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INTRODUCCIÓN A LAS GRAMÁTICAS FUNDAMENTALES DEL
ESPAÑOL MODERNO Salvá, V. (1830): Gramática de la lengua castellana, Madrid, Arco /
Libros, 1989 (2 vols., ed. de Margarita Lliteras)
Salvá vive entre 1786 y 1849. Es valenciano.
Profesor de griego (es un momento en el que se enseña sobre todo el griego
y el latín), librero y político, luchó contra el absolutismo de Fernando VII.
Estuvo exiliado primero en Londres y luego en París. Enseñó español a
extranjeros.
Dedicó 20 años a la redacción de la gramática utilizando muchos ejemplos y
citas literarias.
Ocho ediciones, entre 1830 y 1847, muestran la importancia de la gramática.
Las distintas ediciones estaban notablemente corregidas y ampliadas. Retocaba
continuamente la gramática.
Su gramática se publica en pleno apogeo de la gramática general. Junto con
la gramática de Bello, supone la ruptura con el modelo logicista de influencia
francesa.
Define la gramática como “el conjunto ordenado de las reglas del lenguaje
que vemos observadas en los escritos o conversación de las personas doctas que
hablan desde su infancia el castellano o español”.
Se opone a la definición de la gramática como “El arte de hablar y escribir
bien y correctamente”, de Prisciano y las gramáticas del Renacimiento. La
gramática no es el arte de hablar bien, sino de hablar. Diferencia así la retórica de
la gramática.
Es una gramática descriptiva, normativa y sincrónica. Utiliza ejemplos de
autores de siglos pasados y de otras lenguas, pero la diacronía y el estudio
comparado de las lenguas está al servicio de la gramática descriptiva, normativa y
sincrónica. No parte de la autoridad, ni de la antigüedad, ni de la razón como
fuente del conocimiento, sino del uso, y se niega a someter la descripción
gramatical a principios ajenos al propio funcionamiento y a la propia naturaleza del
español. Diferencia entre gramática general y gramática de una lengua particular.
Considera la existencia del cambio lingüístico. La descripción afecta no solo a la
lengua escrita y a la variedad literaria, sino que atiende también a la lengua oral e
incluso a la lengua familiar.
Utiliza un método inductivo, parte de un amplio corpus con el que formula y
comprueba las reglas gramaticales, pero hay una teoría que sirve de apoyo a la
descripción. Aplica a la gramática particular del español los principios de mayor
aceptación en la gramática general (gramática de Port Royal y la doctrina de Du
Marsais y Beauzée). Intenta emplear un lenguaje conocido y no términos técnicos.
Piensa que el gramático debe presentar bajo un sistema ordenado la realidad de
la lengua.
Las partes de la gramática de Salvá son Analogía (reglas para leer y
pronunciar correctamente y las partes de la oración), Sintaxis (cómo se colocan en
el discurso), Ortografía y Prosodia (metro y composición del verso).
Debemos destacar, como hacen Alcina y Blecua (1975, 88), las páginas
dedicadas a la formación nominal, el inventario de verbos que se construyen con
preposición, el tratamiento de las frase para negar, preguntar y exclamar, la
concepción del modo imperativo, del que señala que no tiene más que las
segundas personas del singular y del plural. Hay que señalar también el análisis
que realiza de las preposiciones: elimina de la lista antes, cerca, después y detrás
utilizando un criterio distribucional (se pueden usar solas y, aunque existe antes de
ahora, esto también pasa con muchos adverbios. P. ej., fuera del parque). Define
las categorías atendiendo no solo a criterios formales, sino también semánticos y
funcionales.
La base de la gramática de Salvá sigue siendo la palabra, incluso cuando se
habla de sintaxis.
Influye en la duodécima edición de la GRAE porque esta se limita al uso
sincrónico de la lengua.
