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"Ultima convocatoria" de Juan Villoro. Publicado en eI sliplemento especial de El PeJ7odico de Cataiurl)'a. en j ulio de 20 I O. © Juan Villoro.
Agmdecemos ia colabomcwn de Juan Jose Panno (llnvw.cuenlos)'lJUlS.com.ar) )' de
lvlarcos CezeI; de Ediciones A i Arco (www.librosalarco.com.ar).
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Repllblica Argentina , 2011
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Ultima convocatoria Juan Villoro
PrUner tietnpo
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los afiicanos licnen bmjeria, nosotlus tenemos estadisticas" ,
dijo en television W1 hombre de anteojos. Hablaba con des
den, como alguicn que ya \~vi6 eI fulmu y se decqxion6,
AI oiri.o,J esUs Pedraza supo que habia alga peor que el pesca
do hervido. El dietista de la selecci6n les recetaba hucha insipida.
No crall animales de n o sino de criadero. Truchas prcsas. Como
los fUlboliSL:'1s en la concentraci6n. Truchas que sabian a nacla.
Las estarusticas son pura magia. Pedraza 10 sabia. ~C6mo
podia ignorarlo ante la maldici6n del numero cinco? Cada vez
que la selecci6n incluia a cinco jugadores del mismo equipo, el
desa stre eSlaba asegurado. H abia cinco convocados del
Guadalajara. Cinco C hivas. 0 cuatro y Pedraza. Un media de
contenci6n sabra con mayor facilidad.
Cuando los comentaristas no saben de que ha blar se vuelven
muy precisos: recuerdan eI pubis lastimado de un ddantero 0 las
crisis de un guardameta en elias impares. Ahara hablaban del , '
numero CInCO.
£1 Guadalajara es el unico equipo que solo juega con mexi
canos. £ s normal que aporle mas elementos a la selecci6n. Por
desgracia, las Chivas convocadas aI Centro de Alto Rendimiento
no eran cuatro ni seis, sino cinco, la cifra oscura.
Pedraza ha bia soportado el tedio de la concentraci6n y los
ronquidos del Til6n Gutierrez, su compaiiero de cuarto. £1 Til6n
tenia la cara aplastada como un perro pug. Era un miste l;o que
pudiera respirar mientras con-ia.
La selecci6n de Islandia es un rival que slIve para expen
mentar y saber que se sienle jugal' con tres defensas 0 con cin co
zurdos. Desp ues del partido contra los islandeses, el entrenador
excluy6 ados jugadores. Fallaba uno para saber quienes iria n a
Sudafl;ca.
tPor que no salieron tres de golpe, evitando los preocupa n
tes sms de apoyo que mandaban sus L'lmilia res? Estaban en un
rea lity -show a l reves, donde el elegido se il-ia al carajo.
Con la voz serena que usaba para anunciar molestias, el
entrenador explico que los mexicanos que jugaban en Europa
alm no se integraban al plan tel; alguno de ellos podia lesiona rse
("Las ligas europeas son muy marranas", aclar6). Por eso sobra
ba un j ugador. Un fusible.
Los cinco de las Chivas se sabia n nominados. Cuando el hombre de anteojos habl6 de la brujel-ia y las estadisticas, el Til6n
Rodriguez se limito a decir: " Pobre pendejo" . Si la brujeria era
africana, el Centro de Alto Rendimiento estaba en el Congo.
Cada vez que un locutor se refeIia a 1a maldici6n de los cinco,
aclaraba: "No soy supersticioso, pero . .. " . Nadie era supersticio
so. Todos Ie temian a la estadistica.
La legi6n e..xtranjera se integr6 a la selecci6n: nuevos tatuajes,
cejas depiladas, algiln toque de fan tasia en eI entrenamlento,
indolencia en las conve rsaciones.
Pedraza trabajaba tanto como un mm;achi en Dia de las
l\1adres. EI Til6n Ie dijo: "Si Ie echas tantas ganas pa reces inse-
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guro". Los que venian de Europa tocaban d bal6n can admira
ble apana. Uno de ellos rodo un comercial y se tuvo que afeitar
seis veces en la cancha. Fue el unico elia en que se canso. Otro
astro repatriaelo pasaba horas ante la PlayStation; se escogia a si
mismo como personaje y pateaba la mesa cuando perdia.
Pedraza hubiera rendido mas si d futbol se jugara bajo tie rra .
Podia cavar, abrir huecos. Un jugador suflido. Un medio de con
tencion. La vida depenele de datos raros: su cara no servia para
promover lociones.
Una tarde, en el parque de Agua Azul, Luciana Ie habia
dicho: "Todo esta en la cabeza". Si el se quedaba en la selecci6n
seria par 10 que llevaba dentro. Su novia creia en la fuerza de la
mente. Pedraza sinti6 escalofrios. Si fallaba, fallaria 10 que tenia
en la cabeza .
Obedeci6 como nadie a los glitos del tecnico. Tenia las pier
nas en carne viva de tanto barrerse en Ia dura cancha de entre
namiento. Procuraba que el dolor Ie borrara las ideas. Era su
forma de concentrarse.
