Download - Ensayo Teológico
SEMINARIO TEOLÓGICO REFORMADO DE MÉXICO.
Fiel a la herencia Reformada.IXTLIXÓCHITL NO. 206, COL. AJUSCO, DEL. COYOACÁN,
MÉXICO, D. F. TEL. 5617-2218 [email protected]
¿En dónde pasaremos la eternidad? “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y
la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”
Apocalipsis 21:1.
Ensayo en cumplimiento para la licenciatura en sagrada Teología.
Por:
Juan Peñate Jiménez.
México D.F a 02 de Junio del 2014.
Página 1
CONTENIDO.
Partes.Páginas.
1. Introducción. . . . . . . . . . 4-8
2. El asunto de la eternidad y su relación con la doctrina de la tierra nueva. . 9-11
3. La tierra nueva y su relación con la doctrina de la creación. .. . 11-14
4. El Reino de Dios y su relación con la doctrina de la tierra nueva. .. 14-18
5. El dispensacionalismo. . . . . . . . . 19-23
6. Postura reformada. . . . . . . . . 23-26.a. El concepto del cielo.b. El estado intermedio.
7. La eternidad en la tierra. . . . . . . . 26-27.
8. Argumentos ante este asunto. . . . . . .. 27-38
a. El primer libro de la Biblia testifica este hecho.b. El hombre como administrador de la creación.c. Es un pacto de Dios con el hombre.d. El Reino de Dios se inauguró en la tierra, no en el cielo.
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9. ¿La tierra será aniquilada o renovada?. . . . . . 39-43
10. El cielo en la tierra. . . . . . . .. 43-45
11. Conclusión. . . . . . . . . . 46-48
12. Bibliografía. . . . . . . . .. 49-50
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INTRODUCCIÓN.
“La gente habla tanto de “ir al cielo”, cuando la biblia habla de que los mansos poseerán la
tierra (Mat.55) ¿Cuál es lo correcto?”1
“En el corazón de los hijos de Dios hay una anhelo, o más bien la necesidad de un hogar
eterno”.2Ellos ansiosamente esperan el cumplimiento de las promesas escritas en la Biblia,
donde nuestro Señor Jesucristo ha prometido, que todos los que han creído en su nombre
serán poseedores de una gran recompensa. Dentro de estas promesas está en que ellos
tendrán un hogar, donde “Dios morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios”3.
Pasajes como estos llenan de consuelo y alegría los corazones de los hijos de Dios, pero
todavía hay una cuestión a lo que ellos tienen que enfrentarse en esta vida, y esta cuestión
es la siguiente: ¿En dónde pasaremos la eternidad? dicho de otra manera sería ¿en dónde
será esa eternidad donde se establecerá el hogar de los justos? Es ¿En el cielo o en la tierra?
Esta es quizás una de las preguntas transcendentales a la que ha de enfrentarse
absolutamente todos los hombres, ya sean creyentes o no creyentes en algún momento de
sus vidas como personas, y que posiblemente sea también una de las cuestiones que ha sido
motivo de malas interpretaciones y de controversias entre cristianos evangélicos y de
teólogos de la fe cristiana de este siglo y de las anteriores, y no es para menos, pues se trata
precisamente del futuro de uno como persona y el futuro mismo de la historia de toda la
humanidad.
1 HENDRIKSEN, William. “La Biblia el más allá y el fin del mundo” Pág.240.2 Ibíd. Pág.233.3 Apocalipsis 21.3. RVR1960.
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Comúnmente la mayoría de los creyentes de hoy en día, cuando se les pregunta acerca de la
meta final de los impíos, no dudan en afirmar que ellos por no haber obedecido y aceptado
a Jesucristo como el Hijo de Dios y Único Salvador, serán poseedores del infierno donde el
fuego los consumirá por completo. Esta afirmación la Biblia misma lo respalda. Pero
cuando se trata de preguntar a los cristianos de su meta final no saben que responder, ellos
titubean y hasta algunos prefieren optar por lo que diga la mayoría y no por lo que dice la
palabra de Dios.
¿Quién soy? ¿Para qué estoy? Y ¿Hacia dónde voy? Estas preguntas nos demuestran que la
filosofía también ha mostrado su interés por responder a muchas de estas cuestiones que el
hombre se ha hecho durante varios siglos, y no podemos negar que dentro de estos asuntos
que la filosofía ha hecho, esta el intento por responder con base a la mente humana el
asunto del destino del hombre, aunque tenemos que afirmar aquí, que muchas de las cosas
que ha mencionado la filosofía acerca de la eternidad va en contra de los propósitos de
Dios.
Bien lo menciona Hoekema cuando dice: “Nuestra generación se encuentra estrangulada
por el temor: temor por el hombre, por su futuro, y por la dirección hacia la cual somos
impelidos contra nuestra voluntad y deseo. Y de esto surge un clamor pidiendo iluminación
respecto al significado de la existencia de la raza humana y respecto a la meta hacia la cuál
somos dirigidos. Se trata de un clamor que pide una respuesta a la antigua pregunta sobre el
significado de la historia”4.
El cristianismo sabe que la historia de Dios no termina como los Gnósticos, origenistas y
los estoicos mencionaron siglos atrás. Los primeros dos grupos creían de que todo volvería
a la nada. Los estoicos, por su parte, creían que la historia pasaría por etapas, que algún día
volvería a comenzar o través y así sucesivamente, haciendo creer que la historia no está
siendo guiada hacia una meta.
Pero la biblia nos dice que Jesucristo regresará por segunda vez, que habrá una resurrección
de la carne y una vida perdurable para los redimidos en Cristo, haciéndonos creer entonces
4 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro” pág.36.
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que la historia está siendo guiada hacia una meta, que no termina con la muerte, sino que
hay algo más después de la muerte para los hijos de Dios.
Si creemos entonces que esto es así, podemos afirmar que los creyentes esperan con gran
anhelo la realización de estas promesas, donde indudablemente incluye la morada final de
los creyentes. Pero aun con todo esto que mencionamos la cuestión que nos hemos hecho al
principio aun no queda respondida, ¿En dónde habrán de pasar la eternidad los justos? ¿En
el cielo o en la tierra?
“//Hay una ciudad en el cielo, donde yo me iré a morar, las calles son de oros y mar de
cristal, no hay necesidad del sol porque el Señor la Ilumina//
Ahí quiero estar, ahí quiero estar, con Jesucristo.
Ahí quiero estar, ahí quiero estar, con mi familia.”
Esta es la estrofa de un canto que comúnmente hoy en muchas de las Iglesias Presbiterianas
del Sureste cantan como un estribillo. Este canto hace alusión que en el “cielo” está
reservada esa mansión que contiene calles de oros y mar de cristal, aparte de eso, el Señor
mismo alumbra esta ciudad. Si utilizáramos nuestra imaginación sin duda alguna esta
mansión que está en el cielo no es nada comparada con lo que en el mundo se vive. Aquí
hay sufrimiento, dolor, caos, muerte corrupción etc… Pero la ciudad que está en el cielo es
mucho mejor, porque a través de este canto los creyentes ansían estar allá, pues cantan así:
“Ahí quiero estar, ahí quiero estar”…
Además de esto, hay pasajes bíblicos que hacen suponer la misma idea que este canto hace
alusión. Leamos los siguientes pasajes:
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy,
pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez,
y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”5.
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra,
porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, 5 Juan 14.2-3. RVR1960.
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vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en
gloria.”6
Estos pasajes sin duda alguna hacen sospechar que el “cielo” es la morada final de los
creyentes, y así podríamos seguir mencionando otros pasajes como (Heb.11:10; 1Cor.2:9;
1Ped.1:4, etc…). Pero así como existen estos pasajes que hacen alusión al cielo como la
morada final de los justos también existen pasajes que hablan de la tierra como la herencia
final de los creyentes, por mencionar una leamos lo siguiente:
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” Mt.5.5
A todo esto nos conduce a otra pregunta: ¿Cuál de las dos ideas es la correcta?
Esta cuestión implica sin duda alguna para nosotros una gran labor. Parte de mi objetivo en
este ensayo es poder responder algo sobre esta cuestión, aunque debo de reconocer que
cada uno puede o no quizás aceptar las ideas que he de presentar en este ensayo, pero creo
firmemente que la idea que trato de presentar en este ensayo es la que más hace justicia al
pensamiento bíblico.
La postura que he de tomar en este ensayo es el de la reformada, donde la idea bien podría
ser resumida en este párrafo: “En el reino de la bienaventuranza final, el nuevo cielo y
nueva tierra se refiere a todo el universo de Dios, gloriosamente renovado. Este universo
será para nuestro gozo y nuestro uso, para la gloria de Dios. Las condiciones de santidad,
gozo, gloria, etc., que reinan ahora en el cielo, llenarán entonces plenamente el universo
redimido (Ap.21:1-3). Nosotros mismos, en cuerpo y alma, seremos adaptados para vivir en
ese nuevo universo.”7
Como nos damos cuenta la postura reformada o comúnmente llamado el amilenialismo
afirma, que será en esta tierra pero renovada la morada final de los creyentes. Es obvio de
que no es de agrado para muchas personas esta respuesta, pero aún con todo eso, debemos
afirmar que la obra de Cristo en la cruz del calvario tiene doble aspecto, primero, en la cruz
redimió a los que de antemano había predestinado para salvación, pero de igual manera en
el reconcilió todas las cosas según nos dice la palabra de Dios en Colosenses 1.20. Y por
6 Colosenses 3.1-4.7 HENDRIKSEN, William. “La Biblia el más allá y el fin del mundo” Pág.240.
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supuesto la creación también está en los propósitos de ser libertada del pecado del cuál ha
sido sujetado según nos dice el apóstol Pablo en el siguiente pasaje.
“Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la
libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y
a una está con dolores de parto hasta ahora; y no solo ella, sino que también nosotros
mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de
nosotros mismos, esperando la adopción, a redención de n3uestro cuerpo.”
Romanos 8:21-23.
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EL ASUNTO DE LA ETERNIDAD Y SU ESTRECHA RELACIÓN CON LA DOCTRINA DE LA TIERRA NUEVA.
Para responder la cuestión: ¿En dónde pasarán la eternidad los justos? nos es necesario
saber que esta cuestión nos lleva a considerar la doctrina de la tierra redimida.
“La Biblia es un libro de historia redentora. Su tema es el desarrollo histórico del plan
redentor de Dios para el mundo. Tanto la redención como sus sinónimos bíblicos, salvación
y reconciliación, implican la restauración-el comprar de nuevo-de lo que ha sido salvado y
reconciliado.”8
Es importante para nosotros entonces iniciar con este tema de la doctrina de la tierra
redimida, para el asunto que hemos de tratar de aquí en adelante, pues sabemos que esta
doctrina tiene mucha importancia con respecto a la vida por venir, y sobre todo el estado
final de los redimidos en Cristo.
El glorioso futuro de la tierra no es solamente un asunto que se presente en el último libro
de la Biblia según leemos en Apocalipsis 21.1, sino más bien, este es un asunto que resalta
tanto en el Antiguo y Nuevo Testamento. Los Salmos nos testifican este hecho, leamos por
ejemplo algunos de ellos.
“Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra.” Salmo 25.13.
“Porque los malignos serán destruidos, y los que esperan en Jehová, ellos heredarán la
tierra.” Salmo 37.9.
También los profetas del Antiguo Testamento profetizaron que la tierra sería dada por
herencia a los hijos de Dios:
8 WALDRON, Samuel E. “El fin de los tiempos.” Pág.263.
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“Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y el día de salvación te ayudé; y te guardaré,
y te daré al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades.”
Isaías 49.8.
“Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo
seré a vosotros por Dios.” Ezequiel 36.28.
Ante esto, el Nuevo Testamento también hay predicciones de que esta tierra será restaurada
para que los justos en Cristo la tomen por posesión. Mt.5.5 nos dice de la siguiente manera
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. Este pasajes
que Jesús pronuncia en el Sermón del Monte no es un producto de la mera imaginación de
parte de él, ni mucho menos era algo nuevo para los oyentes en ese momento, pues Jesús
estaba parafraseando lo que en el Salmos 37.11 el salmista David había ya pronunciado:
“Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz.”
El anhelo ferviente de la creación según nos los describe el apóstol Pablo en su carta a los
Romanos 8.21-23 es, el de ser libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa
de los hijos de Dios. Este anhelo se hará realidad cuando Cristo cree los “cielos nuevos y
tierra nueva” que Apocalipsis 21.1 no enseña.