Para terminar hay que señalar que probablemente una de las aportaciones
fundamentales de Salvá es su compromiso con los datos:
“La gramática que reúna más idiotismos y en mejor orden debe ser la
preferida. Al retratista nunca se le pide una belleza ideal, sino que copie
escrupulosamente su modelo. Cuantas más facciones suyas traslade al
lienzo, cuanto mejor retenga su colorido, y cuanto la expresión de los ojos y
de todo el semblante, la actitud del cuerpo y el vestido mismo se acerquen
más a la verdad, tanto más perfecto será el retrato” (Salvá 1830 p. XVIII)
Bello, A (1847): Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos, con las notas de Rufino José Cuervo, Madrid, Arco / Libros, 1988 (2 vols., ed. a cargo de Ramón Trujillo)
Si hay una gramática clásica, esa es la de Bello y muy especialmente en su
versión de 1874, anotada por Cuervo.
Tiene 5 ediciones entre 1847 y 1860, en 1874 con las notas de Cuervo.
Bello era gramático y jurista. Es Venezolano.
Busca la unidad lingüística y cultural ante el peligro del fraccionamiento
político de la América española, recién independizada. Propone la lengua unitaria
como vínculo. Bello, aunque indica en el título que su gramática está destinada al
uso de los americanos, introduce casos de leísmo que no se dan en
Hipanoamérica.
Le interesa el uso, considera que cada lengua tiene sus reglas. La teoría
pertenece a la propia lengua, busca una teoría que dé sentido a los datos, teoría
que está en la propia lengua. Tiene, por lo tanto, una concepción inmanentista. No
se apoya en las autoridades porque la máxima autoridad es la lengua misma.
En su gramática no hay partes. A diferencia de la gramática de Salvá, que
utiliza, junto con la de la RAE, como fuente de inspiración, la de Bello se basa en
la oración y no en la palabra y se le da más importancia a la teoría.
El verbo en Salvá se define en términos nocionales -expresa acción-, en
Bello, en términos funcionales -es el atributo (o predicado) de la proposición- y así
ocurre con todas las partes de la oración, que no clases de palabras.
Son temas interesantes , en la gramática de Bello, el tratamiento del artículo,
al que relaciona con el pronombre, el de la preposición, las construcciones
reflejas, los modos verbales (considera al condicional dentro del indicativo).
Considera que el modo es una cuestión de rección, los modos son las inflexiones
del verbo en cuanto que provienen de la influencia de otras palabras. En el estudio
de los modos utiliza un criterio distribucional y la prueba de la conmutación.
Desecha las explicaciones por elipsis si el elemento no es claramente
recuperable.
Señala que el género es una cuestión de concordancia.
Su estudio de los tiempos verbales y el sistema temporal sigue siendo muy
interesante.
Indica también que no hay verbos transitivos e intransitivos, sino usos
transitivos e intransitivos.
Busca una explicación formal para los hechos lingüísticos y un significado
básico desde el que explicar las variaciones posibles. También considera que a
una diferencia de significado le debe corresponder un hecho formal.
Piensa que la realidad gramatical de una lengua no puede ajustarse a un
solo eje descriptivo...El ser mismo de la lengua radica en la esencial multiplicidad
de procedimientos y técnicas internas no reductibles a un solo principio ordenador,
Diferencia entre el mundo, la realidad lingüística y el modo de explicar esa
realidad.
Para Bello, la gramática de una lengua es el arte de hablarla correctamente,
esto es, conforme al buen uso, que es el de la gente educada.
Lenz, R. (1920): La oración y sus partes, Madrid, Centro de Estudios
Históricos, 1920
Rodolfo Lenz es un alemán afincado en Chile. Es catedrático en el Instituto
pedagógico de Chile.
Es una gramática psicologista y también se concibe como una gramática
contrastiva. Hay continuas comparaciones con el alemán, el francés, el inglés, el
latín. Se supone que cada lengua expresaría los hechos del mundo como una
forma de captación psicológica particular. Intenta hacer reflexionar a los alumnos
sobre cuál es el mecanismo del pensamiento castellano.
Se hace también referencia a cómo se habla en Chile, por lo que, en esta
gramática, se introducen las variedades de la lengua.
