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PRD: alianzas de la izquierda
Por
Guadalupe Acosta Naranjo
(21-Abr-2013).-
Guadalupe Acosta Naranjo
Comisionado político del CEN del PRD.
¿Cuál es la estrategia electoral correcta de la izquierda mexicana en la actual
coyuntura? ¿Qué es lo que más conviene al PRD en el corto y mediano plazos
para cumplir nuestro objetivo de mejorar la calidad de vida de la mayoría de
la población? Veamos, a grandes rasgos, la situación de las tres fuerzas
políticas más importantes después de la elección presidencial:
1.- El regreso del PRI a la Presidencia, con apenas 38 por ciento de los votos,
incluyendo 6 del PVEM y el "voto útil" del Panal y de un sector de activistas
de "izquierda" y de "derecha" que prefirieron a Peña en lugar de AMLO.
Nadie es mayoritario, ni en la sociedad, ni en las Cámaras.
2.- El PAN pierde la Presidencia después de 12 años, ubicándose en tercer
lugar, entre otras razones por el profundo desencanto con la alternancia que
terminó debiendo el cambio prometido. En ese periodo, además, se
fortalecieron los poderes fácticos que se pusieron por encima del Estado
mexicano. Léase televisoras, empresarios, caciques sindicales, gobernadores,
etcétera.
3.- La izquierda se ubicó de nuevo como la fuerza que disputa la titularidad
del Poder Ejecutivo, ratificó la hegemonía en su principal plaza, el Distrito
Federal, y obtuvo importantes triunfos en Tabasco y Morelos. Sin embargo,
no pudo evitar su división.
El PRI, a pesar de lo cerrado de su triunfo, tiene ventajas, pues ahora, además
de la operación de sus gobernadores, cuenta con la fuerza del gobierno
federal. En cambio, la oposición -PAN y PRD- sufre divisiones internas.
¿Por qué alianzas con el PAN? Para ganar, obvio. Con una propuesta que
promueva el cambio local y regional, de acuerdo con un programa de
transición democrática. En seis entidades de las 14 en disputa, nunca se ha
conocido un gobierno estatal diferente al PRI. Nunca.
Las alianzas no deben ser sólo electorales sino también legislativas y de
gobierno. Por ello, nos hemos propuesto estar más cerca de nuestros
gobernantes y legisladores, estableciendo mecanismos de supervisión,
involucrando a la sociedad.
Si en las 14 entidades y cerca de mil 300 municipios en disputa obtiene una
amplia victoria el PRI, habría un claro retroceso en la pluralidad y los
equilibrios necesarios para la democracia. De ahí la necesidad de conformar
amplias alianzas entre el PAN y el PRD, junto con los demás partidos que
deseen participar.
Hasta el momento se han conformado alianzas en Baja California -única de
gobernador-, Sinaloa, Oaxaca y Puebla -gobernadas actualmente por
alianzas-; Quintana Roo, Aguascalientes, Zacatecas -está en litigio por la
negativa del IEEZ a permitirnos coaligarnos-, y Coahuila -en curso-. En
Durango, Chihuahua, Tamaulipas, Tlaxcala, Hidalgo y Veracruz participaremos
solos o en alianzas con otros partidos de izquierda, en virtud de conflictos
internos o abierta intromisión de gobernadores priistas que las sabotearon.
El PRD tiene la posibilidad de disputar de nuevo la Presidencia de la República
en 2018 si es que demostramos responsabilidad con el país, enarbolamos
propuestas viables, nos mostramos comprometidos con la legalidad y el
cambio, y nos ven como opción de gobierno. De ahí nuestro protagonismo en
los grandes acuerdos nacionales. Además, debemos ser competitivos
electoralmente y ganar otros territorios.
En julio se implementarán distintas tácticas de manera simultánea. Veremos
cuál da mejores resultados: ir solos, en bloque únicamente con la izquierda o
hacer alianzas con el PAN.