Estas afirmaciones nos hacen creer que la historia misma de Dios está siendo guiada hacia
esa gran meta. Una meta en la cual la herencia que aguarda Dios para sus hijos es la
promesa de tomar posesión tierra que será redimida por él. “El que venciere heredará
todas las cosas, y yo seré su Dios, y el será mi hijo.” Apocalipsis 21.7
Mencionamos en los primeros párrafos que doctrina de la tierra redimida es ante todo un
asunto de ciertos pasajes o textos, sino un tema constante de la Biblia. Eso hace que sea un
tema importante en la escatología bíblica. Pero de igual manera es de suma importancia
para nosotros porque en ella se nos permite presenciar la verdadera historia de Dios para su
pueblo. La historia de Dios está siendo movido hacia una meta, de eso podemos estas
seguro, porque la misma palabra nos la declara. Pero esta historia no es una historia que
apunta hacia una final como lo supone el dispensacionalismo, donde cree que todo será
destruido. Más bien, la historia que Dios nos permite presenciar con esta doctrina es de
consuelo y esperanza para el creyente.
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En apocalipsis 21:1 “al describir la historia del futuro de Dios para su pueblo, Juan apunta a
un cielo nuevo y una tierra. Su visión es una visión de esperanza, Dios no se ha dado por
vencido con Su creación. Siguiendo el mismo lenguaje de Isaías (Isaías 65:17), en vez del
lenguaje apocalíptico paralelo de su época, habla de cómo Dios renovará su creación. La
antigua tierra desaparecerá, pero vendrá una nueva tierra. Lo mismo sucederá con el cielo.
Incluso Dios cambiará su lugar de residencia cuando llegue el tiempo de hacer todas las
cosas nuevas.”
La historia de Dios es así, lleno de consuelo y esperanza, que llena de ánimo al pueblo de
Dios a seguir luchando, y perseverar en su fe, porque sabe que Dios está guiando a su
pueblo hacia una meta, donde los propósitos de Dios serán cumplidas en su máxima
esplendor y gloria, y que “alcanzará su consumación en los nuevos cielos y la nueva tierra
que están todavía en el futuro.”9
Pero antes de pasar a estudiar por qué el dispensacionalismo piensa y afirma que es en el
cielo la morada final de los creyentes, debemos describir aquí, algunas doctrinas
importantes que guardan relación con la doctrina de la tierra redimida.
LA TIERRA NUEVA Y SU RELACIÓN CON LA DOCTRINA DE LA CREACIÓN.
El primer libro de la Biblia, Génesis, inicia con un versículo muy significativo y valioso
para la teología cristiana. Es “es una afirmación teológica”10 pues dice “En el principio
creó Dios los cielos y la tierra.”(Gén.1.1). En tal afirmación se testifica el origen y el
creador de todas estas cosas que vemos. Para la teología cristiana no hay la menor duda de
que es Dios él que se ha revelado en la palabra como él único Dios verdadero el creador de
todas estas cosas. “Aunque el orden de tratamiento no es un indicador infalible de su
relativa importancia, en este caso tal parece que Dios pensó que el hecho de la creación
tenía la suficiente importancia como para ponerlo en primer lugar.” 11
Hay que destacar aquí, que aunque pareciera que estamos atribuyendo solamente a Dios
Padre como el creador de toda la creación no es así, sino más bien tenemos que recordar
9 VANG, Preben; CARTER, Terry G. “El relato divino”. Pág.315.10 MONTGOMERY, James Boice. “Los fundamentos de la fe cristiana.”11 ERICKSON, Millard. “Teología Sistemática”.
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que es un acto libre del Dios trino. “Todas las cosas son inmediatamente del Padre, por
medio del Hijo, y en el Espíritu Santo. En general puede decirse que el ser es por el Padre,
el pensamiento o la idea es por el Hijo y la vida por el Espíritu Santo.”12 Por lo tanto hay
una economía de la Santa trinidad en la creación, y por esa misma razón la creación como
lo dice Bavinck “no ha de ser deificada ni despojada sino que, como el “teatro de la gloria
de Dios,” ha de ser disfrutada y usada con sentido de mayordomía. Es la buena creación de
Dios.”13
Además de esto, tal parece que la teología cristiana del primer siglo también recalca el
hecho de la importancia de la doctrina de la creación. La razón la hallamos en la primera
frase de nuestro credo apostólico: “Creo en Dios padre todopoderoso, creador del cielo y de
la tierra” Los primeros padres de la Iglesia también vieron la necesidad de colocar primero
esta afirmación para defender la fe cristiana, y es que si analizamos la historia de nuestro
credo encontramos que fue creado para refutar aquellas creencias anti bíblicas que estaban
surgiendo en ese momento, y en especial las filosofías que estaban introduciéndose en las
iglesias para dañar a la fe cristiana.
Dentro de las filosofías que se destacaron en los primeros siglos y que por cierto no
podemos decir que estamos libres de ellos en la actualidad están los Gnósticos, los
Origenistas y los estoicos. Todos estos grupos filosóficos hablaron también acerca del
origen de la creación y gran parte de estas ideas afectaron también la cosmovisión bíblica
cristiana de la historia y la doctrina de la creación.
“Los Gnósticos primero, y los origenistas después, sostuvieron que el actual universo
volvería a la nada donde fue creado. Los estoicos, por su parte, que tanta influencia
tuvieron en la ascética cristiana de los primeros siglos, enseñaban que el mundo había de
pasar por un eterno ciclo de sucesivas destrucciones y nuevas creaciones, en las que
emergía en la misma forma y disposición que en las previas existencias.” 14
Por esta razón muchos de los padres de la iglesia vieron una gran necesidad de resumir la fe
cristiana en un credo, donde se encuentra aunque no de forma exhaustiva ni mucho menos
12 BERKHOF, L. “Teología sistemática”. Pág.153.13 BAVINCK, Herman. “En el principio: Fundamentos de la Teología de la Creación.” PDF. Pág. 4. 14 LA CUEVA, F. “Curso de formación teológica evangélica. Escatología II.”Pág.305.
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superior a la palabra los artículos de la fe en este credo, donde no solamente se nota la
importancia de la doctrina de la creación sino también se declara al Dios de la Biblia, un
solo Dios en tres personas que son de la misma esencia.
En las cartas paulinas también se refleja la importancia que dio a la doctrina de la creación.
Quizás no de forma extensa pero no con eso debemos desechar lo que el apóstol Pablo nos
enseña sobre esta doctrina. Leemos en (Rom.8.21) lo siguiente: “Porque también la
creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los
hijos de Dios.” Un análisis no profundo sino sencillo de este pasaje nos revela cosas
importantes para el tratado de la doctrina de la creación.
En primer lugar, en este versículo el apóstol Pablo para hablar de la creación no está
utilizando la palabra griega (κόσμος (Mundo) o γης (Tierra)) sino la palabra griega que está
utilizando es (κτισις) que literalmente significa “Creación” refiriéndose a todo aquello que
ha sido creado por Dios mismo. En segundo lugar hay que notar que el apóstol habla de que
esta creación será libertada a la corrupción. Para analizar el término de “corrupción” a la
cual está hablando él aposto l en este versículo tenemos que tomar el contexto mismo, y
hallamos que él está hablando de la corrupción del pecado que se ha adueñado no solo del
ser humano sino también de la creación, pero a la vez el mismo apóstol habla de a través de
Jesucristo esto fue ya quitado, por lo tanto el ser humano le espera un futuro glorioso, pero
no solo ellos sino también la creación, y eso será en la glorificación que se hará posible en
la segunda venida de Cristo.
Y la tercera y última que también podemos considerarla para decir que será en esta tierra
nuestra morada final, es la frase con la que se inicia el Evangelio de Juan, que como lo dice
Millard es el evangelio de: “orientación más teológica de todos los evangelios del Nuevo
Testamento.” Y es que la frase con la que inicia el apóstol es utilizar la misma frase con el
que comienza el libro de Génesis: “En el principio” haciendo alusión una vez más la
creación, pero no solo eso, sino también no se nos debe olvidar que Juan escribe tanto para
judíos como para griegos, y estos últimos inspirados por los pensamientos de los filósofos
griegos creían que la materia es mala, y por tanto concebían no solo el cuerpo sino también
la creación material como mala, y de ahí viene su idea que ellos no podía creer que Dios
hubiese tomado la semejanza de hombre para hacer posible la redención del ser humano
Página 13
Muchos de los que piensan ya sea consciente o inconscientemente de que esta tierra no es la
morada final de los justos, cometen el error de llegar a pensar como lo hacían los griegos
influenciados por el pensamiento platónico. Creen que esta tierra como un mundo material
es mala y que por ello necesitamos un hogar mucho más mejor que esta tierra a la cuál
vivimos. Desechan por completo y no conciben a esta creación como una obra y el reflejo
de la sabiduría de Dios y no solo esto, si esto fuera un pensamiento bíblico entonces
negaríamos de igual forma la resurrección del cuerpo de los creyentes, porque ¿Qué
importancia tiene que afirmemos de la resurrección del cuerpo, pero a la vez neguemos
sobra la renovación de la creación de Dios? Por eso, necesitamos notar que muchas de las
veces cuando pensamos que la creación ha de ser destruida estamos dándole la razón a la
filosofía y no a la palabra de Dios.
Ahora bien, Todos sabemos que hoy comúnmente se habla de que el pueblo de Dios le está
reservada una morada, la Biblia respalda este hecho. Los evangélicos ya sean
conservadoras o carismáticas y hasta las mismas sectas como los testigos de Jehová hablan
de la cuestión final de los creyentes. La cuestión aquí no es solo saber, sino cómo y en que
está fundamentada nuestra idea de esta morada final que nos está reservada, y la idea que
tengamos sin duda afectará nuestra forma de ver a la creación de Dios.
Por eso afirmamos primeramente que la doctrina de la creación tiene una estrecha relación
con la doctrina de la nueva tierra que Apocalipsis nos presenta. Por eso podemos afirmar
que este asunto no es solamente del libro de Génesis, hay que notar que en muchos otros
libros de la Biblia tanto del Antiguo como en el Nuevo Testamento nos hablan acerca de
esto. Así como Génesis nos describe la creación perfecta de Dios y su triste caída por causa
del pecado del hombre, en Apocalipsis nos declara sobre los “Cielos nuevos y tierra
nueva”, donde los que han creído en Jesucristo son lo que entran a poseer esta tierra.
EL REINO DE DIOS Y SU RELACIÓN CON LA DOCTRINA DE LA NUEVA TIERRA.
Otra de las doctrinas que resalta al estudiar el tema de la eternidad de los justos, es sobre el
tema del Reino de Dios o Reino de los cielos. “Bueno, no debería haber duda de que la
“venida del reino” en el pensamiento bíblico es fundamental. La biblia podría ser titulada
Página 14
muy defendiblemente, como comenta un erudito, “El libro de la Venida del Reino de
Dios”15. La llegada, continuación y consumación final del Reino de Dios, es un tema
esencial de nuestra escatología cristiana y bíblica, y no debe ponerse en duda de su
importancia.
Además, los cuatro evangelistas y los mismos apóstoles del primer siglo dieron mucha
importancia acerca de esta doctrina, de hecho el centro del mensaje de los apóstoles fue
precisamente proclamar acerca de Jesucristo como Rey y Señor de todas las cosas, tomando
en cuenta de que cuando ellos hablaron de Cristo como Rey, implícitamente también
estaban hablando acerca del Reino de Dios. Esto se hizo posible cuando Cristo venció al
príncipe de las tinieblas con su muerte en la cruz y resurrección al tercer día, donde los que
entrarán a este Reino serán aquellos que se arrepientan de sus pecados y son regenerados
por el Espíritu Santo.
Aunque no podamos definir exhaustivamente con palabras exactas acerca del concepto del
Reino de Dios, lo que si podemos y no debemos dejar a un lado durante nuestro estudio
sobre esta doctrina, son los aspectos que se presenta en la palabra de Dios para describirnos
acerca de este asunto. Aquí mencionaremos por lo menos dos aspectos acerca de este
Reino, tomando en consideración lo que los teólogos nos dicen acerca de ello.
Tomemos en consideración lo que nos dice Samuel E. Waldron en su libro “El fin de los
tiempos”. Él nos describe por lo menos una afirmación que valdría la pena mencionarlas
aquí.
a. “El carácter del Reino: ¿Es eterno o Escatológico?”