Es un libro de gramática general. Estudia las partes de la oración en relación
con su papel sintáctico.
La gramática es la teoría del idioma, contiene la exposición teórica,
abstracta, de todos los principios generales que rigen un idioma dado. Diferencia
entre una gramática y enseñar a hablar una lengua.
Real Academia Española: Gramática de la lengua española, Madrid, 1931
Es la última edición de la gramática de la Real Academia Española hasta la
de la Nueva gramática recientemente aparecida en el 2009.
Reproduce la de 1920, que, a su vez, se limitaba a añadir a la de 1917 un
nuevo capítulo sobre «la formación de palabras por derivación y composición».
Conservaba también la edición de 1931 el título de Gramática de la lengua
española, que a partir de la edición de 1924 había sustituido al de Gramática de la
lengua castellana.
Tiene carácter didáctico. Es texto obligatorio y único en las escuelas de
enseñanza pública.
Se compone de cuatro partes: Analogía, sintaxis, prosodia y ortografía.
Se define la gramática como el arte de hablar y escribir correctamente.
Alonso, A. / Henríquez Ureña, P. (1938): Gramática castellana (primer y segundo cursos), Buenos Aires, Losada, 1971 (26ª. de.)
Amado Alonso (1896-1952)
Henríquez Ureña (1884-1946)
En relación con esta gramática, hay que destacar la figura de Amado Alonso.
Amado Alonso pertenece a la Escuela española de lingüística y es también el
principal representante del idealismo lingüístico en España.
Orienta su trabajo hacia aquellos problemas que permiten al hablante una
mayor libertad para configurar los matices: los artículos, los diminutivos, la
construcciones con verbos de movimiento, problemas que posibilitan una
explicación estilística.
A. Alonso asume la idea de sistema de Saussure, pero de acuerdo con los
principios idealistas considera que no existe un sistema estable, pues, al
encontrarse en continua creación de sí mismo se halla en perpetua evolución.
Considera que la lengua no es una simple delimitadora de la realidad, sino
también permite el reflejo de la postura del hablante ante la realidad.
Navarro, desde 1927 está en Buenos Aires, dirigiendo el Instituto de filología
de aquella universidad. Funda la Revista de filología hispánica.
Trabaja en fonética y fonología, realiza estudios literarios y traduce al
español el Curso de lingüística general de Saussure. Pueden verse sus trabajos
en
ALONSO, A. (1951): Estudios lingüísticos. Temas españoles, Madrid,
Gredos, 1974
ALONSO, A. (1953): Estudios lingüísticos. Temas hispanoamericanos,
Madrid, Gredos.
La gramática se divide en lecciones. Sigue a Bello. Destaca por su claridad.
Se concibe como un manual de enseñanza secundaria. Se considera la fonética y
la pronunciación.
Gili Gaya, S. (1943): Curso superior de sintaxis española, Barcelona, Biblograf, 1970 (10ª. ed.)
Gili Gaya (1892-1976)
Nació en Lérida. Se licenció en farmacia, luego se licenció en Filosofía y
letras y, en el curso de doctorado, conoció a Menéndez Pidal, quien le hizo entrar
en el Instituto de Estudios históricos, donde trabajó en fonética. Fue Catedrático
de Instituto.
Hizo ediciones de los clásico castellanos.
Publicó el Curso superior de sintaxis española en 1943 y redactó algunos
tomos de su Tesoro lexicográfico, ya en el Consejo superior de investigaciones
científicas.
Dirigió la clases prácticas de los cursos de verano de Santander y colaboró
en el diccionario histórico del Academia. Fue académico y recibió el encargo de
redactar la sintaxis de la futura gramática de la Academia. Tiene un diccionario de
sinónimos.
El libro refleja la sintaxis tradicional, pero presenta una visión global del
lenguaje, puesto que, a Gili Gaya, le preocupa el aprendizaje y los procesos que
tienen lugar en el hecho discursivo. Señala la ley del mínimo esfuerzo, la analogía,
la tendencia analítica de las lengua modernas, la interferencia de fenómenos.
