Semana del Agua en la que se organizaron diversos eventos relacionados con la promoción de la con-ciencia del cuidado y buen uso del agua. Justamente por la importancia de este programa, en la JUMAPAM se acondicionó el “Salón Municipal del Agua”, donde se ofrecen pláticas, se muestran videos y se organizan juegos interactivos con los niños.

Aquatel 073.Dentro de las estrategias de comunicación y acercamiento con la gente para mejorar su atención, se implementó el sistema telefónico Aquatel 073 disponible las 24 horas del día. Este sistema telefónico está susten-tado en un equipo de cómputo que manejan las operadoras en la que se encuentra el historial de cada uno de los usuarios, de tal manera que se ofrezca la información real que el interesado requiera o que las quejas y demandas de servicio se canalicen de manera inmediata al área operati-va. Para esta tarea fundamental entre la Junta y los usuarios, el personal del sistema Aquatel “fue capacitado para ofrecer un atento y eficiente servicio”. De hecho este servicio ya existía, aunque de acuerdo al informe el equipo de cómputo y teléfono fue renovado para reducir el tiempo disponible en la atención y el servicio.

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Actualización del sistema de cómputoCon la actualización del equipo de cómputo la JUMAPAM mejoró de manera significativa sus tiempos de acceso al historial y a las cuentas de cada usuario. Tanto el sistema personal como el sistema central fueron actualizados. En el caso del sistema central se adquirió un disco duro de 140 GB para sustituir a uno de 25 GB, “lo que permitió incrementar en 10 veces la capacidad de almacenamiento y la velocidad del equipo. Por eso en las áreas de atención telefónica y atención múltiple se redujo el tiempo de acceso al sistema de 20 a 1 segundo, mientras que los cortes en caja se redujeron de 45 a 5 minutos. Para enero de 2002 la Junta contaba con 72 computadoras personales y, para finales del 2004, se contaba con 131, lo que significa que se incrementó en un 82 por ciento el número de máquinas. De acuerdo al informe, en los últimos tres años se ad-quirieron 86 computadoras personales nuevas lo que permite realizar un trabajo ágil y confiable.

Programa de recuperación de agua no contabilizadaLa eficiencia de un sistema de agua se mide, principalmente, por la capa-cidad de reducir al máximo la pérdida de agua entre la zona de produc-ción y el destinatario final que es el usuario. Esta eficiencia tiene que ver con el nivel de aprovechamiento del agua producida, el mantenimiento y control de las redes y la eficaz medición del líquido que consumen los usuarios. La diferencia entre el agua que se mide en la zona de produc-ción y el volumen de agua que realmente llega a los tanques de distribu-ción y hasta el usuario, es la que se conoce como agua no contabilizada o perdida. Esta pérdida de agua existe en todos los organismos operadores de agua del mundo y, en el caso de México, existen sistemas que pierden hasta un 60 por ciento de su producción. En el caso de Mazatlán se esti-ma que la pérdida de agua, por fugas o captación clandestina principal-mente, es del 35 por ciento.

Por supuesto, los esfuerzos de reducción del agua perdida o no contabi-lizada se traducen en un mejor y mayor aprovechamiento de la infraes-tructura del sistema, mayor volumen de agua disponible para la venta, mayores ingresos y, por el contrario, menos inversión en mantenimiento y rehabilitación de pozos, plantas potabilizadoras, tuberías de conduc-ción y tanques de regularización. Con medidas de esta naturaleza hay mejores posibilidades de crecimiento físico pero, además, de robustecer los activos humanos, materiales y financieros.Para implementar este programa, en la JUMAPAM se creó el departa-mento de “Recuperación de Agua no Contabilizada”, con personal al que se capacitó adecuadamente en el campo de la acción. Para alcanzar los objetivos del programa, se adquirió un equipo detector de fugas, “medi-dor de flujo portátil, detectores de flujo, de metales y tuberías. Igualmen-te se adquirió una camioneta equipada con cámara de video grabación interna de tuberías, lo que permite detectar condiciones físicas internas de las tuberías y de las derivaciones registradas o no. Para el desplaza-miento del personal y protección del equipo, se adquirió una camioneta cerrada y una pick up. Con este equipo se ha logrado actualizar el ca-tastro de tuberías en los sectores en los que se ha trabajado, identificar y cancelar tuberías clandestinas, así como localizar y corregir múltiples fugas no visibles.Los avances en esta materia se sintetiza de la siguiente manera: Dos sec-tores revisados y, en consecuencia, con catastro de redes de agua actuali-zado, tres localizaciones de tomas clandestinas grandes y 35 tomas clan-destinas de diversos tamaños, así como 30 litros de agua por segundo recuperados. Sin duda los resultados de este programa se verán a media-no plazo ya que debe revisarse la totalidad de la red y, posteriormente, implementar de manera permanente esta revisión para lograr reducir y conservar bajos los niveles de agua no contabilizada.

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DistritaciónEste programa consiste en dividir a la ciudad en distritos con el objetivo de ofrecer una mejor atención en el mantenimiento de las redes de dis-tribución de agua potable y alcantarillada, y en la instalación y manteni-miento de los medidores.Esta nueva propuesta permitió romper con el esquema de las brigadas en grupo donde, sin planeación alguna, se desparramaban por toda la ciudad sólo para realizar una parte del proceso del servicio requerido. Lo que pasa es que las brigadas funcionaban por departamentos, es decir no había un trabajo de equipo integral porque unos se dedicaban al asunto del drenaje, otros a medidores, otros a agua potable y unos más a tapar o destapar hoyos, con resultados prácticamente desastrosos porque el servicio, en el mayor de los casos, se quedaba a medio terminar y no se cumplía en el tiempo adecuado. Había casos en el que se destinaban hasta cinco o seis trabajadores pero solo uno laboraba. Del mismo modo había desperdicio de hombres-hora y más gasto en cuanto a movimiento de vehículos, gasolina y horas extra. Un recorrido por trabajo resuelto era del orden de los 40 kilómetros y en promedio cada trabajador atendía 0.7º reportes por día y, muchos de ellos, debían esperar para su atención una semana o más. En estas condiciones los rendimientos eran mínimos y la imagen de la Junta más que pésima.