Cuando Samuel E. Waldron menciona que el Reino de Dios es eterno hace notar como dice
la Escritura que Dios en su soberanía total de todo por cuanto hay, es quien gobierna sobre
todo y en todos. Esta afirmación según lo vemos es mencionado en pasaje como Salmo
103:19; Daniel 4:34-36. Aquí mencionaremos por lo menos uno de estos pasajes
“Más el fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue
devuelta; y bendije al Altísimo, y alabe y glorifique al que vive para siempre, cuyo dominio
15 WALDRON, Samuel E. “El fin de los tiempos.”Pág.73.
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es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son
considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los
habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? En el mismo
tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza
volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi
reino, y mayor grandeza fue añadida.”
Ahora, Waldron nos menciona podemos lograr ver acerca de este pasaje, y nos dice: “Este
reinado eterno o soberanía de Dios implica al menos cuatro cosas:
1. Dios siempre ha poseído el derecho regio a ser obedecido por todas Sus creaturas.
2. Dios como soberano Creador siempre ha poseído la omnipotencia para mantener
tales derechos.
3. Dios siempre ha mantenido esos derechos en el cielo, el trono del universo.
4. Dios siempre ha ejercido una providencia regia sobre todas las cosas de tal manera
que todo ocurre por medio de y de acuerdo con Su propósito y decreto eterno.” 16
También el tema del Reino de Dios como lo menciona no solamente Waldron sino también
otros muchos teólogos reformados también es escatológico. Citemos lo que una vez más
nos menciona Waldron sobre este asunto: “el hecho del pecado y la derrota de las fuerzas
del mal hacen necesaria la oración: “Venga Tu reino” (Mt.6:10). El Reino de Dios es, por
consiguiente, también la meta escatológica de la historia (Dan.2:44; Zac.14:9) y no
simplemente una realidad omnipresente.”
Ahora bien, hay un aspecto muy importante que ha sido, sin duda alguna una pregunta de
gran debate entre los teólogos, no solo reformados sino también de aquellos otras corrientes
teológicas que se han dedicado al estudio sobre este aspecto. Quizás el más común entre
estas corrientes y podría ser también la postura de varios evangélicos es la
dispensacionalista, que más adelante hablaremos acerca de ellos y sobre todo el tiempo que
ellos ubican sobre este aspecto del Reino de Dios. El aspecto al que nos referimos es como
lo menciona Hoeckema “si el reino de Dios en la enseñanza de Jesús y de los apóstoles era
considerado como una realidad presente o futura.”
16 WALDRON, Samuel E. “El fin de los tiempos.”Pág.76.
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Hay muchos quienes se han inclinado a decir que el reino de Dios es exclusivamente futuro,
mientras que otro se han ido al otro extremo de asegurar que es ahora en nuestro presente
que el reino de Dios está. Para la postura reformada, para solucionar esta tensión que existe
sobre este aspecto, mencionamos que el reino de Dios ya ha sido inaugurado a través de la
muerte de Cristo en la cruz del Calvario, pero que este reino no ha llegado en su máximo
esplendor y gloria, que solamente será posible en la segunda venida de Jesucristo.
Ahora, quizás la pregunta que ahora nos hacemos a estas alturas es esta: ¿Qué tiene que ver
todo este asunto con el tema de la eternidad de los justos? Pues bien, precisamente con el
último aspecto que mencionamos conlleva a que nos hagamos una cuestión importante: ¿En
dónde se ha y será establecido en su máximo esplendor ese reino del cual hablamos?
Por lo menos la postura reformada como ya lo hemos mencionado, hemos dicho que ese
reino ya ha sido inaugurado en la primera venida de Jesucristo. Las palabras mismas de
Jesús afirman este hecho (Lc.11:20; 17:20-21) también en las parábolas mismas de Jesús
dan a entender que el reino de Dios está presente, por ejemplo:
a. Mt.13:44-46. “parábola del tesoro escondido.
b. Lc.14:28-33. “parábola de la construcción de la torre y del rey que marcha en
guerra.
Pero de igual manera, hay pasajes bíblicos que anuncian que el reino De Dios es futuro,
tales como (Mt.22:1-14; 13:24-30; 13:47-50 etc…) Pero lo que debemos estudiar es lo que
preguntamos hace unos momentos, en donde habrá de establecerse por completo este reino,
y la respuesta que damos a este asunto es que será precisamente en esta tierra cuando sea
renovada por Dios mismo. Hay muchas objeciones quizás sobre esta respuesta, en especial
lo que afirman los dispensacionalistas, como lo analizaremos más adelante, ellos no creen
que el reino de Dios se ha presente y a la vez futura, ellos prefieren afirmar que es
totalmente futura, y por lo tanto ellos prefieren hablar de que el reino de Dios se hará
realidad en el “milenio” que apocalipsis habla, y como consiguiente al afirmar tal idea
niegan por lo tanto que esta tierra sea la morada final de los creyentes, pues ellos dicen que
el reino de Dios no es de esta tierra, sino que ellos prefieren ver que en los cielos está el
verdadero reino de Dios.
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Ahora bien, si hablamos entonces de que el reino de Dios será establecido en su máxima
esplendor y gloria en la segunda venida de Jesucristo y que será en esta tierra donde
actualmente vivimos pero renovada, entonces debemos notar lo que dice Hockema al hablar
sobre el tema del reino de Dios, pues nos dice lo siguiente: “Una implicación adicional de
la presencia del reino merece ser notada: el reino de Dios implica una redención cósmica.
El reino de Dios, como hemos visto, no trata simplemente de la salvación de ciertos
individuos, ni siquiera de la salvación de un grupo de escogidos. Trata nada menos que de
la renovación completa de todo el cosmos, culminando en el nuevo cielo y la nueva
tierra.”17
Por eso creemos que, la doctrina del reino de Dios y la doctrina de los nuevos cielos y la
nueva tierra, tiene relaciones mutuas, ya que ambas hablan del destino eterno de los
creyentes. La primera nos reafirma de que Dios es quien está guiando esta historia de su
Iglesia, mientras que la segunda no conforta al saber que nuestra historia como hijos
redimidos por Cristo no termina solamente con nuestra muerte física, sino que hay vida
para nosotros los hijos de Dios cuando seamos resucitados con nuestro cuerpos resucitados
y seamos puestos como herederos de las promesas hechas por Dios a los hijos de Él,
cuando heredemos los cielos nuevos y tierra nueva.
Esta es la historia redentora de Dios. Una historia que culmina con la redención de toda la
creación, donde habrá de ser la morada especial para los justos. Volverá a ser perfecto y
bueno en gran manera como Dios lo pronuncia en Génesis capítulo 1.
A todo esto llegamos a la pregunta importante para nosotros. Si la doctrina de la tierra
redimida es un asunto Bíblico tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, y un asunto
de redención donde ha de establecer en su máximo esplendor el Reino de Dios, ¿Por qué
entonces mucha gente habla del “cielo” como la morada final de los justos?
Esta pregunta tiene una respuesta sin duda alguna, esto es lo que a continuación
presentamos.
17 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro”Pág.68.
Página 18
EL DISPENSACIONALISMO.
“La perspectiva profética popular hoy tiene un nombre. Se llama Dispensacionalismo, o
más completamente, Premilenarismo Dispensacional… El premilenarismo es la perspectiva
de que Cristo ha de volver antes del milenio profetizado en Apocalipsis 20:1-10. El
termino, milenio, simplemente es un periodo de 1000 años. Los 1000 años de Apocalipsis
20 es un tiempo en el que Cristo reina y Satán es atado. Los premilenaristas afirman que
esto significa un reinado personal y físico de Cristo en la tierra durante 1000 años literales
después de que regrese.”18
Acerca del concepto del dispensacionalismo podemos citar lo siguiente: “El
dispensacionalismo es un sistema teológico cristiano que afirma que Dios ha empleado
diferentes medios de administración de su voluntad y su gracia en diferentes períodos de la
historia humana. Lo distintivo del dispensacionalismo es que sostiene que Israel como
nación y la Iglesia como cuerpo de Cristo no forman un único pueblo de Dios, sino dos
pueblos con profecías, promesas y destinos diferentes”19.
La idea de que el “cielo” es la morada final de los justos es una idea precisamente de la
escatología dispensacionalista. Gran parte de las iglesias carismáticas como las iglesias
pentecostales, Asambleas de Dios, iglesias restauración y otros, mantienen esta postura.
Ellos afirman que los textos que hablan de la tierra como la herencia de los redimidos en
Cristo, son aplicados en el milenio. Después de haya pasado el milenio esta tierra será
destruida por completo, de modo de que de ella no se vuelva a saber ya más y por fin los
cristianos se irán a vivir en el “cielo”.
La influencia del dispensacionalismo ha hecho que también en los creyentes de las iglesias
conservadoras y reformadas este causando divisiones de ideas. Por ejemplo, en nuestro
país, México, el dispensacionalismo ha causado gran impacto en la parte sur. Estados como
Chiapas, Tabasco, Oaxaca etc… la gran mayoría de los creyentes incluidos los de la INPR
18 WALDRON, Samuel E. “El fin de los tiempos.” Pág.619 http://es.wikipedia.org/wiki/Dispensacionalismo.
Página 19
e IPRM creen que la eternidad será en el cielo, de modo que cuando se les predica de un
libro como Apocalipsis llegan a entenderlo como un libro de “terror” y no de esperanza.
Esto no lo digo de tal manera que se entienda como una crítica, sino solo como un dato que
demuestra la influencia del dispensacionalismo.
Además de esto, otro de los fenómenos que ha provocado el dispensacionalismo es la
extrema aceptación de supuestas “experiencias” de algunas personas que afirman haber ido
al cielo y al infierno, y que por supuesto aunque traten de negar esto nuestros queridos
hermanos en Cristo, muchas veces estas experiencias llegan a ser vital para que muchos
creyentes lleguen a creer que el cielo es la morada donde tiene que estar, y por su puesto
lleguen a creer que esta tierra no será la morada final de los creyentes.
Hoy el dispensacionalismo durante el pasar de los años se ha ido subdividiendo en
categorías. El premileniasmo de Niagara, Socfieldismo, y el Clásico son ejemplos de ellos.
Aunque todas estas categorías siguen aplicando el método gramático-histórico como
principio de interpretación. Pero todos estos grupos afirman que el “cielo” es la morada
final de los creyentes. Pero también hay otros que llegan a afirmar que la Iglesia, que por
cierto, no incluye al pueblo de Israel según ellos vivirán separados del “pueblo de Dios”
(Israel), “Israel que vivirá en la tierra, y la Iglesia que viviría en el cielo”. Pero la idea ”más
general” que los dispensacionalistas dicen es que es el cielo la morada final de los
creyentes.
Cuando uno lee lo que dicen los dispensacionalistas de esta tierra, se da uno cuenta de que
ellos no dan ni la mínima oportunidad a la tierra para que Dios la renueve y la libere del
pecado. Ellos en un sentido por completo renuncian a la tierra como morada final. Leamos
algunos comentarios que ellos hacen respecto a este asunto:
“…el creyente morará en la presencia de Jesús en la casa de su Padre. La vida en la casa del
Padre está asegurada por la pro- mesa de Cristo de preparar un lugar para nosotros allí
(Jn.14:2, 3); la preparación de un lugar para nosotros fue la obra expiatoria de Cristo en la
cruz del Calvario. La morada eterna del creyente es entonces, un hogar en el cielo;… “20
Cometario de Guy Duffiel, teólogo pentecostal.
20 DUFFIELD Guy P; CLEAVE Nathaniel M. Van. “Fundamentos de la teología pentecostal”. Pág.
Página 20
“Hemos ya hablado de la Nueva Jerusalén, así como de los nuevos cielos y de la nueva
tierra que Dios habrá creado cuando hayan desaparecido el cielo y la tierra actuales. Nos
queda por estudiar lo que será la vida de los Bienaventurados en el cielo, teniendo en
cuenta su estado glorioso y eterno”21.