Una noche soii6 con un brujo africano, adornado con una
piel de leopardo y arena roja en el pecho. Lo via lanzar unas ver
tebras al suelo. Eran cinco.
Al dia siguiente, eI sueno se volvi6 estadistica. J estls Pedraza
fue eliminado de la selecci6n. "Eres chavo" , Ie dijo el entrenador:
" te queda n dos mundiales mas" .
Se despidi6 de los compa£leros en el Centro de Alto
Rendimiento, donde tanto se habia aburrido. N o lIor6 ni cuando
el Til6n Rodriguez Ie regaI6 sus espinilleras. En la sala de prensa
dijo, como miles de vlctimas antes que el: '1\5i es el futbol" .
N o quiso ir en avi6n a Guadal~ara. Subi6 a su 4 x 4. Las
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carreteras Ie despejaban la mente. Tenia que pensar en alga.
Juliana habia escrito en twitter que 10 segura queriendo. EI habia
fallado y ella 10 queria. Lo segundo Ie dolia mas.
No salio de la Ciudad de M exico. Acelero en eI Anillo
Perifc l;cO, como en un raudo contragolpe, hasta estrellarse can
un trailer que transpOl1:aba citricos.
Aun llevaba Ia camiseta verde de la seleccion. En 1a ambu
lancia, alcanzo a a ir que alguien decia: " H uele a limones".
Segundo tielllpo
Remigio rVlarnnez era amigo de la rutina ; respetaba eI a l1e de
posponer tramites y creia en la impOltancia ceremonial de las
pausas. Mas por melodo que par vicio, iba tres veces at rna al
~1irador, cantina donde meseras de muslo amplio Ie servian ron
Negl;ta can agua mineral y Coca-Cola. Remigio se aflojaba la
corbata, abria su periodico deportivo y aguardaba eI momenta
en que una mujer que tenia una manera estupenda de ser gorda,
llegara a prepararle su bebida, can mas agua que Coca: "[fe la
sirm 'pintadita ', papa?", preguntaba ella . La respuesta siempre
era 1a m isma; la cuba Ie gustaba palida.
L'l costumbre se cumplio hasta que Remigio, minucioso emple
ado de una oficina publica, enfermo del higado. Es1'o no 10 alejo del
Mirador, pero Iimit6 sus \~sitas a una al rna . No Ie casto lrabajo
modifica r su habito. A fin de cuen las su vida era una sucesion de
plazas que no se cumplian, firmas aplazadas, documentos que
pasaban al archivo muerto. Tambien su aspecto se regia poria
posposicion: retocaba las canas can carbon de corcho; su corba
ta no habia conocido la tintoreria Oe quitaba las manchas can
agua mineral).
Toda noticia que perjudicara a las Chivas Ie parecia buena.
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Famltico del fu tbol, cultivaba una pasion negativa. Crecio como
seguidor del Oro, eI equipo de los joyeros de Guadalajara. Aquel
club habia desaparecido de la Liga. En vez de adoptar otra, pre
firio oeliar al enemigo del Oro, las Chivas.
No habia hecho testamento porque no tenia nada que here
dar, pero su mujer conoela su ultima voluntad: "Antes de que me
vaya, dime que el Guadalajara se fue a la mierda".
Su salud empeoro como solo puede hacerlo Ia de alguien
metodico. Fue ingresado en el Segura Social y se pronuncio la
palabra " trasplante".
Las seis hijas de este hombre afecto a la reiteracion hablaran
de sangre y compatibilidad. !vlienlras tanto, ei cerraba los ojos y
oia en la agradable cavidad de su mundo interior: "/fe Ia sirvo
'pintadita', papa?" .
Par eI barullo de sus hijas, contrapunteado por e1llanto de la
madre (e1 klinex se eternizQ bajo su nariz), supo que en Nlexico
escaseaban los donantes. Pero era un caso perdido: tenia la san
gre mas comun y aumentaban los accidentes de tralico. Las esta
rusticas estaban de su parte.
EI lvlundial se aproximaba y la television ofi'ecia programas
de Sudafrica. Remigio se entem de tribus y diamantes. Supo de
la vida de Nelson .Mandela mas de 10 que sabia de la suya, siem
pre replegada. Una manana via un documental sabre Christian
Barnard, eI medico sudafricano que en 1967 hizo eI primer tras
plante de carazon. Penso en Ia rara coincidencia de ser salvado
por algo que comenzo en Africa.
En la noche escucho a un intelectual decir: "Los africanos tie
nen brujeria, nosotros tenemos estarustica". A Remigio Ie parecio
un imbecil. "Sudafrica invenlo los trasplantes, mono de mierda",
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pens6. Luego se arrepinti6 de la palabra "monon. Los medica
men tos 10 estaban volviendo primitivo.
Se pre gun to que posibilidades tendria de recibir un higado
africano. Le divirti61a idea de volver a beber Ron Negrita con un
higado negro.