Señala también los límites confusos entre las partes tradicionales de la
gramática. Recurre a fundamentos psicológicos e históricos y señala el equilibrio
inestable de la lengua, con la mezcla de tradiciones y de tendencias evolutivas.
El libro se divide en La oración simple, Uso de las partes de la oración y La
oración compuesta.
Suele destacarse también de esta obra que tiene un capítulo dedicado a lo
que ahora denominamos marcadores discursivos.
Fernández Ramírez, S. (1951): Gramática española. Los sonidos, el nombre y el pronombre, Madrid, Revista de Occidente (consúltese
igualmente la edición que han preparado para Arco / Libros J. Polo e I. Bosque, a partir de 1985: Gramática española. El verbo y la oración, preparada por I. Bosque; El pronombre, preparado por J. Polo, etc.)
Salvador Fernández Ramírez murió en 1983.
En 1951 se publica un volumen de al gramática de los cuatro previstos.
Es Catedrático de Instituto de lengua griega y miembro del seminario de
lexicografía de la RAE.
Tiene como precedentes a Bello, Menéndez Pidal, A. Alonso, T. Navarro
Tomás, Gili Gaya, Lenz y la RAE.
Tienen una visión global de la gramática: Sintaxis, morfología y fonética.
Señala sobre todo la importancia de los aspectos fónicos. No evita recurrir a
explicaciones diacrónicas.
Utiliza criterios formales. Sigue el estructuralismo de Copenhague y el
norteamericano, pero no deja de lado el significado tanto como los
norteamericanos.
Se basa en Bühler y Jespersen.
Hace una gramática descriptiva del español actual, en un momento en el que
todo era histórico.
Utiliza un método inductivo.
Su objeto es el español común, el español cuidado que hablan las gentes
cultas y universitarias de Madrid.
Examina obras y géneros literarios diversos. Sus materiales son todos
escritos.
Es una gramática destinada a los universitarios que estudian Filología
española y moderna.
Solo se aducen autoridades del s. XX.
Invirtió 15 o 20 años de trabajo.
No describe la lengua como un sistema único, homogéneo y lineal. Insiste en
la complejidad de los hechos lingüísticos y admite la pluralidad de sistemas
coexistentes, caducos unos, con plena vigencia otros, abriéndose camino otros.
Es difícil encontrar análisis de conjunto más detallados de las construcciones
sin sujeto (no reflejas) (cap. III). Hay una descripción minuciosa del subjuntivo y de
las oraciones de relativo y del CD con preposición. La parte de los pronombres
corresponde a su tesis doctoral.
El plan de la obra eran cuatro tomos: a los sonidos, el nombre y el
pronombre, debían añadirse el estudio del verbo, el estudio de los adverbios,
conjunciones, preposiciones y otras partículas y el estudio de la oración.
En la actualidad, la gramática de Salvador Fernández Ramírez puede
encontrarse en una edición realizada por J. Polo e I. Bosque, en la editorial Arco
Libros, en cinco volúmenes:
1. Prolegómenos
2. Los sonidos
3.1. El nombre
3.2. El pronombre
4. El verbo y la oración
5. Bibliografía, nómina e índices
SECO, R.(1954): Manual de gramática española, Madrid, Aguilar, 1971. SECO, M. (1972): Gramática esencial del español, Madrid, Aguilar, 1980.
Son fundamentalmente obras de divulgación que destacan y son
recomendables por su claridad.
Real Academia Española (1973): Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, Madrid, Espasa-Calpe.
Frente a las partes de analogía, sintaxis, prododia y ortografía en las que
aparecía dividida la edición de 1931, ahora las partes son fonología, morfología y
sintaxis.
Las autoridades no llegan hasta el s. XIX, como ocurría en la de 1931, sino
que se incluyen textos actuales.