La redistritación entonces consistió en dividir a la ciudad en cuatro sec-tores y en cada uno de ellos se construyó una oficina equipada con alma-cén y un centro de comunicación electrónica con un sistema telefónico para la atención múltiple. “En cada oficina se tiene un área de espera para los trabajadores, checador y servicios sanitarios, así como áreas de estacionamiento para resguardo de los vehículos durante las noches. La carga de combustible de los vehículos se hace en los mismos distritos mediante una nodriza, con lo que existe un ahorro de combustible y de

tiempo de inicio de las labores de cada brigada”.Es importante subrayar que el tipo de equipo, la integración de las briga-das y su distribución, se operó en base al número de problemas que esta-dísticamente se registran por sector. Para la operación en cada distrito se adquirieron cuatro camionetas doble rodado, mismas que se equiparon, para atender fugas, con unidad de fuerza hidráulica para el manejo de una rompedora de pavimento. También se compró una bomba de achi-que y una cortadora de tubo para la reparación de fugas y una cortadora de pavimento para, al mismo tiempo, reponer el asfalto o concreto hi-dráulico. Una caja de acero para el resguardo de herramienta. Otros tres vehículos doble rodado fueron comprados y adaptados con volteo para la recolección de escombros y relleno de cepas en calles estrechas. Un camión pequeño de limpieza de drenaje y un camión grande de desazol-ve de tubería. “De las 24 brigadas que había en el 2002 se integraron 50 cuadrillas, no solo sin amentar el número de personal, sino con menos trabajadores de los que había al principio de la administración”.

De acuerdo al informe de la Junta, la integración de las cuadrillas con-siste en “diecinueve brigadas tipo I, compuesta de un solo trabajador en una camioneta pequeña; trece brigadas tipo II con dos trabajadores en camionetas pequeñas y refaccionadas con herramienta apropiada; nueve brigadas tipo III, cuatro de ellas con camioneta doble rodado equipadas para la atención de tuberías de mayor diámetro. Este programa se vio provisto, igualmente, de la integración de cinco brigadas de bacheo con-formadas por tres personas. De estas cinco brigadas, tres se encuentran provistas de vehículo equipados con la unidad de fuerza hidráulica y la herramienta necesaria. Otras cinco brigadas, de tres personas cada una, se conformaron para el mantenimiento de redes de drenaje.El programa de redistritación contempla alcanzar metas de mejora redu-ciendo de cuarenta a ocho kilómetros el recorrido por reporte atendido,

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incrementar de 0.7 a 3 los reportes atendidos por trabajador y aumentar, de un 65 a un 95 por ciento, el número de reportes atendidos en menos de 24 horas.

Facturación.La facturación y el cobro son pieza clave en el ingreso financiero de la JUMAPAM, sobre todo por el retraso histórico que al respecto se tiene y por la existencia de una cartera vencida que supera los 40 millones de pesos. Independientemente de la existencia de clientes morosos y del paternalismo que aún existe en relación con algunas entidades públicas que consumen bastante agua, una de las estrategias centrales para llevar una buena facturación y un mejor cobro es la modernización del esque-ma operativo en estas dos tareas esenciales, contar con el equipo huma-no y técnico adecuado e instrumentar una política de concientización respecto a que consumir agua tiene un costo. Es decir que, en el caso de Mazatlán, nos cuesta mucho operar un sistema cuya materia prima, en primer lugar, hay que conducirla desde una distancia de 25 kilómetros y, en segundo lugar, sortear toda suerte de obstáculos orográficos y técni-cos para que la gente simplemente abra la llave y tenga a la mano el agua indispensable para la vida. ¿Hay conciencia de que detrás de este servi-cio existe un titánico esfuerzo y que bien vale la pena pagar a tiempo su consumo? Naturalmente, nos costaría más si algún día nos quedáramos sin el servicio o, en el mejor de los casos, con un sistema malo y de baja calidad. Por eso la facturación y el cobro por el servicio debe estar a la orden del día, porque no sólo se trata de recuperar el enorme gasto que el sistema exige, sino de mantener y mejorar los procesos de calidad del sistema. De eso se trata.En el caso de la administración 2002-2004, de acuerdo al informe pre-sentado, para mejorar la facturación se actualizaron las 18 lectoras por-tátiles, se dotó de equipo de cómputo al personal del área, se adquirieron

dos verificadores de medidores en sitio para comprobar su correcto fun-cionamiento y se instalaron, bajo el programa de tomas nuevas y repo-sición de medidores en mal estado, 23 mil 352 aparatos de medición en diversos puntos de la ciudad. Por cierto que en la Sindicatura de Villa Unión se incrementó de 59 al 79 por ciento la cobertura de tomas con medidores, con lo que se espera mejorar la facturación y que los usuarios hagan un mejor uso del agua.Respecto a la facturación en sitio, es importante resaltar que en la ad-ministración pasada se sentaron las bases para modernizar el esquema de facturación. En ese sentido, el Programa de Facturación en Sitio se susten-ta en un mejor rendimiento en los tiempos de entrega de los recibos y, al mismo tiempo, se ofrece al usuario mayor oportunidad en el tiempo para el pago correspondiente. Bajo este programa se pretende que los llamados lecturistas, al tiempo que toma el consumo de los medidores, emita el reci-bo correspondiente y ahí mismo se lo entregue al usuario. De esta manera, adicionalmente, la JUMAPAM evitará elaborar los recibos tradicionales y al mismo tiempo evitará imprimir los correspondientes a viviendas des-habitadas y lotes baldíos que abarcan un buen porcentaje del volumen de facturación.Precisamente para este programa se adquirieron dos lectoras portátiles adicionales y 24 impresoras portátiles. De acuerdo al informe ofrecido por Rigoberto Félix Díaz, “queda pendiente la autorización correspondiente de la secretaría de Hacienda, la capacitación de los lecturistas y la negocia-ción con el sindicato para el cambio de funciones de los lecturistas.En el caso de los módulos de cobranza, estos se abrieron en lugares es-tratégicos de las diversas zonas de la ciudad, especialmente en áreas y centros comerciales concurridos. Fueron un total de 31 módulos los que se abrieron durante este período, lo que incrementó en un 41 por ciento los espacios de cobranza.

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Energía eléctrica.Dentro del rubro de la eficiencia, el ahorro y la calidad se encuentra uno de los conceptos más caros en la operación del sistema de agua: el uso de energía eléctrica. Por ello, tal y como páginas arriba se describe, se pro-cedió en una buena parte de los cárcamos de rebombeo y en los pozos de la zona de captación, al cambio de sistema tecnológico de alta eficien-cia que garantizara calidad y mejor funcionamiento. “Como resultados de estas acciones el consumo de KW horas en los años 2002-2003 fue ligeramente inferior al de 2001”, aunque en el 2004 el consumo se elevó en un 9 por ciento debido al mayor bombeo y volumen de agua pro-porcionado a la ciudad. Se espera que para el 2005 el ahorro de energía realmente se vea reflejado en el consumo.

