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7/26/2019 El Yo y El Ello RESUI
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El yo y el ello: (1923)
Conciencia e inconciencia:
La diferenciacin de lo psquico entre conciente e inconciente es la premisabsica del psicoanlisis y la nica que da la posibilidad de comprender, los
frecuentes e importantes procesos psquicos de la vida anmica. El
psicoanlisis no puede situar en la conciencia la esencia de lo psquico, se
ve obligado a considerar la conciencia como una cualidad de lo psquico que
puede aadirse a otras cualidades o faltar.
Para la mayora de las personas de formacin losca, la idea de algo
psquico que no sea tambi!n conciente es tan inconcebible que parece
absurdo y desec"able por mera aplicacin de la lgica. Esto se debe a que
nunca "an estudiado los fenmenos de la "ipnosis y del sueo. #u psicologade la conciencia es incapa$ de solucionar problemas del sueo y de la
"ipnosis.
#er conciente, es una e%presin descriptiva, invoca la percepcin ms
inmediata y segura. La e%periencia muestra que un elemento psquico,
como por e&emplo una representacin, no suele ser conciente de manera
duradera. Lo caracterstico es que el estado de conciencia pase con rapide$,
la representacin a"ora conciente no lo es mas en el momento que sigue,
solo puede volver a serlo ba&o ciertas condiciones. En tanto ella era' no
sabemos que podemos decir que estuvo latente y por tal entendemos que
en todo momento fue susceptible de conciencia. (ambi!n damos una
descripcin correcta si decimos que fue inconsciente. Eso inconciente
coincide con eso latente suceptible de conciencia.
E%isten procesos anmicos o representaciones muy intensos, aqu entre por
primera ve$ un factor cuantitativo y por tanto uno econmico, que como
cualquier otra representacin puede tener plena consecuencias para la vida
anmica )incluso pueden devenir conciente en calidad de represiones* solo
que ellos no devienen concientes. (ales representaciones no pueden
devenir concientes porque cierta fuer$a se resiste a ello, que asi no fuese
podran devenir concientes y entonces se vera cuan poco se diferencian deotros elementos psquicos reconocidos. Llamamos represin )esfuer$o de
desalo&o* al estado en que ellas se encontraban antes de que se las "iciera
concientes y en el curso del traba&o psicoanaltico sentimos como
resistencia la fuer$a que produ&o y mantuvo la represin.
Es de la doctrina de la represin donde se e%trae el concepto de lo
inconsciente. Lo reprimido es para nosotros el modelo de lo inconsciente,
tenemos dos clases de inconsciente, lo latente susceptible de conciencia, y
lo reprimido que es insuceptible de conciencia. Llamamos preconciente a lo
latente, que es inconsciente solo descriptivamente, no en el sentido
dinmico y limitamos el nombre inconsciente a lo reprimido inconciente
dinmicamente, de modo que a"ora tenemos tres t!rminos+ consiente )c*,
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preconsciente )Prc*, e inconsciente )-cc* cuyo sentido ya no es puramente
descriptivo. El Prc esta muc"o mas cerca de la conciencia que el
inconciente. reud se pregunta, / por qu! no preferimos quedar de acuerdo
con los lsofos y separar tanto el prcc como el icc de lo psquico cc0, si tal
"ici!ramos los losofos nos propondran describir el prcc y el icc como dos
clases o grados de psicoides, esos estdos psicoides concuerdan en casitodos los dems puntos con lo psquico reconocido, quedara relegado en
aras de un pre&uicio, que por aadidura proviene del tiempo en que no se
tena noticia de esos estados psicoides. 1o "ay que olvidar que en el
sentido descriptivo "ay dos clases de inconientes en el dinmico solo una.
El distingo entre conciente e inconciente es en denitiva un asunto de la
percepcin, el acto mismo de la percepcin nos anoticia de la ra$n por la
cual algo es percibido o no lo es.
En el curso ulterior del traba&o psicoanaltico se evidencia que estos
distingos no bastan, son insucientes para la prctica. 1os "emos formadola representacin de una organi$acin co"erente de los procesos anmico en
una persona, y la llamamos su 23. 4e este 23 se desprende la conciencia,
el gobierna los accesos a la motilidad, a la descarga de las e%citaciones en
el mundo e%terior, es aquella instancia anmica que e&erce un control sobre
todos sus procesos parciales y que por la noc"e se va a dormir, a pesar de
lo cual aplica la censura onrica. 4e este yo parten tambi!n las represiones,
a ra$ de las cuales ciertas aspiraciones anmicas deben e%cluirse no solo de
la conciencia, sino de otras modalidades de vigencia y de que"acer. En el
anlisis eso "ec"o a un lado por la represin se contrapone al 23 y se
plantea la tarea de cancelar las resistencias que el yo eteriori$a a ocuparsede lo reprimido. reud, "a "allado en el 2o algo que tambi!n es -cc, que se
comporta como lo reprimido, e%teriori$a efectos intensos sin devenir a su
ve$ conciente y se necesita de un traba&o particular para "acerlos
concientes. aeramos en innitas impresiones y dicultades si
pretendi!ramos atenernos a nuestro modo de e%presin "abitual, la vida
anmica nos obliga a sustituir esa oposicin por otra, la oposicin entre el 23
co"erente y lo reprimido escindido de el.