“El cielo será entonces, como lo es ahora, la morada de los hombres…”22
Los argumentos que ellos ponen para decir que no es esta tierra donde estamos actualmente
viviendo donde será la morada final de los justos es, que ellos afirman que en realidad la
tierra es la morada más bien del pecado, y es necesario que la morada de los justos sea un
lugar donde habite la santidad y la presencia de Dios, y eso solo puede ser en el cielo:
notemos lo que dice Chafer acerca de esto:
“Es evidente que la tierra que ahí se nos describe es la nueva, por el hecho de que se nos
dice que ahí no habrá más lágrimas, ni clamor, ni dolor, ni muerte. Y para que estemos
seguros de esto, estos pesares siempre han pertenecido a la tierra y no al cielo”23. (Lewis
Sperry Chafer.)
Esta idea que nos está describiendo Chafer es, una idea que nos está describiendo acerca de
la Nueva Tierra que Apocalipsis 21:1. Pero cuando analizamos esta pequeña idea que este
autor nos describe, podemos captar lo siguiente:
1. Nos dice que la Nueva tierra que Dios creará no estará ubicado en este planeta
donde estamos, sino en el cielo.
Por supuesto que ellos hablan de los cielos nuevos y de la tierra nueva. Pero la idea que
ellos presentan no es idéntica a la que presenta la postura reformada. Ellos describen a la
tierra Nueva como totalmente diferente, pero como veremos más adelante, cuando uno
analiza el pasaje de apocalipsis se da uno cuenta de que la palabra griega que ahí utiliza no
es “neos” sino “kainos” la primera indica el origen de algo totalmente nuevo, mientras que
la segunda indica un renovación de la misma creación.
21 LA CUEVA, F. “Curso de formación teológica evangélica. Escatología II.” Pág. 350.22 SPERRY, Chafer Lewis. TEOLOGÍA SISTEMÁTICA. Pág. 823.23 Ibíd. 823.
Página 21
Cuando ellos están hablando de esta nueva creación entonces, ellos hacen creer de que esta
nueva creación no será aquí en el planeta tierra, sino uno puede imaginarse que esta nueva
tierra estará ubicado en algún lugar del espacio que ellos prefieren llamarlo como el
“cielo”, por eso Chafer no duda en decir que esta tierra está lleno de esos males, mientras
que el cielo (algún lugar del espacio) como ellos suponen no habrá esos males que ha
habido en la tierra. Y por eso hablan tanto del arrebatamiento, haciendo creer que los
creyentes no solo lo que ya reinan en el cielo, sino lo que se queden al final del milenio
serán arrebatados al cielo. Después de arrebatados Dios creará estos nuevos cielos y nueva
tierra para ellos. Pero no olvidemos, esta nueva tierra ya no es aquí en nuestro planeta, sino
en algún lugar del espacio.
2. Nos describe la razón del por la tierra no es la morada de los justos.
Este autor claramente hace creer que el pecado seguirá reinando eternamente en la tierra, de
modo que la única salida de Dios sea el de destruirla completamente. Esto se hace más
claro cuando dice lo siguiente: “Está tierra ha sido la esfera del pecado y de la corrupción, y
por tanto, no ha sido adecuado para que esté en ella la presencia de Dios; pero el cielo
mismo será tan santa como el mismo cielo.”24
Notamos que el sigue mencionando de la tierra nueva pero ubicada en el “cielo”. Segundo,
el sigue mencionando la aniquilación total del planeta tierra. Y tercero el da la razón porque
afirma estas dos ideas, y lo dice que no puede ser el hogar eterno de los justos esta tierra,
por la sencilla razón de que ha sido la esfera del pecado. Ante esto podemos responder lo
siguiente, aunque más adelante mencionamos otros argumentos del porque creemos que es
esta tierra pero renovada la morada final de los justos.
1. Aunque es verdad que la creación aun esta sujetada al pecado, por causa de que los
hombres seguimos teniendo nuestra naturaleza pecaminosa y sobre todo lo que no
son regenerados, pero eso no impide que la presencia de Dios moré en la creación.
Si esto fuese nuestra idea estaríamos negando la inmanencia de Dios, y sobre todo
negar que el Espíritu Santo sea el que este preservando la creación. Pues no
olvidemos que en la creación hay una economía de Dios Padre, Dios Hijo y Dios
24 SPERRY, Chafer Lewis. TEOLOGÍA SISTEMÁTICA. Pág.823.
Página 22
Espíritu Santo. La última persona de la deidad es quien preserva y hace posible la
providencia para la creación.
2. Decir que la creación será totalmente aniquilada es tomar en cuenta la filosofía de
los griegos, quienes por supuesto ellos no solo dijeron que la creación es mala, sino
que negaron rotundamente de que Dios pudiese tener relaciones con su creación y
sus criaturas.
Aunque sabemos que hay mucho más que podemos hablar del dispensacionalismo, pero
nos limitaremos en decirlo aquí. Y reconozco que podemos seguir viendo lo que ellos
piensan sobre este asunto, pero nuestra tarea aún es mucha y por eso hemos de pasar al
siguiente punto. Analizar lo que nos dice la postura reformada acerca de este asunto.
POSTURA REFORMADA.
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. Mt.5.5.
El postulado de la doctrina reformada ante este asunto de la eternidad, ha afirmado que es
en esta tierra pero renovada la morada final de los creyentes, aunque como bien se
menciona en el último punto de este tratado, el cielo y la tierra serán uno. Pero para llegar
a tal conclusión debemos iniciar como primer punto, tratando acerca del concepto que
tenemos acerca del cielo.
EL CONCEPTO DEL CIELO.
Iniciar con el concepto del cielo para nosotros es muy importante para el correcto
entendimiento de la eternidad, ya que muchos en la actualidad cuando escuchan la palabra
“cielo”, inmediatamente miran hacia arriba. Y por supuesto, una idea como esa, o una
lectura demasiada literal de un pasaje como el de Filipenses 3.20 que dice: “Más nuestra
ciudadanía está en los cielos,…” nos haría creer que la tierra en sí no es nuestra morada, o
al mismo tiempo nos haría creer que cuando Jesús ascendió “siguió flotando al espacio y
está en el espacio”25.
A todo esto llegamos entonces a la pregunta siguiente: ¿Qué es el cielo?
25 GIFFORD, David. “Catecismo de los Evangelios”. Pág. 71.
Página 23
Cuando alguien encuentra el término “cielo” en la Biblia, uno tiene que saber el sentido en
que dicho texto dándole a tal palabra, ya que las Escrituras con respecto a la palabra Cielo
se usa de diversas maneras.
“Aunque el cielo en la Biblia, se usa frecuentemente con respecto al universo físico visible
para nosotros en el firmamento, también se usa con respecto a ese lugar invisible para
nosotros que es la morada especial de Dios y de sus ángeles. Esto ha dado lugar a la
distinción popular en tres cielos: el cielo etéreo (atmosférico), el cielo estrellado (celestial),
y el cielo de Dios”26.
Este último, el cielo de Dios, es la morada especial de Dios, donde su gloria es manifestada
completa y perfectamente. Además el profeta Isaías nos dice que el cielo es, el trono de
Dios mismo pues dice: “Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis
pies; ¿Dónde está la casa que me habéis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo? Isaías
66.1 (RVR1960).
Asimismo hay que recordar que hay otras palabras que en la Biblia se ocupa para referirse a
este cielo o morada de Dios. En algunas ocasiones por ejemplo en Heb.12.22-24 como la
ciudad de Dios, en Gálatas 4.26 se describe como la Jerusalén de arriba y nuestro Señor
Jesucristo estando colgado en la cruz lo describió como un paraíso cuando le dijo al ladrón
así: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”, haciendo alusión a la
morada especial de Dios.
A esta afirmación que hemos hecho, resalta otra pregunta con respecto al cielo. ¿El cielo es
un lugar?
La respuesta es sí. El hecho de que afirmemos que es la morada de Dios nos hace creer y
afirmar que es un lugar. También el pasaje de Jn.14.2 cuando dice: “En la casa de mi Padre
muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar
para vosotros” no hace creer esta idea de que en realidad si es un lugar. Otros pasajes que
sustentan esta idea lo tenemos en (Gn.5.21-24; Heb.12.22).
26 WALDRON, Samuel E. “El fin de los tiempos.”Pág.131.
Página 24
Ahora, como bien lo han mencionado los teólogos reformados hay que reconocer que este
lugar no la debemos entender como la meta final de los creyentes, sino más bien, este lugar
será nuestra morada provisional entre la muerte y la resurrección, pues como bien lo
menciona las Escrituras al morir vamos al cielo para nosotros quienes hemos creído en
Jesucristo, pero esperamos según las promesas una resurrección de nuestro cuerpo y “cielos
nuevos y tierra nueva”.
Esta morada provisional hoy comúnmente lo conocemos el estado intermedio.
EL ESTADO INTERMEDIO.
“Y de la manera que está establecido para los hombres mueran una sola vez, y después de
esto el juicio”. Hebreos 9.27 (RVR1960)
“Mientras que el destino temporal de los cuerpos físicos de los creyentes y los incrédulos
sea el mismo hasta que Cristo regrese, sus almas en la muerte entran en dos estados
completamente distintos. Las almas de los creyentes inmediatamente se tornan perfectas y
quedan libres de pecado, y entran en el gozo de la presencia inmediata de Dios. Como dijo
Pablo, “ausentarnos de este cuerpo” es vivir junto al Señor” (2 Co.5.8.)”27.
“Hay muchos que dicen creer en la Biblia y, sin embargo, no están seguro de que las almas
de los creyentes que han muerto han ido al cielo”28. La biblia respalda el hecho de que por
causa del pecado todos tendremos algún día que morir. “La paga del pecado es muerte, y
por cuanto todos somos pecadores, algún día nuestros cuerpos volverán al polvo del que
fuimos formado. Pero a esto debemos añadir algo: tenemos un consuelo grande, pues por la
gracia de Dios, nosotros los redimidos por su sangre, nuestras almas serán llevadas al cielo
después de morir. Esperamos con ansia la resurrección de nuestro cuerpo incorruptible y
glorificado, para después heredar la tierra nueva sin mancha y sin pecado como nuestra
herencia final, donde hemos de pasar la eternidad con Dios.
Debemos notar que cuando hablamos de “cielo”, obviamente estamos hablando del cielo de
Dios, a la que ya nos hemos referido en el tema anterior. Ahí es donde las almas de los
hijos de Dios están, contemplando la gloria perfecta de Dios. También mencionamos en el
27 WILLIAMSON. G.I. “La confesión de fe de Westminster”. Pág.375.28 HENDRIKSEN, William. “La Biblia el más allá y el fin del mundo”Pág.51.
Página 25
capítulo anterior que este cielo en donde está establecido la morada y trono de Dios es un
lugar, eso nos hace creer que cuando los hijos de Dios mueren son llevados a este lugar,
pero no duermen como algunos lo han querido decir, ni mucho menos es un estado
inconsciente a la que se encuentran, sino que las almas tiene actividad durante la estancia
provisional a la que se encuentra.
“La Biblia no tiene una doctrina independiente del estado intermedio. Su enseñanza
respecto a este estado nunca debe ser separada de su enseñanza respecto a la resurrección
del cuerpo y la renovación de la tierra”29. La esperanza entonces que aspira el creyente no
solamente es que su alma después de la muerte entre al cielo, sino espera la resurrección
corporal de su cuerpo, que será glorificado para poder entrar a su reposo eterno que será
precedida después de que Dios mismo haya renovado la tierra.
Ahora llegamos al asunto que hemos venido tratando. Ya hemos hablado de que el término
“cielo” en las Escrituras se ocupa de diversas maneras. Hablamos de igual manera en que sí
iremos al cielo, pero no será nuestra morada final sino solo provisional entre la muerte y la
resurrección, pues esperamos “cielos nuevos y tierra nueva” donde será la morada final y
en donde los hijos de Dios pasarán la eternidad. A ese asunto es la que ahora pasamos a
tratar.
LA ETERNIDAD EN LA TIERRA.
“En el reino de la Bienaventuranza final, el nuevo cielo y nueva tierra se refiere a todo el
universo de Dios, gloriosamente renovado. Este universo será para nuestro gozo y nuestro
uso, para la gloria de Dios. Las condiciones de santidad, gozo, gloria, etc., que reinan ahora
en el cielo, llenarán entonces plenamente el universo redimido (Ap.21.1-3). Nosotros
mismos, en cuerpo y alma, seremos adaptados para vivir en ese nuevo universo”30.
Durante el estado intermedio que será en el cielo, nuestro gozo aun no estará completa.
Nuestro hogar en otras palabras no será en ese cielo, sino que esperamos nuestra
glorificación que solamente ocurrirá en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo y el
cumplimiento de la promesa de heredar esta tierra como nuestro Jesús lo mencionó en el
29 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro”Pág.127.30 HENDRIKSEN, William. “La Biblia el más allá y el fin del mundo”Pág.240.
