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y no de una de ellas, que se­ría privilegiada, ni de un "ti­po ideal".

Estructura da una idea afína la de orl1;anización, pero enel presente caso su aplicaciónes distinta: "Una organiza­ción es una combinación deelementos; es el orden de loshechos, y no es inteligible porsí misma, mientras uno se li­mite a describirla aparte decualquier otra. Sólo se vuel­ve intelil1;ible cuando, por elcontrario, es posible captar suarrel1;lo interno (la estructuraen el sentido del diccionario)como uno entre otros, porquees la única forma de plantearel problema de su sig-nifica­ción." Se concluye en que elestructuralismo no define sim­plemente un orden, sino quefundamenta en él su dina­mismo práctico.

Respecto de las posibilida­des del estructuralismo. Poui­llon sostiene que ning-ún cam­po le está prohibido, y noporque resuelva todos losnroblemas sino porque puedeabordarlos. Para probar quelo real está estructurado, na­da indica que sea necesarioreducirlo. El estructuralismono es el formalismo. Por elcontrario, inquiere sobre ladistinción entre la forma y lamateria y no hay materia aÍ­guna que a priori le resulteinaccesible.

Mas a juicio del autor ca­bría aun elaborJr una teoríageneral de las contradiccio­nes para establecer en primertérmino su tipología. Añadeque el estructuralismo enfren­ta aquí, aparentemente, sudificultad más grande. Queel análisis y la colocación delas realidades históricas pue­dan ser estructurales, comose ha tratado de demostrar,¿ acaso implica que en sí mis­mos también lo son? Que lasrelaciones sean estructuralesno dice que las plantea. Sevuelve así para Pouillon laobjeción fundamental: el es­tructuralismo permite anali­zar lo constituido, pero ;. dón­de está el constituyente? Pa­ra Sartre la estructura sólopuede comprenderse por lapraxis, con lo que al recono­cer el carácter dinámico dela estructura rechaza el es­tructuralismo.

Sin embarg-o -concluyePouiJIon en su Ensayo de de­finición- ante el interrog-an-

te: ;, la estructura es produc­to de la praxis y lleva sumarca o la praxis está deter­minada por la estructura?,parece que basta con leer losanálisis de Sartre o de Lévi­Strauss para convencerse dela complementariedad de lasdos nociones: no es posiblepensar una s:n la otra, y suooosición no es quizá tan ra­dical como para ser la dedOJ ('aras de una misma rea­lidad.

Elías Condal

Miguel León-Portilla: Tre­ce poetas del mundo azteca.Instituto de InvestigacionesHistóricas, UNAM, 1967,252 pp. 4 ils. en color, 10ils. b. y n. (Ed. bilingüe, ennáhuatl y español) ..

Miguel León-Portilla, investi­gador que ha conseguido almismo tiempo profundizar enla oscura realidad náhuatl yrealizar obras de gran méri­to histórico y documental, en­cuentra en esta edición deTrece poetas del mundo azte­ca la forma justa de presentarvarios aspectos, por demás in­teresantes, de una literaturanunca antes dada a conocery cuyos temas, sin embargo,afloran ocasionalmente en losescritores mexicanos que, pormera referencia vaga o porun inconsciente volver al pa­sado, dan lugar a ese realismomágico que los estudiosos dela literatura ubican preferen­temente en hispanoamérica.

Los nombres de Nezahual­cóyotl, Nezahualpilli, Caca­matzin y Axayácatl traen a lamemoria del lector un eco dehistoria que se dejó atrás sin

profundizar, pero a excepcióndel primero, ninguno parecíatener relación con la poesía,hasta que León-Portilla noslos descubre como escritores,enmarcados además en unboceto histórico breve y efi­caz. Lo meritorio del acerca­miento a los poetas y susobras es la presentación delos textos en náhuatl, seguidosde una traducción directa, sinafeites, que ayuda a formarseuna imagen clara del hombrefrente a ciertas preocupacio­nes religiosas, filosóEcas, on­tológicas, y su recurrencia alos valores que respetaba yque consideraba inmutables.Esta traducción tan llena desinceridad es más notable, porejemplo, en los poemas deNezahualcóyotl, que fuerondados a conocer hace cienaños, o aca,o más, por JoséJoaquín Pesado, quien honra­damente llamó "traduccioneso glosas" a las que hizo de lasobras del rey de Tezcoco, pe­ro que ineludiblemente lasaproximan a su contempo­ráneo José Jorrilla, más queal remoto poeta del mono­teísmo intuitivo.