Recursos humanos.Según estimaciones de la administración de Rigoberto Félix, entre 1999 y el año 2002, la nómina registró un crecimiento del 19.7 por ciento. De 716 trabajadores que existían a principios de 2002, a diciembre de 2004 la lista se redujo a 660, lo que significa una reducción del 7.8 por ciento en los tres años, “a pesar de que se crearon tres nuevos departamentos: Cultura del Agua, Ley de Acceso a la Información y Programa de recu-peración de Agua no Contabilizada.En el rubro de capacitación se tuvo especial atención porque todo el per-sonal obtuvo cuando menos un curso de carácter técnico o de superación personal. La JUMAPAM apoyó la capacitación a funcionarios, empleados y trabajadores en diversos campos del conocimiento, ya sea en la propia ciudad, en otras partes del país y hubo dos casos en el que se tomó cur-sos en el extranjero. En la propia JUMAPAM se habilitó una sala de usos múltiples acondicionada con equipo de multimedia no solo para capaci-tación, conferencias o exposiciones de trabajo, sino para las reuniones del Consejo Directivo.

Otro ángulo del recurso humano es el que tiene que ver con el reconoci-miento a los esfuerzos de eficientar el trabajo, el ahorro y el mejoramien-to de la imagen de la Junta, de ahí que durante los tres años se premió el esfuerzo a “Lo mejor de JUMAPAM”, reconociendo el mérito de 93 trabajadores a quienes se estimuló con diplomas y vales de despensa en el marco de un acto solemne al que asistieron autoridades municipales y familiares de los galardonados.

Licitación de obras.Según el informe, la licitación de obras se hizo por concurso público o invitación restringida de acuerdo a la Ley de Obras Públicas y al origen de los recursos. “Solo aquellas que por sus características o urgencias lo requerían se hizo por asignación directa o administración de la propia Junta”. Igualmente, los suministros de material de consumo también fue-ron concursados condicionando la entrega en la medida que la demanda lo exigía. Para el efecto de depuró el catálogo de cuentas del almacén y se establecieron los máximos y mínimos recomendables, con la idea de superar el viejo esquema de tres cotizaciones, procedimiento que, sin embargo, se niega a morir.

Ley de Acceso a la Información.A partir de la publicación de la Ley de Acceso a la Información Pú-blica del Estado de Sinaloa en el Diario Oficial del 26 de abril del 2002, la Junta creó el área de Ley de Acceso para cumplir con esa observancia obligatoria, ofreciendo a la comunidad la página web www.jumapam.gob.mx con el objetivo de transparentar la información en sus diversas áreas. De ahí que durante los años 2003 y 2004 se recibieron 623 consultas y se respondieron 632, independientemente de que se contabilizaron un total de 23 mil 793 visitas al portal de Internet, lo que le ha merecido el reco-nocimiento de la Coordinación de la Ley de Acceso a la Información del estado de Sinaloa.

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Situación financiera.Para enfrentar los retos del crecimiento de la infraestructura y la puesta en marcha de nuevos programas que implicaron cambios de esquemas, uso de nuevas tecnologías, capacitación y cobertura del servicio se apli-caron, principalmente, cuatro estrategias: Adecuación tarifaria, contro-les internos y mejora de la cobranza, gestión de aportaciones de la fede-ración y el estado y recuperación de impuestos mal pagados.En este período se llamó “adecuación” de tarifas realmente a un aumen-to real del 26 por ciento al precio del agua que se autorizó, de parte del Congreso del Estado, el 26 de octubre de 2002. Las autoridades de la Junta argumentaron que existía una fuerte deuda de corto plazo, falta de liquidez, gastos elevados en la operación de la planta de tratamiento de aguas negras de El Crestón y el compromiso de pago a la Comisión Na-cional del Agua por derechos de explotación. Bajo estos argumentos, la JUMAPAM emprendió una intensa campaña para justificar el incre-mento, lo que dio buenos resultados porque la mayoría de los sectores de la sociedad apoyaron la iniciativa. Luego, para el 2004, se obtuvo una segunda autorización para una “adecuación” del 5 por ciento en el incre-mento de las tarifas, a efecto de sostener “las condiciones financieras que se habían alcanzado en octubre de 2002”. Lo anterior permitió a la Junta enfrentar con cierta solvencia sus estrategias de innovación e inversión a través de los diversos programas de mejoramiento.En relación con los controles internos para el ahorro, se comprimieron gastos en horas extras, viáticos, alimentos, compra de insumos y se redu-jo el consumo de energía eléctrica.En relación con la estrategia de aportaciones de recursos de parte de la federación y el estado, se solicitó al gobierno del estado su participación directa en las obras con aportación a fondo perdido, “y la gestión ante la CNA para que a su vez aportara recursos a través del Programa Agua

Potable y Alcantarillado para Zonas Urbanas (APAZU), lo que incluye mezcla de recursos federales, estatales y de las propias Juntas. Igualmen-te el ayuntamiento participó a través de la gestión de un crédito ante el Banco Nacional de Obras y canalizando recursos del Fondo de Apor-tación para Infraestructura Social (FAIS) para obras de agua potable y drenaje en colonias populares. Igualmente, a través del Programa de devolución de Derechos (PRODDER), implementado por la Comisión Nacional del Agua, se reintegró en un 100 por ciento a la JUMAPAM los pagos correspondientes, de modo que con es aportación se logró obras muy importantes para el municipio. Respecto a la recuperación de impuestos mal pagados, la Junta procedió a recuperar el Impuesto al Valor Agregado que se clasificó como declara-ción irregular y que se daba prácticamente como perdido. De este modo se logró la recuperación de 47.5 millones de pesos que se canalizaron al programa de inversiones. Según el informe de este período, de los 47.5 millones de pesos se dejó en caja 19 millones de pesos, “condicionados por la propia Secretaría de Hacienda para que sean invertidos en fortale-cimiento e infraestructura de la JUMAPAM.Como impuestos mal pagados se clasificaron, igualmente, las “declara-ciones irregulares” en la aportación al INFONAVIT y al IMSS, lo que se atendió como un problema de rezago mermando las finanzas de la Junta.

Monto de la inversión.Traducimos de manera textual, salvando la pésima sintaxis, esta parte del informe respecto a la inversión total del periodo 2002-2004: “En total en obras, estudios y equipamiento especial se invirtieron 270 millones de pesos, cantidad integrada por aportaciones de la Comisión Nacional del Agua en un 31 por ciento; por el gobierno del estado con el 26 por ciento y la JUMAPAM con recursos propios de un 26 por ciento.

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Dentro de los rubros más importantes, estos recursos fueron aplicados en un 45 por ciento en la reposición de colectores y subcolectores en mal estado; un 20 por ciento en el incremento de la cobertura de agua potable y alcantarillado en colonias populares y un 9.5 por ciento en la sustitución y equipamiento de pozos en la zona de captación”.