Página 26
Sermón del Monte: “Bienaventurado los mansos, porque ellos recibirán la tierra por
heredad”. Mt.5.5.
Como ya hemos mencionada al inicio de este escrito, muchos no están de acuerdo con esta
idea de que sea esta tierra la cuál será la herencia de los justos, pues hay muchos pasajes
que suponen al cielo como la meta final y otros pasajes que hablan de la tierra como la meta
final de los justos. ante esto ya hemos visto como solucionan esta tensión los
dispensacionalistas, haciendo creer que las promesas acerca de la tierra es aplicada al
milenio, mientras que para la reformada los pasajes que hablan del cielo la aplican al estado
intermedio, para después afirmar que esta tierra es la herencia final de los justos.
ARGUMENTOS ANTE ESTE ASUNTO.
Las Escrituras deben ser primeramente ante todo nuestra base para defender nuestra fe. La
biblia misma puede testificarnos acerca de los propósitos que Dios tiene para esta tierra.
EL PRIMER LIBRO DE LA BIBLIA TESTIFICA ESTE HECHO.
Ya desde muchos siglos atrás los científicos han querido poner en tela de juicio no solo a la
palabra de Dios, sino a Dios mismo como el creador de todas las cosas que existen y que
podemos contemplar con nuestros ojos.
Ante las primeras teorías que surgieron ya siglos atrás está la teoría de la “Evolución” que
por cierto, ha tenido tanta influencia en nuestro mundo actual y sobre todo es algo que va
en contra de la palabra de Dios. “Aunque ha llegado a ser una “creencia” y a ser “aceptado”
durante ya más de un siglo, hoy no existe ni una sola pizca de “prueba” que este sea la
verdad”31
La Biblia nos enseña en sus dos primeros capítulos varias afirmaciones con respecto al
origen la tierra y de todas las cosas que existe pues dice: “En el principio Dios creó los
cielos y la tierra” (1.1) “y vio Dios que era bueno” (1.4; 1.10; 1.12; 1.18; 1.21; 1.25;
1.31).
31 WILLIAMSON. G.I. “La confesión de fe de Westminster”.Pág.72.
Página 27
Estas dos afirmaciones para nosotros son muy significativo, no solamente son afirmaciones
teológicas que confirman nuestra fe, sino también presuponemos que toda la Escritura es
inspirada por Dios, y por lo tanto las cosas que en ellas se afirman son verdades para
nosotros. Para nosotros “la creación no solo es primera en orden de tiempo; sino que
también tiene prioridad lógica. Es el principio y base de toda revelación divina y
consecuentemente es también el fundamento de toda vida ética y religiosa”32.
Aunque el orden en que han sido puestos los libros de la Biblia no es cosa infalible como ya
lo hemos mencionado anteriormente33, eso no hace de que nosotros inadecuado que
podamos afirmar que para tal parece que ha Dios le ha sido importante colocar en primer
lugar todo acerca del origen de la creación, pero lo más importante que sin duda nosotros
como creyentes debemos reconocerlo, es el hecho de que en ese mismo libro en el primer
capítulo y en el primer versículo se afirma de que es Dios el único creador absoluto por
cuanto todo existe. Esto asegura no solo a Dios como creador, sino de su existencia misma
de Él.
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Esta es una de las primeras y más
fundamentales afirmaciones de la teología y de la fe cristiana. Esta declaración de fe si
queremos tomarlo de esa manera descarta por completo la idea que los evolucionistas y
filósofos griegos dicen acerca del origen del universo y de la tierra. Por su puesto, para
nosotros en primer lugar reconocemos que la creación ha sido producto de la sabiduría de
Dios. Juan Calvino lo describe bien cuando dice:
“El admirable poder de Dios se nos demuestra tanto en el cielo como en la tierra de casi
forma infinita, no solo por medio de las cosas secretas que requieren un estudio y
conocimientos científicos, como la astronomía, la medicina y las ciencias psíquicas, sino
por medio de todo lo que es evidente que ni los más limitados en su intelecto ni los menos
instruidos pueden dejar de dar testimonio de ello al abrir los ojos”34
Además de esto el mismo libro de Génesis nos dice que Dios vio que toda esta creación es
buena: “y vio Dios que era bueno en gran manera” (1.4; 1.10; 1.12; 1.18; 1.21; 1.25; 1.31).
32 BERKHOF, L. “Teología sistemática”Pág.149.33 Pág.9 párrafo 1.34 CALVINO, Juan. “Institución de la Religión Cristiana”. Pág.17.
Página 28
Esta frase se menciona siete veces en el capítulo uno. Nos hace notar que el mundo antes de
la entrada del pecado era perfecto. Pero a la vez, la misma creación sigue siendo muestra de
la gran sabiduría de Dios, el poder y la manifestación de la gloria de Dios. Por eso la virtud
que Dios pudo ver ante su obra es que esto que ha creado es bueno en gran manera.
Para los que niegan de que se esta tierra nuestra morada final, muchas veces consciente o
inconscientemente llegan a pensar con lo hicieron los filósofos del antaño. Los filósofos
como los gnósticos influenciados por el pensamiento platónico llegaron a afirmar de que
este mundo material (la creación incluido nuestro cuerpo) era mala, y por lo tanto uno tenía
que librase de ella.
Bien lo menciona Waldron cuando dice: “Descartar todo el énfasis en la tierra a favor de
una idea más “espiritual” del estado eterno plantea importantes cuestiones. ¿Basados en que
concluimos que el estado eterno no puede implicar la tierra? Esta conclusión necesita ser
examinada para ver si se deriva de una perspectiva heredada de la filosofía griega”35.
Por lo tanto, para nosotros de la fe cristiana, tener perspectiva bíblica acerca de la creación,
nos hace creer y afirmar con tal seguridad de que esta creación es obra de Dios y no de algo
que haya sido por accidente, y por otro lado, una cosmovisión cristiana de la creación no
hace llegar a creer por fe de que esta creación será en donde no solo el reino de Dios será
establecido por completo, sino también en donde nosotros los que hemos sido redimidos
seremos los herederos de la tierra.
“Si Dios hubiera hecho únicamente el alma (o al espíritu), entonces lo griegos hubieran
estado en el acierto. Pero la visión cristiana es que Dios creó todo lo que nos rodea y, por lo
tanto, todo esto es valioso y nosotros deberíamos apreciar el valor que su origen le
otorga”36.
La pregunta con la que inicia nuestro Catecismo Mayor de Westminster dice: ¿Cuál es el
fin principal del hombre? Inmediatamente la respuesta nos dice: “El fin principal y más
noble del hombre es el de glorificar a Dios y gozar de él para siempre”. A esto también
podemos hacer una muy importante acerca de la creación: ¿Cuál es fin o el propósito con la
35 WALDRON, Samuel E. “El fin de los tiempos.” Pág.265.36 MONTGOMERY, James Boice. “Los fundamentos de la fe cristiana.”Pág.167.
Página 29
cuál fue creado todo lo que podemos ver? Pues bien, la Biblia misma nos dice que toda la
creación es para la gloria de Dios. Salmos 19.1 nos testifica esta verdad cuando dice: “Los
cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.
Por lo tanto, podemos llegar a una conclusión, esta creación es de suma importancia para
Dios, no está fuera de sus propósitos. El hecho de que Él sea el creador nos hace pensar y
creer que lo hizo bueno y para alabanza de su gloria. Por eso, no debemos pensar que esto
al final cuando el regrese tengamos que despedirnos de ella, al contrario debemos creer que
él mismo la renovará, de manera que el pecado ya no reine en nosotros ni en su creación.
Esta debe de ser un consuelo y una esperanza para nosotros.
EL HOMBRE COMO ADMINISTRADOR DE LA CREACIÓN.
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda
la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Génesis 1.26.
“Toda la Biblia es importante y cada libro en ella es la palabra de Dios y por eso merece
nuestra y estudio. Pero ningún otro libro de la Biblia es indispensable de la manera en que
el libro de Génesis lo es. Podemos entender el resto de la Biblia sin leer el libro de
Habacuc, por ejemplo, o Abdías; pero si no tenemos un conocimiento de Génesis el resto
de la Biblia nos parece impenetrable. Todo el resto de la Biblia depende del libro de
Génesis, y nuestra comprensión de la Biblia presupone que tengamos el contenido de este
libro”37.
El libro de Génesis aparte de que en ella se nos revela el origen de todas las cosas también
en este mismo libro Dios nos hace saber acerca del hombre, donde sin duda alguna, este
que es conocido como la corona de la creación por portar la imagen de Dios tiene una
posición muy grande en toda la creación, no es porque él así lo haya querido, sino porque
Dios le plació que el hombre fuese el administrador de toda la creación. Con toda seguridad
uno puede afirmar que la creación sin el hombre no puede estar, así como el hombre sin la
creación no podría vivir y a la vez, ambos (creación (mundo material) y el hombre) no
pueden estar solos sin la providencia de Dios.
37 NYENHUIS, Gerald. “Origen de la promesa evangélica” Pág. 13.
Página 30
El pasaje que hemos citado al inicio de esta sección es otro de los pasajes muy importantes
para la fe cristiana. El pasaje nos enseña acerca del origen del hombre. El hombre no es una
“evolución” de alguna otra especie como lo supone los científicos o las teorías que ha
surgido con el pasar del tiempo. Según la Biblia nos enseña que es una creación de Dios y
que “la esencia del hombre consiste en esto, en que es la imagen de Dios. Por ser eso se le
distingue de todas las otras criaturas y conserva supremacía como cabeza y corona de toda
la creación”38.
“En la segunda parte del versículo 26 notamos que lo de “señorear” está relacionada con la
imagen de Dios”39. El hombre al ser el portador de la imagen de Dios tiene participación
especial en la creación, de hecho a él se le otorga la bendición de administrar la creación. El
ser humano es el mayordomo de toda lo que Dios ha creado. Es interesante entonces notar
que si Dios bendijo al hombre con esta autoridad limitada, por lo tanto el hombre tiene
saber que a través de él, ha de ser bendecida la creación.
Esta bendición no fue otorgada a ninguna otra criatura de la creación sino al hombre. A esto
resalta una pregunta ¿Por qué Dios hizo tal cosa? La respuesta a esta pregunta nos lleva a
reflexionar primeramente sobre otra cuestión muy importante e interesante: si el hombre es
concebida como corona de la creación ¿Por qué razón entonces no lo puso al principio y fue
la creación del mundo y todo lo que en ella hay tomo el primer lugar? En respuesta a esto
deduciríamos que por lógica Dios pensó que antes de que creará el hombre necesitaba un
hogar, y su hogar sin duda alguna tenía que ser la creación buena de Dios. Por eso es tan
interesante que aunque Génesis nos presenta la maldición de la tierra por causa de la
desobediencia del hombre, así el último libro de la Biblia Apocalipsis, nos presenta la
restauración de los cielos nuevos y tierra nueva, porque para Dios la creación es tan
importante porque sabe que es el hogar del hombre.
En la misma palabra de Dios se nos enseña que Dios le había placido que el hombre fuese
señor no solo de ciertos animales de la tierra, sino ser administrador de toda la creación. Es
interesante notar que en el mismo pasaje se nos específica que el propósito de Dios era de
38 BERKHOF, L. “Teología sistemática” Pág. 242.39 Ibíd. 23.
Página 31
que el hombre señoreara en el cielo (atmosférico), tierra y mar. Veamos una pequeña
estructura sobre esto:
…y señoree
en los peces del mar, (que fuese señor del mar)
en las aves de los cielos, (que fuese señor de los cielos y el aire)
en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. (Que fuese
señor de la tierra)
Que gran bendición tenía el hombre por ser portador de la imagen de Dios. A todo esto
entonces llegamos a una pregunta ¿Acaso no ha sido el propósito de Dios siempre que el
hombre goce de este privilegio? Para aquellos quienes todavía creen que el cielo es la
morada final de los creyentes, me temo que han olvidado ya sea consciente o
inconscientemente no solo la importancia del libro de Génesis para la fe cristiana, sino
también la bendición que Dios pronunció para el hombre en Génesis 1.26 cuando dijo: “…
y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y
en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Este es el propósito que Dios tiene aún con el hombre. Él no se ha olvidado de que el
hombre necesita de un hogar y por eso dentro de sus propósitos está el de restaurar toda
esta creación para beneficio del hombre. Si Dios quisiera que el hombre pasará la eternidad
en cielo lo podría hacer, pero la Biblia nos enseña de que Dios puso al hombre en la
creación misma que el hizo. Él le dio el derecho de que fuese administrador de la creación,
y por consiguiente que la tierra fuese su hogar.