Significó un intento de renovación a la luz de algunos desarrollos de la
lingüística estructural. Presentado por Salvador Fernández Ramírez y Gili Gaya
como el avance provisional de una nueva gramática académica no llegó a ser
aceptado como tal y se publicó como un esbozo.
Alcina, J. / Blecua, J. M. (1975): Gramática española, Barcelona, Ariel.
Es un manual para estudiantes y profesores que se inscribe en el marco
teórico de un moderado estructuralismo. Se pretende describir el español
estándar.
Se compone de una introducción a la historia de los estudios lingüísticos, con
especial atención a los estudios hispánicos, que es muy recomendable como una
primera aproximación al tema; de una parte de fonética y fonología, también muy
útil; y de distintos capítulos sobre morfología y sintaxis. No se pudo hacer la parte
de formación de palabras que estaba prevista.
Las explicaciones se acompañan de numerosos ejemplos extraídos de los
grandes autores de la literatura española. Cuenta, además, con numerosas
referencias bibliográficas y un índice alfabético.
En 1975 la aparición de esta obra supuso algo parecido a lo que en 1999 ha
significado la gramática que coordinan Bosque y Demonte: una descripción
actualizada de nuestra lengua basada en la revisión de una muy abundante
bibliografía.
Alarcos Llorach, E. (1994): Gramática de la lengua española, Madrid, Espasa-Calpe.
En 1981, la RAE encomendó a Alarcos Llorach la redacción de una
gramática académica. A Emilio Alarcos la propuesta ya le había sido hecha
algunos años antes por Dámaso Alonso, pero el catedrático de la Universidad de
Oviedo tardó tiempo en aceptar, y solo lo hizo, como el mismo relata en el prólogo
de su Gramática, cuando estuvo seguro de tener absoluta libertad y de no estar
obligado a la mera refundición del Esbozo.
Una vez despejado el camino, Alarcos comenzó a trabajar en el texto a
principios de 1985 con el propósito de «exponer los rasgos de la gramática del
español que se descubren en los actos orales y escritos de los usuarios de la
lengua de este siglo XX». Fueron casi diez años de entrega a una obra que
tendría gran éxito una vez publicada.
A su juicio, trabajó con imparcialidad en los casos de conflictos normativos,
aunque era consciente de que «toda gramática termina, o empieza, por ser
normativa». Alarcos buscó en su gramática el equilibrio entre el rigor y la claridad
en la exposición que una obra de esas características necesita. Consciente de la
dificultad había manifestado su interés en lograr «que la actitud normativa no
borrara la rigurosa descripción de los hechos y que ésta no ocultase, desarrollada
en demasía, la claridad de la norma y el propósito didáctico. Por ello se evita al
máximo la complicación terminológica».
Pero Alarcos sabía que «cada maestrillo tiene su librillo» y que en ningún
dominio del conocimiento ese adagio es más cierto que en la gramática. «No cabe
el mínimo acuerdo teórico entre gramáticos», sostenía el profesor, que era
consciente de que la Academia «no ha tenido ni tiene un criterio corporativo único
respecto de las cuestiones teóricas gramaticales».
En ese contexto era fácil entrever falta de armonía de conjunto, lo que
imposibilitaba que el texto fuera acogido por los académicos como propio de la
institución. Alarcos no se veía capaz en aras del consenso de discutir punto por
punto ni lo que se decía en el texto ni cómo se decía. La solución adoptada tuvo
que ser drástica. Si la gramática de Alarcos no podía ser aceptada por todos los
académicos como texto oficial no quedaba otra que mantenerlo tal cual y
declararlo de la exclusiva incumbencia del autor.
El catedrático explicó que de esta forma, la RAE se abstenía de pronunciarse
en cuestiones de método, y que el mismo permanecía en libertad para defender
sus puntos de vista teóricos, sin abandonar la intención normativa y didáctica con
que fue concebida la obra.