Búsqueda de alternativas de solución. ¿Qué esquema o modelo seguir para que se garantice la capacidad financiera y los montos de inversión que demandan las necesidades de agua potable y de drenaje, y para que la Junta avance, en el mediano y largo plazo, con proyectos ajenos a los cambios políticos? ¿Qué es lo que se tiene que hacer para que el personal con experiencia, con capacidad y con perfil en la operación de la Junta, no sea desaprovechado en cada cambio de administración municipal? ¿Qué es lo que se tiene que hacer para que la Junta alcance, sostenga y readecue de manera constante un cobro del agua al costo real de la misma?Para enfrentar los anteriores retos, según las autoridades de la JUMA-PAM del período 2002-2004, trabajaron en tres direcciones que tienen que ver con la nueva Ley Estatal de Agua Potable y Alcantarillado, con el Programa de Fortalecimiento de los Organismos de Agua Potable y con un esquema para bursatilizar a la Junta.En relación con la nueva Ley de Agua Potable y Alcantarillado, “se busca una mayor participación de la sociedad en la administración de la Junta, por medio del Consejo Directivo cuya integración se propone que sea con ciudadanos comprometidos con la población y con un perfil apolíti-co que trabaje en el fortalecimiento técnico y económico del organismo. A través de la Ley de Agua Potable y Alcantarillado arribar a una Junta con capacidad fiscal y con personal seleccionado de acuerdo a su expe-riencia y honorabilidad, que sean garantía de una adecuada operación y administración”.

En el caso del Programa de Fortalecimiento de los Organismos de Agua Potable (PROMAGUA), a cargo de la Comisión Nacional del Agua y del Banco Nacional de Obras, de acuerdo al informe, se busca como primer paso “la elaboración de un Estudio de Diagnóstico y Planeación Integral del Sistema de Agua y Saneamiento, para conocer la forma en que pudie-ra obtenerse un financiamiento mixto para (enfrentar) las necesidades del mismo (sistema de agua y saneamiento)Este programa considera una aportación a fondo perdido a través de la Comisión Nacional del Agua y del Banco Nacional de Obras “y un financiamiento mediante el esquema de participación privada que más convenga a la Junta”.De hecho, bajo la anterior premisa JUMAPAM ya realizó “el estudio de diagnóstico” con el que, de forma inmediata, “se podría iniciar el plan-teamiento de participación privada que sociedad y gobierno de Mazatlán determinen más conveniente”.Otro punto en el que se podría explorar para obtener más recursos fi-nancieros tiene que ver con el esquema de contrato de “prestación de servicios para la construcción de las plantas de tratamiento de aguas re-siduales faltantes, y el escalamiento a tratamiento secundario de la planta de El Crestón”. Para abono de la certidumbre hay que decir que este es-quema ya opera en la ciudad de Culiacán.Respecto a la bursatilización de la Junta para obtener recursos a tasas bajas, es otro esquema que se trabajó en la anterior administración y que, combinado con los anteriores puntos, “podría ofrecer a la Junta una perspectiva de solución de corto plazo”. Esta propuesta si bien se trabajó en su diseño, no se pudo avanzar más debido al tiempo, aunque el paso siguiente que le daría viabilidad es la certificación crediticia de la JUMA-PAM ante organismos calificadores.

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Proyectos ejecutivos realizados.Los proyectos ejecutivos más importantes, realizados por la anterior ad-ministración, y que son sustantivos para la operación y crecimiento de la JUMAPAM en los próximos años, son los siguientes:“Estudio de diagnóstico y planeación integral del sistema de agua y sa-neamiento”.“Actualización del plan maestro para el mejoramiento de los sistemas de agua potable y saneamiento”.Integración de mapas de vulnerabilidad acuífera y diseño de red para monitoreo de la calidad del agua subterránea en el campo de pozos para el abastecimiento de agua potable de la ciudad de Mazatlán, Sinaloa”.“Proyecto ejecutivo de la planta desferrizadora de 1500 LPS, para la zona de captación de agua potable de El Pozole y San Francisquito”.“Proyecto ejecutivo de la planta de tratamiento de aguas residuales Bu-rócrata de 200 LPS.Proyectos ejecutivos validados por la Comisión Nacional del Agua.-Expedientes técnicos para el escalamiento a tratamiento secundario de la planta El Crestón.-Reposición del colector laguna del Camarón Norte.-Reposición del colector Laguna del Camarón Sur.-Reposición del colector Pueblo Nuevo segunda etapa.-Reposición del colector Echeverría Primera Etapa.-Reposición del colector Mazatlán.-Reposición del colector Ferrocarril.-Proyectos varios de introducción de agua y drenaje.-Instalación de macromedidores segunda etapa.“Estudio de eficiencia a diversos equipos de bombeo en la zona de cap-tación”.Informe de los estudios de recuperación de agua no contabilizada en

el Parque Bonfil, Zona Dorada y el sector piloto de la zona centro de la ciudad.Manual de funciones del personal de JUMAPAM.En su informe de lo realizado durante el período 2002-2004, el Ing. Ri-goberto Félix concluye afirmando que la situación del sistema de agua potable y saneamiento “sigue siendo grave y aún falta mucho por hacer”. Finca sus esperanzas de un mejor desarrollo para Mazatlán y el sur de Sinaloa en dos obras magnas como la construcción de la presa Picachos y la carretera Mazatlán-Durango, “que con toda seguridad detonarán el crecimiento de esta zona y demandarán servicios suficientes y más efi-cientes”.Garantizar el abasto de agua construyendo la infraestructura correspon-diente e instalar las plantas de tratamiento de aguas residuales para dar certidumbre al destino turístico, son dos divisas fundamentales.Lo anterior implica encontrar las fuentes de financiamiento necesario para enfrentar, igualmente, retos adicionales como la reposición de co-lectores y las redes de atarjeas en las colonias populares, “donde se ha comprobado que las tuberías se están colapsando con creciente inciden-cia año con año”. Baste decir que durante los tres años de esta adminis-tración se presentaron 881 colapsos de tubería de menor diámetro en 112 colonias. Para ser más exactos, el 50 por ciento de estos colapsos, es decir, 441, se presentaron en 5 colonias principalmente en la zona cen-tro, la Francisco l. Madero y la Benito Juárez.Los retos en el mejoramiento del sistema de agua y saneamiento se tra-ducen, durante los próximos cinco años, en concretar una inversión pro-medio anual de 200 millones de pesos en obras. Pero, igualmente, se reitera que el reto principal es buscar y encontrar las alternativas de fi-nanciamiento que garanticen la inversión, en tiempo y forma, en la repo-sición de la infraestructura básica, la construcción de las nuevas obras de

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saneamiento y abastecimiento de agua que le permita a Mazatlán elevar la calidad de vida para el disfrute de sus habitantes y de quienes visitan este destino turístico.

XIV PROYECCIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN 2005-2007

Entrevista con el Arquitecto Salvador Reynosa Garzón, Gerente General de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán.