Pensar que la eternidad será en el cielo caeríamos en el error de pensar, como lo piensan
algunos dispensacionalistas que la tierra esta maldita y por lo tanto debe de ser destruida.
Pero la realidad, la Biblia nos enseña de que en todo esto, la creación no hubiese sido
maldita si no hubiese sido por el hombre. Además de esto, llegamos a los que algunos
reformadores también han sostenido: “la glorificación de los creyentes está relacionada y
ligada a la renovación de la creación. No es sólo los creyentes que han de ser liberados de
la esclavitud de la corrupción, sino que la misma creación lo será”40. Esto es el doble
40 MURRAY, John, “La redención consumada y aplicada”. Pág.173.
Página 32
aspecto de la redención que Cristo ha hecho en la cruz no solo por sus hijos, sino también
por la creación.
ES UN PACTO DE DIOS CON EL HOMBRE.
“Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que tu moras, toda la tierra
de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.” Génesis 17.8.
El tema del pacto es algo muy importante como lo han mencionado los teólogos reformados
en su mayoría, pues no se puede entender a fondo el tema de la redención, la justificación,
el asunto de la iglesia etc… si no se analiza a profundidad sobre el tema del pacto. “Es un
tema que corre por toda la Biblia o, como algunos dicen, el hilo conductor”41.
Si tomamos en cuenta esta idea que nos presentan los teólogos reformados, que sin duda no
podemos dejar de mencionar que hay mucha razón en lo que se afirma, nos damos cuenta
de que sí, en realidad el pacto que Dios ha hecho con el hombre tiene mucha relevancia
para la correcta comprensión no solo de toda la Escritura sino también de las promesas que
Dios ha hecho a su pueblo. El pacto es ante todo una iniciativa de Dios hacia el hombre, y
en especial para el pueblo redimido por la sangre del cordero. Dios ha sido siempre un Dios
de pactos, y los pactos que Dios ha hecho son acompañados por sus promesas.
El pasaje que hemos citado al inicio de esta sección es un fragmento que está en un
contexto donde Dios ratifica su pacto con Abraham. Si tomamos en cuenta lo que hemos
mencionado al principio de que el pacto es el hilo conductor como algunos lo llaman de la
Biblia, vamos a notar que este pacto del que mencionamos tiene que ver con el pacto de
Gracia. “Este pacto tiene varias administraciones en el tiempo antes de la venida de Cristo.
Desde Adán hasta Abraham se manifiesta en varios pactos separados, los cuales son en
esencia un solo pacto en el cual la gracia predomina (Efesios 2:12)”42.
Aunque no es nuestra intención desarrollar por completo lo que el capítulo 17 de Génesis
nos enseña, basta mencionar que la forma en que Dios ratifica su pacto es estableciendo el
sacramento del pacto, la circuncisión, que como bien sabemos esto era una señal que
distinguía al pueblo de Dios. Nuestro interés al tomar este pasaje para el asunto que
41 NYENHUIS, Gerald. “Origen de la promesa evangélica” Tomo I. Pág.93.42 http://www.iglesiareformada.com/Coppes_Pacto_Gracia.html.
Página 33
estamos tratando acerca de la eternidad, es tomar en cuenta de que los pactos de Dios
siempre han sido acompañados con promesas, y una de las promesas que Dios menciona en
este capítulo 17 de Génesis está en el versículo 8 donde Dios le promete a Abraham y a sus
descendientes.
Hay que tomar en consideración algo muy importante que nos menciona no solo el Dr.
Gerald Nyenhuis sino también los demás teólogos reformados que: “La enseñanza del
pacto, sin embargo, no fue dada en un bloque, o, como decimos “de un jalón”; más bien su
revelación fue progresiva”43. Si uno prestará atención en los pactos que Dios hizo no solo
en el libro de Génesis sino en los demás pactos, nos daríamos cuenta de que siempre vino
implícito la promesa de la tierra.
Aunque el pacto de obras se realiza hasta en el capítulo 2:16-17 de Génesis si uno se
acercara al texto superficialmente o sin tomar el contexto anterior, podría afirmar que ese
pacto no incluye una promesa, pero si tomamos el contexto, Dios ya había dicho al hombre
que él sería el encargado de sojuzgar y señorear la tierra y todo lo que había en ella, por lo
tanto, podemos deducir que el cumplir el pacto implicaba que Adán poseería la tierra como
heredad, pero por causa del pecado sabemos que la tierra fue maldita no por su propia
voluntad como lo menciono el apóstol Pablo.
El pacto de gracia como ya lo mencionamos es presentado en el Antiguo Testamento en
varios pacto separados, los cuales son en esencia un solo pacto. Pero a lo que vamos es, que
en los pactos que Dios estableció no solo con Noé, Abraham y David, estaba la promesa de
heredar y tomar por posesión la tierra, no solo ellos sino también los descendientes del
linaje de Abraham. Por ejemplo, cuando Dios hizo el pacto con Noé, la promesa que Dios
pronunció es que jamás volvería a destruir la tierra con diluvio y puso el arcoíris como
señal; el pacto con Abraham es que él poseería la tierra de Canaán y aquí hay algo muy
importante que no debemos pasar por alto:
Hoekema dice: “Nótese que Dios prometió dar la tierra de Canaán no solamente a los
descendientes de Abraham sino también a Abraham mismo. Sin embargo Abraham nunca
43 NYENHUIS, Gerald. “Origen de la promesa evangélica” Tomo I. Pág.93.
Página 34
poseyó ni siquiera un metro cuadrado de suelo en la tierra de Canaán (cf. Hch.7:5)-a
excepción de la cueva de sepultura que tuvo que comprar de los heteos (Gn.23)”44.
Por su puesto, los dispensacionalistas dirían que esta promesa así como las demás promesas
como el que le fue promulgado a David en (2 Samuel 7) se cumplirán en el milenio. Ante
esta idea hay una objeción que por su puesto disminuye la grandemente el significado de
esta promesa hecha a Abraham. En primer lugar, decir que esta promesa es solamente para
los judíos creyentes y que tendrá cumplimiento en el futuro viola la palabra de Dios y por
supuesto da a entender que en verdad hay dos pueblos de Dios, por un lado Israel y por otro
lado el gentil, cuando en realidad el apóstol Pablo nos menciona en Gálatas 3:28-29 lo
siguiente: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer;
porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente
linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”
Si el apóstol Pablo dice que no hay ya distinción entre judío ni griego, nos da entender que
en realidad hay un solo pueblo que es conocido como el verdadero linaje de Abraham,
dándonos a entender que el verdadero pueblo Israel es ahora la Iglesia, y este nuevo Israel
también son herederos de la promesa que se la fue hecho a Abraham, de que poseerían la
tierra por heredad; no con esto estamos diciendo que la tierra que poseerán este limitado a
palestina como los dispensacionalistas aseguran, sino que hay que recordar que Canaán
según el libro de Hebreos en su capítulos 4 nos dice que Canaán era un tipo del reposo
eterno que está preparado para el pueblo de Dios. “Canaán, por lo tanto, no era un fin en sí
misma, sino que apuntaba la nueva tierra por venir”45.
Además de esto, tenemos que recordar que el mismo apóstol Pablo en Gal.3:28-29 nos dice
lo más fundamental para nosotros. En primer lugar, nos da entender en primer lugar que el
pacto de gracia es cumplida a través de la persona de Cristo. Si Cristo es el cumplimiento
del pacto hecha a Abraham, entonces podemos deducir que por supuesto Cristo también no
solo sello con su sangre ese pacto sino también las promesas hechas a Abraham y al pueblo
de Dios. Por medio de Cristo entonces podemos estar seguros de que las promesas serán
cumplidas, si Dios prometió dar la tierra por heredad a Abraham y los descendientes de él,
44 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro” Pág.312.45 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro” Pág.313.
Página 35
Dios lo habrá de cumplir, porque ese pacto y esas promesas ya están aseguradas por la
sangre de Cristo.
Si Dios le dio tanta importancia a la tierra y toda su creación desde el primer libro de
Génesis y sobre todo que en los pactos que hizo ¿Por qué entonces pensar que será el
“cielo” nuestro hogar final cuando Dios ha prometido darnos la tierra por heredad? La tierra
es muy valiosa para Dios como ya lo mencionamos. Dios pensó en un hogar para su pueblo
y ese hogar es la tierra renovada.
EL REINO DE DIOS SE INAUGURÓ EN LA TIERRA NO EN EL CIELO.
Ya hemos hablado un poco acerca del tema del reino de Dios o delos cielos en capítulos
anteriores46. Mencionamos que el reino de Dios ocupa un lugar importante en la teología
sobre todo en lo que respecta a la escatología cristiana. Ya sabemos de igual manera que
el tema del reino de los cielos no es un tema exclusivamente del Nuevo Testamento, sino
que sus razones de ser se encuentra en lo que se menciona en Antiguo Testamento acerca
de este asunto tan importante.
El dispensacionalismo ha tomado este reino como algo netamente futuro. Dicen ellos que
esta promesa será cumplida en lo que ellos llaman el “milenio” y que por supuesto no será
un reino eterno sino solamente serán mil años sobre la tierra, y a base de ellos sacan la
conclusión de que la morada final del creyente no será aquí en la tierra sino en el cielo.
Pero a esto llegamos a una cuestión que por supuesto el dispensacionalismo no aceptara
como un argumento válido, pero la Biblia lo menciona y por eso lo ponemos en nuestro
tratado. ¿En dónde se inauguró el Reino de Dios? ¿No es acaso en la tierra? Y ¿si Dios
inauguró su reino en la tierra, no es acaso porque Dios incluye a la tierra en sus propósitos
y quiere establecer su trono en ella?
Por supuesto que podemos estar seguros de que Dios inauguró su reino aquí en la tierra,
aunque que recordar como bien lo hemos mencionado anteriormente, este reino no ha
llegado en su máxima plenitud, sino que esto será cuando el regrese por segunda vez que
hará que la glorificación de los creyentes sea posible. Pero no solo los creyentes serán
glorificados sino la tierra también será restaurada para que Dios establezca su trono en ella.
46 Pág.11.
Página 36
Muchos pasajes de la Biblia, aunque vuelvo a recalcar no se trata de cuantos pasajes
mencionemos, sino se trata de que haga estos pasajes estén en unidad con todo la Biblia,
nos da a entender que el reino de Dios se estableció en la tierra. Y no encuentro ningún
pasaje al menos que nuestros hermanos si conozcan una donde diga que el reino de Dios se
haya inaugurado en el cielo. Más bien, pareciera que nuestros hermanos dispensacionalistas
están pensando lo mismo que el pueblo judío en tiempos de Jesús cuando imaginaron que el
reino mesiánico se trataba de que Jesús fuese un poderoso político que los venía a libertar
de la esclavitud, cuando en realidad la obra de Jesús era el de cumplir la ley que los
hombres no podían hacer por su propia cuenta, y sobre todo como lo menciona el apóstol
Pablo reconciliar todas las cosas no solo los escogidos hacia Dios sino todas las cosas
incluyendo la tierra.
El último y gran profeta de Dios Juan el Bautista según nos narra el evangelio de Mateo
3:2, el contenido de su mensaje era esto: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado.” Notamos que el mensaje central de él, es el reino de Dios. Pero si hablamos de
reino implícitamente estamos hablando de dos cosas muy importantes: Primero que hay un
rey, y por supuesto Juan era el precursor o el heraldo de Cristo, Jesús nuestro Señor quien
más adelante el apóstol Pablo lo presenta como el “Nuestro Señor Jesucristo, que era del
linaje de David según la carne,…” haciéndonos entender que Cristo es ya Rey y el único.
“Algunos han admitido que en algún sentido Cristo ya es rey en el trono de Dios, pero han
negado que Él esté en el trono de David. Esta perspectiva asume una distinción no bíblica
entre el trono de Dios y el trono de David. En el pacto Davídico Dios adoptó a los hijos de
David como sus propios hijos (2 Sam. 7:14). Por lo tanto, no existe ninguna distinción entre
el trono de Dios y el trono del más grande Hijo de David, Jesús el Mesías. Más aún, el
Nuevo Testamento explícitamente afirma que por su resurrección Jesús ha tomado Su
asiento en el trono de David en cumplimiento de la profecía (Hech.2:30,31)”47.