El tono crepuscular, adver­tido en los poetas mexicanospost-románticos y modernis­tas, viene a resultar heredadode los ancestros indígenas,según se ve por la tónica quesiguen estos trece poetas. Laalegría y el colorido que mani­fiestan en ocasiones, siemprerepresentados por los casca­beles, las plumas y las flores,tienen como contrapunto ca­si ineludible el pensamientoen la muerte, en el abandonode este mundo y de cuantoles resultaba grato. El rego­cijo se muestra a jirones, en-

marcado en los tonos fúne­bres que no abandona quien,como el azteca, o el indígenamexicano en su mayoría, pien­sa que la felicidad es acarrea­dora de desdichas y que porello no debe reconocerse de­masiado abiertamente.

A pesar de la nota gris,acaso pesimista, del indígena,hay un poema especialmentenotable, por lo raro, dentrode la antología, y es el de Tla­tecatzin, que le canta a laahuinanime, la alegradora, laprostituta que, como temaobsesionante de la poesía uni­versal, es la "Dulce, sabrosamujer, /preciosa flor de maíztostado,/ sólo te prestas,! se­rá' abandonada,! tendrás queirte,! quedarás descarnada."y aun en esta poesía, casiuna anacreóntica por el tep1aescogido, hay la consideraciónangustiosa del placer comopreludio del dolor y la muerte.

La realización de ésta an­tología tiene como virtud evi­dente la búsqueda de poemasque no son propiamente reli­giosos, ni épicos por defini­ción, ni líricos del todo;no obstante, estos tres tipos depoesía aparecen amalgamadosen todas, porque la orienta­ción que se le dio a la labordel investigador fue más ha­cia los poetas que hacia lasobras, y esto constituye otroacierto. Hasta ahora todas lasincursiones en la literaturaprehispánica, se habían hechotratando de demostrar quenuestros antecesores habíantenido una actividad artísticaacorde con el desenvolvimien­to normal que tienen. las le­tras en todos' los pueblos, osea: buscando patentizar, quelos aztecas, o los mayas, o losincas, tuvieron su momentoépico, su ciclo místico y supredilección por el lirismo.- La división de la literaturaen ciclos cerrados y determi­nables, cpmo la española enlos menesteres casi gremialesde la juglaría y la clerecía, notiene mucha aplicación a lu­gares y tiempos en que lospoetas carecían de influen­cias y de escuela, y se guia­ban por los acontecimientosy su apreciación de ellos; enese sentido, estudiar a lespoetas nahuas y a sus obras,abstrayéndolos de toda rela­ción colegial, significa repre­sentárnoslos claramente como

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autores; como hombres dota­dos de sensibilidad y de auto­nomía en la temática y en eldesarrollo, sin el encasilla­miento en movimientos, tangrato a quien intenta sistema­tizar una serie de fenómenosliterarios.

La edición de Trece poetasdel mundo azteca, que la Uni­versidad acaba de hacer, esun acierto por el materialque reúne, valioso artística ehistóricamente, y además porla forma de presentarlo, enun libro de irreprochable fac­tura y de apariencia atractiva.

-Luis Adolfo Domínguez

Raymundo Ramos: Memo­rias y autobiografías de es_ocritores mexicanos, México,Universidad Nacional Au­tónoma de México, 1967.202 pp. (Biblioteca del Es­tudiante Universitario, 85.)