PROSPECTIVA GENERAL

¿Cómo recibimos JUMAPAM?Algo positivo es la credibilidad de la sociedad mazatleca en la Junta. Y esa credibilidad habla, así lo entiendo, como la apertura a una trasparen-cia y una decidida y clara participación de la sociedad y organismos más allá del Consejo Directivo.Lo anterior como una primera etapa y analizando las condiciones en que se encontraba la ciudad y el ambiente político, la sociedad organizada ca-recía de espacios de participación, donde aportar, donde ser parte de un equipo, y encuentran en JUMAPAM esta posibilidad y se involucran de manera decidida en una serie de proyectos, de decisiones, de necesida-des y la prioridad que se marca en esta etapa es la situación de los colec-tores. Una situación que no era de ese día sino que venía de tiempo atrás y se tenía que hacer algo porque había recursos del gobierno del estado, de la Comisión Nacional del Agua, del Banco Nacional de Obras. Por eso a la hora de analizar la situación se define enfrentar este problema y, al mismo tiempo, abrir todo un debate, una campaña de concientización para explicar de manera muy clara y descarnada el grave problema del

saneamiento en la ciudad. El objetivo de esta última acción era dar un verdadero golpe a la conciencia de la sociedad a partir de mostrarles la realidad de lo que estaba pasando con el sistema de agua y de drenaje, principalmente. Por ello se echó mano de todos los recursos y de ese modo la Gerencia y el Consejo de la Junta se avocaron a ofrecer pláticas, realizar visitas al lugar de los hechos, mostrar las graves fallas del sistema a través de videos, filminas, fotografías, mapas y todo lo que se tenía a la mano, considerando también la importante participación de los medios de comunicación.Naturalmente, no solo se trataba de analizar la situación técnica y ma-terial del drenaje y sus consecuencias en la salud de la gente y el entor-no ecológico, sino el severo impacto en nuestra economía al correr el riesgo de que las autoridades ambientales y de salud, así como organis-mos ecologistas internacionales, certificaran y boletinaran a las playas de Mazatlán como contaminadas y, por lo mismo, como un riesgo para la salud de los visitantes. Siendo nuestra ciudad un destino turístico, esta posibilidad real se convirtió en una verdadera amenaza y fue uno de los resortes que movió la conciencia de la sociedad para enfrentarla de ma-nera decidida.De este modo, y cumplida la etapa del convencimiento, la sociedad a través de sus diversos representantes retoman los problemas de la Junta y priorizan la necesidad de enfrentar las graves fallas de los colectores mismos que, en ese momento, pasan por una situación crítica a punto prácticamente del estallamiento.Cumplida esta condición, se inician los trabajos de reposición en zonas críticas y que en ese momento ofrecen riesgos para la salud de las perso-nas y el ambiente mismo.Colectores como el de la avenida de los Deportes, el Internacional, Cha-chalacas, Lázaro Cárdenas, fueron sometidos de inmediato a una cirugía

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mayor para sustituir las partes más dañadas de sus entrañas. La vieja y averiada tubería del drenaje, en sus tramos más críticos, fue arranca-da de cuajo para instalar ahí conductores de material técnicamente más moderno y resistente.Reynosa Garzón subraya que en relación a lo que en el futuro de corto, mediano y largo plazo “debemos y tenemos que hacer, es importante subrayar que nos encontramos con una serie de proyectos ejecutivos, proyectos ya muy avanzados en el contexto del desarrollo de la ciudad, mismos que se analizaron y se evaluaron para determinar los más im-portantes en cuanto a obras de agua y de drenaje. Pero, igualmente, nos encontramos con que, en las condiciones que vive Mazatlán, en el as-pecto de calificación de saneamiento de playas, nos las han reportado al límite porque siempre se ha padecido esa situación, ya que es latente el riesgo de que pueda ser vetado, de que pueda ser boletinado a nivel nacional e internacional. Por ello, dentro de las prioridades, tenemos que compartir lo que realmente ocurre y tenemos que abrirnos a la sociedad para continuar en la solución conjunta de los problemas. Asimismo, otra prioridad es hacer frente a la participación económica que como organismo tenemos junto al ayuntamiento, en la perspectiva de seguir impulsando la construcción de la Presa Picachos y convertir-nos en parte activa de sus múltiples beneficios para el desarrollo del mu-nicipio y el sur de Sinaloa.

SANEAMIENTO

Planta de tratamiento El CrestónEl hecho de que hoy los diputados federales se hayan puesto a escudri-ñar, a transcribir y a identificar los recursos financieros para diversas obras específicas, le da la seguridad a JUMAPAM de tener ya definidos 50 millones de pesos del presupuesto federal para los trabajos de sanea-

miento, especialmente para seguir trabajando en la reconversión de la planta de tratamiento de aguas residuales de El Crestón y, con ello, pasar de un procesamiento ‘primario avanzado’ a un procesamiento ‘secunda-rio’ y con mayor calidad en el tratamiento de los desechos. Hay que decir que esos 50 millones de pesos, aportados dentro del esquema ‘mezcla de recursos’, se convertirán en 120 millones de pesos. Con la aplicación de estos recursos, sin duda, vamos a elevar el nivel de tratamiento de las aguas residuales que se procesan en la planta de tratamiento porque, hay que ser claros, en el nivel primario en que se encuentra el saneamiento de los residuos, si bien es cierto que se cumple, como en otras ciudades, con la normatividad, con la Norma Oficial 002-ECO/96, también lo es que cuando hay un accidente, se deteriora el equipo, o por alguna razón técnica se deja de operar, fácilmente corremos el riesgo de salirnos de los lineamientos ecológicos y de contaminar la bahía. Esto precisamente nos mantiene en el peligro latente de ser boletinados como destino de playa contaminado cada vez que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), en sus evaluaciones bimensuales, analiza el ni-vel de contaminación de nuestros desechos que se vierten al mar. De lo que se trata es terminar de cuajo con el riesgo de la contaminación, no sólo por cuestiones de salud, sino porque la vocación de nuestra ciudad, nuestra economía depende en un alto grado del turismo. Por lo tanto es muy importante cuidar este aspecto pero, igualmente, las inversiones ya que las playas son un punto de atracción para nuevos desarrollos y para la diversificación de las actividades turísticas. En una palabra, la playa sigue siendo la prioridad y tenemos que cuidarla. La propuesta entonces se centra en la reconversión de la planta de tratamiento El Crestón, pero ello dentro de ciertos retos, de ciertas condiciones y limitantes. Uno de esos retos es enfrentar la reconversión tecnológica de la planta dentro del pequeño espacio en el que se ubica. Otro tiene que ver con que las