Si hablamos de un rey, por supuesto que también estamos haciendo implícitamente de que
hay un lugar en donde está gobernando, la pregunta sería ¿En dónde se estableció el reino
de Dios? Según el mensaje que Juan el Bautista nos presenta no dice que es en esta tierra y
no en el “cielo” o en otro lugar. Es otras palabras Juan el Bautista estaba anunciando la
47 WALDRON, Samuel E. “El fin de los tiempos.” Pág.79.
Página 37
llegada o el establecimiento de ese reino aquí en la tierra. Además de esto, “según los
Evangelios sinópticos, el primer mensaje de Jesús al comienzo de su ministerio público
tenía que ver con “el Reino de Dios” (Mar.1:15). Se trataba de un mensaje que ya Juan
había proclamado, y dentro de cuya perspectiva lo anunció el Señor mismo (Comp. Mat.3:2
y 4:17)”48.
Hoekema nos describe por lo menos cinco señales que confirmaron el establecimiento de
reino de Dios en la tierra, que por su puesto también nos hace suponer que eso era señal del
cumplimiento de lo que los profetas y Juan habían ya dicho acerca de este Reino:
a. “Echar fuera demonios. (Mt.12:28)
b. La caída de Satanás. (Lc.10:18)
c. Realización de milagros. (Mt.11:4-5)
d. La predicación del evangelio. (Mt.11:5)
e. La dádiva del perdón. (Mr.2:10)”49.
Todas estas señales eran las evidencias de que el Reino ya estaba establecido, pero
¿establecido en dónde? Por supuesto en la tierra, no en el cielo. no con esto quiero dar a
entender que el tema del “cielo” hay que dejarlo a un lado, sino que entender bien en
concepto del cielo nos ayudará a ver que el cielo y la tierra serán uno, y no que la tierra sea
destruida y olvidada como muchos de nuestros hermanos dispensacionalistas suponen.
Si el Reino se ha establecido aunque no en su plenitud en la tierra, eso nos garantiza de que
en la segunda venida se hará posible el establecimiento del Reino de Dios aquí en la tierra
pero renovada. Dios establecerá su trono aquí con nosotros, pero no por mil años sino toda
la eternidad. Por eso creemos que Dios da mucha importancia a la tierra, porque sabe que
esta creación que nos menciona en Génesis ha sido y será la morada final de sus hijos.
Aunque en este momento por el pecado la tierra este esclavizad pero la misma palabra de
Dios nos dice que algún día será libertad y será restaurado así como los hijos de Dios serán
glorificados en la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo.
48 GRAU, José. “Curso de formación teológica evangélica. Escatología final de los tiempos.” Pág. 77.49 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro”Pág.61.
Página 38
¿LA TIERRA SERÁ ANIQUILADA O RENOVADA?
Una de las cuestiones que también ha sido de polémica en el mundo protestante y que tiene
que ver precisamente con la doctrina de la tierra nueva, es si este será aniquilado por
completo o será renovado. Por su puesto la respuesta de dispensacionalistas es que diría que
si será destruida por completo, por ejemplo notemos lo que un dispensacionalista dice
acerca de este asunto:
“Las Escrituras hablan claramente de un final irreversible de este mundo. Existen Pasajes
claros en los que dicho fin se predice sin ambages. Por ejemplo: Mt.24:35; Mr.13:31;
Lc.16:17; 21:33: 2 P.3:10-13: Ap.20:11: 21:1. El más claro y detallado es, sin duda, 2
P.3:10-13,…”50 Por su puesto que esta idea que presentan nuestros hermanos
dispensacionalistas hacen suponer como ellos lo mencionan una destrucción total de la
tierra, y por eso ellos prefieren decir que en el “cielo” es la morada final del creyente.
Los luteranos también han optado por decir que esta tierra en decir que esta tierra será
aniquilada, y que la nueva tierra que se menciona en Apocalipsis y que lo menciona el
profeta Isaías serán totalmente nuevos y no renovado como lo dice la postura reformada.
Quizás los teólogos más cercanos que exponen mejor sobre este asunto son Hoekema y
William Hendriksen, que básicamente ellos afirman que esta tierra que vemos actualmente
será renovada, y que por supuesto es esta tierra la morada final de los creyentes.
Resumiendo el pensamiento que nos presenta William Hendriksen podemos citar lo que le
mismo menciona en su libro “La Biblia, el más allá y el fin del mundo” que dice de esta
manera: “Cuando Cristo vuelva, el cielo y la tierra serán despoblados por un momento. Por
una parte, Cristo y sus ángeles, junto con las almas de los redimidos, venidos del cielo; por
otra, los creyentes subiendo desde la tierra a recibir a su Señor en el aire, y los incrédulos
siendo llevados ante el trono de justicia de Cristo (¿en el aire?). Cuando esto ocurra, el
universo será sometido a un glorioso proceso de transformación, de modo que de los viejos
cielo y tierra saldrán un “nuevo cielo y una nueva tierra”51.
50 LA CUEVA, F. “Curso de formación teológica evangélica. Escatología II.” Pág.305.51 HENDRIKSEN, William. “La Biblia el más allá y el fin del mundo”Pág.229.
Página 39
Notamos que William Hendriksen utiliza la palabra “transformación” dándonos a entender
que por medio de la gran conflagración saldrá esos nuevos cielos y tierra nueva. En otras
palabras la tierra no será aniquilada sino renovada o rejuvenecida como él lo llama. Aunque
William Hendriksen en su libro no nos presenta argumentos sobre su pensamiento
Hoekema si lo hace. Él hace referencia a 4 razones del porque es preferible decir que la
tierra será renovada y no aniquilada como los luteranos y por supuesto los
dispensacionalistas suponen.
1. La primera radica en la correcta interpretación de las palabras griegas kainos y
neos.
Algo que ha sido muy importante para la postura reformada y que se recalca no solo a los
ministros de la palabra de Dios sino también a los comentaristas bíblicos es, la correcta
exégesis que se hacen en los textos que guía por supuesto a la correcta interpretación de los
textos de la Escritura. Dentro de esta labor que el estudioso de la Biblia tiene que hacer para
la buena exégesis esta sin duda la labor de analizar cada palabra del texto.
Cuando a un Cristiano que apela la postura dispensacionalista se le pregunta el por qué
piensa que la tierra no es la morada final de los creyentes, la respuesta es sorprendente en
algunos. Ellos toman el pasaje como el que de 2 Pedro 3:10-13 para afirmar que la tierra no
es la morada final de los creyentes porque el apóstol Pedro menciona que la tierra será
destruida y consumida por el fuego. Y del otro lado, si a un luterano se le cuestiona si los
cielos nuevos y tierra nueva que menciona apocalipsis 21:1 serán totalmente nuevo o
renovado, ellos no dudan en afirmar que será totalmente aniquilada y que Dios creará un
cielo y tierra totalmente nuevos y no renovados.
Ante esta situación, lo reformados han desechado por completo la idea de aniquilación, y
han optado por utilizar la palara “renovación” por varias razones. Los siguientes dos
argumentos que presentamos son en especial los que Hoekema nos presenta en su libro “La
Biblia y el futuro”, aunque no descartamos la posibilidad de hay otros argumentos
reformados que bien podrían también mencionarse.
“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales
mora la justicia” 2 Pedro 3:13.
Página 40
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron,
y el mar ya no existía más”. Apocalipsis 21:1.
Estos dos pasajes que hemos citado ambos utilizan la palabra “nuevo”. A simple viste uno
podría imaginarse que estos cielos y tierra nueva que va crear Dios son totalmente nuevos,
más en el pasaje de Apocalipsis porque menciona que “El primer cielo y la primera tierra
pasaron” dando a suponer que de este cielo y tierra que vemos actualmente ya no existirán
más, o como lo dirían algunos, serán aniquiladas que de ella no se tendrá memoria.
Ante esta idea debemos rechazarla porque, parece más una cosmovisión griega que
cristiana bíblica lo que tenemos aquí. Los Gnósticos, los Origenistas y más los Estoicos,
influenciados por la filosofía griega creían de que este mundo volvería a la nada. Y esta
idea predominó ya desde los primeros siglos de la vida de la Iglesia Primitiva, tuvo tanta
influencia que los mismos padres de la Iglesia decidieron crear los credos a la que ya nos
referimos anteriormente para defender la fe cristiana. Por esta razón rechazamos la
aniquilación total de la tierra, pues creemos que esa idea es una influencia de la
cosmovisión griega.
Además, tenemos que tomar en cuenta algo muy importante acerca del texto. En el texto
griego, hay dos palabras que se pueden traducir como “nuevo” (νέος y Κάινος). Aunque
tienen la misma traducción, sus significados varían. “La palabra neos significa nuevo en
tiempo u origen, en tanto que la palabra kainos significa nuevo en naturaleza o en
cualidad”52. Y ambos pasajes como el de Pedro y el de Apocalipsis utiliza la palabra
“Κάινος”, y al utilizar esta palabra no está indicando la aparición un mundo diferente a lo
actual, sino implica más bien la renovación de la misma creación actual que será sometida a
fuego para su liberación de la esclavitud.
No cabe duda de que la doctrina de la Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo es un
asunto que nos llena de valor para perseverar en la fe, gozo y nos llena de esperanza para
los creyentes. Este acontecimiento de la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo, estará
asociado con acontecimientos muy importantes para los creyentes. Una de ellas como ya
hemos desarrollado un poco aquí en este escrito es la renovación de la tierra, que será la
52 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro”Pág.315.
Página 41
morada final de los creyentes, pero ante esto hay otro evento que será único y maravilloso
para el creyente, esto es la resurrección y glorificación del cuerpo, no solo de los creyentes
que hayan quedado hasta la segunda venida, sino también los creyentes que ahora están en
el cielo.
Aunque no lo mencionamos anteriormente, para aquellos quienes niegan que la eternidad
no será en la tierra se meten en un problema grande, porque si los creyentes han de resucitar
con cuerpos glorificados es obvio de que tiene que haber un lugar donde pararse esos
cuerpos, nuestra imaginación de parte de nosotros nos haría pensar que estaremos volando
en el aire con estos cuerpos glorificados si no definimos bien nuestro concepto del “cielo”.
Pero no solo este grupo de creyentes tendría problemas con este asunto de la resurrección
sino, también aquellos quienes afirman la aniquilación total de la tierra tendrían
complicaciones cuando se les pregunte lo siguiente: ¿Cómo será la naturaleza de este
cuerpo resucitado? ¿Será totalmente nuevo o preservaremos nuestro cuerpo pero
glorificado?
“La Escritura enseña muy claramente que preservaremos nuestra identidad. Nuestro cuerpo
será reconocible como nuestro cuerpo. Esto es dijo nuestro Señor Jesucristo a sus discípulos
en el aposento alto: “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy” (Lc.24:39.40.).
Seremos nosotros mismos para toda la eternidad”53.
La Biblia nos enseña que Jesucristo resucito con su cuerpo físico, no un cuerpo espiritual
como algunos lo mencionan. Decir que no será este mismo cuerpo la que será glorificado
por lógica nos vendría a la mente decir entonces que: No necesitaríamos ser glorificados
entonces, pues el cuerpo que tendríamos no sería de la “misma naturaleza” de la anterior y
por lo tanto no necesitaría ser glorificado. En segundo lugar estaríamos asegurando que
Satanás pudo más que Dios, porque Dios no podría restaurar el cuerpo del creyente
haciendo que su única alternativa sería destruirlo por completo para después dar “un
nuevo” cuerpo en naturaleza.
Por supuesto, esto no es lo que nos enseña la Biblia. Las Escrituras testifican que seremos
glorificados, en otras palabras, el pecado ya no tendrá parte en nosotros sino tendremos un
53 LLOYD, Martin Jones. “La iglesia y las últimas cosas”. Pág.275.
Página 42
cuerpo incorruptible. Por lo tanto, “Los resucitados en Cristo no serán un grupo de personas
totalmente nuevos de seres humanos, sino el pueblo de Dios que ha vivido sobre la tierra.
Por analogía, es lógico esperar que la nueva tierra no será totalmente diferente de la
presente sino que será la presente tierra maravillosamente renovada”54.