La gramática de Alarcos está dividida en tres partes. La primera expone la
fonología del español de forma escueta; la segunda se corresponde con la
morfología, y la tercera está centrada en la sintaxis. En opinión del profesor «no
hay gramática perfecta», aunque asegura haber tratado de no caer ni en la
oscuridad ni en la inexactitud.
http://www.fundeu.es/Articulos.aspx?frmOpcion=ARTICULO&frmFontSize=2
&frmIdArticulo=2570
Señalaremos de manera sucinta las principales características que definen
su gramática:
1. Concibe una Gramática destinada no a los especialistas, sino al público
medio que ha recibido en su formación algunas nociones gramaticales. Una
gramática «demótica», que puedan entender los boticarios. Por eso, no es
voluminosa, por eso su redacción es transparente, por eso está poblada de
ejemplos claros y actuales.
2. Para facilitar su comprensión, renuncia a una terminología propia.
3. Diseña una gramática arraigada en la tradición gramatical europea, es
decir, una gramática de funciones y de dependencias (no una gramática de
constituyentes o una gramática generativa).
4. Construye una gramática coherente, exhaustiva y simple, según reza el
máximo precepto de cientificidad del principio empírico hjelmsleviano.
5. Incorpora los hallazgos científicos y posiciones personales que ya están
suficientemente contrastados en la palestra de la discusión científica y en la
adaptación pedagógica a las aulas.
6. No olvida el carácter normativo que tradicionalmente caracteriza al tratado
gramatical de la Real Academia. Sin embargo, evita un normativismo severo,
porque se opone a la cientificidad y porque conduce a la esterilidad descriptiva.
7. Al hilo de la descripción gramatical va desgranando frecuentes
observaciones sobre normas y usos.
La Gramática de la lengua española salió a la luz a inicios de 1994, firmada
por Alarcos, pero en una colección patrocinada por la RAE. El libro constituyó un
éxito editorial sin precedentes. Era la primera vez que una gramática escalaba los
primeros puestos de los superventas.
http://emilioalarcosllorach.wordpress.com/2009/03/03/gramatica-espanola/
En resumen, en la gramática de Alarcos, se describe el español desde el
punto de vista funcionalista, pero se evita la complejidad terminológica y la
discusión teórica. Se aconsejan normas, pero sin espíritu dogmático.
Se trata de fonología: se presenta la norma del sistema centronorteño
peninsular y la del americano o atlántico; de morfología y de sintaxis. Y, puesto
que el autor considera que “la gramática es un río anónimo en el que vierten sus
aguas muchos afluentes”, no hay bibliografía.
López García, A. (1994): Gramática del español I. La oración compuesta, Madrid, Arco / Libros.
(1996) Gramática del español II. La oración simple, Madrid, Arco / Libros. (1998) Gramática del español III. Las partes de la oración. Madrid,
Arco/Libros.
En su descripción del español, trata de conciliar posturas contrapuestas.
Intenta reflejar lo fundamental que se ha dicho sobre cada tema -es una gramática
con mucha bibliografía-. En el caso de las partes de la oración le resulta muy difícil
dada la cantidad de bibliografía existente y da cuenta de lo que se acerca a su
postura cognitivista.
Adopta una postura psicologista, pretende enlazar con el Curso de Gili Gaya.
La obra se interesa por los hechos y reduce la teoría a un esquema muy
sencillo: toda expresión lingüística es una forma peculiar de verbalizar el mundo
que para ser perceptivamente accesible necesita diferenciar una parte que es más
importante y otra que lo es menos.
Bosque, I. y Demonte, V. (directores) (1999): Gramática descriptiva del español, Madrid, Espasa Calpe
No es una obra normativa, es decir, no afirma lo que está bien o mal; ni
teórica, porque no da doctrina: describe lo que hay, cómo funciona la lengua,
cuáles son los métodos que ayudan a formar las frases, cómo se mueven las
tripas inconscientes del idioma, por qué varían los significados según el contexto.
Se define la gramática como la disciplina que estudia sistemáticamente las
clases de palabras, las combinaciones posibles entre ellas y las relaciones entre
esas expresiones y los significados que puedan atribuírseles (p. XIX).