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instalaciones se encuentran en la falda de un cerro en cuya superficie siempre está latente el riesgo de derrumbe. Todo ello limita un área de resguardo y operación, lo que implica que el nivel de eficiencia en el tratamiento se encuentre justamente condicionado por estas circunstan-cias o limitaciones y por la cantidad de agua que queramos o se necesite verter.Actualmente, nos encontramos en una etapa en la que a la planta de El Crestón no puede llegar más agua que la que le está llegando. Pero para que la planta limpie los volúmenes de desechos que necesitamos, hay que ponerla a la altu-ra de las circunstancias, con un mejor nivel de eficiencia y calidad, no solamente acorde a la norma, no es suficiente, sino acorde a las condi-ciones de la ciudad. En la medida que podamos lograr esta calidad en el tratamiento de las aguas residuales vamos a tener mejores playas y, en consecuencia, mejor oferta al turismo y mejor desarrollo económico. Es El Crestón nuestra prioridad principal. Su reconversión tecnológica para lograr un tratamiento secundario tiene dimensiones muy interesantes y será la obra más grande que haya hecho JUMAPAM dentro del monto de asignación porque a este solo proyecto, incluyendo la reposición de algunos colectores, se le van a destinar 120 millones de pesos. De acuer-do a nuestras cifras, y haciendo un comparativo, el año pasado se invir-tieron cerca de 79 millones de pesos en todos los programas ( APAZU, PRODDER, PROSAPYS) incluyendo recursos propios, lo que significa que esta cantidad equivale a 1.9 veces de lo que se aplicaría solamente en la planta de El Crestón para este 2005.Hay que precisar, porque no hay antecedentes, que el proyecto para re-convertir a El Crestón se hará en una multianualidad, es decir, se inicia el 2005 y culmina el 2006. Por lo general este tipo de obras lo lleva a cabo la federación en la construcción de presas y carreteras y, es tal vez, nosotros

innovaremos aplicando en el municipio este procedimiento.Vale decir que el objetivo fundamental de la obra es determinar una me-jor calidad de agua, una mejor calidad de bahía, un sistema más eficiente de tratamiento, pero también un costo de mantenimiento mayor al que tenemos. ¿Por qué? Porque para poder tener una calidad de agua impli-ca, al mismo tiempo, instalar una infraestructura que requiere para su funcionamiento la aplicación de una serie de productos que elevan el presupuesto. El hecho de que ahora arrojemos agua a la bahía en base a una norma definida como 150/150, luego de la reconversión la planta funcionará con un porcentaje de 30/30 porque el cuerpo del agua será transparente, sin olor ni color y apta para riego; una agua que fácilmente será reutilizada en tareas productivas, sin problema alguno para la salud humana y para el medio ambiente.

Plantas Cerritos y El CastilloEn el caso de las plantas de tratamiento instaladas en predios de la zona de Cerritos y El Castillo, no sólo se les va a reforzar el mantenimiento sino que se invertirá en el mejoramiento de los procesos de tratamiento del agua residual, fundamentalmente para que los lodos no salgan tan crudos. Estas plantas, por su tamaño y sus sistemas de tratamiento, han venido a demostrar la factibilidad de parcelar o zonificar el tratamiento de aguas residuales pero, asimismo, de garantizar calidad en el proce-samiento e invertir menos en la operación del mismo. Ambas plantas serán habilitadas para que mejoren la calidad del tratamiento y, al mis-mo tiempo, para que las empresas aledañas se interesen aún más por la utilización del agua tratada.

Colectores Otra de las prioridades es continuar con la evaluación de las condicio-nes en que se encuentra la red de drenaje sanitario, en este caso los colec-

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tores. Los proyectos que tenemos aprobados contemplan la reposición de los colectores Pueblo Nuevo, Mazatlán, Ferrocarril, Niños Héroes, Justino Rubí, Palos Prietos, Anahuac y Rafael Buelna. Igualmente se van a reponer las líneas de presión de los cárcamos 7 Sur y El Toreo, sobre todo este último que tiene unas bombas muy pequeñas porque cuando se construyó este fraccionamiento su sistema estaba pensado para reci-bir volúmenes pequeños de agua de ciertas zonas de desarrollo aledañas. Hoy las aguas negras que llegan al cárcamo de El Toreo sobrepasan la capacidad de las bombas sobre todo en las horas pico. La idea entonces es cambiar esas bombas por otras de mayor capacidad y eficiencia, lo que obliga, de igual manera, a reponer las líneas de presión por otras que tengan mayor diámetro para poder captar mayores volúmenes de aguas servidas. Aunado a lo anterior se va a aplicar un programa de desazolve para facilitar el buen funcionamiento de la red. Lo importante es que para esta obra existe ya un recurso asignado. En todo esto, entre la recon-versión técnica de la planta de El Crestón y la reposición de colectores se invertirá una cantidad de 119 millones 47 mil pesos a través del pro-grama de Agua Potable y Alcantarillado para Zonas Urbanas (APAZU)

AGUA POTABLEIndependientemente de la introducción y ampliación de la red de agua potable en la zona urbana y rural, obras contempladas en los diversos programas de apoyo, la Junta estima una inversión de 23 millones 400 mil pesos para la automatización de algunos cárcamos y la instalación de nuevos equipos de rebombeo, inversión que también tiene que ver con la instalación de macromedidores y la rehabilitación de las partes nodales del sistema de agua.

EL PRODDER Y LA REHABILITACIÓN DE CÁRCAMOSEs importante hacer mención del origen de los recursos económicos

para llevar a cabo esta tarea. En el caso de la rehabilitación de los cár-camos de rebombeo de agua potable, los 23 millones 400 mil pesos que serán invertidos provienen del Programa de Devolución de Derechos (PRODDER) de la Comisión Nacional del Agua. En este caso, la JUMA-PAM pagó a la CNA un total de 11 millones 700 mil pesos por derechos de extracción del agua tanto en la zona de San Francisquito como en la zona de El Pozole. El PRODDER se sustenta en la devolución del pago de derechos, bajo la condición de que los organismos de agua aporten una suma similar y de esa manera constituir un monto financiero que se aplique en el mejoramiento del sistema de agua potable. Por eso, de acuerdo al pago de 11 millones 700 mil pesos que hizo la Junta a la CNA por concepto de derechos, la cantidad se duplicará y alcanzará los 23 millones 400 mil pesos porque al hacerse efectiva la devolución la JU-MAPAM aportará la cantidad correspondiente.A partir de esta devolución a través del PRODDER, la JUMAPAM po-drá equipar totalmente el cárcamo de bombeo No. 3 Norte, automatizará los cárcamos No. 4 Norte y el No. 2 Oriente. Asimismo se rehabilita-rán los equipos de bombeo en la zona de captación de El Pozole y San Francisquito y lo mismo se hará con el equipo de rebombeo en la Loma Atravesada y los tanques de Casamata. Del mismo modo se contempla la instalación de válvulas a presión para mejorar la conducción del agua servida a la planta de tratamiento El Crestón.

Recuperación del Impuesto al Valor AgregadoLa recuperación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), es otra de las tareas pendientes en términos de ingresos para la Junta. Se trata de un monto importante porque del último trimestre del 2003 quedan pen-dientes 2 millones de pesos y del 2004 la Secretaría de Hacienda regresa-rá 15 millones de pesos para hacer un total de 17 millones. De acuerdo a la normatividad de la hacienda pública, la devolución del IVA se hace

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sobre obras etiquetadas y estas deben corresponder únicamente al ámbi-to de la ciudad. Estos recursos se aplicarán a diversas obras pero, princi-palmente, las que tienen que ver con el saneamiento de las aguas servidas y el mejoramiento de la planta de tratamiento El Crestón.

