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Excelentísimo Presidente de la República, Lic. Danilo Medina
Señoras y Señores,
La República Dominicana cuenta con un déficit habitacional de
aproximadamente 1.1 millones de viviendas. Este déficit está presente en todo
el territorio nacional y está estrechamente ligado con el porcentaje de hogares
pobres, sobre todo en la región Sur. Un 40% del déficit habitacional se debe a
viviendas nuevas que deben ser construidas, y el 60% que deben ser
mejoradas. El costo estimado para resolver este grave problema es de más de
RD$ 300 mil millones. Dada la magnitud de recursos, se requiere de la
participación conjunta del sector público y privado.
Con el objetivo de eliminar el déficit habitacional se diseñó y se promulgó la
Ley de Mercado Hipotecario y Fideicomiso. Esta Ley creó mecanismos que
incentivan el desarrollo de proyectos habitacionales, principalmente aquellos
de bajo costo, mediante facilidades al financiamiento y la construcción. La
Ley ofrece una variedad de instrumentos para alcanzar sus objetivos: crea el
fideicomiso para facilitar la separación y administración de patrimonios; los
instrumentos financieros hipotecarios como las letras, los bonos, las cédulas,
los contratos de participación y los mutuos; hace operativos los fondos de
inversión; establece los criterios para la titularización -el agrupamiento de
activos financieros para ser transformados en títulos valores- lo que dará
mayor liquidez al sistema financiero al convertir activos ilíquidos en líquidos;
acredita los proyectos de vivienda de bajo costo y las cuentas de ahorro
programadas para la adquisición de vivienda. La Ley conjuga los fundamentos
necesarios para desarrollar de forma integral y sólida un mercado hipotecario
sano y contribuir a la solución del déficit habitacional. Los beneficios
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económicos, financieros y sociales que va a generar la Ley de Mercado
Hipotecario y Fideicomiso la harán una de las más trascendentales de la
historia económica reciente.
Los mecanismos introducidos por esta Ley abarcan todos los agentes que
participan en el mercado hipotecario: desde los hogares que aspiran a adquirir
una vivienda, los constructores que necesitan financiar sus obras, las entidades
de intermediación financieras que captan los ahorros de los hogares y
financian al sector construcción, y a las instituciones públicas que intervienen
en estos sectores. La Ley también integra a las instituciones reguladoras y
supervisoras de forma coordinada para poder realizar un mejor trabajo en base
a reglas claras y respetando las normativas de los sectores que interactúan en
la presente Ley.
Actualmente, la República Dominicana presenta un ahorro bruto interno del
8% del PIB, inferior al promedio de la región y con tendencia decreciente. Al
mismo tiempo, los préstamos para la adquisición de viviendas
tradicionalmente han ido destinados a las familias de clase media y alta, ya
que son las que gozan de historial crediticio y capacidad de pago. Los
segmentos de menor ingreso de nuestra población no tienen capacidad de
ahorro y se endeudan en mercados informales a tasas altas y a plazos cortos,
dificultándoseles acceder a una vivienda y a tener una vida más digna. A
través de las cuentas de ahorro programadas para la adquisición de vivienda,
creadas en esta Ley, las familias podrán ahorrar para su vivienda con una
perspectiva de largo plazo y que tengan las facilidades para adquirirla.
Además, el gobierno incentivará este ahorro a través de un bono
compensación del ITBIS o de un bono tierra como ayuda al completivo del
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inicial de la vivienda. En la actualidad, solo unas 70 mil familias acceden al
crédito hipotecario. Como verán, esta Ley ampliará el acceso al mercado
hipotecaría a 500 mil familias, democratizando la vivienda.
Por el otro lado, la Ley permitirá desarrollar el mercado hipotecario
dominicano y el de la construcción; que es un catalizador del crecimiento
económico por su alto eslabonamiento hacia atrás con la manufactura y la
minería, y hacía delante con el transporte y el comercio. Esta Ley movilizará
los sectores que componen el 43% del PIB y el 46% del empleo en la
economía dominicana, generando una dinamización total de la economía.