Este nuevo volumen de laBiblioteca del Estudiante esuna antología de páginas au­tobiográficas que representanmuy diversas épocas, escuelasy estilos de la literatura me­xicana. Bajo el título de Me­morias y autobiografías de es­critores mexicanos, Raymun­do Ramos ha seleccionado lospasajes que juzga más signi­f,icativos en un conjunto deautores que van del siglo XVII

al xx. El eje central que es­labona la obra es la progre­siva conciencia que de sí mis­mos y de los problemas lite­rarios han tenido lo, escrito­res mexicanos a partir del 'si­glo XVII, con Sor Juana Inésde la Cruz, hasta el xx conJaime Torres Bodet. En suEstudio preliminar, Ramosplantea los límites inevitablesde toda antología. Necesaria­mente ha de ser incompletay subjetiva: "Antología es se­lección." Y añade: "Procesode 'simpatías y diferencias'que requieren el mínimo depaladar crítico." A pesar deello, la antología demuestrabuen gusto selectivo. Ray­mundo Ramos no sólo ha es­cogido las páginas con crite­rio estético o histórico, sinoque son perceptibles tambiénotros propósitos: la búsque­da de la anécdota, entreteni­da, pintoresca y costumbris­ta; y, lo que es más impor­tante, el ejemplo moral, la

proyección didáctica, formati­va, que esas confesiones pue­den tener para la juventudmexicana. En su Estudiopreliminar, Raymundo Ra­mos comenta algunas defini­ciones clásicas de "memoria"y de "autobiografía". Cita aNietzsche, a Ortega y Gasset,a Reyes; deslinda el diario delas memorias, vida que se vahaciendo, en el primero; pers­pectiva y recapitulación enlas segundas. Apunta las di­ferencias con la autobiogra­fía, más construida, más li­teraria, y al tiempo menossincera. Definiciones y con­ceptos que no resultan super­fluos en una obra de carác­ter escolar, y mayormente enun género -el autobiográfi­co-- en que se suelen englo­bar variantes y matices demuy diferente naturaleza ypropósito. Sus ~jemplos -SanAgustín, Celfini, Rousseau,Ticknor- son útiles para queel estudiante ~itúe el géneroen una realidad concreta ydeslinde sus ramificaciones su­tiles. Más adelante, Ramosexplica las circunstancias, elcontexto histórico, literario,vital, en el que cada una delas memorias representadas seescribió.

Sor Juana está representa­da por su famosa Respuestaa Sor Filotea de la Cruz. Eltexto se incluye íntegro, dadasu importancia. Aunque no setrata de memorias en el sen'­tido riguroso del término, esevidente su valor como docu­mento autobiográfico. Es "laCarta Magna de la libertadintelectual de las mujeres deAmérica", como dijo un au­tor, Salceda, a quien cita elantólogo.El siglo XVII en Mé­xico es también una énocade nacionalismo germinal: seplantea en América el des­arrollo de una cultura dife­rente, nueva, y ese eje, decreciente conciencia nacional,Se perfila con mayor nitidezen el XVIII, del que se selec­cionan I;¡s Memorias de FrayServando T'eresacle Mier. Nóhay en las páginas escogidasnada desaprovechable, pero.son particularmente graciosassus mordaces, casi siempredisparatadas, observaciones dela vida en Italia, sobre todoen Nápoles. Los Apuntes deGuridi y Alcacer, más subje­tivos y I~cales, son de gran in_terés por manifestar la crisis