Es una obra colectiva en la que intervienen más de setenta autores. Un
estudio descriptivo que incorpora temas que no suelen tratarse en las gramáticas
del español (la elipsis, los marcadores discursivos, capítulos sobre formación de
palabras…) y que se apoya en un amplia bibliografía -todos los capítulos de la
Gramática descriptiva llevan aneja su bibliografía-. Abarca la sintaxis, la relación
entre el léxico y la sintaxis, la semántica de las relaciones oracionales, la
morfología –tanto flexiva como derivativa- y una parte de lo que se conoce como
gramática del discurso. No trata de la fonología.
Es una descripción sincrónica, pero no se excluyen los datos diacrónicos
cuando son relevantes para completar el análisis.
Es un trabajo científico exhaustivo: combina las teorías tradicionales con las
últimas tendencias investigadoras (postestructuralistas), da ejemplos de textos y
periódicos y está redactado de una forma accesible y homogénea. Funciona como
un hipertexto lleno de subtextos y se puede leer de varias formas: como consulta,
de una forma lineal o jugando con categorías y palabras, persiguiéndolas a través
de distintos capítulos gracias a las flechas y números situados estratégicamente.
Los datos de la Gramática dan muchísimo de sí: 5.503 páginas, más de
6.000 referencias cruzadas y cuatro índices (de contenidos, de materias -5.400
entradas-, de voces -6.300- y de obras citadas -4.500-) que se estructuran en 78
capítulos, divididos a su vez en cinco partes:
Volumen 1 Primera parte: Sintaxis básica de las clases de palabras (del 1 al 23)
Volumen 2 Segunda parte: Las construcciones sintácticas fundamentales (24 a 43)
Tercera parte: Relaciones temporales, aspectuales y modales (44 a 53)
Volumen 3
Cuarta parte: Entre la oración y el discurso (54 a 65)
Quinta parte: Morfología (del 66 al 78)
Violeta Demonte, argentina de origen y catedrática de Lengua en la
Universidad Autónoma de Madrid, e Ignacio Bosque, académico de la Lengua y
catedrático de la misma especialidad en la Complutense, tuvieron la idea que
originó la obra en el verano de 1993. Querían seguir los ejemplos de las
gramáticas colectivas italiana, inglesa y holandesa y reparar así la ausencia de
gramáticas descriptivas y exhaustivas de lengua española, una disciplina cuya
bibliografía había aumentado asombrosamente en los últimos años y que había
sido tratada casi siempre a través de manuales hechos por una sola persona y,
por tanto, incompletos.
La Academia, siendo director Lázaro Carreter -que fue profesor de ambos
catedráticos en su etapa docente-, brindó su apoyo a la obra y le abrió un hueco
en su colección Nebrija y Bello, que se inauguró en 1993 con la Gramática de
Emilio Alarcos. El Ministerio de Cultura y el Instituto Universitario Ortega y Gasset
prestaron ayuda logística y económica, y Demonte y Bosque se adentraron
entonces en la inmensa selva de la gramática. Apareció en 1999 y fue calificada
por Lázaro Carreter como “la mayor empresa gramatical acometida en este siglo”.
De esta obra se ha criticado, fundamentalmente que “como es previsible en
una obra tan extensa y compleja, el ideal de unidad perseguido por los directores
no siempre se alcanza y la pluralidad de autores redunda en artículos de diverso
valor y orientación” (http://onomazein.net/6/gramatica.pdf). Por otra parte, también
se ha señalado su poca atención a la variedad dialectal del español,
especialmente al español de América
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2009): Nueva gramática de la lengua española, Madrid, Espasa Calpe.
La Nueva gramática es la primera gramática académica desde 1931 y ofrece
el resultado de once años de trabajo de las veintidós Academias de la Lengua
Española, que aquí fijan la norma lingüística para todos los hispanohablantes.
Esta acción conjunta de las Academias significa la articulación de un
consenso que fija la norma común para todos los hispanohablantes, armonizando
la unidad del idioma con la fecunda diversidad en que se realiza.