Podríamos seguir poniendo otros argumentos que bien podrían respaldar la idea de la
renovación, pero nuestra intención no es alargarnos mucho, sino presentar algo breve. Por
lo tanto pasaremos a desarrollar el último punto, donde nuestra intención es presentar la
gran paradoja de este asunto. Esta paradoja nos hace aún más llenarnos de felicidad, porque
sé que muchas personas, así como también en algún momento pensé yo igual, quieren ir a
vivir en el “cielo”, La razón de esto es, porque ellos conciben a la tierra el lugar donde la
injusticia, la pobreza, el sufrimiento, el lloro, la muerte entro otros males que reinan sobre
la tierra. Esto es cierto. Mientras que el hombre no sea glorificado la tierra seguirá también
gimiendo por causa del pecado. Pero también es cierto que la Biblia ha dejado una doble
esperanza para nosotros, así como hemos de ser resucitados y glorificados, también la tierra
será renovada, el pecado será quitado de ella y reinara solo la justicia y la perfecta
presencia de Dios.
La paradoja es esta: si el cielo es donde está la morada de Dios, donde reina la perfecta
justicia y presencia de Él, y a la vez Apocalipsis nos dice que en la “Nueva tierra” es donde
Dios establecerá su tabernáculo y hará de esta tierra su residencia, ¿no es acaso entonces,
que a la vez que estamos en la tierra estaremos en el cielo para reinar juntamente con Él en
la eternidad? Esta es la gran paradoja que trataremos a continuación.
EL CIELO EN LA TIERRA.
“Y oí una gran vos del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y
el morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”.
Apocalipsis 21:3.
Anteriormente hemos mencionado que cuando hablamos del cielo no estamos refiriendo a
tres conceptos diferentes. De los tres conceptos mencionamos que uno de los conceptos es
conocido por algunos como el “cielo de Dios”, donde sabemos que cuando las personas que
54 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro” Pág.315.
Página 43
creyeron en evangelio de Cristo y fueron llamados por Dios mueren, van directamente a
este lugar. Son felices pero su felicidad es provisional, porque ellos serán resucitados y
glorificados para morar por la eternidad en la tierra.
Este cielo como lo mencionamos anteriormente es donde se manifiesta la perfecta justicia,
presencia y gloria de Dios. El pecado no tiene cabida en este lugar. Los seres celestiales
cantan ¡Santo, Santo, Santo” a Dios. Dios es reconocido como Rey y exaltado su nombre
por todos los moradores de ese lugar. Al escuchar esto nos llena de alegría, todos queremos
estar ahí, pues hay razones para decirlo, pues es el cielo de Dios y sobre todo su morada y
queremos de igual manera que esa sea también nuestra morada. Pero esto no será así, no
moraremos allá. Más bien, la Biblia nos menciona en Apocalipsis 21:1-3 que es Dios quien
cambiara de residencia y hará de nuestra morada su morada.
Cuando leemos este pasaje de Apocalipsis podemos lograr presenciar un doble consuelo
para el creyente. En primer lugar, Dios les dará a sus hijos como heredad por perseverar
hasta el final la “tierra nueva”, ellos vivirán ahí por eternidad. Esto no quiere decir que
cuando hayan tomado por posesión la tierra nueva ya no seguirán estando en la presencia
de Dios o en cielo de Dios, más bien, recibiremos doble bendición, seremos herederos de la
tierra nueva pero al mismo tiempo también lo seremos del cielo, “porque el cielo y la tierra
ya no estarán separados, como lo están ahora, sino que serán uno”55, por eso decimos que el
cielo o mejor dicho la presencia de Dios se establecerá en la tierra.
No con esta idea estamos contradiciendo todo lo que hemos dicho acerca de la tierra nueva
como la morada final de los creyentes, sino que estamos afirmando que muchas veces
aquellos que dicen que el cielo es la morada final de los creyentes lo dicen por no
comprender bien acerca del concepto de cielo, y cuando esto sucede muchos se imaginan a
los cuerpos flotando en el aire, o algunos hasta llegan a suponer que la morada final de los
creyentes está “más allá del sol”, lejos de esta tierra y del universo. Pero esto no es así,
Y por si todavía queda duda de esto, hay algo muy interesante que deberíamos ponernos a
reflexionar. Después de que Juan vio la visión de los cielos nuevos y tierra nueva, y
presenciar la nueva Jerusalén, las siguientes palabras que el ángel que dirige a Juan es que
55 HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro” Pág.308.
Página 44
la venida de Cristo está cerca, y es significativo que en estos últimos versículos la frase que
se resalta tres veces es “He aquí yo vengo pronto! Aunque la última frase literalmente dice:
“Ciertamente vengo en breve. Amén”.
La respuesta de Juan ante esto fue la siguiente: “Si, ven, Señor Jesús”. ¿Cuál es la razón? El
y las personas que eran coparticipe de los sufrimientos que estaban padeciendo, no solo
esperaban el regreso inminente de Jesús nuestro Señor Jesucristo, sino ansiosamente ellos
también estaban esperando “los cielos nuevos y tierra nueva” donde establecería Dios su
trono y su gloria. Por eso con entusiasmo Juan pudo decir “Si, ven, Señor Jesús”. Por eso es
tan significativo que Apocalipsis termina con las tres visiones que llenan de esperanza: los
cielos nuevos y tierra nueva, la nueva Jerusalén y las palabras del ángel diciendo que la
segunda venida de Cristo está cerca.
Página 45
CONCLUSIÓN.
Cuando llego a este punto debo reconocer que hay mucho por aprender. Sé que un tema
como esto requiere mucho esfuerzo y esmero. Agradecemos que muchos teólogos
reformados hayan tenido la iniciativa de tratar asuntos como estos. La iglesia está en espera
de respuestas para afirmar su fe en Cristo. Sé que hay muchas otras cosas que pudimos
haber tratado en esto pero sabemos de antemano que hay muchos autores que también nos
puede explicar ante los asunto que no tratamos. Pero sobre todo la Biblia es el único libro,
inspirado por el Espíritu Santo quien nos puede enseñar y sacarnos de toda duda.
“La doctrina de la nueva tierra debería darnos esperanza, valor y optimismo en estos días
de desesperanza. Si bien el mal parece desatado en este mundo, nos consuela saber que
Cristo ha logrado la victoria final. Aun cuando los ecologistas describan el futuro de esta
tierra en términos lóbregos, es alentador saber que algún día Dios preparará una nueva
tierra gloriosa sobre la cual los problemas ecológicos que ahora nos vejan ya no
existirán”56.
La Biblia nos dice que solamente por medio de Jesucristo su único hijo reconcilio todas las
cosas, las que están en los cielos como las que están en la tierra. La muerte y resurrección
de Nuestro Señor Jesucristo ha cambiado el sentido de la historia de aquellos que son sus
escogidos y de la tierra misma. El apóstol Pablo nos recuerda que nuestra condición antes
de que Cristo viniese a morir por nosotros era, que nosotros merecíamos la muerte, pero
56 11. HOEKEMA, Anthony A. “La Biblia y el futuro” Pág.322.
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prosiguiendo, él mismo apóstol nos da una esperanza y nos dice que: “Más la dádiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús”.
Las promesas de Dios no solo incluyen la vida eterna, sino que Él mismo ha dicho en su
palabra que estos que han sido salvados por la pura gracia de Él, serán los que hereden la
tierra como recompensa de haber aceptado el llamado que Dios les hizo. Esta tierra será
donde ellos vivirán perpetuamente, gozaran de la presencia de Dios, ellos serán llamados
pueblo de Dios y Dios mismo será su Dios como dice su palabra.
La redención de Dios no solamente se trataba de salvar a algunas personas sino en su más
grande propósito incluía la redención de la misma tierra. Esto es lo que nos recuerda el
apóstol Pablo en su carta a los romanos, él nos dice que: “Porque también la creación
misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a libertad gloriosa de los hijos de
Dios”. Esta libertad gloriosa se hará posible cuando Jesucristo regrese por segunda vez,
mientras tanto nuestra oración debe de ser el de pedir que Dios establezca su Reino en la
tierra como nuestro Señor Jesucristo enseñó a sus discípulos: “Padre Nuestro que estás en
los cielos, Santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra…”Mt.6.9-10.
Desde el primer libro de la Biblia Dios demuestra su gran interés por su creación. Antes de
la caída Dios pronunció que todas las cosas que Él ha había hecho era “bueno en gran
manera”. Esta creación es el reflejo no solo de la existencia de un ser supremo a nosotros,
sino es el mismo reflejo de su gran poder y su sabiduría que cuentan la gloria de ese único y
verdadero Dios que se ha revelado en su palabra.
El hecho entonces de que haya sido colocado en el primer libro de la Biblia el asunto de la
creación, nos demuestra que esto no fue una casualidad meramente humana, sino que es el
mismo Espíritu Santo que ha querido que sea de esa manera. Si su palabra nos dice la
siguiente manera: “Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay”
Heb.11:6, entonces no hay mejor manera de confiar que iniciando en creer lo que nos dice
el primer Génesis en su primer capítulo y versículo: “En el principio Dios creó los cielo y la
tierra”, porque si tengo fe en que Dios fue el creador de todo lo que existe y sobre todo mi
creador, entonces empezamos a creer que hay alguien supremo a nosotros y que no nos
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creamos a nosotros mismo sino, que fue Dios el que nos hizo. Por lo tanto, si empezamos a
creer por fe que Dios es el creador entonces empezamos a creer también que toda la
creación anuncia la gloria de sus manos, y que esta creación tiene un gran valor para Dios,
pues todo lo que existe de Él, por Él y para Él.
Pensar que la tierra no está en los propósitos de Dios nos haría pensar o suponer que en
realidad Satanás, nuestro enemigo ha ganado la victoria, y que como única opción que
queda para Dios sería la destrucción total de la tierra, y que los creyentes tendrán que
decirle adiós algún día esta tierra. Pero esto no es lo que nos enseña la palabra de Dios. El
mismo Salmista David nos recuerda en el Salmo 37 que aquellos quienes permanecen fiel y
no hay maldad en ellos, serán lo que poseerán la tierra como heredad, y no solo lo dice una
vez, sino constantemente lo repite en ese salmo.
Al morir, todos sabemos que solamente hay dos caminos para el hombre. El infierno está
reservado para los injustos, mientras que el cielo está reservada para los que creyeron en
Jesucristo. Pero esto no será la morada eterna de los justos, sino que ellos esperan la
resurrección de sus cuerpos y que sean glorificados para recibir a su señor, y cuando haya
sucedido esto, ellos reinaran en los cielos nuevos y tierra nueva, pero no solo serán mil
años, sino toda una eternidad. Ello serán testigos de cómo Dios renovará la tierra para un
futuro glorioso como lo anunciaron los profetas de Israel. Abraham y sus descendientes
serán los que morarán en esta tierra.
“Cristo es victorioso, no el diablo; el plan de Dios, aunque aparentemente frustrado por un
tiempo, en realidad no lo está, y al final se le ve triunfar completamente. Somos
vencedores. Sí, somos más que vencedores, porque no solamente somos librados de la
maldición más grande, e incluso de todas las maldiciones, sino que obtenemos también la
bendición más gloriosa (Ap.21:3)”57.
La historia de Dios sigue siendo su historia, que está siendo guiada hacia una gran meta que
llenan de gozo y esperanza al pueblo de Dios. Esa fue la manera en que Juan la pudo
contemplar en la Isla de Patmos cuando en revelación el ángel de Dios le mostró los nuevos
cielos y nueva tierra. Aunque él estaba preso por causa del evangelio, jamás se dio por
57 HENDRIKSEN, William. “Más que vencedores” Pág. 202.
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vencido, porque sabía que su fe sería recompensada cuando Cristo vuelva por segunda vez
al mundo y renueve la tierra para que sus hijos moren en ella.
“Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una
espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la
vida”. Esta es quizás las palabras más triste que Dios pronunció para el hombre en el huerto
de Edén. Pero sin duda alguna, las palabras que llenan de gran gozo y esperanza a todos los
creyentes es la que se pronuncia en Apocalipsis 21:1-3, donde Dios reafirma que Él mismo
hará estará con nosotros Reinando en los cielos nuevos y tierra nueva.
Mientras llegue ese día glorioso, nuestra oración debe de ser como como el que Juan pudo
pronunciar en sus labios. “Si, ven, Señor Jesús.” Establece tu trono sobre la tierra. Amén.
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