El financiamiento tradicional está limitado por los plazos, la ley de
Fideicomiso expande la canalización de los recursos sin generar descalce de
plazos. Por ende, la construcción de viviendas de bajo costo contará con una
fuente de financiamiento sostenida, permitiendo mayores plazos y menores
tasas a los compradores de viviendas. Estas condiciones aumentarán la
demanda de viviendas y estimularán la construcción. Desde ya existe la
capacidad para la construcción de 15 mil viviendas, y que en los próximos
diez años se construya un total de 400 mil viviendas amparadas en la Ley.
Además, se profundizará el mercado de capitales dominicano permitiendo una
mayor relación entre el ahorro y el financiamiento de largo plazo, creando
nuevas alternativas de inversión para los inversionistas institucionales. Para el
año que viene, se estima que aproximadamente el 1% del PIB se invertirá
solamente mediante la figura del fideicomiso. Para el 2016, esta cifra puede
alcanzar el 8% del PIB. Podemos asegurar que las figuras financieras que se
introdujeron en esta ley pueden llegar a representar más del 10% del PIB,
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significando esto un importante crecimiento para el sistema financiero. Entre
los beneficios para el Sector Financiero y los Inversionistas Institucionales,
podemos citar:
1. Se incrementará la diversificación por sector económico, por tipo de
instrumento y por tipo de institución, reduciendo el nivel de riesgo del
sistema y se incrementara la rentabilidad esperada.
2. Mayor número de instrumentos a ofrecer a los clientes.
3. Se crean nuevas fuentes de fondeo, estimulando el crédito de largo
plazo.
4. El Fideicomiso permite obtener fondos sin el pasivo de la sociedad al
ser un financiamiento “fuera del balance”.
5. Permite financiar actividades de empresas que de otro modo no
accederían a mercado
Si una parte de los recursos de los fondos de pensiones son invertidos en los
instrumentos que crea esta Ley, fortaleceremos el sistema de pensiones y el
sistema financiero dominicano ya que tendremos instituciones más
diversificadas. Por consiguiente, los dominicanos percibirán mayores
pensiones al momento de retiro. Además, como los trabajadores dominicanos
tendrán un mayor acceso a la compra de viviendas, percibirán más de cerca los
beneficios de sus contribuciones a la seguridad social. Cabe señalar que la Ley
no está diseñada para que el Gobierno tome los recursos de los fondos de
pensiones, sino crear los incentivos para involucrar al sector privado, facilitar
el acceso a fuentes de financiamientos no tradicionales y atraer
voluntariamente a los inversionistas institucionales como los fondos de
pensiones, las compañías de seguro, los fondos de inversión, entre otros.
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Esta ley contribuirá a la dinamización del sector construcción y de las
oportunidades de negocios en el país. También impulsará la creación de
nuevos puestos de trabajo, contribuyendo a alcanzar la meta de 400 mil
empleos en los próximos cuatro años, incrementará la oferta de viviendas a
mayores plazos y menores costos, y creará distintas alternativas de inversión.
De esta manera, se solidificará el sistema de pensiones y el sistema financiero,
lo que sin duda garantizará un mejor futuro para todos. Pero el alcance de esta
ley va más allá de lo económico e incidirá en el desarrollo con equidad del
país.
Más importante aún, la reducción del déficit habitacional implicaría un salto
cualitativo en el nivel de bienestar de la población más desposeída de nuestra
nación, que complementa la ampliación de los demás programas sociales del
Gobierno del Presidente Medina. Esto, junto con el plan para eliminar el
analfabetismo y la destinación del 4% del PIB a la educación preuniversitaria
que fomentará una mejor formación académica, los créditos a las micro,
pequeñas y medianas empresas que fomentarán el emprendedurismo, la
distribución a ingenieros locales de la construcción de aulas que fomentará el
desarrollo local, esta Ley fomentará las viviendas de bajo costo y el acceso
para todos los dominicanos a una vida digna.