Ignacio Bosque, académico de la Real Academia Española, ha sido el
ponente de una obra que implica una enorme labor de documentación e
investigación. Una Comisión Interacadémica, formada por representantes de todas
las áreas lingüísticas, ha coordinado los trabajos.
Un mapa del español
La Nueva gramática de la lengua española pretende ofrecer un mapa del
español en todo el mundo, una representación a escala de su estructura. Se
caracteriza por ser una obra:
Colectiva. Ha sido elaborada por las veintidós Academias de la Lengua
Española y muestra el español de todas las áreas lingüísticas con sus variantes
geográficas y sociales.
Panhispánica. Refleja la unidad y la diversidad del español.
Descriptiva. Expone las pautas que conforman la estructura del idioma y
analiza de forma pormenorizada las propiedades de cada construcción.
Normativa. Recomienda unos usos y desaconseja otros.
Sintética. Conjuga tradición y novedad. Presenta una síntesis de los
estudios clásicos y modernos sobre la gramática del español.
Práctica. Fija un punto de referencia para estudiantes y profesores del
español en diversos niveles académicos.
Objetivos
Describir las construcciones gramaticales propias del español general, así
como reflejar adecuadamente las variantes fónicas, morfológicas y sintácticas.
Ofrecer recomendaciones de carácter normativo.
Ser obra de referencia para el conocimiento y la enseñanza del español.
Novedades
ESPECIAL ATENCIÓN A LOS USOS AMERICANOS. Por primera vez en
una gramática académica se otorga una destacada atención a los usos del
español en las distintas áreas lingüísticas. Las fuentes para describir la variación
geográfica son dobles: por un lado, los textos actuales; por otro, la conciencia
lingüística de los hablantes americanos.
AMPLIA Y VARIADA BASE DOCUMENTAL. La construcción de la Nueva
gramática se apoya en un amplio repertorio de textos de muy diversa índole
(literarios, ensayísticos, científicos, periodísticos y orales). La nómina de textos
citados es una de las más extensas de cuantas se hayan usado en un estudio
lingüístico sobre el español. Se compone de alrededor de 3700 referencias
bibliográficas, que comprenden más de 2000 autores y 300 medios de
comunicación, procedentes de todas las épocas y áreas del mundo hispánico.
Contenido
La obra se articula en tres partes fundamentales:
Cuestiones generales, donde se describen las partes de la Gramática, las
relaciones entre ellas y las unidades fundamentales del análisis gramatical.
Morfología, que analiza la estructura interna de las palabras.
Sintaxis, que analiza las estructuras que se crean en función de la forma en
que se ordenan y combinan las palabras.
En 2011 se ha publicado el tomo de la fonética y fonología, que va
acompañado de un DVD con muestras de la pronunciación del español en las
diferentes zonas.
Versiones de la gramática
La construcción de la Nueva gramática se apoya en un amplio repertorio de
textos de muy diversa índole (literarios, ensayísticos, científicos, periodísticos y
orales). La nómina de textos citados es una de las más extensas de cuantas se
hayan usado en un estudio lingüístico sobre el español.
Para adecuarse a las distintas necesidades de sus destinatarios, se presenta
en tres versiones:
Nueva gramática de la lengua española. Recoge el texto completo y
detallado. Puede usarse como obra de consulta general y como texto de estudio
en el nivel universitario.
Manual. Un volumen de 750 páginas, conciso y didáctico, dirigido
especialmente a los profesores y estudiantes de español en los niveles no
universitarios y a todos los hispanohablantes de nivel culto medio.
Gramática básica. Un volumen de 250 páginas, pensado para el gran
público y fácilmente adaptable al ámbito escolar, que presenta, muy simplificados,
los conceptos fundamentales.
El objetivo de las Academias es conseguir que la Nueva gramática, en sus
diferentes versiones, llegue a todos los hispanohablantes: a los usuarios y a los
especialistas e investigadores; a los que tienen el español como primera o
segunda lengua, y a los profesores de español en los diversos niveles
académicos.