│Closer to you
APADRINA UN OLIVO.
Un año más nos adherimos al Nexia Day, como forma de darnos a conocer al resto de oficinas
del mundo que componen la red. El año pasado pasamos una estupenda velada en La Zarola,
aprendiendo recetas y algunos trucos de cocina. Compartimos una buena tarde. Este año el
listón estaba muy alto y no se me ocurría nada para hacer, amén de lo que ya habéis sabido
por los correos que os envié y que parecían difícil de hacer por diversos motivos. Gracias a
Belén, de la empresa Alternativa, Creatividad y Comunicación, he conocido el proyecto
“Apadrina un Olivo” que desde el primer momento me pareció estupendo. La idea era haber
ido allí todos los que hubiéramos podido y luego haber comido o cenado en algún restaurante
del lugar. Como me siguió pareciendo complicado, dadas las fechas y la logística necesaria,
decidí ponerme al frente del apadrinamiento por cuestiones de simplicidad. Os ofrezco un
breve resumen escrito y gráfico para que sepáis qué ha hecho la empresa con motivo de este
día, 25 de julio de 2019. Realmente la idea es dar a conocer un poco más este rincón del
mundo, hoy vaciado, que pertenece a nuestra comunidad y de paso, comprometernos con un
programa sostenible, ecológico y de futuro.
Texto tomado de la página web www.apadrinaunolivo.org.
En mayo del 2014 Oliete comenzó a escribir un nuevo capítulo en su historia, lo titularon “El Renacer”. Padrinos, Madrinas, agricultores y un pueblo con ganas de reinventarse, escriben esta novela de final feliz.
Un simple vistazo, a la evolución de la población en Oliete para darnos cuenta de la gran problemática de los pueblos de España: El éxodo rural de los más jóvenes y la falta de proyectos que fijen a sus poblaciones.
El éxodo rural ha motivado que cientos de personas hayan abandonado sus olivos debido al gran trabajo que supone su mantenimiento.
¿Qué proponemos? Un camino de huellas verdes Continuemos plantando árboles a la vez que mimamos,
protegemos y conservamos aquellos que ya tienen
desarrollado el super poder de recuperar carbono.
Éste es un proyecto que pretende recuperar los olivares plantados por fenicios, íberos y
romanos y ahora abandonados desde hace por lo menos treinta años. El enemigo fundamental
del olivo, junto con las plagas y la sequía es lo que ellos llaman chitos, ramas que nacen de la
base del tronco robando los recursos que debería destinar a sí mismo y a la oliva. Ahogado sin
aire y sin luz, se convertirá en arbusto insano e irremediablemente morirá. Los fundadores de
este interesante programa han conseguido que algunos propietarios de campos de olivos les
cedan su terreno junto con los árboles, para ocuparse de cuidarlos y por supuesto, utilizar la
oliva para producir un aceite que está bajo la denominación de origen “Bajo Aragón” y
calificado como Virgen Extra. Y además se les ha ocurrido la idea de movilizar a miles de
personas apadrinando un olivo, con una pequeña aportación por árbol. A través de la web se
puede seguir el cuidado del árbol, visitarlo cuantas veces quieras e incluye el envío a cada
padrino dos litros de aceite al año por árbol apadrinado. También tienen un programa de
voluntarios que pueden quedarse un tiempo y ayudar en los trabajos de limpieza de los
árboles. (Cuando llegamos había un grupo numeroso de una empresa que iban a pasar allí tres
días.) Pero lo mejor es que han conseguido que algunos jóvenes se hayan quedado en el
pueblo y así colaboran a que la despoblación no vaya a más. Y también que hayan llegado
nuevos vecinos a vivir allí, como por ejemplo Jaime, la persona que nos enseñó todo. El ha
llegado de Venezuela y ya está planeando traerse a su familia.
Enterada de este proyecto, me entusiasmó tanto que me pareció una idea muy bonita que
nuestra empresa se involucrara y hemos apadrinado tres árboles. Y para allá me fui el sábado 6
de julio de 2019, con un amigo que me quiso acompañar, también lleno de curiosidad, como
yo.
Llegada a Oliete a las seis de la tarde; ¡solo
dos grados menos que en Zaragoza, 38! Y
sopla bochorno….
Nos recibe Jaime, un hombre encantador que nos enseña
el lugar donde muelen la oliva para convertirla en aceite.
Orgulloso del lugar, se lamenta de que está un poco
desordenado, pues están ampliando la nave y por eso
está, según sus palabras, amontonado.
Nos muestra también los tipos de botellas y latas donde
envasan el preciado líquido. Tienen allí también un
pequeño taller donde enseñan a los voluntarios el trabajo
que van a hacer durante el periodo que dure su aportación
y donde forman a los pocos trabajadores que de momento
hay y que son cinco.