Una noche tuvo un vago sueno ecuatorial. Entrevi6 el desier
to, el aire \ribrando pOI' el calor, el pecha pintado de un brujo,
collares hechos can huesos, Ia piel de un animal salvaje. Tal vez
no soii.o eso y su mente 10 imagin6 despues, como algo obvio que
tenia que vel' con Africa.
Cuando supo que J esus Pedraza habia quedado fuera de la
selecci6n, Ie coment6 a una de sus hijas:
- D ios exiSle: sacaron a uno del Guadalajara. Por eso luve seis
hijas, eI cinco da mala suerte.
L'l. L'unilia pens6 que el padre morina feliz, animado par la
exclusi6n de Pedraza. Ese mismo elia, un higado joven lIego de la
Cruz Roja.
La convalecencia fue larga pero lIevadera. Aunque ya tenia
urgencia pOI' posponer tramites, Remigio acept6 las semanas de
encierro. Sus hijas Ie compraron una nueva tele\risi6n para el
Mundial. t D e d6nde sacaban eI d inero?
- H ay que hacer sacrificios, papa -dijo una de elias, en tono
generoso. La malo fue que lIevaba un escate tan amplio como el
de las meseras del Nlirador.
~ La cercania de la muerte habia conmO\rido a su hija en tal
forma que se vohri6 pUla para comprar una pa ntalla plana? i L'l.
\rida depenclia de correspondencias rniserables? Remigio lIor6 en
silencio. Su esposa Ie ofreci6 su klinex. "Con los trasplantes aflo
ran sentimientos", habia elicllO eI medico. Le sorprendi6 Ia pala-
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bra "aBoran", como si su cuerpo fuera un campo de cosecha.
M exico inauguro eI !vlundial contra Sudafnca. Antes del par
tido se gum'cio un minuto de silencio en memona de J esus
Pedraza. La camara en[oco a una muchacha de pelo negro que
sollozaba en las tribunas.
Por pnmera vez en un IVlundial, l\1exico jugaba con unifor
me negro.
- Estan de luto por Pedraza -comenta una de las hijas.
La mas grande llega a la sala con cacahuates y zanahonas
rebanadas:
- iSabes de dande sali6 tu higado, papa?
-No, no te 10 dicen.
-J esUs Pedraza mun6 eI dia de tu trasplante y tenia tu tipo
sangwneo.
- c:e a mo sabes?
- En el cereal que compra mama salen estampas de los juga-
dores. \Tiene su signo del zodiaco, su color favorito, su tipo san
guineo ... Por estadistica, tu higado es de un jugador de las C hivas.
i Que se siente, papa? ----sonno su hija.
c:Ella 10 ocliaba 0 10 amaba? c:Era una diabla buena 0 un angel
tenible?
- l\ili higado es afiicano -contest6 Remigio cuando comenza
ba el particio-. Sane que me 10 daba un brujo. Un brujo con piel
de leopardo, que lcia la suerle en unos huesos.
- Eso es de una pelicula ... -comenta su hija.
- Lo sone. £I brujo me ofrecia un higado.
- Te estas volviendo raro.
-iNo! iNo soy aciivino, III intelectual, III transexuado!
Tampoco soy un mono.
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Remigio penso algo que 10 divirt:i6: se habia vuelto salvaje.
Sentia un ram impulso. El balon estaba en juego. l\11t'~xico ataca
ba en SudMI;ca.
-~Te molestana teller el higado de un enemigo? - Ie pregunto
la menor de sus hijas.
- Soy demasiado huevan para oeliar - conlesta Remigio.
- Pem no para querer -sonri6 ella .
- Querer exige menos energias - Remigio aCaI;ci6 el pelo de
su hija.
Sinti6 una punzada en la herida, una punzada leve, nada del
otm mundo. "La herida vive por su cuenta", Ie habia explicado
el medico.
La mejor de las costumbres es que se pueden cambial: Remigio
M_artinez 10 supo semanas mas tarde, cuando deja el mn Negl;ta y
se pas6 al whisk}' Chivas, mejor para la salud, y para su higado.
B
JUAN VILLDRD
(1956, Mexico).
Es escritor y periodisL:'1 . Hincha del Necaxa, publico dos libros sabre la pasion por el fut
bol: Dios es redondo (Premia Intemacional Manuel Vazquez Montalban) y L os once de la
tribu. Obtuvo eI Premia Herralde por su noyeia Ellesligo y el Premia Antonin Artaud por
su libra de cuentos Los culpables. Ha dado clases en la UI\'A1'v1, Yale, P,;nceton y la
Universidad Pompeu Fabra de Barcelona . En agosto de 2011 se estrena en Ia Argen tina
su obra de tealro Filosofia de vida, di rigida porJa,~er Daulte y prot.:"l.gonizada POI' Alfredo
Alcon. Su novela Nlateria displ1esla acaba de ser reeditada en la Argentina por InterZona.
Colabora en diversos peri6dicos del idioma y es autor de la novela juve nil El libro salvaje.
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