Los macromedidores

Esta administración 2005-2007, continuará con el proyecto de la ins-talación de macromedidores emprendido el año 2004. Efectivamente, ya se tienen planes muy específicos para continuar con la instalación de estos equipos en puntos estratégicos del sistema lo que, asimismo, nos lleva impulsar un programa de ahorro de energía y otro para recuperar la llamada agua no contabilizada. Esto es así porque la Junta se encuentra dentro de un programa federal en el que se obliga a pagar una cantidad de dinero por el monto de agua que se extrae en la zona de producción. Por ello, en la medida que se tenga una mayor eficiencia para eliminar las pérdidas de agua, ya sea por robo o por fugas, utilizando la macromedi-ción, en esa misma proporción vamos a evaluar para tratar de reducir el desvío y por lo tanto aprovechar realmente el egreso por ese concepto.Respecto al ahorro de energía eléctrica, se han hecho estudios que nos han conducido a la detección de redes de gran diámetro que se encuen-tran subutilizadas. Un ejemplo de lo anterior es lo que ocurre a un lado de la red eléctrica de 30 pulgadas que se utiliza para conducir energía, sobre la avenida Delfín en la colonia Francisco Villa, hasta el área de las Marinas. Bien, pues a ambos lados de esa red existen otras líneas meno-res que tienen problemas y que, a pesar de ello, se utilizan para dotar de fluido a varios rebombeos. El estudio entonces llevó a la conclusión de que se tienen que cerrar circuitos internos y hacer conexiones a esa red de 30 pulgadas para eliminar con ello 15 bombas de rebombeo en la ciu-dad, lo que quiere decir que sin ese consumo innecesario vamos a tener

un ahorro muy significativo en cuanto a energía eléctrica.Presa PicachosEn opinión del arquitecto Salvador Reynosa Garzón, la construcción de la presa Picachos se convertirá en la obra hidráulica más importante del sur de Sinaloa, ya que, de entrada, se convertirá en un fuerte detonante para las actividades agropecuarias y en una fuente vital no sólo en la do-tación de agua para nuestra ciudad y las comunidades aledañas, sino en garantía para el abastecimiento futuro y, desde luego, el mejoramiento de la calidad del líquido.

La presa Picachos representará para los mazatlecos una garantía en el abasto de agua porque permitirá la captación de agua rodada y la conse-cuente construcción de la anhelada planta potabilizadora.De acuerdo al arquitecto Reynosa, la JUMAPAM y el ayuntamiento ya se encuentran listos para entrarle a la aportación que permitirá comprar acciones o derechos para el consumo de agua de la presa.Si bajo un programa constante de mejoramiento se logra elevar la cali-dad del agua potable y la que se desecha, entonces también estaremos en condiciones de apelar a empresas consultoras de prestigio internacional que, por un lado, nos califiquen y certifiquen la calidad de nuestros pro-cesos técnicos y administrativos y, por otro, a partir de ello nos abran las puertas para el crédito. Son 110 millones de pesos, bajo un crédito blando y de largo plazo, los que se contratarán con el Banco Nacional de Obras y que se aplicará en la medida que se vaya requiriendo. De esa cantidad 70 millones se destinarían a la adquisición de derechos de la presa Picachos y 35 millones para la planta potabilizadora.La presa Picachos, sin duda, es una obra que realmente acelerará el de-sarrollo de la región y elevará la calidad de vida de las comunidades, principalmente de Mazatlán.

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Proyecto geomático para el catastroLa geomática es una técnica que vincula los métodos de la computación a los sistemas de referencia relativos a la tierra, en tanto que el catastro no es otra cosa más que un censo y padrón estadístico de las fincas rús-ticas y urbanas. Como los sistemas de agua potable y alcantarillado con-forman una serie de tripas en las entrañas de la tierra, la ubicación pre-dial de las mismas se vuelve una asunto poco más que difícil. De ahí el reto precisamente de aplicar la geomática para la localización inmediata de las arterias del sistema de agua y alcantarillado y para, justamente, obtener un mapa, una fotografía, una descripción muy precisa de lo que existe debajo de la tierra. Lo anterior va a permitir la detección exacta de los daños al sistema, las derivaciones y el tamaño de cada daño y, en con-secuencia, utilizar los recursos necesarios y el tiempo adecuado en la re-paración de los mismos. Con el sistema geomático, la JUMAPAM estará en condiciones, igualmente, de obtener un historial exacto del usuario, la ubicación de su servicio, el tipo de servicio, material, año de instalación, vida etc. Del mismo modo, ante una falla, a través de la computadora se detectará el tamaño de la misma, qué tipo de colapso, su profundidad, su ubicación exacta y ello permitirá seleccionar el tipo de herramientas, el número de cuadrillas y estimar el costo de la reparación, a parte del ahorro de tiempo.

Aplicación de la Norma 002Otra de las tareas importantes de la JUMAPAM, dice el gerente general, Salvador Reynosa Garzón, es la aplicación de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 002, misma que aplica los criterios a un nivel permisible de con-taminación de las grasas y aceites, principalmente, que son vertidos al drenaje sanitario por diversas empresas. En ese sentido, la Junta ya cuen-ta con un padrón de usuarios clasificados en la rama industrial y que tie-

nen un consumo por encima de los 200 metros cúbicos de agua. La lista asciende a 300 usuarios clasificados de acuerdo al tipo de industria y de desechos que arrojan al drenaje, mismos que deben ajustarse a la norma a partir de utilizar el equipo recomendado para reducir el nivel de conta-minantes. Quienes luego de informados o advertidos no cumplan con la normatividad, no solo serán a sometidos a las sanciones de ley, sino que se les requerirá con un cobro extra y hasta corren el riesgo de quedarse sin el servicio en caso de reincidencia. La NOM 002/96 SEMARNAT, se aplica para reducir los contaminantes en el drenaje sanitario y con ello impedir no sólo el deterioro del sistema de alcantarillado, sino la agresión al medio ambiente y a la salud. Del mismo modo, reducir la contaminación y el tipo de desechos que se arrojan al sistema sanitario, es quitarle carga contaminante, en el caso de Mazatlán, a la planta de tratamiento de aguas residuales y con ello permitir una mejor calidad en el tratamiento.

