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Page 1: Allan Henrry 2010. Nebot y Las Cifras Del Censo

NEBOT, EL CENSO Y LA CONSTRUCCIÓN DE ACERAS Y BORDILLOS* Durante el mes de noviembre de este año, el alcalde de la ciudad de Guayaquil,

Jaime Nebot, reiteró insistentemente en varios espacios noticiosos, que la realización del VI Censo Nacional de Población y Vivienda no tiene que ser un asunto “político”, sino técnico, esto en referencia a que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) no habría tomado en cuenta ciertos parámetros como, por ejemplo, la población “flotante” (pendular), es decir la población que reside en otras ciudades pero que estudia y/o trabaja en de la ciudad de Guayaquil; así como la necesidad de incorporar la construcción de aceras y bordillos al Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).

Con su presión Nebot logró que el INEC se comprometiera a realizar una encuesta después del censo para determinar la cantidad de población “flotante” que no será medida.

¿Pero por qué tanta preocupación de Nebot por la población pendular? La razón es sencilla: las transferencias del Estado a los municipios del país dependen del número de población de la localidad, del índice de necesidades básicas insatisfechas, entre otras variables. La idea de Nebot es sumar la población pendular a la población que reside en la ciudad para exigir más rentas. El argumento de Nebot es que el censo no mide la inmensa población de otros cantones (sobre todo Durán y en menor medida Milagro) que estudia y/o trabaja en Guayaquil, a la cual es deber del Municipio atender.

De acuerdo a funcionarios del cabildo, determinar la población flotante “permitirá identificar las necesidades de esos habitantes móviles, atender sus pedidos y solicitarle al Gobierno central un incremento en las rentas que asigna al cantón. Nebot reiteró la semana pasada que “interesa muchísimo” conocer el número de gente que sólo llega a la ciudad para trabajar o estudiar. Si bien duermen en otra parte y allí es donde demandan ciertas necesidades, se movilizan para trabajar en Guayaquil y en esta ciudad demandan otras necesidades. Esas necesidades a las que se refiere Nebot también tienen que ser satisfechas y tienen que constar como necesidades para poder satisfacerlas”. Por su parte “El vicealcalde Guillermo Chang (…) adelanta que fijar la población pendular de la urbe servirá de sustento técnico ante el Ministerio de Finanzas para, en un futuro, pedirle un aumento de las asignaciones presupuestarias”1

Si bien es cierto la ciudad de Guayaquil se merece las rentas que actualmente recibe y mucho más, lo que vemos en esta circunstancia en particular es la recurrencia al tradicional chantaje2 al Estado (aquel al que tanto desdeñan y dicen que es ineficiente) para obtener mas recursos.

                                                                                                                         1http://www.eluniverso.com/2010/11/15/1/1355/habra-encuesta-luego-censo-fijar-poblacion-no-residente.html?p=1355&m=861 2 Como parte de la estrategia para posicionar como exitoso el denominado “modelo de desarrollo de Guayaquil”, se recurrió al marketing y a la presión política para que las autoridades declaren y condecoren a la ciudad de Guayaquil como paradigma del desarrollo. Uno de los mecanismos “novedosos” de financiamiento municipal consistió en presionar al Estado central para obtener transferencias discrecionales; básicamente se trataba de una chantaje al Estado central que fue posible gracias a: a) la mayoría legislativa con la que contaba el PSC; b) la explotación mediática del tema de la inseguridad que ponía a los gobiernos –acusados de no luchar contra la delincuencia- contra la pared; c) la permanente amenaza de movilizaciones y consultas populares a favor de la “autonomía”. Por todo ello coincidencialmente –en términos porcentuales- la contribución del Estado al municipio de Guayaquil se incrementó notablemente, una vez finalizadas diversas protestas en demanda de autonomía y de las “justas rentas que le pertenecen a la ciudad”. Otro ejemplo, es el tema de la seguridad que fue usado políticamente para obligar al gobierno de turno a: 1) cambiar su agenda política nacional, cuando esta afectaba los intereses del PSC, 2) entregar más recursos (ya sean monetarios o en obras de infraestructura) a las autoridades municipales para continuar

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De su lado, Jaime Nebot propone que se incorpore el tema de la construcción de aceras y bordillos al NBI. ¡Sí estimados lectores, no es una equivocación! El Alcalde señaló que “es absurdo que (aceras y bordillos) no estén considerados”3. La sesuda propuesta no pueda causar más que risas y asombro. Veamos por qué.

En primer lugar, el índice de NBI no es más que una de las formas que existen para medir la pobreza en sus aspectos materiales. Se trata de un método directo que define a un hogar como pobre cuando este tiene graves carencias de acceso a servicios de: salud, agua potable, alcantarilla, etc. Es decir, el NBI mide importantes carencias de la población. Sin embargo, la propuesta de Nebot, de incluir en este índice la falta o carencia de aceras y bordillos muestra la precaria concepción que tiene de desarrollo.

Sin duda el “modelo exitoso de desarrollo” de Guayaquil, implementado por la visión socialcristiana desde los noventa, contempla solamente una regeneración cuyo eje central es el cambio de fachada o la construcción de aceras y bordillos (obras que además las ejcutan empresas constructoras vinculadas a funcionarios municipales) en lugares donde la población ni siquiera tiene acceso a agua potable y alcantarilla. De acuerdo al censo del año 2001, el 39% de la población de la ciudad no tenía acceso a agua entubada y el 49% no tenía alcantarilla, y esto a pesar que el Partido Social Cristiano (PSC) se encuentra en el poder desde 1992.