Nos explica que todo lo que necesitan para el
funcionamiento de la almazara y posterior
envase y etiquetado lo adquieren en la zona y
que todo el trabajo es artesanal y manual.
Las etiquetas son de papel reciclado con un
diseño limpio y sencillo. Las cajas son también de
cartón reciclado con leyenda simple y concisa:
En la foto de abajo he ampliado el detalle de las
leyendas de las cajas de embalaje. ¿No os parece
precioso?
“Abrir, sentir,disfrutar”
“Mi olivo”
“¿Nos ayudas a recuperar el olivar
abandonado?”
Almazara triple S.
Social, sostenible y solidaria.
Os muestro ahora dos etiquetas que me encantaron…
Están comenzando también la fabricación de gel de baño y loción corporal sin parabenos, ni
aromas, todo del aceite de los olivos de Oliete.
Bueno, y ahora nos vamos al campo, ¡que ya tengo ganas de ver los olivos!
Nos explicó Jaime que hay tres variedades de oliva, la llamada empeltre, que es la más común,
algo de arbequina y una muy poco conocida, llama manzanota, por su forma redonda y un
poco mas grande que la empeltre. Estos olivos de manzanota son los más antiguos del lugar.
Vayan unas fotos del olivar recuperado:
Estas fotos son de la variedad manzanota. Lástima que no había ninguno libre para apadrinar…
Todos los olivos
tienen un número y
código QR y la
posibilidad de poner
en el cartel el nombre
del padrino.
Y ahora vamos a ver el campo donde están nuestros olivos. Yo elegí uno muy viejo, muy viejo,
habían tenido que cortar el tronco principal y le dejaron las ramas que estaban en mejor
estado. Me impresionó pensar en el porte que pudo tener. Tengo fe en que los cuidados que
puedan darle y mas ahora que tiene padrino, hagan que pueda salir adelante. A mí es que me
encanta abrazarme a los árboles grandes, creo que me transmiten su poder, energía y
longevidad. Aquí lo tenéis; dos momentos y el número:
Le he puesto nombre, Corazón Partido.
Y una vista general del lugar donde se
encuentra este longevo árbol (ahora
nuestro).
(Ah! Y que quede claro que, si os apetece,
podéis visitar los árboles cuando queráis y
cuando llegue el aceite, dos litros por árbol,
habrá que repartirlo…)
Y los otros dos que elegí, un poco más jóvenes, con un bonito porte y muuuucho futuro por
delante. Espero que os gusten.
La verdad es que
dan un poco de
pena, porque
como han tenido
que podar las
ramas para que
puedan tirar
para arriba,
están como
tristones. Y
según nos
explicaron, la
sequía está
siendo durísima
y eso no ayuda a
su
recuperación…
Pero me fío del trabajo que están haciendo estos geniales emprendedores.
También les he puesto nombre, Fermín (el santo del día siguiente) e Isaías (el santo del día)
Los siguientes números de los árboles fueron el 7110 y 7111. Jaime nos contó que tienen
censados alrededor de cien mil olivos y que ellos tienen cedidos solo el 10 %. Queda mucho
por hacer…
Dos vistas más del campo y de los árboles, más aéreas:
Vista general de la sierra y el olivar, uno de los que visitábamos, que era el de nuestros árboles.
Y poco más que contar. Pasamos una tarde calurosa, pero muy agradable. Jaime nos contagió
su entusiasmo y nosotros nos fuimos reconfortados por esta labor tan magnifica de
recuperación de nuestro patrimonio humano y natural.
Antes de partir, fuimos a visitar la Sima de San Pedro, lugar curioso e impresionante, que os
invito a descubrir si no lo conocéis. Se trata de una descomunal sima que por su estructura
geológica está considerada única en Europa. Este asombroso pozo troncocónico alcanza los
108 metros de profundidad y un diámetro en su boca que ronda los 100 metros. En su base
presenta un lago cuya profundidad está calculada en unos 25 metros. Esta sima, destaca
también como un refugio de biodiversidad sin equivalentes en Europa, dotándola de un valor
ecológico excepcional, donde encuentran refugio unas 25 especies de vertebrados (aves,
murciélagos, micromamíferos, anfibios y reptiles).
Y acabamos cenando en casa de unos amigos de Zaragoza que tienen una casa familiar en
Lécera. Un día espléndido
Espero que os haya podido contagiar un poco del entusiasmo con el que empecé y que me he
traído aumentado, después de la excursión a Oliete.
Me alegro mucho de que estemos todos juntos hoy y quiero agradecer a Carlos la libertad que
me ha dado para llevar a buen puerto esta idea. Sin su confianza no hubiera sido posible.
Salud!
Zaragoza, a 25 de julio de 2019