4iscernimos que lo icc no coincide con lo reprimido, sigue siendo correcto
que todo lo reprimido es -cc, pero no todo lo - es reprimido. (ambi!n una
parte del yo, puede ser -c. 2 esto -cc del yo no es latente en el sentido de loPrcc, si asi fuera no podra ser activado sin devenir c y "aerlo conciente no
deparara dicultades tan grandes.
Estatuimos un tercer -cc, no reprimido, el carcter de la inconciencia pierde
signicatividad para nosotros, pasa a ser una cualidad multivoca que no
permite las amplias y e%cluyentes conclusiones a que "abramos querido
aplicarla.
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La investigacin patolgica a dirigido nuestro inter!s demasiado
e%clusivamente a lo reprimido. El yo puede ser inconciente en el sentido
genuino. (odo nuestro saber est ligado a la conciencia, de lo inconciente
podemos tomar noticia "aci!ndolo conciente.
La conciencia es la upercie del aparato anmico, la "emos adscrito encalidad de funcin a un sistema que especialmente es el primero contando
desde el mundo e%terior, y espacialmente por lo dems no solo en sentido
de la funcin, sino esta ve$ tambi!n en el de la diseccion anatomica.
#on concientes todas las percepciones que nos vienen de afuera
)percepciones sensoriales*, y de adentro lo que llamamos sensaciones y
sentimientos. reud se pregunta, / que ocurre con aquellos otros procesos
que acaso podemos reunir ba&o el titulo de procesos de pensamiento0, /son
ellos los que, consumndose en algn lugar del interior del aparato como
despla$amiento de energa anmica en el camino "acia la accin, advienen a
la supercie que "ace nacer la conciencia, o es la conciencia la que va "acia
ellos0 Esta es una de las dicultades que se presenta si uno quiere tomar en
serio la representacin espacial, tpica, del carcter anmico.
La diferencia afectiva entre una representacin )un pensamiento*icc y una
Prcc consiste en que la primera se consumia en algn material que
permanece no conocido, mientras que en el caso de la segunda )la Prcc* se
aade la cone%in con representaciones palabras, "e a" donde se puede
indicar para los dos sistemas Prcc e -cc, signos distintivos diversos que la
referencia a la conciencia. /mo algo deviene conciente0 5as adelante
esta pregunta se formulara, /mo algo deviene Prcc0 Por cone%iones conlas correspondientes representaciones6palabras.
Estas representaciones6palabras, son restos mnemicos, que una ve$ fueron
percepciones, y como todos restos mn!micos pueden devenir de nuevo
concientes. #olo pueden devenir conciente lo que ya una ve$ fue percepcin
cc, y e%ceptuando los sentimientos, lo que de adentro quiere devenir
conciente tiene que intentar transponerse en percepciones e%teriores. Esto
se vuelve posible por medio de la "uella mn!mica. Los restos mn!micos se
conciben como sistemas inmediatamente contiguos al sistema Pcc, sus
investiduras fcilmente pueden transmitirse "acia adelante, viniendo desde
adentro, a los elementos de este ultimo sistema.
Los restos de las palabras provienen de percepciones acsticas, es dado un
particular origen sensorial, para el sistema Prcc. en un primer aborda&e
pueden desdearse los componentes visuales de la representacin palabra
por ser secundarios, adquiridos mediante la lectura y lo mismo las imgenes
motrices de la palabra. La palabra es, el resto mn!mico de la palabra oda.
7 la pregunta por el modo n que podemos "acer )pre*conciente algo
reprimido )esfor$ado al desalo&o* "a de responderse, restableciendo,
mediante un traba&o analtico, aquellos eslabones intermedios Prcc. La
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conciencia permanece en su lugar, pero tampoco el -cc "a trepado "asta la
.
El vnculo de la percepcin e%terna con el yo es evidente, la percepcin
interna proporciona sensaciones de procesos que vienen de los estratos ms
diversos, tambi!n de lo ms profundo del aparato anmico.
El papel de las representaciones 8palabras se vuelve claro, los procesos
internos de pensamiento son convertidos en percepciones. 7 ra$ de una
sobreinvestidura del pensar, los pensamientos devienen percibidos real y
efectivamente como de afuera, y por eso se los tiene por verdaderos.
(ras esta aclaracin de los vnculos entre percepcin interna y e%terna y el
sistema6supercie P6cc, podemos pasar a edicar la representacin del yo,
lo vemos a partir del sistema P, como de su ncleo y abra$ar primer al
sistema Prcc, que se apuntala en los restos mn!micos, pero el yo adems es
-cc. reud llama 23 a la esencia que parte del sistema P y que es primeroPrcc y ello a lo otro psquico en que aquel contina y que se comporta como
icc.
9n in6dividuo es para nosotros un ello psquico, no conocido :)no discernido*
e inconsciente, sobre el cual se asienta el yo, desarrollado desde el sistema
P como si fuera su ncleo. El yo no est separado ta&antemente del ello. Lo
reprimido con;uye con el ello, no es ms que una parte del ello. Lo
reprimido solo es segregado ta&antemente del yo por las resistencias de la
represin, pero puede comunicar con el yo a trav!s del ello. El yo lleva un
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en modo alguno, la nica situacin de esta clase, la e%periencia nos lelva a
"ablar de un sentimiento inconciente de culpa, esto desempea un papel
econmico decisivo en gran nmero de neurosis y levanta los ms
poderosos obstculos en el camino de la curacin.