de una época de transición yel desencanto de la gran ciu­dad para revalorar el sosiegode la vida provinciana segúnla sensibilidad prerrománticay rousseauniana. De las M e­morias de mis tiempos, la fa­mosa y sabrosa obra de Gui­llermo Prieto, en la que casise vuelca por entero el sigloXIX en México, se han elegi­do pasajes esenciales: la fun­dación del Colegio de SanJuan de Letrán, las primerasfiguras del romanticismo me­xicano, como Lacunza y Fer­nando Calderón. A fines dtsiglo. esa antigua sensibilidadromántica daría paso al po­sitivismo y al realismo. Gam­boa está representado por susImpresiones y recuerdos. Enpocos párrafos, el lector seasoma a los resortes internos; ,los supuestos y motivaoionesque estaban detrás de librosque, como Santa, escandali­zaron aquel 'tiempo. Gamboa,no hace sólo la apología delnaturalismo francés, sino,más interesante aún, analizasu propia actitud ante la mu­jer y el amor. De Salado ÁI­varez, se escogen algunas pá­ginas de sus Memorias, don­de habla de su viaje a Wash­ington y descubre Méxicodesde los Estados U nidos.Muy interesante también Laferia de la vida, de José JuanTablada. Están en ella la de­fensa del mal llamado "de­cadentismo" con que se acusóa los últimos modernistas yuna anécdota, a propósito delenojo producido por su com­posición Misa negra, queilustra muy bien el carácterdictatorial y en el fondo pro­vinciano de la burguesía por­firista. Ejemplar por muchosmotivos: por su diáfana sin­ceridad, por su profundovalor ético. por su interés li­terario, son las páginas selec­cionadas de La apacible lo­cura de Enrique GonzálezMartínez. En ellas, el estu­diante encuentra, de primeramano, los contextos espiritua­les en que se escribieron al­gunas de las poesías mássi,~rificativas del poeta: "Si­lemter", "Los senderos ocultos,L~ muerte del cisne"... Laépoca revolucionaria, o me­jor dicho, posrevolucionaria,está documentada, subjetiva­mente y ésta es virtud enunas memorias, por El desas­tre de Vasconcelos. Raymun-

do Ramos ha seleccionado losfragmentos que se refieren aLa "Ley de Educación" y "Lahuelga de la Preparatoria",sucesos de gran trascendenciapara la vida universitaria ycultural de México. La an­tología termina con la evoca­ción de los Contemporáneosde Jaime Torres Bodet y susrecuerdos de Madrid y Va-lle-Inclán. .

Para el estudiante, para ellector interesado en pene!rarel andamiaje interno de laliteratura mexicana, la anto­logía de Ramos es un pro­grama al través del cual secomprenden mucho mejor lasmotivacÍ<mes, las circunstan­cias vitales, hechos del fenó­meno literario que muchasveces no quedan cabalmentealumbrados en la perspectivaobjetiva de la historia formaLLas selecciones de Ramos vanmás allá de una utilidad es­colar. Baste el hecho que al­gunas rle las obras transcritasson difícilmente asequibles.Las Memorias de mis tiem­pos de Prieto están hoy ago­tadas en su más reciente edi­ción (Patria); La feria de lavida de Tablada se publicóen 1937.

En este libro se combinanel gusto literario, la utilidaddidáctica, la' curiosidad his­tórica, y lo que no es tan fre­cuente en este tipo de anto­logías documentales, la gra­cia. la intimidad, la esponta­neidad de esos escritores a losque hay que acercarse al tra­vés de las barreras que impo­nen el tiempo y la consagra­ción de "clásicos". No es, nipuede ser, como lo advierteel autor desde el comienzo,una selección objetivamentéjusta. Faltan muchos; y en­tre otros. se echa de menosa Alfonso Reyes, de quienhay tantas páginas auto­biográficas, pero esto es inevi­table en toda selección. Ellibro es una aportación valio­sa a la Biblioteca, y es tam­bién un experimento que abrecaminos poco trillados en lahistoria literaria de carácterescolar; sería muy convenien­te que después de este volu­men se publicaran otros afi­nes, como ep;stolarios, prólo­gos, manifiestos, documentostodos ellos que localizan laobra literaria en su contextocircunstancial y psicológico.

-Arturo Souto Alabarce

Dirección General de Difusión Cultural: Gastón García Cantú, Director GeneralDepartamentos y jefes: Artes Plásticas: Helen Escobedo / Cine: Manuel González CasanovaGrabaciones: Milena Esguerra / Literatura: Juan José Arreola / Música: Eduardo Mata, Armando ZayasRadiodifusión: Joaquín Gutiérrez Heras, Raúl Cosía / Teatro: Juan IbáñezSecciones y coordinadores: Casa del Lago: Héctor Azar / Curso Vivo de Arte: Alberto Hijar

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