Zona Rural

De acuerdo a las proyecciones de obras que para el período 2005-2007 tiene la JUMAPAM, la zona rural del municipio tendrá una especial atención en materia de saneamiento y en la ampliación de sus redes de agua potable.Sin embargo, una de las obras que más llaman la atención es la introduc-ción de una red de agua potable a la Sindicatura de Mármol, comunidad severamente castigada por las circunstancias históricas, sobre todo la que tiene que ver con el desmantelamiento que sufrió una de las plantas cementeras más importantes del país y que precisamente era el motor económico de esa población. Al cierre de la planta, hace ya alrededor de 20 años, Mármol se convirtió, poco a poco, en un pueblo fantasma por-que mucha gente tuvo que emigrar a otras regiones en busca de empleo.

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Poco a poco las condiciones de vida se fueron deteriorando porque la empresa cementera era prácticamente la encargada de aportar recursos para el mantenimiento de los servicios públicos, entre ellos el agua pota-ble cuyo sistema no pertenece a la JUMAPAM.Es el sistema de agua en Mármol, el que más resintió el cierre de la planta cementera por la sencilla razón de que su mantenimiento y operación, a parte de costoso, quedó a la deriva. Y es que la gente en esa comunidad no estaba acostumbrada a pagar un cinco por el consumo de agua, de modo que a la hora que se necesitaba aportar una cuota la mayoría de las familias se encontraban sin trabajo, lo que determinó que la red de agua potable se viniera abajo y que con el tiempo los pozos de producción se agotaran más rápidamente debido a la falta de rehabilitación y manteni-miento.Mucho ha sufrido esa comunidad por la falta de agua y todo indica que para este año, por fin, van a contar con un sistema completamente nuevo en el que la Junta invertirá 7 millones 27 mil pesos con recursos de caja.Otras poblaciones que se verán beneficiadas con la introducción o am-pliación de nuevas redes son Miravalle, La Palma Sola, El Espinal y El Salto, entre otras. Las obras serán igualmente financiadas con recursos propios de la Junta.Para el arquitecto Salvador Reynosa Garzón, gerente general de JUMA-PAM, la zona rural debe recibir ya la atención que merece, “cuando me-nos ponderar la atención y resolución de sus necesidades en la propor-ción que guardan las acciones en la zona urbana”. Por eso, durante su administración al frente de la empresa, será de primer orden contar con un diagnóstico real de las necesidades de agua potable y saneamiento en las comunidades del municipio, en la idea de trabajar sobre proyectos estratégicos a futuro que permitan el posterior engarce e interconexión del sistema.

De acuerdo al funcionario, en la zona rural siempre han existido con-diciones de cooperación entre sus habitantes, pero muchas de las obras resultan muy costosas por la lejanía, aunque al final de cuentas siempre sale más caro no contar con los servicios del agua y del drenaje.Pues bien, en la ruta de mejorar las condiciones de vida en la zona rural, la JUMAPAM, pendiente de la normatividad y los programas de las di-versas dependencias estatales y federales, principalmente de la Comisión Nacional del Agua y de la Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantari-llado, se ha propuesto para este período la instalación de plantas de tra-tamiento de aguas residuales en comunidades mayores de 10 mil habi-tantes. De hecho ya se encuentran avanzados los proyectos ejecutivos en el caso de Villa Unión y El Walamo. Hay que subrayar que en Villa Unión se hará una reposición integral de la red de alcantarillado. También, en el rubro de estudios y proyectos, se contempla la instalación de plantas de tratamiento en El Quelite, San Marcos, Barrón y Mármol, comunidades que sobrepasan los 10 mil habitantes y que cuentan con áreas o cuerpos de agua para verter las aguas tratadas, o bien con amplias superficies agrícolas que aprovecharían el líquido para ampliar y mejorar la siembra y cosecha de diversos productos del campo. Dentro de este programa ya se encuentran definidos los recursos financieros para la adquisición de predios donde se instalarán las plantas en las poblaciones señaladas. In-dependientemente de la fuerte inversión que se hará en la comunidad de Mármol, la Junta contempla un total de 8 millones 200 mil pesos dentro del programa “peso por peso” para obras de agua potable y saneamiento en la zona rural.

Acercamiento con la gente(La página de Internet y el 073)La Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, si bien es cierto

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que se trata de una empresa en la que la utilidad comercial es importan-te, tampoco debe olvidarse que cumple esencialmente con una función social. Por eso el acercamiento con la gente, con el usuario común y co-rriente, no solamente con los grandes consumidores, es una prioridad fundamental “porque nos permite a los que dirigimos la empresa, tener una opinión clara y latente de lo que se piensa y se propone para seguir mejorando el servicio”. Si bien es cierto que la gente debe estar conscien-te de que su pago a tiempo es, al mismo tiempo, tener una empresa for-talecida y ofrecer un mejor servicio, no lo es menos que la Junta también debe tener clara la solidaridad con los que menos tienen a la hora de que tienen problemas para pagar, “porque no hay que olvidar que los jubila-dos, los viejitos y la gente marginada son los primeros en cumplir con el pago cuando ellos tienen el dinero a la mano”. En ese sentido, manifiesta el Gerente General, "vamos a estar atentos a la gente, a conminarlos a pagar para que no se retrasen, a avisarles con tiempo de que se les puede restringir el servicio para que tomen sus providencias".Pero existen otros objetivos más importantes en esta filosofía nuestra: el que la gente participe en la definición del rumbo de la Junta, no como una postura populista o demagógica, sino en lo que a los sectores les atañe directamente. De ahí que la gente que requiera una introducción o ampliación del servicio de agua o drenaje, una reparación en el sistema, una propuesta para mejorar el servicio en su barrio o en su comunidad, tiene las puertas abiertas de la empresa para hacer llegar sus inquietudes. Por nuestra parte, ofrecemos abrir nuestros sistemas de comunicación para un mejor entendimiento con la sociedad. Un ejemplo de ello es la página de internet que se encuentra a disposición de la gente, en donde ofrecemos toda la información relativa a lo que estamos haciendo y lo que queremos hacer. En este portal de internet se encuentra toda la in-formación referente a los sueldos de todo el personal, desde cuanto se

percibe el más humilde puesto de trabajo hasta lo que gana el gerente general. No hay en absoluto que ocultar. Por el contrario, queremos que esta herramienta llamada internet se convierta realmente en un vehí-culo permanente de comunicación y que la gente lo utilice no sólo para consultarnos, sino también para opinar y proponer. El otro sistema de comunicación permanente, muy a la mano, es el sistema telefónico 073, es decir tres dígitos para que la gente establezca comunicación más rá-pido y para que encuentre una respuesta pronta y expedita. Para ello seguimos innovando en esta tarea para que la gente, el usuario, se sienta realmente atendido y, lo más importante, se le solucionen sus problemas. Para eso es el teléfono 073, para que la gente tenga una alternativa de so-lución rápida, para que sus reportes sean atendidos dentro de un margen de tiempo mínimo posible, o sencillamente para obtener una informa-ción útil a sus necesidades de servicios.

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www.editorialempuje.com

BIBLIOGRAFIA.

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