Varios de ustedes dirán que las cifras no están actualizadas, que esperemos al nuevo censo; sin embargo, en el año 2006 salieron a la luz los resultados de la “Línea de Base del Cantón Guayaquil”, estudio realizado por el Municipio de la ciudad en colaboración con el INEC. La Línea Base señala que el 43% de la población de la ciudad no tiene acceso adecuado al agua, ello tampoco significa que el 57% de la población que sí tiene un acceso adecuado reciba agua de calidad, sin cortes y que tenga el servicio en su casa (basta una pequeña revisión de los anuncios de corte de agua que hace permanentemente Interagua). Incluso hay parroquias urbanas como Flor de Bastión, Fortín y Nueva Prosperina que tienen un 100% de carencia. Y ojo que estamos hablando de las cifras más recientes.

Finalmente, es necesario anotar que la realización del V Censo de Población y VI de Vivienda encierra una gran paradoja para Nebot. Por un lado, si su defensa a ultranza de la privatización de los servicios ha sido realmente exitosa, ello se revelará en las cifras del censo con un incremento sustancial del número de hogares con acceso a agua potable y alcantarilla. Si esto es así, es probable que las rentas para Guayaquil disminuyan proporcionalmente, puesto que la ciudad habría alcanzado un mayor nivel de desarrollo. Por eso Nebot propone sumar la población flotante a la que reside en la ciudad, lo que abre paso a la posibilidad de incremento de las transferencias estatales.

Por el otro lado, si las cifras del Censo muestran que el supuesto modelo exitoso de desarrollo no logró un salto cualitativo en cuanto a la cobertura de agua potable y

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   con su “modelo de desarrollo” expresado en la regeneración urbana y 3) privatizar y corporativizar el manejo de la seguridad. El último ejemplo sucedió el 9 de octubre del 2003, durante la sesión solemne que realizaba el Congreso Nacional en Guayaquil. En aquella cita se declaró a la ciudad y al pueblo guayaquileño “paradigma del progreso, regeneración urbana y desarrollo urbanístico del Ecuador”. La declaratoria no constaba en el programa y fue el diputado socialcristiano Pascual del Cioppo quien solicitó que sea parte del acto, pero el Congreso Nacional no aceptó. Cuando el Alcalde se enteró que no se había recogido esa “aspiración del pueblo guayaquileño” [¿esa decisión se la consultaron a los vendedores informales y a los gays expulsados de las zonas regeneradas] no asistió a la reunión y envió al vicealcalde Luis Chiriboga Parra para recibir el documento declaratorio –surgido de la amenza. Sobre los mecanismos de chantaje del Municipio y de ciertos gremios empresariales durante las administraciones socialcristianas véase la tesis: Regeneración urbana y exclusión social en la ciudad de Guayaquil. Flacso-Ecuador (Allán: 2006) 3 http://www.eluniverso.com/2010/11/26/1/1445/alcalde-dice-auditara-encuesta-insiste-poscenso.html

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alcantarilla, quedará en evidencia no sólo el fracaso del mentado modelo, sino del esquema privatizador (en realidad concesión) del agua, y entonces allí sí, la ciudad recibiría proporcionalmente más rentas puesto que su NBI seguirá siendo bajo.

Por lo menos, en cuanto al Censo, Nebot se encuentra en un callejón sin salida, pues los bajos índices de NBI demostrarían que la propuesta del PSC de concesionar los servicios básicos era buena, pero esto implicaría para el Municipio local una reducción proporcional de la renta estatal; pero en el supuesto inverso: un alto índice de NBI mostraría un fracaso del modelo aplicado no solo pero Nebot sino por las últimas administraciones socialcristianas y un ingreso proporcionalmente más alto de la renta estatal. En este esenario Nebot tiene que escoger y ya encontró tres salidas: a) sumar la población flotante a la residente, b) redefinir las recomendaciones que realizó la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para medir la pobreza, agregando “brillantemente” la falta de aceras y bordillos y c) señalar que el Censo no debe ser político sino técnico.

Entonces, cuando los resultados del Censo sean procesados –y si las cifras son positivas para el Alcalde– con seguridad asistiremos a un nuevo chantaje al Estado para la obtención de mayores rentas4. Si las cifras son negativas –según el Alcalde– entonces regresaremos al viejo discurso de que el Censo era “político” y no técnico; y que sus cifras son manipuladas para efectos discriminatorios y centralistas5. Por último, cuando el Alcalde se sienta acorralado –tal como lo señalaba hace algunos años una cuña publicitaria pagada por el cabildo– el Municipio, con certeza repetirá la misma cuña con un maquillaje actual: El gobierno local no es el responsable del agua potable y alcantarilla de la ciudad, sino la empresa Interagua.

¡PLOP!

* * * *

* Mariela Giler Egüez. Maestría Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Ecuador * Henrry P. Allán Alegría. Doctorado Universidad Nacional Autonoma de México (UNAM)

                                                                                                                         4 Si en 1993 los ingresos propios (impuestos y tarifas) representaban el 89% del presupuesto, para el año 2008 representaron el 23,4%; al mismo tiempo, los ingresos por transferencias estatales pasaron del 11% a al 41,9%, esto pone en evidencia que el dinero recaudado por gestión del municipio ha disminuido paulatinamente desde 1993, mientras que la dependencia de los recursos del Estado aumenta. En definitiva, la estructura presupuestaria refleja un elevado nivel de dependencia de recursos que provienen de las Transferencias del Gobierno Central, del Financiamiento interno y externo y del Saldo de Caja-Bancos que se ha institucionalizado y representa en promedio el 10% del total de los ingresos. 5 http://www.eluniverso.com/2010/11/09/1/1355/censo-guayaquil-sera-verificado-municipio-tras-acuerdo-inec.html


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